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Aproximación de los actos de habla en la narrativa literaria 1 Tanto el estudio de Austin (1962) como de Searle (1994), inclusive de los juegos de lenguaje tomar expresiones ling!sticas simples para identi"icar # comprender un acto de $a%la # sus modo placentero sin los complicados e"ectos de, por ejemplo, la trama de una narr conversacional& As!, el cl'sico Te prometo , utili*ado +o extra!do como o%jeto ling!stico, # sus criterios o reglas "ormali*ado por Austin # Searle, respectivamente, es p estudiar los "en-menos del lenguaje, a sa%er, los actos ilocucionarios/ sin em%argo, en la l "icci-n misma inmiscu#e al lector como sujeto psicol-gico modelo # muc$o menos como curios elementos ling!sticos 0ue componen el texto& ste es el punto donde el texto se considera u objetode lectura& ero, m's precisamente, debe seres el punto donde, como expresa 3art$es (1994), se posiciona al texto & or lo pronto, dejemos de lado la dicotom!a placer estudio por un es narrativa un cierto placer de la composici-n del texto, del ingenio de la escritura #, muc$o de los turnos de $a%la para reconocer los complejos vericuetos de los actos del lenguaje & A%ocados so%re la trama de El jugador de 5ostoievs i, olina Alex'ndrovna # Alex7i 8v'novic$ como es usual, discuten en esa relaci-n indeterminada de ama # esclavo & Tomo como element %reve "ragmento de a0uellos encuentros entre olina # Alex7i& Tal elecci-n, adem' interlocuci-n, se de%e a, como es necesario para el an'lisis, recortar cierta parte de la re descri%ir # explicar, o en el m's concreto #, por no menos ingenuo es"uer*o, de responder a $a%la; (1)-Ya sabe usted que le consiento decirme todo y que por eso, pregunto con franqueza. Le repito esclavo, que ante un esclavo no se avergüenza uno; un esclavo jams puede ofender. (2)-!"#jese de estupideces$ %o puedo soportar su teor&a de la 'esclavitud(. (<)-)enga en cuenta que no *ablo as& porque desee ser esclavo suyo. +e limito a se alar un *ec*o depende. (4)-"&game, con franqueza para qu# quiere el dinero/ (=)- 0ara qu# le importa saberlo/ (6)-1omo usted quiera- me contest2 con un gesto de cabeza lleno de soberbia. (>)-%o puede soportar mi teor&a de la 'esclavitud(, pero me e3ige ser su esclavo '!4esponder, p 0ues, bueno, le responder#. 0ara qu# quiero el dinero/ 12mo 'para que(/ El dinero lo es todo. (?)-"e acuerdo; pero no es ese motivo suficiente para volverse loco. 5sted llega al delirio, al *aber algo, un fin determinado. 6bleme sin rodeos. Es una orden. (:apitulo @, pp& 4 41) sta 0uerella, es un conjunto de elementos ling!sticosB oraciones, "rases, interrogaciones # respuestas, exclamaciones, denotaciones, a"irmaciones, proposiciones, etc& ero, Actos de $a%la se div comprende un acto ilocucionario como la unidad de la comunicaci-n ling!stica (p&26) donde oraci-n o el s!m%olo constitu#en por si solos un acto sino, el medio de "ormulaci-n emisi-n ilocuci-n, es decir, un acto de $a%la se vale (o no) de tales elementos ling!sticos, con"or lo 0ue se 0uiere decir (Austin, 1962)& As!, cada emisi-n, sea una a"irmaci-n o una r7plica, reglada (sint'ctica, sem'ntica # convencional +7sta .ltima es la de ma#or inter7s tanto para 5eseo no omitir esto de conducta reglada de acuerdo a la importancia 0ue tienen los actos esta%lecer $ec$os del lenguaje, o como %ien especi"ica Searle, g7neros ilocucionarios & 1 Ca"ael Andr7s orras Suare*, Dicenciado en sicolog!a # edagog!a, Eniversidad edag-gica Facional

Aproximación de Un Acto de Habla en La Narrativa

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Aproximacin de los actos de habla en la narrativa literaria

Tanto el estudio de Austin (1962) como de Searle (1994), inclusive de los juegos de lenguaje de Wittgenstein, de tomar expresiones lingsticas simples para identificar y comprender un acto de habla y sus criterios, es de cierto modo placentero sin los complicados efectos de, por ejemplo, la trama de una narrativa o la disimetra conversacional. As, el clsico Te prometo, utilizado o extrado- como objeto de anlisis filosfico y lingstico, y sus criterios o reglas formalizado por Austin y Searle, respectivamente, es particularmente til para estudiar los fenmenos del lenguaje, a saber, los actos ilocucionarios; sin embargo, en la lectura literaria, la ficcin misma inmiscuye al lector como sujeto psicolgico modelo y mucho menos como curioso de los elementos lingsticos que componen el texto. Este es el punto donde el texto se considera -se usa como- sujeto u objeto de lectura. Pero, ms precisamente, debe ser es el punto donde, como expresa Barthes (1994), se posiciona al texto. Por lo pronto, dejemos de lado la dicotoma placer/estudio por un esfuerzo de leer en la narrativa un cierto placer de la composicin del texto, del ingenio de la escritura y, mucho ms, de la disimetra de los turnos de habla para reconocer los complejos vericuetos de los actos del lenguaje. Abocados sobre la trama de El jugador de Dostoievski, Polina Alexndrovna y Alexi Ivnovich conversan o, como es usual, discuten -en esa relacin indeterminada de ama y esclavo-. Tomo como elemento de estudio un breve fragmento de aquellos encuentros entre Polina y Alexi. Tal eleccin, adems, de la intensidad de la interlocucin, se debe a, como es necesario para el anlisis, recortar cierta parte de la realidad, para observar, describir y explicar, o en el ms concreto y, por no menos ingenuo esfuerzo, de responder a Cmo es un acto de habla? (1)-Ya sabe usted que le consiento decirme todo y que por eso, pregunto con franqueza. Le repito que soy su esclavo, que ante un esclavo no se avergenza uno; un esclavo jams puede ofender.(2)-Djese de estupideces! No puedo soportar su teora de la esclavitud.

(3)-Tenga en cuenta que no hablo as porque desee ser esclavo suyo. Me limito a sealar un hecho que de mi no depende.

(4)-Dgame, con franqueza: para qu quiere el dinero?

(5)-Para qu le importa saberlo?

(6)-Como usted quiera- me contest con un gesto de cabeza lleno de soberbia.

(7)-No puede soportar mi teora de la esclavitud, pero me exige ser su esclavo: Responder, pero sin replicar! Pues, bueno, le responder. Para qu quiero el dinero? Cmo para que? El dinero lo es todo.

(8)-De acuerdo; pero no es ese motivo suficiente para volverse loco. Usted llega al delirio, al fatalismo. Tiene que haber algo, un fin determinado. Hbleme sin rodeos. Es una orden.(Capitulo V, pp. 40-41)Esta querella, es un conjunto de elementos lingsticos: oraciones, frases, interrogaciones y respuestas, exclamaciones, denotaciones, afirmaciones, proposiciones, etc. Pero, Actos de habla se divisan? Searle (1994) comprende un acto ilocucionario como la unidad de la comunicacin lingstica (p.26) donde ni la palabra, la oracin o el smbolo constituyen por si solos un acto sino, el medio de formulacin/emisin y comprensin de la ilocucin, es decir, un acto de habla se vale (o no) de tales elementos lingsticos, conforme a reglas, para hacer lo que se quiere decir (Austin, 1962). As, cada emisin, sea una afirmacin o una rplica, es una conducta reglada (sintctica, semntica y convencional sta ltima es la de mayor inters tanto para Austin como Searle). Deseo no omitir esto de conducta reglada de acuerdo a la importancia que tienen los actos de habla para establecer hechos del lenguaje, o como bien especifica Searle, gneros ilocucionarios.Son 8 interlocuciones (o turnos de habla entre Alexi [A] y Polina [P],) de la conversacin AXP. A qu gnero pertenecen? En el cuadro siguiente se muestran el posible tratamiento de los turnos de habla como actos ilocucionarios:Turno de habla

(AXP)Gneros de actos de hablaEstructura de acto ilocucionarioComentario

1AseveracinAseveracin p de A (Alexi) a P (Polina)Esta es la condicin bsica output/input de todo fenmeno comunicativo (Searle, 1994: 65), es decir, la formulacin/emisin de p (output) y la comprensin (o no) de P sobre p (input).

2ExclamacinExclamacin q de P + pNo se logra el efecto ilocucionario de A sobre P. P sorprende negando p.

3AclaracinAclaracin de p.Reforzamiento de p. Es la insistencia de A para que P logre comprender su intencin. En este punto se logra analizar que no solo poder decir las cosas (principio de expresabilidad) y decir lo que significan (significado) son del todo claro lograr el efecto ilocucionario. Las malinterpretaciones, los egos, las ilusiones, los sentimientos, la fantasa son elementos que, por razones obvias se excluyen en los estudios, comprometen la interlocucin.

4PeticinPeticin X + Interrogacin c o X(c); es decir, la funcin de X a partir de una interrogacin.Esta es una de las hiptesis de Searle (1994: 32) para plantear cmo un acto ilocucionario especifico se puede presentar con una misma referencia, predicado y significado. Lo que varia es tanto la intencin (de P) como el efecto ilocucionario (de A).

5Respuesta interrogativaRespuesta interrogativa Y de A sobre X + Interrogacin Y; Y= X.Esta respuesta interesa, ya que no pertenece al gnero de respuestas si/no u abierta, sino una rplica interrogativa.

6ComplacenciaComplacencia s de A sobre X.Esta oracin s es defectiva en tanto no logra el efecto ilocucionario de 5, es decir, Alexi (A) no logra increpar a Polina (P) para que sea contestada su pregunta (Y). Inclusive la intencin y la accin de P al emitir s es despreciable segn cuenta A me contest con un gesto de cabeza lleno de soberbia.

7Recriminacin, Monologo y Respuestaa) Recriminacin r de p (2)+

b) Monologo m+

c) Respuesta h de X(c) o (4)7 es un tanto complejo. Por tanto se divide en a+b+c:a) r rememora el conflicto q.b) m es la introspeccin i de A sobre el curso del dilogo hasta el momento (el conflicto).

c) h es la vlvula de escape de A para hacer frente a la intencin X(c), es decir, P logra el efecto ilocucionario en A un tanto retardado (no es defectible, pero tampoco inmediato).* Con este turno de habla de Alexi Ivnovich es donde se muestra la genialidad de la prosa de Dostoievski de narrar la miserable condicin humana.

8Aceptacin, afirmacin y ordena) Aceptacin l de h +

b) (Re) afirmacin f de q

+

c) Imperativo z de h8 tambin es complejo. Dividmoslo de la forma a+b+c:a) l no solo es una aceptacin de h, sino una confirmacin de la personalidad de Polina frente a la personalidad de Alexi. Esta es la disimetra barthesiana del yo emitido por yo que comprende el tu como yo.b) f confirma la incomodidad (y odio) de P sobre A. Ntese cmo el lenguaje produce efectos pragmticos difcilmente reducibles al formalismo sintctico y morfofnetico.c) z es un acto de habla segn los condiciones de ilocucin, soportada por un imperativo (Hbleme sin rodeos) y una reafirmacin de la funcin de z, y (Es una orden), es decir, z(y). Ntese cmo el acto de habla (la intencin de P) debe ser reforzado por la enunciacin del acto mismo z(z). Segn Searle esta necesidad de enfatizar la funcin del acto se debe a una incomprensin de la orden o de las reglas convencionales para la comprensin de una orden. Pero dado el caso de la discusin de AXB ms que falta de comprensin es un elemento pragmtico de refuerzo de la coaccin de P sobre A.

Esto anterior es un esfuerzo por analizar los gneros de actos de habla de un relato (un fragmento del ste). Pese a tal esfuerzo, es loable cmo el lector sin necesidad de operar lgicamente para estudiar los elementos lingsticos, las intervenciones, cada conjunto de oraciones o actos, comprende la trama literaria, es decir, vive la historia como un sujeto psicolgico en el relato. No necesita detenerse detenidamente para intentar saber que A desea a P y P odia a A y A y P viven desendose pese al conflicto de su unin (y esta relacin no es lgica). Esta comprensin es dable gracias a las convenciones aprehendidas o adquiridas por lo que Searle llama hechos institucionales (1994: 60) de los actos de habla, es decir, la formas como se adoptan conductas (actos ilocucionarios) pautadas por reglas para saber cmo actuar, qu y cmo decir, etc. La conducta reglada entre AXB es, podramos decirlo, la establecida para las relaciones entre amantes conflictivos: tratos deferenciales, acusaciones y agresiones reciprocas, menosprecios y dependencias, romanticismos caducos y clasistas, etc. Ntese que al tratar de especificar los gneros pertenecientes de cada interlocucin, se tiene en cuenta el indicador de fuerza ilocucionaria de cada turno de habla o la intencin de la emisin. As, al preguntar qu es un acto de habla se especifica por la funcin iloucionaria de la emisin verbal que como se ha visto no solo se reduce a la intencin del autor, el medio de locucin y el efecto (de escucha o comprensin) del oyente. Este esquema formal de la comunicacin (emisin-mensaje-recepcin) ya Bajtin (1982) lo rechaza como una ficcin cientfica de la interlocucin.Por tanto, un acto ilocucionario consta al menos de:

(1) La intencin de decir algo (deseo), el decir ese algo (significado) y el hacer decir ese algo (mensaje) por parte del interlocutor1, y

(2) El escuchar lo dicho, el comprender lo emitido y el hacer algo (o esperar) de lo dicho (efecto ilocucionario) por parte del interlocutor2.Pero como vemos en este escueto anlisis de El jugador, en el artificio de la interlocucin al menos la intencin no es proporcional al efecto (pero tampoco se aleja de lograr un propsito concreto). Si lo fuera, Polina accedera explcitamente al juego de Alexi de ama y esclavo (aunque como vimos, inconscientemente participa y es duea del juego) y Alexi evitara su miserable bajeza ante Polina luego de percibir el desprecio de sta o bien seria ms concreto para lograr su intencin de visibilizar su dependencia. Si aceptamos que en este breve dilogo cada emisin es una posible actuacin ilocucionaria para lograr un efecto esttico entre la relacin de Polina y Alexi, se afirma la hiptesis searliniana de comprender un acto ilocucionario como la unidad de la comunicacin lingstica, es decir, ver el lenguaje humano como una urdimbre de actos de habla.Referencias:

Austin, John. (1962). Cmo hacer cosas con palabras. En http://www.jacquesderrida.com.ar (Consultado en marzo de 2015).Bajtin, Mijal. (1982). El problema de los gneros discursivos. En Esttica de la creacin verbal, pp. 248 293. Madrid, Espaa: Siglo Veintiuno Editores, S.A. Barthes, Roland. (1994). El susurro del lenguaje. (2 edicin). Barcelona, Espaa: Editorial Paidos, S.A.Dostoievski, Fiodor. (2002). El jugador. Bogot, Colombia: Editorial El Tiempo. Searle, John. (1994). Actos de habla. Ensayo de filosofa del lenguaje. Buenos Aires, Argentina: Editorial Planeta. Rafael Andrs Porras Suarez, Licenciado en Psicologa y Pedagoga, Universidad Pedaggica Nacional (2015).

Ms que la oracin sea defectiva, es el acto ilocucionario que no logra el efecto ilocucionario, es decir, que A no logra la implicacin deseada en P (una respuesta).

Para Austin (1962) como para Searle (1994), el tiempo es una condicin de un acto ilocucionario, aunque no se hable de inmediatez del acto. As, Te prometo deambula en un tiempo futuro sin especificar el cumplimiento del acto ilocucionario (esto ltimo, la responsabilidad de cumplir la promesa es la condicin esencial de un acto de habla. Espero que no se confunda esta condicin esencial (el compromiso) con la condicin de sinceridad (el deseo tico de cumplir el compromiso).

Por eso, las complejidades de la referencia, la predicacin y el significado que Searle apunta en su Ensayo. As, la emisin Te odio con misma referencia (yo te odio [a ti]) y predicacin (en este caso la predicacin no es concreta, pero remite a un sentimiento hacia un t, que implica convencionalmente unas razones negativas para tal emocin), puede no corresponder a un mismo significado negativo cuando en un intento de sorprender alguien, ste ultimo como eleccin (inoportuna) del lenguaje elige Te odio como sinnimo de agradecimiento (Searle, Op.cit, p. 15), Te odio se convierte en un acto que no cumple con la condicin de sinceridad pero s se embaraza con elementos contextuales para lograr la fuerza ilocucionaria (entonacin, nfasis, modalidad de enunciacin del verbo, etc.) [Searle, Ibd., 39].

Si tanto las conversaciones como la trama literaria se soportaran por la lgica, denotaramos en este punto como Polina llega a contradecirse, primero, dando la orden a Alexi (z) cuando en (2) deca No puedo soportar su teora de la esclavitud. As, lgicamente si q es p (2), entonces q es p, y el principio de no contradiccin se cumple q q.

Es lo que Bajtin (1982) denomina gneros discursivos: cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos

relativamente estables de enunciados, a los que denominamos gneros discursivos.

Searle habla de hablante y oyente en la lnea de la lingstica; elijo hablar de interlocutores para denotar la naturaleza contestataria de los participantes del lenguaje, y ms, de los turnos de habla en la trama literaria.