Hermeneutica Analogica Simbolo y Accion Humana[Luis Alvarez Colin

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HERMENEUTICA ANALOGICA, SIMBOLO Y ACCION HUMANALuis Alvar ez Coln

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EDITORIAL TORRES ASOCIADOS

INDICEINTRODUCCIN 5

EL RESCATE DE LA ANALOGIA Y LA INTEGRACION DE IWIS HERMENEUTICAS LA BUSQUEDA DE UN NUEVO ORDEN DE RACIONALIDAD ANALOGICA LA PSICOLOGIA FAMILIAR A / v t LUZ DE LA INTERREISACION HERMENEUTICA-ANALOGIA HACIA UNA HERMENUTICA ANALOGICA DE LA ACCION COMUNICATIVA EH ESPACIO SIMBOLICO LATINOAMERICANO: LUGAR 71 59 39 31 9

CONSTITUTIVO DE LA HERMENEUTICA SIMBOLICA

BIBLIOGRAFIA

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Para Yolanda, Luis Felipe y Mara. Fernanda, smbolos de la gran arboleda donde mi vida ha recogido frescura, reposo y energa.

INTRODUCCION

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Primera edicin, 2000 Luis Alvarez Coln EDITORIAL T O R R E S A S O C I A D O S Otomes, L t . 1, Mz. 15, Interior 6 Colonia Ajusco. C P 04300, Coy., Mxico Pedidos al tel. 5618 71 98 Reservados todos los derechos. N i la totalidad n i parte de esta publicacin puede reproducirse, registrarse o t r a n s m i t i r s e , p o r un sistema de r e c u p e r a c i n de informacin en ninguna forma ni por ningn medio, sea electrnico, mecnico, fotoqumico, magntico o electroptico, por fotocopias, grabacin o cualquier otro, sin permiso previo, por escrito, del editor.

Este libro es un ensayo en el que se tratar de explicar la idea de una hermenutica analgica y de aplicarla a campos tan diversos como la filosofa, la psicologa, la comunicologa y la realidad latinoamericana. Comenzaremos por dar una breve idea de la hermenutica analgica explicando esos dos trminos y su conexin, para despus hablar acerca de sus posibles aplicaciones. L a h e r m e n u t i c a es la disciplina de la interpretacin de textos, la que nos lleva a una adecuada comprensin de su contenido significativo. La hermenutica ha querido ser llevada a una posicin univocista, en la que se constria a una sola interpretacin como vlida para un texto. Por rechaza a ello, la posmodernidad ha tendido a producir hermenuticas equivocistas, donde hay tantas interpretaciones cuantas cabezas, y todas vlidas porque son inconmensurables entre s; de manera irreductible y relativista, se va a la deriva interminable de los sentidos y a una interpretacin sin fin y que no llega a nada. Frente a ello, se ha sentido la necesidad de una hermenutica distinta, a saber, una hermenutica ni unvoca ni equvoca, sino intermedia, ta hermenutica analgica, situada no en la univocidad ni en la equivocidad, sino en a analoga; sta le permite abrir el margen de las interpretaciones, de modo que no se tenga slo una interpretacin vlida, pero tampoco se hunda en el relativismo; y que respete las diferencias, pero sin perder la capacidad de reunir semejanzas e incluso unlversalizar.1

'La hermenutica analgica, iniciatmente propuesta por Mauricio Beuchot (Tratado de hermenutica analgica, Mxico, UNA.M, 1997), es desarrollada por un grupo al que pertenece el autor.

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Esa hermenutica analgica se ha mostrado til y frtil en v a r i o s c a m p o s ; ha s i d o a p l i c a d a a la f i l o s o f a , la antropologa y a la literatura. Ahora haremos aplicaciones a la psicologa (especficamente a la psicoterapia familiar) y a la comunicacin. Tambin la aplicaremos al planteamiento de una filosofa latinoamericana. A s , en el primer captulo, hablaremos de la oportunidad de rescatar en este momento la n o c i n de a n a l o g a para realizar la i n t e g r a c i n de las h e r m e n u t i c a s actuales, tan dispersas. En el segundo c a p t u l o , haremos entender que esto inaugura un orden nuevo de conocimiento, es decir, toda una racionalidad analgica, que dejaremos solamente planteada y esbozada, para ser desarrollada posteriormente, en nuevos programas de investigacin. En el capitulo tercero haremos la aplicacin de la hermenutica analgica a la psicologa familiar, centrada en el simbolismo (mitos, ritos, etc.) de tas familias, y de su manejo adecuado o inadecuado. En el captulo cuarto, haremos asimismo una aplicacin de la h e r m e n u t i c a a n a l g i c a a la c o m u n i c a c i n , lo que nos dar una comprensin m s exacta del f e n m e n o dialgico entre los seres humanos. Y, finalmente, en el captulo quint o , una propuesta de a p l i c a c i n , c o m o h e r m e n u t i c a analgico-simblica, a ta realidad de A m r i c a Latina, para2 3 4

que pueda servir de punto de partida para el nuevo filosofar latinoamericano. Esperamos que estos ensayos de explicacin y aplicacin de la hermenutica analgica conduzcan a otros a experimentarla en otros m b i t o s . Muchos campos del saber p o d r n verse beneficiados y fomentados en sus estructuras y funciones. El l t i m o c a p t u l o al que hemos a l u d i d o bien p o d r a haberse ubicado en tercer lugar, como desarrollo de la r a c i o n a l i d a d a n a l g i c a y a p l i c a c i n a la c u l t u r a l a t i noamericana, s e a l a n d o aspectos e s p e c f i c o s y caract e r s t i c o s de nuestro c o n t i n e n t e . Sin embargo, hemos escogido c o l o c a r l o al f i n a l por varias razones que a c o n t i n u a c i n se enumeran: . Seala significativamente un punto clave en ta evolucin del pensamiento filosfico del autor; 2. Propone una a p o r t a c i n a la h e r m e n u t i c a a n a l g i c a (analizando una ontologa de base analgico-simblica) desde un realismo analgico-simblico con base ontolgica; 3. Marca una etapa decisiva en el estudio de la filosofa latinoamericana.

Cf. N. M . Matamoros Franco, "La hermenutica analgica de Mauricio Beuchot: respuesta a la posmodemidad", en Universidad de Mxico, revista de la UNAM, nmero extraordinario II, 1998, pp. 70-72; L. Cabrera lvarez, El problema de lo epistemologa, metafsica y antropologa en la posmodernidad segn Mauricio Beuchot, Guadalajara, Jal.: UNIVA, 1999. 'Cf. S. Reding Blase, Antropologa y analoga, Mxico: Eds. Taller Abierto, 1999. 'Lo est siendo por Benjamn Valdivia, de la Universidad de Cruanajuato, y por Caleb Olvera, de la Universidad Autnoma de Aguascalientes.

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EL RESCATE DE LA ANALOGIA Y LA INTEGRACION DE LAS HERMENEUTICAS

Por la analoga el paisaje confuso de la pluralidad y la heterogeneidad se ordena y se vuelve inteligible; la analoga es la operacin por medio de la que, gracias al juego de las semejanzas, aceptamos las diferencias. La analoga no suprime las diferencias: las redime, hace tolerable la existencia. Octavio Paz El todo en el fragmento, solamente porque el todo es el fragmento. Hans Urs von Balthasar 1. I n t r o d u c c i n En el conflicto actual de las hermenuticas y con la separacin exagerada que existe entre la filosofa hermenutica y la h e r m e n u t i c a p r c t i c a , la a n a l o g a , como m e d i a c i n provocativa y ritmo universal integrador, juega un rol conceptual y sinttico de primer orden. Es ella la que nos anuncia y advierte que quedarnos solamente con los extremos paralizantes: la maciza univocidad o la fragmentada equivocidad, adems de ser una humillacin de) logos y un olvido del smbolo, es un desfondamiento del ser. Con alguna frecuencia se escucha en el mbito acadmico y de i n v e s t i g a c i n , dentro y alrededor de las disciplinas filosficas: Hermenutica? Pero cul en el inmenso mar de autores, escuelas, corrientes? Pues bien, la doctrina de la analoga es una opcin posible, legtima y real, que hace ms

1 0justicia que otras doctrinas a! ser y a la verdad. A l primero porque nos ayuda a descubrir, aunque sea con limitaciones, los diversos modos de ser que en su relacionalidad horizontal y vertical dan prueba de la libertad insuprimible del hombre. A la segunda porque la analoga, en su funcin de mediacin, aunque no sea m s que como tiniebla luminosa, est al servicio de ella. Qu otra cosa puede ser la altheia sino apertura y revelacin del ser? El ttulo de este captulo: " E l rescate de la analoga y la integracin de las hermenuticas" pretende inducir a los lectores la oportunidad, la necesidad y el valor de la hermenutica analgica que Mauricio Beuchot nos presenta, rescatando, por un lado, la valiosa tradicin de la doctrina analgica, tan actual hoy, como mostrenco se presenta el horizonte filosfico de final de siglo. Por otro lado, c o n f i g u r a n d o con su tratado la unidad del conocimiento y la unidad del ser. El Tratado de hermenutica analgica, de Mauricio Beuchot, es un libro, en su brevedad, provocativo y transgresor como la analoga misma. Un libro audaz que se coloca tensionalmente en los lmites: entre el ontos y el logos, entre la diversidad y oposicin y la semejanza y mayor desemejanza con todas sus correspondencias y mediaciones. Es un libro cuyo proyecto central y preciso consiste en rescatar del olvido, la indiferencia y la ignorancia, la doctrina de la analoga, concepto de carcter estrictamente filosfico, pero de muy cercano e inseparable parentesco con la teologa. Mauricio Beuchot, apropindose, a la luz de la tradicin del pensamiento flosfico-teolgico catlico y cristiano, el concepto de la analoga y haciendo sus propias aportaciones terico-metodolgicas, le devuelve a la filosofa, a la cultura y a la historia un ritmo universal que nos permite comprender mejor la existencia del hombre, su mundo de relaciones, su vinculacin con el Dador de la vida, la evolucin de las ideas y la sntesis del ser en la experiencia y en la historia.

11En efecto, la analoga 'redime las diferencias', reconcilia las oposiciones, ordena lo plural, vincula los antagonismos y finalmente crea un mundo de orden, respeto y armona. Por ello m i s m o este l i b r o , tan s e n c i l l o como a m b i c i o s o , al esbozar la lgica de la analoga en el marco de la hermenutica, est llamado a fundar un nuevo orden de racionalidad que desborda la pluralidad de hermenuticas y multidisciplinar y transdisciplinariamente pone los fundamentos de un nuevo modelo ontosemntico que puede ser de utilidad a todos los que estudian la accin humana desde diferentes n g u l o s y perspectivas. El Tratado crea la sensacin de recuperar ahora, con la analoga, un elemento interno de integracin; un puente que slida y audazmente une los extremos: la semejanza y la diferencia; un hilo conductor que reconoce y conceptualiza las sutilezas para hacer (con las mltiples funciones de la analoga) justicia a las diferencias individuales, para instaurar un rgimen de pensamiento que, siendo distinto de la dialctica, visualice y estudie las relaciones entre el todo y las partes, reconozca en toda su riqueza las propiedades trascendentales del ser; reconozca al bonum, al verum y al pulchrum que, bajo una polaridad constante, se encuentran con diversos grados de identidad y diferencia en cada ser. Nos ocuparemos fundamentalmente de comentar algunos puntos relevantes de los primeros dos captulos que dan razn de ser de la h e r m e n u t i c a a n a l g i c a y su fundamentacin, para pasar despus a realizar un anlisis de los captulos ms tericos y densos, como son el sexto y el sptimo, que nos parecen la parte basilar del libro. Es decir, ambos constituyen, en nuestra opinin, el fulcro de un nuevo edificio de racionalidad. Esta es la oferta intelectual, motivacional y emocional de Beuchot y al mismo tiempo su riesgo. Nosotros, por cuenta propia, haremos algunas crticas que, en elogio de esta

i, M

1 2aventura de Beuchot, se convierten en sugerencias de compaero y colega. Haremos tambin algunas propuestas a su modelo, aceptando el viaje provocativo de la analoga y la postura abierta y visionaria del autor. 2. L a lgica interna de la analoga y sus perspectivas Para poder entender una de las afirmaciones fundamentales de Beucbot, quien (captulo I I I : "Los mrgenes de la interpretacin: hacia un modelo analgico de la hermenutica") afirma claramente que con el modelo analgico se evitara una "penosa lucha entre la hermenutica y la pragmtica", fusionando la comprensin y la explicacin con predominio de la primera, debemos primero acercarnos a un anlisis de la analoga cmo principio formal que determina nuestro pensamiento e integra al hombre, la cultura y la historia. Desde la filosofa griega, especialmente con P l a t n y Aristleles, junto a una concepcin del ser se dio tambin la del ser en " a n a l o g a " entre diversos modos de ser, lo que equivale a decir una cierta proporcin ntica que hace posible que se prediquen conceptos simultneamente en forma igual y en forma diferente. Por su parte, los filsofos cristianos han avanzado notablemente en el estudio de este modelo hasta hablar del ser en analoga entre lo creado, especialmente el hombre, y lo divino. La visin de San Agustn culmina en la de Santo Toms y posteriormente Eckhart, Escoto y la tradicin tomista: Juan de Santo Toms, Cayetano, Silvestre de Ferrara y Francisco Surez hacen avances significativos tanto en la analoga de proporcionalidad como en la de a atribucin, siendo creacin de la escolstica espaola el concepto analoga entis. Sus contribuciones, hoy en da, forman parte1

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del pensamiento moderno, aun cuando haran falta m s estudios que sacaran a luz sus fundamentos metafsicos y sus conclusiones sociales y tico-polticas, especialmente del gran jesuta de Salamanca, Francisco Surez, cuya visin tiene una sorprendente actualidad. Entre las dos guerras mundiales emerge la figura de Erich Przywara (1889-1972), jesuta alemn, cuya obra toda gira en torno a la analoga como pieza clave del pensamiento filosfco-teolgico catlico. Este pensador ampla la concepcin analgica de la escolstica, hasta llevarla a su m x i m a expresin, y hace de ella el principio fundamental que rige no slo la filosofa y la teologa, sino la marcha de la historia y la cultura, teniendo como centro la libertad del hombre. En su tiempo Przywara, cuya obra fundamental es Analoga entis,2 confront su pensamiento con ios escritos de Kant, Hegel, HusserI y Heidegger, y sostuvo un dilogo fecundo con telogos, tanto protestantes (Karl Barth) como catlicos de la talla de Karl Rahner y Hans Urs von Balthasar. Por cierto, este ltimo siempre se proclam su discpulo y a l le debemos la reedicin, treinta aos ms tarde, en 1967, de su obra principal con una segunda parte hecha de estudios, posteriores bajo una perspectiva ms amplia. En este comentario al Tratado de hermenutica analgica de Mauricio Beuchot, nos parece oportuno esbozar algunas ideas przywarianas sobre la analoga. Ideas que pueden enriquecer el proyecto de Beuchot y poner al lector al tanto de este concepto que es fundamental, no slo en la hermenutica, sino principalmente en la filosofa y la teologa, tanto catlica como protestante; en la cultura y la visin histrica del hombre. E l p u n t o de p a r t i d a que s e a l a el s i g n i f i c a d o de la 'Erich Przywara, Analoga entis. Metaphysik, Verlag Josef Ksel, (tachen, 1932.

'Mauricio Beuchot, Tratado de hermenutica analgica, UNAM, Mxico, 1997, p. 44.

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a n a l o g a se concentra en que el ser se prodiga, al mismo tiempo, como unidad y como multiplicidad. La relacionalidad marca cualquier absoluta e indiferenciada identidad consigo mismo. "Ser" implica intrnsecamente y conlleva un "estar en relacin", y, particularmente, en relacin determinada, a la luz de una doble perspectiva: hacia dentro de s mismo y hacia fuera de s mismo. La dimensin hacia adentro vivencia una relacin entre varios elementos constitutivos: acto y potencia, materia y forma, y diversifica modos distintos de ser: lo esencial, lo substancial, lo accidental, etc. La dimensin hacia fuera implica una relacionalidad que se expresa como parte y todo, causa y efecto, i n d i v i d u o y especie, viviente y ambiente, etc. La riqueza de esta pluralidad universal de relaciones constitutivas toma la forma de analoga propiamente dicha, mediante dos formas interdependientes de relacionalidad dinmica que Przywara llama: 1. La relacionalidad horizontal, de cuo m s bien aristotlico-tomista, nos habla de diversidad y oposicin. La pluralidad relaciona! de la realidad nos aparece, en sus diversos campos, estructurada en trminos binarios que oponen entre s caractersticas perceptibles y definibles, pero al mismo tiempo se enlazan en campos concretos de respectividad recproca, logrando as un determinado equilibrio, a tal grado que, si no pensramos en m s , este mismo balance nos estara E1 tema de la analoga como relacionalidad 6 dilogo vertical y horizontal, es formulado en su primera concepcin por Przywara y tiene ramificaciones y tonos complementarios en los dos siguientes autores: J. Tern Dutari, Analoga de la libertad. Ediciones de la Universidad de Quito, 1989, pp. 160-168 y Juan Carlos Seannone, El nuevo punto de partida de la filosofa latinoamericana. Edil. Guadalupe, Buenos Aires, 1999. p. 39. Los incisos que siguen, 1 y 2, recogen las ideas de Przywara y algunas interpretaciones de los dos filsofos latinoamericanos.J

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r e m i t i e n d o e n g a o s a m e n t e a una " c o i n c i d e n c i a de los opuestos" en el universo, al estilo del Cusano. Mas, sin embargo, si adelantamos la reflexin, entonces el anlisis conceptual nos advierte que tal respectividad, para sorpresa nuestra, nunca se establece como perfeccin total. Lo que en su lugar acontece es que, bajo una lgica interna, que pareca oculta de un modo rtmico y equilibrado, los t r m i n o s en cuestin se relacionan uno a otro en forma de "estar" en el otro sin permanecer anclado, sino escapando al otro y estando m s all de ese otro. Tal vez, a la luz de esta estructura, podra pensarse que los dos t r m i n o s , de alguna forma, se encuentran tambin cada uno ms all del otro. 2. La relacionalidad vertical, entendida como semejanza y mayor desemejanza, proviene del pensamiento platnico, pero alcanza su mejor formulacin, de acuerdo al pensamiento de Przywara, en el principio del Concilio I V de Letrn: "Entre el creador y la creatura no se puede sealar una semejanza tan grande, que no haya de sealarse siempre una mayor desemejanza". Por qu citamos este texto teolgico-dogmtico dentro de la reflexin filosfica sobre la hermenutica analgica? Porque Przywara, desde 1926, la consider no slo como la formulacin clsica de la analoga, sino tambin como una frmula fundamental, incluso desde el mero aspecto filosfico. Esta relacionalidad vertical expresa el aspecto de trascendencia que implica toda tensin inmanente de trminos que en lo humano se contraponen. Esta trascendencia se orienta a un doble trmino que se encuentra "en-y-por-encima-de" la relacin horizontal. Esta perspectiva de la analoga, horizontal-vertical, considera al hombre explicitando su fundamento creativo, que es lo que hace que vincule y estimule el cosmos: el hecho de la libertad. Igualmente la historia aparece como el cauce analgico de un ritmo universal de libertad, que tiene su centro en el hombre.

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Desde el horizonte que Przywara nos proporciona de la analoga, como lo veremos ms adelante, se da la integracin de las formas de ser: de abajo hacia arriba, el dinamismo creativo de la analoga desarrolla la armonizacin del cosmos bajo la libertad. De arriba hacia abajo: el ser por excelencia, actuando "en analoga" con todos los seres, hace posible la accin creada sin eliminar nada y slo actuando "en-y-porencima" del cosmos. De acuerdo a estos breves lineamientos de la analoga en Przywara, podemos afirmar que: 1) La analoga es un principio formal que determina nuestro pensamiento. 2) Su lgica interna es el ritmo universal que armoniza los modos de ser bajo el signo de la libertad. 3) El nico lugar desde el que puede leerse la analoga del ser es la analoga en el hombre. 4) La esencia del hombre es analoga. 5) El ncleo central de la analoga es la libertad, entendida sta como apertura capaz de determinar el propio modo de unidad estructurando y enlazando el cosmos. En las pginas siguientes, con referencia a la hermenutica analgica, ampliaremos los cinco puntos anteriores. 3. Hermenutica, simbologay metafsica La reflexin que nos ocupa en este apartado puede comenzar con dos preguntas fundamentales: 1. Cul es la funcin de la analoga en la gnesis y el desarrollo del smbolo? 2. Por qu la naturaleza del smbolo implica intrnsecamente, y gracias a la analoga, un proceso constitutivo que es metafsico y tico? La respuesta a estas dos preguntas, desde una comprensin de la simblica,' es importante, porque nos abre a puerta, mediante otras perspectivas terico-metodolgicas diferentes a la de Beuchot, a la fndamentacin de la mediacin que la hermenutica analgica ejerce entre la metafsica y la tica.

Los desarrollos de Cassirer, Ricoeur y Rahner, en otro orden, son fundamentales, aun cuando presentan sus propias limitaciones. Pinsese por ejemplo en que, a pesar de la voluminosa obra en tres tomos que tiene el neokantiano Cassirer, ste sin embargo nunca llega a definir formalmente el smbolo. Igualmente se pueden recordar los inicios de la obra de Paul Ricoeur con sus aportaciones especficas a la simbologa que, sin embargo, no continuaron despus en su produccin filosfica. Expresamente Ricoeur rechaz las posibilidades y recursos de la a n a l o g a para con ella y a t r a v s de ella estudiar los smbolos. En su lugar opt, como sabemos, por la sntesis que presenta la metfora. Desde la vertiente de la a n t r o p o l o g a t e o l g i c a c o n t e m p o r n e a , tenemos valiosas aportaciones en la obra de uno de los telogos de ms influencia en el m u n d o c a t l i c o , el a l e m n K a r l Rai ner. Su ontologa del s m b o l o ' es una reflexin de la pluralidadunidad como perfeccin. De este modo afirma que "el ser por s mismo es necesariamente simblico porque necesariamente se expresa para encontrar la propia naturaleza". Sus reflexiones, aunque aplicadas al campo de la teologa fundamental y a la teologa dogmtica, pueden servir de valiosa gua para la hermenutica analgica, ya que en su origen son proposiciones filosficas.4 1

A u n cuando el estudio del s m b o l o , como acabamos de ealar, requiere m s hondura y elaboracin, sin embargo, 'Emest Cassirer, La filosofa de las formas simblicas. Tomo II, Fondo e Cultura Econmica, Mxico, 1976. Ver tambin su obra Logique des ciences de la Culture, Cerf, Paris, 1991. Karl Rahner, "Zur Theologie des Symbols", en Bea, Rahner, Rondet, Schwendimann, Cor Jesu. Commentationes in litteras encyclicas PH, P.P. vl, "Haurietis Aquas", Roma, 1959; Schriften zur Theologie, Einsiedeln, (1954, 4, pp, 275-311; "Symbol", en Kleines theologischen Wrterbuch, Freiburg i. B., 1961; (5a. ed.) 1965.J

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ste nos permite comprender admirablemente la lgica interna de la analoga, que desde el principio tiene un proceso metafisico ascendente: primero de t r a n s g r e s i n y t e n s i n , posteriormente de desvelamiento del ser y, al final, de integracin y transformacin en las nuevas modalidades del ser que surge. La a n a l o g a , desarrollando estas etapas vitales, logra que el trnsito del primer sentido al segundo en el smbolo sea un trnsito veritativo y por ello mismo metafisico: manifestacin del ser que se abre y se revela. La analoga, para a d m i r a c i n y estremecimiento nuestros, a c t a con respecto al smbolo y a la realidad toda como una tiniebla luminosa. El segund significado del ser que la analoga revela nos conduce a un desvelamiento y epifana de nuevas relacionalidades, pero algo de este significado siempre perm a n e c e r oculto en el primer significado. A su vez, este primer significado no agota su luminosidad en la referencia ni culmina en una r e v e l a c i n total del segundo significado. Queda siempre una t i n i e b l a l u m i n o s a , p r e f i g u r a c i n y cumplimiento, s m b o l o al fin y al cabo, de la naturaleza misma y del hombre en sus diversas y dinmicas modalidades de ser. En nuestro quehacer de hombres y en nuestra vocacin de filsofos nos debemos contentar con una metafsica que ilumina el ser ocultndolo con la tiniebla y una hermenutica cuya tiniebla se disipa para en ocasiones inundarnos de luz con la experiencia y la comprensin. En el s m b o l o , la analoga es fundamentalmente tensin y m e d i a c i n , t e n s i n mediadora y m e d i a c i n tensionante entre la imagen sensual y la c o n s t r u c c i n de sentido. La a n a l o g a , en su ascenso desde lo sensible y sensual hasta llegar a las profundidades del Ser por excelencia, es esttica y d r a m t i c a y, precisamente por ello, metafsica. Este combate por encontrar, v i v e n c i a r y r e l a c i o n a r nuevas modalidades de ser se efecta de la siguiente manera. La

. a n a l o g a , al servir de puente para el s m b o l o , puente que Ipermite el paso del p r i m e r significado al segundo, nos muestra la apertura del ser y su revelacin. Con ello finalemente lo que hace es entregarnos la verdad. E l s m b o l o , gracias a la a n a l o g a , no se agota a s mismo, sino que anuncia otra realidad distinta de l, realidad quej renovada, transformada y transida de una luz con tiniebla, no es otra cosa que la verdad que se desvela por un momento de gra, cia, es un kairas que ilumina y redime. En todo este proceso de la c o n s t r u c c i n d e l s m b o l o , en y a t r a v s de la l a n a l o g a , estamos a s i s t i e n d o a una doble f u n d a c i n , l | j r i m e r o la fundacin de la verdad, que es anterior a la segunda, que es l a fundacin d e l sentido. F u n d a c i n . m e t a f s i c a que c u l m i n a en una f u n d a c i n h e r m e n u t i c a . Fundacin h e r m e n u t i c a que le da el contexto de desarrollo | & la fundacin metafsica, y todo ello al travs del proceso constitutivo del smbolo y de la gestin maravillosa de la analoga. Es justo aqu, en este proceso, donde las reflexiones de Beuchot alcanzan su punto culminante, ya que ancla la hermenutica en la metafsica, y lo hace precisamente para .'recuperar lo especulativo del discurso f i l o s f i c o , para reconocer la pluralidad de sentido y sobre todo para abrir Sel camino hacia una a p r o p i a c i n por doble va: la c o m p r e n s i n , fruto de a d r a m t i c a , y la c o n t e m p l a c i n , escenario de la e s t t i c a . Finalmente, de todo ello resulta la totalidad de la vida significante, destino ltimo de la herm e n u t i c a . En efecto, "el mundo no configura el fin de nuestras preguntas, se abren al ser, y slo en l y en su sentido pueden aquietarse. Todas las intencionalidades del hombre se orientan al ser, las intelectivas, volitivas y emotivas, y slo por eso pueden tener experiencia y comprens i n , i.e. slo por el ser pueden tener mundo. E l horizonte

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21diferente y nica que, al darse en el plano de la transformacin y la i n t e g r a c i n , da paso a un compromiso y a una decisin y con ello estamos ya en la dimensin tica.

del ser penetra y trasciende el horizonte del mundo. A l hacer temtico a este ltimo, la hermenutica culmina en la metafsica". Para nosotros, aqu radica uno de los valores de la hermenutica analgica que presenta Mauricio Beuchot: proyectar hermenutica y analoga vinculadas, desde el origen, por una metafsica que culmina en una tica. Nosotros hemos llegado a la misma conclusin desde la perspectiva, hoy muy olvidada y fragmentada no slo en la filosofa sino en las ciencias humanas, de los smbolos. As, hemos afirmado que lo que anuncia, prefigura y completa el smbolo en el segundo significado, es un significado fundamentalmente ontolgico: otra dimensin del ser, otra epifana de la existencia, que en sus interconexiones y correspondencias tiene modalidades, ya sea de diferencia y m s oposicin o de semejanza y mayor desemejanza. En efecto, el smbolo, al arrojarnos ("simbolizar" viene de dos palabras griegas: "syn" y "balein", que, unidas, dan la significacin de "arrojarse juntos", " i r juntos". En efecto, el smbolo "revela a la vez al 'otro', a travs del objeto que nos estimula, y nos revea a nosotros mismos") a un nuevo significado, gracias a la referencia. En el fondo, lo que hace es ponernos en el horizonte del ser con nuevas modalidades de relacionalidad horizontal y vertical. El proceso del primer significado al segundo, al mediar la analoga, es un proceso en su lgica interna, no slo fenomenolgico, sino fundamentalmente ontolgico: invoca al ser en una modalidad superior, desvela al ser en una relacionalidad nueva y comprende y vivencia al ser en una c o n c e p t u a l i z a c i n cualitativamente7 6

4. L a tica narrativa y el lenguaje de la decisin A la pregunta fundamental con la que Beuchot abre el muy importante captulo V i l : "Dependencia, autonoma y simultaneidad de la hermenutica, la metafsica y la tica", queremos aadir otra que creemos complementa tanto la mediacin de la h e r m e n u t i c a como el conocimiento del proceso de surgimiento de la tica. La respuesta a la pregunta que proponemos nos sugerir un anlisis filosfico del lenguaje, desde la perspectiva propuesta por Austin y Evans. La pregunta que el autor se plantea en este captulo dice: "De qu manera determina la hermenutica nuestro filosofar? Qu tipo de tica resulta de la actitud hermenutica?".* La pregunta que queremos hacernos es la siguiente: En qu lenguaje se puede hablar adecuadamente de la accin humana? Qu lenguaje nos formula la decisin y la responsabilidad y sus proposiciones correspondientes? Respondiendo a esta pregunta, por otro camino y con otra metodologa, buscamos fundamentar la tica en el campo de la accin humana. El destino ltimo de la hermenutica: la interiorizacin de la vida significante, se exterioriza gracias a la naturaleza del lenguaje y por medio de l podemos objetivar la experiencia y comprenderla en cuanto manifestacin. En otras palabras, es por el lenguaje y a travs de l que tenemos a nuestra disposicin un medio privilegiado que nos permite unir la interioridad de un acto con la exterioridad de un dato objetivable. 'Mauricio Beuchot, op. cit., p. 79. , El lenguaje, hecho de signos que unen un fenmeno per'Jean Chevalier, "Qu es y qu n,o es el simbolismo?", en Jean Chevalier, D. Bonet y otros. Iniciacin al Simbolismo, Ediciones Obelisco, f Mauricio Beuchot, op. cit., pp. 91-99. Barcelona, 1986, p. 17.!

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ceptible a una significacin, ai estar constituido como lo muestra la ingistica moderna, como una organizacin formal de leyes y componentes sintcticos, fonolgicos y semnticos, puede ser descrito como un sistema de reglas. Asi pues, la significacin en s misma, en cuanto se inscribe en este sistema, es una realidad objetivable. A la perspectiva de objetivacin, que es p r o p i a de la ciencia, debemos i n c l u i r el enfoque especulativo, que tambin tiene su legitimacin, ya que el lenguaje, como dimensin fundamental del hombre, tiene una modalidad ontolgica y es justamente al anlisis filosfico al que le compete mostrar cmo el lenguaje puede significar. A l examinar con el lenguaje las diversas regiones de la experiencia, nos encontramos que: 1. La h e r m e n u t i c a analgica, al aceptar que en nuestra conciencia histrica se opera la tensin entre la imposicin de valores y normas y la fragmentacin acrtica de un solo significado, asume la lingualidad del hombre como una dimensin esencial en su r e l a c i n con el mundo y rescata la analoga como una transgresin reveladora que nos ofrece una tierra media. 2. A la hermenutica como interiorizacin de la vida significante debe corresponder, para hacer inteligible la accin humana, una exteriorizacin de los actos que subyacen a la expresin. 3. Si la tarea de la hermenutica, finalmente antropolgica, consiste en rearticular la realidad, no slo bajo la gua de la inteligibilidad de lo particular, sino a la luz de la inteligibilidad de la totalidad, entonces la hermenutica analgica debe9

hacer conciencia "no slo del tiempo, de la historicidad del ser y del lenguaje o del discurso", sino tambin de la norma, y as seguir siend "asignadora de sentido"." 4. El lenguaje de la interpretacin no se puede reducir a un lenguaje de puros constativos, propio de las ciencias emprico-formales. A l encontrarnos con una cadena de significados y un universo simblico, se hace necesario otro lenguaje, 5. E l lenguaje p e r f o r m a t i v o , de la segunda t e o r a de Austin,' y d,e Evans,' entendido ste como un acto lingstico con su fuerza ilocucionaria, nos abre el camino para entender el lenguaje de la accin y la justificacin de las notmas. Reflexionando cmo podemos llegar a la justificacin de la norma, nos encontramos con que las proposiciones performativas expresan un lazo del sujeto con la norma y es a travs de este vinculo como se opera la decisin propiamente dicha. En efecto, si remontamos la expresin, encontramos el acto que subyace, y de este modo penetramos en la autoposicin del sujeto en s mismo. En la proposicin performativa, el sujeto gramatical expresa al sujeto de la accin y al mismo tiempo l es el objeto de esta accin, puesto que l mismo se vincula a travs de ella. Es justamente el c a r c t e r reflexivo de la proposicin performativa, el que, al expresar una toma de posicin del sujeto, un cuestionamento, una autoposicin que es autoafectiva, nos permite descubrir y formular el paso del "es" al "debe". Esta reflexin, que no es simple descripcin del acontecimiento, de procesos objetivos, nos recuerda que10 5 5

'Andrs Ortiz-Oss, La nueva filosofia hermenutica. Hacia una razn axiolgica posmodema, Anthropc-s, Barcelona, 1989, p. 58.

'"Mauricio Beuchot, op. cit., p. 99. "Ibidem. "i. L. Austin, How to do things with words, Clarendon Press, Oxford, 962. "Donald D. Evans, The logic of self-involvement, a philosophical study )f every day language with special reference to the christian use of language about God as creator, SCM Press, London, 1963.

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el esfuerzo terico que se opera aqu tiene como finalidad primaria buscar que el pensamiento reconstituya un acto, un proceso de constitucin no slo en su acontecer histrico sino sobre todo y en primer lugar en su ley esencial. Las proposiciones performativas que surgen de este lenguaje buscan decir lo que est callado y latente, que es precisamente la existencia de un sujeto que habla, se compromete y decide. Esta vida, enunciada en su generalidad m s que en sus particularidades, es la que el lenguaje performativo, en cuanto lenguaje filosfico, trata de dilucidar. Lenguaje filosfico porque implica en s mismo una dimensin de decisin y de compromiso. A l entrar a la especulacin filosfica, lo hacemos por un acto de decisin intelectual, y el volver a retomar la estructura interna de la realidad presupone un compromiso. En sntesis, nos encontramos en y por el lenguaje performativo con la expresin y la constitucin del discurso tico que nos aparece f e n o m e n o l g i c a m e n t e , en cuanto que el lenguaje, al ser exterioridad manifiesta, dice lo que viene ai lenguaje y muestra el sentido, y ontolgicamente, en cuanto que la relacionalidad del ser que aparece, en y gracias al lenguaje, es una relacionalidad que, surgiendo de la reflexin y dei cuestionamiento del sujeto, camina mediante la toma de posicin hasta llegar al compromiso y la decisin!14

crea entre la nivelacin impositiva y la versatilidad fragmentaria, es un modelo y un mtodo que asume que los actores de la accin humana son los intrpretes de las tradiciones y sus smbolos, de las leyes y sus aplicaciones, y de las prcticas sociales y sus rituales. La hermenutica analgica coloca en el centro de las actividades humanas la fusin de la comprensin y la explicacin con la primaca de la inteleccin." Sin embargo, integrando lo mejor de las diferentes hermenuticas, al equiparnos con la nocin y la doctrina de la analoga, va m s all. Est en condiciones de imprimir un mejor orden y un nuevo ritmo a los pliegues de la diversidad de conductas rescatando con renovadas sutilezas los determinism os, los procesos, las arquitecturas y los sistemas en los que se vivencia y se configura la accin humana. Lo que queremos decirle a Beuchot es que la doctrina de la analoga, tanto en su concepcin clsica como en sus estudios posteriores, permite crear no solamente una d i m e n s i n dialgica (tomando en cuenta las aportaciones seminales de Gadamer)' renovada, sino sobre todo proyectar un orden de racionalidad a travs del cual podamos comprender mejor las mltiples polaridades de tensin que ocupan la vida cotidiana y los escenarios sociales, poltico-econmicos y religiosos, y en ocasiones estn en peligro de romperse como extremos antagnicos. La analoga, por cuanto es provocacin reveladora y transgresin iluminante, nos ensea a travs de la hermenutica los matices de un dilogo m s amplio y profundo cuya utilidad y eficiencia se convierten en factores crticos de xito en estas pocas de transiciones y turbulencias. Un dilogo con la tradicin y con las innovaciones, con las instituciones, con los ciudadanos y6

5. L a hermenutica analgica crea las condiciones del dilogo y los principios de la phrnesis A) La analoga: pauta universa! que configura el dilogo y la decisin tica. La hermenutica analgica, sin suprimir la tensin que se "Jean Ladrire, L 'articulation du sens, Aubier-CerfDelachauxDescle, Pars, 1970, p. 158.

"Mauricio Beuchot, op. cit., p. 46. "Hans-Georg Gadamer, Verdad y Mtodo, Sigeme, Salamanca, 1984.

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con el Estado, y un dilogo con uno mismo. Una situacin dialgica que implica desde la ciudadana: " U n complejo y dinmico conjunto de palabra, accin y silencio. Palabra que es vista como la base del dilogo; accin, como la base del cambio o la defensa de la realidad existente, y silencio, como la dimensin inviolable a la cual la persona puede volver cuando as lo desee para defender su privaca y naturaleza interior sin ninguna referencia al campo de la vida pblica." La hermenutica analgica (incluyendo las aportaciones de Gadamer sobre la universalidad de la hermenutica, especialmente cuando habla de la comprensin y el acuerdo como el culmen de la vida social en cada comunidad hablante (profundiza an ms en la interpretacin, considerndola no slo como trascendencia del horizonte del pasado y fusin del pasado con el horizonte del intrprete, sino ms an como pauta universal que piensa y comprende al hombre, el mundo, la cultura y la historia desde el acontecimiento originario y fndante que es la libertad del hombre, fondo de toda autorrealizacin creativa. Es justo desde a q u , desde esta doble vertiente de la analoga, horizontal (cada uno "est en" el otro y "ms all" de ese otro) y vertical ("en-y-por-encima del otro"), donde: "la actitud h e r m e n u t i c a incluye el dilogo... y tiene que propiciar una constitucin dialgica de la tica".17 18

relaciones entre tecnologa, poder y racionalidad, hermenutica y compromiso," hermenutica y aplicacin, nos hubiera gustado que recibieran ms atencin y estudio, y no tan slo algunas reflexiones aisladas. La encrucijada histrica que estamos viviendo hoy espera de la hermenutica analgica una phrnesis que, como verdadera sabidura, razonamiento apropiado y autntica razn prctica, contrarreste, aunque sea en mnima parte, la inmensa t r a n s f o r m a c i n t e c n o - c i e n t c a . que, en nombre de la racionalidad, controla con una obsesin de medicin, productividad y rentabilidad las actividades del hombre. La interac| cin ciencia-tecnologa, bajo una racionalidad que se ha vuelto una nocin operativa, busca dominar todo, nivelar todo, alienar todo hasta convertirse en "una especie de superdominio o superestructura nica, a la vez conceptual y prctica, de carcter dinmico que evoluciona en el sentido de una complejidad creciente"." Frente a este superdominio que cada vez m s condiciona y controla nuestra existencia y cuyo logos cientfico-tcnico "aparece como un poder exterior" que impone su ley y trasciende toda voluntad'individual, la jhrnesis no deber ser sustituida por el conocimiento tcni>, ya que ste no puede iluminar la vida prctica y el saber loral que especialmente incluyen el discernimiento, el buen ;onsejo, la eleccin y la decisin.32 24

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Jean Ladrire, Les enjeux de la rationaiit, Auber-Unesco, Pars, 1977, p. 70; y Dominique Janicaud, La puissance du rationnel, Gallimard, ars, 1985. "Roberto Alejandro, op. cit. "Hans-Georg Gadamer, op. cit., especialmente en el capitulo 10: Roberto Alejandro, Hermeneutics, Citizenship and the Public Sphere, Recuperacin del problema hermenutioo fundamental", pp. 378-414; y Richard J. Bernstein, Perfiles filosficos. Siglo XXI Editores, Mxico, Slate University of New York Press, Nueva York, 1993, p. 76. 1991. "Mauricio Beuchot, op. cit., p. 98. "Jean Ladrire, Les enjeux de la..., p. 70. "Niklas Luhmann, Sistemas sociales. Lineamientos para una teora Ibid,f. 71. general, Alianza Editorial, Universidad Iberoamericana, Mxico, 1991.15 u

B) Tekhne vs Phrnesis o Cul es el verdadero poder de la racionalidad? La relacin entre hermenutica y phrnesis, dada la importancia que tiene en la actualidad la teora general de la accin," las

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La historia de la hermenutica, incluyendo la hermenutica teolgica, en cuyo centro est la a n a l o g a , " puede aportar algunos principios iluminadores para esta poca convulsionada en la que se ha entablado una feroz lucha entre la tekhne y laphrnesis y cuyo teln de fondo se contempla as: Cul es finalmente el verdadero poder de la racionalidad? La hermenutica no es la panacea de todo, tiene sus lmites; pero, con su enfoque critico de los prejuicios y las tradiciones, las creencias y los smbolos y, sobre todo, con su capacidad de crear nuevas posibilidades, nuevos contextos de asimilacin e interpretacin y nuevos significados, puede ofrecer nuevos espacios donde las diferencias, la igualdad y el d i l o g o sometan a una critica lcida las estructuras y las prcticas de dominacin. . Conclusin Esperamos de la hermenutica analgica la definicin de los principios bsicos que nos ayuden a equilibrar la vida individual con la vida de la colectividad, al menos en sus articulaciones'medulares. Creemos que es preciso lograr una sntesis de nivel superior entre filosofa hermenutica y hermenutica prctica. Nos parece que Beuchot lo ha hecho en su libro, buscando variados campos de aplicacin; pero valdra la pena escuchar explcitamente su punto de vista y preguntarle qu opina de la postura de Bernstein, quien enfticamente habla de la obra de Gadamer y cuyas criticas pueden "Para la teologa, tanto catlica como protestante, la analoga est ocupando un lugar central en torno al cual gira gran parte de la reflexin especulativa. Ver especialmente del lado catlico a Hans rs von Balthasar, en toda su amplsima obra y, del lado protestante, a John Mcnlyre, "Analogy", en Scottish Journal of Theology, Vol. XII, y tambin, entre otros, a John Macquarrie, God-Talk. An Examination of the Languqje and Logic ofTheology, SCM Press, London, 1976.

ser tiles para todos: " L o que se ha convertido en tan problemtico para nosotros hoy en da, lo que es caracterstico de nuestra situacin hermenutica, es la gran confusin e incertidumbre (hay quienes quiz diran caos) que existe acerca de cules son las normas de los 'universales' que debieran regir nuestra vida prctica. Lo que el propio Gadamer percibe (aun cuando yo no creo que encare firmemente las cuestiones que ello saca a relucir) es que estamos viviendo una poca en que las propias condiciones que se reqieren para el ejercicio de la phrnesis (la aceptacin y estabilidad compartidas de los principios y leyes universales) se estn desbaratando.,. Pero aun cuando uno acepte las precauciones que indica Gadamer acerca de la profeca y el dogmatismo, sigue habiendo una labor prctica que debemos enfrentar y a la que nos llevan las propias investigaciones de Gadamer: tratar de fomentar el tipo de comunidades dialogsticas en las que la phrnesis se convierte en realidad viviente." "2

I Si interpretamos bien los signos de los tiempos, y el mismo Bernstein lo seala, creemos que la filosofa hermenutica puede y debe incidir con m s fuerza y persistencia,en la prctica hermenutica y recuperar la sabidura prctica que surge de la phrnesis. Nuevamente preguntamos a Beuchot: Hasta dnde nos puede llevar este camino? La hermenutica analgica nos puede equipar para este viaje difcil y arriesgado?

Richard J. Bernstein, op. cit., pp. 130-133.

L A BUSQUEDA DE UN NUEVO ORDEN DE RACIONALIDAD ANALOGICA

uestros comentarios a la empresa de Mauricio Beuchot se desenvuelven ahora en dos tiempos complementarios- Procedimiento doble que responde a metas interdependientes. Primero, formular I de una manera breve las criticas y sugerencias que se nos han presentado a lo largo de la lectura de su trabajo Tratado de hermenu tica analgica (Mxico: U N A M , 1997). Segundo, de una manera . ms formal retomar estas crticas en forma de proposiciones. Quedan en pie, pues, de manera sumaria las siguientes sugerencias que, originadas por la critica, se convierten en l.propsito cuestionador, reflexin en voz alta y b s q u e d a |compartida. Son cosas que hay que hacer: 1. Ampliar el concepto de analoga, m s all de la teora Iclsica, y entenderla como el principio formal de la relacin Ventre los seres. M s a n : considerarla, siguiendo el penSarniento de Przywara, como la razn formal que determina Inuestro pensamiento y la piedra angular de todo el pen s a m i e n t o catlico, al mismo tiempo filosfico y teolgico. (Todo parece indicar, con fundamento in re, que la analoga, Itan olvidada como menospreciada, aparece hoy como el [ punto central de un nuevo orden de racionalidad. 2. Rescatar el universo simblico y ampliar los primeros linleamientos que ya se han esbozado sobre la 'ontologa del smI b o l o ' ( K . Rahner) y que han quedado interrumpidos en la; 1

'Karl Rahner, "Zur Theologie des Symbols", en Bea, Rahner, Rondet, tSchwendimann, CorJesu Commentationes in Hueras encyclicas Pii, P.P. B i l l , "Haurietis Aquas", Roma, 1959; Schriften zur Theologie, Ensiedeln, 11954, 4,.pp. 275-311; "Symbol", en Kleines iheologischen Wrterhuch, Freiburgi. B., 1961, (5a. ed.) 1965.

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obra de Paul Ricoeur. En efecto, "el universo simblico, compuesto de i l u s i o n e s - s m b o l o s - m i t o s - r i t u a l e s , es el locus arqueolgico-teleolgico que, va la analoga, se convierte en (1) el elemento fundamental que configura la vida emocional y las transacciones todas; (2) el origen de las formas de comunicacin y de los estilos de las relaciones interpersonales, y (3) la fuente de la toma de decisiones". 3 , Recuperar el lenguaje performativo, ya que sus enunciados, al ser expresin de un acto performativo, por oposicin a los enunciados del lenguaje constatativo, que son enunciados de pura constatacin, de hecho, van m s all de lo descriptivo y cumplen una accin. Contienen proposiciones que hacen algo, son constitutivas de una operacin. Diciendo lo que hago, realizo efectivamente un acto de cierta ndole Con el lenguaje performativo se abre un camino de respuesta para comprender y explicar la posibilidad y la naturaleza de la decisin en general y por medio de la reflexin reconstituir un acto en su dimensin esencial, incluyendo el compromiso y la responsabilidad con la norma. 4. Integrar m s la filosofa hermenutica con la hermenutica p r c t i c a . La a n a l o g a , como p r i n c i p i o f o r m a l de la relacin entre los seres y como ritmo universal bajo el signo de la libertad, le proporciona a la hermenutica analgica una valiosa oportunidad para trazar puentes ms slidos y a la vez mejor diferenciados entre la filosofa h e r m e n u t i c a y la praxis. La analoga, transgresin iluminante, abre el camino1

para comprender en forma nueva los principios, leyes o nort i n a s universales que la tradicin, las instituciones y el dilogo nos ofrecen a travs de la mediacin de la phrnesis. 5. Llevar la h e r m e n u t i c a a n a l g i c a hasta la reflexin teolgica. Aun cuando la analoga es un concepto eminentemente filosfico, sin embargo, h i s t r i c a m e n t e se fueron tejiendo los aspectos filosficos con los teolgicos, hasta culminar en una doctrina que, de ambos lados, protestante y catlico, tiene cada vez m s un papel relevante en el cristianismo. | Como lo hemos insinuado anteriormente, las crticas y sugerencias que en este trabajo estamos haciendo al Tratado de Hermenutica Analgica deseamos presentarlas sumariamente en forma de proposiciones. Esta eleccin se debe no flfclo a un esfuerzo conceptual, propio de la filosofa, sino t a m b i n a una finalidad d i d c t i c a . Pensando en los estudiantes que tomarn contacto con la hermenutica analgica, hemos querido sintetizar todo nuestro trabajo en la fuerza, el estilo y la formalidad que conlleva ta proposicin. Sin embargo, conviene aclarare! significado preciso que aqu queremos dar al trmino "proposicin". f Las siete proposiciones que queremos formular no tienen, a la luz de la epistemologa conceptual, el sentido que stas han adquirido en la filosofa neopositivista. Nosotros queremos verlas como expresiones de un juicio. El juicio reconfigura la unidad del conocimiento que el acto de conceptuaiizacin ha fragmentado, unidad que encuentra fundamento en el objeto 'Luis Alvarez Coln, El universo simblico de la familia: un estudio de mismo y que el juicio pretende llevar a su ensamble y reconPsicologia Hermenutica, manuscrito indito, Mxico, 1997, pp. 38-49. figuracin. Ver tambin, del mismo autor, "Hacia una Hermenutica Analgica de la El sentido de marcha del juicio obedece a su capacidad de accin comunicativa", en Sergio Inestrosa (comp.), Conferencia de las sntesis, proceso que efecta haciendo justicia a los conAmricas. Diversidad, Tecnologa y Comunicacin. Una mirada a nuestra tenidos de la realidad en s misma y cuya finalidad ltima es Amrica, Universidad Iberoamericana - Federacin Latinoamericana de que aparezca la altheia, que se ostente la reconstruccin de Facultades de Comunicacin Social, Mxico, 1997, pp. 207-217.

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la verdad, restituyendo a ia realidad los predicados inteligibles que en ella hemos comprendido y que hemos puesto aparte. En una palabra, buscamos ahora la sntesis que la proposicin anuncia derivando su sentido de los elementos conceptuales, que en s mismos tienen valor y sentido porque son vehiculos de inteligibilidad. Tratando, pues, de confirmar algunos aspectos fundamentales de Beuchot y al mismo tiempo buscando sealar nuevos y posibles caminos para el fortalecimiento de la hermenutica analgica, consideramos que sta, en sus futuras formulaciones, debe tener en cuenta las siguientes proposiciones; La. Proposicin: El campo de la accin humana implica necesariamente la experiencia sensible y la experiencia inteligible. Ahora bien, la hermenutica analgica no slo rescata y promueve la experiencia inteligible mediante la formacin de conceptos, sino que, reconfigurando la experiencia sensible, es puente de unin con la experiencia inteligible, al interpretar y recrear el universo simblico, modo especficamente humano que se construye mediante imgenes sensuales. 2a. Proposicin: La hermenutica analgica, frente a la tensin que existe entre explicacin y c o m p r e n s i n , sirve de vehculo para comulgar con estos dos extremos, rescatando las correspondencias, ritmando las diferencias y finalmente privilegiando la comprensin, punto culminante de la interpretacin y plenitud de la inteleccin. Por tanto, la hermenutica analgica, lejos de ser grotesca, intrusiva y agresiva, se nos manifiesta respetuosa, e m p t i c a e integradora de las partes en el todo y de! todo en las partes. 3a. Proposicin: La analoga es el principio formal de la relacin entre los seres de unos para con otros (dimensin horizontal) y de la relacin de las criaturas con el Creador (dimensin vertical). En esta relacionalidad dinmica, horizontal y vertical, se desenvuelve todo el cosmos, siendo la

analoga menos un a priori y ms el medio, la medida y el ritmo universal y omniabarcante de cuanto es y acta bajo el signo de la libertad.' 4a. Proposicin: Los smbolos, que en su esencia son siempre portadores de significado, se convierten en s mismos en objeto de estudio, interpretacin y a p r o p i a c i n de la herm e n u t i c a analgica. Sin ellos y su ncleo fundamental, la d i m e n s i n a r q u e o l g i c o - t e l e o l g i c a (constituida por i l u s i o n e s - s m b o l o s - m i t o s - r i t u a l e s ) , nos vemos privados de nuevos niveles de apertura, desarrollo, integracin y transformacin. A q u i , en la esttica y dramtica de los smbolos, al surgir una nueva manifestacin del ser, se ancla la metafsica y, al presentarse un nuevo suplemento de significacin, brota el compromiso y con l la tica. Ahora bien, podemos definir el s m b o l o de la siguiente manera: "un signo cuya imagen sensual puede condensar connotaciones de diverso nivel y conjunto stgnificacional a travs de un proceso de doble referencia. El primer sentido hace alusin analgicamente a un segundo sentido que no nos es dado en otra forma sino mediante ia forma vivenciada en la referencia. El resultado es un nuevo nivel de integracin y transformacin, inesperado y nico, que es invocado y guiado por el suplemento significacional que se logra" . 5a. Proposicin: El lenguaje performativo, propio de las ciencias hermenuticas, como todo lenguaje, se objetiva en reglas y exterioridad de tal modo que aparece como un lugar p r i v i l e g i a d o para comprender, bajo la forma de factura lingstica y de modalidad ontolgica, el acto y el proceso de compromiso y decisin que tiene el hombre, al igual que su situacin de interpelacin existencial. Las proposiciones per^uis Alvarez Coln, El universo simblico d la familia; un estudio..., .72.J

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formativas, gracias a su carcter reflexivo, al comprender el lazo entre el sujeto y la norma, nos llevan finalmente a la constitucin misma del acto decisorio y al contexto de donde surgi. 6a. P r o p o s i c i n : La h e r m e n u t i c a analgica, como herm e n u t i c a p r c t i c a , atenta a los signos de los tiempos y consciente de los peligros de p r o f e c a y dogmatismo, si quiere ser una disciplina til, no puede evadir las tareas prcticas y urgentes de nuestro quehacer h e r m e n u t i c o y debe estar siempre en condiciones de impulsar la phrnesis como verdadera sabidura prctica. Debe sensibilizar m s la voluntad para construir mejores espacios de libertad, de comprensin humana y de calidad de vida. La analoga, entonces, abre otros caminos para interrelacionar creativamente, en los nuvos escenarios de a vida, la subtilitas implicandi (la sintctica), la subtilitas explicandi (la semntica) y la subtilitas applicandi (la pragmtica). 7a. Proposicin: La hermenutica analgica, como filosofa hermenutica, enfrenta la tarea primordial de darle significacin a la relacionalidad horizontal y vertical del hombre, doble vertiente que caracteriza la existencia mediante modos diferentes de unidad, verdad, bondad y belleza que varan proporcionalmente a la forma de existir y actuar, es decir, con diferentes grados de diversidad, o p o s i c i n , semejanza y mayor desemejanza. Esta pluralidad universal de relaciones i n t r n s e c a s que el ser configura tanto hacia dentro de si mismo como hacia fuera de s mismo, se articula y comprende a la luz de la estructura de la analoga, que no puede ser otra que el smbolo de la libertad humana y su autorrealizacin creativa. En medio de la confusin de saberes, de la fragmentacin del togos, de la pluralidad de enfoques y de la creciente dominacin del conjunto ciencia-tecnologa que avanza bajo el

lema: "La tcnica decide todo", "Lo que puede ser hecho, debe ser hecho", la a n a l o g a aparece provocativa, armonizante y luminosa, tan slo para ofrecernos un camino modesto pero vlido que nos ayude a celebrar, aunque sea por breves instantes, la epifana del ser que con sus diversas imgenes de lo bueno, lo verdadero y lo bello comunica a los . hombres entre s y con su creador. En efecto, la a n a l o g a puede llevarnos a una reflexin total en la que la vida del espritu absoluto aparece integrada y armonizada en la jerarqua de los diversos grados de ser. Ahora bien, esta reflexin i niftcadora y totalizante de la conciencia humana que nos lyproporciona la analoga es una tarea filosfica que tiene sentiB o siempre y cuando no olvidamos la bsqueda de la verdad.. V b s q u e d a que es anterior a la del sentido, sealando que la llVerdad en el fondo no es sino la apertura o la revelacin del ser. En esta poca de extensin agresiva del reino de la tecn o l o g a , donde la alianza de la ciencia con las "artes merceI n a r i a s " nos plantea la nueva antinomia tecnologa/tica, la ^ h e r m e n u t i c a analgica nos seala que s hay otros caminos jipara impulsar el imperativo moral cuyo gran enemigo hoy es |;la eficiencia. Mauricio Beuchot ya c o m e n z este camino, {apropindose la gran tradicin de la analoga y recrendola en B e l campo de la hermenutica como una doctrina fecunda, que e n el seno de lo racional y en el campo de lo sagrado, abre t u n a luz para descifrar el enigma del hombre y el sentido de la Ihistoria j: E l lenguaje de Mauricio Beuchot, como todo verdadero l e n g u a j e filosfico, expresa compromiso y decisin. A travs .f;de l nos hace una i n v i t a c i n p r o v o c a d o r a c o m o la | a n a o g a para continuar recreando y fortaleciendo la hert m e n u t i c a filosfica y buscando ms campos de aplicacin de fila hermenutica prctica.

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Nosotros creemos, por nuestra parte, que la hermenutica analgica no solamente rescata las diversas h e r m e n u t i c a s existentes llevndolas a un nuevo nivel de complejidad, comprensin y sntesis, sino que, adems, con la gran herramienta conceptual que usa: la analoga, principio formal que determina nuestro pensamiento, elemento rector que ordena y" unifica los diversos modos de relactonalidad (horizontal y vertical), ritmo universal integrador y tiniebla luminosa, que a la vez oculta y revela al ser y la verdad que lo funda, lo acompaa y lo impulsa, podemos construir un nuevo orden de racionalidad.

LA PSICOLOGIA FAMILIAR A LA LUZ DE LA INTERRELACION HERMENEUTICA-ANALOGIA

Introduccin Los fundamentos, el contenido y las perspectivas de la hermenutica analgica' no slo han superado las dificultades riciales sino que poco a poco sta se va manifestando como un rea rica y promisoria donde las ciencias del hombre y la vida cotidiana se pueden recomponer y profundizar. Este saptulo se desarrolla como una prueba que intenta mostrar y verificar que el campo de la psicologa y, en concreto, de la psicologa familiar, al verse asistido por la hermenutica y la analoga, en "admirahile commercium", obtiene nuevas perspectivas, rescata dimensiones ocultas y conjuga nuevas combinaciones donde las acciones de la familia, radicadas en la casa del ser, mediante el lenguaje, las relaciones y la laloga, llegan a la casa del todo. El objetivo central de este captulo es, pues, construir un abordaje del estudio psicolgico de la familia desde la herm e n u t i c a y con la ayuda del teorema p a r t i c u l a r de la analoga. 'Mauricio Beuehot, Posmodernidad, hermenutica y analoga. Universidad Intercontinental, Miguel Angel Porra, Mxico, 1996; Idem, Tratado de hermenutica analgica, UNAM, Mxico, 1997; Luis Aivarez Coln, "Hacia una hermenutica analgica de la accin comunicativa", en Sergio Inestrosa (comp.), Conferencia de as Amricas. Diversidad, tecnologa y comunicacin. Una mirada a nuestra Amrica, Universidad Iberoamericana, l ul.AFACS, Mxico, I). F., 1997, Luis Alvarez Coln, "El rescate de la analoga y la legracin de las hermenuticas", en Jos Rubn Sanabria (comp.), Dilogos con Mauricio fieuchot sobre la [na/aga. Universidad Iberoamericana, Departamento de Filosofa, ileccin Sophia, XVI, Mxico, D. R, 1998

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L a historia de la hermenutica no siempre ni en todas sus etapas de desarrollo ha vinculado la analoga con sus diferentes modelos, tareas y enfoques. M s an: la misma analoga no slo desde su concepcin, con Cayetano en 1498, sino hasta sus m s recientes enfoques con Maritain, Przywara, Siebert, Hans Urs Von Balthasar, Penido, Ramrez, Fabro, Mondin, Montagnes, Mclnerny, Klubertanz y Marty, entre otros, ha sufrido diferentes transformaciones, ha privilegiado unos aspectos sobre otros y ha conocido distintos puntos de partida. Es decir: las relaciones entre hermenutica y analoga han sido relaciones ignoradas, incompletas, ambiguas, inconsistentes y hasta hace poco verdaderamente complementarias. El campo de la Psicologa Familiar, despus de varios aos de esfuerzo y avances, ha conocido, en 1987, con la revista Journal of Family Psichology u n trimestral de la APA (Divisin 43), una nueva etapa de reconocimiento, integracin y lanzamiento como-un rea propia, reconocida y en b s q u e d a de c o n s o l i d a c i n . Como se deduce a travs del artculo inaugural escrito por Howard A . Liddle, los conceptos claves que orientan la agenda de la psicologa de la familia para los p r x i m o s a o s son las "interacciones", las "interrelaciones", las "transacciones" del individuo y sus diferentes ambientes. La interfase multicausal y compleja que ocurre, con frecuencia dicotomizada, entfe el individuo y el sistema, es un rea prioritaria de estudio en el campo de la Psicologa Familiar.1

rms that considers the interconnections and simultaneous interaction of several systems of influence, including, o f course, the psychological world o f the individual and his or t her biological, social, moral, political, economic, spiritual, Rand cultural environments... Whereas the family is a primary Burnt o f focus and analysis in understanding and treating },; human situations (e. g., families serve vital mediating funcTtions between individuals and society), it is not the only significant system of influence" (El subrayado es nuestro.) La afirmacin anterior es una declaracin muy importante, T porque reconoce ampliamente la necesidad de ubicar el estuI d i o de la familia en una perspectiva amplia de pensamiento y acepta que, para construir una gran teora, se requiere la { interaccin permanente de diversos enfoques, entre los cuales | s e cuenta con la interrelacin hermenutica-analoga. A la luz lde este enfoque filosfico, los conceptos de relacin, significado, contexto, causalidad tridica y recproca, elementos Jpeognitivos, emocin, significado relacional, etc., adquieren fnuevas dimensiones, mayor profundizacin y ofrecen la posi| b i l i d a d de complementar, con otros conceptos, t c n i c a s y ' h e r r a m i e n t a s , los estudios c l n i c o s y las investigaciones empricas sobre la familia. La conclusin de nuestro capitulo l i a r alusin a la formulacin de un conjunto de proposiIciones tiles para repensar el mbito de los estudios famil i a r e s , incorporando terica y metodolgicamente los benefic i o s de la fertilizacin hermenutica-analoga.1

Ahora bien, aun cuando la psicologa familiar se redefine como "systems psychology", sin embargo, la primera tiene como tarea bsica: "incorprate a way o f thinking in systems 'Howard A. Liddle, "Family Psychology: tasks of emerging (and emerged) discipline", Editor's Introduction I I , Journal of Family Psychology, vol. 1, nm. 2, December 1987, pp. 149-167.

Desde el principjo de estas reflexiones nos haremos una r i p i e pregunta para ir delimitando la p r o b l e m t i c a subyacente a este anlisis: 1. La reflexin hermenutica qu aporta al estudio de la psicologa de la familia? !bid,p. 152.

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2. La incidencia antropolgica de la analoga qu dimensiones destaca de la hermenutica y qu visin nos otorga de la familia? 3. U n i d a s h e r m e n u t i c a y analoga, especialmente sta desde su vertiente antropolgica, hasta dnde llevan el anlisis psicolgico de la familia? El hilo conductor que permitir, a la luz de una lgica interna, esclarecer el anlisis psicolgico y teraputico de la familia, en sus diversas etapas: epistemolgica-hermenuticadel-lenguaje-teleolgica, no es otro que el teorema particular de la analoga. Nuestra hiptesis fundamental se concentra en lo siguiente: El carcter relaciona} de la persona y la familia es el fundamento para hablar con propiedad y sentido de la analoga. I . Principios esenciales de la h e r m e n u t i c a PRIMER PRINCIPIO. La vida contrada y proyectada y la reflexividad del lenguaje. Son las interpretaciones, no los hechos, los que se imponen a la realidad. Esta afirmacin de Nietzsche, lejos de arrinconarse en la pobreza o estrechez de los principios nihilistas o relativistas, revela en toda su profundidad la horizontalidad y verticalidad de lo relacional. En efecto, slo a travs de las relaciones, las interacciones y las transacciones que discurren a lo largo del curso de la vida, y no mediante las substancias, podemos formular una de las preocupaciones fundamentales de la hermenutica: por ms que dilucidemos algo, siempre permanece y emerge un fondo inefable que contiene algo no dicho; algo inagotable en su i n d i s p o n i b i l i d a d , algo por esclarecer que en la opacidad del lenguaje permanece como necesitado de interpretacin y vido de entendimiento. A la casa del ser slo llegamos mediante las relaciones y stas las

captamos en la estructura del lenguaje y con la asistencia permanente de la a n a l o g a . S l o sobre esta base donde "el enguaje siempre remite detrs de s mismo y detrs de la funcin expresiva que l presenta" (Gadamer, 1976)" podemos llegar al,todo, luego entonces el lenguaje es la casa del todo y ahi, con su capacidad de exteriorizar las relaciones que ivimos, como analgicamente habitamos la casa del ser. SEGUNDO PRINCIPIO La historicidad y el acontecer de las cosas que me asisten hacen que elpresente sea tal. El lenguaje, al detenerse a pensar, nos lleva de la mano, con esa su capacidad de reflexividad, a descubrir el juego de las situaiones y la irradiacin de tas lineas que impactan las palabras y as acciones de la propia vida. Estas lneas forman la tradicin, stos cauces, explorados por el remonte del flujo lingstico, contituyen la historia, tanto personal como colectiva (Duque Pajuelos, 1996).- Tradicin e historia que. como el lenguaje, se ha de reformular en cada instante, transparentado en los contextos y escenarios, emociones, smbolos y motivaciones de los individuos. Y con todo lo anterior se formula otro de los principios fundamentales de la hemenutica: no existe una comprensin de s mismo. Principio que condensa admirablemente Gadamer: "El s mismo que nosotros somos no se posee a s mismo. Antes bien, cabra decir que l acontece histricamente" (Gadamer, 1976).6

*Hans~Georg Gadamer, l'hilosophical lermeneatics, Berkeley, Universily of California Press, 1976, p. 62. (Esto libro es una coleccin de ansayos .selectos eme el autor public en Tbingen con el nombre de Kleine Sclmften y traducidos a! ingls por David E. Linge). 'Flix Duque Pajuelos, "Que no es verdad que diez aos no es nada ni febril (sino textil) la mirada: Hermenutica en la Espaa de hoy", ER, Revista de Filosofa, 20, Sevilla, pp. 11-40. 'Hans-Georg Gadamer, Ibid.,-p. 50 y siguientes.

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En efecto, el hombre y a travs del lenguaje y con l todas las cosas que ste habita no es sino que acontece. As, las posibilidades del hombre, que se salen de un encasil l a m i e n t o r g i d o para presentarse como "posibles" que engarzan mediante textos y huellas el orden de la memoria y los recuerdos, forman lo que se llama historicidad, hecha s e g n H e i d e g g e r no de un ser sino de u n poder-ser. Historicidad que se conforma, entre situaciones, lneas y tpoi, como la fusin de lo fctico, que, unido a la fuerza de los proyectos e ilusiones, me inventa cada da, me impulsa en cada momento. Si los acontecimientos y procesos se suceden as, entonces todo individuo, al acontecer en el flujo de la historicidad, trae a sus espaldas tres posibilidades universales de la existencia: familia, trabajo y lenguaje (Duque Pajuelos, 1996):' Si bien es cierto que existe un vnculo ontolgico entre los tres, tambin es verdad que este ltimo engloba a los otros dos, ya que al ser discursividad y exterioridad productora de sentido, articula las perspectivas globales de una vida significante (Ladrire, 1970, 1993).8

a) Vorhabe ("pretenencia" o "tener previo") b) Vorsichi ("previsin" o "visin anticipativa") c) Vorgriff ("concebir previo") Integrados los tres conceptos, se puede afirmar que llegamos a comprender algo concreto slo mediante la pre-tenencia y la pre-visin y porque ya de antemano se tiene un lugar dentro de un "concebir previo". Parafraseando, a Heidegger, podemos decir que en todo comprender el mundo es comprendida la existencia y .viceversa: que una interpretacin j a m s es una aprehensin de algo dado llevada a cabo sin Supuesto y que toda interpretacin que haya de acarrear comprensin tiene que haber comprendido ya lo que trate.de interpretar. Puesto en otras palabras, se puede afirmar que el crculo del comprender, ms que una base metodolgica de las ciencias del espritu, es una estructura que ontolgicamente se halla inserta en toda comprensin. Estructura que incluye la propia existencia, por lo que entonces se puede afirmar que no hay ningn "fuera" que evale las fortalezas y debilidades de mis ilusiones, proyectos y planes. El crculo del comprender o hermenutico es una mediacin entre los extremos que tiene siempre como meta fecundante el dilogo. Desde m i tradicin me abro al mundo cultural, simblico, del "otro" y, al responderme ste, no slo busca lo comn, el con-venir, el consenso, sino que me corrobora en m i existencia. De este modo el crculo hermenutico, lejos de encerrarnos en la limitacin de un texto nico, nos hace renovaraos gracias al encuentro con el "otro" y la reflexin que ello produce. Finalmente, lo que se adelanta, se apuesta y se renueva es el ser propio que, al encuentro con el "otro", con el ser del otro, crea una circurnin sesin o mutua inhabitacin de lo verdadero, lo bueno y lo bello, que culmina en la unidad. En el encuentro nterpersonal esta recproca presuposicin o inclusin se realiza, en base a la polaridad del ser finito,

TERCER PRINCIPIO. La comprensin de la alteridad: esencia del crculo hermenulico. Las tres estructuras b s i c a s de toda i n t e r p r e t a c i n se encuentran sintetizadas por Heidegger' con los siguientes conceptos: Tlix Duque Pajuelos, Ibidem. "Jean Ladrire, L'articulation du sens, Paris, Aubier-Montaigne, 1970; Idem, "Interprtation et vrit", Laval Thologique et Philosophique, vol. 49, nm. 2, 1993, pp. 189-201. 'Martin Heidegger, El ser y el tiempo, Traduccin J. Gaos, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1951.

"Para algunos aspectos relacionados con la analoga en Santo Toms, hemos seguido las reflexiones de Jos A. Izquierdo ("Homo Analgicas", Gregorianum, 69, 3 (1988) 505-545) que, sin embargo, no explotan el carcter relaciona! del individuo ni lo llevan al punto culminante del anlisis: el encuentro interpersonal, para ah sacar todas las conclusiones metafsicas, antropolgicas, ticas y metodolgicas. Para completar esle punto, desde la vertiente propiamente metafsica, se puede leer con provecho el articulo de C, B. Daily, "Metaphysics and the limits of language", pp. 178-205; en Ian Ramsey, (ed.) Prospect for Metaphysics. Essays of Metaphysical Exploration, Allen and Unwin, Londres, 1961, Tan sOlo para indicar la lnea de reflexin, recojo las palabras de Ramsey en la introduccin: "Thus the aim of metaphysical pilosophy showed he to cultvate a reasonable currency for, and a due appreciation of'mysteries'" (p. 11), y consigno el final del anlisis de Daily: "When I say that the metaphysician tries 'to make sense' of the metempirical in the empirical... He does not make a 'postulate of universal intelligibility' in the sense of demanding that reality shall be positively and exhaustively comprehended by us. He postulates intelligibility only in the minimal sense that being shall not be self-contradictory, or absurd... Metaphysics begins with the Con este cambio original, aunque no exclusivo, del enfoque de la recognition that there is mystery in being and in experience. But it is not filosofa, estamos asistiendo, en la obra filosfica de Hans Urs Von merely the recognition of mislery. Metaphysics cannot end until it has renBalthasar, a una nueva reconceptuali/.acin no slo de la metafsica y de la dered such reason of that mystery thaliil shall not become instead absurdiantropologa, sino fundamentalmente del "misterio del ser". Sobre este ty. The true alternative is not mystery or clarity, but mystery or absurdity" formidable cambio de tuerca el mismo Balthasar remite a nuestro gran (p. 204), (El subrayado es mo). El terna del misterio en varios puntos de maestro de la Universidad Gregoriana, Peter Uenrici, "Meta-fsica o Metaantropologa", en Metafsica e scienze dell'uomo. Aiti del Vil Congreso la experiencia, especfica y significativamente en las relaciones personales, es un punto clave en los razonamientos y tesis de ambos autores. Internazhnale, Bergamo, 1980,10

mediante la diferencia de libertades del yo-t. En efecto, por una entrega, que comienza en el movimiento hacia el "t", es donde el "yo" se descubre a s mismo. Semejantemente, la conciencia del "yo" slo despierta desde la eratuidad de un "t". As pues, no hay comprender que no sea reconocer al otro como otro, aceptar la alteridad como hecho inslito. De este modo, el comprender que es interpretar, tomar conciencia, acentuar que no acaparar la autonoma e independencia del otro intenta y logra mediante el abismo de las libertades, la comunicacin y el encuentro verdadero. Ahora bien, si el encuentro interpersonal indica el sentido del ser en el amor, entonces tenemos bases para plantear la realidad con una nueva perspectiva, y as la metafsica se ha transformado en una meta-antropologa." Hacer filosofa, en opinin de Hans Urs Von Balthasar, es construir esencialmente una Meta-antropologa que, teniendo por presupuesto las ciencias cosmolgicas y antropolgicas, trasciende ese presupuesto hacia la pregunta humana por el ser y la esencia. Con todo ello, quien ha ganado es la hermenutica; a) A l concebirse como una antologa de la /adicidad que bajo la luminosidad y el efecto liberador del "crculo del comprender" entiende las relaciones como expresiones vitales e inalienables de la alteridad, como maneras de ser, como tpoi que en su trayectoria dejan huella, propician recuerdos y reviven la memoria. . b) A l promoverse como entendimiento de y en las diferen-

cas procurando la unin de los contrarios; el entendimiento como unidad en la diversidad. 2. Dimensin antropolgica de la analoga Si bien es cierto que la analoga nos ensea un tipo de conocer del hombre, entre la univocidad y la equivocidad, y se nos presenta como , una herramienta preciosa para entender en metafsica el ser y sus diversos modos, sin embargo, conviene sacar todas las conclusiones y llegar a su aspecto antropolgico para examinar cmo puede vivir el hombre a la luz delaanaloga y cul es su verdadero horizonte existencia!. .1 1

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Sobre el dorso monumental de Platn, que antropolgicaAhora bien, mediante el alma, que es forma y principio mente habla de la'tangencia de los grados y define al hombre e s p i r i t u a l ("anima humana et anima est et s p i r i t u s " ) , " el como horizonte o frontera donde se juntan y separan dos tipos de h o m b r e no slo trasciende naturalmente los lmites de la ser:. "Homo enim est quasi horizon et confnium spiritualis et materia sino que contiene, desbordndolo, a su cuerpo ("est in corporalis naturae", y a la luz del realismo aristotlico, que corpore ut continens, et non ut contenta") " y ms an: sobre construye un edificio lleno de sugerentes conceptualizaciones y la simplicidad subsistente de su espiritualidad, contiene y con rigor mental en donde se afirma la unidad substancial y retiene el ser excesivo y eminente que de algn modo no mediante las operaciones se analiza al hombre: "lllud est homo recibe su cuerpo. Asi pues, el cuerpo del hombre, mediante el quod operatur operationes hominis"," Santo Toms de Aquino alma, se transforma, y de este modo el hombre, "microcoserige una concepcin original del hombre que lo lleva a afirmar mo" y "quodammodo omnia", queda proyectado a la totalidad el "esse ut actus" Si por medio de su cuerpo el hombre entra en del ser e insertado por el principio dialgico en el misterio del comunin con el mundo de la materialidad y se manifiesta como encuentro interpersonal. el limite ltimo y la mxima aspiracin de la materia, esto es El alma, conteniendo como acto primero del ser sustantivaposible justo porque es el "microcosmo" en un doble sentido: ido el cuerpo y como forma siendo ella la que primeramente en cuanto que condensa ei s y para s las diferentes perfecciones alberga ese ser y lo recircula por todo el hombre, se erige que se encuentran dispersas, convirtindose en "omnis criatucomo el "princeps analogatum" de los dos tipos de ser ra",'* "quodammodo totum ens"" pero tambin y sobre todo recibido, teniendo como funciones propias el administrarlos, porque las analoga, creando una sntesis que culmina en cosmos repartirlos! ordenarlos y regularlos por todas las regiones al suprimir el caos en el que se encuentran apareciendo finalhumanas desde la corporeidad ("ab uno") hasta elevarse a las mente l mismo como artfice de un "ordo univrsi". | zonas trascendentes del espritu ("ad unum"). Desde esta perspectiva el hombre aparece con su alma "In III Seni. Prol. Cf: "In confinio spiritualrum et cc-rporalium ereatuI como p r i n c i p i o actuante del ser, como c o n c e n t r a c i n de ranim" (I, q. 77, a. 2); "Horizon et confinium corporeorum et incorporeorum" (Gent. II, 68, n. 1463); "In continio aetemitatis et temporis" (Gent. m u c h o s grados de ser, como un "todo a n l o g o " , virtual o potestativo: "quod dicitur in partes virtutis". Desde este DI, 6, n. 2362). I , q. 75, a. 4. "todo anlogo" se opera un ordenamiento analogante que se "Para profundizar en la intuicin original de este abordaje en Santo | articula en las esferas del ser y del obrar y por los que se Toms, se puede ver C. Fabro, Partecipazione e Causalit, Torino, 1960, ""Anima secundum suam essentiam est forma corporis et non secunp. 58. ""Est ex omnibus quodammodo eompositus... Et propter hoc homo [ dum aliquid additum. Tamen inquantum attingitur a corpore est forma; dicitur minor mundus, quia omnes creaturae mundi, quodammodo inveni- inquantum vero superexcedit corporis proportionem dicitur spiritualis sub stantia" (De Sp. Creat. a. 2 ad 4). ' untur in eo" (1, q. 91 a. 1). "I,q. 52 a. 1. "Cf. In III Sni. Prol ; Gent. IV, 55. " I , q- 76 a. 8;cfr. S. Ramrez, De Analoga, Madrid, 1971, II, pp. 982 "In II DeAn. le. 13, n 790. 1039. "In II Sent.d. I,q. 2, a. 3, arg. 3 se.15 2 H 15 18 21 :3

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proyecta de muchas formas en los distintos modos operativos, apareciendo el alma como la que "administrat et movet" su potencia y virtud. . E l alma, como principio vital, como "actus p'rimus corporis physici organici potentia vitam habentis"," se hace presente uniformemente en todo el cuerpo y en cada una de sus partes "segn la totalidad de su esencia" y desigualmente presente en l "segn la totalidad de su virtud". inmediatamente aqu nos aparece una primera analoga que, mediante un modo "vertical" l a analoga de atribucin que estructura a los analogados "ab uno, ad unum", de acuerdo a un sentido e t i m o l g i c o del "ana" (de abajo hacia arriba) y un modo "horizontal" la analoga de proporcionalidad que t a m b i n tiene incluido y latente el otro sentido d i s t r i b u t i v o del "ana", es decir: a lo largo de sintetiza, organiza, rige y v i v i f i c a , a partir del alma como "principium activum" todo el "ordo natural" (essendi et emanandi) integrando y ordenando sentidos externos, entendimiento, i m a g i n a c i n , memoria... y todo el "ordo operationis" que en a s c e n s i n vuelve a emprender la j o r nada de regreso al alma que no es sino el " p r i n c i p i u m finale". Este ordenamiento analogante que tiene como punto central la imagen del alma como principio vital, es un recurso valioso para representar el valor del "esse ut actus" y para formular sin distorsiones la c o n c e p c i n del ser evitando reducirlo a esencia.25

Cfr. In II De An. 1 e. 1 nn. 220*234. Cfr. Jos A Izquierdo, op. eit. p. 519 y la cita elimolgica que hace del "ana" acudiendo a: I I . D. Liddell-R. Scott, Greek-Engli.sh Lexicn, Oxford, 1961, pp. 97-98. Cfr. "La analoga como relaciona.! dad horizontal y vertical", en Erich Frzywara, Analoga entis. Metaphyxik, Verlag JosefKoseLMnchen, 1932.

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esumiendo lo anterior, podemos decir entonces que el liombre, contando con el alma como nico principio formal organizativo y a d m i n i s t r a t i v o del t o d o , y concentrando muchos grados de ser, aparece como una "analoga fulgurante", caracterizada como de "atribucin intrnseca" ("secundum intentionem y secundum esse")..Es entonces que aparece si alma como "princeps analogatum", primer principio de vida, haciendo presencia denominativa, eficiente y final. Decimos denominativamente, puesto que sin la relacin al alma ("abiiciens animarh") el cuerpo dejar de ser "humano", mientras de cierta forma el alma sola puede ser dicha "principalmente" hombre." Y decimos eficiente y final, porque el alma tanto en su recorrido de abajo haca arriba ("ab uno et ad unum") como viceversa, organiza el territorio del espritu hasta llegar a la corporeidad e infundiendo en sta el ser con el que participa para luego remontarse nuevamente hacia las zonas trascendentales del espritu. Finalmente, conviene preguntarnos: cul es la l t i m a y ms elevada dimensin antropolgica de la analoga? La dimensin antropolgica esencial de la analoga consiste no slo en comprender la analoga, sino en comenzar un nuevo estilo de vida conforme a la deduccin metafsica, que afirma que lo que estructura lo real es una analoga de atribucin intrnseca, sobre la que se apoya la de proporcionalidad. Entonces y de acuerdo a esta afirmacin, el profundo sentido de la analoga consiste en: atribuir todo al ser. Este atribuir todo al ser recoge y concentra un programa amplio y preciso que implica ordenar las cosas, ordenar al hombre en sus actividades, aspiraciones y proyectos, pero, especialmente, como hemos sealado, ordenar las relaciones, respetando las diferencias para comprenderlas en y a travs del encuentro "Cf. I, q. 75a.4adl,

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interpersonal y de ia polaridad de las libertades. Es as como, ayudndonos de la vinculacin Hermenutica-Analoga, llegamos al punto clave del comprender en las ciencias sociales: el entendimiento como unidad en la diversidad. 3. V i n c u l a c i n h e r m e n u t i c a - a n a l o g a y sugerencias para el estudio psicolgico de la familia Estamos convencidos que hoy la psicologa en general y la Psicologa Familiar en particular requieren, con urgencia, de una mayor y ms profunda clarificacin y fundamentacin conceptual. En este vasto y monumental esfuerzo la Psicologa Terica ocupa un puesto prioritario y se convierte en factor crtico de xito Por ello mismo y para contribuir a la fundamentacin de la psicologa terica, nos parece oportuno resumir en algunas proposiciones las orientaciones de estudio que la psicologa y la psicoterapia de la familia pueden recoger y aprovechar dadas las articulaciones hermenutica-analoga. La finalidad de las proposiciones consiste en hacer que stas, recogiendo el valor y el senti-

do que derivan de los elementos conceptuales, aparezcan en su capacidad de sntesis como expresiones de un juicio que recon figura la unidad del conocimiento. Proposiciones l a . Proposicin. La hermenutica establece dos prioridades: del significado y de la reconstruccin. La h e r m e n u t i c a , alimentada por tres principios inconmovibles: a) La comprensin de la alteridad: esencia del crculo her-

menutico; b) El modelo cannico de la interpretacin: el texto como experiencia ejemplar; c) La facticidad de la vida: el espectro de la existencia desde el nacimiento a la muerte con todas sus huellas y recuerdos, establece, en el estudio naturalstico de la familia y en el encuadre clnico de las sesiones, dos prioridades fundamentales: "Hacia este mismo rumbo apuntan, desde hace tiempo, los esfuerzos de a) La prioridad de! significado de la experiencia, de la algunos psiclogos en Mxico. Se puede consultar provechosamente: Pablo Fernndez Chrstlieb y Csar A. Cisncros Puebla, "Psicologa teriomprensin, del juicio, de la conciencia (interpretacin) [Eca", iztapalapa. Revista de Ciencias y Humanidades, UAM-Iztapalapa, -J-C] y de un patrn definido de relaciones que da cohesin aflo 14, nm. 35, Extraordinario de 1994. En la presentacin de este estos cuatro niveles, sobre la mera contabilidad de la expenmero, los editores responsables, con una muy clara conciencia de la riencia; del insight y su formulacin, de la reflexin, del problemtica, un talento particular para la construccin de oportunidades y juicio y de la conciencia. una visin de largo alcance, comentan lo siguiente: "...La psicologda terica, en ltima instancia, no es slo otro modo de psicologa: es tamb) La prioridad de la reconstruccin de escenarios particubin otro modo de la conciencia... En'castellano, si realmente hace falta lares, contextos y contenidos de significados sobre los meros alguna otra revista en psicologa, reconocemos que debera especializarse significados de la experiencia, de la comprensin, del juicio y en psicologa terica... Quiz no eslamos an en condiciones de crear una de la conciencia. revista de psicologa terica que aglutine a los hacedores hispanoparlantes de esta disciplina, pero este primer esfuerzo requiere como respuesta, para 2da. Proposicin. El comprender es el entendimiento de y .ser efectivo, el ejercicio del dilogo necesario entre nuestra comunidad de inters" (pp. 7-8). en las diferencias mediante el mtodo analctico. La fecundidad y el contenido liberador del "crculo her-

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menutico", lejos de suprimir las diferencias que convierte en manifestaciones de una inalienable alteridad, nos lleva a recordar que en el estudio de la accin humana y en concreto de la f a m i l i a , el comprender no puede ser" sino el entendimiento de y en las diferencias. Este entendimiento se logra no por el mtodo dialctico que suprime las diferencias sino a travs del mtodo analctico que une los contrarios, entendidos stos como unidad en la diversidad. 3a. P r o p o s i c i n . Contexto-comprensin-significado se ubican en el horizonte de la totalidad ontolgica. La articulacin de contexto histrico del descubrimiento y contexto de la justificacin nos llevan a rescatar, ubicar e integrar contexto-comprensin-signiftcado en un horizonte ms amplio: el de la totalidad no slo metodolgica (que es una modalidad de conocimiento) sino ontologica (el modo de ser de la familia pertenece siempre y desde 'ya' al objeto mismo de estudio). "Esta doble totalidad comprensiva nos lleva a entender que el espritu de la familia no existe y no se mantiene en el ser si no es encarnndose en la materialidad de las ilusiones, smbolos, mitos, rituales y documentos estableciendo su relacin a travs de la fuerza ilocucionaria y perlocucionaria del lenguaje":" 4a. P r o p o s i c i n . El "locus archeologicus" de la familia es la originaria experiencia existencia! donde se dan coextensivamente el ser y el ilusionarse-simbolizar-crear mitos-ritualizar. El "locus archeologicus" constituye la "originaria experiencia existencial" de la familia. Es un dato originario que no proviene de n i n g n proceso y cuyo elemento f i l o s f i c o "Luis Alvarez Coln, El universo simblico de la familia: un estudio de psicologia hermenutica, tesis doctoral. Universidad Iberoamericana, Mxico, 1998, p. 158.

implcito a) ser e ilusionarse; b) ser y crear smbolos o (imgenes sensuales; c) ser y forjar mitos y d) ser y celebrar y transformar el tiempo, la vida y el espacio en rituales SON COEXTENSIVOS forma parte de su esencia. Como consecuencia de lo anterior, aqu es donde previamente a! reino de la palabra comienza a darse el amor entre padres e hijos y se c o m i e n z a n a establecer los patrones de las relaciones personales y sociales. 5a. Proposicin. / "locus archeologicus": matriz y prototipo de todo conocimiento, vivencia, conducta e intencin. El "locus archeologicus" es la matriz donde se forman y fundamentan los antecedentes inmediatos de los conceptos epistmicos (creencias, conocimientos, certezas, intenciones, razones, motivos, actitudes, conductas, etc.). La espontaneidad con la que emerge esta experiencia es tan irresistible e inevitable que afirma a los miembros en su especificidad humana y finalmente contiene una apertura trascendental a la significacin y totalidad de la existencia de tal modo que su base inconmovible es de naturaleza ontolgica. 6a. Proposicin. El crculo hermenutico de la familia y as tareas del investigador-terapeuta. La familia da que pensar... En efecto, toda familia CREE (dimensin arqueolgico-epistmica) para A C T U A R (dimensin pragmtica-operacional) y cree y a c t a para C O M PRENDERSE Y C O M P R E N D E R (dimensin teleologica). El paso del primer nivel al segundo y de ste al tercero se opera mediante la hermenutica. En consecuencia con este crculo h e r m e n u t i c o de la familia, contenido en sus tres dimensiones, las responsabilidades del investigador-terapeuta son: a) descubrir en qu y cmo CREE la familia;

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b) descubrir cmo y sobre qu A C T U A la familia; c) descubrir cmo la familia COMPRENDE critica e interpretativamente sus decisiones ltimas y cmo F U N D A M E N TA el sentido, el significado de lo que CREE y A C T U A y qu consecuencias tiene. 7a. Propos