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DOMINGO III DE ADVIENTO, CICLO C 1. MONICION DE ENTRADA Amigos todos que esperáis el Nacimiento de Jesús: Poco a poco, el tiempo de Adviento va pasando y nos vamos acercando a la Navidad. Si hemos oído a Dios por medio de la Iglesia, estamos preparándonos para ese magno acontecimiento. Este domingo, el domingo de la alegría porque Dios está entre nosotros, es el domingo en el que, según dice el Papa en la Bula “Misericordiae Vultus”, se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán. Sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras Basílicas Papales. Para el mismo domingo establezco que en cada Iglesia particular, en la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la Concatedral o en una iglesia de significado especial se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la Misericordia. Movidos por estas palabras del Santo Padre, vivamos esta Eucaristía, acogiéndonos del todo a la misericordia divina. 2. ENCENDIDO DE LA VELA TERCERA DE LA CORONA DE ADVIENTO Encendemos la tercera vela de la CORONA DE ADVIENTO. Al hacerlo, le prometemos al Señor que pondremos esfuerzo e elusión para que nuestra alegría, con ocasión de la Navidad, fortalezca nuestra fe, para que sea una vela encendida que haga atractivo su Evangelio. 3. ACTO PENITENCIAL Porque el hombre siembra tanta muerte y tanta injusticia en el mundo: Señor, ten piedad. Porque, siendo hijos de Dios, con frecuencia vivimos tristes y agobiados: Cristo, ten piedad. Porque, en lugar de buscar la alegría en el Niño nacido en Belén, la buscamos en las cosas y en los placeres de este mundo: Señor, ten piedad. 4. MONICION A LAS LECTURAS Las lecturas de hoy, y más en concreto, las dos primeras, nos invitan a la alegría verdadera, a estar contentos porque Jesús vino a salvarnos. En el evangelio, Juan Bautista nos anima, de nuevo, a la conversión, sin la cual no puede haber verdadera alegría. Escuchemos con atención y meditemos estas lecturas a lo largo de hoy día y de toda la semana. 5. ORACION DE LOS FIELES Por la Iglesia, para que, enel Año Santo de la Misericordia, cuya Puerta Santa se abre hoy en todas las diócesis del mundo se acoja a la misericordia divina y sea una isla de misericordia. Roguemos al Señor

03.- Domingo III de Adviento, Ciclo c

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DOMINGO III DE ADVIENTO, CICLO C

1. MONICION DE ENTRADA

Amigos todos que esperáis el Nacimiento de Jesús: Poco a poco, el tiempo de

Adviento va pasando y nos vamos acercando a la Navidad. Si hemos oído a Dios por

medio de la Iglesia, estamos preparándonos para ese magno acontecimiento. Este

domingo, el domingo de la alegría porque Dios está entre nosotros, es el domingo en

el que, según dice el Papa en la Bula “Misericordiae Vultus”, se abrirá la Puerta Santa

en la Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán. Sucesivamente se abrirá la Puerta

Santa en las otras Basílicas Papales. Para el mismo domingo establezco que en cada Iglesia

particular, en la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la Concatedral o en

una iglesia de significado especial se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la

Misericordia. Movidos por estas palabras del Santo Padre, vivamos esta Eucaristía,

acogiéndonos del todo a la misericordia divina.

2. ENCENDIDO DE LA VELA TERCERA DE LA CORONA DE ADVIENTO

Encendemos la tercera vela de la CORONA DE ADVIENTO. Al hacerlo, le prometemos al Señor que pondremos esfuerzo e elusión para que nuestra alegría, con ocasión de la Navidad, fortalezca nuestra fe, para que sea una vela encendida que haga atractivo su Evangelio.

3. ACTO PENITENCIAL

Porque el hombre siembra tanta muerte y tanta injusticia en el mundo: Señor, ten piedad.

Porque, siendo hijos de Dios, con frecuencia vivimos tristes y agobiados: Cristo, ten piedad.

Porque, en lugar de buscar la alegría en el Niño nacido en Belén, la buscamos en las cosas y en los placeres de este mundo: Señor, ten piedad.

4. MONICION A LAS LECTURAS

Las lecturas de hoy, y más en concreto, las dos primeras, nos invitan a la alegría verdadera, a estar contentos porque Jesús vino a salvarnos. En el evangelio, Juan Bautista nos anima, de nuevo, a la conversión, sin la cual no puede haber verdadera alegría. Escuchemos con atención y meditemos estas lecturas a lo largo de hoy día y de toda la semana.

5. ORACION DE LOS FIELES

Por la Iglesia, para que, enel Año Santo de la Misericordia, cuya Puerta Santa se abre hoy en todas las diócesis del mundo se acoja a la misericordia divina y sea una isla de misericordia. Roguemos al Señor

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Por los que formamos parte de la Iglesia desde nuestro bautismo, para que dentro de ella haya entre nosotros siempre un ambiente de serenidad, de alegría y de esperanza. Roguemos al Señor

Por los deprimidos, por los que no tienen ganas de vivir ni de luchar, por los que han perdido toda ilusión y toda esperanza, para que sientan, en el contacto con nosotros, la presencia del Señor que viene en Navidad. Roguemos al Señor.

Por todos los que buscan la alegría, y no la encuentran, en el alcohol, la droga, el sexo o la cultura materialista, para que se conviertan y descubran que la felicidad está en el interior de las personas. Roguemos al Señor.

Por todos nosotros que creemos en Jesús nacido en Belén, para que, haciéndolo el centro de nuestra vida, llene nuestro corazón de una alegría que nunca perdamos. Roguemos al Señor.

6. PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS

Con esta pandereta y esta guitarra queremos ofrecer al Señor nuestro deseo de llevar la Buena Noticia de su nacimiento allá donde nos encontremos, y de esa manera colaboremos a que haya alegría verdadera en muchos corazones.

Con el pan y el vino llevamos hasta el Señor el esfuerzo y el trabajo de tantos hombres y mujeres que luchan por un mundo mejor, más alegre, más humano y más fraterno. ¡Gracias, Señor, por todos ellos!

7. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Niño de Belén, haznos alegres:

para reflejarte mejor,

para hacer felices a los demás.

para testificar nuestra fe en Ti.

Niño de Belén, haznos alegres:

queremos hacer un mundo distinto,

intentamos vaciar la tristeza de los corazones,

procuramos que estén llenos de tu alegría.

Niño de Belén, haznos alegres:

la tristeza no fue compañera de tu camino,

la tristeza es aliada del enemigo,

la tristeza destroza vidas y corazones.

Niño de Belén, haznos alegres:

el cielo de alegría lleno está,

de alegría la tierra queremos llenar,

y contigo felices los hombres serán.

Niño de Belén, haznos alegres. Amén.