Alas Gt09 Luis Edaurdo Thayer Correa

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  • 7/23/2019 Alas Gt09 Luis Edaurdo Thayer Correa

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    Discriminacin y lucha por el reconocimiento, chilenos frente a inmigrantes en la

    Regin Metropolitana1

    Luis Eduardo Thayer C.Universidad de Los Lagos

    [email protected]. En la ltima dcada y media la presencia de inmigrantes latinoamericanos se haconvertido en un hecho social ineludible para la mayor parte de los residentes en la ReginMetropolitana. Como ocurre con toda novedad histrica, con sta, la sociedad tiende areaccionar acudiendo a prejuicios e imgenes estereotipadas para enfrentar el cambio desdeun sentimiento de seguridad. Esto puede conducir hacia:

    a. Un cierre comunitarioque enfrente la presencia de este nuevo actor social desde elrechazo y el menosprecio, llevndolo hacia una situacin de exclusin ymarginacin social.

    b. Puede activar tambin una dinmica de reconocimiento del inmigrantelatinoamericano como parte de la sociedad.

    De manera que el desafo que esta nueva inmigracin impone a la sociedad receptora, es elde definirse a si misma ante la interpelacin de este nuevo proceso social.

    En este contexto resulta pertinente preguntarse cmo est reaccionando la poblacinnativa frente a la llegada y el posterior asentamiento en Santiago, de un contingente

    cada vez ms amplio de ciudadanos extranjeros.

    El supuesto central del que parte la investigacin que da origen a la ponencia, es que existeun desfase entre la expectativa que los inmigrantes tienen respecto de su propiaincorporacin a la sociedad local, y la expectativa que los habitantes autctonos (chilenos),tienen sobre la posicin que deben ocupar los inmigrantes en la sociedad. Esto ltimotendra consecuencias a la hora de definir el contenido y los lmites del reconocimiento quela sociedad ofrece a los inmigrantes. (en el ejercicio de definirse a s misma)

    La investigacin apunta a dar cuenta en un primer momento de este desajuste, desde elanlisis de la subjetividad de la poblacin chilena. Para en un segundo momento abordarlodesde la subjetividad de los propios inmigrantes. Dado que el trabajo emprico est en cursoy se ha centrado hasta ahora en los segmentos medios y altos de la sociedad local laponencia se centrar en lo primero, y solo parcialmente.

    1Esta propuesta se basa en resultados los parciales del proyecto FONDECYT N11100043 Discriminacin yLucha por el reconocimiento, en el proceso de incorporacin de inmigrantes argentinos, peruanos yecuatorianos a la regin metropolitana. Los resultados provienen del anlisis preliminar, de grupos de

    discusin con ciudadanos chilenos de distintos estratos socioeconmicos, en torno al problema delreconocimiento del otro y de la construccin de la propia identidad.

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    Me interesa finalmente saber por una parte, cules son las condiciones que la sociedadreceptora impone a la aceptacin y al rechazo de los inmigrantes , y por otra, cules sonlas expectativas de reconocimiento social que tienen los inmigrantes, en qu medida

    estas se cumplen, y qu consecuencias tiene para ellos y para la sociedad, el

    reconocimiento del que son objeto.

    La estructura de la ponencia es la siguiente, en primer lugar enunciar el problema deinvestigacin, luego esbozar los elementos tericos centrales que respaldan los supuestos ehiptesis, y en tercer lugar expondr algunos resultados preliminaresque provienen de laaplicacin de seis grupos de discusin en dos segmentos altos de chilenos residentes en laregin metropolitana.

    I. El problema

    El supuesto del que parte esta investigacin es que las expectativas que la sociedad chilenatiene respecto de los inmigrantes latinoamericanos estn relacionadas con la voluntad de losnacionales de controlar las relaciones con los extranjeros, y la posicin que estos ocupan enla estructura social, la cultura, el sistema poltico, el mercado laboral y el espacio urbano.

    En el lado inverso, el malestar o el sentido de pertenencia que experimentan los inmigrantesextranjeros en la sociedad chilena, estarn condicionados por el reconocimiento del queentienden que son objeto. La expectativa que ellos tienen para s mismos en la sociedad, vaa definir el papel que aspiran a desempear, y el reconocimiento social del que debieran serobjeto.

    En este sentido habra en los inmigrantes una voluntad, a veces implcita y a vecesmanifiesta, por controlar la posicin que ellos mismos ocupan en la estructura social, lacultura, el sistema poltico, el mercado laboral y el espacio urbano. El malestar delinmigrante surgir toda vez que perciba que la sociedad no lo reconoce del modo que lmismo entiende que debiera ser reconocido.

    Si se auto-reconoce como un sujeto social con plenos derechos, y a la vez percibe que lasociedad local lo reconoce solo como un trabajador y que como tal, solo tiene legitimidadde acceso a ciertos derechos sociales vinculados al desempeo de su labor, va a enfrentar sucondicin de inmigrante desde el malestar y la frustracin. Si por el contrario la expectativaentre el inmigrante y el contexto coinciden, entonces la experiencia migratoria puede darorigen a un sentido de pertenencia reciproca a una sociedad transformada.

    La coincidencia o el desajuste entre la expectativa que la sociedad tiene para con el

    inmigrante, y la que este ltimo tiene para s mismo en la sociedad, es el terreno en el

    que se decide el tipo de incorporacin que produce la sociedad.

    La hiptesis sobre la que estoy trabajando es que no hay coincidencia entre estas dosexpectativas, y de hecho se dirige a mostrar en qu consiste exactamente el desajuste entrela expectativa que el inmigrante tiene para s mismo en la sociedad, y la expectativa que lasociedad local tiene para con el inmigrante. Interesa poner en evidencia este desfase, nosolo para explicar con la lgica y las causas del rechazo y la aceptacin del inmigrante, sino

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    tambin para prever las consecuencias que tiene para la sociedad, y para los propiosinmigrantes.

    II. Antecedentes tericos

    La investigacin reciente en el campo de la sociologa de las migraciones ha mostrado que

    el sentido que tienen los modos de incorporacin de los inmigrantes a las sociedadesreceptoras est condicionado al menos por tres factores interrelacionados: el tipo de polticamigratoria diseada desde el Estado receptor; la receptividad de la sociedad civil; y elcarcter de las redes sociales migrantes y del capital social con que cuentan lascomunidades de inmigrantes asentadas con anterioridad en el lugar de recepcin (Portes yBrcz, 1989; Portes y Rumbaut 1990; Portes y Zhou, 1993; Portes, 1995; Aparicio yTornos, 2006).

    El peso de cada una de estas variables se ha mostrado diverso en cada contexto derecepcin y para cada colectivo particular de inmigrantes. En algunos contextos se hanintroducido otras variables como la composicin de gnero preponderante de cada colectivoo el tipo de estrategia de incorporacin implementada por los migrantes (Colectivo IOE,1998; 1999a; 1999b; 2001; Cachn, 2003;). En continuidad con estos planteamientos lainvestigacin en la que se centra esta exposicin se ocupa fundamentalmente de analizar lasdimensiones de la receptividad social de la poblacin autctona, la del sentido que dan losinmigrantes y la de las estrategias que implementan en su incorporacin.

    II.a. La expectativa de los inmigrantes

    Como ya hemos anunciado arriba, partimos del supuesto de que existe un desajuste entre elreconocimiento que los extranjeros esperan y el que reciben por parte de los chilenos. Paraabordar la perspectiva subjetiva de los inmigrantes resulta pertinente acuar el concepto delucha por el reconocimiento que Honneth (1997) recupera para la sociologa desde lafilosofa clsica. Para el anlisis de los discursos de la sociedad receptora, acudiremos a laidea de crisis de la identidadsocial que se desprende de los escritos de Erik Erikson (1979)y la nocin del pasado histrico de la nacin que desarrolla Immanuel Wallerstein (1991).

    En cuanto a lo primero partamos por decir que para efectos de esta propuesta deinvestigacin la nocin de lucha por el reconocimientoconsiste en una voluntad presenteen los inmigrantes, que, implcita o explcitamente se orienta a la rectificacin delreconocimiento del que son objeto por parte de la sociedad receptora. La lucha por elreconocimiento se instala en el territorio conceptual derivado de los planteamientos deMead (1999) sobre el concepto depersona (self). Para Mead lapersona surge de la relacinque establece el mi y elyo. Mientras el mi es la percepcin que el sujeto tiene de s mismoconstruida a partir de la interiorizacin de las expectativas que el contexto de referenciatiene para l (el mi sera pura subjetividad integrada), el yo es una reaccin subjetiva nocalculable ante situaciones inesperadas. Si el yo es la reaccin del organismo a lasactitudes de los otros; el mi es la serie de actitudes organizadas de los otros que adopta

    uno mismo (op. cit.: 202).

    En esta formulacin por mucho que el yo sea planteado como un espacio de incertidumbrefrente al predecible mi, la accin del primero no llega muy lejos. Para Mead la persona

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    acta esencialmente como un mi(como una subjetividad integrada) dejando al yo en un rolsecundario y potencial ms que efectivo, la actividad creativa e impredecible del yo: solocuando adopta la actitud del otro, puede el individuo realizarse a smismo comopersona (op. cit.: 218). As, aunque Mead ofrezca con su visin del yo, una salida alcrculo cerrado conformado por la accin de la persona, (dominada por el mi) y la

    expectativa de la comunidad (constitutiva del mi), el autor no lleva este planteamiento hastasus ltimas consecuencias. El yo queda reducido as a una mera categora formal, y mspotencial que efectiva.

    Esto hace que la teora de Mead resulte de utilidad para estudiar las coincidencias existentesentre la imagen que el medio construye del sujeto y la que ste tiene de s mismo, sinembargo, no nos permite analizar los posibles desajustes entre la expectativa que lacomunidad deposita en el sujeto y la aspiracin que el sujeto tiene para s mismo. Por ello,consideramos que es una concepcin limitada para comprender cabalmente la experienciainmigrante desde el punto de vista de la construccin de la identidad colectiva.

    Esta limitacin terica para explicar los posibles desfases entre la expectativa que elcontexto tiene para con el sujeto, y la expectativa que ste tiene para s mismo, es salvadapor la lectura que Honneth (1997) realiza de Mead. Al introducir la nocin de lucha por elreconocimiento, Honneth reivindica alyo como una categora consistente. Para Honneth, laimagen que el sujeto tiene de s mismo est influida, pero no precedida como lo est paraMead, por la versin que el contexto construye de l. El m y elyo estn para Honneth, enuna permanente disputa por imponerse el uno al otro. En este sentido ofrece una visindel sujeto como el resultado de un choque dialctico entre su propia imagen, y la

    imagen que el otro construye de l.La lucha por el reconocimientose articula as, comouna disputa entre el sujeto y su contexto, (entre el inmgrate latinoamericano y la sociedadsantiaguina) donde lo que est en juego es precisamente un nuevo ajuste entre ambos.

    Existen para este Honneth tres mbitos en los que se da la lucha por el reconocimiento:primero el del respetovinculado a los derechos sociales y de inclusin; segundo el de laconfianza en s mismo y la seguridad personal, derivada del derecho cvico a la integridadfsica; tercero el de la autoestima derivada de la valoracin igualitaria de todas las prcticasculturales y creencias particulares, una idea que podemos situar en la esfera de los derechosculturales (Castles y Davidson, 2000).

    El choque cultural que suele generar la inmigracin en estos pases receptores, ha marcadouna tendencia a limitar la concepcin de reconocimiento del inmigrante a la dimensincultural; que Honneth vincula a la autoestima. Sin embargo, tal como se desprende de losplanteamientos tericos de este autor esa dimensin no agota ni el concepto, ni debieralimitar las polticas de reconocimiento. Mucho menos en el contexto chileno donde elsustrato cultural de los inmigrantes que vienen llegando en las ltimas dcadas(fundamentalmente latinoamericanos) no se distingue significativamente del que predominaen la sociedad receptora.

    La negacin del reconocimiento en estos tres mbitos supone para Honneth un menospreciopara el sujeto con el que aparece el peligro de la lesin, que puede sacudir la identidadde la persona en su totalidad (Honneth, 1997: 160). Esto provoca en los sujetos un

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    sentimiento frustracin que al volverse colectivo, encuentra salida en la activacin de unalucha por el reconocimiento. Lucha que segn el autor es el origen de la protesta y lamovilizacin social que vitaliza y transforma a las sociedades. Los sujetos se venempujados a sobrepasar los lmites de las normas encarnadas por el otro generalizado y seencuentran en una actitud favorable a un ensanchamiento de las relaciones del

    reconocimiento jurdico; la praxis social que se da a partir del empuje unitario por talenriquecimiento de la comunidad es lo que puede llamarse lucha por el reconocimiento(op.cit: 106). En tal sentido se puede entender el desarrollo de las sociedades como un

    proceso de ensanchamiento paulatino de los contenidos del reconocimiento jurdico

    (op.cit:105).Enfatizando que el motor de estas modificaciones es una lucha, en la que lossujetos ininterrumpidamente tratan de ampliar el permetro de los derechos que se lesconceden (op. cit.)

    La idea de lucha por el reconocimientoque elabora Honneth nos interesa en la medida enque como sostiene Larran nos permite comprender la identidad no como unaconstruccin meramente pasiva []no slo como una expresin del reconocimiento libre

    de los otros, sino tambin como resultado de una luchapor ser reconocido por los otros(Larrain, 2001: 31).

    Cuando la imagen que se construye socialmente de un sujeto desconoce cuestiones que paraste son definitorias de lo que es, entonces, el sujeto lucha por hacer valer su propiaconcepcin de s mismo ante la imagen que el otro generalizadoconstruye de l y pretendeimponerle. Si, al contrario, la expectativa que el sujeto tiene para s mismo y la que elcontexto elabora de l encajan, se produce una integracin armnica y no conflictiva.

    La experiencia migratoria implica que el sujeto se aparta parcialmente de sus referentescolectivos histricos, propios de su lugar de procedencia, y simultneamente adopta,tambin de manera parcial, unos referentes nuevos, propios del lugar de recepcin. Esteplanteamiento nos permite suponer que la figura del inmigrante se relaciona

    conflictivamente con ambos contextos de referencia. Que su imagen no coincide

    perfectamente con ninguno y que por tanto en el contexto de recepcin (y tambin en

    el de procedencia) representa un agente para el cambio social. La experienciamigratoria es una experiencia de distanciamiento subjetivo, o siguiendo con los conceptosintroducidos, de reafirmacin del yofrente al mi.

    Los elementos tericos expuestos aqu nos sirven para plantear la hiptesis de que losinmigrantes viven en medio de dos versiones de su identidad colectivadesajustadas dela propia. Para efectos de esta investigacin entendemos la nocin de lucha por elreconocimientocomo una reivindicacin, manifiestao latente, con la que los inmigrantesse enfrentan por una parte, a la imagen que se construye de ellos en el contexto receptor, ypor otra a la que se elabora desde sus pases de procedencia. En la investigacin me cetrofundamentalmente en lo primero. Aunque lo otro por fuerza va a aparecer en las entrevistasy grupos de discusin.

    En este punto es necesario agregar que la consistencia real en la sociedad que tenga la luchapor el reconocimiento en cada colectivo, depender en parte del reconocimiento que enprincipio ofrezca la sociedad local, y en parte de la composicin social, cultural, de gnero,

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    etc., de cada grupo. Como indicamos antes, entre otros Portes y Brcz (1989) planteanjustamente que la posicin que ocupen los distintos colectivos depender de unacombinacin de factores de receptividad y de condicin de los grupos. En este mismosentido Casltes y Miller (1993) plantean que el que un colectivo termine asentndose comouna minora tnica (excluida, explotada, subordinada y culturalmente rechazada) o una

    comunidad tnica (aceptada, partcipe, igualitaria, culturalmente interactiva) depende tantode la receptividad social como de los propios instrumentos del colectivo para orientarse enuna u otra direccin. En palabras de estos autores la incorporacin de los distintoscolectivos inmigrantes en una posicin definitiva en la sociedad va a depender tanto de laautodefinicin como de la heterodefinicin. Esto es, tanto de la adscripcin de

    caractersticas indeseables y la asignacin de posiciones sociales inferiores por los gruposdominantes (op. cit.: 47), como por la conciencia de los miembros del grupo a unapertenencia en comn sobre la base de caractersticas culturales y sociales compartidas

    (op. cit). Estos planteamientos nos permiten sostener el supuesto de que tanto elreconocimiento como la expectativa de reconocimiento que toca a los inmigrantes

    argentinos, peruanos y ecuatorianos en la sociedad chilena difiere, en virtud de la

    composicin social de cada colectivo y de la percepcin que de ellos se ha construido

    desde la sociedad local.

    II.b. El reconocimiento de la sociedad receptora

    En cuanto al reconocimiento que la poblacin autctona ofrece a los inmigrantes, labibliografa indica que existe una relacin significativa entre la percepcin que se tiene delotro y la distancia social respecto de este. Si bien la literatura local no ha construidotipologas que relacionen la condicin social de los chilenos, con la percepcin que estostienen sobre los inmigrantes, en otros contextos donde se han estudiado las dinmicas de lasdiscriminacin y el racismo con mayor profundidad, se reconoce que por ejemplo el grado

    desociabilidad (Cea D Ancona, 2004), o lacondicin social (Dez, 1999, 2001, 2005;Colectivo IOE, 2000) son elementos claves para definir el rechazo o la aceptacin de losinmigrantes. Es decir, no sera la sociedad como un todo la que definira las condiciones delreconocimiento del inmigrante, sino que habra estratos diferentes que contribuyen con suexpectativa especfica a construir un contexto diversificado para la incorporacin.

    En la misma lnea se encuentran trabajos que desde un enfoque cualitativo abordan lainfluencia que ejerce la cercana en el espacio respecto los inmigrantes como un factorinfluyente en la aceptacin o rechazo que se tenga de ellos (Prez, et. al., 2001, lvarez,2005; Baraano et. al, 2006; Thayer, 2007; 2008). En estos trabajos se muestra que lacercana espacial motiva sentimientos competitivos con los inmigrantes los que allanaranel camino para justificar la discriminacin, el rechazo y la negacin del reconocimiento.Se sostiene as un discurso que podra ser calificado como defensivo frente a lo que se

    percibe como una invasin, de un espacio propio (Baraano et. al., 2006: 148). Lo quese encuentra en la base del rechazo del inmigrante a partir de la cercana social o espacial esla conviccin de que la posicin que el inmigrante debe ocupar en la sociedad debe ser atodo evento, inferior que la de la poblacin nativa. Esto implica como sostiene Abad, quela relacin que se establece hoy entre minoras inmigrantes y mayoras autctonas serealizan, por tanto, bajo el signo de la dominiacin (Abad, 1993: 45).

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    Esto hace que cuando esa dominacin se ve amenazada por la cercana social o espacial delinmigrante, la poblacin reacciona activando mecanismos restitutivos de diversa ndole quepueden llegar incluso a la violencia racista, como ha mostrado para el caso francs MichelWieviorka (1992; 2002) o para el caso espaol Lorenzo Cachn (2006; 2009) entre otros.Lo que est en la base de estas dinmicas es una concepcin del otro como un otros

    inferior o subordinado, no es en s misma la diferencia del otro la que resultainsoportable a la mayora; en caso contrario, no podran permanecer ellos mismosdiferentes. Lo que resulta amenazante es una diferencia construida sobre el plano de la

    igualdad, porque solo ella pone en cuestin su posicin de privilegio. No es la di ferencia

    sino la proximidad de una diferencia competi tiva la que despierta los demoni os de lainsegur idad, la i nsoli daridad y el rechazo(Abad, 1993: 53, destacados mios).

    Ahora bien, la lucha por el reconocimientoque emerge a partir de los procesos migratorios,pone frente a frente las expectativas de los inmigrantes y las de la sociedad receptora. Elresultado de esta lucha puede afectar por tanto a la imagen que los inmigrantes construyende s mismos, como a la imagen colectiva que la sociedad elabora de s misma y la formaen que el otro encaja en esa imagen. En lo que viene nos ocuparnos de respaldartericamente esto ltimo.

    La participacin de los inmigrantes en la produccin simblicade la sociedad, est dada apartir de su papel en el proceso de reconstruccin de los referentes colectivos de esta.Entendemos que la identidad colectiva de una sociedad es el conjunto de representacionesideales o simblicas mediante las cuales se define el fundamento, motor y sentido de la

    convivencia entre los miembros de un grupo o una sociedad , de modo que toda sociedadproyecta una imagen de s misma yes por medio de ese imaginario que ella se reconocecomo colectividad, la identidad colectivasera as, el proceso mediante el cual laspersonas se reconocen y realizan como parte de una sociedad (PNUD, 2002: 38). En estesentido, el que los inmigrantes lleguen a participar en la produccin simblica de lasociedad va a depender de su voluntad de reconocerse como parte este, y de la voluntad dela sociedad para reconocerlos como parte del colectivo.

    Esta definicin de identidad colectiva nos ofrece un recurso eficiente para abordar en unsentido sincrnico la configuracin simblica de la sociedad, sin embargo, deja en el airelos efectos que el tiempo tiene sobre esos referentes simblicos. Es necesario por ello,complementar esta definicin con alguna otra que nos permita comprender la identidadcolectiva desde una perspectiva diacrnica. Esto es que recoja la influencia del pasado, perosobre todo las transformaciones de cara al futuro, que afectan la produccin de estaidentidad.

    El trabajo del psiclogo alemn Erik H. Erikson (1979) nos resulta funcional en estesentido. La singularidad del pensamiento de Erikson es que vincula la construccin de laidentidad personal con los procesos sociales e histricos en que viven inmersos los sujetos.Concretamente plantea que los perodos de decadencia de los referentes simblicoscolectivos de una sociedad, son puntos de inflexin para que las identidades personales sereformulen a la luz de los referentes colectivos emergentes (op. cit.). En este sentidoErikson plantea que Hay procesos de la historia que se vacan de identidad a causa detres formas bsicas de aprehensin humana: los miedos que suscitan los nuevos hechos

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    que al expandirse cambian radicalmente la imagen del mundo; la ansiedad, que suscitan

    ciertos peligros simblicos percibidos vagamente como una consecuencia del declinar de

    las ideologa existentes; y en la estela que deja tras de s una fe en proceso de

    desintegracin, el terror a un abismo existencial carente de significado espiritual (op.cit.: 22). Un antecedente sobre el relacin entre inmigracin y crisis de identidad, tal como

    la concibe Erikson, lo encontramos en la investigacin de Jess Labrador (2001) sobreperuanos en Espaa2.

    La llegada masiva o repentina de inmigrantes a una sociedad, suele poner en tensinalgunos referentes colectivos que han servido a los habitantes locales para definirsecolectivamente hasta ese momento. Estos referentes se enfrentan a la posibilidad de serreformulados a partir de este nuevo hecho histrico y social. O es que acaso una sociedadpuede seguir reconocindose en los mismos referentes colectivos despus de haber vividouna transformacin en su estructura social de la magnitud de la experimentada por lassociedades que reciben importantes contingentes de inmigrantes en perodos breves detiempo?

    Si consideramos conjuntamente las dos definiciones de identidad aludidas aqu, queda a laluz que nuestro concepto de identidad colectivaque se basa en la idea esta es un conjuntode referentes simblicos que conforman una entidad reconocible y distinguible de otras,que se puede transformar a partir de los procesos sociales que enfrenta. Desde este punto devista, la re-elaboracin de los referentes colectivos no supone que la identidad original sepierde o se ve daada en virtud de esos cambios. De modo que los materiales simblicosque conforman la imagen en la que se reconoce una sociedad, definen a los sujetos en loque son, pero no en lo que son esencialmente. A partir de esto, se puede interpretar lallegada de inmigrantes a una sociedad como un proceso social que puede contribuir amodificar la idea que la sociedad tiene de s misma, y que empuja espontneamente haciauna redefinicin de la imagen en la que esa sociedad se reconoce.

    Wallerstein (1991) ofrece una reflexin sobre el pasado de las naciones que permiteabordar esta cuestin. El autor distingue entre el pasado como un instrumento poltico dedominacin y el pasado como la realidad social acaecida en un tiempo anterior. Esto es,entre el pasado como historia reconstruida en el presente y el pasado como historia socialreal (op. cit.). En el primer sentido el pasado es construido a posteriori como unapropiedad esencial de la identidad de la sociedad. Con ello que se vuelve funcional a lasocializacin de los individuos, a partir de una idea fundacional que define lo que soncolectivamente en esencia. En palabras del propio Wallerstein en este sentido el pasado:es un instrumento que se utiliza contra los dems y un elemento fundamental para

    socializar a los individuos, mantener la solidaridad del grupo y establecer o cuestionar lalegitimidad socialcon lo que se pone en evidencia que la idea de pasado es ante todo unfenmeno moral y por tanto poltico (op. cit.: 122-3). En el segundo sentido el pasado esplanteado como historia social real, esto es, como un conjunto de procesos y conflictossociales de los que ha derivado la actual configuracin social. Una sociedad que entiende su

    2Labrador aborda el problema desde la perspectiva de la transformacin en la identidad de los inmigrantes. Plantea que el

    hecho migratorio constituira para estos sujetos un proceso que pondra en crisis sus antiguos referentes (propios del lugarde procedencia), y actualizara otros (propios del lugar de recepcin). En el siguiente apartado abordamos los procesosmigratorios como fuente de crisis identitaria para los propios inmigrantes.

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    pasado como una serie de procesos sociales singulares que no estn necesariamentevinculados linealmente entre s, entiende que su presente es una consecuencia de esepasado; una entre muchas otras que pudieron haber sido, y no la nica posible (Balibar,1991). Desde este punto de vista la construccin mtica y esencial del pasado, no solooculta los conflictos que le dieron forma al presente, sino tambin pretende esconder los

    conflictos actuales que pueden dar forma al futuro (Wallerstein, 1991).En sntesis, los planteamientos de Wallerstein nos conducen a pensar que una sociedad quedefine su identidad colectiva sobre la base del enaltecimiento de un pasado mtico, solopuede enfrentar los desafos que le impone la historia contempornea desde la negacin. Silas sociedades enfrentan los nuevos procesos histricos desde la confirmacin obstinada desu pasado, el miedo y la ansiedadque suscitan los cambios, solo pueden conducir alrechazo y al menosprecio de los nuevos agentes del cambio social. Si por el contrario, unasociedad entiende su pasado de un modo abierto y asume que su identidad colectiva pudohaber sido otra, entender que los nuevos procesos histricos y sociales la estnconvirtiendo o pueden convertirla en otra cosa de lo que ha sido hasta ahora.

    Si un evento histrico nuevo, como la llegada de inmigrantes a una sociedad, es concebidoen oposicin a la propia identidad, el recin llegado ser definido de antemano como unente amenazante. No ser un otropor descubrir, sino uno a rechazar. Adems de definir lapropia identidad como un cuerpo inmutable, el esencialismo impone al otro a-priori unaimagen de lo que esen esencia. Cuando se somete la identidad del otro a una interpretacinprejuiciosa como esta, se antepone una identidad social virtual, a su identidad socialreal, lo cual est en la base de la estigamatizacin de los sujetos (Goffman, 2001).

    La pertenencia a un grupo marcado socialmente por el prejuicio convierte, al sujeto enalguien cuya aparicin social est siempre precedida por el estigma que lo define deantemano. O como plantea Bauman en referencia al inmigrante, este soporta, por asdecirlo, su categora sobre los hombros(Bamuan, 1996: 117-8). En este sentido el otro esun desconocido identificado. Un sujeto localizado socialmente, pero limitado en sucapacidad para moverse de ah (op. cit.). La perpetuacin del otro estigmatizado en suposicin social, se presenta como una forma de inmunizacin simblica contra el extraocontaminante, y tiene como principal consecuencia, la conservacin de las relaciones dedominacin social, de subordinacin econmica y de negacin del reconocimiento.

    III.Anlisis preliminares (en curso)

    En lo que viene expondr parte de los resultados preliminares provenientes de un anlisisen curso de cuatro de los 10 grupos de discusin que conforman la muestra de poblacinchilena. El material proviene de los grupos conformados por personas de los estratossocioeconmicos ms altos de la muestra. Las aplicaciones se han realizado en los meses deenero y marzo de 2011 por lo que los anlisis se encuentran en una etapa an temprana. Loque viene es por lo tanto el esbozo de algunos elementos que en lo sucesivo marcarnalgunas de las lneas del anlisis definitivo, pero que sin embargo considero pertinentesometer a debate.

    a. Un Estado permisivo:

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    Existe en estos estratos una concepcin del Estado chileno como un ente permisivo ygarante de los derechos de los inmigrantes. Permisivo en cuanto al ingreso y garante encuanto al acceso a derechos. La percepcin que emerge sobre el trato del Estado hacia losinmigrantes latinoamericanos es el de un ente excesivamente permisivo que carece de undiseo para regular racionalmente el ingreso e imponer en el mismo sentido condiciones

    claras y necesarias para la permanencia. Habra en este sentido una debilidad en el controldel inmigrante por parte de un Estado. Se acusa en este sentido una falta de control desde laentrada del inmigrante al territorio, que se proyectara a posteriori una incorporacin,carente de regulacin. Claramente aparece una demanda de mayor control tanto en lallegada como en el asentamiento.

    b.Una sociedad atractiva

    Un punto central que me he ocupado de investigar tiene que ver con el lugar desde el que sehabla. Es decir cul es la concepcin de Chile y de los pases de procedencia desde la quese mira al inmigrante. La concepcin de Chile es el punto de referencia para articular eldiscurso. En este sentido aparece un pas que en la regin es privilegiado. La concepcinque se tiene de la sociedad y de su estado actual, se asocia a la prosperidad econmica, laestabilidad poltica, la seguridad ciudadana y el buen funcionamiento institucional. Estosseran los factores que explican para este estrato la eleccin de Chile como pas de destino.Esta imagen contrasta con la que se tiene de los pases de procedencia, depositarios de losrasgos contrarios: corrupcin poltica e institucional, inestabilidad econmica, inseguridadciudadana, falta de derechos y precariedad social. Si bien la sociedad chilena se entiendecomo menos rica culturalmente que los pases de procedencia, este no sera un factorrelevante a la hora de explicar la llegada de los inmigrantes. En el discurso aparece aquuna conjuncin entre la atraccin que supone Chile para las inversiones de capitalesextranjeros como para la definicin de las perspectivas de los trabajadores inmigrantes.Este lugar privilegiado en el que se situara a Chile en el contexto latinoamericano dereferencia de los chilenos, influye en la definicin de una imagen del inmigrante como unsujeto inferior. El provenir de un contexto en crisis, inseguro, corrupto e inestable convierteal inmigrante en un sujeto al que se lo puede fijar en una posicin subordinada.

    c.El estrato distanteUn elemento que tempranamente aparece como definitorio de la concepcin del inmigranteen este estrato, es que no constituye una amenaza o competencia cercana. El inmigrantelatinoamericano es ciertamente una amenaza y es depositario de conflictos potenciales, perono con nosotros, sino con la gente con la cual conviven y compiten directamente. Estosestratos no estn afectados directamente por la presencia de los inmigrantes. Hay unadistancia de clase que los inmuniza frente a la potencial amenaza que implica lainmigracin: competencia por puestos de trabajo, competencia por espacios, conflictos porestilos de vida costumbres diferentes y competencia por acceso a servicios pbicos.

    d.El inmigrante utilitaristaExiste una concepcin del inmigrante como un sujeto utilitarista, que viene, aprovecha lasventajas que tiene Chile como sociedad prspera, las explota obtiene recursos y luego seregresa. La concepcin de las remesas que envan los inmigrantes a sus pases de origen

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    ilustra con recurrencia esta idea. El envo de remesas se entiende al estilo de la explotacinde los recursos naturales que ejercen las empresas extranjeras. En este sentido el inmigranteaparece como una figura carente de un compromiso de largo plazo con la sociedad chilena,lo que lo convierte en un sujeto poco confiable. A modo de hiptesis de trabajo podemossugerir que esta idea se constituye como una de las limitaciones centrales para limitar el

    reconocimiento de los inmigrantes como sujetos sociales. El hecho de que no muestren uncompromiso definitivo con la sociedad, los convertira en sujetos a los que no debieraconcebirse en un sentido igualitario. Esto se puede asociar a la idea de expropiacin deltiempode los inmigrantes por parte de la sociedad: estos no seran reconocidos como partede la sociedad, a pesar de dejar parte de su tiempo productivo en ella. En este sentido eltrabajo, no sera considerado en el caso de los inmigrantes como un elemento constitutivodel vnculo de pertenencia individuo y sociedad. Cosa que s operara respecto de loschilenos.

    Aqu emerge una paradoja, puesto que la valoracin del aporte de los inmigrantes a lasociedad est vinculada esencialmente a que son reconocidos como personas tiles para sudesarrollo o el bienestar de la poblacin. Hay aqu una conciencia del aporte demogrfico,laboral, cultural, e incluso de emprendimiento que puede significar la presencia deinmigrantes. De manera que por una parte se valora su aporte en virtud de la utilidad o elservicio que prestan a la sociedad, pero se sanciona el utilitarismo en los sujetos cuando sesirven de la sociedad.

    e.El sustrato indgena

    Otro elemento importante que surge en la concepcin del inmigrante latinoamericano tieneque ver con la relacin entre lo indgenay lo inmigrante. Esta relacin ya investigada porBaeza (2008), constituye un elemento clave a la hora de construir al inmigrante como otroinferior. Respecto de esto es necesario anotar que en la concepcin que se tiene de lainmigracin latinoamericana, los argentinos tienen una presencia mnima. El discurso sobrela inmigracin pasa solo tangencialmente por este colectivo que es como sabemos elsegundo a nivel nacional y de la Regin Metropolitana. Y es justamente este colectivo elque no est vinculado a la herencia indgena.

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