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 RESUMEN FACTORES RELACIONADOS CON EL CONCEPTO DE  ADORACIÓN Y FILOSOFÍA DE LA MÚSICA RELIGIOSA DE LOS PASTORES  ADVENTISTAS EN MÉXICO por Juan Francisco Stout Villalón  Asesor principal: Tevni Grajales

Adoración y Música Cristiana en Pastores Adventista Tesis - Francisco Stout

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Desde que Dios creó al ser humano, la adoración y la música han sido elementos enriquecedores de su crecimiento espiritual, tanto en lo personal como corporativamente. El presente estudio procuró establecer la naturaleza y el grado de correspondencia que existe, por un lado, entre el nivel de estudios académicos, la educación formal en culto y adoración, los conocimientos musicales, los años de servicio, el interés por la música y la actitud hacia la capacitación y, por el otro lado, el concepto de adoración y el criterio filosófico de la música que tienen los pastores de distrito, los directores de departamentos y administradores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD) en México.

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  • RESUMEN

    FACTORES RELACIONADOS CON EL CONCEPTO DE ADORACIN Y FILOSOFA DE LA MSICA

    RELIGIOSA DE LOS PASTORES ADVENTISTAS EN MXICO

    por

    Juan Francisco Stout Villaln

    Asesor principal: Tevni Grajales

  • RESUMEN

    Universidad de Montemorelos

    Facultad de Educacin

    Ttulo: FACTORES RELACIONADOS CON EL CONCEPTO DE ADORACIN Y FILOSOFA DE LA MSICA RELIGIOSA DE LOS PASTORES ADVENTIS-TAS EN MXICO

    Investigador: Juan Francisco Stout Villaln Consejero: Tevni Grajales Guerra, doctor en Investigacin Fecha de terminacin: Mayo del 2006

    Problema

    Desde que Dios cre al ser humano, la adoracin y la msica han sido ele-

    mentos enriquecedores de su crecimiento espiritual, tanto en lo personal como cor-

    porativamente. El presente estudio procur establecer la naturaleza y el grado de

    correspondencia que existe, por un lado, entre el nivel de estudios acadmicos, la

    educacin formal en culto y adoracin, los conocimientos musicales, los aos de ser-

    vicio, el inters por la msica y la actitud hacia la capacitacin y, por el otro lado, el

    concepto de adoracin y el criterio filosfico de la msica que tienen los pastores de

    distrito, los directores de departamentos y administradores de la Iglesia Adventista

    del Sptimo Da (IASD) en Mxico en el 2004.

  • Mtodo

    El estudio fue de tipo exploratorio, descriptivo y documental de correlacin

    multivariada. Participaron 460 pastores de las tres uniones en las que se divide la

    IASD en Mxico, en el ao 2004. Los datos se obtuvieron mediante una encuesta y

    se utiliz para el anlisis de los mismos la tcnica estadstica de correlacin can

    nica.

    Resultados

    Los resultados indican que las covariantes consideradas como predictoras

    explican el 20% del concepto de adoracin y el 54% del criterio filosfico que expre-

    san los pastores. Las covariantes actitud hacia la capacitacin, con una = .32, e

    inters en la msica, con una = .20, determinan la variable concepto de adoracin.

    Por su parte, las covariantes actitud hacia la capacitacin, con una = .57, in-

    ters por la msica, con una = .23, y educacin formal en culto y adoracin, con

    una = -.07, determinan la variable criterio filosfico en este estudio.

    Conclusiones

    Puede afirmarse que el concepto de adoracin est relacionado significativa-

    mente con la actitud que tienen los pastores hacia la capacitacin y su inters por la

    msica. Y, asimismo, que los pastores no han sido impactados con respecto al con-

    cepto de adoracin por los cursos de educacin formal en culto y adoracin.

    La materia de Msica Sacra no est impactando en el desarrollo esttico mu-

    sical de los pastores, ni en su formacin ministerial, ya que son pocos los que tienen

    la habilidad de entonar y batutear los himnos del Himnario Adventista (1962) mar-

    cando los diferentes tipos de comps. Adems, se ven limitados para apreciar y emi-

  • tir un juicio con respecto a la msica, ya sea sacra o secular, y para hablar con pro-

    piedad acerca de ella. Sin embargo, la mayora mostr inters en recibir capacita-

    cin, por considerar a la msica un elemento que le da significado a la adoracin.

  • Universidad de Montemorelos

    Facultad de Educacin

    FACTORES RELACIONADOS CON EL CONCEPTO DE ADORACIN Y FILOSOFA DE LA MSICA

    RELIGIOSA DE LOS PASTORES ADVENTISTAS EN MXICO

    Tesis Presentada en cumplimiento parcial de los requisitos para el grado de

    Doctor en Educacin

    por

    Juan Francisco Stout Villaln

    Mayo del 2006

  • DEDICATORIA

    A Ins Mara, mi querida esposa por su constante amor, apoyo, entusiasmo e

    Inspiracin en todo momento.

    A Norge William y Ornn Franklin, mis amados hijos, columnas motivadoras

    en mi vida.

    A Siria Stout, madre virtuosa, educadora ejemplar, que sembr en m el amor

    a Dios y el amor al estudio.

    A Francisco W. Stout, padre ejemplar, pastor fiel, maestro, amigo, ha sido en

    todo momento ejemplo de abnegacin y superacin.

    A Harold William, Siria Elena y Lilibeth del Rosario, mis hermanos del alma

    aunque distantes, siempre han estado de mi lado apoyndome en todos mis proyec-

    tos de superacin.

    Con mucho afecto y amor para cada uno de ellos.

  • iii

    TABLA DE CONTENIDO LISTA DE TABLAS vi AGRADECIMIENTOS vii Captulo I. NATURALEZA Y DIMENSIN DEL ESTUDIO ... 1 Planteamiento del problema ..... 1 La adoracin en la Biblia .......... 1 La msica y el canto ................. 4 Declaracin del problema ............... 7 Hiptesis de investigacin .............. 7 Propsitos de la investigacin ........ 7 Importancia del estudio .................. 8 Justificacin del estudio ................. 9 Limitaciones ................................... 10 Delimitaciones del estudio .............. 10 Trasfondo filosfico ........................ 11 Definicin de trminos .................... 12 Resumen del captulo ..................... 14 II. REVISIN DE LA LITERATURA .... 16 El concepto de adoracin ............... 16 Anlisis semntico de la palabra adoracin .......... 17 La Biblia y la adoracin ............ 19 La adoracin en el Antiguo Testamento ....... 19 La adoracin en el Nuevo Testamento .. 29 La msica religiosa: desarrollo y usos ....... .. 35 La msica en los tiempos bblicos ....... .. 36 Origen de la msica ............. 36 La msica de Israel en el desierto ............. .. 39

    En la tierra prometida .......... 40 La msica en los das del rey David y el rey Salomn ....... 41 La msica en la iglesia cristiana primitiva .......... 46 Los instrumentos musicales en el Nuevo Testamento .... 48 El himnario y su importancia en la adoracin bblica ...... 49 La msica en la iglesia medieval .... 51

  • iv

    La Reforma protestante y la himnologa .. 53 La msica en la Iglesia Adventista del Sptimo Da ... 55 La msica en el servicio de adoracin y el evangelismo en la IASD ....... 59 La adoracin y la msica en los grupos tnicos y culturales ........ 61 El concepto cultura .................. 61

    Importancia de la capacitacin musical de los pastores adventistas ... 65 Sntesis de los asuntos ms relevantes de la revisin literaria ..... 70 III. MARCO METODOLGICO ............ 71 Tipo de investigacin ..................... 72 Descripcin de la poblacin estudiada ...... .. 73 La hiptesis del estudio ................. 75 Definicin de las variables .............. 77 El instrumento ................................ 78 Administracin del instrumento y la recoleccin de datos .. 81 IV. RESULTADOS ............................... 83 Introduccin .................................... 83 Las caractersticas de los encuestados .. 84 Prueba de hiptesis ....................... 91 Hiptesis Ho ................................... 91 Discusin de los resultados ............ 93 Las caractersticas de la muestra......... 94 El concepto de adoracin ......... 97 El criterio filosfico ................... 99 El inters por la msica ........... 106 La actitud hacia la capacitacin .. 110 Resultados relacionados con la FATAME .. 111 La relacin entre variantes ....... 112 V. RESUMEN, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES .. 118 Resumen ........................................ 118 Problema .................................. 124 Mtodo ........................................... 128 Resultados ..................................... 130 Conclusiones .................................. 135 Recomendaciones ........................... 139 Recomendaciones referidas a futuras investigaciones .. 139 Recomendaciones generales ..... 140 Apndice A. OPERACIONALIZACIN DE LAS VARIABLES Y CARACTERSTICAS

  • v

    DE LA POBLACIN ................. 144 B. INSTRUMENTO ............................. 159 C. RESULTADOS ESTADSTICOS .... 166 D. CARTAS ........... 173 E. PROGRAMAS DE ESTUDIO DE LA FATAME .. 176 LISTA DE REFERENCIAS .......... 178

  • vi

    LISTA DE TABLAS

    1. Poblacin del estudio .. 76

    2. Estadstica descriptiva de las variables del estudio 86

    3. Porcentajes agrupados del concepto adoracin . 87

    4. Porcentajes de la variable inters por la msica . 88

    5. Porcentajes de la variable criterio filosfico de la msica . 89

    6. Porcentaje de la variable actitud hacia la capacitacin .. 90

    7. Coeficientes de las covariantes 93

  • vii

    AGRADECIMIENTOS

    A Dios por sus bendiciones y misericordia al conducir los esfuerzos en el logro

    de un peldao ms en m desarrollo profesional. A l sea la gloria y honra.

    A la Universidad de Montemorelos, por la visin de sus administradores en

    apoyar con tiempo y recursos el desarrollo profesional de sus docentes.

    Al doctor Tevni Grajales, mentor, forjador de profesionales, mi presidente de

    tesis, que supo marcar el rumbo y brindarme su amistad apoyndome durante todo el

    proceso doctoral.

    Al doctor Vctor Figueroa, amigo, asesor leal, quien me gui y apoy durante

    el proceso de la investigacin.

    Al doctor Therlow A. Harper, por su apoyo y equilibrio durante el proceso de la

    tesis.

    Al doctor John Hill, por aceptar ser el examinador externo de esta tesis.

    A los doctores Cesar Puesn, Wilson Roberts, C. Dionisio Christian, Myrtle y

    Eustacio Penniecook, Lus Alberto Del Pozo, mentores ejemplares que siempre me

    desafiaron y motivaron a alcanzar la meta doctoral. Al maestro Alberto Moncada, por

    su destacada labor en la revisin gramatical y edicin de este documento. A Erika

    Tinoco Medina, valiosa secretaria, por su apoyo incondicional durante el proceso de

    la tesis. A todas las personas que de una u otra forma, me apoyaron para que esta

    investigacin llegara a su fin. A cada uno de ellos mi gratitud.

  • 1

    CAPTULO I

    NATURALEZA Y DIMENSIN DEL ESTUDIO

    Planteamiento del problema

    Para el ser humano una de las actividades ms nobles y provechosas es ado-

    rar a Dios, pues produce un enriquecimiento espiritual perdurable, que se genera por

    una relacin ntima y armoniosa con su Creador. No obstante, los vocablos adorar y

    adoracin, de uso comn entre los cristianos, no son bien comprendidos. En ocasio-

    nes se confunde el acto de adorar con ciertos espectculos religiosos donde se des-

    bordan las emociones, o con cultos repetitivos, vacos y carentes de dinamismo

    (Rumierk, 2002). Por tal motivo, en este estudio se investigaron los elementos bbli-

    cos de la verdadera adoracin a Dios.

    La adoracin en la Biblia

    La Biblia ensea que el centro de la adoracin es Dios: Al Seor tu Dios ado-

    rars, y a l slo servirs (Mateo 4:10, Santa Biblia, versin Reina Valera 1960). En

    el libro de Gnesis se presenta la razn bsica para adorar: Dios es el Creador y los

    seres humanos sus criaturas. En consecuencia, la adoracin era personal antes de

    la entrada del pecado y la relacin del Creador con sus criaturas era individualizada,

    ya que eran compaeros cercanos (Pease, 2002). Sin embargo, Gnesis 3:8-15 re-

    fiere que, una vez que el pecado lleg a formar parte de la experiencia humana, tan-

    to el hombre como la mujer tendieron a alejarse de Dios. No obstante, Dios tom la

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    iniciativa de buscar al ser humano y se acerc a l de una manera personal median-

    te la encarnacin de su Hijo, y revel al hombre su voluntad mediante las Sagradas

    Escrituras.

    Despus de la entrada del pecado, el cordero y el altar entraron en la escena

    de la adoracin. Ejemplo de ello es la adoracin de Abel y Can. White (1955b) indica

    que los dos hermanos levantaron altares semejantes y que cada uno trajo su ofrenda

    a Jehov. Abel present un sacrificio de su ganado, conforme a las instrucciones del

    Seor. Y mir Jehov con agrado a Abel y a su ofrenda (Gn. 4:4). Por

    su parte, Can present slo una ofrenda de frutos, la cual no estaba de acuerdo

    con las instrucciones dadas por Dios y, por lo tanto, no hubo seal de aceptacin

    (Gn. 4:5).

    Al salir del arca, una vez concluido el diluvio, No y su familia adoraron eri-

    giendo un altar y ofrecieron holocausto en l (Gn. 8:20). De igual forma el patriarca

    Abraham, en respuesta a sus encuentros con Dios, ador edificando un altar (Gn.

    12:7; 13:14-18).

    En los das de Moiss la adoracin de Israel, segn aparece en el Pentateuco,

    se fundaba en la santidad de Dios, la pecaminosidad del ser humano, la necesidad

    de perdn y la gracia de Dios (Pease, 2002).

    Otra experiencia de adoracin se presenta en el libro de 1 Samuel 1 y 2, a sa-

    ber, el caso de Ana, la madre de Samuel, quien derramando lgrimas y postrada de-

    lante del Todopoderoso ador e hizo su peticin de manera humilde. El corazn de

    Ana qued plenamente al descubierto delante del Seor. Rumierk (2002) seala que

    en la vida de Ana no hubo espacio vedado para Dios al adorarle.

  • 3

    En la poca de Samuel se establecieron las escuelas de los profetas, cuyo ob-

    jetivo fue el de dotar a la nacin de hombres capacitados para obrar en el temor de

    Dios. En estas escuelas, comenta White (1955b), se fomentaba el espritu de adora-

    cin entre los estudiantes, y se les enseaba a orar, a aproximarse a su Creador, a

    ejercer fe en l y a comprender y obedecer las enseanzas espirituales.

    Por su parte, el salmista David anhel estar en la presencia de Dios, lo cual se

    observa al leer algunos de sus salmos; ejemplo de ello es el cntico a la celebracin

    del sbado como monumento de la creacin, cuando expres:

    Venid, aclamemos alegremente a Jehov; cantemos con jbilo a la roca de nuestra salvacin. Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclammosle con cnticos. Porque Jehov es Dios grande, y rey grande sobre todos los dioses. Porque en su mano estn las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas. Suyo tambin el mar, pues l lo hizo; y sus manos formaron la tierra seca. Venid, adoremos y postrmonos; arrodillmonos de-lante de Jehov nuestro Hacedor. Porque l es nuestro Dios; nosotros el pue-blo de su prado, y ovejas de su mano. (Sal. 95:1-7)

    El salmista, en repetidas ocasiones, expres su adoracin a Dios diciendo:

    Bueno es alabarte, oh Jehov, y anunciar por la maana tu misericordia y tu fideli-

    dad cada noche (Sal. 92:1, 2). En otro momento, afirm: Grande es Jehov y digno

    de suprema alabanza. Dad a Jehov la honra debida a su nombre. Adorad a Jehov

    en la hermosura de su santidad (96:4, 8, 9). Tambin reconoci que Jehov es Dios

    y que somos sus criaturas porque l nos hizo; y convoc a la adoracin con acciones

    de gracia y alabanzas, porque Jehov es bueno (Sal. 100). Las experiencias de

    adoracin del rey David, a pesar de sus defectos, son un ejemplo para quienes an-

    helan ser verdaderos adoradores.

    En la etapa de los profetas, la adoracin se haba convertido en una forma va-

    ca y carente de significado. Por tal motivo Dios, a travs de ellos, amonest a los

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    sacerdotes y gobernantes de Israel a arrepentirse y rendirle verdadera adoracin (Is.

    1:10-19).

    De igual manera, el Nuevo Testamento registra que los discpulos despus de

    la ascensin de Cristo se reunieron en el aposento alto y adoraron (Hch. 1:14). Otro

    ejemplo fue el apstol Pablo, quien por medio de su fe, gratitud, compasin y celo

    por el evangelio, tribut su reconocimiento a Dios en adoracin (Ef. 1:3-12; 1 Ti.

    3:14-16). Los hombres y las mujeres de la Biblia que aprendieron a adorar a Dios

    fueron personas comunes, con problemas, inquietudes y frustraciones, pero apren-

    dieron a depender de Dios dando prioridad a la comunin con el Seor (Rumierk,

    2002).

    La msica y el canto

    Otro aspecto involucrado en este estudio es cmo la Biblia alude a la msica y

    el canto, y cul ha sido su funcin en la adoracin. El Antiguo y el Nuevo Testamento

    dan testimonio de cmo los adoradores enriquecieron su fe con msica tanto instru-

    mental como vocal en su adoracin a Dios.

    El rey David organiz y estableci un ministerio musical para el servicio de la

    alabanza en Israel. Destaca la gran cantidad de msicos que servan en este minis-

    terio (cuatro mil segn 1 Cr. 23:5). Nichol (1978-1986) comenta que los 4,000 hom-

    bres que servan en el ministerio musical estaban divididos en 24 grupos, y cada

    grupo era dirigido por 12 hombres hbiles, instruidos en el uso de instrumentos mu-

    sicales y el canto.

    El relato bblico indica que los msicos eran instruidos especialmente para

    desempear sus funciones y oficios musicales en los servicios litrgicos (1 Cr. 25:1).

  • 5

    Los principales sacerdotes de Israel, por orden del rey David, disearon un

    plan de capacitacin permanente dirigido e impartido por especialistas como Quena-

    nas, que era maestro de canto, y por los directores de grupos, segn refiere 1 Cr-

    nicas 15, 22, 27 y 28. El rey David, un hbil msico, saba la importancia que tena el

    ministerio de la msica en la adoracin y alabanza a Dios, por ello se interes en la

    obra de los que cantaban y tocaban los instrumentos. l mismo dirigi las disposicio-

    nes que se tomaron para los solemnes servicios del culto (Nichol, 1978-1986).

    El Nuevo Testamento, por su parte, contiene el principio de la himnologa cris-

    tiana donde destaca el cntico de Mara, la madre del Seor Jess, y la cancin del

    profeta Zacaras (Lc. 1:46-55, 68-79). Tambin declara que los cristianos del primer

    siglo expresaron su gozo a travs del cntico (Hch. 2:46, 47). Y el apstol Pablo en

    sus cartas a los corintios, a los efesios y a los colosenses los estimul a que fueran

    llenos del Espritu y que alabaran al Seor cantando con entendimiento y gracia en

    sus corazones himnos, salmos y canciones espirituales (1 Co. 14:15; Ef. 5:18,19 y

    Col. 3:16).

    Al igual que en el antiguo Israel y en la iglesia cristiana primitiva, hoy la msica

    desempea un papel importante en la adoracin y alabanza a Dios en la IASD. Al

    respecto White (1987) indica que sin la msica el culto cristiano carecera de una de

    sus ms poderosas herramientas. Por consiguiente, la msica se ha convertido en un

    elemento prominente en la adoracin a Dios y esencial en las actividades religiosas

    de la iglesia adventista.

    White (1978) resalta la importancia de la msica en el servicio religioso de la

    IASD al expresar: La msica forma parte del culto tributado a Dios en las cortes ce-

  • 6

    lestiales, y debe intentarse en nuestros cantos de alabanzas aproximarnos lo ms

    cerca posible a la armona de los coros celestiales (p. 370).

    A travs del tiempo muchos msicos, literatos y hombres de ciencia han inten-

    tado definir el trmino msica. Sin embargo, Reynolds (1957) indica que el pensa-

    miento y el lenguaje son limitados para poder dar una definicin adecuada de la m-

    sica, ya que hay pocas palabras de seis letras que encierren tanto significado y sean

    de tanta utilidad para el creyente en Dios.

    El mismo autor cita a grandes msicos con el fin de ayudar a entender la natu-

    raleza de la msica. Entre otros, a Giuseppe Manzini (1805-1872), quien expres

    que la msica es la voz armoniosa de la creacin, un eco del mundo invisible, una

    nota de la concordancia divina que algn da se dejar or en todo el universo (p.

    12). Asimismo, al msico y compositor Hctor Berlioz (1803-1869), el cual afirm que

    la msica es un arte celestial; nada lo suplanta excepto el verdadero amor (p. 13).

    Y, por su parte, White (1987) consider la msica como un precioso don de Dios,

    destinado a elevar los pensamientos a temas ms nobles y a inspirar y elevar el al-

    ma.

    Dentro del marco de referencia antes expuesto, en esta investigacin se pro-

    cur explorar el concepto de adoracin y el criterio filosfico musical entre los pasto-

    res de distrito, directores de departamentos y administradores de la IASD en Mxico

    durante el ao 2004, para dar respuesta a la pregunta de investigacin que gui y

    fundament este estudio.

  • 7

    Declaracin del problema

    De una manera clara, sencilla y concisa, como lo recomienda Kerlinger

    (1988), el problema de investigacin se plantea mediante la siguiente pregunta:

    Cul es la naturaleza y el grado de correspondencia que existe, por un lado, entre

    el nivel de estudios acadmicos, los conocimientos musicales, los aos de servicio,

    la educacin formal en culto y adoracin, el inters por la msica y la actitud hacia la

    capacitacin y, por el otro lado, el concepto de adoracin y el criterio filosfico de la

    msica que tenan los administradores, directores de departamentos y pastores de

    distrito de la IASD en Mxico en el 2004?

    Hiptesis de investigacin

    La hiptesis que da respuesta a la pregunta de investigacin y sustenta esta

    investigacin, se declara en los siguientes trminos: El nivel de estudios acadmicos,

    los conocimientos musicales, los aos de servicio, la educacin formal en culto y

    adoracin, as como el inters por la msica y la actitud hacia la capacitacin estn

    relacionados significativamente con el concepto de adoracin y el criterio filosfico

    musical que dijeron tener los administradores, directores de departamentos y pasto-

    res de distrito de la IASD en Mxico en el 2004.

    Propsitos de la investigacin

    Muoz (1998) indica que propsito es la explicacin de lo que se pretende

    satisfacer con la investigacin; por lo tanto, el presente estudio busc alcanzar los

    siguientes propsitos:

  • 8

    Con la compilacin de los materiales e informacin que ofrece el marco terico,

    contribuir al esclarecimiento del concepto bblico de adoracin y de la posicin ad-

    ventista con respecto a la msica en la adoracin y las diversas actividades de la

    iglesia.

    Con la informacin obtenida del instrumento:

    1. Ofrecer a la IASD en Mxico un diagnstico de lo que piensan los pastores

    y lderes, tanto directores de departamentos como administrativos, acerca de su

    concepto de adoracin, del inters que tienen por la msica y de su criterio filosfico

    de la msica, de manera que le permita establecer estrategias para la capacitacin y

    superacin de los obreros al observar la actitud que muestran hacia la capacitacin

    en las reas de culto y adoracin, as como de filosofa de la msica.

    2. Ofrecer a la Universidad de Montemorelos, institucin de educacin supe-

    rior perteneciente a la IASD, la informacin obtenida, a fin de que su facultad de Teo-

    loga realice, de ser necesario, un anlisis con el propsito de efectuar una reestruc-

    turacin completa de los contenidos de las materias de Msica sacra y Principios de

    culto.

    Importancia del estudio

    La IASD surgi con el elevado propsito de ser instrumento de Dios en

    la proclamacin de las buenas nuevas de salvacin a todo el mundo y de colaborar

    en la preparacin de un pueblo para el regreso del Seor. Por esta razn, se espera

    que la vida de aquellos que han aceptado esta responsabilidad sea tan peculiar co-

    mo el mensaje que predican. Lo que conduce a la lealtad de cada miembro a los

    ideales y objetivos que Dios ha expresado en su Palabra. Una actitud tal afectar

  • 9

    todas las actividades de la iglesia e influir, sin duda, en el tipo de msica empleada

    en la adoracin al cumplir el cometido sealado por Dios (Asociacin General de la

    Iglesia Adventista del Sptimo Da [AGIASD], 1972).

    Dios ha dado orientaciones especficas acerca del uso adecuado de la msi-

    ca para los momentos de adoracin, ya sea en forma individual o colectiva. Se sabe

    que la msica y el canto ejercen una influencia poderosa en la adoracin y que la

    misma puede servir tanto para el bien como para el mal (White, 1987).

    De igual manera, estudiosos de la msica en la iglesia adventista como Os-

    terman, Stefani, Leno, Lickey y Bacchiocchi, entre otros, hoy en da ponen nfasis en

    que la msica que se utilice en la adoracin, ya sea vocal o instrumental, ejerza una

    influencia positiva en la experiencia de cada adorador (Bacchiocchi, 2000). De esta

    inquietud se deriva la importancia del presente estudio.

    Justificacin del estudio

    Los resultados de la investigacin sern de utilidad, ya que sobre bases cient-

    ficas y datos recientes las administraciones de la Iglesia Adventista en Mxico po-

    drn establecer estrategias para el uso adecuado de la msica en la adoracin. En

    ese mbito, esta investigacin encontr su aplicacin prctica, porque busc el co-

    nocer para hacer, para actuar, para construir y para modificar (Zorrilla Arena, 1993).

    Al mismo tiempo, la Universidad de Montemorelos, y en forma especfica la

    Facultad Teolgica Adventista de Mxico (FATAME), se beneficiar con los resulta-

    dos del estudio, toda vez que podr usarlos en los anlisis y evaluaciones de cursos

    que se imparten en las reas de msica y adoracin. Adems, la institucin podr

    utilizar los resultados del estudio como justificante para satisfacer el inters de capa-

  • 10

    citacin mostrado por los pastores de distrito, directores de departamentos y los

    administradores en las reas de msica y adoracin.

    Limitaciones

    Lo complejo de abarcar todos los aspectos relacionados con la adoracin y la

    msica, requiri que el estudio se limitara simplemente a observar el concepto de

    adoracin y el criterio filosfico de la msica que tenan los pastores de la IASD en

    Mxico.

    Por otro lado, fue una limitante la escasa literatura de escritores adventistas

    con respecto al tema de estudio, lo cual ha llevado al investigador a sustentar su

    fundamentacin terica bsicamente en la literatura bblica y en los escritos de Elena

    G. de White. Tambin, se hizo uso de la literatura e informacin de autores de otras

    confesiones religiosas.

    Otra limitante fue la falta de estudios relacionados que hubieran sido publica-

    dos para hacer comparaciones con ellos.

    Otra limitacin ms fue la imposibilidad de acudir a todas las regiones de la

    IASD en Mxico, por lo que el investigador no pudo aplicar personalmente la en-

    cuesta.

    Delimitaciones del estudio

    La presente investigacin delimita su campo de estudio al mbito de la adora-

    cin y la filosofa de la msica, con nfasis en el culto de adoracin de la IASD.

    Como el estudio evalu las percepciones de los pastores de distrito, directores

    de departamentos y administradores de la IASD en Mxico, sus conclusiones no se

  • 11

    extienden a otras regiones de la Divisin Interamericana, aunque sera un indicador

    valioso, por ser Mxico uno de los pases con mayor nmero de pastores adventistas

    en esa zona. Es lgico pensar que en otras regiones del mundo adventista existan

    diferentes patrones culturales que constituyen factores importantes que deben ser

    tomados en cuenta.

    Trasfondo filosfico

    Todo proceso en la vida implica, implcita o explcitamente, una filosofa que

    conlleva un conjunto de principios conductores y reguladores de la conducta huma-

    na. Igualmente, todo investigador tiene una cosmovisin y, por ende, una posicin

    filosfica de la vida que determinan sus posturas ante algunos fenmenos. A conti-

    nuacin, el investigador expresa su forma de pensar en relacin con la naturaleza

    del hombre y por qu necesita tener un concepto de adoracin integral.

    Segn la Biblia, el origen del hombre se describe como un acto creador de

    Dios, donde la criatura es diseada a la imagen de su Creador (Gn. 1:26, 27). Por

    su parte, White (1955b) explica que el hombre al salir de las manos del Creador lle-

    vaba la imagen de Dios, tanto en lo exterior como en el carcter. Adems, seala

    que la naturaleza humana estaba en armona con la voluntad de Dios. La mente

    humana era capaz de comprender las cosas divinas, sus afectos eran puros, sus

    apetitos y pasiones estaban bajo el dominio de la razn (p. 26).

    El hombre fue dotado con la facultad de pensar y hacer y, adems, se le con-

    cedi la libertad de elegir (White, 1987). Sin embargo, al hacer un uso equivocado de

    su libre albedro, el hombre cedi a la tentacin y perdi la capacidad de responder

    adecuadamente al llamado divino, enemistndose as con su Seor (Gn. 3).

  • 12

    Aunque el pecado distorsion la imagen y semejanza que Dios haba puesto

    en el hombre, ste sigui teniendo libertad para decidir, pues continu siendo res-

    ponsable de sus hechos; por lo tanto, el camino de la reconciliacin extendido por

    Jesucristo slo requiere que el ser humano reconozca su condicin pecaminosa y la

    necesidad de un salvador, que es Cristo el Seor, la imagen de Dios por excelencia

    (Col. 1:13-15). De ah que la adoracin surge como una respuesta responsable de la

    criatura a su creador y redentor, transformndose sta en la actividad primordial y

    suprema de los seres humanos.

    Dios, como creador, es el dador de todo lo bello que el ser humano disfruta,

    incluyendo la msica; por tal motivo, al utilizar la msica como un medio de alabanza

    en la adoracin, sta debe, segn White (1995), despertar en el adorador la devo-

    cin y la gratitud hacia su Creador (p. 497).

    Definicin de trminos

    Se presentan los siguientes trminos y sus definiciones dada la importancia

    de su significado dentro de la investigacin.

    Iglesia Adventista del Sptimo Da: Denominacin cristiana que sustenta sus

    creencias en la Biblia, de la cual se desprenden 28 doctrinas fundamentales, sobre-

    saliendo entre otras, la doctrina de la Segunda Venida de Cristo y la del sptimo da

    de la semana (sbado) como da de reposo.

    Espritu de profeca. Son los escritos de Elena G. de White, considerados por

    la IASD como revelados e inspirados por Dios. Y sus conceptos son considerados

    como una luz menor que ayuda a la comprensin de la Biblia, la luz mayor.

  • 13

    Facultad Teolgica Adventista de Mxico. Es una de las cinco facultades con

    que cuenta la Universidad de Montemorelos; ofrece formacin profesional a aquellos

    que desean servir con excelencia y devocin como pastores de la IASD.

    . Unin Mexicana del Norte, Unin Interocenica y Unin Mexicana del Sur.

    Divisin geogrfica de Mxico que ha establecido la IASD para administrar sus acti-

    vidades.

    Secciones, asociaciones y misiones. Territorios geogrficos o campos locales

    en los que se subdividen las uniones, diferencindose unas de otras por el tamao

    de su membresa, su capacidad financiera y el manejo y nombramiento de su perso-

    nal, siendo las asociaciones 100% autofinanciadas, no as las misiones, que reciben

    una subvencin de la unin respectiva.

    Culto de adoracin. Reunin colectiva que se lleva a cabo en un templo u otro

    lugar asignado para ello, donde se invoca la presencia de la Trinidad, se lee y se

    estudia la Palabra de Dios, se ora, se cantan himnos de alabanzas, se entregan los

    diezmos y las ofrendas y se escucha el sermn, y el adorador responde entregando

    su corazn a Dios para servirle con gozo.

    Comisin de msica. Grupo de personas nombrados por la iglesia local para

    disear y dirigir la programacin musical en las actividades que se llevan a efecto en

    el lugar de culto, adems de ser la encargada de promover la posicin filosfica ad-

    ventista de la msica y el desarrollo musical de la comunidad de creyentes.

  • 14

    Pastor de distrito. Gua espiritual de los cultos en un grupo de iglesias a su

    cargo, recibe una credencial ministerial o licencia misionera de parte de la asociacin

    o misin que lo acredita como tal, y responde a la administracin de su campo local.

    Administrador de la unin, asociacin o misin. Lder de la iglesia nombrado

    para el cargo de presidente, secretario o tesorero por el congreso de la unin, aso-

    ciacin o misin, para la administracin de los recursos financieros y de personal.

    Puede tener credencial ministerial, licencia ministerial o credencial misionera, de

    acuerdo con su Status, otorgada por su correspondiente congreso.

    Director de departamento. Encargado de promover las actividades de uno o

    ms departamentos que le han sido asignados por el pleno de la iglesia de un territo-

    rio, ya sea unin, asociacin o misin; puede tener credencial ministerial, licencia

    ministerial o credencial misionera, de acuerdo con su Status, otorgada por su co-

    rrespondiente congreso.

    Filosofa adventista de la msica. Principios, valores, objetivos y finalidad que

    persigue la msica cristiana en el desarrollo del carcter y de un estilo de vida seme-

    jante al de Cristo, a f in de alabarle en la hermosura de su santidad y

    cumplir la misin de la iglesia, sustentados en la Biblia, el espritu de profeca y la

    investigacin cientfica.

    Resumen del captulo

    En este captulo se han dado a conocer los antecedentes y la declaracin del

    problema, la hiptesis de investigacin, su propsito, importancia y justificacin, las

  • 15

    limitaciones y delimitaciones del estudio y el trasfondo filosfico que sustenta la in-

    vestigacin.

    En el captulo II se presenta la revisin de la literatura relacionada con el tema

    de investigacin. Dicha revisin contempl lo ms relevante de la literatura, partiendo

    de los principios que presentan la Biblia y los escritos de Elena G. de White.

  • 16

    CAPTULO II

    REVISIN DE LA LITERATURA

    El concepto de adoracin

    El vocablo adoracin ha sido definido y analizado por diversos autores estu-

    diosos del tema. Entre otros, John R. W. Stott, citado por Pease (2002), defini la

    adoracin como la respuesta de culto a Dios por parte de los pecadores salvados

    por su gracia (p. 29). Adems, Sullivan (1999) percibe la adoracin como la expre-

    sin de amor, reverencia y alabanza del creyente en Dios, con la que se le reconoce

    por su supremaca y seoro. Rumierk (2002), por su parte, seala que la adoracin

    tiene que ver con la relacin entre el ser interior del individuo y el Dios santo con

    quien se comunica. Y para W. T. Conner (citado en Darino, 2001) la adoracin es el

    anhelo del corazn humano en respuesta a la revelacin que Dios hace de s en Je-

    sucristo.

    De las declaraciones anteriores se puede entender que la adoracin, para la

    humanidad cada en el pecado, es la respuesta de aqul o aquella que reconoce y

    acepta la oferta de salvacin de parte de Dios, lo cual le conduce a rendir alabanza,

    reverencia, honra y devocin como un acto inteligente de la mente y la voluntad por

    la revelacin de Cristo Jess. De igual manera, los seres que no han pecado adoran

    a Dios con gozo y le rinden alabanza, honra, gloria y reverencia (Ap. 19:1-7).

  • 17

    Anlisis semntico de la palabra adoracin

    Al reconocer la Biblia como la base primaria en la bsqueda de un concepto

    de adoracin, es necesario realizar un anlisis semntico del trmino adoracin con

    el fin de lograr entender realmente lo que ste implica para el adorador y la iglesia

    cristiana contempornea.

    El vocablo shajah comnmente se utiliza en el Antiguo Testamento para indi-

    car adoracin, que en el hebreo moderno tiene el sentido de inclinarse o agacharse.

    Este trmino aparece por primera vez en Gnesis 18:2, cuando Abraham se postr

    en tierra delante de los tres mensajeros que ms tarde le anunciaron que Sara ten-

    dra un hijo (Gn. 18:10). Sin embargo, en 1 Samuel 15:25 y Jeremas 7:2, el vocablo

    aparece como adorar (Ministros Network, 2004-2005).

    Otro de los trminos que aparece tanto en el hebreo moderno como ugartico

    es kara, cuyo significado es inclinarse, agacharse, encorvarse o postrarse. Aparece

    35 veces en el Antiguo Testamento y se encuentra por primera vez en la bendicin

    de Jacob sobre su lecho de muerte dirigida a Jud, donde el trmino se traduce co-

    mo encorvarse (Gn. 49:9). Sin embargo, kara implica ms bien la accin de doblar

    las rodillas (1 R. 8:54; Esd. 9:5; Is. 45:23), lo que demuestra que caer de rodillas era

    un gesto comn en la adoracin (Ministros Network, 2004-2005).

    Segn Hayford (1994) yadah es otro de los vocablos utilizados, apareciendo

    en el Antiguo Testamento en ms de 100 ocasiones, la mayora corresponden al

    libro de los Salmos. Indica que este verbo proviene del sustantivo yad (mano), del

  • 18

    cual surge el verbo yadah, que sugiere manos extendidas como expresin de reve-

    rencia, adoracin y accin de gracias (p. 505).

    En el griego koin del Nuevo Testamento se utiliza el vocablo proskuneo, que

    significa reverenciar u homenajear y es traducido adoracin. Es utilizado unas 59

    veces para referirse al homenaje que se le rinde a una persona al postrarse a sus

    pies. Tambin indica el hecho de prestar homenaje o tributo divino (Mt. 4:10; Jn.

    4:20-24; He. 1:6). Puesto que se compone de la preposicin pros (hacia delante) y

    del verbo kuneo (besar), su traduccin literal sera: "besar la mano o el piso delante",

    lo que denota contacto, cercana, relacin (Thayer y Smith, 1998).

    El uso ms comn de proskuneo es para expresar la reverencia que se le rin-

    de a una persona, especialmente la reverencia y honra que se le debe rendir a Dios.

    Los estudiosos del tema sealan que el trmino proskuneo es ms clarificador que el

    vocablo shajah usado en el Antiguo Testamento, y que se traduce literalmente como

    inclinarse, caer hacia adelante, postrarse, arrodillarse (Restrepo, s.f.)

    Otro trmino usado en el Nuevo Testamento para adoracin es sebomai (usa-

    do 8 veces), el cual tiene su raz en la palabra griega sebas, temor (Thayer y Smith,

    1998) y aparece en Apocalipsis 14:7.

    El estudio del origen y significado del trmino adoracin, desde el punto de

    vista etimolgico de las lenguas hebreas y griegas, permiti al investigador comenzar

    a entender que la adoracin es, en el sentido bblico ms profundo, la actitud de re-

    conocer a Dios como autoridad y relacionase con esa autoridad. Igualmente Hustad

    (1998), enfatizando la posicin bblica, alude a la adoracin como la respuesta afir-

    mativa del ser humano a la revelacin del Dios trino; en donde sus criaturas le reco-

  • 19

    nocen y responden afirmativamente convirtindose a l, comenzando as una rela-

    cin prioritaria (p. 185).

    La Biblia y la adoracin

    La Biblia es la Palabra de Dios, por lo tanto es la gua ms indicada para obte-

    ner principios aplicables al contexto y tiempo de cada adorador. Adems, ofrece

    direccin precisa y detallada de cmo se debe adorar al Dios verdadero. En esta

    seccin se presenta y se analiza la razn que debe mover al ser humano a adorar,

    tambin se valoran las amonestaciones presentadas por los profetas de Dios cuyo

    propsito era mejorar la adoracin de sus das, y adems se valora cmo se adoraba

    en das del Seor Jesucristo y de la iglesia cristiana primitiva.

    La adoracin en el Antiguo Testamento

    Desde el mismo inicio de las Sagradas Escrituras se presenta la razn bsica

    para adorar: Dios es el Creador y los seres humanos sus criaturas (Gn. 1:1, 27).

    Desde que Adn y Eva fueron creados, Dios fue su compaero cercano en el Jardn

    del Edn y mantuvo una relacin estrecha con ellos a travs de la adoracin. White

    (1984) describe la adoracin en el Edn como "una adoracin gozosa, centrada en

    cantos de amor, alabanzas y adoracin al Padre y a su hijo amado, por las muestras

    de amor que les rodeaban (pp. 22, 23).

    Despus de la entrada del pecado, la adoracin continu y nuevos smbolos

    proyectaron la redencin final del hombre de su estado cado. De esta forma, el altar

    y el cordero entraron en la escena del culto (Gn. 3:21; 8:20). En consecuencia, la

    experiencia de Can, cuya ofrenda no fue aceptada por Dios, segn registra Gnesis

  • 20

    (4:1-15), es una leccin anticipada de que la adoracin tiene requerimientos especfi-

    cos para el adorador. Este incidente demuestra que el adorador debe prestar perfec-

    ta obediencia a los requerimientos de Dios, de acuerdo con la revelacin y las ins-

    trucciones que aparecen en su Santa Palabra (Pease, 2002).

    Despus de la muerte de Abel a manos de Can, en tiempo de Ens, bisnieto

    de Adn, comenz a realizarse un culto ms formal. La expresin invocar el nombre

    de Jehov, que se menciona en Gnesis 4:26, segn Nichol (19781986) era de uso

    frecuente en el Antiguo Testamento para indicar un culto pblico.

    La etapa patriarcal reviste importancia para la adoracin bblica porque se

    presentan los fundamentos y las diferentes maneras en que los patriarcas respondie-

    ron a la manifestacin divina, tributando adoracin. White (1955b) menciona que en

    das de No los hombres eliminaron a Dios de su mente y adoraron las creaciones

    de su propia imaginacin y la obra de sus manos, adoraban a la naturaleza en lugar

    de rendir culto al Dios de la naturaleza (p. 79). La misma autora seala adems que

    con su ingenio construyeron altares a sus dolos, y como consecuencia se degrada-

    ron ms y ms, lo que trajo como resultado la destruccin del mundo por medio de

    un diluvio. Luego del diluvio, uno de los primeros actos de No y de su familia al

    abandonar el arca fue la construccin de un altar donde ofrecieron sacrificios en una

    expresin de adoracin a Dios (Gn. 8:20-22), posteriormente se indica que recibieron

    la bendicin del Creador (Gn. 9:1). De esta manera se restableci la adoracin al

    verdadero Dios sobre la tierra.

    En las descripciones que el libro de Gnesis hace sobre la revelacin de Dios

    a su siervo Abraham, se lee: y apareci Jehov a Abraham, y le dijo: A tu descen-

  • 21

    dencia dar esta tierra. Y la respuesta del siervo de Dios fue edificar all un altar a

    Jehov, quien le haba aparecido (Gn. 12:7). De igual manera, Gnesis 13:14-18

    describe la repetida promesa de Dios hecha a Abraham: Porque toda la tierra que

    ves, la dar a ti y a tu descendencia para siempre. Har tu descendencia como el

    polvo de la tierra, y termina con las palabras: Abraham, pues edific all un altar a

    Jehov. En otra ocasin, Abraham ador a Dios entregando sus diezmos al sacer-

    dote del Seor (Gn. 14:20). Cuando la fe de Abraham fue probada en el monte Moria,

    l respondi a la voz del ngel de Jehov ofreciendo el carnero en holocausto (Gn.

    22:1-13).

    Por su parte, Eliezer, el siervo de Abraham, al reconocer cmo las providen-

    cias de Dios lo haban guiado en su bsqueda de una esposa para Isaac, dijo: "me

    inclin y ador a Jehov, y bendije a Jehov Dios de mi seor Abraham, que me

    haba guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi seor para

    su hijo" (Gn. 24:48).

    Otro ejemplo de adoracin fue el encuentro de Jacob con el Seor en Betel,

    como respuesta levant un pilar, verti aceite sobre l, hizo un voto y llam al lugar

    "casa de Dios" (Gn. 28:18-22). Posteriormente, Dios le orden que volviera al mismo

    lugar e hiciera "all un altar" (Gn. 35:1). Nuevamente Dios le habl y le renov la pro-

    mesa que le fuera dada a su abuelo: La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la

    dar a ti, y a tu descendencia (Gn. 35:13). Y despus que Dios se fue del lugar don-

    de haba hablado con Jacob, ste erigi una seal de piedra y derram sobre ella

    libacin y ech sobre ella aceite en seal de adoracin (Gn. 35:14).

  • 22

    Estos incidentes en la vida patriarcal ensean cmo era la actitud de los ado-

    radores en respuesta a un encuentro personal con Dios, demostrando as que la ado-

    racin era individual; Dios se acercaba estrechamente al hombre y la actitud de ste

    era rendirle adoracin en reconocimiento de su autoridad. Los elementos fsicos que

    utilizaron en su adoracin eran sencillos, por ejemplo un altar, un cordero, una roca o

    un lugar llamado "casa de Dios" (Pease, 2002).

    Otra etapa en la que se continu adorando en respuesta a encuentros perso-

    nales con Dios fue la era mosaica, ejemplo de ello es la revelacin de Dios a Moiss

    en la zarza ardiente, ante la cual, en reconocimiento a la autoridad que se haba

    manifestado, fue inducido a quitarse las sandalias de sus pies en seal de reverencia

    y adoracin, reconociendo que se encontraba en un lugar santo (x. 3:2-6).

    En ocasin del anuncio realizado por Aarn a la nacin de Israel, con el cual

    les comunic que Dios estaba a punto de liberarlos, y al respecto la Biblia declara

    que ellos "se inclinaron y adoraron" (x. 4:31). De igual manera, la peticin realizada

    por Moiss y Aarn al presentarse ante Faran, fue que Israel deba ser liberado

    para que adorase a Dios (x. 5:1).

    Ante las expectativas de libertad, el pueblo de Israel celebr la Pascua de Je-

    hov (x. 12:11), como un prembulo de la liberacin de Egipto. Con el fin de con-

    memorar este evento el pueblo de Israel celebrara una fiesta anual a travs de las

    generaciones, ocasin en que se realizara un culto solemne a Jehov (x. 12:14).

    Dios indic que deban celebrar la Pascua porque era un estatuto para todas sus ge-

    neraciones (x. 12:24-27).

  • 23

    Otro de los momentos cuando el pueblo de Israel reconoci la grandeza de

    Dios fue durante el cruce del mar Rojo. Se indica que Moiss y el pueblo cantaron un

    himno de alabanza a Jehov, el cual est registrado ntegramente en xodo 15. Whi-

    te (1955b) expresa en los siguientes trminos, la actitud de los que reconocen la

    grandeza de Dios: los que meditan en las grandes misericordias de Dios, y no olvi-

    dan sus dones menores, se llenan de felicidad y cantan en sus corazones al Seor

    (p. 294). Al igual que la hueste de Israel, el Seor invita a sus hijos a alabarlo con

    gozo y felicidad.

    Al llegar al monte Sina, el pueblo de Israel recibi de la misma voz de Dios la

    revelacin del Declogo. Dios hizo advertencias precisas con respecto a la adora-

    cin, ejemplo de ello es el primer mandamiento: No tendrs dioses ajenos delante

    de m (x. 20:3). Este mandamiento declara que Dios es el nico que tiene derecho

    a la veneracin y adoracin. White (1955a) indica que el hecho de que Dios deman-

    de reverencia y adoracin por sobre los dioses paganos se funda en que l es el

    Creador, y que todas las dems criaturas le deben a l su existencia (p. 348).

    En el segundo mandamiento aparece la prohibicin de no adorar al verdadero

    Dios mediante imgenes (x. 20:4-6). White (1955b) comenta: El segundo manda-

    miento, al prohibir la adoracin de falsos dioses, demanda que se adore al Dios ver-

    dadero (p. 314). Y el mandamiento aade que Dios visita la maldad hasta la tercera

    y cuarta generacin, pero a los obedientes se les ofrece misericordia sin lmite.

    En forma similar, el tercer mandamiento (x. 20:7), aunque prohbe el jurar en

    vano (en falso) y el blasfemar, actos que han sido tan comunes a travs del tiempo,

    tambin prohbe el uso del nombre de Dios de una manera frvola y descuidada, sin

  • 24

    considerar su gran significado, expresado en el Salmo 111:9: Santo y terrible es su

    nombre . Al tomar en cuenta el mandamiento, el adorador fiel medita en la majestad,

    pureza y santidad del nombre de Dios; y al pronunciarlo lo hace con respeto, solem-

    nidad y reverencia (White, 1955b).

    Al analizar el cuarto mandamiento (x. 20:8-11), se entiende que Dios no pre-

    sent la observancia del sptimo da de la semana (sbado) a los israelitas como

    una nueva institucin, pues el sbado ya haba sido establecido por Dios en das de

    la creacin (Gn. 2:1-3). Un ejemplo de la importancia del sbado como da de reposo

    fue la recepcin del man en el desierto, donde Dios, al suspender la cada del man

    el sptimo da y preservar la doble porcin que recogan el sexto da (viernes), les

    recordaba a los israelitas que el sptimo da era reposo consagrado a Jehov (x.

    16:23-26).

    Dios al proclamar el cuarto mandamiento tena como propsito recordar al

    pueblo de Israel su responsabilidad de guardar el da de reposo como pacto perpetuo

    y como seal distintiva con su Dios (x. 31:16,17). White (1955a) declara: Dios re-

    quiere que hoy su santo da se observe tan sagradamente como en el tiempo de Is-

    rael (p. 302), y aade: Todos los que guardan el sptimo da demuestran al hacerlo

    que son adoradores de Jehov (p. 315).

    A pesar de que los mandamientos fueron proclamados por la boca de Jehov,

    el pueblo de Israel incurri en violaciones al Declogo y cometi errores en su adora-

    cin. xodo 32 describe lo que se puede considerar una distorsin de la verdadera

    adoracin, ante la demora de Moiss, quien haba subido al monte invitado por Dios

    para recibir instrucciones referentes a la construccin de un tabernculo de reunin,

  • 25

    lugar en donde se manifestara de manera especial la presencia divina. Adems,

    Moiss recibi en esa ocasin las dos Tablas de piedra escritas con el dedo de Dios

    (x. 31:18). Debido a la ausencia de Moiss y al dbil liderazgo espiritual de su her-

    mano Aarn, el pueblo de Israel dese tener un Dios visible e incurri en la adoracin

    del becerro de oro. White (1955b) manifiesta: Al adorar el becerro de oro, los israeli-

    tas se proponan adorar a Dios, como los egipcios adoraban a Osiris, bajo el smbolo

    de la imagen. Pero Dios no poda aceptar ese culto. Aunque lo ofrecan en su nom-

    bre, era el dios-sol, y no Jehov, quien era el verdadero objeto de su adoracin (p.

    825). Sin embargo, en la vspera de la inauguracin de ese culto, Aarn declar:

    Maana ser fiesta a Jehov (x. 32:5). El culto del becerro fue acompaado de

    todo el libertinaje comn en el culto pagano (White 1955b; vase Gn. 32:6).

    El incidente de la adoracin al becerro de oro demuestra cun evidente fue la

    atraccin que los israelitas sintieron por los cultos egipcios, con sus degradantes

    normas ticas y su liturgia fascinante, la cual desearon imitar (Pease, 2002). De esta

    manera, los israelitas sustituyeron conscientemente la forma de adorar que se les

    haba revelado por otra, espuria e idoltrica, la cual fue rechazada y condenada por

    el mismo Dios.

    La experiencia de la adoracin presentada anteriormente posterg por un

    tiempo la construccin del tabernculo de Dios. White (1955b) seala que a causa

    de su apostasa, los israelitas haban perdido el derecho a la bendicin de la presen-

    cia divina, y por el momento hicieron imposible la construccin del santuario entre

    ellos (p. 356). Aunque, poco tiempo despus, se les autoriz iniciar la construccin.

    De esta manera, las palabras que Dios pronunci a Moiss: Y harn un santuario

  • 26

    para m, y habitar en medio de ellos (x. 25:8), se transformaban en una realidad.

    Dios le transmiti a Moiss toda la informacin detallada y precisa del diseo del in-

    mueble y de todos los utensilios, y de cmo se adorara, ya que el tabernculo sera

    el centro de la adoracin pblica para el pueblo (x. 35-40).

    Por su parte, el libro de Levtico y una buena porcin del libro de Nmeros,

    contienen la mayor parte de los principios fundamentales para la celebracin del cul-

    to de adoracin israelita celebrado en el Tabernculo. El objetivo principal de estos

    libros bblicos es que, al adorar, se exalte a Jehov como Dios supremo en toda su

    santidad, majestad y cuidado por su pueblo escogido.

    Otra etapa en la cual la adoracin se convirti en una forma vaca y carente de

    significado, fue en tiempo de los profetas. Esto, debido a la inmoralidad existente.

    Por tal motivo, Dios reprendi a su pueblo por medio de ellos. Algunos ejemplos son

    la amonestacin del profeta Isaas quien profetiz en el perodo ms crucial de Jud

    e Israel. Hayford (1994) afirma que tanto el reino del sur como el del norte haban

    disfrutado de cincuenta aos de creciente prosperidad y poder. Israel, gobernado por

    Jeroboam y seis reyes menores, haban sucumbido a las prcticas del culto pagano

    (p. 826); el mismo autor aade, que Jud, bajo el gobierno de Uzas, Jotam y Eze-

    quas, haba mantenido cierta fidelidad formal a la ortodoxia, pero gradualmente

    haban cado en una seria declinacin moral y espiritual (Is. 3:8-26). Se toleraba en

    este perodo la existencia de lugares secretos de adoracin pagana; y muchos sa-

    cerdotes y profetas se entregaron a las borracheras y los placeres (Is. 5:11,12, 18-

    23; 22:12-14). Hayford (1994) apunta que Jud experiment un breve renacimiento

    espiritual bajo el rey Josas, sin embargo, el profeta Isaas comprendi muy bien que

  • 27

    el pacto registrado por Moiss en Deuteronomio 30:11-20 haba sido violado e inevi-

    tablemente Jud se enfrentara al castigo de Dios, Por tal motivo, Isaas les amones-

    t diciendo:

    Prncipes de Sodoma, od la palabra de Jehov; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. Para qu me sirve, dice Jehov, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos ca-bros. Quin demanda esto de vuestras manos, cuando vens a presentaros delante de m para hollar mis atrios? No me traigis ms vana ofrenda; el in-cienso me es abominacin; luna nueva y da de reposo, el convocar asam-bleas, no lo puedo sufrir; son iniquidades vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendis vuestras ma-nos, yo esconder de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquis la ora-cin, yo no oir. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al hurfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehov, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve sern emblanquecidos; si fueren rojos como el carmes, vendrn a ser como blanca lana. (Isaas 1:10-19)

    La amonestacin del profeta Isaas fue dirigida a los sacerdotes y gobernantes

    de Israel como si lo fueran de Sodoma y Gomorra, declarando que Dios aborrece las

    asambleas o cultos de adoracin que no tienen un significado o experiencia de rela-

    cin con l. Asimismo, el profeta enfatizaba el hecho de que la verdadera adoracin

    requiere de un genuino arrepentimiento y una relacin ntima que permita estar a

    cuentas con Dios.

    En forma similar, el profeta Ams hizo llamados al arrepentimiento por la forma

    inapropiada de adorar. En su mensaje conden la ambigedad religiosa que exista

    en el Reino del Norte. A causa de la inmoralidad y corrupcin prevalecientes en sus

    das, hizo mencin a cmo Dios aborrece y ve con abominacin las solemnidades y

    las asambleas de adoracin carentes de sinceridad y de significado. El profeta afirm

  • 28

    que Dios repudia la sustitucin de la justicia por la religiosidad vaca. Seal, ade-

    ms, que Dios no recibe ni mira con agrado las ofrendas de adoradores que desobe-

    decen sus ordenanzas; el profeta en esta declaracin alude a la importancia que tie-

    ne el obedecer las ordenanzas de Dios como requisito previo, para que la ofrenda del

    adorador sea aceptada por Dios. Tambin realiz un llamado con respecto a la msi-

    ca y el canto, y enfatiz que Dios no escucha las alabanzas cuando no hay humildad

    y sinceridad en el corazn del adorador (Am. 5:2127).

    El profeta Oseas, por su parte, reproch al pueblo y proclam anuncios de juicio

    por la entrega de Israel a los dioses y cultos paganos, liderados en la traicin por los

    prncipes y sacerdotes. Una buena parte de su mensaje condena el sensualismo del

    culto cananeo adoptado por Israel, e introducido por la ambicin de los reyes. Oseas

    vio los mismos males morales y religiosos que su contemporneo Ams y seal que

    la condicin de Israel era tan grave que no tenan conocimiento de Dios, pues haban

    roto la relacin con l y no seguan (obedecan) su voluntad (Os. 4:1-14).

    Miqueas, al igual que los profetas anteriores, repiti la misma advertencia vez

    tras vez, pero con pobres resultados. En su amonestacin slo concede valor a la

    adoracin en cuanto ella es capaz de producir la justicia en el individuo y en la socie-

    dad. En el versculo 6:8 de su libro el profeta resume el contenido de la predicacin

    de su antecesor Ams y de sus contemporneos Isaas y Oseas, al declarar lo que

    Jehov requera de su pueblo: Oh hombre, l te ha declarado lo que es bueno, y

    qu pide Jehov de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante

    tu Dios. En este pasaje se presentan en forma resumida los mensajes expresados

    por los profetas aludidos anteriormente: hacer justicia, que fue el mensaje de Ams;

  • 29

    amar misericordia, el mensaje de Oseas; y humillarse ante Dios, el mensaje de Isa-

    as.

    A la luz de los llamados de los profetas Isaas, Ams, Oseas y Miqueas, se de-

    be comprender hoy que Dios no se complace con formas vacas de adoracin; l pre-

    fiere las formas que conduzcan a olvidarse de s mismo y ver la insignificancia del ser

    humano ante la grandeza de Dios, al tiempo que practica la obediencia y la justicia,

    ama la misericordia, camina en humildad y contempla y acepta la grandeza de Dios

    sobre todas las cosas.

    La adoracin en el Nuevo Testamento

    Al iniciar el estudio de la adoracin como se presenta en el Nuevo Testamen-

    to, es valioso considerar la siguiente declaracin de Elena G. de White (1955b):

    Cristo vio que algo deba hacerse. Haban sido impuestas numerosas ceremo- nias al pueblo, sin la debida instruccin acerca de su significado. Los adora-dores ofrecan sus sacrificios sin comprender que prefiguraban al nico sacri-ficio perfecto Ningn vnculo una a los sacerdotes y gobernantes con su Dios. La obra de Cristo consista en establecer un culto completamente dife-rente. (p. 130) Pease (2002) comenta lo siguiente: el templo de Jerusaln, en los das del

    Seor Jesucristo, era el nico y gran eslabn que una el culto de Israel con el pasa-

    do. Jess se relacion con este centro de adoracin desde su niez (Lc. 2:41-47).

    Fue precisamente ste el templo que Jess limpi con vehemencia, mientras decla-

    raba enrgicamente que dicha estructura era "casa de oracin", y no un lugar de

    mercaderes; ms an, la llam "casa de mi Padre" (Mr. 11:17).

    Otro momento importante en que el Seor Jesucristo hizo alusin al tema de

    la adoracin y del verdadero culto, fue durante la conversacin que sostuvo con la

  • 30

    mujer samaritana junto al pozo de Jacob, donde revel la verdad acerca del valor de

    la adoracin.

    El lugar donde adorar haba sido tema de discusin entre judos y samaritanos

    por mucho tiempo. White (1955a) seala que, en ocasin de la reconstruccin del

    templo de Jerusaln, los samaritanos quisieron apoyar el proyecto, sin embargo este

    privilegio les fue negado, lo que provoc una amarga animosidad entre judos y sa-

    maritanos al grado de que estos ltimos decidieron construir un templo igual sobre el

    monte Gerizim. White (1955a) declara que los samaritanos adoraban de acuerdo al

    ritual mosaico, sin renunciar completamente a la idolatra (p.158). Su templo fue

    destruido por sus enemigos; sin embargo, se aferraron a sus tradiciones y a sus for-

    mas de culto, no queriendo reconocer el templo de Jerusaln como casa de Dios (p.

    159).

    Hayford (1994) seala que Jess se haba propuesto mostrarle a la mujer que

    lo importante no es dnde se rinde culto, sino la disposicin de la mente y el corazn

    del adorador. Y que la verdadera adoracin no es una mera frmula o un ceremonial,

    sino una realidad espiritual que est en armona con la naturaleza de Dios, que es

    Espritu. Teniendo Jess estos postulados en mente le dijo:

    Mujer, creme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusaln adoraris al Padre. Vosotros adoris lo que no sabis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvacin viene de los judos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarn al Padre en espritu y en verdad; porque tambin el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espritu; y los que le adoran, en espritu y en verdad es necesario que adoren. (Jn 4:21-24)

    Con estas palabras, el Seor Jess haba demostrado que l no participaba

    de los prejuicios de los judos contra los samaritanos, los cuales eran visibles aun en

  • 31

    el templo. White (1955a) agrega que una muralla separaba el atrio exterior de todas

    las dems porciones del edificio sagrado, y en esa pared tenan escritas inscripcio-

    nes en diferentes idiomas que decan que a ninguna persona que no fuese judo se

    le permita pasar ese lmite. Jess, el que diera origen al templo y su ceremonial,

    con las palabras pronunciadas a la samaritana, comenzaba a derribar el muro de

    separacin de las incomprensiones existente entre judos y gentiles (p. 164).

    Jess se haba propuesto elevar los pensamientos tanto de samaritanos como

    de judos por encima de las formas, las ceremonias y las cuestiones controversiales,

    con el fin de mostrar que la adoracin es universal, que no est atada a ningn lugar

    geogrfico o pueblo en particular. Adems, procur ensearles que el lugar de ado-

    racin no es por lejos tan importante como la actitud del adorador. Lo importante que

    Jess quiso destacar no era el lugar dnde se adora, sino a quin se adora.

    En su conversacin Jess cuestiona el formalismo de los sacrificios del tem-

    plo, que haban llegado a nublar el significado de los sacrificios. Por lo tanto, hizo

    alusin al verdadero sacrificio expiatorio, su muerte, que pondra fin a esa adoracin

    sin entendimiento. A partir del sacrificio de Jess, la adoracin es en espritu e ntima

    relacin con la Deidad. Jesucristo hace posible que a travs de su sacrificio se esta-

    blezca un culto completamente diferente, centrado en la relacin y la comprensin

    inteligente de quin es Dios, y no en el lugar, ni en la liturgia, ni los sacrificios, sino

    ms bien en el obedecer su voluntad. Como se puede observar, el valor de la verda-

    dera adoracin presentado por Jess se centra en el obedecer a la voluntad divina,

    de ah que la obediencia es un elemento importante que no puede faltar al tributar

  • 32

    adoracin a Dios. Por lo tanto la adoracin en verdad es transparente, sincera y de

    acuerdo con el mandato bblico.

    Otro de los sitios donde se adoraba en los das de Jess eran las sinagogas.

    En una de ellas Jess predic uno de sus primeros sermones; sin embargo, no esta-

    ba complacido con el culto que se realizaba en ellas. Habl de aquellos que "aman

    el orar de pie en las sinagogas" (Mt. 6:5) y critic las "vanas repeticiones" (Mt. 6:7).

    Su condenacin ms directa la dirigi a la gente que amaba los primeros asientos en

    las cenas y las sinagogas (Mt. 23:6).

    En el Sermn del Monte (Mt. 5-7), Jess revela que en el servicio de las sina-

    gogas se hacan muchas oraciones formales y repetitivas. Lo que haca que los ser-

    vicios en sbado se convirtieran en un ceremonial ftil y repetitivo. Adems, despus

    de sealar esa situacin, les dijo a sus discpulos: "Vosotros, pues, oraris as, y les

    formul el Padrenuestro (Mt. 6:9-13). Es de sealar que hoy muchos lo usan como

    una oracin formal que repiten una y otra vez de memoria, en lugar de usarla como

    ejemplo o sugerencia de la forma y el contenido de toda oracin espontnea.

    El Seor Jesucristo reconoci, como lo hicieron los profetas del Antiguo Tes-

    tamento, la importancia de la tica en la adoracin. Ense este principio de la si-

    guiente manera: "Si traes tu ofrenda al altar, y all te acuerdas de que tu hermano

    tiene algo contra ti, deja all tu ofrenda delante del altar y anda, reconcliate primero

    con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda" (Mt. 5:23, 24). Jess le devol-

    vi a la adoracin su sentido original, resaltando los valores morales, que tienen que

    ver en la relacin con el prjimo.

  • 33

    Asimismo, despus de la ascensin de Jess, el registro bblico indica que la

    primera reunin celebrada por sus seguidores se caracteriz por la "oracin y ruego"

    (Hch. 1:14), y fue constituida una junta administrativa para cubrir una vacante. En

    una reunin posterior fue derramado el Espritu Santo. El compaerismo cristiano

    continu, pues participaban "en el partimiento del pan y en las oraciones" (Hch. 2:42).

    Acerca del culto apostlico, Ilion T. Jones (citado por Pease, 2002), declara

    que el culto cristiano contaba con un nuevo ingrediente, de una calidad y fuerza dife-

    rentes, la espontaneidad. Ello le daba vida a la adoracin del Nuevo Testamento; la

    hizo dinmica, entusiasta, ntima y ferviente, y la distingui de otros tipos de adora-

    cin (p. 85).

    Es evidente que la adoracin cristiana se desarroll adoptando algunos ele-

    mentos de la adoracin del Antiguo Testamento; por ejemplo, la salmodia y la lectura

    bblica (Ef. 5:19; Col. 3:16 y Hch. 13). Adems, se instituyeron nuevos ritos, como el

    bautismo y la cena del Seor (Hch. 2:36-42 y 1 Co. 11:23-26), en procura de una

    adoracin de acuerdo con los propsitos de Dios, siendo la razn bsica la celebra-

    cin del Cristo resucitado y victorioso. Esto demuestra que lo nuevo no rivaliz con lo

    antiguo, ms bien colabor en la unidad de los adoradores.

    Para la IASD, la verdadera adoracin toma como punto de partida el llamado

    que Dios hace a travs de los tres mensajes anglicos de Apocalipsis 14, donde se

    llama a todos los moradores de la tierra a que teman a Dios y le den gloria (alaban-

    za), porque (razn) ha llegado la hora de su juicio; en forma imperativa seala la ur-

    gencia de adorar a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las

    aguas (vs. 6, 7). Adems, Apocalipsis 14:9 y 10 declara:

  • 34

    Si alguno adora a la bestia o a su imagen, l tambin beber del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cliz de su ira; y ser atormentado con fuego y azufre delante de los santos ngeles y del cordero; y no tienen reposo de da y de noche los que adoran a la bestia y a su imagen.

    Estos pasajes advierten la importancia de la obediencia a los mensajes de

    Dios expresados en el evangelio eterno. El primer mensajero urge a cada ser huma-

    no a obedecer y adorar al Creador. En este punto hay que entender que el sbado,

    como lo expresa la Ley de Dios, es el da que el Creador bendijo y santific y apart

    como recordatorio de su creacin. Adems, los mensajeros invitan a cada ser huma-

    no, de todas las naciones, tribus, lengua y pueblo a obedecer las orientaciones da-

    das por Dios, respecto a la verdadera adoracin, y las consecuencias de no obe-

    decer.

    A la luz de los pasajes bblicos citados, puede sealarse que la adoracin cor-

    porativa, al igual que la adoracin personal, debe fundamentarse en la obediencia a

    los mandatos y disposiciones de Dios, sin dejar de prestar atencin a los aspectos

    psicolgicos, sociales, culturales e histricos involucrados en la adoracin, ya que

    pueden producir experiencias espirituales perdurables en los adoradores y un forta-

    lecimiento interior, generados por la ntima y armoniosa relacin de los adoradores

    con Dios. Porque donde estn dos o tres congregados en mi nombre, all estoy yo

    en medio de ellos (Mt. 18:20).

    W.T. Conner (citado por Darino, 2001) seal que la adoracin a Dios debe

    estar en el corazn de todo lo que la iglesia realiza hoy en da, pues es el resorte

    principal de toda la actividad y efectividad de la misma. Destac que la iglesia es lla-

    mada a rendir adoracin continua a Dios, el Creador, por ser la adoracin el camino

    hacia el crecimiento espiritual, tanto personal como corporativo. Ante la necesidad de

  • 35

    rendir adoracin continua a Dios, el adorador puede adorar en cualquier lugar y mo-

    mento, pues tiene la seguridad de la presencia del Espritu Santo (Jn. 16), lo que

    hace que la adoracin se transforme en una constante y profunda experiencia espi-

    ritual.

    La revisin literaria realizada conduce al investigador a definir el concepto de

    adoracin en este estudio como la respuesta afirmativa y obediente del ser humano a

    la revelacin que Dios hace de s mismo en Cristo Jess, mediante la cual reconoce

    su pecaminosidad y acepta la oferta de salvacin de parte de Dios, lo cual lo condu-

    ce a rendir alabanza, reverencia, honra y devocin como un acto inteligente de la

    mente que, a su vez, produce un enriquecimiento espiritual y un fortalecimiento inte-

    rior perdurable.

    Habindose presentado el marco conceptual para determinar el concepto de

    adoracin para este estudio, se hace necesario revisar la importancia de la msica,

    tanto vocal como instrumental, por ser uno de los medios de alabanza a Dios ms

    utilizados en la adoracin.

    La msica religiosa: origen, desarrollo y usos

    En esta seccin se abordar el desarrollo de la msica religiosa desde una

    perspectiva bblica. Se analizar su origen y cmo se ha desarrollado, adems de los

    usos que los antiguos hebreos, y posteriormente la iglesia primitiva, le dieran a la

    msica en sus diversas actividades.

  • 36

    La msica en los tiempos bblicos

    Origen del msica

    Hay muchas teoras con respecto al origen de la msica. Sin embargo, gracias

    a las Sagradas Escrituras se sabe que exista aun antes de la creacin. El libro de

    Job expresa esa verdad de la siguiente manera:

    Dnde estabas t cuando yo fundaba la tierra? Hzmelo saber si tienes inteligencia. Quin orden sus medidas, si lo sabes? O quin extendi sobre ellos cordel? Sobre qu estn fundadas sus bases? O quin puso su piedra angular, cuando las estrellas del alba alababan juntas y se regocijaban todos los hijos de Dios? (38:4-7)

    El profeta Ezequiel, refirindose a la creacin de Lucifer, hace mencin a que

    los primores de los tamboriles y las flautas estuvieron preparados para l en el da de

    su creacin (28:13). Adems, White (1984) seala la posicin tan exaltada que lleg

    a tener Lucifer en el cielo como director del coro angelical. Esto indica que antes de

    la creacin del hombre la msica ya haba sido utilizada por Dios y las huestes celes-

    tiales. Por tal motivo, White (1995) afirma: la msica es de origen celestial (p. 472) y

    la meloda de la alabanza es la atmsfera del cielo (1987, p.161).

    La msica en el huerto del Edn

    Elena G. de White (1980) alude a la atmsfera de adoracin y alabanza del

    Edn de la siguiente manera: Las aves de todo color revoloteaban entre los rboles

    y las flores, y en torno de Adn y Eva, mientras sus melodiosos cantos resonaban

    entre los rboles en dulce acuerdo con las alabanzas tributadas a su creador (p.22).

    En consecuencia, nuestros primeros padres disfrutaron de una atmsfera de adora-

    cin y alabanza inigualables.

  • 37

    Refirindose al canto de alabanza en el Edn, la misma autora seala que an-

    tes de conocer el pecado, Adn y Eva se deleitaban uniendo sus voces en armonio-

    sos cantos de amor, alabanza y adoracin al Padre y a su hijo amado por las mues-

    tras de amor que le rodeaban (pp. 22, 23). Sin embargo, a pesar del extraordinario

    ambiente de adoracin, Adn y Eva fueron advertidos por los ngeles de que Sata-

    ns se haba propuesto hacerles dao, y les aconsejaron que siguieran estrictamente

    las instrucciones que se haban dado en relacin al rbol (p.31). La autora contina

    sealando que ellos aseguraron que nunca desobedeceran los mandamientos de

    Dios, pues su mayor placer era hacer su voluntad. Ante esta respuesta, los ngeles

    se unieron a ellos en santos acordes de msica armoniosa (p.32).

    Desde el mismo principio de la vida en la tierra el ser humano ha experimen-

    tado conflictos basados, por un lado, en el obedecer a los requerimientos de Dios

    referentes a la adoracin y la alabanza musical y, por el otro lado, el no obedecerlos,

    estando en juego la lealtad de las criaturas a la voluntad de su Creador. De ah la

    importancia que tiene en este estudio analizar el rol de la msica a travs del tiempo

    como elemento bsico en la adoracin.

    Los primeros instrumentos musicales La Biblia registra la existencia de los primeros instrumentos musicales. En G-

    nesis 4:21 se seala que el kinnor (lira) y el ugab (flauta) fueron los primeros instru-

    mentos musicales creados por el hombre. El registro bblico seala que en los mis-

    mos albores de la civilizacin, hacia el ao 3,875 a.C., los seres humanos llegaron a

    dominar y usar una gran variedad de instrumentos musicales, tales como la bocina

  • 38

    (cuerno de carnero), el salterio, el arpa, el pandero, las flautas, los cmbalos resonan-

    tes y de jbilo (Sal. 150).

    El instrumento musical que el hebreo denomina kinnor es traducido en la ver-

    sin Reina Valera de 1960 como arpa en 38 ocasiones; sin embargo, las traduccio-

    nes ms antiguas muestran que este instrumento era ms bien una especie de lira

    (Nichol, 1978-1986). El mismo comentario seala que la duda en cuanto a si era

    realmente un arpa o una lira desapareci cuando se descubri que los egipcios lla-

    maban kniniwir a la lira, habiendo tomado la palabra del vocablo semtico kinnor de

    los hebreos.

    La lira parece haber sido un instrumento muy popular para expresar gozo y

    alegra (Gn. 31:27). El rey David tocaba la lira, y no el arpa, ante el rey Sal (1 S.

    16:16, 23). Era uno de los instrumentos que se utilizaban en el templo (1 Cr. 15:16,

    21, 28; Neh. 12:27). Se menciona con frecuencia en los Salmos como uno de los ins-

    trumentos con los que se expresaba alabanza a Dios (Sal. 149:3; 150:3). Durante el

    cautiverio, los hebreos colgaron sus liras en los rboles de Babilonia porque los m-

    sicos no podan cantar a causa de su tristeza (Sal. 137:1).

    El segundo instrumento que se menciona en Gnesis 4:21, el ugab, aparece 4

    veces en el Antiguo Testamento, y la Reina Valera de 1960 lo traduce como flauta. Al

    hablar de flauta se debe pensar en una caa hueca con orificios laterales tallados a

    intervalos, sobre los cuales se ponan los dedos. Algo parecido a la flauta dulce, la

    quena o la ocarina, y no tanto la flauta metlica (Nichol, 1978-1986). Este instrumen-

    to se menciona en los primeros libros de Moiss, en Gnesis (4:21) y en Job (21:1;

  • 39

    30:31), identificndose a Jubal como el padre de los que tocaban dichos instrumen-

    tos (Gn. 4:21).

    La msica de Israel en el desierto

    Al ser liberados del ejercito de Faran, el pueblo de Israel se uni en un himno

    de alabanza, considerado como uno de los himnos ms antiguos que registra la Bi-

    blia, siendo conocido como el cntico de Moiss. Es un himno de victoria cantado por

    los Israelitas luego de haber cruzado el mar Rojo (x. 15:1-18). En este canto tam-

    bin participaron las mujeres. Ellas cantaban con panderos en mano y danzaban,

    siendo dirigidas por Mara, la profetisa, hermana de Moiss (x. 15:20). Con respecto

    a este himno, (White, 1987) declara: Por el desierto y el mar resonaron a lo lejos las

    estrofas de jbilo, y en las montaas repercutieron los acentos de alabanzas: Cantad

    a Jehov, porque l ha triunfado gloriosamente (p. 39).

    Segn Dupertuis (1995), este himno de victoria es verdaderamente un cntico

    a Jehov. Dios es exaltado, siendo el centro de la alabanza. En los versculos que

    cubren el canto, el nombre del Seor aparece doce veces, y hay cerca de treinta

    pronombres que se refieren a l. Por otro lado, se observa que no hay una sola

    referencia a los adoradores como pueblo o individuos; sencillamente, no aparecen en

    el escenario. La salvacin que haban recibido y la grandeza de Dios acaparaban

    toda la atencin y entusiasmo del pueblo. Adems, Dupertuis (1995) destaca que el

    cntico de Moiss ensea que slo una persona redimida puede experimentar el go-

    zo de cantar y alabar a Dios. Nichol (1978-1986) indica que este cntico siempre ha

    proporcionado un modelo de alabanza para la iglesia de Dios en todos sus conflictos

    con los poderes de las tinieblas.

  • 40

    Al peregrinar el pueblo de Israel por el desierto, la msica desempe un pa-

    pel importante, ayudando a grabar en las mentes del pueblo las lecciones que forta-

    leceran su fe y seguridad en el Todopoderoso. Adems, recibieron indicacin divina

    de musicalizar los mandamientos y las promesas de Dios, para que fuesen cantadas

    con el acompaamiento de instrumentos musicales. Se seala que al comps de la

    msica marchaba todo el pueblo durante el largo peregrinaje, uniendo sus voces en

    cantos de alabanza a Dios (White, 1987).

    En la tierra prometida

    Con el fin de contrarrestar la declinacin moral observada en los hogares del

    antiguo Israel y la indiferencia de sus obligaciones hacia Dios de parte del sacerdo-

    cio, Samuel fund, de acuerdo con la instruccin del Seor, las escuelas de los pro-

    fetas. All se deba atender el bienestar mental y espiritual de los jvenes, y estimular

    la prosperidad de la nacin, proveyndola de hombres preparados para actuar en el

    temor de Dios (White, 1955a).

    Una de esas escuelas estaba ubicada en la ciudad de Ram y era presidida

    por Samuel. Probablemente haba otra escuela en Gilgal, donde Samuel menciona

    "una compaa de profetas" (1 S. 10:5, 10). En los das de Elas y Eliseo se haca

    referencia a "los hijos de los profetas" (1 R. 20:35), que vivan juntos en Gilgal, Bethel

    y Jeric (2 R. 2:1, 3, 5; 4:38). Cerca de cien profetas comieron con Eliseo en Gilgal (2

    R. 4:38-44). Puede haber existido tantos como esos en Jeric, porque se hace men-

    cin de "cincuenta varones de los hijos de los profetas" (2 R. 2:7) que fueron a bus-

    car el cuerpo de Elas.

  • 41

    El propsito de estas escuelas era proveer a la nacin de hombres preparados

    para actuar en el temor de Dios, como directores y consejeros (White, 1987). El pro-

    grama de estudios inclua la ley de Dios, con las instrucciones dadas a Moiss, la

    historia, la msica sagrada y la poesa (White, 1987, p.47). En estas escuelas se

    lleg a cultivar diligentemente el arte de la meloda sagrada. Se empleaba la msica

    con un propsito santo, para elevar los pensamientos a aquello que es puro, noble y

    enaltecedor, y para despertar en el alma la devocin y la gratitud hacia Dios (White,

    1995, p. 497).

    La msica en los das del rey David y el rey Salomn

    La influencia ejercida por la msica en los solemnes servicios de adoracin,

    tanto en el santuario, como en el templo en das del rey David y de Salomn, su hijo,

    jug un rol muy destacado como medio de comunicacin y alabanza a Dios. El servi-

    cio de canto se estableci como parte regular del servicio de adoracin y contribuy

    a liberar a la nacin de las garras de la idolatra.

    El rey David, como compositor, escribi salmos no slo para el uso de los sa-

    cerdotes en el servicio del santuario, sino tambin para que los cantara el pueblo

    mientras iba al altar nacional para la celebracin de las fiestas anuales (White,

    1955b, p. 768).

    Al describirse el traslado del arca desde Kiriat-Jearin hasta Jerusaln, se hace

    mencin a la gran multitud de los hombres de Israel que con alabanza y cantos de

    jbilo se unieron a los instrumentos de la orquesta, conformada en esa ocasin por

    toda clase de instrumentos de madera de haya, el arpa (lira), salterios, panderos,

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    flautas, cmbalos y trompetas. As, David y toda la casa de Israel trasladaron el arca

    de Jehov con jbilo (2 S. 6:5, 15).

    Una de las prioridades del rey David fue prestar atencin a la msica que se

    interpret en el culto a Dios. Los comentaristas ponen nfasis en el inters personal

    que el rey tena en la obra de los que cantaban y ejecutaban los instrumentos. Las

    disposiciones que se tomaron para los solemnes servicios del culto fueron dirigidas

    por l (Nichol, 1978-1986).

    Los cronistas narran la solicitud que David hizo a los principales de los levitas

    para que designasen de sus hermanos a cantores con instrumentos de msica (1 Cr.

    15:16). Uno de los designados responde al nombre de Quenanas. Fue designado

    por su liderazgo como principal de los levitas en la msica, y por su slida prepara-

    cin acadmica como maestro de canto entre los cantores. Se seala la razn por la

    cual fue puesto para dirigir el canto, a saber que era entendido en ello (1 Cr. 15:22,

    27).

    Adems, narran que el rey David puso delante del arca de Jehov ministros de

    los levitas para que loasen al Dios de Israel, siendo Asaf el encargado de sonar los

    cmbalos; el segundo, Zacaras, con sus instrumentos de cuerdas, salterio y arpa (li-

    ra); tambin se incluy a los sacerdotes Benaia y Jahaziel, quienes sonaban conti-

    nuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios (1 Cr. 16:4-6).

    Otro aspecto de la organizacin musical, registrada por los cronistas, es que

    David y los jefes del ejrcito apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, de

    Hemn y de Jedutn, para que profetizasen con sus instrumentos (1 Cr. 25:1). Nichol

    (1978-1986) seala que los msicos que participaban de los deberes sagrados del

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    culto pblico parecieran haber estado bajo la influencia del Espritu de Dios, tal como

    lo estuvieron los profetas. Adems los msicos para esa ocasin fueron cuidadosa-

    mente preparados y consagrados para la parte que deban realizar en los servicios

    religiosos.

    El rey David tambin recurri a la poesa y la msica para expresar su arre-

    pentimiento, luego de ser reprendido por el profeta Natn. En un himno sagrado el

    rey de Israel relat todo lo concerniente a su pecado, su profundo arrepentimiento y

    su esperanza de perdn por las misericordias de Dios (Salmo 51). Este himno sa-

    grado habra de cantarse en las asambleas pblicas de Israel en presencia de la cor-

    te, los sacerdotes y jueces, los prncipes y guerreros para preservar hasta la ltima

    generacin el conocimiento de su cada (White, 1955b, pp. 784, 785).

    Siendo David ya viejo y lleno de das hizo a Salomn su hijo rey sobre Israel (1

    Cr. 23:1). En das de Salomn ya se haba establecido una de las ms grandes or-

    ganizaciones musicales de que se tenga registro para los diversos servicios del tem-

    plo. Segn los cronistas, haba 4,000 msicos que servan en el ministerio de la m-

    sica (1 Cr. 23:5). Por su parte, Nichol (1978-1986) seala que estaban divididos en

    24 grupos y que cada grupo, a su vez, era dirigido por 12 hombres instruidos espe-

    cialmente y muy hbiles en la ejecucin de instrumentos musicales.

    La planeacin y organizacin de los 24 grupos que integraron el ministerio

    musical del templo en das del rey Salomn, tom en cuenta tanto a grandes como a

    pequeos, a acadmicos como a los alumnos. Los cronistas lo expresaron con las

    siguientes palabras: echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeo

    con el grande, lo mismo el maestro que el discpulo (1 Cr. 25:8). Lo que indica la

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    importancia y el valor que le dieron al proceso enseanza-aprendizaje en el campo

    de la msica, con el propsito de que tanto docentes como alumnos ofrecieran su

    mejor servicio en la alabanza a Dios. La calidad desarrollada por los msicos hizo

    que el servicio de canto fuese uno de los momentos significativos e impresionantes

    del templo. White (1955a) lo describe en los siguientes trminos:

    El templo era el centro del gozo universal. Aqu estaba la pompa de las cere-monias de sacrificios. Aqu alineados a cada lado de las gradas de mrmol blanco del edificio sagrado, el coro de los levitas diriga el servicio de canto. La multitud de adoradores agitando sus palmas y ramas de mirto, unan su voz a los acordes y repetan el coro; y de nuevo la meloda era entonada por voces cercanas y lejanas hasta que las colinas circundantes parecan entonar ala-banza. (p. 412) Adems, amenizaron sus celebraciones y fiestas religiosas con cnticos y m-

    sica. Por ejemplo, en la fiesta de los tabernculos, cuando las lmparas estaban en-

    cendidas en la noche, el atrio del templo se transformaba en teatro de gran regocijo.

    Una vez confesados los pecados y que se declaraba que estaban en paz con el cie-

    lo, se elevaba triunfalmente toda clase de msica, mezclada con clamores de hosan-

    nas que enriqueca la fiesta y le daban sentido al espritu de alabanza y agradeci-

    miento (White, 1955a).

    La historia del pueblo de Israel alude tambin al uso que se le dio a la msica

    en el campo de batalla. La Biblia, al referirse a la victoria del pueblo de Israel sobre

    Moab y Amn, registra la utilidad de la msica al sealar que el rey Josafat, todo Ju-

    d y los moradores de Jerusaln se postraron delante de Jehov y adoraron; se indi-

    ca que los levitas se levantaron para alabar a Jehov el Dios de Israel con fuerte y

    alta voz. El texto bblico contina diciendo que el rey Josafat se puso en pie y dijo:

    Odme, Jud y moradores de Jerusaln. Creed en Jehov vuestro Dios, y estaris

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    seguros; creed a sus profetas, y seris prosperados. Y habido consejo con el pue-

    blo, tomaron la decisin de poner a algunos que cantasen y alabasen a Jehov mien-

    tras la gente armada sala a la batalla y que dijesen a travs del canto: Glorificad a

    Jehov, porque su misericordia es para siempre (2 Cr. 20:18-21).

    White (1975) seala que la alabanza a Jehov con cantos fue una manera

    singular de los israelitas de ir a la batalla contra el ejercito enemigo, siendo la carac-

    terstica principal que posean la hermosura de la santidad.

    En la ceremonia de dedicacin del muro de Jerusaln, la Biblia dec