8
Jorge Velasco Zamora Aspectos Sociales de la Ciencia y la Tecnología: a propósito de dos casos Jorge Velasco Zamora Noviembre 2010 ¿La ciencia en tanto objeto de investigación puede ser diferenciada respecto de los demás objetos abordados por la sociología? ¿es pasible de estudio como lo es la educación, el trabajo o la salud? Es evidente que el campo de la investigación descrito por Merton está siendo cuestionado, incluso el ethos y las normativas morales que guían a los científicos. El descubrimiento como mero empleo de conceptos y técnicas universales ya no es aceptado. Es necesario “entrar” en ese mundo para comprender e interpretar sus supuestos. Quisiera utilizar como ejemplo algunas vivencias en el mundo de la investigación inmuno-reumatológica que podría ser de utilidad para comprenderlo. En principio me enfrento, como observador externo a tres posibilidades: 1) instruirme de los métodos utilizados por los científicos a medida que transcurre mi investigación, 2) persisto en una postura “aséptica” de toda influencia de los métodos empleados o 3) me instruyo previamente de los contenidos de la investigación. Mantener una posición “virginal” (la segunda alternativa) no parecería ser posible, aunque deseable, toda vez que el observador se verá inevitablemente involucrado, luego “contaminado”, para cualquier reflexión ulterior. Así lo demuestran los estudios de Knorr-Cetina y Latour. La tercera postura se nos ofrece también como riesgosa en tanto que el observador suele verse comprometido en la toma de distancia e involucrado subjetivamente en los procesos del objeto de estudio. La primera opción parecería la más apropiada si se pretende, como observador, hacer inteligible los discursos y los procederes a los que tiene acceso. No obstante, me ubicaré en la tercera opción, aunque como advertí no parecería ser la ideal, ya que inevitablemente me encontraba involucrado. Aceptamos entonces que la ciencia puede ser pasible de ser observada desde las disciplinas sociales pero ¿cómo abrir esa caja negra? ¿Es necesario emplear una metodología adaptativa a este campo? Diferentes autores plantearon metodologías de interpretación-acceso a la observación de las prácticas internas de los científicos. Buena parte del Programa Fuerte se enfoca en propuestas teóricas-metodológicas (causalidad, imparcialidad, simetría y reflexividad) Price incorporó en un comienzo métodos estadísticos que llevaron al desarrollo de la cientometría que inspiró a Lemaine y Lecuyer a emplear el Science Citation Index para medir la percepción externa de una unidad de investigación. Las nuevas corrientes no encontraron apropiados tales métodos para enfrentar los nuevos

Aspectos Sociales de la Ciencia y la Tecnología

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Noviembre 2010 - Es evidente que el campo de la investigación descrito por Merton está siendo cuestionado, incluso el ethos y las normativas morales que guían a los científicos. El descubrimiento como mero empleo de conceptos y técnicas universales ya no es aceptado. Es necesario “entrar” en ese mundo para comprender e interpretar sus supuestos.

Citation preview

Jorge Velasco Zamora

Aspectos Sociales de la Ciencia y la Tecnología:

a propósito de dos casos

Jorge Velasco Zamora Noviembre 2010

¿La ciencia en tanto objeto de investigación puede ser diferenciada respecto de los demás objetos abordados por la sociología? ¿es pasible de estudio como lo es la educación, el trabajo o la salud? Es evidente que el campo de la investigación descrito por Merton está siendo cuestionado, incluso el ethos y las normativas morales que guían a los científicos. El descubrimiento como mero empleo de conceptos y técnicas universales ya no es aceptado. Es necesario “entrar” en ese mundo para comprender e interpretar sus supuestos. Quisiera utilizar como ejemplo algunas vivencias en el mundo de la investigación inmuno-reumatológica que podría ser de utilidad para comprenderlo. En principio me enfrento, como observador externo a tres posibilidades: 1) instruirme de los métodos utilizados por los científicos a medida que transcurre mi investigación, 2) persisto en una postura “aséptica” de toda influencia de los métodos empleados o 3) me instruyo previamente de los contenidos de la investigación. Mantener una posición “virginal” (la segunda alternativa) no parecería ser posible, aunque deseable, toda vez que el observador se verá inevitablemente involucrado, luego “contaminado”, para cualquier reflexión ulterior. Así lo demuestran los estudios de Knorr-Cetina y Latour. La tercera postura se nos ofrece también como riesgosa en tanto que el observador suele verse comprometido en la toma de distancia e involucrado subjetivamente en los procesos del objeto de estudio. La primera opción parecería la más apropiada si se pretende, como observador, hacer inteligible los discursos y los procederes a los que tiene acceso. No obstante, me ubicaré en la tercera opción, aunque como advertí no parecería ser la ideal, ya que inevitablemente me encontraba involucrado. Aceptamos entonces que la ciencia puede ser pasible de ser observada desde las disciplinas sociales pero ¿cómo abrir esa caja negra? ¿Es necesario emplear una metodología adaptativa a este campo? Diferentes autores plantearon metodologías de interpretación-acceso a la observación de las prácticas internas de los científicos. Buena parte del Programa Fuerte se enfoca en propuestas teóricas-metodológicas (causalidad, imparcialidad, simetría y reflexividad) Price incorporó en un comienzo métodos estadísticos que llevaron al desarrollo de la cientometría que inspiró a Lemaine y Lecuyer a emplear el Science Citation Index para medir la percepción externa de una unidad de investigación. Las nuevas corrientes no encontraron apropiados tales métodos para enfrentar los nuevos

Jorge Velasco Zamora

desafíos que se planteaban. Así la etnografía (interpretación de las capacidades conversacionales), entrevistas, grabaciones reemplazaron las prácticas científicas que imperaron hasta entonces. De esta manera el giro constructivista significó involucrarse en el nivel micro de la producción de conocimientos. Se enfrentaron, entonces, al problema de dejar la observación externa o macro para comenzar a introducirse en las relaciones inter-protagonistas, de actores y actantes (Latour) y de estos con el exterior. El rasgo central de los estudios de laboratorio, al decir de Woolgar, es la descripción de la ciencia tal como ocurre. Mi acercamiento a la Unidad de Inmuno-reumatología fue a través de los trabajos publicados por ellos tanto en revistas como en congresos de la especialidad. La reputación de la unidad era incuestionable desde una mirada externa. Esta unidad estaba dedicada al estudio de los desordenes inmunológicos de las enfermedades autoinmunes. Se trataba de un laboratorio, dentro de un hospital de la Capital Federal, de dimensiones relativamente reducidas, ambiente físico que contrastaba con la imagen que desde el exterior se percibía. Contaban con elementos de laboratorio cuyos resultados se volcaban en diferentes cuadernos y planillas, por aquel entonces poseían solo con una computadora que utilizaba el jefe de la unidad. Esta era presidida por el Jefe del Servicio quien ejercía un liderazgo paternalista aunque firme e incuestionable. Poseía un enorme prestigio exterior y autoridad dentro del “colegio invisible” los recién llegados realizaban actividades técnicas y poseían escasa o nula “voz” al momento de plantear hipótesis o desarrollar el trabajo científico. Prácticamente carecían de voto formal, aunque esta situación se veía revertida en la medida en que obtenían su propia legitimación dentro de la estructura social. Debían incorporar la jerga y los hábitos de la unidad en una estructura social claramente establecida. Cada uno de los que realizaban un trabajo técnico reportaba al director sus actividades y a la vez este planificaba la dirección del trabajo a seguir. A pesar de parecer compartimientos estancos había cierta arquitectura matricial que involucraba a todas las áreas. Sin embargo, distaba de estructurarse democráticamente. La figura de autoridad del director estaba omnipresente al momento de cualquier decisión por mínima que fuera. Si la unidad “era él” es interesante considerar su perfil, altamente político en términos de relaciones y actitudes con un cargo en la Universidad de Buenos Aires y otro en la Corte Suprema de Justicia. Similar al interés político de Bernal y su postulación al Ministerio de Ciencias Británico. Considerando este punto, y el prestigio que implicaba estar en cuanta publicación se pudiera, explican el hecho de otorgarle mayor relevancia a la cantidad de trabajos publicados que a la calidad de los mismos. De hecho, con frecuencia, de una misma observación surgían tres trabajos diferentes cuyas hipótesis se planteaban una vez que los datos habían sido recogidos. Expresión, tal vez, de la ciencia de aquella época o bien de la idiosincrasia científica latinoamericana. Como fuere, es un claro ejemplo de oportunismo como lo planteara Knorr-Cetina y M. Lynch. Nos enfrentamos a una inevitable pregunta ¿Qué determina el éxito o el fracaso de una unidad de

Jorge Velasco Zamora

investigación? Variables discutibles, como discutibles son las dimensiones de éxito y fracaso. ¿Cuál es el papel que juega la emocionalidad en un área de supuestos duros y enmarcada en lo racional-cognivo? Los aspectos emocionales involucrados no parecerían estar presente en la consideración de los diferentes análisis micro desde la óptica sociológica. Su exploración parecería ser motivo de análisis de la psicología. Sin embargo, la relación entre aspectos congnitivos y emocionales emerge como indivisible. Siendo así, el componente emocional en la generación de conocimiento surge como un desafío para la exploración sociológica de la ciencia.

Innovación tecnológica “exitosa” en términos de mercado y un análisis de su aparición y desarrollo a partir de las nociones que utilizan Hughes, Callon y/o Bijker.

El caso E Ink

Joe Jacobson como estudiante del MIT, y miembro de la junta rectora de Stanford, tras doctorarse había trabajado en varios tipos de visualizadores, entre ellos uno de tres dimensiones para Tomografía Axial Computada. Mientras estaba en la universidad había empezado a pensar acerca de la posibilidad de un libro electrónico. Su idea no era original ni única. A mediados de los ´70 grandes empresas como Xerox ya

estaban interesadas en la tecnología de la visualización. Habían surgido dos tipos de visualizadores: electroforéticos y de cristal líquidos. Los primeros consistían en una solución de tinta con partículas encajonadas entre una placa de cristal y un electrodo. Una descarga eléctrica enviada a través de una tarjeta madre atraía o repelía las partículas, llevándolas hasta la superficie. Los visualizadores electroforéticos parecían prometedores pero los científicos no podían resolver un problema: las partículas con el tiempo tendían decantar y depositarse en el fondo de la superficie. Como este problema no se resolvía la idea de los visualizadores electroforéticos fue abandonada y los de cristal líquidos se convirtieron en la tecnología de visualización omnipresente. El gran aporte de Jacobson fue evitar que las partículas se aglutinaran en un proceso denominado microencapsulación. En lugar de flotar libremente, las partículas quedaban encapsuladas en burbujas microscópicas. Las ventajas de los visualizadores electroforéticos respecto de los de cristal líquido eran su elevado ratio de contraste, su

Jorge Velasco Zamora

amplio ángulo de visión, requerimiento de poca electricidad, posibilidad de ser flexibles, más económicos y podían comandarse a distancia. Comenzaba la era de la tinta electrónica. Jacobson regresó al MIT en 1995 y comenzó a buscar ayuda para su libro electrónico. Incorporó a Barret Comiskey un estudiante universitario que trabajaba en el tema de comunicación y redes y había destinado mucho tiempo a comprender la microencapsulación en el proceso de electroforésis. Un año después reclutó a J. Albert también estudiante, se encontraba en el último año del curso donde Jacobson era profesor. Albert estaba francamente entusiasmado en el diseño industrial y en nuevas tecnologías. Además de ocuparse de las materias que tenían pendientes, Comiskey y Albert pasaban entre 40 y 60 horas semanales trabajando en optimizar el visualizador electroforético. Finalmente, a las dos de la madrugada de una fría noche de enero de 1997 consiguieron que el prototipo funcionara Comiskey y Albert consideraban su falta de experiencia como una ventaja. Comiskey se había especializado en matemáticas generales, pasaba una considerable cantidad de tiempo ocupándose en otras áreas como la óptica, la ingeniería y la criptografía. Decía “creo que el problema requería de alguien que pudiera aunar la química, la física y la electrónica en algo útil” El entorno del laboratorio de medios de comunicación estimulaba esta especie de polinización cruzada de disciplinas científicas que el proyecto requería. Albert lo describía como “el estar allí libera tu mente. El laboratorio de medios de comunicación te enseña que las ideas descabelladas pueden funcionar. Uno no tiene miedo de soltar algo descabellado” Russ Wilcox dos años después de graduarse en la Harvard Business School se incorporó al equipo en marzo de 1997. Trabajó en un plan de negocios junto a Jerry Rubin quien tenía experiencia profesional como fundador y presidente de una empresa. En julio Comiskey y Albert se graduaron. En agosto la compañía abría su primera oficina, nacía E Ink. Durante semanas Wilcox trabajó muy de cerca el trabajo de Comiskey y Albert en la reproducción del prototipo. “Estoy contento de que Russ haga el desarrollo del negocio porque conoce muy bien la tecnología” decía Comiskey. Mientras hacía un seguimiento del esfuerzo técnico Wilcox se encargaba de contratar a los primeros empleados y de negociar una inversión inicial de 1,7 millones de dólares. Antes de graduarse en el MIT, Swatch, empresa relojera suiza conocida por sus inusuales diseños, encargó a Comiskey y Albert la realización de una correa de reloj con tinta electrónica. Ambos viajaron a Suiza, donde dispusieron de una semana para construir un prototipo de correa de reloj que pudiera presentar información y cambiar de diseño. Como el laboratorio de Swatch cerraba a las 11 de la noche, montaron uno en la habitación de su hotel e hicieron turnos para hacer y reparar placas base que conducían a la demostración. Trabajaron 24 hs al día toda la semana; camino a la presentación a la dirección de la empresa dieron los últimos toques en una note-book

Jorge Velasco Zamora

en el taxi. Comiskey pensaba que aquel trabajo ejemplificaba la “actitud de hacer que las cosas funcionen” característica del laboratorio de medios de comunicación del MIT Los objetivos de E-Ink eran “matar al papel”. Es decir, la tinta electrónica reemplazaría todas las formas del papel. Dadas las características de los visualizadores electroforéticos y su propiedad de poder ser modificado a distancia comenzaron a pensar en el papel radio, objetivo final de la compañía. El papel radio tendría el aspecto de un papel ordinario pero recibiría información a distancia que cambiaría su contenido. Wilcox describía algunas aplicaciones inmediatas como “periódicos electrónicos, visualizadores portátiles y toda clase de superficies expresivas” Antes de concluir en el papel radio la compañía se enfocó en dos pasos previos. La primera etapa del camino técnico eran los letreros o rótulos de las tiendas. Tenían tres objetivos 1) el enfoque de mercado debía mantener a la compañía en el camino técnico hacia el papel radio; 2) debía aportar ingresos en 1999, y 3) debían ser capaces de hacer crecer el negocio hasta alcanzar los 20 mill. de dólares en 3 años. Se decidieron por los letreros de negocios minoristas. Con el desarrollo de E Ink las empresas podrían controlar sus letreros desde un lugar remoto, actualizar instantáneamente la información, adaptar las metas específicas de marketing, etc. el mercado de letreros era un punto de partida atractivo por razones técnicas y económico-financieras., la empresa podía conseguir ingresos significativos mientras seguía desarrollando el progreso de fabricación a un ritmo razonable. Se trataba de un mercado de 600 millones de dólares. La segunda escala era concentrarse en el negocio de los visualizadores portátiles. Teléfonos celulares, agendas electrónicas, etc. lo que los enfrentaría a un mercado potencial de 3.000 mill de dólares con la intención de arribar a él en el año 2001. Finalmente accederían al mercado del papel radio cuya estimación preliminar en términos de mercado era de 8.000 mill de dólares, aunque era temprano para estimarlo Aunque la diversión era una parte destacada de la cultura del laboratorio, también lo era el trabajo duro. Observando que su dedicación y largas horas de trabajo eran comparables a las de sus homólogos en el laboratorio de medios de comunicación, Comiskey decía que le parecía “estar viviendo la vida de un estudiante de postgrado”. La cultura de E Ink poseía muchas similitudes con las del laboratorio de comunicación del MIT que tenía fama de contar con científicos brillantes que adoptaban enfoques interdisciplinarios al solucionar problemas, abordar aplicaciones extraordinarias y acercarse a empresas patrocinadoras de perfil alto. Inicialmente los fundadores de E Ink contrataban personas con formación general amplia como ellos mismos. Pero con el tiempo comprendieron que la contratación de expertos aceleraría el proceso de desarrollo técnico. Los dos primeros expertos técnicos incorporados fueron Paul Drazaic e Ian Morrison.

Jorge Velasco Zamora

Drazaic se había doctorado en Stanford y había pasado varios años en RauChem donde se involucró en áreas de visualización novedosas Morrison trabajó durante 21 años en Xerox y se había convertido en un especialista en química coloidal, la ciencia de las superficies y las pequeñas partículas. Otra incorporación importante fue Iuliano, egresado de Harvard Business School en 1986. Después de dimitir de Molecular Devices se incorporó como director general. Según Wilcox “muchos candidatos experimentados llamaban a la puerta prometiendo resultados, pero Iuliano era el único que encajaba en la cultura que necesitábamos establecer. Ya había dirigido a científicos y doctores y era capaz de conectar con todo el mundo” E Ink confiaba en comenzar la producción en el 2000. El desafío tecnológico inmediato era la estabilidad (asegurar que un letrero E Ink durara al menos tres años) y la fiabilidad (resolver el problema del estallido ocasional de las microcápsulas). Además, mientras avanzaban en la fabricación debían gestionar las expectativas y relaciones con inversores, colaboradores y clientes potenciales, así como decidir qué partes del trabajo podrían subcontratarse. Drazaic era optimista” el desarrollo de la tecnología sigue planteando retos, pero tenemos múltiples apuestas y múltiple oportunidades, así que hay un razonable grado de confianza en que lograremos sacar algo adelante”. A fin de concentrarse en los desafíos técnicos la compañía decide cambiar el enfoque exploratorio edisoniano del laboratorio de medios de comunicación por un proceso científico más metódico. El personal del laboratorio cambiaría solo una variable a la vez y la seguiría a lo largo de todo el proceso. Inicialmente, este cambio de procedimiento no fue bien recibido, con el tiempo el equipo de laboratorio comprendió la importancia de adherir al método de trabajo científico. Durante los últimos meses, los tres grupos principales de E Ink (gestión, fabricación y los ingenieros y científicos del laboratorio) habían sido ubicados en tres edificios diferentes. Wilcox se preocupaba: “las diferencias funcionales entre los grupos podrían consolidarse más debido a la separación física” El crecimiento y el cambio también preocupaban a Comiskey: “quiero que todo el mundo crea en la tecnología y en los demás. Quiero que E Ink siga siendo una compañía interesante, divertida y excitante en la que quiera trabajar gente sobresaliente. Hagamos lo que hagamos, tenemos que hacer que la tecnología sea la mejor posible. No me imagino que en el laboratorio nos impulse otra cosa que no sea la tecnología. Como científicos e ingenieros, no quiero que la política nos distraiga y nos haga perder de vista el objetivo de hacer la tienta lo mejor posible”

Material extraído de Harvard Business School Publishing. May 18, 2002

La naturaleza del desarrollo de la tinta electrónica y del papel radio nos enfrenta a una innovación del tipo radical o disruptiva. Por primera vez en miles de años el papel

Jorge Velasco Zamora

como medio de expresión gráfico se enfrenta a un poderoso adversario que podría incluso hacerlo desaparecer. Las connotaciones sociales, laborales, educacionales, medioambientales, etc son inimaginables. E Ink como expresión de causalidad tecnológica es indiscutible. Pero cabría preguntarse ¿hubo causalidad social? La electroforesis fue desarrollada en 1930 por Tiselius, debieron pasar 65 años para que alguien, en este caso Jacobson, originara un cambio revolucionario. No se trataba de un investigador solitario e idealista. Egresado del MIT y profesor de Stanford dirigía un laboratorio de comunicación en el que alumnos aventajados se incorporaron al proyecto en un primer momento. Más aún, las comunicaciones (telefonía celular, computadoras portátiles, visualizadores de todo tipo, etc) enfrentaban a la electroforésis a una nueva demanda. Ejemplo, sin dudas, del tejido sin costuras en el que la tecnología es explicada de un modo no lineal de conocimiento técnico influenciado por múltiples factores sociales en un entramado heterogéneo de hechos (artefactos, instituciones, reglas, conocimiento) y actores diversos (ingenieros, investigadores, empresarios, usuarios, etc) Heilbroner propone cuatro razones para afirmar por que la tecnología podría estructurar a la historia. Nuestro ejemplo parecería darle la razón:

1) El conocimiento de una era es restringido por el stock acumulado de conocimiento disponible

2) La capacidad de competencia material, el nivel de experiencia tecnológica de una era condiciona el potencial de cambio tecnológico.

3) Congruencia tecnológica: compatibilidad de una tecnología con la división del

trabajo y la especialización industrial

4) Acumulación de capital. Todos estos factores confluyeron para que la tinta electrónica y el papel radio pudieran ser una realidad y, a partir de la tecnología, cambiar la historia. Pero no fue en cualquier sociedad, sino en una en la que fue posible la convergencia de atributos críticos. El caso descrito ofrece un intento de demostrar el carácter social de la tecnología y el carácter tecnológico de la sociedad: lo “socio-técnico” en contra de las visiones deterministas lineales. Siguiendo a Hughes

"Los sistemas tecnológicos solucionan problemas o satisfacen objetivos haciendo uso de cuantos medios son disponibles y apropiados; los problemas

reordenan el mundo físico en formas consideradas útiles o deseables, al menos para quienes diseñan o emplean un sistema tecnológico"

Jorge Velasco Zamora

La emergencia de una tecnología disruptiva como la expuesta surgiría como expresión de sistemas tecnológicos, tanto por la satisfacción de objetivos por medios disponibles (pantallas de transmisión efectiva de datos por electroforesis) como por el reordenamiento del mundo físico (microencapsulación) También siguiendo a Hughes vemos como los sistemas tecnológicos pueden agruparse según sus elementos componentes que incluyen artefactos físicos (electroforesis, microencapsulación, placas bases, etc), organizaciones (capitalistas de riesgos, la empresa) y componentes científicos (el laboratorio de comunicación del MIT, egresados de Harvard, la Universidad de Stanford). De acuerdo a los objetivos generales (“matar al papel”) los diferentes componentes del sistema interactúan de manera directa o indirecta. Siempre siguiendo a Hughes los componentes de los sistemas tecnológicos son socialmente construidos por los constructores de sistemas, en nuestro ejemplo: Jacobson, Comiskey y Albert (más tarde se sumaron otros system builders). No hay, entonces, factores internos, sean estos económicos, sociales, o de otra índole; sino diferentes componentes de un sistema científico con objetivos convergentes, de tal manera que aquellos son administrados para incorporarlos dentro del sistema con el objeto de minimizar incertidumbres. Dadas las características innovadoras de la tinta electrónica y el papel radio vemos la manera en que expresan la complejidad tecnológica de los sistemas en los que los científicos, emprendedores, gerentes y otros interactúan en un complicado sistema de invención, desarrollo, fabricación y ventas. Se percibe aquí la falsedad, como lo señala Hughes, de la noción de que tecnología es simplemente ciencia aplicada y economía. La magnitud de la revolución que originará el hallazgo descrito, en cuyos umbrales nos encontramos, no hubiera sido posible sin un contexto determinado. En otros términos, a pesar de que la electroforesis se ofrecía libremente para quien quisiese optimizarla, solo en el Boston de la década de los 90 pudo ser posible. De tal modo, que el análisis del estilo tecnológico ayuda a superar la comprensión reduccionista de la tecnología. El abordaje de sistema tecnológico no es lineal ni prioriza ningún aspecto en particular, sino que implica un entramado en el que dada ciertas condiciones, como las descritas en el caso de estudio, el sistema entra en su etapa de madurez otorgándole un momentum cuya producción es extrema en términos cuali-cuantitativos.