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    El problema son los bancos

    Cartas a Wall Street

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    El problema son los bancos

    Cartas a Wall Street

    Traduccin de Gabriela Bustelo

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    Todos los derechos reser vados.Ningu na parte de esta pu blicacin puede ser reproducida,

    transmitida o al macenada de manera alguna sin el permiso prev io del editor.

    ttulo de la edicin original

    The Trouble is the Banks. Lette rs to Wall Street

    Copyright: 2012, by n+1Foundation, Inc. All rights reserved

    Primera edicin: 2013

    Fotografa de portada JUSTINSULLIVAN

    Traduccin Gabriela Bustelo

    Copyright Editorial Sexto Piso, S.A. de C.V., 2013Pars 35-AColonia del Carmen, Coyoacn04100, Mxico D. F., Mxico

    Sexto Piso Espaa, S. L.

    c/ Los Madrazo, 24, semistano izquierda28014, Madrid, Espaa.

    www.sextopiso.com

    DiseoEstudio Joaqun Gallego

    FormacinGrafime

    ISBN: 978-84-15601-31-9

    Depsito legal: M-15635-2013

    Impreso en Espaa

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    NDICE

    Prefacio 9

    LAS CARTAS 15

    1. Obertura 172. Toca despertarse! 373. Bank of America 614. Chase 775. Citi 876. Goldman Sachs 997. Wells Fargo 1298. Responsabilidad compartida 1439. Ser o no ser 15310. Coda 169

    Apndice A. Personas interesantescon las que cartearse 185

    Apndice B. Una seleccin de acuerdosde conciliacin con los bancos 205

    Agradecimientos 243

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    PREFACIO

    En una democracia hay cosas sagradas. El correo es una deellas. Ha de saberse que toda carta va a llegar a su destinata-rio, que no existe peligro de que sea manipulada y que nadie esdemasiado importante para recibir una carta de otra persona.

    Cualquiera debe poder recibir unas palabras de agradecimien-to, una sugerencia o, incluso, una crtica, siempre que se tratede una misiva sincera y firmada. El Servicio Postal de EstadosUnidos llega a todas las casas del pas, sin distincin. En la erade Internet, este credo democrtico deber aplicarse tambinal correo electrnico.

    sta es la premisa de este libro.El problema son los bancos

    rene las cartas que 150 estadounidenses (y un canadiense)enviaron a los directores y los ejecutivos de cinco bancos im-portantes durante el otoo de 2011, cuando en Estados Unidosse estaban montando las acampadas del movimiento OccupyWall Street, equivalente al 15M espaol. Las dos presidenciasanteriores haban fallado en su intento de poner coto legal alos desmanes bancarios; haba llegado el momento de hablarcon los banqueros directamente. Los autores de las cartas diri-

    gan sus comentarios a los altos cargos de los bancos dondetenan su dinero o a los directivos, cuyos nombres haban ledoen la prensa. Algunas cartas son graciosas y otras son serias,pero, en la mayora, se trasluce la frrea conviccin latentebajo la cortesa. Se trata de un grupo de ciudadanos que se di-rige a otro colectivo de conciudadanos, intentando que los msafortunados tomen conciencia de sus circunstancias. De todas

    esas cartas, las mejores estn recogidas aqu.En un primer momento, el proyecto lo ide un grupo dedesconocidos que se reuna en el parque Zuccotti de Nueva

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    York. Entre todos crearon una pgina web llamada Occupythe Boardroom (otbr), que podra traducirse por Tomala Sala de Juntas. Montaron un sistema para que cualquierpersona con un ordenador pudiera mandar una carta a un di-rectivo de banco, que le llegara por correo electrnico. otbrtambin inclua las cartas en una secuencia larga, y los men-sajes sin destinatarios concretos, e invitaba a los visitantesde la web a echar un vistazo al correo, para poder compartirlas opiniones de unos y otros.

    En seis semanas aparecieron casi 8 000 cartas. Los esta-dounidenses que se animaron a escribir no slo a los directi-

    vos bancarios, sino tambin a otros ciudadanos no solan serlos que visitaban las acampadas del movimiento Occupy WallStreet. Estaban en su casa, haciendo lo imposible para pagarla hipoteca, las facturas y las deudas. Muchos de los autores delas cartas eran mayores que los manifestantes que acampabany protestaban en nombre del 99 %1de los indignados es-tadounidenses. Procedan de todos los estados de la Unin. La

    lectura de sus cartas evidenciaba que, independientemente delpartido poltico al que pertenecieran, conocan bien los moti-vos por los que sus compatriotas haban empezado a acamparen las ciudades y los pueblos del pas, agitando pancartas hastaque la polica los desalojaba, para regresar poco despus.

    Estos autores rechazaban la politizacin de los bancos y lafinanciacin de las campaas electorales. Criticaban la tras-gresin de la Constitucin en el caso de Citizens United.2Que-

    ran saber por qu el Gobierno haba rescatado a los bancos,pero no a los ciudadanos. Pedan que los ejecutivos pagaranunos impuestos iguales, como mnimo, a los de sus emplea-dos. Abogaban por restituir la Ley Glass-Steagall3e implantar

    1. La expresin el 99 % se usa en Estados Unidos para referirse a la po-blacin afectada por la crisis. (N. de la T.)

    2. En el clebre caso Citizens United (2010), el Tribunal Supremo de Esta-dos Unidos equipar a las empresas con los ciudadanos, concedindolesla misma libertad de expresin. (N. de la T.)

    3. Ley promulgada en 1933 por el presidente Roosevelt para separar la banca

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    una nueva legislacin bancaria, ms estricta que la Ley Dodd-Frank,4para no seguir poniendo en riesgo a los consumidores.Los ciudadanos que estaban solos en casa y los que protestabanen los parques saban y decan lo mismo.

    Para muchos de los miembros de otbry de la Fundacinn+1,5estas cartas expresan los motivos de nuestras protestas enlos parques y en las calles de todo el pas. Demuestran que losestadounidenses son inteligentes y honrados, pero tambin,animosos y optimistas. Los autores de las cartas quieren ga-narse la vida en Estados Unidos, tanto si son oriundos comosi son emigrantes. Saben que slo podemos prosperar, tanto

    unos como otros, si somos buenos aliados, vecinos y ciudada-nos, pero jams robndonos la comida de la boca. Tal vez loesencial de las cartas es que se basan en el verdadero origen delproblema: la interseccin de los otros grandes poderes desdeel Gobierno y la sociedad civil, hasta las empresas grandes ypequeas, cuyos abusos y delitos se propagan, produciendouna destruccin pica. El problema son los bancos. El exceso

    de errores y negligencias que se producen en nuestro tiempo,la profusin de daos infligidos de modo voluntario y egosta,han empleado la economa como un instrumento compartido.

    Este libro, en nuestra opinin, no es un vilipendio de labanca ni de los banqueros. En el sector bancario hay buenaspersonas. De ah el valor de estas cartas. Afectan a la concien-cia individual, a los principios compartidos y a los valores ti-cos. Si alguien conoce la extensin del mal ocasionado por los

    bancos, son precisamente quienes trabajan en ellos, y quieneshabrn de levantarse y exigir las medidas necesarias para fre-narlo. Con estos banqueros in mente, los autores de las cartas

    de depsito de la banca de inversin, a fin de evitar la especulacin quehaba producido el crack de 1929. (N. de la T.)

    4. Ley de reforma financiera y de proteccin de los consumidores firmada por

    Barack Obama en julio de 2010. (N. de la T.)5. n+1 es una revista estadounidense sobre poltica, literatura y cultura publi-cada en papel tres veces al ao. La direccin web es http://nplusonemag.com/magazine. (N. de la T.)

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    denuncian la irresponsabilidad de Wall Street al proclamar suinocencia:La culpa no es ma, sino del sistema. Yo cumplo con mipapel. El capitalismo es as. Si mi comportamiento no fuese equivo-cado, otros lo haran en mi lugar. Y los accionistas me cortaran lacabeza. En ltima instancia, ser el mercado quien decida. Puestoque los autores de todas las cartas son ciudadanos corrientes,se trata de un intercambio de t a t, entre iguales. Lo que sedenuncia son conductas vergonzantes que perjudican al pas.Lo que se dice es: Basta, seor banquero. Usted es un ser hu-mano como los dems. Piense por su cuenta. Sea una personaresponsable. Despierte de una vez.

    Hemos tardado nueve meses en editar este libro, que re-presenta el esfuerzo conjunto de dos grupos de voluntarios.Los fundadores de Occupy the Boardroom crearon la webpartiendo de cero, haciendo una gran labor en tan slo dossemanas. El equipo que prepar las cartas para este formatoimpreso compuesto por n+1, voluntarios y otras personas quecompartan la filosofa de los movimientos de protesta contra

    la banca pudo tomarse ms tiempo. Lo primero que hicimosfue leer las 8 000 cartas enviadas a comienzos del otoo, traslo cual elegimos las 200 que nos parecieron mejores. A con-tinuacin, nos pusimos en contacto con todos los autores quelogramos encontrar, a fin de pedirles permiso para publicarsus cartas. Si el nombre del autor aparece publicado, significaque hemos conseguido localizarlo para pedirle permiso. Si elnombre y la direccin estn ausentes, significa que no hemos

    logrado dar con el autor, pese a haberlo intentado. En estos ca-sos hemos procurado convertir la carta en un documento com-pletamente annimo, pese a que estaba firmada.

    El libro tiene dos apndices. En el Apndice A propor-cionamos una serie de direcciones para que los lectores quequieran puedan enviar cartas a sus compatriotas banqueros. Enel Apndice B hemos intentado comprender los hechos sobre

    los que hablan los autores de las cartas la situacin bancariageneral en la que se enmarcaban sus casos particulares, inda-gando en las investigaciones del Gobierno sobre las prcticas

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    ilegales de los bancos y los subsiguientes acuerdos alcanzadosdurante los ltimos cuatro aos, cuya documentacin se hallaen los archivos pblicos.

    Por ltimo, en relacin con este libro es importante es-tablecer que no se trata de un documento apto para emplearseen un tribunal. Hemos considerado vlidos los datos que losautores nos dan sobre su vida, sin reescribir ni comprobar susbiografas una por una. Al pedirles permiso para publicarsus cartas, nos hemos cerciorado de que los autores considera-ban cierto lo que haban escrito en sus propias palabras. Paraelegir las cartas hemos empleado el sentido comn y la docu-

    mentacin hallada en los archivos pblicos. Se trata de la vozdel pueblo sin censurar por ninguna autoridad ni jerarqua su-perior. Sabemos bien lo que opinan los altos cargos situadosen puestos visibles. Este libro nos aporta las opiniones y sen-timientos del resto de nosotros.

    Los editores, Grupon+1

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    LAS CARTAS

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    1. OBERTURA

    No consegu una modificacindel prstamo hipotecario por haber puesto

    mal el nmero de telfono en la solicitud

    Destinatario: Charles H. NoskiBanco: Bank of America

    Hola, Charles,

    Me llamo Matt. No me conoces, pero soy cliente de Bank ofAmerica. Hace unos aos, mi hipoteca Countrywide la compr

    Bank of America y llevamos juntos desde entonces. En estosmomentos tengo pendiente de pago 150 000 dlares de mi casay estoy pasando un bache laboral. Para no perder la vivienda,tengo dos empleos, pero llevo dos aos intentado conseguiruna modificacin del prstamo, sin xito. Ya lo he intentadoen tres ocasiones.

    No voy a dar todos los detalles, pero la ltima vez que peduna modificacin del prstamo hipotecario me la denegaron

    por haber puesto en la solicitud el nmero de telfono fijo,en vez del mvil. Como nunca estoy en casa, porque trabajo65 horas semanales, no o los mensajes que me dejaron en elcontestador. Por ese motivo, Bank of America se neg a con-cederme una modificacin del prstamo.

    Cuando llamo al banco, cada vez me dan una explica-cin diferente. Puedo pasarme varios minutos hablando del

    tema con el ejecutivo A, pero si llamo media hora despus,se pone el ejecutivo B y me da una respuesta distinta sobre elmismo asunto. Es decir, la mano izquierda no sabe lo que est

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    haciendo la derecha. Entre tanto, la deuda me va ahogandolentamente.

    Entonces, descubr que en 2009 Bank of America pagcero dlares de impuestos; en 2010 fue igual, segn tengo en-tendido. Pero el banco ha recibido 100 millones de dlaresde rescate, procedentes de nuestros impuestos. Y yo qu hesacado en claro? Nada. Si me lanzo a la calle a intentar ganaralgo de dinero y no lo consigo, por qu me va a pagar el Go-bierno mis deudas?

    Entiendes lo que te estoy contando, Charles? No en-tiendo cmo una empresa que no contribuye con el dinero

    que le corresponde, porque evita pagar impuestos usando loscoladeros legales inventados por vuestros perrillos falderos(tenemos el peor Congreso de todos los tiempos!) ha podidorecibir un rescate. Lo que yo pretendo es conseguir una mo-dificacin de mi prstamo hipotecario (porque me encanta micasa y quiero conservarla), como tantos otros ciudadanos es-tadounidenses trabajadores, honrados y buenos, trabajando y

    pagando mis impuestos. El rescate te ha beneficiado, porqueha servido para pagaros el sueldo a los empleados de Bank ofAmerica, adems de los sobresueldos correspondientes, peroa m me dejis tirado porque he puesto el nmero de telfonoequivocado en la solicitud.

    Quiz haya alguien en vuestro banco que me pueda expli-car esto, porque no lo entiendo, sencillamente. Os estara muyagradecido si alguno de vosotros me dedica un par de minutos

    para aclararme el asunto.

    Atentamente,

    Matt SeufertSpring Valley. California - 91978

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    No me compr la casa

    Saba que no poda comprarme una casa, pero pensaba que,trabajando mucho, quiz lo conseguira algn da. Tena el bu-zn abarrotado de esas ofertas de prstamos sin nmina y sinaval, pero no haba picado porque saba que no poda cargarmis ingresos con una deuda semejante.

    He vivido toda mi vida de alquiler. Como la avaricia de unaminora ha hundido la economa del pas, para las personascomo yo el sueo americano est ms lejos que nunca.

    La gente que acepta las normas no obtiene recompensaalguna, mientras los que hacen trampas son quienes salen be-neficiados, pese al dao que puedan haber causado, lo que ge-nera un profundo malestar en la sociedad.

    Acaba de iniciarse un movimiento social para que lasinstituciones financieras asuman la responsabilidad del daoproducido y tambin para crear un sistema de justicia econ-

    mica que nos proteja a todos.Vamos a lograr cambiar las cosas, porque no somos unapanda de hippiesamargados. Somos la clase media indignada.Es decir, una multitud gigantesca.

    Como la gran mayora de las personas de clase media, yono tengo una tonelada de dinero en uno de vuestros bancos,pero tengo un sueldo mensual y unos ahorros que mantengocon constancia. Dentro de poco voy a cerrar mis cuentas aqu

    y me ir a una cooperativa de crdito o a un pequeo bancolocal. Har todo lo posible, desde el punto de vista social, po-ltico y econmico, para ayudar a librar a la sociedad en la quevivo del dominio empresarial y convertirla en una democraciaautntica, cuyos ciudadanos tengan leyes justas que les permi-tan obtener sus merecidas recompensas.

    Estoy dispuesta a esperar para conseguir tener una casa.

    Estoy dispuesta a trabajar por un futuro mejor y no slo piensoen m, sino tambin en las generaciones futuras. En el mundohay muchas personas como yo.

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    Cuntos ms pensis lo mismo que yo? Hasta dndeestis dispuestos a llegar?

    Pamila PayneLos ngeles. California - 90068

    Demasiado contenido

    para una cua publicitaria

    La gente dice que las exigencias de Occupy Wall Street sondemasiado ambiguas. No es verdad. Lo que sucede es que haytantas cosas que no funcionan que es difcil meterlas en unacua publicitaria o una pancarta. Todo lector de prensa, oyentede radio y telespectador a quien le haya tocado buscar traba-

    jo, soportar la crisis, padecer una enfermedad grave, intentareducar a sus hijos, jubilarse, volver de la guerra, vivir en lacosta del Golfo de Mxico y, sobre todo, cualquiera que inten-te hacerse or por un Congreso, un presidente y un TribunalSupremo dominados por las empresas, sabe en qu consistenesas exigencias. El que no lo sepa es sordo, ciego, avaricioso,fro, egosta, cruel, o todo a la vez.

    Kay RosenGary. Indiana - 46403

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    Adis

    Soy un cliente fiel de Bank of America desde 1982.Pero esta tarde he estado hablando durante un buen rato

    con una chica que era alumna de mi marido. Es una enferme-ra recin divorciada. Tiene contratada una hipoteca con Bankof America. Lleva once meses desesperada, intentando rene-gociarla. Pero vuestro departamento de prstamos le impideavanzar, porque se limitan a pedirle unos impresos que ya osha entregado.

    No os hemos dado los rescates bancarios para que los eje-cutivos tengis sueldos y sobresueldos an ms desmesura-dos. Habis producido la crisis por prestar dinero sin controly pensbamos que ibais a usar el dinero del rescate para enca-rrilar el asunto de los prstamos, no para arruinar a ms per-sonas y crear ms malestar.

    Pienso cerrar mis dos cuentas con Bank of America y anu-

    lar mis dos tarjetas Visa con Bank of America. Pero, discre-tamente. (Tengo presentes las detenciones de hoy en relacincon Citibank y, a mis 72 aos, no tengo ganas de pasarme lanoche en la crcel). Mi dinero lo meter en una cooperativade crdito.

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    Por favor, dejen en paz a mi padre

    Destinatario: Lloyd H. DeanBanco: Wells Fargo

    Querido Lloyd,

    En mayo de 2007 me convert en la primera persona de mientorno familiar en conseguir un ttulo universitario. Me he

    licenciado a los 38 aos, con una deuda de ms de 100 000dlares en crditos universitarios contratados con entidadesprivadas. Mi padre, un jubilado de 74 aos, haba avalado consu firma la mayora de estos crditos, pero, en septiembre de2008, perdi su pensin de 70 000 dlares al producirse lacrisis bancaria.

    En septiembre de 2009, cuando llevaba slo un ao tra-

    bajando, me despidieron por los recortes. Durante la mayorparte de 2010 estuve sin trabajo. En 2011 se me acabaron losaplazamientos para la devolucin de los crditos universita-rios. Entonces, los bancos empezaron a perseguir a mi padre,cuya firma apareca junto a la ma. Le han quitado la lnea decrdito y le han anulado el prstamo hipotecario, aunque jamsse haba retrasado en los pagos.

    En junio de 2011 mi padre acudi a un abogado para in-

    tentar reducir las mensualidades a una cantidad acorde a susingresos. En octubre de 2011 se le comunic que el abogadono haba conseguido rebajar la cifra lo suficiente. Mi padre meescribi una carta explicndome que iba a tener que vender elseguro de vida y rehacer el testamento para proteger a mi her-mana y mi madrastra.

    La carta lleg el sbado pasado.

    El domingo mi padre tuvo un derrame cerebral.Ahora Wells Fargo le est agobiando con los pagos de otrocrdito universitario.

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    Le ruego que, por favor, dejen de presionar a mi padrehasta que yo consiga un trabajo que me permita hacerme cargode las mensualidades.

    Siempre pens que hacer una carrera era la nica mane-ra de triunfar en la vida. Ahora me arrepiento todos los dasde mi vida.

    Sinceramente,

    Deena DeNaroDurham. Carolina del Norte - 27701

    Ejecuciones hipotecarias

    Un matrimonio joven se compr una casa enfrente de la nues-tra, un inmueble de lujo que les cost casi 600 000 dlares.Slo tenan una fuente de ingresos: el marido, que daba clasesde religin en un instituto. La mujer era un ama de casa conhijos y sin sueldo. Todos los vecinos nos preguntbamos cmopodan pagar una casa semejante. Respuesta: no podan. l nominti en su solicitud. Pero Chase le concedi una hipotecacon una mensualidad superior a su sueldo. Le dijeron que la

    poda renegociar para sacar dinero, mgicamente, al ir aumen-tando la casa de valor. La historia, obviamente, acab con unaejecucin hipotecaria. Otro caso de chapuza bancaria basada enuna oferta legal. El precio de venta fue de 285 000 dlares, loque depreci todas las casas del barrio. Esto sucede una y otravez, destrozando todo nuestro sistema econmico. Los bancosdeben asumir su responsabilidad!

    Marlene StilleNew Buffalo. Michigan - 49117

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    Conseguir comprar una casa?

    Destinataria: Ellen V. FutterBanco: JP Morgan Chase

    Soy carpintero y tengo muy poco trabajo desde que empez lacrisis. Mi esposa trabaja en una fbrica pequea donde gana 17

    dlares la hora, sin seguridad social. Decidimos apuntarnos alplan Making Home Affordable.6Logramos reducir nuestramensualidad en 400 dlares al mes. Por qu nos apuntamosal plan? No habamos dejado de pagar ningn plazo, pero noscostaba llegar a fin de mes. Cuando llevbamos nueve mesesincluidos en el plan nos dijeron que no ramos aptos y queiban a iniciar la ejecucin hipotecaria si no logrbamos darles

    los 400 dlares que no habamos pagado. Pero tambin po-damos renegociar la hipoteca para intentar lograr un intersms bajo, lo que evitara perder la casa y todos los interesesque habamos pagado hasta el momento. Diez aos, 120 000dlares. S que esta carta no la va a leer nadie, pero escribirlame sube algo la moral. A usted qu le sube la moral, seora?

    Michael G. Anderson

    Vashon. Washington - 98070

    6. Anunciado en febrero de 2009, el plan Making Home Affordable (en es-

    paol, Conseguir comprar una casa) form parte del intento de Obamade estabilizar el sector inmobiliario e hipotecario. Consista en colaborarcon los bancos para unificar las pautas al evaluar a los candidatos a obteneruna renegociacin hipotecaria.

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    El seor de la caldera

    Esta semana he tenido que llamar al caballero que se encargadel mantenimiento de mi caldera. Tendr unos setenta aos,por lo que le cuesta andar y, sobre todo, subir y bajar las es-caleras. Al verle, le pregunt cundo se iba a jubilar. No melo puedo permitir!, me dijo. Hace cuarenta aos le vendie-ron un seguro por el que empez a pagar 50 dlares al mes.Una cifra ridcula en Wall Street, pero l llevaba cuarenta aospagndola todos los meses, es decir, durante casi 500 meses.

    Al final, debido al excesivo riesgo sistemtico y a la corrup-cin del sistema financiero, esta inversin le dio un total de5 000 dlares. Es probable que no conozca todos los detallesdel Gran Casino en el que se ha convertido nuestro sistemafinanciero, pero sabe lo suficiente como para diagnosticar elproblema: Son todos unos ladrones. El resto de nosotrostambin lo hemos ido descubriendo. Somos muchos millones

    y estamos en elloJoel Roache

    Salisbury. Maryland - 21801

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    Desde que me habis ejecutado la hipoteca,veo que no tenis mi casa tan cuidada como la tena yo

    Destinataria: Julie M. WhiteBanco: Wells Fargo

    Hola, Julie,

    Me preguntaba por qu tras haber sido duea de mi casa y ha-berla cuidado durante siete aos, incluso cuando tuve la mala

    suerte de que me despidieran por una reduccin de plantilla,ni t ni nadie en Wells Fargo la habis cuidado con el mismoamor y cario que yo. Dada la agresividad con la que me la qui-tasteis, le deberais haber dedicado el mismo amor y la mismaternura que yo.

    La ltima vez que pas por delante en coche, la hierbadel jardn estaba sin cortar. La verja est muy mal y hay ramas

    de rboles por todo el tejado. Pretenda aportar una pequeasuma de dinero para demostrar el inters que tengo en conser-var la casa (aunque significara seguiros pagando a vosotros),pero las minutas de vuestro abogado (algo as como 3 000 dla-res por un retraso de 90 das) hacen imposible la idea de darosuna cantidad razonable.

    Adems de buscar trabajo, me haba presentado volun-taria para colaborar con una asociacin que rescata a los ani-

    males perdidos o abandonados por otros propietarios quetambin han perdido la casa. Pero tuve que dejarlo, porqueyo tampoco tena dnde vivir. Como no me podis devolverla casa, ni tengo esperanza de que lo hagis, espero que losde Wells Fargo (Wachovia) donis algo de dinero a la ongquerescata a los animales de los que ya no puedo ocuparme. Laspobres criaturas tambin se han quedado sin hogar, aunque

    no puedan mandaros un correo como ste.

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    Hola, John,

    Sinceramente, no me gusta nada lo que habis hecho con estepas (es decir, con Estados Unidos).

    Mi vecina intent solucionar el asuntocon Bank of America, pero no pudo

    Destinatario: Joe L. Price.Banco: Bank of America

    Me llamo Hannah7y vivo en Olympia, Washington. El ao pa-sado perd mi casa. No quedaba otra, a decir verdad, porque nopoda pagar la hipoteca. Tras operarme de un tumor cerebral,tena una deuda de 120 000 dlares y estaba incapacitada paratrabajar. As que saba lo que me esperaba, aunque tuve queprepararme para el duro golpe. El mdico me aconsej dejar dehablar con los del departamento de cobros, porque me produ-

    can tendencias suicidas. Me aconsej centrarme en la salud,para que la mudanza no me llevara a la tumba.

    Mi vecina Hannah8tambin estaba perdiendo la casa,asunto que me pareca curioso, porque en aquel momento es-taba ganando dinero. Quiz no ganara bastante para pagar lahipoteca entera, pero para una parte, s. Haba intentado re-negociar con Bank of America, pero la cosa no haba ido bien y

    7. El nombre no es el autntico.8. dem, nota anterior.

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    no hacan ms que mandarle gente a su casa para amenazarla.Hannah haba empezado a beber mucho. Por aquel entoncesyo ya haba aceptado mi aciago destino y me lo estaba tomandocon ms tranquilidad. As que intent consolarla y ayudarla aencajar el problema. Al final se qued sin su casa en diciembrede 2010. Y yo, tambin.

    Ahora, las dos casas de las dos Hannahs estn vacas. Lama la ha comprado un agente inmobiliario. Quiere arreglarlapara poderla alquilar, pero est tardando ms de lo que pen-saba. La casa de la otra Hannah sigue en venta. As es. Bankof America pudo quedarse con una parte de la hipoteca de mi

    vecina, pero no quiso.No comprendo la mentalidad de tu jefe, Joe. Tuvisteis la

    oportunidad de lograr que mi vecina pagara su hipoteca, perono la aprovechasteis. Me parece extrao. En mi caso, se trata-ba de una seora con una lesin cerebral y una factura mdi-ca descomunal, que adems poda acabar murindose, as quecomprendo que el banco quisiera librarse de m para poder

    amortizar la hipoteca cuanto antes. Pero podrais haber rene-gociado los plazos con mi vecina, que tambin tena la hipo-teca con vosotros.

    Me pregunto, Joe, si te has parado a pensar dnde nosllevan todas estas ejecuciones hipotecarias. En cuanto a m,lo que he ganado es un sentido del humor algo macabro. Si lanica prioridad que tenis en Bank of America es el balancecontable, estas prcticas no os estn dando un buen resultado

    desde el punto de vista fiscal, as que ms vale que las estu-diis a fondo.

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    A partir de 2008, cuando comenz a derrumbarse el castillo de naipes de

    la bonanza inmobiliaria y financiera, el mundo occidental se sumi en una

    crisis econmica, social y poltica de la que todava no ha empezado a re-

    cuperarse. La otra cara de los sombros indicadores econmicos recesin,

    desempleo, pobreza son las historias de las personas de carne y hueso,

    aqullas que padecen los excesos de un sistema despiadado y demencial,

    que parece no tener otro fin que servirse a s mismo y a los altos ejecuti-

    vos que se enriquecen a toda costa.

    Como respuesta a esta situacin, los editores de la prestigiosa revista

    neoyorquina n+1pusieron en marcha una pgina web donde invitaban a la

    gente a compartir sus experiencias de abuso y desahucios a manos de los ban-

    cos y dems monstruos financieros, en forma de cartas enviadas a las propias

    instituciones. El problema son los bancos. Cartas a Wall Street es una seleccinde las 150 mejores cartas, entre las ms de 8 000 que recibieron. Adems de

    la indignacin compartida, las cartas revelan una fuerte dosis de humor,

    de irona y de estupefaccin ante un atraco institucionalizado, consentido

    por todos los gobiernos occidentales. Una y otra vez, surge la misma pre-

    gunta, lanzada a los responsables de dirigir el saqueo: Cmo pueden dor-

    mir por las noches?

    A estas alturas, la mayora de los altos ejecutivos ya ha aprendido a ignorar

    los gritos y las pancartas de protesta de la gente en las calles. Pero y una carta

    escrita con educacin y elocuencia, dirigida a ellos y enviada a sus oficinas?

    Es mucho ms difcil de ignorar. Es posible imaginar que un ejemplar de este

    libro llegue al escritorio de un director general, que lo hojee una noche en la

    oficina y dedique unos minutos a reflexionar.

    New York Magazine