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1229623309.Ciudad y Centros Historicos 2

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PUNTO DE VISTA SOBRE LAS CIUDADES PATRIMONIALES Y SU MANEJO

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  • CIUDAD Y CENTROS HISTRICOS Centros histricos y actores patrimoniales

    Fernando Camn'

    1. Introduccin

    La problemtica de los centros histricos se ha convertido en un tema de debate y discusin en el mbito de las polticas urbanas en Amrica Latina. Hoy, por lo menos, se trata de uno de los puntos centrales de la polmica sobre la ciudad. Esta conversin tiene que ver, entre otros, con los siguientes tres hechos que merecen ser destacados:

    f

    El deterioro que sufren las reas histricas de las ciudades latinoamericanas es consecuencia de situaciones sociales, econmicas y naturales, as como de los procesos de modernizacin que se desarrollan en cada uno de los pases y ciudades de la regin. Durante estos ltimos aos se aaden nuevos componentes de degradacin, deducidos de los problemas de identidad que genera el modelo aperturista que se implanta, del ajuste econmico que reduce las polticas sociales y, por ltimo, de las polticas de privatizacin y descentralizacin que tienden a disminuir la presencia del Estado nacional, entre otras.

    La pauperizacin de los estratos menos favorecidos de la poblacin lleva a crear estrategias de insercin residencial basadas en la densificacin de las zonas que cuentan con cierta dotacin de equipamiento y servicios. Estos lugares no son otros que las reas centrales de las ciudades, con lo cual se plantea una de las tensiones principales de los centros histricos, entre riqueza histrico-cultural y pobreza econmico-social. l

    Las nuevas tendencias de la urbanizacin en Amrica Latina -entre las que debe mencionarse "el regreso a la ciudad construida" (Carrin, 2000)imprimen un nuevo peso a la centralidad urbana. El urbanismo que se1 desarroll en Amrica Latina en este siglo, fundado en el asentamiento

    1 Fernando Carrin es Director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Ecuador I y ensea en varias universidades de Amrica Latina. +I

    1 Que, a su vez, es el fundamento del carcter contradictorio de la poltica en los centros histricos de Amrica Latina: la preservacin y el desarrollo.

    129 l l.'t

  • 'perifrico, entra en una nueva etapa:2 la introspeccin. Si la lgica de urbanizacin se dirigi hacia la periferia, hoy lo hace hacia la ciudad existente, hacia la urbe consolidada. Se produce una mutacin en la tradicional tendencia del desarrollo urbano (exgeno y centrfugo), que privilegiaba el urbanismo de la periferia, a uno que produce un cambio de direccin hacia la ciudad existente (endgena y centrpeta).

    Con esta vuelta de prioridad a la urbe previamente construida,3 el centro histrico cobra un sentido diferente, planteando nuevos retos vinculados a las accesibilidades, a las centralidades intraurbanas, a las simbologas existentes ya las tramas de relaciones sociales que le dan sustento. Esta nueva tendencia se explica, entre otras causas, por la transicin demogrfica que vive Amrica Latina, por el desarrollo cientfico tecnolgico de los medios de comunicacin y por la consolidacin de los mercados globales (Carrin, 2000). Esta confluencia de un nuevo patrn de urbanizacin, de la existencia de una conciencia pblica y privada y de la degradacin del centro histrico tiende a revalorizar la centralidad histrica y a plantear el reto de formular nuevas

    . metodologas, tcnicas y teoras que sustenten otros esquemas de interpretacin y actuacin sobre ellos. As se abren nuevas perspectivas analticas y mecanismos de intervencin en los centros histricos de Amrica Latina, que propenden a la superacin de los paradigmas que parten de lo monumental, como hecho inicial y definitivo, abstrayendo los contextos econmicos, sociales e histricos.

    2. El universo de los centros histricos

    El universo de los centros histricos en Amrica Latina se caracteriza por una gran diversidad de situaciones, que lleva a la dificultad e inconveniencia de tratarlos como si fueran una realidad nica y homognea.4 Esta afirmacin puede ser corroborada a travs de los siguientes criterios, que muestran la heterogeneidad de situaciones que generan centros histricos diferentes: la distinta calidad patrimonial (por ejemplo, entre Medelln y Lima), el tiempo

    Entendida como el paso de lo rural a urbano, la dotacin de servicios urbanos a los terrenos que no los tienen, el diseo de normas y la expansin urbana precaria, entre otras. Que exige polticas y acciones urbansticas dentro de las ciudades, es decir, la urbanizacin de la ciudad o, en otras palabras, la reurbanizacin. " ... tanto el patrimonio cultural como las estrategias planteadas para el problema de la conservacin y el uso de aqul son extraordinariamente desiguales entre los pases latinoamericanos. Sera injusto, o poco tcnico, aplicar los mismos criterios de evaluacin y medida a lo ocurrido en Mxico, en Colombia o en Chile, por ejemplo. Las circunstancias histricas y sociopolticas que priman en cada caso pueden ser enormemente distintas, en su ndole y accin. Las soluciones recomendables para un pas no lo son para otro. Esa es otra limitacin grave de la ortodoxia conservacionista, debido a la cual la realidad toma frecuentemente revancha de la teora, a costa del patrimonio arquitectnico" (Tllez, 1995, p.24).

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    de la intervencin (reciente e usuaria o turstica), los distin intermedias y pequeas), e local, pblica o privada) o le se inician, por ejemplo, el (Popayn), republicano (Sar que, por un lado, pueda hab al interior de una ciudad y, F lo largo de la historia y no, generalmente, a la fundac: heterogeneidad, si tomam declarados Patrimonio de la de realidades va desde el tal conservacin, entre otras. Es histricos es necesario rem porque exige creatividad a captarlos y actuar. Tambin p que intentan imponer, encas realidades como forma de n Estas diferencias hansido es: urbana de su produccin sO( el que se inscriben. Por tanl Amrica Latina, que se expl

    3. Relaci

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    e, por ejemplo. Las circunstancias en ser enormemente distintas, en n pas no lo son para otro. Esa es debido a la cual la realidad toma onio arquitectnico" (Tllez, 1995,

    de la intervencin (reciente o antigua), la cantidad de poblacin5 (sea residente, usuaria o turstica), los distintos rangos de ciudades (capitales, metropolitanas, intermedias y pequeas), el tipo de institucionalidad que acta (nacional o local, pblica o privada) o los orgenes histricos. Hay centros'iListricos que se inician, por ejemplo, en los perodos prehispnico (Cuzco), colonial (Popayn), republicano (Santiago) o moderno (Brasilia), lo que desemboca en que, por un lado, pueda haber varios centros histricos con orgenes distintos al interior de una ciudad y, por otro, que los centros histricos se configuren a lo largo de la historia y no, como se piensa, solo en un perodo y asociado, generalmente, a la fundacin de la ciudad. Incluso es fcil percibir esta heterogeneidad, si tomamos en cuenta la lista de los centros histricos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La gran dispersin de realidades va desde el tamao hasta el rango, la antigedad y el estado de conservacin, entre otras. Este universo altamente diferenciado de los centros histricos es necesario remarcarlo, ya que expresa la riqueza que tienen y

    :t porque exige creatividad analtica a la hora de definir metodologas para captarlos y actuar. Tambin pone en cuestin las clsicas reduccionesmodlicas,

    \ que intentan imponer, encasillar o vender modelos externos a cada una de las realidades como forma de replicar o reproducir los llamados casos exitosos.6l

    I Estas diferencias han sido estructuradas a lo largo de la historia en la dinmica urbana de su produccin social yen las condiciones particulares del medio en! el que se inscriben. Por tanto, hay una historia de los centros histricos de Amrica Latina, que se explica en su relacin con la ciudad.

    3. Relacin ciudad-centro histrico

    Los centros histricos no existen desde siempre, son un producto histrico que tiene un nacimiento y desarrollo (tendrn un fin?). Si ello es as, es importante plantearse, como punto de partida, las siguientes preguntas: Cundo nacen los centros histricos? Cundo se constituyen y convierten en objeto particular y especfico de estudio e intervencin dentro de la estructura urbana de la ciudad? Es indispensable tener en cuenta, al menos, dos aspectos interrelacionados: el primero, reconocer que la pertinencia de la interrogante proviene de la definicin de centro histrico como concepto histrico, procesal y dinmico que tiene un origen y desarrollo; por tanto,

    En cuanto a la poblacin, independientemente de su tamao, tenemos centros histricos que viven procesos de despoblamiento o repoblamiento; es decir, que hay centros histricos que han perdido poblacin o que la han aumentado. No obstante, tambin, debido a su condicin de centralidad, se tiene una afluencia diaria de poblacin que supera con creces a la residente. Los casos exitosos pueden hallarse en la tensin existente en el hecho de que ninguna ciudad ha resuelto todos sus problemas aunque, es justo reconocer, cada ciudad ha encontrado alternativas a alguno de sus problemas. En esa dinmica siempre se puede encontrar algo bueno que mostrar.

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  • requiere una matriz conceptual que mantenga iguales consideraciones para captar el movimiento real. Es decir, contar con un cuerpo conceptual que lo delimite, estructure, reconozca y transforme.

    En segundo lugar, remitirse a la historia para encontrar su lgica y devenir. Para ello y partiendo de la consideracin sealada en la seccin de los principios ordenadores, en el sentido de que el centro histrico es un objeto cambiante e histrico que se expresa y resulta de su relacin con la ciudad, es factible encontrar en la relacin centro histrico / ciudad asimetras que definan perodos especficos. En principio se pueden definir esquemticamente los siguientes cuatro momentos: la configuracin del rea principal; la diferenciacin entre ciudad y centro urbano, la distincin entre centro histrico y centro urbano, y el centro histrico en la era de la globalizacin.

    a) La constitucin del rea matriz

    Los centros histricos no existieron siempre. Si bien su pasado remoto se ubica en las pocas anteriores a la Conquista (1492), la constitucin urbana del rea se consolida a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando termina por configurarse el rea matriz, pero sin que asuma todava la cualidad de centro histrico. La consideracin de este espacio como rea matriz no niega la posibilidad de que haya otros procesos que se den por fuera de ella, tanto en trminos temporales como territoriales. No se excluyen etapas anteriores y posteriores, generadoras de otras tantas expresiones territoriales de centralidad histrica. Lo que s hace es reafirmar su magnitud y peso especfico en la estructura urbana, a travs de su preeminencia sobre los otros procesos. Este planteamiento es de enorme importancia ya que en esta consideracin radica, entre otras cosas, la necesaria "desideologizacin" de la temporalidad que el concepto encierra: ya no se refiere exclusivamente al perodo colonial como la nica fuente determinante de la cualidad de centro histrico, as como tampoco desconoce la presencia de una ciudad multitnica portadora de procesos histricos conflictivos. Por otro lado, se debe consignar que lo que hoyes centro histrico en su momento fue el todo de la urbe, la ciudad toda. Esto es importante porque nos permite pensar hacia el futuro de su rehabilitacin en trminos de entender, al menos, la siguiente situacin: si partimos de la consideracin general de que la ciudad es el espacio que concentra la diversidad, la configuracin del rea matriz tiene que tener esta condicin de heterogeneidad; por tanto, la definicin como centro histrico no tiene por qu hacerle perder su esencia primigenia: la diversidad.

    b) La diferenciacin entre centralidad y ciudad

    En los albores del siglo pasado y en principios de ste empieza la diferenciacin del espacio inicial de la urbe -hoyconocidocomo centrohistricocon la ciudad toda, debido a que comienza a asumir funciones y relaciones que

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    consolidan su condicin de ( expansivo de las ciudades homogeneidad de la zona Ir introduce la modernidad en1 que los centros histricos SE factores de heterogeneidad producir una estructura ten colonial, que es la expresi muestra la ruptura de un t nacimiento de otro y es est interior de la ciudad.7 De e~ tipos de urbanizacin en un centro histrico asuma la ion de la ciudad. Los apelativm vieja en San Juan nacen just las zonas de urbanizacinan y modernas expresiones de con la vieja o de la ciudad m

    Se dan las condiciOnE urbanizacin) y externas (cua se encuentran en el mismo es penniten diferenciar laciudac que cumple esta parte de la c respecto al todo (la ciudad), SE: simultneamente: por un consolidacin del rea mam arranca una importanteexpar entre la ciudady una desus pe de ella (de ciudad a 'solo' cel hecho significativo: si la cent funciones particulares que a; poltica urbana debe considt centralidad debe hacerse enE

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    consolidan su condicin de centralidad. El proceso arranca con el crecimiento t expansivo de las ciudades, que lleva a considerar la existencia de ciertaf homogeneidad de la zona matriz en comparacin con la heterogeneidad que, introduce la modernidad en la nueva ciudad. Este hecho ha conducido a pensar : que los centros histricos se caracterizan por la homogeneidad, cuando losl factores de heterogeneidad propios de una sociedad desigual nunca pueden

    I producir una estructura territorial homognea. Mucho menos, una sociedad colonial, que es la expresin ms acabada de la heterogeneidad. Esto nos

    muestra la ruptura de un tipo particular de urbanizacin que da lugar al nacimiento de otro y es esta ruptura la que crea una nueva centralidad al

    interior de la ciudad.? De esta manera, se produce la diferenciacin de dos

    1 tipos de urbanizacin en una misma ciudad, llevando a que el hoy llamado centro histrico asuma la funcin de centralidad, constituyendo parte esencial de la ciudad. Los apelativos de ciudad antigua en Montevideo o de ciudad vieja en San Juan nacen justamente por la comparacin que se produce entre las zonas de urbanizacin ancestral y las reas donde se desarrollan las nuevas

    y modernas expresiones de la ciudad. Es la articulacin de la ciudad nueva con la vieja o de la ciudad moderna con la tradicional.

    I Se dan las condiciones internas (cualidades propias de un tipo de," urbanizacin) y externas (cualidades propias de otro tipo de urbanizacin) que ,.I

    se encuentran en el mismo espacio y que, por oposicin y contraste entre ellas, permitendiferenciar laciudad de sunueva centralidad urbana. La nueva funcin .. que cumple esta parte de la ciudad (de centro urbano) y su diferenciacin con

    respecto al todo (la ciudad), se produce gracias a dos procesos que se desarrollan simultneamente: por un lado, se llega al lmite de la densificacin y

    .. consolidacin del rea matriz y, por otro, y como consecuencia de lo anterior, .. arranca una importante expansin que introducir los factores de diferenciacin

    1

    entre la ciudad y una de sus partes (la centralidad) y cambios de la funcionalidad ~ de ella (de ciudad a 'solo' centro). Este salto cualitativo lleva a considerar un hecho significativo: si la centralidad se diferencia del todo -la ciudad- por las.. funciones particulares que cumple en relacin con ella, se debe concluir que la

    poltica urbana debe considerar a la centralidad y que una poltica sobre la centralidad debe hacerse en el marco de la ciudad.

    c) La diferenciacin entre centro urbano y centro histrico

    El tercer perodo se caracteriza por la distincin que se produce entre centro urbano y centro histrico, gracias al nacimiento de esta peculiaridad

    Por centralidad urbana se entiende al proceso concurrente de, por un lado, la 'concentracin' de ciertas funciones urbanas fundamentales corno el comercio, la banca, la administracin pblica y privada, localizadas en ciertos lugares de la ciudad, y, por otro, una determinacin de 'centralizacin' que se constituye a partir de la confluencia de las relaciones que se

    :r

    . funciones y relaciones que establecen entre el centro y la periferia inmediata.

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  • i

    de la urbe. Esta situacin tiene lugar a partir de la prdida de centralidad Lo paradjico de esta urbana del rea matriz, en beneficio del nacimiento de una nueva en otro de centralidad histrica se p lugar de la ciudad, que conduce a dos posibilidades: por un lado, a una Esto es, ve la luz conel estig: centralidad compartida, donde la zona mantiene algunas de las relaciones que le dan vida y otras se desplazan para conformar una nueva; o, por otro lado, a la prdida total de sus funciones de centralidad que puede conducir a su disolucin o, en el mejor de los casos, a su conversin en un barrio histrico que carece de centralidad urbana. En otras palabras, sufre un proceso de 'periferizacin' que le hace perder la cualidad de centralidad y convertirse en un barrio histrico de la ciudad.s

    El proceso de la desconcentracin de las actividades urbanas de los centros histricos hacia otras zonas de la ciudad que empiezan a acumular estas funciones se inicia bajo la forma de relocalizacin del comercio, de la administracin, de la banca, de la capacidad estatal, de la burocracia y de la tecnocracia.9 Esta desconcentracin de las funciones urbanas principales modifica las relaciones entre el centro y la periferia, conduciendo al aparecimiento de una nueva centralidad, que con el paso del tiempo ya no se confunde con el centro histrico sino se diferencia de l. Desde este momento se evidenciar el desdoblamiento de los dos tipos de centralidades, en mbitos espaciales distintos: la urbana y la histrica, dando lugar al nacimiento del centro histrico como tal. IO Ser, entonces, la prdida de centralidad y la subsecuente distincin de los dos tipos de centralidad las que dan nacimiento a esta particularidad urbana.

    Histricamente este hecho se produce con la aceleracin del proceso de urbanizacin, con el desarrollo hacia adentro gracias al modelo de sustitucin de importaciones y con la formacin del Estado de bienestar. Este hecho histrico tiene su contrapartida en las polticas particulares que se disean sobre esta rea de la ciudad. El nfasis de estas polticas est dado por su carcter 'nacionalista', en una doble dimensin: por un lado, porque las elites locales la conciben a partir de un imaginario cultural nacional y, por otro lado, porque el marco institucional desde el cual se delinean proviene de organismos estatales nacionales.

    Se pueden citar los casos ilustrativos de Olinda, en Brasil, San Telmo, en Buenos Aires o La Candelaria, en Bogot, que terminan por convertirse en barrios histricos, luego de perder las funciones de centralidad. Este ejemplo histrico debe ser tomado en cuenta en la fase de globalizacin, porque la centralidad histrica puede perder sus cualidades, si no se introducen polticas de preservacin de los atributos de centralidad. La relocalizacin del capital se obtiene, primero, mediante la creacin de nuevas empresas; segundo, por el traslado de las matrices o sucursales, y, en tercer lugar, por la concentracin de la demanda bajo nuevas lgicas de mercado. Sin duda, esta movilidad del capital encierra el cambio de funcionalidad que la ciudad vive y de la renovacin urbana que implica.

    111 Mientras la primera concentra las actividades urbanas que le confieren la cualidad urbana de centralidad, la segunda concentra una multiplicidad de tiempos sobre el mismo espacio.

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    esenciales de los centros his ...

    que se genera porla disfunci por la reduccin de los tien problemas ambientales, en!

    Este hecho es intereSal tanto, su crisis-lllleva el sig importante de la ciudad, E encara ms un sentido de 1 iniciales. El regreso a las cor de un espacio que se inscrirn: diferente. Sin embargo, estl tiempo en Amrica Latin consecuencia de los tardos F la crisis de la centralidad url La Habana) a los que OCurl urbanizacin (Buenos Aires una ventaja porque perrr relativamente buenas.

    Si se revisan los proces de las ciudades de Amrica I otras- es evidente que su dE urbanizacin, del proce: importaciones, del desarro migratoria. Pero tambin ju: falta de conciencia y de po culturales en esas ciudades, de una mal comprendida 1 histricos iniciales y a las e) centros histricos estn en ffiI ha existido un evidente procE del patrimonio (masificaci

    El nacimiento de los CE remarcar dos lneas de reflel los centros histricos no piere histricos deben inscribirse E la oportunidad.

    11 Segn el Diccionario de la Len considerable que acaece en un enfermo". La definicin de crisis como 0F

  • e la prdida de centralidad iento de una nueva en otro idades: por un lado, a una le algunas de las relaciones rmar una nueva; o, por otro ilidad que puede conducir a 'ersin en un barrio histrico labras, sufre un proceso de centralidad y convertirse en

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    il, San Telmo, en Buenos Aires o La barrios histricos, luego de perder ser tomado en cuenta en la fase de

    er sus cualidades, si no se introducen d.

    te la creacin de nuevas empresas; en tercer lugar, por la concentracin a, esta movilidad del capital encierra renovacin urbana que implica. que le confieren la cualidad urbana de tiempos sobre el mismo espacio.

    Lo paradjico de esta situacin radica en el hecho de que el nacimiento de centralidad histrica se produce en el momento en que entra en decadencia. Esto es, ve la luz con el estigma de la crisis y, por tanto, una de las caractersticas esenciales de los centros histricos es que nacen con su muerte a cuestas. Crisis

    que se genera por la disfuncionalidad urbana, 'por el deterioro de la centralidad, por la reduccin de los tiempos, por la concentracin de la pobreza o por los

    & problemas ambientales, entre otros. Este hecho es interesante de remarcar, porque desde su nacimiento -por

    tanto, su crisis-ll lleva el signo de la oportunidad, pero no slo para esta parte importante de la ciudad, sino para la ciudad todaY Por eso la renovacin encara ms un sentido de futuro que de reconstruccin de sus condiciones

    iniciales. El regreso a las condiciones originarias es imposible, por que se trata de un espacio que se inscribe en una ciudad distinta y en una coyuntura urbana

    diferente. Sin embargo, este proceso de nacimiento no fue homogneo en el tiempo en Amrica Latina. Hubo centros histricos en los que, como consecuencia de los tardos procesos de modernizacin capitalista que vivieron, la crisis de la centralidad urbana tuvo lugar en momentos posteriores (Quito, La Habana) a los que ocurrieron en las ciudades metropolitanas de rpida urbanizacin (Buenos Aires, Rio de Janeiro). Este hecho fue, en cierto sentido,

    ,.. una ventaja porque permiti mantenerlos con vida y en condiciones relativamente buenas.

    Si se revisan los procesos que sufrieron algunos de los centros histricos de lasciudades de Amrica Latina -Buenos Aires, Santiago, Montevideo, entre otras- es evidente que su declinacin provino de la velocidad del proceso de urbanizacin, del proceso de industrializacin por sustitucin de importaciones, del desarrollo del comercio y la banca, de la fuerte oleada migratoria. Pero tambin justo es reconocer que en aquellos momentos hubo falta de conciencia y de polticas de preservacin de los valores histricoculturales en esas ciudades, as como escasez de voces levantadas en contra de una mal comprendida modernidad. Hoy, gracias a aquellos procesos histricos iniciales y a las experiencias que los sustentan, la totalidad de los centros histricos estnen mejores condiciones de defenderse; adems, porque ha existido un evidente proceso de ampliacin de la base social de sustentacin del patrimonio (masificacin o democratizacin?).

    El nacimiento de los centros histricos, simultneo a su crisis, permite remarcar dos lneas de reflexin: la una, sobre la necesidad que existe de que los centros histricos no pierdan la centralidad urbana y, la otra, que los centros histricos deben inscribirse en una poltica urbana que recupere el sentido de la oportunidad.

    11 Segn el Diccionario de la Lengua Espaola, crisis tiene la siguiente acepcin: "mutacin considerable que acaece en una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el enfermo".

    12 La definicin de crisis como oportunidad es importante.

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  • Ir Q

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    Partiendo de la asimetra que existe entre ciudad y centro histrico y de transforman, las centralidai los cambios de funcionalidad que experimenta a lo largo de la historia de la . se profundizany la funciona

    .ciudad, cabra preguntarse: Qu ha ocurrido y qu papel cumplen los centros importantes, se pueden con histricos enelmarco de la globalizacin enAmrica Latina? Sin lugara dudas,

    Hay un cambio en los una notable transformacin, que tiene que ver con los asuntos siguientes. histricos, bajo modal Primero, se vive el fin del ciclo expansivo de la urbanizacin, iniciado en la segunda posguerra. Se pasa de la 'ciudad de campesinos' a la 'ciudad de La desnacionalizacin pobres'. Si en 1950 e141% de la poblacin resida en ciudades, al ao 2000 fue de las identidades qu sobre el 78%. Esto significa que Amrica Latina se ha convertido en el continente referentes fundament conmayorpoblacin urbana del mundo, queha llegado prcticamente al lmite lavez. el proceso de migracin del campo a la ciudad; de all que las tasas de

    Gracias a la entrad,urbanizacin generales y particulares tiendan a disminuir. Ello pone fin al internacional) en el pr

    lStentado en 'el regreso a la e, la centralidad urbana y los :arrin,2000). )rma del Estado que tiene, al nto significativo del peso de lel aumento de competencias, i[\ de la administracin de los yor participacin del sector io, por ejemplo, mediante os municipios, de empresas ,

    le la presencia de organismos .. ln. no ha habido un cambio tan lobalizacin. La revolucin po de las comunicaciones, y r transformar las distancias

    heterogneo) y, por tanto, la amientos, continuidades y amiento de los espacios de blacin hacia los medios de 998). Los centros histricos dos perspectivas: la una, la flujos, y la otra, el paso hacia nsin entre los dos tipos de

    ca busque ser superada en el cin, transicin demogrfica, ,n) y revolucin tecnolgica.

    Una situacin como la descrita tiende a modificar la funcin del centro histrico en tanto que el tiempo de la ciudad se acelera, las accesibilidades se transforman, las centralidades se redefinen, las discontinuidades espaciales se profundizan y la funcionalidad cambia. De este contexto, entre otros hechos importantes, se pueden consignar los siguientes impactos:

    Hay un cambio en los marcos institucionales de gestin de los centros histricos, bajo modalidades descentralizadas y privatizadas.

    La desnacionalizacin que vive el Estado hace perder el carcter nacional de las identidades que generan los centros histricos, puesto que los referentes fundamentales comienzan a ser 'internacionales'13 y locales a lavez.

    Gracias a la entrada del sector empresarial privado (nacional e internacional) en el proceso de definicin de polticas, se empieza a vivir la privatizacin de la gestin pblica de los centros histricos; llega para tomar partido del espacio pblico -como un todo y sus partes- ms grande e importante de cada ciudad. Tambin su presencia modifica el sentido de ciudadana por el de cliente.

    La ptica de la gestin que tiende a primar se inscribe bajo la lgica econmica de la recuperacin de las inversiones y la creacin de un nicho de mercado para los centros histricos. 14

    Se produce un incremento de la pugna entre la centralidad urbana y la histrica, donde la segunda tiene las de perder por su gran rigidez para adecuarse al cambio. Ello obliga a una resuelta accin estatal con el fin de equilibrar las oportunidades de una y otra, para que se puedan crear las condiciones de competitividad y posicionamiento que le permitan insertarse en los nichos de mercado y articularse a la red urbana. Sin lugar a dudas el eje de esta accin debern ser los servicios de nueva generacin.

    Cambio del contenido de las centralidades: de espacios de encuentro hacia lugares de trnsito y flujo. Por eso hay la necesidad de romper la barrera que significa la centralidad histrica para la circulacin de

    Con la asuncin de las funciones de capitalidad por Miami, se observa una conversin respecto del peso de las influencias urbanas y arquitectnicas de los centros histricos. Se pasa de los referentes espaoles, italianos, portugueses o franceses haca una 'miamizacin' de la cultura local y, por tanto, de los centros histricos. "Lo que Pars, Madrid o Londres significaron en otra poca para los latinoamericanos ahora lo representan para las elites Nueva York, para los sectores medios, Miami o Los ngeles" (Garca Canclini, 2000, p. 177). Quizs el caso ms interesante sea el proyecto "Malecn 2000" realizado en Guayaquil: es un proyecto promovido por una fundacin privada, fue diseilado en el exterior, se ha convertido en el espacio histrico de fortalecimiento de la identidad local guayaqulea, ha dinamizado el mercado inmobiliario y comercial de la zona y ha privatizado no slo su gestin sino tambin el espacio pblico.

    137

  • personas, bienes, servicios e informacin. Se valora ms la movilidad de la poblacin, informacin y recursos que las necesidades de encuentro y formacin de comunidad. Ahora en los centros histricos la poblacin residente es menor que la de trnsito y dentro de ella, el turista tiene mayor peso, a pesar de ser minoritario.15 .'

    La globalizacin modifica el concepto de ciudad, originalmente entendido como destino final para el migrante y de existencia para el ciudadano (civitas), hacia una urbe donde se produce la erosin del sentido de comunidad (ciudadana), porque prevalecen los flujos. Los centros histricos empiezan a ser vctimas del abandono de lo cvico y de la prdida de su condicin de espacio pblico.

    El deseo colectivo de movilidad y el flujo poblacional introducen un tipo particular de identidad y pertenencia, que implica no tener que llevar a cabo los rituales del compromiso con el lugar, con lo cual hay un vaciamiento y prdida del sentido de patria. Este cierto retomo al 'nomadismo' se expresa, por ejemplo, en las grandes oleadas migratorias: internacionales, intraurbanas, campo-ciudad y tursticas. El 'nomadismo' redefine el sentido de pertenencia, porque tiene preeminencia el lugar distante, que no le genera compromisos, por sobre el de la residencia actual. Se produce una ciudadana sui gneris, en el sentido de no pertenecer a la comunidad en la cual vive el presente, sea porque naci en otra ciudad o pas, o porque trabaja, estudia o compra en espacios totalmente distintos a los que reside. Se vive un"foraneismo" dentro de la propia ciudad.

    El centro histrico tiende a adaptarse a esta nueva realidad porque, por ejemplo, el automvil hace desaparecer la calle tradicional (lugar de encuentro y no de trnsito), empuja a un cambio en la funcionalidad de la plaza -como el lugar de comercio, paseo o espacio de los jubilados- y vaca del contenido original a las avenidas y alamedas.16 En la actualidad no es el ciudadano la razn del urbanismo o de la renovacin de los centros histricos. El sujeto para el cual se disea es el turista, el transente y el migrante. Por eso ahora el centro histrico tiene ms valor de imagen que valor de uso.

    La posibilidad de salir de la crisis de los centros histricos depender de la forma cmo se procese la contradiccin entre centro urbano e histrico.

    15 El centro histrico de Quito tiene una poblacin residente de alrededor de 100.000 habitantes, una poblacin usuaria de 300.000 y un flujo de turistas no mayor de 1.000 personas. El centro histrico de Quito no es la excepcin sino la norma. En Santo Domingo se calcul un promedio de 4 horas de estada y de 10 dlares de consumo por turista en el centro histrico.

    lb Hoy la gente se recluye en el mundo privado del centro comercial, del club social o deportivo o del cine a domicilio. Ya no se socializa en los espacios pblicos. "Una quinta parte de los habitantes de la ciudad de Mxico parecemos habernos reunido en la capital del pas para no usar la ciudad (... ) Las seis actividades ms mencionadas por los encuestados se realizan dentro de casa. (... ) Parece que los capitalinos -cuando pueden elegir qu hacer- prefieren evitar el contacto con la vida pblica de la urbe" (Garca Canclini, 1997, 152).

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    17

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    a Canclini, 1997, 152).

    Para ello hay que disear polticas pblicas que tiendan a fortalecer la centralidad histrica porque si no la centralidad urbana podra restarle su condicin. En Amrica Latina existen casos de nuevas centralidades urbanas que se inscriben en la lgica de la globalizacin17 y que tienden a producir el efecto de vaciamiento de los centros histricos, con lo cual se 'periferizan' y transforman, en el mejor de los casos, en barrios histricos. De esta manera, pueden quedar como reductos de la pobreza y tambin marginados de la globalizacin. En esta competencia de las centralidades es difcil que los centros histricos tengan la flexibilidad suficiente para poder construir y ser asiento de las nuevas redes de servicios e infraestructuras. Por ello, la funcin del Estado en el diseo de las polticas de rehabilitacin es fundamental, porque pueden establecer cierto equilibrio entre las centralidades como para que las exigencias de la globalizacin no terminen por desbordarle.

    4. Algunas conclusiones de este recorrido histrico

    Es posible formular algunas conclusiones: La funcionalidad, contenido y forma de los centros histricos ha variado

    a lo largo de la historia, encontrndose que cada uno de los momentos analizados produce un tipo especfico de centralidad. En el primer momento la centralidad de la ciudad es nica e indiscutible y seestructura desde lo pblico, lo estatal y en espacios abiertos, y tiene como smbolo fundamental la plaza principal o mayor. En el segundo, las centralidades se establecen desde lo privado, lo empresarial y en espacio cerrado. La plaza pblica, centralmente constituida, cede ante el centro comercial privado, producido por el mercado. Este trnsito ha conducido a que las centralidades se multipliquen y cambien de contenido (Carrin, 1995, p. 242). En el tercer momento, la centralidad da paso a una nueva expresin caracterizada por el reemplazo del espacio de los lugares por el de los flujos, senderos y trnsitos... con lo cual prevalece el movimiento de las personas, la informacin, y los recursos. Se pasa de un centro que se crea sobre la base del encuentro hacia otro que significa trnsito, flujo, movilidad.

    Los centros histricos se caracterizan por la heterogeneidad, porque vienen de ella -al haber sido en su momento la totalidad de la ciudad- y porque sinella se mueren. La heterogeneidad social, econmica y cultural es una condicin de su existencia; de all que si se planteara una propuesta homogenizadora se terminara perdiendo la centralidad y reduciendo

    17 Es el caso de la 'centralidad perifrica' de Santa Fe, en Mxico, o del "corredor central" de Retiro-Catalinas-Microcentro-Puerto Madero, en Buenos Aires; as como un conjunto de "artefactos de la globalizacin" que operan como economas de enclave en nuestras ciudades, gracias a la centralidad que portan.

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  • i$

    el tiempo, el espacio y la condicin de ciudadana. Un centro histrico destinado solo a ciertas actividades como el turismo o convertido en hbitat de la pobreza terminar convirtindose en periferia.

    La nocin de palimpsesto18 es la que mejor se ajusta a la comprensin de la sostenibilidad y continuidad de los centros histricos, porque es la suma de valor y tiempo la que asigna la posibilidad de identificar varias lecturas superpuestas, cada una de las cuales corresponde a una fase del proceso.

    Si lo que hoyes centro histrico fue en un inicio la ciudad toda y, posteriormente, fue el centro de la ciudad, podremos coincidir en que el cambio ha sido una caracterstica central de su proceso histrico. Es el lugar que ms cambia de la ciudad y el que plantea modificaciones ms drsticas. El signo de los centros histricos es el cambio.

    La gran propuesta de los centros histricos debe ir hacia la recuperacin de su valor de uso para que, por encima de la escenografa y el 'fachadismo' que no resuelven nada, puedan los sujetos patrimoniales potenciarse y el propio centro vincularse a la globalizacin. Esta propuesta va en el sentido de la democratizacin del patrimonio.

    En el proceso de desarrollo de los centros histricos se observa un cambio e incremento significativo de los sujetos patrimoniales, as como una mayor complejidad de los mismos y de la relacin que mantienen.

    Hoy en da los centros histricos deben internacionalizarse para poder rehabilitarse, para lo cual tienen que establecer su competitividad (ventajas en el mercado) y posicionamiento (ubicacin dentro del sistema urbano de nodos). Ello supone impulsar las infraestructuras y servicios de punta, encontrar espacios dentro del mercado internacional, articularse en red con otros centros histricos y urbanos y mejorar las condiciones de accesibilidad (conexin), entre otras.

    El deterioro de los centros histricos no es solo un problema en s mismo (propia), sino tambin un obstculo para el desarrollo urbano. De all que, as como una poltica de reactivacin patrimonial debe aportar y provenir de una poltica urbana global de la ciudad, una poltica sobre la ciudad no puede descartar la reactivacin de sus centros histricos.

    l' "Manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente". Diccionario Academia de la Lengua.

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    5. El carcter de la nueva intervencin

    Se intenta superar la crisis de los centros histricos, que se produce simultneamente con su nacimiento, a travs de la renovacin urbana. Esto supone establecer un nuevo orden desde las bases sociales y materiales preexistentes y desde las posiciones diversas provenientes de actores especficos, cada uno de los cuales tiene su propia lgica. En otras palabras, la crisis de los centros histricos aparece como una oportunidad. La renovacin urbana, a diferencia del renacimiento, no es un nuevo comenzar, porque la novedad no es absoluta. Lo nuevo se nutre de lo antiguo como fuente, pero no lo niega, tan es as que lo antiguo debe ser reconocido. Es decir, segn Cabrera (1997) 'se establece como ncleo central la forma antigua, cuya modificacin no debe disolverla, sino mantenerla'. La renovacin implica la creacin de un 'nuevo orden' que surge de la necesidad de lograr una voluntad colectiva que respete los 'mltiples rdenes' que tiene y no la hegemona de uno de ellos. Es una propuesta que tiene que ver con la relacin antiguo-moderno, y con las vinculaciones que establecen los portadores de cada uno de estos rdenes: los sujetos patrimoniales. Las polticas de renovacin de los centros histricos provienen de la accin especfica de los sujetos patrimoniales y de la correlacin de fuerzas que ostentenen cada momento en particular.

    Como toda heredad, el centro histrico es un espacio disputado de la ciudad. Por quines y en qu circunstancias se produce la disputa? Cules son los 'sujetos histricos' que producen y reproducen los centros histricos? Son el mercado, el Estado, la planificacin, los movimientos sociales o la cooperacin internacional? El sujeto patrimonial hace referencia a una relacin social que contiene tres aspectos: el momento, lo que se hereda y los actores sociales especficos. Esta conjuncin entre momento, objeto y posicin social en el proceso (quin recibe y transfiere) permite definir el concepto de 'sujeto patrimonial' y, adems, identificarlo empricamente.

    La definicin de sujeto patrimonial implica que lo patrimonial existe en la medida en que uno ovarios sujetos lo reconozcan, apropien y protejan como tal. Este reconocimiento iniciado por elites culturales de las sociedades locales se ha expandido progresivamente a grupos cada vez ms amplios de la poblacin, dando lugar a la lucha por la apropiacin social y la democratizacin del patrimonio. La identificacin emprica de los sujetos patrimoniales puede hacerse atendiendo a varios criterios, entre los que se pueden mencionar: el mbito local, nacional provincial o internacional, el origen pblico, privado o comunitario; la funcin comercial, administrativa o de servicios. De esta manera, sujetos patrimoniales como la cooperacin internacional (UNESCO, BID), los vendedores callejeros (cooperativas, asociaciones), los propietarios inmobiliarios (predios, edificios), el capital (comercial, industrial) la Iglesia, etc., debenser entendidos de acuerdo con la dimensin que tienenen el proceso de produccin -reproduccin de los centros histricos en cada momento en particular.

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  • p

    Por esta consideracin es imprescindible realizar un 'mapeo de los sujetos La segunda se defin patrimoniales', a la manera de quin es quin, qu posiciones tienen y qu considerado centro 1 relacionesmantienen entre ellos. Responder estas preguntas implica situarse en endgenos (por ejem dos planos complementarios: el uno, referido a la identificacin de los sujetos ejemplo, turistas, USl patrimoniales que actlancomo 'sujetos patrimonialeshistricos' y el otro, referido perciben dos propuesl a la definicin de los "sujetos patrimoniales subordinados". A partir de ello se del centro histrico19 puede configurar el escenario del conflicto y los medios a travs de los cuales posiciones ms acadt puede procesarse; estoes, elmarco institucional y la direccionalidad de las polticas. propugnan que la si

    Respecto delmarco institucional, los sujetos patrimoniales y sus relaciones garantizar si los eleI1 dan lugar a la existencia de un complejo institucional de gestin de los centros travs de la participaci histricos, compuesto por el conjunto de las instituciones que los sujetos Exgenamente y seg patrimoniales conforman. El complejo institucional puede ser"articulado" patrimoniales se exp cuando uno de ellos asume la modalidad de ncleo funcional, es decir, de eje reconquista, privatizaarticulador del conjunto de los sujetos patrimoniales, o "desarticulado", cuando estas posiciones se ger hay una disputa entre ellos (Carrin, 1997). En el primer caso se definir al que, en ltima instanci sujeto patrimonial histrico yen el segundo, al subordinado. la zona enmencin.20 1

    En cuanto a las polticas, existe la creacin del llamado 'sujeto con -portadores de posic4

    voluntad consciente', cuando el diseo de un proyecto surge de un consenso histrico, en la medid hegemnico de los actores que le dan sustento, con lo cual el logro de la llamada patrimonio, sea dema 'voluntad poltica' no es otra cosa que el resultado de una concertacin en la medida en que Pi hegemnica nacida de la correlacin de fuerzas entre los sujetos patrimoniales, terri torio que ms otor en cada coyuntura especfica. Por ello, la voluntad poltica se consigue cuando al centro histrico nao hay un sujeto patrimonial que la porte hegemnicamente. la condicinde ciudadi

    El sujeto patrimonial se define bajo dos perspectivas analticas: que la ciudadana tienl La primera, generada a partir de la relacin Estado/sociedad. Para ello aproximacin universa existen dos alternativas: aquellas que ven la necesidad de salir de la crisis histrico- por las conn de los centros histricos desde el potenciarniento del carcter pblico-estatal, de este derecho univel y las otras que plantean como alternativa el estmulo al sector privado l. Este es el ejercicio de mercantil. Los sujetos patrimoniales seconstituyena partirde los niveles de histrico, que deviene organizacindelEstado: locales (por ejemplo,municipios), nacionales (por que su recuperacin dl ejemplo, institutos) o internacionales (por ejemplo, organismos La ciudadana, para S4 multilaterales). En estos casos, se delinean, por ejemplo, polticas y mejoramiento del cenb declaraciones de custodia nacional o mundial realizadas por los estados habitantes o de sus pro nacionales y ciertos organismos internacionales (UNESCO), el desarrollo Sin embargo, se les d de los inventarios patrimoniales, el diseo de planesy proyectos especficos habitantes quemoran E y el establecimiento de los marcos institucionales locales y/o nacionales.

    Tambin se tienen aquellas posiciones que cuestionan la accin estatal 1" Nos referimos, por ejemplo, a desde la perspectiva de las privatizaciones o de la accin del capital. Los (residentes) o a las organizacio sujetos patrimoniales se constituyen desde la sociedad civil con la 211 Este es el caso de la reivindicadl

    de subsumir el pequeo patrin presencia de empresas privadas, de organismos internacionales y de acta como capital en la lgica

    organismos no gubernamentales. Se trata, entre otras, por ejemplo, de freno al incremento de la produ

    Estas nuevas modalidades de gestin conducen a nuevas formas de creacin de identidades, que llevan a preguntas como las siguientes: Se pulveriza el sentido de lo nacional en lo local? Se fragmenta la integracin social por tipos de mercados? La globalizacin homogeniza las polticas de renovacin? Con esta tendencia, los centros histricos empiezan a ser vctimas del abandono de lo cvico y de la prdida de su condicin de espacio pblico; tambin se observa la concentracin de la propiedad, la penetracin de capitales transnacionales en desmedro del pequeo capital nacional y la reduccin del compromiso de la poblacin con la zona; es decir, de erosin del sentido de la ciudadana.

    La presencia del tema de las privatizaciones plantea, por primera vez, la discusin entre lo pblico y lo privado dentro del centro histrico, lo cual puede llevar a fortalecer las tendencias pblicas que tiene el centro histrico, a establecer nuevas relaciones de cooperacin entre lo pblico y lo privado, a incentivar el significado que tiene el 'pequeo patrimonio' para el capital y a definir una sostenibilidad econmica y social de todo emprendimiento, entre otros. Sin embargo, justo es sealarlo, esta temtica trae un ncleo de preocupaciones y discusiones muy importantes, que vinculan a las relaciones de la sociedad y el Estado, en la perspectiva de reconstruir el espacio pblico que es el centro histrico. Todo esto en la medida en que no se formule el proceso de privatizacin como dogma.

    Por otro lado, segn Garca Canclini (2000, p. 171), se vive un cambio de la ciudad como espacio pblico, porque es 'en los medios masivos de comunicacin donde se desenvuelve para la poblacin el espacio pblico'. Los circuitos mediticos ahora tienen ms peso que los tradicionales lugares de encuentro al interior de las ciudades, donde se formaban las identidades y se gestaban los imaginarios sociales. En esa perspectiva, los centros histricos sufren un impacto considerable por la 'competencia' que tienen de las redes comunicacionales. Para superar esta anomala deben actuar comouno de ellos; esto es, operar como un medio de comunicacin que potencie su esencia y que, en la necesaria bsqueda de referentes que tiene la poblacin, lo lleve a acercarse a las centralidades urbanas e histricas.

    7. El marco institucional: las modalidades de gobierno

    El proceso de deterioro de los centros histricos ha ido de la mano del deterioro de la gestin pblica de los mismos. Primero, porque las polticas urbanas le dieron la espalda a la centralidad al poner las prioridades del desarrollo urbano en la expansin perifrica. Segundo, porque la presin privada fue tan fuerte que termin por desbordarla. Tercero, porque se form una maraa institucional sumamente compleja.

    Como resultado se tiene poca experiencia en el gobierno de los centros histricos, hay una multiplicacin de las instituciones especializadas en el tema, existe poca capacidad de control y administracin, se produce la ampliacin

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    en el gobierno de los centros 'onesespecializadasenel tema, in, se produce la ampliacin

    de las demandas sociales por su rehabilitacin integral y, recientemente, se busca la introduccin de la lgica privada de su intervencin. No es posible que existan tantas instituciones que tengan propuestas diferentes y dispersas, as como que la gestin privada segmente la ciudadana entre quienes son sujetos de crdito y quienes no, entre los que pueden acceder al mercado y aquellos que se marginan.

    Esto ocurre en un momento de transicin en que se conforma la nueva modalidad de gestin de este importante espacio pblico de la ciudad, que tiene como antecedente a un marco institucional que ha transitado por tres momentos. Un primer momento en que la sociedad civil representada por ciertas elites cultas (los notables) reivindica ante el Estado la necesidad de preservar los valores histrico-culturales de nuestras ciudades. Su propuesta provendr principalmente desde la arquitectura y con un enfoque centrado en lo cultural, entendido desde una perspectiva artstica. Esto es, de la arquitectura como un hecho cultural y a ste como un arte que deviene en escultura monumental. Un segundo momento en que el Estado nacional establece un marco institucional a travs de institutos especializados o ministerios de cultura y de polticas pblicas inscritas en el fortalecimiento de la llamada identidad nacional. Aqu el tema logra urbanizarse bajo la modalidad de conjunto monumental. Finalmente, un tercer momento en que los marcos institucionales de gestin de los centros histricos se encuentren en transicin y son an poco claros. Hoy el debate sobre los modelos de gestin en los centros histricos cobra mucha fuerza y es lgico que as suceda si los sujetos patrimoniales han cambiado y aumentado, gracias a la profunda reforma del Estado que se vive en el conjunto en Amrica Latina. El marco institucional, las modalidades de gestin y el carcter de las intervenciones en los centros histricos se encuentran en un momento de quiebre. En este caso la conceptualizacinse diversifica a travs de varias posiciones, que evidencian un desarrollo importante.

    Se vive la tendencia general de cambio del marco institucional de gestin de los centros histricos, que se inscribe en un doble movimiento interrelacionado: la reforma del Estado y la redefinicin de su papel sobre la base de un trnsito del nivel central al local-municipal (descentralizacin) y de ste a lo empresarial-privado (privatizacin). Vivimos la poca de la descentralizacin y la privatizacin de la gestin pblica y llega para tomar partido en el espacio pblico-comoun todo-ms importante de toda la ciudad: el centro histrico. Si bien es una tendencia general, no se puede desconocer que, en cada caso, hay ritmos, rganos y velocidades distintas, as como tambin es peligroso formular una posicin teleolgica creyendo que es inevitable el trnsito de una gestin central a otra local y de sta a una privada.

    Desde la perspectiva de la descentralizacin, se pueden identificar dos pticas: por un lado, la que se observa desde el nivel nacional hacia el local, a travs de la transferencia de la competencia que lleva a que cada vez ms centros histricos sean administrados desde la rbita de lo municipal en

    147

  • p

    detrimento de la nacional. No obstante, este proceso de transicin del marco institucional no est exento de conflictos, porque es parte de la pelea tpica de las herencias. El caso de la confrontacin de la Municipalidad de Lima con el Ejecutivo Nacional lo ilustra notablemente, incluso por la significacin poltica que tiene. Por otro lado, la descentralizacin que se desarrolla al interior del gobierno local, con la creacin de un poder especializado, que se expresa a la manera de una descentralizacin intramunicipal. Este proceso se profundiza con ms fuerza dentro de los municipios de las ciudades ms grandes, porque tienden a formar unidades especiales para el gobierno de esta parte de la urbe. Qu ocurre con los pequeos? As tenemos que se pasa de la gestin de instancias nacionales tales como los institutos nacionales de cultura (Brasil), antropologa e historia (Mxico), institutos de patrimonio cultural (Ecuador), hacia el manejo de la competencia por los gobiernos municipales o, incluso, de fundaciones o empresa privadas. De esta manera, se provoca un aumento y un cambio en los actores fundamentales de la zona.

    Los sujetos patrimoniales vinculados ms directamente a la privatizacin y que ms peso comienzan a tener son los organismos no gubernamentales (patronatos, fundaciones), las empresas pblicas y privadas y la banca internacional. Tambin se debe resaltar a los sujetos patrimoniales que les dan rentabilidad a las inversiones, a travs de las distintas fases del ciclo de la produccin (consumo, intercambio, gestin); los sectores de altos recursos econmicos, las nuevas actividades (comercio, banca) y, sobre todo, el turismo. Con la presencia de estos nuevos actores se produce, correlativamente, un desplazamiento de otros que tienen tradicin en el lugar, entre los que se puede sealar al pequeo comercio (formal, callejero), a los sectores de bajos ingresos (inquilinos, artesanos) ya los propietarios del pequeo patrimonio (inmuebles, bares), entre otros.

    Con este cambio del marco institucional se inicia, por un lado, un refrescamiento significativo en la concepcin de las polticas urbanas de la zona, porque se incorporan nuevas dimensiones -por ejemplo, la econmicaquevanms all de las clsicas miradashacia lo espacial. Por otro, se desarrolla un amplio proceso de debate que tiene como teln de fondo posiciones ideolgicas contrapuestas. Hoy parece ineludible que para rehabilitar los centros histricos se deban tratar las modalidades de la gestin, pblica y privada. En otras palabras, que el marco institucional, las modalidades de gestin y las polticas no son algo externo a la rehabilitacin de los centros histricos, sino una parte medular. Hasta ahora muy poco se ha trabajado respecto de las caractersticas de los marcos institucionales y de las modalidades de gobierno de los centros histricos, porque en general se los vea como algo externo a la zona. Hoy se los ve como parte de ellos.

    De all surgen dos posiciones: una que busca la rehabilitacin de la gestin desde lo pblico, y otra que proviene de la transposicin mecnica de la llamada modernizacin del Estado hacia los centros histricos mediante la privatizacin. Si bien la discusin se presenta de forma dicotmica, dara la

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    impresin de que por esa va muy poco se puede caminar, de que las visiones en blanco y negro poco aportan. Por eso, quizs sea mas importante mirar el movimiento histrico del tema, para no satanizar la accin estatal y, peor, desconocer la funcin de la propiedad privada, que generalmente es la que mayor significacin tiene en el rea. As como no se puede desconocer que gracias a la accin pblica del Estado hoy existe un significativo patrimonio cultural para actuar, tampoco se puede negar que la mayor inversin ha sido privada. Qu hubiera pasado si eso no ocurra? Cmo se construyeron y mantuvieron los centros histricos?

    Superar esta visin dicotmica es importante y es en las relaciones sector pblico/ privado y Estado/ sociedad que se deben encontrar las salidas. All estn, por ejemplo, las experiencias de gestin pblico-privada de Recife o Quito, y las propuestas de establecer una autoridad legtima descentralizada de Montevideo o Ro de Janeiro. De ah, la importancia de ver los procesos reales que se vienen llevando adelante en nuestros centros histricos.

    Pero tambin los hay que dan presencia a ciertas fundaciones, a la cooperacin pblico-privada, al sector privado o a nivel nacional. Si bien se observa esta tendencia general, la realidad de la gestin sobre los centros histricos muestra una combinacin de situaciones. Tenemos un marco institucional de gestin de los centros histricos que aun no logra consolidarse, por lo que se puedenencontrar algunas de las siguientes situacionesprincipales:

    Hay centros histricos que son administrados por uncomplejo institucional disperso, proveniente de un conjunto de sujetos patrimoniales que tienen competencia para intervenir en ellos. La ventaja de un modelo disperso proviene de la posibilidad de que distintos actores creen rdenes diferentes y que se expresen en la realidad de lo diverso. El problema principal radica en la posibilidad de que cada uno de ellos termine por negar al otro, neutralizndose mutuamente, con lo cual la renovacin puede devenir en degradacin. La inexistencia de espacios de coordinacin, de consenso, de concertacin de hegemonas, puede serms perjudicial que beneficiosa. Estamos bajo un modelo de marco institucional desarticulado y los casos de Quito y de Mxico ilustran claramente esta situacin, pues son los ms grandes y complejos de la regin.

    Hay centros histricos que tienen una administracin concentrada. En este caso hay un poder local constituido, que cuenta con suficiente autoridad como para someter bajo sus polticas al resto de los sujetos patrimoniales. El caso de La Habana, con la Oficina del Historiador, es ilustrativo, as como tambin la comuna de Santiago de Chile, donde se produce la correspondencia entre centro histrico, unidad territorial (comuna) y unidad administrativa (municipio).23

    23 En el primer caso la autoridad es delegada (La Habana) y en el segundo, es elegida popularmente (Santiago).

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  • Hay centros histricos que tienen una administracin que carece de correspondencia con un territorio determinado, como mbito jurisdiccional. Esto significa que no cuenta con una unidad de intervencin y que, por lo tanto, no tiene una especificidad de actuacin.

    Hay centros histricos que cuentan con un conjunto de instituciones que, dara la impresin, podran en un futuro mediato conformar un complejo institucional articulado. La combinacin de instituciones pblicas, privadas y comunitarias alrededor de la autoridad municipal, como ncleo funcional del complejo, empieza a tomar peso. Esta claro que esta situacin no niega la existencia de posiciones institucionales, por ejemplo, nacionales. Ms bien es deseable que ello ocurra, porque de esa manera se garantiza la existencia de mltiples y simultneas identidades que expresan el derecho al centro histrico y no se produce un monopolio en la propuesta de renovacin, que sera contrario a la realidad heterognea de los centros histricos. Se garantiza, de esta manera, el pluralismo, pero sin perder gobernabilidad. Por esta va se abre, por primera vez, la posibilidad de pensar engobierno de los centros histricos -y no solo de su administracin o gestin-, lo cual le puede otorgar una dimensin poltica muy interesante, que permita vincular participacin, representacin, legitimidad e identidad. Es probable que este giro pueda empezar a producir cosas interesantes e innovativas en trminos tericos y prcticos. Los casos de Santiago como comuna, de Rio de Janeiro con una subprefectura y de Quito con una administracin zonal podran ser el antecedente para esta mutacin, en la medida en que transiten hacia una autoridad poltica elegida democrticamente.

    De la revisin de estas situaciones se desprende, por un lado, que hay una tendencia a que el rgano sea ms de gobierno que de gestin, lo cual le asigna un carcter ms poltico que tcnico, que debe llevar a buscar una autoridad legtima de origen (elecciones) como de accin (eficiente). Sin embargo, an no se pueden zanjar totalmente las preguntas: Cul es la autoridad que debe tener esta zona espacial? Ser de eleccin o de delegacin? De igual manera, respecto del grado de autonoma deseable y de las modalidades de cooperacin pblico-privada. Lo que s queda claro es la necesidad de una institucionalidad de gobiernomultidimensional, en el sentido de buscar un equilibrio entre lo sectorial y lo territorial, entre lo global y lo local, entre lo fsico y lo material.

    Por otro lado, se percibe la ausencia de un modelo de gestin porque, por el contrario, cada centro histrico ha buscado la modalidad que mejor se ajuste a su realidad. Queda claro que la idea de 'modelo' de gestin no es buena, porque tiende a encasillar la riqueza de la realidad en la pobreza de las formulaciones ideales para, de esta manera, reproducir recetas forneas en los centros histricos. En esa perspectiva, llevar uncaso exitoso a la categora de modelo puede resultar muy peligroso; por eso, lo interesante es reconocer

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  • dministracin que carece de eterminado, como mbito ::uenta con una unidad de na especificidad de actuacin.

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    la diversidad de formas de intervencin correspondientes a la realidad de cada dinmica local pero, eso s, inscritas en una tendencia general. En definitiva, no es bueno imponer una lgica o un paradigma de gestin, porque en cada situacin se debe escoger la mejor opcin.

    En suma, se requiere restaurar la gestin pblica que se ha deteriorado a la par de la crisis de cada uno de los centros histricos. La recuperacin del centro histrico -como espacio pblico- requiere, de manera ineludible, la recuperacin de su gestin pblica. La nica posibilidad de rehabilitar los centros histricos depender de la recomposicin de su gestin. Esto supone definir un marco institucional compuesto por leyes, polticas y rganos diseados para el efecto y, sobre todo, de una ciudadana capaz de potenciar el orden pblico ciudadano, que contienen los centros histricos.

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    el Produccin y !

    1. L

    El agua potable, el saneamie los pases en desarrollo estr En algunos casos el problem de estar detrs del crecirr infraestructuras por falta de en la desigual distribucin y aquella que habita en su gn realidad los datos oficiales p una minora de la poblacin Humano de 1996 (PNUD, 1~ 87% de los habitantes de las algn sistema de saneamien ltimos aos la situacin m mejoramientos existieron de bien en valores absolutosha tener acceso a los servicios. Sir sobrestiman enormemente l( de un lado porque la inform porque los criterios para de inadecuados (OMS/ln\ITC1]

    Para ser adecuada, e disponible siempre (o casi si prxima posible) y no costa consideran servidas adec encuentran a no ms de 100 I sirvan de ella centenares de acueducto, si bien el abastec.1l

    Carole Rakodi es profesora del [ de Birmingham. Ha dirigido va