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pág. 12 NÚMERO • MAYO 2010 • • ISSN: 1999-8090 • $1.00 • 25 pág. 4 pág. 10 pág. 6-7 © andy paneque © fifa 2010 © cortesía de la entrevistada EDITORIAL ESTIMADOS LECTORES: Bienvenidos a Futbolandia, el país de los goles y de los jugosos negocios para las trasnacio- nales. Durante un mes muchos estare- mos pendientes de lo que acontezca en Sudáfrica. LA CALLE... ofrece un calenda- rio de los juegos y propone algunos co- mentarios, estadísticas e informaciones. Esta vez nos acompaña Cucu Diamantes, una de las artistas que participara en el histórico concierto Paz sin Fronteras , en la Plaza de la Revolución, ahora en visita de trabajo. Tony López reflexiona sobre el lugar que ocupan los trovadores en la programación radial del país. Como siempre, disfrutarán de las habituales secciones de Jorge Wejebe Cobo y de San- tiago Alba Rico. Otro de los ganadores del Concurso de Crónicas, el Ing. Ramón Pérez Aragón, presenta el texto premia- do. Queremos informarles además que nuestra publicación obtuvo recientemen- te, el Premio ondi diseño 2010, en el acá- pite de Comunicación Visual, otorgado a nuestros diseñadores Alexis Manuel Rodríguez Diezcabezas de Armada (10 k) y Ramiro Zardoya Sánchez ( Zardoyas) . Gracias... CM los cañones de bull 3 ausencia no quiere decir olvido 7 morir sin biografía 11 deporte la 18 economía del mundo futbolandia opinión música cubana copa mundial de fútbol sudáfrica 2010 música «he sido mi propia creación como artista» deporte calendario y datos históricos sobre el evento mundial su difusión: el gran reto cucu diamantes © zardoyas

25 - lamariposacubana.files.wordpress.com · una de las artistas que participara en el ... te, el Premio ondi diseño 2010, ... partimos según nos fuera indicado, por una especie

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NÚMERO

• MaYO 2010 •

• ISSN: 1999-8090 • $1.00 •

25pág.

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l Estimados lEctorEs: Bienvenidos a Futbolandia, el país de los goles y de los jugosos negocios para las trasnacio-nales. Durante un mes muchos estare-mos pendientes de lo que acontezca en Sudáfrica. La CaLLe... ofrece un calenda-rio de los juegos y propone algunos co-mentarios, estadísticas e informaciones. Esta vez nos acompaña Cucu Diamantes, una de las artistas que participara en el histórico concierto Paz sin Fronteras, en la Plaza de la Revolución, ahora en visita de trabajo. Tony López reflexiona sobre el lugar que ocupan los trovadores en la programación radial del país. Como siempre, disfrutarán de las habituales secciones de Jorge Wejebe Cobo y de San-tiago Alba Rico. Otro de los ganadores del Concurso de Crónicas, el Ing. Ramón Pérez Aragón, presenta el texto premia-do. Queremos informarles además que nuestra publicación obtuvo recientemen-te, el Premio ondi diseño 2010, en el acá-pite de Comunicación Visual, otorgado a nuestros diseñadores Alexis Manuel Rodríguez Diezcabezas de Armada (10k) y Ramiro Zardoya Sánchez (Zardoyas). Gracias... CM

los cañones de bull

3ausencia no quiere decir olvido

7morir sin biografía

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mismo nos acompañaba hasta el lugar exacto, que de sobra sabía él

cómo llegar hasta allí.Atendiendo al hecho

de que el carro demoraría todavía un par de horas en

llegar y en vistas de que no estábamos demasiado cansa-

dos y, sobre todo, que el lugar supuestamente no quedaba muy lejos, decidimos comprobar la exis-tencia de la posible manifestación

petrolífera, por lo que salimos rumbo a la casa del tal Hermenegildo, para que él u otro miembro de su fami-lia nos mostrara el sitio de la ocurren-cia del hidrocarbu-

ro, a fin de señalarlo en el mapa y reportarlo a nuestros colegas, los geólogos especializados en la pros-pección de petróleo y gas.

Volvimos a preguntar al denuncian-te a qué distancia estaba la casa de su compadre, y nos aseguró, con la certeza del que sabe bien lo que dice, que estaba muy cerca, como quien dice… «al cantío de un gallo». Al pedirle que, por favor, nos tradujese aquella medida tan criolla a otras unidades un poco más conven-cionales, nos dijo un tanto inseguro, ti-tubeando, como quien se adentra en te-rreno desconocido, que serían, más o menos…, unos dos kilómetros.

Nos despedimos de nuestros recien-tes amigos, con prodigalidad de afectos y efusivos estrechones de manos, y lue-go de dejar recado con ellos para que el chofer, cuando llegara, se adentrara por el camino hasta donde pudiese, a fin de tener que caminar menos al regreso, partimos según nos fuera indicado, por una especie de callejón o camino real, perfectamente transitable, que se exten-día perpendicularmente desde la carre-tera que une las urbes pinareñas de Candelaria y Bahía Honda, adentrándo-se en el lomerío con dirección al oeste franco, según señalaban nuestras brúju-las geológicas.

Caminamos unos treinta minutos a marcha forzada y con el sol de frente, intercambiando apenas algunos comen-tarios sobre lo hermoso del paisaje, y so-bre todo para saciar la insaciable curio-sidad de mi compañero sobre el nombre de estas o aquellas especies botánicas o de la fauna del lugar, las cuales pude sa-tisfacer muy rudimentariamente, en la misma medida de los conocimientos que sobre ambas ramas de las ciencias naturales entonces tenía, que eran mu-cho menores de los que hoy poseo, que son casi ningunos.

Pero bien, volviendo al tema que nos ocupa: deduciendo por el tiempo trans-currido y la velocidad desarrollada du-rante la marcha, que ya habíamos reba-sado ampliamente la distancia prevista de dos kilómetros, comenzamos a ex-trañarnos de que durante todo el trayec-to no hubiésemos tropezado con ningún vestigio de casas, ni con más señales de vida humana que sus esporádicas hue-llas en el camino. Por suerte, a los pocos minutos apareció un hombre a caballo que viajaba en sentido opuesto al nues-tro y que en respuesta a nuestro respe-tuoso y mesurado saludo de «buenas

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La CaLLeDeL MeDIOMaYO 2010

RaMÓN O. PÉReZ aRaGÓNIng. Geólogo. Investigador auxiliar Centro Investigaciones Geológicas

El pEquEño Gaz 69 se detuvo muy temprano al sur de la falla Pinar, es de-cir, en zona llana. Nosotros treparíamos la sierra por trillos y cañadas hasta salir, según lo planificado, exactamente al ca-serío de Cinco Pesos, ubicado en la ver-tiente sur de la Sierra del Rosario, donde el chofer nos recogería sobre las cuatro de la tarde.

Sin embargo, aunque prolongado y escabroso, el itinerario de comproba-ción de los rasgos geológicos interpreta-dos en las fotografías aéreas, resultó mucho menos complicado y agotador de lo que habíamos calculado, de manera que todavía no eran las dos y media y ya la pequeña expedición geológica inte-grada por un colega de nacionalidad ru-sa y quien esto escribe, se encontraba haciendo el resumen de la marcha en el portal de la Tienda del Pueblo del men-cionado villorrio, que por ser día do-mingo estaba cerrada, lo cual no impi-dió que un grupo de curiosos se congre-gara para ver lo que hacían «aquellos extraños», no ya lo que decían, porque la conversación entre ambos era en len-gua para ellos desconocida.

Como casi siempre sucede en tales casos, el más curioso o el menos tímido de los observadores no tardó en pregun-tar quiénes éramos, de dónde y en qué pasos andábamos por aquellos aparta-dos lugares. Conocidos los pormenores, un viejo campesino nos comunicó que no lejos de allí, cerca de la casa de su compadre Hermenegildo, había una «mina de petróleo» junto a un arroyo, donde el agua no se podía tomar «por el hedor y el sabor a podrido» que tenía.

Aunque se apartaba de nuestro obje-tivo, que era la búsqueda de minerales sólidos, nos interesamos por la historia, a pesar de que tenía todas las caracterís-ticas de carecer de fundamento.

Le hicimos al hombre algunas pre-guntas sobre la ubicación, lejanía y acce-sibilidad del lugar, a todo lo cual nos res-pondió que el sitio era conocido por to-dos los miembros de la familia de su compadre, que cualquiera de ellos nos daría razón, mejor de lo que él pudiera hacerlo, y que lamentaba estar en el em-peño de llevar un mandado a una hija suya que vivía en el pueblo, que si no, él

tardes», emitió un aspaventoso y prolon-gado ¡heyyyy!, especie de alarido musi-calizado, que asustó a mi extranjero ca-marada de tal forma, que únicamente por puras razones de ética, educación formal y respeto a las personas mayo-res, etc., la estruendosa carcajada que pugnó por salir, se ahogó en mi gargan-ta, trastocándose en apenas una amplia y cordial sonrisa.

Preguntado el señor de a caballo si conocía algo sobre la ubicación de la casa del tan mentado compadre Hermenegil-do, nos respondió, para nuestra sorpresa, «que sí, que la casa ya estaba muy cerca, ahí mismitico, como quien dice… al can-tío de un gallo, apenas un par de kilóme-tros, recto por el camino, sin desviarnos por ningún trillo, vereda o atajo». Dicho esto, agitó su mano sobre su cabeza en se-ñal de despedida, picó espuelas y se alejó veloz camino abajo. No nos faltaron de-seos de seguirlo, pero nos contuvimos, pensando que por lejos que estuviera la casa del compadre, ya estaría mucho más cerca que nuestro lugar de partida, y ade-más, haber caminado más de la mitad del camino en balde, no era cosa que nos agradara en modo alguno.

Anduvimos en silencio durante otra media hora hasta que dimos con una ca-sa de tablas de palma y techo de guano, pero por más que llamamos no salió un alma, y como las características de la mo-rada no coincidían con la descripción que teníamos de la de nuestro interés, que según el denunciante era de madera pintada y techo de tejas, seguimos nues-tro camino sin desalentarnos… del todo.

Al cabo de otra media hora de mar-cha, cuando ya comenzábamos a sentir los rigores del cansancio, nos tropeza-mos con una señora que resultó ser la dueña de la casa que habíamos dejado atrás, la cual, con la timidez, pero tam-bién con la amabilidad que caracteriza a las damas de monte adentro, nos comu-nicó que estábamos en el rumbo correc-to y que continuando por él, pronto lle-garíamos a la casa de Hermenegildo, que estaba «cuando mucho y más… a un par de kilómetros».

Al oír aquella respuesta, debo confe-sar que un extraño escalofrío me reco-rrió la espina dorsal, de hecho, no me sentí con valor de traducirle la informa-ción a mi sudoroso y sofocado colega, por temor a que le diera un síncope, una apoplejía o algo por el estilo y, por qué no decirlo, horrorizado por la sola idea de tener que cargar con su desfallecido corpachón que andaba muy cerca de las 200 libras. E hice muy bien, porque esta vez no habíamos caminado ni diez mi-nutos cuando divisamos, con mucha ale-gría, una preciosa casita de madera pin-tada de blanco, con azules puertas y ven-tanas, y con una hermosa y colorada cubierta de tejas francesas. ¡Nunca una casita de campo me pareció tan bella! Mas, la alegría, como en la casa del po-bre, duró muy poco, porque la preciosa casa del escurridizo compadre Herme-negildo, que no podía ser otra, estaba cerrada con un gran candado y, por no haber, no había allí ni perro ni gato.

Completamente desalentados, nos sentamos en el borde alto del portal, a fin de descansar un poco el maltrecho esqueleto, pues en la impaciencia de ha-llar de un momento a otro la dichosa ca-sucha, habíamos hecho todo el recorri-do de un solo tirón.

Sacamos y desplegamos sobre el pi-so el mapa de la región, y con ayuda de las fotos aéreas, ubicamos el lugar exac-to donde nos encontrábamos, gracias a que a unos pocos metros de la vivienda

se hallaba el camino real, el cual era cru-zado por un arroyo, y todos estos ele-mentos, incluida la casa, estaban repre-sentados en la hoja topográfica. Medi-dos en línea recta sobre el mapa, habíamos caminado poco más de 8 kiló-metros y medio en poco menos de hora y media. Decididamente, nuestros luga-reños amigos no tenían la menor idea de lo que era un kilómetro, ¡mucho menos dos! En cuanto al «cantío del gallo», no nos habían aclarado, como nos dijera entre risas nuestro chofer cuando nos recogió poco tiempo después, que era «con el gallo bajo el brazo».

Pero no estaría completa la historia si no les contara que, queriendo refres-car y lavarnos un poco, después de tan maratónica jornada, nos dirigimos con mi amigo hacia el cercano arroyo, cuya orilla era bastante baja, enyerbada y pantanosa, por lo que nos vimos obliga-dos a bordearlo un largo tramo, tratan-do de encontrar el lugar más asequible. En eso estábamos cuando escuché a mis espaldas que mi colega ruso invocaba en la lengua de los zares –la misma que perfeccionara el gran Lomonósov– a la madre de no se quién, pero con epítetos tales que hubiesen hecho ruborizar al mismísimo zapatero1 de la corte de Iván El Terrible. Al volverme, pude ver que mi compañero había literalmente «meti-do la pata», hasta las mismas verijas, en el negro y pestilente barro de la rivera, y al acudir presto a socorrerlo, reprimien-do por segunda vez en la tarde una so-nora carcajada que esta vez no se atre-vió siquiera a convertirse en sonrisa, quedamos ambos estupefactos al obser-var, una vez retirada la empantanada extremidad, que una pátina iridiscente se ensanchaba, extendiéndose ondulan-te y centrífugamente, en verdadera or-gía de colores alrededor del hoyo dejado por aquella, mientras que unas burbu-jas acompañadas de una especie de gra-sa de color parduzco afloraban unas tras otras a la superficie y despedían, al re-ventarse, el fuerte y característicamente desagradable olor del azufre. Mayor aún fue nuestro asombro, cuando al acercar un palito embadurnado con aquella sus-tancia a la llama de la fosforera, pudi-mos constatar que ardía y chisporrotea-ba sencilla y llanamente como lo que era, ¡petróleo!

Con la cazoleta de una de nuestras cantimploras de campaña, recogimos una buena muestra de aquella grasa combustible y la vertimos en una bote-lla de vodka vacía, la cual cerramos y hermetizamos con la parafina que obtu-vimos de un cabo de vela, que de todo hay en la mochila de un geólogo; la eti-quetamos con todos los datos y la deja-mos lista para llevarla a los laboratorios centrales en La Habana. Les mentiría si no confesara que íbamos llenos de ex-pectativas ante lo que pudiera ser un gran descubrimiento, ¡nuestro gran des-cubrimiento!

Y en efecto, una gran sorpresa nos esperaba al llegar a La Habana, pero no la que esperábamos. Más bien lo que nos llevamos fue el gran fiasco, porque «descubrimos» que aquella manifesta-ción había sido reportada por un geólo-go de origen iraní que había trabajado en Cuba para la Standard Oil Company, nada más y nada menos que en el año 1947 de Nuestro Señor Jesucristo. Como quien dice… el otro día… pudiera decir-se que... «¡al cantío de un gallo!» CM

1 Atribúyesele a los zapateros (zapozhniki) la dudosa virtud de ser las personas más malhabladas del idioma ruso. (n. del a.)

Petróleo al cantío de un gallo

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JORGe WeJeBe COBO

al atardEcEr del 22 de mar-zo de 1990, el doctor Gerald Bull, un canadiense considera-do el mejor especialista mun-dial en el diseño de caño-nes, abrió la puerta de su departamento en Bru-selas y recibió cinco disparos mortales en la cabeza y el cuello. La ejecución fue rápida. Los asesinos actuaron con asombrosa rapidez utilizando armas con si-lenciadores.

La mayoría de las ver-siones sobre el homicidio co-inciden en que Bull fue asesi-nado por el Mossad –servicio secreto israelí–, ya que colabo-raba con Iraq en el desarrollo de cohetes y grandes cañones capaces de alcanzar el territo-rio hebreo con armas de exter-minio masivo. De esta forma lo explica el investigador Gordon Thomas, muy relacionado con el espionaje israelí, en su libro Gideon’s Spies. No obstante, la verdad no es tan simple.

Gerald Bull nació en 1928 en Ontario, Canadá, y se gra-duó en el Instituto de Aerofísi-ca de la Universidad McGill de Toronto. En 1951 comenzó a tra-bajar en un programa secreto de desarrollo de aviones y misi-les supersónicos de su país.

El joven ingeniero propuso una nueva concepción para el diseño de grandes piezas de ar-tillería, modificadas para lan-zar proyectiles más ligeros que los convencionales y asistidos con propulsores de cohetes, lo que multiplicaba el alcance de estos con igual cantidad de car-ga impulsora.

En 1962, el Pentágono co-menzó a colaborar en las inves-tigaciones y, bajo la dirección de Bull, se construyó un cañón especial que unía dos antiguas piezas navales de 40 centíme-tros, capaz de disparar proyec-tiles con un alcance y altitud de

180 kilómetros, y de poner en órbita pequeños satélites.

A pesar de los éxitos, en 1967 los gobiernos de Canadá y de Estados Unidos dejaron de apo-yar el proyecto, posiblemente por considerar que los grandes cañones fijos eran muy vulnera-bles ante un ataque aéreo y te-nían poca capacidad de carga para llevar satélites al espacio.

Bull consiguió transferir el resultado de las investigaciones hacia su propia empresa, la Spa-ce Research Corporation, y en la década de los 70 inició entonces sus actividades independientes, dirigidas a obtener fondos para perfeccionar las piezas de arti-llería de quien contratara sus servicios, con lo cual se inició en el sórdido mundo de los trafi-cantes de armas y de tecnología bélica.

El síndrome de los BM-21Una de los primeros clientes

de su nueva empresa fue Sudá-frica, que se encontraba com-prometida en una guerra de agresión a Angola y necesitaba modernizar sus sistemas artille-ros. Gerald Bull cerró el negocio en una entrevista con el general Pieter Van Der Westhuizen, jefe

de la inteligencia sudafricana, a quien fue presentado por el tra-ficante de armas Mark Thatcher –hijo de la ex primera ministra de Inglaterra Margaret That-cher–, según cuenta el israelí Ben-Menashe, ex oficial de la inteligencia de su país, en su obra Profit of War.

Los militares sudafrica-nos seguramente tomaban en cuenta la experiencia de la batalla en el Valle de Qui-fangondo, donde las tropas internacionalistas cubanas habían estrenado en no-

viembre de 1975 las piezas reactivas soviéticas BM-21 con letal efectividad, aniquilando con sus salvas a una columna de tropas mecanizadas integradas por soldados de Zaire, mercena-rios europeos y títeres angola-nos que avanzaban sobre Luan-da para evitar la proclamación de la independencia de Angola el 11 de noviembre.

La poderosa arma, nunca antes utilizada en África, se con-virtió durante toda la guerra en una pesadilla para los sudafri-canos y sus aliados, quienes sen-tían un incontrolable terror al escuchar el característico zum-bido de esos proyectiles sobre las cabezas, lo que prefiguraba una muerte segura.

El científico canadiense di-señó el obús remolcado G-5 de 155 milímetros, con alcance su-perior a los 30 km, para el que perfeccionó la aerodinámica de los proyectiles, el casquillo im-pulsor y la proporción entre el largo y el calibre del tubo, entre otras mejoras. La industria bé-lica sudafricana inició la cons-trucción en serie y desarrollo de estos cañones, los cuales se convirtieron en el sistema prin-cipal de su artillería.

Con el régimen racista tam-bién colaboraron la Agencia

Central de Inteligencia de Esta-dos Unidos (CIA), la cual aplicó un amplio programa de accio-nes encubiertas para el apoyo en armamento y recursos a los movimientos títeres, y el go-bierno zairense, opuesto al go-bierno angolano.

La aventura africana de Ge-rald Bull culminó en 1980, cuan-do fue procesado por la adminis-tración del presidente James Car-ter y condenado a prisión por tráfico de armas con Sudáfrica, país que se encontraba bajo un bloqueo de la ONU para la ad-quisición de armamento. Des-pués de cumplir algunos meses de detención, el ingeniero cana-diense se estableció en Bélgica para continuar con sus negocios.

Triple juegoEl 22 de septiembre de 1980,

Iraq invade a Irán con el pre-texto de una antigua disputa te-rritorial. Estados Unidos y sus aliados europeos comienzan a facilitar a los invasores créditos bancarios, armas, materias pri-mas e información de inteligen-cia sobre las fuerzas iraníes, con el propósito de que las tro-pas de Saddan Hussein destru-yeran a la revolución iraní, la cual había derrocado al régi-men monárquico del Sha, alia-do estratégico de Estados Uni-dos, y quien había sido llevado al poder mediante la Opera-ción «Ajax» de la CIA en 1953.

Nuevamente las operacio-nes de la CIA y los intereses de Bull coincidieron en el sórdido contexto de tráfico de armas y guerras secretas que se desa-rrollaba alrededor de esa con-flagración, cuando Bull vende sus conocimientos a las fuerzas armadas iraquíes para desarro-llar sus misiles y construir gi-gantescas piezas de artillería. También al científico se le hace

responsable por el perfecciona-miento de los cohetes Scud so-viéticos que poseía Iraq, los cuales pudieron alcanzar terri-torio israelí durante la primera Guerra del Golfo de 1991.

Paralelamente, Estados Uni-dos –de forma encubierta– facili-tó la venta de armas a Irán, y el dinero obtenido en esas transac-ciones fue utilizado para sufra-gar las agrupaciones armadas que luchaban contra el gobierno sandinista en Nicaragua. Tam-bién esos fondos fueron utiliza-dos para el tráfico de drogas. En 1987 la prensa hizo pública la operación, lo que dio origen al conocido «escándalo Irán-Con-tras» de la administración del presidente Ronald Reagan. Este triple juego de la administración estadounidense y la CIA estimu-ló el desarrollo de la contienda que duró ocho años y costó más de un millón de muertos, la ma-yoría iraníes, además de grandes pérdidas materiales.

Días después de la muerte de Bull, fueron detectados en Turquía embarques de tuberías de acero destinados a la indus-tria del petróleo de Iraq, los cua-les fueron considerados parte de los cañones diseñados por él; 150 metros de estos tubos de más de 40 cm de diámetro em-potrados en la cara de una coli-na en Irak fueron presentados por las tropas de ocupación de Estados Unidos en 2003 como restos de estos artefactos.

En contraste con la abun-dancia de evidencias sobre la co-laboración de Gerald Bull con el régimen de Saddan Hussein, la justicia belga no ha podido es-clarecer el caso ni encontrar a los homicidas, como es usual en los asesinatos relacionados con intereses de la seguridad nacio-nal de Estados Unidos e Israel en el viejo continente. CM

Los cañones de Bull

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a.a.G.

El poEta salvadoreño Roque Dalton nació el 14 de mayo de 1935. Hizo estudios de Derecho y Antropología. Su actividad re-volucionaria contra los regíme-nes represores de El Salvador lo llevó varias veces a la cárcel, en la cual sufrió torturas y vejacio-nes y de la que, condenado a muerte, logró escapar en más de una ocasión. Pasó gran parte de su vida exiliado en distintos paí-ses. Además de la poesía, cultivó el periodismo, el ensayo, la dra-maturgia y la novela. En tres ocasiones ganó el Premio Cen-

troamericano de Poesía y, en 1969, obtuvo el Premio Casa de las Américas con su libro de poemas Taberna y otros lugares. En Cuba se vinculó a esta insti-tución y formó parte del Conse-jo de Colaboración de la Revista Casa. Trabajó, además, en Pren-sa Latina y Radio Habana Cuba. Su poesía ha alcanzado gran re-conocimiento a nivel continen-tal y en otras partes del mundo. Junto a la noticia de su muerte, ocurrida el 10 de mayo de 1975, la CIA difundió viles calumnias sobre él para empañar su ejem-plo de intelectual comunista.

Roque Dalton

INCLUYE POEMAS DE... · 27 años ·

Es una cosa seriatener veintisiete añosen realidad es una de las cosas más serias en derredor se mueren los amigos de la infancia ahogada y empieza a dudar uno de su inmortalidad.

· arte poética 1974 ·

Poesíaperdóname por haberte ayudado / a comprenderque no estás hecha / sólo de palabras.

© a

rch

ivo · el espejo

para el vampiro ·

Para descubrir a un burócrataplantéale un problema ideológico.

El rostro del problemano se reflejará en el burócrata.El rostro del burócratano se reflejará en el problema.

· el amor ·

El amor es mi otra patriala primera no de la que me ufano la que sufro.

· paráfrasis ·

Dos patrias tengo yo:Cubay la mía.

· la certeza ·

(Sobre una idea de V. G.)

Después de cuatro horas de tortu-ra, el Apache y los otros dos cuilios le echaron un balde de agua al reo para despertarlo y le dijeron: «Manda a decir el Coronel que te va a dar un chance de salvar la vi-da. Si adivinas quién de nosotros tiene un ojo de vidrio, te dejare-mos de torturar.» Después de pa-sar su mirada sobre los rostros de sus verdugos, el reo señaló a uno de ellos: «El suyo. Su ojo derecho es de vidrio.»Y los cuilios asombrados dijeron: «¡Te salvaste! pero ¿cómo has po-dido adivinarlo? Todos tus cheros fallaron, porque el ojo es america-no, es decir, perfecto.» «Muy senci-llo –dijo el reo, sintiendo que le ve-nía otra vez el desmayo– fue el único ojo que no me miró con odio.»Desde luego, lo siguieron tortu-rando. CM

en especial, a través de los medios de co-municación y la publicidad de marcas de ropa deportiva.

Tal panorama no difiere mucho de lo que gana y motiva a la FIFA en cada Copa del planeta. Una esmerada organi-zación de la sede, confort de hoteles, pre-cios cada vez más caros de las entradas, patrocinadores poderosos, ventas de souvenirs, derechos de televisión, licen-cias para comercializar productos fut-bolísticos, turismo de ocasión, entre otros, reportan a la FIFA más de 2 mil millones de dólares en ganancias netas, sólo en esos 30 días.

Sin embargo, si sumáramos todo el dinero que circula en cada liga, en cada país, en cada club, sea en salarios, publi-cidad, comercio, inversiones, derechos de transmisión, comercialización de fi-guras y productos, etc., y lo representá-ramos como un país llamado Futbolan-dia, con Producto Interno Bruto (PIB) de casi 550 mil millones de dólares anua-les –datos del 2009 de la propia FIFA–, este imaginario país ocuparía el lugar 18 en la economía mundial, según las ci-fras actualizadas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mun-dial. (ver gráfico)

Más de una consultora internacional en materia financiera ha revelado que el sector de los deportes (incluidos también el baloncesto, el béisbol, el tenis, el golf, el automovilismo y el boxeo, por sólo citar algunos de lo más pagados) genera dos veces más ganancias que el poderoso

producto intErno bruto (pib) datos dEl fmi y dEl banco mundial, 2009

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JOeL GaRCÍa

EstE 11 dE junio descorrerá su cortina, por vez primera en África, una Copa Mundial de Fútbol –la xix– o simple-mente el Mundial (como si con esa de-nominación quedaran sin efecto simila-res campeonatos del resto de las disci-plinas), el de los goles increíbles, las jugadas mortíferas, las gambetas elec-trizantes, las sorpresas competitivas y el delirio de millones de personas.

Todos coinciden en que el brasileño Joao Havelange, quien llegó en 1974 a la presidencia de la Federación Internacio-nal de Fútbol Asociado (FIFA), fue la persona que convirtió este deporte en el negocio más próspero entre todos los reconocidos por el Comité Olímpico In-ternacional (COI). Sin embargo, hay un nombre clave en la creación de esta in-dustria del deporte: Horst Dassler, pri-mogénito de Adolf Dassler, el fundador de Adidas.

Dame un balón y moveré millonesAntes de entrar directamente en el

lado menos visible pero determinante de cada Copa Mundial de Fútbol desde 1978 –la primera que preparó Havelan-ge–, analicemos la composición de in-gresos de las federaciones nacionales en cuatro países clave para esta disciplina: Inglaterra, Italia, España y Argentina.

Los derechos de televisión, el pago de la publicidad y los patrocinadores, la transferencia de jugadores y hasta el in-greso al espectáculo (entiéndase boletos a los estadios) son los platos fuertes del entramado. De ahí que el fútbol español es, lógicamente, el de más alto porcenta-je de ingresos por competiciones y dere-chos de televisión; en tanto los argenti-nos siguen siendo uno de los mayores abastecedores para ese fútbol europeo, el cual obtiene los mayores dividendos en la transferencia de jugadores.

Es preciso entender este fenómeno dentro de un esquema de exportación de mercancías (en este caso, jugadores) de América Latina (o de África) hacia el norte europeo desarrollado, donde se alcanza la verdadera ganancia a partir de su venta y la promoción de la «mer-cancía» de todas las maneras posibles,

renglón automotor y siete veces más que la industria del cine.

Según el informe elaborado por la consultora internacional Deloitte & Tou-che, llama la atención igualmente que el PIB de las últimas 79 naciones del plane-ta –de las 179 reconocidas–, no alcanza todavía el volumen de negocios que hoy tiene Futbolandia. Fortuna que además crece por certamen, por año.

Los números sorprendentes de AlemaniaLos germanos sí estuvieron claros

desde el principio sobre los ingresos y beneficios que aportaría la sede de la justa del orbe en 2006. Ellos mismos se encargaron, finalmente, de divulgar las interioridades mínimas que en el plano económico, no deportivo, recibieron.• 2,5 millones de turistas entre junio y

julio de 2006.• 100 mil empleos creados.• 1 000 dólares como mínimo gastaron

adicionalmente cada día los turistas.• 3 700 millones invirtió el gobierno

alemán en ensanchar la red vial.

• 3,2 millones de personas asistieron a los estadios, de los cuales cerca de la mitad eran extranjeros.

• 19 millones recibió el equipo ganador.• 750 mil recibió cada uno de los 32

equipos, sólo para participar.• 16 900 dólares costó cada segundo

comercial en la transmisión de la fi-nal, un 143 % más que lo costó que en el Mundial de Corea-Japón 2002.

• 500 millones pagaron los 15 patroci-nadores oficiales.

• El ticket de entrada para el partido final costó 363 dólares.

• Adidas ganó 1 200 millones en la co-mercialización de productos relacio-nados con el Mundial, en especial, 10 millones de balones y 1,5 millones de camisetas.

• 30 mil millones de personas vieron el mundial por TV, lo que representó cinco veces la población mundial.

• 200 licencias vendió la FIFA para co-mercializar el mundial a través de 300 productos.

• 33 000 euros cobró cada árbitro mun-dialista por concepto de prima y viá-ticos.

El último penaltiDe que el fútbol es hoy el negocio

más dinámico, efectivo y millonario de cuantos hay en la industria del deporte, a nadie le quedan dudas. De ahí que el precio sea tan alto cuando un atleta se equivoca (no olvidemos el número de ju-

gadores que han sido asesina-dos por apostadores tras un autogol), o un manager no logre salir airoso en un tor-

neo importante, o simple-mente el rendimiento del equipo

baje en momentos en que todos espera-ban grandes definiciones. Los penaltis son quizás el ejemplo clásico.

Es cierto que el dinero que Futbolan-dia recibirá después de Sudáfrica 2010 se repartirá, en suma nada despreciable, entre las federaciones nacionales, al tiempo que se implementarán cursos de solidaridad olímpica por continentes, se organizarán más torneos por invitación, por sólo mencionar el destino más común y sano desde la lejana cita del orbe en tierra argentina, en 1978.

La Copa Mundial de este año se inicia con el pitazo del árbitro principal en el juego México-Sudáfrica. Saltemos, brin-quemos de alegría con nuestra selección de preferencia, pero no olvidemos que estamos siendo espectadores de un gran montaje, en el que desde el balón hasta la última camiseta llevan sobre sí el pe-so del entusiasmo y la alegría de mil-lones, pero a la par, son piezas ya bien engranadas en el motor de la reproduc-ción económica, de la ganancia a toda costa. CM

estadosunidos

japón china alemania francia reinounido

italia brasil españa canadá rusia india australia méxico coreadel sur

holanda turquía futbo-landia

15 00014 00013 00012 00011 000

10 0009 0008 0007 0006 0005 0004 0003 0002 0001 000

14 266

5 0484 757

3 235

Futbolandia la 18 economía del mundo

2 634 2 198 2 089 1 481 1 438 1 319 1 254 1 242 920 866 800 789 593 550

pib (miles de

millones)

países

© z

ard

oyas

5

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pO

Rt

E

La CaLLeDeL MeDIOMaYO 2010

H. ROMO SIGLeR

cuando apEnas nos separan diecinueve días para el comien-zo de Sudáfrica 2010 –evento de-portivo que, sin exagerar, prác-ticamente paraliza el planeta–, muchos comienzan a llamarle «la Copa de las Sorpresas». Y es que en realidad antes de que eche a rodar el balón Jabulani, con sus once tonalidades –en alusión doble al número de len-guas oficiales de la nación aus-tral y a los miembros de cada elenco sobre la cancha, cuya de-nominación significa además «celebración» en zulú–, miles de aficionados han quedado atóni-tos ante la exclusión de figuras consideradas cracks del futbol internacional.

¿Dt convertidos en dioses? Evidentemente, la polémica

por la ausencia de íconos en tor-neos de renombre, no surgió con las relaciones iniciales anunciadas por los directivos de los principales conjuntos rum-bo a la fiesta africana. Baste sólo recordar, en la historia reciente, las críticas interminables susci-tadas en la prensa brasileña por la no aparición de Romario en-tre los convocados a Corea-Ja-pón, en el 2002. Debate que in-volucró, sumándose al respaldo brindado por el público, al con-trovertido delantero carioca, al mismísimo presidente Fernan-do Henrique Cardoso.

Más recientemente –en la Eurocopa del 2008–, Raúl Gon-zález, «El Ángel del Madrid»–goleador emblemático de la Champions y varias veces «Pi-chichi» de los ibéricos– no fue llamado a participar en el cer-tamen continental. Ambos, Luis Felipe Scolari en el primer caso, y Luis Aragonés, se man-tuvieron firmes ante el venda-val desatado por sus decisio-nes. Al final, tanto «Felipao» co-

mo el hispano, obtuvieron las recompensas más preciadas: la quinta corona para los del gi-gante suramericano y el primer gran éxito para los peninsula-res, luego del triunfo, a nivel hemisférico y con Aragonés co-mo integrante, en 1964.

¿Otra vez la fascinación maradoniana?Si hay alguien dentro de un

campo de juego, en cualquier función, capaz de despertar las opiniones más encontradas, es Diego Armando Maradona. Con el «Pibe de Oro» no exis-ten medias tintas: genera amo-res a toda prueba en sus segui-dores y levanta ronchas entre los adversarios. No sólo consi-guió lo inimaginable con una pelota –en mi opinión el más grande y espectacular futbolis-ta de todos los tiempos–, sino que, con la palabra, expuso sus argumentos como ráfagas leta-les a sus contrincantes. Entre-vistado años después de sus míticas dianas contra Inglate-rra, en México 86, espetó sin ta-pujos: «La mano de Dios, je… ¡Ni los fotógrafos pudieron ver qué pasó! Y Shilton, que ahí salta con los ojos cerrados, se ofendió, no me invitó a su par-tido de despedida. ¡Mira cómo tiemblo, el partido de despedi-da de un arquero! Me gustó es-te gol, me gustó casi tanto como el otro. Sentí que les estaba ro-bando la billetera a los ingleses, justo después de las Malvinas.»

Ahora –incluyendo a Ariel Garcé y dejando afuera al de-lantero Ezequiel Lavezzi del Nápoles, a los interistas Javier «El Pupy» Zanetti y Esteban «El Pucho» Cambiasso, al igual que a Fabricio Coloccini del New-castle británico, Jesús Dátolo del Olympiacos Griego, y Se-bastián Blanco del Lanús–, ex-presó con ecuanimidad: «Si hay

alguien que me dolió no convo-car, ese fue Lavezzi, que se me-recía estar, pero tuve que elegir a 23. No llamé a nadie de los que se quedaron fuera.» Más tarde, refiriéndose al disgusto que pu-dieron sentir algunos al no for-mar parte de la lista definitiva, apuntó: «Yo también me enojé con César Menotti cuando me excluyó del Mundial del 78.»

Una vez más, el niño de Vi-lla Fiorito asume riesgos. Si al final, como él lo hizo, Messi le-vanta el trofeo el 11 de julio, Diego Armando trascenderá en Argentina el umbral de lo le-gendario, convirtiéndose, invo-cando a Carpentier, en fabula-ción real maravillosa.

Dunga ¿héroe o villano?Con un conjunto catalogado

como «el menos brasileño de los auriverdes», el capitán del 94 también tomó la sartén por el mango al escoger su alineación, pues no cuenta con los servicios de Ronaldinho, «El Emperador» Adriano; Alexander Pato, o los actuales «fenómenos» del San-tos, Neymar y Paulo H. Ganso. El actual milanista, sin discu-sión, titular en cualquiera de las nóminas restantes. Con la mis-ma frialdad con la que condujo a sus compañeros a la victoria por penales, frente a Italia, en el Mundial de ese año, le explicó a la prensa: «El lobby que se hace para que algunos jugadores es-tén en la selección, en ningún momento me deja nervioso ni me frustra.»

Los Campos Elíseos y la Plaza Navona se abren a la juventudLos galos prescindieron,

con posterioridad a su agónica e impugnada clasificación ante Irlanda, de David Treseguet, Patrick Vieira y el talentoso Ka-rin Benzema. Como si fuera

Roja de Villa, Torres, Casillas e Iniesta como la máxima favorita junto a Brasil. El otrora técnico del Real Madrid sólo excluyó a Marcos Senna, Santi Cazorla y David Guiza; en tanto que, en acto de justicia, les otorgó pasa-portes a los «culé» Víctor Valdés y Pedro Rodríguez.

Del resto de los que presen-ciarán por televisión cómo la mascota oficial danza al ritmo del Diski (baile concebido para la competición), sobresalen, por la no clasificación de sus países, el sueco Zlatan Ibrahimovic, el ucraniano Andrei Shevchenko, el ruso Andrei Arshavin y el búl-garo Dimitar Berbatov. Cuando el leopardo Zakumi salude en el Soccer City de Johannesburgo a los «Bafana-Bafana», anfitrio-nes, y a los integrantes del «Tri» mexicano, ataviados con sus prendas de negro –en una inver-sión de 80 millones de dólares ejecutada por el emporio Adi-das con el fin de presentar una novedad que renueve los tradi-cionales colores blanco y guinga de los aztecas–, cada uno de ellos, a no dudarlo, sentirá nos-talgia.

Más doloroso serán los ca-sos del guaraní Salvador Caba-ñas –quien se recupera de un grave incidente en el que reci-bió un balazo en la cabeza–, el portugués Bosingwa o el capi-tán teutón Michael Ballack. Es-te último vio quebrarse su tobi-llo derecho por la entrada apa-ratosa del ghanés, nacido en un suburbio berlinés, Kevin Prin-ce Boateng. Unos días después, la FIFA autorizó al atleta de 23 años, a desempeñarse por el país natal de su padre.

En todos los casos, si bien no palparán la alegría conta-giosa de un continente noble, los amantes del «deporte más hermoso» no lanzarán a saco roto los éxitos anteriores de di-chas luminarias. CM

poco, acaba de anunciarse que, al concluir la justa, el vilipen-diado Raymond Domenech abandonará la conducción de «Les Bleus» y cederá su lugar a Laurent Blanc. Con esos true-nos y los rumores que se filtran entre bambalinas de que Hen-ry cruzará el Atlántico para desembarcar en la MLS, será difícil encontrar la serenidad necesaria. Que París valga una misa –en materia balompédi-ca– pasará esta vez, probable-mente, por los pies de Ribery y el empuje de Malouda, con sus quince perforaciones y doblete incluido en el Chelsea.

Los actuales campeones, por su parte, aplicaron una renova-ción generacional que marginó a los romanos Francesco Totti y Luca Toni; al «poeta» Antonio Cassano, de la Sampdoria; a Ma-rio Balotelli del Inter y al ariete de la Vecchia Signora, Alessan-dro del Piero. Contradictoria-mente, sus aspiraciones segui-rán pendiendo de la seguridad de su cancerbero Gianluigi Bu-ffon, el centrocampista Genna-ro Gattuso (los dos con 31 años), y del defensa de 36, Fabio Can-navaro. No en balde se asegura que jóvenes tifossi lanzan por es-tos días monedas a la Fontana de Trevi invocando que, la Squa-dra Azzurra dirigida por Marce-llo Lippi –el Paul Newman del Calcio– retome la fortuna que la proyectó a ganar más de 30 par-tidos consecutivos.

De Cibeles a Trafalgar SquareSi bien la armada británica,

con su timonel Fabio Capello, congregó sin sorpresas a todas sus estrellas disponibles, Mi-chael Owen y David Beckham permanecen lesionados. El «bi-gotón» Vicente del Bosque re-unió un verdadero ejército, de tal magnitud, que la mayoría de los expertos sitúan a la Furia

Ausencia no quiere decir olvido

michael

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1954suiza

1958suecia

1962 19701934italia

1938francia

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CALenDARio De LA xix CoPA MunDiAL

uruguay

La CaLLeDeL MeDIOMaYO 2010

año

sede

cam

peón uruguay italia italia uruguay alemania brasil brasil inglaterra brasil

historia de las 18 copas mundiales de fútbol

sudáfrica| rsa |

grupo a

méxico| mex |

uruguay| uru |

francia| fra |

11 de junio | e. soccer cityvs.

11 de junio | e. green pointvs.

16 de junio | e. loftus versfeldvs.

17 de junio | e. peter mokabavs.

22 de junio | e. royal bafokengvs.

22 de junio | e. free stadevs.

fase clasificatoria12 de junio | e. ellis park

vs.

12 de junio | e. nelson mandelavs.

17 de junio | e. soccer cityvs.

17 de junio | e. free stadevs.

22 de junio | e. durbanvs.

22 de junio | e. peter mokabavs.

octavos de final

guillermo stábile8 oldrich

nejedly5 leônidas da silva8 ademir9 sándor

kocsis11 just fontaine13 garrincha

flórián albertvalentín k. ivanovdrazan jerkovic leonel sánchezvavá

4 eusébio9 gerd müller10

crackpresenta partes semi-cuadradas

federale 102se disminuye el pique sobre la superficie

allen super duplo-tcámara con válvulaque se infla por inyección

super duplo-tcompuesto por 15 paneles

swiss world championprimer balón que se tintó de color

top starcompuesto con 24 paneles

modelo-tcompuesto por 12 paneles

telstarfue fabricado de cuero y cocido

challenge 4-starcompuesto con 25 paneles

argentina| arg |

nigeria| ngr |

corea del sur | kor |

grecia| gre |

grupo binglaterra

| eng |estados

unidos | usa |argelia

| alg |eslovenia

| slo |

grupo calemania

| ger |australia

| aus |serbia

| srb |ghana

| gha |

grupo d

12 de junio | e. royal bafokengvs.

13 de junio | e. peter mokabavs.

18 de junio | e. ellis parkvs.

18 de junio | e. green pointvs.

23 de junio | e. nelson mandelavs.

23 de junio | e. loftus versfeldvs.

13 de junio | e. durbanvs.

13 de junio | e. loftus versfeldvs.

18 de junio | e. nelson mandelavs.

19 de junio | e. royal bafokengvs.

23 de junio | e. soccer cityvs.

23 de junio | e. mbombelavs.

prim. a seg. b prim. c seg. d seg. cprim. d

26 de junio | e. nelson mandela vs.

26 de junio | e. royal bafokeng vs.

27 de junio | e. free stade vs.

seg. a

27 de junio | e. soccer city vs.

ubicación de las ciudades y estadios de fútbol en sudáfrica

1 2 3 4

v. 1v. 6v. 5

2 de julio | e. nelson mandela vs.

v. 2

2 de julio | e. soccer city vs.

a b

semifinales

v. b v. A

6 de julio | e. green point vs.

s. 1

3er. lugar

p. s1

vs.

campeónp. s2

10 de julio e.n.mandela

estadiofree state48 000 capacidades

3

estadiogreen point70 000 capacidades

1estadionelson mandela49 500 capacidades

2

estadio ellis park70 000 capacidades

4estadiosoccer city 94 700 capacidades

5

7

nuevos estadios

estadios existentes

64 partidos • 32 equipos •

El campeonato estará dividido en dos fa-ses: en la primera, se conformarán 8 gru-pos de 4 equipos cada uno, y avanzarán a la siguiente ronda los dos mejores de ca-da grupo. Los 16 equipos clasificados se enfrentarán posteriormente en partidos eliminatorios hasta que los dos equipos finalistas se enfrenten en la final a rea-lizarse el 11 de julio, en el estadio Soccer City de Johannesburgo.

ciudad del cabo1

johannesburgo

pretoria

república de sudáfrica

áfrica

puerto elizabeth2

durban10

bloemfontein 3

5 4

6nelspruit 9

polokwane 8

cuartos de final

seg. E seg. G

goleoato mik kazfootixstrikerpiquegauchitotip y tap naranjito ciao

1974alemania

1978argentina

1982españa

1986 1990italia

1994estados unidos

1998francia

2002korea del sur | japón

2006alemania

7

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ECALenDARio De LA xix CoPA MunDiAL De FútBoL SuDáFRiCA 2010

La CaLLeDeL MeDIOMaYO 2010

méxico

alemania argentina italia italiaargentina alemania brasil francia brasil historia de las 18 copas mundiales de fútbol

fase clasificatoria

octavos de final

grzegorz lato7 mario

kempes6 paolo rossi6 gary

lineker6 salvatore schillaci6

hristo stoitchkovoleg salenko

6 davor suker6 ronaldo8 miroslav

klose5telstar durlastno sufrió cambios significativos

tango argentinaresistencia al golpe y ligereza

tango españase incluye costurasimpermeables

aztecase emplea materiales sintéticos

etrusco únicopoliuretano con cámara de látex

questrahecho en espuma de poliuretano

tricoloreusa capa de espuma sintética

fevernovacon microscópicasbolas de gas

teamgeistsellado térmico

holanda| ned |

dinamarca| den |

japón| jpn |

camerún| cmr |

grupo eitalia

| ita |paraguay

| par |nueva

zelandia | nzl |eslovaquia

| svk |

grupo fbrasil

| bra |corea del

norte | prk |costa de

marfil | civ |portugal

| por |

grupo gespaña

| esp |suiza

| sui |honduras

| hon |chile

| chi |

grupo h

14 de junio | e. soccer cityvs.

14 de junio | e. free stadevs.

19 de junio | e. green pointvs.

19 de junio | e. loftus versfeldvs.

24 de junio | e. royal bafokengvs.

24 de junio | e. green pointvs.

14 de junio | e. green pointvs.

15 de junio | e. royal bafokengvs.

20 de junio | e. mbombelavs.

20 de junio | e. free stadevs.

24 de junio | e. ellis parkvs.

24 de junio | e. peter mokabavs.

15 de junio | e. ellis parkvs.

15 de junio | e. nelson mandelavs.

20 de junio | e. soccer cityvs.

21 de junio | e. green pointvs.

25 de junio | e. mbombelavs.

25 de junio | e. durbanvs.

16 de junio | e. durbanvs.

16 de junio | e. mbombelavs.

21 de junio | e. nelson mandelavs.

21 de junio | e. ellis parkvs.

25 de junio | e. loftus versfeldvs.

25 de junio | e. free stadevs.

seg. fprim. E

28 de junio | e. durban vs.

seg. Hprim. G

28 de junio | e. ellis park vs.

prim. f

29 de junio | e. loftus versfeld vs.

prim. H

29 de junio | e. green point vs.

5 6 7 8

v. 3v. 4

3 de julio | e. green point vs.

v. 8v. 7

3 de julio | e. ellis park vs.

c d

semifinales

v. C v. D

7 de julio | e. durban vs.

s. 2

1er. lugar

v. s1 vs.

v. s2

11 de julio e. soccer city

jabulani | el balón de la copa mundialsu nombre significa «celebrar» en el idioma sudafricano zulú. esta formado por ocho

paneles tridimensionales –no cuenta con costuras– unidos térmicamente que resultan en una esfera perfecta. está decorado con cuatro diseños triangulares conformados

con once colores que representan los once idiomas oficiales de sudáfrica

circunferencia69 cm

peso 440 gramos

cámara de látex(naranja)

representa el colorido del continente africano y la variedad cultural de áfrica

perfil «grip’n’groove»

gripmicroestructuras con relieve que le dan sensación de rugosidad

panel de tres puntos 3d

panel triangular 3da prueba de agua.su peso no cambia si se juega en terreno húmedo

gropcuando el balón es lanzado corta el aire con sus surcos haciéndolo más estable y certero

1.cámarade látex

2.poliéster y algodón

3.panel triangular 3d4.panel trípode 3d

estructura del balónse forma de 8 paneles 3d-eva y paneles tpu, que envuelven el armazón de la esfera

estadioloftus versfeld 51 762 capacidades

6estadio royal bafokeng 42 000 capacidades

7

estadio peter mokaba46 000 capacidades

8estadio moses mabhida de durban70 000 capacidades

10estadiombombela46 000 capacidades

9

1 campeón

Es la mascota oficial. Se trata de un leopardo con el pelo verde

cuartos de final

carcaza interior (poliester | algodón)

del 11 de junioal 11 de julio

fuen

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La CaLLeDeL MeDIOMaYO 2010

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La CaLLeDeL MeDIOMaYO 2010

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La CaLLeDeL MeDIOMaYO 2010

10

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aNTONIO LÓPeZ SÁNCHeZ

En El GrEmio trovadoresco es ya un lugar común la broma de que la trova sólo se difunde en nuestros medios en días luc-tuosos y festivos. Como todo chiste, exagera; pero como to-do chiste pone también un de-do de alerta sobre una vieja lla-ga: la de la calidad de las pro-ducciones musicales que ha- bitualmente divulgan la radio y la televisión. Un tema sobre el que hay bastante tela por don-de cortar.

Hace algún tiempo falleció uno de los héroes principales de la epopeya revolucionaria. Como resulta lógico, durante el tiempo de duelo oficial que si-guió al deceso, los medios ofre-cían una programación espe-cial, de carácter más sobrio. Ese sábado, mientras movía el dial en busca de Radio Reloj, me asombró notar que había un gran número de trovadores so-nando a la vez en diferentes es-taciones; hecho bastante raro en la programación radial ha-bitual y mucho más extraño un sábado en horario estelar.

Trovadicto consumado, y más, amante rendido de la mú-sica cubana toda, durante unas cuatro horas me dediqué a mo-nitorear la programación en las emisoras nacionales y provin-ciales que se captan en la capi-tal. Para no hacer extensa la lis-ta, puedo decir que práctica-mente todos los cantores de valía dejaron oír sus temas en la radio. Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Miriam Ramos, Sara González, y otros muchos. Pe-ro además aparecieron un Beny Moré con una excelente selec-ción de boleros, un Barbarito Diez desde los danzones de la orquesta de Antonio María Ro-meu, el inolvidable Bola de Nie-ve, Elena Burke, Omara Por-tuondo, José Antonio Méndez, Tito Gómez, Marta Valdés, en-tre muchos otros nombres y obras enormes de nuestra mú-sica, de ayer y de ahora.

Dicho así, no habría nada que reprochar. Va bien que se despida a nuestros héroes con la mejor de nuestras músicas posibles, e incluso con aquellos temas en los que se enaltezca nuestro patriotismo y nuestros más hondos valores naciona-les. Pero, ¿hay que esperar sólo a las fechas luctuosas o patrias para difundir buena parte de lo más imperecedero de nuestra música? ¿Tiene que morir un héroe para que se trasmita lo mejor de nuestro patrimonio sonoro? ¿No es suficientemente grande y vasta en calidad y can-

tidad nuestra producción musi-cal más genuina de todos los tiempos como para que no nos alcanzaran los espacios para darla a conocer? Sin embargo, sólo se le echa mano en calen-darios especiales. Lo que debe-ría constituir un hábito, era ese día –y sigue siendo por desdi-cha– la excepción.

Muchos de los autores e in-térpretes que escuché esa noche debieran ser una constante pre-sencia en nuestros programas radiales y televisivos, ya sea por sus propuestas, por sus obras, por el valor artístico de sus com-posiciones. Tengo un amigo que repite que en Cuba, de tanta bue-na que tenemos, hay que esfor-zarse para poner música mala. Y sin embargo, muchos lo logran. Se malgastan espacios, y dine-ros, en promover pretendidos artistas que ni saben a veces ar-ticular una frase coherente y que más que crear, como diría Bor-ges, cometen canciones. Gente que no sabe pararse ante una cá-mara; que elogian con cintas y lazos a un ignorado maestro fu-lanito de tal que nos ha hecho los arreglos a nuestro primer bo-drio, digo, disco, y del cual nun-ca más volvemos a escuchar. Gente que no tiene la menor no-ción de lo que significa estar an-te un micrófono, o en un escena-rio, con la tarea de hacer algo pa-ra que funcionen los pies y los oídos (y falta que hace entrete-nerse), pero también la cabeza y, sobre todo, el alma de quienes los escuchan. Gente que, en una palabra –incluso a veces sin sa-berlo (¡qué terrible!) o sin que les importe mucho (¡peor!)–, irres-petan al público, al arte. Entre-tanto, la buena música, mucha de nuestra buena música, duer-me el eterno sueño de los justos

esperando despertar una vez ca-da tanta efeméride.

Por supuesto que no es idea de este periodista que nuestras emisoras radiales y televisivas funcionen en perenne estado de media asta. No obstante, un me-ro ejercicio de observación nos reportará que cualquier sábado de cualquier noche, la música que difunden nuestras emisoras y canales televisivos deja bastan-te que desear en su calidad y vali-dez. Hablo de la metástasis que encarnan cientos de grupos y de solistas nacionales, en las mil y una variantes de lo mismo: estri-billos cansones y sosos y casi más importantes que la sosa y cansona letra de la obra; amores ridículos y guaperías de caverní-cola machista trasnochado; po-ses de ranchera urbana (inten-tando la igualdad entre géneros como el calco de los peores de-fectos masculinos) o de lánguida vampiresa entre plumas y almo-hadones; acordes y fórmulas vi-suales repetidos hasta lo insacia-ble de la saciedad. Todos imposi-bles de diferenciar en sus obras o sonidos o propuestas artísticas. Todos desechables, como una es-pecie de mal papel sanitario so-noro que pronto se sustituye por otro igual.

El reiterado, y válido, argu-mento de que la música es para divertirse, no debe tampoco lle-varnos a la nadería. Los temas del Beny eran para divertirse y ahí están, cada día suenan me-jor y no han terminado de de-cirnos sus mensajes. En su mo-mento, el pueblo –y no la aris-tocracia– se divertía escuchan- do las obras de Mozart. Hoy, NG La Banda, La Charanga Habanera, Los Van Van, Adal-berto Álvarez –por mencionar a varios de los grandes– son pa-

ra divertirse, y ya llevan déca-das arraigados en el gusto po-pular. No pasan de moda por-que no trabajan para la moda, sino para el arte. Y también son para divertirse Interactivo, la Camerata Romeu, Harold Ló-pez-Nussa, Buena Fe, Yoruba Andabo, X Alfonso, Frank Fer-nández, Ars Longa, Carlos Ruiz de la Tejera, el coro Exau-di, Luis Carbonell y hasta la Sinfónica Nacional, por sólo citar algunos ejemplos. Simple-mente, se trata de otras diver-siones que también hay que respetar, cultivar y sobre todo, dado el denominador común de sus calidades, difundir más.

En el caso de la trova, pri-mera solución a la que se echa mano en estos casos, persiste la miope visión de que tal vertien-te es tan sólo una manifesta-ción política. Persiste en quie-nes la difunden «como tal» (pa-ra fácilmente salir del trance de elaborar una programación «seria»), y por ende persiste en no pocos de los que la reciben entonces «como tal», a causa de estas torcidas difusiones que tergiversan el verdadero carác-ter de esta corriente. Y sí, es TAMBIÉN una manifestación política (todo es política, me de-cía Noel Nicola), pero sobre to-do la trova cubana es una vital manifestación artística que desde su nacimiento en pleno siglo xix hasta hoy, perdura cantando en primer término al amor, a la vida, a las muchas maneras de luchar por y desde lo humano. No sólo enarbolan-do consignas y siendo ojo críti-co, sino también alzando cora-zones, sueños y hasta penas que son de todos. Muchas exce-lentes canciones de antes y de ahora –de muchos tópicos, no sólo los patrios– se pierde de disfrutar y vivir quien crea que la trova es sólo una canción de mero sostenimiento ideológico. Creo recordar a Silvio diciendo que una buena canción de amor es mucho más revolucionaria que un panfleto. En la trova de todos los tiempos, más que abundar, hay excelentes cancio-nes de amor como para satisfa-cer todos los apetitos. En el ca-so de otros géneros y artistas, a veces encerrados en estoicos programas «del ayer» (muchos muy buenos y desafortunada-mente poco promovidos, o casi absolutamente desaparecidos de los medios), es incluso peor. A veces, ni siquiera en fechas luctuosas o festivas se les pue-de escuchar.

¿Adónde nos lleva todo esto? Al peligroso lugar común de que hay música cubana de oca-sión, sólo válida en momentos de necesaria contención; música con un cometido y no música que incluso en esos momentos duros nos representa en mayús-culas, pero que es también de todos los momentos. Y los luga-res comunes de esta índole re-portan mucho daño. En espe-cial a quienes van asumiendo (desde los que recepcionan lo que trasmiten nuestros medios,

y peor, hasta quienes deciden qué se trasmite en ellos) que «esa cultura», sólo escuchada en situaciones especiales, es otra cosa, un estanco aparte, un tro-zo otro de nuestra cultura, de utilización ocasional y no tam-bién LA CULTURA. Como de uso exclusivo para momentos de lógica seriedad y no como la portadora de muchas de nues-tras más válidas esencias y de no pocos de los más sólidos le-gados de nuestro ser como na-ción.

Es otro lugar común (de los varios posibles a mencionar en ámbitos musicales) que no haya acto político, desde un matutino escolar hasta la imposición de una medalla, en el que falten los acordes de «Te seré fiel». ¿Es que no hay suficientes temas instru-mentales de honda raíz cubana como para reiterar siempre la magnífica pieza de José María Vitier? Desde Ignacio Cervantes y Manuel Saumell, sin mencio-nar a Caturla, a Lecuona, a mu-chos otros, hasta el propio Vi-tier, sobran ejemplos de cubanía musical para que haya diversi-dad de acordes en nuestros ac-tos patrióticos. Y esa es una muy buena manera de diversificar la cultura nuestra, por cierto, de la que perdura. Pero el hábito vis-te a la actividad y se resuelve desde el facilismo, la repetición o quién sabe si desde la ignoran-cia o la desidia.

Tal vez la siguiente cita de una entrevista realizada a ese grande que responde al nombre de Leo Brouwer, pueda ofrecer algunos de los caminos a inten-tar. Menciona Leo que hay una gran responsabilidad en quie-nes se encargan de los medios, pero que en buena medida lo que se difunde (las interpreta-ciones de lo que se debe o no di-fundir, añadiríamos aquí), res-ponde a y depende de la cultura base de estos responsables: «… a veces ese individuo es el que tie-ne encima de él mismo la infor-mación y depende de él que esa información sea buena o mala. ¿De qué depende? De él. ¿Y en qué sentido? De su cultura. ¿Cuál es su cultura? La cultura media del consumo que está acostumbrado a dar y de los ejemplos que él está acostum-brado a recibir (…), lo que él co-noce es el summun, no es que sea lo mejor, pero es lo mejor que él conoce (…) El consumidor tiene opción, cuando la tiene, de to-mar calidad o lo que le den, pe-ro sí necesita consumir, por eso es que el pueblo cubano si tú le das metralla, la consume (…) Yo creo que el pueblo está capacita-do para recibir calidades si se le da, lo que pasa es que, repito, los niveles de calidad que se dan en los medios masivos son pobres y entonces el pueblo va acos-tumbrándose a ese bajo nivel (…), el pueblo siempre busca ca-lidad y belleza; calidad y belleza son dos términos de un nivel tan importante, más importante que el consumo mismo.»

Bajo este concepto, en míni-ma escala, de que se difunde lo

Difundir la buena música cubana: un reto y sin duelo

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propia capacidad tecnológica de registro y archivo. Todas las fechas, todos los datos, todas las estadísticas están almace-nadas en soportes exteriores informáticos que de alguna manera han vaciado nuestras cabezas. En ese vacío, como en una sopa ligera, flotan algunos acontecimientos sin conexión, aislados de la historia, monu-mentalizados por unos medios de comunicación que produ-cen, como Nestlé y Disneylan-dia, caramelos, juguetes y mer-cancías. El 11-S se yergue en medio del magma originario como el gran fetiche enhiesto de un olvido colectivo. En un diálogo de Platón, un escriba egipcio le decía a Solón que los griegos eran como niños, por-que no podían recordar más allá de tres generaciones; mien-tras que ellos, dueños de la es-critura, se podían remontar, nombre a nombre y fecha a fe-cha, hasta el pasado más remo-to. El capitalismo produce ni-ños extraviados en un tiempo uniforme, sin límites ni orillas.

La memoria colectiva está asimismo muy dañada. Habla-mos de las especies animales desaparecidas o amenazadas, pero nos olvidamos de todos los gestos milenarios, las ceremo-nias comunes, las respuestas co-lectivas desterradas para siem-pre de este mundo. Podemos pensar en oficios muertos o en liturgias ceremoniales extingui-das, pero también en formas de organización política y vínculos de solidaridad definitivamente deshechos. Las respuestas auto-máticas –ese tino social sin pen-samiento– no las impone ya la tradición o la institución o la educación, con sus ventajas y sus riesgos, y mucho menos la razón o el socialismo, sino las multinacionales. ¿Cómo supe-rar un duelo? La casa Roche te vende una pastilla. ¿Cómo ente-rrar a los muertos? La funeraria privada se encarga profesional-

mente del residuo. ¿Cómo be-sarse, dónde divertirse, qué ro-pa vestir, qué comer, cómo via-jar, qué mirar? Monsanto, Meliá, Zara, MacDonald s, El Corte In-glés, Disneylandia nos movili-zan –permanente ciclón o terre-moto– sin posibilidad de equi-vocación.

Pero por todo esto, se com-prenderá, es absurdo pretender que el capitalismo es individua-lista. Todo lo contrario: sólo los pobres, los muy pobres, tienen todavía biografía. Las clases me-dias y sus imitadores más desfa-vorecidos tienen más bien una colección de souvenirs o un catá-logo estándar de fotografías. La memoria individual –las repeti-ciones y las conchitas, las cos-tumbres y los objetos– ha sido sustituida por un universal fo-lleto publicitario en el que el su-jeto de la experiencia, despro-visto de cuerpo, es intercambia-ble por cualquier otro. ¿Qué recordamos? El área de servicio de la autopista, la final del mun-dial de fútbol, el logo de Nike, la publicidad de Ford, el vestíbulo del Sheraton, las ofertas del Ca-rrefour, el icono de página de inicio de Microsoft. El investiga-dor Kevin Slavin calcula que hay en torno a 10.000 millones de fotos digitales colgadas sólo en Facebook. ¿Toda una flora-ción individual? No, porque to-das esas imágenes privadas pue-den reducirse a un repertorio de cinco o seis clichés indiferentes: el viaje organizado, la fiesta de fin de curso, el cumpleaños en el Burger King, el día de compras.

¿Y las buganvillas rojas? Uno va a Google y busca imágenes. Allí no corremos el peligro de volvernos locos ni nos vemos obligados al agotador esfuerzo, memorístico y literario, de des-cribir y explicar su incendiada irracionalidad. Suprimidos los cinco sentidos y los cuatro ele-mentos, se suprime al mismo tiempo, paradójicamente, la po-sibilidad de una experiencia personal y la posibilidad tam-bién de comunicarla. CM

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SaNTIaGO aLBa RICOespecial para La Calle del Medio

para matar a ciertas cria-turas no hay más remedio que dirigirles una últi-ma mirada desde el aire: los afganos, los iraquíes, los palestinos. Para mirar a ciertas criaturas, al con-trario, no hay más reme-dio que matarlas de un palmotazo: las moscas, las abejas, los aviones. Y luego están las flores. Reconozco que he llegado a una edad en que me parecen mucho más espectaculares las ro-sas que las carreras de coches y mucho más excitantes las hojas de un ciruelo que una pasarela de modas. Túnez, el país donde vivo, tiene pocos museos y po-cas librerías, pero basta espe-rar con paciencia para que to-dos los años sus calles se vean invadidas por las más refina-das y vanguardistas obras de arte: la primavera. Todas las mañanas de este mes de mayo hago mi peregrinaje floral, lo-calizo nuevos brotes imprevis-tos, registro cambios en los mu-ros y visito religiosamente el callejón de la Aurora y la rue de Boulogne, donde –ascendente y descendente– una sucesión espumosa de blancos, rosas, naranjas, lilas y fucsias estalla al final en el suavísimo malva nocturno de una jacarandá len-tísima. En las selvas hay verdes húmedos que envenenan el al-ma; en la plaza de Mendes France hay un rojo tan irracio-nal, tan inmoral, que puede vol-ver loca a una mente frágil. Si se quiere conservar el juicio hay que explicar ese color o compar-tirlo y para ello no caben atajos: o se lleva a empujones a los amigos al pie del arbusto y se les obliga a mirarlo, o se dedican minutos –y minutos– a describirlo paciente-mente. Nada que podamos con-templar en una pantalla es tan espectacular, exigente y amena-zador como un ciprés que sangra buganvillas por todas sus ramas –o un flamboyán en llamas.

Digamos que los humanos tenemos tres tipos de memoria.

Una, documental, pura-mente cronológica, que nos permite recordar la fecha de las guerras, las revoluciones y los cumpleaños de los seres queridos; y que es importante para orientarse en el tiempo; es decir, para recordar cuán viejos son ya los recién naci-dos y qué jóvenes seguimos siendo los todavía viejos.

La segunda, colectiva, tiene que ver con las respuestas so-ciales rutinarias, enraizadas en el cuerpo y en el discurso, a los embrollos de la vida en común. ¿Cómo comportarse en un mu-seo? ¿Cómo tratar a un ancia-no? ¿Cómo enterrar a los muer-tos? Este tipo de memoria, ma-

terializado en modales, ritos de paso, ceremonias e instituciones, permite ac-tuar correctamente sin ne-cesidad de pensar, lo que constituye la condición mis-ma de toda existencia compar-tida. No pensar, claro, es indis-pensable cuando se trata de to-mar medidas ya establecidas frente a una situación de urgen-cia –un ciclón o un terremoto–, pero es peligroso si lo que im-pone es, al contrario, tradicio-nes insensatas, como la abla-ción del clítoris o el confina-miento de las viudas. Por eso la memoria colectiva debe ser re-visada y racionalizada cada cierto tiempo.

Tenemos, por último, la me-moria individual, sedimentada en torno a costumbres y a obje-tos. Lo que verdaderamente marca nuestro carácter está de alguna manera sumergido en nuestro cuerpo: todo ese flujo de repeticiones y conchitas, de gestos fatigosamente renova-dos y boliches, de rutinas lar-gas y de astillas diminutas. El camino de la escuela, el recla-mo operístico del vendedor am-bulante, el roce de los pantalo-nes de franela, la luz invernal sobre el mueble heredado del abuelo, el olor a naftalina, el ja-rrón chino que sobrevivía a to-das las mudanzas, el rojo –sí– de la buganvilla que nos rete-nía en un callejón poblado de basuras –y de malandros que fumaban. Esa memoria –idio-sincrásica y meteorológica– se puede traducir incluso al chi-no, porque tiene que ver con los cinco sentidos, patrimonio compartido, y con los cuatro elementos; pero no se puede traducir sin un enorme esfuer-zo introspectivo y lingüístico. Uno de los nombres que recibe ese esfuerzo –para rescatar lo común encerrado en el propio cuerpo– es «poesía» y, en gene-ral, «literatura».

Pues bien, una de las para-dojas del capitalismo, y de sus tecnologías ancilares, tiene que ver con su potencia para erosionar estos tres tipos de memoria.

La memoria documental ha quedado muy debilitada por la

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Morir sin biografía

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que se asume como lo mejor desde la cultura de quien difun-de, es que pululan las guaguas con eternos conciertos del mis-mo nombre, o las fiestas infanti-les amenizadas con los más des-carnados textos donde el sexo, la violencia y el lenguaje muy adulto son los que escoltan la pi-ñata. A mediano camino, están los sonidistas o responsables del audio que en actividades públi-cas, algunas incluso de carácter patriótico, antes del acto trasmi-ten a toda bocina temas que en no pocas ocasiones hasta con-tradicen y defienden esencias antagónicas a las que el propio acto entroniza. En gran escala, son los ídolos pasajeros y de mo-da, una y otra vez reiterados en nuestros medios. Todo en detri-mento del rastro que debiera quedar en quien escucha una obra de arte y de los que en ver-dad tienen cosas que decir. Se-cando con escasas huellas los anales de nuestra historia musi-cal con tanto seudoartista bara-to y mediocre. Deshaciendo la cultura en vez de construirla. Arrinconando a fechas especia-les o a decisiones individuales nuestra mejor música.

No se trata de prohibir a na-die, de eliminar ningún género, de censurar. Ya ese implacable juez que es el tiempo lo hará por todos nosotros. Se trata de que hay que tomar en cuenta que no todo el mundo escucha lo mismo, disfruta de lo mismo ni de la misma manera. Se trata de que sí, hay que entretener, pero también hay que educar; hay que entretener también desde lo bueno, desde el arte válido y no sólo desde los fa-tuos brillos de un día, mañana sin falta sustituidos por otro brillo igual o peor. Hay que mostrar las joyas de valía, las de brillo propio y duradero, y darlas a conocer, pues lo que no se conoce no se extraña, ni puede ser entonces reclamado ni disfrutado por el pueblo.

En la última gesta revolu-cionaria cubana, cayeron unos veinte mil hijos de esta isla. No sólo para defender la cultura cubana que nos acompañó y nos alzó como nación (desde Guamá hasta Wifredo Lam, desde Heredia hasta el Beny, desde Pepe Sánchez hasta Car-los Puebla), también cayeron para hacer crecer la cultura después de 1959, para que fruc-tificara y perdurara. La Revolu-ción también se hizo para que nuestro pueblo pudiera leer buenos libros, ver buenas pelí-culas y escuchar buena música, hecha por nuestros buenos ar-tistas y puesta a la luz desde buenos medios de comunica-ción, que entretuvieran pero que también nos educaran. Que nos hicieran más cultos y libres. Ahora que pasaron cin-co décadas de luchar por ese empeño, esperemos que para preservar esa conquista, y más, para que se difunda a diario y sin duelos, con todos y para el bien de todos, no tengan que seguir muriendo héroes. CM

«He SiDo Mi PRoPiA CReACión CoMo ARtiStA»

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LUISa MaRÍa GONZÁLeZ (estudiante de Periodismo)

Se eScuchan los acordes de un piano. Si-gue una melodía, se pierde por segundos, se vuelve a oír, pero ahora es otra. El pianista está afinando para el espectáculo que aún no comienza. El chillido del choque de copas se mezcla con risas de mujeres, no con las car-cajadas de sus maridos, amigos, amantes ocasionales. De fondo un constante tac-tac. No es el ruido de tacones que se ahoga en la alfombra roja, es quizá el repique de bolas que saltan sobre ruletas. Un enano de traje dorado, bigote mínimo y voz bufonesca re-clama la atención de un público que se pier-de entre el humo de habanos y meseras en mi-nifaldas.

Silencio de voces. Abre el telón. Al centro del escenario la luz cenital cae sobre una figu-ra femenina. Podría ser la artista de un lujoso cabaret parisino que se burla de la Gran De-presión. Podría ser la glamurosa cantante de un casino de Las Vegas, en el último piso del mundo, a un paso del cielo. Pero no.

Es Cucu Diamantes, que abre las puer-tas de Cuculand.

Hace poco Rufo Caballero te comparó con un Miguel Bosé disfrazado. También apun-tan con frecuencia que pareces una chica Almodóvar…

Y dicen los del ICAIC que soy como una actriz italiana del cine neoclásico.

¿Cómo te ves tú? ¡Yo creo que soy una cubanaza! No-

sotros somos una mezcla de españoles, africanos, asiáticos; al final somos crio-llos, cubanos, y como tal, quizás física-mente puedo parecer una italiana, pero cuando abro la boca… ¡no soy italiana ni soy una chica Almodóvar!

Quisiera que me contaras sobre los con-ciertos que acabas de realizar por diferentes ciudades del país, ¿es la primera vez que lo re-corres?

Sí, y es la primera vez que una cuba-no-americana hace algo así, porque yo soy también ciudadana estadounidense. La idea surgió a partir del concierto Paz sin fronteras, yo me emocioné mucho de tocar en Cuba, nunca lo había hecho. Entonces en una fiesta que me hizo Pi-chi [Jorge Perugorría], porque somos amigos desde hace muchos años, le dije que me había quedado con ganas de to-car, y ahí mismo salió la idea de los con-ciertos. A él le interesaba también hacer un documental, y lo que empezó como documental terminó siendo una pelícu-la que une la ficción y la realidad: le pu-simos «ficciomental», porque es ficción pero tiene partes de documental tam-bién. Ahí se mezcla parte de mi vida, mi reinvención, el cambio de mi nombre por uno artístico, con todo lo de la gira: los músicos viajando por Cuba, la belle-za del interior del país, de los campos, los conciertos todas las noches.

Fueron días muy intensos porque filmábamos desde por la mañana y yo tenía además una o dos horas de con-cierto diariamente. Creo que es la pri-mera vez que se hace una cosa así, se fil-ma una película en tiempo real y al mis-mo tiempo se hace un concierto. Mucha gente pensaba que yo no iba a aguantar, que me iba a fallar la voz, pero todo fue perfecto. Pasábamos el día filmando, me cambiaba la ropa constantemente, me maquillaba tres veces al día, y final-mente otro maquillaje para el show de la noche. Fue arduo, pero guardé todas

mis energías para dar lo mejor de mí a cada hora. Yo quedé muy emocionada con la acogida que me dio el pueblo cu-bano. En el teatro Heredia de Santiago, por ejemplo, me hicieron una ovación y empecé a llorar. También me pasó en Bayamo, en Camagüey, en Santa Clara. Cada provincia tenía su particularidad.

¿Y qué tal el trabajo con Perugorría?Fue increíble. Él es un gran actor,

director y guionista. El guión de la pe-lícula lo escribió como en una semana, estaba que no dormía, apasionado con el «ficciomental». La experiencia fue maravillosa porque, cuando se hace ar-te de verdad con pasión, no importa di-nero ni nada, lo que importa es la ener-gía que genera, la felicidad que trae. Somos gente a la que nos apasiona lo que hacemos, a él como actor y director y a mí como cantante y compositora. Yo vivo para la música, como digo en una canción, la música cura el alma. Fue

siempre ha sido mi pasión. Es más, en la película hay un pedazo de ese sueño.

Y la música, ¿descubriste esa otra pasión desde pequeña?

¡Claro! Párraga es un barrio muy po-pular. Yo me levantaba los sábados y los domingos con las fiestas afrocubanas andando, me metía en ellas, cantaba, bailaba, esa era mi gran pasión.

Ya de joven te fuiste a una beca en Italia impulsada por tu tía, para estudiar Historia del Arte y Restauración.

Europa es el viejo continente, y yo creo que la formación que tuve ahí fue importante porque influye en muchas cosas, por ejemplo, a la hora de esco-ger la portada de mi disco. A veces es-cribo una canción pensando en una pintura, en lo que me trasmite una pintura. No tengo reglas para compo-ner, mirando la historia de una pelícu-la me puedo inspirar, o de conocer una situación que le pasó a un amigo. El arte no tiene reglas.

¿Por qué decides irte a Nueva York en 1991?

Porque es la capital de la música y eso me encanta: el jazz, el funk, el blues, el rock. Irme allá fue como descubrir otro universo musical.

Pero a pesar de que siempre la música ha sido tu objetivo, esa es sólo una parte de ti co-mo artista, es decir, tu personalidad artísti-ca se compone de otros elementos como el bai-le, la actuación, el circo freak.

En el espectáculo me gusta mezclar de todo: el vaudeville, el cabaret, los bai-larines. Yo siempre estoy creando, rom-piendo las reglas para poder crear. Cuando me subo al escenario, no sólo soy una persona que va a interpretar una canción; es más bien como una obra de teatro, porque la canción la escribí inspirada por un sentimiento muy fuer-te sobre algo, y necesito lo teatral para expresarlo en su totalidad. Hay artistas a los que les basta con una guitarra y su voz; a mí no, porque me encanta toda esa producción.

Háblame de Cucu Diamantes, el alter ego de Ileana Padrón.

Mira, cuando nacemos no podemos escoger nuestros nombres, entonces yo creo que es muy lindo poder cambiarte el nombre y ponerte el que te gusta. Mu-chas personas lo hacen, el cantante del grupo Café Tacuba lo hace en cada dis-co. Para mí, ser Cucu es muy divertido. Además es un nombre fácil, ¿quién se va a olvidar de Cucu? Cucu pega. Cuando me presento, siempre digo con una gran sonrisa: «Me llamo Cucu.» Es una forma de llevarle alegría a alguien aunque sea con un nombre.

Si tu carrera las has desarrollado en Es-tados Unidos, ¿por qué cantas en español?

Porque es mi lengua madre.¿Y eso no te ha traído dificultades a la ho-

ra de comunicarte con el público anglófono? No. Yo soy una artista independien-

te, nunca he firmado con una trasnacio-nal porque me gusta ser dueña de mi obra. Nunca me ha interesado ser un producto, ser la creación de una corpo-ración. He sido mi propia creación co-mo artista. Siempre he tenido cuidado en llevar mi obra de manera indepen-diente y mi público en Estados Unidos es muy global. Creo que el arte no tiene lengua; cuando una canción llega, llega, y yo he logrado llegar de una manera, como te dije, alternativa.

EntrEvista a CuCu Diamantes

una gira de pasión, por eso le llama-mos Amor Crónico, porque eso es lo que uno quiere sentir toda la vida. Ese amor crónico encierra muchas cosas: el amor a la familia, a ser cubano, a tus amistades, a las personas con que fuis-te a la escuela, al mundo, a la tierra, a la tierra colora .

Es también el nombre de una canción de tu disco. Hablabas ahora mismo de la escue-la, ¿cómo fue la niñez de Cucu? Tengo enten-dido que estudiaste ballet.

Yo nací en la Habana Vieja, mi fami-lia vivía en la Plaza Vieja. Luego a mi abuela le ofrecieron una casa grande en Párraga con árboles frutales, y me crié ahí con ella y una tía. Y sí, empecé a es-tudiar ballet, pero mi tía trabajaba en la microbrigada del ICRT, y mi abuela te-nía problemas en la rodilla, así que lle-varme a la escuela en L y 19 era compli-cado. Por un año fui de las mejores bai-larinas, pero tuve que dejarlo. Esa

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Cuando escuché tu disco, Cuculand, que-dé impresionada porque es un universo musi-cal multicultural increíble, con amplísima variedad de géneros, estilos, épocas. Pero lo que más me llama la atención es la coherencia con que logras la mezcla. Cualquiera lee en el periódico que el disco reúne samba, rock, hip hop, salsa, tango, bolero y más, y piensa que aquello puede ser un pastiche a la manera de pedazos abruptamente empastados. Sin em-bargo, es todo lo contrario, es un disco muy co-hesionado. ¿Cómo se logró?

¡Ah! Fue tremendo trabajo. Primero compongo las canciones y luego hay que producirlas, darles una sonoridad. Es un proceso muy lindo y a la vez una tortura. Cuando terminamos el disco, les decía a los dos productores, Andrés Levin y Yo-tuel Romero (de Orishas): «No, no está terminado.» Y ellos me decían: «Cucu ya. Esto no da más, está perfecto.» Yo soy muy perfeccionista y la verdad es que a veces la perfección está en las imperfec-ciones, sobre todo en arte. Pero como era mi primer disco en solitario yo quería dar lo mejor en cada canción. Al final re-sultó ser un proceso muy orgánico, casi todas las producciones salieron muy or-gánicas, sólo en «Más fuerte» y en «Al-guien» hubo que trabajar mucho.

«Alguien» tenía una base de meren-gue, era un merengue-hip hop, y como yo vengo cantando percutivamente, rít-micamente, no quería tener lo mismo en la base. Pasé una noche totalmente fajada con los productores. Me decían que estaba perfecto y yo les respondía: «Eso está bueno para un posible remix, pero ahora quiero algo que me suene más rock.» Al final me fui a dormir casi llorando. Ellos se metieron en el estu-dio y al otro día me lo trajeron. Cuando lo escuché sentí como «¡Ah!, se logró.» Yo soy una rata de estudio, puedo estar 24 horas encerrada ahí trabajando. «Más Fuerte» también lo queríamos di-ferente, con cajones de flamenco, pero al final no me gustaba porque me sona-ba muy cliché. La producción es un proceso torturante porque se prueban sonidos, colores, lo que te gusta, lo que va y lo que no. Cada canción es como una mujer a la que hay que vestir muy bien para una ocasión: le pruebas, le quitas, así la vas armando

Y dentro de ese Babel musical que es tu disco, ¿dónde está lo cubano?

Yo creo que en mi voz. En Estados Unidos hay gente que me dice que pa-rezco una negra cubana, o que parezco una vieja. Esa es otra cosa muy intere-sante en estudio: las voces. Cantar el lead, los primeros versos de la canción, es bonito porque hay que interpretar, pero a mí me fascina hacer los coros porque tienes que utilizar matices en las notas que haces, es muy entretenido, es de las cosas que más me divierten. Ya después, cantar los versos y el puente, ahí sí me tengo que meter de lleno a in-terpretar la canción.

Tu formación musical es autodidacta…Totalmente autodidacta. Con el traba-

jo diario he aprendido, y con el piano. A veces digo que voy a estudiar música, pe-ro los músicos me dicen: «No, no, no te metas en eso.» Y componer lo hago de di-ferentes maneras. A veces me vienen melodía y letra juntas de una vez, otras me viene sólo la letra y después le pon-go la melodía, con Andrés buscándole acordes en la guitarra. Pero las cancio-nes que más me gustan son esas que me vienen letra y melodía así, del cielo.

Todas las letras de Cuculand giran en torno a temáticas amorosas o feministas, ¿por qué?

Creo que la vida es una, no sabemos si hay más. Muchas religiones dicen que sí, pero los científicos no lo han podido probar. Por eso creo que es bonito vivir-se la vida con amor, con intensidad, y aunque desgraciadamente en la vida hay sufrimiento también, lo lindo es sa-ber empezar de nuevo. Algunas cosas de mi vida personal las he cantado en mis canciones, como en «Más fuerte», y con ellas he ayudado a mucha gente a supe-rar determinadas situaciones. Así que mira, cumplo un trabajo social con mis canciones de amor, aunque bueno, ya no son mías. Yo digo que cuando mis can-ciones salen a la luz, dejan de pertene-cerme y ya son del universo.

¿Cómo concibes tus espectáculos?A mí me gusta ensayar mucho y en-

sayando con la banda me vienen las ideas de lo que voy a hacer en el espectá-culo. Por ejemplo, para la gira y la pelí-cula, Agustín Bejarano me hizo un ta-cón gigante. Napoleón decía que su des-tino era un caballo, yo digo que mi destino es un tacón. El tacón de Bejara-no era la escenografía de la puesta en escena, el tacón que representa a esa mujer que anda elegante y sensual, pero también trabaja, lleva los niños al círcu-lo infantil, cocina, lucha, hace de sus hi-jos hombres mejores para el futuro. En-tonces, un tacón puede representar mu-chas cosas.

¿Eres feminista?Total. Me crié con mi tía gay, así que

te imaginarás que soy muy tolerante, aborrezco todo tipo de discriminación.

Andrés Levin siempre dice que tú eres la espina dorsal de Yerba Buena, ese que fue tu proyecto desde 2001, ¿qué pasará ahora?

Últimamente nos hemos reunido en las noches a descargar, y hemos hablado de eso. Yerba Buena era un proyecto co-lectivo, y las personas que tienen esa personalidad de colaborar siempre po-drán colaborar otra vez. De eso hemos conversado, de volver a reunir a Yerba Buena para hacer otro disco. Es casi de-cisión tomada, somos iguales: gente que vivimos por la pasión de la vida, del ar-te, ese es nuestro motor.

Hablemos de Paz sin fronteras. Fue la primera vez que cantaste en Cuba, y ¡qué pri-mera vez! Aproximadamente un millón 500 mil personas en la Plaza de la Revolución, además de los que lo vieron desde sus casas.

Dicen que fueron unos 800 millones de personas que vieron el concierto en todo el mundo por televisión, Internet, por dondequiera. Cuando Miguel Bosé me contó que venían a hacer Paz sin fronteras, yo le dije: «Pa’ allá voy.» Él me dijo: «Es Cuba, será difícil, está el blo-queo, tenemos que hacerlo nosotros mismos como podamos.» Entonces nos tiramos y lo hicimos. Hubo gente que confundió la línea del concierto, porque aunque aquí no hay guerra, ¿por qué el pueblo de Cuba no le iba a querer cantar a la paz mundial? Hay mucha guerra to-davía en Iraq, Afganistán, África.

Fue un proyecto muy lindo que re-basó nuestras expectativas. Pensába-mos que serían unas 200 mil personas, quizás lo que hubo cuando vino el Papa Juan Pablo II. Las estadísticas finales impactaron a todo el mundo: de más de un millón de personas y se desmayaron sólo 600. ¡Qué resistencia! ¡Qué amor! La adrenalina de ese concierto me duró días, era una felicidad. Yo creo que las cosas que se hacen con amor te sorpren-den, esa es una de las filosofías que uso en mi vida propia, lo hago todo con pa-sión y no espero nada. Así me pasó el día antes de venir a Paz sin fronteras.

Estaba preparándome en un hotel de Miami y cuando encendí el teléfono vi que mucha gente me estaba llamando. Yo pensé: «¿y esta locura?» Pues era que me acababan de nominar con mi primer disco solista al Grammy Latino. No lo es-peraba, porque mi música no es una fór-mula, no es comercial en el sentido de corporación o mercadeo. Luego ganó, y lo mejor fue que Omara Portuondo ga-nó también ese año.

¿Por qué decides regresar justo en ese mo-mento, si tu carrera artística ya tiene 15 años?

Yo, como artista independiente, tra-bajo muy duro, siempre estoy llena de compromisos, es más, cuando estoy dos días sin moverme, me aburro. En esa dinámica no me lo había planteado, no lo había pensado, y cuando vine al concierto dije: «¡Ay!, pero me olvidé de Cuba.» Bueno, no es que me olvidara, yo mantengo contacto con mi familia de aquí, los ayudo, llamo por teléfono todas las semanas. Como te digo, mi vi-da es muy orgánica, y venir también lo fue: lo hice porque ese era el momento, las cosas no se pueden forzar. Ahora espero que con esto que estoy hacien-do se animen otros artistas a venir. Ojalá que se abran de mente, que no juzguen como políticos y entiendan que pueden venir, tocar aquí, ver que la realidad cubana no es la que a ellos les montan allá.

¿Cómo fueron las cosas a tu regreso a Es-tados Unidos después de Paz sin fronteras?

Hubo mucha hostilidad, pero ¿qué le vamos a hacer? Saliendo de aquí, Juanes me dijo: «Prepárate, porque tú eres la única cubana en todo este team que traji-mos, a ti te tienen mucho amor, pero aho-ra te van a tener odio.» Y yo, bueno, no tengo enemigos. Los que se consideran mis enemigos es su problema. A esas per-sonas no les tengo odio, soy tolerante aunque no comparta sus ideas. Creo que son gente llena de rencores, que mental-mente están paradas en el tiempo. Yo no tengo nada que ver con ellos, es más, en Miami nunca me gustaría vivir. Sólo les digo que no tengan tanto odio.

Participaste con otros artistas en un comer-cial de apoyo a Barack Obama, ¿qué opinas de él y su gestión al frente de Estados Unidos?

Creo que a él le han dejado un go-bierno difícil. Nadie quería ya a la di-nastía Bush porque acabó con el país y con la economía mundial. Me parece políticamente correcto tener un líder afroamericano en un país que está he-cho casi totalmente de emigrantes. Él representaba el cambio con respecto a los republicanos, que lo que han traído es guerra y destrucción. Yo no soy polí-tica, me considero una humanista, y vo-tar por Obama era votar por el cambio, por la esperanza.

Sobre su gobierno, todavía estamos esperando muchos cambios, pero la po-lítica es muy compleja. Yo espero que él termine con el bloqueo a Cuba, porque este país manteniendo la soberanía y sin bloqueo fuera mucho más bonito, el pueblo podría vivir mejor. Eso de que un barco tiene que venir, descargar con-tenedores y esperar 200 días antes de entrar en un puerto estadounidense es terrible. ¿Qué barco va a querer venir? Al final, el que está sufriendo es el pue-blo cubano.

En un periódico estadounidense alguien escribió que tu disco era tan dramático como tu vida, ¿crees que tu vida es dramática?

Me parece que sí. Las personas que somos muy alegres también tenemos una parte muy triste dentro. Por ejem-

plo, después de estar casi 22 años fuera de Cuba, vivo ese problema existencial de que cuando estoy en Nueva York me falta Cuba, y cuando estoy en Cuba me falta Nueva York. Y ese dilema es una lí-nea conductora en la película de Pichi: soy demasiado cubana para vivir en Nueva York, y demasiado neoyorkina para vivir en La Habana.

¿Qué significa Andrés Levin en tu vida? Él es una persona maravillosa, su

motor de vida es crear todo el tiempo. Andrés ha sido una escuela grande pa-ra todos nosotros, los de Yerba Buena. Él dice que yo fui la columna vertebral porque traje a los cantantes, y él trajo la parte musical. Hay músicos que se dedican a un estilo en específico, An-drés no. Él nos enseñó a escuchar de todo, nos inculcó ese eclecticismo mu-sical que cada uno tenemos hoy en nuestras mentes. Es también por su tra-bajo. Como productor empezó muy jo-ven a componer y producir para Tina Turner, Chaka Khan, David Bowie, Aterciopelados. Transitó desde el rock alternativo en español hasta las cantan-tes de soul más famosas de Estados Unidos, de la música pop hasta Caeta-no Veloso. Su mundo era tan ecléctico que él nos empapó, nos enseñó esa to-lerancia musical que es tan linda. Aho-ra está conmigo aquí en Cuba y nos va-mos a ver lo mismo a los Muñequitos de Matanzas, que a la Camerata Ro-meu, que a Ernán López-Nusa.

Cuba tiene ese eclecticismo musical. Andrés me dice que hay tres lugares así en el mundo: Nueva York, Cuba y Brasil.

Has aparecido en varias producciones ci-nematográficas como El cantante, Bailan-do Suave 2, y ahora en esta película con Pe-rugorría, ¿tienes planes de tomar el cine más en serio?

No sé. A mí siempre me ha fascinado actuar, pero a veces antes de ir al casting de una película prefiero quedarme es-cribiendo la letra de una canción, o ten-go un compromiso de un concierto. El cine es algo muy serio que requiere de-dicación y estudio, aunque hay actores muy naturales, como muchos del cast de Almodóvar, por ejemplo. Si me llaman para una película independiente con un guión interesante, y es una película para hacer arte, yo voy y la hago. Eso sí me in-teresaría, hacer cine independiente.

Una frase tuya que leí por ahí me llamó la atención: «Quiero ser siempre una turista en Cuculand.»

¡Ah!, por ahí viene, vas a tener la ex-clusiva. Es que a mi próximo disco le quiero llamar Turista. El turista puede ser algo como un cliché, pero si te fijas, tiene una inocencia que pierde a veces la gente culta. Como ir, no sé, a Baracoa, donde va Pichi ahora, y ver la belleza na-tural y decir: «Ah, qué hermoso es esto.» El turista, en su inocencia, en su igno-rancia también, siempre descubre la be-lleza de lo que está ahí. Eso es algo que todos deberíamos mantener, es lo que te hace reinventarte siempre, sobre todo para los artistas. Yo digo que cuando se pierde esa inocencia de la creación, se pierde la oportunidad de reinventarse uno como artista. Es lindo ver la torre Eiffel 20 mil veces, y 20 mil veces decir: «Este arquitecto se pasó.» Somos turis-tas también de la vida, porque la esta-mos pasando de turismo y siempre esta-mos descubriendo algo nuevo. En su li-bro Paradiso, uno de mis favoritos cubanos, José Lezama Lima escribió: «Hoy me sorprendo donde todos los días digo cotidiano.» Es eso, enamorar-se de la vida cotidiana. CM

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QuEridos lEctorEs: Seleccionamos algunas opiniones de las muchas recibi-das en los últimos días, con la intención de abarcar diferentes temas y provocar el debate sobre los mismos. Agradece-mos como siempre la fidelidad de uste-des y la seriedad con la que asumen la labor de continuar la discusión que pro-ponemos. Gracias.

eNRIqUe UBIeTa GÓMeZ

Estimado Enrique, aca-bo de leer tu ensayo «Sé estúpido». Tocas un te-

ma que es digno de investigación. Aquellos que se han leído a Max Weber (La ética protestante) y des-pués han repetido que esa ha sido la ética norteamericana, por lo visto nunca llegaron al último ca-

pítulo de esa obra y sus dos últimas pá-ginas. En ellas, Weber anota que en el triunfo del capitalismo como sistema económico, una vez que se inicia la eta-pa industrial, se desarrolla una lógica que destruye esa propia ética (Calvinis-ta, del trabajo) y la transforma en una «ética» que sólo enfatiza el consumismo y el individualismo. O sea, lo contrario de la ética protestante. En otras pala-bras, ese magnífico libro establece que el capitalismo en sus inicios para acu-mular capital usa la ética de trabajar mu-cho y diferir gratificaciones. Se enfatiza el sacrificio, la acumulación, y el no con-sumo. Después el propio capitalismo in-dustrializado asesina a la ética protes-tante. Weber no indicó los elementos primordiales de la ética consumista. Christoper Lasch, sin embargo, en el li-bro The Age of Narcissism detalla cómo el consumismo individualista (estúpido) lo profana todo. Así es.

Ahora, LO INTERESANTE es que: el hiperconsumismo se inicia en 1957 –casi al mismo tiempo que la revolución cubana. Y mientras la revolución saldrá a defender los derechos sociales y a li-quidar el capitalismo (y más tarde, con dificultad, a desarrollar la ética del tra-bajo, nuestra versión cubana del Protes-tant Ethic en términos funcionales), Esta-dos Unidos se estaba ya divorciando progresivamente de esa misma ética.

Estados Unidos se ha opuesto a la re-volución por numerosas razones que to-dos conocemos (desafío anticolonial, etc.), pero también es que Cuba repre-senta lo que Estados Unidos proclamó eran sus principios de autosuficiencia, trabajo duro, etc. No me sorprende, por lo tanto, que los pro-norteamericanos dentro de la isla adopten toda la ideolo-gía narcisista, consumista. Claro, esa «cultura» del disfrute es a-histórica, a-sociológica. En sí, entre menos se es, hay que consumir más.

As they say in this country, those are my two cents. Un abrazo,

NeLSON P. VaLDÉS

Mis más sinceros saludos y perdone la osadía de exponer mi criterio, que no pretende ser una crítica de su bien in-tencionada colaboración en La CaLLe DeL MeDIO. Gracias por todo.

aGUSTÍN SaNDOVaL MeDINa

Estimado colega, hace tiempo que no escribía a mi publica-ción favorita, el motivo es que

no estaba en Cuba, pero al fin regresé y mi familia cumplió al pie de la letra mis instrucciones, pues he encontrado todos lo números de La CaLLe DeL MeDIO. Veo que no han bajado la parada y que la pu-blicación goza de buena salud. En los dos últimos números he leído artículos interesantísimos. Uno se refiere a la mo-da y me parece que quien lo escribió es-tá muy al tanto de lo que sucede en nues-tro país con modas y modismos. Te voy a poner un ejemplo, ahora se les exige a los jóvenes que van a discutir su trabajo de graduados que tienen que ir de saco y corbata, prendas hoy obsoletas en nuestro vestuario, ya sea por los proble-mas que hay para adquirirlos o porque como dicen los jóvenes es un «cheada». Pues bien, esos diplomantes tienen que alquilarlos y muchas veces no los en-cuentran en los establecimientos del Es-tado y tienen que ir a los particulares que los cobran en divisas a precios que muchas veces no están al alcance de sus padres y sólo por la hora que va a durar la discusión de la tesis.

Otro trabajo que llamó mi atención fue el de la calle G, muy interesante, y so-bre todo muy crítico pero a la vez aleccio-nador para que la juventud conozca la verdad de lo que sucede allí. La verdad es que hay que ofertarles a nuestros jóvenes lugares donde divertirse, pues todos no disponen de moneda dura, como le dicen algunos, para acudir a una discoteca. Por favor, no desmayen en esos trabajos tan interesantes y educativos. Se lo agradece-mos los viejos y los jóvenes amantes de la cultura. Los quiero mucho y admiro a tu colectivo. Cariños,

MaRIaNa VeNeRO

Hola a todos los lectores: El que aquí opina es un asiduo lector de este gran

espacio cultural que es La CaLLe DeL MeDIO, y un seguidor de la mú-sica popular bailable cubana, es-pecíficamente de la timba. Siem-pre me han gustado la Charanga, Los Van Van, el Médico, NG, Bamboleo, Issac, etc. Creo que ese fenómeno de principios de los 90, el llamado boom de la timba cubana, no tiene parangón en la historia de ese género a nivel mundial. Es una pena que Cuba haya estado tan aislada precisa-mente en ese momento, porque

no dudo que hubiera arrasado en la competencia del mercado de la salsa. En ese ámbito, David Calzado y la Charan-ga Habanera tuvieron un papel muy protagónico, porque rompieron deter-minados esquemas sonoros y visuales de ese tipo de expresión artística. Me parece que David siempre buscó en pri-mera instancia la popularidad, cosa que alcanzó rápidamente, pero creo que lle-

gó a ella haciendo cosas nuevas y trans-gresoras. Ya en el momento de la crisis de la timba a principios de los 2000, la Charanga siguió en la cima de la popu-laridad, aunque su propuesta no creo que haya sido novedosa como en los 90. De todas formas, el hecho es que alcan-zó, tras la crisis de Los Van Van y la sali-da del Médico del panorama nacional, el primer lugar en la preferencia del pú-blico bailador hasta nuestros días. Así y todo, considero que en las palabras del maestro hay cierto aire de autosuficien-cia. No creo que ser los primeros en el ranking de lo popular indique que sean los mejores, ni que merezcan más que otros estar en la Plaza de la Revolución con Juanes, ni ganar el premio al mejor video del año por encima de otros. No sé, pero a mí me dio la impresión de que Los Van Van demostraron en la Plaza que, ciertamente, nadie podía con ellos. El fenómeno actual del intercambio cul-tural con Estados Unidos tiene más pro-tagonistas que la Charanga o Buena Fe. También están otros grandes como Sil-vio Rodríguez, Omara Portuondo, Car-los Varela, Los Van Van, Paulo FG, Pupy y Los que Son Son, etc. La popularidad no puede hacer olvidar a David Calzado que cuando él llegó al panorama de la música bailable, ya había otros «mons-truos» del género, y algunos todavía tie-nen cosas que enseñar. Seguiré siendo charanguero, bailador, timbero, pero le recomiendo a David un poquito más de modestia. Y le felicito por su último dis-co, que está muy bueno. Un saludo a to-dos,

aLBeRTO MeNÉNDeZ Profesor de la Universidad de La Habana

Compañero H. Romo Si-gler:Le diré que leí su artículo

publicado en La CaLLe DeL MeDIO y me resultó muy interesante por las estadísticas ofrecidas de las grandes estrellas de la ofensiva cubana en las series nacionales.

De esta manera se conoce realmente quién es quién, si de bateo se trata.

Creo que Cuba tiene potencial para enfrentar cualquier evento internacio-nal, pero discrepo de usted cuando dice que estaremos listos para ganar el próxi-mo Clásico si los Yuliesky, Despaigne y otros grandes, veteranos y jóvenes, rin-den lo que de ellos se espera. En mi ca-so, no tengo información sobre el béis-bol que se juega en la arena internacio-nal y así creo que está la mayoría de los aficionados cubanos, pues no se nos brinda la posibilidad de conocer la pelo-ta foránea a través de programas televi-sivos que sigan las diferentes ligas del mundo como sucede con el fútbol. Us-ted brinda nombres de peloteros que los cubanos no conocemos, ¿de dónde va-mos a conocerlos? En mi caso los conoz-co, pero por esfuerzo propio, por la lec-tura de libros, folletos y revistas que a mí han llegado.

Qué bueno sería que usted y otros periodistas y especialistas abogaran por una divulgación que hoy no existe del béisbol internacional, en aras de que los cubanos podamos discutir o polemizar sobre los peloteros extranjeros y sobre

los lEctorEs opinanescríbanos a:Calle 21 no. 406, Vedado, La Habana, Cuba. cp 10400

email: [email protected]

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Hola a todos, ante todo felicitarlos por su exce-lente revista la cual toca

temas actuales del acontecer na-cional e internacional en distin-tas esferas. He leído casi todos los números de la revista y aunque no siempre concuerdo con algún que otro artículo, me gusta el to-que moderno que tiene y el res-peto a los criterios de los lectores que opinan y polemizan en sus cartas.

El motivo de esta pequeña mi-siva es en relación con el artículo titulado «En el silencio de los ro-

peros», publicado en el No. 23 de esta re-vista. Quisiera preguntarle a la autora y con el mayor respeto, ¿qué entiende por «buen vestir»? Es muy cierto que cada nación tiene sus trajes tradicionales y se enorgullece de ellos, pero no vemos a ningún boliviano viajando por el mun-do envuelto en un poncho, ni a un esco-cés en saya de cuadros haciendo turis-mo, nunca he visto al Presidente de Chi-na con una bata de seda bordada de dragones ni a la Primera Dama vestida de geisha, que es el vestuario típico de ese país.

A la primera conclusión que quiero llegar es a que tiene razón en que la gua-yabera es la camisa, por así decirlo, típi-ca de nuestro país; pero eso no la hace adecuada para todas las ocasiones, sin considerar –como ella bien dice– los precios que ostenta en la Red de Tiendas en Divisa. A mí particularmente me gus-ta mucho la línea de camisas «Compay Segundo», pero la más barata no baja de los 35 CUC. En cuanto a pulóveres, los pocos que se fabrican en nuestro país –pues la mayoría son importados–, el que no tiene estampado al Che dice CU-BA o si no Habana Club; no pretendo re-negar de mi cubanía, de hecho tengo pu-lóveres con la imagen del Guerrillero Heroico y me siento muy orgulloso de usarlos, pero eso no es variedad. Quien le escribe es trabajador de la Industria Ligera y me ha tocado trabajar en el di-seño y realización de los stands expositi-vos de las distintas uniones de este Mi-nisterio, en las ferias comerciales que se realizan en el país, además he participa-do en la confección de los catálogos de productos de muchas de estas empresas como por ejemplo, La Unión del Cuero y del Calzado Cubano «COMBELL».

Hay muchos productos de proceden-cia nacional que no se hacen aquí, pero se extendería demasiado esta carta y no deseo abusar del preciado tiempo de los lectores. Sólo me resta preguntar ¿de qué «moda» (cubana) hablamos?

En nuestro país existen muy buenos diseñadores que se esfuerzan por lograr esos resultados, no sólo para los nacio-nales, sino para todo aquel que aprecie el «buen vestir».

Creo que el que no lo hayamos lo-grado aún, no nos da derecho a criticar el trabajo de quienes han sabido llevar la moda hasta esos jóvenes, entre los cuales me incluyo, que no dejamos ni un minuto de ser cubanos ni revoluciona-rios ni humanos por usar en lugar de una guayabera un pulóver que diga Pu-ma o Dolce and Gabana.

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la confección de los posibles equipos que Cuba enfrentará en la arena inter-nacional.

Pruebe usted compañero periodista y pídale a los aficionados cubanos –prin-cipalmente a los jóvenes– que hagan las nóminas de los equipos que van al Mun-dial de fútbol Sudáfrica 2010 (…) Como podrá imaginar, no habrá impedimento, pues actualmente este deporte es el más divulgado en la TV cubana, me refiero a lo internacional. Cualquier cubano de hoy puede discutir sobre este deporte como cualquier español, inglés, italiano, mexicano, argentino, brasileño, etc. Pa-reciera que nuestro deporte nacional es el fútbol. Es penoso que los cubanos no podamos hablar del béisbol mexicano, panameño, venezolano, boricua, domi-nicano, japonés, coreano, americano, ru-so, en fin, del béisbol que se juega en el mundo, es increíble que se nos prive de este conocimiento. He enviado otros co-rreos a la publicación mensual de La Ca-LLe DeL MeDIO y como si yo fuera de otro planeta no se ha publicado mi inquie-tud, ahora con su trabajo usted me ha dado pie para tocar este tema que al pa-recer está prohibido por alguna política errónea. Es absolutamente increíble que la televisión cubana no tenga un progra-ma de béisbol aunque sea una vez a la semana, sí, netamente de béisbol, no co-mo el de Al duro y sin guante en el que el béisbol muere cuando se acaba la Se-rie Nacional. Desde sus inicios hasta la actualidad, la pelota cubana es y será fuente para la inspiración de periodis-tas y comentaristas especializados que puedan brindar buenos programas en radio y televisión, así como para hacer artículos en prensa plana como este que usted nos regaló en el No. 23 de La CaLLe DeL MeDIO. Sin darnos cuenta, estamos borrando parte de la historia de la pelo-ta cubana y, cuidado, mucho cuidado, recordemos que la pelota es parte de nuestra identidad. Yo pensaría que si se trata de comparar a Germán Águila con Héctor Rodríguez, en 3ra. base, muchos cubanos hoy pensarían que se trata del incomparable comentarista Héctor, que tantas series nacionales y eventos inter-nacionales ha narrado para tantos cuba-nos jóvenes y menos jóvenes; incluso se harían la pregunta ¿eh, y jugó pelota? Pocos reconocerían que se trata de Héc-tor Rodríguez, el 3ra. base del Almenda-res; y en cuanto a Germán Águila, mu-chos jóvenes sabrán que fue un árbitro bueno, entre los polémicos de nuestro béisbol, pero muchos han olvidado que fue uno de los mejores 3ra. base de la ca-pital y de Cuba.

Quedaría muy complacido si usted o alguien me explica por qué hemos rele-gado nuestro deporte nacional a un se-gundo plano en cuanto a divulgación se trata, y por favor, no sólo internacional-mente, sino también nacionalmente, y para ejemplificar mi opinión, les pre-gunto a La CaLLe DeL MeDIO y a sus lecto-res quién fue «El Príncipe de Belén» de la pelota cubana, ¡ojalá me equivoque!

Amo el béisbol y me duele que ac-tualmente lo releguen a un segundo pla-no. Actualmente, incluso, los más jóve-nes juegan al balompié en los terrenos de pelota, en mi tiempo eso era un peca-do. Ahora a mis 48, veo con preocupa-ción que ya los niños no juegan al taco ni a las 4 esquinas, ni quieren ser como Padilla, Pacheco, Vargas, Linares, Yulie-sky o Malleta; sin embargo, juegan al futbolito en las calles y quieren ser co-mo Messi, Eto, Kaka o Cristiano Ronal-do. Creo que hace falta una carga para matar a varios bribones que quieren

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Me gusta también la pelota de Grandes Ligas y quisiera tener, al menos de vez en cuando, un resumen de lo que allí acontece. Espacio disponible en la pro-gramación no falta, puesto que al fútbol, por ejemplo, se le dedica casi toda la tar-de del domingo.

Aunque con carácter eventual, desde el Primer Clásico, y también desde an-tes, Cuba se mide de tú a tú con profesio-nales de alto nivel. Para lo que estoy proponiendo existe incluso la ventaja de que las temporadas no coinciden.

Me gustaría saber cómo le va a Ichi-ro, cuántos jonrones lleva Albertico Pu-jols o si se espera que los Rockies den guerra este año. A estas alturas, no veo por qué puedo estar al tanto de los goles de Messi o de Cristiano Ronaldo, de si clasifica o no el Barza, de quién ganó un Grand Prix de Fórmula Uno en la lejana Malasia, y sin embargo, la pelota, que nos interesa a una enorme cantidad de gente queda como en la bruma, como al-go que no existe fuera de este país. Ter-mino la descarga. Aparte de no ser un especialista, tengan por seguro que res-peto criterios diferentes. Por último y sin mencionar nombres, quiero de ver-dad felicitarles a ustedes y hacerles lle-gar mi reconocimiento por el trabajo que realizan. Atentamente,

eRIk RaVeLO DeL VaLLe

Una pequeña opinión si me lo permite Helmis Michael Diéguez Her-

nández: las palabras no son ma-las ni buenas, las palabras exis-ten, en mi modesta opinión. ¿Qué es feo? ¿Qué está mal, fuera de aquello que no cumple con el sis-tema de leyes jurídicas estableci-das por un país? Las malas pala-bras no van en contra del lengua-je, no son un estigma, son un tabú, igual que el sexo sin amor, el de puro placer, el que también pue-de ser protegido y no tiene que ser rechazado como si todavía vi-viéramos bajo la mirada atenta de la Iglesia con su Dios celoso todo-poderoso e inquisidor, sin faltar el respeto a aquellos que en Él tie-

nen fe, pero hay que ser objetivos y de-cir que para la Iglesia el sexo fuera del matrimonio todavía es un pecado. Sí, creo que debemos cabalgar a Rocinante, o a Rucio, ¿por qué siempre lo ignoran?, pero no para marchar contra unos moli-nos de viento que tampoco son reales, las «malas palabras», no encuentro otra forma de llamarlas porque así desgra-ciadamente las conocen todos, no pre-tenden asesinar al español, ni al inglés, ni al alemán, ni al islandés. Marchan dentro de cada idioma a su par y usual-mente son el reflejo de los sectores más humildes de los pueblos, que al menos tienen la dicha de hacer lo que les venga en gana con la lengua sin rendirle cuen-tas a nadie. Es de ahí de donde se enri-quece el idioma, no de donde se deni-gra. Son ustedes los que violan la lengua tratando de olvidar palabras que han nacido para decirse, aquellas que no se deben mencionar son las que no exis-ten, y probablemente sea Pudendo, Vul-va y Miembro las que languidecen en tus urnas de cristal.

DaNIeL MaZORRa SOLÁ estudiante 4to. año Bibliotecología

y Ciencias de la Información Universidad de la Habana

con su actitud, quizás sin quererlo, bo-rrar la historia y la tradición beisbolera del pueblo cubano. Por favor, que nadie se sienta ofendido, es lo que siento y es-taría muy feliz si alguien me aclara o me demuestra lo contrario. Saludos,

Ing. ULISeS VaLDÉS VILLeGaS

Amigos cronistas:Hace algunos años que no se-guía de cerca nuestra pelota, pe-

ro sorpresivamente, me vi envuelto en la comedera de uñas de la final última entre Industriales y Villa Clara.

Un poco revivía la época de los Mar-quetti y los Capiró, de los Alarcón ense-ñando el número, de Guaguita López o del Curro, de los corrings locos de Víctor Mesa, de los «azúcar!» de Bobby Sala-manca.

Mi película llegaba no mucho más allá de los tiempos del Niño Linares, ese que a decir de Peter Gammons, figura en-tre los mejores peloteros que ha visto.

Aunque pueda parecer «periódico viejo», toco de nuevo lo ocurrido en aquel polémico juego donde decretan el «quieto» en segunda. Lo hago porque, como experiencia, sigue siendo un he-cho tan discutible como aleccionador.

En mi opinión, y dado el ángulo que en ese momento tenía el árbitro de se-gunda, le resultó imposible apreciar si el corredor fue o no tocado por la espalda. Se trataba de una decisión bien difícil pues en realidad no vio la jugada. Todo lo más que pudo distinguir fue el pie fuera de la base cuando el camarero re-cibe el tiro.

Pero la repetición muestra dos cosas interesantes: Primera: Que el corredor fue efectivamente tocado, apreciación esta que es compartida (incluso expre-sada) desde un primer momento tanto por Héctor como por Modesto.

Y Segunda: Cuando está ocurriendo el tiro desviado, el umpire de primera no está mirando hacia allá, sino que al pa-recer, tiene la vista en su almohadilla, probablemente concentrado en decretar en su base después del pivoteo del infiel-der, lo cual parecía inminente si este hu-biese recibido un tiro bueno.

En resumidas: no estamos ante un caso de apreciación, sino ante una clara imposibilidad de haber apreciado. La decisión NO se basó en algo que obser-varon los árbitros. Ellos... simplemente no vieron nada, mejor dicho: no vieron lo que debieron y pudieron haber visto. No demoraré en explicarme mejor.

La cámara dice que fue out, out como un edificio, pero como esta asistencia no aparece en los reglamentos, se prefi-rió mantener la decisión inicial..., erró-nea a todas luces.

Ya se sabe que para la serie mundial de 2009 quedó legalizado el acudir al vi-deo en jugadas dudosas o de muy difícil apreciación, lo cual permitió decretar correctamente, ya en ese mismo evento, un jonrón por pulgadas cuando parecía que la bola regresaba al terreno después de rebotar contra la cerca.

Ahora bien: creo que lo ocurrido en el Latino debería servir de expe-riencia para precisar mejor no sólo las facultades de los árbitros, sino tam-bién sus OBLIGACIONES, se ponga o no en vigor la ayuda del video como recurso último.

Regresemos a la imagen de nuestro árbitro de primera mirando para su al-mohadilla en el momento en que tienen lugar las acciones cerca de segunda. Es-te es el mismo hombre de quien se espe-ra esté atento a si un bateador pasa o no pasa el bate en un swing contenido, y cu-

ya apreciación puede decidir no un sim-ple strike o bola, sino también el resulta-do de un encuentro. La distancia que lo separaba del corredor rumbo a segunda al momento de ser tocado era segura-mente mucho menor de la que habitual-mente tiene respecto al plato. Además, nada interfería la visión.

A donde quiero llegar: Los árbitros –al menos los de cuadro– han de estar preparados todo lo más posible para opinar –y hasta para decretar– sobre lo que ocurre en la dinámica del juego, y no limitarse a cubrir el área de respon-sabilidad en sus bases respectivas. En el caso que nos ocupa, la acción correcta a tomar por el umpire de segunda (supon-go que lo hizo) era apelar al único de sus colegas que pudo haber visto lo sucedi-do, por supuesto, si hubiera estado aten-diendo. De hecho, aquí no hacía falta ni la referencia a la cámara, la que única-mente habría confirmado la justeza del out que debió decretarse.

No sé si posteriormente los medios analizaron el lance bajo esta óptica. Re-conozco que no le di seguimiento al asunto en días posteriores.

Por otra parte, el hecho de que Villa Clara ganara finalmente el juego, acaso contribuyó a que no se examinaran más a fondo los errores de arbitraje. Esto úl-timo es una conjetura.

Pero hay otra arista del problema que tampoco digerí muy bien: según el comentario que apareció en la prensa al día siguiente, resulta que lo peor de todo, lo que no puede tolerarse de nin-guna manera, es la gran protesta que ar-maron los muchachos de Villa Clara, es decir, la pérdida de ecuanimidad en un momento crítico a causa de un veredicto claramente equivocado. Eso, justo eso, se convierte en lo inaceptable del episo-dio. Ahora bien, si se reconoce que es un caso difícil para los árbitros, ¿por qué no se asume en los medios que es también algo insólito para los peloteros? Por supuesto, no estoy apoyando ni mu-cho menos que se produzcan situacio-nes incontrolables en el terreno, pero se-gún la televisión y el periódico, lo que tocaba en aquel momento era que los jugadores, imbuidos del espíritu de la disciplina, se dirigieran a su director para que éste transmitiera a los árbitros su desacuerdo. Así de bonito. No falta-ría sino que tuvieran que hacerlo por es-crito y con copia a la comisión nacional.

Claro que a veces hay que actuar con firmeza para evitar males mayores, pero creo que desde el punto de vista INFOR-MATIVO, no era el mejor momento para exigir de los villaclareños una conducta exquisita y ordenada.

Y aquí me asalta una duda que me gustaría aclarar: ¿dónde está escrito que un jugador no puede protestarle a un árbitro? Hasta donde sé, lo que no pue-de es hacerlo en forma irrespetuosa o agresiva, pero protestar está dentro de la magia de la pelota, desde los tiempos de la corneta. Si se pasa de la raya claro que lo expulsan, pero no hay que exage-rar: si usted parquea mal no va a pri-sión, sino que le ponen una multa del tercer grupo. Quizás llegue el día en que funcionen algo así como las tarjetas amarillas en el fútbol.

Una consideración final: pienso que va siendo hora de abrir un poco las in-formaciones sobre la pelota en el mun-do. Tan profesionales son el Real Ma-drid, el Manchester United o el ajedrez de Topalov, como lo son los Marineros de Seattle o la liga élite de Corea y del Ja-pón. No estoy hablando de cosas impo-sibles desde el punto de vista de costos.

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aLDO LÓPeZ-GaVILÁN eN VIVO intérprete: aLDO LÓPeZ-GaVILÁN JUNCO Producciones Colibrí, 2009

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propuEstasmusicalEs

La CaLLeDeL MeDIOMaYO 2010

a cargo de aILeR PÉReZ, ISaBeL SOUTO y CaRMeN SOUTO

De MI CUBa YO TRaIGO UN SON autor: PaNCHO aMaT intérprete: PaNCHO aMaT y SU CaBILDO DeL SON CD De mi Cuba yo traigo un son Bis Music, 2009

DISCReTa autora: HaYDÉe MILaNÉS intérpretes: HaYDÉe MILaNÉS Y OMaRa PORTUONDO CD a la felicidadPM Record, 2009

PODeR a La GeNTe autores: ORLaNDO aCOSTa Y MILTON NúÑeZ intérprete: CHLOVeR CD Primer encuentro con el lado oscuro agencia Cubana de Rock, 2008

MI SONGO autor: SaMUeL FORMeLL intérprete: LOS VaN VaN CD arrasando eGReM, 2009

DaNDO Y DaNDO autor: RaNDY MaLCOM Y aNeD MOTa intérpretes: HaILa, eL MICHa y LOS MaTaDOReS CD en producción, 2010

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La PeCaDORa intérprete: VeRÓNICa dir. : BILkO CUeRVO

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PeÑa DeL aMBIa Miércoles alternos a partir de las 5:00 p.m. en el Hurón azul de la Unión de escritores y artistas de Cuba

EspaciO

25MaYO2010

NÚMERO directorenrique ubieta gómez

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correcciónana rosa gort

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rnps: 0583

colaboradoresa.a.g.santiago alba ricoyoel garcíaluisa maría gonzálezantonio lópez sánchezramón o. pérez aragón

ailer pérezh. romo siglercarmen souto anidoisabel souto anidojorge wejebe cobo

direccióncalle 21 no. 406, vedado, la habana, cuba. cp 10400.

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Hoy se sabe que algunos métodos de cocina o alimentos son menos conve-nientes que otros para la salud. En tan-to, existen muchos secretos que permi-ten mejorar la forma de cocinar y pre-venir enfermedades. La cocina sana es una de las mejores aliadas en la bús-queda de la longevidad.

¿A qué se llama cocina sana? Es el arte de preparar los alimentos

en forma saludable, minimizando los riesgos para la salud que a veces impli-ca la cocina tradicional. Básicamente se ocupa de cómo evitar los excesos de grasa, colesterol y sal, relacionados con las enfermedades cardíacas, arterios-clerosis, obesidad, hipertensión y cier-tos tipos de cáncer. Una de sus pautas más importantes es aumentar las pro-porciones de alimentos de origen vege-tal, como cereales, legumbres, frutas y hortalizas. Por supuesto, el orgullo de la cocina sana es lograr más salud con-servando e incluso aumentando los buenos sabores.

Reducir el consumo de sal, azúcar y grasa implica beneficios para el cora-zón, el peso, los dientes y la presión sanguínea.

La sal y cómo disminuirlaLa sal se utiliza en la industria

como conservante, ya que inhibe el de-sarrollo de bacterias en la elaboración de alimentos como jamones, quesos y conservas de pescados, carnes y verdu-ras. Los productos que contienen mu-cho sodio (sal) o mucha azúcar no ne-cesariamente poseen gusto muy salado o dulce. Por eso a veces podemos creer que un alimento es conveniente cuan-do en realidad sería mejor evitarlo.

La necesidad diaria de sal es de sólo 6 gramos, cantidad que se encuentra naturalmente en los alimentos, pero comúnmente se añade porque realza el sabor. Así se llega a duplicar o tripli-car la cantidad que necesitamos.

Para evitar esto la cocina sana re-curre a las hierbas y las especias, que añaden aroma y sabor sin aumentar el nivel de sodio. Por otra parte, otorgan la posibilidad de combinarse de múlti-ples formas y no aportan calorías. Se recomienda condimentar primero con ellas, probar la comida, y luego, si hi-ciera falta, agregar sal.

Puesto que muchas personas incor-poran sal en forma mecánica antes de comer, no conviene llevar el salero a la mesa. Asimismo, cuando se hierven verduras o fideos hay que agregar la sal gruesa en el momento de la ebulli-ción, para evitar que al reducirse el agua queden salados de más.

Por otra parte, la cocina sana pre-fiere reducir al mínimo los alimentos ricos en sal como salchichas y otros embutidos, fiambres, quesos duros y productos enlatados en exceso (mucho control). Hay productos comerciales que en su etiqueta no indican que po-seen sal, aunque sí, por ejemplo, gluta-mato monosódico, bicarbonato de so-

dio, citrato de sodio o sal de cebolla: to-das esas sustancias poseen sodio y conviene evitar un consumo excesivo.

Fundamental: reducir grasasLas grasas son parte de muchos ali-

mentos e influyen en su sabor, aroma y textura; aportan muchas calorías y po-cos nutrientes. Se clasifican en dos ti-pos: saturadas y no saturadas.

Las grasas de origen animal son muy saturadas; resultan perjudiciales para la salud ya que elevan el colesterol en sangre y favorecen la formación de placas de ateroma, que con el tiempo pueden derivar en arteriosclerosis. Cuanto más saturada es la grasa, más firme es su consistencia a temperatura ambiente. La manteca, por ejemplo, con-tiene alrededor de un 80% de grasas, de las cuales un 59% son saturadas.

En tanto, las grasas de origen vege-tal son principalmente no saturadas. Pueden incluirse en la alimentación en proporciones adecuadas sin que pro-duzcan efectos no deseados. Al contra-rio, consumidas en reemplazo de las grasas saturadas ayudan a disminuir el colesterol en sangre y a mantener ba-jos sus niveles. Los aceites de maíz, uva, girasol, soya y oliva son grasas no satu-radas. El último, el aceite de oliva, ayu-da especialmente a disminuir los nive-les de colesterol en sangre.

La cocina sana utiliza el aceite en cantidades moderadas y reserva las fri-turas para muy contadas ocasiones. Cuando se calienta el aceite a alta tem-peratura, este modifica su composición química y pasa a semejarse a las grasas saturadas con sus mismos efectos. Una buena forma de dosificarlo es usar acei-te en aerosol, siempre con la sartén u olla alejada del fuego en el momento en que se las rocía.

Los productos lácteos (leche, yogur, leche cultivada, quesos) tienen grasas animales, por lo que es preferible siem-pre que sean descremados. La mante-ca, fuente de grasas saturadas y coles-

terol, puede evitarse completamente si se reemplaza por quesos blancos o spray vegetal en el caso de la fritura.

La salsa blanca, muy útil para reem-plazar a la crema, puede hacerse sin manteca: mezclar la leche descremada con almidón de maíz (maicena) y llevar al fuego a espesar. Retirar y condimen-tar con sal, pimienta y nuez moscada; puede agregársele aceite, sin someterlo a cocción.

El azúcar y sus reemplazosEl azúcar constituye un combusti-

ble para el cuerpo: provee energía para el metabolismo de los tejidos, especial-mente los músculos y el cerebro. Pero aporta muchas calorías y por lo tanto no conviene que la consuman en exce-so quienes tienen que adelgazar o man-tener el peso; a la vez, favorece la apari-ción de caries.

Está presente en la mayoría de los alimentos (leche, cereales, legumbres, verduras, frutas) naturalmente, por lo tanto no sería necesario agregarla en forma extra, salvo por el deseo de sa-bores dulces. Es posible reemplazar el azúcar por edulcorantes libres de as-partamo, productos sintéticos de alto poder endulzante. Otra manera es acostumbrar de a poco el paladar a to-mar infusiones sin azúcar.

Si no queremos consumir azúcar debemos hacer una cuidadosa lectura de las etiquetas de los productos co-merciales. Muchos de ellos no indican que contienen azúcar pero sí sacarosa, melaza, glucosa, fructosa, dextrosa, lactosa, sorbitol, xilitol, manitol, que son diferentes tipos de azúcares.

En cuanto a la miel, puede resultar ventajoso su uso en pequeñas cantida-des debido a su contenido en fructosa, que es más dulce que el azúcar común y por ello se necesita menor cantidad para endulzar. Cuando se reemplaza el azúcar por miel en una receta que in-cluye líquidos es necesario reducir la cantidad indicada de este último. CM

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