33
Texto Litúrgico Exégesis Comentario Teológico Santos Padres Aplicación Ejemplos Predicables Directorio Homilético Información Textos Litúrgicos 20 diciembre Domingo IV de Adviento (Ciclo C) – 2015

20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Texto Litúrgico Exégesis Comentario

Teológico

Santos Padres

Aplicación Ejemplos

Predicables

Directorio

Homilético

Información

Textos Litúrgicos

20diciembre

Domingo IV de Adviento (Ciclo C) – 2015

Page 2: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

· Lecturas de la Santa Misa· Guión para la Santa Misa

Domingo IV de Adviento (C)

(Domingo 20 de Diciembre de 2015)

LECTURAS

De ti nacerá el que debe gobernar a Israel

Lectura de la profecía de Miqueas 5, 1-4a

Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me

nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un

tiempo inmemorial.

Por eso, el Señor los abandonará hasta el momento en que dé a luz la que debe ser

madre; entonces el resto de sus hermanos volverá junto a los israelitas.

Él se mantendrá de pie y los apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del

nombre del Señor, su Dios.

Ellos habitarán tranquilos, porque Él será grande hasta los confines de la tierra. ¡Y Él

mismo será la paz!

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 79, 2ac. 3b. 15-16. 18

R. Restáuranos, Señor del universo.

Escucha, Pastor de Israel,

Page 3: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Tú que tienes el trono sobre los querubines,

resplandece, reafirma tu poder

y ven a salvarnos. R.

Vuélvete, Señor de los ejércitos,

observa desde el cielo y mira:

ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano,

el retoño que Tú hiciste vigoroso. R.

Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,

al hombre que Tú fortaleciste,

y nunca nos apartaremos de ti:

devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. R.

Aquí estoy para hacer, Dios, tu voluntad

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 5-10

Hermanos:

Cristo, al entrar en el mundo, dijo: «Tú no has querido sacrificio ni oblación; en

cambio, me has dado un cuerpo. No has mirado con agrado los holocaustos ni los

sacrificios expiatorios. Entonces dije: Dios, aquí estoy, yo vengo —como está escrito

de mí en el libro de la Ley—para hacer tu voluntad».

Él comienza diciendo: «Tú no has querido ni has mirado con agrado los sacrificios,

los holocaustos, ni los sacrificios expiatorios, a pesar de que están prescritos por la

Ley». Y luego añade: «Aquí estoy, yo vengo para hacer tu voluntad». Así declara

abolido el primer régimen para establecer el segundo. Y en virtud de esta voluntad

quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez

para siempre.

Page 4: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Palabra de Dios.

ALELUIA Lc. 1, 38

Aleluia.

Yo soy la servidora del Señor;

que se haga en mí según tu Palabra.

Aleluia.

¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme?

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas 1, 39-45

María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de

Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de

alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: « ¡Tú eres bendita

entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la

madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en

mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de

parte del Señor».

Palabra del Señor.

Volver Textos Litúrgicos

GUION PARA LA MISA

IV Domingo de Adviento 20 de diciembre 2016- Ciclo C

Page 5: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Entrada: Es por medio de María que nos llega Jesús al alma, y en esta santa liturgia

podremos exclamar con Santa Isabel, bendito el fruto de tu vientre, pues es la

salvación que ya está próxima a nacer por nosotros.

Liturgia de la Palabra

Primera Lectura: Mi 5,1-4a

El profeta Miqueas anuncia que el que debe gobernar a Israel nacerá en Belén de

Judá.

Salmo Responsorial: 79

Segunda Lectura: Hb 10,5-10

Por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre, quedamos

santificados.

Evangelio: Lc 1,39-45

Isabel proclama a María feliz por haber creído que se cumplirá lo que le fue

anunciado de parte del Señor.

Preces:

Elevemos nuestras súplicas al Padre eterno que, movido por su infinito amor, envió al

mundo a su Hijo para salvarnos, y digámosle confiados.

A cada intención respondemos cantando:

* Por todos los cristianos que formamos la gran familia de los hijos de Dios, para que

inspirados en el misterio de la visitación llevemos a Dios a los que mas lo necesitan y

buscan con sinceridad en sus corazones. Oremos.

* Por la fortaleza y consuelo espiritual del Santo Padre en el gobierno de la Santa

Page 6: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Iglesia. Oremos.

* Por los pobres que no tienen trabajo, por los enfermos y por todos los desvalidos,

para que encuentren en sus prójimos el apoyo de una verdadera y solícita caridad.

Oremos.

* Por todas las familias que se preparan para la Navidad que se aproxima, que por el

amor se estrechen cada vez más los vínculos entre sus miembros y den testimonio de

la visita salvadora del Hijo de Dios. Oremos.

Padre todopoderoso, que sabes compadecerte de nuestra indigencia, concédenos lo

que te pedimos junto al don de tu Hijo Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina por

los siglos de los siglos.

Liturgia Eucarística

Ofertorio:

Nuestra disposición a recibir la salvación de manos de María Santísima es un don que

queremos ofrecer a Dios junto al sacrificio de su divino Hijo.

* Recibe en este incienso Señor el suave aroma de los frutos de las misiones

predicadas.

* Presentamos el pan y el vino, que por medio de tu sacerdote se convertirán en

nuestro alimento para la vida eterna.

Comunión: Acerquémonos a Jesús Eucaristía pidiendo la gracia de ser hostias vivas

que se consuman en su amor.

Salida: María, la humilde Virgen de Nazaret, oriente hoy a la humanidad hacia Aquel

que es la luz verdadera que ilumina a todo hombre, y que ya viene.

(Gentileza del Monasterio “Santa Teresa de los Andes” (SSVM) _ San Rafael _

Argentina)

Page 7: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Volver Textos Litúrgicos

Inicio Exégesis · Alois Stöger

Encuentro

(Lc.1,39-45)

El encuentro entre María e Isabel enlaza las dos narraciones de la anunciación de

Juan y de Jesús, pero también las dos narraciones del nacimiento y de la infancia.

Gracias al encuentro con Isabel adquiere María una inteligencia más profunda del

mensaje que le ha dirigido Dios (Lc.1:39-45) y canta un cántico de alabanza a la

acción salvífica de Dios (Lc.1:46-55). Con unas breves palabras sobre la permanencia

de María junto a Isabel y sobre su regreso (Lc.1:56) se cierra este relato que respira

admirable intimidad y calor religioso.

a) Las madres agraciadas (Lc.1:39-45).

39 Por aquellos días, María se puso en camino y se fue con presteza a una ciudad de

la región montañosa de Judá. 40 Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

La marcha tuvo lugar por aquellos días, poco después de la anunciación. El camino

lleva de Nazaret a una ciudad de Judá, situada en la región montañosa limitada por el

Negeb, el desierto de Judá y la Sefalá. Según una vieja tradición, estaba situada la

ciudad en el emplazamiento de la actual En-Karim, a unos seis kilómetros y medio al

oeste de Jerusalén. El camino que tuvo que recorrer María desde Nazaret exigía tres

o cuatro días de marcha.

María se fue a la región montañosa con presteza. El viaje era incómodo, y sin

embargo fue María con presteza. Aquí se inicia la gran marcha que llena la obra

histórica de Lucas, el evangelio y los Hechos de los Apóstoles. La Palabra de Dios

efectúa una marcha del cielo a la tierra, de Nazaret a Jerusalén, de Jerusalén a

Page 8: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra, sin tener en cuenta las dificultades,

siempre con presteza.

Al término de la marcha entra María en casa de Zacarías y saluda a Isabel. También

esto se hace con presteza. Sólo saluda a Isabel, a quien Dios la ha remitido. En el

camino no saluda a nadie. Procede como los mensajeros que enviará Jesús y que

recibirán el encargo: «No saludéis a nadie por el camino» (10,4). La historia de la

infancia contiene las líneas fundamentales de la acción de Jesús; la acción de Jesús

es modelo para la vida de la Iglesia.

41 Y apenas oyó ésta el saludo de María, el niño saltó de gozo en el seno de Isabel,

la cual quedó llena de Espíritu Santo.

En el saludo de María, que lleva al Mesías en su seno, la salud mesiánica alcanza a

Isabel y, a través de su madre, a Juan. El niño salta de gozo en el seno materno. El

movimiento natural del niño se convierte en signo del gozo que suscita el encuentro

con el portador de la salud. Este signo tenía un significado más profundo que el

movimiento de los gemelos Esaú y Jacob en el seno de Rebeca. «Chocaban entre sí

en el seno materno los gemelos, lo que le hizo exclamar: Si esto es así, ¿para qué

vivir? Y fue a consultar a Yahveh, que le respondió: Dos pueblos llevas en tu seno.

Dos pueblos que al salir de tus entrañas se separarán. Una nación prevalecerá sobre

la otra. Y el mayor servirá al menor» (Gen_25:22s). Dios dirige la historia de los

hombres aun antes de que nazcan. El profeta Jeremías consigna la palabra de Dios:

«Antes que te formara en las entrañas maternas te conocía; antes que tú salieses del

seno materno te consagré y te designé para profeta de pueblos» (Jer_1:5).

Isabel quedó llena de Espíritu Santo. Cuando María entra en la casa y se oyen sus

palabras de saludo, se inicia la bendición del tiempo de salud. Dios dirá a sus

mensajeros: «Y en cualquier casa en que entréis, decid primero: Paz a esta casa. Y si

allí hay alguien que merece la paz, se posará sobre él vuestra paz» (Jer_10:5s). En la

casa de Zacarías se efectúa en el estrecho ámbito de la historia de la infancia lo que

Page 9: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

se efectuará en Jerusalén después de la resurrección del Señor: «Y sucederá en los

últimos días que derramaré mi Espíritu sobre toda carne. Y profetizarán vuestros hijos

y vuestras hijas» (Act 2,l7: Joe_3:1-5). La historia de la infancia de la Iglesia es la

renovación de la historia de la infancia de Jesús.

42 Y exclamó a voz en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu

vientre! 43 ¿Y de dónde a mí esto: que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque

mira: apenas llegó a mis oídos tu saludo, el niño saltó de gozo en mi seno. 45

¡Bienaventurada tú, que has creído; porque se cumplirán las palabras que se te han

anunciado de parte del Señor!

Isabel, llena del Espíritu Santo, habla en una moción extática, bajo el influjo de Dios,

en forma litúrgica solemne, como cantaban los levitas delante del arca de la alianza

(1Cr_16:4). Es pregonera de la salud, servidora del Señor que se presenta en su

casa. El Espíritu Santo le da a conocer el misterio de María.

La profetisa recoge la alabanza del ángel y la confirma: Bendita tú entre las mujeres.

Añade la razón de esta bendición: Y bendito el fruto de tu vientre. Se le predica

bendición porque antes ha sido bendecida por Dios con la abundancia de todas las

bendiciones que están compendiadas en Cristo (Efe_1:3).

María, Arca de la Alianza: ¿De dónde a mí esto? Análogamente habló David cuando

había de llevar el arca de la alianza a Jerusalén: «Habiéndose puesto en marcha,

David y todo el ejército que lo acompañaba partieron en dirección a Baalá de Judá,

para subir el arca de Dios, sobre la cual se invoca el nombre de Yahveh Sebaot,

sentado entre los querubines. Pusieron sobre un carro nuevo el arca de Dios y la

sacaron de casa de Abinadab, que está sobre la colina... David y toda la casa de

Israel iban danzando delante de Yahveh con todas sus fuerzas con arpas, salterios,

adufes, flautas y címbalos... Atemorizóse entonces David de Yahveh y dijo: ¿Cómo

voy a llevar a mi casa el arca de Yahveh? Y desistió ya de llevar a su casa el arca de

Yahveh a la ciudad de David, y la hizo llevar a casa de Obededón de Gat, y Yahveh le

bendijo a él y a toda su casa. Dijéronle a David: Yahveh ha bendecido a la casa de

Page 10: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Obededón y a cuanto tiene con él por causa del arca de Dios» (2Sa_6:2-11). Parece

que este texto influyó en la exposición de Lucas. María fue considerada como el arca

de la alianza del Nuevo Testamento. Lleva al Santo en su seno, la revelación de Dios,

la fuente de toda bendición, la causa del gozo de la salvación, el centro del nuevo

culto.

El saludo de María tiene por respuesta los jubilosos saltos del niño. Irrumpe el júbilo

del tiempo mesiánico de salvación, que el profeta había descrito con estas palabras:

«Saldréis y saltaréis como terneros que salen del establo (a los que se han soltado

las cadenas)» (Mal_3:20). El tiempo de salvación es tiempo de alegría.

El cántico de alabanza que entona Isabel termina con palabras de felicitación para

María. Bienaventurada tú, que has creído. María es madre de Jesucristo, porque ha

dado el sí en santa obediencia. Cuando aquella mujer del pueblo bendijo a Jesús

diciendo: «Bienaventurado el seno que te llevó y los pechos que te criaron», dijo él:

«Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan»

(Mal_11:27s). Con un acto de fe comienza la historia de la salvación de Israel:

Abraham se marcha con su mujer a una tierra desconocida, únicamente porque Dios

lo ha llamado y le ha prometido bendecirle con gran descendencia (Gen_12:1-5); con

un acto de fe comienza la historia de la salvación del mundo: María creyó las palabras

de Dios: que ella sería la virgen madre del Mesías.

(Stöger, A., El Evangelio de San Lucas, en El Nuevo Testamento y su Mensaje,

Herder, Barcelona, 1969)

___________________________________

El paralelismo entre el saludo de Isabel y las palabras de David es el siguiente.

Isabel, al entrar María a su casa, exclama: “¿De dónde a mí esto que venga a mi

casa la Madre de Dios?”. David, cuando el arca de la alianza está por entrar en su

casa dice, en otras palabras: “¿De dónde a mí esto que venga a mi casa el arca de la

alianza?”. Por eso es que se puede establecer ese paralelismo: María es la nueva

Page 11: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Arca de la Alianza. De hecho es una de las letanías lauretanas: Foederis Arca (Nota

del Editor).

Volver Exégesis

InicioComentario Teológico· San Juan Pablo II

El misterio de la Visitación, preludio de la misión del Salvador

1. En el relato de la Visitación, san Lucas muestra cómo la gracia de la Encarnación,

después de haber inundado a María, lleva salvación y alegría a la casa de Isabel. El

Salvador de los hombres, oculto en el seno de su Madre, derrama el Espíritu Santo,

manifestándose ya desde el comienzo de su venida al mundo.

El evangelista, describiendo la salida de María hacia Judea, usa el verbo anístemi,

que significa levantarse, ponerse en movimiento. Considerando que este verbo se usa

en los evangelios para indicar la resurrección de Jesús (cf. Mc 8,31; 9,9.31; Lc

24,7.46) o acciones materiales que comportan un impulso espiritual (cf. Lc 5,27-28;

15,18.20), podemos suponer que Lucas, con esta expresión, quiere subrayar el

impulso vigoroso que lleva a María, bajo la inspiración del Espíritu Santo, a dar al

mundo el Salvador.

2. El texto evangélico refiere, además, que María realiza el viaje "con prontitud" (Lc

1,39). También la expresión "a la región montañosa" (Lc 1,39), en el contexto lucano,

es mucho más que una simple indicación topográfica, pues permite pensar en el

mensajero de la buena nueva descrito en el libro de Isaías: "¡Qué hermosos son sobre

los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que

anuncia salvación, que dice a Sión: "Ya reina tu Dios" (Is 52,7).

Así como manifiesta san Pablo, que reconoce el cumplimiento de este texto profético

en la predicación del Evangelio (cf. Rom 10,15), así también san Lucas parece invitar

a ver en María a la primera evangelista, que difunde la buena nueva, comenzando los

viajes misioneros del Hijo divino.

La dirección del viaje de la Virgen santísima es particularmente significativa: será de

Galilea a Judea, como el camino misionero de Jesús (cf. Lc 9,51).

Page 12: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

En efecto, con su visita a Isabel, María realiza el preludio de la misión de Jesús y,

colaborando ya desde el comienzo de su maternidad en la obra redentora del Hijo, se

transforma en el modelo de quienes en la Iglesia se ponen en camino para llevar la

luz y la alegría de Cristo a los hombres de todos los lugares y de todos los tiempos.

3. El encuentro con Isabel presenta rasgos de un gozoso acontecimiento salvífico,

que supera el sentimiento espontáneo de la simpatía familiar. Mientras la turbación

por la incredulidad parece reflejarse en el mutismo de Zacarías, María irrumpe con la

alegría de su fe pronta y disponible: "Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel" (Lc

1,40).

San Lucas refiere que "cuando oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en

su seno" (Lc 1,41). El saludo de María suscita en el hijo de Isabel un salto de gozo: la

entrada de Jesús en la casa de Isabel, gracias a su Madre, transmite al profeta que

nacerá la alegría que el Antiguo Testamento anuncia como signo de la presencia del

Mesías.

Ante el saludo de María, también Isabel sintió la alegría mesiánica y "quedó llena de

Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y

bendito el fruto de tu seno" (Lc 1,41-42).

En virtud de una iluminación superior, comprende la grandeza de María que, más que

Yael y Judit, quienes la prefiguraron en el Antiguo Testamento, es bendita entre las

mujeres por el fruto de su seno, Jesús, el Mesías.

4. La exclamación de Isabel "con gran voz" manifiesta un verdadero entusiasmo

religioso, que la plegaria del Avemaría sigue haciendo resonar en los labios de los

creyentes, como cántico de alabanza de la Iglesia por las maravillas que hizo el

Poderoso en la Madre de su Hijo.

Isabel, proclamándola "bendita entre las mujeres", indica la razón de la

bienaventuranza de María en su fe: "¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las

cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" (Lc 1,45). La grandeza y la alegría de

María tienen origen en el hecho de que ella es la que cree.

Ante la excelencia de María, Isabel comprende también qué honor constituye para

ella su visita: "¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?" (Lc 1,43). Con

la expresión "mi Señor", Isabel reconoce la dignidad real, más aún, mesiánica, del

Hijo de María. En efecto, en el Antiguo Testamento esta expresión se usaba para

dirigirse al rey (cf. 1 R 1, 13, 20, 21, etc.) y hablar del rey-mesías (Sal 110,1). El ángel

había dicho de Jesús: "El Señor Dios le dará el trono de David, su padre" (Lc 1,32).

Isabel, "llena de Espíritu Santo", tiene la misma intuición. Más tarde, la glorificación

Page 13: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

pascual de Cristo revelará en qué sentido hay que entender este título, es decir, en un

sentido trascendente (cf. Jn 20,28; Hch 2,34-36).

Isabel, con su exclamación llena de admiración, nos invita a apreciar todo lo que la

presencia de la Virgen trae como don a la vida de cada creyente.

En la Visitación, la Virgen lleva a la madre del Bautista el Cristo, que derrama el

Espíritu Santo. Las mismas palabras de Isabel expresan bien este papel de

mediadora: "Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el

niño en mi seno" (Lc 1,44). La intervención de María, junto con el don del Espíritu

Santo, produce como un preludio de Pentecostés, confirmando una cooperación que,

habiendo empezado con la Encarnación, está destinada a manifestarse en toda la

obra de la salvación divina.

Juan Pablo II, Catequesis (2-X-96), L'Osservatore Romano, edición semanal en

lengua española, del 4-X-96.

Volver Comentario Teológico

InicioSantos Padres· San Juan Damasceno

Homilías sobre la Natividad

El alma de María está pendiente de solo Dios

Los pueblos más ricos buscan el favor de esta mujer. Ante ella se postrarán los reyes

de las naciones trayéndole ofrendas.

¡Oh mujer amable, tres veces dichosa! ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto

de tu vientre! ¡Oh mujer, hija del rey David y madre de Dios, el rey universal! ¡Oh

divino y animado joyel, en el que se ha complacido el Dios creador, joyel cuyo espíritu

es gobernado y está pendiente de solo Dios, cuyo deseo está exclusivamente

canalizado hacia lo deseable y lo amable, cuya animosidad se centra únicamente en

el pecado y en quien lo comete! Tú tendrás una vida superior a la naturaleza, pues la

tendrás no para ti, como tampoco has nacido para ti. La tendrás, por tanto, para Dios,

por quien tú has sido llamada a la vida, por quien tú te pondrás al servicio de la

Page 14: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

salvación universal, para que el primitivo designio de Dios, el de la encarnación del

Verbo y de nuestra divinización, tengan en ti un feliz cumplimiento.

Tu deseo es alimentarte de las palabras divinas y de fortalecerte con su savia como

verde olivo en la casa del Señor, como un árbol plantado al borde de la acequia del

Espíritu, como el árbol de la vida, que ha dado su fruto en el tiempo prefijado: el Dios

encarnado, vida eterna de todos los seres. Tú retienes todo pensamiento nutritivo y

útil al alma, pero rechazas, aun antes de gustarlo, cualquier pensamiento superfluo o

perjudicial para el alma. Tus ojos están siempre puestos en el Señor, contemplando la

luz eterna e inaccesible; tus oídos escuchan la divina palabra y se deleitan con la

cítara del Espíritu: por ellos entró el Verbo para encarnarse; tu nariz aspira con

fruición el aroma de los perfumes del Esposo, siendo él mismo un perfume divino que

espontáneamente se expande ungiendo su humanidad: Tu nombre —dice la Escritura

— es como un bálsamo fragante, tus labios alaban al Señor y están pendientes de

sus labios; tu lengua y tu paladar disciernen las palabras del Señor y se sacian de la

suavidad divina; tu corazón puro y sin mancha contempla y anhela al Dios sin

mancha.

Vientre en el que el ilimitado estableció su morada, y pechos lactantes de los que

Dios, es decir, el niño Jesús, recibió su alimento; puerta de Dios que siempre

permanece virgen; manos que llevan a Dios y rodillas que son un trono más elevado

que el de los querubines: por ellas se fortalecen las manos débiles y se robustecen

las rodillas vacilantes; pies que, guiados por la ley de Dios cual lámpara luciente,

corren tras él sin volverse, hasta haber conducido a la amada junto al amado.

Todo su ser es cámara nupcial del Espíritu; todo su ser es la ciudad del Dios viviente,

alegrada por el correr de las acequias, es decir, por el flujo de los carismas del

Espíritu. Toda hermosa, toda próxima a Dios. Pues, dominando a los querubines y

sobresaliendo sobre los serafines, cercana a Dios, es a ella a quien se aplican estas

palabras: ¡Toda eres hermosa, amada mía, y no hay en ti defecto!

San Juan Damasceno, Homilías sobre la Natividad (SC 80, pp. 69-73)

Volver Santos Padres

Inicio

Aplicación· P. Alfredo Sáenz, S.J.

Page 15: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

· San Juan Pablo II· S.S. Benedicto XVI· P. Gustavo Pascual, I.V.E.. S.S. Benedicto XVI

P. Alfredo Sáenz, SJ..

La gran paradoja

LA VISITACIÓN

El evangelista San Lucas nos ha referido el relato de la Visitación de María a su prima

Santa Isabel. Probablemente este acontecimiento sucedió al poco tiempo de la

Anunciación, quizás entre los meses de abril y junio del mismo año del Nacimiento

del Señor.

El Arcángel Gabriel le había anunciado a María que su prima había concebido, a

pesar de su vejez, ya que nada es imposible para Dios. María se levantó y sin dudar

ni un momento de lo que el Angel le anunciara, exigida por su amor, se puso sin

demora en camino a Ain Kárim, pequeño pueblo donde vivía Santa Isabel. Corto se le

hizo sin duda el camino de 127 kilómetros —casi cinco días de jornada— porque iba

pensando en su Amor, iba contemplando las maravillas que Dios estaba obrando en

Ella. María es contemplativa en grado eminente. Si ello lo decimos de los santos, con

mayor razón de aquella que está muy por encima de la perfección de todos los

ángeles y santos juntos. Acompañemos el gozo interno que lleva María, gozo inefable

por haber concebido al mismo Dios. El camino terreno hacia Ain Kárim, se le hace

corto por la largueza que ha recorrido en el camino de su mundo interior. Apresura

caminos de tierra, y lleva en su seno al Camino de los hombres hacia el Padre.

En el Misterio de la Visitación, lleno de luz como un día radiante de sol, María

Santísima nos ha dejado varias enseñanzas que pasamos a considerar.

Fe – Esperanza

Page 16: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Una vez que Nuestra Señora pronuncia su fiat, concibiendo al Hijo de Dios, da como

un salto al vacío. Intuye que se trata del Mesías sufriente, sabiendo que tendrá que

padecer a la par de su Hijo. No entiende bien cómo se le solucionarán sus cosas,

pero firme en su fe, persevera confiando plenamente en el Señor. Se lanza en los

brazos de Dios, como quien lo espera todo de Él. Su alma es como un barco que

parte de la ribera hacia mares todavía desconocidos, pero con la certeza de que su

timonel, que es Dios, le ha de guiar por buen norte.

María comprende cada vez más, porque guarda todas esas cosas en su corazón,

aquello que le dijo el Ángel al referirse a la concepción de su prima Santa Isabel:

"Ninguna cosa es imposible para Dios". Nada hay imposible. Quizás recordó aquellas

concepciones obradas por el poder de Dios en el Antiguo Testamento, como la de

Sara, mujer de Abraham, o como la de Ana, mujer de Elcana. Y no duda en modo

alguno de lo que el Ángel le ha dicho. Por eso el evangelista nos la muestra a María

partiendo "sin demora".

¿Pero quién le solucionaría a Nuestra Señora su propio problema? En la antigüedad,

según el Deuteronomio, una mujer sorprendida en adulterio tenía que ser lapidada, o

también era posible que fuese castigada con la pena de fuego El marido podía

perdonar a la mujer adúltera o también repudiarla, con lo cual quedaba infamada

públicamente. ¿Quién le haría comprender a San José, su esposo, que lo que ha

concebido es obra del Espíritu Santo? Aquella que todo lo espera del Altísimo,

pensaría interiormente: "Ninguna cosa es imposible para Dios". Se enfrenta con una

dificultad de difícil solución. ¡Podría correr peligro su propia vida! Situémonos en la

confianza total de esta mujer. No tiene a quien contarle lo sucedido, sólo tiene la

fortaleza en Dios. No sin cierta audacia, va a visitar a su prima, saltando nuevamente

al vacío, como lo había hecho en la Encarnación, pero allí, en el vacío de sí,

encuentra los brazos poderosos de Dios, que la sostendrá en la firmeza de la Roca.

San José entenderá luego, por un enviado de Dios, que lo que había concebido su

esposa, era obra del Espíritu Santo, y que por tanto no debía temer en recibirla.

Page 17: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

A lo largo de la vida de Nuestra Señora, encontramos con frecuencia estas valientes

acometidas frente a las dificultades. Ella esperó en Dios cuando no encontró lugar en

la posada para dar a luz; confió en Él cuando tuvo que partir a Egipto; no desesperó

de encontrar al Niño, cuando lo perdió a la edad de doce años; confió en Jesús en el

Misterio más doloroso para su vida: el de la Cruz; no dudó de las palabras del Señor,

quien había prometido que resucitaría al tercer día... Podemos aplicar a María el

elogio que hace San Pablo, al referirse a la gran prueba que sufrió Abraham, cuando

Dios le pidió que sacrificase a su único hijo: "Esperó contra toda esperanza". Cuando

parecen cerrarse todas las salidas en nuestra vida, porque las circunstancias nos

agobian, cuando se ha nublado toda posibilidad de poder seguir el camino,

aprendamos de María Virgen. Ella puso toda su confianza en Dios. Bien podríamos

poner en sus labios las palabras del Apóstol: "Todo lo puedo en aquel que me

conforta".

María es la Madre de nuestra fe y de nuestra esperanza. Cuando tengamos

dificultades, miremos a María. ¡Cómo se contrasta la esperanza de Nuestra Señora

con nuestras desesperanzas! Apenas se nos presentan cruces, incomprensiones,

sufrimientos, nos quejamos o nos desanimamos, e incluso a veces hasta nos

desesperamos. Tengamos la santa audacia de María, arrojémonos a los brazos del

Invisible confiando en su Providencia. Entonces el Señor hará sentir su protección

poderosa.

Misericordia

El primer gesto de María Santísima después de la Encarnación es un gesto de

misericordia. No nos debe extrañar que así sea. Ella es la Reina de la misericordia. Y

con este gesto resulta santificado San Juan, quien da saltos en el seno de su anciana

madre. Toda la vida de María será ayudar al Señor en la grandiosa tarea de la

santificación de los hombres. Lo hizo especialmente al pie de la Cruz, corredimiendo a

la humanidad. Lo hace desde el cielo, desde donde con sus manos maternales

acerca a los hijos dispersos hasta el Autor de la misericordia.

Page 18: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

La misericordia es poner el corazón de parte del que sufre. María arrima los trabajos

de su corazón para ayudar a quien lo necesita. Este es su primer acto de

misericordia: ayudar a una mujer que va a dar a luz. De donde podemos colegir la

conveniencia de que las mujeres que están esperando un niño recurran

confiadamente a Aquella que también fue Madre. Por eso en María, así como en toda

persona misericordiosa, se cumple aquello del salmo 40: "Bienaventurado el que se

ocupa por el necesitado y el desvalido; en el día malo lo librará el Señor".

Bienaventurada es María porque siempre usó de misericordia. Ella es la Madre del

Amor Hermoso, por eso hemos de recurrir siempre a su santo auxilio, con la

confianza de que nos hará abundar en sus cuidados. Santa Isabel experimentó la

riqueza de los dones espirituales de la Madre de Dios: ¿Quién era ella, para que la

Madre de su Señor fuera a visitarla? Y no sólo a visitarla, sino a ponerse a su

disposición y servicio. Así es esta Madre cuando ve que alguien recurre a Ella con

devoción.

No podía ser de otra manera. Aquella que encarnó al Verbo en el olvido de sí,

manifiesta a la Iglesia la servicialidad de su espíritu, haciendo esta obra de compasión

con una necesitada. Es el apostolado de María, movido siempre por su inmenso

amor.

La influencia de María no sólo se extiende a su prima, sino también al hijo que ésta

lleva en su seno. Dice el evangelio que cuando Isabel escuchó el saludo de María, su

criatura dio saltos en su vientre. Es Juan, el futuro precursor, quien recibe por María la

influencia de la virtud santificadora del Señor.

María proclamada Reina

Isabel exclamó en alta voz: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres, y bendito es el

fruto de tu vientre!" Alabanza que quedó en los labios de la Iglesia cada vez que se

reza el Ave María, y por tanto el Santo Rosario. Bendita entre todas las mujeres.

Ninguna mujer fue, ni es tan bendita como la Virgen. Tampoco podrá serlo, pues sólo

Page 19: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Ella fue elegida desde toda la eternidad para concebir un Fruto que es Divino. Bendito

es el Fruto de este nuevo Paraíso viviente, ya que por el mismo resultarán arrancados

los hombres del mal. Por una mujer, y por el fruto del paraíso, vino la muerte y la

desgracia al mundo; por esta Mujer, y por el Fruto bendito de su Paraíso, vendrá la

alegría y la vida sobrenatural al mundo.

Isabel, llena del Espíritu Santo, y con gran visión de fe, reconocerá a María como "la

madre de su Señor", y se sentirá indigna de que tan excelsa creatura sea quien se

haya tomado el trabajo de visitarla. Tiene esta santa una conciencia delicada, que

proviene de su humildad y de su amor. Se ve indigna de semejante visita. No es para

menos. Frente a ella están el Hijo de Dios hecho carne, y la Madre de tal Hijo.

Isabel proclamará la fe de María al decir: "Feliz de ti por haber creído". La humildad

de la "esclava del Señor" no le permitirá adueñarse de estas alabanzas, sabiendo que

es sólo administradora de los bienes recibidos. Por eso, llena del Espíritu, proclamará

las hazañas del Todopoderoso por medio del Magníficat, su cántico inspirado.

Hemos desbrozado el misterio de la Visitación. Mucho queda por comprender todavía.

Este misterio nos ha llevado como de la mano a descubrir los virtuosos frutos del

alma de María. Aprendamos de Ella a tener fe, esperanza y gran misericordia.

Aprendamos de Ella a comportarnos en nuestras dificultades, que las tendremos y

numerosas en toda nuestra vida. Recurramos a Ella como nos lo enseña tan

hermosamente San Bernardo en una de sus homilías: "En los peligros, en las

angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu

boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora no te apartes

tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si le

ruegas, no te perderá si en Ella piensas. Si Ella te tiene de su mano, no caerás; si te

protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás si es tu guía; llegarás felizmente al

puerto si Ella te ampara".

Ain Kárim es el lugar de la misericordia de María. Acudamos a su encuentro y

resultaremos beneficiados. Cantémosle siempre por boca de Santa Isabel: "Bendita tú

Page 20: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre".

Ain Kárim es el lugar del encuentro nuestro con María, especialmente por medio del

Santo Rosario...

(SAENZ, A., Palabra y Vida, Ciclo C, Ediciones Gladius, Buenos Aires, 1994, p. 25-

31)

Volver Aplicación

Juan Pablo II

“¡El Señor está cerca!” (Flp 4,5). Con estas palabras nos saluda la Iglesia en la liturgia

de los últimos días antes de Navidad. Estos son los días en los que la Iglesia fija la

mirada particularmente en Aquél que debe venir la noche de Belén.

Hallamos su expresión en la liturgia del último domingo de este período. A través de

la lectura de la Carta a los Hebreos percibimos las palabras del Hijo de Dios: “Aquí

estoy... Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo... Aquí

estoy... ¡oh Dios!, para hacer tu voluntad” (Hb 10,5.7).

En estas palabras, la venida de Dios en medio de los hombres toma la forma del

misterio de la Encarnación. Dios ha preparado este misterio desde la eternidad, y

ahora lo realiza. El Padre manda al Hijo. El Hijo acoge la misión. Por obra del Espíritu

Santo se hace hombre en el seno de la Virgen de Nazaret. “Y el Verbo se hizo carne”

(Jn 1,14). El Verbo es el Hijo eternamente amado y eternamente amante. El amor

significa la unidad de las voluntades. La voluntad del Padre y la voluntad del Hijo se

unen. El fruto de esta unión es el Amor personal, el Espíritu Santo. El fruto del Amor

personal es la Encarnación: “me has preparado un cuerpo”.

“El Señor está cerca”. El Padre “ha preparado” al Hijo el “cuerpo humano” por obra

Page 21: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

del Espíritu Santo, que es Amor.

El misterio de la Encarnación significa una especial “efusión” de este Amor:

descendimiento del Espíritu Santo sobre la Virgen de Nazaret. Sobre María.

“El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra;

por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios” (Lc 1,35).

El Espíritu Santo con su fuerza divina actúa ante todo en el corazón de María. De

este modo la fuente del misterio de la Encarnación se hace la fe de Ella: obediencia

de la fe. “Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).

En la Visitación -de la que habla el Evangelio de hoy-, Isabel alaba antes de nada la

fe de María: “¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se

cumplirá” (Lc 1,45).

En efecto, en la anunciación María pronuncia su “fiat” en la obediencia de la fe. Este

“fiat” es el momento clave. El misterio de la Encarnación es misterio divino y al mismo

tiempo humano. Efectivamente, Aquél que asume el cuerpo es Dios-Verbo (Dios-

Hijo). Y al mismo tiempo el cuerpo que asume es humano. “Admirable commercium”.

En este momento, cuando la Virgen de Nazaret pronuncia su “fiat” (hágase en mí

según tu palabra), el Hijo puede decir al padre: “Me has preparado un cuerpo”.

El Adviento de Dios se realiza también por obra del hombre. Mediante la obediencia

de la fe.

La liturgia de hoy nos pone ante los ojos no sólo la eterna obediencia del Hijo: “Aquí

estoy, ¡oh Dios!, para hacer tu voluntad”, no sólo la obediencia de Aquella que ha sido

elegida para ser su Madre terrena..., sino que nos pone ante los ojos también el lugar

en el que se debe realizar el misterio de la Encarnación.

En el centro de la profecía de Miqueas aparece el topónimo: Belén. Este es

precisamente el lugar en el que el Eterno Hijo debía por primera vez revelarse en el

Page 22: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

cuerpo humano. El Hijo de Dios como Hijo del hombre: Hijo de María.

El Profeta dice: “Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti

saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial” (Miq

5,1). Dicho origen “desde lo antiguo”: de tiempo inmemorial (¡y sin comienzo!) es

participado por el Hijo-Verbo. “Hasta el tiempo en que la madre dé a luz” (cfr. Miq 5,2)

-anuncia posteriormente el Profeta- “y el resto de sus hermanos retornará a los hijos

de Israel”.

Este nacimiento humano del Hijo de Dios de la Virgen da comienzo al nuevo Israel: al

nuevo Pueblo de Dios. Será éste el pueblo de los “hermanos” de Cristo: de aquellos

que mediante la gracia, nos convertiremos en “hijos en el Hijo”. Recibirán “poder para

ser hijos de Dios”, como dirá San Juan en el prólogo de su Evangelio (cfr. Jn 1,12).

El lugar en el que todo esto se cumplirá: donde se cumplirá y al mismo tiempo se

recordará siempre de nuevo en la historia de la salvación, es precisamente esa Belén

de Efrata.

Cuando Cristo entró en el mundo dijo: “Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me

has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces

yo dije...: Aquí estoy, ¡oh Dios!, para hacer tu voluntad” (Hb 10,5-7). El misterio de la

Encarnación significa el comienzo del nuevo sacrificio: del perfecto sacrificio. El que

es concebido en el seno de la Virgen por obra del espíritu Santo, que nace en la

noche de Belén, es Sacerdote Eterno. Lleva al Sacrificio y realiza el Sacrificio ya en su

Encarnación. Es decir, el Sacrificio que “es agradable a Dios”. Agrada a Dios el

sacrificio en el que se expresa toda la verdad interior del hombre: el sacrificio de la

voluntad y del corazón. El Hijo de Dios asume la naturaleza humana, el cuerpo

humano, precisamente para comenzar dicho sacrificio en la historia de la humanidad.

Lo realizará definitivamente mediante su “obediencia hasta la muerte” (cfr. Flp 2,8).

Sin embargo, el comienzo de esta obediencia está ya en el seno de la Virgen María.

Page 23: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Ya en la noche de Belén: “Aquí estoy, ¡oh Dios!, para hacer tu voluntad”. Al rodear al

recién nacido, en la noche de Belén y durante todo el período de Navidad, demos

desahogo a la necesidad de nuestros corazones.

Gocemos de esa alegría, que el tiempo de Navidad lleva consigo. Cantemos “Gloria a

Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama” (Lc 2,14). Y sobre

todo: aprendamos hasta el final la verdad contenida en este misterio penetrante: “Aquí

estoy... ¡oh Dios!, para hacer tu voluntad”. Aprendamos del Hijo de Dios a hacer la

voluntad del padre. En efecto, ésta es la vocación de los que se han convertido en

“hijos en el Hijo”. Esta es vuestra vocación cristiana. Este es fruto del Adviento de

Dios en la vida humana.

(IV Domingo de Adviento, parroquia San Gregorio Barbarigo, 22 de Noviembre de

1985)

Volver Aplicación

Benedicto XVI

Queridos hermanos y hermanas:

Con el IV domingo de Adviento, la Navidad del Señor está ya ante nosotros. La

liturgia, con las palabras del profeta Miqueas, invita a mirar a Belén, la pequeña

ciudad de Judea testigo del gran acontecimiento: "Pero tú, Belén de Efratá, la más

pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo

antiguo, de tiempo inmemorial" (Mi 5, 1). Mil años antes de Cristo, en Belén había

nacido el gran rey David, al que las Escrituras concuerdan en presentar como

antepasado del Mesías. El Evangelio de san Lucas narra que Jesús nació en Belén

porque José, el esposo de María, siendo de la "casa de David", tuvo que dirigirse a

esa aldea para el censo, y precisamente en esos días María dio a luz a Jesús (cf. Lc

2, 1-7). En efecto, la misma profecía de Miqueas prosigue aludiendo precisamente a

un nacimiento misterioso: "Dios los abandonará -dice- hasta el tiempo en que la

madre dé a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel" (Mi

Page 24: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

5, 2).

Así pues, hay un designio divino que comprende y explica los tiempos y los lugares

de la venida del Hijo de Dios al mundo. Es un designio de paz, como anuncia también

el profeta hablando del Mesías: "En pie pastoreará con la fuerza del Señor, por el

nombre glorioso del Señor su Dios. Habitarán tranquilos porque se mostrará grande

hasta los confines de la tierra. Él mismo será nuestra paz" (Mi 5, 3-4).

Precisamente este último aspecto de la profecía, el de la paz mesiánica, nos lleva

naturalmente a subrayar que Belén es también una ciudad-símbolo de la paz, en

Tierra Santa y en el mundo entero. Por desgracia, en nuestros días, no se trata de

una paz lograda y estable, sino una paz fatigosamente buscada y esperada. Dios, sin

embargo, no se resigna nunca a este estado de cosas; por ello, también este año, en

Belén y en todo el mundo, se renovará en la Iglesia el misterio de la Navidad, profecía

de paz para cada hombre, que compromete a los cristianos a implicarse en las

cerrazones, en los dramas, a menudo desconocidos y ocultos, y en los conflictos del

contexto en el que viven, con los sentimientos de Jesús, para ser en todas partes

instrumentos y mensajeros de paz, para llevar amor donde hay odio, perdón donde

hay ofensa, alegría donde hay tristeza y verdad donde hay error, según las bellas

expresiones de una conocida oración franciscana.

Hoy, como en tiempos de Jesús, la Navidad no es un cuento para niños, sino la

respuesta de Dios al drama de la humanidad que busca la paz verdadera. "Él mismo

será nuestra paz", dice el profeta refiriéndose al Mesías. A nosotros nos toca abrir de

par en par las puertas para acogerlo. Aprendamos de María y José: pongámonos con

fe al servicio del designio de Dios. Aunque no lo comprendamos plenamente,

confiemos en su sabiduría y bondad. Busquemos ante todo el reino de Dios, y la

Providencia nos ayudará. ¡Feliz Navidad a todos!

(Ángelus, IV Domingo de Adviento, 20 de diciembre de 2009)

Volver Aplicación

P. Gustavo Pascual, I.V.E.

Page 25: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

LA CARIDAD NOS URGE

“En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a

una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel”.

“Al oír María este anuncio, llena de gozo y sin demora, partió hacia las montañas, no

porque dudara de las palabras del ángel ni porque estuviera incierta de la veracidad

del hecho ni porque vacilara ante la realidad del ejemplo, sino porque se sentía

impulsada por el deseo de cumplir un deber de piedad, anhelante de prestar sus

servicios y presurosa por la intensidad de su alegría”.

Del pasaje de la Visitación podemos sacar tres enseñanzas:

+ La prontitud de María en seguir la insinuación del ángel

El ángel no le manda ir a ver a su prima. Simplemente insinúa que es la

voluntad de Dios, “mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez,

y éste ya es el sexto mes de aquella que llamaban estéril”.

- María comprende que es la voluntad de Dios que vaya a Ain Karin.

- La caridad mueve a María, quiere ir a servir a su prima.

- Quiere comenzar su apostolado, llevar la salvación.

+ Lleva la salvación a casa de Isabel

- Juan es santificado por la presencia de Jesús.

- Isabel se llena de gracia y de entendimiento.

Se llena del Espíritu Santo y profetiza: “Bendita tú entre las mujeres”.

Es iluminada para conocer el centro del misterio: “Bendito el fruto de tu vientre”.

Además conoce la causa de la respuesta de María, la fe.

Crece en humildad ante la grandeza de Cristo y de su Madre: “¿De dónde a mí

que la madre de mi Señor venga a mí?”.

+ Conoce la más grande virtud de María, causa de su aceptación al plan de Dios

No la felicita por ser Madre de Dios sino por su fe “feliz la que ha creído”.

Es la fe de María lo que principalmente debemos imitar.

Page 26: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Nuestra fe debe ser un asentimiento intelectual y no sentimental. María en la

anunciación “discurría qué significaría aquel saludo”, es decir, trabajó con su

inteligencia para que su acto de fe no fuera incoherente y dijo finalmente “hágase”. Si

bien, su acto de fe se apoyó en la autoridad de Dios que le hablaba por medio del

ángel, también uso de sus potencias naturales para que su fe fuera más profunda.

Hoy militan contra la fe: la fe sin obras que es una especie de fariseísmo y el

sentimentalismo, que es amor humano sin sentido sobrenatural.

¿Qué más nos enseña el pasaje de la visitación?

Nos enseña el valor de la gracia de Dios.

La gracia de Dios es un don, un regalo de Dios.

Por ser regalo no lo merecemos. Dios nos la da por pura misericordia.

La da como una fuerza para que lleguemos a Él. Es como una elevación de

nuestras fuerzas para obrar al modo divino.

La gracia es un tesoro incomparable. Vale más que la vida. Vale más que el

mundo creado. El que la halla, ha hallado un tesoro.

¿Y cómo se obtiene? Es un don de Dios, sin embargo, nos podemos disponer

para que Dios la infunda.

- Siendo dóciles a lo que Dios nos pide.

- Estando atentos a su llamada.

- Rezando y pidiéndola a Dios.

- Confiando plenamente en Dios.

María fue llamada por el ángel “llena de gracia”. Llena de gracia en sentido

personal porque es María la criatura más cercana a Dios por ser Madre de la Divina

Gracia, Jesucristo.

En la Visitación María muestra su actitud ante cada gracia de Dios.

Isabel le dijo: “¡feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron

dichas de parte del Señor!”.

Es que María por su fe concibió al Salvador primero en su alma y luego en su

seno.

María por su fe recibió de Dios una gracia especialísima: ser la Madre de Dios.

María por su fidelidad a Dios recibió también gracias carismáticas como la

gracia de profecía, pues dice en el magnificat: “desde ahora todas las generaciones

Page 27: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

me llamarán bienaventurada”.

María fue fiel también a las gracias actuales que le dio Dios. Una vez que

escucha las palabras del ángel se pone en camino a Ain Karim “se puso en camino

María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá”.

María posee la gracia santificante desde su concepción. Y en la Visitación es

portadora de esa gracia. María lleva en su seno al autor de esa gracia, a la fuente de

esa gracia, Jesús. Por eso cuando María llega junto a Isabel, Jesús santifica a Juan.

San Juan Bautista recibió juntamente la gracia santificante con la gracia de la

perseverancia final porque fue santificado en el seno de Isabel y confirmado en gracia

hasta el día de su muerte. “Apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo (le dijo Isabel

a María), saltó de gozo el niño en mi vientre”.

María es para nosotros ejemplo de fidelidad a toda gracia.

Te pedimos Madre la gracia de imitar tu fe para que Jesús autor de la gracia

pueda ser concebido en nuestras almas y así podamos darlo a luz a nuestros

hermanos.

_____________________________________

Lc 1, 39-56

San Ambrosio, Tratado sobre el Evangelio de San Lucas, L. 2, 19, comentario a Lc 1,

39-56, Obras de San Ambrosio , BAC 1966, 95

Lc 1, 36

Lc 1, 42

Ídem

Lc 1, 43

Lc 1, 45

Lc 1, 29

Cf. Mt 13, 44

Lc 1, 45

Lc 1, 48

Lc 1, 39

Lc 1, 44

Volver Aplicación

P. Jorge Loring, S.J.

Page 28: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Cuarto Domingo de Adviento - Año C Lc. 1:39-45

1.-El Evangelio de hoy me sugiere hablar de la servicialidad, pues María fue a ayudar

a su prima Isabel en su avanzado embarazo.

2.- María tenía excusas para no haber hecho el viaje, pero su espíritu de servicio

pudo más, y fue a ayudar a su prima.

3.- Es muy importante que sepamos poner las necesidades del prójimo por encima de

las nuestras.

4.- Hay un cuento en el que un ángel vio que los hombres tenían sólo un ala, y así no

podían volar. Entonces le pregunta a Dios por qué ha hecho a los hombres así, y Dios

le contesta que para que los hombres se necesiten unos a otros para volar, y así

practiquen la caridad. Por eso Dios ha repartido los dones. Los hombres somos

diferentes para que nos ayudemos unos a otros. En una ocasión leí la historia de dos

soldados heridos en la guerra, uno ciego y el otro cojo: el ciego cargó con el cojo y el

cojo guiaba al ciego. Se ayudaron los dos mutuamente y salieron andando.

5.- Otra lección del Evangelio de hoy es que Isabel reconoce que María es la Madre

de Dios, pues le dice: «¿de dónde a mí que venga a visitarme la Madre del Señor?»

El Señor es Dios.

6.- Las palabras de Isabel han pasado al Avemaría: «Bendita tú eres entre todas las

mujeres».

7.- Éste es un bonito piropo para la Virgen. Por eso le gusta que recemos el Santo

Rosario, porque se lo repetimos cincuenta veces, y Ella lo oye con agrado.

8.- En casi todas las apariciones de la Virgen Ella pide que recemos el Rosario.

Deberíamos organizar nuestro tiempo para rezarlo a diario. Rezado en común o ante

un sagrario tiene indulgencia plenaria.

Queridos hermanos y hermanas:

Nuestra celebración eucarística se inició con la exhortación "Alegrémonos todos en el

Señor". La liturgia nos invita a compartir el gozo celestial de los santos, a gustar su

Page 29: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

alegría. viembre de 2006

Volver Aplicación

InicioDirectorio HomiléticoCuarto domingo de Adviento

CEC 148, 495, 717, 2676: la “Visitación”

CEC 462, 606-607, 2568, 2824: el Hijo se ha encarnado para cumplir la voluntad del

Padre

La Visitación

143 La Virgen María realiza de la manera más perfecta la obediencia de la fe. En

la fe, María acogió el anuncio y la promesa que le traía el ángel Gabriel, creyendo que

"nada es imposible para Dios" (Lc 1,37; cf. Gn 18,14) y dando su asentimiento: "He

aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lc 1,38). Isabel la saludó:

"¡Dichosa la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte

del Señor!" (Lc 1,45). Por esta fe todas las generaciones la proclamarán

bienaventurada (cf. Lc 1,48).

495 Llamada en los Evangelios "la Madre de Jesús"(Jn 2, 1; 19, 25; cf. Mt 13, 55,

etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como "la madre de mi Señor"

desde antes del nacimiento de su hijo (cf Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió

como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo

según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la

Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios

["Theotokos"] (cf. DS 251).

717 "Hubo un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. (Jn 1, 6). Juan fue

"lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre" (Lc 1, 15. 41) por obra del

mismo Cristo que la Virgen María acababa de concebir del Espíritu Santo. La

Page 30: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

"visitación" de María a Isabel se convirtió así en "visita de Dios a su pueblo" (Lc 1,

68).

2676 Este doble movimiento de la oración a María ha encontrado una expresión

privilegiada en la oración del Ave María:

"Dios te salve, María [Alégrate, María]". La salutación del Angel Gabriel abre la

oración del Ave María. Es Dios mismo quien por mediación de su ángel, saluda a

María. Nuestra oración se atreve a recoger el saludo a María con la mirada que Dios

ha puesto sobre su humilde esclava (cf Lc 1, 48) y a alegrarnos con el gozo que El

encuentra en ella (cf So 3, 17b)

"Llena de gracia, el Señor es contigo": Las dos palabras del saludo del ángel se

aclaran mutuamente. María es la llena de gracia porque el Señor está con ella. La

gracia de la que está colmada es la presencia de Aquél que es la fuente de toda

gracia. "Alégrate... Hija de Jerusalén... el Señor está en medio de ti" (So 3, 14, 17a).

María, en quien va a habitar el Señor, es en persona la hija de Sión, el arca de la

Alianza, el lugar donde reside la Gloria del Señor: ella es "la morada de Dios entre los

hombres" (Ap 21, 3). "Llena de gracia", se ha dado toda al que viene a habitar en ella

y al que entregará al mundo.

"Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,

Jesús". Después del saludo del ángel, hacemos nuestro el de Isabel. "Llena del

Espíritu Santo" (Lc 1, 41), Isabel es la primera en la larga serie de las generaciones

que llaman bienaventurada a María (cf. Lc 1, 48): "Bienaventurada la que ha creído...

" (Lc 1, 45): María es "bendita entre todas las mujeres" porque ha creído en el

cumplimiento de la palabra del Señor. Abraham, por su fe, se convirtió en bendición

para todas las "naciones de la tierra" (Gn 12, 3). Por su fe, María vino a ser la madre

de los creyentes, gracias a la cual todas las naciones de la tierra reciben a Aquél que

es la bendición misma de Dios: Jesús, el fruto bendito de su vientre.

El Hijo se ha encarnado para cumplir la voluntad del Padre

462 La carta a los Hebreos habla del mismo misterio:

Page 31: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

Por eso, al entrar en este mundo, dice: No quisiste sacrificio y oblación; pero

me has formado un cuerpo. Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron.

Entonces dije: ¡He aquí que vengo ... a hacer, oh Dios, tu voluntad! (Hb 10, 5-7,

citando Sal 40, 7-9 LXX).

606 El Hijo de Dios "bajado del cielo no para hacer su voluntad sino la del Padre que

le ha enviado" (Jn 6, 38), "al entrar en este mundo, dice: ... He aquí que vengo ... para

hacer, oh Dios, tu voluntad ... En virtud de esta voluntad somos santificados, merced

a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo" (Hb 10, 5-10). Desde

el primer instante de su Encarnación el Hijo acepta el designio divino de salvación en

su misión redentora: "Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar

a cabo su obra" (Jn 4, 34). El sacrificio de Jesús "por los pecados del mundo entero"

(1 Jn 2, 2), es la expresión de su comunión de amor con el Padre: "El Padre me ama

porque doy mi vida" (Jn 10, 17). "El mundo ha de saber que amo al Padre y que obro

según el Padre me ha ordenado" (Jn 14, 31).

607 Este deseo de aceptar el designio de amor redentor de su Padre anima toda la

vida de Jesús (cf. Lc 12,50; 22, 15; Mt 16, 21-23) porque su Pasión redentora es la

razón de ser de su Encarnación: "¡Padre líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a

esta hora para esto!" (Jn 12, 27). "El cáliz que me ha dado el Padre ¿no lo voy a

beber?" (Jn 18, 11). Y todavía en la cruz antes de que "todo esté cumplido" (Jn 19,

30), dice: "Tengo sed" (Jn 19, 28).

2568 La revelación de la oración en el Antiguo Testamento se inscribe entre la caída y

la elevación del hombre, entre la llamada dolorosa de Dios a sus primeros hijos:

"¿Dónde estás?... ¿Por qué lo has hecho?" (Gn 3, 9. 13) y la respuesta del Hijo único

al entrar en el mundo: "He aquí que vengo... a hacer, oh Dios, tu voluntad" (Hb 10, 5-

7). Así, la oración está ligada con la historia de los hombres, es la relación con Dios

en los acontecimientos de la historia.

2824 En Cristo, y por medio de su voluntad humana, la voluntad del Padre fue

cumplida perfectamente y de una vez por todas. Jesús dijo al entrar en el mundo: "

He aquí que yo vengo, oh Dios, a hacer tu voluntad" (Hb 10, 7; Sal 40, 7). Sólo Jesús

puede decir: "Yo hago siempre lo que le agrada a él" (Jn 8, 29). En la oración de su

Page 32: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

agonía, acoge totalmente esta Voluntad: "No se haga mi voluntad sino la tuya" (Lc 22,

42; cf Jn 4, 34; 5, 30; 6, 38). He aquí por qué Jesús "se entregó a sí mismo por

nuestros pecados según la voluntad de Dios" (Ga 1, 4). "Y en virtud de esta voluntad

somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de

Jesucristo" (Hb 10, 10).

Volver Direc. Homil.

InicioiNFO - Homilética.ive Función de cada sección del Boletín¿Qué es el IVE, el porqué de este servicio de Homilética?

Función de cada sección del Boletín

Homilética se compone de 7 Secciones principales:

Textos Litúrgicos: aquí encontrará Las Lecturas del Domingo y los salmos, así

como el Guion para la celebración de la Santa Misa.

Exégesis: presenta un análisis exegético del evangelio del domingo, tomado deespecialistas, licenciados, doctores en exégesis, así como en ocasiones de Papaso sacerdotes que se destacan por su análisis exegético del texto.

Santos Padres: esta sección busca proporcionar la interpretación de los Santos

Padres de la Iglesia, así como los sermones u escritos referentes al texto del

domingo propio del boletín de aquellos santos doctores de la Iglesia.

Aplicación: costa de sermones del domingo ya preparados para la predica, los

cuales pueden facilitar la ilación o alguna idea para que los sacerdotes puedan

aplicar en la predicación.

Ejemplos Predicables: es un recurso que permite al predicador introducir

alguna reflexión u ejemplo que le permite desarrollar algún aspecto del tema

propio de las lecturas del domingo analizado.

Directorio Homilético: es un resumen que busca dar los elementos que

ayudarían a realizar un enfoque adecuado del el evangelio y las lecturas del

domingo para poder brindar una predicación más uniforme, conforme al

DIRECTORIO HOMILÉTICO promulgado por la Congregación para el Culto

Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede en el 2014.

Page 33: 20 Domingo IV de Advientohomiletica.iveargentina.org/wp-content/uploads/2015/12/Domingo-IV … · Así habla el Señor: Tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá,

¿Qué es el IVE, el porqué de este servicio de Homilética? El Instituto del Verbo Encarnado fue fundado el 25 de Marzo de 1984, en SanRafael, Mendoza, Argentina. El 8 de Mayo de 2004 fue aprobado como instituto devida religiosa de derecho Diocesano en Segni, Italia. Siendo su Fundador el SacerdoteCatólico Calos Miguel Buela. Nuestra familia religiosa tiene como carismala prolongación de la Encarnación del Verbo en todas las manifestaciones delhombre, y como fin específico la evangelización de la cultura; para mejor hacerloproporciona a los misioneros de la familia y a toda la Iglesia este servicio como unaherramienta eficaz enraizada y nutrida en las sagradas escrituras y en la perennetradición y magisterio de la única Iglesia fundada por Jesucristo, la Iglesia CatólicaApostólica Romana.

Volver Información

InicioEste Boletín fue enviado por: Homilética IVE: [email protected]

Instituto del Verbo EncarnadoProvincia Ntra. Sra. de Lujan - El Chañaral 2699, San Rafael, Mendoza, 5600, Argentina