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Cultura y Modernización en América Latina. Pedro Morandé Prólogo La reflexión sobre la vida social siempre surge dentro de un contexto histórico con el cual dialoga. De esta manera, la situación histórica es importante como conformante del contenido de dicha reflexión. Esto no significa que esté totalmente determinada por este contexto ni menos que éste corresponda a su pleno contenido. “A través de la reflexión es la época quien se expresa revelando sus contradicciones, su problematicidad” (1987: 09). Es importante tomar la comprensión de este fenómeno como indispensable para conocer las limitaciones y potencialidades sobre el estudio de: cultura y modernización en América Latina, temas a tratar en el libro, ya que desde hace unos años la sociología latinoamericana ha presentado síntomas de estancamiento (él escribía esto en 1983). Si bien, distintos hechos como censura de publicaciones, exilio, exoneración, han afectado a los cientistas sociales en el último tiempo, no es la única razón por la cual la sociología ha estado en letargo. O sea, no son solo razones externas a su dinámica intelectual, ni menos la discusión interna de la disciplina, sino más bien el abandono de las preguntas que tienen por juez a la misma disciplina. La crisis de la sociología latinoamericana no se debe ni a la irreductibilidad de su discusión interna ni al cuestionamiento social de su quehacer, sino más bien a la progresiva sequía de sus fuentes de inspiración intelectual. Creemos que esta situación es consecuencia de un ciclo que tuvo la sociología latinoamericana que, iniciado en la postguerra, finaliza ahora. Ciclo caracterizado por la vigencia de un paradigma de la modernización, que marcó no sólo la temática sino el estilo e institucionalización de la disciplina. En este período la sociología estuvo en su apogeo por la iniciativa de los gobiernos de la región de implementar este modelo, donde se transformó en una “tecnología del cambio social programado” (1987: 10). Así, es como perdió autonomía y se desarrolló con perspectiva heterocéntrica (desde las demandas sociales a la ciencia). Este período se caracterizo por tener una recepción acrítica, donde más bien las polémicas teóricas son importadas del norte: tradicionalismo-modernismo gringo, estructuralismo neomarxista francés, racionalismo crítico antipositivista alemán y el neoliberalismo gringo. Si bien hubo intentos de “latinoamericanizar la sociología”, estos no podían conseguirse sin un planteamiento crítico frente al paradigma de la modernización, y justamente no hubo uno. Ante esto, el autor plantea que un juicio explicativo del fracaso de la latinoamericanización de la sociología: el paradigma de la modernización prescindía de toda reflexión acerca de la cultura. La cultura era la única capaz de llevarnos a la

96793723 12 Morande Cultura y Modernizacion en America Latina

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  • Cultura y Modernizacin en Amrica Latina. Pedro Morand

    Prlogo

    La reflexin sobre la vida social siempre surge dentro de un contexto histrico con

    el cual dialoga. De esta manera, la situacin histrica es importante como conformante

    del contenido de dicha reflexin. Esto no significa que est totalmente determinada por

    este contexto ni menos que ste corresponda a su pleno contenido. A travs de la

    reflexin es la poca quien se expresa revelando sus contradicciones, su problematicidad

    (1987: 09).

    Es importante tomar la comprensin de este fenmeno como indispensable para

    conocer las limitaciones y potencialidades sobre el estudio de: cultura y modernizacin en

    Amrica Latina, temas a tratar en el libro, ya que desde hace unos aos la sociologa

    latinoamericana ha presentado sntomas de estancamiento (l escriba esto en 1983). Si

    bien, distintos hechos como censura de publicaciones, exilio, exoneracin, han afectado a

    los cientistas sociales en el ltimo tiempo, no es la nica razn por la cual la sociologa ha

    estado en letargo. O sea, no son solo razones externas a su dinmica intelectual, ni menos

    la discusin interna de la disciplina, sino ms bien el abandono de las preguntas que

    tienen por juez a la misma disciplina. La crisis de la sociologa latinoamericana no se debe

    ni a la irreductibilidad de su discusin interna ni al cuestionamiento social de su quehacer,

    sino ms bien a la progresiva sequa de sus fuentes de inspiracin intelectual.

    Creemos que esta situacin es consecuencia de un ciclo que tuvo la sociologa

    latinoamericana que, iniciado en la postguerra, finaliza ahora. Ciclo caracterizado por la

    vigencia de un paradigma de la modernizacin, que marc no slo la temtica sino el

    estilo e institucionalizacin de la disciplina. En este perodo la sociologa estuvo en su

    apogeo por la iniciativa de los gobiernos de la regin de implementar este modelo, donde

    se transform en una tecnologa del cambio social programado (1987: 10). As, es como

    perdi autonoma y se desarroll con perspectiva heterocntrica (desde las demandas

    sociales a la ciencia). Este perodo se caracterizo por tener una recepcin acrtica, donde

    ms bien las polmicas tericas son importadas del norte: tradicionalismo-modernismo

    gringo, estructuralismo neomarxista francs, racionalismo crtico antipositivista alemn y

    el neoliberalismo gringo. Si bien hubo intentos de latinoamericanizar la sociologa, estos

    no podan conseguirse sin un planteamiento crtico frente al paradigma de la

    modernizacin, y justamente no hubo uno.

    Ante esto, el autor plantea que un juicio explicativo del fracaso de la

    latinoamericanizacin de la sociologa: el paradigma de la modernizacin prescinda de

    toda reflexin acerca de la cultura. La cultura era la nica capaz de llevarnos a la

  • particularizacin del problema, ya que es la identidad cultural de la periferia y su

    conflicto, la que desafiaba las posibilidades de sobrevivir y lograr su autonoma, frente al

    centro. Por eso, es ahora que la sociologa debe abocarse a la reflexin de la cultura

    latinoamericana, la gran ausente del paradigma de la modernizacin. Entonces, en este

    libro se reflexionar sobre el ethos cultural latinoamericano, que conlleva una conflictiva

    relacin entre cultura y modernizacin.

    I. La Crisis del Desarrollismo en A.L. como Crisis de Identidad Cultural

    En este siglo (XX), es difcil encontrar problemticas ms generalizadas entre las

    reflexiones latinoamericanas acerca de la vida social. Con el contexto de la prdida de

    legitimidad de la dominacin oligrquica a comienzos de siglo, la modernizacin de las

    instituciones y estructuras sociales era percibida como la gran alternativa para escapar a

    los efectos destructores de una creciente situacin explosiva, donde el orden social era

    sobrepasado por el movimiento de masas urbanas.

    Hay una herencia no resuelta desde el S.XIX desde un punto de vista cultural. Van

    entrando lentamente nuevos grupos sociales. Para A.L. la entrada de la modernizacin fue

    ms un desafo cultural que estructural (en comparacin con Europa). Para A.L. la

    modernizacin se present como una fuerte necesidad de ajuste de su identidad ante el

    cambio producido por potencias europeas.

    Nacionalistas Latinoamericanos: Durante los aos 20 y 30 surge una generacin de

    intelectuales L.A. que se plantea los desafos del advenimiento de la sociedad de masas,

    crisis que slo se hace inteligible a partir del desmembramiento de la unidad cultural L.A.

    La modernizacin era vista como una necesidad de reconciliacin con la herencia cultural

    hispana que haba sido abandonada en perodos de constitucin de estados nacionales. Se

    vean los problemas de marginalidad de grupos sociales en la cuestin social como

    problema tico. Esta generacin pensaba que el nico desarrollo posible era el rescate de

    la identidad cultural negada, y la modernizacin deba basarse en constituir una nueva

    sntesis que asumiera la historia latinoamericana real, si negar su pasado. (Eyzaguirre,

    Vasconcelos, Maritegui) La idea de un continente nuevo que quiere desarrollarse de

    manera original aportando con su propia identidad.

    Luego, en el perodo posguerra, le sigue una nueva generacin de intelectuales con

    planteamientos completamente diferentes acerca de la modernizacin. Con la

    consolidacin del imperio norteamericano, se desplaz a segundo plano el problema de la

    identidad cultural. Ahora A.L. queda subordinada al reconocimiento de los cambios de

    hegemona producidos por la guerra. Esta etapa la llamaremos: desarrollismo.

  • Ahora la conceptualizacin de A.L. se basar en el anlisis de funcionalidad de las

    estructuras. La vida social comienza a verse como un objeto de planificacin. El

    desarrollismo es una teora del cambio social programado o inducido que se hace posible

    por la utilizacin de modelos de simulacin del comportamiento social resultante de la

    oferta de proyectos alternativos sobre el futuro (1987: 19). Ya no es un dilema con el

    pasado, sino la construccin de un futuro. Ser ciudadano del mundo moderno implica un

    nivel de electrificacin, pavimentacin, poblacin urbana, tasas de analfabetismo,

    mortalidad infantil, etc. A.L. intenta participar de esta ecmene mundial, pero ya no desde

    una identidad propia, sino como transente a la modernidad. Esta ruptura intelectual se

    nos comienza a manifestar como tal despus, cuando el desarrollismo parece terminar

    con su ciclo ideolgico-poltico al asociarse con el neoliberalismo y la doctrina de

    seguridad nacional, la cual ha puesto en duda las razones ticas de la orientacin

    tecnocrtica de la vida social por violaciones a los DDHH (generalizadas en A.L.). La

    sociologa en pases desarrollados ha reflexionado acerca de la crisis de identidad cultural,

    pero ms bien ha sido tomada como problemas aislados individuales y marginales, y no al

    conjunto de la sociedad. El tema de la cultura ha sido tomado como superestructural, sin

    plantearse una relacin directa con la estructura y valores del mundo moderno. Problema

    que aun persiste en las teoras crticas. En A.L este problema es distinto, la reivindicacin

    de los DDHH no es un problema marginal.

    El desarrollismo hasta la dcada del 70 posee un gran contrapeso con la vigencia

    de valores morales postulados como superiores frente a la bsqueda del mero equilibrio

    funcional. La ausencia de la cultura en el esquematismo funcional es ahora evidente por el

    vaco que deja a los intelectuales.

    La crisis del desarrollismo es evidente, y as con la velocidad que surgi, se

    desvaneci. La gran cantidad de movimientos sociales y protestas en contraposicin a los

    esquemas tecnocrticos fundados del desarrollismo fue una demostracin de ello. El

    problema es que la crtica se mantuvo solo como ideolgica, queriendo fundar proyectos

    de organizacin social, en lugar de proyectos alternativos de vida. Se criticaba todo el

    sistema, pero no se tena un soporte tico autnomo frente a la idea desarrollista de la

    maximizacin de la funcionalidad de las estructuras. La protesta estudiantil qued

    entonces aprisionada en una paradoja: su naturaleza era contestataria del sistema

    tecnocrtico, pero la falta de acceso a la tradicin cultural particular de A.L. impeda

    encontrar una base crtica que permitiera trascenderlo (1987: 24).

    La protesta estudiantil fue solo una manifestacin temprana de la crisis del

    pensamiento desarrollista, ni la primera ni la nica, pero demostr ser una gran crisis de la

    identidad cultural, a pesar de que los actores no haya podido plantearla en estos

  • trminos. Otro de los mbitos que sinti la crisis de identidad cultural fue la Iglesia

    catlica, que tuvo que enfrentarse a la secularizacin de sus partes, amenazando la

    identidad eclesial.

    En opinin del autor, otras tendencias que hacen crisis al desarrollismo no han

    dado el paso a encontrar en su historicidad el punto de convergencia (como lo hizo la

    iglesia), y que mientras no descubran el sustrato cultural del que han nacido, no podrn

    asumir la crisis del desarrollismo con criterio de superacin, permaneciendo en el espacio

    de la contestacin, reproduciendo la misma paradoja de la mitad de los aos sesenta.

    XII. Hacia una Caracterizacin del Ethos Cultural Latinoamericano

    La tarea de caracterizacin de nuestro ethos cultural latinoamericano es

    fundamentalmente emprica, no slo de la sociologa, sino de disciplinas empricas. Es una

    tarea larga y debe ser impulsada interdisciplinariamente.

    Para saber cual es el ethos latinoamericano, una fuente se da en la religiosidad

    popular. El problema emprico es averiguar como se produce la sntesis, y si es as, entre el

    catolicismo barroco trado por el conquistador espaol y las rdenes misioneras y la vasta

    gama de religiones amerindias y negras.

    Una segunda fuente es conocer los planos del acontecer social: relaciones

    cotidianas cara a cara, en la familia, en el trabajo y la economa, en el orden poltico, en las

    expresiones artsticas, en la convencin sobre los buenos modales, etc.

    Una tercera fuente de preguntas surge ante la irrupcin de la racionalidad tcnica

    en A.L. Nuestra hiptesis es que la racionalidad de nuestro ethos no es la misma que de la

    Ilustracin europea. Es el enfrentamiento de A.L. a planes y propuestas modernizadoras,

    instituciones, tcnicas productivas, conocimientos, actores y grupos sociales, ideologas.

    Otra fuente surge al considerar el estado actual de nuestras ciencias sociales.

    Aceptar la problemtica propuesta por la intelectualidad catlica latinoamericana no

    significa solamente cambiar los acentos al objeto de estudio, sino a cambiar de

    epistemologa.

    Las respuestas a estas preguntas son muy complejas para incluirlas en un libro, por

    lo que se enfatizar en el ltimo punto.

    Pensamos que el punto de partida obligado para la caracterizacin emprica del

    ethos cultural latinoamericano es el S. XVI. El nacimiento de una cultura es siempre

    decisivo, ms aun si se produce por un hecho como la llegada de europeos. A.L. en este

    sentido tiene comienzo de su historia. El encuentro asimtrico (conquistadores y

  • conquistados) redefine culturalmente a todos los implicados (tambin a los dominadores).

    Por esto, la comprensin del encuentro cultural iberoamericano pasa por el anlisis de

    las reacciones que cada una de las partes involucradas manifiesta ante la presencia del

    otro (1987: 172). Nuestra hiptesis es que hubo comunicacin entre ambas partes, pero

    no en el dominio de la palabra y del leguaje discursivo, sino que en el plano del ritual

    religioso, legitimacin como culto del trabajo, y connotacin festiva de los recursos

    econmicos. Si para los espaoles la Conquista fue una hazaa, para los indios fue un

    rito, la representacin humana de una catstrofe csmica, entre estos dos extremos, han

    oscilado siempre la sensibilidad y la imaginacin de los mexicanos (cita de Octavio Paz:

    174). De esta manera fue posible la conquista, no fue una guerra frente a frente de

    culturas, sino que ritualizada y compartida.

    Dos grupos se han disputado siempre la posibilidad de ser considerados los

    verdaderos sujetos de la sntesis cultural latinoamericana: los criollos y los mestizos.

    Ambos son hijos de la conquista, pero ambos no son hijos del encuentro cultural hispano-

    aborigen. El mestizo es hijo directo de reales indios y europeos, el criollo lo es de modo

    abstracto: idealiza al indio e idealiza a Europa para afirmarse a s mismo como sntesis de

    los mejor de ambos mundos, rechazando al mismo tiempo al indio concreto y al europeo

    concreto. La sntesis abstracta del criollo, no solo quiere blanquear la piel, sino tambin

    la madre violada (cita de Octavio Paz: 178). Se reinventa una historia que no es real.

    Para es entender la sntesis cultural y la contraposicin entre palabra y ritual, es

    necesario pasar por el fenmeno sacrificial. Hablar del sacrificio festivo como acto de

    creacin de valor. El conquistador espaol legitima el trabajo por el sacrificio, legitim la

    empresa de conquista. El trabajo nunca se justific por una sola conciencia individual (que

    hubiese generado la paga como mano de obra), sino que por la legitimacin colectiva. El

    trabajo no fue considerado como mercanca, sino como tributo dentro del culto indgena.

    Para finalizar, postula como hiptesis que la Ilustracin no penetr profundamente

    en suelo latinoamericano porque faltaban las condiciones sociolgicas para ello. La

    Ilustracin afecto ms al criollo y no al mestizo, generando un sujeto artificial por sobre

    afectar al sujeto histrico real. La universidad latinoamericana fue uno de los vehculos

    privilegiados para aceptar como propia la historia universal. Haba que reconstruir la

    historia, pero no de modo histrico, sino ritual. La Ilustracin latinoamericana no fue un

    movimiento ni contra la corona (puesto que de ella vena), ni contra la nobleza (como en

    el caso europeo), sino contra los nicos sujetos de la sntesis cultural latinoamericana: el

    indio y el mestizo. La constitucin de estados nacionales reforz esta tendencia, hasta

    transformar el criollismo en un fenmeno urbano (fines del siglo), el cual comnmente se

    ha estudiado en sociologa como el surgimiento de los sectores medios. Estos sectores se

  • denominan a s mismos como clase alta, con un deseo de diferenciacin social que

    llevan consigo.

    La hiptesis es que el intento de diferenciacin del criollo ilustrado es ritualista en su

    esencia y solo puede sostenerse de espaldas a la historia real. Esto es lo que las teoras de

    la modernizacin no toman, y se basan en la formulacin de un sujeto histrico armado

    por fuerzas ideales de transformacin.