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02 Año 01 Agosto 2012 Distibución gratuita. www.parroquialamerced.org Adoradores I. Para aprender a rezar, solo hay que rezar y rezar mucho En fotos. Colecta Anual de Cáritas, La Merced mucho más...

Alégrate - 02

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Revista Parroquia La Merced - Boulogne, Buenos Aires

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02Año 01Agosto 2012Distibución gratuita.

www.parroquialamerced.org

Adoradores I.Para aprender a rezar, solo hay que rezar y rezar mucho

En fotos.Colecta Anual de Cáritas, La Merced mucho

más...

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02 / La Merced

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SUMARIO04

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Editorial.

En fotos.

Recomendados.

Peregrinos.

Adoradores I.

Nosotros.

Especial Vocación I.

Especial Vocación III.

Especial Vocación II.Esto es mi cuerpo

Cartelera.Oración.

Colecta Anual de Cáritas, La Merced

¡Apuntá!

Un camino especial

Para aprender a rezar, solo hay que rezar y rezar mucho

Pentecostés + Confirmaciones

Vivir la comunidad parroquial como experiencia religiosa y social

Mi hijo adolescente y yo

Animate a leer todo...no sólo la página que más te gusta!

Dirección: Julián Navarro 3546, Lomas de San Isidro. Web: www.parroquialamerced.orgSeguinos en: /lamerced.sanisidro @LaMercedSanIsid

Capilla Cristo RedentorDirección: Murature y Gob. Udaondo, Beccar

Horarios de MisasParroquia Ntra. Sra. de La MercedDomingos: 11:30 y 19:00Lunes, martes, miércoles y viernes: 19:00Jueves: 19:00, celebración de la Palabra con comunión.Sábados: 19:00

Capilla Cristo RedentorDomingos: 10:00

Secretaría ParroquialGraciela Alvarez Iberlucea Horarios: Lunes a Viernes de 10:00 a 13:00 y de 17:00 a 20:00Dirección: Julián Navarro 3546 (1643) Lomas de San Isidro.Tel./Fax: 4512 8294 C.e.: [email protected]: [email protected]

Coordinación y Diseño: Golondrina, comunicación para la Iglesia.Flor: 15 30108222 / Magui: 15 3570 7857Fotos: Pato Muller www.patriciamuller.com.arCorrección: Traduar Claudia Calvosa [email protected] García Calabria [email protected]

Parroquia Nuestra Señora de La Merced

Correo de lectores Te invitamos a que nos hagas llegar tus comentarios, sugerencias y opiniones respecto de a la revista y la comunidad. Esperamos que nos escribas a:[email protected]

PublicidadEn caso de que quieras anunciar en la revista contactate con Claudia por teléfono o C.e.Celular: 15 4410 5929 C.e.: [email protected]

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Editorial.

En esta edición de ALÉGRATE nos propusimos compartir con ustedes distintos aportes y reflexiones que tienen que ver con la vocación de los cristianos.

Todos sabemos que vocación significa “llamado”. Nuestra vocación es la de ser nosotros mismos, sintiéndonos invitados a algo. ¿A qué? En primer lugar a la vida. Hemos sido llamados a ser nosotros en este mundo. Nuestros padres fueron portavoces de un llamado que viene de más arriba, de Dios. Es Él quien nos dice: “No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú me perteneces” (Isaías 43,1). Nacer en este mundo significa que nuestro nombre fue pronunciado por nuestro Padre Dios. Él nos conoce y ama a cada uno en particular. Sabernos llamados significa, en primer lugar, sentirnos elegidos y amados.

Y llamados a la vida, se nos confió una misión. ¿Cuál?, la de ser nosotros con otros y para los otros. Fuimos llamados “por” amor y “para” amar. Nuestra misión es vivir el llamado a

ser nosotros mismos convertidos en don para el mundo y para los hombres. Descubrir la propia vocación significa reconocer los talentos y capacidades que cada uno posee, vivirlos y multiplicarlos en favor de los demás. Así podremos expresar nuestro ser más personal, amando y trabajando en lo que nos guste.

Los cristianos vivimos el llamado a trabajar y amar por medio de la fe y el seguimiento de Jesús. El día de nuestro bautismo nuestro nombre fue pronunciado para llamarnos a vivir en el seno de la Trinidad –el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo– y convivir con los hombres como hermanos. La vocación cristiana implica entonces ser nosotros mismos “en” Dios, “con” y “para” los hombres.

Ser llamados a la vida por este Dios que nos dice: “Tú me perteneces” implica vivir con libertad esa pertenencia a un Amor tan grande. En esto consiste precisamente la santidad: sabernos amados por Dios y vivir como hombres y mujeres entregados a amar de corazón a los hermanos.

Disfrutemos este nuevo número de ALÉGRATE y demos gracias por nuestra vocación.

Queridos amigos:

P. Carlos. Párroco

[email protected]

« Descubrir la propia vocación significa reconocer los talentos y capacidades

que cada uno posee, vivirlos y multiplicarlos en favor de los demás ».

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Recomendados.

Esta sección es el espacio para que nos pasemos datos. ¿Qué peli está buena? Si

hay un libro que te parece imperdible, quizás un video en YouTube que te

pasaron y querés compartir, también un CD, una web, lo que se te ocurra.Películas

Libros

Web

“Elefante blanco” Director: Pablo TraperoEste filme se propone reflejar el sacrificio de los curas villeros hoy. Su trabajo los enfrentará a los poderes gubernamentales, el narcotráfico y la fuerza policial, arriesgando sus vidas por su compromiso con los vecinos del barrio. Reconociblemente bien dirigida, de muchas secuencias impactantes y varios aspectos discutibles, la nueva película de Pablo Trapero está dedicada a la memoria del padre Carlos Mugica, muerto a tiros, como se recordará, el 11 de mayo de 1974.

“La última cima”Director: Juan Manuel CoteloPablo, sacerdote, sabía que iba a morir joven y deseaba hacerlo en la montaña. Entregó su vida a Dios. Era conocido y querido por un número incalculable de personas. Basado en la vida de Pablo Domínguez Prieto, sacerdote madrileño que falleció en febrero de 2009 en un accidente al descender la cima del Moncayo.

“La danza del amor” de Carlos Avellaneda.

Estudio sobre la espiri-tualidad matrimonial en diálogo con la realidad actual del matrimo-nio. El autor comienza describiendo la crisis del matrimonio y la familia en el contexto del cambio cultural, y la transformación de los vínculos. Después de una sólida reflexión teológica, propone a los esposos una espiritualidad en-carnada: la fe vivida de a dos. Recomendado para quienes busquen una serena reflexión sobre el matrimonio cristiano hoy.

www.mayfeelings.com“La red social que reza para cambiar el mundo”

“El celular de Dios”de Pedro Oeyen

El autor imagina que Dios da el número de su celular y que distintas personas le plantean sus interrogantes. Así desfi-lan la madre que perdió un hijo, el industrial que contamina el ambiente, otro que es gay, uno que no trabaja ni estudia, un divorciado, la niña que pregunta por qué los mayores no hacen lo que enseñan, una mujer que abortó y otros más.Con un estilo ágil y direc-to, las respuestas de Dios iluminan estas situacio-nes actuales.

“Señales desde el Cielo” de Ma. Roberta Mallea

Una madre que pierde abruptamente a un hijo adolescente en un acciden-te se enfrenta con el in-sondable porqué e intenta desesperadamente “abrir el cielo”. Recibe señales elocuentes de amor y de consuelo que le permiten comprobar que EL CIELO EXISTE. La autora de este auténtico bestseller de la fe actualiza su experiencia quince años después y nos ofrece la respuesta que ella misma ha encontrado para hallar la Paz y el Sentido después de la muerte de un ser querido.

Esperamos tus

“recomendados”

para la próxima

Alégrate.

¡Apuntá!

¡Atención!: Hay 5 videos de May Feelings en Youtube. ¡Buscálos!

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Adoradores.

Conmemorar la Asunción de María nos permite adentrarnos en un tiempo marcado fuertemente por su presencia, y caminar, siguiendo sus huellas, hacia la celebración de la fiesta de María, madre de nuestra comunidad, bajo su advocación de Nuestra Señora de la Merced.

María eucarística,

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¿Qué es lo que miras María, con ojos tan abiertos y atentos?Cerrados al mundo exterior, los abres grandes al hondón infinito de tus entrañas. Y allí los posas, serenos, sobre el fruto bendito que vas madurando.

Tus ojos, sin verlo aún, lo acarician con ternura. Lo amas sin haberlo visto, María, con fe viva lo sabes dentro de ti, presente y con esperanza firme, aguardas su sonrisa.

Tus labios, sin hablar, sin que se escuche tu voz, repiten suavemente su nombre: Ieshuah.Y como una brisa ligera, como un suave aliento, en tu dulzura lo concibes por fe y amor, antes aún de que el Ruah eterno fecunde tu virginidad.

¿Qué es lo que escuchas tan atenta María? ¿Sobre qué Palabra inclinas tu oído, hija dilecta de Sión? La Escritura entera se agolpa a las puertas de tu corazón pidiendo permiso para ver al que prefiguraba, y cada cual, te ofrece callado su profecía cual añejos hilos con que puedas tejer en tu intacto telar los rasgos del prometido.

Y los muchos fragmentos y modos constelan en tu cielo ante el diminuto y mudo Logos, en quien todo fue hecho. Cruje el cosmos, pequeña María mientras luna tras luna, en tu amplísimo interior Dios exclamaba, arrobado de amor y de locura: ¡qué bien estamos aquí! ¡Hagamos tres carpas!Y los hombres todos, sedientos y sin rumbo, se acercan al umbral de tu callada faz para oír el cristalino Amén que inaugura un mundo de sentido.

Dímelo; te lo suplico, dime tan sólo esto, Madre: ¿qué le dices a tu Hijo?Tal vez le hables de tu pueblo, su gente y costumbres; tal vez le compartas la imaginación de los años por venir, en que le enseñes a caminar, a jugar, reír, llorar, a rezar. Tal vez sólo dejes pasar silenciosas imágenes por tu corazón y soples o suspires sobre ellas el dulce Nombre conque el Ángel te encomendó revestir al verbo sin carne.

Cierto: de todas las escenas de tu vida es posible aprender. Pero a la hora de elegir, Madre, no lo dudo: verte embarazada, andando pesada y callada, expectante, mirando con adorante asombro tan para dentro... esa, esa es mi Escuela favorita de Oración: exquisita, sublime, eficaz.

Es que tu Hijo está tan en mis entrañas como en las tuyas; tan en la retina de mi imaginación, como en la tuya; tan en mi nocturna fe, como en tu camino a Belén. Sí, Madre: su Rostro tan inasible como cercano me es tan íntimo y lejano como para ti en tu embarazo.

Virgen encinta, Orante y Maestra: dame gozar como tú de Aquel que me vive por dentro, y que crece en mi interior hasta el parto de mi partida.Dame inclinarme como tú sobre la Escritura para que resuenen todos sus armónicos y quede el rostro de tu Hijo en mis entrañas dibujado. Dame tu Fiat, tu Amén y tu Maranathá: ¡dámelos, Madre mía! para que así, en mi oscura carne el lejano Verbo pueda volverse a quedar.Amén.

Maestra de fe en la Anunciación, maestra de la adoración en Belén, maestra de obediencia en Caná, maestra de oración en el Magnificat, María anticipa en sí misma la profunda relación que une Iglesia y Eucaristía:“La relación de María con la Eucaristía se puede delinear indirectamente a partir de su actitud interior. María es mujer «eucarística» con toda su vida. La Iglesia, tomando a María como modelo, ha de imitarla también en su relación con este santísimo Misterio” (Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia).

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En fotos.

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por Dolores y Fernando Santa Coloma

Peregrinos.

En abril tomamos un avión a España con la idea de caminar unos días hasta Santiago de Compostela, tras los pasos del apóstol.

En Sarria empezamos la peregrinación hasta Compostela, caminando por verdes campos, entre las montañas con sus bosques típicos de la zona de Galicia.

En seguida notamos la magia del camino; en cada paso contemplábamos la belleza de la naturaleza y podíamos ver cómo el creador se revela a través de su creación.

Dolores y Fernando Santa Coloma. Casados hace 30 años, 6 hijos, una nieta. Forman parte del equipo de pastoral familiar de la parroquia.

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Un caminoespecial

Santiago de Compostela

España

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No fuimos a hacer el camino de Santiago con otro motivo más que peregrinar, rezar, contemplar, percibir, dejarnos llevar por el Espíritu Santo, con un corazón abierto.

Temprano en la mañana, empezaba la caminata al saludo de “buen camino”, con cada peregrino que nos encontrábamos, gente de todo el mundo, cada uno con motivos diferentes para estar allí.

Es emocionante darse cuenta de que, al igual que Santiago hace 2.000 años, nosotros también debemos estar dispuestos a llevar la Buena Noticia a todos. Recorrer este camino fue un poco revivir cómo había sido su experiencia y, a la vez, una oportunidad para preguntarnos cómo la estamos viviendo nosotros hoy.

Hay distintos puntos de salida, y el recorrido y la distancia que se quieren hacer quedan a criterio del peregrino. Nosotros optamos por un tramo de unos 110 km que se hace mayormente por senderos con bosques y arroyos, en terreno montañoso, todo muy verde. Al caer la tarde llegábamos a un pueblo y nos íbamos a descansar a un albergue, lo que siempre constituía una buena oportunidad para pasar un lindo momento con otros peregrinos, escucharlos, compartir historias de vida, entablar amistad… y estar prontos para seguir adelante al día siguiente al saludo de “buen camino”.

Es imposible perderse ya que el camino está todo señalizado por mojones de piedra con conchas amarillas que marcan la distancia hasta Santiago de Compostella. Dolores me comentaba que le gustaba verlo como el camino de la vida… Momentos de tormenta, de lluvia, de seguir con cansancio, como en nuestras vidas, mirando hacia adelante, esperando en

Dios la salida del sol, caminando con Él, disfrutando cada instante… También como una oportunidad de dejar en el camino las cosas que nos atan, que nos quitan libertad, las mochilas, de empezar a pensar en llevar solo lo necesario.

El ambiente es muy amable y la gente muy solidaria; todos tienen el mismo objetivo: recorrer el camino.

Ir haciendo camino al andar como canta Serrat en esos maravillosos poemas; el misterio que se va abriendo a cada paso nos ayuda a descubrirnos a nosotros mismos, nuestros límites, emociones, estados de ánimo que, en la distancia del camino, se hacen más visibles.

Llegamos entonces a Santiago de Compostella (campo de estrellas) con todo el cansancio y compartimos –emocionados– la misa del Peregrino en la catedral.

En las luces y en las sombras que aparecen en el camino puedo reconocer que no camino solo, que tengo compañeros que me acompañan, me dan fuerza, que somos muchos los que estamos en el camino o en camino hacia un mismo lugar, siempre guiados por el soplo del Espíritu Santo.

Te deseamos un buen camino en este peregrinar en la vida.

“ (...) el camino de la vida… Momentos de tormenta, de lluvia, de seguir con cansancio, como en nuestras vidas, mirando hacia adelante, esperando en Dios la salida del sol, caminando con Él, disfrutando cada instante…”

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Nosotros.

“Cuando comencé confirmación tenía la idea de que rezar no era muy importante y ni siquiera sabía qué significaba adorar. Pero al principio de cada encuentro adorábamos y empecé a rezar por cosas sencillas como exámenes y personas que yo sentía que necesitaban la ayuda de Dios. Esto me empezó a cambiar la forma de ver la oración”. Juanma Murcia Levi

“A lo largo de estos meses de preparación aprendí a abrir mi corazón que siempre fue bastante cerrado y a compartir con los demás sin miedo. Empecé a ver que Dios no era una materia más o algo obligatorio, sino mucho más que eso; Dios es amor y está en todos lados, y una vida junto a Él es mucho más linda. El día de mi confirmación le dije que sí a Dios, le dije que sí a llevar una vida siguiendo sus huellas y a seguir buscándolo”. Ama Rebolini

“El día en que me confirmé estaba muy nerviosa. Después de todo lo que viví con mi grupo entendía perfectamente que estaba recibiendo la plenitud del Espíritu Santo. Por suerte en el momento en que me ungieron con el aceite estaba muy relajada y contenta de que mi padrino estuviera a mi lado para acompañarme en el camino de la fe”. Belén Bozzello

PENTECOSTÉS+ CONFIRMACIÓN

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PENTECOSTÉS+ CONFIRMACIÓN

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Nosotros.

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“En confirmación aprendí qué significa ser cristiana en la vida

cotidiana y descubrí a Jesús como amigo y confidente. En

ese camino encontré personas increíbles, amigos en Jesús en los cuales llegué a confiar mi

vida, coordinadores en quienes buscar ejemplo y sabiduría cuando me sentía perdida”.

Vicky Priano

“Durante este año de confirmación me di cuenta de lo importante que es la comunidad. Una comunidad nace cuando reconocemos que solos no podemos, que solos no es fácil y que juntos siempre se puede más. En confirmación nos acompañamos y nos ayudamos a seguir adelante con esta forma de vivir que elegimos, la vida de cristianos“. Mili Vidal

Agradecemos a Pato Muller por facilitarnos la mayoría de las fotos

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por Joaquín Soiza

Especial Vocación I.

Cuando una intuición atrapa y empieza poco a poco a colmar de alegría… La intuición de saber que Dios está a la puerta y llama, que está permanentemente presente, amando y queriendo establecer una amistad du-radera en el tiempo, en la fidelidad, en la cercanía de dos que se encuentran y se buscan. Intuición que va tomando forma en la oración, en la caridad, en la pertenencia a una comunidad, en la fraternidad. Cuando empecé a partici-par un poco más en las actividades y la vida de la comunidad parroquial de La Merced nunca pensé que tantas cosas pasarían en tan poco tiempo. Que Dios y tantos hermanos pasarían por mi vida, para quedarse, para ir formando

un corazón sacerdotal, corazón de pastor en Jesús Buen Pastor. Empecé a vivir sin saber con certeza lo que estaba viviendo y viviría, sabiendo poco a poco que algo grande crecía en mí.

La vocación crece y uno apenas puede percibirlo. Va germinando lenta y pacientemente. Lo que sí pude intuir fue que de una u otra manera no me alcanzaban ni el tiempo ni los días para buscar y dejarme encontrar por el Señor. Hubo, por supuesto, momen-tos concretos que fueron significativos en mi camino de Fe. Muchos de ellos momentos cotidianos e impercepti-bles, pero fundantes para ir viviendo la propia vocación. Personas, rostros, lugares, situaciones, experiencias que provocaron un cambio y me invitaron a darle lugar y tiempo a Dios, en la Iglesia. Tiempo que no se mide en horas ni en días, sino en el deseo que madura, en la entrega cotidiana y en la oración que acompaña y marca el ritmo del discernimiento y de la vocación. La experiencia eclesial fue

un encuentro con una comunidad de fe, en una parroquia, con

personas concretas. Esta per-tenencia fue fundamental para

compartir la Fe y entrar juntos en la escuela de la caridad, del perdón mutuo, de la escucha atenta del obrar de Dios por NUESTRAS VIDAS. Testigos de la presencia de Dios en la propia vida, en la propia historia, y también en la vida y la historia de los demás. La vocación que va creciendo a los pies de Jesús, en la Eucaristía,

“Permanezcan en mi amor”

Seminario de San Isidro

“Cuando empecé a participar un poco

más en las actividades y la vida de la

comunidad parroquial de La Merced nunca

pensé que tantas cosas pasarían en tan poco tiempo.”

Vocación Sacerdotal

(Jn 15, 9)

Lujan 2007 y Misión

Moquehue verano

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en la Escucha de la Palabra, abra-zando las intuiciones y madurando la llamada. Llamada a permanecer en la búsqueda de la Voluntad del Padre para dejarme conducir por el Espíritu. Saberme llamado a dar mi vida como ofrenda permanente es una alegría y una llamada a compartirme generosa-mente por amor.

La vocación tiene mucho de ir aprendiendo a amar a Dios y a todos los hombres sin distinción, aceptando muchas veces los propios límites y los desafíos que el amor propone. Aceptar esta forma de amor, de caridad, de la vida de oración y la alegría serena de saber que Dios está y estará formando un corazón sacerdotal en el Corazón de Jesús. Corazón sacerdotal que se forma en la oración, y se dona y ofrece en la oración. Corazón sacerdotal, corazón orante en la búsqueda de la Voluntad de Dios, para la propia vida, para la Iglesia, para la vida y el corazón de to-dos los hermanos. Búsqueda contínua y llamada permanente para salir de mí mismo para darme. Búsqueda de Dios que me encontró. Búsqueda contínua del que sale cada mañana para bus-

carme, para llamarnos, para formar mi corazón llevándome a su propio cora-zón sacerdotal. Formación que hoy se concreta en la Iglesia, particularmente en el seminario, en la vida parroquial, en la oración, en la vida fraterna.

La vocación tiene ese misterio de búsqueda y encuentro permanente y cotidiano, sabiendo que nada tengo sino a Él. Cada día, un encuentro con Jesús, que alcanzó mi vida. Querien-do hacer carne la experiencia de San Pablo, que tanto bien me hizo y tantas veces recuerdan cuál es el camino y la esperanza, cuál es el próximo paso para buscar y encontrar, ser buscado y dejarme encontrar por Dios, “Esto no quiere decir que haya alcanzado la meta ni logrado la perfección, pero sigo mi carrera con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo no pretendo haberlo alcanzado. Digo solamente esto: olvidándome del camino recorrido, me lanzo hacia ade-lante y corro en dirección a la meta, para alcanzar el premio del llamado celestial que Dios me ha hecho en Cristo Jesús” (Flp 3, 12-14).

Misión Moquehue invierno 2009 y

Luján 2006

Misión Moquehue verano

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Especial Vocación II.por P. Carlos Avellaneda

Hasta hace unos años, y con relativa frecuencia aún hoy, la expresión “vo-cación” aludía al “llamado” a la vida consagrada o sacerdotal. La yuxtapo-sición de matrimonio y vocación era un hecho relativamente infrecuente en la reflexión católica. Sin embargo, el Con-cilio Vaticano II ha puesto claramente en evidencia que “todos los cristianos han sido llamados, ya que Dios deter-minó convocar a los creyentes en Cristo en la Santa Iglesia” (LG 29).

Este llamado se inscribe en uno previo y universal dirigido a todo ser huma-no que es traído a la existencia para participar en la vida divina. De hecho se trata de una vocación a la santidad, ya que Dios “nos ha elegido en Cristo, antes de la creación del mundo, para que fuéra-mos santos e irreprochables en su presen-cia, por el amor” (Efesios 1,4). El Concilio afirma que se trata de una santidad a la que cada uno debe sentirse llamado en su propio estado de vida hasta alcanzar la cumbre de la caridad (LG 39).

Por su parte, el papa Juan Pablo II enseñó que los fieles laicos poseen una “vocación y misión” en la Iglesia y el mundo que es peculiar: “buscar el Reino de Dios tratando las realidades temporales y ordenándolas según Dios” (ChL 9). Los esposos participan de esta misión de modo especial mediante su amor conyugal y familiar a través del cual se santifican mutuamente.

Amándose uno al otro, los cónyuges se santifican mutuamente.

Desde esta perspectiva, el matrimonio cristiano es la vocación, que los esposos reciben de Dios en el bautismo, a seguir a Cristo y conformar su vida con la de Él, mediante la práctica del amor recíproco, santificándose mutuamente. El amor de reciprocidad de la pareja conyugal y la cooperación con el amor creador de Dios de la pareja parental son el camino que los esposos y padres cristianos deben recorrer para cumplir su vocación humana y cristiana aspirando a la santidad.

Hablar de santidad puede sonar utópico y como de otra época. Pero si recordamos que santidad es sinónimo de perfección por el amor, aspirar a la santidad no es otra cosa que buscar amar de modo cada vez más intenso a Dios y al prójimo. Y en la vida matrimo-nial ese amor se concreta en la recipro-cidad amorosa del vínculo conyugal. No hay nada más actual que el amor.

Todos los cristianos debemos poder vivir la Buena Noticia del amor en las circunstancias históricas que nos son contemporáneas. Esto significa que la santidad matrimonial no puede expresarse viviendo un estilo de amor, por así decir “extemporáneo”, de otra época, que dé lugar a un vínculo que no responda a las aspiraciones de equidad y reciprocidad del hombre y la mujer de hoy. Podríamos hablar, entonces, de la

Vocación Matrimonial

Llamados a ser santos hoy

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necesidad de una “santidad contempo-ránea” que, como fruto de la gracia, refleje el amor radical de Cristo Esposo y, a la vez, encarne aquí y ahora las actitudes que hacen posible tanto una relación matrimonial satisfactoria como un vínculo saludable con los hijos.

El amor fue formulado por Jesús en términos de “reciprocidad” (Juan 13,34), pero por motivos culturales, en la vida matrimonial no siempre fue vivido por los esposos cristianos en esos términos.

Muchas veces el vínculo conyugal era de sujeción de la mujer al hombre,

que ejercía el dominio. La reci-procidad del amor posee por eso mismo una actualidad muy

especial, ya que hoy en día ninguna mujer estaría dispuesta a unirse a un

hombre con una relación de someti-miento. La equidad y la reciprocidad en el amor son la base para una santidad matrimonial contemporánea.

El matrimonio no siempre ha sido presentado por la tradición cristiana bajo una luz positiva, fue incluso des-valorizado como camino a la santidad. Además, el sexo genital fue visto, por muchos siglos, como algo pecaminoso que ofuscaba cualquier sana compren-

sión del matrimonio. Es evidente que la revalorización actual de la corporei-dad, la sexualidad, los sentimientos, la comunicación y los vínculos deberá formar parte, como lo desarrollaremos más adelante, de una espiritualidad nueva y encarnada.

El teólogo ruso Paul Evdokimov se re-fiere a una “santidad nueva”, cuyos ejes parecen estar mutando y acercándose a la forma de la cruz. Dice: “El eje vertical de la elevación se humaniza entre-cruzándose con el eje horizontal de la condición humana. La vida instintiva, fisiológica, no necesita más auto-jus-tificaciones con argumentos falsos, ni de esconderse bajo un falso pudor que no es otra cosa que la expresión de una falta de equilibrio espiritual. La gracia penetra en el hombre en su entere-za, y en aquel que se entrega a Dios completamente, con un ser indiviso, todo es santo y todo es santificado, el ser humano entero es reconstruido y entregado a Dios”.

Desde esta perspectiva, la auténtica santidad abarca a todo el ser del hom-bre: el alma y el cuerpo, lo espiritual y lo material, lo eterno y lo cotidiano, al hombre y la mujer. No hay que separar lo que Dios ha unido.

“(...) santidad es sinónimo de perfección por el amor. Aspirar a la santidad no es otra cosa que buscar amar de modo cada vez más intenso a Dios y al prójimo. Y en la vida matrimonial ese amor se concreta en la reciprocidad amorosa del vínculo conyugal.”

La auténtica

santidad abarca a

todo el ser del hombre:

el alma y el cuerpo, lo

espiritual y lo material, lo

eterno y lo cotidiano, al

hombre y la mujer.

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por Ignacio Marseillan

Especial Vocación III.50 años, Ingeniero Civil UBA, Máster en Administración de Empresas Públicas, Univ. de Harvard. Es presidente de Spencer Stuart: Consultora en Búsqueda de Ejecutivos. Está casado, tiene 5 hijos (Tomi 23, Marcos 22, Nico 22, Verito 18 y Santi 9). Además trabaja en la Parroquia dando charlas sobre vocación y salida profesional.

“Tengo que elegir una carrera y no sé por cuál inclinarme. A mis 18 años tengo tres diferentes alternativas y todas me gustan…”

“Llegué a mis primeros 40 años y estoy en la búsqueda de una nueva oportunidad laboral. No sé por dónde empezar ni qué buscar. Estuve muy concentrado en mi trabajo todos estos años, pendiente más de hacer las co-sas bien y tener el sueldo a fin de mes que de cuestionarme qué era lo que verdaderamente a mí me gustaba”.

“Llegue a los 60 años y estoy por retirarme. Siempre la empresa en la que trabajé todos estos años me abri-gó y me dio todo. Ahora cuando me retire, ¿qué puedo hacer? No sé cómo voy a ocupar mi tiempo”.

Estas son algunas preguntas que escuché en las últimas semanas de gente con buena formación y prepara-ción pero con cuestionamientos exis-tenciales a la hora de tomar decisio-nes de carrera. Al momento de poder ayudarlos y tratar de orientarlos sur-gen reflexiones que hablan de gustos, habilidades, capacidades, fortalezas y debilidades de cada individuo. El solo hecho de animarse a estas pregun-tas permite empezar a aclarar las ideas (ya preexistentes en cada uno de nosotros) sobre la tendencia que

tenemos hacia determinadas cosas, sobre lo que nos gusta o no, y sobre cuál es la mejor alternativa de carrera tanto académica como profesional, sopesando nuestras capacidades y las posibilidades económicas. En pocas palabras nos encontramos conversan-do sobre temas profundos y existen-ciales que giran alrededor de una pregunta clave: ¿cuál es mi vocación?

¿Cuál es la razón por la cual llega-mos hasta estos momentos de nues-tra vida sin la respuesta, siendo esta tan importante para nuestro desarro-llo futuro? ¿Nos hemos preguntado en algún momento sobre nuestra ver-dadera vocación o sobre qué sentido quisiéramos darle a nuestra vida?

En un mundo tan vertiginoso como el de hoy poco tiempo tenemos para reflexionar, hacer silencio interior y desafiar nuestras seguridades adquiri-das durante años y nunca puestas en discusión. Es más fácil permanecer en posiciones conocidas, muchas veces cerradas y poco predispuestas al cam-bio. ¿Qué pasaría si la respuesta pro-funda significara un cambio importante en lo que pensaba hacer o en lo que venía trabajando hasta ese momento?

Hoy en día para poder profundizar en nuestro propio ser, conocernos y a su vez ejercer posiciones de influencia

DESCUBRIR LA VOCACIÓN:

Qué camino tomar

Vocación Profesional

20 / La Merced

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en cualquier organización en la que estemos, es indispensable prescindir de toda búsqueda de seguridad que pueda darnos el mundo exterior, la experiencia o el conocimiento adqui-rido, y estar abierto a lo que nos dice el ahora que habla a través de nuestro corazón iluminado por la gracia del Espíritu. La búsqueda de la seguridad y de permanecer en lo cómodo, en lo conocido, es una manifestación del miedo al descontrol que representa la pérdida de algo arropado durante años y querido por nosotros: una carrera, la estabilidad de un puesto, el progreso en una organización, prestigio, afecto u otros aspectos en donde el ego entre

en juego. En nuestro imaginario de seguridad, hay miedos inconscientes

a perder todo esto si de verdad nos permitimos y nos abrimos a indagar sobre nuestra verdadera vocación.

La influencia externa (social, fami-liar, cultural) acumulada en nuestra

memoria en forma de mandatos también se introduce en nuestro

pensar y sentir como creencias impulsoras. ¿Cómo puedo

descubrir qué es lo que realmente quiero si hemos crecido en modelos que alientan el pensar pareci-

do, el uniformar, estandari-zar y mantener las segurida-

des adquiridas sin posibilidad de cambio alguno en la forma

de ver la realidad? ¿Cómo pasa-mos de este modelo a uno en donde quedamos a expensas de nosotros mismos para preguntarnos quiénes somos desde nosotros y no desde la aprobación o desaprobación del mundo que nos rodea?

Descubrir lo que a uno le gusta, descubrir la pasión, requiere un trabajo de introspección no simple, bien desa-fiante y con recompensas altamente gratificantes que funcionan más allá de hacer o estudiar algo por la simple obligación de hacerlo. Alguien que

hace algo por vocación y con pasión busca la excelencia y da un poco más que el resto por el placer de la propia realización antes que por el cumpli-miento de un mandato. Viendo a esta persona hipotética trabajar o estudiar, se nota que es alguien que sale del es-tereotipo, que está dispuesto a innovar. A pesar de los contratiempos no se resigna fácilmente. Se siente confiado y ama lo que hace, se siente identifi-cado con su tarea. Toma la adversidad como un reto y a la larga la supera positivamente desde el lugar asumido. Tiene un motor interno que lo lleva a un plus, a dar más de lo que uno da por un simple trabajo.

La respuesta a cómo bucear en nues-tro interior para descubrir nuestra voca-ción comienza en el autoconocimiento y en la energía derivada de este proceso de autorevelación. Es un proceso solita-rio de íntima sinceridad con uno mismo que consiste en mantener una atención pasivamente activa sobre todo lo que nos sucede en la vida cotidiana. Eso sí, las preguntas del autoconocimiento requieren una condición clave: no juz-gar, ni condenar, ni mandarse la parte con lo que uno está observando sobre uno mismo. Si esto ocurre, el proceso de autoconocimiento se detiene y surge el ego, la máscara y la autoimagen que conspiran contra el ser interior de cada uno siendo reemplazado por los man-datos y por todo lo aprendido por años sobre lo que debiéramos ser.

En el mundo actual, la velocidad de los cambios y la evolución de las organizaciones exigen personas cada vez más lúcidas en cuanto al conocimiento de sí mismos, capaces de adaptarse a cambios continuos y flexibles a la hora de su interacción con los otros. El conocer y saber orientar la vocación de cada uno nos facilita el camino, nos conduce y nos guía para alcanzar con entusiasmo aquello que desde el conocimiento de la propia vocación nos propongamos.

“Alguien que hace algo por vocación y con pasión

busca la excelencia y da un poco más que el resto por el placer de la propia

realización antes que por el cumplimiento de un mandato. (...) Tiene

un motor interno que lo lleva a un plus, a dar más

de lo que uno da por un simple trabajo.”

“Eso sí, las preguntas del autoconocimiento requieren una condición clave: no juzgar, ni condenar, ni mandarse la parte con lo que uno está observando sobre uno mismo. Si esto ocurre, el proceso de autoconocimiento se detiene y surge el ego (...)”

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RETIRO “Hacia lo alto”

RETIRO PARA MATRIMONIOS

OLIMPÍADAS DIOCESANAS

Cartelera.

El 10, 11 y 12 de agosto será el cuarto retiro “Hacia lo alto” para jóvenes mayores de 18 años. Inspirados por la vida de Pier Giorgio Frassati, nos planteamos cómo vivir como cristianos en el día a día. Requiere inscripción previa en www.parroquialamerced.org Para más información mandar un mail a [email protected]

El P. Carlos Avellaneda predicará un retiro para matrimonios el fin de semana del 28, 29 y 30 de Septiembre en la Casa de María, Luján. Están invitados todos los matrimonios de nuestra comunidad. Para anotarte y recibir información más precisa llamá a la Secretaría Parroquial.

El 20 de agosto se realizaran las Olimpiadas Diocesanas. Como siempre, irá una delegación de jóvenes de la parroquia de entre 15 y 25 años. Las disciplinas olímpicas son: fútbol masculino, +18; fútbol masculino, sub 18; fútbol femenino; voley mixto; posta mixta; baile; música; arte; fotografía; videoclips e ingenio. Todo aquel que quiera participar, puede inscribirse en www.parroquialamerced.org. Para más información mandar un mail a [email protected]

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Virgen de la Merced, bajo tu amparo de madre esta familia se cobija.

A ti te consagramos nuestras vidas para ser signo e instrumento de la unidad y del amor allí donde estemos.

Haznos como tu, todo de Dios y de la Iglesia en la Palabra, la Eucaristía y la fraternidad.

Acuérdate de nosotros en tu misericordia, rompe las cadenas que sujetan nuestro corazón para tener así, los mismos sentimientos de tu hijo Jesús.

Amén.

ORACIÓN A LAVIRGEN DELA MERCED

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