VOCES DE HUMANIDADES1

M. en E.L. América Luna Martínez Cronista de la Facultad de Humanidades

Presentación

Primero como Escuela de Pedagogía, después como Escuela de Filosofía y Letras, y desde 1965 transformada en Facultad de Humanidades. Este espacio académico es indispensable referente en la historia de la cultura mexiquense contemporánea. No solamente porque sus egresados y egresadas han colaborado de manera importante en la formación humanística de los jóvenes estudiantes de la entidad, a través del desempeño de labores docentes en diversos niveles educativos. En las aulas de la Facultad de Humanidades se han formado también investigadores que ya desde la perspectiva de los estudios y la creación literaria, ya desde la investigación histórica, desde la reflexión filosófica, la expresión de las artes teatrales, o desde la sistematización de los complejos sistemas informativos, pretenden esclarecer las diversas facetas de la experiencia humana.

Asimismo, nuestra facultad siempre ha estado atenta a los

acontecimientos político sociales de México y el mundo. Y en los anales de nuestra historia es frecuente encontrar testimonios de la participación de algunos de sus integrantes en diversos movimientos sociales.

Voces de Humanidades es una colección de entrevistas que

pretende ofrecer un fresco de las vivencias de los integrantes de la Facultad. El plan de la obra incluye a profesores, directivos, estudiantes y trabajadores. En una primera etapa presentamos las conversaciones que se realizaron con los profesores de la Academia de Filosofía que se realizaron durante el segundo semestre de 2004.

1 UAEM. Sucesivas Aproximaciones de Nuestra Historia. Crónicas de la Universidad Autónoma del Estado de México. Tomo VI.

Mijail Malishev. Sal en las llagas

Doctor en filosofía, Mijail Malishev llegó a nuestra Facultad en

marzo de 1993. Como profesor de tiempo completo definitivo realiza actividades docentes y de investigación. Asimismo participa como integrante de los comités editoriales de las revistas universitarias La Colmena, Ciencia ergo sum y Coatepec.

Entre su experiencia académica previa, cabe destacar su labor

como profesor titular de la Facultad de la Filosofía de la Universidad Estatal de los Montes Urales y su participación como integrante de la Academia de Moscú. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II.

Con respecto a la proyección de la Facultad de Humanidades y

el desarrollo de la filosofía, el entrevistado señaló: “Creo que es muy importante señalar que la facultad de Humanidades es el centro de la cultura espiritual, humanística tanto dentro de la UAEM como en el estado de México considerando que muchos de nuestros egresados trabajan en las prepas transformando la mentalidad de las nuevas generaciones, están impulsando la cultura en el sentido más amplio de la palabra. Pienso que entre todas las facultades, esta facultad es un eje, y por eso no es casualidad que en el último año pudimos organizar el posgrado, una propuesta de amplia envergadura que abarca cinco carreras o disciplinas que a elección del aspirante se podrá inscribir ya en maestría, ya en doctorado. Nuestra Facultad se está desarrollando paulatinamente como una importante fuente de la formación de cuadros de alto nivel, no sólo de estudios de licenciatura como antes, sino en posgrado. Aquí me interesa destacar la experiencia de los estudios en filosofía ya que en este 2004, de los 19 alumnos que ingresaron al posgrado, 5 estudian filosofía contemporánea.

En lo que se refiere a las perspectivas, veo que hay algunos egresados muy talentosos, según mi cálculo regularmente entre el 10 y el 15 por ciento del alumnado de cada salón son buenos estudiantes que podrán trabajar en ciencias e investigación. Pero quizá son la minoría, esto es natural porque los más preparados son una élite intelectual que puede tener con el tiempo impacto en la cultura de estado de México, y hay que recordar que éste es el estado más poblado, y donde la mayoría son jóvenes. Por eso nuestra facultad y

nuestros egresados de todos los niveles van a tener una importante misión espiritual: promover y generar la cultura espiritual, humanística y filosófica en el estado de México”.

Al interrogar al especialista acerca del papel de la filosofía y su

tarea en la sociedad contemporánea, el Dr. Malishev expresó: “Pienso que la filosofía en la sociedad contemporánea tiene muchas funciones, una de éstas es propagar el conocimiento de la cultura en su quinta esencia. Para mí la función más importante de la filosofía es la socrática de un tábano, función que sentencié en mi aforismo: a diferencia de la medicina que cura al hombre, la filosofía tiene que poner sal en las llagas. O sea, la función de la filosofía debe ser alarmante, en primer lugar tomar en consideración los diferentes desafíos, tanto a nivel global como a niveles nacionales y regionales, pienso que el filósofo debe asumir la función de Sócrates: despertar, alarmar la conciencia tomando en consideración muchos desafíos: ecológicos, el terrorismo que sufren mi país y muchos otros, la sobrepoblación y falta de agua; no sólo problemas tan abstractos sino también concretos deben estar en la mira de los filósofos de las generaciones actuales.

Probablemente aquel aforismo y otros más se han originado

mientras el filósofo emprende algunos paseos, ya que Malishev nos comparte: “Me gusta caminar en el bosque de Tlalpan o aquí donde vivo, en San Mateo Oxtotitlán. Caminar por las calles, quizá esto es mi descanso. Otro tipo de descanso que disfruto es la lectura de literatura artística”.

Cuando solicitamos al Dr. Malishev refiriera alguna anécdota, en

medio de risas comentó: “En 1995 salí del Centro de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales concentré mis actividades de investigación y docencia en la Facultad. Después de estos años me siento muy satisfecho de ser parte de la Facultad de Humanidades por la relación que he cultivado con todos mis colegas, y sobre todo con los estudiantes. Estoy muy contento de haber llegado a esta mi facultad que se convirtió en mi segunda alma mater, después de la facultad de filosofía de los Montes Urales donde yo trabajé por un transcurso de 25 años”.

Antes de finalizar la conversación el Dr. Mihail expresó: “Estoy

contento de haber sido entrevistado. En los últimos diez años tuve cierta participación en esta misión de la Facultad de Humanidades que es la formación de los cuadros para la enseñanza de la filosofía. Gracias, pienso que esta entrevista, y la decisión de escribir una crónica de este espacio académico es muy importante. Y quisiera desearles mucho éxito en esta empresa por su posible trascendencia en las futuras generaciones.

María del Rosario Guerra González

Nacida en la República Oriental del Uruguay, la Dra. María del

Rosario Guerra González, radica en Toluca desde la década de los ochenta. Ha sido profesora en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, campus Toluca y desde 1985 se incorporó a la Facultad de Humanidades donde ha impartido asignaturas como: Lógica, Metodología, Didáctica e Historia de la filosofía VIII. Actualmente es Investigadora del Centro de Estudios de la Universidad.

Cuando se invitó a la Dra. Guerra a relatar alguna anécdota

acerca de la convivencia en la Facultad, comentó: “Bueno, las anécdotas son todas horribles, son todas espantosas porque referir alguna anécdota en Humanidades es recordar quien se disgustó con quien, que grupo de profesores se peleó con cual otro grupo. Y que juego torcido le hicieron a quien; ningún otro tipo de anécdotas recuerdo. Todo es en relación a una actitud de grupo. Aunque los grupos han variado en los veinte años que he estado ahí, siempre están partidos en dos o tres, y se hacen la vida imposible unos a otros”.

La investigadora es cuestionada acerca de la proyección de la

Facultad de Humanidades y de los estudios filosóficos en el espacio socio-cultural inmediato, estatal, nacional, a lo que la Dra. Guerra expresó: “Bueno, yo de la facultad no voy ha hablar porque desconozco la situación de las otras carreras. Centraré mi comentario más que nada en la filosofía. Yo lo que veo es que la gente de la Academia sí trata de estar conectada a nivel nacional: Alumnos y profesores asisten a congresos, como el Nacional de Filosofía, al de Pensamiento Novohispano y presentan ponencias, presencia física hay. Pero también la presencia de la Academia de Filosofía se manifiesta cuando la Facultad es sede de estos eventos. Por ejemplo el Comité organizador del próximo Congreso Nacional de Filosofía a celebrarse en noviembre de 2005, discutió sí conceder la sede del evento a Toluca o a Morelia. Lamentablemente se optó por Morelia, una ciudad colonial que tiene por lo mismo una serie de atractivos turísticos, de los que carece Toluca. Fue una pena ya que dicho Congreso tendrá, ya no un carácter de nacional sino internacional. Yo creo que presencia hay, interés también. Pero eso no significa que el compromiso académico sea una característica distintiva de todos los integrantes de la Academia de Filosofía. Porque tampoco se debe olvidar que hay un importante número de alumnos, quienes por motivos económicos, no pueden costearse el traslado a los congresos y por tanto no están presentes en los eventos nacionales.

Por otro lado, en este momento el problema más grave son las

lagunas que los muchachos tienen en su formación. Yo generalmente

trabajo con alumnos de quinto semestre en adelante, y en lo que se refiere a la Metodología filosófica y a la Didáctica trato de enseñarles, por ejemplo la forma de trabajar en el salón de clase. Pero el problema previo es que no saben el tema que tiene que exponer, entonces claramente se manifiestan una serie de carencias básicas en la formación de los estudiantes.

Por ello también las perspectivas de los egresados son limitadas,

ya que nuestros exalumnos pasantes o titulados, terminan dando clase en preparatorias; y aunque esto me parece muy loable, pues yo también di clase en preparatoria casi todo el tiempo hasta antes de venir a México. El problema está en que algunos de nuestros egresados se dedican a dar materias que no tienen que ver con la Filosofía, con tal de resolver su situación económica. Por lo que muchas veces no toman muy en serio el trabajo docente”.

Acerca de la filosofía y su tarea en la sociedad contemporánea,

la Dra. Rosario Guerra puntualizó: “La filosofía ha tenido una tarea importante en todas las etapas históricas de las sociedades, no sólo en la contemporánea, pero hay que precisar que ese interés era prerrogativa de un grupo. De modo que actualmente no creo que al conjunto social en general le importe lo que dice la filosofía. Para que la reflexión filosófica florezca es necesario que esté enraizada de alguna manera en lo real. El filósofo se ocupa de reflexionar acerca del problema de la esencia, de la existencia, de la naturaleza del tiempo, y muchos otros temas. Pero no creo que a nuestro grupo humano le preocupe el pensamiento, para nada. Al común de la gente le va a preocupar mucho más lo que diga un administrador de empresa. No veo que nuestra sociedad considere muy importante el quehacer filosófico, no soy nada optimista”.

Antes de despedirnos de la Dra. Guerra, al preguntarle acerca de

sus pasatiempos, refiere a la jardinería, como el favorito. Tal vez por eso mismo, la investigadora eligió vivir en el campo. Sin duda, un espacio propicio para la reflexión filosófica.

Roberto Andrés González Hinojosa (Rush González) Un matiz de cierto color

Como muchos estudiantes, Roberto Andrés gustaba del rock,

pero a diferencia de ellos, el Rush, como se le conocía en la Facultad, dedicó parte de su tiempo a escribir sobre esta importante manifestación de la cultura juvenil sin descuidar su vocación filosófica, más bien enriqueciendo con ella sus opiniones musicales. Nos dice “desde 1996 soy profesor de asignatura en la Facultad de Humanidades. He impartido diversas asignaturas en distintas épocas;

pero con las que más me identifico son con aquellas del área de Metafísica y las del área de Epistemología que tienen que ver propiamente con el ser y con el conocer. Me he desempeñado sobre todo como profesor. Aunque también dirigí la Coordinación de Filosofía. Estoy a cargo de la revista Pensamiento que es el órgano de difusión de la Academia de filosofía; estamos reestructurando el comité de redacción con la participación de nuevos integrantes. También hemos buscado asociarnos con otras instituciones académicas para que nuestra revista pueda ser conocida en otros lugares, con lo que esperamos darle una presencia nacional Asimismo estoy a punto de obtener el doctorado en filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México”

Al interrogarle acerca de otras de actividades profesionales

señala: “Me he dedicado sobre todo a la docencia, pero también a la investigación no institucionalizada. Esto quiere decir no financiada, sino más bien por iniciativa propia. He impartido cursos en diferentes niveles de enseñanza: medio superior, superior y posgrado en distintos lugares”.

Con respecto a cierta anécdota que recuerde, Roberto reflexiona

un instante, y dice: “hay muchas, alguna que me dejó buen sabor fue la ocasión en que dejé unos materiales para publicación. Normalmente los textos que se mandan a dictamen tardan tiempo, y uno no está al acecho de la fecha en que te dan la respuesta, ni mucho menos cuándo sale el artículo. Y resulta que en más de una ocasión han llegado a la facultad las publicaciones con mis artículos publicados. Y, únicamente habría que ir al Comité editorial a recoger los ejemplares que a uno le corresponden. Esta es una de las experiencias más gratas que me he llevado en mi trayecto por la facultad, porque las publicaciones me han permitido exponer y difundir mi pensamiento, con lo que he crecido. Porque de algún modo todo pensamiento, en cuanto es articulado por uno lleva el matiz del color que cada quien le infunde. En ese sentido ya es una tonalidad que emana de ti; no quiere decir que el conocimiento propiamente sea propiedad privada de alguien pero la manera como se expresa indudablemente si es intransferible”.

Pedimos al Mtro. González su opinión acerca de la proyección de

la Facultad de Humanidades y de la Filosofía en el espacio socio-cultural inmediato, estatal, nacional a lo que respondió: “Eso lo hemos estado ventilando entre algunos profesores. Un servidor ha estado pensando en eso, y me parece que la Academia de filosofía está un tanto apagada, tal vez porque la generación que estuvo durante cierto tiempo al frente de la Academia y del quehacer filosófico vio más por sus intereses personales o políticos y no se comprometió de la misma manera en el cultivo y en la difusión de la filosofía. En mi opinión, la Academia de Filosofía de la Facultad de Humanidades está

empezando a gestar un segundo aire encabezado sobre todo por estudiantes que se han formado en estas mismas aulas, y que han tenido entre otras características el cariño por la institución, y por la misma filosofía. Desde esa perspectiva se ha empezado a comprender la necesidad de fortalecer la presencia de la Academia de Filosofía desde la misma Facultad, para que pueda irradiar hacia todos los ámbitos. Una manera efectiva de difundir los acontecimientos y los avances de la academia es a través de fortalecer las publicaciones, de proponer espacios en la radio. Obviamente, eso implica un compromiso decidido por parte de los que estamos pensando en este proyecto y en el que ya hemos empezado a trabajar”.

En lo que se refiere a la presencia de los estudios filosóficos, el

Mtro. Rush señala: “Actualmente podría decirse que su impacto es demasiado poco, muy poco. La Filosofía no se difunde, y esta también es una regla de otras disciplinas. Porque si bien en el nivel universitario se publican libros, los mecanismos de distribución son pésimos. Tal parece que en la universidad se publican los libros y las revistas con la intención de no darlos a conocer por su errónea política de difusión. En ocasiones, cuando se dan a conocer los libros, esto se debe al esfuerzo de los mismos autores, antes que a las estrategias de la misma institución. Y es un daño que afecta no sólo a la academia o a la universidad, sino a la población en general.

Acerca de la tarea de la filosofía en el mundo contemporáneo,

nuestro entrevistado comenta: “De alguna manera siempre ha sido la misma. A nivel social yo diría que la universidad forma profesionales, de alguna manera las Humanidades se difunden en la sociedad a través de las clases que los mismos egresados de la facultad imparten en los distintos niveles de enseñanza. De ese modo la filosofía mantiene uno de sus papeles y compromisos sociales que es precisamente el de formar e instruir a los jóvenes. En otras palabras, la filosofía siempre ha ejercido el ministerio de enseñar, aunque también otra de sus actividades fundamentales es la de investigar. En cuanto teoría, la filosofía hace suyos los problemas que aquejan a una sociedad, por ejemplo actualmente hay que construir una sicología de las situaciones vitales, en el entendido de que el ciudadano contemporáneo no repite su papel en distintas circunstancias, y esta disciplina más que medir la ansiedad o la desesperación de los individuos de “x” o “y” de cierta región, nos ayudaría a dibujar un perfil del tipo de seres humanos que son la base de las relaciones vitales del mundo actual.

Acerca de sus aficiones y pasatiempos, Roberto González

expresó: “Me dedico a leer, a escribir, tengo mi familia. Uno de mis pasatiempos es platicar, jugar a las luchas con mi niño. Como decía Herbert Marcuse, ese es un pasatiempo en el que no solamente se está cumpliendo con un compromiso social, sino tal vez lo más importante se

hace por el mero gusto de hacerlo. También me gusta escribir y lo hago con una interrogante que motive precisamente este discurrir.

En sus palabras finales para esta entrevista, Rush nos deja la

siguiente reflexión: “Pienso que cuando se habla de filosofía lo primero que hay que tener en mente es el compromiso que se establece con uno mismo. Lo segundo es el compromiso que se establece con la comunidad en la que se vive pero también con la comunidad en la que uno está inmerso. Claro que esto puede parecer resultado de las divagaciones de un soñador, pero no tan soñador si entendemos que somos hombres, que de una u otra manera tenemos que ver con los demás. Entonces vale la pena partir de que la filosofía se gesta a partir del cariño que se tiene hacia la misma vocación del interrogar, del preguntar. Sabemos que el motor de la filosofía es la duda, es la interrogación y que la filosofía quizá no sea un albergue de respuestas. Pero siempre, afortunadamente habrá una pregunta que motive más búsqueda y mientras haya cultivadores de esta búsqueda seguiremos teniendo esperanza en el futuro”.

Rubén Mendoza Valdés

Iniciamos esta conversación con Rubén Mendoza en la soleada

oficina de la Academia de Filosofía de la cual, Rubén es Coordinador, una actividad que desempeña con cierta tranquilidad, por la experiencia que obtuvo como Auxiliar de la misma en el período 2001 -2003. Al solicitarle una breve semblanza sobre su trayectoria profesional, nos comparte: “Soy licenciado en filosofía por la UAEM desde el año de 1996, y a partir de esa fecha me he dedicado a la docencia en el nivel superior y medio superior. Aunque cabe señalar que ya desde el año de 1990 me dediqué a dar clases en una institución secundaria, en realidad puedo decir que mi carrera profesional se inicia a partir de 1996 en el área de la docencia en filosofía. En estos años he impartido materias como: Lógica aristotélica, Historia de la filosofía IV y V, Didáctica general, Antropología filosófica en algunas ocasiones y Curso monográfico de autor II.”.

Como veremos enseguida la anécdota, que el Lic. Mendoza

refiere está relacionada con su trabajo docente: “Hay toda una historia

que quisiera contar. Desde 1990, año en que ingresé a la carrera, siempre me he sentido involucrado con la facultad Primero como estudiante y ahora como profesor he podido sentir que soy parte de ella. Yo creo que toda mi estancia aquí en la Facultad de Humanidades se podría relatar en una gran anécdota. Empezaré por decir que como muchos estudiantes me llegó el momento de enfrentar el que yo llamo: síndrome de miedo a la profesión. Eso me ocurrió sobre todo en los primeros años, recuerdo que en el primer semestre pensé desertar. No porque la carrera fuera mala, sino porque quería tal vez otras cosas a futuro. Sin embargo las lecturas que los profesores nos dejaban me empezaron a motivar, y de ahí seguí hasta el final. Quizá lo mejor que me ha pasado aquí, ocurrió en el año de 1996, cuando yo me titulé …” Rubén sonríe satisfecho mientras hace una breve pausa, y continúa: “al término del examen, el Dr. Noé Esquivel al acercarse a mí para la felicitación, me dijo: 'Rubén, voy a dejar la clase de lógica, porque me voy a trabajar al Centro de Estudios de la Universidad, y le he pedido al Coordinador que tú seas suplente de ésta área'. Ese fue quizá, el momento más importante de mi carrera porque me abrió las puertas de la facultad”.

Acerca del quehacer filosófico, el Lic. Mendoza opinó: “El filósofo

siempre aparece como una persona diferente a las demás. Yo creo que el licenciado en filosofía, el profesional de la filosofía, siempre va a tener una imagen diferente con respecto a otros profesionistas ya sea médico, abogado, en fin. El profesional de la filosofía genera siempre un modo de vida y eso es lo que impacta en una sociedad. Quizá la sociedad no entienda muy bien su labor porque no es una labor técnica, es una labor meditativa, reflexiva; pero lo que más impacta es que pensamos y hablamos diferente con respecto a otros profesionistas”.

Para el Coordinador de la Academia, las perspectivas de los

estudios filosóficos son buenas. Y agregó: “es importante destacar que actualmente en la Licenciatura tenemos inscritos un total de 170 alumnos, lo que tal vez nos permitirá en un futuro próximo cubrir el campo laboral. Según creo, la proyección de la carrera es buena, pero necesitamos fortalecerla, sobre todo con los egresados quienes actualmente ya tienen la oportunidad de ingresar a maestrías y doctorados en la UNAM u otras instituciones, o aquí mismo en la UAEM. Eso hace que muy pronto podamos contar un buen número de pensadores que propongan una nueva visión de la sociedad, y puedan influir en su transformación. Ésa creo es la proyección que va a tener el profesional de la filosofía”.

Acerca de la tarea de la filosofía en la sociedad

contemporánea, el Lic. Rubén Mendoza enfatizó: “La tarea más importante de la Filosofía es pensar. Pensar significa entre otras cosas, ir

a aquello que la ciencia ha construido como un hecho determinante para poder trascenderlo. ¿En qué sentido? En no quedarnos paralizados, en no agotar nuestra capacidad de pensar, ya que los medios de comunicación nos impiden pensar, nos imponen una manera de ser y de pensar y eso es peligroso para el cerebro. El filósofo tiene esa tarea: pensar y asegurar que el pensamiento siga desarrollándose, siga marchando, que no se estanque. Su tarea es pensar algo nuevo, pensar lo no pensado. Comprometerse con la filosofía significa seguirle dando vida a una sociedad, significa generar la historia y no quedarnos en algo determinado, no automatizarnos en pocas palabras”.

Como cualquier otra persona, además de las lecturas de su

preferencia, Rubén Mendoza gusta de los deportes. Verlos y también, aunque sólo un poco, practicarlos. Algo que en ocasiones también disfruta en su tiempo libre es la visita a los museos.

Antes de despedirse de nuestros lectores, el especialista dijo: “Yo

formulo una pregunta fundamental para nuestro tiempo: ¿cuál es la situación actual de nuestra condición humana? Es decir, ¿qué función tiene no solamente el licenciado en filosofía, sino el profesionista en general, el universitario? Yo creo que el universitario debe ser aquel ser humano que vislumbre no solamente una actitud diferente con respecto al resto de la sociedad, sino que le permita a la sociedad fortalecer ese ámbito de vida. Que el universitario ayude a cuestionar aquello que no se haya podido cuestionar”

Mariano Rodríguez González

Distrayéndolo un momento de sus actividades como encargado

del Departamento de Difusión Cultural de la Facultad, iniciamos esta conversación con su titular, Mtro. Mariano Rodríguez González, quien también ha sido Coordinador de la Academia de Filosofía. Desde septiembre de 1997, imparte materias referentes a la historia de la filosofía, a la Metafísica, entre otras. Actualmente investiga algunos aspectos referentes al mito como parte de sus estudios de Posgrado.

Cuando lo invitamos a referir alguna anécdota, Mariano se va a sus años de estudiante y comenta: “Pues recuerdo con bastante claridad algunas conversaciones que teníamos con el maestro Genaro Vázquez, quien nos platicaba sobre los escritos de Lovecraft y el terror cósmico, eso me dejó muchas inquietudes”.

Acerca de la importancia de la Facultad de Humanidades y de

los estudios en filosofía, en el ámbito socio-cultural inmediato, estatal y nacional, el joven profesor señala: “Yo creo que tiene mucha, el problema es que no se le otorga el presupuesto y los recursos necesarios para lograr el necesario fomento y crecimiento de las humanidades. Por otro lado, a mi modo de ver hay importantes opciones laborales para los que egresan de la Facultad de Humanidades y de los estudios de filosofía. Yo creo que nuestros egresados pueden desempeñarse como maestros y desde el aula difundir el conocimiento filosófico, pero también podrán cumplir con esa tarea, colaborando en los periódicos, en las revistas, en el radio, en la televisión. Creo que hay muchos espacios donde se pueda desarrollar y difundir el conocimiento filosófico. Tener una presencia en los medios de comunicación significa también dar alternativas de solución a los problemas netamente morales, pero también a la problemática derivada del proceso de deshumanización. El filósofo también podrá aportar armas críticas para replantear la realidad política, social y económica. Como podemos ver las tareas de la filosofía en el mundo contemporáneo son múltiples, pero lo esencial es contrarrestar el proceso de deshumanización y recuperar nuevas coordenadas de visión, valores y teoría para dirigir el destino humano contemporáneo y recordar en cierta manera la dignidad humana. Por ello es importante insistir en que terminar la Licenciatura de Filosofía o tener un título no te hace filósofo. La Filosofía es un modo de vida que debe ser contagiado y discutido, y de esta manera el especialista podrá plantear la realidad humana de manera filosófica”.

La lectura de novelas, el escuchar música, asistir al cine y al

teatro, son algunas de las actividades favoritas de Mariano Rodríguez, a quien le agradecemos esta entrevista.

Miguel Ángel Sobrino Ordóñez

La primera estancia del Mtro. Sobrino en la Facultad se remonta al

año de 1993, cuando era director de la misma el Mtro. Ruperto Retana Ramírez, y permanece en el claustro hasta 1994, luego se traslada al Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades. En el período de la administración del Mtro. Francisco Javier Beltrán, el Mtro. Sobrino regresa a la Facultad para incorporarse como profesor de tiempo completo.

En su trayecto por la Facultad de Humanidades, el Mtro. Sobrino Ordóñez ha impartido las siguientes asignaturas: historia de la filosofía, didáctica de las disciplinas filosóficas, metodología de la investigación filosófica, seminarios de investigación, filosofía del lenguaje, filosofía política. También ha sido Coordinador de Investigación y actualmente es Coordinador de Vinculación.

Cuando le pedimos recordara alguna anécdota, Miguel Sobrino expresó: “la única está relacionada con “el negro” (un perro callejero que llegó a la Facultad de Humanidades buscando refugio). Antes de que Pedro Canales lo acabara de adoptar, un día atropellaron al negro, y yo lo estuve cuidando. Le compraba sus tortas de salchicha”.

En lo que se refiere a la proyección de la Facultad de Humanidades y de los estudios en filosofía, el también investigador dijo: “Yo creo que a nivel nacional es una proyección, vamos a decirle mediana. Dado que es una facultad chica, con pocos profesores, con cierto nivel de filosofía, con cierto renombre nacional e internacional, entonces el impacto es medio. Pero en la medida que el proceso de incorporación de jóvenes profesores a la planta docente se consolide, seguramente la proyección de la Academia mejorara. Sobre todo si tomamos en cuenta que algunos de los nuevos profesores han realizado estudios de posgrado en otras universidades o incluso en el extranjero, lo que permite una mayor expectativa”.

El Mtro. Sobrino, considera que “la tarea del filósofo es como la conciencia de la humanidad. La filosofía señala las cosas, marca pautas, -dice-. Entonces es una especie de conciencia”. Finalmente nuestro entrevistado nos deja saber que entre la preparación de los cursos, y la escritura de libros siempre encuentra algún tiempo para armar rompecabezas de más de cinco mil piezas, pues le encantan.

Maria Luisa Bacarlett Pérez

Coordinadora del área de Filosofía contemporánea del

posgrado en Humanidades. Nacida en el Distrito Federal, María Luisa Bacarlett cursó la licenciatura en Sociología (Universidad Autónoma Metropolitana), pero decidió orientar sus inquietudes académicas a los estudios filosóficos, por los cuales obtuvo su Doctorado. Desde septiembre del año 2002 es profesora de tiempo completo de la Facultad. Con respecto a su área de interés docente, destacan las lógicas modales y la epistemología.

María Luisa Bacarlett es una de las profesoras más jóvenes del

claustro académico de la facultad, aunado a la sencillez de su trato, frecuentemente era confundida con los demás alumnos. “Me ha sucedido varias veces al llegar al salón de clases el primer día, que los muchachos no creyeran que yo fuera la maestra” nos dice sonriente, cuando le pedimos nos comparta alguna anécdota.

Acerca de la proyección de la Facultad de Humanidades y de los

estudios en filosofía, la Dra. Bacarlett comenta: “Los egresados de la licenciatura en filosofía pueden tener una participación importante en el ámbito de la educación, de la administración pública (en gobierno), también en el ámbito privado, quizá asesorando ciertas empresas o formando parte de comités de bioética. Yo creo que esto es en lo que puede tener buen impacto; también podrán tener presencia en el ámbito editorial. Tradicionalmente la mayor parte de las perspectivas de los egresados están en la educación, a mí no se me hace poco, al contrario, creo que es bastante honorable ser profesor, y me parece que la mayor parte de los ámbitos de desarrollo están en la docencia media superior y superior. Pero insisto, creo que podrían tener una cierta participación en el ámbito de la administración pública como asesores, desde luego en actividades editoriales. Para los egresados de posgrado se amplía más el campo laboral hacia la actividad de investigación. Con el posgrado, los egresados adquieren mayores perspectivas de

participar en diferentes instituciones, no sólo en la docencia sino como investigadores”.

Para nuestra entrevistada la gran tarea de la filosofía en la

sociedad contemporánea consiste “simplemente en ser una especie de conciencia vigilante de lo que está pasando. Por la rapidez de los cambios de todo tipo, muchas veces no se repara en lo que está sucediendo, y creo que el filósofo siempre debe detenerse en medio del caos de los eventos a reflexionar qué está pasando y hacer pública esa reflexión como una especie de alto en el camino. Me parece que ésa es la principal función”.

En medio de la preparación de clases, conferencias y escritos, la

Dra. Bacarlett, encuentra tiempo para pintar en acuarela y sonriente confiesa “me gusta ver la tele también, no lo niego”. Aunque su pasatiempo favorito dijo “es sobre todo leer”.

Para finalizar la conversación, María Luisa Bacarlett señala: “Yo

particularmente me he sentido muy a gusto aquí. Me parece un ambiente bastante noble el de la Facultad. Como todo espacio tiene sus problemas, tiene sus fricciones, pero en comparación con la UAM, donde también trabajé, el de aquí se me hace muy noble. Eso es lo que pienso por el momento, no sé después”.

Adrián Isaac Rojas Pérez

Adrián Isaac Rojas Pérez es egresado de la Licenciatura en

Filosofía de Facultad de Humanidades donde actualmente es profesor de asignatura y Auxiliar de la Coordinación de la Academia de Filosofía, sin descuidar sus labores docentes en instituciones privadas. Pero en el trayecto para consolidarse como académico, Adrián Isaac trabajó como mesero, supervisor y músico.

En la breve conversación que sostuvimos con el Lic. Rojas Pérez,

acerca de la proyección de los egresados de la Facultad, expresó: “el filósofo en la actualidad se reduce a convertirse en profesor de universidad”. Con cierto escepticismo concluyó: “la filosofía se acerca a su final, pues cada día los planes de estudio enfocados a ésta área son más limitados”.

María de la Paz Esther Ordaz Miranda La cola de la serpiente

Maripí como cariñosamente le decían sus compañeros de clase y algunos de sus maestros, apenas obtuvo su título como licenciada en Filosofía, se incorporó a la Facultad como profesora en septiembre del año 2003. Ha impartido algunas asignaturas como: Éticas contemporáneas o Ética II, Curso monográfico de autor contemporáneo (sobre Michel Foucault), Historia de la filosofía V.

Para esta joven profesora, la Facultad de Humanidades y los

estudios en filosofía no tienen ningún impacto, ni en el ámbito municipal, ni estatal y menos en el nacional, porque esta facultad, a diferencia de otras, - dice convencida- “en lugar de ser la cabeza de la serpiente, es la cola. La Academia está totalmente rezagada, de hecho, mucha de la gente que está aquí ni siquiera sabe por qué. Aunque, la facultad se ha levantado mucho, pues se puede ver cierta presencia en los congresos de estudiantes, se sigue extrañando la participación de los muchachos en los congresos a la UNAM, por ejemplo”.

En cuanto a las perspectivas de nuestros egresados, la Lic. Ordaz

Mirando opina: “Bueno, desde mi experiencia como docente, el alumno de la licenciatura tiene muchísimas deficiencias en su formación. Parece que muchos estudiantes nada más están esperando salir y encontrar cualquier trabajo. Lo que en la actualidad resulta un tanto difícil porque ya tienen que estar titulados. Pero el problema se complica porque ante esta necesidad de los alumnos y la presión institucional porque se cumpla con ciertas metas de titulación de egresados, a veces ocurre que cualquier tesis que medianamente pueda cubrir los requerimientos para que la gente salga, se aprueba. Entonces, en lugar de formar gente, yo creo que van a deformar a más gente”.

Acerca del desafío de la filosofía en la sociedad contemporánea, con cierta inquietud, la entrevistada comenta: “¡Ay! No sé. ¡Qué difícil! Bueno, con tantas cosas que se están dando, creo que debiera ser el espíritu crítico de la sociedad. La filosofía debería tener esa visión crítica y poner muchísimas cosas de manifiesto. Y sobre todo opinar en el ámbito ético o de la moral, hacer públicas muchas cosas. Pero vamos, es un sueño”.

. Antes de concluir nuestra charla, María de la Paz expresa su

preocupación sobre el desarrollo de la docencia de la filosofía en la Facultad, y cuestiona: “¿qué estamos haciendo nosotros aquí? ¿Cuáles son nuestras pretensiones? ¿Continuar con los errores en la enseñanza que padecimos como estudiantes? o realmente queremos dar un cambio. Mi objetivo como profesora es no repetir lo que pasó cuando yo estuve aquí tomando clases, cuando cualquier fulano se podía poner frente al pizarrón y darte cualquier cosa. Mi intención es tratar de formar entre los estudiantes un espíritu crítico, y desterrar estilos autoritarios como el de alguno de mis profesores cuya actitud se traducía en algo así como 'yo lo sé todo, pero no me puedes preguntar'. Entonces para mí es fundamental que los profesores puedan estar atentos a la manera en cómo se comportan dentro y fuera del grupo”.

Noé Esquivel Con una larga experiencia docente en los niveles medio superior

y superior, el Dr. Noé Esquivel fue Coordinador de la Academia de Filosofía, además de impartir algunas materias de la propia licenciatura, entre las que destacan: Lógica, Lógica clásica, Seminario sobre Agustín de Hipona, Seminario sobre Tomás de Aquino, Historia de la filosofía medieval, y desde hace cinco años ha enseñado Filosofía del lenguaje II (cuestiones de hermenéutica), además de otras materias que también ha impartido a lo largo de más de veinte años, ya que el Dr. Esquivel llegó a la Facultad de Humanidades en 1983. Diez años más tarde, en 1993, ingresó al Centro de Estudios de la Universidad donde actualmente funge como investigador.

Cuando solicitamos al Dr. Esquivel compartiera con nuestros

lectores alguna anécdota, inmediatamente respondió: “Bueno, yo creo que ha habido varias, algunas un poco difíciles. En los años ochenta al interior de la facultad había posturas sumamente radicales. Recuerdo por ejemplo cuando el maestro Genaro Vázquez y un servidor pretendimos llegar a la coordinación de la licenciatura, y como anécdota vale decir que recibíamos anónimos, y fuimos testigos de ciertos actos de protesta, contra ambos contendientes. Pero finalmente el maestro Genaro Vázquez y un servidor logramos llegar a la coordinación.

Fue una experiencia muy grata para mí porque entre Genaro Vázquez y yo, aparentemente había un distanciamiento muy marcado en el orden de las ideas, pero el unirnos para contender por la coordinación nos acercó muchísimo, y nos hicimos grandes amigos, muy grandes amigos. Una amistad que siempre aprecié, y de la que tengo un gran recuerdo pues lamentablemente Genaro Vázquez murió. Un hecho muy triste, no solamente para mí, sino para toda la facultad; pues el Mtro. Vázquez tenía un arraigo muy fuerte entre los estudiantes”.

En lo que se refiere a la proyección de la Facultad de

Humanidades y de los estudios en filosofía, el investigador medita acerca de su respuesta, y precisa: “Es difícil poderlo decir. Pero yo creo que las dos tareas más importantes que los egresados de la licenciatura en filosofía tendrían que realizar son: La primera es la docencia, porque en cuanto terminan sus estudios, nuestros egresados de inmediato se ponen en contacto con las preparatorias, yo creo que ahí hay un campo fértil para ellos en tanto sean realmente, los portadores del pensamiento. Indudablemente podrán dejar una huella entre ese núcleo estudiantil en la medida en que los nuevos licenciados en Filosofía se comprometan en la gran tarea de suscitar y promover el interés por este campo tan relegado por el auge en las innovaciones tecnológicas.

La otra tarea de nuestros egresados, me parece que se puede

hacer en el nivel social, en lo que respecta a la promoción social. Considerando que normalmente tenemos una población que viene de los alrededores de Toluca, y pocos estudiantes son de aquí; se tendría que pensar en que nuestros estudiantes y egresados realizaran algún trabajo de tipo social. Yo creo que ahí en las comunidades y en los pueblos de donde provienen nuestros alumnos, la filosofía tendría que hacerse presente. Creo que estos jóvenes egresados tendrían allí una importante oportunidad de compartir sus conocimientos, ya desde la experiencia del servicio social, como desde la docencia. Esta sería la proyección que yo vería necesaria e importante para los egresados de filosofía. Por tanto el impacto de los egresados de filosofía, pero también de Letras, Historia, y de las ciencias sociales en general, depende de una nueva conceptualización del servicio social, un aspecto que sería muy importante, tanto para la sociedad, como para la preparación de los jóvenes profesionales”.

Acerca de las tareas de la filosofía en la sociedad

contemporánea el Dr. Noé Esquivel expresó los siguientes comentarios: “Para la Filosofía dos cuestiones son importantes: una que se refiere al desarrollo de la teoría. Ya que todas nuestras transformaciones se hacen a nivel teórico primero y después se llevan al orden práctico, entonces a mí me parece que la tarea de la filosofía tiene que ser

eminentemente teórica para poder llegar al campo de la investigación, de las universidades, de las escuelas en general. Y en el orden práctico, ya que uno de los grandes reclamos que hacen a la filosofía es esta disociación entre teoría y praxis, y parece que la parte práctica se nos va. Olvidamos que de alguna manera tendríamos que estar presentes en cuestiones eminentemente prácticas, que requieren participación de gente que nos dedicamos a la filosofía; pero la filosofía en general creo que no podría quedarse en el ámbito puramente especulativo, en el ámbito de la discusión de las ideas sino también en el ejercicio, en la praxis”.

Acerca de sus Pasatiempos y aficiones, el Dr. Esquivel dijo: “Me

gusta mucho jugar fútbol soccer. Pero actualmente, como parte de mi disciplina física me estoy ejercitando un poco en el frontenis. Me agradan también los juegos de mesa, aunque no los practico con frecuencia. Me gusta muchísimo el campo, salir al campo, trabajar el campo, me gusta porque me relaja”.

Finalmente el investigador expresó: “Se me hace muy interesante

que se pueda registrar un periodo de la facultad en donde había grandes conflictos entre profesores, y que de alguna manera repercutieron también en el nivel estudiantil. Yo creo que fueron momentos difíciles y a la vez ricos, porque los seres humanos no pensamos exactamente igual, a veces se polarizaban las tendencias. Lo que en numerosas ocasiones generó problemas de violencia, por ejemplo, la ponchadura de llantas de coche cuando teníamos que enfrentarnos ante los Consejos de gobierno de la facultad para discernir sobre cuestiones políticas que eran importantes en ese momento. A mí me parece que eso tendría que ser recuperado dentro de la crónica de la Facultad”.

Instalaciones de la Facultad de Humanidades (foto de archivo)