Acero de Invierno

7/26/2019 Acero de Invierno

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A C E R O

I N V I E R N O



Pablo de Rokha

K

u i t u d "

S A N T I A G O D E C H I L E

1 9 6 1



PROPIEDAD DEL AUTOR-EDITORCOPY BIGHT BY

PABLO DE KOKIIAEDITORIAL, "MUIiTFTUD"

Printed in ChileKiSCRIPCION N° 23486

QUtfDA HECHO EL DEPOSITO QUE EXIGELA LEY.



O B R A S

D E

P A B L O D E R Q K H A

"VERSOS DE INFANCIA", 1916. (Corregido y fraccionadopor el autor). Publicado en "Selva Lírica", antología de lapoesía chilena de O. Segura Castro y Julio Molina Núñez.

"EL FOLLETIN DEL DIABLO", 1916-1922. (Corregido yfraccionado por el autor). Publicado en "Claridad", revis-ta de la Federación de Estudiantes de Chile, en 1920.

"LOS GEMIDOS", 1922. (Corregido y fraccionado por el au-tor). Ed. "Cóndor", edición agotada.

"C OS MO GO NI A" , 1922-1927. Publicado en las revistas "Dí-namo", "Agonal" y "Zig-Zag".

"U", 1927. Ed. Nascimento, edición agotada."SATANAS", 1927. Ed. Klog, edición agotada.

"ECUACION", canto de la fórmula estética, 1929. Ed. Klog,edición agotada.

"SURAMERICA", 1927. Edición grabada a mano por Winéttde Rokha en planchas de linóleo, numerada de 1 a 150,agotada.

"ESCRITURA DE RAIMUNDO CONTRERAS", 1929. Ed.Klog. 251 edición a cargo de la Empresa Editorial "Orbe".

"EL CANTO DE HOY", 1930-1932. Publicado en la "Anto-logía de la Poesía Chilena Nueva", de Eduardo Anguita y

Volodia Teitelboim, y en "La Opinión", en 1933."CANTO DE TRINCHERA", 1933. (Corregido y fracciona-

do por el autor). Ed. Walton, edición agotada."JESUCRISTO", 1930-1933, 1» edición agotada. 2? edición.

Ed. "Antares", agotada."LOS 13", 1934-1935. (Corregido y fraccionado por el autor).

Publicado en revistas y diarios de la época."OD A A LA MEMORIA DE GORKI" , 1936. edición ago-

tada. 2* edición, Ed. "Tonatiuh", México, 1945.

(A la pág. siguiente)



"MOISES", 1937. Publicado en "Multitud"."GRAN TEMPERATURA", 1937. Ed. "Ercilla"."IMPRECACION A LA BESTIA FASCISTA", 1937. Publi-

cado en "Homenaje de los Poetas de Chile a la EspañaRepublicana".

"CINCO CANTOS ROJOS", 1938. Edición agotada."MORFOLOGIA DEL ESPANTO", 1942. Ed. "Multitud".

Edición limitada, numerada, de 500 ejemplares, agotada."CANTO AL EJERCITO ROJO", 1944. Ed. "Multitud^edí-

ción agotada. edición, Ed. "Sudamericana", México, 1944.3^ edición, Ed. "Espiral", Colombia, 1945, agotada.

"LOS POEMAS CONTINENTALES", 1944-1945. Publicado

en "Repertorio Americano" de Costa Rica y en "Tricolor"de México.

"CARTA MAGNA DEL CONTINENTE", 1949. Ed. "Mul-titud", integrando el volumen de "Arenga sobre el Arte", junto a "El Valle pierde su Atmósfera", gran poema so-cial de Winétt de Rokha.

"FUSILES DE SANGRE', 1950. Publicado en "Democracia"de Santiago de Chile y en "Multitud".

"FUNERAL POR LOS HEROES Y LOS MARTIRES DE

COREA", 1950. Publicado en "Multitud"."FUEGO NEGRO", 1951-1953. In memoriam Winétt de

Rokha. Ed. "Multitud", edición agotada."ARTE GRANDE" o "EJERCICIO DEL REALISMO", 1953.

Publicado en "Multitud" e integrado con "Escrito Mayor"y "Grano de Pólvora a una Cigarra".

"ANTOLOGIA". Todos sus poemas, 1916-1953."IDIOMA DEL MUNDO", epopeyas populares realistas, 1958."GENIO DEL PUEBLO", epopeya nacional realista, 1960.

"ACERO DE INVIERNO", diez poemas épico-sociales, 1961.PROXIMAMENTE: "INFINITO CONTRA INFINITO",gran poema sobre la muerte.

"HEROISMO SIN ALEGRÍA", ensayo, 1926."INTERPRETACION DIALECTICA DE AMERICA": "LOS

CINCO ESTILOS DEL PACIFICO" — CHILE, PERU,BOLIVIA, ECUADOR COLOMBIA, ensayos. Ed.

"Libertad", de Antonio Zamora, Buenos Aires, 1948."ARENGA SOBRE EL ARTE", ensayo. Ed. "Multitud", 1949."NERUDA Y YO", ensayo, Ed. "Multitud", 1956.



O L E A J E

D E

E T E R N I D A D E S



El sexo, el hambre, el vino y la justicia,Winétt, enarbolaron las catedrales y los estandartes, y "Dios" es alcohol

terrible,los cantos son mando tronchado y libertad acumulada.

Cuando te nombro, Luisa Anabalón, se remece la especie,todos los muertos paran la oreja en lo infinito,y del árbol del mundo caen lágrimas grandes, pálidas como truenos solos,

y águilas sin cabeza,

familias horriblemente heridas por la divina cuchillada de lo bello tremendo,porque tu nombre es el amor vestido de abismo, el dolor trayendo un

recuerdo de fabulosa heroína moribunda o pájaro oceánico, yla materia y la naturaleza echando flor ogaño.

Todos mis libros son un monumentoa tu belleza y a tus poemas, hechos con pueblo eterno y pan internacional,

chileno, piedras de sangre, tierrasdonde tú eras muchos lagares juntos y una gran sandía de oro.

\

A la manera de un navio, un pétalo o un átomo inexorable,lo irreparable acuna tu figura azul,y estás sonando siglo abajo como una gran leona estructurada en un grano

de música,¡oh/ Verano desenganchado, linda niña mía,¿qué gigante huracán azota la historia, que te escucho sollozar en las tinieblas

como a una guitarra atronadora?...

Siendo un sueño maravilloso de las estrellas copretéritas,

te ceñiste a mi corazón; rodaron los peñascos del espanto como cavando sol,asesinándote;

sólo como lobo en despoblado, voy acariciando tu recuerdo.



Desde las médulas de la época, quemado y furioso de inmortalidad,te aúllo como un mar de acero que se incendia,descerrajando el límite de la materia, tronchando los años, bramando, y

tropiezocomo un ataúd de león, con mi bastón de varón acongojado

que te arrulla con rugidos, y con el gran imperio colonial de la literatura,edificado por debajo de la conciencia,con guiñapos de fantasmas, con andrajos de desgracias, con pedazos dé

palancas rotas y sangre de serpientes.

El cinturón de fuego del destino me aprieta los ríñones, me pateasin compasión la vida, y yo respondo dando la batalla contra la batalla,

como quien defiende a una paloma encadenada,cuando lo único que poseo eres tú, y no existes.

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R O T O L O G I A

D E L

P O R O T O



Son famosos e ilustres comidos fiambres en ciudades lluviosas, cuandolos tejados de Junio y Julio lagrimean la madrugada, y estácrugiendo el navio del invierno como el pantalón de un Diosapuñalado

trágicamente, después de haber saboreado aquella gran chupilca democrá-tica del parroquiano, no digamos licoreado, sino como filo debotella, es decir, el pigüelo del abuelo licantenino de los co-mienzos del "novecientos" el cual se parece a una tortilla de res-coldo,

y de aliñar el causeo con limón tronador, cilantro, un ají rajado, brotes deenorme relación dionisíaca, cuajados en la cebolla estalladoradel gran crepúsculo vecinal,

remojándolo con esos pipeños enfurecidos, por ejemplo de los viñedos deRanguelmo, cubriendo les aserraderos, que se arrancan gri-tando y llorando laderas abajo, como un átomo roto, porquelo encadenaron, t

y estará el huracán vociferando" como un difunto que largara una patada.

Triste como Chile ogaño, el poroto de hoy solloza en las olletas des-esperado, no en la olla guatona y gredosa de Quinchamalí,

y lo comemos solo, con todo el horror nacional amontonado en las mandí-bulas o callados o vociferando, no en los egregios, copretéritos

platos de barro que son como cántaros o como charrangos)amontonados,

sino con un puñal quebrado como bramando en las entrañas, o terriblementehambrientos.

Suena la vihuela en las costillas de la caída republicana, como a bo-tella negra o a ausencia,

y el roto desnutrido y azotado, el roto y la mujer del roto y los rotitos y lasrotitas tremendamente comidas, por el piojo roto del roto, quevale bastante más q<ue un caballero rico hacendado,

aliñan con hortigas la porotadilla miserable,, con yuyo sombrío de escombros en los que suspiran la lagartija del atar-

decer y un sepulcro,

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con la grasa hedionda del caballo del latifundistaque se desgració como la patria entera al tropezar con su imagen o con.

acantilados fantasmas.

Pero no soltemos los estribos, echemos una gran mirada de cientocincuenta versos o, milenios

cantando los porotos como entelequia, como religión, como poesía, enveje-ciendo a la manera de las manzanas o las naranjas o como ves-tidos de mujer hermosa,

en aquellos roperos añejos de antaño en los que como sol marchito aulla lachancleta.

Ahora el poroto con cochayuyo y cuero de chancho que se comía enlas cocinerías,

fragantoso a hembra chilena, ajisoso y cebolloso, que degustarían los peonessi los patrones del campesinado no fueran bandidos o la fu-trada contemporánea no agusanada por maricones o poetoidesmás o menos siúticos y desintegrados,

es cosa muy buena y en las chinganas del otoño, cuando los mostos remotosechan a volar su tórtola azul en las bodegas y las vendimiasdionisíacas están de espaldas,

cuando les duraznos huelen a guardados y la Martita Palavecino saca surefajo de lana y su calzón de pólvora que conmueve la pobla-ción entera de Chincolco en cien leguas a la redonda,

las primeras lluvias nos hacen sobarnos los huesos del corazon y como esta-mos solos o andamos en tomas con antiguos energúmenos bo-rrachos,

y acariciando la desgarrada sopaipilla amasada en la manteca nacional delos últimos cerdos del mundo, con lágrimas ta¡n pálidas queparecen mares de sangre, la primera prieta

canta como esa tórtola negra y abandonada en la callana completamenteviuda para nunca.

Cuando se come con mote y tocino ha de servirse sabroso y furiosode picante, coscorrón o burrito chico,

sí, porque de frejoles de señor popular cantaríamos, o el poroto-ma|ntsca,y el bayo de Rancagua, grande y fuerte como un garañón o como un torode pellejo rojo, se debe comer con chicharrones de invierno,por Catemu adentro, en las mediaguas abandonadas, riéndonosy maldiciéndonos,

o con yuyos, rábanos silvestres o col o romasa, en Septiembre, Octubre yNoviembre,

bañado en fuertes ajices verdes y si es posible a cabalo y gritando a la ye-guada o la vacada colosal de las fiestas camperas del rodeo ylas topeaduras.

Mudados los porotos, con hediondos tallarines urbanos y apatronados,son porotos demagógicos

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a los que paladean las asambleas en amarillo y los siúticos que nunca co-imieron a la chilena, la pavesa social, la carroña y la bazofia

devoradora de "perros-calientes" y la cochina y ruin bebida "americana",es decir, la basura cosmopolita que se divierte torcidamente bailando rock-

and-roll a guata pelada en la tiniebla envilecida de las "boites"inmundas o masturbándose en la crítica pedagógica y acadé-mica,

y el con motemey es poroto de Pascua, poroto como dichoso de tonto, porotode vaca y de huaso con caballo fanfarrón en día Domingo,

como es poroto, huracanado, pluvioso e infernal, poroto de invierno, quedevora únicamente el latifundista o el monopolista especulador,el poroto con longaniza, serio, tremendo, recio, que acaso nossaborearíamos con vinos antiguos y telarañosos de edades, conamigos carrilanos o recobanos, entre comadres dulces,

y compadres conchamadreros, de gran panza arcaica, expertos en el trago,

en la montura, en el combo, y se derrumban de repente con laboca abierta en lo infinito.

Con chunchules son los car ajos de buenazos, pues deben comerse co-

mo espantosamentepor Matadero adentro, en las antiguas cocinerías cuadrillas, o en "Las 3 B",

por ejemplo, a la ribera fluvial-fore3tal de las damajuanas queson estatuas a las tinajas, con las más bonitas "niñas de lavida" o señoras medio putonas, aliados al caldillo de criadillas,a la molleja carrilana y maliciosa, al guiso de tronco, acomo-

dador de las glándulas de los ancianos desaforados y la juven-tud remoledora,al chicharrón de ubre de ternera virgen con aquellos "individualistas" tre-

mendos que acalambran y anonadan con su actitud a la poe-tancia de rebaño más o menos baboso como el galope de untren nocturno a los heridos.

No les importe a Uds. que los gringos caídos de Norteamérica, patipe-lados como buitres de cogote o los académicos de alquiler o losputos comprados como caballos de talabartería,

escupan su asado con mermelada de amapolas estruendosas,o los ñoquis sobados en la cochinada internacional y snob de los inmundoshoteles de turismo, nó,

nosotros, si podemos, nos saborearemos con ensaladas de porotos fríos y cha-colí, tomando

los caldos poblados de estrellas de fritura, con tanto cilantro como ajo tron-chado y con picantería de cocinería provincial, en las que hastalas águilas se desrrielan.

Y los granados con choclo picado y albahaca en la gran ramada del

Verano en las que chercanes y pidenes se escuchan acarreandosacos de cantos y de lágrimas de toronjil, en su ancha carretachancha.

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Cómase con asado al palo, sentado en silloaies episcopales, el porotomatrimonial de antaño, el poroto de los hogares desaparecidosen la caída social de Chile, el poroto del patriarca de aldea'bueno y malo, como Abr&ham o Walt Whitman,

con viejos amigos de la literatura sin complejo de inferioridad ni resenti-miento y a los que no se les caiga la baba de la envidia y el

rencor provincial encima de los platos,escuchando al gallipavo entre las gallinas, el pregón nacional en la distan-

cia del viejo gallo muerto desde adentro de la cazuela y Ios-amores como fluviales del pato con llanto de los degollados.

Da la sensación el poroto sin poroto y verde, del bonete de los paya-sos en el funeral de la historia,

o del gorro de tcpto del escritor autocastrado por oportunismo.

Los "señores" dicen "frejoles" y sirven a los gañanes los porotos ajus-ticiados del régimen, carne de rifles de fusilamiento,

gusanos azules llorando pus y parasitósis, y trigo con polvillo en el pande soledad de las Haciendas,

el poroto de la desnutrición colosal del campesinado, el poroto presidiario ycuartelario y el poroto escolar de la caridad "democrática", quees un latigazo de los Estados atrabiliarios como sus patrones,

el polvoroso, el lúgubre, el espantoso poroto de los menesterosos, sombríocomo un ataúd roto, un catre partido en dos abismos o esastrompetas muertas

que andan detrás del fantasma del solí en los atardeceres, el plato roto delroto nacional, alimentando héroes con gorgojos, y líderes ymártires, mientras el especulador hincha la agonía de la men-tira de la burguesía y la cuenta bancaria, con salteos y ase-sinatos.

La bandera es "la porotera" inmortal, amortajada de escándalos fla-grantes, *

y nosotros los rotos no comemos el poroto caballero del caballero, sino elguiso incendiado y popular, hecho con fierro tremendo de

lunfardos ni sembrados, ni trillados, ni recosechados,el poroto de las batallas y el rotaje y el inquilinaje, de Rodríguez y Bernardo

O'Higgins.

Quien comiere costillar de chancho con porotos, es decir, porotos concostillar de chancho,

lloviendo en invierno descomunal, paladéelos a la izquierda del brasero enSan Vicente de Tagua-Tagua,

y a la espalda de las guargüereadas del áspero y varonil guachucho o apiadoo guindado de "Las Mediaguas", apechúguese un litro de tinto,

acordándose, de cuando ganaba cien pesos mensuales, tomaba chuflay,bailaba,

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y compraba con ellos aperos de huaso con guarnición de plata en la monturay lloronas corno señoras de popa y eslora y proa ooeánicas.

Al causeo de patitas, póngale unos porotos frescos, no guisados, san-cochadlos,

que al combinar con el sabor colosal

de los limones y el chaccho en piedra de añadidura a la aceituna y la malayaa la caballería asada, dan una tónica azul a la madrugada delos trasnochadores.

Del día anterior, "refritos", "son lindos", como dicen los cuyanos o lospelaos de México,

acaso con queso asado a la parrilla o con trocitos de pana de novillo al asa-dor, ardiendo, y con charqui vacuno, los como caldúos

como las pancutras, sintiendo las patadas de las cabalgaduras atadas a lavara topeadora,

en aquellos soberbios, inmensos lanchones que subían Maule arriba, a "la1

antigua y famosa rada de Perales" de don Juan Jufré del Agui-la o del gran Alcalde don Filemón Verdugo,

y con marisco seco y escabeche en vinagre oscuro, adentro del misterio y lamajestad proletaria del Norte Grande poblado de héroes pam-pinos.

No cometáis la mariconada de comer extraños porotos lavados porsancochados,

con la cebolla amortiguada que deben comerse el maricón, los capones y losbribones en simbiosis legal con tomates atrabilarios,

mi la salsa hedionda de aserrín coloreado y pepitas suciamente molidas del"Carrera Hilton".

Pdr ningún motivo con arroz socarrón o escandaloso, pero con llocosde zapallo

cómalos, en todo lo hondo de las artesanías,o con luche dorado, a la manera de los antepasados costinos, entre el mine-

ro de acero de Lota y Coronel o Curanilahue, cuya gran lám-

para es toda ahora sombra o entre el obrero de cemento quearaña la Pampa nacional enriqueciendo a los extranjeros, oarmados

en caldo de llanto en el subterráneo de cal y canto de las sequías del NorteVerde, degolladoras de familias y de majadas

o coronándolos con s,u media vara de prietas a la manera de ios hacendadosy los propietarios de la Zona Central de la República o loshuasos mojados de la Frontera.

Muy ajoso debe comerse el poroto, "picantoso" y "cebolloiso", bañado y aco-

modado en manteca y condimentadísimo en huesos chascones,si es posible,

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el poroto que comemos los chilenos cuando comemos, como se comía cuandoéramos los dueños de la Oceanía del Sur,

oon la color picante, dramáticamente picante, picante y atronadora comocontrabandista en armas de fuego o en muertos,,

y resplandeciente como el aguardiente ilegal,en caserones de corredores que resuenan como catedrales heroicas o la Pre-

sidencia de Balmaceda.

Como la República está caída, arrodillada, herida,y Yanquilandia como una gran yegua furiosa nos patea la cabeza, arañán-

donos las entrañas ensangrentadas,grandes, terribles hambres, inciden en Chile, y la rebelión cavando por

debajo del corazón de las masas,escarba la comida para la familia;pero un pelo de viento apenas si engaña el estómagoy el porotito nacional, desteñido y con tiricia anda como los tontos con el

poncho a la rastra y la chaqueta desabrochada escarbando loscementerios;

he ahí entonces cómo los chilenos trotamos con el pasa cambiado y el co-razón como un espejo roto

comiendo cazuela de piedras y charquicán de llanto con esta rabia negracomo una carabina furiosa o una botella que se suicidó en laadolescencia,

escupiendo a la religión predicadora de la ojota.

Mientras el cochino, el podrido imperialismo burgués y sus sirvientes

le andan echando leña a la guerra con el hocico, nosotros loscolonos económicos, calzados con zapatos de esclavo, comemosel poroto del hambriento,

estadistas de telaraña se convierten en asesinos de naciones, asesinos degente humilde, asesinos de ciudades,

roban la comida a las familias de trabajadores en los que estalla la bala ferozde la miseria y el fantasma del hambre muestra las costillas oel vientre caído,

el famoso y glorioso causeo nacional

es la golondrina infinitamente amarilla que emigró del corazón de estuporde los desamparados.

Repleto de lamentos como ran tonel de vino, voy edificando en poesíasocial realista las antiguas amistosidades, los "santos" curadosy los onomásticos, festej aciones y remoüciones

en las que aún no rayaba la aurora continental del plato de porotos PanchoVilla,

con su par de huevazos fritos con chorizos y tocino religiosamente, a lacaída del sol de los difuntos, agarrándonos al "potrillo" de

cruda como a una inmensa tabla de salvación del mundo,

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mordiendo el guisado provincial1, departamental, no como un hueso un perro,sino como una ala de pájaro del infinito,

como quien comiera asado de recuerdos, llorando o chupe de canciones m&-lancólicas y guitarras irreparables, tomando el vino con lá-grimas de la gran borrachería.

Devore el pobre ajenjos de poroto de hospital o de panteón, escupos:)de poroto, andrajos de poroto, insultos de poroto

en el tarro de basura de las cárceles alucinadas que avanzan mar afuera,mientras nos tomamos el poder público con el potencial revo-lucionario de las altas y anchas masas,

y yo, epifenómenos y lágrimas de porotos con porotos postpretéritos,metáforas de porotos y estéticas de porotos, acumuladas de porotos inexis-

tentes como Dios o como la alegría "americana" de la burguesía.

Cocíamos el poroto desesperado j sin zapatos de la 'nacionalidadtraicionada,

el poroto de los gobiernos ultramontanos,el poroto sin aliñar y sin pestañar de los asesinatos sociales y las masacres

con el Gran Capital extranjero a la vanguardia, cuartelario y

amarillo como un fusilamiento, gritando la desesperación vecinaly la caída de la República sn las alcantarillas de la oligarquía,entre patadas y sotanas,

el dolor del país poblado de mendigos y multimillonarios, poblado de espantoy crímenes

y las parrafadas encadenadas al farol popular del capitán esqueleto, que esun ataúd debatiendo sus enigmas trascendentales.

A la deriva y con malezas de la propiedad abandonada, sólo o furiosocomo el rifle de los náufragos,

no como los porotos del suicida, aliñándolos con escarnio o con zapallodesesperado,

como el poroto rojo y terrible de los levantamientos populares y la granbatalla por el pan, la paz y la libertad del mundo.

Como la viña heroica de los barrancos y los acantilados araña lamontaña erosionada,

el peón nacional se agarra al gorgojo con porotos de los gañanes lo mismoque al litro de vino desde las heces profundas del Chile trágicoy dionisíaco,

a la porotada amarga que le ofrece el terrateniente comiendo pallares co-cidos a la champaña,

porque los patrones encadenaron a los peones al carro de fuego del hambre,del hambre tronante, del hambre con su pabellón negro,

del hambre per el hambre, enyugándolos a esas carretas muertas delapatrida.

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Ollitas de porotos crecidas entre las ruinas parecen las mujeres de lostrabajadores.

Canto el plato del pueblo al sollozar su antiguo esplendor,el poroto roto del roto inmortal, la comiday la bebida popular cuya infinita población amarilla emigró a otras comarcas

o asesinaron los buitres humanos,y como no escucho ahora la carcajada gloriosa de los aserraderosni el vientre enorme de los lagares y los toneles acumulando abejas, ni lai

ferretería colosal de los navios, ni la oratoria de sol ensan-grentado de la minería y sus¡ vastas y rugientes palas mecánicas,ni los cencerros mediterráneos de los ganados,

agarro mi cuchara de pelo de muerto entre los dientes,y como los porotos enfurecidos, los porotos-leones, los porotos-águilas, los

porotos-chacales de la patria tratada a patadas por el destino.

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LA EPICA S O C I A L

DE LOS A N AL FA BET OS



Fierro sobre fierro a lágrimas de lámparas.

Lo soledad que anda rondando el mundocomo loba o aullido o sombra,les emerge de adentro su gangocho' fatal.

Afuera, en la naturaleza, más allá de la sociedad, estupefactos.

Son mudos diciendo: "pan", "libertad", es decir, lo último y lo únicoque no conoció nunca,

mirando el sol a la manera de los ciego's eternos,la ojota brama como vaca apuñalada en sus tugurios, pero y cuando bailanes el águila de la sabiduría

escribiendo los padecimientos en la ruina épica,sublimando los andrajos arrasados y oceánicos en la escritora que ellos

ignoran.

Por eso, hermanos, la Froselinda de las Cármenes Peñalozaestá tan florida y está tan bonita como un poema de Rctosard, montada en

su asno-coloso

del tamañü de una avellana rubia,y cuando el recluta Mondragón se echa al hombro el fusil de la patria chi-

lena y escribe trastabillando los garabatos sublimes! que nadierenunca sabrá leer jamás,

está escribiendo con acero toda la historia de la explotación humana.

Sí, efectivamente, no hay ninguna muía que para, ni existe mujerque se le entregue de placeres a un maricón;

pero' hay criaturas de criaturas que ignoran esa gran música social que searrastra por adentro del alfabeto fenicio a la manera de la

savia por la planta degollada,y seres que entienden los misterios del universo como si hubiera sido creado

por ellos,

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o como quien escucha llorar a una piedra solita y desamparada a la oriilíude los tugurios o declamar al mar los endecasílabos épicos deun gran poeta que no existió nunca;

la carta escrita por un zorzal antiguo a su querida la están; leyenda los anal-fabetos.'. ..

El obrero de los sepulcros o las pocilgas prefabricadas por serialesde maleantes del Estado,

ilumina con la tipografía inmortal la gran miseria,pero el gañán, el peón desventurado, criado a patadas por los patrones, mi-

ra la letra escrita, ciega y muerta como un pescado sobre laarena y entonces se hacen chacales y Caínes los pobrecitos pa-radisíacos.

Murieron como pudieron los caballeros misericordiosos del Gran Bo-netón de las alturas,

que es un asesino tan conocido como el patrón don Lucho Carrillo,y el piojo del Señor les mordió las verijas y el corazón piadosamente, noj

como les rascaba el sexo a las monjitas de la Edad Media,nó, sino lo mismo que el hachazo del rayo rajando pellines de diamanteo como la patada colosal de la muerte en las amarillas familias de la pequeña-

burguesía,el mulo del chulo saliendo de entre las tinieblaso la justicia en los ajusticiados sociales envenenados con asesinato y ti-

nieblas.

Escriturando, como los bandidos, la impresión digitalles arrancaron a los carajos de la policía una sonrisita de carabina Win-

chester,los azotaron y los patearon como a rocines carretoneros.

Sólo el ulpo invernal y el chicharrón de piedra,la mala fama del expósito y los fichados por encarcelamiento,o el puntapié social; t

son carne de cogote, para los tontos picaros de la literatura y mierda ho-rrible

en los coléricos, baba, carroña, pala de espanto, en donde emerge la geniali-dad relampagueando; y la montaña azul de lo sublime

arroja chorroá de moco inexorableencima de la sociedad partida en clases, —¿la cual no lo alfabetizó porque

fue asesino o fue asesino porque no lo alfabetizó?...cogoteros letrados cartilleros de industria y escudo los calumnian o los»

enjuician

y el infractor legal, arrinconado en los códigos les da setenta años y undía de presidio por abigeato cuando se robaron una oveja rubia,o el juez integèrrimo los condena llorando;

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la pobrecita analfabeta va a golpear las clínicas pariendo un zapallito bienrosadito o un gusano de luz y arranca derrumbándose

a morir a la posesión agraria, abandonada por el que le engendró el gua-chito, botada, desesperada en la cocina,

tiznada con el hollín inmortal de las ollas oscuras, en las que la domesticidad

se restrega las manos tremendas como un tren agonizante omarchito;

delincuentes del lenguaje y estafadores públicos, ladrones, gestores cabronesy políticos burgueses de la morralla imperialista,

menean sus boleros en la aristocracia de la degeneración emputecida y he-ráldica que tiéne bonete fantasmal de torero de fusilamiento,y escupen al subhombre que salteó a la vieja ramera corrupr-tora de criaturas adolescentes...

Emigran de Lácantén y Vichuquén al Gran Santiago

y deviene puta la niña agraria oliendo' a toronjil silvestre, a manzana, o anaranja de Chile, y fue un racimo de uvas,

porque le corrompen el corazón hambriento, el dinero de los ancianos y laputañería general del mundo.

/Qué enorme plusvalía del "polvo del tiempo" se acumula a la espaldadel iletrado,

y cómo la cultura popular que lo rodea, lo aleja de sí mismo, aun alimen-tándole con las entrañas del entendimiento,

porque el ho'mbre analfabeto, el universo del analfabeto posee y su ley úl-tima,

el conocimiento por el sentimiento enfrentándose al conocimiento por elpensamiento racional',

lo que comprende sobre lo infinito luna antigua tumba que está ardiendo/...

Con trabajo de explotación y expoliación de vientres de mujeres deheroicidad,

forjaron por abajo la República los gigantes analfabetos de las aldeas ylas provincias ya polvorosas de atardeceres,

cavando* y originando a bofetadas las superestructuras;la casta patronal, asesinándolos, levantó un monumento al espantoso avatarde la existencia,

echando las bases de sangre y médulas de los demonios económicosy amasando miseria, amasamdo vergüenza, amasando tristeza levantó con ho-

rror un Chile épico;el pirata yanqui lo azotó contra el desierto de llamas y balas,contra el desierto arado' y ensangrentado de cadáveres chilenos por el mer-

cader inglés de Yanquilandia, borracho, Biblia en bolsa y whi-sby-Wínchester en el hocico,

y el cipayo nacional, esclavo, rodeándose del krumiro cómplice de cómplicesy lacayo del verdugo,

lo baleó apaleándolo con el asta de la bandera de O'Higgins, persignándose

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u orinándose en la gran letrina del Altar Mayor de las sucias yhondas iglesias;

él extiende I03 brazo» cargados de sol hacia la URSS gloriosa, la China Po-pular, milenaria y gigantesca o Cuba enorme, y clama dicien-do: /hermanos/...

La cópula de la suerte con la muerte los enyuga a la nada oónoavade los desamparados,

y el cementerio de los analfabetos es la huesera común,en donde ratones y arañas se disputan piltrafas y sesos con perros ham-

brientos.

Ohí la tremenda espantosidad que rodea su presencia de sublevacio-nes frustradas,

y el cuero de hierro que le salió a la ojota natural, que no es precisamente

ni ojota, ni co'ngoja de ojota, sino aquella gran llaga a patapeladaque se arrastra por los caminos atardeciendo, como violín roto o pantalón

de pellejo de cerebro.

Caen como reses tifiosas, baleados por carabineros amarillos en fun-ciones de asesinos asalariados del Régimen,

o asesinados a latigazos y a caballazos de desnutriciónpor les patrones católico-apostólico-romanos, o asesinados a puntapiés por el

Imperialismo que sonríe con dulce sonrisa de hiena parida,

o asesinados por las máquinas de las fábricas,o asesinados por el latifundismo que les saquea la asignación familiar y les

engendra la ocupación mal pagada en escuposo asesinados por un Satanás borracho de catástrofes oceánicas...

Sanguinario y tenebroso como el Gran Capital de Norteamérica,el Estado burgués subdesarrollado les patea las entrañas, arrojándolos como

pingajos, despreciándolosy anulándolos con el derecho electoral robado como escarnio y ludibrio.

Como un zorzal cantando en un parrón vacío, adentro del proverbionacional de los analfabetos, brama el cuerno de perro del infierno, y la fa-

talidad aúlla en camisas de locura, suicidándose,cuando el bastón negro del ciego golpea las puertas eternas del panteón...



C A N T O DEL M A C H O

a n c i a n o



Sentado a la sombra de un sepulcro,o enarbolando el gran anillo matrimonial herido a la manera de palomas

que se deshojan como congojas,escarbo los últimos atardeceres.

Como quien arroja un libro de botellas tristes a la Mar-Océanoo una enorme piedra de humo echando sin embargo espanto a los acanti-

lados de la historiao acaso un pájaro muerto que gotea llanto,

voy lanzando los peñascos inexorables del pretéritocontra la muralla negra.

Y como ya todo es inútil,como los candados del infinito crujen en goznes mohosos,su actitud llena la tierra de lamentos.

Escucho el regimiento de esqueletos del gran crepúsculo,del gran crepúsculo cardíaco o demoníaco, maníaco de los enfurecidos an-

cianos.

la trompeta acusatoria de la desgracia acumulada,el arriarse descomunal de todas las banderas, el ámbito terriblemente pá-

lidode los fusilamientos, la angustiadel soldado que agoniza entre tizanas y frazadas, a quinientas leguas

abiertasdel campo de batalla, y sollozo como un pabellón antiguo.

Hay lágrimas de hierro amontonadas, peropor adentro del invierno se levanta el hongo infernal del cataclismo perso-

nal, y catástrofes de ciudadesque murieron y son polvo remoto, aullan.

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pero soy el coordinador de la angustia del universo, el suicida que apostó sudestino a la baraja

de la expresionalidad y lo ganó perdiendo el derecho a perderlo,el hambre que rompe su época y arrasándola, le da categoría y régimen,pero queda hecho pedazos y a la expectativa;rompiente de jubilaciones, ariete y símbolo de piedra,

anhelo ya la antigua plaza de provinciay la discusión con los pájaros, el vagabundaje y la retreta apolillada en los

extramuros.

Está lloviendo, está lloviendo, está lloviendo, /ojalá siempre esté lloviendo, esté lloviendo siempre y el vendaval desen-

frenado que yo soy íntegro, se asociea la personalidad popular del huracán.

A la manera de la estación de ferrocarriles,mi situación está poblada de adioses y de ausencia, una gran lágrima enfu-recida

derrama tiempo con sueño y águilas tristes;cae la tarde en la literatura y no hicimos lo que pudimos,cuando hicimos lo que quisimos con nuestro pellejo.

El aventurero de los océanos deshabitados,el descubridor, el conquistador, el gobernador de naciones y el fundador de

ciudades tentaculares,

como un gran capitán frustrado,;rememorando lo soñado como errado y vil o trocando en el escarnio celestial

del vocabularioespadas por poemas, entregó la cuchilla rota del cantoal soñador que arrastraría adentro del pecho universal muerto, el cadáver

de un conductor de pueblos,con su bastón de mariscal tronchado y echando llamas.

El "borracho, bestial, lascivo e iconoclasta" como el cíclope de Eu-rípides,

queriendo y muriendo de amor, arrasándolaa la amada en temporal de besos, es ya nada ahora más que un león herido

y mordido de cóndores.

Caduco en "la República asesinada"y como el dolor nacional es mío, el dolor popular me horada la palabra, des-

garrándome,como si todos los niños hambrientos de Chile fueran mis parientes;el trágico y el dionysíaco naufragan en este enorme atado de lujuria en an-

gustia, y la acometida agonalse estrella la cabeza en las murallas enarboladas de sol caído,

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trompetas botadas, botellas quebradas, banderas ajadas, ensangrentadas porel martirio del trabajo mal pagado;

escucho la muerte roncando por debajo del mundoa la manera de las culebras, a la manera de las escopetas apuntándonos a la

cabeza, a la manerade Dios, que no existió nunca.

Hueso de estatua gritando en antiguos panteones, amarilloy aterido como crucifijo de prostituta,llorando estoy, botado, con el badajo de la campana del corazón hecho pe-

dazos,entre cabezas destronadas, trompetas enlutadas y cataclismos,como carreta de ajusticiamiento, como espada de batallas perdidas en mon-

tañas, desiertos y desfiladeros, como zapato loco.

Auduve todos los caminos preguntando por el camino,e intuyó mi estupor que una sola ruta, la muerte adentro de la muerte edi

ficaba su ámbito adentro de la muerte,reintegrándose en oleaje oscuro a su epicentro;he llegado a donde partiera, cansado y sudando sangre como el Jesucristo

de los olivos, yo que soy su enemigo;y sé perfectamente que no va a retornar ningunode los actos pasados o antepasados, que son el recuerdo de un recuerdo como

lloviendo años difuntos del agonizante ciclópeo,

porque yo siendo el mismo soy distinto, soy lo distinto mismo y lo mismo dis-tinto;

todo lo mío ya es irreparable;y la gran euforia alcohólica en la cual naufragaría el varón conyugal de

entonces,conmemorando los desbordamientos felices,es hoy por hoy un vino terrible despedazando las vasijas o clavo ardiendo.

Tal como esos molos muertos del atardecer, los deseos y la ambicióncatastrófica,

están rumiando verdad desecha y humo en los sepulcros de los estupendospanteones extranjeros, que son ríos malditos

a la orilla del mar de ceniza que llora abriendo su boca de tromba.

El garañón desenfrenado y atrabiliario, cuyos altos y anchos veinteaños meaban las plazas públicas del mundo,

dueño del sexo de las doncellas más hermosas y de los lazos trenzados de sietecorriones,

da la lástima humillatoria del cazador de leones decrépito y dramático, al

cual la tormenta de las pasiones acumuladas como culebras enun torreón hundido, lo azota;me repugna la sexualidad pornográfica, y el cadáver de Pan enamorado de

la niña morena;

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pero el viejo es de intuición y ensoñación e imaginación cínica como el niñoo el gran poeta a caballo en el espanto,

tremendamente amoral y desesperado, y como es todo un hombre a esas al-turas, anda

levantándoles las polleras a¡ las hembras chilenas © internacionales y cayendode derrota en derrota en la batalla entre los hechos y los sueños;

es mentira la ancianidad agropecuaria y de égloga, porque el anciano se estávengando, cuando el anciano se está creando su Pirámide;

como aquellos vinos añejos, con alcohol reconcentrado en sus errores y ecosde esos que rugen como sables o como calles llenas de suburbio,

desgarraríamos los toneles si pudiese la dinamita adolorida del espíritu arra-sar su condensación épica, su concentración

trágica, pero los abuelos sonríen en equivalentes frustrados, no porque songangochos enmohecidos, sino rol marchito, pero con fuegoadentro del ánimo.

Sabemos que tenemos el coraje de los asesinados y los crucificados porideas

la dignidad antigua y categórica de los guerreros de religión,pero los huesos síquicos flaquean, el ánimo cruje de doliente y fallan las

glándulas, los ríñones, los pulmones, los cojones de las médulascategóricas.

Agarrándonos a la tabla de salvación de la poesía, que es una granmáquina negra,

somos los santos carajos y desocupados de aquella irreligiosidad horrendaque da vergüenza porque desapareció cuando desapareció el úl-timo "dios" de la tierra,

y la nacionalidad de la personalidad ilustre, se pudre de eminente y de formi-dable como divino oro judío;

todo lo miramos en pasado, y el pasado, el pasado, el pasado es el porvenirde los desengañados y los túmulos;

yo, en este instante, soy como un navioque avanza mar afuera con todo lo remoto en las bodegasy acordeones de navegaciones;

querríamos arañar la eternidad y a patadas, abofeteándola, agujerear suacerbo y colosal acero;

olorosos a tinajas y a tonelería o a la esposa fiel, a lágrima desabitada,a lo chileno postpretérito o como ruinoso y relampagueante, nuestros viejos

sueños de antaño ya ogaño son delirio, nuestros viejos sueñosde antaño,

son llanto usado y candelabros de espantajos, valores de orden y categoríassin vigencia.

Envejeciendo con nosotros, la época en desintegración entra en coma,entra en sombra, entra toda

la gran tiniebla de quien rodase periclitando, pero por adentro le sacamos

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los nuevos estilos contra los viejos estilos arrastrándolos delinfierno de los cabellos

restableciendo lo inaudito de la juventud, el ser rebelde, insurgente, silvestree iconoclasta.

La idolatrábamos^ e idolatrándola, nos revolcábamosen la clandestinidad de la mujer ajena y retornábamos como sudando lo bu-

mano, chorreando lo humano, llorando lo humano, o despavori-dos

o acaso más humanos que lo más humano entre lo más humano, más bestiashumanas, más error, más dolor, más terror

porque el hombre es precisamente aquello, lo que deviene sublimidad en lagran caída, flor de victorias — derrotas llamando, gritando,llorando por lo desaparecido,

criatura de aventura contra el destino, voz de los naufragios en los naufra-

gios resplandeciendo, estrella de tinieblas,ahora no caemos porque no podemos y como no caemos, a la misma altura mo-

rimos, porque el cuero del cuerpo, como los viejos veleros, seprueba en la tormenta;

del dolor del error salió la poesía, del dolor del errory el hambre enorme, contradictorio, aforme, acumulado, el hombre es el es-

labón perdido de una gran cadena de miserias, el hombre expo-liado y azotado por el hombre,

y hoy devuelvo a la especie la angrnstia individual;adentro del corazón ardiendo nosotros la amamantamos con fracasos que son

batallas completamente ganadas en literatura, contra la lite-ratura;

la amamos y la amábamos con todo lo hondo del espíritu,furiosos con nosotros, hipnotizados, horrorizados, idiotizados, con el ser mon-

tañés que éramos,agrario-oceánicos de Chile, ahora es ceniza,ceniza y convicción materialista, ceniza y desesperación helada, lo trágico

enigmático, paloma del mundo e historia del mundo, y aquellabelleza inmensa e idolatrada, Luisa Anabalón,

como una gran águila negra, nos está mordiendo como recuerdo las entrañas.

Euge la muerte con la cabeza ensangrentada y sonríe pateándonos,y yo estoy solo, terriblemente s®lo, medio a medi® de la multitud que amo)

y canto, solo y funeral como en la adolescencia, solo, solo entrelos grandes murallones de las provincias despavoridas,

solo y vacío, solo y oscuro, solo y remoto, solo y extraño, solo y tremendo,»enfrentándome a la certidumbre de hundirme para siempre en las tinieblas

sin haberla inmortalizado con barro llorado,y extraño como un lobo de mar en las lagunas.

Los años náufragos escarban, arañan, espantan,son demoníacos y ardientes como serpientes de azufre, por que son besos ru-

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giendo, pueblos blandiendo la contradicción, gestos mordiendo,el pan candeal quemado del presente, esta cosa hueca y siniestra de saberse

derrumbándose,cayendo al abismo abierto por nosotros mismos, adentro de nosotros mismos,

con nosotros mismos

que nos fuimos cavando y alimentando de visceras.Así se está rígido, en círculo, como en un ataúd redondo y como de1

ida y vuelta,aserruchando sombra, hachando sombra, apuñalando sombra,viajando en un tren desorbitado y amargo que anda tronchado en tres mitades

y llora inmóvil,sin itinerario ni línea, ni conductor, ni brújula,y es como si todo se hubiese cortado la lengua entera con pedazo de

espanto.

Muertas las personas, lías costumbres, las palabras, las ciudades en lasq<ue todas las murallas están caídas, como guitarras de desola-ción, y las hojas profundas, yertas,

yo ando tronando, desorientado, y en gran cantidadmelancólicamente uncido a antiguas cosas arcaicas que periclitaron, a mane-

rasde ser que son yerbajos o lagartos de ruinas,y me parece que las vías públicas son versos añejos y traicionados o cirios

llovidos;

la emotividad épica se desgarra umversalmenteen el asesinato general del mundo, planificado por los verdugos de los pueblos»a la espalda de los pueblos entre las grandes alcantarillas dedólares,

o cuando miramos al mixtificador, ahito de banquetes episcopaleshartarse de condecoraciones y dinero con pelos, hincharse y doparse enmas-

carándose en una gran causa humana y refocilándose como ungran demonio y ¡un gran podrido y un gran engendro de Judas,condecorado

de bienestar burgués sobre el hambre gigante dé las masas, relajándolas y

humillándolas.

Encima de bancos de palo que resuenan como tabernas, como mítines,como iglesias

o como sepulcros, como acordeones de ladrones de mar en las oceanías delas cárceles o como átomos en desintegración,

sentados los ancianos me aguardan desde cinco siglos hace con los brazo«cruzados a la espalda,

a la espalda de las montañas huracanadas que les golpean los testículos, arro- jándolos a la sensualidad de la ancianidad, que es terrible, arro-

jándolosa patadas de los hogares y de las ciudades, porque estos viejos lesos son to-dos trágicos,

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arrojándolo», como guiñapos o pingajos, a la nada quebrada de los apátridasa los que nadie quiere porque nadie teme.

Entiendo el infierno universal, y como no estoy viviendo en el techadel cielo, me ofende personalmente la agresión arcangélica dela Iglesia y del Estado,

el "nido de ratas", y la clínica metafísica de "el arte por el arte",la puñalada oscuramente aceitada de flor y la cuchillada con serrucho de los

contemporáneos, que son panteón de arañas,el ojo de lobo del culebrón literario, todo amarillo,elaborando con desacatos la bomba cargada de versiones horizontales, la man-

zana y l'a naranja envenenada;contemplo los incendios lamiendo los penachos muertos,apuñalada la montaña en el estómago y el torreón de los extranjeros de-

rrumbándose,

veo como fuegos de gas formeno, veo como vientos huracanados los fe-nómenos,y desde adentro de las tinieblas a las que voy entrando por un portalón con

intuición de desesperación y costillares de ataúdes,la antigua vida se me revuelve en las entrañas.

La miseria social me ofende personalmente,y al resonar en mi corazón las altas y anchas masas humanas, las altas y'

anchas masas de hoy,como una gran tormenta me va cruzando, apenas

soy yo mismo íntegro porque soy mundo humano, soy el retrato] bestial de lasociedad partida en clases,

y hoy por hoy trabajo mi estilo arando los descalabros.

Las batallas ganadas son heridas marchitas, pétalosde una gran rosa sangrienta,por lo tanto combato de acuerdo con mi condición de insurgente, dando al

ptueblo voz y estilo,sabiendo que perderé la guerra eterna,que como el todo" me acosa y soy uno entero, mientras más persona del cosmos

asuma,será más integral la última ruina;parece que encienden lámparas en otro siglo del siglo, en otromundo del mundo ya caído, el olvidoecha violetas muertas en las tumbas y todo lo oscurose reúne en torno a mi sombra,mi sombra, mi sombra a edad remota comparable o a batea de aldea en la

montaña,y el porvenir es un sable de sangre.

No atardeciendo pas, sino el sino furioso de los crepúsculos guillo-tinados,

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la batalla campal de los agonizantes,y la guerra oscura del sol contra sí misino, la matanzaque ejecuta la naturaleza inmortaly asesina, como comadrona de fusilamientos.

Esculpí el mito del mundo en las metáforas,3a imagen de los explotados y los azotados de mi época y di vocabularioal ser corriente sometido al infinito,multitudes y muchedumbres al reflejar mi voz su poesía, la poesía se subli-

mó en expresión de todos los pueblos,el anónimo y el decrépito y el expósito hablaron su lenguay emergió desde las bases la mitología general de Chile y el dolor colonial

enarbolando su ametralladora;militante del lenguaje nuevo, contra el lenguaje viejo enfilo mi caballo;ahora las formas épicas que entraron en conflicto con los monstruos usados

como zapatos de tiburón muerto,o dieron batalla a los sirvientes de los verdugos de los sirvientes,transforman las derrotas en victorias, que son derrotas victoriosas y son vic-

torias derrotosas, el palo de llanto del fracaso en una rosanegra,

pero yo estoy ansioso a la ribera del suceder dialéctico, que es instantánea-mente pretérito,

sollozando entre vinos viejos, otoños viejos, ritos viejos de las viejas male-tas de la apostasía universal, protestando y pateando,

y el pabellón de la juventud resplandece de huracanesdespedazados, su canción vecinal y trágica como aquella paloma enferma,

como un puñal de león enfurecido, como una sepultura viudao un antiguo difunto herido que, se pusiera a llorar a grite®.

Ya no se trilla a yeguas ni se traduce a Heráclito, y Demócrito es des-conocido del gran artista, nadie ahora lee a Teognis de Me-gara, ni topea en la ramada coral, amamantado con la guañacarural de la República,

el subterráneo familiar es la sub-conciencia o la in-conciencia que alumbran

pálidas o negras lámparas,y todos los viajeros de la edad estamos como acuchillados y andamos como

ensangrentados de fantasmas y catástrofes,quemados, chorreados apaleados del barro con llanto de la vida,con la muleta de la soledad huracanando las veredas y las escuelas.

Avanza el temporal de los reumatismosy las arterias endurecidas son látigos que azotan el musgoso y mohoso y lú-

gubrecaminar del sesentón, su cara de cadáver apaleado,porque se van haciendo los viejos piedras de sepulcros, tumba y respetuosidad,es decir: la hoja caída y la lástima,

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el sexo del muerto que está boca-arriba adentro de la tierra,como vasija definitivamente vacía.

Como si fuera otro volveré a las aldeas de la adolescencia,y besaré la huella difunta de su pie florido y divino como el vuelo de un pi-

caflor o un prendedor de brillantes,pero su cintura de espiga melancólica ya no estará en mis brazos.

No bajando, sino subiendo al final secular, gravita la senectud despa-vorida,

son los dientes caídos como antiguos acantilados a la orilla del mar innume-rable que deviene un panteón ardiendo,

la calavera erosionada y la pelambreracomo de choclo abandonado en las muertas bodegas, esas están heladas y

telarañosasen las que el tiempo aulla como perro solo, y el velámende los barcos sonando a antaño está botado en las alcantarillas del gusano;es inútil ensillar la cabalgadurade otrora, y galopar por el camino real llorando y corcoveando con caballo!

y todoo disparar un grito de revólver,los aperos crujen porque sufren como el costillar del jineteque no es la bestia chilena y desenfrenadacon mujeres sentadas al anca, estremeciendo los potreros de sus capitanías.

La Gran quimera de la vida humanacomo un lobo crucificado o aquella dulce estrella a la cual mataran todos los

hijosyace como yacen yaciendo los muertos adentro del mundo.

"Caín, Caín ¿qué hiciste de tu hermano?"dice el héroe de la senectud cavando con ensangrentado estupor su sepulcro,

la historiale patea la cabeza como iuna vaca rubia derrumbándolo barranca abajo,pero es leyenda él, categoría, sueño del viento acariciando los naranjos atrabi-

liarios de su juventud,don melancólico, y la última cana del almase le derrama como la última hoja del álamo o la última gota de lúa estre-

meciendo los desiertos.

Parten los trenes del destino, sin sentido como navios de fantasmas.

Los victoriosos están muertos, los derrotados están muertos,

cuando la ancianidad apunta la escopeta negra, estupenda, en los órganosdesesperados como caballo de soldado desertor,

todos, no nosotros en lo agonal agonizantes, todos están agonizando, todos

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pero el agonizante soy yo, yo soy el agonizante entre batallas, entre congojas, entre banderas y fusiles, solo, completamente solo, y lúgu-

bre, sin editor, plagiado y abandonado en el abismo,peleando con escombros azotados,peleando con el pretérito, por el pretérito, adentre del pretérito, en pretencio-

nes horribles,peleando con el futuro, completamente desnudohasta la cintura, peleando y peleando con todos vosotros,por la grandeza y la certeza de la pelea,peleando y contra-peleando a la siga maldita de la inmortalidad ajusticiada.

Entre colchones que ladran y buques náufragos con dentadura de pros-titutas enfurecidas o sapos borrachos, ladrones y cabrones em-papelados con pedazos de escarnio,

agarrándose a una muralla por la cual se arrastran encimes arañas con ojoi

viscosoo hermafroditas con cierto talento de caracol haciendo un arte mínimo con

pedacitos de atardecer amarillo, nos batimos a espada con eloficio del estilo,

cuando en los andamios de los transatlánticoscomo pequeños simios con chaleco despavorido, juegan a la ruleta los grandes

poetas de ahora.

Cien puñales de mar me apuñalarony la patada estranguladade lo imponderable, fue la ley provincial del hombre pobre que se opone al

pobre hombre y es maldito,vi morir, refluir a la materia enloquecida, llorandoa la más amada de las mujeres, tronchado, funerario, estupefacto, mordido

de abismos,baleado y pateado por los fusileros del horror, y en este instanteespero los acerbos días de la calavera que adviene cruzando los relámpagos

con la cuchilla entre los dientes.

Voy a estallar adentro del sepulcro suicidándome en cadáver.

Como si rugiera desde todo lo hondo de los departamentos y las pro^vincias

de pétalos y jergones de aldea o mediaguasdescomunales, o por debajo de los barrios sobados como látigos de triste

jinete, embadurnados con estiércol de ánimaso siúticos ajusticiados, con sinuosidades y bellaquearías de una gran mala

persona,acomodado a las penumbras y las culebras, clínico, el complejo de inferiori-

dad y resentimientose asoma roncando en las amistosidades añejas,

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con el gran puñal-amistad chorreado de vino, chorreado de adulaciones, cho-rreado de sebo comunal,

y al agarrar la misericordia, y azotar con afecto al fantasma,sonríe el diente de oro de la envidia, la joroba social, lo inhibidísimo, la dis-

cordia total, subterránea, en la problemática del fracasado,

escupiéndonos los zapatos abandonados en las heroicas bravuras antiguas.

Todos los ofidios hacen los estilos disminuidos de las alcobas e inva-den la basura de la literatura,

de la literatura universal, que es la pequeña cabeza tremenda del jíbaro dela época, agarrándose del cogote del mundo, agarrándose de loscalzoncillos de "Dios", agarrándose de los estropajos del sol, dela literatura del éxito,

el aguardiente pálido y pornográfico de los académicos o formalistas u ona-nistas o figuristas o asesinos descabezados o pervertidos

sexuales con el vientre rugiente como una catedral o iuna diagonal entreSodoma y Gomorra, la cama de baba con las orejas negras co-mo un huevo de difunto

o un veneno letal administrado por carajos eclesiásticos,y el Arte Grande y Popular les araña la guata de murciélagos del infierno

con fierros ardiendo, el abdomende rana santa para el día domingo.

Aquestas personas horrendas, revolcándose

en el pantano de los desclasados del idealismo o masturbándose o suicidán-dose a patadas ellos contra ellos,mientras el denominador común humano total se muere de hambreen las cavernas de la civilización, y "la cultura capitalista" desgarra a den-

telladas la desgracia de la infancia proletaria en el Capitalis-mo, o la tuberculosis

es una gran señora que se divierte fotografiando los moribundosestimulándose las hormonas con la caridad sádico-metafísica, especie de bre-

baje de degolladores,y la clase rectora, tan idiota como habilísima e imbécil,

nos alarga un litro de vino envenenado o un gobierno de carabinas...

Medio a medio de este billete con heliotropos agusanadoso demagogos de material plástico o borrachosos anti-dionysíacos, simoníacos

o demoníacos,nuestra heroicidad vieja de labriegosse afirma en los estribos huracanados y afila la cuchilla, pero pelea con la;

propia, terrible sombraenfrentándose al cosmopolitadesde todo lo hondo de la nacionalidad a la universalidad lanzad?

y estrujándose el corazón, se extrae el lenguaje

La soledad heroica nos confronta con la ametralladora y el ajenjo del

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inadaptadoy nos enfrenta a la bohemia del piojo sublime del romanticismo,entonces, o ejecutamos como ejecutamos, la faena de la creación oscura

y definitiva en el anonimato universal arrinconándonos o caemosde rodillas en el éxito por el éxito, aclamados y coronados <rpor picaros y escandalosos, vivientes y sirvientes del banquete civil, acomo-

dados a la naipada, comedores en panteones de panoplias y bo-tellas metafísicas,

porque el hombre ama la belleza y la mujer retratándolasy retratándose como proceso y como complejo, en ese vórtice que sublima lo

cuotidiano en lo infinito.

Completamente ahitos como queridos de antiguos monarcas más o me-nos pelados, desintegrados y rabones,

caminan por encima de la realidad gesticulando,

creyendo que el sueño es el hecho, que disminuyendo se logran síntesis y ca-tegorías, que la manea es la grandezay aplaudidos por enemigos nos insultan,como cadáveres de certámenes enloquecidos que se pusiesen de pie de repen-

te, rajando los pesados gangochos en los que estaban forradosy amortajados a la manera de antaño,

llorando y pataleando, gritando y pataleando en mares de sangre inexorabledopados con salarios robados en expoliaciones milenarias y cavernarias eje-

cuciones de cómplices.

El aullido general de la miseria imperialista da la tónica a mi rebelión,escribo con' cuchilloy pólvora, a la sombra de las pataguas de Curicó, anchas como vacas,los padecimientos de mi corazón y del corazón de mi pueblo, adentro del

pueblo y los pueblos del mundo y el relincho de los caballosdesensillados o las bestias chucaras.

Y como yo ando buscando los pasos perdidos de lo que no existiónunca,

o el origen del hombre en el vocabulario, la raíz animal de la Belleza con'

estupor y erroresi labrada, y la tónica de las altas y anchas mu-chedumbres en las altas y anchas multitudes del país secular deChile,

el ser heroico está rugiendo en nuestra épica nueva, condicionado por el es-panto nacional del contenido;

como seguramente lloro durmiendo a lágrimas piramidales que estallan, las es-crituras que son sueño sujeto a una cadena inexorable e ima-gen que nadie deshace ni comprendió jamás, arrastran las na-pas de sangre

que corren por debajo de la Humanidad y al autodegollarse en el lenguaje,organizándolo, el lenguaje mío

me supera, y mi cabeza es un montón de escombros que se incendian, una

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guitarra muerta, una gran casa de dolor abandonada;el Junio o Julio helado me abrigan de sollozosy aunque estos viejos huesos de acero vegetal se oponen a la invasión de la

nada que avanza con su matraca espeluznante,comprendo que transformo fuerzas por aniquilamiento y devengo otro su-

ceso en la naturaleza.

Oh/ antiguo esplendor perdido entre monedas y maletas de cemente-rio, oh/ pathos clásico,

oh! atrabiliario corazón enamorado de una gran bandera despedazada,la desgracia total, definitiva está acechándonos con su bandeja de cabezas

degolladas en el desfiladero.

Retornan los vacunos del crepúsculo tranco a tranco,

a los establos lugareños, con heno tremendo, porque los asesinarán a la ma-drugada,y rumiando se creen felices al aguardar la caricia de la oachilla,el hombre, como el toro o como el lobo se derrumba en su lecho que es acaso

su sepulcro,contento como jumento de panadería.

Si todos los muertos se alzasen de adentro de todos los viejos, entrematanzas y campanas,

se embanderaría de luz negra la tierra, e iría

como un ataúd cruzando lo oceánico con las alas quebradas de las arboladuras.A. la agonía de la burguesía, le corresponde esta gran protesta social

de la poesía revolucionaria, y los ímpetus dionysíacos troncha-dos o como bramando

por la victoria universal del comunismo,o relampagueando a la manera de una gran espada o cantando como el pan

en la casa modestaemerge de la sociedad en desintegración que reflejoen acusaciones públicas, levantadas como barricadas en las encrucijadas del

arte;mis poemas son banderas y ametralladoras,salen del hambre nacional hacia la entraña de la explotación humana,y como rebota en Hispanoaméricael impacto mundial de la infinita alegra socialista que asoma en las auroras

del proletariado rugiente,saludo desde adentro del anocheciendo la calandria madrugadora;y aunque me atore de adioses que son espigas y vendimias de otoños muy;

maduros,el levantamiento general de las colonias, los azotados y los fusilados de la

tierra encima del ocaso de los explotadores y la caída de la es-clavitud contra los propios escombros de sus verdugos,

una gran euforia auroral satura mis padecimientos

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y resuena la trompeta de la victoria en los quillayes y I0.5 maitenes del sottlicantenino.

Parezco un general caído en las trincheras,ajusticiado y sin embargo acometedor en grande coraje: capaz de matar por

la libertad o la justicia,

dolorido y convencido de la importancia de la existencia,bañando de recuerdos tu sepulcro que se parece a una inmensa religión atea,a plena conciencia de la inutilidad de todos los lamentos,porque ya queda apenas de la divina, peregrina, grecolatina flor, la voz de

las generaciones.

Indiscutiblemente soy pueblo ardiendo,entraña de roto y de huaso, y la masa humana, me duele, me arde, me rugeen la médula envejecida como montura de inquilino del Mataquito,

por eso comprendo al proletariado no como pingajo de oportunidades bár-baras,sino como hijo y padre de esa gran fuerza concreta de todos los pueblos,que empuja la historia con sudor heroico y terriblesacando del arcano universal la felicidad del hombre, sacando del andrajo

espigas y panales.

Los demonios enfurecidos con (un pedazo de escopeta en el hocico, oel antiguo y eximio

caimán de terror desensillándose, revolcándose, refocilándose,

entre escobas de fuego y muelas de piedra y auroras de hierro gasificadopiden que me fusilen,y mis deudores que me ahorquen con un sapo de santo en el cogote.

Luchando con endriagos y profetasemboscados en grandes verdades, con mártires de títereshechos con zapatos viejosen material peligrosísimo y de pólvora, usados por debajo del cinturón re-

glamentario,enfermó mi estupor cordillerano de civilización urbana;

en tristes, terribles sucesos, no siembro trigo como los abuelos, siembro gritosde rebelión en los pueblos hambrientos,

la hospitalidad provincial empina la calabaza y nos emborrachamoscomo dioses que devienen pobres, se convierten en atardeceres públicos y

echan la pena afueradramáticamente, caballos de antaño,y emerge el jinete de la épica social americana todo creando solo;recuerdo al amigo Rabelais y al compadreMiguel de Cervantes, tomando mi cacho labrado en los mesones de las ta-

bernas antiquísimas, las bodegas y las chinganas flor de invier-no, y agarro

de la solapa de la chaqueta a la retórico-poética del siútico edificado con es-

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cupitajos de cadáver,comparto con proletarios, con marineros, con empleados, con campesinos de

"3.a clase'", mi canseo y mi botella,bebo con arrieros y desprecio a la intelectualidad podrida.

A la aldea departamental llegaron los desaforados, y un sigilo de al-pargatas

se agarró del caserón de los tatarabuelos,entre las monturas y las coyundas sacratísimas del polvoso antepasado re-

moto,la culebra en muletas del clandestinaje habita,el tinterillo y el asesino legal hacen sonar sus bastones de ladrones y de ca-

maleones de la gran chancletay la mala persona arrojó a las mandíbulas del can aventurero

la heredad desgarradoramente familiar de las montañas de Licantén y lasvegas nativas de los costinos en donde impera la lenteja realde Jacob y Esaú y la pregunta blanca de la gaviota.

Como billete sucio en los bolsillos del pantalón del almael tiempo inútil va dejando su borra de toneles desocupados, y echandoclaveles de acaeceresi marchitos a la laguna de la amargura;buscamos lo rancio en las despensas y en la tristeza: el queso viviendo muerto

en los múltiplos de las oxidaciones que estallan como palancas,las canciones

arcaicas y la penicilina de los hongos remotos, con sombrero de catástrofes.

El nombre rugiente va botado, encadenado, ardiendocomo revólver rojo a la cintura del olvido, como ramo de llanto, como hueso

de viento, como saco de cantos o consigna ineluctable,como biblioteca sin bibliotecario, como gran botellaoceánica, como bandera de soldado desertor, y dicen las gentes por debajo

del poncho:"renovó con "Los Gemidos" la literatura castellana",como quien hablara de un muerto ilustre a la orilla del mar desaparecido.

Contra la garra bárbara de Yanquilandiaque origina la poesía del colonialismo en los esclavos y los cipayos ensangren-

tados, contra la guerra, contra la bestia imperial, yo levantoel realismo popular constructivo, la epopeya embanderada de dolor insular,

heroica y remota en las generaciones,sirvo al pueblo en poemas y si mis cantos son amargos y acumulados de

horrores ácidos y trágicos o atrabiliarios como océanos en li-bertad,

yo doy la forma épica al pantano de sangre caliente clamando por debajo enlos temarios americanos;

la caída fatal de los imperios económicos refleja en mí su panfleto de cuatre-ro vil, yo lo escupo transformándolo en imprecación y en acu-

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sación poética, que emplaza las masas en la batalla por la li-beración humana, y tallando

el escarnio bestial del imperialismolo arrojo a la cara de la canalla explotadora, a la cari de la oligarquía mun-

dial, a la cara de la aristocracia feudal de la Repúblicay de los poetas encadenados con hocico de rufianes intelectuales;gente de fuerte envergadura, opongo la bayoneta de la insurgencia colonial

a la retórica capitalista,el canto del macho anciano, popular y autocríticotanto al masturbador artepurista, como al embaucador populachista, que en-

tretiene las muchedumbres y frena las masas obreras,y al anunciar la sociedad nueva, al poema enrojecido de dolor nacional, le(

emergenpor adentro de las rojas pólvoras, grandes guitarras dulces, y la sandía co-

losal de la alegría.

lío ingresaremos al huracán de silencio con huesosde las jubilaciones públicas, a conquistar criadas y a calumniar los polvo-j

rosos ámbitos jamás, el corazón sabrá ra jarse en el instante preciso y definitivo>como la castaña muy madura haciendo retumbar los extramuros, haciendorodar, bramando, llorar la tierra inmensa de las sepulturas.

Si no fui más que un gran poeta con los brazos quebradosy el acordeón del Emperador de los aventureros o el espanto del mar me

llamaban al alma,soy un gmerrero del estilo como destino, apénas,un soñador acongojado de haber soñado y estar soñando, un "expósito" y un

"apatrida"de mi época, y el arrepentimientode lo que no hicimos, corazón, nos taladra las entrañascomo polilla del espíritu, aserruchándonos.

A la luz secular de una niña muerta, madre de hombres y mujeres,voy andando y agonizando.

El cadáver del sol y mi cadávercon la materia horriblemente eterna, me azotan la cara desde todo lo hondo

de los siglos, y escuchoaquí, llorando, así, la espantosa clarinada migratoria.

No fui dueño de fundo, ni marino, ni atorrante, ni contrabandista o¡arriero cordillerano,

mi voluntad no tuvo caballos ni mujeres en la edad maduray a mi amor lo arrasó la muerte azotándolo con su aldabón tronchado, des-

pedazado e inútil y su huracán oliendo a manzana asesinada.Contemplándome o estrellándome

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en todos los espejos rotos de la nada, polvosoy ultrarremoto desde el origen.

El callejón de los ancianos muere donde mueren las últimas águilas...

Soy el abuelo y tú una inmensa sombra,el gran lenguaje de imágenes inexorables, nacional-internacional, inauditay extraído iel subterráneo universal, engendrala calumnia, la difamación, la mentira, rodeándome de chacales ensangren-

tados que me golpean la espalda,y cuando yo hablo ofendo el rencor anormal del pequeño;he llegado a esa altura irreparable en la que todos estamos solos, Luisa Ana-

balón,y como yo emerjo acumulando toda la soledad que me dejastederrumbándote, destrozándote, desgarrándote contra la nada en un clamor

de horror, me rodea la soledad definitiva;sé perfectamente que la opinión pública de Chile y todo lo humano están

conmigo,que el pulso del mundo es mi pulso y por adentro de mi condición fatal ga-

lopa el potro del siglo la carretera de la existencia,que la desgarrada telaraña literariaestá levantando un monumento a nuestra antigua heroicidad,pero no puedo superar lo insuperable

Como los troncos añosce de la vieja alameda muerta, lleno de nidos ypanales,voy amontonando inviernos sobre inviernosen las palabras ya cansadas coa el peso tremendo de la eternidad...

Tranqueo los pueblos rugiendo libros, sudando libros, mordiendo librosy terrores

contra un régimen que asesina niños, mujeres, viejos con macabro trabajoesclavo, arrinconando en su ataúd

a la pequeña madre obrera en la flor de su ternura,

ando y hablo entre mártires tristes y héroes de la espoliación, sacando mi cla-rinada a la vanguardia de las épocas, oscura e imprecatoria

de adentro del espanto local que levanta su muralla de puñales y de fusiles.

El Díaz y el Loyola de los arcaicos genes ibero-vascos están muriendoen mí como murieron cuando agonizaba tu perfil colosal, marino,

grecolatino, vikingo,las antiguas diosas mediterráneas de los Anabalones del Egeo y las Walkirias

de hidromiel,ad iós/... cae la noche herida en todo lo eterno por los balazos del sol deca-

pitado que se derrumba gritando cielo abajo'...



P O E S I A

D E L m u n d o

s° c i a l i s t a



¿Qué enorme relación de motores agranda la naturaleza sumando lohumano a la vida cósmica,

o echando a cantar volando la paloma de la paz como una gran banderade oro

en la oceanía azul del univerao, que es materia de frecuencia sublime conun pan de sol en la canasta?...

La libertad está sentada como montaña en sus artesanías.

Escucho en mi abandonado corazón el sentido conyugal de la Hoz y

el Martillo, la tónicairreductible de los antiguos yunques heroicosy el lenguaje proletario de las fábricas dirigiéndose a la Humanidad futura;millones de camiones de cerealessuplantan a la religión furiosa y conminatoria, y el arte del hambre de

antaño es hogaño agropecuario:su actitud derrama miel, aceite y vino en la sociedad emancipada;la industrialización allega sus mareas de trabajadores como sudando y can-

tando el porvenir humano,y la técnica con sentido popular

da majestad al trabajo y alegría de epopeya a los trabajadores.

Estalla en éstos mundos nuevos el viejo son heroico,la antigua fe perdida en la felicidad humana y los racimos dionysíacos,lo bueno social en función de lo bello total.

Pueblo de pueblos forjado como sudandoo multiplicando el coraje,por adentro de ellos va fluyendo la libertad como la luz de las colmenas

oceánicas, defendiéndose con ejércitos tremendossus entrañas maduran las nuevas escalas de valores, contralas viejas escalas de valores, y las categorías sociales, universales,

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en cuyo enorme vientre terrible rugen los mundos futuroscomo la espiga en la semilla o la risa florida entre las lágrimas.

Desde el padre gigante Lenin a Jruschov o Mao, genios del siglo,como en dos espejos montañas, a la vanguardia de todos los siglos,es reflejo y se refleja la contradicción dialéctica, que empuja lahistoria mundo arriba como al titán colosal el pulso del mundo,

y la URSS, la China Popular y las Democracias Socialistas Europeas prolon-gan el humanismo trascendental del porvenir, estrechándole supequeña mano inmensa a Cuba heroica.

A la agonía imperial de la burguesía que levantaocéanos de veneno con fuego ardiendo en sus fronteras, millonesde soplones, de ladrones, de matones y espíassimoníacos o cabrones de religiones en desintegración, murallas de infamia

y pus o acumulación de calumnias y de mentiras con hocico deantiguos degenerados,contestan las inmensas tierras democráticasentregándole pan a la afligida criatura espantosa del capitalismoo acumulando bienestar proletario;como un batallón de culebrones en rebelión, mercenarios y legionarios

podridoso carneros estupefactos que maman a vacas sagradas,escupen sangre y muerte a los países democráticos y pisotean a Ibero-

américa ;

pero, por debajo del sol, los humillados y los ofendidos,los explotadas y los preteridos, los azotados y los ateridos del mundo, vol-

cando el mundo, los hambrientos y los sedientos de justicia,los trabajadores manuales e intelectuales,la gente sencilla y leal con la naturaleza y los soldados abandonados y

heroicosque andan sonando su pierna de palo inmortal, les abrazan.

Centinelas del género humano y abanderados del porvenir,pabellones del género humano y torres fareras, vigías de sabiduría, bocinas

de oroen las más altas murallas de la especie.

Tragando polvo de siglos y cadáveres de edades irreparables,explotación, esclavitud, expoliación con religión y metafísica, matanzas s-

espada y decapitaciones, sitios que duraron siglos por el ase*sinato de las ciudades acosadas o malheridas-

la revolución de los trabajadores clava la bandera de las victorias defini-tivas.

Son la cuchilla de fuego contra la bestia del nacifascismo y los ex-plotadores,

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y el puntapié genial a la mentira metafísica,la cosecha embarazada de sol, que se derrama como una gran copa de vino

encima de la historia.

Como agrandan la familia humana y redimen coexistiendo con nos-otros al apatrida internacional,

el cocodrilo internacional de los monopoliosmanejando espantosos coletazos acusa de internacional a las naciones demo-

cráticas,y el Papado internacional y el Imperialismo internacionalarrojan la patada del armamentismo y el neofascismo, la cual rebotacomo zapato de soldado locoen la conciencia universal de los trabajadores.

A la manera de un bien nacional, la comida

alegró el corazón de los niños hambrientos y echó al Dios negrero, cómplicey cómitre del barco pirata,del dolor y el terror de los hogares comidos de dioses burgueses.

Compararía a la mujer querida sus inmensas ciudades-madres,y a los profetas bíblicos el ímpetu social de la ciudadanía, el dominiototal de las tribulaciones de antaño,la alta y ancha voz popular de sus líderes enriquecidos y enriqueciendoel marxismo mundial con su lección gloriosa.

Mientras en las esquinas capitalistas,¡surgiendo del infierno descomunal de las metrópolis y las cosmópolis bur-

guesas,un fraile o un gángster comercia en fusiles, en mujeres o en homosexuales,la ciudad popular, cargada de majestad, es una gran canasta de niños y

de frutos.

Ajusticiadores de inocentes, corrompidos de macartismo vil,cómplices de gestores, de transgresores de la ley, de vividores y krumiros,

fariseos y filisteos de la religiosidad estatal, vendida como di-

visa a los especuladores con alcohol podrido, invasores de nacio-nes subdesarrolladas,

periodistas de la noticia, amarilla,que vacia gigante baba de araña horriblemente velluda y horriblemente

oscuratrenzando su chamanto criminal...

Cantan las calandrias en el mundo nuevo,braman las mortajas en el mundo viejo y están pariendo

su arte inmenso las masas obreras:el realismo socialista extraído por crecimiento al lagax nacional de las mil.titudes.

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Engendr adores de individualidades funcionales e inmortales, pánicas,porque cada cual actúa, según su vocación en la tarea específica, contento

del trabajo tan natural como el canto del gallo,que es su expresión y su condición humana,fuertes, libres gentes, no esclavos económicos, pueblan el socialismo hacia

el comunismo integral,sin la libertad de morirse de hambre por morirse de hambre,o encarcelado o ajusticiado por la Dictadura de la Burguesía, horrorizada

por la Dictadura de la Burguesía,de morirse de hambre encadenado en la libertad por la libertad;la riqueza social, la grandeza social, la belleza social reflejada en la ciu-

dadanía da una tónica colosal al iser humano,es el bosque enorme en el que la sublimidad resuena en uno, porque resue-

na en todos,el mar adentro del cual cada inmensa o pequeña gota es el océano trova-

dor, como el carro del cielo en la mañana,la sociedad acumulada en los individuos,y la gran orquesta que depende de los instrumentos, a los que la enyuga

la polifonía;a la espalda del hijo está la sociedad,padre y madre, progenitores, el humo de fuego sagrado del hogar gigante

e ilustre como la vía pública, y el Estado en desintegración,la gran placenta universal de mil años luz,y el poder público, todo el poder público es la palanca alimentada en el

sujeto,

la manzana y la naranja del tamaño de la tierra,la comuna popular en donde deviene líder el que ajusta su estilo a sus

posibilidades,fondo y forma del avatar humano.

Chile es grande y hermoso, rico en vinos, famoso por sus mujeres,con rotos heroicos, abundante en cereales, árboles, minerales,ríos y montañas, a la orilla del mar - Océano eni siete casimiles de kilómetros,

pero los chilenos andamos hambrientos, con la cola entre las piernas delcorazón, despavoridos, comiendo viento tremendo,

y huyendo de nosotros nos embrorrachamos con licores falsificados por de-monios legales, descomunales y cristianos como cabaJlos deDios,

el andrajo es la bandera nacional de los desamparados, y el piojo enormela yaca lechera de las parasitósis y las tuberculosis o el sepulcro, cuna

y tumba del pueblo,. la mano tendida del mendigo abarca la República,

a la cual patea la espalda la erosión territorial y abofetean el latifundio

y el monopolio suníados.. . mientras la época OVCarx-Leninabre una rosa blanca sobre el mundo.

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El asesino colonialista se atora de sangre plebeya, de sangre popu-lar, de sangre obrera,

sangre de mártires o niños o mujeres o viejos, a los que cubría la mantainmensa del dolor humano de los indefensos y los ateridos dela tierra,

y la multitud acorralada y ajusticiada por verdugos en las alcantarillas

del imperialismo está luchando por abajo,florecida de pan, la sociedad socialista requiere paz y libertad, paz y liber-

tad como corolas y auroras de un panal de abejas;los niños hambrientos y analfabetos pueblan "la cultura liberal de Occi-

dente",o el "gang americano", que es un producto yanqui, tan oscuro como la po-

lítica del Pentágono o la prensa hedionda del Imperialismo,como las calumnias a Cuba, como el asesinato internacional y premeditado

de los Rosenberg,como el robo mundial de las materias primas, amparado por el Estado en

descomposición, furioso y agonizante, arbitrario e incendiarioentre cañonazos que se derrumban cielo-abajo, mundo-abajo,tiempo-abajo,

como el rock-and-roll de los desesperados sociales de la pequeña burgue-sía o los tremendos y siniestros desclasados que tienen hija-res de vaca,

como el comercio de noticias erguido sobre la base de mentiras del tibu-rón monopolista que está temblando y está llorando a la caídadel gran Imperio del Capitalismo, de espaldas o con la boca

abierta hacia la nada,y todo idiota y mistificado por "la ley de la oferta y la demanda", que de-viene amor y dolor, llorando a la orilla de los caminos, comoviuda del mundo;

allá, todos los pueblos; sin la tristeza de la propiedad privada, sin la es-clavitud económica como destino y estilo de vida, sin la ver-güenza de la propiedad privada haciendo el lenguaje del arte;

como nuestra poesía és nuestra cuchillada al Imperialismo invasor, acu-mulamos

el potencial! heroico de los pueblos, hirviendo como los mostos chilenos en

los lagares y los toneles,y lo arrojamos a la cara horrenda de la burguesía.

Aquellas rutas inmensasque dividen la historia, unificándola o como subiendo las épocas, escalón por

escalón y errante de catástrofes,todos son caminos del socialismo al comunismo.

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GRAN ASESINATO



I

L E N G U A J E D E C A T A S T R O F E S

En este vértice de túneles. Patria de oro, Patria de vino y piedra,Patria de fuego,

muérdete el corazón y yérguete estupenda como herramienta inmortal de

las artesanías humanas, arrastrando el heroísmo como un estig-ma,parada en tus volcanes categóricos...

Si nos criamos entre terremotos, entre huracanes, y tempestades declases sociales, entre maremotos con hocico desaforado dedemonios,

que aullan a la espalda de los abismos cavados por los abismos, amenazándo-nos desde la eternidad, entre batallas y caballos de basalto,sufriendo y mordiendo hambre, enyugados al desamparo, con

la bandera negra de Iquique pateado por heroico a la van-guardia,

y nos fuimos haciendo como el aceró: ardiendo, o danzando a la orilla delos precipicios, entre las anchas huelgas justas,

si lo colosal ecuménico nos azotó el hígado popular y el coraje nos arrojópuñados de sol a la gran carcajada de la montura de relám-pagos,

si tú y yo y nosotros, los chilenos de la rotología general de Chile oh.' Chileépico, todos los rotos chilenos,

somos como potros de pellín montañés entre las vides ubérrimasi y la cha-carería, nosotros los expoliados y los explotados de hoy,

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ésta gran corona de cadáveres pateados por "Dios", entre tablas de lanchasy bahías, que el avatar del destino insular nos arrojó por aden-tro del pecho del pueblo,

nos va a agrandar el pantalón de hierro de lap temeridades últimas, desdetodo lo hondo de la miseria que escarba la materia enigmática

con las espuelas puestas.No hay que olvidar que andamos como pisando espadas,que el sujeto social que emergió sudando sangre de la tremenda y gran ta-

jada longitudinal de la República, corcoveando y tórrido,ee estrelló contra la religión de España enarbolando las masas cuadradas de

Arauco, y adentro del horror bramamos,que los huasos chilenos no son azúcar-flor que deslíen las aguas furiosas o

las lágrimas del Invierno, como a una violeta rubia,sino de rico metal social, igual a las espuelas de las caballerías del Quijote,capaces de situarse, a la manera del águila de Isaías, como dinamita y como

tragedia, a la altura de sus grandes peñascos de espíritu.

Lloremos los muertos no asesinando a los damnificados, curemos conel dinero republicano de la misericordia popular y con la plus-valía acumulada, a la sociedad preñada y apuñalada en elvientre;

;oh/ antiguo, esplendoroso creador de hazañas, condecorado con la Pobla-ción Callampa, ajusticiado entre cien patrones,

nuestras inmensas, viejas y heroicas madres no nos parieron en cunas defrutas y claveles o en niditos de arrayán florido, como huevosde arcángel,

nó, nos echaron al/ mundo racional en chiguas de membrillo con pellejos de,, arrieros,desde el bramante lecho de bosta y siglos feroces, acuchillando el panteón!

de los ranchos malsanos, gélidos, entre las patagiuag con ma-notazos de estropajos;

y si así se emerge de entre piojos y héroes y por algo frustrado y problemá-tico, somos la tierra más abismal de la tierra,

¿nos fallará la voluntad suicida de lo histórico acuchillando los acantilados

con la catástrofe, y a la manera de carne de cárcel y fusila-imiento, sublimándonos en los escombros del pueblo y en losandrajos del pueblo,

como los mismos instintos de la nacionalidad pisoteada?...

Acostumbrados a la vida bárbara y al peligro, encadenados a la mon-taña, al socavón, a la barcaza del pescador que trajina la Mar-océano y es el último de los emperadores sijn corona,

a conquistar desiertos y a explorar desfiladeros y bosques de robles hura-canados,

sentimos que montamos un potrón chúcaro como Nación/, y es menester do-marlo, acariciarlo, amarlo desde la cuna a la tumba,

no a rebencazos, ni a espuelazos, sino tal como debe el jinete de naciones.

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No nos pongamos a sollozar como pantalones rotos en las goteras en-ronquecidas del invierno de arañas del Snir,

nó, entreguémonos a la batalla social por la lucha futura, acorazados deempuje contra la naturaleza tremenda, en parición geológica,y a ahorcar a los ladrones públicos que edificaron escuelas de

arena, rascacielos de estafas, puentes de durmientes podridos ytúneles en desintegración, caminos con subsuelos de pantanos,a degollar a los que botaron como pingajos a las tristes familias pobres del

inquilinaje, (ojota y piojos),

obligándolas a merendar piedras a la orilla de la oceanía nacional de los.antepasados, peleando con los elementos, cabalgando Chile—arriba y Chile— abajo con el puñal a la cintura y el ataditode cocaví desteñido en las lenguas polvosas, o descuartizandoel salitre,

y a los especuladores con la limosna internacional y las colectas filibusteras,

cuando se imponen los cupos forzosos al gran Capital.

Azotaron los maremotos del siglo,con látigos ensangrentados y palancas de horror a las criaturas humildísi-

mas y tristisísimas,asesinando niños, mujeres, viejos, tronchados de antaño por bajos salarios.

La infinita desolación amarillaarrastra la campana rota y sorda como un sepulcro de su, fantasma descomu-

nal: el hambre,y el hambre, el hambre escarba las piltrafas del poblador;parados, oh/ herido pueblo idolatrado, osados, enfrentándonos al azar na-

cional superiores al pánico, a la desgracia y a las entrañas des-pedazadas a patadas de cataclismo,

de pie,, medio a medio del brazo enorme de la amistad mundia l. ..

Chile de diamamte y pólvora, andando los caminos con el correaje delhombre corriente, lluvioso o crucificado a la altura de tu co-razón,

o besando la bandera de la estrella polar, en la noche enlutada de agonía,aprendí tu canción de horror y mártires geológicos, comprendí todo lo fuer-

te que eres, lo herido y escarnecido y definitivamente infinitoen el heroísmo o la paz, lo tranquilo y dignisísimo frente a

frente a la muerte,conozco tus obreros, tus peones, tus mineros y sus mujeres santas y, claras

como el pan nacional pariendo líderes chilenos,adictas como el mito deli vino al macho terroso, errabundo, remoto, corajudo

y desperdiciador de sublimidad, que produce este país - acero

mar entre sus lágrimas de cuero de muerto,y sé perfectamente que no nos va a derrotar la puñalada a mansalva.



III

EL DRAMA. COSMICO DEL SUR

Rodaron con estruendo encadenado, hirviendo las inmensas aguas,

rodaronlos peñascos de fiuego de las montañas y los volcanes enfurecidos pariendoy rompiendo y mordiendo dolor y encima de ellos, solo, apoli-llado, roto como una gran tinaja despedazada,

está parado el pánico, está parado el ojo de la muerte, está parado el ámbitoque cunde, enorme, y crece de terremoto a maremoto.

Las lluvias y las tumbas son iguales,y el horror va gritando, ensangrentando, impune, como un criminal— tibu-

rón, 'entrechocándose,

al anca de la yegua tremenda de la muerte,criaturas a pata pelada, no, héroes dramáticos, ridículos, impávidos agoni-

zantes, eminentes como pabellones en derrota,señoras recién paridas en la "posesión" macabra del inquilinaje, ancianos de

de setenta años de hambre,varones en orden de fusilamiento por la naturaleza inmortal, todos infini-

tamente solos, salteados y carneados en sus andrajos,arañan la entraña bestial de la querida Zona Austral,mordiendo barro ardiendo y sangre, tuétanos y sangre, la sangre obrera que

chuparon los asesinos de Chile tantos y tantos años,y ahora derrama la madrastra tierra;aquí en el gran Santiago los desintegrados y el gran "Podeta" equilibrista

de la literatura, se divierten hediondamente,o lamiendo* las "boites" podridas o la gran martingala y la gran componenda,

y el putrería desclasado, amarillo se roba las frazadas para el lomo de suscaballos, para el lecho de sus queridas,

nó, es menester sudar angustia, sudar congoja, sudar grandeza y siglos,es menester actuar, no hablar ajusticiando a los desventurados con certifi-

cados de burócrata que aduló y engañó a todos los Gobiernos,

y es menester no darse vuelta la chaqueta agarrándose a las alforjas de laoligarquía, sino ceñirse el cinturón de hierro de las catástrofes;ya veía yo antaño los buitres de cogote o cuello rabioso de burgueses irre-

ductibles y tráfico de sádico,ya veía con estuporla gran bandada de cuervos con chaleco de verdugos y al chacal nacional

de la aristocracia vendido como cipayo o como negrero,ya veía entregar los atados de llanto de los pobres, todos los pobres del

mundo.los abrazos de llanto de los pobres a las cajas férreas de los ricos, latifun-

distas-monopolistas con prontuario de usureros o de asesinos,ya veía ensangrentados los territorios acogotados por los necrófagos y los

estólidos chacales del clandestinaje,

— 62 —



y a las madres hambrientas llorando o acometiendo lo infinito con su deses-peración tan antigua por la explotación y la expoliación delCapitalismo imperial,

porque el horror que naufragó y se levantó de adentro del pellejo del Con-tinente, azotó al hambriento y al desesperado,

y más qrue al empresario y al millonario chupasangre, al chileno ignominio-samente y premeditadamente lanzado a la huelga sangrientapor el invasor con un Imperio en las mandíbulas.

Los palafreneros del mar soltaron los caballos de la unidad catastró-fica,

y el mar cornudo se arrojó relinchando, bramando, corcoveando, a caballo;en la tormenta, como un toro inmenso, descomunal, ardiendoencima de la tierra chilena,

a la cual se le desgarró el espinazo partiéndosele el vértice y echando

fuego macabro se sublevó y parió y se derrumbó en sus cacharros de horror,crujiendo a la manera de un barco gigante que destrozara suscadenas, <

a la deriva sobre el huracán;el vecindario de las poblaciones hambrientas y analfabetas se puso de rodi-

llas arañándose el corazón santiguándose,pidiendo misericordia a la nada vacía de arriba de la metafísica,y la ciudad maravillosamente fluvial de Pedro de Valdivia como una inmensa

copa, se derramó en sus cimientos y la antigua Ancud oceánicay Concepción, la universitaria-industrial-metropolitana, y Te-muco y Angol y Achao, capital de Quinchao, y Castro, en dondeardiere la ciudadanía litoral-marítima, y ¡Dalcahiue, flor de ca-nales, y Quellón terminal, y Tenaún, y Melinka mordiendo losarchipiélagos, y Curaco de Vélez,

retumbó el anfiteatro de Aisén expresándose en el lenguaje de Esquilo, y elbramido llegó hasta la Iloca litoral de Licantén,

y los hambrientos, todos los hambrientos de Chile, los hambriejntos le sacaronla lengua a la imbecilidad interesada,

el ser humano le sacó la lengua al cacique regional, imperialista, que ofendió

el honor de las Fuerzas Armadas del Pueblo, Pueblo en Armas,y pretendió burlarse del dolor de la República,el ser humano le sacó la lengua a diez provincias heroicas amadas de Chile,

y el resplandor de "Dios" herido se enseñoreó rugiendo*, comopor ejemplo en Río Negro,

en el emporio de riquezas de Osorno, o en el hambre enorme,el hambre de los tiempos bíblioos en la Mesopotamia, el hambre enorme,la hambre hambrienta,y la desnudez infinita, la miseria infinita, la vergüenza infinita, la pobreza

infinita y gutural, inconcebible, álgida y ácida como un traga

de pólvora,entre montañas de comida y de vestuario, de comida y de dinero, de comida

y de cariño de naciones, nacional-internacional-épico,

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levantándose, se escucharon le« aullidos de Jericó caído, contra Chillán laciudad del Gran Mercado y las talabarterías, y como llorabala historia y emigró la población aterrorizada, saltó el zanjóndel horror la humanidad chilena y se sublimó entre nosotrossus hermanos;

¿arrojaremos a los infiernos sociales o a las alcantarillas como a perros depiedra a los sobrevivientes?;

pisando escombros humanos, no sembremos de limosneros con cerebro uncomercio de cadáveres elementales y gran negrura,

no abandonemos al abandonado,no vaciemos tinajas de dolor sobre lagunas de dolor, enriqueciendo a los ra-

tones y a los reducidores,nunca, jamás, nunca,llenemos de grandes ciudades-palomas de acero y cemento de porvenir la

hermosa Nación marina y vitivinícola, minera, maderera, fru-tera, agropecuaria,

y no nos robemos el derecho a la comida,ajusticiemos, por ahorcamiento al negociante eín catástrofes y al traficante

en catástrofes y murciélagos de portalón caído,al granuja oportunista que patea la desgracia,y retratémonos en los peldaños de Chile cuadrados en el cementerio» colosal

del Sur, pisoteado por el "Todopoderoso", azotado y abofeteadopor la predestinación de los mártires,

arrastrado por lia naturaleza estupenda,

cuando, por abajo, la canalla degenerada, la rata humana, devoradora deasesinados, negociadora de asesinados, destripadora de asesi-nados,

especula con el cataclismo;el poeta desintegrado se sitúa a la orilla del criminaly pare versitos encima,encima del enorme lago de llanto de las ciudades despedazadas, como pe-

lele roto.

Caimanes del hambre rodante letaaitan la acuchillada faz de mise-

rable a miserable, y los hambrientos asesinan a los hambrien-tos, fotografiando la sociedad hambrienta,

entonces un Chile mendigo emerge de un Chile mendigo y damnificado,apuñalándose,

y como si el bofetón al esternón se sumase a la gran, patada al alma,nos caemos arrodillados frente a frente a la revoluciónoceánica,

el explotador enmascarado en estadista, se atraganta de terremotos, y a lamanera de un pulpo tan enorme que borrase la Cruz del Sur, de Oriente a

Poniente, abarcándonos por debajo del subterráneo nacional,

siniestro como comercio de cabrones, oscuroy demoníaco, arrasa la patria saliendo de adentro del oceanismo colosal de



las ayudas o robadas o abandonadas, a engordar la traiciónamericana.

El vaso de vino universal de la generosidad del pueblo y de todos lospueblos

se derrama por la República, pués todo lo humano está con nosotros, co-

razón a corazón, pecho con pecho, estupor a estupor,y de igual a igual, los desamparados que entregaron su desamparo y elhéroe total que donara la cama conyugal, la cama provincial, la cama te-

rrenal, la única cama de la humanidad, o los zapatos, y andadescalzo encima del nvundo,

se abraza con la URSS y Cuba o Méjico a la misma altura del dolor entrepolvo de siglos.

Superándonos con acento de hombres-leones por encima de la socie-

dad podrida en que vivimos,y no mamando la ubre de sangre de la miseria sino la teta inmensa de lariqueza, que arrancaremos a la garra trágica del invasor,

no hagamos restallar el verdugón de la desgracia en las espaldas catastró-ficas

de la familia despedazada, de la criaturita huérfana a la cual pateó lai muer-te, de la viuda mísera y sublime,

no echemos los muertos a la espalda de los vivos,a la espalda del corazón humano, ametrallado por la naturaleza, acorralado

y asesinado con sadismo eclesiástico, a la espalda del desven-

turado popular,nó, empuñad la libertad a la manera de las ametralladoras.'...

El éxodo de los relegados y los baleados plantea un desastre de emi-graciones

y triplica la personalidad en destierro del chileno mal herido, azotándolocontra la cabeza de las epopeyas, como a tarro de llanto ypiedras,

y son heroicos los que partieron, los que no partieron y los que murieron

avizorando la aldea natal,coronándose de coraje indomeñable, pobres y tristes, pero con sombrero detormenta en la soledad huracanada o acorralada a puntapiés,

héroes y heroínas, héroes del drama de andrajos de todos los siglos de Chile,del sudor y del dolor, niños y niñas, viejos y viejas, varones de hombría

enorme, mineros, gañanes, marinos, el pescador y el labrador,el roto de oro y los obreros carboníferos o el Norte Grande pagado con es-

carnio envenenado.

Rotología litoral y trágica como yo mismo, litoral y báquica, viña-

marina,semilla de invierno, bandera de luto, espiga de acero,

— 65 —



abajo, en tus entrañas durmiendo y creciendo para siempre nunca, historiay mundo arriba,

repecha, muerta, aquella a la cual tanto amaba y amo e idolatraba, madrey esposa grande, acuna sai sueño de raíz terrible en la inmor-talidad

no se lo aterres desgarrándote,

matando tus hijos, nuestros hijos, los hijos del ser innumerable que es lanacionalidad,

y llenando de espanto y lágrimas su tumba / . . .

Crujieron los ranchos desechos por negros inviernos sin pan, derrum-bándose,

y azotados los pingajos desesperados por el huracánparecía un ejército a la desbandada, perseguido por lo infinito, nuestro in-

menso pueblo a pata pelada;entre un whisky con maldición, el latifundista lloraba a la gran yegua de

su señora,y el especulador reía planificando la compra-venta de cataclismos interna-

cionales a crédito,debajo del techo del cielo los huérfanos arañaban la desgracia;hoy por hoy un cadáver del tamaño del verano va tocando su acordeón in-

fernal sobre la ruina inmensa / . . .

Como un lobo mamando de los catres, acorralado, o un pájaro en to-do lo hondo y remoto de las montañas

o una gran culebra enrrollándose en los relojes, en las sepulturas y en lascarabinas o en el pantalón negro del pueblo, lo desconocidose enredó a las piernas obreras del inquilinaje y el lumpenproletario veci-

nal infinitamente errado y desventurado, infinitamente patea-do, infinitamente explotado, infinitamente despreciado,

y la psicósis catastrófica derramó al poblador como inmensa agua tremenda,saliendo de adentro de él mismo, de adentro de las montañas despedazadas,

peleando a garrotazos, resollando y sudando sangre, de adentrodel complejo del pueblo.

Y aquellos que se hundieron hasta la última hilacha en la desventu-rada ilusión de vivir a fin de aprender a morir,

o acorralados se pegaron con desesperación infinita a la infinita agoníainfinita de la familia pobre,

cayeron al abismo sin principio del vino de los borrachos desventurados, quees terrible, como ver pararse de repente un muerto encima deuna bandera.

El terror colosal, corroído de masoquismo, el cual relincha y pateael corazón de Chile, como los caballos desamparados,

está cavando, bestial y sin remedio, a aquellos que lo perdieron todo, has-ta el modo de andar y las categorías,

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y las familias ensombrecidas y estupefactas que arañan la tristeza, la ara-ñan como los condenados a fusilamiento, los filibusteros deantaño

o los derrotados en el amor;matones del hambre, caínes del hambre, cabrones del hambre o especula-

dores,escarban la multitud macabra, aterrorizada, y como terribles sádicos de pre-

sa o poetastros degenerados o como carneros del Señor,venden el paquete del amor fraternal de las Naciones;ya no veremos más la bella aldea natal de los Palavecino, ni a don Teófilo

Andrade saboreando el botellón idolatrado en la Recoba deAncud, Añorad, Ancud,

ni los erizos gordos como tontos filarmónicos,regados con blanco entreseco del pipeño de Coelemu, entre los coigüeB de

San Juan de la Costa abajo o cuando Winétt en ese entonces

maravilloso, iluminaba la existencia con la mirada de oro y latornaba celestial,emergerá la inmortalidad de la materia enloquecida,y tornarán a cantar los pájaros enamorados de la bandera de la frontera

Austral,pero, estarán llorando las guitarras de hogaño;nó, es menester triunfarse, reconciliarse, armarse de sables solares en catres

de clamante luto,y dirigir la heroicidad contra la derrota del coraje,porque el hombre es una gran cadena de cataclismos que superaron su ór-

bita.

Desde los hígados envenenados del monopolio y el latifundio insur-ge el insurgente económico, político o artístico, justo, equili-brado, puro, vertical,

pero, por adentro emergen el asesino, el tránsfuga, el desoladoser humano, el aterrado y el damnificado eterno, el eterno vagabundo chi-

leno, y las pilchas cósmicas le dan vergüenza a la República,a cuya oscura flor de desintegración calibra la desgracia.

El estado de altea del vacuno inúltimamente natural, cuando lo vana degollar

los hediondos y ensangrentados matarifes,el llanto del gallo matinal cuando están castrando o cuando están matando

I03 capones,el bramido colosal de las vacadas cuando ven sangre caliento,o cuando castigan un ternero, se escucha al Sur, al Sur. al Sur tronchado o

caído como murallón de panteón,aterradoraments erguido y serio, después de haber muerto.



III

BOSQUE DE CRUCES

Todo está como saliendo del cosmos primordial roto en la gran caídasobrehumana,

y son trescientos años de explotación y expoliación del país sufriente ymuriente escandalosamente, cuatrocientos terremotos,cuatrocientos maremotos de miseria,

los que sacan la cara sangrienta en los damnificados,es la patada del patrón al peón y a la desventurada condición del inquili-

naje : el enjuiciamiento a la oligarquía y el latifundismo y elpiojo nacional mordiendo el pecho del Gobierno.

Sobre el pobre y deshecho hogar, ratones y fantasmas, recuerdos yfantasmas, ladrones y fantasmas se pasean lúgubremente,

la criatura ensangrentada acusa, desnuda, insiulta a la Dictadura de lasSepulturas, llorando,

y la masacre de sangre de la inmolación tremenda aplasta las humildes vidassilvestres y avanza sobre las aldeas y las escuelas;

la burocracia metropolitana escarba los viejos decretos hechos de escuposy sangre,

y va a pasear la insensibilidad funcional y las rentas inmensas sobre elenorme terror desparramado de náufragos, y la cólera rojalde los asesinados, cadáveres de catástrofe

agrupan el dolor al dolor del dolor, y un montón de dolor humea como unbasural a la humedad terrible que desprende derrumbándosela gran desgracia,

niños y perros arañan la basura;los ladrones y los ratones, los ladrones y los ratones, los ladrones y los

ratones,y el hambre gigante, la miseria,arrastra la culebra del horror sobre las poblaciones en inmesiricorde alu-

vión náufragas;un zapato muerto aúlla en la soledad

como un perro, como un ataúd, como un viento tremendo del inmenso mardel terremoto,

como la última muela del fracaso y del escarnio del hambre;tinterillos y policías del desorden armado,se persiguen furiosamente en las tinieblas y arrancan las frazadas de la

depredación,un quiltro y un roto empuñan la dignidad republicana,la bandera negra de un animal catastrófico patea las carnes obreras y un

campesinado,arrasado, asesinado, aplastado se abraza a oin proletariado en batalla;¿es posible que nos dejemos saltear en las tinieblas por la gran águila oli-

gárquica que tiene enormes ojos de fuego,

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que al impacto social de los patrones contesten los peonescon el sombrerito del pobrecito vecinal temblando como un amargo pájaro

macabro?...

Por la estupenda desolación absoluta,ronda el buitre terrible, liberal-democrático y sodomita, alimentándose de

calamidades y los funcionarios horrorosamente congelados,durmiendo años de años en su gran caja de sardinas, muertos,

el mentecato sacristán caliente con la bragueta desabrochada,el negociante atroz, el comerciante que tiene mujeres de piedra en su,

enorme fábrica de cuernos,la rata cebada de putrefacciones como un mal poeta,y el tonto turista, masoquista, oportunista que se divierte mirando agonizar

la soledad en los crepúsculos tremendos,

azotándose contra la sombra,o el poetastro infinitamente renegado, infinitamente mercenario e infini-tamente amarillo, amarillamente amarillo e infinitamente ama-rillo,

emergiendo del contubernio.

A caballo en su negra muía roja,deriva el sol bramando sobre los pueblos desechos como sombreros pateados,y el aullido del cataclismo se levanta;el pulso nacional color temblor, color dolor, color horror está temblando y

temblando gravita en la patología,solo y como un coloso al cual degüellan,y cuando yo ando los caminos de antaño, en los que la pajarería provin-

cial-departamental jujgaba con los niños hambrientos y reía»la pedagogía elemental,

una gran lluvia oscura me azota las entrañas,y entra el invierno de les torreones caídos con deshoj amiento de esqueletos

y cementerios;emigran los pájaros, y los martillos y los serruchos se hicieron soledad,

mi sombra y yo parados somos un soló funeral llorando lágrimas de ace-

ro con viento, y por adentro,una asamblea de banderas rotas: tú;arriba, el cielo afila la cuchilla en su gran azul infantil,

asoman galopando los cuatro caballos del apocalipsis desde el Poniente,y solloza la tierra recién parida.

Un patrón vecinal, un siútico y un académico orinan las cenizasadoloridas, riéndose,

y, como los "fantasmas" se robaron los regalos y las mamaderas de las

criaturas,trescientos, cuatrocientos, quinientos mil cuervos escriben a máqu*na encimade las ruinas.

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Pero, por adentro de adentro y por abajo, la raíz popular de la raza

llagada ejecuta una sinfonía de Beethoven con la miseria,

y se levanta de la cama del dolor, acorazada de dolor, que es el coraje del

valiente,

y el roto herido como un buey a picanazos y a latigazos de explotación, se

yergue, emerge de entre laureles desgarrados y arrecidos ho-gares, y clava

la lanza de su convicción inocente e increíble

en la belleza de la existencia, dichoso de sentirse hombre.

En terrores e incertidumbres se desplaza la vida humana,

milenio a milenio se escalonan las esperanzas en los pueblos terrosos y en-

cadenados, en los que el copretérito bornea sus fantasmas irre-

ductibles y sus vacunos sin asunto en el gran crepúsculo,

pero el pueblo es eterno y tremendo como la muerte o Cuba.

Volverán a brillar las ciudades como cadenas de oro en la ancha

aurora,

y el olor a pan provincial, cocido en follaje de espino, por hornos adentro.

con sentimiento ardiendo cargados, alzará la figura en las

tinieblas,

la mujer obrera lavará la camisa del marido y aplanchándola cantará can-

ciones de Chile,

y cuando yo levante muerto el índice desconcertante que remece tremen-

damente los sepulcros, conmoviendo los cementerios,y enyuguemos los esqueletos a la memoria del amor, la antigua alegría del

mundo reirá encima de nosotros.

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E L E G I A A E L I A S

H I J O DEL P U E B L O



Chile es un pabellón acuchillado y trágico que se levanta y ruge

en el recuerdo de Elias Lafertte,una herramienta pura de carpintero, albañil, zapatero o maestro en tone-lerías buscando tierra adentro

con las entrañas rotas el complejo del mundo,un tambor nacional gritando acongojado en la inmortalidad o un águila

estrellándose.

Todo su pueblo está enlutado a la manerade un atardecer espantoso del cual emerge la aurora del porvenir humanaen función del dolor que arrastra la semilla de la vida.

Era de piedra y sol como el todouniversal, un héroe al cual nunca vería el heroísmo el histrión nacional o

el enemigo,un gran líder marxista-leninista,profundo y sencillo como un naranjo de los antepasados, chileno como los

peumos del ¡Sur,

como un obrero de la Pampa de la cual venía,austero, paternal, severo como su Partido, y a cuya colosal sombra humana,

como de patagua o boldo heroicoel proletario y el campesino dormían.

¿Un romántico idealista?, no, un dialéctico materialista exacto,un capitán incorruptible, un soldado y un guerrero de la paz y la libertad,

un soldado y ¡un marino de navegaciones épicas,flagelado y baleado por la reacción imperialista o acuchillado por la espal-

da, herido por krumiros y verdugosy una gran bandera de las masas, jamás el patriarca social que la canalla

ensangrentada erige como un santo de sus iglesias en el sentidode disminuirlo,porque su concepto de llamas, rompiendo cadenas y mentiras

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enarbolaba un látigo de altas y anchas correas contra la miseria y los ex-plotadores de la miseria.

Es bastante difícil al alma humanael entendimiento de ese diamante rojo y terrible de su espíritu simple y com-

plejo libre y tremendo o como cargadode frutas y legumbres, de pan nacional, del misterio de los lagares;lo compararon a una laguna y fue un mar colosal, o tranquilo o furioso,

porque la problemática nacional-internacional la traía adentro;los tigres dijeron: "un tigre", y "un cordero" los corderos,y los payasos ensangrentados lo empequeñecieron poniéndolo a su altura,

es decir, a la altura de su bajeza,porque el hombre héroe compendia todas las formas de la Humanidad y es uno

y solo;por eso aquellos que lo miraron

con ingenuo ojo de idiota, no lo miraron, se mirarom, empinándose,confundiendo la estrategia revolucionariacon la persona total del líder acorazado en el terrible orgullo del humilde.

Lo amaron los desamparados,los ateridos, los polvorosos, los excluidos hijastros del rigor y del dolor po-

pular,el peón con la patada del patrón a la espalda y la patadadel Estado capitalista y la patada del Imperialismo, o acumulando todas

las patadas del Régimen

y los obreros organizados, de la gran industria "americana"de la República, los trabajadores intelectuales, el proletariado que dirige

y el campesinado que insurge con rasgos épicosy el "lumpen" terrible, apolillado como los andrajos, la madre obrera, el

viejo y el niño de Chile.

Eficaz como el pan sudado con dolor humano a todo lo largo y loancho de los milenios,

un ciprés tronador lo acuñó en la lucha clasista: Luis Emilio Recabarren;ni dogmático, ni fanático, era la presencia vital su ejecutoria, doctrina e

ideología lo hicieron tierno y fiero simultáneamente;claro como canto nacional, el huracán y las tormentasrugieron sus oceanías y en su corazón puro balaban las ovejas, cantaban las

calandrias;nunca y nada fue más terrible que la miel ardiendoy Elias era la fuerza tremenda que se traduce en dúctil política entraña-

blemente histórica"genio del pueblo", genio del hecho, genio del verbo exacto, multitudinario,

logrado

como arado en la gran sementera de la lucha de clases, de la lucha de ciar-ses rajando por adentro

la granada de la sociedad futura.

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C O L O F O N

A L A S

e q u i v a l e n c i a s



Por adentro y contradiciéñdola a ella resuena el mar,resuena el mundo y la montaña, resuena el cielo y las artesanías arcaicas,

orgullo.del hombre,con el sudor humano chorreándole.

Emergió del corazón huracanado de los álamos, y los aserraderostallaron asesinando caballos de energía su gran voz vegetal en sus entrañas,el olor infantil del aserrín folklórico,y lo cósmico trascendental y universal del átomo de la materia organizada

por la industria,todos los comercios que la sociedad capitalista impone a las cosas y a lassombras.

Acumulada en las bodegas de los transatlánticos, los rotos portuarioscon su actitud suicida de mártires o de héroes desarrapados

la embarcarían desde las fábricas estrujadoras de pulmoneshacia las grúas tremendas que rasguñan la sepultura del Régimen y la com-

praventa le pateó su pabellón romántico.

La domesticidad íntima y trágica la adaptó al contralor económicode los hogares proletarios, y la humildad paupérrima, en re-belión,

«orno la acariciaba entre sus pechos a la manera de un pájaro azul, a lamanera

de un animal huacho criado co'n llanto, a la manera de un icono inexorable^le recordó cuando el pitecántropo santo obtenía una golondrina de luz in-

finita frotando dos palos cruzados.

A su ataúd de flor converge el resplandor glorioso de los rayoscósmicos,

y es sencillamente terrible,



porque acaso puede estallar como un zapato, un pan, un grano de llantao de pólvora, una locomotora rubia, un pedazo de sol acu-mulado,

una rosa, una botella de ron, una gota, un reflejo del entendimiento o elplaneta

y todas las bombas atómicas que amontonara en el culo del mundo* la jauríaimperialista.

El hambre quemante que persigue como un lobo tiñoso al esclavoen el patriarcalismo y al obrero en el capitalismo o le devorólas entrañas con devoción eclesiástica en la época feudal,

la hizo candela precisamente en la Edad Media, hecha de piedra y fuegocon piojo rabioso,

y en este instante un imbécil cualquiera la lleva en el bolsillo del pantalóncomo a un "Dios" bobo convertido en amuleto o en basinica,

como un quiltrito sin parientes,domesticado a puntapiés, encadenado como la libertad burguesa,como el botón de esa chaqueta muerta que abandonamos en los percheros

de la juventud...

¿Recuerdas, tú, Winétt, aquellos días inmensos como campanas deoro o vino antiguo

cuando la lámpara de campo con alto resplandor iluminaba la velada delinvierno total

y oómo el vendaval del huracán nos cruzaba la cara azotándola con el es-panto desencadenado de los primeros hombres de la tierra?

Todas las cosas se retratan en el dolor humano,en el sudor humano, en el terror humano,y el hombre es la expresión acumulada de un infinito funcional transgre-

dido por el sujeto;dan un vocabulario de la misma medida lo pequeño y lo inmenso y un

gran lenguaje;cuando los duraznos estallan de maduros

o canta la calandria en el peral florido de septiembre, es dramática lacontradicción dialéctica,riéndose a carcajadas en lo insignificante.

Resuena en las arboladurasdel gran navio colosal del tiempo, la Uamita familiar traída a colación por

un niño cualquiera en sus calamidades, y el trueno del fuegodel cielo general,

el resplandor estupendo de Prometeo y los espejos de Arquímedes se ha-cen presente como el infinito solo en un estiércol de mosca.

Fenómeno de equivalencias, el ser humano deviene un filo de cu-chilla entre dos abismos, entre

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millones de millones de monstruos que son el reflejo exacto de las cosaso el reflejo quebrado de las cosas, modificándolas,

entrechocándose en los espacios acumulados del suceder;como y todo es uno y camina dividiéndose, buscando y logrando la unidad

en la batalla de les contrarioscuando la cerilla despavorida emerge desde el vientre del ocaso y se enciende

el empuje social calibra la naturaleza y lo humano domina la vida y preñala moneda del ser mudable engrandeciéndolo con, ancho es-panto;

restalla la huasca* del destino con fuego tremendo,a dentelladas, acometiendo en vórticelos repechos de la Humanidad vagabunda, sudorosa, polvorienta como los

andrajos,y la vida humana es cal ardiendo y termina en ceniza.

Nunca comprendí, nunca, el por qué la misma materiaorigina la dinamita y la flor,cómo es posible que el jugo vegetal que adviene de una gran substancia

sola configure y determine por injerto, individualizándolas, lanaranja y la toronja,

que son un árbol de dos frut03 distintos, cuando el alto y ancho logradoen la individualidad es fondo - forma y límite,

y que perezca la forma que condiciona el fondo, en función de que el fondocondiciona la forma, la forma de la montaña, que es la mon-taña y no es, la forma de la palabra que es la palabra y no

es, y la forma del sol, la formaque desaparece, muriendo la morfología de las épocas, no muriendo todas

las formas,y que perece cuando perece el ser y no perece la substancia originaria

tanto de la pólvora, de los pechos-racimos de la mujer amadao de la llamita de la cerilla.

Todas las cosas son epopeyas sociales, procesos y complejosy mito enorme, historia, estilo, condición, destino y mano humana, la go-

londrina, el mundo, la amapola, un transatlántico o un ataúd,un queso, una piedra, un perro, una rosa, o el pantalón deun muerto que olvidó su nombre,

o lenguaje o vocabulario o gramática o retórica o metáfora de la energíacolosal, dinámica no estática, en devenir, un oleaje oceánicode muchedumbres y de multitudes heroicas, de la energía dela materia que es la materia y la energía de la materia,

que sacude lo cósmico contradictorio, diverso y concreto y único, drama-tizándolo ;

por cuanto amamos a una mujer herida de transitoriedad y la amamos

como eterna, la amamos como atada y encadenadaa todo lo humano real, histórico, social,

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al conjuro de evidencia trágico-dramática, perentoria, como tm cataclismo,que engendra un mundo, un espacio cultural, un tiempo,

cuando naufraga como un astro o como un palo de fósforo en el mar delo indescriptible,

se nos derrumba eternidad-abajo, con el desgarramiento del retrato de ace-ro o de misterio de la época, y existir no tuvo sentido;

el relámpago santo del llanto popular de la dulce y precaria lumbre,retorna a la memoria el incendio mundial de los bosques antiguos, cuando

el tatarabuelo venia saliendo de adentro del océano,la felicidad de las fogatas prehistóricasy el aullido de las usinas ensangrentadas en las cuales los hombres de

cualquier litoral o latitudnacieron, amaron, murieron.

El amor es sagrado, ensangrentado y trágico como la poesía,

quema la guerra como fuerza ardiendo, como el pellejo del sol adentro delcerebro de un idiota, como un vino de luto y la realidad es,una enorme llama.

Lo ínfimo pequeñísimo, caja de fósforos,excremento de amapola, rugido de lagar furioso, lagrimeo de sepultura de

cigarra o insecto microscópico,canto de estrella en los atardeceres públicos,todo es uno y posee el lenguaje descomunal de las antiguas cosmogonías

como pedazoscuando la bestia humana comía, dormía, moría, sufriendo o haciendo hijosen los altares públicos.

Y formidables intuiciones generales que devienen lo bello y lo buenodan la unidad de lo contradictorio en el pito de las fábricas expoliadoras,

que es como un bramido de hienao en la pequeña pajuela inmensa de las familias pobres...

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O D A A C U B A



Alta y ancha Cuba, cuero de hierro y sudor inmortal, pequeña isla inmensaa la cabeza de Indoamérica, hacha del mundo y pájaro-sol,

un terrón de azúcar colosal, rodeado de pirañas y tiburones que babeanla lengua de Shakespeare, ciñe tu cabeza de ciruela de fuegoy tus ríñones ateridos e incendiados como el dolor eterno delhombre,

flor del Caribe, reina del tabaco, cruz del Oriente, cómo relampagueaencima del futuro tu ojo' de oro, gran palmera.

Mar y montaña sudaron tu Revolución Popular, "acusada" de comunismo,

y al conductor de* pueblos epónimo y dramático, le creció la barba del mun-do, le creció el esplendor de "Dios", le creció la gesta del sigloentre los pliegues épicos de la Sierra Maestra, y un pan candeal ardiendo!

medio a medio del corazón;Fidel Castro eres tú, patria del alma americana, gigante Fidel Castro, tus

machetes y tus ametralladoras cuadradas, democráticas,y Raúl y el "Ché" Guevara y Cienfuegostodos los cubanos de Cuba, menos los caimanes negros y los nacifascistasí

con complejo de asesinato.

Los vampiros enfurecidos de Yanquilandia,ahitos del licor seminal de los chacales, hundidos en el pantano de escupo»de la explotación y la humillación de los pueblos, orlados dedopados, renegados, degenerados y traidores,

se romperán el hocico contra las masas talladas de tus héroes, que sonestatuas de batallas.

El guajiro vegetal y agropecuario, azotado y pateado,se levantó y se abrazó a tus líderes, y en la "Reforma Agraria" parió,'

tierra la tierra,

pan, libertad y paz, pan, libertad y paz, pan, libertad y paz,café con leche y miel, toros, bananos, potros, soldados, barcos de cantos, solembotellado, acero y ron, la caballería de la poesía

— 83 —



nacional, internacional y transatlántica, afinó las guitarras embanderadasde la rebelión

a la manera de la "Perla de las Antillas" y nosotros, los abandonados jfletcielo y del mundo, erguidos sobre los nuestros gobiernos detíteres descomunales,

como un rebenque que emerge de entre escombros del remoto avatar1 y d/efcatástrofes de catástrofes,

"Hombre de Chile, poeta del mundo", mordido por gusanos acumulados,nieto de pueblos que hablan o rugen o cantan como á&uilas, co.mo una condecoración pura, te llevamos en los escombros delpanteón del pecho,

que es como un rifle roto o un portalón o un torreón derruido y arrazadovatardeciendo, aullando a la eternidad.

Rufianes y caínes, fariseos y anticristos con sotana, ladrones y peleles

arrancan echando mentiras con afán roñoso sobre tus grandes empresas detrabajadores, profundas y soberbias como túneles, mordidas porla traición simoníaca ;

pero los hechos están emergiendo como regimientos o parados como caballosde espanto o como relámpagos

en las inmensas torres de la Historia Americana, no se discuten, nó, y no sediscute el sol, cuando sonando alumbra la tierra, ¡ni a unaígran hembra obrera cuando está pariendo un chileno,

ni si ha comido o no ha comido El Indolatino hambriento, asaltado ysaqueada por Norteamérica, Cuba espada y balanza del Tribunalla Epoca, Cuba, ilustre Cuba.

Aurora! y colosal progenitora de mártires a caballo,país contralor del Continente,la paloma de oro del dios del cristianismo primitivo está contigo y la justicia

social de los trabajadores,la justicia social-popular, marxista-leninista,el código gigante que resplandece en la URSS de Jruschov y la China.

egregia de Mao, que se desencadena arrasando por adentro los

milenios;aosotros los traicionados por acomodados argonautas de pacotillay por negreros, o por los espantosos monopolios ceñidos de aterrados cata-

falcos que entrechocan su cataclismo de escamas y paladasde médulas sobre el hambre nacional, alzamos tu mito del siglo,¡oh! pabellón enarbolado en los abismos;

¡qué enormes destacamentos de serpientes y de chacales con chaleco deametralladora imperialista y pantalón de compadrón lacayo,lamido por simoníacos,

acechan tu muerte inmortal, /oh/, niña /oh/, piña silvestre, y como los

bandidos negros como cuervos de fusilamiento, hechos condeshechos de humanidad y con andrajos de religión podrida,

están con el hocico abierto gritando

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la gran mentira imperial a la orilla de los héroes que engendran y generanlas superestructuras estéticas!..

Una dual escuadra de asesinos pagados por asesinos te acosa a tí,gran águila democrática,

y todos les tontos de Indoamérica y los ateneístas castrados que piden

lenguaje y voz de castradco, echan la baba de metal ardiendodesde sus tristes resquicios de Judas acorralados y enmascaradosen la retórica,

a tu vaso de vino natal, caliente y relampagueante, agreste como los ganadosde Abraham, entre las barbas eternas de Jehová pastando.

Relincha un gran semental rojo y está bramando un toro con lomode ópalos,

en las arboladuras de tu navio colosal,y la carroña demagógica de la dictadura de la burguesía, los «/bardes y los

ladrones del cobre y del salitre de Chile o del petróleo y lassantas materias primas, del hierro, del estaño, del plomo, delcarbón colonial, del oro con uranio« y oro, los ladrones y sussirvientes,

el académico idiota, vendido con hocico y todo, en condición de zorra o dehiena, los pugistas, los arribistas, los oportunistas y ltfs espan-tosos renegados amarillos

y el ex nazi homosextual o hermafrodita o te insultan o te calumnian, tebañan de baba eclesiástica, te acosan como a toro, porque noles entregas la Revolución en bandeja y a los héroes encadenados.

Tu pueblo y los pueblos del mundo opondrán un murallón de pechosde puebles al premeditado y enorme asesinato,

y la cometería de la URSS ta tenderá su pabellón de paz desde todo lo hondode lo cósmico, desde sus campos de trigo rural y sus usinasdescomunales como océanos, desde su vientre de madre

¡oh! fuerte y preciosa virgen de las oceanías,y el hombre corriente que deviene luz y costumbres de ilustre creador de

dioses,el ser de base que engendra los poetas y la historia de lo sublime,

te ofrendan la fuerza tremenda de las masas en insurrección, y el oleajedemocrático y ecuménico del formidable impacto? popular,

el racimo del infinito de donde emerge todo lo bello.

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V I E J A

e p o p e y a

n e g r a



Es terrible pegar un alarido mundial en el corazón del Africay partir con su hacha de alma la historia en dos mitades, contradiciéjttdolay enarbolándola como ancho llanto negro,a la manera de las banderas rotas o las leyendas rotas o las botellas rotas en

las espadas ensangrentadas de los antepasadosde todos los verdugos estremecidos de terror colosal...

Lumumba no sabía la grandeza que tenía en la ferretería del espíritu,la fuerza inmensa que acumulaba

entre pecho y espalda a tiro de fusil roto y gritando, (no escribió versos ton-tos sobre causas justas),

lo gran poeta que era guiando y adoctrinando seres humanos en todo lo hondode las colonias atronadoras,

es decir, siendo como ellos un soldado de ébano en los ejércitos de la libertad,conduciéndolos hacia la patria de todos los derechos del humilde, en la cual

hablan las estatuas el lenguaje de los desheredados:pan y paz,y no estalla el asesinato en las altas y anchas praderas del mundo.

Era un sujeto social, bravio como un potro oscuro, y sencillo,padre de carácter agropecuario como los lagares, como los toneles, como lospanales y probablemente tanto como un saco de trigo candeal,

porque traía de las vendimias la poesía de las* vendimiadoras y la voz de solde la abeja.

Y como actuaba entre arañas extranjeras y súoubos,medio a medio de la esclavitud milenaria y azotada del negro y del negrero,

que es un culebrón con pantalón de degenerado,entre latigazos, entre verdugones, entre puñetazos y patadas

a la sombra glotona de las Winchester y las ametralladoras de infinita miradaamarilla, entre criaturas impunemente degolladas o mutiladas

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en los organos sexuales, y entre negritascarne de cárcel y prostitución, organizada a lágrimas y puntapiés,sublimó su corazón íntimo transformándose en un corazón público y en u,n

líder que devino mártirazotando los desclazados y el Imperialismo.

Lo asesinaron con asesinato descomunal ennegreciendo los universos,lo asesinarony asesinaron un continente en el que los muertos salierona pelear por la libertad, por la libertad del mundo, lo asesinaron con el ejér-

cito de un ejército de asesinos y de asesinos de asesinos y de!asesinos de asesinos de asesinos,

de ladrones, de matones, de cabrones,a cuya cabeza Norteamérica y sus esclavos marchaban completamente borra-

chos con el hocico agusanadoy con el crucifijo de Jesucristo en el marrueco,

pelones y rabones, acariciándose el trasero con el espejo de fuego de las ca-tacumbas.

Tiburones hidrófobos con la baba caída, mercaderes hidrófobosal servicio de la cabrona de "la civilización capitalista" disfrazándose de mi-

litares de capitanes de Bélgica,y negros tránsfugas amamantados en la traición, le comieron los sesos a

Lumumba.

Sola la esposa apuñalada está gritando encima de la tierra.

La Humanidad acariciando los hijos huérfanosdio un puntapié en la boca hedionda y ensangrentada del colonizadory Yanquilandia lo amamanta.

Entonces el héroe mundial de todos los tiempos,el héroe social, como por ejemplo Lenin o Jruschov, bajaron, escalón por

escalón,la Esfinge colosal de la historia, y tomandosu cadáver lo plantaron entre los grandes líderes de la Humanidad,

diciendo: "he aquí un varón justo y purocomo un camino hacia las montañas o el corazón del hierro y del fuego,

/vais a escuchar tronar a Lumumba/"...

Se derrumbó y cayeron piedras adentro del mundo,la cara de la vida se chorreó de sangre caliente, está sudando lágrimas, está

gritandocomo esa gran bestia de Dios en las tinieblas...

Porque estas cosas hechas a espaldas de lo humano

no se cometen impunemente, como quien mata pájaros o ataúdes o cánticoscon un fusil provincial robado a los guerreros muertos,

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•o, el asesinato de Lumumba, sobrepujando el asecinato personal, asesinabala naturaleza, lo heroico

del ser, la dignidad y,la libertad humana;y este Patricio tiene todo el hombre y la gran causa sagrada en las entrañas,y la multitud, flor de los antiguos y despavoridos altares, Jehováel mito del siglo sublimándose en la médula espinal de las columnas de La Paz;si cae un roble y es bastante, cae un roble,pero los soldados como Lumumba cuyo ejército es el ejército de lós siglos,caen, cuando caen, con todos los tiempos adentro,como tronchando y despedazando las edades y las nacionespara dar salida a una sociedad nueva.

Hermano del crucificado de Nazareth, hermanode Espártaco y los crucificados y los asesinados romanos, comidos de buitres,

comidos de policías, comidos de dioses degenerados o caídos

al servicio doméstico, Patricio Lumumba arrastra las balas del Imperialismoy Bélgica de eternidad a eternidad.

Todos los esclavos de la tierra,los azotados por el capataz en las bodegas de los barcos negreros,los que aguantaron el latigazo en la cara,cuando el cómitre, equivocando los bálatros, desvió el terror hacia las cadenas

ensangrentadaso el herido de sudor de fatiga, de terror o enfermedades se desmayó encima

del remo,los que forjaron las Pirámides ensangrentando los bloques trementos o de-

jaron los sesos botados entre las torres longitudinales de la granmuralla China,

o comidos de paludismo cultivaron y cosecharon los ingenios azucareros,o laceados como perros desterrados o encadenados adentro de la misma familia

azotada y pateada por esbirros, o acogotados uno tras uno conhierro sangriento

los vendieron en los mercados internacionales ofreciendo como escarmientovientres de mujeres negras o pieles de serpientes.

Llevando al "Dios" cristiano, "americano", portugués, inglés, holandés,francés, alemán y español, como basiniquero y cómplice,

el colonizador bíblico azotó o degolló o expolió como salteadorcatólicamente podrido, botella —Biblia— baraja en mano, con el Papado y

todo lo roñoso de la cristiandad como cuchilla y Judas comocabrona,

los países paradisíacos.

Pero Lumumba es como un puerto enormey como si todas las épocas se hubiesen puesto de pie de repentey el ancho Congo alto con resplandor heroico

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arroja millones de héroes contra millones de buitres y tigres de la coloni-zación

y escupe tremendo lenguaje ardiendo y balasa los bandidos apostólicos, armados de matones y de ladrones con denta-

dura de carabinay espantosa voz de académico.

El cántaro de lágrimas de la esclava Agar, cruzando los desiertosy las maniguas, gritando y llorando, cava la tumba del pa-ternalismo criminal

y truenan las cadenas, desde el patriarca Abraham al Señor de Horca yCuchillo o al burgués trizado o desintegrado que se convier-te en asesino por hastío

a esta siniestra bestia comercial de la "Ley de la Oferta y la Demanda"con su pantalón de culebrón a la violeta, cornudo y condecorado, su diplo-

ma, su queriday su gran mandíbula asquerosamente carnívora;el llanto de los esclavos mancha la faz humana, y escarba y socaba y arañalos esqueletos de los Imperios ecuménicos,las economías podridas y el piojo de oro de los Conquistadores y degolla-

dores de héroes,los lechos ardiendo con alcohol y sexo clamantela guata preciosa de las concubinas y las cortesanas que se acostaron con

asesinos papales en el Vaticano,pero, el negro de hoy ya no suspira en los congojosos "espirituales" ama-

rillos,no, empuña el fusil colonial azotándolo contra el hocico del bandido que

saquea la riqueza y celebra la miseria santificada,todos los colonos se levantan y se declaran seres humanos, hombrespor debajo del sol de los antepasados y mordiendo la bota hedionda del

opresor

cosechan el pan, la paz y la libertad en la misma espiga.

Todas las colonias y sus líderes

saludan a Lumumba con los brazos cortados como árboles, todas lascoloniasmontan gran guardia popular frente a frenteal ataúd-símbolo y desde la Mesopotamia a la Araucanía o Tierra del Fue-

go a orillas del Mar de Drake,los asesinados se levantan acusando a sus asesinos con su índice de esque-

letos.

Ay/ de vosotros los bandidos de Wall-Street, ay.' de vosotrosembaucadores y usurpadores de los estupendos territorios mexicanos, de

Panamá o de Puerto Rico, mentirosos,el día de la justicia de los pueblos se acerca,

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y altas, gigantes horcas se alzarán encima del mundo, debajo del cielo, de-. bajo del tiempo, debajo del lecho

vital, enorme, total, para los vuestros pescuezos de buitres.',

El héroe-mártir muerto persigue a los verdugos, persigue a los sa-

yones, persigue a los esbirros simoníacoschorreados con asesinato,a los que traicionaron la ley humana y torturaron y flagelaron patriotas,al escriba sucio vendido al bandido legal por dinerovil, a los degenerados violadores de mujeres heridas o embarazadas y bri-

bones y expoliadores y torturadores de niños y ancianosy aunque se derrumben huyendo planeta-abajo, cayendo y levantándose en

la persecución horrenda,la espada conminatoria del tribunal de los pueblos caerá sobre el gaznate

del cobarde, como la URSS popular encima del imperialista.

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A C E R OD EI N V I Efft N O

I N D I C E

Pág.

— Oleaje de Eternidades 7

— Rotología del Poroto 11

— La Epica Social de los Analfabetos 21

— Canto del Macho Anciano 27

— Poesía del Mundo Socialista 49

— El Gran Asesinato 57

— Elegía a Elias Hijd del Pueblo 71

— Colofón a las Equivalencias 75

— Oda a Cuba . . . 81

— Vieja Epopeya Negra 87





e p i t a f i o

A U N A T R A G E D I A

J U A N D E L U I G I«

Un genio inmóvil, serio como acero sin porvenir, inmenso y acerbo,

asocial, trágico y demoníaco

de soledad, oscuro, problemático, profundo.

La frustración social del anarquista que se patea y se devora a sí mismo

como un alacrán de fuego,

fu lmi nó al marx ista - leninista intelectua l y atrab il iario q ue habitaba la oceanía

de tor me nto s de su corazón furi oso y mat em áti co como "El In fie rn o" del Dante y era

un vikingo de Florencia como el Roberto Guiscardo,

repleto de cerebro y gran duelista,

alto, vasto, ancho, cósmico y cruel como la naturaleza y enemigo de la naturaleza.

i-o amaron, arrasándolo, las más hermosas mujeres

y él seguramente bebió con horror pánico y dionysíaco de varón tronchado por

la cultura,

la copa inmensa de la vida.

La caída defini tiva del dr ama hu ma no

lo ar ro jó a la contr adic ción qu e no su pe ró y alu mbr ó la per sona lida d mons tru osa

de hombre grande, de grande hombre equivócalo e iconoclasta.

Amigo o enemigo leal, la amistad no inhibió la discusión apasionada y terrible,

gigantesco humanista destronado a puntapiés por el coraje que le ardía y le acc

metía polémico,

o ejemplo de sombra en llamas.

No va a descansar jamás adentro de la tierra Juan de Luigi,

peleando y batal landose destruirá, se construirá, se superará en la nada contra la nada,

heroico en dolores y en err ore s,

solo y roto en los acantilados con gallos suntuarios,

deshecho

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Acero de Invierno