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II Jornadas Espectros de Althusser - 2011 284 Mesa: Escenas de la política contemporánea: desafíos para la teoría EL SURGIMIENTO DEL KIRCHNERISMO. PRÁCTICA POLÍTICA, CONTINGENCIA Y ENCUENTRO Jimena Soledad De la Cruz El siguiente trabajo buscará indagar sobre la relación entre las nociones de sujeto, acontecimiento, encuentro, coyuntura, vacío y práctica política. En este sentido abordaremos el carácter aleatorio de las prácticas, la noción de clinamen y la necesidad de la contingencia así como la articulación entre política y sujeto. Se reflexionará sobre el pensamiento en los límites, procurando utilizar la estrategia de la “lectura de la lectura” a la hora de abordar a los autores. El desafío que nos planteamos es realizar una lectura althusseriana de la coyuntura política argentina, pensar procesos políticos e históricos recientes (tras la crisis política, económica y social del 2001 y el surgimiento del kirchnerismo) desde la óptica del vacío, la contingencia y el encuentro. De esta manera problematizar la cuestión de la práctica política y su (im)posibilidad de previsión, desde un pensamiento de la coyuntura, de manera tal de pensar lo políticamente impensable y de señalar la imposibilidad de un sujeto fundante moderno. En este señalamiento intentaremos dar cuenta de la posibilidad de positivizar la política en el acto de afirmar a un otro y sostener la diferencia. El problema de la duración Según Althusser, “el único que pensó la teoría de la historia política, de la práctica política en presente, es Maquiavelo” 1 y desarrolló un pensamiento de la coyuntura a fin de pensar lo políticamente inasible, impensable. Maquiavelo no sólo pensó la coyuntura como tema sino que pensó en la coyuntura, de allí la importancia de retomar su lectura a fin de abordar un proceso político actual y problematizar la duración del mismo. Althusser nos recuerda que Maquiavelo es siempre actual y moderno dado que sus 1 Althusser, L. (1988): “Una filosofía para el marxismo: la línea de Demócrito” en Filosofía y marxismo, Siglo XXI, 1998. Entrevista por Fernanda Navarro.

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Referencia bibliográfica: Memorias de las II Jornadas Espectros de Althusser : diálogos y debates en torno a un campo problemático. Buenos Aires : Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales. Carrera de Ciencias de la Comunicación, 2012. ISBN 978-950-29-1370-4

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II Jornadas Espectros de Althusser - 2011

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Mesa: Escenas de la política contemporánea: desafíos para la teoría EL SURGIMIENTO DEL KIRCHNERISMO. PRÁCTICA POLÍTICA, CONTINGENCIA Y ENCUENTRO

Jimena Soledad De la Cruz

El siguiente trabajo buscará indagar sobre la relación entre las nociones de sujeto,

acontecimiento, encuentro, coyuntura, vacío y práctica política. En este sentido

abordaremos el carácter aleatorio de las prácticas, la noción de clinamen y la necesidad

de la contingencia así como la articulación entre política y sujeto. Se reflexionará sobre

el pensamiento en los límites, procurando utilizar la estrategia de la “lectura de la

lectura” a la hora de abordar a los autores.

El desafío que nos planteamos es realizar una lectura althusseriana de la coyuntura

política argentina, pensar procesos políticos e históricos recientes (tras la crisis política,

económica y social del 2001 y el surgimiento del kirchnerismo) desde la óptica del

vacío, la contingencia y el encuentro. De esta manera problematizar la cuestión de la

práctica política y su (im)posibilidad de previsión, desde un pensamiento de la

coyuntura, de manera tal de pensar lo políticamente impensable y de señalar la

imposibilidad de un sujeto fundante moderno. En este señalamiento intentaremos dar

cuenta de la posibilidad de positivizar la política en el acto de afirmar a un otro y

sostener la diferencia.

El problema de la duración

Según Althusser, “el único que pensó la teoría de la historia política, de la práctica

política en presente, es Maquiavelo”1 y desarrolló un pensamiento de la coyuntura a fin

de pensar lo políticamente inasible, impensable. Maquiavelo no sólo pensó la coyuntura

como tema sino que pensó en la coyuntura, de allí la importancia de retomar su lectura a

fin de abordar un proceso político actual y problematizar la duración del mismo.

Althusser nos recuerda que Maquiavelo es siempre actual y moderno dado que sus

1 Althusser, L. (1988): “Una filosofía para el marxismo: la línea de Demócrito” en Filosofía y marxismo, Siglo XXI, 1998. Entrevista por Fernanda Navarro.

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textos “nos interpelan como si fueran de nuestro tiempo, y nos atrapan como si hubieran

sido, en cierta forma, escrito para nosotros (…) nos golpea por sorpresa y nos deja

pensativos”2. También es interesante releerlo en tanto Althusser vio en él a un autor de

la novedad y del pensamiento de lo posible en el límite de lo imposible, una filosofía del

borde, y como sostiene Matheron, Althusser realizó una lectura de Maquiavelo

resaltando el concepto de vacío que le permitió abordar la problemática de la relación

entre la práctica y la teoría, una lectura sintomal que consiste resaltar los lugares del

vacío (Matheron, 2006).

Althusser afirma que las tesis sobre la historia universal de Maquiavelo son tesis

filosóficas, por lo tanto es válida la contradicción entre ellas y afirma que las mismas

están minadas por la práctica política. Las tres tesis que analiza son aquellas que

sostienen que el mundo no cambia (primera tesis), que todo cambia (segunda tesis), que

hay ciclos permanentes pero dentro del ciclo hay cambios (tercera tesis) y lo que

Althusser define como la posición de Maquiavelo, en la cual se plantea la negación de

las tres tesis anteriores e intenta salir del círculo y saltar al vacío; vacío que caracteriza

la coyuntura, y por lo tanto a su teoría que piensa el presente.

La primera tesis de Maquiavelo sostiene que “el curso de la naturaleza y de las cosas

humanas es inmutable”3, es decir, que el mundo no cambia, es siempre el mismo, es esa

constancia del mundo la que permite conocerlo y comparar casos entre el presente y el

pasado y entre coyunturas presentes. La segunda tesis contradice formalmente la

primera en tanto afirma que “todas las cosas de la tierra están en movimiento perpetuo,

y no pueden permanecer fijas”4, esto significa que la coyuntura y los hombres son

cambiantes, están en movimiento. De esta tesis se puede inferir la posibilidad de

cambio. La tercera tesis implica una síntesis de las dos anteriores y formula una teoría

cíclica de la historia en la que se suceden formas de gobierno (un cambio permanente)

pero declara a todos esos gobiernos defectuosos, ya sea porque son malos o porque los

que son buenos duran poco. El problema de la duración se presenta como fundamental y

se plantea el problema, no ya de formas de gobierno, sino de la duración de los Estados,

2 Althusser, L. (1977) “Soledad de Maquiavelo” en Soledad de Maquiavelo. Textos recobrados II, Madrid, Biblioteca de Filosofía, Editora Nacional. 3 Althusser, L. : “Teoría y dispositivo teórico en Maquiavelo” en Maquiavelo y nosotros, Madrid, Akal, 2004 4 Ibid.

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lo que le interesa a Maquiavelo “son los gobiernos en tanto que gobiernos de Estados”5,

por lo tanto buscará qué forma de gobierno es la que permite a los Estados durar. En

este punto encontramos lo que Althusser llama la posición de Maquiavelo: buscar no un

gobierno que pase sino uno que dure y permita un Estado duradero, de esta manera se

contradice la tesis anterior de cambio perpetuo de formas de gobierno. Esta serie de

contradicciones en la teoría de Maquiavelo constituyen para Althusser uno de los

elementos más relevantes en tanto piensa la contradicción como una articulación y pide

no “levantar acta de la contradicción y concluir en la inconsecuencia”6 sino ver el

funcionamiento teórico de la articulación. Se trata en Althusser de pensar la tensión y no

negar los términos en tensión, de pensar en el entre, de mantener las contradicciones,

que son lógicas, por lo tanto pueden no ser útiles como tesis científicas pero sí lo son

como tesis filosóficas. Althusser afirma que esta posición de Maquiavelo no sólo

contradice la tercera tesis sino que la desplaza siendo que aquí no se trata de una

negación término por término sino que cambia el contenido: ya no se trata de gobiernos

sino de la duración de un Estado y se busca acabar con el ciclo de cambios permanente

lo que requiere una forma de gobierno nueva. En este punto es donde Althusser sostiene

que Maquiavelo da “un salto en el vacío teórico”7, ya que abre un nuevo camino, sale de

la teoría del ciclo de la historia y valiéndose de ella plantea algo totalmente nuevo. Se

puede pensar como una filosofía en los límites, como un pensamiento en los límites del

pensamiento.

La filosofía como un campo de batalla

El hecho que Althusser defina lo que sería una cuarta tesis como la posición de

Maquiavelo nos conduce a la idea de la práctica filosófica y de la filosofía como un

campo de lucha, como una toma de posición. Althusser refiere a una batalla teórica y al

uso de las armas del enemigo para combatirlo en una guerra filosófica, no “entre

individuos sino entre posiciones filosóficas, es decir, entre estrategias filosóficas que se

disputan, en las grandes coyunturas culturales y políticas, la hegemonía filosófica”8,

donde se da un “rodeo obligado de una filosofía por sobre otras para definir y sostener 5 Ibid. 6 Ibid. 7 Ibid. 8 Althusser, L. (1988): “Filosofía-Ideología- Política” en Filosofía y marxismo, Siglo XXI, 1998. Entrevista por Fernanda Navarro.

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sus propias posiciones (…) esta lucha toma la forma, propia de la filosofía, de la

demarcación teórica, del rodeo teórico y del trabajo teórico sobre la diferencia.”9 Esto

ocurre porque una filosofía existe por la posición que ocupa, por su diferencia respecto

de otras, diferencia que se conquista a través del rodeo teórico sobre otras posiciones en

un campo regido por la relación de fuerzas teóricas. Esta idea Althusser la desarrolla en

la entrevista con Fernanda Navarro donde asegura que “lo que constituye una filosofía

no es su discurso de demostración ni su discurso de legitimación. Lo que la define es su

posición en el campo de batalla filosófico por o contra tal posición filosófica existente o

en defensa de una posición filosófica nueva”10. En La filosofía como arma de la

revolución se refiere a la “dialéctica de toda producción teórica” y sostiene que toda

filosofía forma parte de un universo de conceptos existentes y es desde allí de donde

parte para desarrollar su novedad radical, de tal manera que “incluso para pensarla

contra el contenido del antiguo universo de pensamiento, toda teoría nueva está

condenada a pensar su nuevo contenido en algunas de las formas del universo teórico

existente, al cual va a subvertir”11, de allí que utiliza las armas del enemigo para

combatirlo en el rodeo teórico.

En este sentido, Althusser retoma a Maquiavelo en tanto entiende que éste piensa en los

extremos, siguiendo palabras de Stavrakakis podemos afirmar que Maquiavelo “asume

la responsabilidad del límite”12, enunciando tesis-límite tal como la afirmación de que

“no se puede contar con nada, ni con un Estado, ni con un Príncipe que ya existan, sino

con lo imposible inexistente: un Príncipe nuevo en un Principado nuevo”13. Es en este

punto donde queremos incorporar una reflexión sobre el vacío y el encuentro

aplicándolas a un caso concreto: el surgimiento del kirchnerismo.

Soledad, encuentro y vacío

9 Althusser, L. (1975): “Defensa de Tesis en la Universidad de Amiens” en Soledad de Maquiavelo, Madrid, Editora nacional. 10 Althusser L. (1988): “Una filosofía para el marxismo: la línea de Demócrito” en Filosofía y marxismo, Siglo XXI, 1998. Entrevista por Fernanda Navarro. 11 Althusser, L. (1968) “Acerca del trabajo teórico” en La filosofía como arma de la revolución, México, S XXI, 1999 12 Stavrakakis, Y. “Introducción: ubicación de la izquierda lacaniana”, en La izquierda lacaniana. Psicoanálisis, teoría, política. Bs. As., FCE, 2010 13 Althusser, L. (1975): “Defensa de Tesis en la Universidad de Amiens” en Soledad de Maquiavelo, Madrid, Editora nacional

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Haciendo una lectura de la lectura de Althusser respecto de Maquiavelo y su teoría

sobre el Príncipe Nuevo, podemos pensar al kirchnerismo como una irrupción

contingente, siendo que no hay nada anterior al acontecimiento que indique la forma

que tomará el encuentro, y tanto la identidad del redentor como el lugar donde se dará

el encuentro son desconocidos. El pensar políticamente permite pensar la práctica

política, e implica intentar definir las condiciones generales en las que tendrá lugar el

encuentro político que, de todas formas, es inasignable. Esas condiciones generales que

se intentan definir refieren a la coyuntura y las formas posibles del encuentro entre la

Fortuna y la Virtú, es decir las condiciones objetivas y subjetivas. Hablar de práctica

política desde Althusser implica definirla como una práctica que produce

transformaciones en las relaciones sociales. Significa plantear el problema de y desde

una coyuntura singular, en Maquiavelo y nosotros Althusser sostiene una forma de

entender la relación de esa práctica política y la teoría en la cual la práctica política

afecta el dispositivo teórico. Allí afirma que Maquiavelo propone

A través del examen teórico de un problema político, otra cosa diferente que el examen de un problema teórico (…) su relación con el problema político en cuestión, no es una relación teórica, sino una relación política. Por relación política entiendo no una relación de teoría política, sino una relación de práctica política. Que esta relación de práctica política pone en juego elementos de teoría política constituye para Maquiavelo una necesidad de la propia práctica política14

Asumiendo la imposibilidad de universalizar los conceptos de Maquiavelo ya que llevan

el aguijón de la coyuntura, pero siguiendo a Althusser en que podemos aún aprender de

aquel “infinitas cosas sobre la acción política, sus condiciones factuales y las

variaciones coyunturales de sus medios, al margen de todo a priori moral o religioso”15,

creemos que se puede realizar un análisis en presente de la emergencia del kirchnerismo

y de la figura de Néstor Kirchner como acontecimiento, retomando la lectura que hace

Althusser de la teoría del Príncipe Nuevo de Maquiavelo y del problema político que

éste plantea respecto de la necesidad de constituir la unidad italiana, sólo posible en

tanto surja un “redentor de la nación”16 que logre unificar al país bajo un Principado y

un Príncipe Nuevo. Maquiavelo sostiene que la coyuntura en la que él escribe está 14 Althusser, L. : “Teoría y práctica política” en Maquiavelo y nosotros, Madrid, Akal, 2004 15 Althusser, L. “La única tradición materialista (1985)” en Youkali. Revista de las artes y el pensamiento. N° 4, 2007 16 Althusser, L. : “La teoría del Príncipe Nuevo” en Maquiavelo y nosotros, Madrid, Akal, 2004

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caracterizada por tres elementos: una miseria extrema, donde reina una situación de

desorden y nadie conduce los destinos de la Patria, donde existe un vacío político que se

traduce en una situación sin orden y sin forma, por lo tanto se encuentra en el momento

justo para ser reordenada por un nuevo Príncipe; el segundo elemento es que ese vacío

político encuentra su correlato en la espera y disposición del pueblo al cambio y al

nuevo redentor y una voluntad a enfrentar intervenciones extranjeras; y en tercer lugar,

hombres “individualmente dotados de virtú”17 que necesitan de la virtú política del

Príncipe Nuevo para lograr la unidad. Se trata de una coyuntura donde reina la nada

política, de allí que Althusser lea que no es casualidad que

Maquiavelo describa a Italia como tocando el fondo de la nada política: existe desde luego la materia, es decir la virtú de los individuos y la disposición popular, pero en el límite no encontramos ahí forma verdaderamente preparada para la tarea política de la unidad nacional; en el límite esta forma debe ser absolutamente nueva: nuevo el Príncipe y nuevo el Principado18

Límite en tanto refiere a una tarea imposible y la asume como tal: llenar el vacío; y

límite también porque “la identidad del sujeto llamado a llenar ese vacío va a

permanecer ella misma en el vacío”19. Esto es: “hay un vacío allí donde debe advenir

una subjetividad política (…) que sea capaz de producir (…) ese resultado, la

constitución de un Estado Nacional que dure en el tiempo”20.

Estos elementos de la coyuntura que para Maquiavelo permitirán el surgimiento de un

Príncipe Nuevo que logrará la reunificación de Italia, nos son útiles para el análisis de

las características que dieron lugar en Argentina para que se sucedan los

acontecimientos del 2001 y surja en el 2003 no sólo la figura de Néstor Kirchner como

un hombre de la nada21 que reunificará la nación y que “en la lucha entre los Grandes y

17 Ibid. 18 Ibid. 19 Matheron, F. “La recurrencia del vacío en Louis Althusser” en ER, Revista de Filosofía. Número monográfico: “Leer a Althusser”, 2006 20 Nepomiachi, E., Romé, N “El problema de la temporalidad del ´advenimiento’. O la relación entre filosofía, historia y psicoanálisis, en el pensamiento de Louis Althusser” en Marxismo, psicoanálisis e investigación: discusiones althusserianas. 21 Esta definición del Néstor Kirchner como hombre de la nada no desconoce su trayectoria política como gobernador, como militante de los setenta, miembro del Partido Justicialista, etc, pero entendemos que son elementos que no explican su irrupción como fenómeno político en la actual coyuntura, no son causas sino parte de la contingencia.

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el Pueblo, toma partido por el Pueblo”22 sino también un nuevo movimiento político.

Kirchner asume la presidencia de la República sin llevar a cabo la segunda vuelta

electoral con su adversario ya que éste se baja de la contienda, con un 22% de los votos,

prácticamente desconocido en la política nacional. Asume en un escenario político

caracterizado por un vacío de poder, cuando todavía retumbaba en las calles el pedido

del “que se vayan todos”, con partidos políticos que habían perdido representación y

una cantidad de organizaciones sociales organizadas en torno a demandas concretas de

restitución de derechos básicos vulnerados, que demandaban al futuro gobierno

respuestas inmediatas ante situaciones acuciantes. Rasgos insoslayables de la coyuntura

descripta son sin duda la sucesión de cinco presidentes en una semana, que el presidente

electo obtenga menos votos que la cantidad de desocupados existentes en ese momento

en el país, hambre, represión y desesperanza que ninguna fuerza política, social o

sindical lograba aglutinar y representar ya que la irrupción de las masas desposeídas las

desbordó y las encontró sin respuesta ni capacidad organizativa, de allí que la etapa se

describa como signada por un vacío de representación. Estos hechos pueden ser vistos a

la luz de la soledad de la que habla Maquiavelo cuando afirma que ese Príncipe debe

estar solo para poder refundar un Estado, la soledad implica libertad para fundar, “todo

comienzo absoluto requiere la soledad absoluta del reformador o del fundador. La

soledad del Príncipe es el correlato exacto del vacío de la coyuntura”23. El posterior

surgimiento del kirchnerismo y de la figura de Néstor Kirchner como príncipe legítimo

sólo fueron posible en ese escenario. Maquiavelo también plantea el problema de la

duración, para ello es necesario echar raíces en su pueblo. El acontecimiento de la

muerte de Néstor Kirchner y la respuesta popular en su despedida, así como el apoyo a

la continuidad de la forma de gobierno que él inauguró dan cuenta de que ese

enraizamiento ocurrió, que el Príncipe devino muchos. Aquí el que “florezcan mil

flores” da cuenta de este devenir. Esta perspectiva nos permite pensar también las

distintas formas que se intentaron articular para echar raíces y lograr durar, tales los

intentos de transversalidad, y de construir una fuerza política en la que confluyan

distintos sectores e identidades.

22 Althusser, L. : “La teoría del Príncipe Nuevo” en Maquiavelo y nosotros, Madrid, Akal, 2004 23 Ibid.

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“La gran aventura de la fundación de un Principado Nuevo por un Príncipe Nuevo”

El encuentro que posibilita el surgimiento de un Príncipe y que condiciona la duración

de un Estado, es una categoría central. De allí la importancia del encuentro entre el

Príncipe y el Pueblo, y entre la Fortuna y la Virtú y las diferentes formas que puede

asumir este encuentro. Maquiavelo llama aventura al paso de hombre privado a Príncipe

y requiere de tres condiciones: que asuma la forma de un encuentro entre Fortuna y

Virtú; que el individuo para fundar un Principado nuevo recurra a las fuerzas de otro; y

el efecto de encuentro/correspondencia.

La aventura que convierte a un privado en Príncipe, entonces, requiere de estas tres

condiciones. Realizando un análisis en presente vemos que estas características también

las podemos pensar para analizar el surgimiento del kirchnerismo; hablamos de

surgimiento en tanto este concepto rechaza toda garantía ontológica última y permite

pensar los cambios, los procesos históricos y los encuentros entre elementos

heterogéneos que no estaban destinados a encontrarse, en tanto que hablar de origen

remite a elementos homogéneos y “supone siempre que el resultado está contenido en

germen en el origen”24.

La primera condición refiere al encuentro entre la Fortuna, es decir las condiciones

objetivas, y la virtú, las condiciones subjetivas. Este encuentro se puede dar de tres

formas: de correspondencia, de no correspondencia o de correspondencia diferida o

restaurada. El surgimiento de Néstor Kirchner (y del kirchnerismo como movimiento

político aglutinador) como un individuo (en tanto unión de partes) capaz de convertirse

en Príncipe y la duración del kirchnerismo corresponden a esta última forma de

encuentro, en tanto se trata de “convertir por medio de virtú la Fortuna de un momento

en duración política”25, se trata de aprovechar la Fortuna y poseer virtú política a fin de

reconquistar la Fortuna, que como es cambiante no puede por sí sola lograr la duración

del Estado. Kirchner asume, e irrumpe el kirchnerismo, en un momento de vacío de

poder y de pobreza extrema, condición para que surja ese Príncipe Nuevo pero logra,

por medio de la virtú política, transformar la Fortuna y hacer durable en el tiempo una

forma de gobierno nueva.

24 Matheron, F. “La recurrencia del vacío en Louis Althusser” en ER, Revista de Filosofía. Número monográfico: “Leer a Althusser”, 2006 25 Althusser, L. : “La teoría del Príncipe Nuevo” en Maquiavelo y nosotros, Madrid, Akal, 2004

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La segunda condición implica que el individuo recurre a las fuerzas de otro para fundar

un Principado nuevo y luego hay dos alternativas, una es que el individuo carezca de

virtú política por lo tanto no puede dotarse de fuerza propia y liberarse del otro de cuyas

fuerzas se valió, por lo tanto no podrá hacer que el Estado dure; otra alternativa es que

el individuo tenga virtú, se libre de las fuerzas ajenas y logre conformar las propias de

manera tal de crear las condiciones para un Estado duradero. Esta última alternativa es

la que adoptó Kirchner y la que dio lugar al surgimiento del kirchnerismo, en tanto

accede a la presidencia como candidato de Duhalde, quien luego sería su enemigo

político: utilizó las armas de otro y luego se libró de ellas construyendo fuerza propia y

generando las condiciones políticas que le permitan hacer durable el nuevo gobierno por

él instaurado. Claro que se trata de un proceso, y el librarse de las fuerzas del otro y

construir las propias son parte de un mismo movimiento, en este sentido no se puede

pensar ese proceso de forma estática, como un cúmulo de acciones, sino como una

guerra de posición en la que se va paulatinamente ganando terreno, no exenta de

contradicciones y aún en movimiento. Así podemos pensar la disputa al interior del

Partido Justicialista, con el movimiento sindical, con sectores empresariales y con

diversos actores sociales y políticos con los cuales se disputa, acuerda o busca consenso

a fin de continuar la conformación de la fuerza política propia.

La tercera condición tiene que ver con convertir la Fortuna en virtú, que la segunda

domine a la primera a fin de que la Fortuna, que es cambiante, se transforme en

duración política, convertir “la materia de la Fortuna en forma política, por

consiguiente, estructurar políticamente la materia de la coyuntura local favorable,

sentando los fundamentos del Nuevo Estado, echando raíces en el pueblo”26.

Son necesarios Príncipe y Principado Nuevos en tanto los anteriores son considerados

antiguos y se “los rechaza a todos por impotencia histórica”, el que se vayan todos del

2001, que precede al kirchnerismo da cuenta de la necesidad de renovación y el rechazo

a toda forma política anterior que caracterizó la coyuntura en la que surge el

kirchnerismo.

De esta manera Althusser explica cuáles son las condiciones que Maquiavelo entiende

debe tener un encuentro político, que puede ocurrir en cualquier lugar y se deja en el

anonimato a la identidad del hombre capaz de convertirse en Príncipe ya que “la gran

26 Ibid.

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aventura comienza fuera de todo lo que existe, por consiguiente, en un lugar

desconocido y por un hombre desconocido”27. Nosotros retomamos esta lectura a fin de

pensar el presente desde la coyuntura misma, así como aportar a un debate sobre los

desafíos filosóficos que surgen de dicha teoría tales como la positivación del vacío y la

importancia que adquieren la idea de encuentro y lo aleatorio. Pensar la coyuntura desde

el presente aleatorio es también poner en discusión teorías políticas y concepciones

filosóficas arraigadas. Implica romper con toda ontología o garantía última para

problematizar y poner en el centro de la escena el acontecimiento y la disrupción como

elementos productivos.

Llegado a este punto, nos interesa retomar la reflexión sobre un método de análisis de

Maquiavelo que para Althusser es deslumbrante y revoluciona el modo de pensar: el

pensar entre el “si” y el “entonces”, no en términos de causa-efecto sino de “una simple

consecución de condiciones, donde ‘si’ significa: estando dadas las condiciones de

hecho, es decir, esta coyuntura factual sin causa originaria, y donde ‘entonces’ designa

eso que de manera observable y enlazable se sigue de las condiciones de la

coyuntura”28. De este análisis de la coyuntura es que se desprende la tesis del Príncipe y

del Principado Nuevos siendo que “‘si’ los Estados italianos son tal como son,

‘entonces’ no pueden ni podrán jamás realizar la unidad italiana”29, por lo tanto se

necesita de un Príncipe Nuevo que, en el encuentro aleatorio de la Fortuna y la virtú,

unifique la nación y cree un Principado Nuevo que dure. En este escenario reina el vacío

tanto como ausencia de origen, de causa primera, así como el vacío factual de la

coyuntura. De esta manera estamos frente a una filosofía de lo aleatorio que postula la

novedad (Príncipe y Principado Nuevos) en tanto que, como filosofía del límite, piensa

“sin precedente, sin causa anterior”30, por lo tanto no se trata de hechos consumados

consecuencia de una esencia previa sino que son entendidos como resultados de

condiciones dadas que podrían haber sido de otra manera. Pensar las condiciones de

posibilidad en la coyuntura implica pensar la acción política desde un lugar no

esencialista y aceptar la característica de inasignable de la política. El pensamiento

sobre la coyuntura es central en Althusser, quien encuentra en los textos políticos de 27 Ibid 28 Althusser, L. “La única tradición materialista (1985)” en Youkali. Revista de las artes y el pensamiento. N° 4, 2007 29 Ibid. 30 Ibid.

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Lenin la noción de coyuntura (momento actual) al que caracteriza como “un concepto

teórico de capital importancia (que) permite por primera vez enunciar una teoría, o sea

un pensamiento verdadero sobre la posibilidad de la acción política (…) y de las

condiciones reales de la práctica política”31.

El vacío del que parte el Príncipe nuevo, un comienzo desde la nada, tiene

consecuencias filosóficas e implica una toma de posición, como señala Althusser.

Matheron sostiene en La recurrencia del vacío en Louis Althusser que la soledad, la

contingencia y el vacío son conceptos fundamentales en la obra de Althusser y afirma

que “el vacío ocupa un lugar central en el análisis althusseriano del pensamiento de

Maquiavelo, en la doble forma del vacío político de Italia y del salto en el vacío teórico

efectuado por Maquiavelo”32. De esta manera se positiviza el vacío y la soledad, siendo

condición de posibilidad de un comienzo y volviéndose conceptos productivos. Es así

que Althusser explica que

Lo que recibe este hombre de nada ¿qué es entonces? Nada: es decir, el vacío (…) En este vacío todo será posible, porque no hay ningún obstáculo (…) es en eso en lo que consiste la ‘fortuna’ por excelencia: en el vacío de obstáculos que posibilita la libertad de iniciativa33

Es por esta positivación del vacío, de la nada, que Althusser considera que Maquiavelo

es un filósofo de los extremos, que “piensa el límite como la condición absoluta de todo

pensamiento y de toda acción”34. Y aquí vuelve el tema de la soledad, siendo que el

pensamiento en los límites implica un riesgo que se asume de manera solitaria.

Althusser sostiene la idea de la soledad de Maquiavelo y afirma que “su soledad radica

ante todo en el hecho de que parece inclasificable”35 e inasequible.

La necesidad de la contingencia

31 Althusser, L. (1968) “Acerca del trabajo teórico” en La filosofía como arma de la revolución, México, S XXI, 1999 32 Matheron, F. “La recurrencia del vacío en Louis Althusser” en ER, Revista de Filosofía. Número monográfico: “Leer a Althusser”, 2006 33 Althusser, L. “La única tradición materialista (1985)” en Youkali. Revista de las artes y el pensamiento. N° 4, 2007 34 Ibid. 35 Althusser, L. (1977) “Soledad de Maquiavelo” en Soledad de Maquiavelo. Textos recobrados II, Madrid, Biblioteca de Filosofía, Editora Nacional

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En ¿Se puede pensar la política?, Badiou afirma que la historia existe en tanto

ocurrencia del azar, y propone “liberar la política de la tiranía de la historia, para

restituirla al acontecimiento”36. El azar ocupa un lugar central en Maquiavelo, quien

rechaza la idea del hombre como animal político y del origen de la sociedad como

producto de un contrato. En Maquiavelo, el azar está en el comienzo de la sociedad, por

lo tanto “su pensamiento político gira en torno al problema del comienzo

necesariamente aleatorio del Estado Nacional”37. Esto es importante desde una

perspectiva althusseriana, en tanto Althusser sostiene que “una verdadera concepción

materialista de la historia implica el abandono de la idea de que la historia está regida y

dominada por leyes que basta conocer y respetar para triunfar”38 y asegura que la

coyuntura significa un encuentro imprevisible, que adviene. De esta manera se plantea

la necesidad de la contingencia y la ausencia de un Origen, Causa o Fin fundante.

Esto nos remonta a los átomos de Epicuro, tesis que Althusser retoma para definir las

características de un materialismo aleatorio, del encuentro, de la contingencia, tesis que

postula que antes de un mundo hay átomos que caen en paralelo al vacío y sin saber

cómo ni cuándo ni dónde ocurre un clinamen, una desviación aleatoria de los átomos

que caen al vacío y se produce un encuentro. Que el encuentro, que si es duradero da

origen a un mundo sino no, sea producto de una desviación aleatoria implica la

negación de una Causa Primera. La cuestión de la duración se vuelve importante en

tanto si un encuentro no dura no produce mundo, de la misma manera que si el

encuentro del Príncipe con el pueblo no dura no hay posibilidad de lograr que dure el

Estado Nuevo.

El materialismo del encuentro, de lo aleatorio y la contingencia, levanta la premisa

según la cual “toda forma de necesidad reposa sin excepción sobre un fondo de

contingencia absoluta”39, de esta manera se rechaza cualquier garantía. Se trata de una

filosofía basada en el vacío y en el encuentro, por lo tanto no se concibe a la historia

como regida por leyes que son dadas de una vez y para siempre, de la misma manera

36 Badiou, A. “Liminar” en ¿Se puede pensar la política?, Bs. As., Nueva Visión, 1990 37 Nepomiachi, E., Romé, N “El problema de la temporalidad del ´advenimiento’. O la relación entre filosofía, historia y psicoanálisis, en el pensamiento de Louis Althusser” en Marxismo, psicoanálisis e investigación: discusiones althusserianas. 38 Althusser, L. (1988): “Una filosofía para el marxismo: la línea de Demócrito” en Filosofía y marxismo, Siglo XXI, 1998. Entrevista por Fernanda Navarro. 39 Matheron, F. “La recurrencia del vacío en Louis Althusser” en ER, Revista de Filosofía. Número monográfico: “Leer a Althusser”, 2006

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que sostiene que los encuentros se caracterizan por una inestabilidad radical, de allí la

importancia dada a la cuestión de la duración en la lectura que Althusser hace de

Maquiavelo. Esta inestabilidad y ausencia de garantía ontológica es la que permite

pensar en los cambios.

Althusser explica “que este materialismo no es el de un sujeto (sea Dios o el

proletariado) sino el de un proceso –sin sujeto- que domina el orden de su desarrollo”40 ,

lo que hay son agentes, pero no un sujeto ahistórico como origen trascendental; y agrega

que “se trata de una filosofía del vacío, que no sólo dice que el vacío preexiste a los

átomos que caen sobre él, sino una filosofía que postula y `hace´, `crea´ el vacío

filosófico para darse existencia”41. La filosofía se presenta como teoría de la

contingencia, y del encuentro, donde se descarta toda cuestión del Origen de las cosas y

se reconoce “la sumisión de la necesidad a la contingencia”42, una filosofía que parte del

vacío y de la desviación aleatoria, cuyo objeto es la nada. La contingencia, de esta

manera, indica la “imposibilidad necesaria de un fundamento último”43, es por ello que

Marchart asegura que “la contingencia como concepto no es sino el nombre dado al

fundamento ausente”44 y agrega que Maquiavelo fue el primero en pensar esta idea

radical de contingencia.

Althusser incorpora a Maquiavelo en una corriente subterránea del materialismo del

encuentro dado que el proyecto de este último consiste en lograr la unidad de Italia,

creando las condiciones para que se produzca un encuentro y “la unidad italiana tome

consistencia”45. El encuentro, que puede o no ocurrir, se realiza en el vacío político, no

hay causa primera sino contingencia. La duración del encuentro también es aleatoria,

“nada puede jamás garantizar que la realidad del hecho consumado sea la garantía de su

eternidad”46, de esta manera la historia consiste en cambios, acontecimientos que

revolucionan los hechos consumados. Por lo expuesto, creemos necesario tener en

40 Althusser, L. (1988): “Una filosofía para el marxismo: la línea de Demócrito” en Filosofía y marxismo, Siglo XXI, 1998. Entrevista por Fernanda Navarro. 41 Ibid. 42 Althusser, L. “La corriente subterránea del materialismo del encuentro” en Para un materialismo aleatorio, Madrid, Arena Libros, 2002 43 Marchart, O. “Los contornos del heideggerianismo de izquierda: el postfundacionalismo y la contingencia necesaria” en El pensamiento político postfundacional. La diferencia política en Nancy, Lefort, Badiou y Laclau. Bs. As., FCE, 2009 44 Ibid. 45 Althusser, L. “La corriente subterránea del materialismo del encuentro” en Para un materialismo aleatorio, Madrid, Arena Libros, 2002 46 Ibid.

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cuenta las nociones de encuentro y de coyuntura como categorías centrales para pensar

la historia, la política, la práctica y la lucha como lugar de encuentro de estas.

Althusser sostiene que desde la perspectiva del materialismo aleatorio para que “un ser

sea es necesario que un encuentro haya tenido lugar” 47 y afirma que ese encuentro es

aleatorio: ningún encuentro está garantizado, pudo no haber ocurrido, y es aleatorio en

sus efectos también dado que nada puede anunciar qué resultará del encuentro antes del

acontecimiento, no hay determinación, lo que hay es un “devenir-necesario del

encuentro de contingentes”48, hay necesidad de la contingencia y una inestabilidad

radical. Esta perspectiva nos ayuda a empezar a comprender el surgimiento del

kirchnerismo, si tenemos en cuenta la coyuntura de fines del 2001 y los encuentros que

no duraron (el ejemplo más paradigmático de esa inestabilidad radical quizás sea el

“piquete y cacerola: la lucha es una sola”), no había nada que pudiera anticipar qué

forma tomaría la resolución de los conflictos económicos, políticos y sociales. De

hecho, el haber tenido cinco presidentes en una semana da cuenta de otros encuentros

que no ocurrieron, o que no tomaron consistencia. Esto nos obliga a pensar la

contingencia y pone de manifiesto la necesidad de “un conocimiento de la falta

constitutiva en torno a la cual siempre se construye lo social”49.

La lucha de clases y la ausencia de fundamento último

Con el postfundacionalismo como corriente filosófica y “la imposibilidad o la ausencia

de un fundamento último de la sociedad”50, nos surge la pregunta por la posibilidad de

seguir pensando a la lucha de clases como motor de la historia, teniendo en cuenta la

ausencia de un fundamento último. Pensar en la clase obrera como un sujeto destinado

a hacer la revolución nos conduce al riesgo de caer en una postura esencialista y en una

concepción lineal de la historia. Nos queda entender al movimiento obrero como un

acontecimiento, negando todo fundamento último, reformulando el marxismo si

queremos seguir siendo marxistas, avanzando por los puntos débiles. Poner el acento en

47 Ibid. 48 Ibid. 49 Stavrakakis, Y. “Introducción: ubicación de la izquierda lacaniana”, en La izquierda lacaniana. Psicoanálisis, teoría, política. Bs. As., FCE, 2010 50 Marchart, O. “Fundar el postfundacionalismo: una ontología política” en Pensamiento político postfundacional. La diferencia política en Nancy, Lefort, Badiou y Laclau. Bs. As., CFE, 2009

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la lucha de clases como encuentro, y no en las clases como sujetos, pensar lo político

como acontecimiento y contingencia.

En esta línea, la denominada izquierda lacaniana propone aceptar la novedad, lo que

siempre se escapa y afirma que la posibilidad de cambio está dada por la “imposibilidad

del cierre -es decir, la imposibilidad de la sociedad- (…) como la precariedad de toda

identidad, que se muestra como movimiento continuo de diferencias”51. En este sentido,

Laclau sostiene la idea de una falta constitutiva, siendo que “no hay ningún contenido

que esté destinado a priori a llenarla y está abierta a las más diversas articulaciones”52.

Aquí volvemos al tema del vacío, la contingencia y la inestabilidad radical. Esto es: no

hay ninguna ley de la historia que pueda garantizar nada, hay azar y rearticulaciones, no

hay Causa ni Fin último sino coyuntura y encuentros aleatorios. Marchart retoma a

Laclau al afirmar que “este debilitamiento del fundamento puede conducir a la creciente

aceptación de la contingencia y la historicidad del ser, la cual tiene, potencialmente, un

efecto liberador”53, siendo que ya no se trata de un destino inevitable sino de “la

construcción de nuevos, aunque siempre sólo contingentes, fundamentos”54 en pos de

una política emancipadora. En la misma línea, Marchart sostiene que “el momento de lo

político, cuando la sociedad se enfrenta a su propio fundamento ausente y a la necesidad

de instituir fundamentos contingentes, siempre ya ha acontecido y no deja de

acontecer”55 y que en este sentido la política implica una paradoja en tanto es inevitable

e imposible y en la cual los sujetos actualizan y son actualizados.

Althusser nos invita a pensar el límite y nos obliga a abandonar la idea de la historia

como progreso lineal – “el vacío es el de una linealidad imposible”56- y nos conduce a

un pensamiento sobre el acontecimiento, en el plano de la experiencia, nos lleva a

pensar la especificidad de la excepción y mantener la tensión. Althusser piensa la

relación de la práctica teórica con la política y propone pensar a la política como

ruptura, como un ejercicio de transformación.

51 Laclau E., Mouffe, C. “Más allá de la positividad de lo social” en Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia, Bs. As., FCE, 2010 52 Laclau, E. “Sujeto de la política, política del sujeto” en Emancipación y diferencia, Bs. As. Ariel, 1996 53 Marchart, O. “Fundar el postfundacionalismo: una ontología política” en Pensamiento político postfundacional. La diferencia política en Nancy, Lefort, Badiou y Laclau. Bs. As., CFE, 2009 54 Ibid. 55 Ibid. 56 Filippo del Lucchese, “Sobre el vacío de un encuentro: Althusser lector de Maquiavelo” en Youkali. Revista de las artes y el pensamiento. N° 3

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La pregunta sobre si el surgimiento del kirchnerismo -entendido éste como un encuentro

sin origen, indeterminado- (y los distintos procesos políticos que se viven en el

continente) es producto de una etapa de la lucha de clases o producto de la contingencia,

o de una etapa de la lucha de clases como un encuentro ya advenido, aparece como una

pregunta de gran actualidad si se tiene en cuenta la disputa por la rearticulación

hegemónica en la región y la pregunta por la duración de dichos procesos. En la forma

que asuma la respuesta a esta pregunta está en juego la propia teoría marxista-leninista,

y con ella toda una corriente filosófica. Rescatar el legado de Althusser resulta

imprescindible si se quiere pensar y actuar en la coyuntura desde una posición marxista

que incorpore la producción teórica que piensa la coyuntura, la teoría y la práctica

política, y toda una producción teórica heredera del marxismo.

BIBLIOGRAFIA

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“Filosofía-Ideología-Política”, en Filosofía y marxismo, Siglo XXI, 1998. Entrevista por

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el pensamiento. N° 4, 2007

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recobrados II, Madrid, Biblioteca de Filosofía, Editora Nacional

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y “La teoría del Príncipe Nuevo” en Maquiavelo y nosotros, Madrid, Akal, 2004

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