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1 Universidad de Costa Rica Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura Seminario de Autores y Textos: “Walter Benjamin” Prof. Henning Jensen, Ph.D. TEOLOGÍA, MATERIALISMO, MITO Y REDENCIÓN: Una lectura de las “Tesis sobre filosofía de la historia”, de Walter Benjamin Álvaro Fernández González, M.Sc. Junio, 2004 “Descubrir, descifrar, articular, poner en marcha: viejos oficios de libertadores y mártires, que ahora son nuestras obligaciones y que andan por allí, contándonos los pasos, del desayuno al sueño, de sigilo en sigilo, de acción en acción, de vida en vida”. (Vida, oficios, Roque Dalton, El Salvador, 1935-1975) 1. Walter Benjamin, ángel de la historia. 1 Durante su largo exilio en París (tras el ascenso de Hitler al poder en 1933), los escritos anti- fascistas de Benjamin hicieron que la policía política nazi (la GESTAPO) solicitara su expatria- ción al gobierno francés en febrero de 1939, que fue denegada. En agosto de ese año, Stalin firmó con Hitler un pacto de no agresión, ganando tiempo para la defensa soviética (que habría de ser decisiva en el curso de la guerra). En setiembre, Hitler invadió Polonia; en respuesta, Inglaterra y Francia le declararon la guerra. Al igual que todo habitante en Francia entre los 17 y 50 años, de origen germánico (alemanes, austriacos, checos, eslovacos y húngaros), Benjamin fue trasladado a un campo de trabajo en territorio francés, del que fue liberado dos meses después, en noviem- bre, tras una movilización de sus amigos escritores en este país. En el invierno (finales de 1939, principios de 1940), Benjamin redactó Sobre el concepto de la historia (conocido posteriormente como las Tesis sobre filosofía de la historia), que sería su úl- timo escrito; tenía 48 años. En él retoma el hilo de su pensamiento místico y teológico de juven- tud, articulándolo con el materialismo histórico al que adhirió progresivamente a partir de media- dos de la década de 1920. En abril de 1940 —pocas semanas antes de que las tropas alemanas invadieran el norte de Francia—, Benjamin confió a Gretel Adorno, esposa de su amigo y discí- pulo Theodor Adorno, algunas reflexiones sobre sus dieciocho tesis: “La guerra y la constelación que ha traído consigo me han llevado a poner por escri- to ciertos pensamientos... que he guardado bajo seguro por casi veinte años; en efec- to, los he guardado incluso de mí mismo. (...) Nada más lejos de mi intención que el publicar estas notas (para no mencionar la forma en que usted las tiene)... No es ne- cesario decirle que ello dejaría la puerta totalmente abierta a malentendidos entu- 1 Cf. Buck-Morrs (1981); Rochlitz (1996); Spencer (2000). Las citas de Benjamin y Brecht se encuentran en Spencer (2000).

A Fernández 2004 - Teología, Materialismo, Mito y Redención en Walter Benjamin

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Una lectura de las “Tesis sobre filosofía de la historia”, de Walter Benjamin.Por Álvaro Fernández GonzálezJunio, 2004

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    Universidad de Costa Rica Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura Seminario de Autores y Textos: Walter Benjamin Prof. Henning Jensen, Ph.D.

    TEOLOGA, MATERIALISMO, MITO Y REDENCIN: Una lectura de las Tesis sobre filosofa de la historia, de Walter Benjamin lvaro Fernndez Gonzlez, M.Sc. Junio, 2004

    Descubrir, descifrar, articular, poner en marcha: viejos oficios de libertadores y mrtires,

    que ahora son nuestras obligaciones y que andan por all, contndonos los pasos,

    del desayuno al sueo, de sigilo en sigilo, de accin en accin, de vida en vida.

    (Vida, oficios, Roque Dalton, El Salvador, 1935-1975) 1. Walter Benjamin, ngel de la historia. 1

    Durante su largo exilio en Pars (tras el ascenso de Hitler al poder en 1933), los escritos anti-fascistas de Benjamin hicieron que la polica poltica nazi (la GESTAPO) solicitara su expatria-cin al gobierno francs en febrero de 1939, que fue denegada. En agosto de ese ao, Stalin firm con Hitler un pacto de no agresin, ganando tiempo para la defensa sovitica (que habra de ser decisiva en el curso de la guerra). En setiembre, Hitler invadi Polonia; en respuesta, Inglaterra y Francia le declararon la guerra. Al igual que todo habitante en Francia entre los 17 y 50 aos, de origen germnico (alemanes, austriacos, checos, eslovacos y hngaros), Benjamin fue trasladado a un campo de trabajo en territorio francs, del que fue liberado dos meses despus, en noviem-bre, tras una movilizacin de sus amigos escritores en este pas. En el invierno (finales de 1939, principios de 1940), Benjamin redact Sobre el concepto de la historia (conocido posteriormente como las Tesis sobre filosofa de la historia), que sera su l-timo escrito; tena 48 aos. En l retoma el hilo de su pensamiento mstico y teolgico de juven-tud, articulndolo con el materialismo histrico al que adhiri progresivamente a partir de media-dos de la dcada de 1920. En abril de 1940 pocas semanas antes de que las tropas alemanas invadieran el norte de Francia, Benjamin confi a Gretel Adorno, esposa de su amigo y disc-pulo Theodor Adorno, algunas reflexiones sobre sus dieciocho tesis:

    La guerra y la constelacin que ha trado consigo me han llevado a poner por escri-to ciertos pensamientos... que he guardado bajo seguro por casi veinte aos; en efec-to, los he guardado incluso de m mismo. (...) Nada ms lejos de mi intencin que el publicar estas notas (para no mencionar la forma en que usted las tiene)... No es ne-cesario decirle que ello dejara la puerta totalmente abierta a malentendidos entu-

    1 Cf. Buck-Morrs (1981); Rochlitz (1996); Spencer (2000). Las citas de Benjamin y Brecht se encuentran en Spencer (2000).

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    El Angelus Novus de Paul Klee, con el rostro y el traje de Walter Benjamin.

    (Ilustracin de Lloyd Spencer)

    siastas. (Su amigo el dramaturgo Bertolt Brecht dira un ao despus: Asusta pen-sar cun pocos estn preparados para entender, aunque sea mal, esta pieza.)

    En agosto de 1940 cuando Hitler ya haba ocupado Pars y la firma del armisticio franco-alemn, a fines de junio, dejaba slo dos quintas del territorio (el sureste) bajo soberana nominal francesa, Benjamin decidi finalmente huir hacia Espaa por la frontera catalana, cruzando en setiembre los Pirineos a pie y cargando sus materiales de estudio ms preciados, sobre las arcadas de Pars. La guardia fronteriza de Port Bou no le permiti el paso; esa misma noche, un 25 de setiembre, creyendo que sera entregado a las autoridades nazis, se suicid con una sobredosis de morfina. El acto conmovi quiz a los guardias, quienes al da siguiente dejaron pasar el resto del grupo a Catalua. Benjamin muri en Port Bou como describi en sus Tesis al ngel de la historia: viendo amontonarse a sus pies las ruinas catastrfi-cas del fascismo, pero con sus alas abiertas para el vuelo de la redencin. Sinti, con Goethe, el miedo y la angustia ante la muerte que infieren las fuerzas mticas. Al igual que Eduard Fuchs, fue un estudioso, coleccionista intensamente atento a las huellas terribles unas, esperanzadoras otras del pasado en el presente. Pero fue sobre todo, como Nicolai Leskov y Franz Kaf-ka, un narrador de parbolas: expres la magia de la palabra pen-sada en comunidad, la cual, al nombrar verdaderamente la conste-lacin que anuda el presente en el pasado, lo redime, construyen-do un nuevo presente capaz de trascender la muerte y lo que mata. 2. Teologa y materialismo en Benjamin. 2

    Tal como reconoce Benjamin en su carta de 1940 a Gretel Adorno, las Tesis sobre filosofa de la historia articulan su pensamiento mstico y teolgico de juventud, con el materialismo histri-co al que adhiri en la ltima etapa de su vida, que coincide con el ascenso del nacionalsocialis-mo a partir de la segunda mitad de la dcada de 1920.3 El eslabn central en la etapa juvenil es su ensayo de 1916 Sobre el lenguaje en general y sobre el lenguaje de los hombres. Aqu, Benjamin critica la teora burguesa del lenguaje como siste-ma convencional de signos que corresponden a las cosas casualmente. A partir de un anlisis del relato bblico de la Creacin anlisis alegrico, en la medida en que la Biblia presupone que la lengua es una realidad ltima, a considerar slo en su despliegue, inexplicable y mstica (p. 4), Benjamin identifica el poder de revelacin del lenguaje humano, que al nombrar las cosas expre-sa su ser espiritual:

    2 A menos que se indique lo contrario, las citas de Benjamin provienen del material reproducido en el curso, con indicacin de la pgina respectiva. 3 La idea de una articulacin y no de una tensin irresuelta entre estas dos dimensiones del pensamiento de Benjamin parece inaceptable para muchos autores, entre ellos, el ms relevante, Adorno mismo (segn Buck-Morrs, 1981, quien comparte su opinin); Rochlitz (1996) coincide. Dussell (1998) y DeChaine (2000) reconocen la tensin pero la asumen como articulada en un solo movimiento vital. Tenan razn Benjamin y Brecht, el primero al prever los malentendidos entusiastas que esta articulacin provoca, y el segundo en asustarse ante cun pocos la logran entender, aunque sea mal.

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    la cosa en s no tiene palabra: la cosa es creada por el verbo de Dios y conocida en su nombre segn la palabra humana. Pero este conocimiento de la cosa no es una crea-cin espontnea, no procede de la lengua absolutamente, sino que el nombre que el hombre da a la cosa depende de la forma en que la cosa se comunica con l. En el nom-bre la palabra de Dios no ha seguido siendo creadora, se ha convertido en parte recepti-va, aunque ello sea en un sentido lingstico. Esta receptividad se dirige a la lengua de las cosas mismas, desde donde a su vez se irradia, sin sonido y en la muda magia de la naturaleza, la palabra divina (pp. 5s).

    Tras la Cada, la magia denominante y sin mediacin del lenguaje humano se transforma en la magia del juicio, que ya es mediado por la abstraccin: En esta separacin respecto a las cosas, que era la esclavitud, surgi el plano de la torre de Babel y con l la confusin de las lenguas (p. 7). Pero agrega Benjamin, y esto es central: La incapacidad de hablar es el gran dolor de la natu-raleza (y para redimirla estn la vida y la lengua del hombre en la naturaleza, y no slo, como se supone, del poeta) (p. 8). La denominacin ocurre segn desarrolla Benjamin en dos escritos mucho posteriores, de 1933 (La doctrina de lo similar y Sobre la facultad mimtica) a partir de un reconocimiento instantneo de similaridades. Se trata de una visin no instrumental del lenguaje, que Benjamin expres dramticamente a Mar-tin Buber en una carta de 1916:

    Mi concepto de un estilo y una escritura objetiva y, al mismo tiempo altamente po-ltica, es el siguiente: despertar inters en lo que se haba negado a la palabra; slo donde esta esfera de mudez se revela en un puro poder inexpresable puede saltar la chispa mgica entre la palabra y el acto motivador, donde reside la unidad de estas entidades igualmente reales (en DeChaine, 2000: 291).

    La redencin de las cosas en su nombre paradisaco (o adnico), y la idea de su denominacin a partir de un reconocimiento instantneo, guardan estrecha afinidad con la visin mesinica larga-mente guardada por Benjamin (incluso de m mismo) y que emerge en la teologa profana de las Tesis sobre filosofa de la historia.4 Pero igualmente se vinculan con su concepcin narrativa, no historicista, del materialismo histrico como crnica. Y, sobre todo, se expresan en el movi-miento de redencin en el tiempo-ahora, que Benjamin radica en la palabra (o denominacin) de una constelacin histrica (o mnada) transformadora, la cual hace saltar la chispa con el acto motivador. Los ensayos sobre Kafka (1934), Leskov (1936) y Fuchs (1937) constituyen en este respecto antecedentes fundamentales de las Tesis (que a veces se reiteran casi textualmente en ellas). Como plantea en las Tesis contra la perspectiva historicista, para Benjamin el tiempo no es un continuo homogneo y vaco en el que transcurre la historia en forma secuencial: es un tiem-po-ahora, un tiempo pleno, que se construye al pensar el pasado y el futuro anudados en un pre-sente transido por relaciones de poder, nombrndolo, para que sea un conocimiento colectivo, y actuando en consecuencia (como deca en 1916, haciendo saltar la chispa mgica entre la palabra y el acto motivador). Dice la tesis 17:

    4 Rencire (1996) habla de una contrateologa de la modernidad en Benjamin, coincidiendo con el juicio de Haber-mas (1984) sobre el papel fundante de Benjamin en la teora de la postmodernidad.

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    Cuando [el pensamiento] se para de pronto en una constelacin saturada de tensiones, le propina a sta un golpe por el cual cristaliza en mnada. () En esta estructura reco-noce el signo de una detencin mesinica del acaecer la percibe para hacer que una determinada poca salte del curso homogneo de la historia; y del mismo modo hace saltar a una determinada vida de una poca y a una obra determinada de la obra de una vida (p. 190).

    En el segundo anexo a las Tesis, Benjamin propone siguiendo la concepcin juda que desarro-ll en dilogo con su amigo el cabalista Gershom Scholem que cada segundo [es] la pequea puerta por la que [puede] entrar el Mesas (p. 191). En este sentido, lo que expresa no es slo una prctica de redencin colectiva, con respecto a la poca (hacerla saltar del curso homogneo de la historia), sino tambin personal (hacer saltar a una determinada vida de una poca), y esto a partir de cada obra (hacer saltar a una obra determinada de la obra de una vida), en cada segundo (puesto que en cada segundo puede entrar el Mesas). El escritor y poltico salvadoreo Roque Dalton manifest con otras palabras esta opcin vital, en su poema Vida, oficios:

    Descubrir, descifrar, articular, poner en marcha: viejos oficios de libertadores y mrti-res, que ahora son nuestras obligaciones, y que andan por all, contndonos los pasos, del desayuno al sueo, de sigilo en sigilo, de accin en accin, de vida en vida.

    3. Poderes mticos y fuerzas redentoras.

    Es importante detenerse a considerar los poderes mticos que segn Benjamin impiden a la humanidad su afn por humanizarse, as como las fuerzas redentoras que pueden prestarle auxilio. Su ensayo sobre Eduard Fuchs (Historia y coleccionismo, 1937) enfrenta a la perspectiva pica del historicismo, y su imagen eterna del pasado, el mtodo constructivo del materialismo, poniendo en accin esa experiencia con la historia que es originaria para cualquier presente, y liberando las fuerzas poderosas que en el rase una vez del historicismo permanecen ata-das (p. 92). El materialista histrico inspecciona el pasado con la aguda conciencia de que la historia de la cultura es siempre, al mismo tiempo, historia de la barbarie, por los terribles sometimientos que ella comporta. En este respecto, el pasado se encuentra tejido en el presente, no como mero nexo causal, sino como un nexo dialctico, hilos que pueden estar perdidos durante siglos y que el actual decurso de la historia vuelve a coger de sbito y como inadvertidamente (p. 104). Lo mtico se encuentra en esta trama del pasado que determina el presente, cuyo podero Benja-min explora desde su ensayo sobre Las afinidades electivas de Goethe (1922). Se trata de toda condicin obligatoria [que] es inconciliable con el dominio de la libertad en su sentido lato, e incluye la constitucin individual del destino, la configuracin individual del espritu: todo aquello que puede denominarse formacin o cultura () el acatamiento rgido de un ritual, que slo puede calificarse de supersticin, [que] puede proteger al hombre de la naturaleza en la que tiene que vivir () las fuerzas que la naturaleza exhibe como dominantes () Esa especie de existencia sometida a un destino, que encierra en un conjunto nico a seres vivos compuestos de culpa y expiacin () una culpa que se transmite con la vida () Si el hombre ha cado a ese nivel, entonces parecen adquirir poder vital las cosas muertas (p. 27-36). Frente a este trato

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    con fuerzas demonacas, la humanidad mtica paga con el miedo dice Benjamin, y con la angustia ante la muerte. Pero tambin existe esperanza para los desesperanzados, en el paso de la eleccin que establece comunidad, a la decisin que construye fidelidad:

    slo en aquellos casos en que el parentesco se convierte en objeto de una decisin, pasa de ser un mero grado electivo, a ser un resultado decisivo. Este resultado anula la mera eleccin, para dar fundamento a una fidelidad: slo la resolucin, y no la eleccin, se encuentra mencionada en el libro de la vida. Puesto que una eleccin es algo natural y puede ser propia, inclusive de los elementos naturales; slo la deci-sin es trascendente (p. 77).

    Tambin en Franz Kafka. En el dcimo aniversario de su muerte (1934), Benjamin encuentra que lo cotidiano tiene el mismo peso que el globo terrqueo (). Eras enteras debe desplazar el hombre en el acto de blanquear. Y lo mismo al cumplir el mnimo gesto (p. 214). El hecho de que la prehistoria est olvidada no significa que no aflore en el presente. Incluso se halla presen-te justamente en virtud de ese olvido (p. 229). En un giro psicogentico, la figura del padre con-centra las fuerzas mticas: El padre es aquel que castiga. La culpa lo atrae como a los funciona-rios del tribunal. () vive del hijo y pesa sobre l como un enorme parsito (p. 215). Las criatu-ras slo coinciden en el miedo, miedo ante lo muy antiguo, ante lo inmemorial, y miedo ante lo ms prximo, ante lo que est surgiendo (Construyendo la muralla china, p. 4). Pero, en Kafka, Benjamin percibe no slo la culpa; est la esperanzadora figura de los ayudantes (mensajeros que comunican a un grupo con otro)5, los candidatos al teatro natural de Oklahoma (elegidos si logran recitar el papel de s mismos), los estudiantes (que se mantienen en vela, siempre a la caza de algo, pudiendo quizs encontrar en el estudio fragmentos de su propia existencia que an forman parte de su papel, porque lo que mana del olvido es una tempestad, y el estudio una cabalgata que marcha contra ella). Kafka, dice Benjamin, escribi fbulas para dialcticos, introduciendo pequeos trucos, para obtener as la prueba de que incluso medios insuficientes o directamente pueriles pueden conducir a la salvacin (p. 218). En El narrador. Consideraciones sobre la obra de Nicolai Leskov (1936), Benjamin constata cmo, ante el avance del fascismo, la guerra y la destruccin de los vnculos comunitarios, la capacidad de expresar e intercambiar experiencias est desapareciendo. Es el narrador el para-digma de este intercambio, que trae noticias de lugares lejanos en el tiempo o en el espacio. Sin embargo como revelan las Tesis sobre filosofa de la historia, Benjamin encuentra que la crnica, como conjunto de los gneros narrativos, subsiste y pervive bajo la forma del materia-lismo histrico. Como indica en su reflexin sobre Leskov, mientras que el historiador explica o demuestra el enlace exacto de acontecimientos determinados, el cronista muestra o expone ejemplares del curso del mundo, ocupndose slo de la forma en que pueden ser engarzados en un plan sagrado o natural de redencin (p. 13). Tanto el cronista como el narrador participan en la obra mediante la intuicin (religiosa o profana) de la trama presente en que aparecen, ya sea las cosas que se comunican con ellos, o los recuerdos que rememoran. La utilidad de la narracin es modelar en esta trama, enmarcada en la inmediatez de la experien-cia, una moral, una recomendacin prctica, un refrn o una regla de vida. Se trata de un consejo que no es tanto respuesta a un interrogante, como una propuesta ligada a la secuencia de una 5 La palabra grecolatina para mensajero es angelus ( ): ngel, el que anuncia.

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    historia que se va desarrollando, y el consejo entretejido en la tela de la vida vivida, es sabi-dura (p. 4). Entre las figuras principales de esta sabidura se encuentra paradjicamente el tonto (que no aprehende, ni se deja aprehender, por el mito), pero tambin el joven hermano (que logra alejarse del tiempo mtico que ata a sus mayores), el que sali para aprender el miedo (lo temible es, sin embargo, observable), el despierto (que logra escudriar los enigmas) y los anima-les (porque la naturaleza no slo acata al mito sino que sabe tambin tender una mano al hom-bre). Dice Benjamin:

    Desde el principio de los tiempos, el cuento ha enseado al hombre lo aconsejable, y an ensea a los nios a hacer frente, con audacia e ingenio, a los poderes del mundo mtico El mago liberador, de que disponen todos los cuentos, no pone en juego a la naturaleza en forma mtica, sino que revela su complicidad con el hombre liberado (pp. 19s).

    Como en la narracin y en la crnica, las constelaciones del materialismo histrico que relevan las Tesis entretejen el pasado con el presente, y de alguna manera el futuro, emitiendo un consejo, una propuesta ligada a la secuencia de una historia que se va desarrollando. Del pasado nos llega no slo la culpa, ni slo el sometimiento ejercido por los dominadores (herederos de todos los que han vencido una vez); nos llega tambin la responsabilidad por el horizonte de expecta-tivas en palabras de Habermas (1984) de quienes nos antecedieron: su deseo de felicidad. Y como a cada generacin que vivi antes que nosotros, nos ha sido dada una flaca fuerza me-sinica sobre la que el pasado exige derechos (Tesis, p. 178). Aunque la lucha de clases persiga las cosas speras y materiales sin las que no existen las finas y espirituales estas ltimas es-tn vivas en ella como confianza, como coraje, como humor, como astucia, como denuedo, y actan retrospectivamente en la lejana de los tiempos. Acaban por poner en cuestin toda nueva victoria que logren los que dominan (p. 179). Estas son las fuerzas redentoras: rememoracin, conmemoracin, confianza, coraje, humor, astu-cia, denuedo Pero tambin odio el hermossimo empuje de la clera, que elogia Roque Dalton (Como la siempreviva)? y voluntad de sacrificio (tesis 12). Sacrificio, por fidelidad al vnculo no slo elegido, sino libre fruto de nuestra resolucin. Bibliografa Buck-Morss, Susan, 1981 [1977]: Origen de la dialctica negativa (traduccin de Nora Rabotnikof Maskivker),

    Siglo XXI Editores, Mxico. DeChaine, D. Robert, 2000: Magic, Mimesis, and Revolutionary Praxis: Illuminating Walter Benjamins Rhetoric

    of Redemption, en Western Journal of Communication, Vol. 64, No. 3, Summer, pp. 285-307. Dussell, Enrique, 1998: tica de la liberacin en la edad de la globalizacin y de la exclusin, Editorial Trotta, Ma-

    drid (cuarta edicin, 2002). Habermas, Jurgen, 1989 [1985]: La modernidad: su conciencia del tiempo y su necesidad de autocercioramiento,

    en J. Habermas, El discurso filosfico de la modernidad, Taurus Ediciones, Madrid, pp. 11-35. Rencire, Jacques, 1996: The Archaeomodern Turn, en M. P. Steinberg (editor), Walter Benjamin and the De-

    mands of History, Cornell University Press, Ithaca and London, pp. 24-40. Rochlitz, Rainer, 1996 [1992]: The Disenchantment of Art. The Philosophy of Walter Benjamin (translated by Jane

    Marie Todd), The Guilford Press, New York, London. Spencer, Lloyd, 2000: Benjamin for Beginners, Writers and Readers, London.