Avance Febrero 2014

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  • AVANCEVOCERO DEL MOVIMIENTO ACCIN NACIONALISTA PERUANO - MANPE

    BUENOS AIRES - ARGENTINA Febrero AO 2014 Distribucin Gratuita.

    ALEMANIA - ARGENTINA - AUSTRALIA - BOLIVIA - EE.UU - ESPAA - MEXICO - FRANCIA- ITALIA - PER - URUGUAY

    Da Internacional de

    La Mujer

    Micaela Bastidas, esposa de Tpac

    Amaru, ejemplo de la valenta,

    abnegacin y dignidad de la mujer

    peruana.

    Micaela Bastidas, esposa de Tpac

    Amaru, ejemplo de la valenta,

    abnegacin y dignidad de la mujer

    peruana.

    Convocatoria ManpistaConvocatoria Manpista

  • AVANCE MANPE PER2

    Homenaje a Micaela Bastidas

    Puyucahua (Tamburco, Abancay, 23 de junio de 1744 - Cusco, 18 de mayo de 1781)

    fue una valiente precursora de la independencia hispanoamericana, jug

    un importante papel en la historia del Per. Esposa y consejera de Tpac

    Amaru II, su desempeo tuvo vital importancia en la rebelin de Tinta. Su

    ejemplo de coraje y determinacin al defender sus ideales de justicia y

    libertad hasta su trgica y despiadada muerte en mano de los espaoles,

    la convirtieron en leyenda y smbolo de la lucha americana contra la

    opresin y la explotacin colonial.1

    Hija de Manuel Bastida, descendiente de africanos , y de Josefa

    Puyucahua (o Puyucawa), indgena, la joven Micaela era de esbelta

    belleza y tez bronceada, con el cabello ondulado. Por sus races tanto

    africanas como amerindias era conocida por muchos como Zamba,

    nombre que se daba en poca colonial a las personas producto del

    mestizaje entre africanos e indgenas.2 . El 25 de mayo de 1760, poco

    antes de cumplir 16 aos, se cas con el joven mestizo descendiente de

    la nobleza indgena Jos Gabriel Condorcanqui, en la iglesia de Nuestra

    Seora de la Purificacin, en el pueblo de Surimana, lugar del curacazgo

    de su marido. Condorcanqui era descendiente directo por lnea materna

    del ltimo Inca Tpac Amaru I. En 1764 fue nombrado cacique de los

    territorios que le correspondan por herencia, Pampamarca, Tungasuca y

    Surimana, y fijaron su residencia en Tinta, localidad perteneciente a

    Cusco.3. Tuvieron tres hijos varones, Hiplito (1761), Mariano (1762) y

    Fernando (1768). Jos Gabriel haba recibido una educacin privilegiada

    en colegiosjesuitas de Lima y Cusco. Dominaba el castellano, el quechua

    y ellatn, era un vido lector y su inters por diversos temas le dio un nivel

    cultural remarcable. Poseedor de grandes extensiones de tierras y

    riqueza, cumpla mltiples roles en la administracin de sus bienes.

    Como curaca deba mediar entre el corregidor y los indgenas a su cargo.

    Como prspero hacendado se vio afectado como el resto de la poblacin

    debido a las alzas fiscales y la creacin de aduanas internas. Como

    arriero recorra su territorio, viviendo de cerca las historias y desgracias

    de los trabajadores y sus duras condiciones. Como mestizo senta que

    toda la injusticia con su gente lo tocaba en carne propia.4 Realiz

    reclamos y solicitudes oficiales a las autoridades coloniales de Tinta,

    Cusco y Lima, para que los indgenas fueran liberados del trabajo

    obligatorio en las minas y exonerados del cumplimiento de la mita,

    obteniendo siempre negativas o indiferencia y comenz a desarrollar una

    ideologa libertaria basada en la defensa de indgenas, esclavos, criollos

    y mestizos, orientada a la independencia de su territorio y comercio de las

    decisiones de lacorona de Espaa.5. Micaela, en cambio, recibi en la

    infancia la educacin elemental en letras y artes que era usual en esa

    poca para las mujeres. Su marido fue su maestro ideolgico, ella se

    concientiz rpidamente de la compleja situacin de su gente y se

    involucr con la causa. Lo apoyaba firmemente, defendiendo y

    divulgando los postulados que haran resurgir la conciencia del derecho

    de los labriegos a liberar su tierra y su existencia de la mano opresora

    espaola.

    La rebelin

    En 1780, agotadas las vas de dilogo con los representantes de la

    corona espaola, Jos Gabriel Condorcanqui inicia un movimiento en

    contra de la dominacin espaola. Es apoyado por curacas ligados a

    hacendados de Cusco unidos en contra de la nueva aduana, criollos,

    indios y mestizos. En ese momento adopta el nombre de Tpac Amaru II

    en honor de su antepasado el ltimo Inca de Vilcabamba. El 4 de

    noviembre de 1780 Tpac Amaru II dio el primer grito de libertad y

    difundi una proclama independentista, dando comienzo a la rebelin de

    Tpac Amaru II. El corregidor Antonio de Arriaga fue tomado prisionero y

    condenado a morir en el cadalso. Los rebeldes instalaron su cuartel

    general en Tungasuca.3

    Desde ese momento Micaela se convirti en la principal consejera de

    Tpac Amaru II, particip en el juicio sumario contra Arriaga y asumi

    mltiples roles en el movimiento. Actuaba con dinamismo y persuasin,

    tal vez ms concientizada incluso que su marido, ya que el papel de la

    mujer indgena era el ms vilipendiado por los opresores.6

    Los indgenas tenan prohibida la tenencia de armas de fuego, uno de los

    mayores problemas a los que se enfrentaron fue la obtencin de

    armamento. Micaela fue la encargada del aprovisionamiento de las

    tropas, lo que inclua conseguir y distribuir dinero, alimentos, vestimentas

    y armas. Expeda los salvoconductos para facilitar el movimiento de

    quienes viajaban a travs de amplios territorios. Estuvo a cargo de la

    retaguardia indgena, demostrando diligencia y capacidad,

    implementando medidas de seguridad y luchando contra el espionaje.

    Implement un eficiente sistema de comunicaciones, organizando un

    servicio de chasquis a caballo que llevaban rpidamente informacin de

    un punto a otro del territorio rebelde.7

    Una verdadera legin de luchadoras andinas, quechuas y aymaras

    trabajaron junto a Micaela en el levantamiento, realizaron estrategias y

    dieron apoyo a las tropas. Para ellas se trataba no solo de liberar a su

    pueblo de la explotacin espaola, sino tambin de restablecer el rol de la

    mujer indgena con participacin en la vida social y poltica, tradicin que

    el sistema colonial intent abolir convirtindolas en vctimas de todo tipo

    de abusos. Fueron lderes dentro del movimiento Cecilia Tpac Amaru y

    Tomasa Tito Condemayta, cacica de Acos, entre muchas otras.8

    Estas mujeres participaban tambin en la batalla, junto a sus hijos y

    maridos. Tambin lo haca Micaela, quien con su carcter enrgico infunda

    aliento a Tpac Amaru desde el mismo campo de batalla. Luego del triunfo

    de Sangarar fue constituida jefe interino de la rebelin.4

    El 18 de noviembre de 1780 el ejrcito de rebelde venca a los espaoles en

    la batalla de Sangarar. Tpac Amaru expidi un mensaje a los pueblos del

    Per, convocando a los criollos a unirse a la causa india: Vivamos como

    hermanos y congregados en un solo cuerpo. Cuidemos de la proteccin y

    conservacin de los espaoles; criollos, mestizos, zambos e indios por ser

    todos compatriotas, como nacidos en estas tierras y de un mismo origen.9

    En marzo de 1871 el ejrcito de Tpac Amaru contaba con siete mil hombres

    y mujeres dispuestos a pelear hasta la muerte contra la corona espaola,

    quienes proclamaron a Tpac Amaru II como Emperador de Amrica.

    En testimonios de la poca es Micaela quien aparece como principal

    estratega a travs de tareas polticas, militares y administrativas y principal

    consejera del lder. Con su slida conviccin, claridad de pensamiento y alta

    intuicin, se convirti en el sexto sentido de la rebelin.10

    Muerte

    Cuando ella aconsejaba realizar un ataque inmediato a Cusco para lograr su

    rendicin, su marido no la escuch y en un grave error tctico se concentr

    en otras villas, al tiempo que fueron delatados por un traidor. El contingente

    de Tpac Amaru fue rodeado y emboscado, y junto a Micaela, sus hijos

    Hiplito de 18 aos y Fernando de 10, y varios de sus familiares fueron

    apresados y llevados a Cusco, donde permanecieron presos en el convento

    de la Compaa de Jess convertido en cuartel militar. Fueron sometidos a

    interrogatorios y tormentos para poder ubicar al resto de las tropas

    revolucionarias, les prometan disminuir la pena si delataban a sus amigos,

    pero no lograron conseguir de ellos ninguna informacin y el 14 de mayo

    fueron condenados a la pena capital.11

    La sentencia ordenaba el "descuartizamiento en vida para el jefe principal,

    mutilaciones y pena de muerte para los otros reos, amn de otros

    castigos".12

    El 18 de mayo de 1781 fueron llevados a la Plaza de Armas del Cuzco para

    ser ejecutados uno a uno. A su hijo Hiplito primero le fue cortada la lengua,

    por haber hablado en contra de los espaoles y luego fue ahorcado. Micaela

    y Jos Gabriel fueron obligados a presenciar la muerte de su hijo, y luego la

    hicieron subir a ella al tablado. A la vista de su esposo y de su hijo Fernando,

    Micaela luch con sus verdugos, hasta que finalmente la sometieron y le

    cortaron la lengua, su cuello delgado no alcanzaba al torno para ahogarla, y

    le echaron lazos al cuello que tiraban de uno y otro lado para estrangularla,

    dndole garrote y terminaron de matarla a patadas en el estmago y los

    pechos.13 14

    Luego llevaron al centro de la plaza a Tpac Amaru, quien tambin fue

    sometido a una espantosa muerte. Ambos fueron desmembrados y sus

    partes enviadas a diferentes pueblos de la regin para ser exhibidos en las

    plazas pblicas, alertando a sus habitantes sobre las consecuencias de

    rebelarse.14

    La conviccin de los ideales de justicia y libertad de Micaela defendidos

    hasta la muerte, unida a su familia y luchando junto a su gente, convirti su

    historia en leyenda e inspiracin para la gesta independentista de Amrica

    Latina.5

    Referencias

    Ir a Micaela Bastidas Puyucawa. Consultado el 16 de julio de

    2013.

    Ir a Identidad Per. Micaela Bastidas. Consultado el 11 de julio

    de 2013.

    Saltar a:a b Concepcin Bados Ciria. Heronas de las

    independencias latinoamericanas. Consultado el 12 de julio de 2013.

    Saltar a:a b Carlos Valcrcel (1973). La rebelin de Tpac Amaru.

    Peisa.

    Saltar a:a b Otto Morales Bentez. Tpac Amaru y la rebelin

    continental. Consultado el 12 de julio de 2013.

    Ir a Susana Dillon. Micaela Bastidas. Consultado el 14 de julio de

    2013.

    Ir a Arthur Schlesinger Jr.. El papel de Micaela Bastidas.

    Consultado el 13 de julio de 2013.

    Ir a Mujeres ejemplares del Per: Micaela Bastidas. Consultado

    el 16 de julio de 2013.

    Ir a Alberto Lapolla (2006). Tpac Amaru, padre de la

    emancipacin americana. Consultado el 15 de julio de 2013.

    Ir a Sara Beatriz Guardia (2012). Visiones y revisiones de la

    independencia americana: Micaela Bastidas y las heronas de la

    Independencia del Per. Aquilafuente, Universidad de Salamanca.

    ISBN 978-84-9012-152-8.

    Ir a Arthur Schlesinger Jr.. Apresamiento y muerte de Tupac

    Amaru II. Consultado el 13 de julio de 2013.

    Ir a [Carlos Fuentes]] (1999). El espejo enterrado. Taurus.

    Ir a Valero Juan, Eva Mara (2009). De Micaela Bastidas a Magda

    Portal: recuperaciones crtico-literarias de las independentistas del

    Per. Amrica sin nombre (13). ISSN 1577-3442.

    Saltar a:a b Pedro de Angelis (1836). Coleccin de obras y

    documentos relativos a la historia antigua y moderna de las Provincias

    del Ro de la Plata. Tomo 5.. Imprenta del Estado, Buenos Aires.

  • AVANCE 3 MANPE PER

    MUJER TRATA DE VALER LO MISMO QUE EL HOMBRE

    Por Julius Evola

    El episodio que comentaremos sirve como un sntoma de lo que est

    sucediendo hoy en da. Recientemente tuvimos ocasin de escuchar una

    audicin radial en la cual participaba un notorio periodista, Miguel

    Galdieri, quien presentaba a nuevos poetas. Entre ellos haba varias

    poetisas. Pero Galdieri manifest entonces que la palabra poetisa ya se

    encontraba superada. As como se reconoci como una cosa

    conveniente denominar embajador a la seora Luce, de la misma

    manera explic que l llama arquitecto y no arquitecta a su sobrina y que

    por lo tanto no iba a hablar de poetisas, sino de poetas, poniendo a un

    lado tales sofismas gramaticales.

    El asunto nos sorprendi sobremanera puesto que Galdieri es de una

    regin del pas en la cual en materia de sexos, si Dios as lo quiere, aun no

    se es modernos. No entraremos para refutarlo preguntndole si al ver a

    una joven del estilo de Sofa Loren en un reducido traje de bao al lado de

    un hombre que se encuentra en orden con su condicin, reputase que

    toda diferencia entre los sexos se reduzca a un mero sofisma gramatical

    totalmente soslayable. Permaneceremos en cambio en el campo de las

    denominaciones para sealar diferentes equvocos.

    Es posible, y agregaramos deseable, que al denominar a la Sra. Luce

    embajador y no embajadora, no se hayan temido tanto susceptibilidades

    feministas, sino que se haya tenido simplemente presente el hecho de

    que en el uso corriente del lenguaje embajadora significa la mujer del

    embajador y no una mujer que cumple con la funcin de embajador. Pero

    nadie hasta ahora ha pensado en denominar profesor a una profesora o

    doctor a una doctora. Sin embargo es justamente en el campo de las

    profesiones en las cuales el acceso a la mujer es un hecho relativamente

    ms reciente, que por una especie de complejo de inferioridad se tiende a

    masculinizar el ttulo: existen abogadas que por ejemplo consideran algo

    desagradable y discriminatorio no ser llamadas abogados.

    En realidad, para subrayar tan slo la cualidad neutra de ciertas

    profesiones, sera necesario que nuestra lengua tuviese, del mismo

    modo que la alemana, un artculo neutro, junto al masculino y el

    femenino. Puesto que si fuese en cambio con intencin que por ejemplo

    se habla en masculino de la profesin de abogado en vez que abogada,

    es evidente que en el fondo se arriba a lo opuesto de la tesis feminista: es

    decir, se sigue considerando como masculina la esencia de algunas

    ocupaciones, sean stas ejercidas tambin por las mujeres.

    El tan trillado problema de la mujer es un asunto muy antiguo, que en

    forma equivocada hoy se considera superado. Para toda persona dotada

    de una adecuada capacidad de discernir algunos puntos tienen que

    permanecer firmes. Todo ser humano se compone de dos partes. La una

    externa, racional, social, prctica; la otra profunda, esencial. La una

    podra definirse como su mscara, la otra como su rostro. La primera se

    trata de algo en gran medida construido y adquirido. La misma se define

    con dotes neutras y generales. La segunda es la naturaleza propia de

    cada uno, su verdadera personalidad. En los individuos, una u otra parte

    de su ser puede ser en mayor o menor medida desarrollada. Pero ello no

    se encuentra sin relacin con el tipo de civilizacin en la cual ellos viven.

    Existen en efecto civilizaciones que dan preeminencia a todo lo que es

    prctico, exterior, cerebral, adquirible, no cualitativo. En tal civilizacin es

    fatal que por una hipertrofia del aspecto mscara (de la individualidad

    externa) en detrimento del rostro (la personalidad verdadera) siempre

    menos en la misma sean requeridas las cualidades condicionadas por el

    propio ser ms profundo, de aquello que hace en modo tal que un

    determinado ser sea propio de aquel ser y no de otro; en suma,

    justamente lo que es relativo a la personalidad. En tal contexto

    masificador tambin las diferencias entre los sexos se convierten como

    irrelevantes y secundarias. Ahora bien, la civilizacin moderna es

    justamente de este tipo, y justamente por ser de tal tipo las mujeres han

    invadido casi todos los campos. En efecto, debido a tal primaca de lo

    prctico, lo cerebral, la estandarizacin y tecnificacin de casi todas las

    ocupaciones modernas, ya no se ve por qu stas deben ser ms

    monopolio de los hombres. Considerando lo que se requiera para ello

    tambin las mujeres con un poco de buena voluntad y aplicacin, pueden

    ponerse a la par. Es justamente lo que est sucediendo, en especial en

    aquellos pases en donde el verbo de la democracia absoluta reina en

    forma soberana.

    Pero en cuanto al significado interno de estas conquistas femeninas, no

    nos debemos ilusionar: representa un significado de renuncia. Ya en lo

    relativo al feminismo se ha dicho justamente que el mismo no ha

    realmente combatido por los derechos de la mujer, sino que en cambio,

    sin darse cuenta de ello, por el derecho de la mujer de hacerse igual al

    hombre, es decir por el derecho de la mujer a desnaturalizarse, a

    traicionarse a s misma. Resulta curioso que la mujer moderna no haya

    para nada entendido que en el hecho de no soportar y considerar como

    casi ofensivo el ser considerada como solamente mujer, la misma ha

    demostrado un verdadero complejo de inferioridad, ella misma ha

    pronunciado inconscientemente un juicio injusto y negativo sobre la

    femineidad: lo cual es lo opuesto a toda verdadera reivindicacin relativa

    a lo que ella es, justamente, en cuanto mujer y no hombre. Y un reflejo

    residual de esta actitud errada y renunciataria se lo tiene justamente en el

    rechazo a que las denominaciones de las mismas profesiones, en s

    mismas neutras estn en cambio en femenino, es decir recuerden de

    cualquier manera el hecho de ser mujer, en vez de estar en masculino.

    Para ser anacrnicos como somos nosotros, mientras que se contine en

    esta lnea, ms que dirigirnos hacia una sociedad ms evolucionada, se

    va hacia una civilizacin de los sin casta, los parias: puesto que as

    deberan ser llamados por analoga, aquellos que no son ms fieles a s

    mismos, a su propia naturaleza ms profunda, a la que siempre le

    corresponden funciones especficas y vocaciones no permutables. No se

    entiende que es en el ser, en ambicionar ser tan slo mujer y no en cambio

    descendiendo al plano en donde las diferencias son borradas o no son ms

    solicitadas, que la mujer puede valer exactamente lo mismo que el hombre,

    e incluso ms, por la misma razn que un campesino fiel a su tierra que

    cumple plenamente su funcin es superior a un prncipe incapaz de realizar

    la propia.

    Todo esto es una cuestin de sensibilidad: de una sensibilidad que hoy

    tiende cada vez ms a desaparecer.

    (Roma, 1955)

    Das pasados hacamos notar en otra nota que la actual mujer que hoy en

    da ejerce el cargo de presidente de la repblica en la Argentina, muy

    conocida como paladn (o paladina) de los derechos femeninos, ha

    enfatizado en la necesidad de ser denominada presidenta y no presidente

    como alguno le solicitaba. A diferencia de la embajadora que suele ser la

    esposa del embajador, el nombre que se le daba a la esposa del presidente

    varn no era presidenta, sino primera dama, por lo cual haber asumido en tal

    caso esta denominacin no significa que la Sra. Kirchner haya querido

    desvalorizar con ello la funcin femenina y discriminarla as como inferior,

    tal como se manifestaba en el feminismo acotado por Evola, sino que tal

    medida en vez representa un sntoma claro de que ha habido un cambio

    notorio en tal movimiento.

    Evola conoci solamente una forma de feminismo, aquel que deca que la

    mujer quiere llegar a ser igual que el hombre. Ahora ha surgido uno nuevo

    que curiosamente parece estar de acuerdo con lo que dijera el Maestro

    cuando manifestara que el mismo no ha realmente combatido por los

    derechos de la mujer, sino que en cambio, sin darse cuenta de ello, por el

    derecho de la mujer de hacerse igual al hombre, es decir por el derecho de la

    mujer a desnaturalizarse, a traicionarse a s misma. Justamente el nuevo

    feminismo hoy dice que haber sostenido tal igualdad ha sido en verdad una

    trampa que nos ha impuesto un tipo de sociedad sustentada en valores

    machistas (palabra sta muy emparentada fonticamente con fachista), la

    cual de esta forma ha logrado disolver lo propio de la mujer y someterla de

    una nueva manera hacindole creer que es libre cuando en vez lo que ha

    hecho ha sido asumir pasivamente las pautas y principios de una sociedad

    construida por los varones.

    Este feminismo es en el fondo supremacista, considera que la mujer no es

    igual, sino que es en el fondo superior al hombre y que el mundo puede

    sobrevivir y perdurar solamente si se aparta de los valores propios de lo

    masculino para asumir en cambio los femeninos. Supone as una lucha

    dialctica entre hombre y mujer o entre valores femeninos y masculinos. Los

    primeros dan primaca a la naturaleza, a la paz, a la vida, los segundos en

    cambio dan primaca a la cultura, a la guerra, y por lo tanto a la muerte y la

    destruccin de nuestra especie. Pero habra que destacar al respecto que

    paradojalmente tales valores femneos no fueron creados propiamente por

    mujeres sino por hombres que han expresado tales cosas. Fue Engels quien

    en su obra El origen de la Sociedad, la familia y el Estado sostena la

    primaca y superioridad de la sociedad matriarcal por sobre la patriarcal,

    siendo el comunismo un retorno hacia la misma, considerado como un

    orden sin guerras y de paz vacuna. Pero no solamente desde la izquierda se

    ha notado esta exaltacin de la superioridad femnea. Autores como Miguel

    Serrano, en su obra Man o el hombre que vendr, hacen notar tambin la

    superioridad de la inteligencia femenina sobre la masculina, considerndola

    ms desarrollada y como parte integrante del nuevo tipo de superhombre.

    Esta nueva forma de feminismo, que Evola no padeciera en su tiempo, sin

    embargo era anticipada en su texto Rebelin relativo a la lucha entre

    matriarcado y patriarcado como origen de las civilizaciones. A diferencia de

    Engels, Evola considera que la civilizacin patriarcal es anterior a la

    matriarcal y que el matriarcado sobreviene como una cada y no como una

    superacin. Que lo propio de tal sociedad originaria era sostener lo que es

    ms que vida como superior a la mera existencia material y fsica. Que la

    guerra tena tal sentido heroico de superacin. Que en este tipo de sociedad

    la mujer alcanzaba tal dimensin superior a travs del accionar del hombre,

    por lo cual femenino y masculino eran concebidos tradicionalmente como

    dos formas diferentes de relacionarse con lo superior, uno de manera

    directa y otro indirecta.

    Finalmente digamos que la rebelin que esta nueva modalidad de

    feminismo efecta en contra de la denominada sociedad machista no es

    propiamente en contra de lo patriarcal sino en contra de una sociedad que,

    en tanto moderna, ha degradado a un plano exclusivamente material la

    funcin viril.

    M.G.

    II- SEGUNDO FEMINISMO: LA MUJER QUIERE

    VALER MS QUE EL HOMBRE

  • 4AVANCE MANPE PER

    Y despus de La Haya, qu? - Las deudas pendientes de Chile

    con el Per.- Santiago debe ofrecer disculpas pblicas por su

    responsabilidad en el genocidio y desmembramiento territorial

    de nuestra nacin originados por la guerra de conquista de 1879 Escribe: Csar Vsquez Bazn

    El 5 de abril de 1879 la Repblica de Chile declar la guerra al Per.

    Contrariamente a lo que algunos pudieran creer, Per no haba ejecutado

    ninguna accin inamistosa o de provocacin en contra de Chile. No haba

    invadido su territorio, no haba ocupado sus ciudades, ni haba

    bloqueado sus puertos. No aspiraba a arrebatarle sus minerales de cobre

    o plata. No haba asesinado ni maltratado a ninguno de sus habitantes.

    Ambas naciones carecan de lmites entre s y no tenan reclamaciones

    pendientes territoriales ni financieras.

    Durante aos, en la dcada de 1870, Per recibi con los brazos abiertos

    a miles de chilenos empobrecidos que escapando de la crisis de recesin

    y desempleo que afectaba a su pas llegaron al nuestro en busca de la

    vida mejor que poda obtenerse del trabajo en la construccin de

    ferrocarriles y en la industria salitrera. Los ciudadanos del hermano

    pueblo chileno vivieron en el Per sin ser objeto de maltratos ni sufrir

    discriminacin.

    Hasta el da anterior a la declaratoria de guerra por Chile, el Per se haba

    esforzado en mantener la paz en la regin. Por espacio de un mes, a

    partir del 4 de marzo de 1879, Per haba enviado al pas del sur al

    ministro Jos Antonio de Lavalle con el fin de mediar entre esa nacin y

    Bolivia y encontrar una solucin a los problemas existentes entre ambas.

    La Historia ha registrado que las gestiones de la diplomacia peruana

    fueron rechazadas por las autoridades polticas chilenas, por lo que el

    plenipotenciario Lavalle debi salir de Chile el 4 de abril de 1879, da

    anterior a la declaracin de hostilidades contra el Per.

    Desde el inicio de la conflagracin, el 5 de abril de1879, Chile tena fijado

    el objetivo de apoderarse de Tarapac, por lo que orden a su armada el

    bloqueo inmediato de Iquique, puerto de ese departamento peruano por

    el que se exportaba el salitre. El bloqueo chileno no fue establecido

    contra el Callao, Arica, Mollendo o Islay. Fue ejecutado contra Iquique,

    sealando la intencin de apoderarse del salitre de Tarapac. El asedio

    de Iquique, impuesto por Chile el mismo da que declar la guerra contra

    nuestro pas, revel las intenciones de rapia territorial de la nacin del

    sur.

    Cinco aos despus, el robo chileno de la tierra peruana se haba

    formalizado. A travs del denominado Tratado de Ancn, Chile se

    apoder de Tarapac y del puerto, la ciudad y la provincia de Arica, es

    decir de casi cincuenta mil kilmetros cuadrados de territorio peruano.

    Cumpli as con los dictados del arrogante lema por la razn o la fuerza,

    que se mantiene inscrito hasta el da de hoy, sin arrepentimiento, en su

    escudo nacional.

    El conflicto de agresin y conquista territorial conocido como la Guerra

    del Salitre cuyo objetivo de rapia quiere siempre esconderse tras la

    potica denominacin de Guerra del Pacfico fue planificado por la

    oligarqua gobernante chilena con ms de una dcada de anticipacin.

    Por lo menos desde 1866, la Historia registra las intenciones chilenas de

    expandir su lmite norte rectificando las fronteras de los Estados del

    Pacfico, propuesta tambin conocida como cambio de litorales. El plan

    imperialista chileno consista en apoderarse del litoral boliviano

    riqusimo en salitre, plata y cobre y en conquistar el departamento

    peruano de Tarapac con el fin de usufructuar sus recursos salitreros. A

    manera de compensacin por el litoral arrebatado a Bolivia, Chile

    entregara a esta ltima nacin las provincias peruanas de Tacna y Arica.

    El objetivo expansionista sureo fue puesto en aprietos el 22 de

    diciembre de 1876, tras la firma del Tratado de Amistad, Comercio y

    Navegacin entre Per y Chile. ste fue un proyecto altamente

    inconveniente para los fines expansionistas de la clase dominante

    chilena, por lo que fue desechado por el Senado de ese pas; sus

    instrumentos de ratificacin nunca fueron canjeados.

    Los afanes imperialistas chilenos tambin fueron amenazados por la

    gestin de paz cumplida en Santiago por la Misin Lavalle en marzo y abril

    de 1879. Como era de esperarse, la clase dominante del Mapocho rechaz

    cualquier posible acuerdo. El anlisis del podero comparativo de la

    armada, ejrcito y administracin del Estado de ambas naciones,

    complementado con una evaluacin de las condiciones polticas,

    econmicas y sociales vigentes en nuestro pas, llev a la plutocracia

    chilena a concluir que el triunfo estaba asegurado y que no debera

    desaprovecharse el momento para atacar al Per.

    La decisin militarista de las clases gobernantes chilenas constituy una

    nueva aplicacin de la lgica realista del ministro Portales que puede

    resumirse en el apotegma Chile primero; lo dems lo veremos despus.

    La Doctrina Portales enunciada a comienzos del siglo XIX y no

    abandonada hasta el da de hoy puede resumirse en la necesidad vital de

    Chile de explotar las riquezas naturales del Per.

    Poner en prctica la Doctrina Portales requiri subordinar nuestro pas a la

    hegemona chilena sin importar que en el proceso se aniquilase al Per. Era

    necesario reducir al pas a la absoluta impotencia y hacerle todos los daos

    posibles, empobrecindolo en sus industrias, destruyendo sus centros de

    actividad econmica, y expropiando las fortunas de sus ciudadanos. En el

    entendido que dejar a nuestro pas militarmente desarmado era poca

    garanta, la clase dominante chilena y sus fuerzas armadas buscaron

    destruir completamente cuanto sea poder, recursos o fortuna del Per. De lo

    que se trataba era de dejar a nuestro pas en la ruina de la cual no pudiera

    levantarse, llevar al Per al estado de decadencia ms insalvable.

    Los polticos y la prensa chilena de la poca exigieron no dejarle a nuestro

    pas un momento de aliento o respiro y que sucumba al peso de la

    superioridad militar surea. Ni una choza debera quedar en pie estando al

    alcance de la artillera naval chilena. Los buques chilenos deberan sembrar

    desolacin y espanto por todas partes. Chile debera escarmentar no slo a

    nuestros soldados, sino que la muerte y la destruccin deberan ser

    ejercidas sin piedad en los hogares peruanos. Lima debera convertirse en

    el Calvario de la expiacin de sus hijos y la hoguera del castigo y de la

    muerte. Tal el designio para nuestro pas de la clase dominante chilena.

    Inclusive, en el transcurso del conflicto, los guerreristas chilenos siguieron

    operando con la lgica portaliana y llegaron a evaluar medidas que

    implicaban la desaparicin del Per como repblica independiente, con

    acciones que incluan la anexin del Per a Chile, o el sometimiento del

    Per al protectorado chileno.

    La guerra de conquista territorial que el mundo civilizado presenci sin

    intentar detener, entre 1879 y 1884, fue ungenocidio, crimen de lesa

    humanidad practicado por las clases gobernantes chilena y de sus fuerzas

    armadas. Fue una conflagracin que adems del afn de conquista expres

    el repudio racista de Chile contra el Per, nacin a la cual los sureos

    entienden como inferior por estar compuesta por cholos, mestizos, indios y

    negros. Chile adquiri la experiencia necesaria para esta guerra

    pacificando la Araucana y cancelando la vida de miles de pobladores

    indgenas, sus propios habitantes originarios. Los peruanos nunca

    debemos olvidar que Chile es una nacin cuyas clases dominantes estn

    acostumbradas a usar la fuerza militar con el fin de lograr sus objetivos,

    internamente o en sus relaciones exteriores. Los mapuches y Salvador

    Allende fueron sus vctimas en el primer caso; Per y Bolivia en el segundo.

    Incontables fueron los crmenes de guerra cometidos por las tropas sureas

    durante la invasin del Per. En cada ocasin, las fuerzas chilenas violaron

    las Convenciones de Ginebra de 1864 y 1868 y la Declaracin de Bruselas

    de 1874, aceptadas como cdigo militar en ambos pases. Los ejemplos de

    crmenes chilenos de guerra abundan durante todo el conflicto, desde el

    ametrallamiento de los nufragos peruanos de la fragata Independencia a

    slo un mes de comenzada la guerra hasta el asesinato de militares

    peruanos como Leoncio Prado tras la batalla de Huamachuco, en los meses

    postreros de la contienda. Enorgullecindose de ejecutar el crimen de

    guerra de no tomar prisioneros, las huestes chilenas asesinaron con

    frialdad a heridos y cautivos peruanos. Miles de seres humanos perecieron

    repasados por los genocidas venidos del sur, degollados, con el cerebro

    destrozado a culatazos, o atravesados a bayonetazos por los invasores.

    Ciudadanos de toda condicin, hogares, pueblos, instituciones, empresas e

    iglesias fueron violados, vejados, humillados, saqueados, asesinados y

    destruidos por las tropas de ocupacin, que remitan felices y conscientes a

    Chile el botn de la rapia.

    La grandeza de Miguel Grau cuyo comportamiento fue siempre de

    humanidad con los vencidos contrasta con la miseria moral de los

    generales del sur que ordenaban el repase de los heridos y el fusilamiento

    de los prisioneros. Triste situacin la de un pas cuyos principales hroes

    militares son a la vez sanguinarios criminales de guerra que empaaron su

    foja de servicios con los delitos de lesa humanidad que cometieron en el

    Per. Adems, vergonzosa circunstancia la de una nacin que no tuvo

    reparos en dar muerte al Caballero de los Mares, ese mismo valiente que en

    1865, junto con otros marinos peruanos, haba protegido a Chile de la

    agresin espaola.

  • AVANCE 5 MANPE PERTreinta y cuarenta aos despus de 1879, en las primeras dcadas del

    siglo XX, cuando Chile ocupaba Tacna y Arica, la poltica oficial de ese

    pas conocida como chilenizacin violent e incluso asesin a los

    peruanos que en la tierra cautiva su propia tierra levantaban la bandera

    de Bolognesi, Grau y Cceres y negbanse a adoptar la nacionalidad

    chilena.

    Jorge Basadre escribi sobre esas acciones de extraa concordia

    chilenizadora, de las que l mismo fue vctima: Insultos, amenazas,

    barro, excremento, piedras, trozos de adobe, pintura, guijarros, agua

    sucia llovieron sobre nosotros. Desde las esquinas y las aceras haba

    grupos chilenos que propinaban golpes de palo y puo, puntapis y hasta

    heridas de armas cortantes a quienes desfilaban. Numerosos

    automviles y camiones estacionados en las bocacalles no cesaban de

    tocar bocinas con la finalidad de crear un clima de amedrentamiento

    mayor.

    Las conductas que hemos descrito ilustran un pasado comn que divide

    al Per y Chile y problematizan seriamente su futuro. Es historia que no

    puede borrarse con una sentencia de la Corte Internacional de Justicia de

    La Haya, por ms favorable que sta sea para el Per. Para los peruanos

    conscientes y dignos, la agresin de 1879 es una leccin que debemos

    mantener siempre viva, no slo por patriotismo y dignidad, sino por mero

    instinto de conservacin nacional. Los peruanos no debemos olvidar que

    entre 1991 y el ao 2010 Chile registr gastos militares por ochenta mil

    millones de dlares, ms de tres veces la cantidad dedicada al mismo fin

    por nuestro pas.

    La Doctrina Portales y la Guerra del Salitre establecieron la condicin de

    Chile como enemigo mortal del Per. Ese carcter no ha cambiado y se

    conservar en el futuro en la medida en que el pas agresor no modifique

    sustancialmente, con acciones especficas, sus polticas antiperuanas y

    mientras no reconozca su responsabilidad en la comisin de los

    gravsimos crmenes de lesa humanidad, apropiacin de territorio, delitos

    de guerra y saqueos del patrimonio nacional, pblico y privado, del Per,

    cometidos en una guerra de conquista imperialista que los peruanos

    pudimos enfrentar durante cinco aos a pesar de nuestra

    desorganizacin nacional, de nuestras insuficiencias militares, de

    nuestras crisis polticas, y de nuestras falencias hacendarias.

    Si se quiere verdaderamente que el futuro una a Chile y al Per, si

    realmente se aspira a que el pasado no nos divida ms, los gobernantes

    del pas del sur deben dar el primer paso y reconocer la responsabilidad

    histrica de Chile en el genocidio y desmembramiento territorial del Per

    originados por la guerra de rapia de 1879. Los gobernantes de Santiago

    deben dejar de ignorar los crmenes y delitos cometidos en una guerra

    que su pas declar al nuestro. Deben ofrecer disculpas pblicas al

    pueblo peruano por lo sucedido. Deben tener la entereza de los

    gobernantes de pases como Japn y Alemania, que solicitaron excusas

    por los crmenes que cometieron en la Segunda Guerra Mundial. se es

    el primer paso de un verdadero proceso de reconciliacin que una a

    nuestras dos naciones. se es tambin el primer requisito que Chile debe

    cumplir para comenzar a recorrer el camino de la concordia autntica con

    el Per.

    Lima, 27 de enero de 2014

    Csar Vsquez Bazn, 2014

    Enero 27, 2014

  • AVANCE 6 MANPE PER

    Escribe: Csar Vsquez Bazn

    Genocidas chilenos ordenaron que los peruanos sorprendidos

    portando armas seran inmediatamente fusilados.- Directiva fue

    impartida por el ministro de Guerra Sotomayor mediante edicto del 28 de

    enero de 1880.- Barbarie surea buscaba reducir el Per a la

    impotencia.- El Genocidio chileno contra el Per en la Guerra del Salitre

    Los peruanos nunca debemos olvidar que las

    masacres chilenas de pobladores civiles, el

    fusilamiento de prisioneros y el repaso de

    heridos durante la Guerra del Salitre fueron

    crmenes de guerra ejecutados en cumplimiento

    de una poltica oficial del Estado chileno. Ellos no

    fueron producto del azar, de la prepotencia de

    oficiales exaltados, o de la estirpe araucana de

    algunos soldados como quieren hacernos creer

    algunos historiadores del Mapocho.

    La poltica chilena de masacrar peruanos qued

    formalizada en el edicto del 28 de enero de 1880

    firmado por Rafael Sotomayor, Ministro de

    Guerra y Marina en Campaa de la Repblica de

    Chile.

    El edicto de Sotomayor tiene como objetivo

    reducir al Per a la impotencia. Est dirigido a

    Manuel Baquedano, General en Jefe del Ejrcito

    chileno a quien se ordena en forma expresa que:

    1. Todo peruano vestido de paisano que sea

    sorprendido portando armas debe ser

    inmediatamente fusilado.

    2. Los peruanos enrolados en cuerpos

    irregulares no sometidos en todo a la disciplina

    militar tambin deben ser inmediatamente

    fusilados.

    El fundamento en que se basa la directiva del

    genocida Sotomayor es el haber recibido

    supuestas noticias que los habitantes de

    Tarapac no enrolados en el ejrcito peruano se

    preparaban para enfrentarse a los chilenos en

    defensa de sus familias y su tierra.

    El ministro Sotomayor tena plena conciencia de

    los crmenes de guerra que cometera el ejrcito

    de su pas en cumplimiento de las rdenes del

    Estado chileno. Es por esa razn que, en el edicto

    que comentamos, Sotomayor adujo que

    proceder de esta manera no es envenenar la

    guerra. Por el contrario, la severidad oportuna

    contribuye a amenguar sus horrores.

    La inmensa mayora de peruanos desconoce las

    criminales normas de actuacin del Estado

    chileno durante la Guerra del Salitre y es por ello

    que se hace necesario difundirlas. Gallina que

    come huevo, aunque le quemen el pico reza el

    refrn que debe ser aplicado a la clase dominante

    del pas del sur, cuyos antecesores fueron

    responsables del Genocidio de 1879. Chile es un

    pas que ha demostrado, desde comienzos del

    siglo XIX, tener como uno de sus objetivos

    nacionales reducir al Per a la impotencia.

    Desafortunadamente para los peruanos, dicho

    objetivo sigue siendo vlido para los gobernantes

    chilenos actuales.

    Frente a las intenciones chilenas de ayer y hoy es

    aconsejable que el Per est adecuada e

    integralmente preparado. El inicio de la

    preparacin es la toma de conciencia de los

    objetivos del pas del sur, entre los cuales se

    encuentra, desde el 28 de enero de 1880, reducir

    al Per a la impotencia asesinando en el intento a

    cuanto civil peruano sea necesario.

    Fuente chilena

    Varas, Jos Antonio, editor. 1884. Recopilacin

    de leyes, rdenes y decretos supremos

    concernientes al ejrcito, desde enero de 1878 a

    fin de 1883. Santiago de Chile: Imprenta de R.

    Varela, pp. 227-228.

    Ms traiciones se cometen por

    debilidad que por un propsito

    firme de hacer traicin.

  • AVANCE MANPE PER7

    Convocamos

    MILITANTES MANPISTASLombardo Mautino "buscando candidatos

    Nuestros candidato se van porque quieren nadie los vota.

    El candidato a la presidencia del gobierno regional de Ancash por las filas de la Alianza Manpe Renovacin

    Ancashina, no oficializada por el momento ante el Jurado Nacional de Elecciones, minimiz la renuncia de su

    precandidato a la municipalidad de Chimbote por el Manpe, Sabino Ponce, fue una decisin personal de nuestro

    invitado, suponemos que ha visto otras propuestas polticas importantes que puedan satisfacer sus expectativas

    electorales, porque lo que l era en el movimiento es un precandidato y no candidato, saba que tena que

    someterse a elecciones internas de acuerdo a la ley de partidos polticos.

    Creo que no lo vea con expectativa de ganar, por ello determin renunciar a nuestra invitacin, ac no vale otra

    justificacin porque al seor no se le cobr un solo centavo como se han dejado entrever algunas informaciones.

    Rechazo ese tipo de comentarios, los candidatos se elegirn con votos de las bases, no a dedo ni por dinero, dijo

    Mautino ngeles.

    Parece que nuestros invitados que por el momento son precandidatos, estn desesperados por ser ellos los

    elegidos candidatos y poner en marcha sus campaas polticas, como quiz aos atrs lo realizaban, pero todos

    deben de entender que ese tipo de elecciones no se practica en el Manpe. Seal.

    Finalmente dijo que as como se van precandidatos siguen llegando otros reconocidos profesionales como polticos

    que quieren ponerse la camiseta de nuestro movimiento y estn dispuestos a someterse a las elecciones internas,

    esperemos que eso ocurra, mientras tanto nosotros seguimos trabajando en todo Ancash, asevero a la prensa el ex

    alcalde de Huaraz.

    FORMACIN POLITICA A TODOS Y TODASELECCIONES INTERNAS DE CANDIDATOSPuntos Claves del Declogo Manpista

    1-Afirma, a la por encima de la poltica, la por

    encima de la haciendo de la economa, instrumento

    al servicio del pueblo.

    2-El nacionalismo es , reconociendo los mritos y

    promueve tambin la .

    3-Procuramos un orden social distinto, en y libertad.

    4- todo lo bueno de nuestro pasado, con los aportes

    que nos ofrece las ciencias modernas.

    tica Poltica

    Economa,

    Jerrquico

    igualdad de oportunidades

    Justicia

    Integrar

  • AVANCE 8 MANPE PER

    PUKAR POR SIEMPRE.

  • AVANCE MANPE PER9

    Ciro lvarezCiro lvarez

    DOCTRINA

    VOTE MANPISTAS

    2014

    X"Actualmente la idea poltica ms

    poderosa es la del nacionalismo. Esta idea

    es la que presta justificacin y la que

    transforma toda una serie de emociones,

    constituyendo la permanente motivacin

    de acciones individuales y colectivas de la

    mayor importancia

    "Actualmente la idea poltica ms

    poderosa es la del nacionalismo. Esta idea

    es la que presta justificacin y la que

    transforma toda una serie de emociones,

    constituyendo la permanente motivacin

    de acciones individuales y colectivas de la

    mayor importancia

  • AVANCE MANPE PER10

    Francisco Flix AzarteFrancisco Flix Azarte

    POLTICA

    EXTERIOR

    TRES MILLONES de Peruanos

    en el Exterior

    TRES MILLONES de Peruanos

    en el Exterior"Nacionalismo y socialismo son dos trminos antitticos al

    parecer, pero cuyos fines se confunden y se complementan

    recprocamente, existiendo entre ambos una ntima e

    indestructible conexin. Uno y otro amenazan los cimientos

    mismos de la sociedad actual. Ninguna doctrina tan

    revolucionaria como ellas".

    "Nacionalismo y socialismo son dos trminos antitticos al

    parecer, pero cuyos fines se confunden y se complementan

    recprocamente, existiendo entre ambos una ntima e

    indestructible conexin. Uno y otro amenazan los cimientos

    mismos de la sociedad actual. Ninguna doctrina tan

    revolucionaria como ellas".

  • AVANCE MANPE PER11

    SE VIENE

    CON

    TODO

    SE VIENE

    CON

    TODO...Ms Inclusin para Todos.

  • AVANCE

    Colaborarn:

    Francisco Flix Azarte A.

    Ciro lvarez Robles

    Dovar Rojas

    Sandra Lux Calixto Garcia

    GRUPO

    S.A

    AVANCEVocero del Movimiento de Accin Nacionalista Peruano.MANPE

    Registro de propiedad Intelectual en Trmite.

    Gentileza:

    12

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