Aguinis,Marcos,Incorregibles argentinos,Revista Letras Libres,Mayo 2007

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Para un observador externo, es incomprensible que, con su potencial, laArgentina siga siendo subdesarrollada. La perspectiva cambia cuando se descubrela lógica del abuso con que ha sido gobernada. Aguinis hace una divertidaantología de la disonancia cognitiva que este país produce en sus visitantes.

Citation preview

  • a es clsica la respuesta de Jorge Luis Borges a una pregunta sobre los peronistas. No son ni buenos ni malos contest: son incorregibles.

    Creo que los argentinos merecemos que semejante afirmacin se extienda a todos nosotros, porque excede a los peronistas. Lo escribo con una aguja atravesndome el pecho. Tantas marchas y contramar-chas, contradicciones, picar-

    das tramposas, felonas, incumplimientos, errores, soberbia y confusin nos hacen merecedores de tamao descrdito.

    Por cierto que tambin desarrollamos innumerables vir-tudes. Pero la suma algebraica no parece resultarnos favorable por ahora. Hace unos aos escrib el libro que titul Argentina, un pas de novela. La novela es un delta donde caben colores, frutas, gusanos, suspenso, flores, muerte, perfume, amor, alegra y desesperacin. Luego, ms apasionado an, escrib otro ensayo cuyo ttulo es un oxmoron que habra deleitado a Borges lo digo porque no resucitar para aplastarme con una refutacin erudita: El atroz encanto de ser argentinos. Cuando se tradujo al portugus tuve el honor de que lo presentara el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso. Pero ms

    importante, creo, fue la pregunta que me cost responder: Cmo puede ser atroz un encanto? Incmodo, atin a balbucear: Dse una vueltita por mi pas y se dar cuenta.

    A mediado del siglo xix la Argentina era un desierto con casi noventa por ciento de analfabetismo, sin agricultura y una ganadera lastimosa. No exista un solo kilmetro de va frrea, gobernaban caudillos dueos de vidas y haciendas y se adoraba a un dictador como Juan Manuel de Rosas, que los revisionistas malditos sean tratan de convertir en paradigma. Rosas fue destituido en 1852 y ya cuatro aos antes Marx y Engels haban publicado su Manifiesto comunista donde hablaban de que en el ltimo siglo, gracias al vapor, las comunicaciones, la industria, el crecimiento urbano y otras cosas, se haba progresado ms que en miles de aos. No era el caso de Argentina, por supuesto fuera del mapa.

    En ese momento ocurri un milagro. El informado inte-lectual Juan Bautista Alberdi escribi Las Bases para una Constitucin, donde aplicaba duras crticas a otras constitu-ciones latinoamericanas que saboteaban el progreso. Marcaba con estilo claro y punzante el rumbo por seguir. Quien haba derrocado a Rosas era tambin un caudillo provincial, pero dotado de percepcin. Ley el libro de Alberdi, lo reimprimi y presion para que fuese de veras la base de la Constitucin Nacional. Se produjo una fructfera alianza entre la mente lcida y el brazo fuerte. Signific una bisagra de increble trascendencia. Se ataron cabos con el breve tiempo en que

    70 Letras Libres mayo 2007

    Incorregibles argentinosPara un observador externo, es incomprensible que, con su potencial, la Argentina siga siendo subdesarrollada. La perspectiva cambia cuando se des-cubre la lgica del abuso con que ha sido gobernada. Aguinis hace una diverti-da antologa de la disonancia cognitiva que este pas produce en sus visitantes.

    Y

    Marcos Aguinis

    arena internacional

  • mayo 2007 Letras Libres 71

    haban soplado enrgicos los aires de la Ilustracin, llenos de polen creativo. La Argentina cambi su tendencia gracias a la Constitucin inspirada, moderna, liberal. Ocurra una nueva fundacin. Primero en forma lenta, luego ms acelerada. Recibi inmigrantes de forma aluvial y convirti la educacin en una obsesiva poltica de Estado hasta el punto de tener un presupuesto educativo tan grande que equivala a la suma de los presupuestos educativos de toda Amrica Latina. Fue perfeccionando la democracia. Se puso a la cabeza del arte, la moda y la ciencia en nuestro subcontinente. Durante setenta aos no sufrimos un solo golpe militar.

    Pero tenamos en nuestros genes elementos del abso-lutismo monrquico y sus infinitas corruptelas. Tambin las castraciones efectuadas por la Inquisicin, de la que ni se que-ra hablar. Por eso hubo lapsos en los que predomin la Ilustracin y lapsos en los que predomin la regresin oscurantista. Durante algunos captulos de nuestra his-toria se pueden disecar los cam-pos de prevalencia entre esos dos polos, pero luego se mezclaron y confundieron, hasta llegar al punto actual.

    Paul Samuelson manifest hace unas dcadas que los pases podan ser clasificados en cinco categoras: Los capitalistas, los socialistas y los del Tercer Mundo; pero adems estn Japn y la Argentina; no se entiende porqu a Japn le va bien y a la Argentina le van tan mal.

    Cuando an estbamos en la subida, y era lo mismo para los emigrantes europeos dirigirse al puerto de Nueva York o al de Buenos Aires, ya haba encantos atroces. Ya ramos incorregibles. No se hicieron los debidos esfuerzos para erradicar los defectos y ahora pagamos las consecuencias. Por eso es uno de tantos ejemplos nos damos el lujo de tolerar una situacin tan absurda como que el presidente Kirchner invite al presidente Chvez para que desde aqu agreda al presidente Bush que visita al presidente Tabar Vzquez en Uruguay, ofenda a otros presidentes de pases vecinos que haban decidido hospedarlo y, adems, que el presidente de Venezuela invite a Buenos Aires al presidente de Bolivia para que lo acompae en su show, como si fuese el dueo de casa. Todo esto, mientras se brama la soberana nacional! Semejante bodrio slo est descrito en el tango Cambalache que, por alguna razn, naci en la Argentina.

    A principios del siglo xx la Argentina era un fenmeno.

    Muchos adictos a la bola de cristal aseguraban que sera la mayor potencia del mundo. Por eso se arm una larga fila de visitantes ilustres. Pero cada uno, al tomar contacto con la realidad, comprendieron que no comprendan, o que las cosas no iban a ser como pensaban.

    Conforman un catlogo que produce escalofros.Cantinflas expres antes de regresar a Mxico: La

    Argentina est compuesta por millones de habitantes que quieren hundirla, pero no lo logran. Ms adelante realiz por aqu una gira de conferencias Albert Einstein y su cerebro no pudo sino rendirse: Cmo puede progresar un pas tan desordenado?

    Uno de los administrativistas ms famosos de Europa, Gastn Jeze public en 1923 su libro Las finanzas pblicas de la Repblica Argentina, cuyas conclusiones an hoy erizan los pelos. Existe una profunda y radical oposicin y contraste entre la prosperidad econmica y el desarreglo de las finanzas pblicas.

    Otro invitado ilustre, el italia-no Giuseppe Bevione public en Turn, en el ao 1911, una obra titu-lada LArgentina. Vio la corrupcin, vio el despilfarro, vio la demago-gia, vio un despreciable exhibi-cionismo. Registr que el costo de los servicios pblicos duplica-ba los de Londres. Denunci la creciente burocracia y la peste del clientelismo electoral, siempre en aumento. Le asombr la voracidad de la gente por recibir pensiones del erario pblico, como si fuese un derecho natural. Tambin encon-tr graves fallas en la justicia y

    cerr el anlisis del tema con una frase lapidaria: Es un pas donde el poder judicial no tiene independencia y el poder ejecutivo no tiene frenos.

    Esa frase la podra haber escrito hoy!A Bevione tambin le impresionaron otros rasgos que

    algunos quizs estimen positivos: una incontinencia arqui-tectnica, con tendencia a lo suntuoso y la hiprbole. Por doquier surgan palacios, teatros, monumentos, se abran avenidas, bulevares y se diseaban parques que aspiraban a generar la envidia de Pars. Algo consiguieron. Por un tiempo corto.

    Muchas dcadas antes nos haba visitado Charles Darwin, cuando realizaba su histrico viaje en el Beagle. Se dio cuenta de algo que debera causarnos preocupacin. Dijo que los habitantes respetables del pas ayudan invariablemente al

    Ilust

    raci

    n: L

    etra

    s Li

    bres

    / m

    artn

    Kov

    ensk

    y

  • delincuente a escapar; parecera que piensan que el hombre ha pecado contra el gobierno y no contra el pueblo. No ser que contina esa interpretacin? Como los gobiernos suelen comportarse en forma muy criticable, no estara mal quitarle algo. Quien roba a un ladrn tiene cien aos de perdn, reza un antiguo y universal apotegma.

    Sobre el mismo tema fue ms directo Georges Clemenceau: La Argentina crece gracias a que sus polticos y gobernan-tes dejan de robar cuando duermen. Me parece que se ha quedado corto... Pero Keyserling escandaliz en su poca al referirse a un aspecto que no se haba tocado: la melancola argentina, que se expresa de maravillas en el tango. Dijo que el argentino es un animal triste, como sucede despus del coito.

    Cierro con una ancdota de Jacinto Benavente, como lo hice al final del primer captulo de El atroz encanto...

    Benavente haba venido al pas en 1922 y recorra en ferro-carril las ciudades del interior junto a la celebrada actriz Lola Membrives. Cuando se detuvieron en la ciudad de Rufino ella baj a recoger cartas y telegramas. En uno de los cables le anunciaban a Benavente que acababa de ganar el Premio Nobel de Literatura. Lola Membrives compr una botella de champn y fue a despertar al escritor. Benavente recibi la

    noticia con calma y, contra lo que esperaba la actriz, decidi completar su gira antes de retornar a Europa. En cada loca-lidad Jacinto Benavente fue interrogado sobre la Argentina. Los argentinos somos curiosos e insistentes para enterarnos cmo nos ven los de afuera. Es como recibir la confirmacin de una buenaventura que en el fondo de nuestra alma consi-deramos inmerecida. Pero el espaol se negaba a contestar. Su recato, lejos de aminorar el acoso, lo estimulaba. Los perio-distas, colegas y actores le preguntaban siempre qu opinaba de los argentinos, sin variar la monocorde cuestin.

    Cuando lleg la hora de su partida y el carruaje dej en el muelle al dramaturgo, se redoblaron las demandas. Entonces Jacinto Benavente inspir hondo y dispar un caonazo: Armen la nica palabra posible con las letras que compo-nen la palabra argentino. El escritor trep la escalerilla y se introdujo en el barco. Su figura desapareci mientras quienes lo haban escuchado armaban sobre trozos de papel palabras organizadas con las letras de argentino. La nica que encon-traron fue ignorante.

    Qu sablazo!Por eso hacemos lo que hacemos, nos va como nos va

    y convertimos un pas maravilloso como Argentina en algo muchas veces atroz? Por eso somos incorregibles? ~

    72 Letras Libres mayo 2007

    Marcos Aguinis

    arena internacional