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Artículo de Francisco Durand publicado en el semanario "Hildebrandt en sus Trece" el viernes 20 de febrero del 2015.Reproducido con autorización del autor.Este año, que empezó con una victoria popular contundente contra el MEF, sigue con fantasías económicas. El gobierno ha tenido que admitir finalmente que el 2014 solo crecimos 2.35%, y no el anunciado 6% de la primer anunció o el 4% del último, pero insiste que el 2015 se retomará el crecimiento con una tasa de 5%. Varias entidades y especialistas le siguen corrigiendo las cifras hacia abajo. Mientras tanto el MEF se distrae con un plan de reformas para que Perú pueda entrar al club de países desarrollados de la OCDE el 2021; otra quimera.
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2015: sigue la farsa1
Francisco Durand
Abro el periódico en la mañana y leo una noticia: “Economía peruana creció 2,35% en el 2014, el
índice más bajo desde el 2009”. ¡Diablos! ¿Nos habían dicho que creceríamos al 6%, luego 5% y
después 4%? Y para el 2015, el MEF estima un 5%. Si lo sucedido el año pasado se repite, lo más
probable es que la tasa sea la mitad o menos de la anunciada y eso a pesar de toda una serie de
“paquetes reactivadores”. Uno no puede dejar de pensar que este ministerio es propenso a
anuncios falaces y que sus cabezas (Castilla, Segura) son expertos en quimeras. Pero que por más
fallas que tienen están amarrados al poder. Acaba de cambiar el gabinete y Segura sigue en su
puesto.
Pronósticos inflados
EL 2014 fue el año de los fingimientos económicos. El ministro Miguel Castilla, en el poder desde el
comienzo del gobierno de Humala, y Alonso Segura, entonces Jefe del Gabinete de Asesores (antes
trabajó en el Banco de Crédito, grupo Romero), aseguraron a comienzos de un fatídico año que el
PBI crecería 6%. No obstante, los pronósticos independientes auguraron menores tasas por la caída
de los precios de los minerales, la salida de capitales y la baja inversión privada. Pero el MEF de
Castilla y Segura, que comenzaron a ajustar hacia abajo las predicciones de crecimiento, diciendo
primero que eran de 5%, para luego bajarla otro punto; siguieron con el juego del falso optimismo.
Como ya se notaba una tendencia algo preocupante, incluso en los pronósticos oficiales,
argumentaron que solo era un bache, que en los últimos meses se “retomaría el crecimiento”, y que
el 2015 con los grandes proyectos mineros, volveríamos a tener tasas altas. Mientras tanto
anunciaron que el país necesitaba “estimular a los inversionistas privados”. En realidad, fue el
economista Roberto Abusada, del Instituto Peruano de Economía, el más influyente hacedor de
políticas económicas desde la época de Fujimori, y uno de los principales consultores empresariales,
el que sonó la alarma y preparó el escenario para una ola de reformas. El MEF, respondió
rápidamente. Empezaron entonces las reuniones privadas con los líderes de las grandes empresas y
algunos gremios empresariales. Acordaron a puerta cerrada varias oleadas de paquetes económicos
que los medios de derecha anunciaban con bombos y platillos, creando el clima donde un Congreso
sumiso apoyara mayoritariamente los decretos ley preparados de ese modo en el MEF.
Paquete y más paquetes
Los paquetes causaron controversia desde el inicio y dieron lugar a reacciones populares que
estallaron aquí y allá, además de denuncias que los grandes intereses privados habían capturado al
Estado, sea usando la puerta giratoria (gerentes metidos a funcionarios) o el lobby (gestores de
intereses que acceden preferencialmente a los ministros en representación de poderosas y grandes
empresas).
1 Publicado en “Hildebrandt en sus Trece” el viernes 20 de febrero del 2015. Reproducido con autorización del autor.
En medio de esto, Eleodoro Mayorga (MEM) fue calificado de “ministro lobista” cuando su
despacho, en coordinación con el MEF de Castilla y Segura, decidieron “estimular” al sector privado
con medidas de rebajas de estándares ambientales y generando medidas en consulta con petroleras
privadas. Luego vinieron los “cornejoleaks” en agosto, que indicaban dos cosas importantes. Uno, las
broncas internas sobre regulación ambiental entre Mayorga y Pulgar, ministro del Medio Ambiente.
A partir de allí el “ministro lobista” casi fue censurado por un Congreso que reaccionaba
oportunistamente a los cambios de la opinión pública. Dos, se conocieron los correos de la
consultora empresarial Cecilia Blume, quien le pedía en tono amical (un sintomático “porfa”) a su
amigo Cornejo para que el gobierno tomara en cuenta los intereses pesqueros privados. La gestión
favorecía a Pesquera Exalmar (grupo Matta) para quien Blume trabajaba.
La tendencia al descrédito continuo con las denuncias de Dammert en el Congreso contra la Ley
CocaCola, un proyecto apañado por el MEF, filtrado como otra “reforma”, que recogía al pie de la
letra un documento de la propia empresa para exonerarse del pago de $250 millones. El caso puso
en apuros al ministro Milton Von Hesse, otra de las estrellas neoliberales del gobierno. Siguieron los
desatinos y esta vez el pueblo entró en escena y la calle comenzó a mandar en la política. El primer
gran desatino fue la Ley de Reforma del Sistema de Pensiones. El MEF proponía “perfeccionar” el
sistema, incorporando obligatoria e inconsultamente a los trabajadores independientes, que
salieron a protestar indignados. La propuesta tuvo que ser eliminada.
Poco después renunció el cuestionado ministro Castilla, dejando a Segura en su cargo. El nuevo
ministro, nombrado a principios de septiembre aseguró la continuidad de las “reformas
reactivadoras” y siguieron las metidas de pata. A fin de año el orgulloso, algo magullado, pero
tercamente antidemocrático y elitista ministerio, se le ocurrió una Ley de Reforma Laboral Juvenil,
llamada por sus opositores Ley Pulpín. El 10 de diciembre el Congreso la aprobó sin mayor discusión
con 68 votos provenientes de todos los partidos pro sistema: nacionalistas, fujimoristas, toledistas,
castañedistas , pepecistas y apristas. Calcularon que el comienzo de las fiestas y las vacaciones
auguraba poca resistencia. Se equivocaron de plano. Comenzaron las movilizaciones juveniles
organizadas por “zonales” que organizaron 5 grandes marchas pidiendo su derogatoria en las
principales ciudades del país. Segura, tercamente, insistió en sus méritos y adujo que “no la habían
comunicado bien”. Ollanta y Nadine también insistieron en defenderla y se opusieron
temerariamente a considerar la derogatoria. Pero los partidos que antes la aprobaron se asustaron y
cambiaron de bando. Para mediados de enero del 2015 una encuesta de IPSOS reveló que 72% de
los encuestados estaba en contra. El propio Humala llamó a una Sesión Extraordinaria para
aprobarla con modificaciones, pero la movida le salió al revés y la ley fue derogada.
2015: sigue la farsa
Este año, que empezó con una victoria popular contundente contra el MEF, sigue con fantasías
económicas. El gobierno ha tenido que admitir finalmente que el 2014 solo crecimos 2.35%, y no el
anunciado 6% de la primer anunció o el 4% del último, pero insiste que el 2015 se retomará el
crecimiento con una tasa de 5%. Varias entidades y especialistas le siguen corrigiendo las cifras hacia
abajo. Mientras tanto el MEF se distrae con un plan de reformas para que Perú pueda entrar al club
de países desarrollados de la OCDE el 2021; otra quimera.
Y para terminar los desnudamientos, Semana Económica (febrero 17) sostiene esto: “Ni las medidas
de estímulo económico, ni factores externos favorables, como la caída del precio del petróleo,
fueron suficientes para contrarrestar el efecto negativo del PBI no primario sobre la actividad
económica en la recta final del 2014. En diciembre del 2014 el crecimiento fue de apenas 0.54%,
bastante lejos del 7% del mismo mes del 2013. Lejos, también, de lo que esperaba el consenso de
Reuters: 1.2%”.
Esto quiere decir que hay factores no externos que explican la crisis. Y esta es otra ducha de agua
fría. A pesar de todo esto, Segura sigue seguro en el MEF. Vaya padrinos (y madrinas) que tiene.