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HERMENEUTICA ANALOGICA, SIMBOLO Y ACCION HUMANA Luis Alvar ez Colín i EDITORIAL TORRES ASOCIADOS

Alvarez Colin Luis - Hermeneutica Analogica Simbolo y Accion Humana

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Psicoanálisis, Filosofía y Simbología

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HERMENEUTICA ANALOGICA, SIMBOLO

Y ACCION HUMANA

Luis Alvar ez Colín

i

EDITORIAL TORRES

ASOCIADOS

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INDICE

INTRODUCCIÓN 5

EL RESCATE DE LA ANALOGIA Y LA INTEGRACION DE IWIS HERMENEUTICAS 9

LA BUSQUEDA DE UN NUEVO ORDEN DE RACIONALIDAD ANALOGICA 31

LA PSICOLOGIA FAMILIAR A / v t LUZ DE LA INTERREISACION HERMENEUTICA-ANALOGIA 39

HACIA UNA HERMENÉUTICA ANALOGICA DE LA ACCION COMUNICATIVA 59

EH ESPACIO SIMBOLICO LATINOAMERICANO: LUGAR CONSTITUTIVO DE LA HERMENEUTICA SIMBOLICA 71

BIBLIOGRAFIA 85

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Para Yolanda, Luis Felipe y María. Fernanda, símbolos de la gran arboleda donde mi vida ha recogido frescura, reposo y energía.

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V:

Primera edición, 2000 ©Luis Alvarez Colín ©EDITORIAL T O R R E S A S O C I A D O S

Otomíes, L t . 1, Mz. 15, Interior 6 Colonia Ajusco. CP 04300, Coy., México

Pedidos al tel. 5618 71 98

Reservados todos los derechos. N i la totalidad n i parte de esta publicación puede reproducirse, registrarse o t ransmi t i r se , por un sistema de r e c u p e r a c i ó n de información en ninguna forma ni por ningún medio, sea e l e c t r ó n i c o , m e c á n i c o , f o t o q u í m i c o , m a g n é t i c o o electroóptico, por fotocopias, grabación o cualquier otro, sin permiso previo, por escrito, del editor.

INTRODUCCION

Este libro es un ensayo en el que se tratará de explicar la idea de una hermenéutica analógica y de aplicarla a campos tan diversos como la filosofía, la psicología, la comunicología y la realidad latinoamericana. 1 Comenzaremos por dar una breve idea de la hermenéutica analógica explicando esos dos términos y su conexión, para después hablar acerca de sus posibles aplicaciones.

La hermenéut ica es la disciplina de la interpretación de textos, la que nos lleva a una adecuada comprensión de su contenido significativo. La hermenéutica ha querido ser lleva­da a una posición univocista, en la que se constriña a una sola interpretación como válida para un texto. Por rechaza a ello, la posmodernidad ha tendido a producir hermenéuticas equi-vocistas, donde hay tantas interpretaciones cuantas cabezas, y todas válidas porque son inconmensurables entre sí; de mane­ra irreductible y relativista, se va a la deriva interminable de los sentidos y a una interpretación sin fin y que no llega a nada. Frente a ello, se ha sentido la necesidad de una her­menéutica distinta, a saber, una hermenéutica ni unívoca ni equívoca, sino intermedia, ta hermenéutica analógica, situada no en la univocidad ni en la equivocidad, sino en ía analogía; ésta le permite abrir el margen de las interpretaciones, de modo que no se tenga sólo una interpretación válida, pero tampoco se hunda en el relativismo; y que respete las diferen­cias, pero sin perder la capacidad de reunir semejanzas e incluso unlversalizar.

'La hermenéutica analógica, iniciatmente propuesta por Mauricio Beuchot (Tratado de hermenéutica analógica, México, UNA.M, 1997), es desarrollada por un grupo al que pertenece el autor.

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Esa hermenéutica analógica se ha mostrado útil y fértil en var ios campos; ha sido ap l i cada a la f i l o s o f í a , 2 l a antropología 3 y a la literatura.4 Ahora haremos aplicaciones a la psicología (específicamente a la psicoterapia familiar) y a la comunicación. También la aplicaremos al planteamiento de una filosofía latinoamericana.

Así , en el primer capítulo, hablaremos de la oportunidad de rescatar en este momento la noc ión de ana logía para realizar la integración de las he rmenéu t icas actuales, tan dispersas. En el segundo capí tu lo , haremos entender que esto inaugura un orden nuevo de conocimiento, es decir, toda una racionalidad analógica, que dejaremos solamente planteada y esbozada, para ser desarrollada posteriormente, en nuevos programas de investigación. En el capitulo ter­cero haremos la aplicación de la hermenéut ica analógica a la psicología familiar, centrada en el simbolismo (mitos, ritos, etc.) de tas familias, y de su manejo adecuado o inadecuado. En el capítulo cuarto, haremos asimismo una aplicación de la he rmenéu t ica analógica a la comun icac ión , lo que nos dará una comprensión más exacta del fenómeno dialógico entre los seres humanos. Y, finalmente, en el capítulo quin­t o , una propuesta de a p l i c a c i ó n , como h e r m e n é u t i c a analógico-simbólica, a ta realidad de Amér ica Latina, para

lCf. N. M . Matamoros Franco, "La hermenéutica analógica de Mauricio Beuchot: respuesta a la posmodemidad", en Universidad de México, revista de la UNAM, número extraordinario I I , 1998, pp. 70-72; L. Cabrera Álvarez, El problema de lo epistemología, metafísica y antropología en la posmodernidad según Mauricio Beuchot, Guadalajara, Jal.: UNIVA, 1999.

'Cf. S. Reding Blase, Antropología y analogía, México: Eds. Taller Abierto, 1999.

'Lo está siendo por Benjamín Valdivia, de la Universidad de Cruanajuato, y por Caleb Olvera, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

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que pueda servir de punto de partida para el nuevo filosofar latinoamericano.

Esperamos que estos ensayos de explicación y aplicación de la hermenéutica analógica conduzcan a otros a experimen­tarla en otros ámbi tos . Muchos campos del saber podrán verse beneficiados y fomentados en sus estructuras y fun­ciones.

El ú l t i m o cap í tu lo al que hemos aludido bien p o d r í a haberse ubicado en tercer lugar, como desarrollo de la rac ional idad a n a l ó g i c a y a p l i c a c i ó n a la cu l tura l a t i ­noamericana, s e ñ a l a n d o aspectos e s p e c í f i c o s y carac­t e r í s t i c o s de nuestro continente. Sin embargo, hemos escogido colocar lo al f i n a l por varias razones que a c o n t i n u a c i ó n se enumeran:

í . Señala significativamente un punto clave en ta evolución del pensamiento filosófico del autor;

2. Propone una aportación a la hermenéut ica analógica (analizando una ontología de base analógico-simbólica) desde un realismo analógico-simbólico con base ontológica;

3. Marca una etapa decisiva en el estudio de la filosofía latinoamericana.

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EL RESCATE DE LA ANALOGIA Y LA INTEGRACION DE LAS HERMENEUTICAS

Por la analogía el paisaje confuso de la pluralidad y la heterogeneidad se ordena y se vuelve inteligible; la analogía es la operación por medio de la que, gracias al juego de las semejanzas, aceptamos las diferencias. La analogía no suprime las diferencias: las redime, hace tolerable la existencia.

Octavio Paz

El todo en el fragmento, solamente porque el todo es el fragmento.

Hans Urs von Balthasar

1. In t roducc ión En el conflicto actual de las hermenéuticas y con la sepa­

ración exagerada que existe entre la filosofía hermenéutica y la h e r m e n é u t i c a p r á c t i c a , la a n a l o g í a , como m e d i a c i ó n provocativa y ritmo universal integrador, juega un rol concep­tual y sintético de primer orden. Es ella la que nos anuncia y advierte que quedarnos solamente con los extremos para­lizantes: la maciza univocidad o la fragmentada equivocidad, además de ser una humillación de) logos y un olvido del sím­bolo, es un desfondamiento del ser.

Con alguna frecuencia se escucha en el ámbito académico y de inves t igac ión , dentro y alrededor de las disciplinas filosóficas: ¿Hermenéutica? ¿Pero cuál en el inmenso mar de autores, escuelas, corrientes? Pues bien, la doctrina de la analogía es una opción posible, legítima y real, que hace más

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justicia que otras doctrinas a! ser y a la verdad. A l primero porque nos ayuda a descubrir, aunque sea con limitaciones, los diversos modos de ser que en su relacionalidad horizontal y vertical dan prueba de la libertad insuprimible del hombre. A la segunda porque la analogía, en su función de mediación, aunque no sea más que como tiniebla luminosa, está al servi­cio de ella. ¿Qué otra cosa puede ser la alétheia sino apertura y revelación del ser?

El título de este capítulo: "El rescate de la analogía y la integración de las hermenéuticas" pretende inducir a los lec­tores la oportunidad, la necesidad y el valor de la hermenéu­tica analógica que Mauricio Beuchot nos presenta, rescatan­do, por un lado, la valiosa tradición de la doctrina analógica, tan actual hoy, como mostrenco se presenta el horizonte filosófico de final de siglo. Por otro lado, «configurando con su tratado la unidad del conocimiento y la unidad del ser.

El Tratado de hermenéutica analógica, de Mauricio Beuchot, es un libro, en su brevedad, provocativo y transgresor como la analogía misma. Un libro audaz que se coloca tensionalmente en los límites: entre el ontos y el logos, entre la diversidad y oposición y la semejanza y mayor desemejanza con todas sus correspondencias y mediaciones. Es un libro cuyo proyecto cen­tral y preciso consiste en rescatar del olvido, la indiferencia y la ignorancia, la doctrina de la analogía, concepto de carácter estrictamente filosófico, pero de muy cercano e inseparable par­entesco con la teología. Mauricio Beuchot, apropiándose, a la luz de la tradición del pensamiento fílosófico-teológico católico y cristiano, el concepto de la analogía y haciendo sus propias aportaciones teórico-metodológicas, le devuelve a la filosofía, a la cultura y a la historia un ritmo universal que nos permite comprender mejor la existencia del hombre, su mundo de rela­ciones, su vinculación con el Dador de la vida, la evolución de las ideas y la síntesis del ser en la experiencia y en la historia.

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En efecto, la analogía 'redime las diferencias', reconcilia las oposiciones, ordena lo plural, vincula los antagonismos y finalmente crea un mundo de orden, respeto y armonía. Por ello mismo este l ib ro , tan sencil lo como ambicioso, al esbozar la lógica de la analogía en el marco de la hermenéuti­ca, está llamado a fundar un nuevo orden de racionalidad que desborda la pluralidad de hermenéuticas y multidisciplinar y transdisciplinariamente pone los fundamentos de un nuevo modelo ontosemántico que puede ser de utilidad a todos los que estudian la acción humana desde diferentes ángulos y perspectivas.

El Tratado crea la sensación de recuperar ahora, con la analogía, un elemento interno de integración; un puente que sólida y audazmente une los extremos: la semejanza y la diferencia; un hilo conductor que reconoce y conceptualiza las sutilezas para hacer (con las múlt iples funciones de la analogía) justicia a las diferencias individuales, para instaurar un régimen de pensamiento que, siendo distinto de la dialécti­ca, visualice y estudie las relaciones entre el todo y las partes, reconozca en toda su riqueza las propiedades trascendentales del ser; reconozca al bonum, al verum y al pulchrum que, bajo una polaridad constante, se encuentran con diversos gra­dos de identidad y diferencia en cada ser.

Nos ocuparemos fundamentalmente de comentar algunos puntos relevantes de los primeros dos capítulos que dan razón de ser de la hermenéut ica analógica y su fundamentación, para pasar después a realizar un análisis de los capítulos más teóricos y densos, como son el sexto y el séptimo, que nos parecen la parte basilar del libro. Es decir, ambos constituyen, en nuestra opinión, el fulcro de un nuevo edificio de raciona­lidad. Esta es la oferta intelectual, motivacional y emocional de Beuchot y al mismo tiempo su riesgo. Nosotros, por cuen­ta propia, haremos algunas crít icas que, en elogio de esta

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i, M • •

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aventura de Beuchot, se convierten en sugerencias de com­pañero y colega. Haremos también algunas propuestas a su modelo, aceptando el viaje provocativo de la analogía y la postura abierta y visionaria del autor.

2. L a lógica interna de la analogía y sus perspectivas Para poder entender una de las afirmaciones fundamentales

de Beucbot, quien (capítulo I I I : "Los márgenes de la inter­pretación: hacia un modelo analógico de la hermenéutica") afirma claramente que con el modelo analógico se evitaría una "penosa lucha entre la hermenéutica y la pragmática", 1

fusionando la comprensión y la explicación con predominio de la primera, debemos primero acercarnos a un análisis de la analogía cómo principio formal que determina nuestro pen­samiento e integra al hombre, la cultura y la historia.

Desde la fi losofía griega, especialmente con Platón y Aristóleles, junto a una concepción del ser se dio también la del ser en "ana logía" entre diversos modos de ser, lo que equivale a decir una cierta proporción óntica que hace posible que se prediquen conceptos simultáneamente en forma igual y en forma diferente. Por su parte, los filósofos cristianos han avanzado notablemente en el estudio de este modelo hasta hablar del ser en analogía entre lo creado, especialmente el hombre, y lo divino. La visión de San Agustín culmina en la de Santo Tomás y posteriormente Eckhart, Escoto y la tradi­ción tomista: Juan de Santo Tomás, Cayetano, Silvestre de Ferrara y Francisco Suárez hacen avances significativos tanto en la analogía de proporcionalidad como en la de ía atribu­ción, siendo creación de la escolástica española el concepto analogía entis. Sus contribuciones, hoy en día, forman parte

'Mauricio Beuchot, Tratado de hermenéutica analógica, UNAM, México, 1997, p. 44.

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del pensamiento moderno, aun cuando harían falta más estu­dios que sacaran a luz sus fundamentos metafísicos y sus con­clusiones sociales y ético-políticas, especialmente del gran jesuíta de Salamanca, Francisco Suárez, cuya visión tiene una sorprendente actualidad.

Entre las dos guerras mundiales emerge la figura de Erich Przywara (1889-1972), jesuíta alemán, cuya obra toda gira en torno a la analogía como pieza clave del pensamiento filosó-fíco-teológico católico. Este pensador amplía la concepción analógica de la escolástica, hasta llevarla a su máxima expre­sión, y hace de ella el principio fundamental que rige no sólo la filosofía y la teología, sino la marcha de la historia y la cul­tura, teniendo como centro la libertad del hombre. En su tiempo Przywara, cuya obra fundamental es Analogía entis,2 confrontó su pensamiento con ios escritos de Kant, Hegel, HusserI y Heidegger, y sostuvo un diálogo fecundo con teólo­gos, tanto protestantes (Karl Barth) como católicos de la talla de Karl Rahner y Hans Urs von Balthasar. Por cierto, este último siempre se proclamó su discípulo y a él le debemos la reedición, treinta años más tarde, en 1967, de su obra princi­pal con una segunda parte hecha de estudios, posteriores bajo una perspectiva más amplia.

En este comentario al Tratado de hermenéutica analógica de Mauricio Beuchot, nos parece oportuno esbozar algunas ideas przywarianas sobre la analogía. Ideas que pueden enriquecer el proyecto de Beuchot y poner al lector al tanto de este concepto que es fundamental, no sólo en la hermenéutica, sino principal­mente en la filosofía y la teología, tanto católica como protes­tante; en la cultura y la visión histórica del hombre.

E l punto de part ida que s e ñ a l a el s ign i f icado de la

'Erich Przywara, Analogía entis. Metaphysik, Verlag Josef Kósel, (tachen, 1932.

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ana logía 1 se concentra en que el ser se prodiga, al mismo tiempo, como unidad y como multiplicidad. La relacionalidad marca cualquier absoluta e indiferenciada identidad consigo mismo. "Ser" implica intrínsecamente y conlleva un "estar en relación", y, particularmente, en relación determinada, a la luz de una doble perspectiva: hacia dentro de sí mismo y hacia fuera de sí mismo. La dimensión hacia adentro vivencia una relación entre varios elementos constitutivos: acto y potencia, materia y forma, y diversifica modos distintos de ser: lo esencial, lo substancial, lo accidental, etc. La dimen­sión hacia fuera implica una relacionalidad que se expresa como parte y todo, causa y efecto, individuo y especie, viviente y ambiente, etc.

La riqueza de esta pluralidad universal de relaciones cons­titutivas toma la forma de analogía propiamente dicha, medi­ante dos formas interdependientes de relacionalidad dinámica que Przywara llama:

1. La relacionalidad horizontal, de cuño más bien aris-totélico-tomista, nos habla de diversidad y oposición. La plu­ralidad relaciona! de la realidad nos aparece, en sus diversos campos, estructurada en términos binarios que oponen entre sí caracter ís t icas perceptibles y definibles, pero al mismo tiempo se enlazan en campos concretos de respectividad recíproca, logrando así un determinado equilibrio, a tal grado que, si no pensáramos en más, este mismo balance nos estaría

JE1 tema de la analogía como relacionalidad 6 diálogo vertical y hori­zontal, es formulado en su primera concepción por Przywara y tiene rami­ficaciones y tonos complementarios en los dos siguientes autores: J. Terán Dutari, Analogía de la libertad. Ediciones de la Universidad de Quito, 1989, pp. 160-168 y Juan Carlos Seannone, El nuevo punto de partida de la filosofía latinoamericana. Edil. Guadalupe, Buenos Aires, 1999. p. 39. Los incisos que siguen, 1 y 2, recogen las ideas de Przywara y algunas interpretaciones de los dos filósofos latinoamericanos.

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remit iendo e n g a ñ o s a m e n t e a una "coincidencia de los opuestos" en el universo, al estilo del Cusano. Mas, sin embargo, si adelantamos la reflexión, entonces el análisis conceptual nos advierte que tal respectividad, para sorpresa nuestra, nunca se establece como perfección total. Lo que en su lugar acontece es que, bajo una lógica interna, que parecía oculta de un modo rí tmico y equilibrado, los té rminos en cuestión se relacionan uno a otro en forma de "estar" en el otro sin permanecer anclado, sino escapando al otro y estando más allá de ese otro. Tal vez, a la luz de esta estructura, podría pensarse que los dos términos , de alguna forma, se encuentran también cada uno más allá del otro.

2. La relacionalidad vertical, entendida como semejanza y mayor desemejanza, proviene del pensamiento platónico, pero alcanza su mejor formulación, de acuerdo al pensamiento de Przywara, en el principio del Concilio IV de Letrán: "Entre el creador y la creatura no se puede señalar una semejanza tan grande, que no haya de señalarse siempre una mayor deseme­janza". ¿Por qué citamos este texto teológico-dogmático dentro de la reflexión filosófica sobre la hermenéut ica analógica? Porque Przywara, desde 1926, la consideró no sólo como la for­mulación clásica de la analogía, sino también como una fórmula fundamental, incluso desde el mero aspecto filosófico. Esta relacionalidad vertical expresa el aspecto de trascendencia que implica toda tensión inmanente de términos que en lo humano se contraponen. Esta trascendencia se orienta a un doble térmi­no que se encuentra "en-y-por-encima-de" la relación horizon­tal.

Esta perspectiva de la analogía, horizontal-vertical, considera al hombre explicitando su fundamento creativo, que es lo que hace que vincule y estimule el cosmos: el hecho de la libertad. Igualmente la historia aparece como el cauce analógico de un ritmo universal de libertad, que tiene su centro en el hombre.

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Desde el horizonte que Przywara nos proporciona de la analogía, como lo veremos más adelante, se da la integración de las formas de ser: de abajo hacia arriba, el dinamismo creativo de la analogía desarrolla la armonización del cosmos bajo la libertad. De arriba hacia abajo: el ser por excelencia, actuando "en analogía" con todos los seres, hace posible la acción creada sin eliminar nada y sólo actuando "en-y-por-encima" del cosmos.

De acuerdo a estos breves lineamientos de la analogía en Przywara, podemos afirmar que: 1) La analogía es un princi­pio formal que determina nuestro pensamiento. 2) Su lógica interna es el ritmo universal que armoniza los modos de ser bajo el signo de la libertad. 3) El único lugar desde el que puede leerse la analogía del ser es la analogía en el hombre. 4) La esencia del hombre es analogía. 5) El núcleo central de la analogía es la libertad, entendida ésta como apertura capaz de determinar el propio modo de unidad estructurando y enlazando el cosmos.

En las páginas siguientes, con referencia a la hermenéutica analógica, ampliaremos los cinco puntos anteriores.

3. Hermenéutica, simbologíay metafísica La reflexión que nos ocupa en este apartado puede comen­

zar con dos preguntas fundamentales: 1. ¿Cuál es la función de la analogía en la génesis y el

desarrollo del símbolo? 2. ¿Por qué la naturaleza del símbolo implica intrínseca­

mente, y gracias a la analogía, un proceso constitutivo que es metafísico y ético?

La respuesta a estas dos preguntas, desde una comprensión de la simbólica,' es importante, porque nos abre ía puerta, mediante otras perspectivas teórico-metodológicas diferentes a la de Beuchot, a la fúndamentación de la mediación que la hermenéutica analógica ejerce entre la metafísica y la ética.

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Los desarrollos de Cassirer, Ricoeur y Rahner, en otro orden, son fundamentales, aun cuando presentan sus propias limitaciones. Piénsese por ejemplo en que, a pesar de la volu­minosa obra en tres tomos que tiene el neokantiano Cassirer,4

éste sin embargo nunca llega a definir formalmente el s ímbo­lo. Igualmente se pueden recordar los inicios de la obra de Paul Ricoeur con sus aportaciones específicas a la simbología que, sin embargo, no continuaron después en su producción filosófica. Expresamente Ricoeur rechazó las posibilidades y recursos de la ana log í a para con ella y a t r avés de ella estudiar los símbolos. En su lugar optó, como sabemos, por la síntesis que presenta la metáfora. Desde la vertiente de la an t ropo log ía t eo lóg ica c o n t e m p o r á n e a , tenemos valiosas aportaciones en la obra de uno de los teólogos de más influen­cia en el mundo c a t ó l i c o , el a l e m á n K a r l Rai ner. Su ontología del s ímbo lo ' es una reflexión de la pluralidad-

unidad como perfección. De este modo afirma que "el ser por sí mismo es necesariamente simbólico porque necesariamente se expresa para encontrar la propia naturaleza".1 Sus refle­xiones, aunque aplicadas al campo de la teología fundamental y a la teología dogmática, pueden servir de valiosa guía para la hermenéutica analógica, ya que en su origen son proposi­ciones filosóficas.

Aun cuando el estudio del s ímbolo , como acabamos de eñalar, requiere más hondura y elaboración, sin embargo,

'Emest Cassirer, La filosofía de las formas simbólicas. Tomo II , Fondo e Cultura Económica, México, 1976. Ver también su obra Logique des ciences de la Culture, Cerf, Paris, 1991.

JKarl Rahner, "Zur Theologie des Symbols", en Bea, Rahner, Rondet, Schwendimann, Cor Jesu. Commentationes in litteras encyclicas PH, P.P.

vül, "Haurietis Aquas", Roma, 1959; Schriften zur Theologie, Einsiedeln, (1954, 4, pp, 275-311; "Symbol", en Kleines theologischen Wörterbuch, Freiburg i. B., 1961; (5a. ed.) 1965.

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éste nos permite comprender admirablemente la lógica inter­na de la analogía, que desde el principio tiene un proceso metafisico ascendente: primero de t ransgres ión y tens ión, posteriormente de desvelamiento del ser y, al final, de inte­gración y transformación en las nuevas modalidades del ser que surge. La analogía , desarrollando estas etapas vitales, logra que el tránsito del primer sentido al segundo en el sím­bolo sea un tránsito veritativo y por ello mismo metafisico: manifestación del ser que se abre y se revela. La analogía, para a d m i r a c i ó n y estremecimiento nuestros, a c t ú a con respecto al símbolo y a la realidad toda como una tiniebla luminosa. El segundó significado del ser que la analogía reve­la nos conduce a un desvelamiento y epifanía de nuevas rela-cionalidades, pero algo de este significado siempre per­manece rá oculto en el primer significado. A su vez, este primer significado no agota su luminosidad en la referencia ni culmina en una revelac ión total del segundo significado. Queda siempre una t in ieb la luminosa, p r e f i g u r a c i ó n y cumplimiento, s ímbolo al fin y al cabo, de la naturaleza misma y del hombre en sus diversas y dinámicas modalidades de ser. En nuestro quehacer de hombres y en nuestra vocación de filósofos nos debemos contentar con una metafísica que ilumina el ser ocultándolo con la tiniebla y una hermenéutica cuya tiniebla se disipa para en ocasiones inundarnos de luz con la experiencia y la comprensión.

En el s ímbolo , la analogía es fundamentalmente tensión y mediac ión , tensión mediadora y med iac ión tensionante entre la imagen sensual y la cons t rucc ión de sentido. La analogía , en su ascenso desde lo sensible y sensual hasta llegar a las profundidades del Ser por excelencia, es estéti­ca y dramát ica y, precisamente por ello, metafís ica. Este combate por encontrar, v ivenc ia r y relacionar nuevas modalidades de ser se efectúa de la siguiente manera. La

IÍ>

. analogía , al servir de puente para el s ímbolo , puente que Ipermite el paso del primer significado al segundo, nos ¡ muestra la apertura del ser y su revelación. Con ello final-emente lo que hace es entregarnos la verdad. El s ímbolo , gracias a la ana log í a , no se agota a sí mismo, sino que anuncia otra realidad distinta de él, realidad quej renovada, transformada y transida de una luz con tiniebla, no es otra cosa que la verdad que se desvela por un momento de gra-

, cia, es un kairas que ilumina y redime. En todo este proce­so de la c o n s t r u c c i ó n del s í m b o l o , en y a t r a v é s de la

l a n a l o g í a , estamos asist iendo a una doble f u n d a c i ó n , l | j r i m e r o la fundación de la verdad, que es anterior a la

segunda, que es la fundación del sentido. F u n d a c i ó n .meta f í s ica que culmina en una fundación h e r m e n é u t i c a . ¿Fundación hermenéut ica que le da el contexto de desarrollo | & la fundación metafísica, y todo ello al t ravés del proceso ¿constitutivo del símbolo y de la gestión maravillosa de la

analogía. Es justo aquí , en este proceso, donde las reflexiones de

Beuchot alcanzan su punto culminante, ya que ancla la ¡hermenéutica en la metafísica, y lo hace precisamente para .'recuperar lo especulativo del discurso f i losó f i co , para reconocer la pluralidad de sentido y sobre todo para abrir

Sel camino hacia una ap rop iac ión por doble vía: la com­p r e n s i ó n , fruto de ía dramát ica , y la contemplación, esce­nario de la es té t i ca . Finalmente, de todo ello resulta la totalidad de la vida significante, destino úl t imo de la her­menéu t i ca . En efecto, "el mundo no configura el fin de nuestras preguntas, se abren al ser, y sólo en él y en su sentido pueden aquietarse. Todas las intencionalidades del hombre se orientan al ser, las intelectivas, volitivas y emo­tivas, y sólo por eso pueden tener experiencia y compren­s ión , i.e. sólo por el ser pueden tener mundo. E l horizonte

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del ser penetra y trasciende el horizonte del mundo. A l hacer temático a este últ imo, la hermenéut ica culmina en la metafísica". 6

Para nosotros, aquí radica uno de los valores de la her­menéutica analógica que presenta Mauricio Beuchot: proyec­tar hermenéutica y analogía vinculadas, desde el origen, por una metafísica que culmina en una ética. Nosotros hemos lle­gado a la misma conclusión desde la perspectiva, hoy muy olvidada y fragmentada no sólo en la filosofía sino en las ciencias humanas, de los símbolos. Así, hemos afirmado que lo que anuncia, prefigura y completa el símbolo en el segun­do significado, es un significado fundamentalmente ontológi-co: otra dimensión del ser, otra epifanía de la existencia, que en sus interconexiones y correspondencias tiene modalidades, ya sea de diferencia y más oposición o de semejanza y mayor desemejanza.

En efecto, el símbolo, al arrojarnos ("simbolizar" viene de dos palabras griegas: "syn" y "balein", que, unidas, dan la significación de "arrojarse juntos", " i r juntos". En efecto, el símbolo "revela a la vez al 'otro', a través del objeto que nos estimula, y nos reveía a nosotros mismos") 7 a un nuevo sig­nificado, gracias a la referencia. En el fondo, lo que hace es ponernos en el horizonte del ser con nuevas modalidades de relacionalidad horizontal y vertical. El proceso del primer significado al segundo, al mediar la analogía, es un proceso en su lógica interna, no sólo fenomenológico, sino fundamen­talmente ontológico: invoca al ser en una modalidad superior, desvela al ser en una relacionalidad nueva y comprende y vivencia al ser en una conceptual ización cualitativamente

'Mauricio Beuchot, op. cit., p. 79. , 'Jean Chevalier, "¿Qué es y qué n,o es el simbolismo?", en Jean

Chevalier, D. Bonet y otros. Iniciación al Simbolismo, Ediciones Obelisco, Barcelona, 1986, p. 17.

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diferente y única que, al darse en el plano de la transforma­ción y la in tegrac ión , da paso a un compromiso y a una decisión y con ello estamos ya en la dimensión ética.

4. L a ética narrativa y el lenguaje de la decisión A la pregunta fundamental con la que Beuchot abre el muy

importante capítulo V i l : "Dependencia, autonomía y simul­taneidad de la hermenéutica, la metafísica y la ética", quere­mos añadir otra que creemos complementa tanto la mediación de la he rmenéu t ica como el conocimiento del proceso de surgimiento de la ética. La respuesta a la pregunta que pro­ponemos nos sugerirá un anál is is filosófico del lenguaje, desde la perspectiva propuesta por Austin y Evans.

La pregunta que el autor se plantea en este capítulo dice: "¿De qué manera determina la hermenéutica nuestro filoso­far? ¿Qué tipo de ética resulta de la actitud hermenéutica?".*

La pregunta que queremos hacernos es la siguiente: ¿En qué lenguaje se puede hablar adecuadamente de la acción humana? ¿Qué lenguaje nos formula la decisión y la respon­sabilidad y sus proposiciones correspondientes? Respondiendo a esta pregunta, por otro camino y con otra metodología, buscamos fundamentar la ética en el campo de la acción humana.

El destino último de la hermenéutica: la interiorización de la vida significante, se exterioriza gracias a la naturaleza del lenguaje y por medio de él podemos objetivar la experiencia y comprenderla en cuanto manifestación. En otras palabras, es por el lenguaje y a través de él que tenemos a nuestra disposi­ción un medio privilegiado que nos permite unir la interiori­dad de un acto con la exterioridad de un dato objetivable.

El lenguaje, hecho de signos que unen un fenómeno per-f

! Mauricio Beuchot, op. cit., pp. 91-99.

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ceptible a una signif icación, ai estar constituido como lo muestra la ingüistica moderna, como una organización formal de leyes y componentes sintácticos, fonológicos y semánti­cos, puede ser descrito como un sistema de reglas. Asi pues, la significación en sí misma, en cuanto se inscribe en este sis­tema, es una realidad objetivable. A la perspectiva de objeti­vación, que es propia de la ciencia, debemos inc lu i r el enfoque especulativo, que también tiene su legitimación, ya que el lenguaje, como dimensión fundamental del hombre, tiene una modalidad ontológica y es justamente al análisis filosófico al que le compete mostrar cómo el lenguaje puede significar.

A l examinar con el lenguaje las diversas regiones de la experiencia, nos encontramos que:

1. La hermenéut ica analógica, al aceptar que en nuestra conciencia histórica se opera la tensión entre la imposición de valores y normas y la fragmentación acrítica de un solo sig­nificado, asume la lingualidad del hombre como una dimen­sión esencial en su r e l ac ión con el mundo y rescata la analogía como una transgresión reveladora que nos ofrece una tierra media.

2. A la hermenéutica como interiorización de la vida sig­nificante debe corresponder, para hacer inteligible la acción humana, una exteriorización de los actos que subyacen a la expresión.

3. Si la tarea de la hermenéutica, finalmente antropológica, consiste en rearticular la realidad,9 no sólo bajo la guía de la inteligibilidad de lo particular, sino a la luz de la inteligibili­dad de la totalidad, entonces la hermenéutica analógica debe

'Andrés Ortiz-Osés, La nueva filosofia hermenéutica. Hacia una razón axiológica posmodema, Anthropc-s, Barcelona, 1989, p. 58.

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hacer conciencia "no sólo del tiempo, de la historicidad del ser y del lenguaje o del discurso",1 0 sino también de la norma, y así seguir siendó "asignadora de sentido"."

4. El lenguaje de la interpretación no se puede reducir a un lenguaje de puros constativos, propio de las ciencias empíri­co-formales. A l encontrarnos con una cadena de significados y un universo simbólico, se hace necesario otro lenguaje,

5. E l lenguaje performat ivo, de la segunda t e o r í a de Austin, ' 5 y d,e Evans,'5 entendido éste como un acto lingüísti­co con su fuerza ilocucionaria, nos abre el camino para enten­der el lenguaje de la acción y la justificación de las notmas.

Reflexionando cómo podemos llegar a la justificación de la norma, nos encontramos con que las proposiciones performa-tivas expresan un lazo del sujeto con la norma y es a través de este vinculo como se opera la decisión propiamente dicha. En efecto, si remontamos la expresión, encontramos el acto que subyace, y de este modo penetramos en la autoposición del sujeto en sí mismo. En la proposición performativa, el sujeto gramatical expresa al sujeto de la acción y al mismo tiempo él es el objeto de esta acción, puesto que él mismo se vincula a través de ella. Es justamente el carácter reflexivo de la proposición performativa, el que, al expresar una toma de posición del sujeto, un cuestionamíento, una autoposición que es autoafectiva, nos permite descubrir y formular el paso del "es" al "debe". Esta reflexión, que no es simple descripción del acontecimiento, de procesos objetivos, nos recuerda que

'"Mauricio Beuchot, op. cit., p. 99. "Ibidem. "i. L. Austin, How to do things with words, Clarendon Press, Oxford,

962. "Donald D. Evans, The logic of self-involvement, a philosophical study

)f every day language with special reference to the christian use of lan­guage about God as creator, SCM Press, London, 1963.

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el esfuerzo teórico que se opera aquí tiene como finalidad pri­maria buscar que el pensamiento reconstituya un acto, un pro­ceso de constitución no sólo en su acontecer histórico sino sobre todo y en primer lugar en su ley esencial.14 Las proposi­ciones performativas que surgen de este lenguaje buscan decir lo que está callado y latente, que es precisamente la existencia de un sujeto que habla, se compromete y decide. Esta vida, enunciada en su generalidad más que en sus particularidades, es la que el lenguaje performativo, en cuanto lenguaje filosófico, trata de dilucidar. Lenguaje filosófico porque implica en sí mismo una dimensión de decisión y de compromiso. A l entrar a la especulación filosófica, lo hace­mos por un acto de decisión intelectual, y el volver a retomar la estructura interna de la realidad presupone un compromiso.

• En síntesis, nos encontramos en y por el lenguaje perfor­mativo con la expresión y la constitución del discurso ético que nos aparece f enomeno lòg icamen te , en cuanto que el lenguaje, al ser exterioridad manifiesta, dice lo que viene ai lenguaje y muestra el sentido, y ontològicamente, en cuanto que la relacionalidad del ser que aparece, en y gracias al lenguaje, es una relacionalidad que, surgiendo de la reflexión y dei cuestionamiento del sujeto, camina mediante la toma de posición hasta llegar al compromiso y la decisión!

5. L a hermenéutica analógica crea las condiciones del diálogo y los principios de la phrónesis

A) La analogía: pauta universa! que configura el diálogo y la decisión ética.

La hermenéutica analógica, sin suprimir la tensión que se

"Jean Ladrière, L 'articulation du sens, Aubier-CerfDelachaux-Desclée, París, 1970, p. 158.

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crea entre la nivelación impositiva y la versatilidad fragmen­taria, es un modelo y un método que asume que los actores de la acción humana son los intérpretes de las tradiciones y sus símbolos, de las leyes y sus aplicaciones, y de las prácticas sociales y sus rituales. La hermenéutica analógica coloca en el centro de las actividades humanas la fusión de la compren­sión y la explicación con la primacía de la intelección." Sin embargo, integrando lo mejor de las diferentes hermenéuti­cas, al equiparnos con la noción y la doctrina de la analogía, va más allá. Está en condiciones de imprimir un mejor orden y un nuevo ritmo a los pliegues de la diversidad de conductas rescatando con renovadas sutilezas los determinism os, los procesos, las arquitecturas y los sistemas en los que se viven­cia y se configura la acción humana.

Lo que queremos decirle a Beuchot es que la doctrina de la analogía, tanto en su concepción clásica como en sus estudios posteriores, permite crear no solamente una d i m e n s i ó n dialógica (tomando en cuenta las aportaciones seminales de Gadamer)'6 renovada, sino sobre todo proyectar un orden de racionalidad a través del cual podamos comprender mejor las múltiples polaridades de tensión que ocupan la vida cotidiana y los escenarios sociales, político-económicos y religiosos, y en ocasiones están en peligro de romperse como extremos antagónicos.

La analogía, por cuanto es provocación reveladora y transgre­sión iluminante, nos enseña a través de la hermenéutica los mat­ices de un diálogo más amplio y profundo cuya utilidad y eficiencia se convierten en factores críticos de éxito en estas épo­cas de transiciones y turbulencias. Un diálogo con la tradición y con las innovaciones, con las instituciones, con los ciudadanos y

"Mauricio Beuchot, op. cit., p. 46. "Hans-Georg Gadamer, Verdad y Método, Sigúeme, Salamanca, 1984.

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con el Estado, y un diálogo con uno mismo. Una situación dialógica que implica desde la ciudadanía: "Un complejo y dinámico conjunto de palabra, acción y silencio. Palabra que es vista como la base del diálogo; acción, como la base del cam­bio o la defensa de la realidad existente, y silencio, como la dimensión inviolable a la cual la persona puede volver cuando así lo desee para defender su privacía y naturaleza interior sin ninguna referencia al campo de la vida pública." 1 7

La hermenéutica analógica (incluyendo las aportaciones de Gadamer sobre la universalidad de la hermenéutica, especial­mente cuando habla de la comprensión y el acuerdo como el culmen de la vida social en cada comunidad hablante (profun­diza aún más en la interpretación, considerándola no sólo como trascendencia del horizonte del pasado y fusión del pasado con el horizonte del intérprete, sino más aún como pauta universal que piensa y comprende al hombre, el mundo, la cultura y la historia desde el acontecimiento originario y fúndante que es la libertad del hombre, fondo de toda autorrealización creativa.

Es justo desde aqu í , desde esta doble vertiente de la analogía, horizontal (cada uno "está en" el otro y "más allá" de ese otro) y vertical ("en-y-por-encima del otro"), donde: "la actitud hermenéut ica incluye el diálogo. . . y tiene que propiciar una constitución dialógica de la ética". 1 8

B) Tekhne vs Phrónesis o ¿Cuál es el verdadero poder de la racionalidad?

La relación entre hermenéutica y phrónesis, dada la importancia que tiene en la actualidad la teoría general de la acción," las

15Roberto Alejandro, Hermeneutics, Citizenship and the Public Sphere, Slate University of New York Press, Nueva York, 1993, p. 76.

"Mauricio Beuchot, op. cit., p. 98. "Niklas Luhmann, Sistemas sociales. Lineamientos para una teoría

general, Alianza Editorial, Universidad Iberoamericana, México, 1991.

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relaciones entre tecnología, poder y racionalidad,2 0 hermenéu­tica y compromiso," hermenéutica y aplicación, 3 2 nos hubiera gustado que recibieran más atención y estudio, y no tan sólo algunas reflexiones aisladas.

La encrucijada histórica que estamos viviendo hoy espera de la hermenéutica analógica una phrónesis que, como ver­dadera sabiduría, razonamiento apropiado y auténtica razón práctica, contrarreste, aunque sea en mínima parte, la inmen­sa t ransformación t ecno -c i en t í ñca . que, en nombre de la racionalidad, controla con una obsesión de medición, produc­tividad y rentabilidad las actividades del hombre. La interac-

| ción ciencia-tecnología, bajo una racionalidad que se ha vuel­to una noción operativa, busca dominar todo, nivelar todo, alienar todo hasta convertirse en "una especie de super-dominio o superestructura única, a la vez conceptual y prácti­ca, de carácter dinámico que evoluciona en el sentido de una complejidad creciente"." Frente a este superdominio que cada vez m á s condiciona y controla nuestra existencia y cuyo logos científico-técnico "aparece como un poder exterior" 2 4

que impone su ley y trasciende toda voluntad'individual, la •jhrónesis no deberá ser sustituida por el conocimiento técni-

>, ya que éste no puede iluminar la vida práctica y el saber loral que especialmente incluyen el discernimiento, el buen

;onsejo, la elección y la decisión.

Jean Ladriére, Les enjeux de la rationaiité, Aubíer-Unesco, París, 1977, p. 70; y Dominique Janicaud, La puissance du rationnel, Gallimard, arís, 1985.

"Roberto Alejandro, op. cit. "Hans-Georg Gadamer, op. cit., especialmente en el capitulo 10:

Recuperación del problema hermenéutioo fundamental", pp. 378-414; y Richard J. Bernstein, Perfiles filosóficos. Siglo XXI Editores, México, 1991.

"Jean Ladriére, Les enjeux de la..., p. 70. uIbid,f. 71.

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La historia de la hermenéutica, incluyendo la hermenéutica teológica, en cuyo centro está la ana logía , " puede aportar algunos principios iluminadores para esta época convulsiona­da en la que se ha entablado una feroz lucha entre la tekhne y laphrónesis y cuyo telón de fondo se contempla así: ¿Cuál es finalmente el verdadero poder de la racionalidad? La her­menéutica no es la panacea de todo, tiene sus límites; pero, con su enfoque critico de los prejuicios y las tradiciones, las creencias y los símbolos y, sobre todo, con su capacidad de crear nuevas posibilidades, nuevos contextos de asimilación e interpretación y nuevos significados, puede ofrecer nuevos espacios donde las diferencias, la igualdad y el d iá logo sometan a una critica lúcida las estructuras y las prácticas de dominación.

ó. Conclusión Esperamos de la hermenéutica analógica la definición de

los principios básicos que nos ayuden a equilibrar la vida individual con la vida de la colectividad, al menos en sus articulaciones'medulares. Creemos que es preciso lograr una síntesis de nivel superior entre filosofía hermenéutica y her­menéutica práctica. Nos parece que Beuchot lo ha hecho en su libro, buscando variados campos de aplicación; pero val­dría la pena escuchar explícitamente su punto de vista y pre­guntarle qué opina de la postura de Bernstein, quien enfática­mente habla de la obra de Gadamer y cuyas criticas pueden

"Para la teología, tanto católica como protestante, la analogía está ocu­pando un lugar central en torno al cual gira gran parte de la reflexión especulativa. Ver especialmente del lado católico a Hans Ürs von Balthasar, en toda su amplísima obra y, del lado protestante, a John Mcínlyre, "Analogy", en Scottish Journal of Theology, Vol. XII , y tam­bién, entre otros, a John Macquarrie, God-Talk. An Examination of the Languqje and Logic ofTheology, SCM Press, London, 1976.

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ser útiles para todos: "Lo que se ha convertido en tan pro­blemático para nosotros hoy en día, lo que es característico de nuestra situación hermenéutica, es la gran confusión e incer-tidumbre (hay quienes quizá dirían caos) que existe acerca de cuáles son las normas de los 'universales' que debieran regir nuestra vida práctica. Lo que el propio Gadamer percibe (aun cuando yo no creo que encare firmemente las cuestiones que ello saca a relucir) es que estamos viviendo una época en que las propias condiciones que se reqúieren para el ejercicio de la phrónesis (la aceptación y estabilidad compartidas de los principios y leyes universales) se están desbaratando.,. Pero aun cuando uno acepte las precauciones que indica Gadamer acerca de la profecía y el dogmatismo, sigue habiendo una labor práctica que debemos enfrentar y a la que nos llevan las propias investigaciones de Gadamer: tratar de fomentar el tipo de comunidades dialogísticas en las que la phrónesis se convierte en realidad viviente." 2" I Si interpretamos bien los signos de los tiempos, y el mismo Bernstein lo señala, creemos que la filosofía hermenéut ica puede y debe incidir con más fuerza y persistencia,en la prác­tica hermenéutica y recuperar la sabiduría práctica que surge de la phrónesis. Nuevamente preguntamos a Beuchot: ¿Hasta dónde nos puede llevar este camino? ¿La hermenéutica ana­lógica nos puede equipar para este viaje difícil y arriesgado?

Richard J. Bernstein, op. cit., pp. 130-133.

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LA BUSQUEDA DE UN NUEVO ORDEN DE RACIONALIDAD ANALOGICA

uestros comentarios a la empresa de Mauricio Beuchot se desen­vuelven ahora en dos tiempos complementarios- Procedimiento doble que responde a metas interdependientes. Primero, formular

I de una manera breve las criticas y sugerencias que se nos han pre­sentado a lo largo de la lectura de su trabajo Tratado de hermenéu-

• tica analógica (México: U N A M , 1997). Segundo, de una manera . más formal retomar estas críticas en forma de proposiciones.

Quedan en pie, pues, de manera sumaria las siguientes ¡í sugerencias que, originadas por la critica, se convierten en l .propósito cuestionador, reflexión en voz alta y b ú s q u e d a |compartida. Son cosas que hay que hacer:

1. Ampliar el concepto de analogía, más allá de la teoría Iclásica, y entenderla como el principio formal de la relación Ventre los seres. M á s aún: considerarla, siguiendo el pen-¡Sarniento de Przywara, como la razón formal que determina Inuestro pensamiento y la piedra angular de todo el pen-í samien to católico, al mismo tiempo filosófico y teológico. (¡Todo parece indicar, con fundamento in re, que la analogía, I tan olvidada como menospreciada, aparece hoy como el [ punto central de un nuevo orden de racionalidad.

; 2. Rescatar el universo simbólico y ampliar los primeros lin-leamientos que ya se han esbozado sobre la 'ontología del sím-Ibo lo ' (K. Rahner)1 y que han quedado interrumpidos en la

'Karl Rahner, "Zur Theologie des Symbols", en Bea, Rahner, Rondet, tSchwendimann, CorJesu Commentationes in Hueras encyclicas Pii, P.P. B i l l , "Haurietis Aquas", Roma, 1959; Schriften zur Theologie, Ensiedeln, 11954, 4,.pp. 275-311; "Symbol", en Kleines iheologischen Wórterhuch, ¡Freiburgi. B., 1961, (5a. ed.) 1965.

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obra de Paul Ricoeur. En efecto, "el universo simbólico, com­puesto de i l u s i o n e s - s í m b o l o s - m i t o s - r i t u a l e s , es el locus arqueológico-teleológico que, vía la analogía, se convierte en (1) el elemento fundamental que configura la vida emocional y las transacciones todas; (2) el origen de las formas de comunicación y de los estilos de las relaciones interpersona­les, y (3) la fuente de la toma de decisiones".1

3 , Recuperar el lenguaje performativo, ya que sus enuncia­dos, al ser expresión de un acto performativo, por oposición a los enunciados del lenguaje constatativo, que son enunciados de pura constatación, de hecho, van más allá de lo descriptivo y cumplen una acción. Contienen proposiciones que hacen algo, son constitutivas de una operación. Diciendo lo que hago, realizo efectivamente un acto de cierta índole Con el lenguaje performativo se abre un camino de respuesta para comprender y explicar la posibilidad y la naturaleza de la decisión en general y por medio de la reflexión reconstituir un acto en su dimensión esencial, incluyendo el compromiso y la responsabilidad con la norma.

4. Integrar más la filosofía hermenéutica con la hermenéu­tica p rác t i ca . La ana log ía , como pr incipio formal de la relación entre los seres y como ritmo universal bajo el signo de la libertad, le proporciona a la hermenéutica analógica una valiosa oportunidad para trazar puentes más sólidos y a la vez mejor diferenciados entre la f i losofía h e r m e n é u t i c a y la praxis. La analogía, transgresión iluminante, abre el camino

'Luis Alvarez Colín, El universo simbòlico de la familia: un estudio de Psicologia Hermenéutica, manuscrito inédito, México, 1997, pp. 38-49. Ver también, del mismo autor, "Hacia una Hermenéutica Analógica de la acción comunicativa", en Sergio Inestrosa (comp.), Conferencia de las Américas. Diversidad, Tecnología y Comunicación. Una mirada a nuestra América, Universidad Iberoamericana - Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social, México, 1997, pp. 207-217.

para comprender en forma nueva los principios, leyes o nor­t inas universales que la tradición, las instituciones y el diálogo

nos ofrecen a través de la mediación de la phrónesis. 5. Llevar la h e r m e n é u t i c a ana lóg ica hasta la ref lexión

teológica. Aun cuando la analogía es un concepto eminente­mente filosófico, sin embargo, h i s tó r i camen te se fueron tejiendo los aspectos filosóficos con los teológicos, hasta cul­minar en una doctrina que, de ambos lados, protestante y catól ico, tiene cada vez más un papel relevante en el cris­tianismo. | Como lo hemos insinuado anteriormente, las crí t icas y

sugerencias que en este trabajo estamos haciendo al Tratado • de Hermenéutica Analógica deseamos presentarlas sumaria­mente en forma de proposiciones. Esta elección se debe no

flfcólo a un esfuerzo conceptual, propio de la filosofía, sino • t amb ién a una finalidad didáct ica . Pensando en los estu­diantes que tomarán contacto con la hermenéutica analógica, hemos querido sintetizar todo nuestro trabajo en la fuerza, el estilo y la formalidad que conlleva ta proposición. Sin embar­go, conviene aclarare! significado preciso que aquí queremos dar al término "proposición".

f Las siete proposiciones que queremos formular no tienen, a la luz de la epistemología conceptual, el sentido que éstas han adquirido en la filosofía neopositivista. Nosotros queremos verlas como expresiones de un juicio. El juicio reconfigura la unidad del conocimiento que el acto de conceptuaiización ha fragmentado, unidad que encuentra fundamento en el objeto mismo y que el juicio pretende llevar a su ensamble y recon­figuración.

El sentido de marcha del juicio obedece a su capacidad de síntesis , proceso que efectúa haciendo justicia a los con­tenidos de la realidad en sí misma y cuya finalidad última es que aparezca la alétheia, que se ostente la reconstrucción de

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la verdad, restituyendo a ia realidad los predicados inteligi­bles que en ella hemos comprendido y que hemos puesto aparte. En una palabra, buscamos ahora la síntesis que la proposición anuncia derivando su sentido de los elementos conceptuales, que en sí mismos tienen valor y sentido porque son vehiculos de inteligibilidad.

Tratando, pues, de confirmar algunos aspectos fundamen­tales de Beuchot y al mismo tiempo buscando señalar nuevos y posibles caminos para el fortalecimiento de la hermenéutica analógica, consideramos que ésta, en sus futuras formula­ciones, debe tener en cuenta las siguientes proposiciones;

La. Proposición: El campo de la acción humana implica necesariamente la experiencia sensible y la experiencia inteli­gible. Ahora bien, la hermenéutica analógica no sólo rescata y promueve la experiencia inteligible mediante la formación de conceptos, sino que, reconfigurando la experiencia sensi­ble, es puente de unión con la experiencia inteligible, al inter­pretar y recrear el universo simbólico, modo específicamente humano que se construye mediante imágenes sensuales.

2a. Proposición: La hermenéutica analógica, frente a la ten­sión que existe entre explicación y comprensión, sirve de vehículo para comulgar con estos dos extremos, rescatando las correspondencias, ritmando las diferencias y finalmente privilegiando la comprensión, punto culminante de la inter­pretación y plenitud de la intelección. Por tanto, la hermenéu­tica analógica, lejos de ser grotesca, intrusiva y agresiva, se nos manifiesta respetuosa, empá t i c a e integradora de las partes en el todo y de! todo en las partes.

3a. Proposición: La analogía es el principio formal de la relación entre los seres de unos para con otros (dimensión horizontal) y de la relación de las criaturas con el Creador (dimensión vertical). En esta relacionalidad dinámica, hori­zontal y vertical, se desenvuelve todo el cosmos, siendo la

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analogía menos un a priori y más el medio, la medida y el ritmo universal y omniabarcante de cuanto es y actúa bajo el signo de la libertad.'

4a. Proposición: Los símbolos, que en su esencia son siem­pre portadores de significado, se convierten en sí mismos en objeto de estudio, interpretación y apropiación de la her­menéut ica analógica. Sin ellos y su núcleo fundamental, la d imens ión a rqueo lóg ico - t e l eo lóg ica (constituida por i l u ­s i o n e s - s í m b o l o s - m i t o s - r i t u a l e s ) , nos vemos privados de nuevos niveles de apertura, desarrollo, integración y transfor­mación. Aqui , en la estética y dramática de los símbolos, al surgir una nueva manifestación del ser, se ancla la metafísica y, al presentarse un nuevo suplemento de significación, brota el compromiso y con él la ética.

Ahora bien, podemos definir el s ímbolo de la siguiente manera: "un signo cuya imagen sensual puede condensar con­notaciones de diverso nivel y conjunto stgnificacional a través de un proceso de doble referencia. El primer sentido hace alusión analógicamente a un segundo sentido que no nos es dado en otra forma sino mediante ia forma vivenciada en la referencia. El resultado es un nuevo nivel de integración y transformación, inesperado y único, que es invocado y guiado por el suplemento significacional que se logra" . J -

5a. Proposición: El lenguaje performativo, propio de las ciencias hermenéuticas, como todo lenguaje, se objetiva en reglas y exterioridad de tal modo que aparece como un lugar pr iv i leg iado para comprender, bajo la forma de factura lingüística y de modalidad ontològica, el acto y el proceso de compromiso y decisión que tiene el hombre, al igual que su situación de interpelación existencial. Las proposiciones per-

^uis Alvarez Colín, El universo simbólico dé la familia; un estudio..., .72.

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formativas, gracias a su carácter reflexivo, al comprender el lazo entre el sujeto y la norma, nos llevan finalmente a la constitución misma del acto decisorio y al contexto de donde surgió.

6a. Proposic ión: La hermenéu t ica analógica, como her­menéu t i c a prác t ica , atenta a los signos de los tiempos y consciente de los peligros de profec ía y dogmatismo, si quiere ser una disciplina útil, no puede evadir las tareas prác­ticas y urgentes de nuestro quehacer hermenéut ico y debe estar siempre en condiciones de impulsar la phrónesis como verdadera sabiduría práctica. Debe sensibilizar más la volun­tad para construir mejores espacios de libertad, de compren­sión humana y de calidad de vida. La analogía, entonces, abre otros caminos para interrelacionar creativamente, en los nuévos escenarios de ía vida, la subtilitas implicandi (la sin­táctica), la subtilitas explicandi (la semántica) y la subtilitas applicandi (la pragmática).

7a. Proposición: La hermenéutica analógica, como filosofía hermenéutica, enfrenta la tarea primordial de darle signifi­cación a la relacionalidad horizontal y vertical del hombre, doble vertiente que caracteriza la existencia mediante modos diferentes de unidad, verdad, bondad y belleza que varían proporcionalmente a la forma de existir y actuar, es decir, con diferentes grados de diversidad, opos ic ión , semejanza y mayor desemejanza. Esta pluralidad universal de relaciones in t r ínsecas que el ser configura tanto hacia dentro de si mismo como hacia fuera de sí mismo, se articula y com­prende a la luz de la estructura de la analogía, que no puede ser otra que el símbolo de la libertad humana y su autorreali-zación creativa.

En medio de la confusión de saberes, de la fragmentación del togos, de la pluralidad de enfoques y de la creciente domi­nación del conjunto ciencia- tecnología que avanza bajo el

lema: "La técnica decide todo", "Lo que puede ser hecho, debe ser hecho", la ana log ía aparece provocativa, armo­nizante y luminosa, tan sólo para ofrecernos un camino

• modesto pero válido que nos ayude a celebrar, aunque sea por breves instantes, la epifanía del ser que con sus diversas imá­genes de lo bueno, lo verdadero y lo bello comunica a los

. hombres entre sí y con su creador. En efecto, la analogía puede llevarnos a una reflexión total en la que la vida del

•• espíritu absoluto aparece integrada y armonizada en la jerar­quía de los diversos grados de ser. Ahora bien, esta reflexión

i úniftcadora y totalizante de la conciencia humana que nos lyproporciona la analogía es una tarea filosófica que tiene senti-B o siempre y cuando no olvidamos la búsqueda de la verdad.. Vbúsqueda que es anterior a la del sentido, señalando que la llVerdad en el fondo no es sino la apertura o la revelación del

ser. En esta época de extensión agresiva del reino de la tec­

n o l o g í a , donde la alianza de la ciencia con las "artes merce-Inar ias" nos plantea la nueva antinomia tecnología/ét ica, la ^he rmenéu t i ca analógica nos señala que sí hay otros caminos jipara impulsar el imperativo moral cuyo gran enemigo hoy es | ; la eficiencia. Mauricio Beuchot ya comenzó este camino, {•apropiándose la gran tradición de la analogía y recreándola en Be l campo de la hermenéutica como una doctrina fecunda, que • e n el seno de lo racional y en el campo de lo sagrado, abre tuna luz para descifrar el enigma del hombre y el sentido de la ¡Ihistoria

j: E l lenguaje de Mauricio Beuchot, como todo verdadero «lenguaje filosófico, expresa compromiso y decisión. A través .f;de él nos hace una i n v i t a c i ó n provocadora —como la | a n a í o g í a — para continuar recreando y fortaleciendo la her-t m e n é u t i c a filosófica y buscando más campos de aplicación de fila hermenéutica práctica.

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Nosotros creemos, por nuestra parte, que la hermenéutica analógica no solamente rescata las diversas hermenéut icas existentes llevándolas a un nuevo nivel de complejidad, com­prensión y síntesis, sino que, además, con la gran herramienta conceptual que usa: la analogía, principio formal que deter­mina nuestro pensamiento, elemento rector que ordena y" unifica los diversos modos de relactonalidad (horizontal y vertical), ritmo universal integrador y tiniebla luminosa, que a la vez oculta y revela al ser y la verdad que lo funda, lo acompaña y lo impulsa, podemos construir un nuevo orden de racionalidad.

LA PSICOLOGIA FAMILIAR A LA LUZ DE LA INTERRELACION HERMENEUTICA-ANALOGIA

Introducción Los fundamentos, el contenido y las perspectivas de la her­

menéutica analógica' no sólo han superado las dificultades riciales sino que poco a poco ésta se va manifestando como

un área rica y promisoria donde las ciencias del hombre y la vida cotidiana se pueden recomponer y profundizar. Este sapítulo se desarrolla como una prueba que intenta mostrar y verificar que el campo de la psicología y, en concreto, de la psicología familiar, al verse asistido por la hermenéutica y la analogía, en "admirahile commercium", obtiene nuevas pers­pectivas, rescata dimensiones ocultas y conjuga nuevas com­binaciones donde las acciones de la familia, radicadas en la casa del ser, mediante el lenguaje, las relaciones y la

lalogía, llegan a la casa del todo. El objetivo central de este capítulo es, pues, construir un

abordaje del estudio psicológico de la familia desde la her­m e n é u t i c a y con la ayuda del teorema part icular de la analogía.

'Mauricio Beuehot, Posmodernidad, hermenéutica y analogía. Universidad Intercontinental, Miguel Angel Porrúa, México, 1996; Idem, Tratado de hermenéutica analógica, UNAM, México, 1997; Luis Aivarez Colín, "Hacia una hermenéutica analógica de la acción comunicativa", en Sergio Inestrosa (comp.), Conferencia de ¡as Américas. Diversidad, tec­nología y comunicación. Una mirada a nuestra América, Universidad Iberoamericana, l ul.AFACS, México, I). F., 1997, Luis Alvarez Colín, "El rescate de la analogía y la ¡«legración de las hermenéuticas", en José Rubén Sanabria (comp.), Diálogos con Mauricio fieuchot sobre la [na/agía. Universidad Iberoamericana, Departamento de Filosofía,

ilección Sophia, XVI, México, D. R, 1998

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La historia de la hermenéutica no siempre ni en todas sus etapas de desarrollo ha vinculado la analogía con sus diferen­tes modelos, tareas y enfoques. Más aún: la misma analogía no sólo desde su concepción, con Cayetano en 1498, sino hasta sus más recientes enfoques con Maritain, Przywara, Siebert, Hans Urs Von Balthasar, Penido, Ramírez, Fabro, Mondin, Montagnes, Mclnerny, Klubertanz y Marty, entre otros, ha sufrido diferentes transformaciones, ha privilegiado unos aspectos sobre otros y ha conocido distintos puntos de partida. Es decir: las relaciones entre hermenéutica y analogía han sido relaciones ignoradas, incompletas, ambiguas, incon­sistentes y hasta hace poco verdaderamente complementarias.

El campo de la Psicología Familiar, después de varios años de esfuerzo y avances, ha conocido, en 1987, con la revista Journal of Family Psichology —un trimestral de la APA (División 43)—, una nueva etapa de reconocimiento, inte­gración y lanzamiento como-un área propia, reconocida y en búsqueda de consol idac ión . Como se deduce a través del artículo inaugural escrito por Howard A. Liddle, 1 los concep­tos claves que orientan la agenda de la psicología de la fami­l ia para los p r ó x i m o s años son las "interacciones", las "interrelaciones", las "transacciones" del individuo y sus diferentes ambientes. La interfase multicausal y compleja que ocurre, con frecuencia dicotomizada, entfe el individuo y el sistema, es un área prioritaria de estudio en el campo de la Psicología Familiar.

Ahora bien, aun cuando la psicología familiar se redefine como "systems psychology", sin embargo, la primera tiene como tarea básica: "incorpórate a way o f thinking in systems

'Howard A. Liddle, "Family Psychology: tasks of emerging (and emerged) discipline", Editor's Introduction I I , Journal of Family Psychology, vol. 1, núm. 2, December 1987, pp. 149-167.

rms that considers the interconnections and simultaneous interaction of several systems of influence, including, o f course, the psychological world o f the individual and his or

t her biological, social, moral, political, economic, spiritual, Rand cultural environments... Whereas the family is a primary Burnt o f focus and analysis in understanding and treating },; human situations (e. g., families serve vital mediating func-Ttions between individuals and society), it is not the only sig­nificant system of influence" 1 (El subrayado es nuestro.)

La afirmación anterior es una declaración muy importante, T porque reconoce ampliamente la necesidad de ubicar el estu-I d i o de la familia en una perspectiva amplia de pensamiento y ¡ acepta que, para construir una gran teoría, se requiere la { interacción permanente de diversos enfoques, entre los cuales |se cuenta con la interrelación hermenéutica-analogía. A la luz líde este enfoque filosófico, los conceptos de relación, signifi­cado, contexto, causalidad tr iádica y recíproca, elementos Jpeognitivos, emoción, significado relacional, etc., adquieren fnuevas dimensiones, mayor profundización y ofrecen la posi-| b i l i d a d de complementar, con otros conceptos, técnicas y ¿ 'herramientas , los estudios c l ín icos y las investigaciones

empíricas sobre la familia. La conclusión de nuestro capitulo • l i a r á alusión a la formulación de un conjunto de proposi-Iciones útiles para repensar el ámbito de los estudios fami­l iares, incorporando teórica y metodológicamente los benefi­c i o s de la fertilización hermenéutica-analogía.

Desde el principjo de estas reflexiones nos haremos una • r i p i e pregunta para ir delimitando la problemát ica subya­cente a este análisis:

1. ¿La reflexión hermenéutica qué aporta al estudio de la •psicología de la familia?

!bid,p. 152.

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42

2. ¿La incidencia antropológica de la analogía qué dimen­siones destaca de la hermenéutica y qué visión nos otorga de la familia?

3. ¿Unidas hermenéut ica y analogía, especialmente ésta desde su vertiente antropológica, hasta dónde llevan el análi­sis psicológico de la familia?

El hilo conductor que permit i rá , a la luz de una lógica interna, esclarecer el análisis psicológico y terapéutico de la familia, en sus diversas etapas: epistemológica-hermenéutica-del-lenguaje-teleológica, no es otro que el teorema particular de la analogía.

Nuestra hipótesis fundamental se concentra en lo siguiente: El carácter relaciona} de la persona y la familia es el funda­mento para hablar con propiedad y sentido de la analogía.

I . Principios esenciales de la h e r m e n é u t i c a PRIMER PRINCIPIO. La vida contraída y proyectada y la reflexividad del

lenguaje. Son las interpretaciones, no los hechos, los que se imponen

a la realidad. Esta afirmación de Nietzsche, lejos de arrin­conarse en la pobreza o estrechez de los principios nihilistas o relativistas, revela en toda su profundidad la horizontalidad y verticalidad de lo relacional. En efecto, sólo a través de las relaciones, las interacciones y las transacciones que discurren a lo largo del curso de la vida, y no mediante las substancias, podemos formular una de las preocupaciones fundamentales de la hermenéutica: por más que dilucidemos algo, siempre permanece y emerge un fondo inefable que contiene algo no dicho; algo inagotable en su ind isponib i l idad , algo por esclarecer que en la opacidad del lenguaje permanece como necesitado de interpretación y ávido de entendimiento. A la casa del ser sólo llegamos mediante las relaciones y éstas las

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captamos en la estructura del lenguaje y con la asistencia per­manente de la ana log ía . Sólo sobre esta base donde "el enguaje siempre remite detrás de sí mismo y detrás de la fun­

ción expresiva que él presenta" (Gadamer, 1976)" podemos llegar al,todo, luego entonces el lenguaje es la casa del todo y

ahi, con su capacidad de exteriorizar las relaciones que ivimos, como analógicamente habitamos la casa del ser.

SEGUNDO PRINCIPIO La historicidad y el acontecer de las cosas que me asisten

hacen que elpresente sea tal. El lenguaje, al detenerse a pensar, nos lleva de la mano, con

esa su capacidad de reflexividad, a descubrir el juego de las situa-iones y la irradiación de tas lineas que impactan las palabras y as acciones de la propia vida. Estas líneas forman la tradición, stos cauces, explorados por el remonte del flujo lingüístico, con-tituyen la historia, tanto personal como colectiva (Duque

Pajuelos, 1996).- Tradición e historia que. como el lenguaje, se ha de reformular en cada instante, transparentado en los contextos y escenarios, emociones, símbolos y motivaciones de los individ­uos. Y con todo lo anterior se formula otro de los principios fun­damentales de la hemenéutica: no existe una comprensión de sí mismo. Principio que condensa admirablemente Gadamer: "El sí mismo que nosotros somos no se posee a sí mismo. Antes bien, cabría decir que él acontece históricamente" (Gadamer, 1976).6

*Hans~Georg Gadamer, l'hilosophical ¡lermeneatics, Berkeley, Universily of California Press, 1976, p. 62. (Esto libro es una colección de ansayos .selectos eme el autor publicó en Tübingen con el nombre de Kleine Sclmften y traducidos a! inglés por David E. Linge).

'Félix Duque Pajuelos, "Que no es verdad que diez años no es nada ni febril (sino textil) la mirada: Hermenéutica en la España de hoy", ER, Revista de Filosofía, 20, Sevilla, pp. 11-40.

'Hans-Georg Gadamer, Ibid.,-p. 50 y siguientes.

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En efecto, el hombre —y a través del lenguaje y con él todas las cosas que éste habita— no es sino que acontece. Así, las posibilidades del hombre, que se salen de un encasi-l lamiento r íg ido para presentarse como "posibles" que engarzan mediante textos y huellas el orden de la memoria y los recuerdos, forman lo que se llama historicidad, hecha s e g ú n Heidegger no de un ser sino de un poder-ser. Historicidad que se conforma, entre situaciones, l íneas y tópoi, como la fusión de lo fáctico, que, unido a la fuerza de los proyectos e ilusiones, me inventa cada día, me impulsa en cada momento.

Si los acontecimientos y procesos se suceden así, entonces todo individuo, al acontecer en el flujo de la historicidad, trae a sus espaldas tres posibilidades universales de la existencia: familia, trabajo y lenguaje (Duque Pajuelos, 1996):' Si bien es cierto que existe un vínculo ontológico entre los tres, tam­bién es verdad que este último engloba a los otros dos, ya que al ser discursividad y exterioridad productora de sentido, articula las perspectivas globales de una vida significante (Ladrière, 1970, 1993).8

TERCER PRINCIPIO. La comprensión de la alteridad: esencia del círculo her-

menéulico. Las tres estructuras bás i cas de toda in t e rp re t ac ión se

encuentran sintetizadas por Heidegger' con los siguientes conceptos:

Télix Duque Pajuelos, Ibidem. "Jean Ladrière, L'articulation du sens, Paris, Aubier-Montaigne, 1970;

Idem, "Interprétation et vérité", Laval Théologique et Philosophique, vol. 49, núm. 2, 1993, pp. 189-201.

'Martin Heidegger, El ser y el tiempo, Traducción J. Gaos, Fondo de Cultura Económica, México, 1951.

a) Vorhabe ("pretenencia" o "tener previo") b) Vorsichi ("previsión" o "visión anticipativa")

• c) Vorgriff ("concebir previo") Integrados los tres conceptos, se puede afirmar que llega­

mos a comprender algo concreto sólo mediante la pre-tenen-cia y la pre-visión y porque ya de antemano se tiene un lugar dentro de un "concebir previo". Parafraseando, a Heidegger, podemos decir que en todo comprender el mundo es com­prendida la existencia y .viceversa: que una interpretación jamás es una aprehensión de algo dado llevada a cabo sin •Supuesto y que toda interpretación que haya de acarrear com­prensión tiene que haber comprendido ya lo que trate.de interpretar. Puesto en otras palabras, se puede afirmar que el círculo del comprender, más que una base metodológica de las ciencias del espíritu, es una estructura que ontológica-mente se halla inserta en toda comprensión. Estructura que incluye la propia existencia, por lo que entonces se puede afirmar que no hay ningún "fuera" que evalúe las fortalezas y debilidades de mis ilusiones, proyectos y planes.

El círculo del comprender o hermenéutico es una mediación entre los extremos que tiene siempre como meta fecundante el diálogo. Desde mi tradición me abro al mundo cultural, sim­bólico, del "otro" y, al responderme éste, no sólo busca lo común, el con-venir, el consenso, sino que me corrobora en mi existencia. De este modo el círculo hermenéut ico, lejos de encerrarnos en la limitación de un texto único, nos hace reno-varaos gracias al encuentro con el "otro" y la reflexión que ello produce. Finalmente, lo que se adelanta, se apuesta y se renueva es el ser propio que, al encuentro con el "otro", con el ser del otro, crea una circurnin sesión o mutua inhabitación de lo verdadero, lo bueno y lo bello, que culmina en la unidad.

En el encuentro ínterpersonal esta recíproca presuposición o inclusión se realiza, en base a la polaridad del ser finito,

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mediante la diferencia de libertades del yo-tú. En efecto, por una entrega, que comienza en el movimiento hacia el "tú", es donde el "yo" se descubre a sí mismo. Semejantemente, la conciencia del "yo" sólo despierta desde la eratuidad de un "tú".

Así pues, no hay comprender que no sea reconocer al otro como otro, aceptar la alteridad como hecho insólito. De este modo, el comprender que es interpretar, tomar conciencia, acentuar —que no acaparar la autonomía e independencia del otro —intenta y logra— mediante el abismo de las libertades, la comu­nicación y el encuentro verdadero. Ahora bien, si el encuentro interpersonal indica el sentido del ser en el amor, entonces ten­emos bases para plantear la realidad con una nueva perspectiva, y así la metafísica se ha transformado en una meta-antropología." Hacer filosofía, en opinión de Hans Urs Von Balthasar, es constru­ir esencialmente una Meta-antropología que, teniendo por pre­supuesto las ciencias cosmológicas y antropológicas, trasciende ese presupuesto hacia la pregunta humana por el ser y la esencia.

Con todo ello, quien ha ganado es la hermenéutica; a) A l concebirse como una antología de la /adicidad que bajo

la luminosidad y el efecto liberador del "círculo del comprender" entiende las relaciones como expresiones vitales e inalienables de la alteridad, como maneras de ser, como tópoi que en su trayecto­ria dejan huella, propician recuerdos y reviven la memoria. . b) A l promoverse como entendimiento de y en las diferen-

10Con este cambio original, aunque no exclusivo, del enfoque de la filosofía, estamos asistiendo, en la obra filosófica de Hans Urs Von Balthasar, a una nueva reconceptuali/.ación no sólo de la metafísica y de la antropología, sino fundamentalmente del "misterio del ser". Sobre este formidable cambio de tuerca el mismo Balthasar remite a nuestro gran maestro de la Universidad Gregoriana, Peter Uenrici, "Meta-física o Meta-antropología", en Metafísica e scienze dell'uomo. Aiti del Vil Congreso Internazhnale, Bergamo, 1980,

cías procurando la unión de los contrarios; el entendimiento como unidad en la diversidad.

2. Dimensión antropológica de la analogía Si bien es cierto que la analogía nos enseña un tipo de conocer del

hombre, entre la univocidad y la equivocidad, y se nos presenta como , una herramienta preciosa para entender en metafísica el ser y sus diver­sos modos, sin embargo, conviene sacar todas las conclusiones y llegar a su aspecto antropológico para examinar cómo puede vivir el hombre a la luz delaanalogía y cuál es su verdadero horizonte existencia!.1.1

"Para algunos aspectos relacionados con la analogía en Santo Tomás, hemos seguido las reflexiones de José A. Izquierdo ("Homo Analógicas", Gregorianum, 69, 3 (1988) 505-545) que, sin embargo, no explotan el carácter relaciona! del individuo ni lo llevan al punto culminante del análi­sis: el encuentro interpersonal, para ahí sacar todas las conclusiones metafísicas, antropológicas, éticas y metodológicas. Para completar esle punto, desde la vertiente propiamente metafísica, se puede leer con prove­cho el articulo de C, B. Daily, "Metaphysics and the limits of language", pp. 178-205; en Ian Ramsey, (ed.) Prospect for Metaphysics. Essays of Metaphysical Exploration, Allen and Unwin, Londres, 1961, Tan sóOlo para indicar la línea de reflexión, recojo las palabras de Ramsey en la introducción: "Thus the aim of metaphysical pilosophy showed he to cultí­vate a reasonable currency for, and a due appreciation of'mysteries'" (p. 11), y consigno el final del análisis de Daily: "When I say that the meta­physician tries 'to make sense' of the metempirical in the empirical... He does not make a 'postulate of universal intelligibility' in the sense of demanding that reality shall be positively and exhaustively comprehended by us. He postulates intelligibility only in the minimal sense that being shall not be self-contradictory, or absurd... Metaphysics begins with the recognition that there is mystery in being and in experience. But it is not merely the recognition of mislery. Metaphysics cannot end until it has ren­dered such reason of that mystery thaliil shall not become instead absurdi­ty. The true alternative is not mystery or clarity, but mystery or absurdity" (p. 204), (El subrayado es mío). El terna del misterio en varios puntos de la experiencia, específica y significativamente en las relaciones persona­les, es un punto clave en los razonamientos y tesis de ambos autores.

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*

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Sobre el dorso monumental de Platón, que antropológica­mente habla de la'tangencia de los grados y define al hombre como horizonte o frontera donde se juntan y separan dos tipos de ser:. "Homo enim est quasi horizon et confínium spiritualis et corporalis naturae",15 y a la luz del realismo aristotélico, que construye un edificio lleno de sugerentes conceptualizaciones y con rigor mental en donde se afirma la unidad substancial y mediante las operaciones se analiza al hombre: "lllud est homo quod operatur operationes hominis"," Santo Tomás de Aquino erige una concepción original del hombre que lo lleva a afirmar el "esse ut actus" H Si por medio de su cuerpo el hombre entra en comunión con el mundo de la materialidad y se manifiesta como el limite último y la máxima aspiración de la materia, esto es posible justo porque es el "microcosmo"15 en un doble sentido: en cuanto que condensa eìi sí y para sí las diferentes perfecciones que se encuentran dispersas, convirtiéndose en "omnis criatu­ra",'* "quodammodo totum ens"" pero también y sobre todo porque las analoga, creando una síntesis que culmina en cosmos al suprimir el caos en el que se encuentran apareciendo final­mente él mismo como artífice de un "ordo univèrsi". 1 8

"In III Seni. Prol. Cf: "In confinio spiritualrum et cc-rporalium ereatu-ranim" (I, q. 77, a. 2); "Horizon et confinium corporeorum et incorporeo-rum" (Gent. I I , 68, n. 1463); "In continio aetemitatis et temporis" (Gent. DI, 6, n. 2362).

: 3 I , q. 75, a. 4. "Para profundizar en la intuición original de este abordaje en Santo

Tomás, se puede ver C. Fabro, Partecipazione e Causalità, Torino, 1960, p. 58.

""Est ex omnibus quodammodo eompositus... Et propter hoc homo dicitur minor mundus, quia omnes creaturae mundi, quodammodo inveni-untur in eo" (1, q. 91 a. 1).

"Cf. In III Sèni. Prol ; Gent. IV, 55. "In I I DeAn. le. 13, n 790. "In II Sent.d. I ,q. 2, a. 3, arg. 3 se.

Ahora bien, mediante el alma, que es forma y principio •espi r i tua l ("anima humana et anima est et spir i tus") ," el í h o m b r e no sólo trasciende naturalmente los l ímites de la

materia sino que contiene, desbordándolo, a su cuerpo ("est in corpore ut continens, et non ut contenta")2" y más aún: sobre la simplicidad subsistente de su espiritualidad, contiene y retiene el ser excesivo y eminente que de algún modo no recibe su cuerpo. Asi pues, el cuerpo del hombre, mediante el alma, se transforma, y de este modo el hombre, "microcos­mo" y "quodammodo omnia", queda proyectado a la totalidad del ser e insertado por el principio dialógico en el misterio del encuentro interpersonal.

El alma, conteniendo como acto primero del ser sustantiva-ido el cuerpo y como forma siendo ella la que primeramente alberga ese ser y lo recircula por todo el hombre, se erige como el "princeps analogatum" de los dos tipos de ser recibido, teniendo como funciones propias el administrarlos, repartirlos! ordenarlos y regularlos por todas las regiones humanas desde la corporeidad ("ab uno") hasta elevarse a las

| zonas trascendentes del espíritu ("ad unum"). Desde esta perspectiva el hombre aparece con su alma

I como principio actuante del ser, como concen t rac ión de ¡ m u c h o s grados de ser, como un "todo análogo" , virtual o

potestativo: "quod dicitur in partes virtutis". 2 1 Desde este "todo análogo" se opera un ordenamiento analogante que se

| articula en las esferas del ser y del obrar y por los que se

""Anima secundum suam essentiam est forma corporis et non secun-[ dum aliquid additum. Tamen inquantum attingitur a corpore est forma;

inquantum vero superexcedit corporis proportionem dicitur spiritualis sub¬stantia" (De Sp. Creat. a. 2 ad 4). '

"I ,q. 52 a. 1. " I , q- 76 a. 8;cfr. S. Ramírez, De Analogía, Madrid, 1971, I I , pp. 982¬

1039.

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proyecta de muchas formas en los distintos modos operativos, apareciendo el alma como la que "administrat et movet" su potencia y virtud.

. El alma, como principio vital, como "actus p'rimus corporis physici organici potentia vitam habentis"," se hace presente uniformemente en todo el cuerpo y en cada una de sus partes "según la totalidad de su esencia" y desigualmente presente en él "según la totalidad de su virtud".

inmediatamente aquí nos aparece una primera analogía que, mediante un modo "vertical" — l a analogía de atribu­ción que estructura a los analogados "ab uno, ad unum", de acuerdo a un sentido e t imológico del "ana" (de abajo hacia arriba)— y un modo "horizontal" —la analogía de proporcionalidad que también tiene incluido y latente el otro sentido dis t r ibut ivo del "ana", es decir: a lo largo de— 2 5 sintetiza, organiza, rige y v iv i f ica , a partir del alma como "principium activum" todo el "ordo natural" (essen-di et emanandi) integrando y ordenando sentidos externos, entendimiento, imag inac ión , memoria.. . y todo el "ordo operationis" que en ascensión vuelve a emprender la jo r ­nada de regreso al alma que no es sino el "pr inc ip ium finale".

Este ordenamiento analogante que tiene como punto cen­tral la imagen del alma como principio vital, es un recurso valioso para representar el valor del "esse ut actus" y para formular sin distorsiones la concepc ión del ser evitando reducirlo a esencia.

,zCfr. In II De An. 1 e. 1 nn. 220*234. °Cfr. José A Izquierdo, op. eit. p. 519 y la cita elimológica que hace

del "ana" acudiendo a: I I . D. Liddell-R. Scott, Greek-Engli.sh Lexicón, Oxford, 1961, pp. 97-98. Cfr. "La analogía como relaciona.! ¡dad horizon­tal y vertical", en Erich Frzywara, Analogía entis. Metaphyxik, Verlag JosefKoseLMünchen, 1932.

esumiendo lo anterior, podemos decir entonces que el liombre, contando con el alma como único principio formal organizativo y administrat ivo del todo, y concentrando muchos grados de ser, aparece como una "analogía fulgu­rante", caracterizada como de "atribución intrínseca" ("secun­dum intentionem y secundum esse")..Es entonces que aparece si alma como "princeps analogatum", primer principio de vida, haciendo presencia denominativa, eficiente y final.

Decimos denominativamente, puesto que sin la relación al alma ("abiiciens animarh") el cuerpo dejará de ser "humano", mientras de cierta forma el alma sola puede ser dicha "princi­palmente" hombre." Y decimos eficiente y final, porque el alma tanto en su recorrido de abajo hacía arriba ("ab uno et ad unum") como viceversa, organiza el territorio del espíritu hasta llegar a la corporeidad e infundiendo en ésta el ser con el que participa para luego remontarse nuevamente hacia las zonas trascendentales del espíritu.

Finalmente, conviene preguntarnos: ¿cuál es la úl t ima y más elevada dimensión antropológica de la analogía?

La dimensión antropológica esencial de la analogía con­siste no sólo en comprender la analogía, sino en comenzar un nuevo estilo de vida conforme a la deducción metafísica, que afirma que lo que estructura lo real es una analogía de atribu­ción intrínseca, sobre la que se apoya la de proporcionalidad. Entonces y de acuerdo a esta afirmación, el profundo sentido de la analogía consiste en: atribuir todo al ser. Este atribuir todo al ser recoge y concentra un programa amplio y preciso que implica ordenar las cosas, ordenar al hombre en sus actividades, aspiraciones y proyectos, pero, especialmente, como hemos señalado, ordenar las relaciones, respetando las diferencias para comprenderlas en y a través del encuentro

"Cf. I , q. 75a.4adl,

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interpersonal y de ia polaridad de las libertades. Es así como, ayudándonos de la vinculación Hermenéutica-Analogía, lle­gamos al punto clave del comprender en las ciencias sociales: el entendimiento como unidad en la diversidad.

3. Vinculación hermenéut i ca -ana log ía y sugerencias para el estudio psicológico de la familia

Estamos convencidos que hoy la psicología en general y la Psicología Familiar en particular requieren, con urgencia, de una mayor y más profunda clarificación y fundamentación conceptu­al. En este vasto y monumental esfuerzo la Psicología Teórica ocupa un puesto prioritario y se convierte en factor crítico de éxito Por ello mismo y para contribuir a la fundamentación de la psicología teórica, nos parece oportuno resumir en algunas proposiciones las orientaciones de estudio que la psicología y la psicoterapia de la familia pueden recoger y aprovechar dadas las articulaciones hermenéutica-analogía. La finalidad de las proposi­ciones consiste en hacer que éstas, recogiendo el valor y el senti-

"Hacia este mismo rumbo apuntan, desde hace tiempo, los esfuerzos de algunos psicólogos en México. Se puede consultar provechosamente: Pablo Fernández Chrístlieb y César A. Cisncros Puebla, "Psicología teóri­ca", iztapalapa. Revista de Ciencias y Humanidades, UAM-Iztapalapa, aflo 14, núm. 35, Extraordinario de 1994. En la presentación de este número, los editores responsables, con una muy clara conciencia de la problemática, un talento particular para la construcción de oportunidades y una visión de largo alcance, comentan lo siguiente: "...La psicologída teórica, en última instancia, no es sólo otro modo de psicología: es tam­bién otro modo de la conciencia... En'castellano, si realmente hace falta alguna otra revista en psicología, reconocemos que debería especializarse en psicología teórica... Quizá no eslamos aún en condiciones de crear una revista de psicología teórica que aglutine a los hacedores hispanoparlantes de esta disciplina, pero este primer esfuerzo requiere como respuesta, para .ser efectivo, el ejercicio del diálogo necesario entre nuestra comunidad de interés" (pp. 7-8). •

do que derivan de los elementos conceptuales, aparezcan en su capacidad de síntesis como expresiones de un juicio que recon¬figura la unidad del conocimiento.

Proposiciones

l a . Proposición. La hermenéutica establece dos priori­dades: del significado y de la reconstrucción.

La hermenéut ica , alimentada por tres principios incon­movibles:

a) La comprensión de la alteridad: esencia del círculo her-menéutico;

b) El modelo canónico de la interpretación: el texto como experiencia ejemplar;

c) La facticidad de la vida: el espectro de la existencia desde el nacimiento a la muerte con todas sus huellas y recuerdos, establece, en el estudio naturalístico de la familia y en el encuadre clínico de las sesiones, dos prioridades funda­mentales:

a) La prioridad de! significado de la experiencia, de la omprensión, del juicio, de la conciencia (interpretación) [E--J-C] y de un patrón definido de relaciones que da cohesión estos cuatro niveles, sobre la mera contabilidad de la expe­

riencia; del insight y su formulación, de la reflexión, del juicio y de la conciencia.

b) La prioridad de la reconstrucción de escenarios particu­lares, contextos y contenidos de significados sobre los meros significados de la experiencia, de la comprensión, del juicio y de la conciencia.

2da. Proposición. El comprender es el entendimiento de y en las diferencias mediante el método analéctico.

La fecundidad y el contenido liberador del "círculo her-

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menéutico", lejos de suprimir las diferencias que convierte en manifestaciones de una inalienable alteridad, nos lleva a recordar que en el estudio de la acción humana y en concreto de la f a m i l i a , el comprender no puede ser" sino el entendimiento de y en las diferencias. Este entendimiento se logra no por el método dialéctico que suprime las diferencias sino a través del mètodo analéctico que une los contrarios, entendidos éstos como unidad en la diversidad.

3a. Proposic ión. Contexto-comprensión-significado se ubi­can en el horizonte de la totalidad ontològica.

La articulación de contexto histórico del descubrimiento y contexto de la justif icación nos llevan a rescatar, ubicar e integrar contexto-comprensión-signiftcado en un horizonte más amplio: el de la totalidad no sólo metodológica (que es una modalidad de conocimiento) sino ontologica (el modo de ser de la familia pertenece siempre y desde 'ya' al objeto mismo de estudio). "Esta doble totalidad comprensiva nos lleva a entender que el espíritu de la familia no existe y no se mantiene en el ser si no es encarnándose en la materialidad de las ilusiones, símbolos, mitos, rituales y documentos estable­ciendo su relación a través de la fuerza ilocucionaria y per-locucionaria del lenguaje":"

4a. Proposic ión. El "locus archeologicus" de la familia es la originaria experiencia existencia! donde se dan coextensi-vamente el ser y el ilusionarse-simbolizar-crear mitos-ritua-lizar.

El "locus archeologicus" constituye la "originaria experi­encia existencial" de la familia. Es un dato originario que no proviene de n ingún proceso y cuyo elemento f i losóf ico

"Luis Alvarez Colín, El universo simbólico de la familia: un estudio de psicologia hermenéutica, tesis doctoral. Universidad Iberoamericana, México, 1998, p. 158.

55

implícito —a) ser e ilusionarse; b) ser y crear símbolos o (imágenes sensuales; c) ser y forjar mitos y d) ser y celebrar y transformar el tiempo, la vida y el espacio en rituales SON COEXTENSIVOS— forma parte de su esencia. Como conse­cuencia de lo anterior, aquí es donde previamente a! reino de la palabra comienza a darse el amor entre padres e hijos y se comienzan a establecer los patrones de las relaciones personales y sociales.

5a. Proposición. £ / "locus archeologicus": matriz y pro­totipo de todo conocimiento, vivencia, conducta e intención.

El "locus archeologicus" es la matriz donde se forman y fundamentan los antecedentes inmediatos de los conceptos epistémicos (creencias, conocimientos, certezas, intenciones, razones, motivos, actitudes, conductas, etc.). La espontanei­dad con la que emerge esta experiencia es tan irresistible e inevitable que afirma a los miembros en su especificidad humana y finalmente contiene una apertura trascendental a la significación y totalidad de la existencia de tal modo que su base inconmovible es de naturaleza ontològica.

6a. Proposición. El círculo hermenéutico de la familia y ¡as tareas del investigador-terapeuta.

La familia da que pensar... En efecto, toda familia CREE (dimensión arqueológico-epistémica) para A C T U A R (dimen­sión pragmática-operacional) y cree y ac túa para C O M ­PRENDERSE Y COMPRENDER (dimensión teleologica). El paso del primer nivel al segundo y de éste al tercero se opera mediante la hermenéutica. En consecuencia con este círculo hermenéut ico de la familia, contenido en sus tres dimensiones, las responsabilidades del investigador-terapeuta son:

a) descubrir en qué y cómo CREE la familia;

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Í6

b) descubrir cómo y sobre qué A C T U A la familia; c) descubrir cómo la familia COMPRENDE critica e inter­

pretativamente sus decisiones últimas y cómo F U N D A M E N ­TA el sentido, el significado de lo que CREE y A C T U A y qué consecuencias tiene.

7a. Proposición. Los sistemas familiares y la unión de lo arqueológico y lo teleológico.

La teleología de la vida familiar se encuentra implicada necesariamente en la analéctica de las relaciones humanas, cuya explicación no puede efectuarse si prescindimos del propósito-intención-significado que constituyen el telón de fondo de una topografía de los sistemas familiares. Estos deberán entenderse en cada una de sus partes con referencia al té/os, a la causa final, a saber;

a) La comunicación en los sistemas familiares no es otra cosa que un intercambio compartido en orden a la búsqueda de significado en la relación.

b) La negociación en los sistemas familiares no es otra cosa que una interacción analéctica por medio de la cual los distintos miembros ident i f ican, aclaran y comparten lo arqueológico, lo instrumental y finalmente los valores y los proyectos, es decir lo teleológico.

c) Los roles en los sistemas familiares no son otra cosa que expectativas, actuaciones, relaciones y poder con miras a instaurar el sentido de las relaciones y los significados de ellas.

Los sistemas familiares están indisolublemente unidos por lo arqueológico y lo teleológico. Ambas dimensiones, regre­siva y progresiva, se pueden explicar de otra forma mediante la integración en la acción humana de la causalidad eficiente como elemento secundario y la causalidad final como ele­mento principal.

8a. Proposición. La relacionalidad del ser humano: base de la analogía. • El carácter constitutivo de relacionalidad de la persona y

de la familia es el fundamento para expresar lo que es la reali­dad mundana y es, a su vez, la clave para desarrollar el cons-.tructo de la analogía. En efecto, el ser humano es esencial­mente relacional y esta dimensión nace con la constitución misma de su ser que es portadora de una distinción real entre ser y esencia por la cual se crea una polaridad o estado de relatividad entre los polos en tensión.

La relacionalidad será , por tanto, para el estudio de lá familia, sea éste naturalístico o clínico, no sólo un aspecto

!; fundamental para lograr su comprens ión sino algo m á s . I Aquélla determinará todo modo de ser y de actuar de la

familia y de sus trascendentales: su verdad, su bondad y su ': belleza deben ser comprendidos a la luz de este enfoque de

relatividad inmanente y trascendente e integrados en la I unidad del ser.

9a. Proposición. El encuentro entre madre e hijo: lugar privilegiado para comprender la analogía.

El lugar privilegiado para comprender los aspectos hor­izontal y vertical de la analogía y la relatividad inmanente

I y trascendente de la familia lo encontramos en la paradig­m á t i c a experiencia del encuentro interpersonal entre

1 madre e hijo. Por esta experiencia primera le es indicado al individuo que el ser y el amor son coextensivos, que la

[ conciencia del "yo" despierta desde la gratuidad de un "tú" y que s imból icamente todo lo que vendrá posterior­mente en la vida no es m á s que una expl ic i tación de este origen bienaventurado: la vida comienza d ic iéndonos que el amor es lo pr imero y que lo experimentamos como regalo.

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10a. Proposic ión, la analogía: ritmo universal bajo el signo de la diferencia de las libertades.

La analogía es el principio formal de la relación entre los seres de unos para con otros. En esta'relacionalidad se desen­vuelve todo el cosmos (y en él la familia) siendo ta analogía menos un a priori y más el medio, la medida y el ritmo uni­versal y omniabacartante de cuanto es y actúa bajo el signo de la libertad. En efecto, la familia, al comprender las cosas, sigue unas pautas compartidas en forma a n á l o g a a sus patrones de conducta. Conducta y comprensión, comprensión y conducta, se basan no sólo en un isomorfismo circular sino analógico, totalizante y de ontologia simbólica.

l i a . Proposición. /:/ lugar por excelencia de la conciencia analógica.

El hombre, diferencia unificada, horizonte de dos mundos, unidad de diversos, analoga desde el alma dos tipos distintos de ser: el ser limitado de la materia y el ser ilimitado del esp í r i tu . Con este ordenamiento analogante articula las esferas del ser y del obrar y mediante múl t ip l e s formas proyecta distintos modos operativos. Ahora bien, aun cuando el hombre es permanente portador de la analogía del ser mismo, sin embargo llega a la plena conciencia de este rol sólo y únicamente cuando lleva a actuación su vida intelecti­va. Por tanto, es el juicio, experiencia viva de diferencia o n t o l ò g i c a , el lugar por excelencia donde se ubica y desarrolla esta conciencia analógica.

HACIA UNA HERMENEUTICA ANALOGICA DE LA ACCION COMUNICATIVA 1

Introducción La acción comunicativa, centro de gravedad de la cultura

osmoderna Con respecto al tema "Diversidad en el curriculum", nues-

a intención es presentar algunas reflexiones que surgen de las relaciones entre la ciencia H e r m e n é u t i c a y la acc ión -omunicativa. Las combinaciones de este binomio pueden esultar provechosas para los estudiantes de las ciencias de la

comunicación, estimulantes para convertir el salón de clases en un foro de negociación de significados y promisorias para equipar a los futuros especialistas en comunicación con sig­nos y conceptos que no se reducen a las ciencias empírico-formales y que por lo tanto están abiertos a un dato último, es decir a la subjetividad, al dinamismo intencional.

Prepositivamente hemos mencionado y mencionaremos "acción comunicativa" y no "teoría de la comunicación", por la siguiente razón. Queremos poner el énfasis en la unión de la palabra-acción y con ello impulsar la idea de que sólo la conju­gación de este binomio nos permite entender más cabalmente el, complejo fenómeno de la comunicación, que es un fenómeno eminentemente relacional. Palabra y acción son los ejes que nos permiten situarnos en el contexto público. Cuando aparece el concepto "teoría de la comunicación" en los curricula, tenemos

.'Para este concepto de hermenéutica analólica, véase M. Beuchol, rotado de hermenéutica analógica, UNAM, México, 1997 y Perfiles senciales de la hermenéutica, UNAM, 1998 (2a. ed. 1999).

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la impresión que desde aqui comienza una escisión entre teoría y praxis (vida real) que difícilmente se sutura al final dé la ca­rrera universitaria.

La acción comunicativa en este fin de siglo en el que aún no termina de escribirse la modernidad y tenemos ya reaccio­nes de posmodernidad, se ha constituido, para bien o para mal, en el centro de gravedad de los proyectos del espíritu y de los ideales del alma, de las locuras, las ilusiones y las expectativas de los actores sociales. Es ella el locus desde donde con mayor profundidad y celeridad se están cambiando decis ivamente las coordenadas del mundo v i t a l y sacudiéndose todos los parámetros con los cuales miramos, comprendemos y evaluamos cognoscitiva, motivacional y emocionalmente la realidad.

Este es el campo de batalla donde los especialistas en 'cien­cias de la comunicación 1 están luchando por investigar, desde donde buscan establecer líneas de docencia y a partir de cuyo sustrato se diseñan mapas curriculares. Sin embargo, con­viene hacerse algunas preguntas que pueden aclarar el campo de reflexión y de acción repensando seriamente la visión que preside el diseño y la implantación de los programas de estu­dio, aun cuando éstos no siempre tienen, un soporte teórico suficiente o carecen de una v inculac ión adecuada con el ambiente laboral y el contexto ocupacional. Las siguientes preguntas llevan en si un propósito cuestionador y de búsque­da compartida.

1.- ¿ D ó n d e buscar un puente que, en t e o r í a y la metodología de la acción comunicativa, reconozca y redima las diferencias iluminando y ritmando las correspondencias? ¿Cómo abrirse a otras corrientes de pensamiento o escuelas relevantes para enriquecer el área de conocimiento de la c o m u n i c a c i ó n recuperando y aceptando las diferencias, uniéndolas por las semejanzas? ¿Existe una posibilidad teóri-

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ca con estas características, una tal fecundidad metodológica un armamentarium posible de técnicas? 2. - ¿Cuál es el rol del 'experto en comunicación', sabedor

de que la autorreferencialidad de los mass media cada vez sofoca más a los sujetos pensantes, haciendo que el signifi­cante se diluya en el significado, al victimar la palabra, exal­tando la acción política, mercantil, publicitaria y laboral?

3. - ¿Qué antídoto podemos utilizar para que los alumnos vean 'las ciencias de la comunicación' menos como una acu­m u l a c i ó n de conocimientos y m á s como un espacio de reflexibilidad sobre la modernidad, como un lugar para la introspección, y para la vida moral donde lafrónesis ocupa un lugar de guía?

4. - ¿Es posible que un buen número de profesores y de : investigadores no sólo utilice explicaciones funcionales, sino ¡íque descubra el valor, la pertinencia y la competitividad de •las comprensiones intencionales?

Para responder a estas preguntas, que son torales en el 'campo de las ciencias de la comunicación' intentamos pro­poner la Hermenéutica Analógica como modelo de funda-mentación, reflexión y articulación de la acción comunicativa

jen sus diversas instancias. Dividiremos este trabajo en tres partes. Primero: fundamentar las tareas que tiene la her­m e n é u t i c a en el campo de la c o m u n i c a c i ó n . Segundo: analizar un conjunto de proposiciones de la hermenéut ica

; aplicadas al proceso de la acción comunicativa y, tercero: sacar algunas conclusiones para la docencia y la dinámica del salón de clases.

1.- Tareas de la hermenéutica en el campo de la comu» { nicacíón

Los alumnos viven atrapados en el circulo metodológico La mayor parte del diseño de los curricula en las facultades

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de comunicación de América Latina paga un tributo muy alto a las ciencias empírico-formales. Sus programas, fundamen­tados en el círculo metodológico, privilegian el contexto de la verificación que focaliza sus esfuerzos en el rigor analítico, la explicación causal y la predicción, y terminan por olvidar el contexto del descubrimiento, que impulsa y fortalece la imaginación creativa y la capacidad de síntesis. El resultado de este sacrificio, además de un empobrecimiento conceptual, de un desfondamiento de la acción comunicativa y de un vaciamiento de las dimensiones fundantes del mundo vital (Lebenswelt) es que a nivel de desarrollo intelectual los pro­ductos que aparecen en los journals e s t án .sofisticados metodológicamente pero carecen de inteligencia, interés y visión.

Un rem edio contra esta miopía que se ha vuelto tecnolatría y metodolatría puede ser el recurso pausado y consistente a la hermenéutica, visión articuladora y estrategia docente, que aparece en contados lugares, entre ellos en la Maestr ía en Comunicac ión de la Pontificia Universidad Javeriana, de Santafé de Bogotá, Colombia.

¿Círculo Metodológico vs. Círculo Hermenéutico? En el festín de los académicos, investigadores y docentes,

sigue el debate no entre el vigor y el rigor, sino entre las soft sciences y las hard sciences, únicamente que las posiciones se están inviniendo. Los representantes de las ciencias que han tomado como modelo la física son los que ahora buscan la estructura narrativa, los s ímbolos , la invención de los mitos, el universo teleológico y la analogía, mientras que muchos investigadores de las ciencias sociales siguen aferra­dos a crear explicaciones, predicciones e ilusoriamente leyes universales. Nuestra opinión es que los enfoques empíricos en los estudios de comunicación no se deben suprimir y que

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éstos pueden coexistir con el modelo hermenéut ico y sus nfoques interpretativos, puesto que la investigación tradi-¡onal empirico-analista se basa en interpretaciones implí-itas.

En efecto, la hermenéut ica nos permite devolverle a las iencias de la comunicación su dimensión cultural, ya que, al cuparse esencialmente de la construcción de significados, os ayuda enormemente a comprender cómo interpretan sus undos los actores sociales de la comunicación y cómo inter-

retamos nosotros sus actos de significado,'de simbolización | de interpretación.

Finalmente, para una teoría de la comunicación no reduc-ionista, pueden coexistir pací f ica y fructuosamente las nterp relación es plausibles con las explicaciones causales, jalá que los maestros-tutores puedan acompañar a sus ánim­os para que adquieran esta visión integradora que implica cc ión y r e f l e x i ó n , p e r c e p c i ó n y esfuerzo conceptual, efinitiyamente, si no hay adultos que impulsen, acompañen sostengan la zona próxima de desarrollo de los alumnos, no

e dará crecimiento, progreso y creatividad. .

Propuestas del modelo hermenéutico a la acción comu­nicativa

Los significados preceden a toda construcción de sentido y a fundan

De acuerdo a los objetivos de este estudio, podemos partir 'e una pregunta fundamental cuyo planteamiento esencial uede ser el siguiente: ¡

¿Cómo podemos estudiar científicamente, es decir, desde J á saber crít ico, la acción comunicativa, que incluye en sí nisma la presencia de significados? i Todo nos señala que para lograr una cabal comprensión de a acción comunicativa debemos recurrir a las ciencias her-

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menéuticas, que son las ciencias de la interpretación, es decir, disciplinas que se ocupan de la interpretación de los signos en general y de los símbolos en particular. Ahora bien, los actores de la comunicación viven, construyen, conocen, evalúan y actúan guiados por significados y crean contextos, escenarios y estados de realidad para que éstos signifiquen; de modo que, siempre que ocurran significados, debe intervenir la her­menéutica.

A l estudiar la acción comunicativa, y en ella la funda-mentación del 'Locus arqueológico-teleológico' (constituido por ilusiones-símbolos-mitos-rituales), que es el núcleo imagi­nativo de los actos del habla, el que da origen a la figura del mundo, a la configuración mito-poética de la vida y a la iden­tidad cultural específica, estamos descubriendo los significa­dos que preceden a toda construcción de sentido y la fundan.

Mediante el método hermenéutico, al observar, analizar y especialmente al apropiarnos los significados —¿éstos nunca existen dados o constituidos?—, estamos llevando a su culmi­nación la inteligencia ( in terpre tac ión) de la palabra y la acción (en el sentido de praxis), que sitúan al hombre en el ámbito político y afirmando que decir y hacer constituyen una unidad funcionalmeiite inseparable en las ciencias de la comu­nicación e interpretable en el proceder normal de la vida.

En conclusión, por la hermenéutica y a través de ella, la comprensión y la explicación de la acción comunicativa se hacen posibles y simultáneas gracias a la analogía especulati­va, propia del discurso filosófico; la articulación de la vida significante se exterioriza gracias al lenguaje.

El destino último de la hermenéutica es la interiorización de la vida significante

Los símbolos, que en su esencia son siempre portadores de significado, se convierten en sí mismos en objeto de estudio

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¡de la h e r m e n é u t i c a a n a l ó g i c a . Sin e l los y su in te r ­p r e t a c i ó n , el estudiante de las 'ciencias de la comuni ­cación ' se ve privado de los signos con doble referencia que, gracias a la ana log í a , generan en los comunicantes nuevos niveles de apertura, i n t e g r a c i ó n y transforma­ción.

De acuerdo a lo anterior, podemos afirmar que el fac­tor cr í t ico de éxito de la acción comunicativa es el un i ­verso s imbó l i co que, como locus a rqueo lóg i co - t e l eo lóg i -fco, da origen a la figura del mundo, determina el estilo de las relaciones interpersonales y de las relaciones con los d i f e r en t e s c o n t e x t o s y cons t ruye las opc iones es t ra tég icas y toma las decisiones.

El universo s i m b ó l i c o con sus i lusiones, s í m b o l o s , ítnitos y rituales, es el espacio privilegiado donde se nos entrega la primera hermenéutica, que en su función de }pars pro tota' nos remite, gracias a la a n a l o g í a , a la inte l ig ibi l idad y totalidad no sólo de lo particular, sino también de lo universal, a la totalidad de la vida s igni f i ­cante.

Con el universo s i m b ó l i c o entramos en contacto con un excedente de s ignif icado, ya que el s í m b o l o es un lugar especialmente ep i fán ico , donde la existencia revela (sus l imites, umbrales, junturas y preocupaciones ú l t imas . iCon él t amb ién entendemos el selj de cada actor de la c o m u n i c a c i ó n como p royec to a u t o r r e f l e x i v o que se desvela y descifra a t r a v é s de i m á g e n e s , narraciones, mitos y rituales que están dentro y en derredon

Finalmente, en el universo s imból ico y a t ravés de é l , [comprendemos los p royec tos humanos como actos expresivos que, superando la pura fenomenalidad, nos llevan a la vida intencional que los c reó .

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2 - Proposiciones de la hermenéutica aplicadas al proce­so de la acción comunicativa

Aun cuando las proposiciones que siguen a continuación tienen una fuerza empírico-formal, en cuanto que están abier­tas a examen de verificaciones posteriores, sin embargo, nuestro interés primordial, por ahora, consiste en fundamen­tarlas como proposiciones hermenéuticas, es decir, verlas a la luz de una epistemología conceptual como expresiones de un juicio y portadoras de una síntesis, en cuanto reconocen y legitiman la subjetividad y sus intencionalidades. En efecto, estas proposiciones contienen un significado que no aparece inmediatamente, pero que es portador de un dinamismo inten­cional y aflora a través de las reglas de interpretación.

Proposición 1 El universo simbólico (ilusiones-símbolos-mitos-rituales),

unidad de estudio y punto focal de investigación, es: (1) el punto de partida para evaluar la realidad; (2) el origen de las formas de comunicación y de los estilos de relaciones inter¬personales: (3) la fuente de la toma de decisiones en la per­sona y en el grupo; (4) la dimensión que fluye mayormente en el enfrentamiento y resolución de los conflictos y (5) el elemento fundamental que configura la vida emocional y las transacciones todas.

Proposición 2 Sólo partiendo del universo simbólico de la acción comu­

nicativa (¡ocus arqueológico-teleológico) . interpretado éste como ia fuente primaria de las percepciones, las creencias y las evaluaciones y como el núcleo imaginativo que genera significados y decisiones, puede el docente/investigador, mediante el logos en su triple dimensión de palabra, concepto y discurso, crear nuevos espacios e instancias últimas. La her-

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menéutica se presenta entonces como un antídoto contra la ciencia que, como razón utilitaria, cada vez más se impone como exterioridad aplastante y niveladora.

Proposición 3 La hermenéutica, teniendo como lugar central el lenguaje y

de la mano de la analogía, nos transporta a escenarios, proce­sos y significados de diversa índole, dándole continuidad, fuerza y sentido al desarrollo humano, que evoluciona hacia zonas próximas de más complejidad y competencia.

Proposición 4 La hermenéutica, al abocarse a la tarea de descifrar e inter­

pretar los s ímbolos , nos permite pasar de la necesidad al deseo, creando nuevos mundos posibles e imposibles, que habitamos con nuestras ilusiones, mitos y rituales, exteriori­zados y objetivados por las narraciones y la fuerza autobio­gráfica, instrumentos ambos que, al crear significados, fundan la propia identidad.

Proposición 5 La hermenéutica, al descubrir y valorar la subjetividad y el mundo

intencional, recupera los significados relacionados, conceptos claves paramanejar la vida emocional, evaluar los acontecimientos, enfrentar las situaciones desfavorables y crear coherencia y armonía en la vida.

El momentnm de estas proposiciones consiste en extender y ampli­ficar, dentro y a través de la acción comunicativa, el universo simbóli­co —siempre objetivable e interpretable— como un Kairós que nos ofrece la oportunidad de comprender una fortaleza olvidada en el estu­dio de los procesos comunicacionales y, al mismo tiempo, nos presen­ta un recurso para estructurar una dimensión básica y prioritaria sin que otras características y trayectorias se extingan o se supri­man.

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3.- Implicaciones para la docencia y principios E l enfoque analizado en este trabajo representa una

filosofía de la acción comunicativa, que integra la hermenéu­tica (Ricoeur, 1969, 1975a, 1975b, 1981a, 1981b; Beuchot, 1995, Cencil lo, 1971, 1988; Gadamer, 1977; Habermas, 1986; Lonergan, 1958; Madison, 1988; Taylor 1 y 2 1985; Bengoa, 1992) con otras disciplinas sociales (B i l l i g , 1987; Gergen, 1982, 1985; McCloskey, 1983) y de la comunicación (Fuentes Navarro, 1996; Mar t ín Serrano, 1990; M a r t í n Barbero, 1987, 1995) y al mismo tiempo echa mano de un amplio espectro del conocimiento humano acerca del desarro­llo (Bronfenbrenner, 1979, 1986, 1995; Eider, 1981a, 1981b; Brunner, 1987 y 1988; Álvarez Colín, 1985, ¡986a, 1986b). En este enfoque los profesionales de la comunicación, junto con los alumnos, determinan los caminos y las prioridades a tomar. Pueden clarificar los mé todos m á s efectivos para lograr la in tegrac ión del binomio h e r m e n é u t i c a - acc ión comunicativa, priorizando los objetivos que sean compatibles con el estilo personal y los patrones culturales de los alum­nos.

En este nuevo paradigma hermenéutica-acción comunicati­va, los siguientes principios básicos pueden guiar la práctica educativa y la investigación:

L - El campo de la acción comunicativa, campo privilegia­do de la experiencia, incluye la experiencia sensible y ¡a experiencia inteligible. Una meta bás ica en el proceso de enseñanza-aprendizaje consiste en manejar, dentro y fuera del salón de clases, una tensión saludable entre la inmediatez de la percepción y la fecundidad del pensamiento.

2- Para formarse como comunicador sensato y experto, es definitivo desarrollar la capacidad de formar conceptos. No basta tener la experiencia de algo y v iv i r bombardeado de sensaciones. Solamente a través de los conceptos podemos

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alcanzar ese algo más que se añade a la experiencia percepti­va y que constituye el fulcro de la acción comunicativa: los contenidos de sentido y los vínculos de significación.

3 - El alumno, bajo la tutoría cercana de los maestros que impulsan y sostienen sus zonas próximas de desarrollo, debe integrar-a lo largo de su plan de' carrera no sólo las proposi­ciones empíricas que están abiertas al examen de verifica­ciones posteriores, sino también es importante que aprenda a descubrir, conceptualizar y formular las proposiciones her­menéuticas, por cuanto éstas reconocen y legitiman la subje­tividad, el dinamismo intencional y la creación de sentido.

4. - El locus arqueológico-teleológico representa un espacio privilegiado para comprender, mediante las ilusiones, los sím­bolos, los mitos y los rituales, la revelación existencial del hombre, las propias intenciones motivantes y las preocupa­ciones ú l t i m a s . Educar al alumno para comprender esta dimensión fundante es capacitarlo para que descubra, a través del proceso de la acción comunicativa, no sólo la inteligibili­dad de lo particular, sino la inteligibilidad de la totalidad, y con ello llegar a la interiorización de la vida significante, destino último de la hermenéutica.

5. - Evitando las dos hermenéuticas extremas: la univocista y la equivocista, para no caer en el absolutismo absoluto o en el relativismo absoluto, la reflexión sobre la acción comu­nicativa puede usar fructíferamente el modelo analógico de la hermenéutica (Beuchot, 1995), que.nos ayuda a integrar los diversos niveles de significado, los diferentes escenarios y contextos, los múltiples niveles de interpretación, pero sobre todo nos permite integrar todas las operaciones humanas (procesos básicos) bajo el signo de la unidad, la continuidad y la complejidad.

6. - Los futuros 'especialistas en comunicación', a través de las proposiciones y tareas de la hermenéut ica , deben ser

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capaces de utilizar convenientemente dos clases de discursos: el discurso científico, que, en cuanto analítico, busca explicar tal o cual contenido en particular, y el discurso filosófico, que fundamenta y estudia las condiciones mismas que hacen que dichos contenidos se nos entreguen mediante los conceptos.

7. - Este modelo de hermenéutica considera prioritario el rescate del lenguaje autoimplicativo (Austin, 1961 y 1962) como una realidad objetivable a nivel de exterioridad, para de este modo comprender e interpretar l a s i t u a c i ó n v i t a l (Lebenswelt), el desvelamiento de ta persona (disc/osure), la creación de significados y de compromisos de los comuni­cantes, que de ningún modo se agotan en el lenguaje cons-tatativo, propio de las ciencias empírico-formales.

8. - En la perspectiva de una teoría integral de la acción comunicativa, y a la luz del modelo de la h e r m e n é u t i c a analógica que proponemos aquí , nuestra úl t ima recomen­dación consiste en una educación para entender, formular y vivir los procesos analécticos,2 ya que la analogía nos ayuda significativamente a comprender y expresar, lo más ade­cuadamente posible, el escenario total de cualquier acción comunicativa, especialmente el escenario de las operaciones intencionales.

'Sobre estos procesos, cfr. L. Alvarez colín, El universo simbólico de la familia: un estudio de psicología hermenéutica, tesis doctoral, UIA, México, 1998

EL ESPACIO SIMBOLICO LATINOAMERICANO: LUGAR CONSTITUTIVO DE LA HERMENEUTICA SIMBOLICA

1. Planteamiento Inicial Las siguientes cinco preguntas abren el campo de discusión

y focalizan los puntos candentes; delimitan el tema y al mismo tiempo desencadenan el gran espectro de relaciones y combinaciones que éste contiene. Sin embargo, queremos señalar que no todo quedará resuelto, pero al menos se abre una visión de gran alcance para que el planteamiento no carezca de perspectiva. Una sexta pregunta termina plantean­do la envergadura del lenguaje. De la naturaleza de éste y sus relaciones depende finalmente la respuesta al planteamiento: ¿podemos hablar y bajo qué condiciones, de un espacio sim­bólico del hombre latinoamericano desde la mediación de la hermenéutica?

Cada pregunta apunta a una parte del problema que nos ocupa y todas juntas, buscan presentar una Gestalt que nos ayude a comprender la lógica interna de la experiencia del ser en el hombre latinoamericano.

2. Cuestiones que sitúan la problemática 2.1. ¿Dónde encuentra el hombre latinoamericano un punto

fijo que le permita hacer tangible su unidad analógico-sim-bólica?

2.2. ¿Qué sonidos latinoamericanos particulares sirven para que haga resonancia la metafísica? ¿Qué configuraciones de significado nos proporcionan una tierra fértil para las tareas de la Hermenéutica Analógico-Simbólica?

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2.3. ¿La analogía de la unidad, de la verdad, de la bondad y de la belleza c ó m o se concreta en la cotidianeidad l a t i ­noamericana?

2.4. ¿Bajo qué formas estético-dram áticas capta el hombre latinoamericano lo universal? ¿Su filosofía de vida y su espa­cio interior-cósmico en qué datos fenomenológicos tienen su origen?

2.5. Pensando desde nosotros los latinoamericanos, ¿cómo podemos pensar sobre nosotros y más allá de nuestra uni­formidad y continuidad?

Las preguntas anteriores se agolpan y resuelven finalmente en la última y sexta pregunta que guía nuestra'reflexión y que es la siguiente:

2.6. ¿ P o d e m o s hablar, desde un saber cr í t ico, es decir desde la fundamentadón y justificación última, de un espacio analógico-simbólico latinoamericano? -

3. E l ser dialógico de! hombre latinoamericano y sus formas de expresión

El núcleo fundamental que guía nuestra reflexión es el siguiente: buscar la fundamentación úl t ima de un espacio a n a l ó g i c o - s i m b ó l i c o del hombre latinoamericano. Todo parece apuntar que sí existe en el hombre latinoamericano un núcleo peculiar, contextual y de desarrollo ecológico de valor universal. En efecto, esta configuración, que llamaré arqueo-lógico-teleológica, integrada por i lus iones-s ímbolo-mi tos-rituales, es un dato que como originaria experiencia existen-cial surge del universo familiar 1 (Alvarez Colín, 1998) y en él encuentra su expresión primera, expresión que es un dis­closure emocional, motivacional y cognitivo. De este modo,

'Luis Alvarez Colín, El Universo simbólico de la Familia; un estudio de Psicología Hermenéutica. Tesis Doctoral, UIA, 1998. México, D.F.

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todas las trayectorias de desarrollo o infortunio de la vida ' adulta están marcadas por este origen y por el grado de asimi-

I lación e integración logrado entre sus cuatro componientes !. interactivos.

Así pues, el hombre latinoamericano para expresar su ser : (óntos) y encontrar al otro (éthos), relacionalmente crea i lu -í siones, construye símbolos, relata mitos y celebra y comparte I rituales. Como punto de partida, esta conf igurac ión , que

constituye un dato insuprimible, no sólo aparece como la "figura del mundo"' (Vil loro, 1983) que confiere identidad

;• otorgando una imagen ideal de futuro, sino también y funda­mentalmente caracteriza analógicamente un modo de ser.

El hombre latinoamericano, al construir su identidad psico-| 'geográf ica y transgeneracional y rearticular sus significa-| ciones, funda ecológicamente una configuración dinámica, { específica y característica que al mismo tiempo conjunta arjé l y télos y que no sólo es contingente sino universal, ya que es [ capaz mediante los conceptos integrales de la Hermenéutica I Analógico Simbólica, de ser comprendida en su totalidad sig-' niñeante universal y no únicamente en la concentración total [ de lo particular.

E l valor universal de esta conf iguración a rqueo lóg ico -iteleológica (ilusiones-símbolos-mitos-rituales) se fundamenta | e n una He rmenéu t i c a A n a l ó g i c o - S i m b ó l i c a que a su vez

desarrolla una mediación, no por un lado simbólica y por otra analógica,, sino conjuntamente analógico-simbólica, puesto que la analogía del ser es irreductiblemente simbólica y el símbolo real es análogo. En efecto, esta mediación ocurre entre las instancias del óntos y las del éthos integrando, por un lado, el desvelamiento del ser, que tiene como propiedad

•Luis Villoro, "La figura del Mundo, Notas sobre Sor Juana Inés de la Cruz de Octavio Paz", en Vuelta,^. 85, 1983, pp. 24-26.

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7.4

absoluta el carácter manifestativo y su primera consecuencia; la dimensión dialógica de la verdad y, por otro lado, funda­mentando una filosofía de la alteridad, que tiene como ele­mentos esenciales el compromiso y el testimonio personales que aparecen en la expresión del amor, la fraternidad y la solidaridad. Ahora bien, si la H e r m e n é u t i c a A n a l ó g i c o -Simbólica se presenta, como pretendemos mostrar al integrar analogía y símbolo, como una nueva y más completa opción para comprender el punto de partida de la fi losofía la t i ­noamericana, entonces necesariamente debemos analizar el tema esencial de la vinculación analogía-símbolo.

4. Relaciones entre la Analogía y el Símbolo Esquemáticamente y de manera sucinta, podemos analizar

tres posiciones que llamaré: ' a) La posición radical excluyeme b) La posición inicial intermedia c) La posición integrativa que aparece como una Gestalt

interior cósmica.''

a) La primera posición representada especialmente por Antonio Grebert Sertillanges (1863-1948) alejándose del movimiento simbolista francés como algo peligroso, pone grandes distancias entre la analogía y el símbolo buscando como meta evitar a toda costa la fusión entre ambos.

, 3 Al final de esle apartado cuatro se pueden ver los cuadros I y 2 que sintetizan las tres posiciones.

"Para analizar y formular esta lercera posición seguimos el pensamien­to de J. Maréchal y de K. Rahncr, quienes creativa y audazmente, medi­ante la finalidad dinámica y la estructura simbólica del hombre respecm a¬mente, nos dan apoyo para iluminar y justificar en y con la I lürnicncutica Analógico-Simbólica una nueva comprensión de! método ii, la filosofía latinoamericana.

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Sertillanges señala que el único camino seguro, como doctrina firme que se fundamenta en el juicio, es la analogía, misma que se aleja de extremos paralizantes y reduccionistas.

Efectivamente, para Sertillanges, aun cuando el símbolo expande la afectividad y desarrolla la imaginación —prin­cipio de una mediación latente— finalmente éste contiene más peligros que ventajas, ya que nos reduce a v iv i r en el reino de las metáforas, pr ivándonos de la verdad.

Entre la imaginación y la sensualidad que desarrolla el s í m b o l o y el j u i c i o que fundamenta y c u l m i n a el movimiento de la a n a l o g í a hay, para este gran tomista francés, no una in tegrac ión , sino que existe y debe ser asi, una dicotomía . En efecto, la capacidad de expandir la con­ciencia que realiza el s ímbolo , unida a su posible función mediadora, son caminos peligrosos que a lo más nos lle­van a! antropomorfismo. Ahora bien, si el precio de este v i a j e es renunc ia r a la b ú s q u e d a de la ve rdad per­maneciendo atrapados en situaciones equ ívocas , subjeti­vas y ú n i c a m e n t e f igurat ivas , entonces decididamente debemos reducir las pretensiones del s ímbolo y sujetarlo dentro de sus "l ímites reales".

Los textos de Sertil langes son claros, y en ellos se advierte un tono de admonic ión , y permanente vigilancia contra los abusos y peligros de la imaginación , represen­tados por Nerval, Baudelaire, Mal larmé y Rimbaud.

De acuerdo con Sertillanges, no nos queda otro camino más que anclar en tierra media; la ana log ía . ¿Pero és ta d ó n d e se ubica como m é t o d o ? Su respuesta es la sigu­iente: "on prétend d'autre part que la doctrine de l'analo­gie abouti t a un pur symbolisme; qu 'e l le organise un s y s t è m e de m é t a p h o r e s et non de v é r i t é s . Cela non p l u s n ' e s t pas v r a i ; m a i s nous avons d i t que l a r é p o n s e et plus d é l i c a t e , parece qu 'e l l e consiste à

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si tuer exactament l 'analogisme, si je puis employer ce terme...".1

Más adelante Sertillanges explica cómo opera este anal­ogismo y cuá les son los extremos que evita: "Les deux extremes sont ici l'agnosticisme et l'anthropomorphisme. Entre les deux se rangent le .symbolisme et l'analogisme; mais alors que le symbolisme est un agnosticisme déguisé , l'analogisme évite formellement l'anthropormorphisme". 6

b) La segunda p o s i c i ó n e s t á representada por Juan Carlos Scannone en varios escritos reelaborados f i na l ­mente en una obra reciente,' que plantea como punto de partida la sabidur ía popular latinoamericana. Para salvar las posibles contradicciones que la lóg ica interna de su argumentación va implicando, Scannone sale al paso con la noción de mediación analéct ica, "en la cual interjuegan la mediación simbólica, la analógica y la ét ico-his tór ica". 8

La posición de Scannone con respecto a las relaciones a n a l o g í a - s í m b o l o es m á s completa y positiva que en la obra de Sertillanges. El s ímbolo recobra un valor funda­mental de "reserva inagotable de sentido": ". , . el pueblo como sujeto h i stori co-cultural se constituye fenomenològi­camente y 'sabe' sapiencialmente el sentido de la vida, sólo a t ravés de su núcleo cultural é t ico-s imból ico , articulado en un mundo de símbolos que se ponen dia lógicamente en acción y asi van formando una t rad ic ión" . '

JA. Sertillanges, Les grandes thèses de la philosophie thomiste Bioud el Gay, Paria, 1928, p. 77.

'Ibidem, p. 77. 7Juan Carlos Scannone, .Nuevo punto dé partida en la filosofía lati­

noamericana. Editorial Guadalupe, Buenos Aires, 1990. 'Ibidem, p. 9. 'Ibidem, p. 38.

77

Sin embargo, Scannone tiene que acudir a una categoria distinta, la analogia, para que desde ahí se "des-ambigüice", se piense y se articule la experiencia sapiencial.

Para este filósofo y teólogo argentino, de quien pensamos que su obra-merece una mayor divulgación, lectura y con­frontación, el símbolo aparece como la "raizalidad", como "el modo de ser latinoamericano". Pero el símbolo, al aparecer tan sólo como "raíz y referencia", como "camino", nunca adquiere la categoría de representar una causalidad ontològi­ca que une los modos de ser. El símbolo aún no es concebido como autorrealización, misma que forma parte de la constitu­ción esencial, de un ente en otro, aportación rahneriana con base en Maréchal.

En otras palabras, para Scannone el símbolo no es aún una realidad que, al expresarse y por expresarse, se realiza. Tampoco es una real idad en la que "el o t ro" l lega al conocimiento de los diferentes modos de ser. Su postura es, como apuntamos, inicial porque le da al símbolo la fuerza de "raizalidad", pero intermedia porque no explota el realismo analógico-simbólico. Su pensamiento aparece muy claro en el siguiente párrafo con el que concluye su libro: "Aunque la analogía del serno.se da en el elemento del simbolo, ni tam­poco en el elemento pragmático del ethos, sino en el del logos o concepto, con todo, la mediación simbólica puede servirle a éste de raíz y referencia, es decir,,puede servir de raíz y referencia (imaginativa, histórica, cultural) para el movimien­to especulativo de la analogia entis como forma lógica de la intelección —en un elemento del concepto— de la trascen­dencia (del otro, de la novedad histórica, del misterio reli­gioso) que se dice en y por el símbolo. Si es así, la analogía como modo especulativo de pensamiento será la 'forma' propia de una filosofía que, partiendo del simbolo, no rompe la fecunda tensión con él, sino que, asumiendo la estructura

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de la mediación simbólica (en la trinidad de sus dimensiones semántica, pragmática y sintáctica), la transpone al ámbito especulativo del logos filosófico. . . La consideración de la m e d i a c i ó n s i m b ó l i c a abre el camino para repensar la mediación analógica". 1 0

c) La p o s i c i ó n integrativa que aparece como Gestalt interior cósmica.

La H e r m e n é u t i c a A n a l ó g i c o - S i m b ó l i c a , nuestro planteamiento, en su quehacer a rmón ico para no reducir, amplia el horizonte; en lugar de dicotomizar, unifica; lejos de separar, integra y en una Gestalt que recoge al ser como manifestación, a los modos de ser que irreductiblemente son s i m b ó l i c o s , la experiencia del ser y de sus modos, que primero son análogos y después equívocos, la comprensión de éstos y el regreso, bajo una nueva luz, a la experiencia, nos presenta una nueva instancia integradora de la realidad. Integración que se da en un locus arqueológico-teleológico (ilusiones-símbolos-mitos-rituales), espacio fundante a partir del cual el hombre latinoamericano construye su 'figura del mundo' y en ella y a través de ella se comunica, se relaciona, crea, construye y proyecta tanto lo bueno como lo malo, lo placentero como lo displacentero de su existencia.

La Hermenéutica Analógico-Simbólica no sólo nos ofrece un mé todo p rác t i co .de in terpre tac ión, sino una ref lexión teórica sobre la acción humana que busca: (1) iluminar y reconstruir los contenidos y los contextos particulares donde se ubican las significaciones; (2) identificar y descifrar las expresiones equívocas o de doble sentido; y (3) utilizar la mediación del lenguaje, lugar privilegiado donde puede surgir una tarea educativo-terapeútíca frente al hombre latinoameri-

Ibldem, p 239,

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I cano que consistiría fundamentalmente en: a) Comprender y reeducar las ilusiones y preparar a los

| educandos para el lenguaje de la diferenciación; b) Descifrar los símbolos y preparar al hombre latinoameri-

| cano para el lenguaje de insight y su formulación; c) Reartieular los mitos y preparar a los educandos para el

j¡' lenguaje de la pedagogía de la transgresión (Ladriére, 1970)11, í de las arjái (Hübner, 1996)1 2 y de la identidad;

d) Reorientar los ritos y preparar al hombre tatinoameri-I cano para la selección y fijación de los significados, para la

convivencia y para el lenguaje de fiesta. Gracias, pues, a la Hermenéutica Analógico-Simbólica se

puede emprender esta tarea educativa que finalmente le per­mite al hombre latinoamericano sospechar, cuestionar e inte­grar la internacionalidad que se da y se funda en el nivel arqueológico "pars pro toto" y de este modo tener acceso al nivel teleológico uniendo ambos.

Esta hermenéutica, por cuanto es analógica, nos permite fundar para toda la creación una ontologia que, anclada en el misterio del ser, vincule la identidad y la diferencia en máxi-

: mo grado, dos polos que guardan su tensión y equilibrio gra­cias a la analogía.

Esta hermenéutica, por cuanto es simbólica, revalora y red¬I imensiona la realidad humana como constitutivamente sim­

bólica, ya que, de acuerdo con K, Rahner, es propio de la nat­uraleza humana expresarse y por ello auto-comprenderse y auto-realizarse. Ahora bien, ya que los símbolos tienen una estructura analógica, podemos entonces hablar del simbolis­mo analógico y de la analogía del símbolo.

"jean Ladriére. L'articulation'du sens, Aubbier-Montaigne, Paris, 1970.

I JK. Hübner. La verdad del mito, F.C.E., México, 1996.

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5. ¿Cuál es, frente a las demás hermenéuticas , el ele­mento fundamental y característico de la Hermenéutica Analógica?

En primer lugar, nuestra posición afirma que la hermenéu­tica analógica, en su base más amplia e integral, se alimenta de una realismo simbólico, por lo cual con toda justicia se puede hablar de una Hermenéutica Analógico-Simból ica; pero analicemos brevemente este proceso.

L a Hermenéutica Analógica finca su quehacer decisivo en la capacidad para desvelar los mundos actuales y posibles que se imaginan y representan, especialmente en las ilusiones-Ios símbolós-los mitos-Ios rituales de la configuración arqueo-lógico-teleológica. Mundos que, en primer lugar, no son unívocos, sino análogos, ya que anclan:

a) En el misterio del ser, que es análogo antes de ser equívoco;

b) En la dinámica del conocimiento humano, que con su isomorfismo tanto "del que conoce" como del "objeto conoci­do", se rige bajo la analogía; y

c) En la metafísica de la representación, que, al hacer explícito lo que está implícito, también es analógica.

En efecto, la Hermenéutica Analógica, al buscar como ele­mento central la interiorización de la totalidad significante mediante la analogía de la realidad simbólica, cuyo elemento clave es la naturaleza de la unidad y de la pluralidad de los modos finitos e infinitos del ser, transforma la experiencia concreta del locus arquelógico-teleológico y de sus compo­nentes dinámicos e interaccionales en categorías de valor uni­versal, desentrañando sus constelaciones de sentido y sus redes de significación.

Pero la Hermenéutica Analógica, al realizar lo anterior, hace algo más. En efecto, al descubrir e interiorizar significa­ciones, amplía su alcance y, en este momento, por cuanto

conceptualiza desde la analogía de la realidad simbólica la totalidad de lo concreto y de lo universal, tomá su fundamen­to de la metafísica.

Ahora bien, si la Hermenéutica Analógica, actuando a la luz de una perspectiva consistente y amplia: la de la analogía simbólica, es capaz de elaborar conceptos con los cuales y a través de los cuales se vive la totalidad y sus condiciones de posibilidad y aparición, entonces hemos desembocado en la capacidad de elaborar, además de una ciencia, también y fun­damentalmente una metafísica.

Pero continuemos la argumentación, para ver hasta donde nos puede llevar la vinculación Hermenéutica-Metafísica par­tiendo de un realismo de base analógico-simbólico. Si pro­fundizamos en la visión y c once prual i zación de la totalidad, ello nos ayudará a fundamentar los p r o p ó s i t o s de la Hermenéutica Analógica en una Metafísica analógico-sim-bólica.

Ahora bien, en la línea de este discurso, ¿qué quiere decir [ ver y conceptualizar la totalidad?

Quiere decir que en el misterio del ser que se desvela y se nos entrega —en esto consiste la verdad—, manifiesta y dialógicamente podemos apoyarnos para responder y vivir en cada modo de ser la dialéctica de la diferenciación unívoca entre la unidad y la pluralidad, términos que, sin embargo, se aplican analógicamente a los modos. Nuevamente el punto de

'¡partida es unitario e integral: a) Desde la analogía, el ser se nos manifiesta irreductible­

mente simbólico; b) Desde el símbolo real, la dialéctica entre la unidad y la

pluralidad tiene una base analógica intrínseca. De este modo, la metafísica de la representación, al apli­

carse a todos los modos de ser, finitos e infinitos y aplicarse analógicamente, se constituye en base de la Hermenéutica

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Analógica. Así tenemos entonces un isomorfismo de origen que rige entonces todo el desarrollo de la Hermenéutica Analógico-Simbólica, a saber:

A una metafísica que desarrolla un realismo analógico-simbólico, corresponde una hermenéutica que comprende las constelaciones de significado primeramente en clave analógi­ca, para posteriormente vivir la dialéctica de la diferenciación univoca. Estos momentos, primero análogos y posteriormente unívocos, son rearticulados gracias al atrevimiento del símbo­lo, que se desborda mediatamente.

ó. Conclusiones Muchos malentendidos sobre la naturaleza del símbolo y

su relación con la analogía justamente surgen al no distinguir entre símbolo externo y símbolo interno. Mientras el primero tan sólo señala las realidades sin constituirlas ontològica­mente, el segundo nos dice que la relación entre la realidad significada y el símbolo es un vínculo necesario y constituti­vo de tal modo que esta realidad, para ser tal, necesita del símbolo. No así sucede con el símbolo extemo, donde el nexo no es ontològico sino accidental.

Siendo la analogía áel ser irreductiblemente simbólica y el s ímbolo real, análogo, entonces podemos afirmar que la Hermenéutica Analógico-Simbólica, partiendo de este realis­mo ontològico, nos permite, de mejor manera que otras her­menéuticas, formular interpretaciones más ricas, más densas y de igual forma nos lleva a una mejor comprensión de la totalidad significante prodigada en el misterio del ser.

Mientras Sertillanges habla de una Racionalidad Analógica con detrimento del símbolo, Scannone encuentra fundamen­tos para hablar de una Racionalidad Sapiencial donde la analogía es elemento de rigor, al paso que el símbolo tan sólo aparece como raíz y referencia. Nuestra tesis apunta hacia

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una Racionalidad Analógico-Simbólica que, partiendo de un realismo constitutivamente analógico-simbólico, se consti¬tuye en una Gestalt integral, unificada y dinámica.

De acuerdo a lo anterior, tenemos entonces que afirmar diferentes replanteos:

Sertillanges replantea el pensamiento analógico desde la reducción significativa del símbolo hasta negar su dimensión intrínseca. \ ,

Scannone replantea el pensamiento analógico para, desde nuestra sabiduría popular latinoamericana, salvar la forma lógica de la intelección.

Nuestra postura replantea el pensamiento analógico desde la analogía de la realidad simbólica; desde la metafísica de la unidad y pluralidad del ser que tiene una base analógico-sim­bólica.

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Hermenéutica Analógica, símbolo y acción humana, se terminó de imprimir el año de 2000 en los tal/eres-de Impresiones Integradas

.del Sur S.A. de C. V. El tiraje fue de 1000

ejemplares