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Sábado 7 de junio de 2008 l N o 3779 del año XVII segundo centenario l www.diariocolatino.com DIARIO CO LATINO, MÁS DE UN SIGLO DE CREDIBILIDAD Nº 953 CENTENARIO CENTENARIO CENTENARIO CENTENARIO CENTENARIO DE VICENTE ACOSTA DE VICENTE ACOSTA DE VICENTE ACOSTA DE VICENTE ACOSTA DE VICENTE ACOSTA En el centenario de la muerte del poeta apopense Vicente Acosta, publicamos una carta que le remitiera Rubén Darío y un artículo del también poeta apopense Salvador Juárez. C A R T E L E R A Café Cultural La Lumbre JUEVES 12 DE JUNIO Cuentacuentos con Pablo Agudelo VIERNES 13 DE JUNIO Noche de Guitarra libre SÁBADO 14 DE JUNIO Concierto invernal con Los de a Pie www.lalumbrecafecultural.blogspot.com

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suplemento cultural tres mil · diario colatino · junio 7 de 2008

Sábado 7 de junio de 2008 l No 3779 del año XVII segundo centenario l www.diariocolatino.com

DIARIO CO LATINO, MÁS DE UN SIGLO DE CREDIBILIDAD

Nº 953

CENTENARIOCENTENARIOCENTENARIOCENTENARIOCENTENARIODE VICENTE ACOSTADE VICENTE ACOSTADE VICENTE ACOSTADE VICENTE ACOSTADE VICENTE ACOSTAEn el centenario de la muerte del poeta apopense Vicente Acosta,publicamos una carta que le remitiera Rubén Darío y un artículo

del también poeta apopense Salvador Juárez.

C A R T E L E R A

Café Cultural La LumbreJUEVES 12 DE JUNIOCuentacuentos

con Pablo Agudelo

VIERNES 13 DE JUNIONoche de Guitarra libre

SÁBADO 14 DE JUNIOConcierto invernal

con Los de a Pie

www.lalumbrecafecultural.blogspot.com

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suplemento cultural tres mil · diario colatino · junio 7 de 2008

Este año cumple un centenario de muer-to nuestro poeta, periodista cultural y hu-manista Vicente Acosta, que nació en Apo-pa el 24 de julio de 1867 y falleció el 24 dejulio de 1908 en Tegucigalpa, Honduras. Ypor haber estado hablando de ello con doshermanos oriundos de Apopa, al atardeceren una pupusería de la localidad; y porqueluego me vine tipo ocho de la noche en unmicrobús, dándole rienda suelta a la imagi-nación con tal motivo durante el camino; yporque, después de rendirle gracias a la vidapor regresar sano y salvo a casa (sano por-que no chocó el vehículo en esa carreterade los mil accidentes, y a salvo de que nome pusieran esta vez los primos de la calle),dije a buscar entre mis libros uno relacio-nado con Vicente Acosta; y por habermeido quedando dormido más noche mien-tras “ojeaba” el valioso documento que alrespecto encontré: la tesis sobresaliente deRoberto Huezo “Vicente Acosta 1867-1908,Romanticismo y Modernismo en El Salva-dor”. Y porque, en el preámbulo del sueño,en la vigilia, fueron apareciendo los home-najes sencillos pero pletóricos con que lasdiversas generaciones de apopenses hantributado a su poeta. Así recurrían de lamemoria aquellos 24 de julio que eran unacelebración generalizada, una apoteosis anivel municipal. Por ejemplo, en esas con-memoraciones todo el antiguo Grupo Es-colar “Vicente Acosta” se vestía de fiesta,con actos culturales y desfiles cívicos, conla alegría amenizada por bandas y marimbasy encuentros deportivos con equipos deotras comarcas. Para estas actividades, pues,se unían centros educativos, personalida-des y autoridades municipales.

A pues, de ahí, de ese inconsciente colec-tivo emergía en el recuerdo el acto del 24de julio de 1958, en el que veía a mi herma-no Hildebrando llegar al Grupo Escolardonde también había estudiado su prima-ria, a leer su ponencia “Evocación a VicenteAcosta”, contando él apenas con 19 añosde edad, pero que ya iba definiendo su vo-cación literaria y cultural, entregando en-tonces a los asistentes y al Grupo Escolaraquella pequeña edición de dicha ponencia,la cual había logrado publicar por mediossolidarios. En este gesto Hildebrando meenseñó el amor a la gente que vale por supensamiento y obra. Desde entonces tam-bién me di cuenta de la valentía que signifi-ca entregarse a este quehacer en nuestroámbito provinciano, ya a nivel aldeano onacional. Pues Hildebrando, cuando trata-ba de hacer reconocer el lugar que VicenteAcosta ocupa por su intrínseco valor lite-rario y humanístico, me contaba él que, al-gunos le respondían con sorna diciéndoleque Acosta sólo en su pensamiento existía.

Con estas remembranzas en la vigilia mefui quedando dormido, alcanzando a ponera un lado de la cama mis lentes y la tesis deRoberto Huezo, y por todo lo cual supon-go se dio el sueño siguiente: “Así como enaquellos actos cívico-culturales nos unía-mos en el festejo por igual, en cuyos desfi-les por ejemplo no había distinción algunaentre los calzados con zapatos burros, za-patillas y napoleones y los descalzos; así estavez, como en La Fiesta de Serrat, en el sue-ño nos juntábamos sin distingos de ningu-na especie, sin reparar en si éramos oriun-dos, domiciliados o naturalizados, lo impor-tante era el fin que nos trazábamos: que enel marco de estos 100 años conociéramosa través de diferentes medios la obra, elpensamiento y la incidencia de Acosta enlos campos literario y cultural salvadoreñoy centroamericano. Y todo había comenza-do con que, al inicio del sueño, un comitécompuesto por ciudadanos de la localidad,autoridades y representaciones educativas,culturales y sociales, había acordado:

1º.- Declarar el próximo 24 de julio a VI-CENTE ACOSTA, HIJO EXCELENTÍSIMODE EL SALVADOR, POR SER DIGNO PRE-CURSOR DEL MODERNISMO EN NUES-TRO PAÍS Y CENTRO AMÉRICA; y contri-buir a hacer trascender a la comunidad y lanación la personalidad humanística y la obradel poeta y periodista cultural.

2º.- Publicar en ediciones reivindicativaslos libros de Vicente Acosta: La Lira Joven yPoesías Selectas. E incluir en este mismoimpulso la Antología Poética de VicenteAcosta, preparada por el poeta JoaquínMeza. Canalizar la mejor forma de distri-bución y aplicación de dichos libros en loscentros educativos y culturales del munici-pio.

2º.- Editar los trabajos dedicados a VicenteAcosta, tales como los opúsculos de Gus-tavo Alvarado y el que en su juventud pu-blicó Hildebrando Juárez; la tesis de Rober-to Huezo “Vicente Acosta 1867-1908, Ro-manticismo y Modernismo en El Salvador”(tesis para la Licenciatura en Letras de laUCA, presentada en julio de 1982); el tra-bajo de investigación que realizó el CUICde la Universidad de El Salvador, en el cualparticiparon Luis Melgar Brizuela, MiguelÁngel Azucena y Joaquín Meza.

3º.- Exhibición de algunos ejemplares deLa Quincena, revista de Ciencias, Letras yArtes, fundada y dirigida por Vicente Acosta,y cuyos Redactores fueron los intelectua-les Calixto Velado, Román Mayorga Rivas,Francisco Gavidia, Santiago I. Barberena yFrancisco A. Gamboa. La Quincena fue, se-

gún lo testimonian estudiosos de este fe-nómeno, “la mejor revista cultural de nues-tro país”, que logró publicar CIEN NÚME-ROS entre 1903 y 1907. La Quincena des-taca entre los referentes de periodismocultural en la región centroamericana, aligual que el Repertorio Salvadoreño. VicenteAcosta aparece, con Francisco Gavidia,como Director de Repertorio Salvadore-ño, órgano de la Academia de Ciencias yBellas Artes de San Salvador.

4º.- Publicar una Selección de los másvaliosas contenidos de La Quincena.

5º. Llevar a cabo charlas y conversatoriosen centros educativos y culturales de Apo-pa, con estos contenidos. Destacando, enlo literario, los aportes modernistas en lapoesía y concepción de mundo de VicenteAcosta. Su coherencia con Rubén Darío,Francisco Gavidia y Arturo Ambrogi. Y suquehacer periodístico puesto en prácticaen “El Cronista”, donde publicó los artícu-los que, supuestamente, le valieron el exi-lio a Honduras. En este país colaboró con“La Prensa”, durante 1907 y 1908, y conotros periódicos. En Guatemala colaborócon “El correo de la tarde” y el “Diario deCentro América”, entre otros. Acerca deestos aspectos tratan la tesis de Huezo y lainvestigación del CUIC de la UES.”

A la mañana siguiente desperté todo en-tusiasmado por ese sueño que, por cierto,me costó darle esta forma y ordenarlo ennumerales y describirlo en apenas un parde párrafos, pues todo sucedió en el len-guaje y en el paisaje oníricos, con persona-

jes del pueblo que incluso algunos de ellosya fallecieron, y en escenas del Apopa anti-guo. Lo triste fue despertar y ver aquel sue-ño tan bello pero difícil de llevar a cabopor la falta de recursos de diversa índole.Quise entonces redactar una propuesta oalgún memorándum como otras veces hehecho con proyectos culturales que final-mente se han dado por perdidos, o cuyasiniciativas han terminado en reunionitis, oen frustraciones al ver que se concibe laparte de identidad y fomento cultural, enun activismo que no pasa de quiebras depiñatas e improvisadas celebraciones deefemérides y de un par de juegos floralesque después se pregunta sobre ellos paraqué sirven y se reniega por los premios yhonorarios diciendo que pará qué ese di-nero y tiempo mal gastados, etc. Por esodije a esbozar mejor el contenido del sue-ño, haciendo hincapié en que deberíamosdifundir esa obra olvidada, en donde en-contramos los sentimientos patrióticos deVicente Acosta, su talante anticolonialista yanti expansionista, expresado contra “losbárbaros del dollar”. Acosta profetiza ladepredación ecológica; por ejemplo, en supoema LOS MANGLARES, luego que can-ta los tupidos bosques, el fecundo arado,los brazos guerreros de los indianos tiem-pos, anuncia la barbarie que ahora se ob-serva en nuestro país: “¡Oh, bosques en-cantados! …/ ya se escucha el peso de lapotente raza: los bárbaros del dollar, loshunos del Progreso,/ ¡oh, bosques! Adestruiros vendrán como avalancha.” Y conesta visión e hidalguía, nuestro poetamodernista se pronuncia a favor de Nues-tra América, desde las entrañas de su tie-rra y su raza, y canta contra LAS ÁGUILASDEL NORTE: “Aprestan yá las águilas biza-rras,/ Del clarín á las roncas vibraciones,/Para la enorme caza de naciones/ El corvopico y las potentes garras.../

Que quede entonces, en aporte a dichosueño, lo poco que hemos hecho, pero converdadero amor a través del tiempo, y so-bre todo eslabonando ese hilo histórico-cultural. Así, creamos y mantuvimos conotros hermanos de la poesía y de artes grá-ficas el colectivo, la revista y los suplemen-tos SEGUNDA QUINCENA. Y así otrasactividades culturales en lo local, quecoadyuvaron a mantener latente la memo-ria del poeta y humanista Vicente Acosta.Es un sueño, un ideal apopense, que a par-tir de este Centenario sea la propia obrade Acosta la que se divulgue amplia e in-tensamente con fines educativo-culturales.Para lo cual sería extraordinario que lasinstituciones locales y nacionales corres-pondientes se ocuparon de ello. Que asísea.

Sueño de un apopensecon motivo del centenario de Vicente Acosta

SALVADOR JUÁREZ

Salvador Juárez, gloria literaria de Apopa.

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Carta Literaria de Rubén Darío al Poeta Vicente Acosta

SEÑOR DON VICENTE ACOSTAP.Mi querido poeta: Sé que tu libro de versos aguarda estas letras mías para pasar a la casa de los libreros,

y de allí a las manos de nuestro escaso público lector. Si comprendiera que tu obra iba a quedarse en Centro-América donde la aparición

de un libro, y sobre todo si es de poesías, es mirada con indiferencia, a causa de la generalincultura literaria, no me concretaría sino a llenar una cuantas páginas de elogios altos yentusiastas como tú mereces y a desearte buena venta, es decir, casi un imposible. Perocomo tengo la seguridad que La Lira Joven resonará más tarde en toda la América quehabla español, voy a referirme ante todo, a un asunto que hace tiempo me interesa, y esuna preocupación que existe en los países hispano-americanos, respecto a los hombresde letras en general, y a los que escriben versos en particular.

Se tienen ideas falsas sobre los poetas. Los engrandecen o los empequeñecen. Losjuzgan o videntes, o enfermos, o divertidos, o inútiles. Y ante todo, es preciso que estemosalerta siempre contra el odio burgués. No creo que pueda hacerse la reconciliaciónapetecida por Jules Valles. Todo hombre de arte es aborrecido, o despreciado, o visto conindiferencia, por los que dedican a los negocios. Se nos considera a los hombres de plumacomo consumidores que nada producimos. En lo tocante al trabajo, somos seres que nohacemos nada. ¡Ay, y no se calculan nuestras tisis, nuestras consunciones, nuestrosreblandecimientos cerebrales. No oyen cómo martillea sobre nuestro cráneo el implaca-ble forjador.

En todas partes existe el mismo fenómeno, pero en los grandes centros se aminorapor las condiciones sociales. Donde el libro se paga, se levanta la aristocracia del talento.Francia, los estados Unidos e Inglaterra son ejemplos. En la América Latina, México yBuenos Aires.

Edmundo de Amicis mira con justa lástima una casa sin libros. Y cómo no, si todos loshombres necesitan el alimento del alma tanto como el del cuerpo! La familia consulta elmanual de cocina, pero se olvida a veces de tener un tomo de cuentos o poesías. Esbueno saber hacer un beaftsteack, pero no está demás, oh señoritas, que os refresquéis elalma con poco de frescura de Campoamor, o con una corta melodía de Bécquer. Y luego,que ya no es razón, como en el buen tiempo viejo, que la nobleza y la ignorancia andensiempre aparejadas. No creo tampoco que tener dinero sea motivo para ser ignorante. Alcontrario, si el joven acaudalado sabe recitar a tiempo en el espléndido salón un hermososoneto a algunas manos blancas y adorables, o a algunos labios encendidos de sangrevirgen, se llevará doble palma en las batallas galantes, a fe mía.

Y luego, creen los tontos que los poetas “andan por allá arriba”, que no saben sinocantar, pobres cigarras improductivas, la luz delm grande y soberbio sol. Creen los boba-licones que andamos con la boca abierta buscando consonantes, con las manos en losbolsillos, como unos inútiles. Y todo lo visionario, y todo lo vago, y todo el humo delmundo se lo dan a uno. Como Platón, los políticos y los banqueros los destierran de surepública. Todo porque se posee el verso, gloriosa música del alma.

Los músicos, los pintores y los estatuarios. Artistas como los poetas, no son vistosdel mismo modo. Se hacen pagar caro, y sus producciones las buscan y las adquieren losricos. No hay sino escasísimos editores en la América hispana que paguen la producciónintelectual, acercándose un tanto a la justicia.

Así pues, mi buen Acosta, el libro debe ser mirado como artículo de necesidad y porconsiguiente, solicitado y pagado según su mérito. No regales tu libro. El público vulgarcree que las prosas y los versos se escriben juega-jugando. No sabe nada de los insom-nios, de los padecimientos físicos y espirituales de los que damos el jugo de nuestrasvenas y la vida de nuestro cerebro, para dar alimento al vientre nunca saciado de la prensaperiódica. Que lo vendan las librerías hispanoamericanas. Entiéndete con Bethancourt,de Curacao, con Miranda de Santiago, con Casavalle, del gran Buenos Aires. Si tu librogusta, -que debe gustar, porque es flor loteraria, obra de un verdadero poeta-, se agotaráesta edición, ganarás dinero y recibirás buenas propuestas. No regales tu libro.

RUBÉN DARÍO

Vicente AcostaHIJO DE Lisandro Iraheta y Cecilia Acosta, nació en el barrio El Tránsito de la

localidad de Apopa, en el departamento de San Salvador, el 24 de julio de 1867. Tuvouna hermana, llamada Silveria.Poeta, político, maestro normalista y periodista, fueprimo materno del también escritor Arturo Ambrogi Acosta..El 18 de enero de1881 ingresó como becario al colegio secundario y escuela normal que dirigía enSan Salvador el abogado e intelectual doctor Rafael Reyes, institución en la que subuen aprovechamiento académico rivalizaba con su mala conducta. Desde su inter-nado, dio a conocer sus textos en prosa y verso a través de los principales diarios yrevistas de fines del siglo XIX y principios del XX: Diario del Salvador, Repertoriodel Diario del Salvador, La juventud salvadoreña, La república de Centro América,Centro América intelectual, El fígaro, El recreo y otros.Sus trabajos fueron elogiadosen el ámbito hispanoamericano por intelectuales de la talla de Rafael Núñez, JoséJoaquín Palma, Rubén Darío, Ricardo Palma, Francisco Gavidia y muchos más.Miembrofundador de la Academia de Ciencias y Bellas Artes de San Salvador (20 de mayo de1888), participó durante algunos meses como parte de la plana de redacción delperiódico semioficial La unión -dirigido en San Salvador (1889-1890) por el poetanicaragüense Rubén Darío (1867-1916)-, donde firmaba sus colaboraciones con elpseudónimo «Flirt». Debido a esta vinculación estrecha con los intelectualesmodernistas, Acosta tuvo que huir hacia Guatemala y Costa Rica tras el golpe deEstado de los hermanos Carlos y Antonio Ezeta (1890).En estos países trabajó comoperiodista y en la ciudad de Guatemala llegó a compartir cuarto de hotel con Darío.Retornó del exilio en octubre de 1894, tras la caída del régimen golpista a manos detropas llegadas desde Guatemala y Santa Ana.Nombrado como secretario de laLegación salvadoreña en México (febrero de 1896), Acosta fue el creador de la letradel Himno de la Exposición Nacional desarrollada en 1904 en la capitalina FincaModelo (hoy Zoológico Nacional). Once años más tarde, el 15 de septiembre de1915, fue estrenado su poema Himno de la bandera, musicalizado por el directorholandés José Kessels.Considerado como uno de los cuatro centroamericanos quemerecieron ser antologados en la Historia del progreso científico, artístico y litera-rio en el siglo XIX (Barcelona, Ilustración ibérica), Acosta fue fundador y director deLa quincena, importante revista cultural cuyo número inicial fue publicado el primerdía de abril de 1903. En ella participaron Calixto Velado, Román Mayorga Rivas, Fran-cisco Gavidia, Santiago I. Barberena y Francisco A. Gamboa. En las páginas de dichapublicación -al igual que en las del Diario del Salvador (1895-1934)- se recogió lomejor de la literatura, el arte y la ciencia de El Salvador de principios del sigloXX.Publicó La lira joven (1890, poemario prologado por Rubén Darío y FranciscoGavidia), Poesías (1899, volumen componente de la Biblioteca económica, dirigida enSan Salvador por el educador colombiano Francisco A. Gamboa, nacido en Cali, en1861, y fallecido en la capital salvadoreña, en 1908) y Poesías selectas (antología,1924), aunque dejó mucha obra inédita o dispersa. Prueba de ello es que, el 5 dejunio de 1943, la anciana Juana Hernández, residente en un mesón capitalino delBarrio Lourdes, fue despojada por ladrones de un cuaderno de poemas inéditos,manuscrito y autografiado por Acosta, el cual ella guardaba desde suadolescencia.Durante algún tiempo, compartió una casa de habitación con el coro-nel, humorista y periodista Luis «Negro» Lagos y Lagos, la cual estaba situada en laciudad de San Salvador, en la nomenclatura actual correspondiente a la 13ª avenidanorte, entre las calles 3ª y 5ª orientes.Falleció en la ciudad de Tegucigalpa, capital deHonduras, el 24 de julio de 1908. Gracias a las disposiciones contenidas en losdecretos legislativos emitidos el 8 de julio de 1921 y el 16 de abril de 1923, susrestos mortales fueron exhumados y repatriados. Llegaron a la ciudad de San Salva-dor, el jueves 19 de abril de 1923. Homenajeados por muchas instituciones cultura-les y educativas en el local de la Confederación de Obreros de El Salvador, finalmen-te fueron inhumados el domingo 6 de mayo, en la sección de Ilustres del Cemente-rio General capitalino.En 1926, varios de sus poemas fueron incluidos por la edito-rial catalana FTD en la sección de poetas americanos de Lecturas graduadas, seriede cuatro volúmenes para uso de los estudiantes secundarios hispanoamericanos.El25 de noviembre de 1926, la escuela urbana mixta unificada del barrio El Calvario, ensu natal Apopa, fue inaugurada y bautizada con su nombre. Casi cuatro décadas mástarde, su apelativo sirvió para designar al segundo premio poético del primer Certa-men Cultural Universitario, promovido por la Asociación de Estudiantes de Huma-nidades de la Universidad de El Salvador (octubre de 1961).Hasta el momento, elmás completo acercamiento a la vida y obra de este escritor salvadoreño lo consti-tuye Vicente Acosta (1867-1908): romanticismo y modernismo en El Salvador, tesiscon la que el pintor Roberto Huezo obtuvo la Licenciatura en Letras de la Universi-dad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA, San Salvador, 1982).Después deese trabajo de graduación, se encuentra la aún inédita compilación de los poemasque Acosta publicó en varios periódicos centroamericanos, entre 1890 y 1908, tra-bajo de recopilación que fue realizado en la década de los 80 por el escritor salvado-reño Joaquín Meza, ahora residente en Canadá.

Tomado de [email protected]

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Para tía MargotPara Melinda

Ya no otra música haySino el rumor del vientoEntre las ramas de muy altos árboles.No otra música,Sino el crujido deHojas cayentes.Delgados oros,Rojas hojas, viento,Anuncian la llegada de las lluvias.

Tras la ventana del anticuario, hoy,Está en venta el violínDel grillo que llevan a enterrar,Bajo de la hojarasca,Las hormigas,En el silencio de la tarde sin nombre.En la hogueraTañen los leños las crepitacionesDe una azul tarde gris.Permíteme rogarte,Amigo,Pues te vas,Me dejes el secretoDe la única canción que tú cantabas.

Vienen vientos de lluvias,Y cómo eleva agradecidoEl limonero su ramita nueva.Susurra el viento hojas que caen,Húmeda luz en sombras.En la cabaña del jardín inmenso,Se abre un libro de aguas, de bajeles, de nubes.Nubarrones de espesa mansedumbreSe arman esperando órdenesDe Hacedor de Lluvias.

Cómo te desenvuelves,Pergamino del aire,Trueno,Y con un rayo sellas tu victoria.Cada raíz,De lo profundo, alabaLa noche de las lluvias.

La grieta de la aceraEs un río en la noche.Se desborda,Inunda casas,Hace flotar las camas como navesPor ignoradas rutasY derrama tesorosBajo todos los párpados.A la mañana el río de la nocheEs la grieta en la acera.

Ya la lluvia pobló de rumores la nocheY el nuevo sol espía entre las ramasEl díaQue ha de crear,Nubes grises perladas

De rosa y oroRodean su sencilla majestad.La inquieta ardillaBrinca una reverenciaY de la hierba asciendenCorolas que esperaban su llegada.

En la agrietada calleUna bolsita azul,Una almendra caída,Picoteada de pájaros,Una hoja marchita,Han creado un poemaQue nadie quiere ver,Azul y púrpuraY amarillo mostaza,Sobre la calle grisDonde pasan los carros.

Te veo desde aquí:Volcán de los marchitos oros del veranoAsciende al claro verde infantilCon un gorjeo de aguas.Chinchines caenDe las ramas del viejo conacaste.Una ardilla que vuelaDe un árbol al siguiente.Derrama una pequeña lluvia,Una post-dataDe la lluvia de anocheQue quedó entre altas hojas,Aguardando.

Que espacio entre las tierras y los cielosEl de la ardilla en la alta rama.Como una campanadaCae el oro del sol tras los ramajes.La fina telaraña ha retenidoFugitivos diamantes de agua pura.

Un pétalo que caeEs un Cristo que asciende.Entre hojas oscuras,Lanceoladas,Largas como plegarias,Las monjas blancas alzan sus cofias vegetalesInvestigando nubes,Ya no blancas,Como ellas,Congregación que todo acepta y todo alaba.

Y cuando ya la noche,Se apacigua la hoguera de los rencores,Pues dejó de importar lo que importaba.Un astro en la ensenada de las nubesEs unReflector que nos busca.Alguien de allá nos miraY nos deja caer una esperanzaDe un verdor de hoja tierna,Que sus dos alas bate y mueve sus antenas,Y algo dice,Algo dice,De un barco en la ensenada de las nubes.

Será un éxito grandeTu cantar en la noche,Solitario cantor que nadie escucha.Sólo para ti mismo y en la nocheTu secreto fulgorSe quedará en las levesTelarañas del sueño.

Villa Margarita, mayo de 2008

Violín de grilloRicardo Lindo

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En la mitología trágica griega seplantea el ser humano la posibili-dad de la construcción de la civi-lización, de la sociedad moderna.El futuro del hombre en el relatotrágico está incoado. En ella seven plasmadas la visión humanauniversal del así llamado “occiden-te”. Una visión de civilización quefue colonizando otras visiones demundo. Su ethos se fue imponien-do y dogmatizando hasta hacer-nos creer que no hay alternativamás que la configuración de la so-ciedad bajo esa concepción demundo.

Para Hinkelammert esa visión demundo y civilización es sacrificial.Se nota en que sacraliza el uso dela violencia, se puede afirmar, si-guiendo esta lógica sacrificial, queesa visión es fundante de la civili-zación actual. El sacrificio y la vio-lencia se justifican en la medidaque sirve para dominar, para eli-minar a los que no piensan comoellos, en la medida que la humani-dad desea “emanciparse” y alcan-zar mayor progreso y desarrollohumano.

En este ensayo intentaremos,siguiendo los pasos de Hinkelam-mert, hacer una lectura crítica delmito de Ifigenia en la tragedia deEurípides y de paso, entablaremosuna especie de diálogo con la na-rración o leyenda tolteca que nospresenta una de las historias deChimalma (madre de Quetzal-cóatl), aquí nos apoyamos en lasideas de Elsa Tamez. Dado que hayun componente mítico en la fun-dación de una civilización, talcomo vemos en la civilización oc-cidental, es importante buscarotras interpretaciones fundantesde civilización, de sociedades, quea su base no contengan el germendel sacrificio humano, de lasacralización de la violencia comomotor de desarrollo.

En este punto nos pueden daralgunas luces o pistas el relato deChimalma, pero aclarando quetambién la reinterpretación de losmismos mitos fundantes de laGrecia antigua puede arrojar nue-vas formas de convivencia paranuestro futuro humano, es decirque el hecho que un discurso dela tradición iluminista, totalitaristay dogmático se haya apoderadodel mito trágico de Ifigenia, y deotros muchos mitos, no agota loque de suyo puede dar un relatofundante si se adopta otra lectu-ra, en este caso hay que releer el

mito desde una perspectiva no yasacrificial violenta sino desde unaóptica de una sociedad que deseadar vida plena a sus conciudada-nos, desde la óptica del respeto ala vida de todos y no solo de lavida de unos pocos. En la parteúltima incorporamos a nuestroensayo algunas ideas de la teólo-ga feminista Elizabeth Schüsslerpara iluminar por donde creemosque puede ir un nuevo discurso osentido de los relatos y su valoractual.

La Ifigenia.En la Ifigenia de Eurípides se nos

presenta la tragedia de una hijaque debe ser sacrificada por supropio padre para que así puedanlos ejércitos griegos conquistarTroya. Una vez hecho el sacrificiola victoria está dada y garantizadapor los dioses por intermedio delsacrificio. La pregunta es si estesacrificio es necesario. La respues-ta es obvia: se necesita someter alos demás y ello se hará aunquese tenga que sacrificar a nuestroshijos. Para comprender la eficaciade este principio no es menesterir tan lejos: hoy, en nuestros días,muchas familias, especialmente enlos EE.UU, sufren el drama de vercomo sus hijos van a guerras ymuchos de ellos están muriendo.Están muriendo y seguirán mu-riendo porque sus gobiernos handecidido sacrificarlos en orden asometer a otras naciones. Estesacrificio de los hijos debe tenerun sentido, éste viene dado por laconquista, por la invasión a cultu-ras, tierras, bienes y lo más impor-tante la eliminación de los enemi-gos; que si no se eliminan, enton-ces, el sacrificio de estos hijos seconvierte en asesinato, son asesi-nados por su propio gobierno.

En todo tiempo posterior se leha tratado de buscar sentido alsacrificio de Ifigenia y muchos co-inciden en que tanto, Agamenóncomo Ifigenia no tenían alternati-va, era lo que había que hacer enorden a alcanzar un objetivo delorden superior: la suerte y el des-tino de todo un pueblo dependíade que el padre sacrificara a suhija y la aceptación de esa conde-na con valentía por parte deIfigenia la convertirían en la heroí-na que ahora todos admiran. Sumuerte era necesaria, y es por elloque Hinkelammert sostiene queese mito refleja el verdadero lu-gar del sacrificio humano en la so-

ciedad occidentalVolviendo al relato, podemos

afirmar que en la Ifigenia deEurípides, nuestra protagonistaacepta su destino al resignarse amorir por la Hélade. Acepta quesu sacrificio humano dará más viday poder a los compatriotas grie-gos. Posteriormente en Ifigenia enTauris, ya no es ella la sacrificadasino que ella es la sacerdotisa queejecuta y sacrifica a la diosaMinerva todo el que naufrague yllegue a la isla de los tauros. Escurioso porque ya en esta trage-dia se supone que Ifigenia fue res-catada por la diosa y fue llevadapara que ella misma sacrifique losextranjeros que a esa isla lleguen.Su rescate de vida lo paga con lamuerte y sacrificio de otros. Lalógica asesina sigue adelante enaras del fin político buscado.

Se podría hablar de alternativas,por ejemplo Abraham quien nomató a su hijo Isaac. Pero, ya to-dos sabemos la historia de los ju-díos y por ello a Hinkelammert lellama la atención que en el desa-rrollo del mito de Ifigenia, jamásaparece aquella fe de Abraham que

consiste en no matar a su hijo. Esdecir que en tanto y en cuanto lahistoria humana es cuestión deposibilidades, el mito de Ifigeniapudo fundamentar otra visiónhumana de sociedad. ¿Por quéAgamenón no dejó de sacrificar asu hija? Una vida es una vida ynada es más importante comopara decidir eliminarla. No escuestión de un cálculo frío queluego de una operación arroje elresultado…entonces te sacrifica-mos tu mueres y todos aquellos vivi-rán y tu serás un héroe que muerepara que otros vivan. Este discursoque se construyó alrededor de unrelato justifica la vida pero asesi-nando.

Está claro que los hijos sacrifi-cados no tienen padre ya que nin-gún padre que realmente ame asu hijo, llegaría al extremo dematarlo, si lo hace es porque ver-daderamente no es su padre o noes su hijo y si extendemos estecriterio hasta la esfera divina y rea-lizamos el discernimiento de losdioses, podríamos sostener que,el dios que pida la muerte de unser humano no es verdadero Dios,

en nuestro contexto y por la teo-logía de la liberación hemos llega-do a comprender que Dios esdador de vida y que los ídolos ofalsos dioses son los que exigenla muerte. Es esta la auténtica lec-ción de vida dada por Abraham alno matar a su hijo, y también es lalección de amor del Dios de Abra-ham quien no permite que un serhumano muera porque es Dios devida, se trata de la opción por lavida.

La lógica del padre que sacrificaa su hijo sigue vigente hoy en díaa través de la idea del progreso.Vamos a seguir la lógica de los paí-ses desarrollados, ellos se com-portan con los países tercermun-distas como sus hermanos mayo-res o más bien como sus padres,en términos de desarrollo econó-mico y bienestar ellos saben lomejor para esos países. Sostienenellos que para alcanzar altos nive-les de vida es necesario que lospaíses tercermundistas reestruc-turen sus economías y paguen sudeuda externa. Pedir que lospaíses subdesarrollados paguen ladeuda es como pedir el sacrificiodel hijo. Hay que sacrificar a nues-tros hijos hoy para que algún díatengamos más desarrollo, másprogreso económico.

La cuestión es ¿acaso no hay másalternativas para alcanzar el desa-rrollo deseado, es necesario alcan-zar algún progreso pagando tancaro ese “desarrollo humano”?porqué no optamos como paísestercermundistas otras vías de al-canzar la integralidad humana queno pase por el sacrificio de unosen beneficio de otros. Volviendo ala fe de Abraham: porque no op-tamos por no matar a nuestroshijos o lo que es lo mismo no pa-gar la deuda externa y aunque ellosignifique no ser nunca “paísesdesarrollados”. Debemos renun-ciar a ese progreso, los países ri-cos deben renunciar a matar a sushijos subdesarrollados, puede cos-tarnos lo que les costó a los ju-díos la decisión de Abraham de nosacrificar a su hijo Isaac, nunca al-canzar, nada o quizá muy poco,como sostiene Hinkelammert enel texto citado más arriba: …losjudíos al tener la fe de Abraham,apenas pueden sostener la tierraprometida y jamás son capaces deganar ninguna guerra de conquista”.Para los países subdesarrolladosnuestra guerra de conquista lahacemos contra nuestra pobreza

Hacia una narrativa que no legitima el exterminio: reinterpretando nuestros mitosdesde la perspectiva de la teología feminista liberadora

¿Por qué pagar con la vida? IMOISÉS GÓMEZ

Abraham y su hijo

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estructural pero debemos com-prender que si para erradicarlahay que pagar la deuda externa esavía nos conduce al suicidio y no alsusodicho desarrollo anhelado.

Para los países desarrollados aligual que Agamenón, la ruta delsacrificio los lleva a una conquistatemporal si logran que se les pa-gue la deuda, digo temporal ya quesu tan sonado desarrollo y pro-greso no es sostenible y tarde otemprano hallarán, tal ocurrió conAgamenón, su Clitemnestra queenfurecida aniquiló al causante dela muerte de su hija Ifigenia.

Pero este es un camino que eldiscurso pudo tomar, es posiblehacer otro discurso que no partade la premisa de la muerte delsujeto sino de la vida del sujeto.Retomado el caso de Abraham,hay alternativa para que el padreno mate a su hijo, existe la opciónpara no sacrificar al hijo pero elresultado, al parecer, a nadie legusta ya que no conduce a la do-minación, ni a la usurpación ni alsometimiento de nada. La fe deAbraham no es una opción viablepara los que pretenden alcanzarmayores grados de civilización yaque ésta únicamente se alcanzacuando el sacrificio humano delhijo está de por medio como noslo revela toda la tradición litera-ria iluminista del mito de Ifigenia.

ChimalmaEn esta parte voy a exponer y

analizar otro mito fundante de latradición narrativa de los aztecas.También trataré de establecer unparalelo entre la figura de Ifigeniay Chimalma con el objeto de ex-plorar, ensayar una tarea herme-néutica que permita otras conclu-siones a favor de la vida humanaantes que legitimar el sacrificiohumano y la sacralización de laviolencia en la construcción de lacivilización. Cito el relato:

“Entonces Chimalma salió de suescondite para buscar a Mixcóatl.Cuando lo halló, hizo lo mismo quela primera vez, se quitó sus armas yel escudo, los puso en el suelo y sequedó de pie frente a él, desnuda.Mixcóatl también hizo lo mismo quela primera vez, la atacó con sus fle-chas y falló en todas las ocasiones.Entonces, viendo que no se podíanmatar entre sí, se unieron y concibie-ron a Quetzalcóatl”.

El mito se puede enmarcar den-tro del acontecimiento del naci-miento de Quetzalcóatl y las lu-chas de conquista de los pueblostoltecas de México. En él se ex-presa de forma muy hermosacómo fue el encuentro de sus pa-dres. En los varios encuentros deMixcóatl y Chimalma la violenciaestá presente ya que el guerreroha ido a conquistar los pueblos dela llanura de lo que hoy es Morelos

en territorio mexicano. El padrede Quetzalcóatl es tolteca mien-tras que su madre es no-tolteca,la leyenda completa narra la ma-nera en que Chimalma hace suyoal gran guerrero sin usar la vio-lencia, ni arcos ni flechas única-mente con su frágil desnudo. Supresencia desnuda apacigua el áni-mo beligerante de su oponente.El guerrero Mixcóatl no resiste ladesnudez y se enamora de ella yde su unión con aquella dama naceQuetzalcóatl, el que muchos eru-ditos de la tradición literaria pre-colombina denominan como eldios de la civilización sin sacrifi-cios humanos, ya que solo acep-taba ofrendas de mariposas, pája-ros etc.

Tanto en los mitos griegos comoamericanos siempre destaca la fi-gura de la mujer como emanci-padora de la humanidad, comovolviendo las cosas a su “cursonormal”, Elsa Tamez en su análisisde Chimalma y Mixcóatl nos diceque:

“…este segundo relato de naci-miento permite hacer diferentesrelecturas positivas para las mujeresy para la fundación de sociedadespacíficas. El desnudo de Chimalmaes una invitación a que Mixcóatl, sím-bolo de guerra, se desnude yreinvente la historia, una nueva hu-manidad”.

Aquí interesa resaltar el hechode que Chimalma se enfrenta a unguerrero dispuesto a conquistartierras lejanas a toda costa, Chi-malma no se deja asesinar ni sa-

crificar y tampoco piensa comolo haría Ifigenia: bueno por mi tri-bu y mi pueblo voy a dejar queeste guerrero me mate antes quecausarle dolor a mi gente. No. Loque hace es desnudarse y el men-saje es ¡aquí estoy! Es un acto re-dentor para ese guerrero si acep-ta el reto de bajar sus armas, de-jar el espíritu guerrerista y dejar-se llevar por la pasión y el amor yla belleza desnuda de aquella mu-jer. Era una oportunidad únicapara ambos ya que los dos ganan.

Como sostiene Tamez se tratadel desafío inmenso de construiruna historia y una humanidad di-ferente, nueva. No por las armasni por el sacrificio, y menos aúnpor la violencia como pretendeMixcóatl, lo que ofrece Chimalmacon su desnudo en los diferentesencuentros que tuvo con Mix-cóatl, es la posibilidad de cambiarel rumbo de la vida que llevan,cambiar la historia presente llenade luchas intestinas y violencia enespiral, por una historia de en-cuentro de culturas en armonía yen paz, eso es lo que significa sudesnudo y el hecho que Mixcóatlhaya aceptado el reto es significa-do de que los hombres podemosrenunciar a nuestros modos deconvivir con los demás, con lasmujeres, con las culturas que nosrodean, con aquellos que son dis-tintos de nosotros.

Un canto muy popular inspira-do en una homilía del padre Ruti-lio nos esclarece de forma senci-lla, lo que significa hoy en día unahumanidad nueva y con una tona-da amena, dice el estribillo más omenos así: “…vamos todos al ban-quete, a la mesa de la creación, cadacual con su taburete a nadie le faltael con qué” El nacimiento deQuetzalcóatl producto del en-cuentro de Mixcóatl con Chimal-ma indica que es posible construirun nuevo discurso fundacional, undiscurso cálido, que no busca im-ponerse a otros discursos sinoconvivir con ellos en la medidaque los respeta como válidos y au-ténticos. Chimalma y Quetzalcóatlserían la representación simbóli-ca de la negación de la violenciacultural, del absolutismo y deldogmatismo.

Hinkelammert nos ayuda a verque los relatos (incluyendo losmíticos) se quedan cortos paramostrar a nuestra comprensión loque él llama la vivencia subjetivaentre sujetos, estoy de acuerdo conello ya que el sujeto se resiste aser simbolizado, su realidad es másque lo que objetivamente perci-bimos o digamos de él. Hinkelam-mert ha trabajado este punto yafirma en La crítica de la razón utó-pica que:

“el lenguaje más bien apelativo ohasta mítico objetiviza tales vivencias

Chimalma

y por lo tanto no puede sino vislum-brar indirectamente aquel estado decosas en el cual el sujeto es sujetopara el otro, sin transformarse nun-ca en su objeto”.

De acuerdo, es un problema delenguaje y ello es un límite infran-queable pero, hay que intentardecir algo de esa vivencia subjeti-va, a pesar del lenguaje. Hinkelam-mert refiriéndose al sujeto que escapaz de trascender sobre lo quedicen de él o lo que es para lasinstituciones, sostiene que parahablar de este sujeto, para deciralgo de él, no puede ser sino espor medio del lenguaje apelativo.

Hay relatos o narraciones en lasque nos ayudan a comprenderesta experiencia de la vivencia sub-jetiva entre sujetos, por ejemplo,Hinkelammert menciona dosejemplos del Evangelio de sanLucas (Lc. 10, 25-37 y 14, 15-24).En ambas situaciones, sostieneHinkelammert, lo radical es el re-conocimiento entre sujetos en de-terminadas situaciones. Y es estala idea que deseo recalcar, desdemi punto de vista, a Mixcóatl yChimalma les ocurre algo así, sereconocen como sujetos indepen-dientemente de cualquier otrorecubrimiento impuesto social-mente. Es lo mismo que ocurreentre el samaritano y el hombreinfeliz, y es lo mismo, que ocurreen el relato evangélico de Lucas,de la fiesta o banquete donde sedeja todo ritual o protocolo y sim-plemente se vive en alegría festi-va con los “otros” invitados quese reconocen como iguales y porende no hay excluidos. Y es desdeeste encuentro que yo pienso quepuede imaginarse otro mundo,otra realidad. Hinkelammert pro-pone que la manera en que los

humanos somos capaces de apre-hender el encuentro del recono-cimiento entre sujetos a pesar delas deficiencias del lenguaje con-siste en la “imaginación trascen-dental” ella nos permitiría imagi-nar esa vivencia de plenitud basa-da y fundamentada en ese “reco-nocimiento” entre sujetos, podría-mos concluir que gracias a esemecanismo es que podemos ima-ginar que otro mundo es posible,otra civilización con otros funda-mentos como el trabajo, la soli-daridad etc.

Dicho sea, aunque sea de pasa-da, que esta imaginación trascen-dental confabularía contra la rea-lidad existente, contra el statusquo, en la medida que ayuda aconfigurar la utopía de un mundodiferente caracterizado por la vi-vencia de plenitud originada porel reconocimiento entre auténti-cos sujetos. Esto es lo que veo enel relato del encuentro entreMixcóatl y Chimalma, nos invita apensar otro mundo. Desde elmomento en que Mixcóatl yChimalma se reconocen comosujetos, desde el momento en queMixcóatl abandona sus prejuicioso barreras y no ve más aquellamujer como objeto de su deseocarnal, o peor como una presa orecompensa al guerrero que élsimboliza, desde ese momento hayuna vivencia subjetiva entre sujetoscon lo cual, como ya hemos visto,se abre la ruta de las posibilida-des de transformar aquella situa-ción, por lo menos se puede ima-ginar otra realidad ya partiendodel reconocimiento subjetivo en-tre iguales que pare el dolor y elsufrimiento que inevitablementelos conduce a la muerte comobien expresa Hinkelammert.

Tanto en los mitos griegos como americanos siempre des-taca la figura de la mujer como emancipadora de la huma-

nidad, como volviendo las cosas a su “curso normal”

El nacimiento del hombre. Salvador Dalí.

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¿Se puede ser felicesen una sociedad enferma?

AUGUSTO CAVADIhttp://www.augustocavadi.eu

Nuestra Felicidad ¿depende?TANIA MOLINA

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En el número anterior, tuve la oportuni-dad de presentar, a grandes rasgos, la nue-va profesión del Consultor Filosófico. Ahoraquisiera examinar una de las preguntas másrecurrentes que el filósofo recibe, de losque tocan a su puerta para conversar: ¿sepuede ser felices?

Visto que la palabra felicidad es una delas más abusadas, inflacionadas y equívocas,es necesario aclarar, de vez en vez, qué cosa,ésta, significa para nosotros.

Felicidad, de hecho, puede ser entendidaal menos en sus dos acepciones principa-les: la beatitud definitiva de los que han al-canzado la meta y el bienestar provisional delos que aún se encuentran en camino. Conel rigor de la lógica, es difícil contradecir aSan Agustín, quien decía (hace mil setecien-tos años) que si la felicidad no es total ydefinitiva, no puede ser verdadera felicidad:de hecho, ¿Quién puede ser feliz si le faltaalgo o si tiene continuo temor de perderlo que tiene? Si me falta algo, pensaré con-tinuamente no a las 99 cosas que tengo sinoa la única que no tengo. Y si tengo 100 co-sas, pero no tengo la garantía absoluta deposeerlas para siempre, estaré continua-mente ansioso por la eventualidad de queme quiten una, diez o todas.

Sin embargo, ya que de esta Felicidad (ple-na e indefectible) no tenemos experienciaen esta vida (al menos personalmente yono la tengo), creo que sea más sabio reple-garse a la felicidad con “f” minúscula, la fe-licidad “in progress”, entendida –modesta-mente- como la felicidad del homo viator. Esla misma felicidad a la que alude EugenioMontale en Ossi di seppia: “Felicidad alcan-zada, se camina/por ti sobre el filo de unalama./A los ojos eres lumen que vacila/ alos pies, tenso hielo que se incrina;/y en-tonces no te toque el que más te ama” (Fe-licidad Alcanzada). Por cuanto sea rara, estafelicidad frágil es experimentable en estemundo: y sólo de ésta podemos hablar concognición.

¿Cómo encaminarse hacia ella? Partiría,como trampolín de lanzamiento, con unainvitación de Pindaro, retomada porNietzche: “Llega a ser lo que eres”. Comoyo lo entiendo, esta invitación equivale a:“llega a ser en el acto, lo más plenamenteposible, lo que eres en potencia. Evita serun boceto incompleto. No quieras llegar a

ser más de lo que puedes; pero tampocomenos”. Más concretamente: “Cultiva aque-llos recursos virtuales que, oportunamen-te desarrollados, te consentirán aquellaconstelación de experiencias intrínseca-mente significativas, que juntas, como pie-zas de un único mosaico, pueden hacer tufelicidad”

¿Cuáles son estos recursos secretos que,una vez dando fruto, pueden provocar ennuestro ánimo aquel estado sorprendente,y de cierta forma desconcertante, que lla-mamos felicidad? Cada uno conoce las pro-pias.

Como orientación común, en general, po-demos coincidir en el hecho de que se esfelices en la medida en que: no se reprimenlas propias potencialidades de conocimiento(“todos los hombres-según Aristóteles-pornaturaleza deseamos siempre más de lo po-sible”), no se frustra nuestra necesidad deser amados y de amar (según BertrandRussell, “ser objeto de amor es una causapotente de felicidad, pero el hombre quepide amor no es al que se le concede”), nose mortifica el derecho de escoger “comooficio, la propia pasión” (M.Merleau-Ponty),si es verdad - como escribió una vez PrimoLevi – que “el amor por el propio trabajo(que por desgracia es privilegio de pocos)constituye la mejor aproximación a la feli-cidad sobre la tierra”. Pero también felici-dad es dar curso a las exigencias propiasde libertad y de justicia: ¿cómo se puedeser felices si no tenemos derecho de bus-car nuevas vías, aún a costa de equivocar-nos y pagar nuestros errores? Y ¿cómo vi-vir felices en una estructura social dondeel que tiene, tiene siempre más y el que notiene – o tiene menos- se empobrece díatras día?

Pero la paradoja que vivimos es precisa-mente esta: por un lado quisiéramos expe-rimentar una cierta felicidad en la tierra,por el otro no queremos enfrentar los ries-gos de quien busca verdad, amor, trabajo,libertad y justicia. Preferimos quedarnossentados a maldecir el destino o el gobier-no, Dios o nuestros padres. En fin: preferi-mos construirnos una infelicidad a nuestramedida.

Traducción: Tania Molina

Querido Augusto, en el artículo anteriorde la Filosofía Callejera, planteabas la Feli-cidad como un problema humano, que mu-chos han tratado de definir, o al menos deplantear hipótesis sobre cómo alcanzarla.De tal artículo me parece percibir que, através de los siglos, la felicidad no ha sidoconsiderada como una condición natural,inherente al ser humano, sino más biencomo una carencia existencial que requie-re del esfuerzo de toda una vida para satis-facer.

Lo veo desde dos ángulos. El primero esla condición natural de felicidad que vivi-mos, no obstante no nos demos cuenta. Yopodría definir la Felicidad como la tenden-cia universal a armonizarse con la Vida. Esdecir, todo ser humano, desde su gestación,posee capacidades en desarrollo que lepermiten avanzar por los diferentes esta-dos de la existencia, cuyo objetivo primor-dial es la continuidad de la misma. Es decir,estar vivos y ser felices, podrían ser la mis-ma cosa.

Ahora bien, la cuestión se complica cuan-do aterrizamos, desde nuestro viaje uteri-no, en una “sociedad enferma”. Aquí es ne-cesaria una pregunta: ¿el dolor determinala felicidad? Yo he conocido personas confuertes dolores físicos o emocionales, ca-paces de reír y conservar su amor por lavida. El mismo parto, por ejemplo, que ex-perimenté hace 9 años, fue una experien-cia de feliz dolor.

Y si el dolor no determina la felicidad,¿cómo fue que nos alejamos tanto, comohumanidad, de este simple vivir felices? Aquíviene el segundo ángulo: en tu artículo po-nías la pregunta ¿Cómo se puede ser feli-ces si no se tiene algo o se teme perder loque se tiene? Desde hace varios años ven-go reflexionando sobre la evolución de lasociedad a partir de una concepción, rei-nante hoy a todas luces, del bienestar hu-mano vinculado a la posesión: desde tener

buena salud hasta el último modelo de au-tomóvil, parece ser el interés de las mayo-rías –de los que tienen y de los que tienenmenos. A mí, esta concepción del bienes-tar (o felicidad), me parece una maniobramaquiavélica, más relacionada con la cons-trucción del poder que con la construc-ción de la felicidad.

Aquí entra en juego el sufrimiento, dife-rente del dolor, es decir, una vez que la ideade felicidad se determina por lo que tene-mos, si no tenemos lo que queremos o ne-cesitamos, nuestro ego sufre al constatarque sus capacidades no son suficientes paragenerar lo que él demanda.

Esto, sin lugar a dudas, no niega el hechode que el ser humano pueda aspirar a lajusticia, al amor, a la libertad. Sin embargome parece que no es lo mismo luchar porel derecho al Pan, a la Salud y al Conoci-miento, que ser Infelices. Por ejemplo, elNorte de El Salvador es considerado unade las regiones “más pobres del país”, y yono podría, a la luz de mi experiencia en lazona, decir que, por esto, sea también unade las regiones más Infelices. Tenida cuenta,además, de que, esta misma región es unade las más comprometidas con las luchasde liberación del Pueblo Salvadoreño en lasúltimas décadas.

Creo que la idea de felicidad construidaen función de satisfacer las propias necesi-dades y evolucionada en la sociedad hastaconstruir el sistema capitalista, que es in-dudablemente la exacerbación del indivi-dualismo, nos empuja hacia una interpreta-ción errónea del sentido mismo de la viday por tanto, volviendo al inicio de este es-crito, de la felicidad.

Si la felicidad es la vida, hay que hacerseuna pregunta, que llegó hasta mí gracias aun estimable amigo: ¿servimos a la vida onos servimos de ella? Tal vez por allí, poda-mos comenzar a preguntarnos sobre laFelicidad.

FILOSOFÍA CALLEJERAEspacio Común y Corriente de Reflexión Filosófica

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Curiosidades de los siglos XV –XVICuriosidades de los siglos XV –XVICuriosidades de los siglos XV –XVICuriosidades de los siglos XV –XVICuriosidades de los siglos XV –XVI 1. Al visitar el Palacio de

Versalles, en París, observamosque el suntuoso palacio no tienebaños.

2. En la Edad Media , no exis-tían, cepillos de dientes, perfumes,desodorantes, y mucho menos pa-pel higiénico. Las heces y orinashumanas eran tiradas por la ven-tana del palacio.

3. En un día de fiesta, la cocinadel palacio era capaz de prepararun banquete para 1500 personassin la más mínima higiene.

4. Vemos en las películas a lagente siendo abanicada. La expli-cación no está en el calor, sino enel mal olor que exhalaban las per-sonas por debajo de los vestidos(eran hechas a propósito para con-tener los olores de las partes ínti-mas porque no se lavaban).

5. Tampoco había costumbrede bañarse por la falta de calor enlas habitaciones y de agua corrien-te. Así el mal olor era disipado porel abanico.

6. Pero sólo los nobles teníanlacayos que hacían esta labor. Ade-más de disipar el aire también es-pantaban insectos que se acumu-laban a su alrededor.

7. Quien ha estado en Versallesse ha maravillado con sus jardi-nes, enormes y hermosos que en

la época eran más usados que con-templados ya que se usaban comoretretes en las fiestas promovidaspor la realeza, ya que no teníanbaños y se reunía una gran canti-dad de personas.

8. En la Edad Media la mayoríade las bodas se celebraba en elmes de junio, al comienzo del ve-rano.

9. La razón era sencilla: el pri-mer baño del año era tomado enmayo, así, en junio, el olor de laspersonas aun era tolerable. Asimis-mo, como algunos olores ya em-pezaban a ser molestos, las noviasllevaban ramos de flores, al ladode su cuerpo en los carruajes paradisfrazar el mal olor. Así nace mayocomo mes de las novias y la tradi-ción del ramo de novia.

10. Los baños eran tomados enuna bañera enorme llena de aguacaliente. El padre de la familia erael primero en tomarlo, luego losotros hombres de la casa por or-den de edad y después las muje-res, también en orden de edad. Alfinal los niños, y los bebes los últi-mos.

11. Cuando se llegaba a ellosya se podía perder un bebe dentrodel agua de lo sucia que podía es-tar.

12. Los tejados de las casas notenían bajo tejado y en las vigas

de madera se criaban animales,gatos perros, ratas y otros bichos.Cuando llovía las goteras forzabana los animales a bajar. De estonació la expresión llueven perrosy gatos, típica anglosajona.

13. Los más ricos tenían platosde estaño. Ciertos alimentos oxi-daban el material y hacía que mu-cha gente muriese envenenadaque, unida a la falta de higiene dela época era muy frecuente. Lostomates, que eran ácidos y provo-caban este efecto fueron conside-rados tóxicos durante mucho tiem-po. En los vasos ocurría lo mismodonde, al contacto con whisky ocerveza hacía que la gente entra-ra en un estado narcolépsico pro-ducido tanto por la bebida comopor el estaño.

14. Alguien que pasase por lacalle y viese a alguien en este es-tado podía pensar que estabamuerto y ya preparaban el entie-rro. El cuerpo era colocado sobrela mesa de la cocina durante algu-nos días y pasaba con la familiamientras ellos comían y bebían es-perando que volviese en si o no.De esta acción surgió el velatorioque hoy se hace junto al cadáver.

15. Los lugares para enterrar alos muertos eran pequeños y nohabía siempre suficiente sitio paratodos. Los ataúdes eran abiertosy retirados los huesos para meterotro cadáver. Los huesos eran re-

tirados a un osario. A veces al abrirlos ataúdes, se percibía que el en-terrado había arañado la tierra,había sido enterrado vivo.

16. En esta época surgió la ideade, al cerrar el ataúd, agarrar a lamuñeca del difunto un hilo pasar-lo por un agujero del ataúd y atar-lo a una campanilla sobre la tie-rra. Si el individuo estaba vivo sólotenía que tirar del hilo y sonaría lacampanilla y sería desenterrado yaque una persona estaba al lado delataúd durante unos días. De estaacción surge la expresión ‘Salva-dos por la campana’ que usamoshoy día.