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Achirana significa "Lo que corre limpiamente hacia lo que es hermoso" y resume la leyenda de una de ellas en Ica, región ubicada al sur del Perú, que con maestría don Ricardo Palma cuenta en una de sus tradiciones más populares. Inca Pachacutec (Foto: Internet) La Achirana del inca, narra el sentimiento que inspiró una doncella en el implacable Pachacútec, cuando éste dominara el valle de Ica sin mayor esfuerzo, dado que sus habitantes eran muy pacíficos. Recorriendo el territorio sometido, el Inca llegó hasta un desértico pago llamado Tate, cuya dueña era una anciana que vivía acompañada de su bellísima hija, de quien Pachacútec quedó prendado y dispuesto a conquistar. Si bien el territorio había sido fácil de dominar, no fue así el corazón de la joven. Ella no se dejó deslumbrar por el rango de su pretendiente, pues amaba a un joven de su comarca. Conmovido por el desinterés y honestidad de la doncella, el inca quiso plasmar su admiración y cariño concediéndole lo que ella pidiese. La joven arrodillada le suplicó agua para sus tierras que morían de sed: "Siembra beneficios y tendrás cosechas de bendiciones"- le dijo besando su manto. Pachacútec prosiguió su camino triunfal en su anda de oro, pero sus cuarenta mil hombres se quedaron diez días para ejecutar su promesa: Abrir el cauce que llevaría agua a los pagos de esa región

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Achirana significa "Lo que corre limpiamente hacia lo que es hermoso" y resume la leyenda de una de ellas en Ica, regin ubicada al sur del Per, que con maestra don Ricardo Palma cuenta en una de sus tradiciones ms populares.

Inca Pachacutec (Foto: Internet)

La Achirana del inca, narra el sentimiento que inspir una doncella en el implacable Pachactec, cuando ste dominara el valle de Ica sin mayor esfuerzo, dado que sus habitantes eran muy pacficos.

Recorriendo el territorio sometido, el Inca lleg hasta un desrtico pago llamado Tate, cuya duea era una anciana que viva acompaada de su bellsima hija, de quien Pachactec qued prendado y dispuesto a conquistar. Si bien el territorio haba sido fcil de dominar, no fue as el corazn de la joven. Ella no se dej deslumbrar por el rango de su pretendiente, pues amaba a un joven de su comarca.

Conmovido por el desinters y honestidad de la doncella, el inca quiso plasmar su admiracin y cario concedindole lo que ella pidiese. La joven arrodillada le suplic agua para sus tierras que moran de sed: "Siembra beneficios y tendrs cosechas de bendiciones"- le dijo besando su manto.

Pachactec prosigui su camino triunfal en su anda de oro, pero sus cuarenta mil hombres se quedaron diez das para ejecutar su promesa: Abrir el cauce que llevara agua a los pagos de esa regin iquea. Aquella achorana quedara como un homenaje al sentimiento de un poderoso soberano doblegado por una doncella.

Los Ratones de Fray Martn

Segn cuenta la tradicin, cuandoFray Martntrabajaba como barbero y enfermero deSanto Domingo, habitaban dentro del corredor algunosRatonesque haban llegado junto con losConquistadores. Se dice que los Nativos los bautizaron a estos pequeos "invasores" como "Hucuchas".

Fray Martnse encario con estosRatoncitosy los dejaba pasear alegando que son criaturas del Seor, sin embargo, estos, empezaron a multiplicarse rpidamente ya que los gatos, eran escasos en la ciudad.

LosFrailesincmodos por los roedores, inventaron varias trampas para atraparlos, pero no les fue muy bien.Fray Martn de Porres, a pesar de que estaba encariado con losRatoncitos, tambin puso una ratonera en la enfermera, y un da, unRatoncitoprincipiante que se sinti atrado por el delicioso queso, cay en dicha trampa.Fray Martn, fue a ver la trampa, y al verlo, lo liber y coloc en su mano para luego decirle:"Vayase Hermanito, y diga a sus hermanos que no sean molestos ni dainos. Vayan a vivir en la huerta que yo les llevar alimento cada da."

ElRatoncitoembajador, cumpli con enviar el mensaje y los ratones se fueron a la huerta.

Al da siguiente,Fray Martnlos visit todas las maanas llevndoles un cesto de comida o provisiones. LosRatoncitosacudan como llamados por campanilla.Fray Marntenia en una jaulita unPerroy unGatoque vivan en armona. Tanto, que coman juntos del mismo plato.

Una tarde que coman en paz, de pronto elPerrogruo y elGatose eriz. Suceda que unRatn, estaba atrado por el olor de la comida que se estaba asomando fuera de su agujero. Fray martn vio todo lo sucedido y les dijo a ambos:

"Clmense criaturas del Seor."

Se acerc al agujero, y dijo:

"Salga querido hermanoRatoncito. Nadie le har dao."

Y elRatoncitosin mucha demora, sali y acept la invitacion. Desde ese da, comi en armona en compaa delPerro, y elGato.

PALLA HUARCUNA - Tradicin de Ricardo PalmaPALLA HUARCUNAEl inca Tpac Yupanqui, llamado por los haravicus del Cusco como el Rico de todas las virtudes, ha salido con todos sus sbitos a recorrer su grandioso y extenso imperio. Por todos los pueblos que pasa las personas le rinden reverencia, le dan gritos de bendicin y aplausos, porque l es inca bondadoso y preocupado por sus vasallos.

El ejrcito del inca vence a la indmita tribu de Los Pachis. Un cndor de alas gigantescas, todo marherido cae sobre el pico ms alto de los Andes. El sumo sacerdote viendo al cndor dice que se acerca la ruina del imperio de Manco y que gente de otras partes vendrn e impondrn sus costumbres y religin.

El inca Yupanqui toma, de la tribu vencida, una cautiva y tambin, sin saberlo, entre los prisioneros a su amado. La hermosa joven lleva collar de guairuros, y es destinada para el serrallo del inca; pero al enterarse de los propsitos del inca, huye con su amado.

La voz de alarma se escucha en toda Izcuchaca, sitio en que se haba detenido el inca con su squito.

La pareja, en su desesperada huida, es sorprendida y el joven muere defendiendo a su enamorada.

Tpac Yupanqui sumamente irritado ordena la muerte de la esclava infiel. La joven escucha alegre la sentencia de muerte, porque espera reunirse con el dueo de su espritu; ella comprende que en la tierra no hay lugar para el amor eterno que se profesaban.

En Huancayo, lugar donde fue asesinada la muchacha, en la cadena de cerros entre Izcuchaca y Huaynapuquio ha aparecido la figura de una india con un collar de guairuros en el cuello y un turbante de plumas en la cabeza. A ese lugar lo consideran como Palla Huarcuna y los pobladores de la regin lo consideran como un genio malfico, porque cualquier persona que pasa de noche por ese lugar es devorada por el fantasma de piedra.

Tradicin de Ricardo Palma, escritor peruano (1833 - 1919).

TRADICION EL ALACRAN DE FRAY GOMEZTradiciones Peruanas - Ricardo Palma

Cuando yo era muchacho escuchaba a las viejas exclamar, cuando una alhaja era de mucho precio:Esto vale tanto como el alacrn de fray Gmez!Explicar este dicho de viejas es lo que me propongo con esta tradicin.IFray Gmez era un lego contemporneo de San Francisco Solano que desempeaba en el convento de los padres serficos en Lima,la funcin de refitolero del hospital de los devotos frailes y a quien nunca se le conoci de otra manera que fray Gmez.Fray Gmez hizo en Lima milagros en cantidades, como quien no quiere la cosa. Un da un caballo desbocado arroj a su jinete. El desgraciado qued patitieso, arrojando sangre por la nariz y la boca.Se descalabr gritaba la gente, creyndolo listo para la tumba.Fray Gmez se acerc pausadamente al infeliz, le puso el cordn de su hbito en los labios, le ech tres bendiciones y el descalabrado se levant tan fresco como si no hubiera recibido golpe alguno. Los fieles intentaron llevar en triunfo al lego pero el huy a su celda. Aunque la versin franciscana cuenta que fray Gmez escap volando de la multitud. Yo no lo afirmo ni lo niego, puede que s y puede que no.Ese mismo da estaba milagreo fray Gmez pues se encamin a la enfermera y hall muy dbil a San Francisco Solano, vctima de una jaqueca.Hara bien en tomar algn alimento le dijo fray GmezEl santo se neg, pero ante las insistencias de fray Gmez le pidi algo que saba imposible de conseguir, por no ser la estacin propicia:Pues mire, hermanito, solo comera con gusto un par de pejerreyes.Fray Gmez meti la mano en el bolsillo y sac dos pejerreyes, tan frescos como recin salidos del mar. Los guis y qued San Francisco curado como por ensalmo.Dejo en el tintero otros milagritos de nuestro lego, porque no me he propuesto relatar su vida y milagros.IIEstaba una maana fray Gmez en su celda cuyo mobiliario eran cuatro sillones de vaqueta, una mesa mugrienta y una tarima sin colchn, con una piedra en lugar de almohada, cuando llamaron a su puerta con unos ligeros golpecitos y una voz quejumbrosa.

El recin llegado era un castellano agobiado por la pobreza pero con semblante de persona honrada.Soy buhonero le dijo el castellano, tengo familia y mi negocio no prospera; parece que Dios se ha olvidado de m.No desespere hermano.El caso es que he tocado muchas puerta para pedir en prstamo un capital de quinientos duros y nada he conseguido. Y en mis cavilaciones pens pedrselo a usted, que as pobre como es, encontrar una manera de sacarme del apuro.Cmo imagina, hijo mo, que en esta triste celda pueda tener esa cantidad?Tengo fe de que no me dejar ir desconsolado respondi el castellano.La fe lo salvar, hermano. Espere un momento.Y paseando los ojos por las desnudas paredes, vio un alacrn que caminaba por el marco de la ventana. Fray Gmez arranc una pgina de un libro viejo y cogi a la sabandija, la envolvi y se la entreg al visitante.Tome, y procure devolverme esta alhajita en en seis meses.El buhonero agradeci mucho y se encamin de prisa a la tienda de un usurero. La joya era de una delicadeza incomparable, un prendedor con figura de alacrn; el cuerpo, una esmeralda engarzada sobre oro y la cabeza un grueso brillante con dos rubes por ojos.

La empe por quinientos duros, aunque el usurero intent convencerlo de que le venda la joya.Con ese capital le fue tan bien en su negocio que al cabo de seis meses pudo desempear la alhaja y devolvrsela a fray Gmez. Este tom el alacrn, lo puso en la ventana y dndole la bendicin le dijo:Animalito de Dios, sigue tu camino.Y el alacrn ech a andar libremente por las paredes de la celda. Por Alvaro felipe.