Embed Size (px)
Citation preview
EL
M
UN
DO
D
E
CA
ST
IL
LA
Y
L
EÓ
N
/
S
ÁB
AD
O
6
DE
A
BR
IL
D
E
20
19
ES
PE
CI
AL
J.M. L
OS
TA
U
UN TERRITORIO QUE MIRA
AL MUNDO
VALLADOLID
S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9 2 E S P E C I A L
LA CIUDAD
Bajo la estela del conde Ansúrez y otros ilustres Valladolid conserva el paso de célebres personalidades de la talla de los Reyes Católicos, Colón y Cervantes en su riqueza histórica y cultural que atrae a miles de visitantes
E L S A O RT I Z / VA L L A D O L I D
Desde lo alto de su pedestal, en el corazón de la ciudad del Pisuer-ga, el conde Pedro Ansúrez con-templa con orgullo el alcance de su legado. Colocó, de la mano de su esposa Eylo, la primera piedra de la historia de Valladolid. La pu-so cuidadosamente sobre una pe-queña aldea que el rey Alfonso VI le encomendó repoblar.
No empezó desde cero, pero se ganó a pulso el título de fundador en 1072. Partió de un insignifican-te pueblo, sujeto a Cabezón. Pulió este diamante en bruto hasta que ostentó el título de villa, con la ex-plotación agrícola de la zona y el aprovechamiento de su ubicación estratégica en el mapa para la co-municación. El resultado de esta hazaña fue recogido por sus here-deros, los condes de Urgel, para seguir creciendo en poderío. Son infinitas las célebres manos que, con el paso de los siglos, dejaron su huella en la confección de lo que hoy es Valladolid.
Los palacios y casas blasonadas comenzaron a vestir sus calles en el siglo XIV, en consonancia con su papel de Corte. Sus rincones han asistido expectantes a pasa-jes de la historia de lo más vario-pintos. Hitos como la boda clan-destina de los Reyes Católicos: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón contrajeron matrimonio el 19 de octubre de 1469 en el Pa-lacio de los Vivero, que actual-mente acoge el Archivo Provin-cial. A orillas del Pisuerga, en una pequeña y lóbrega casa, murió Cristóbal Colón en 1506. Doce años después, Magallanes firmó las capitulaciones antes de dar la vuelta al mundo. Hijo de esta po-blación es Fernando II, quien fue testigo y artífice de dos rudos gol-pes para Valladolid: un incendio que destruyó el centro urbano y el primer traslado de la Corte a Madrid.
En compensación a estos vara-palos, Fernando II levantó de en-tre las cenizas la primera plaza mayor regular de España, conce-dió el título de Ciudad a lo que to-davía era una villa y consiguió la creación de la Diócesis. A instan-cias del Duque de Lerma, recupe-ró la Corte en 1601. El efecto de esta magistral operación perduró cinco años, pues en 1606 volvió a Madrid con la consecuente caída
en picado de Valladolid. En este breve período de tiempo, contó con vecinos de la talla de Queve-do, Góngora y Cervantes, que edi-tó aquí la primera edición del Qui-jote. Además, asistió a otro naci-miento real: el de Felipe IV.
Las alas de la ciudad del Pisuer-ga volvieron a alzar el vuelo en 1670 con el impulso de los talle-res textiles, preámbulo de la pos-terior industrialización. El pisto-letazo de salida a la misma fue la llegada del ferrocarril una década después. Los grandes estragos que la inundación de 1788 ocasio-nó a Valladolid fueron la antesala de la apertura de nuevas calles, plazas y jardines, la reforma del emblemático Campo Grande o el encauzamiento del Esgueva.
El estruendo de los bombar-deos de la guerra dio paso a una respiración plena con las fábricas de Nicas, Tafisa y, muy especial-mente, Fasa Renault. Dieron la bienvenida a miles de trabajado-res y el consecuente crecimiento tanto demográfico como urbanís-tico de la ciudad; en contraparti-da, ocasionaron una pérdida irre-parable de patrimonio urbano en el casco viejo, donde conventos, claustros y palacios cedieron el testigo a la modernidad que con-serva casi intactas las huellas de su pasado, en mucho casos impre-sas en sus piedras.
Es cuna de ilustres personajes. Vio nacer a miembros de la reale-za pero también a relevantes per-sonajes de la literatura española que no necesitan presentación co-mo es el caso de José Zorrilla, Mi-guel Delibes, Jorge Guillén o Nú-ñez de Arce. Sus nombres visten calles, estadios, centros cultura-les y colegios junto a otros tan fa-miliares para los vallisoletanos como Vicente Escudero y Emilio Ferrari. Su estela arropa hoy a los más de 300.000 vecinos y a los mi-les de visitantes que cada año se dejan enamorar por la riqueza histórica, cultural y gastronómica esta ciudad.
RINCONES
Desde la plaza Mayor, custodiada por el conde Ansúrez, se abre un amplio abanico de oportunidades para descubrir los rincones que esconden las aguas del río Pisuer-ga. Lugares tan simbólicos como el Campo de la Verdad que, con el tiempo y en honor a su extensión,
cambió su apellido a Grande. Pa-vos reales, palomas mensajeras y faisanes habitan en este parque urbano, en cuyo epicentro resue-nan las historietas que regala el barquero durante los aclamados paseos por el estanque.
La cultura vallisoletana se cita en icónicos espacios como el cen-tro Miguel Delibes y el Laborato-rio de las Artes (Lava); o los tea-tros Carrión, Zorrilla y Calderón. Este último es uno de los más prestigiosos de la Comunidad y de los mejores del país. Todos ellos son escenario de múltiples espectáculos como conciertos, ex-posiciones, representaciones tea-trales y entregas de premios.
Hablar de galardones inevita-blemente lleva a evocar al Sépti-mo arte. La Semana Internacional de Cine de Valladolid, a la que la necesidad de ahorrar palabras en los telegramas bautizó mundial-mente como Seminci, es uno de los platos más fuertes de la ciu-dad y uno de los festivales más consolidados de Europa. Sus pri-
Imagen de archivo de la plaza Mayor de la ciudad del Pisuerga, tomada desde los soportales. / EL MUNDO
La estatua del conde Ansúrez. / J.M. LOSTAU
S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9 3E S P E C I A L
meros pasos los dio de la mano de la Semana Santa, como altavoz de los valores morales católicos. A sus espaldas carga ya con 63 edi-ciones y por su alfombra roja han pasado cineastas como Stanley Donen, Arthur Penn o Abbas Kia-rostami junto a otras figuras na-cionales como Pedro Almodovar, José Coronado y Maribel Verdú.
Otro punto de encuentro inelu-dible para el mundo del arte son los museos. El de la Ciencia bus-ca ser un referente a todos los ni-veles para la cultura científica. Cuenta con una exposición per-manente que complementa con muestras temporales, un planeta-rio y su Casa del río; además de conferencias y otras actividades divulgativas.
La ubicación del Museo Nacio-nal de Escultura, reciente Premio Castilla y León de las Artes, ya es un indicativo de la relevancia que alberga. Está a caballo entre el Pa-lacio del Marqués de Villena y la capilla del Colegio de San Grego-rio. La colección que dio lugar a este centro está formada por es-culturas de motivos religiosos que datan de los siglos XV a XVIII con firmas de referencia como Alonso Berruguete, Juan de Juni o Grego-rio Fernández. Estas obras conflu-yen, desde hace ocho años, con la herencia del Museo Nacional de Reproducciones Artísticas confor-mada por réplicas de esculturas, artes suntuarias y conjuntos arqui-tectónicos de distintos periodos.
Más reciente, pero de igual pe-so en la ciudad, es el Patio Herra-riano que expone arte contempo-ráneo español que abarca desde 1918 hasta la actualidad median-te proyectos específicos y progra-mas de exposiciones temporales. No es baladí tampoco su localiza-ción en uno de los claustros del Monasterio de San Benito que go-za de una ejemplar restauración. Tras sus paredes, puede realizar-se el seguimiento de las principa-les firmas y tendencias artísticas
que despuntan en el país en los dos últimos siglos al compás de los acontecimientos que han teni-do lugar en este tiempo. Muestras temporales conviven en el espa-cio con la permanente y otras ini-ciativas como ciclos de cine o de lectura.
EDIFICIOS
Este paseo a orillas del Pisuerga tiene otras paradas obligatorias. La primera es la Catedral de Nues-tra Señora de la Asunción, bauti-zada como La Inconclusa dado que su construcción nunca llegó a su fin. De hecho, a día de hoy ca-rece de una de las torres.
A su espalda se encuentra la iglesia de Santa María de la Anti-gua, herencia directa del conde Ansúrez. Su nombre recoge el tes-timonio de su longevidad y el se-creto de su eterna juventud está en las sucesivas reformas. La últi-ma restauración devolvía, hace escasos días, la dignidad a esta valiosa joya del siglo XI.
La Universidad posa casi a la par con su historia siete veces centenaria y tres hipótesis que abrazan su origen: el traslado del Estudio General de Palencia, una escuela con sede en la Abadía de Santa María la Mayor o la crea-ción real por parte de los reyes castellanos.
Los árboles se han adueñado del ruedo de El Viejo Coso. La pri-mera plaza de toros de Valladolid dio paso a una casa cuartel de la Guardia Civil y, tras un arduo ca-ra a cara con el abandono, el re-cinto se rehabilito en 1982 para su uso residencial.
El Palacio de Pimentel, que fue la casa natal de Felipe II, acoge hoy la sede de la Institución pro-vincial. Llama la atención el zóca-lo de azulejos que viste su vestí-bulo con una docena de escenas de episodios históricos de la ciu-dad como el incendio que arrasó con la misma sin conseguirlo con su esencia, que aun perdura.
● Museo de la Ciencia. Abre de martes a viernes de 10 a 18 horas. Sábados y festivos una
hora más. Y los domingos de 10
a 15 horas. El planetario
incorpora una novedad a su
horario de mañana de martes a
viernes, con un pase a las 16.45
horas. La Casa del Río abre todas
las mañanas, a excepción de los
lunes, hasta las 14.30 horas; así como las tardes de los sábados y
festivos, de 16.30 a 19.
● Museo de Escultura. Salvo
los lunes, sus puertas están
siempre abiertas al público. De
martes a sábado, puede visitarse
desde las 10 a las 19.30 horas,
con un parón de dos a cuatro. Los domingos y festivos, de 10 a 14
horas. Los sábados por la tarde y
los domingos por la mañana, el
acceso es gratuito.
● Patio Herreriano. El Museo
de Arte Contemporáneo está
abierto de martes a viernes de
11 a 14 horas y de 17 a 20. Los sábados tiene el mismo horario,
pero ininterrumpido. Mientras
que los domingos es de 11 a 15.
Las visitas en festivos deben
consultarse.
● Catedral de Nuestra Señora
de la Asunción. Su Museo
Diocesano y Catedralicio abre de martes a viernes de 10 a 13.30
horas y de 16.30 a 19; mientras
que los sábados, domingos y
festivos es visitable de las 10 a
las 14 horas.
● Iglesia de Santa María de la
Antigua. No dispone de un
horario determinado. Puede visitarse antes o después de los
momentos de culto, de 8:30 a
10 horas y de 18:30 a 20:00.
Una guía básica con sus horarios
S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9ESPECIAL4
E. ORTIZ / VALLADOLID
Para ir abriendo boca, unos tacos de pata de mulo, un queso de ove-ja semicurado de forma artesanal. Unos espárragos para seguir; no cualquiera, sino los mismos que nunca faltaban en la mesa de los Reyes Católicos. Unas sopas de ajo, para combatir el frío del in-vierno. Tampoco puede faltar el lechazo asado, pero en horno de leña. Y de postre, unos manteca-dos. Todo ello maridado con un buen vino, que en eso Valladolid tiene matrícula de honor.
La tradición continúa entre los fogones de sus cocinas pero la vanguardia ha tomado ahora los mandos, sin perder sus referen-cias. El ejemplo más claro lo brin-da la grandeza culinaria del Res-taurante Trigo, con una carta con-temporánea de base conservadora que resplandece en la constela-ción gastronómica. Cuenta con una estrella Michelín desde 2017. Es el único de la capital con un as-tro de la afamada guía roja fran-cesa en la que la provincia pisa
con fuerza, pues La Botica de Ma-tapozuelos y Refrectorio de Sar-dón de Duero también figuran en este firmamento.
Existe una palabra por antono-masia que define la gastronomía de Valladolid. En realidad pueden ser dos: pinchos y tapas. Hacen de la ciudad un lugar de peregrinaje para los paladares más selectos con dos citas marcadas en el calen-dario de los amantes de la haute cuisine, sus concursos. Cualquier mezcla de ingredientes que pueda tomarse con los dedos en uno o dos bocados es la candidata idónea pa-ra reinar cada noviembre en la ca-pital internacional de este tipo de cocina, cuyos chefs aseguran que va mucho más allá de los platos en miniatura.
CONCURSOS
En la última edición de estos certá-menes, decimocuarta para el na-cional y segunda para el mundial, cerca de medio centenar de maes-tros de los fogones viajaron desde todas las comunidades autónomas a Valladolid para medir las diferen-
cias de su arte culinario, mientras que una quincena lo hizo desde di-versos países. La última palabra, que en esta ocasión recaía en pala-dar femenino pues el jurado estuvo compuesto por cuatro mujeres, aseguró que los mayores manjares de este encuentro procedían de Za-ragoza y Nueva Zelanda.
Pero no hace falta irse tan lejos para hablar de tapas. Esta conver-sación también cobra sentido dentro de los límites vallisoleta-nos, donde se celebra el concurso provincial en la antesala del vera-no. A principios del pasado junio sopló 20 velas y reconoció con su Pincho de oro a la Esencia del res-taurante Puerto Chico. Este ho-menaje a El Principito, la famosa obra de Antoine de Saint-Exu-péry, consiguió el máximo reco-nocimiento de entre los 62 platos participantes, 52 de ellos de esta-blecimientos de la capital.
Del seno de este certamen que incube a los provincianos, en con-creto de sus premiados, salen ele-gidos los representantes de Valla-dolid para el nacional.
La ciudad del Pisuerga también goza de unas tapas de cine. Mu-chos establecimientos aprovechan la afluencia que desata la Seminci para desplegar el ingenio en sus cocinas y ofrecer pinchos de pelí-cula. Sus nombres siempre guar-dan relación con el Séptimo arte tomando prestado el de directo-res, actores y actrices e incluso de los propios filmes.
Eventos como estos son un in-cuestionable foco de atracción pa-ra visitantes. En Valladolid, la gastronomía y el turismo son un tándem inseparable dentro de una ya bautizada como cultura del tapeo. Sumergirse en la mis-ma conlleva visitas de obligado cumplimiento a espacios tan sim-bólicos como el rehabilitado Mer-cado del Val que combina puestos típicos, en los que adquirir dife-rentes productos, con gastroba-res. Otro escenario de referencia es la Estación Gourmet donde más de una quincena de puestos de comida española y extranjera se levantan a lo largo del antiguo almacén ferroviario.
De la fiebre de esta moda gas-tronómica surgieron los jueves de tapas. Para no hacerse de rogar hasta el fin de semana, bares y restaurantes de la ciudad ofrecen este día intermedio un combo de pincho y bebida al precio de 2,50 euros.
FERIAS
La prueba de fuego del papel que la gastronomía juega en Vallado-lid está en las Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. Con motivo de esta celebración, la hostelería sa-ca a relucir sus mejores galas a las calles durante la Feria de Día. Más de un centenar de casetas abrieron sus ventanas el pasado septiembre.
A pesar del reclamo que susci-tan, no hacen sombra al recinto ferial de Parquesol donde las ca-sas regionales ponen sobre la me-sa los platos más típicos como el pulpo gallego, el arroz a la zamo-rana, la sidra asturiana o el pin-cho moruno ceutí. El folklore es la banda sonora del placer de de-gustar diferentes manjares.
TAPAS Y OTROS MANJARES
Una estrella en la constelación gastronómica El restaurante Trigo, único con el distintivo que otorga Michelín, es un referente de los fogones en la capital vallisoletana / La ciudad es un lugar de peregrinación para los turistas que tienen en los concursos nacional e internacional de pinchos una cita ineludible con la alta cocina
Un grupo de vallisoletanos degusta diferentes platos en las casetas de las Ferias. / REPORTAJE GRÁFICO: J.M. LOSTAU
La cocinera Susi Díaz, durante el Concurso Nacional de Pinchos.
Víctor Martín y Noemí Martínez, del Restaurante Trigo.
Un participante de la última edición del certamen de tapas.
E SPE C I A L 5S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9
S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9ESPECIAL6
UN ABANICO ARTÍSTICO
Respirar cultura al aire libre a pleno pulmón Hace ya 20 años que el TAC decidió que las expresiones artísticas debían traspasar las paredes de la ciudad / La acogida que tiene esta iniciativa cultural que hace de las calles su escenario se repite en festivales musicales como el Conexión, que da la bienvenida al verano
E . ORT I Z / VA L L A D O L I D
El arte corre por las venas de Va-lladolid. Más bien, por sus calles. No faltan en la ciudad espacios en los que disfrutar de la cultura, pero al aire libre cobra un color espe-cial. Una prueba de ello son las 20 velas que sopla en mayo el TAC.
Bajo estas tres letras confluye mucho más que teatro, artes y ca-lles. Es una llamada internacional a la que, en esta ocasión, respon-den más de cuatro continentes. Ambición y vanguardia darán la bienvenida a 84 compañías proce-dentes de una veintena de países que deleitarán a los vallisoletanos con 272 espectáculos.
El Festival Internacional de Tea-tro y Artes de Calle nació con la cer-teza de que existen una serie de ex-presiones artísticas que se asfixian en lugares cerrados. Esta falta de aire les lleva a traspasar las pare-des y salir en busca de sus especta-dores. Con música, pintura, danza y circo les hablan de los tiempos que corren. Todo ello pone en es-cena un marcado componente so-cial que en este aniversario denun-ciará aspectos tan al orden del día como la situación de la mujer, la homosexualidad, el concepto de Patria o el auge de los fascismos.
La magia que desprende el dúo formado por el compositor y pia-
nista David Moreno y la bailarina vallisoletana Cristina Calleja dará el pistolezato de salida a una edi-ción que busca superar sus propios récords.
CONECTAR
La Antigua Hípica, que en invierno acoge los iglús de unos pingüinos muy moteros, a finales de junio se transforma en un lugar idóneo pa-ra conectar. Con la música.
El Conexión Valladolid tiene en-comendada la tarea de recibir al verano con buenas vibraciones. No cuenta con la veteranía del TAC, pues es su segundo año, pero sí puede presumir de una gran acep-
tación a la que responderá con conciertos únicos en Castilla y Le-ón como el de Vetusta Morla, Be-ret o la extriunfita Amaia Romero. Un variado cartel que completan otros artistas como Rozalén, Green Valley o La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.), que ya actuó en la primera edición.
Una prueba irrefutable de asen-tada relación que la ciudad del Pi-suerga mantiene con la música la devuelve, cada septiembre, la imagen de una abarrotada plaza Mayor. Un colapso que se extien-de por las calles colindantes, que este año podrán hacerse eco de las voces de la estadounidense
Gloria Gaynor, el cantante de trap Bad Gyal, el rapero Erick Urano y la banda esconcesa Franz Ferdi-nand, entre otras.
En este mismo escenario al ai-re libre, en pleno corazón de la ciudad, se celebrará el cuarto de siglo del Valladolindie al compás de las letras de Corizonas, Siloé y Dorian. El punto final de este fes-tival, el más largo del mundo, se pone en diciembre con el Intro Music. En esa ocasión, las bajas temperaturas que suelen mecer a Valladolid en este mes hace que las paredes de la Feria Muestras tomen el testigo de escenario cul-tural de la calles.
Los integrantes Vetusta Morla, que actuará en junio. Amaia Romero, una de las estrellas del Conexión. Uno de los números de la última edición del TAC.
Actuación del teatro de calle ante la mirada de decenas de espectadores. / REPORTAJE GRÁFICO: M.Á. SANTOS, P. REQUEJO Y EL MUNDO
Un hombre mantiene el equilibrio en un aro durante el festival.
E SPE C I A L 7S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9
S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9ESPECIAL8
Museo Provincial del Vino en el Castillo de Peñafiel que cumple 20 años. / EL MUNDO
ENOTURISMO
Caminos por el territorio bendecido por el dios Baco Con cinco Denominaciones de Origen y tres Rutas del Vino Certificadas, la provincia
de Valladolid es un territorio privilegiado por la calidad y tradición de sus vinos
H . M . P. / VA L L A D O L I D
La provincia de Valladolid es una tie-rra privilegiada en cuando a la cali-dad y diversidad de los vinos que en ella se elaboran. Un territorio dota-do de un don especial en su terruño como así lo atestiguan las numero-sas referencias vitivinícolas que han
dado la vuelta al mundo por su pres-tigio. Con cinco Denominaciones de Origen y tres Rutas del Vino certifi-cadas (Rueda, Cigales y Ribera del Duero), Valladolid atesora todo un mundo por descubrir: diversidad en los paisajes, diversidad en las cultu-ras, diversidad en las elaboraciones, diversidad en la tradición... Una an-
cha llanura de grandes horizontes, mares de trigales y extensiones eter-nas de viñedos donde crecen algu-nos de los mejores vinos del mundo. El blanco de Rueda, el rosado de Ci-gales o el tinto de Ribera del Duero, Tierras de León o Toro convierten a Valladolid en un auténtico paraíso vinícola.
El enoturismo se ha convertido en los últimos tiempos en el buque in-signia de la oferta turística de la pro-vincia vallisoletana. El Museo Pro-vincial del Vino, situado en lo alto del Castillo de Peñafiel, cumple este año 20 años desde su puesta en mar-cha. Desde entonces, el incremento de visitantes ha sido exponencial y no solo por la calidad de los vinos si-no por el interés cultural que des-pierta el entorno. Para conmemorar esta efeméride desde la Diputación de Valladolid y el Ayuntamiento de Peñafiel se han programado varios actos a lo largo de este 2019, aunque será el fin de semana del 3, 4, y 5 de Mayo cuando la celebración salga a las calles de la villa. Pa-ra este fin de semana se han programado va-rias actividades musi-cales, gastronómicas, vitícolas y culturales con el objetivo de dar visibilidad a la pobla-ción de la comarca lo que ha supuesto la apertura de este recur-so turístico. En este sentido se ha progra-mado un concierto tri-buto al ‘Último de la fi-la’ que tendrá lugar el sábado a las 13 horas en la Plaza de España. Por la tarde, alrededor de las 19 horas, los ve-cinos disfrutarán de un concierto tributo a ‘David Bowie’ y que dará paso por la noche, al gran concierto, ‘Peñafest’ que prepara la Diputación con varios grupos, que se desvelarán en próximos días, y que se celebrará en la plaza del Co-so, Además para el domingo se está coordinando un actividad musical en la plaza del Coso junto con la Asociación ‘Jóvenes por el vino’
Las bodegas vallisoletanas se han esforzado en los últimos tiempos por ofrecer un abanico de actividades a la altura del público con catas, ex-cursiones en el campo para conocer de cerca los entresijos de la vendi-mia y otras iniciativas más novedo-sas como el cicloturimo. Para com-pletar nuestra visita, nada mejor que acercarse a alguno d elos hoteles que se asientan en la Ribera del Due-ro, milla de oro del tinto, para descu-brir la gastronomía de la zona y de-jarse relajar con la amplia oferta de balnearios y spas.
La Ruta del Vino de Rueda cum-
ple un lustro desde su creación. Si-tuada en pleno corazón de Castilla, la ruta atesora once siglos de histo-ria y abarca 19 municipios y una mancomunidad que representa a más de 40 pueblos y que cuenta con 120 socios entre los que se encuen-tran 30 bodegas con cientos de kiló-metros de galerías escondidas bajo nuestros pies, restaurantes, estable-cimientos que se afanan en ofrecer un producto vivo, fresco y con per-sonalidad, como su vino. Las bode-gas de la Ruta del Vino de Rueda re-cibieron durante 2018 más de 33.000 visitantes, lo que la convertieron en la segunda Ruta del Vino más visita-da de Castilla y León por detrás de
Ribera de Duero, además de que se alza como la séptima Ruta del Vino más deseada de las 28 certificadas que tiene España, según la encuesta a la demanda que elabora cada año la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin).
En lo que respecta a la Ruta del Vino Ribera del Duero pretende con-vertir al visitante en un prescriptor a través de eventos y jornadas promo-cionales que desarrollan a lo largo del año en fechas estratégicas como Semana Santa, puentes y la vendi-mia.
Por su parte la Ruta del Vino de Cigales está experimentando un im-portante impulso con un crecimien-to en el número de visitantes de un 50 por ciento en los dos últimos años. La Ruta engloba a 12 munici-pios que cuentan, como gran atrac-tivo, con 1. 200 bodegas subterrá-neas. Se trata de un territorio único con costumbres arraigadas en tor-no al vino.
El enoturismo se ha convertido en el buque insignia de la oferta turística de
la provincia vallisoletana. Durante
2018 las bodegas de Rueda
recibieron más de 33.000 visitantes
El Museo Provincial del Vino de
Peñafiel celebra veinte años con una
programación de conciertos que está
organizando la Diputación de
Valladolid y el Ayuntamiento
E SPE C I A L 9S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9
PUEBLOS
Viaje al corazón de Tierra de Campos Conocida como la Ciudad de los Almirantes, la villa de Medina de Rioseco sorprende al visitante por la belleza de sus calles, su rica Semana Santa y su Canal de Castilla
H . M . P. / VA L L A D O L I D
La comarca de Tierra de Campos es una de las más emblemáticas pero al mismo tiempo una de las más desconocidas. En esos cerca de cinco mil kilómetros cuadrados de infinitas llanuras que se extien-den entre las provincias de Valla-
dolid, Palencia, Zamora y León se esconden muchos tesoros de los que uno pueda llegar a imaginar.
Muchos consideran Medina de Rioseco la capital de Tierra de Campos, una distinción que bien merecería sólo por sus muchas iglesias de porte catedralicio como
Santa María de Mediavilla, que al-berga su propio museo y la famosa capilla de los Benavente, la Iglesia de Santiago, San Francisco o San-ta Cruz, hoy Museo de Imaginería Riosecana. Todas ellas son accesi-bles a través de visitas guiadas. Pe-ro si los edificios son espléndidos, aún más espectaculares son los te-soros que guarda.
En el siglo XVI mereció el apela-tivo de ‘India chica’ por el esplen-dor económico de sus ferias y mer-cados, en parangón con las rique-zas que provenían de América. Los soportales de su Calle Mayor y sus aledaños eran el punto de reunión de arrieros y traficantes gallegos, asturianos y maragatos que cele-braba los jueves el mercado sema-nal que tanta fama y riqueza le dio a la villa. También conocida como la calle de la Rúa, es una de las ví-as populares que más algarabía si-gue concentrando.
Podemos aprovechar estas fe-chas para disfrutar de una Sema-
na Santa única, reconocida de In-terés Turístico Internacional. La ciudad de los Almirantes, tal y co-mo se la conoce, conserva el espíri-tu tradicional de la celebración de la Pasión de Cristo y es, sin duda, la que mejor expresa la manera castellana de sentirla. Centenarias cofradías mantienen desde el siglo XVI una profunda devoción a los pasos procesionales que, cada año, portan los cofrades a hombros por las estrechas calles riosecanas. Es-culturas de madera que a golpe de gubia tallaron grandes maestros de la imaginería castellana como Ro-drigo de León, Pedro de Bolduque,
Mateo Enríquez o Tomás de Sie-rra.
Sobrecoge ver la lentitud de los pasos saliendo de las puertas de las iglesias. Todos ellos son instantes que quedarán grabados en la reti-na del visitante que se acerque s descurbir su Semana Santa y le ha-rán participar de una tradición cen-tenaria que constituye su seña de identidad. Mención aparte merece el Viernes Santo con uno de los momentos más importantes de la Semana Santa riosecana: la salida de los llamados «pasos grandes», dos colosales grupos escultóricos que representan la Crucifixión y el
Descendimiento del Señor, popu-larmente conocidos como ‘El Lon-ginos’ y ‘La Escalera’.
POR LAS AGUAS DEL CANAL
Aprovechando nuestra visita a esta bella localidad vallisoletana pode-mos embarcarnos en el Antonio de Ulloa y surcar las aguas del el Ca-nal de Castilla. Sorprende descu-brir la historia de esta obra de In-geniería civil de la España ilustra-da del S.XVIII. También es reco-mendable explorarlo haciendo senderismo o en bicicleta. Hay va-rios museos y centros de interpre-tación a lo largo del camino.
La Semana Santa riosecana,
de Interés Turístico
Internacional, refleja como
ninguna el espíritu castellano
Vista aérea de la localidad de Medina de Rioseco. / ICAL
S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9ESPECIAL10
SEMANA SANTA
Las calles de Valladolid, epicentro de la imaginería castellana La ciudad del Pisuerga asombra a visitantes y foráneos en una Pasión con siglos de historia / Desde el Viernes de Dolor hasta el Domingo de Resurrección las 20 cofradías de la ciudad procesionan 33 pasos escultóricos únicos
En la imagen superior, la Cofradía del Santo Cristo de los Artilleros sacan al ‘Ecce Hommo’, obra de Gregorio Fernández Debajo, una mujer penitente.
En la inferior, un momento de la procesión
general del Viernes Santo. / J.M. LOSTAU
H . M . P. / VA L L A D O L I D
Si por algo se caracterízan las gen-tes de Valladolid es por su carácter sencillo y discreto. Un espíritu aus-tero que, lejos de algarabías, huye de ostentaciones para centrarse en ritos y costumbres de recogimien-to. Así se manifiesta cada año du-rante la Semana Santa. Declarada de Interés Turístico Internacional, la ciudad se vuelca durante diez dí-as de pasión en los que participan alrededor de 13.000 cofrades. Las 33 tallas que salen en 36 procesio-nes desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección en procesión se encuentran entre las de mayor valor artístico del mundo de escultura policromada. Muchas de ellas descansan duran-te el resto del año en el Museo Na-cional de Escultura.
El visitante que se acerque a co-nocer los actos procesionales que se celebran durante estos días no se sorprenderá. Emnociona ver en un escenario único las obras de Gregorio Fernández y Juan de Ju-ni, sin olvidar a Pompeyo Leoni, Andrés Solanes, Bernardo o Fran-cisco del Rincón. Por algo se consi-dera a la ciudad del Pisuerga la cu-na de la imaginería castellana.
Decía el escritor Miguel Delibes
que «el ambiente es lo más digno de admirarse de nuestra Semana Santa. Es silencio, recogimiento, conciencia íntima y dolorosa del Gran Sacrifico». Y acertaba ya que ese ambiente de recogimiento defi-ne la Pasión vallisoletana y el fer-vor de sus penitentes. Se dice que
toca el alma de los espectadores gracias al dramatismo de su poli-cromía.
La Historia de la Semana Santa de Valladolid se remonta al siglo XV, cuando se comenzaron a orga-nizar las primeras procesiones, y fue durante el siglo XVII cuando logró su mayor esplendor escultó-rico. Tras decaer en el siglo XIX,
fue en 1920 cuando se impulsó la Procesión General del Viernes Santo, que reúne a to-das las cofradías y a la mayoría de los pasos.
La Vera Cruz, co-fradía decana de la ciudad (su fundación data del siglo XV), es la enacargada de lle-var el paso de La Bo-rriquilla durante el Domingo de Ramos en la que participan miles de niños perte-necientes a alguna de las 20 cofradías de la ciudad. Se trata de una joya único ya que es el único paso que se conserva de pape-lón (cartón y tela en-colada), salvo las ca-bezas, manos y pies, que son de madera policromada.
Los orígenes de la gran mayoría de las cofradías son gremia-les. De esta manera La Oración del Huerto perteneceío en sus inicios a los hortelanos de la ciudad. Otras, como la Hermandad del Santo Cristo de los Artilleros que saca al
Ecce Hommo o Santo Cristo de la Caña, obra de Gregorio Fernández, estuvo en su día vinculada alos ar-tilleros y personal perteneciente el Cuerpo de Ingenieros de Arma-mento de la Fabrica Nacional. Has-ta el 7 de abril tenemos la ocasión única de descubrir algo más sobre la historia de esta penitencial que cumple ahora 75 años de su crea-ción en una exposición que acoge el Palacio Real de la ciudad. En ella
podemos contemplar cinco ‘Ecce Homo’ de los siglos XVII y XVIII, y di-verso material de la Co-fradía del Santo Cristo de los Artilleros. Así mismo, cabe destacar que la muestra presenta por pri-mera vez al público el ‘Cristo de la Misión’, que saldrá en procesión des-de este Palacio el próxi-mo 13 de abril, con moti-vo del 75º Aniversario de la creación de la Herman-dad de los Artilleros. La entrada a la exposición es gratuita y se podrá vi-sitar en horarios de lunes a viernes de 18.00 a 20.00 horas, y sábados y do-mingos de 12.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 20.00 horas. En esos horarios también se podrá visitar la Sala histórica “Tenien-te General Veguillas”.
En un ambiente carga-do de sentimiento y nos-talgia, sobrecoge escu-char la salve a la entrada de las Iglesia de Nuestra
Señora de las Angustias en la no-che fría del Martes Santo tras cele-brar el encuentro de la Virgen con su hijo en la calle de la Amaragura. Igual de emocionante son otros momentos cumbre de esta Pasión única y diferente.
PROCESIÓN GENERAL VIERNES SANTO La máxima representación de la Semana de Semana Santa tiene lugar el Viernes Santo durante la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor. Los templos se tiñen de luto por la muerte y en-tierro de Cristo. El ambiente se torna fúnebre ante la llegada del difunto. A la siete y media de la tarde parten desde la Iglesia Peni-tencial de Nuestra Señora de las Angustias 33 pasos alumbrados por las veinte cofradías vallisole-tanas. La ciudad se llena en la no-che fría de la primavera castellana de cera, luces tenues de velas, ca-pas, túnicas y capirotes. Las sen-saciones que percibe el visitante en este recorrido de devoción se escapan de la razón. Un silencio emocionado inunda la rúa oscura mientras los visitantes contem-plan tallas de gran valor que du-rante el año se guardan en edifi-cios históricos y religiosos. El es-pectáculo de la imaginería barro-ca castellana tiene su epicentro en la plaza mayor. La magna proce-sión finaliza en el mismo lugar, la iglesia de las Angustias, donde se entona la salve popular al termi-nar el recorrido. Un museo artísti-co al aire libre.
Los orígenes de la Pasión
vallisolenta se remontan al
siglo XV aunque en el s.XVI
alcanzó su esplendor
La Procesión del Viernes
Santo destaca sobre el
resto de España por la
calidad de los 33 pasos
E SPE C I A L 11S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9
RECORRIDOS LITERARIOS
Tras el rastro de nobles plumas que han dejado su huella en la ciudad Las calles de la ciudad han sido inspiración de grandes novelistas como Cervantes, Miguel Delibes o Rosa Chacel
H . M . P. / VA L L A D O L I D
Abril es el mes de las Letras. Cada día 23 se celebra el Día Internacio-nal del Libro, fecha que coincide con la fecha de la muerte de dos grandes de la Literatura Universal: William Shakespeare y Miguel de Cervantes. Para recordar esa efe-mérides se celebra además en Al-calá de Henares la entrega del Pre-mio Cervantes, el premio más im-portante de la literatura española. En este contexto cabe recordar que se puede hacer turismo de múltiples
maneras. Descubriendo su gastro-nomía, o bien, fijándonos en otros aspectos relevantes de la ciudad co-mo en éste caso las letras. Valladolid ha destacado por ser cuna de desta-cadas figuras de la Literatura Espa-ñola. La relación de la ciudad con plumas que han hecho historia ha sido siempre estrecha. Desde clási-cos como Cervantes o Quevedo, el irremplazable romántico José Zorri-lla o, ya en los albores del siglo XX, el italiano Leonardo Sciascia, para quien «…Valladolid era una hermo-sa y antigua ciudad donde me ha-
bría quedado para siempre…», co-mo recuerda el texto grabado en la plaza del Palacio de Santa Cruz.
Podemos traspasar las páginas de sus libros y descubrir cómo fueron sus vidas en la ciudad vallisoletana
visitando el Museo de Cervantes (en la calle Miguel Iscar) o en el Museo Zorrilla (en la calle Fray Luis de Gra-nada).
Hay que recordar además que en la ciudad del Pisuerga nació Rosa Chacel; la escritora de la Genera-ción del 27 recorre las calles valliso-letanas en ‘Memorias de Leticia Va-lle’, un homenaje que le devuelve su tierra con una estatua que la repre-senta en el Campo Grande desde 1988, año en el que la novelista cum-plió 90 años. También hay otra figu-ra que la recuerda sentada en un
banco de la Plaza de Poniente que con el tiempo se ha hecho popular entre los vallisoletanos.
El jardín romántico del Campo Grande también tiene presente, con sendos bustos, a dos ilustres valliso-letanos: el dramaturgo Leopoldo Ca-no y el poeta Nuñez de Arce.
Más allá de este recoleto espacio se repiten los recuerdos a otros au-tores nacidos en la capital vallisole-tana: el poeta Jorge Guillén (con su placa en la calle Constitución y una escultura, firmada por Chillida, en el lateral del Museo Nacional de Es-cultura), el poeta, periodista y miem-bro de la RAE Francisco Javier Mar-tín Abril (placa en el número 16 de la calle López Gómez), el ya men-cionado Nuñez de Arce (la casa en la que vino al mundo, en la calle ho-mónima, así lo atestigua) o el tam-bién poeta Emilio Ferrari (una placa recuerda el lugar de su nacimiento, en la calle a la que da nombre).
El célebre columnista Francisco Umbral también se fijó en su ciu-dad natal para relatar alguno de sus libros (entre ellos, La capital del dolor), al igual que Gustavo Martín Garzo ( Las historias de Marta y Fernando, Premio Nadal), o uno de los últimos éxitos de ven-tas con sello español, Memento Mori, de César Pérez Gellida, re-crea las escenas de su novela en al-gunos rincones de la capital del Pi-suerga. Si te gusta la novela histó-rica puedes bucear en el Valladolid cortesano con libros como María de Molina (Almudena de Arteaga), La corte de los ingenios (Ignacio Martín Verona), Los ojos de Dios (Rafaela Cano), El castillo de dia-mante (Juan Manuel de Prada)...
TRAS LOS PASOS DEL HEREJE Sin duda, uno de los recorridos que más turistas apasionados de las no-velas de Miguel Delibes atrae es la Ruta del Hereje, obra cumbre de la narrativa española de la segunda mitad del siglo XX. El trayecto par-te de la Iglesia de San Pablo y mue-re en la Plaza de Zorrilla, lugar donde antiguamente se ubicaban las puertas de la ciudad. La ruta, organizada por el Ayuntamiento de Valladolid, reconstruye la villa en su momento de máximo esplen-dor: la primera mitad del siglo XVI, cuando contaba ya con una pobla-ción de 28.000 habitantes. Y para ello sigue el rastro de su protago-nista, Cipriano Salcedo.
Las Rutas Literarias de ‘El
Hereje’ y ‘Memento Mori’
recorren las calles de la ciudad
a través de dos novelas
Ruta teatralizada ‘El Hereje’, inspirada en la famosa obra de Miguel Delibes en la puerta de la Iglesia de San Benito. / J. M. LOSTAU
S Á B A D O 6 D E A B R I L D E 2 0 1 9ESPECIAL12
