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  • Libros de Luis Humberto Crosthwaite

    en Tusquets Editores

    ANDANZAS

    Estrella de la calle sexta Aparta de m este cliz

    Tijuana: crimen y olvido

    FBULA Idos de la mente

    Luis Humberto Crosthwaite

    Idos de la mente La increble y (a veces) triste

    historia de Ramn y Camelia

    FBULA

    TUSQYo~r?s

  • Los personajes de este libro, as como e! narrador, el autor, los amigos de! autor, incluso la presente nota, son ficticios. Slo la msica es real.

    l . edicin en Editorial Joaqun Mortiz, S. A. de C.V Editorial Planeta Mexicana, S.A. de C. V: octubre de 2001 l.a edicin en Fbula en Tlisquers Editores Mxico: noviembre de 2010

    Luis Hurnberro Crosthwaite

    Diseo de la coleccin: Pierluigi Cerri

    Ilustracin de lacubierta: Lus Humberto Crosthwaire

    Reservados todos los derechos de esra edicin para Tusquets Editores Mxico, S.A. de C.V. Campeche 280-301 y 302 -06100 Mxico, O.E Te!. 5574-6379 Fax 5584-1335 www.tusquetseditores.com

    ISBN; 978-607-421-212-9

    Impresin: Litogrfica Ingramex S.A. de C.V - Centeno 162-1 - Mxico, O.E Impreso en Mxico

    Queda rigurosamente prohibida cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin total o parcial de esta obra sin e! permiso escrito de los titulares de los derechos de explotacin.

    Estos eran dos amigos .

    Primeros relampagazos

    Fama y fortuna

    Todo por servir se acaba

    Camelia superstar .

    Si tarda mucho mi ausencia

    Ya con sta me despido

    Apndice .

    ndice

    13

    33

    ss

    83

    lOS

    131

    163

    187

  • Ramn est triste. Ha recibido una noticia que no esperaba y que lo ha hecho sumirse repentinamente en una profunda depresin. Sentado en la cama, ha pedido a los otros msicos que 10 dejen solo con su acorden.

    En momentos como este podra escribir una cancin melanclica que hara llorar a muchas personas. Nada como un mal estado de nimo para escribir una buena cancin. Cierra los ojos y puede ver las notas apareciendo y desapareciendo en las esquinas de su cerebro como un anuncio luminoso en una marquesina. La meloda viene y se va de sus manos. Junto a la meloda se integran algunas palabras que hablan de amistad y traicin. Es un corrido, una de esas canciones que elevan el espritu, que dejan testimonio de la presencia del hombre sobre la Tierra. Sin lugar a dudas sera un xito. Otro triunfo de Ramn.

    Piensa levantarse y apuntar la letra de esa cancin para que 110 se le olvide. Pero le gana la tristeza, una de esas pesadumbres que se clavan profundamente en las entraas y que luego es dif( il sacarla. Contina sentado y las estrofas lentamente van desapareciendo de sus pensamientos. La cancin se va.

    Su acorden rojo y blanco est en un silln, parece compren(kr la desdicha de su dueo.

    11

  • en

    o eo......

    S tU

  • Tengo un libro vaco y lo vaya empezar; tengo sed de cario, tengo ganas de amar.

    Ral Ramrez

    CORNELIO: Nos conocemos de toda la vida. Cuando despert, el Ramn ya estaba por ah.

    RAMN: QI te pasa. Ni que durmiramos juntos. CORNELIO: Yo no dije eso, gey. RAMN: Luego por qu dice la gente ... CORNELIO: Lo que yo trataba de expresar, gey, antes de que

    me interrumpieras, es que nos conocemos prcticamente desde que naCImos.

    RAMN: QIe no te acuerdas de la escuela? CORNELIO: Cul escuela? RAMN: La escuela, la escuela. CORNELIO: QI tiene? RAMN: bamos juntos, gey, ah nos conocimos. Estba

    mos en el mismo saln, hacamos la tarea, odibamos a los profesores, comamos tortas de atn a la hora del recreo.

    CORNELIO: Seguro que era conmigo? No sera con otro Camelia? (Se re.)

    RAMN (sarcstico): Ah, pos a lo mejor. Porque yo soy testigo de que hubo varios Camelias.

    CORNELIO: No empieces con eso otra vez. RAMN: De veras, gey. Cuando digo lo de la escuela estoy

    hablando del Camelia de antes. Porque un da mi amiguito se volvi otro; pero eso ya fue cuando estbamos tocando. Nada t iene que ver con nuestra infancia.

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  • AB*: A qu te refieres con otro? RAMN: Otro? AB: Dijiste que Camelia era otro. RAMN: Cundo? AB: Lo acabas de decir. RAMN: Ah, s. CORNELIO: Ya vas a empezar con eso. RAMN: De repente Camelia se volvi muy creativo, gey.

    Muy cantautor. Cuando ramos morros nada ms pensbamos en pasarla bien, jugar, hacer travesuras y desmadre. Eso s, gey, siempre juntos. Yo me acuerdo que eso nos meta en problemas con nuestras mams.

    CORNELIO: Se odiaban. RAMN: Ah, ya te acordaste? CORNELIO: Me acuerdo de mi madre; no de la tuya, gey. RAMN: Las dos eran iguales. Se odiaban, quin sabe por

    qu. Y lo peor para ellas es que nosotros ramos amigos, gey, ms que amigos ...

    CORNELIO: Amantes? RAMN: Conste, eh. Luego por qu salen los rumores. CORNELIO: Pos aclara, Ramn. Si t dices que ramos ms

    que amigos ... RAMN: No seas payaso, pinche Camelia.Sabes a lo que me

    refiero. ramos compitas de los buenos, siempre juntos, ya sabes. Hasta buscbamos las mismas novias.

    CORNELIO: Hey, hey, hey. Qu te pasa, gey. Mis novias eran mis novias. Amor no es compartir; bueno, en algunos casos.

    " A lo largo de varios aos, el poeta sonorense Abigael Bohrquez se interes en las vivencias de este dueto norteo y sostuvo con ellos amenas entrevistas que abarcan desde sus humildes inicios hasta sus das de gloria. Aqu se incluyen algunos fragmentos de las entrevistas, mismas que Tusquets Editores prximamente publicar en forma de libro, titulado Truenosy relmpagos: conversaciones conRamny Cornelio.

    Sabes bien que tu vida es mi vida

    Ramn y Camelia siempre juntos. Se les ve por la calle, caminando; en la escuela, casi nunca. En el cine, disfrutan las mismas pelculas, tienen los mismos gustos. Dnde est Ramn? Con Camelia. Dnde est Camelia? Con Ramn. (Buscan a los dos? Andan juntos.

    La gente habla de ellos a sus espaldas. No est bien, dice la gente. Y luego tan jvenes. Comen juntos. Se les ve en los cafs, platicando. Piden la misma marca de refresco. Se les ve escribiendo en libretas apuntes largos. Pareciera que escriben lo mismo. No est bien que escriban tanto. Resuelven crucigramas: Ramn, verticales; Camelia, horizontales. Se les observa durante largas caminatas, siempre sonriendo. Pasan frente a la peluquera, frenle a la reparacin de calzado, frente al mercado, frente a la farmacia. Largas caminatas, ambos serios, cavilando.

    Pasan largos ratos en el cuarto de Ramn. La mam se acerca a l., puerta; pero slo escucha silencio. Ramn en su cama, Comelio en el piso, ambos acostados, manos cruzadas detrs de la calx-za. Miran el techo, el foco, las manchas de humedad. Largo rato xin hablar.

    No est bien, dice la gente. Las mams se preocupan.

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  • Espero que t escuches esta cancin

    El radio es buen cmplice para Ramn y Camelia. Derrama msica y sta sigue su cauce por las calles de Tijuana, de casa en casa, tocando puertas como un imprudente vendedor ambulante. Los nios, las amas de casa, los hombres desempleados abren las puertas de sus hogares en la maana y dejan que entre la msica para comenzar el da.

    La ciudad se vitaliza. Desde el obrero que tiene poco tiempo de haber llegado, pero que ya tiene trabajo, gracias a Dios; hasta el dueo de empresas y fraccionamientos que piensa slo en nmeros y estadsticas; desde el agente de trnsito que sale caminando rumbo a la avenida que le fue asignada; hasta el asaltabancos que ha preparado cuidadosamente su siguiente hurto.

    La ciudad despierta envuelta en un torrente de msica. Sin saberlo, Ramn y Camelia adivinan el futuro. Ramn

    sostiene un instrumento imaginario mientras Camelia utiliza una botella como micrfono. Interpretan una cancin que les gusta, que han escuchado en el radio, reciente xito del dolo Jos Alfredo.

    Vagando paso la vida

    Ramn y Camelia acostados en el piso. Miran el techo, el foco, las manchas de humedad. Botes de cerveza vacos regados aqu y all. Moscas dan vuelta y vueltas en el mismo sentido.

    -Oye, no se te antoja hacer un dueto? -Un dueto? -Una banda. -mna banda? -De msica. -Msica? -Q!le si no se te antoja tocar algn instrumento. -Para qu. -Pos noms. Como nos gusta tanto la msica ... No s. Es

    I.'.gico, no? -Lgico? -No s. -re refieres a una banda de rock? re gusta el rock? Ni madres. ~Entonces? de refieres a un dueto de msica nortea? Claaaro. ,;!la llevarle serenata a las muchachas? 1'.1 lo que quieras.

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  • -Pa tocar de cantina en cantina y tal vez grabar un disco y tal vez llegar a ser famosos como Jos Alfredo?

    -Pa lo que quieras.

    - Q!1 te parece la idea? -La verdad, la verdad? -La verdad. -Me da flojera.

    sa fue mi mejor aventura

    Lo tena que decidir la suerte. Ambos queran tocar el acorden, pero era imposible. Dnde se ha odo de un dueto norteo con dos acordeones y sin bajo sexto?

    Lanzaron una moneda. Camelia era verstil y aprenda a tocar los instrumentos con

    facilidad. Poniendo cuidadosa atencin a las lecciones de su libro Bajo sexto sin maestro, no tard en sacar sus primeras piezas.

    A Ramn se le dificultaba el acorden, tena demasiados botones; cada uno de ellos, al presionarse, produca un sonido distinto. Abra el acorden y produca una serie de notas, lo comprima y se escuchaban otras, muy distintas a las anteriores. Q!1 ocurrencia.

    Das y noches ensayando hasta que los dedos dolan y los ojos se cerraban por el cansancio. Poco a poco los ruidos se convertan en msica, se transfiguraban. All, en la lejana, se asomaban unas canciones; primero tmidamente, despus con seguridad y bravura: Las tres tumbas, La crcel de Cananea, Nocturno a Rosario.

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  • Todo lo que digas ser al revs

    La mam fue muy categrica. No quiero que te juntes con ese muchacho. Cmo se llama? Es mala compaa. Slo te puede llevar por caminos de perdicin y deshonra. No es necesario recordarte, querido mo, que tu destino es volar por encima de los mediocres. Quiz no 10 entiendas ahora pero tu mam te brinda estos consejos porque sabe que la vida est llena de infortunio. En resumidas cuentas: deberas escoger mejor a tus amistades. No quiero que 10 vuelvas a ver, rne oyes? Ya estuvo bueno de que frecuentes a esa gente.

    El hijo se comprometi con su mam a seguir esos consejos al pie de la letra. Le dio un beso en la mejilla izquierda y le hizo carios en la nuca como a ella le gustaba.

    Desde entonces los ensayos seran en la casa de su amigo.

    T y las nubes me tienen loco

    Jos Alfredo parado en una esquina, lentes oscuros. Mira hacia las nubes. Hombres, mujeres, nios y nias se acercan a saludarlo, quieren darle palmaditasen la espalda, quieren platicar con l.

    Jos Alfredo es complaciente: -Todo se 10 debo a ustedes. Sus aplausos me motivan.

    Gracias, le dice a las personas que se renen a su alrededor. Gracias por sus canciones y su msica, responden ellas.

    Saluda, sonre, abraza, reparte monedas entre los nios. Varias personas le solicitan autgrafos: saludos sinceros para

    Marco, cordiales agradecimientos para Manuel, gratitud eterna para Abraam, con afecto para el Gero, con esmero para Paulina, con respeto para Gaby.

    Una gentil firma para el brioso abogado Pancho, otra para el gallardo sacerdote Martn. Una atenta rbrica para la querida Yaya, para el bizarro Len, para la heroica Nallely; dedicatoria para la reportera Mariana, la sobrina Karla y el beisbolista Andrs.

    Jos Alfredo se va. Las personas estn felices por haberlo encontrado: obreros

    .msados, sirvientas que corren al mercado, profesionistas abur ridos, albailes entusiasmados tienen un da mejor, tienen una .incdota que contar: Jos Alfredo, Jos Alfredo. Hoy 10 vi, fue .rsualidad. Estaba en el bar. Lo mir al pasar. Me salud. Ha

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  • bl con l. Le gustaron mis ojos. Es ms alto de lo que imaginaba. Es ms chaparro. Es muy varonil. Parece homosexual. Me dijo. Me habl. Sonrea.

    Jos Alfredo se va. Los cuerpos se dispersan, las bocas sonren, las manos on

    dean una despedida, los pies continan su camino por las banquetas de la ciudad.

    y slo quedan las historias. y la msica. La msica que permanece en la calle durante varios das.

    Debut sin despedida

    Hicieron su debut en el cumpleaos de la ta Yadira. Los parientes fueron muy amables y aplaudieron con entusiasmo sus interpretaciones de Las tres tumbas, La crcel de Cananea y Nocturno a Rosario. Ramn y Camelia prometieron volver a tocar para ellos en la prxima fiesta.

    Ms tarde se acerc la ta Yadira y, en tono maternal, les explic que en realidad eran muy malos msicos y que sus arreglos p.rrccan estruendosos descarrilamientos de ferrocarril. No cual1 [uicr descarrilamiento. No. Descarrilamientos con pasajeros. Pe'"Idilla, dolor, tragedia imborrable.

    -Por qu no se dedican a otra cosa? Ellos reflexionaron con mucha seriedad sobre la sugerencia

    ,1,' 1.1 ta Yadira y estuvieron a punto de abandonar la msica. 1z'lllln podra ser arquitecto, eso le gustara a su mam, y Cor111'1'1' era hbil para hacer figuritas de yeso.

    \lo que sucedi algo inesperado: Camelia iba caminando 1"11 1.1 calle, cuando observ que en el cielo nublado se abra 1111 l',';pacio de azul y de ah surga un haz de luz muy fino y bri11,111

  • El primer sombrero

    Ramn acaba de comprar un sombrero tejano, su primer sombrero. Perfecto, superlativo. Estaba ah, en la tienda. Primero se midi otros, no quera darle importancia. Unos le quedaban muy grandes y otros muy chicos. No quera que ese sombrero perfecto sintiera que era el nico en el mundo, no lo quera hacer presumido y vanidoso antes de tiempo. Es como cuando te gusta una persona y no se lo quieres demostrar muy pronto para que el asunto no sea tan sencillo; se sabe que el placer es mutuo pero es mucho ms rico el rodeo que la lnea recta. Y Ramn rode los otros sombreros, coquete con ellos, como si quisiera invitarlos a bailar, uno por uno hasta que no qued otro ms que ese sombrero esplndido. Claro que si fuera una persona, seguramente se hubiera enfadado con la espera y se hubiera negado a bailar. Pero como era un sombrero, estaba dispuestsimo. y ms que colocrselo en la cabeza, para Ramn fue un acto de coronacin. Se lo puso y model frente al espejo.

    Sombrero ligeramente de lado. Sombrero inclinado hacia enfrente, tapndole los ojos, dn

    dole aires misteriosos. Sombrero hacia atrs, dejando a la vista un mechn de ca

    bello. Sombrero sobre su pecho, sostenido por sus dos manos en

    seal de respeto. Sombrero levantndose un poco como para saludar.

    u

    Ramn corriendo con sombrero. Ramn esquivando un golpe sin perder sombrero. Haciendo una caravana al pblico con sombrero en la mano. No es fcil de explicar la relacin de un hombre con su som

    brero. Es un objeto que siempre va a estar ah, muy cerca de la cabeza. Lo pone sobre una mesa y se sienta. Observa cmo lo acaricia la luz y cmo proyecta una sombra elegante.

    Lo cuelga en la esquina del respaldo de una silla: posicin del sombrero durante un juego de pker.

    Sombrero abajo, brazo recto, mano izquierda sostenindolo: posicin del sombrero en la iglesia, durante misa.

    Sombrero sobre el corazn: posicin durante una declaracin .unorosa.

    Sombrero en la mano, de un lado a otro, abanicndose: fun, in del sombrero durante un da caluroso.

    Sombrero se lanza con la mano derecha para que vuele y t .iiga perfectamente en un gancho del perchero.

    Siguiente compra: un perchero para poner su sombrero Iorado.

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  • Partners

    Hey, qu onda, acrcate un poquito, tengo algo que decirte. Oye t. Te hablo. No te vayas. Quiero hacer un trato contigo. Ven, no te asustes. Sabes quien te habla? Soy igual a ti. Somos la misma persona. No te asustes, no seas miedoso. Te gusta la msica? Pues vamos a hablar de msica, qu te

    crees. A m tambin me encanta la msica. No cualquiera, claro. La que llega al fondo del cara, la que te hace llorar y sufrir y recordar a los campas. Esa que oyes en el radio y dices: ora, qu cancionzota, quisiera escucharla de nuevo y de nuevo y de nuevo. Esa msica. A dnde vas? No me puedes evitar.

    Me puedes decir que no, me puedes decir que no te importa hacer negocios conmigo. Y me voy, as de fcil. No soy encajoso. Pero tienes que orme primero.

    Bueno, no tienes. Yo no obligo a nadie. Yo ya dej de obligar. Cada quien su

    rollo. Pero te conviene. De veras. Escchame. Te con-vie-ne.

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    Es un contrato indefinido. No te puede fallar. xito seguro. Tenemos que hacerlo juntos. T solo no puedes, yo solo no puedo. Socios, partners, de entras? Lo quieres pensar? Pues pinsalo. Pero tampoco me gusta esperar. Ya he esperado demasiadas veces. Ya no espero. Piensa rpido; si no, ai nos vemos, adis, ya estuvo, y perdiste la oportunidad, te aseguro que perdiste.

    Y para siempre.

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  • Finge no rmrarme

    La mente en blanco, libre de pensamientos. Vaciedad. Espacio en donde nadie habita. Soledad insondable. Un sendero, quiz.

    Alguien podra describirlo as: un camino largo, una lnea recta, pavimentada, en el desierto. Una distancia formidable.

    De repente, en la lejana, aparece un punto melodioso. Un sonido leve que apenas se identifica como sonido. Una meloda incomprensible, acercndose. Poco despus esa meloda adquiere una forma definida y alrededor de ella surgen unos versos: el poema exacto envuelto en la msica exacta, no sobra una slaba, no falta un acento.

    Camelia abre los ojos y la cancin est ah, delante de l, esperndolo. La observa durante largo rato, extasiado. Pinalmente, los dedos en las cuerdas del bajo sexto le ayudan a salir:

    Entre tus cejas

    A poco de haber nacido, la cancin se siente presionada en la pequea habitacin de su creador. Suea con espacios amplios, donde pueda correr y divertirse. Al primer descuido de Comelio, la cancin escapa de la casa a travs de la ventana. Disfruu el calor de la calle, camina por primera vez entre la poblacin fronteriza, se desliza entre automviles y transentes, aborda co miones y taxis.

    30

    Cada momento es una nueva experiencia. La cancin no tarda en aprender a coquetear y a contonearse

    con un ritmo sensual y cautivador. Los hombres la miran pasar como si fuera una mujer hermosa

    ;1 quien impdicamente le observan el trasero. Las mujeres la miran pasar como si fuera un hombre hermoso

    .1 quien impdicamente le observan el trasero. Los nios saben que slo es una cancin, y sonren.

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  • Amarillo no me pongo, amarillo es mi color; he robado trenes grandes y mquinas de vapor.

    Lupe Tijerina

    CORNELIO: No s a quin se le ocurri primero. ramos muy inquietos. Queramos conquistar al mundo. Ya ves cmo es eso, gey. Uno quiere dejar su huella. Pero nunca nos imaginamos cmo nos iba a ir.

    AB: Cmo surgi? CORNELIO: Pos ya ni me acuerdo, cmo fue, t? RAMN: Q!r? CORNELIO: Cmo empezamos? RAMN: Sepa. AB: A poco no se acuerdan? Seguro que hubo un da en

    que decidieron ser msicos. CORNELIO: Pues no me acuerdo, gey. Andbamos hacien

    do locuras, cosas de jvenes. Escribamos poesas y ondas as. RAMN: No mames gey: yo no escriba poesas. CORNELIO: Okey, pero andbamos sin ton ni son, sin serie

    dad, noms noms, as as, rne entiendes? AB: No. CORNELIO: La msica, gey. La msica nos sirvi para ate

    rrizar algunas ideas. Un da lo decidimos: vamos a ser msicos, gey, vamos aprender a tocar instrumentos.

    RAMN: As de fcil? CORNELIO: A poco no te acuerdas? RAMN: Pues no me acuerdo de tanto rollo, gey. Creo que

    le menos complicado.

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  • CORNELIO: Decidimos ser msicos, gey. S o no? RAMN: Ah, pero no de cualquier tipo. CORNELIO: Claro que no. Tenamos que ser norteos, lo de

    ms no nos interesaba. La msica nortea era y ser por siempre la mejor msica del pinche universo. He dicho.

    RAMN: Entonces yo me consegu un acorden y l se consigui un bajo sexto. Pero no te imaginas, gey, lo que se sufre para conseguir un buen acorden. Amn de que son carsimos. Estuve ahorrando para poder comprarlo. Mientras, convenc a un gey de que me rentara uno. No era muy bueno, sonaba mal, estaba desafinado. Pero as aprendimos, gey. Solitos. Aunque de vez en cuando hubo raza que nos daba una que otra leccioncilla.

    AB: Alguien en especial? CORNELIO: No no no. Nadie en especial. Y ya es hora de

    aclarar que nunca tuvimos un solo maestro, el gey que diga que fue nuestro maestro, en Tijuana o donde sea, desde ahora lo desmentimos. Hubo raza que nos apoy, pero hasta ah, gey.

    RAMN: Y as fue como anduvimos de cantina en cantina, de restaurante en restaurante, hasta que lleg el pinche ]immy...

    CORNELIO: Lo dices como si hubiera sido fcil. RAMN: No fue fcil, ni rpido, gey, trabajamos mucho. Y

    en esa poca fue cuando aqu mi campa se volvi compositor. Antes del ]immy, claro.

    AB: A ver, cmo estuvo eso? RAMN: De repente lleg una noche a la cantina donde es

    tbamos tocando y me dijo: Aqu traigo esta cancin, gey, la acabo de componer. rale. No le conoca esas dotes. De todos modos, la raza no quera escucharla. En donde tocbamos queran las viejas canciones o las que andaban de moda. Nos pedan a Jos Alfredo y a Cuco Snchez.

    AB: Y t, hmo recibas esas canciones nuevas de Cornelio?

    RAMN: Pos ah es donde estuvo lo extrao, gey. Camelia tarare esa primera cancin (Entre tus cejas) y yo la segu con el acorden; no s, era muy extrao, como si ya la conociera, gey, como si la hubiramos compuesto juntos.

    CORNELIO: S, era extrao eso. A veces yo llegaba con una cancin nueva y pareca que el Ramn ya la haba odo. Neta. y a veces me deca: Hey, no te hagas, sa la oste en el radio, no es tuya". Noms que nunca descubramos de quin era, y Ramn empezaba a tocar el resto de la cancin, como si ya la hubiera escuchado. Era muy raro, gey. As nos pas muchas veces.

    Fragmento de Truenosy relmpagos: conversaciones conRamny Cornelio, ,1,' I\bigael Bohrquez.

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  • Ellos empiezan su eterno recorrido

    Durante el da, la Zona no tiene una personalidad que la distinga. Parece abandonada. Es una calle como cualquier otra en una ciudad fronteriza como cualquier otra. En la noche la Zona despierta, se pone su mejor vestido y hace 10 que puede con el maquillaje para que no se le noten las arrugas.

    Se emperifolla con luces y colores brillantes, olores a tacos y comida con exceso de manteca. Los borrachos llegan a la Zona y encuentran el lugar perfecto para dormir en sus banquetas. Los porteros de las cantinas sacan sus bancos para sentarse junto a las puertas y pasar la noche. Llegan las putas, radiantes y frescas, todava con olor a talco y sin una gota de sudor. Las botellas y los vasos en los bares estn limpios y perfectamente acomodados. Las pistas de baile se ponen ansiosas, como colegialas, anticipando sentir en sus caras el alegre zapateado de las parejas que estn por llegar. Surge la msica de grandes bocinas, instrumentos musicales y radio1as. Los recepcionistas de los hoteles revisan los cuartos y uno que otro estrena el primero con alguna recamarera querendona.

    Los tijuanenses entran tmidamente a la Zona, todava sin un trago que les recuerde que son los reyes de la noche. Una a una las cantinas brotan de la tierra. Y los msicos norteos comienzan su eterno recorrido, ofreciendo canciones que levanten el nimo y hagan palpitar el corazn al ritmo de un paso doble, una pollea o un chots.

    Los fines de semana no hay soledad en la Zona, alguien ha logrado guardarla en una bolsa de plstico, y slo se regresa a sus dueos cuando llega el amanecer.

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  • Cuntame tus penas

    Ramn y Camelia llegan muy temprano al Infierno. Estn nerviosos porque es la primera vez que solicitan trabajo. Quieren dejar buena impresin.

    -Ustedes son msicos? -pregunta el patrn. -Los Relmpagos de Agosto, a sus rdenes. Q!1iere escuchar

    una meloda? -Para qu. Lo importante no es que a m me guste su msi

    ca -contesta el patrn-, sino que le guste a la bola de vagos que se va aparecer por aqu ms al rato. El trabajo consiste en que toquen algo con mucho sentimiento, algo que a los clientes les recuerde un amor perdido, quizs a su mamacita que ya se muri. El caso es que sientan tanta pena que quieran seguir bebiendo.

    Ramn y Camelia saben que han recibido su primera leccin. El maestro contina:

    -y aprovechando que estn aqu desde temprano, por qu no me ayudan moviendo esas cajas de cerveza?

    Los Relmpagos mueven cajas, barren el piso y bajan sillas de las mesas. La clientela empieza a llegar como a las nueve.

    Una cancioncita? No. Le tocamos una cancin? No. Un corrido, un bolero, lo que guste?

    No. Algo para bailar? No. Las tres tumbas, La crcel de Cananea, Nocturno a Rosario. No. Dos amigos, La puertanegra, Suavepatria. No. Eslabn por eslabn, Sonora y sus ojos negros, Muerte sinfin. No. Libroabierto, Lospescadores deEnsenada, Piedra de sol. No. Alguna de nuestra propia inspiracin. No. A las tres de la maana, hora de cerrar, mueven cajas, suben

    las sillas a las mesas y barren. Quiz maana tengan mejor suerte.

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  • De cantina en cantina pasa la noche

    El infierno El paraso El purgatorio El gatito miau La canica perdida El retoo militante El espacio del nopal El miasma enrojecido La calandria enfermiza.

    Ambiente familiar y msica continua

    Ramn y Cornelio caminan las mismas calles que otros duetos y conjuntos, recorren restaurantes y cantinas. Se hacen amigos de cantineros y meseros, de padrotes y prostitutas. Los primeros das de la semana suelen ser malos das, no se avistan clientes. Entonces la Zona, que por 10 general es bulliciosa y festiva, se envuelve de silencio y la gente sale a las calles para tomar el aire y platicar. Los empleados de hoteles, cantinas y licoreras se sientan en las banquetas, cuentan historias que generalmente son tristes, acerca de hijos perdidos y mujeres abandonadas. Despus de un largo rato de escuchar esas historias, Ramn y Cornelio encuentran la cancin adecuada. Entonan una meloda nostlgica que es el perfecto fondo musical.

    Meseros, cantineros, ficheras y padrotes los respetan. Incluso los otros msicos. Nunca falta alguien que los acompae con su contrabajo, con su redova, con su saxofn. Y luego surge otro .rcorden que acompaa a Los Relmpagos, y otro bajo sexto, y unas guitarras. Y nunca falta una puta con voz hermosa y nunla falta un cantinero que haga buena segunda. Y la Zona, en das tristes, se llena de msica y de fiesta. Una fiesta familiar. Una fiesta donde no existen pecados ni penas.

    Flor de Capomo, Dos coronas a mi madre, Cartajugada, Triste rauerdo, se vuelven himnos de la noche. Y a partir de ese momento I l los pueden olvidar 10 que es necesario olvidar, y recordar 10 que "S necesario tener cerca.

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  • Cuestin de pies

    Ramn y Camelia haciendo tiempo, espantando moscas, esperando clientes.

    -Es cuestin de pies. -Q11. -Las mujeres. -Las mujeres? -Me lo dijo la ta Yadira, gey. -Cundo viste a la ta Yadira? -Hace poco. -Cundo? -El mircoles. -No puede ser, gey, el mircoles estuviste conmigo. -Entonces fue el jueves. -El jueves y el viernes tambin estuviste conmigo. -mI sbado? -vQuiz fue el martes. -S, fue el martes. -El martes en la maana, cuando sal con mi mam al mercado. -Fue el martes en la maana, gey. -Yo no quera ir, pero mi mam insisti. -El martes en la maana me dijo la ta Yadira acerca de los

    pies de las mujeres. -Mi mam por lo general es ms independiente, no nece

    sita que la acompae al mercado.

    -Por eso no tengo novia. -No s qu se traa. -Es cuestin de pies. -Cuando mi madre cambia su rutina es que algo planea, ya

    la conozco. -Me refiero a los pies de las mujeres. -Los pies de mi mam, por ejemplo. -Los de las mujeres en general. -Mi mam no tiene bonitos pies. - Es lo que te digo. -Q11. -No hay mujeres con pies bonitos. -Cmo. -S, a ver: menciona una.

    -Ves? -La Fuensanta, gey. -Fuensanta? -La Fuensanta tiene bonitos pies. -Cul Fuensanta? -La novia del otro Ramn, el que escribe poesas. -msa Fuensanta? -Esa mera. -No tiene bonitos pies. -S que los tiene, bonitos y morenos, como me gustan. -T qu sabes de pies? -S lo que se tiene que saber, gey: generalmente son dos

    11( ir persona, suman diez dedos con diez uas. -No entiendes. -Ah, ahora no entiendo. -Si entendieras no diras que los pies de la Fuensanta estn

    11( mitos. -Crno que no.

    44 45

  • -Los pies de Fuensanta NO estn bonitos. Extrao poder sobre la gente

    En cada lugar sucede lo mismo. Despus de que Los Relmpagos tocan durante un rato, los parroquianos empiezan a llorar porque recuerdan amores perdidos y a sus mama citas muertas.

    Los parroquianos intentan evitarlo, pero los ojos comienzan a humedecerse y la mandbula tiembla sin remedio. Por supuesto, se enojan. Lesmolesta descubrir que una estpida cancin nortea puede hacer que salga a flote ese lado sensible que, como hombres, siempre tratan de ocultar. As empiezan los pleilos. Se lanzan sillas, botellas, vasos...

    Slo despus de sentirse suficientemente golpeados, los parroquianos pueden seguir bebiendo y pueden seguir hablando de mujeres y futbol, como acostumbran.

    Ramn y Camelia descubren desde entonces que tienen un xtrao poder sobre la gente.

    46 47

  • Cantinas, muchas cantinas

    Cada vez es ms dificil conseguir clientes. Un dueto norteo puede pasar la noche recorriendo cantinas y restaurantes sin que nadie tenga nimo de pedirle una cancin. Y luego las radiolas que nunca dejan de sonar. Una moneda y tienes al cantante original interpretando el xito del momento; imposible competir con una mquina que cobra barato y nunca se cansa.

    Ramn y Camelia buscan al diente ideal, ese que no se deja engaar por la tecnologa, que necesita escuchar un bajo sexto y un acorden, al natural, como Dios quiso que se escucharan.

    Pueden buscarlo durante la noche sin encontrar una pista. Pero pueden tener buena fortuna y descubrir a varios durante una jornada.

    Esta noche no es de suerte. Si no est la radiola a todo volumen en una cantina, en otra ya est un conjunto norteo tocando sus canelones.

    Caminan, cansados, sin fijarse en el rumbo. Toman un atajo inesperado, dan la vuelta en una esquina y descubren una calle que nunca haban visto.

    Entran a una cantina y Ramn lanza al aire unos acordes para avisar que ya llegaron.

    Definitivamente no es noche de buena suerte. La cantina est llena de mariachis. Camelia es el primero en echarse a correr.

    La mala suerte se define as: correr por las calles de la Zona, seguidos por mariachis enfurecidos que detestan la msica nortea.

    Pa qu me sirve la vida

    Quin puede precisar el momento en que un sonido pasa de la vulgaridad al prodigio?

    Se toca el instrumento una vez tras otra, la misma tonada, los dedos sobre botones o cuerdas, una y otra vez hasta el cansancio, hasta la aburricin, hasta que se empieza a creer que nada de eso tiene sentido y se dejara la msica por completo si no fuera porque los parroquianos piden ms y ms, y muchas veces estn borrachos e insisten con la misma, la misma cancin.

    Esa que me habla de Josefina, mi viejo amor traspapelado. Esa otra que trae memorias de Julieta, la que se fue sin de

    jarme su retrato. O una cancin genrica, dedicada a todas ellas, a cualquiera. O una que se refiera a m, que soy todos ellos, que soy cual

    quiera, Cmo se llama la cancin? No importa. Es la misma. Una vez tras otra, la misma. Esa que me trae recuerdos de Estefana, mi mam. Esa otra que me rene con mi familia, que est lejos, aoran

    (lo mi regreso. Algo bailable, por favor, que envuelva de felicidad estas ga

    11;15 de comer, para que se me olvide el hambre, aunque sea unos momentos.

    48 49

  • En manos de Ramn y Camelia esa cancin llenar por unos instantes el agujero que va creciendo en el corazn de los hombres. y no habr oscuridad. Y no habr soledad. y no habr silencio.

    Cuestin de pies bonitos

    ,,:'1

    Ramn y Camelia haciendo tiempo, espantando moscas, esperando clientes.

    -A ver: define "pies bonitos. -Pies bonitos son pies bonitos. -O sea que no sabes. -Claro que s. -Te la pongo fcil: define pie bonito.

    -Armona. -Armona? -S. La armona entre planta, empeine, dedos y uas. Ar-

    I nona. -Cmo en una cancin? -ndale. Ni un callo, ni un juanete. Y, sobre todo, los de

    ," IS deben ser perfectos. -Dedos perfectos? -Ernpezando de pulgar a meique, te explico: el gordito ,I,h_~ ser el que ms sobresale, el segundo debe ser casi tan largo "'1110 el primero (dije casi), y de ah en adelante deben bajar I1I 1111 ngulo perfecto, sin altas ni bajas, hasta el quinto, que umpte debe ser el menor.

    Nunca me he fijado, gey.

    50 51

  • _y claro que los dedos no deben ser muy largos, como algunos que se salen del huarache.

    -Q!1 grotesco. Eso nunca lo he visto. _y las uas siempre deben estar encima. Algunos dedos tie

    nen uas que apuntan hacia un lado. Eso est mal. -Pues no lo entiendo, gey. -Q!1. -Eso de los pies. -Tiene que ver con las novias. -Las novias? -Las que no he tenido, gey. -Oh, esas novias. -Me lo dijo la ta Yadira. -mI martes en la maana? -S. Me dijo: Ya no sufras, Camelia. Algn da encontrars

    a esa mujer. Eres uno de esos muchachos que busca pies perfectos. As andars por el mundo, de pies en pies, hasta que encuentres esa mujer. Lo sabrs cuando veas sus pies. Claro que si ella usa botas, nunca te dars cuenta. Pero hay que ser optimista, Cornelio. Algn da la encontrars-

    Me caste del cielo

    El seor ]immy Vaquera sabe de msica, l mismo lo explica: -Tendra como unos cuatro aos cuando descubr que la

    msica estaba en mis venas. Antes de eso, yo era un nio como la gran mayora: inocuo, aburrido, sin chiste, uno de tantos en este viejo mundo. l.a msica? Cmo explicarlo? No puedo decir que hered el don de la msica. Mis padres no se interesaban. Para ellos slo serva de relleno, complementaba el silencio. No, no es gentico. Soy el primero, quizs el nico. No tengo hijos. No he conocido a una mujer que quiera vivir conmigo, que entienda la msica como yo la entiendo. Todas ellas me parecen iguales: inocuas, aburridas, sin chiste. Yo tena cuatro aos, iba corriendo, sin rumbo, jugando a lo que sea, perdiendo el tiempo. No s. Algo me hizo caer. Un tropiezo divino. Creen ustedes en Dios, en la Divina Providencia? Hasta entonces yo nunca haba sufrido un accidente. Tropec. Mis piernas rasparon 1'1 piso de concreto y toda la piel de mis rodillas se qued en ese Iliso. Fue terrible y hermoso. Brotaba sangre, no dejaba de fluir, de colorear el piso, y junto con la sangre, como navegando, la msica, se escuchaba, grandiosa, toda la msica que emanaba .lc mis venas. Por supuesto, nadie ms la oa. Mis paps ni se dieron cuenta, el mdico, mis profesores, mis amiguitos, nadie 1.1 escuchaba ms que yo. Porque estaba adentro de mi cuerpo. Y ;1 m me gustaba levantar la costra de mi raspadura, un po,,,, ita, para escuchar una meloda. Creen ustedes que era una

    53 52

  • cosa de infancia, una fantasa? S, tambin ella 10 pensaba. Ella. Me refiero a esa muchachita que en la secundaria atrap mi corazn. Yo no saba, yo pens que la amaba. Y decid un da confesarle mi secreto, la msica en mis venas, la msica en mi cuerpo. Y ella no me crey, por supuesto, entonces yo me abr las venas con una navaja para que ella escuchara y se diera cuenta que era verdad. La amaba yo tanto que ella tendra que escucharla. Pero no. No pudo. Slo se asust, pobrecita. Mi sangre no dejaba de correr y yo sonrea, y yo estaba feliz por la sinfona que se haba desatado de mi cuerpo. Hasta que me desmay. Y me llevaron al hospital, y me metieron otra sangre que no era ma. En ese momento cre que era 10 peor que me poda suceder. Q11 tal si era la sangre de alguien desentonado? Q11 tal si esa transfusin acababa con mi circulacin meldica? Nada de eso sucedi. A la primera oportunidad me hice una rajadita, as, pequea, y me di cuenta de que todo segua igual, que la sangre, el corazn, las venas y las arterias seguan siendo mi propia orquesta, mi banda sonora personal. No le he vuelto a decir mi secreto a nadie. Me oyen? T, Ramn; t, Camelia. Ustedes, mis favoritos. Ustedes, con quienes har una fortuna. Ustedes, mis nios, mis preciosos nios de la calle, son los primeros desde aquella muchachita traicionera. Y es el resultado de un prodigio. Yo iba caminando, simplemente, vagando entre estas calles inmundas. De repente sent el aroma de la msica, lo segu hasta esta cantina, aqu, con ustedes, mis duendes hermosos.

    Fama y fortuna

    54

  • Los dos estamos idos de la mente, andamos como locos, por el mundo perdidos.

    Cornelio Reyna

    RAMN: No la esperbamos, gey. CORNELIO: Q!I. RAMN: La fama. CORNELIO: Y menos as, como se dio. RAMN: Nosotros seguamos tocando y grabando, y no nos

    imaginbamos lo que suceda entre la gente. CORNELIO: Es cierto, gey. Cada vez haba ms fans, se no

    taba en las ventas, en las taquillas. Pero el ascenso no fue gradual, rne entiendes, gey? Fue repentino. Y yo me asust, no lo niego.

    RAMN: Como si fuera de la noche a la maana, me cae. CORNELIO: As es. La gente se emocionaba, gritaba. Los fans

    nos exigan cada vez ms y ms. Y la verdad que no haba tanto Ramn y Camelia para todos.

    RAMN: ramos como esos livis, con un montn de caballos de cada lado, jalndonos, estirndonos, para ver si aguantbamos. Y casi no pasbamos la prueba, gey, eso s te digo.

    CORNELIO: Por eso decidimos dejar las tocadas durante una poca. Era demasiado, gey. Mejor nos concentramos en la msica. As sacamos tres discos (Amores baleados, Truenos y relmpagos y Tiempos de sequa), puro trabajo de estudio.

    RAMN: Los promotores se encabronaron, decan que la raza nos iba a olvidar, que era muy, muy...

    CORNELIO: Voluble.

    57

  • RAMN: ndale. Pero a nosotros nos vali madres, me cae. Para entonces ya los promotores y los productores nos tenan sin cuidado. Aprendimos mucho de ustedes, gey, muchas gracias, con permiso, hganse a un lado. Regresaremos a los conciertos cuando nos d la gana. Adis.

    CORNELIO: Y un buen da nos dio la gana y regresamos a las tocadas en vivo ...

    RAMN: y t crees que nos haban olvidado? AB: Iodo igual? RAMN: Todava hubo para rato, gey. Sacamos el lbum en

    vivo (Una noche de relmpagos) y hasta hoy no ha bajado la popularidad. Los auditorios y los palenques se siguen llenando.

    Fragmento de Truenos y relmpagos: conversaciones con Ramny Camelia, de Abigael Bohrquez.

    Jimmy's Records Where we uncover las estrellas

    2324 El Largo Camino Road Suite B Oxnard, CA, 93035 1 (800) EL NORTE

    CON LA AYUDA DE DIOS, NUEVO DESCUBRIMIENTO DEL

  • I

    Acontinuacin se detallan los temas que contiene el lbum:

    Lado A l. Bala perdida (Toms Mndez) Ernrni 2. Besos de papel (Ramn Ortega) Mundo Musical 3. Albur de amor (Alfonso Esparza Otero) Pharn 4. Con la tinta de mi sangre (Paulino Vargas) Grever 5. Ya supe Lupe (Lalo Guerrero) Sony

    Lado B 1. Con la ayuda de Dios (Vaquera Music) 2. Cabizbajo me voy pa bajo (Vaquera Music) 3. Entre tus cejas (Vaquera Music) 4. Corrido del Gume Vidal (Vaquera Music) 5. La ltima cancin (Vaquera Music)

    Se anexa al presente una copia para uso prornocional exclusivamente, prohibida su venta al pblico. Yrecuerde, donde el Jirnrny pone la mano, slo las estrellas salen.

    Otro grupo con ese nombre

    11'

    Ramn y Camelia permanecen en silencio, apabullados por la atencin de los periodistas. Foto tras foto. Sus imgenes se registran para la historia. No saben si sonrer o estar serios, si moverse o estarse quietos. Q!l hara un dolo como Jos Alfredo en una situacin similar?

    -Las estrellas no se ponen nerviosas -les dijo Jimmy Vaquera antes de la rueda de prensa-o Ustedes deben ser una muestra de seguridad y dominio. Todo esto es un ocano tormentoso y ustedes sern capitanes de un barco que a veces parece demasiado pequeo para las olas y los vientos. Es un espejismo; en realidad el control y la calma se encuentran en el timn. Y ustedes lo tienen en la mano.

    -Felicidades por el xito que han tenido con su nuevo disco -dice un reportero.

    -Gracias. - Varias cosas me llaman la atencin de ustedes -dice otro

    reportero-o La primera de ellas es que no sean tan obvios con el nombre de su grupo. Estn Los Huracanes del Norte, Los Tiranos del Norte, Los Traileros del Norte, Los Bravos del Norte, llamarse Los Relmpagos de Agosto me parece bastante original. Cmo fue que surgi el nombre?

    -Pues nos bamos a llamar Los Relmpagos del Norte, pero ya haba un grupo con ese nombre. Pensamos en rayos y truenos y centellas, pero nos gustaba ms relmpago. Y como lo decidimos en agosto, pos ah est.

    60 61

  • Pa m la vida es un sueo

    Una cancin se desliza por el aire a travs de las ondas de radio.

    Se paladea en la calle; se oye salir de una cantina; se escucha en los restaurantes; se arremolina en las largas filas de los bancos; entusiasma a las muchachas de secundaria; agradece a las madres su noble esfuerzo; envalentona a los estudiantes tmidos; incursiona en las crceles pblicas; encabeza manifestaciones; desprecia a los polticos; participa en congresos; libera pensamientos; promueve abrazos; encabeza guerrillas; envalentona; atrinchera; fortifica; defiende; auxilia; limpia; salva; hace; ata; da.

    La primera vez que se escuch en la radio una cancin de Los Relmpagos de Agosto se detuvo el corazn de la ciudad unos momentos.

    La cancin sigui su paso seguro a travs de las grandes ciudades; se abri camino entre pueblos y rancheras; se extendi a travs de la vastedad del campo. La escucharon de la misma forma tanto mdicos como campesinos; penetr por igual la conciencia de abogados y convictos, jueces y delincuentes. Se peg a los pensamientos de los cnicos y denostadores. Hizo bailar a los hombres rudos; convenci a las mujeres indecisas.

    El mundo dio un paso al frente. Frases y palabras nunca dichas salieron a tomar el sol.

    Qye no se apague la lumbre

    Dondequiera que van, el xito persigue a Los Relmpagos de Agosto. En su recorrido por pueblos y ciudades, el pblico se aglutina en los palenques, en los toreos y en los auditorios.

    Ramn y Camelia ya lo han platicado. No podemos permitir que esto nos cambie. Recurdalo, Ramn; recurdalo, Cornelio. Somos un par de muchachos que les gusta la msica, oriundos de Tijuana. La fama? La fama es como cualquier otra cosa. mI xito? El xito llega un da y se va otro.

    Algn da la gente ya no los querr escuchar, podra fcilmente ser maana o la semana siguiente. Hay que mantener la calma. Hay que tener los pies sobre la tierra.

    Llegan a Monterrey. Sus admiradoras los esperan con pancartas y declaraciones de amor:

    Cntarne en la oreja, Cornelio.. Contigo para siempre, Rarnn..

    No importa que sean un par, con ellos me quiero casar..

    1. Se renen en las avenidas, esperan que pase el autobs. Desean ser sus esposas o tener sus bebs. Igual sucedi en Saltillo J

    '1 y Torren.

    I Es inevitable sentir que el corazn trabaje al doble con tantas muestras de admiracin y cario. Pero hay que mantener la calma, se dicen Ramn y Camelia.

    63 62

  • El autobs llega al auditorio. Euforia. Los guardaespaldas forman una valla.

    Lasmuchachas. Gritan. Ren. Lloran. Brincan. Lasmuchachas. Quieren un trozo de Los Relmpagos, algo para llevarse a sus

    casas, para poner bajo la almohada y sacar en las noches de insomnio, un trocito de su ropa para oler, para llevar en la mano a todos los lugares posibles.

    Ramn y Camelia cierran los ojos. Permanecen en el fondo del autobs, tomados de la mano,

    concentrados. Unos momentos de silencio. Abren los ojos. Ya es hora: Los Relmpagos de Agosto estn listos para em

    pezar a tocar.

    :'

    La mujer ideal

    Noche, hotel en el desierto, cuarto 106, luces apagadas.

    -Esa es la mujer ideal, gey, -Q!1in? -Quin qu? -La mujer ideal? -No me refera a una persona. -mntonces? -Hablo en general. -Oh. -La mujer ideal. -Cul? -La que ando buscando. -muscas a una ... ? -Una novia, s, una novia. -Pues claro. Como cualquier varn. -Pues s. -Yo tambin. -Q!1. -Yo tambin busco ... -Pero a ti te sobran, gey, -Pues s, pero uno siempre anda buscando. -Como cualquier varn. -ndale.

    :1

    :1

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    'I,J "

    "1111

    64 65

    .1

  • 1-Pues yo la busco y algn da la encontrar. -Por ai debe andar, gey. -Claro. Y debe ser una muchacha linda y sonriente. -y los pies, no olvides los pies. -Por supuesto, eso est sobrentendido. -Claro. -Debe ser una chica inteligente, de buenos modales. Cat

    lica. Un poco conservadora, aunque no tanto. -Te entiendo. -Debe tener cierto aire de realeza, cierta dignidad. Como si

    fuera una mujer educada, intelectual. -No s si eso es necesario, gey. -Por? -Es excesivo. -re parece? -Uno debe ser consecuente. Si la buscas as, tal vez nunca

    la encuentres. Pies perfectos yesos dems atributos, creo que es demasiado.

    -Parece que no la quieres encontrar. -Claro que la quiero encontrar. -Entonces? -Pues es que as me imagino a la mujer ideal, gey. -Bueno, hazle como yo entonces: no busques a la mujer ideal. -Yo cre que t tambin estabas buscando... -Busco novia, no princesas.

    Lloro y canto a la vez

    Ramn y Camelia nerviosos. Se nota en la manera que sonren, en la manera que actan. Uno se quita y se pone el sombrero. Otro se muerde las uas. El personal tcnico pasa de izquierda a derecha, ignorndolos, quejndose de la iluminacin, del sonido, de las cmaras. Ramn y Camelia no se movern de ese lugar. El seor Velasco dijo que deberan esperar ah y el dueto es bueno para seguir instrucciones. Uno abraza su acorden. El otro aprieta y jala las cuerdas de su bajo sexto. Han pasado cerca de dos horas. Escuchan la msica de otros grupos, los aplausos del pblico. En cualquier momento, en cualquier momento, en cualquier momento, en cualquier momento ...

    Yentonces ... El seor Velasco viste un impecable traje blanco. Su rostro

    refleja perfectamente el jbilo que ensay momentos antes frente al espejo. Lo observan millones de ojos. Su discurso es muy elocuente: msica nortea, juventud, excelencia, gran futuro, mi descubrimiento: Los Relmpagos de Agosto.

    Ramn y Camelia frente a las cmaras. Silencio. Esta primera cancin... este... que vamos a interpretar. ..

    este... de nuestra propia inspiracin... y espero que sea de su agrado ... se llama ... este... El segundo olvido.

    Silencio. Lentamente. El acorden ...

    67

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  • I .11

    I El bajo sexto... Canciones que alegran cantinas En manos de Ramn el acorden empieza unos acordes sua

    ves, reiterativos, circunspectos, como un arroyo que de repente se desborda y entra a una casa. El arroyo crece, inunda las habitaciones, flotan los muebles, se eleva una cama y tambin la pareja que duerme en esa cama. La voz de Camelia arrulla. El bajo sexto en sus manos es un instrumento que narra historias picas. La pareja y su cama navegan, salen de la casa sin saberlo, recorren la ciudad, el viento los lleva, la cancin seduce. Y la pareja slo tiene la certeza de estar durmiendo. Es la cancin: Sucesin de xitos: El muchacho enamorado el acorden y el bajo sexto: Ramn y Camelia. Todo lo que hicimos juntos

    Las nubes estn arribaSilencio. La bugambiliay elpirul Lentamente.

    Un aplauso, dos, tres, cuatro, cinco aplausos aplausos aplau- Chaparrita pelo chino sos como palomitas de maz que brotan y golpean el interior de El tercer olvido

    Ojos de canela y mieluna olla. La muerte de dos norteosRamn y Camelia sonren.

    Luego. Empieza otra cancin: Golondrina que tevas. el arroyo de nuevo se desborda y la casa y los muebles y la !y

    tcama y las callesmientras que la pareja sigueviajando, durmiendo, viajando, durmiendo, viajando. ,

    jr,

    1I 69 68

  • El recuerdo inolvidable de tu ausencia

    Otro amanecer en el autobs. Pasan por pueblos polvorientos, llenos de nios y de perros. La noche anterior, otro auditorio abarrotado. Ciudad A, B o C, rotundo xito. Es parte del bisnes, del estrellato. El resultado de ver realizados sus sueos de artista. Ramn y Camelia ya no piensan en los Cadetes de Linares o en los Alegres de Tern, sus dolos en otro momento. Se los ha dicho Jimmy Vaquera y ellos mismos lo han visto en las \..,

    listas de popularidad. Nadie se compara con Los Relmpagos. Durante un par de horas slo Ramn y el chofer estn des

    piertos en el autobs. Luces de distintos colores rasgan la oscuridad en la carretera. Abraza su acorden rojo y blanco. Piensa en el futuro, cierra los ojos. Suea:

    Corres por una playa extensa. Eres famoso, inmortal. Camelia a un lado de ti, sonriendo. Mucha gente los mira. De pronto te sientes cansado y no puedes seguir el camino; le pides a tu amigo que descanse. Cmo crees, contesta. Siguecorriendo. Le gritas que te espere. No hace caso. No escucha. Lo ves alejarse hasta que desaparece de tu vista. Te sientes solo, abandonado a tu suerte.

    Ramn despierta sobresaltado. Acaricia las hileras de botones de su acorden rojo y blanco. Las luces de colores continan rasgando la oscuridad.

    Delgaditas de cintura y abultaditas de pecho

    Los Relmpagos tienen bsicamente tres tipos de admiradoras.

    Las tradicionales, que asisten a sus conciertos para corear las canciones y arrojar sus pantaletas al escenario, que corren detrs de ellos para solicitar autgrafos o para besarlos o tratar de arrancarles algo que sirva de recuerdo. Ellas se organizan en clubes y hacen reuniones semanales donde se discuten las noticias y los rumores alrededor de la vida de sus dolos. Se hacen llamar Las relampaguitos o escogen el nombre de una cancin como Club Chaparritas pelo chino, Club Lo que hicimos juntos, o de plano, las ms conservadoras: Club de admiradoras de Ramn y Camelia.

    Existen tambin admiradoras arriesgadas, que buscan un contacto personal con Los Relmpagos. Los acosan de concierto en concierto, logran entrar a sus camerinos o a sus habitaciones de hotel por medio de ingeniosas artimaas. Ellas son muy respetadas por las admiradoras tradicionales, algunas, incluso, egresadas de los clubes.

    Hay tambin un tercer tipo de admiradoras, ellas son un caso aparte. Se agrupan en dos grandes pandillas que viajan en motocicletas, una llamada Ramn es el mejor y la otra Cornelio es primero. Son mujeres altas y hombrunas, fuertes y bravuconas, interesadas ms en un buen pleito que en la msica de sus dolos.

    70 71

  • I!

    La novia ideal

    Noche, hotel en el desierto, cuarto 227, luces apagadas.

    -Q1 pas, por qu no hablas? -No he decidido, gey. -Q1. -No he decidido si estoy ofendido. -Ofendido? -T comentario fue custico, Ramn. -Ai s. -Te pasaste. -Bueno, bueno, bueno. "Perdn, si es que te he ofendido. -Acepto tu perdn. -Gracias.

    -y no has pensado en otras cosas? -Como qu. -En sus atributos fsicos. -De quin? - De tu novia. -Nunca. -Por? -Eso no es importante, gey. -iCmo chingaos no!

    ,

    ,r

    i't '~

    ~

    -Pues a m no se me hace importante. - O sea que tu novia intelectual no tiene cara ni cuerpo ni

    curvas ni lugares donde uno pueda poner la mano? -Cmo crees. -Entonces s has pensado en eso.

    -jele, ya saba.

    -Suelta, suelta. -Q1. -Describe a tu novia ideal.

    -ndale. -Noms no se lo digas a nadie, gey. -Te lo juro por mi mamacita linda de pies feos. Cuenta. -Mira, la he imaginado alta, incluso ms alta que yo; blanca

    y espigada. Ojos cafs y pestaudos. Una cara un tanto regordeta que contraste con su cuerpo delgado. Cachetona, por qu no? Nariz aguilea. Ojos grandes, saltones. Barbillapartida a la mitad.

    -Cmo la ves, gey.

    -Q1 te parece? -Cmo que qu me parece. -Te pregunto. -Pues me parece que yo no tengo hermanas. -Yeso qu tiene que ver? -Pues me describiste a m, gey. -No mames. -Soy yo, Camelia. -Ests pendejo. -Soy yo. Lo nico que te falt decir es que tocara el acor

    den.

    73

    111,1

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    72

  • -Sabes qu: ahora s te pasaste. -T te pasaste primero. -Mejor ya no quiero hablar. -Yo tampoco.

    Un mundo de olvido entre los dos

    I I Camelia se ha vuelto pensativo, ensimismado. Desea estar apartado de los dems. Durante las giras, prefiere viajar solo en el I,

    1autobs, sentarse lejos de los tcnicos y tramoyistas. Adis noches 11111

    de msica. Camelia est solo en el mundo. A Ramn le parece extrao este nuevo comportamiento de 1

    su amigo. Lo ve como a una persona que ha decidido subirse a :1 un rbol muy alto. Ramn lo observa desde abajo, varias veces

    1".1il

    intenta subir tambin, pero se arrepiente a mitad del camino: sabe que el ascenso podra ser peligroso para alguien que no est acostumbrado a escalar.

    ! Ramn habla con Camelia. Camelia no escucha. Su rbol es frondoso y arroja una gran sombra. 1

    I,I~:

    !~ ;t i II~I'

    l'1:175 74

  • Segundones

    -Ese Camelia tiene futuro -dice el seor Velasco, mientras sonre mostrando su famosa hilera de dientes blancos-o T eres bueno para el acorden, pero acordeonistas hay muchos. Cornelio escribe las canciones y canta. Cuando tengo que crear una estrella, nunca escojo a los segundones. Ms vale que te hagas 1 a la idea.

    Un joven apunta en una libreta cada una de las frases del seor Velasco. Se siente orgulloso de su patrn. Sabe que todas esas palabras son un legado a la posteridad.

    Justo 10 que andaba buscando

    Dios comienza a escribir y una idea fluye detrs de otra. Aparece la cancin como una fruta en un rbol, plenamente madura.

    En la mayor parte de las ocasiones le resulta sencillo; pero debera confesar que a veces tambin es complicado. Dios se da cuenta de que su meloda ms reciente es muy parecida a otra que ya desarroll. Debe ser original. No quiere que lo juzguen como a un Dios repetitivo, con pocas ideas; no quiere juzgarse a S Mismo de esa manera.

    Hace siglos descubri que ser dios poda brindar muchas comodidades. Deca que las cosas se hicieran, y se hacan. No necesitaba ms que pensarlo o tronar los dedos. En algunas ocasiones, las cosas se hacan sin que l tuviera la intencin de hacerlas. Por ejemplo, una vez estaba pensando en lo ingenioso que pueden ser los humanos cuando se lo proponen, y por alguna razn pens en bancos y en dinero; de repente, sin quererlo, Dios haba inventado los asaltos a mano armada.

    Claro que poda deshacer lo que haba hecho. Sin embargo, la curiosidad se lo impeda.

    Sin querer invent los asaltos, pensaba Dios, ahora quiero saber lo que suceder con ellos.

    Fue una etapa. Dios tiene etapas, lo sabe. Puede arrepentirse, puede cambiar de opinin. No es perfecto (aunque esta afirmacin sorprendera a muchos); ms bien, no se cree perfecto. Este

    76 77

  • deleite por la msica le ha durado una larga temporada. Ha cambiado de ritmos; pero el agrado, en s, persiste. Sabe que maana podra dedicarse a otra actividad: filatelia, punto de cruz, computacin, as que escribe cada cancin como si fuera la ltima. Quiz por eso resultan tan exitosas. O tal vez es porque lo sabe todo.

    A pesar de que siempre se ha quejado de su omnisciencia, saberlo todo tiene sus ventajas, y lo demuestra en sus canciones.

    Si Dios se encuentra en medio de una laguna creativa, consulta el corazn de la gente. Igual a un taxista que a una profesora; a un empresario que a un albaila a un sacerdote o a un atleta. Le pregunta a sus corazones: qu te conmover, qu te agradar, tristeza o felicidad? Requieres un corrido amoroso, un bolero vigorizante o una cumbia estremecedora? Quizs una cancin triste, alguna que evoque una poca en que la vida era ms sencilla, ms agradable.

    Despus regresa a lo que l llama su hogar y comienza a escribir una cancin. Lo hace como cualquier otra persona: con un lpiz y un cuaderno pautado. Se rasca la cabeza, tira el primer borrador, se le dificulta una rima, borra, reescribe.

    Finalmente, en voz de Camelia, la cancin recorre el aire a travs de las ondas de radio. La gente la escucha y siente que recibe justo lo que andaba buscando; durante menos de tres minutos, la vida parece ausente de incertidumbre.

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    Trozos de papel

    Difcil ser Jos Alfredo en este mundo de incomprensin y abandono. Por eso suele estar solo en su estudio, contemplando una hoja de papel o una botella de cerveza. No tiene telfono, no lee los peridicos, no le interesa la poltica ni el futbol.

    Apunta frases en pequeos cuadros de papel, nunca una cancin completa. Slo frases.

    Yo sin ella Felices todava

    Personas ms buenas Entre tus brazos

    Encuentra estas frases en diversos lugares: tiradas en la banqueta, en el asiento de un camin, en una mesa de billar. Ah estn, las recoge y apunta en pequeos cuadros de papel que despus guarda en una caja bajo la cama. Luego, cuando el momento llega, extrae la caja y vuelca los papeles sobre una mesa.

    Muchas horas Mi dolor y mi tristeza

    Los mismos errores Hablar de tu amor

    79

  • Agrupa las frases, las reacomoda, las regresa a la caja. Despus de varias horas, a veces, surge una cancin. Y esa cancin es perfecta. Una unidad indivisible que slo requiere una guitarra o un mariachi para salir a flote, llena de vida.

    A altas horas de la noche se puede ver a Jos Alfredo en el sexto piso del edificio donde vive, tratando de darle lgica a todas esas frases sueltas.

    Toda la vida ltimo brindis

    Me cans de decirte Llorar de angustia

    Un da entr una rfaga de aire a travs de la ventana y volc su caja de apuntes. Las frases, curiosamente, cayeron en el piso formadas en versos y estrofas. Jos Alfredo levant los papeles y los meti a la caja. La cerr y guard debajo de la cama.

    -Gracias -dijo-o Pero puedo hacerlo solo, ya no necesito ayuda.

    Si te maldigo qu gano ,i 11 1

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    Un acorden y un bajo sexto. Ramn y Camelia se complementan perfectamente. Terminan la cancin y el entusiasmo del pblico no tiene lmites. Otra, otra, otra.

    -La siguiente es parte de nuestro nuevo repertorio -dice Camelia.

    El pblico aplaude. Ramn se sorprende porque haban acordado con la disquera que no interpretaran esas canciones hasta que ya estuviera prxima la salida del disco.

    -No debimos hacer eso -le dice despus del concierto. Camelia no voltea a verlo. -Son mis canciones y yo hago con ellas lo que quiera.

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  • I!!!

    Yos que al verme me muestras disgusto, y mi presencia te produce enfado.

    Cornelio Reyna

    CORNELIO: Lleg un momento en que ya no podamos seguir. En lo personal, Los Relmpagos, como concepto, me limitaban mucho. Era una especie de burbuja que impeda que me expandiera. Claro, inventamos y experimentamos hasta donde pudimos. Pero siempre tenamos que hacerlo juntos. Era un acuerdo. No deba sacar algo sin consultar a Ramn, o al menos eso era lo que yo pensaba entonces. Y, la verdad, me empez a calar. Yo pasaba varios das haciendo los arreglos, y Ramn, muy campante, llegaba al estudio, los escuchaba una vez y los descartaba por razones intrascendentes. Al principio me aguantaba, deca okey y buscaba la manera de cambiarlo. Despus lleg el momento en que ya no soportaba la situacin y tuve que abandonar a Los Relmpagos. Por mi propio bien, por mi propia libertad. Definitivamente, la idea de la separacin fue ma.

    ~~ * ~~

    1 RAMN: Estbamos mal, tenamos problemas. Haba momen

    tos de caos. Nos dejamos de hablar. Pero yo, ingenuote, pensa

    ba que se poda superar, que Los Relmpagos podran sobrevii vir a cualquier tipo de problema. Hasta suger lo del psiclogo, y ya ves que sali peor.

    AB: Q!1 pas?

    85

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  • RAMN: Ya sabes, gey. Decidimos ir con nuestras respectivas parejas, a ver si se arreglaba algo. El mentado psiclogo result ser un hijo de la chingada que se quera coger a nuestras viejas.

    AB: De plano? RAMN: As fue, gey. De modo que cuando Camelia dijo

    que ya no continuaramos, fue como un golpe, yo no estaba preparado.

    AB: Y Carmela Rafael, no influy su presencia...? RAMN: Ya s que dicen eso, gey. He ledo en la prensa que

    quieren culpar a nuestras esposas de la separacin; pero, sabes qu?, Los Relmpagos ya haban llegado a su lmite y no haba fuerza humana que los pudiera mantener unidos. Ni modo, gey. Se acab. Q!Je si afectaron o no las mujeres, pues eso se puede debatir. La nica realidad es que nos separamos.

    Fragmento de Truenos y relmpagos: conversaciones con Ramny Cornelio, de Abigael Bohrquez.

    m Tragos amargos

    Decide levantarse tarde. Suena el despertador y 10 avienta por la ventana. Un par de horas ms, qu tiene de malo? !IINo puede volver a dormir. Alguien le llama por telfono para recordarle que tienen programado un ensayo. Pinche en 1:(sayo.

    Mientras se baa le llega la idea, por primera vez, de que Los Relmpagos existen slo por l. En realidad L hace TODO. L mi compone TODAS las canciones. L hace TODOS los arreglos. j! II!:L canta SIEMPRE. Se pregunta por qu no tiene el derecho de dormir un par de horas ms, por qu no puede tomar las decisiones del grupo, por qu tiene que consultar TODO con su amigo, por qu no puede ser EL JEFE, por qu no gana ms dinero que Ramn.

    Al salir del bao le remuerde la conciencia. Cmo es posible que yo piense estas cosas? Somos LOS Relmpagos, no EL Relmpago. Estoy mal. Soy parte de un EQUIPO. El hecho de ser el ms talentoso no tiene por qu afectar nuestra relacin de trabajo. Soy un PROFESIONAL. Quiz deba decrselo a Ramn, simplemente mencionarlo para que l conozca MIS inquietudes. No. Lo mejor es no decirlo. Va a pensar mal de m. Va a creer que me quiero aprovechar de mi SUPERIORIDAD. Acaso no merezco ser el ms FAMOSO?

    Ay, Camelia, qu ideas te entran a la CABEZA.

    86 87

  • :Cuando en silencio nos dimos un beso

    Abrumado por el xito, Camelia suele realizar largas caminatas despus de un concierto. Disfrazado con un bigote postizo y una peluca, la gente no lo reconoce en la calle; puede caminar, solitario y contemplativo. Durante uno de esos recorridos conoce a Carmela Rafael.

    Ella est sentada en una banqueta, leyendo un libro de poesa japonesa del siglo xv. Viste ropa negra y botas militares. Cornelio se sienta en la acera de enfrente y finge no mirarla.

    La primera en hablar es Carmela Rafael. Lee en voz alta, muy alta: rbol que es sombra/de mi alegra rota/crecen los bosques.

    Camelia no entiende. Ella explica, menciona algunos nombres de poetas japoneses del siglo xv.

    Sintindose un tanto ignorante, para no quedarse atrs, l responde recitando unos versos de una de sus canciones ms recientes: Chaparrita linda/pienso regalarte/unos jaboncitos de colores para ti.

    Crey que ella la identificara, tomando en cuenta que es la cancin que ms se escucha en la radio ltimamente. IAl parecer no era una muchacha comn, ni siquiera haba odo hablar de Los Relmpagos de Agosto. Si tan slo pudiera mirarle los pies ... t

    Camelia se siente motivado a lanzarle un piropo. Medita un rato, pero slo se le ocurre: -Oye, tienes novio?

    88 1

    Carmela Rafael lo barre de pies a cabeza, desde su sombrero tejano hasta sus botas puntiagudas de vaquero. Descubre en Cornelio algo de la bestialidad humana que siempre haba aorado, y de la cual slo haba ledo en las novelas existencialistas. Le parece un poco extravagante que use peluca y bigote postizo. Debe ser un artista, piensa, su porte y temperamento lo denotan.

    Ella cavila sobre cul ser la respuesta ms apropiada para una pregunta tan directa y elemental, slo se le ocurre: -No, no tengo novio.

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  • Posteridad

    El seor Velasco est siempre rodeado de hermosos donceles. Le preparan su desayuno, 10 peinan, lo baan, se ren de sus f

    chistes. Cada uno de ellos recibe un pago quincenal por sus ser ,VIC10S.

    El seor Velasca valora su existencia, le parece grandiosa. ~ Entiende que nada de esto ha sido gratuito. La devocin del ,~, t,pueblo es una retribucin divina a la que l debe corresponder con creces. Es por eso que ha decidido escribir su biografa y ha escogido a uno de sus donceles para ayudarlo en esta misin. Su nombre es Mnica.

    El primer da, el seor Velasco intent hablar de su infancia. Mi cuna fue humilde, igual a la de muchos hombres. Yeso fue lo ms que logr dictarle a Mnica. Decidi que su

    infancia no era 10 suficientemente interesante para ser recordada. Adems, esa narracin le trajo recuerdos desagradables.

    Si el mejor momento de su vida era ste, consider, no tena por qu invocar el pasado. Desde entonces decidi que Mnica debera apuntar cada una de sus frases, desde su primer buenos das hasta su ltimo buenas noches.

    -sta es una labor relevante -le dijo-o Quiz la ms importante de tu vida. De ahora en adelante, en tus manos estar mi legado a la posteridad.

    La palabra posteridad se inscribi en letras doradas en el techo de los pensamiento de Mnica.

    -La fama no es para todos -dijo el seor Velasco-. Hay unos que no soportan su peso, que no saben manipularla. Cuando la fama llega, tienes que ser un malabarista, tener los pies firmemente apoyados en el suelo; tienes que sujetarla del cuello y apretar.

    Mnica anota cada una de esas palabras.

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    90

  • Reina de Puerto Peasco

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    Ramn conoce a Yssica Guadalupe durante una gira por Sonora. CuandoJimmy Vaquera se la present, ella era un par de piernas largas y calibradas. Despus de unas horas, ella era tambin unas caderas excelsas y una cintura para poner las manos. Al final de la tarde, cuando Yssica Guadalupe tena ojos y labios, ella le confes sus principales ambiciones: -Deseo ser reina de las fiestas patrias en mi natal Puerto Peasco y despus, por qu no, llegar a ser la mujer ms bella de mi estado.

    Ramn no duda que lo logre: rubia, ojos verdes, 1.75 m, minifalda, zapatos de tacn alto. Es una muchacha hermosa porque llena los requisitos que debe tener una muchacha hermosa. Adems, lo admira. Ella le dice que lo admira y que es el ms guapo de los dos Relmpagos.

    Las piernas de Yssica Guadalupe son un edificio que se yergue, sin temor a las alturas.

    Los dedos de Yssica Guadalupe recorren el bigote de Ramn.

    Cosquillas. Besos. Amor. Se casan tres meses despus. El novio le haba pedido a Camelia que fuera su padrino

    de bodas, pero ste no lleg a la iglesia. Tampoco fue a la fiesta.

    92

    No puedo caer ms bajo

    Lastocadas sevuelven insoportables. Los Relmpagos pueden interpretar la cancin que sea, pueden equivocarse, pueden improvisar nuevos versos, agredir, menospreciar, usar lenguaje soez y el pblico no se da cuenta, entusiasmado por el oleaje histrico de encontrarse frente a la mejor banda nortea del universo.

    Mujeres lanzan pantaletas al escenario. Hombres lanzan condones inflados como globos. Ya no hay respeto. Algunas personas que insisten en subir y tocarlos son interceptadas por musculosos guardaespaldas que las arrojan con violencia sobre la turba enardecida.

    La euforia, los gritos. Nadie escucha las canciones, ni ellos mismos.

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  • "Sabes bien que tu vida es mi vida

    Carmela y Camelia siempre juntos. Se les ve por la calle, caminando. En el cine, disfrutan las mismas pelculas, tienen los mismos gustos. Dnde est Carmela Rafael? Con Camelia. Dnde est Camelia? Con Carmela. muscan a los dos? Andan juntos.

    La gente habla de ellos a sus espaldas: No est bien, dice la gente. Comen juntos. Se les ve en los cafs, platicando. Piden la misma marca de cerveza. Se les ve escribiendo en libretas apun 1tes largos. Pareciera que escriben lo mismo. No est bien que escriban tanto. Resuelven crucigramas: Carmela, verticales; Cor f nelio, horizontales. Se les observa durante largas caminatas, siempre sonriendo. Pasan frente a la peluquera, frente a la reparacin de calzado, frente al mercado, frente a las farmacias. Largas caminatas, ambos serios, cavilando.

    Pasan muchas horas encerrados en un hotel. Ramn se acerca a la puerta de la habitacin; slo escucha silencio. Carmela Rafael en la cama, Camelia en el piso, ambos acostados. Miran el techo, el foco, las manchas de humedad. Largo rato sin hablar.

    No est bien, dice la gente. Ramn y Jimmy se preocupan.

    Segundones

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    -Ser tercero es peor que ser segundo -afirma el seor Velasco.

    Mnica lo apunta en su libreta, se pregunta si peor lleva 1

    acento. 11,1111

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  • I1

    Quiero que me digas quiero

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    Carmela Rafael opina sobre asuntos que desconoce: instru t

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    mentos, mezclas, ecualizaciones. La atmsfera se vuelve tensa. ~. Ramn y Camelia han dejado de hablarse. '" ?Carmela Rafael comenta al ingeniero: -No se te hace que ~ el acorden se oye un poco desafinado? Por qu no le subes i un poco al bajo sexto? j t~

    -Dile que no quiero a esa mujer aqu -dice Ramn al pro1ductor. l

    El ingeniero ve al productor. El productor ve a Camelia. Camelia est orgulloso. Ella es muy talentosa, una mujer culta que vigila cabalmente por sus intereses. Mua, mua, le avienta un par de besos. f. il'

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    -Dile a ese cabrn que chingue a su madre -dice Camelia al productor.

    La mujer no deja de poner atencin a la consola. Son demasiadas palancas, botones y swiches. Se emociona y desespera, quisiera tocarlos, moverlos, corregir, editar.

    -No podras hacer que la grabacin ... suene ... no s cmo decrtelo ... ms padre?

    -Graba la voz en otro canal -dice el productor. -Buena idea -dice Carmela Rafael.

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    Q!I rayos me pasa a m

    Camelia admira las canciones de Jos Alfredo. Tras bambalinas, antes de empezar el programa, advierte que el maestro est platicando con unos msicos.

    -Mi colega Jos Alfredo -le dice a Carmela Rafael-. Se me hace que le vaya dar un susto.

    Sonre como si estuviera a punto de hacer una travesura. Se acerca sigiloso. Travieso, se tapa la boca para contener una carcajada.

    Jos Alfredo est muy ocupado, refunfuando porque unos arreglos no salieron como l quera. Regaa a un violinista (ipendejo!). Reprende a un trompetista (ipendejo!). Amonesta a los del guitarrn y la vihuela (ipendejo y pendejol). Sermonea al mariachi completo (ibola de pendejosl).

    Camelia espera el momento adecuado, se acerca y le pica las costillas con un dedo. Jos Alfredo voltea enfurecido.

    -Qy quieres? -grita-, qu quieres? Camelia pide disculpas y se va.

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  • Una cartita y palabritas de amor

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    Querido mo: Es hora de que hablemos seriamente. Durante varios meses he

    contemplado tu trabajo, creo que has llegado a un punto trascendental en tu carrera, el momento de la decisin, cuando un hombre debe dejar de ser nio y asumir su compromiso con la humanidad.

    Deja los sentimentalismos. Lo esencial es tu profesin, tu talento, tu arte. No puedes cargar un estorboso y recargado equipaje. T has venido a este mundo para explorar y ser fiel a tu potencial artstico. No permitas que un lastre detenga tu ascenso. Tu destino es volar por encima de otro(s) que slo vive(n), como rmora(s), de tu xito y tu creatividad. Cunto tiempo vas a continuar con esta farsa? No necesitas escuderos que te auxilien o que sostengan tus alas. Piensa en el ascenso y en el vuelo, slo en el vuelo.

    Las noches sin ti agrandan mi soledad

    Habr imitadores pero ninguno como ellos. Es una lstima que las cosas no puedan continuar. Jimmy trata de reconciliarlos. Pica costillas. Palmaditas en los cachetes. Pellizcos en la barriga. Los junta. Los empuja. Juega como si estuviera boxeando con ellos. Imposible, no logra hacerlos rer.

    Existe un abismo. Un abismo extenso. Extenso y profundo. -Por lo menos una ltima tocada, okey? Se lo deben a su

    pblico. Ramn y Camelia no voltean a verse.

    98 99

  • Cuando tomes el barco, yo voy a tomar el tren

    -y qu hay de cierto en esos rumores de que Los Relmpagos se van a separar?

    -No hagas caso, nada es cierto, son rumores, son rumores -canta Camelia.

    Ramn se re, lo festeja y le hace coro. -Pero se habla de constantes pleitos en los estudios de gra

    bacin, de diferencias artsticas. -Q!1 te pasa. Somos carnalitos -dice Ramn, sonriendo,

    mostrando sus dientes. -Es lgico que surjan ese tipo de chismes en torno de un

    equipo creativo como el nuestro -dice Comelio-. Pero yo te puedo asegurar que Los Relmpagos estn aqu para quedarse. No es as, Ramn?

    -As es, Cornelio. Para quedarse. -Esto sin lugar a dudas es una gran noticia que har feliz a

    sus fans. -Mndales un beso de nuestra parte.

    Q!1e venga la muerte y nos lleve a los dos

    Ramn y Cornelio firman papeles. Cada uno en un extremo de una larga mesa, acompaados de sus respectivas parejas. En medio, un notario les explica que la separacin ser por partes iguales y de comn acuerdo. De vez en cuando Ramn voltea a ver a Camelia; pero Cornelio no levanta la vista. Yssica Guadalupe le da un beso en la mejilla cada vez que su esposo firma.

    Rbricas al principio, en el margen y al final de los papeles. Camelia ya quiere terminar con ese trmite, le urge pro

    mover sus nuevas canciones. Voltea hacia Ramn; pero Ramn no levanta la vista. Carmela Rafael finge que lee un libro de jean-Paul Sartre, slo da vuelta a las hojas.

    El notario recoge los papeles, los revisa. Un largo silencio que se interrumpe por algn sello que estampa en las hojas firmadas. Luego entrega copias de los documentos a cada una de las partes.

    y ssica Guadalupe besa a Ramn en seal de apoyo. Carmela Rafael da vuelta a una de las pginas de su libro. Los ex Relmpagos se levantan y se despiden del notario. Se

    dirigen a la salida. Ramn considera que debera darle un abrazo a Camelia, desearle buena suerte; pero en ese momento su esposa le recuerda que apenas hay tiempo para llegar a una zapatera. Y le urge comprar zapatos.

    Camelia considera que debera darle un abrazo a Ramn, desearle buena suerte ya que la necesitar ms que l; pero en

    100 101

  • ese momento Carmela Rafael se queja de un dolor de estmago y exige que vayan comer.

    Las dos parejas abordan sus autos deportivos y se dirigen hacia rumbos opuestos. Ramn y Camelia miran en sus retrovi

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    sores la mitad de un relmpago que se aleja y se aleja hasta que ya no hay nada que ver. ;;

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    Su recuerdo en mi pecho creciendo

    Deciden hacer su ltima tocada en la azotea de los estudios de grabacin.

    Ramn y Camelia interpretan sus mejores canciones. Los dedos de Ramn se deslizan sobre los botones de su acorden

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    rojo y blanco. El bajo sexto y la voz de Camelia estn impecables. Como al principio. El sonido se esparce por la ciudad y la gente que pasa por las banquetas quiere saber si en realidad son ellos. il.os Relmpagos, Los Relmpagos! Unos tratan de subir al techo, otros se asoman desde las azoteas cercanas, en otros edificios. Una multitud se junta en la calle. La polica interviene. Buscan la manera de callar a los msicos, el escndalo, el desorden. En el techo, iqu ocurrencia! Demasiado alboroto. Ms vale que se callen, ms vale que dejen de tocar. No, Los Relmpagos de Agosto terminan hasta que Los Relmpagos de Agosto deciden terminar.

    Es la ltima tocada. La gente aplaude. -Qlliero agradecerles a nombre de la banda -dice Come

    lio-. Y espero que hayamos pasado la audicin. 1" ,

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    -Pero, mi amigo, por qu ests tan triste? -Pues cmo no, si me sobra razn, porque la joven que amaba en un tiempo ahora es duea de otro corazn.

    Pascual Barraza

    CORNELIO: Cmo me ha ido? Qye si prefiero esta vida a la que tena con Los Relmpagos? Qu preguntas. Acaso no has odo mis discos? Por qu no le preguntas a mi pblico? Ellos te pueden decir a cual Camelia prefieren. Yo estoy conforme con mi trabajo y mi creatividad, los veo en un constante ascenso, sin lmites. Camelia todava dar muchas sorpresas. La msica es un espacio muy abierto, lleno de infinitas posibilidades. Si t crees que ya no se puede hacer nada nuevo, pues yo te digo que no has escuchado mi ltimo disco, y despus de se todava habr otros. Qu te crees: todava hay Camelia para rato.

    AB: Qy noticias has recibido de Ramn? CORNELIO: Eso es algo que nunca me ha quedado claro: la

    obsesin que tienen ustedes, los periodistas, por Los Relmpagos de Agosto. Antes era Ramn y Camelia para todo. Ahora ese y" no tiene por qu figurar en nuestras vidas. Yo he seguido mi carrera, y Ramn ha decidido dejar la msica. Yo no lo critico, es su problema. Cada quien debe hacer lo que est predestinado a hacer. La fama no puede ser para todos. Hay unos que no soportan su peso.

    AB: y t? CORNELIO: Yo? No es por nada; pero a m, en lo particu

    lar, la fama me queda, no crees? (Se re.) Fragmento de Truenos y relmpagos: conversaciones con Ramny Cornelio,

    de Abigae1 Bohrquez.

    107

  • Si al cabo el amor se acaba

    Despus de la separacin de Los Relmpagos, Ramn decide tomar unas vacaciones en uno de sus ranchos. Por la maana, alimenta gallinas y ordea vacas. Posteriormente supervisa el trabajo de los peones. Recorre a caballo la extensin de su propiedad, acompaado de su fiel acorden rojo y blanco. Atiende al ganado. Extiende rdenes. Amonesta a los vaqueros holgazanes. Descansa bajo un rbol. Contempla el cielo.

    En ese momento por lo general saca algunas melodas de su acorden. Llega la tarde. Procura no pensar en el pasado.

    El pasado. El pasado debe quedarse atrs, se es su lugar. y ssica Guadalupe es la primera en quejarse de esa existencia

    sin complicaciones. Su vida ha cambiado de la noche a la maana. Las fiestas, la accin, la farndula, todo lo que le gustaba se ha quedado en la ciudad. Como Ramn haba propuesto unas simples vacaciones, ella trat de adaptarse, considerando que slo sera durante una breve temporada. Coordinaba la limpieza de la casa y administraba la cocina.

    Pasaron meses. Decidi hablar muy seriamente con su esposo: 1.Ramoncito, el dinero no es eterno. 2. Algo anda mal contigo. 3. Pasas demasiado tiempo en la nada. 4. Parece que quieres a eseacorden ms que a tu propia esposa.

    lOS

    5. Juro que una vez me pareci verte que lo abrazabas. 6. Eso est mal. 7. Si yo fuera otra, pensara que tienes una obsesin extra

    a con ese instrumento. S. Una cosa es que ests deprimido y otra que hagas cochinadotas con objetos inanimados. 9. Despierta. Resucita. Haz algo. 10. Piensa en nuestro futuro, Ramn.

    109

  • Amigos, casi compadres Preferible estar seis pies abajo

    Camelia y Jos Alfredo se han vuelto amigos inseparables. Se la pasan de cantina en cantina, de fiesta en fiesta. Regresan tarde a sus casas. Sus esposas los regaan.

    Carmela Rafael semolesta. Le dice a Camelia: -Yo pens que me queras.

    Camelia le explica: -S te quiero, Chinita, pero mis amigos son mis amigos. Espero que lo entiendas.

    Carmela hace lo mejor por entenderlo. Incluso invit a Jos Alfredo a su casa; poco tiempo despus se arrepinti. Jos Alfredo iba todos los das. Ah coma. Ah se emborrachaba, y a veces ah se quedaba a dormir.

    Prefiri decirle a Camelia: -Se me hace que t y tu amigote se me van a la calle.

    En el rincn de una cantina, Jos Alfredo le dice a Camelia: -Ojo con el xito y la fama, se te puede subir.

    Camelia no vislumbra un momento en que suceda. No obstante, le agradece al maestro su recomendacin.

    -iSalud! -dice Camelia. -iSalud! -dice Jos Alfredo. Tarros refrescantes hacen clink.

    Llegan hombres jvenes, muy elegantes, para ofrecerle contratos a Ramn.

    Le dicen: -Si Camelia tiene xito como solista, t tambin puedes.

    Ramn nota que cada uno de ellos tiene las uas arregladas, las corbatas iguales, perfectamente anudadas, y un diente de oro que brilla como si tuviera luz propia.

    Ramn recoge el acorden y monta su caballo. Les grita: -Ustedes qu saben de msica. Olvdenlo. Despus, tras un relincho: -Y por qu me tutean, babosos.

    No saben quin soy? y mientras se aleja, dndoles la espalda: -Vyanse de aqu.

    Tengo que atender mi rancho. No tengo tiempo para pendejadas.

    110 111

  • Segundones

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    l

    -Ramn es un fracaso. Me acaban de decir que lo vieron hace poco en el supermercado, escogiendo tomates, en medio de seoras que no 10 reconocan. No cabe duda de que ya pas al olvido. Es un jas bin, un nbary. Ni modo, es el destino de los segundones.

    Camelia slo escucha. No tiene nada que opinar. Mnica escribe sin detenerse un momento. [as bin, n

    bary, le gustan esas palabras. Su patrn es un hombre de mundo. ; 1

    ~ 'J!

    Canciones para que regresen las ingratas 1,11

    I!

    Sucesin de xitos: Lospies de mi chata Las esposas sonas Te regalo este jaboncito Bala, detn su camino Aquel amigo que fuiste(s) Nuestros aosfilices Obla di, obla da Me suba la nube

    112 113

  • Pues cmo no si me sobra razn

    *,

    Un atardecer en la pradera. Sentado y recargado en un frondoso encino, escuchando el

    canto de los pjaros, el himno de la naturaleza, Ramn le saca unas melodas a su acorden. Una de esas viejas canciones de Los Relmpagos: Chaparrita pero chino.

    Sonre. A veces solloza. Pareceque slo le queda la msica. Su acorden y su msica. Abraza fuertemente a ese instrumento rojo y blanco, cada

    da con mayor fuerza. Algunas veces lo levanta en sus manos y observa el reflejo de

    los ltimos rayos solares en su armadura. Contempla ese fulgor. Acaricia la textura del acorden. Tanto tiempo juntos, caray, y no se haba dado cuenta de esa suavidad nica, como una camisa recin planchada.

    Nadie lo entiende en estos das. Su esposa quiere dejarlo. Los trabajadores del rancho lo abandonan. Camelia, ni siquiera una carta. Definitivamente, nadie lo entiende.

    Excepto. Quiz, Su acorden. -Yo no s por qu decimos el acorden. Es paradjico por

    que cualquiera que la mirara con detenimiento asegurara que es una acorden.

    114

    Ramn juguetea con ella. Se vuelca en la tierra con ella. La acerca a su cara, le habla bajito.

    -QI bonito brillas. Corren juntos. Se cae, dan vueltas. Se re. La acerca nueva

    mente a su cara. -Slo t me comprendes. Lentamente, Ramn le sacude el polvo y la prepara para re

    gresar a su casa. -Eres linda, eres pelirroja, tienes bonito cuerpo. Me parece

    que ya es hora de bautizarte. Ahora te vas a llamar Maril ... re gusta ese nombre?

    -Ya lo saba.

    115

  • 1Un actor se prepara

    iCorte! Se detiene la escena. Los actores y el personal tcnico estn

    molestos. El director intenta explicar otra vez: -Ya s que no eres actor, ya s que te cuesta trabajo. Con

    cntrate. No es diflcil. Se trata de una escena dramtica. Un incendio en la vecindad. Llegas. Dnde est tu hijo, dnde est tu querido Becerrito? Entras a tu casa en llamas, lo buscas. Los vecinos suspiran, los vecinos lloran. El momento ms dramtico de la pelcula es cuando sales con la cara manchada de ceniza. No puedes decir simplemente mi hijo, mi hijo como si fuera algo intrascendental. Tienes que hacer un esfuerzo, meterle filino Has odo hablar de Stanislavski? No importa. Busca dentro de ti, Cornelio. Recuerda algo triste, nunca has tenido una vivencia impactante? Invoca ese recuerdo. Mtele ganas.

    Aquella vivencia impactante

    ~l 1,~ 1

    ,111

    1 1'1I;I!I l' lll! 111Cornelio no sabe cmo definir lo que siente. Lleg a la casa !Ide Ramn y entr sin tocar la puerta. Estaba vaca la sala, la co

    cina y el bao. Subi a la recmara. La puerta entreabierta. Pudo ver a su amigo sobre la cama. Lo

    acompaaba Ramona, una muchacha de la escuela. Se besaban constantemente, con prisa, mordindose. La ropa en el piso, el uniforme de ella hecho bolas y arrugado junto a la cama.

    Esa Ramona le haba dicho a Cornelio, una vez, que le gustaba mucho, que si poda darle un beso. l no supo qu responder y lo consult con su mejor amigo.

    -Pinche vieja fea -dijo Ramn. Cornelio no sabe cmo definir lo que siente. Como coraje.

    Como despecho. Sale corriendo, saca su coleccin de cuarenta y dos canicas. Una por una, las lanza a un lugar lejano.

    1. 1,

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    116

  • ICuatro muertes hay en la vida

    Jos Alfredo sabe que a Cornelio no le gustan las altas velocidades; pero no puede resistirlo. En cuanto siente las manos en el volante de su auto deportivo, su pie reacciona en el acelerador.

    Mira la cara de su amigo, toda contrada por el terror. En algunas ocasiones Jos Alfredo quisiera ser como los per

    sonajes de las historias de O. Henry, esos que dan todo por la pareja o por el amigo, incluso lo que ms atesoran.

    Cornelio no se atreve a criticarlo. En un principio, casi sale de sus labios un comentario acerca de la brusquedad con que maneja Jos Alfredo, casi le dice: Ya ni la chingas, bjale, bjale. Pero conforme madura su amistad, Cornelio comprende que Jos Alfredo es un genio que muchas veces parece un nio, sediento de nuevas aventuras. Es una parte fundamental de la personalidad de su amigo. Criticarlo es atentar contra su esencia. El lado adulto de Jos Alfredo entendera la crtica y actuara responsablemente; el lado nio se arrugara como una hoja de papel desechada en un cesto.

    As que Cornelio guarda silencio, incluso cuando mira venir una curva muy pronunciada en la carretera y el auto sigue su paso firme a ciento ochenta kilmetros por hora.

    De pronto el pequeo auto deportivo hace su mejor esfuerzo para librar la curva.

    De pronto el auto ya no est en la carretera sino dando volteretas barranco abajo.

    De pronto Cornelio sale volando y azota junto a una roca. El auto y su chofer continan un descenso que parece in

    terminable. Cornelio, extraamente ileso, baja la barranca, arriesgando su

    vida, intentando rescatar a su amigo. El auto hecho trizas descansa en paz. No muy lejos,Jos Alfredo tirado sobre unas ramas, un hilo de sangre saliendo de una de sus orejas y de su boca.

    Cornelio abraza a Jos Alfredo. Alcanza a escuchar sus ltimas palabras: -Yo tambin hablaba con l.

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  • Un solo corazn y una sola mujer

    Durante el rodaje de su pelcula ms reciente, la primera actriz Sylvia Selene intenta seducir a Camelia.

    Camelia interpreta al indio cantor Tonatiuh; Sylvia personifica a Candelaria, la bella y rica (pero melanclica) hija de un poderoso hacendado.

    En un momento importante de la historia, Tonatiuh salva a Candelaria de una suerte peor que la muerte. La hermosa mujer, agradecida, le propina un beso al indio, ocasionando que ste se enamore de ella, la rapte e intente convencerla de su amor. Esto slo para llegar a un final trgico que har llorar a la mayor parte del pblico cinfilo.

    La escena requera un beso tierno. Sin embargo, la Selene se aprovech del momento y le plant a Camelia un tremendo beso en donde se involucraron labios, lengua y dientes, y que lleg a durar, segn cronmetros, seis minutos con treinta y cuatro segundos.

    Al final del beso, y ya para cuando el director haba dicho corte unas veinticinco veces, la voz grave de la Selene retumb a lo largo y ancho del estudio:

    -Q!1iero que seas mo, Camelia. Para el cantante, estas palabras fueron un gran halago, pero

    qu se hace despus de que te lanza un piropo la mujer ms piropeada del pas?