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NATHALY CAROLINA MORA CONTRERAS La Atenas del siglo V a.C.: “El irracional Racionalismo”. La concienciación de las acciones llevadas a cabo por el hombre en su cotidianidad fue una de las tendencias en la Atenas del s. V a.C. Esta toma de conciencia trajo consigo la revalorización del mundo psicológico y de las fuerzas irracionales que en éste actuaban 1 . De igual forma, el cambio de los valores morales e ideas políticas en Grecia contribuyó al surgimiento y consolidación de casi todos los campos del conocimiento, dando inicio de esta manera al movimiento de la Ilustración. Sin embargo, ésta no tuvo sus raíces en la Atenas del s. V a.C, sino un siglo antes en la costa del Asia Menor con los filósofos de la naturaleza, los presocráticos 2 . 1 RODRÍGUEZ ADRADOS, F. (1966) Ilustración y política en la Grecia Clásica, Madrid, Revista de Occidente, p.455. 2 Para un panorama más amplio sobre la filosofía presocrática Cf. ALTIERI, A. (1993). Los presocráticos, México, Universidad Autónoma de Puebla; CAPPELLETTI, A. (1987). Mitología y Filosofía: Los presocráticos, Bogotá, Cindel Kapelusz; CORNFORD, F. M. (1981). Antes y después de Sócrates, Barcelona, Ariel; DIELS, H. (1903) Die Fragmente der Vorsokratiker, Berlin, 1

Breve esbozo de la Ilustración Ateniense

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breve esbozo de la ilustración ateniense en el siglo V a.C

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NATHALY CAROLINA MORA CONTRERAS

La Atenas del siglo V a.C.: “El irracional Racionalismo”.

La concienciación de las acciones llevadas a cabo por el hombre en su cotidianidad

fue una de las tendencias en la Atenas del s. V a.C. Esta toma de conciencia trajo

consigo la revalorización del mundo psicológico y de las fuerzas irracionales que en

éste actuaban1. De igual forma, el cambio de los valores morales e ideas políticas en

Grecia contribuyó al surgimiento y consolidación de casi todos los campos del

conocimiento, dando inicio de esta manera al movimiento de la Ilustración. Sin

embargo, ésta no tuvo sus raíces en la Atenas del s. V a.C, sino un siglo antes en la

costa del Asia Menor con los filósofos de la naturaleza, los presocráticos2.

Entre los precursores de esta Ilustración tenemos a Hecateo, quien fue el primer

griego en referirse a la religión griega como “risible” e intentó la eliminación de ese

calificativo ofreciendo explicaciones racionalistas de la misma3; además buscó

“estimular las costumbres y tradiciones de los pueblos”4. Uno de los filósofos más

1 RODRÍGUEZ ADRADOS, F. (1966) Ilustración y política en la Grecia Clásica, Madrid, Revista de Occidente, p.455.2 Para un panorama más amplio sobre la filosofía presocrática Cf. ALTIERI, A. (1993). Los presocráticos, México, Universidad Autónoma de Puebla; CAPPELLETTI, A. (1987). Mitología y Filosofía: Los presocráticos, Bogotá, Cindel Kapelusz; CORNFORD, F. M. (1981). Antes y después de Sócrates, Barcelona, Ariel; DIELS, H. (1903) Die Fragmente der Vorsokratiker, Berlin, Weidmannsche; GADAMER, H. G. (2001). Inicio de la sabiduría, Barcelona, Paidós; GARCÍA BACCA, J. (1963). Fragmentos filosóficos de los presocráticos, Caracas, Ediciones del Ministerio de Educación; KIRK & RAVEN. (1987) Los filósofos presocráticos, Madrid, Gredos; MOREY, M. (1981). Los presocráticos: del mito al logos. Barcelona, Montesinos.3 Hecateo se refirió a la religion griega como risible por falta de racionalismo al momento de llevar a cabo los cultos rituales. Cf.: DODDS, E. R. (1951). The greeks and the irrational, Los Angeles, University of California Press, p. 180. 4 ALSINA, J (1971). Tragedia, religión y mito entre los griegos, Barcelona, Labor, p. 95.

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influyentes en el cambio del pensamiento ático fue Jenófanes por atacar “los mitos

homéricos y hesiódicos desde un ángulo moral”5 al menospreciarlos por su

antropomorfismo característico. Este filósofo no negó la existencia de la divinidad,

sino que se opuso a la idea de que ésta poseyera una apariencia y mente humanas6. Es

fundamental en Jenófanes la distinción meticulosa entre lo que es la fe y el

conocimiento; pensamiento que se evidencia en el fragmento 16 (W) cuando dice que

ningún hombre podrá tener nunca conocimiento verdadero sobre los dioses, sólo

podrá poseer opiniones sobre ellos7. Gracias a él, los jonios y su “espíritu empírico”

pudieron percatarse de la relatividad de las creencias y costumbres de las distintas

civilizaciones. Es esta la razón por la cual hubo un cambio de dirección en el seno

jonio pues ya el objeto de estudio no era el mundo exterior sino el interior: el hombre.

Esta influencia se puede observar en Protágoras con su máxima “el hombre es la

medida de todas las cosas” 8, y Heráclito, quien se opuso firmemente a la religión de 5 Idem., Cf. Xen. ff. 10 y 11. (W). “Homero y Hesíodo le han atribuído todo a los dioses, todo cuanto es vergonzoso y censurable tal como robar, cometer adulterio y engañarse los unos a los otros. Tanto que consideran divinas acciones impías tal como robar, cometer adulterio y engañarse los unos con los otros”. (πάντα θεοῖσ' ἀνέθηκαν Ὅμηρός θ' Ἡσίοδός τε, ὅσσα παρ' ἀνθρώποισιν ὀνείδεα καὶ ψόγος ἐστίν, κλέπτειν μοιχεύειν τε καὶ ἀλλήλους ἀπατεύειν. ὡς πλεῖστ' ἐφθέγξαντο θεῶν ἀθεμίστια ἔργα, κλέπτειν μοιχεύειν τε καὶ ἀλλήλους ἀπατεύειν).6 Cf. ff. 13-15. (W) “Pero si los bueyes tuvieran manos al igual que los caballos o los leones y después de trabajar dibujaran con sus propias manos a los dioses, tal como hacen los hombres, entonces los caballos harían caballos, los bueyes, bueyes. Dibujarían la figura de los dioses semejante a la de sus cuerpos. Los etíopes los dibujarían con naríces anchas y negras, los tracios blancos y con cabellos rojos”. (ἀλλ' εἰ χεῖρας ἔχον βόες <ἵπποι τ'> ἠὲ λέοντες ἢ γράψαι χείρεσσι καὶ ἔργα τελεῖν ἅπερ ἄνδρες, ἵπποι μέν θ' ἵπποισι, βόες δέ τε βουσὶν ὁμοίας καί <κε> θεῶν ἰδέας ἔγραφον καὶ σώματ' ἐποίουν τοιαῦθ', οἷόν περ καὐτοὶ δέμας εἶχον <ἕκαστοι>. Αἰθίοπές τε <θεοὺς σφετέρους> σιμοὺς μέλανάς τε Θρῆικές τε γλαυκοὺς καὶ πυρρούς <φασι πέλεσθαι>.)7 “Al comienzo los dioses no se muestran a los mortales, al pasar del tiempo y con la búsqueda los mortales los descubrirán”. (οὔ τοι ἀπ' ἀρχῆς πάντα θεοὶ θνητοῖσ' ὑπέδειξαν, ἀλλὰ χρόνωι ζητοῦντες ἐφευρίσκουσιν ἄμεινον). 8 Diog. IX, 51, 4. (L): …πάντων χρημάτων μέτρον ἄνθρωπος...

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la Grecia Arcaica, especialmente por sus ritos de purificación e ideas respecto al

destino y la muerte9. Heráclito fue quien inició lo que se podría considerar un método

introspectivo: “las costumbres son lo divino en el hombre” 10, evidenciando así el

espíritu que estaba surgiendo en Grecia y que daría lugar a la Ilustración.

Como afirma Nava11, es indispensable considerar esta Ilustración dentro del marco

político y social que caracterizó a la polis. Podría parecer extraña la aparición del

Racionalismo en Atenas y no en Jonia. Sin embargo, con la victoria de Grecia en las

guerras médicas, Atenas se convirtió en el centro espiritual y cosmopolita del mundo

helénico y a ella acudieron grandes divulgadores de la ciencia jónica, deseosos de

enseñar a los poco cultos atenienses los hallazgos que en las escuelas presocráticas

habían surgido. No fue fácil para los jonios la enseñanza de sus doctrinas en la

península ática y puesto que las raíces de la religiosidad y la superstición eran

bastante profundas, muchos tuvieron que comparecer ante los tribunales12. Pese al

arraigo que tuvieron las costumbres atenienses, las críticas que hicieron los jonios y

los sofistas terminaron socavando las sólidas bases tradicionales.

La Atenas Racionalista fomentó el desarrollo vertiginoso de las artes y la política13.

No obstante, la rapidez de esta última no fue la misma que la de los movimientos 9 DODDS, E.R. Op. Cit., p. 182.10 Heraclit. 119. (D): … ἦθος ἀνθρώπῳ δαίμον...11 NAVA, M. (2002). “Tragedia, ilustración y socratismo”. Praesentia (4;5): 2. 12 Los juicios más famosos son el de Sócrates y el de Pericles. Cf. Per.; Phd.13 Partimos de la postura de Burckhardt que establece la influencia que tienen la religión, el Estado y la cultura entre sí como aceleradores de la civilización, y aunque este autor excluye las guerras como un catalizador de cambio, pensamos que éstas forman parte del factor estatal. Cf.: BURCKHARDT, J. (1945). Reflexiones sobre la historia universal. Buenos Aires, El Ateneo.

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estrictamente intelectuales y artísticos. En la cima de la intelectualidad había hombres

en su mayoría no atenienses, postulando ideas que propiciaban la búsqueda de la

verdad. Y “puesto que la razón no agota todas las facultades humanas y la ciencia no

satisface enteramente los anhelos del hombre”14, esta búsqueda llevó a reconsiderar

las creencias religiosas sin que hubiera, en este periodo inicial, un enfrentamiento

entre ellas. Para muchos no existía necesidad alguna de separar lo proveniente de la

divinidad y lo netamente humano. Al respecto, Bowra señala que “este espíritu

científico no pretendía explicarlo todo, sino que hacía reconocimientos exploratorios

en diversas direcciones sin una estrategia que lo abarcase todo”15. Sin embargo, para

otros era fundamental en sus estudios conocer y comprender a fondo las causas de los

sucesos y determinar su pertenencia al ámbito humano o divino, como sucedió con la

medicina y la política, las dos primeras ciencias que surgieron en la Grecia Clásica16.

La medicina tal como la conocemos tuvo sus inicios en Cos con Hipócrates,

siguiendo el modus operandi de los filósofos presocráticos, quienes observaban con

una mirada clara y fría los fenómenos, ofreciendo al final una extraordinaria y muy

atrevida síntesis que presentaba una solución razonable. Hipócrates y los médicos de

la escuela hipocrática no creyeron en el poder curativo de la magia y la religión17, que

14 ALSINA, J (1971). Op. Cit., p. 64.15 La Atenas de Pericles, Madrid, Alianza, p. 178.16 GÓMEZ ESPELOSÍN, F. J. (2002) Introducción a la Grecia Antigua, Madrid, Alianza, p. 209.17 Cf. Morb.Sacr. I, 22-28. “Me parece que los más primeros en hacer sagrada esta enfermedad son ahora considerados magos, purificadores, chamanes y charlatanes. Ellos pretendieron estar cerca de la divinidad y, por ende, saber algo más. Éstos en efecto, tomaron lo divino como abrigo y escudo de su incapacidad al no tener remedio de que servirse, y para que no quedaron en evidencia que no sabían nada estimaron sagrada esta afección. Y añadieron explicaciones a su conveniencia, y asentaron el

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anteriormente había sido considerada como el único medio posible para tratar las

enfermedades. “La medicina modeló el espíritu científico y disipó acumulaciones de

superstición”18, haciendo visible, de esta manera, el espíritu racionalista. Así pues, la

única forma viable para éstos de curar los males físicos o mentales era a través de la

observación y el análisis de las dolencias.

Paralelamente al surgimiento de la medicina, estaba emergiendo en Atenas una nueva

política cuya base fundamental era la argumentación y la discusión19. Al igual que la

medicina, este tipo de discusión tuvo su origen fuera de Atenas. Era una técnica que

“debía mucho a las exigencias del debate en los tribunales de justicia y en la

Asamblea”20. Todo argumento debía ser objetado con otro mejor estructurado, y al

final el mejor ganaba. Éste fue el origen de la oratoria forense, en donde “incluso al

peor caso puede dársele un aire aparentemente bueno si se encuentran buenos

argumentos para ello”21, lo cual produjo un cambio en la intelectualidad ateniense,

tratamiento curativo en el terreno seguro para ellos mismos, aduciendo purificaciones y conjuros, prescribiendo apartarse de los baños y de un buen número de comestibles que serían comida para los enfermos. (Ἐμοὶ δὲ δοκέουσιν οἱ πρῶτοι τοῦτο τὸ νόσημα ἀφιερώσαντες τοιοῦτοι εἶναι ἄνθρωποι οἷοι καὶ νῦν εἰσι μάγοι τε καὶ καθάρται καὶ ἀγύρται καὶ ἀλαζόνες, ὁκόσοι δὴ προσποιέονται σφόδρα θεοσεβέες εἶναι καὶ πλέον τι εἰδέναι. Οὗτοι τοίνυν παραμπεχόμενοι καὶ προβαλλόμενοι τὸ θεῖον τῆς ἀμηχανίης τοῦ μὴ ἴσχειν ὅ τι προσενέγκαντες ὠφελήσουσιν, ὡς μὴ κατάδηλοι ἔωσιν οὐδὲν ἐπιστάμενοι, ἱερὸν ἐνόμισαν τοῦτο τὸ πάθος εἶναι). Para el Corpus Hippocraticum utilizaremos la edición de Littré.18 GÓMEZ ESPELOSÍN, F. J. Op. Cit., p. 180.19 Sobre el criticismo literario en la época clásica cf. PAGLIALUNGA, E. (2001). Manual de teoría literaria clásica, Mérida, ULA, y la bibliografía allí citada.20 GÓMEZ ESPELOSÍN, F. J. Op. Cit., p. 181.21 Ibid., p. 184. Este fue el tema de muchas comedias de Aristófanes, Cf. i.e. Nubes, donde Estrepsíades, tras haber adquirido muchas deudas, envía a su hijo Fidipides al φροντιστήριον, lugar en el que Sócrates enseña, para que aprenda el arte de la retórica y así convenza a los acreedores que no le cobren. Al final de la obra Estrepsíades se convierte en víctima de la retórica.

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pues el objetivo pasó de ser la búsqueda de la verdad al convencimiento y persuasión

con la finalidad de ganar casos en los juicios. Es en este momento cuando surge la

figura de los sofistas: hombres cuya dedicación era la enseñanza de estas técnicas

persuasivas a cambio de dinero. Ellos fueron quienes hicieron una distinción entre la

naturaleza (φύσις) y la ley (νόμος), y al estar esta última basada en la costumbre

podía quebrantarse sin reservas22.

Como era de esperarse, no tardaron en surgir críticas del movimiento racional . Por

un lado, hacia la forma como se llevaban a cabo los ritos de purificación y la

antropomorfización de los dioses23. Por otro, produjo una ola de escepticismo e

incluso agnosticismo como lo manifiesta Protágoras, quien expone que no sabe si los

dioses existen o no24. Gracias a todo el saber adquirido, se originó un relativismo

moral que dio lugar “a un individuo escéptico y cínico que podía permitirse todo,

socavando de esta forma los fundamentos sobre los que se había asentado la sociedad

griega desde los inicios de la época arcaica”25. Es ésta la razón por la cual Rodríguez

Adrados afirma que la Ilustración fue el producto de una crisis místico-religiosa que

22 Ibid., p. 212.23 Sin embargo, se mantuvo la creencia en algo superior y surgió la individualización de la divinidad, es decir que la concepción de los dioses podía variar de acuerdo al acervo de cada individuo, como ya se había vislumbrado un siglo antes con los jonios. Al respecto, Cf.: GÓMEZ ESPELOSÍN, F. J. Op. Cit.; RODRÍGUEZ ADRADOS, F. Op. Cit.24 Cf. Diog. IX. 51, 8. (L) Yo no sé nada acerca de los dioses: ni cómo son ni cómo no son, pues es difícil conocer muchas cosas debido a la breve e incierta vida del hombre. (Περὶ μὲν θεῶν οὐκ ἔχω εἰδέναι, οὔθ' ὡς εἰσὶν οὔθ' ὡς οὐκ εἰσὶν· πολλὰ γὰρ τὰ κωλύοντα εἰδέναι, ἥ τ' ἀδηλότης καὶ βραχὺς ὢν ὁ βίος τοῦ ἀνθρώπου.)25 Cf. GÓMEZ ESPELOSÍN, F. J. Op. Cit., p. 212.

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conllevó a la individualización de la religión griega “en la que el creyente establece

una relación íntima y personal con su dios”26.

Esta nueva concepción religiosa fue, en principio, sincretista: los rituales arcaicos no

dejaron de efectuase27; es decir, el orfismo, dionisismo y los misterios de Eleusis

seguían vigentes. Debe tenerse en cuenta que debido a la búsqueda de una relación

personal e individual con la divinidad, especialmente entre la intelectualidad

ateniense, estos cultos comenzaron a desprestigiarse y a considerarse como una

repetición sin sentido y por ende, mecánica28. En cuanto al dionisismo29 (que se

podría considerar uno de los favoritos entre la población por tener como finalidad el

rito de la catarsis), tras haber sido asimilado por el Estado, fue perdiendo su carácter

individual. Incluso ese enajenamiento dionisíaco que producía la tragedia se fue

convirtiendo en una predicación de σωφροσύνη (sensatez) y respeto a las normas30.

Sin embargo, algunos cultos arcaicos comenzaron a fusionarse paulatinamente con

otros para conseguir una relación más personal y estrecha con la divinidad y de esta

manera, conseguir también la salvación individual31. Este panorama religioso hizo

que el culto más difundido fuese el de Asclepio, dios de la medicina, que se 26 RODRÍGUEZ ADRADOS, F. Op. Cit., p. 472.27 Cf. ALSINA, J. Op. Cit.; MURRAY, G. (1956). La religion griega. Buenos Aires, Nova; NILSSON, M. (1974). Geschichte der griechischen Religion. München, Beck.28 El agnosticismo y búsqueda de la experiencia religiosa individual fue invadiendo a los sectores más intelectuales de la sociedad. Empero, esta mayoría (οἱ πολλοὶ) no estaba excluída de formar parte de este proceso. ALSINA, J. Op. Cit., p. 74. 29 Cf. DETTIENNE, M. (1998). Dionysios à ciel ouvert, París, Hachette Littératures ; OTTO, W. (1933). Dionysos. Mythos und Kultus, Frankfurt am Main, Klostermann.30 ALSINA, J. Op. Cit., p. 473.31 GÓMEZ ESPELOSÍN, F. J. Op. Cit., p. 217.

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correspondía perfectamente con las necesidades que tenía la población griega:

necesidad de lo divino, de lo racional e individual.

Algunos estudiosos como Rodríguez Adrados y Dodds32 han señalado la existencia

de una “vena irracionalista”33 dentro del racionalismo. Ésta consistió en exaltar y

hacer visible a los ojos del colectivo la existencia de la pasión y la incapacidad de la

razón de actuar bajo su efecto. En las tragedias de Eurípides34 se profundiza este

irracional racionalismo, pues la gama de personajes que muestra en sus tragedias está

movida por la pasión aunque mantiene su estar-ahí; término que se podría relacionar

con la razón (σωφροσύνη), pues aquel implica una participación netamente

contemplativa ante la acción que es llevada a cabo por la pasión (θυμός/ὕβρις). Es

Eurípides, afirma Nietzsche, el primer tragediógrafo en seguir la estética de lo

consciente35.

Uno de los fenómenos culturales que caracterizó a la época clásica fue el drama y en

especial la tragedia, pues cerca de trece mil personas asistían en primavera a estas

representaciones y “se sumergía[n] dentro de un universo colectivo que no presentaba

32 RODRÍGUEZ ADRADOS, F. Op. Cit., §8; DODS, E. R. Op. Cit., §4.33 Término empleado por RODRÍGUEZ ADRADOS, F. Op. Cit., §8.34 Para un manejo de la biografía de Eurípides, recomendamos revisar a LESKY, A. (1968) Historia de la literature griega, Madrid, Gredos; LESKY, A. (1973) La tragedia griega, Barcelona, Labor. LÓPEZ FÉREZ, J. A. (ed.) (1988) Historia de la literatura griega, Madrid, Cátedra; MEDINA GONZÁLEZ, A. et al. (1990). Tragedias I, Madrid, Gredos, pp. IX-XXXIII; MURRAY, G. (1960). Eurípides y su tiempo, México, Fondo de Cultura Económica.35 NIETZSCHE, F. (2005). El origen de la Tragedia, Madrid, Alianza, p. 232.

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trabas ni limitaciones”36. Quizás este hecho pudiera considerarse un tanto irónico,

pues en sus inicios fue el teatro una representación místico-religiosa que intentaba

conectar al hombre con la divinidad37. En este punto de la revolución intelectual se

vuelve un instrumento de la Ilustración, ya que con Eurípides la tragedia se convirtió

en un análisis de las cuestiones inherentes a la condición humana y de “las pasiones

humanas y el trastorno que éstas ocasionan en la vida de las personas”38, dejando

atrás la connotación religiosa que había tenido. Con esto podría parecer que Eurípides

hubiera presentado una perspectiva moral decaída mostrando al “típico malo

melodramático (…), pero este moralismo va unido (…) a una interiorización de las

normas de conducta, y al observar al hombre desde dentro descubre en él con

frecuencia un rico panorama de lucha y fuerzas profundas y contradictorias”39.

Es sabido que muchas veces el quehacer artístico está determinado por el ambiente

socio-cultural. Muchos artistas han sido revolucionarios e innovadores dentro de su

época; éste fue el caso de los tres más famosos tragediógrafos griegos. Por un lado,

Esquilo hizo coincidir culpa y castigo, gran avance en el sistema judicial griego y en

el intento de eliminación de la venganza familiar. Sófocles insistió en mostrar las

limitaciones humanas frente a la divinidad. Estos dos tragediógrafos juzgaron la

conducta del hombre pensando ante todo en la existencia de las fuerzas que lo

36 Ibid, p. 179.37 Ibid., p. 277.38 Ibid, p. 181.39 RODRÍGUEZ ADRADOS, F. Op. Cit., p. 456.

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impulsan a su autoafirmación, que llegan a producir con el tiempo heroísmo y ὕβρις.

Estas fuerzas son tanto humanas como divinas40.

Sófocles fue quien introdujo la noción de “naturaleza individual” y la mostró en

relación con lo divino. Por su parte, Eurípides es quien le da trascendencia a esa

noción, pues la aleja de la divinidad y le otorga una valoración irracional. Esta

“naturaleza individual” es ahora una conducta humana tanto general como

individual41. Por otro lado, Eurípides no es un purista dentro de esta Ilustración, ya

que cambia el enfoque tradicional de la “naturaleza individual” y la muestra en la

lucha entre la razón y las pasiones humanas, temas que no habían sido tratados hasta

el momento. A Eurípides lo envuelve una época de críticas y cambios; este

tragediógrafo acepta los nuevos principios atenienses de “libre pensamiento, libre

expresión, democracia, ‘virtud’ y patriotismo. Y censura su época por no ser leal a

tales normas”42.

En cuanto a las innovaciones que hace Eurípides, Rodríguez Adrados resalta el hecho

de que sus protagonistas son jóvenes y mujeres, mientras que en las tragedias de

Esquilo o Sófocles, eran reyes o semidioses los que sufrían y padecían43. Esto podría

sugerir que la finalidad es la empatía que los espectadores pudieran sentir con estos

40 ALSINA, J. Op. Cit., p. 37.41 Idem.42 Idem.43 RODRÍGUEZ ADRADOS, F. Op. Cit., p. 457.

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protagonistas que en poco difieren de ellos. Además, en las tragedias euripídeas hay

una diferencia en el tratamiento del estirpe, pues ésta no otorga el carácter y el

temperamento, sino que vienen dados por naturaleza. Este trato es claro en Electra44

donde Orestes, tras conocer al humilde esposo de su hermana comienza a

cuestionarse si la nobleza es innata o dada por el linaje. Además, existe el intento de

crear empatía con los bárbaros y de cuestionar la situación social de la mujer45, tal

como se evidencia en Medea46.

La nueva religiosidad parece desbordarse en Eurípides al presentar críticas a través de

los mitos con una idea moralizada de los dioses. Eurípides se valió de la

simplificación del mito47 para que llegase con mayor claridad a la audiencia. Este

hecho se manifestó también en el lenguaje, pues corresponde al de la comunicación

cotidiana de la época aunque mantuvo su carácter culto. Al respecto, Alsina asegura

que con el quiebre mitológico, le fue posible a Eurípides acabar con los prejuicios48

porque de esta manera acababa con la “mentalidad mítica”49 de los individuos.

44 Cf. Eu. El. 366-390.45 RODRÍGUEZ ADRADOS, F. Op. Cit., p. 459.46 La mujer, al igual que el bárbaro, era considerada en Grecia como una persona incapaz de tomar decisiones guiadas por la razón, es por ello que era excluída de la vida política y social. Al Eurípides mostrar a una mujer bárbara como Medea que sabe concienzudamente lo que va a hacer y explica en discursos racionales el por qué de su decision, rompe con los paradigmas establecidos en la idiosincracia griega. Cf.: MOSSÉ, C. (1991). La Femme dans la Grèce antique, París, Complexe; ROBINSON, E. (2005). Ancient greek democracy, Oxford, Backwell Publishing Ltd.; SCHMITT PANTEL, P. (2007). A history of women in the west, London, The Belknap Press.47 NIETZSCHE, F. (2005). Op. Cit., p. 226.48 Según ALSINA en Grecia ya esta línea ética había comenzado con Solón, continuada por Sócrates y culminada por Eurípides. Op. Cit., p. 76.49 Idem.

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Eurípides intentó comprender al hombre. Con la mirada dirigida hacia su interior,

pudo descifrar y hacerles saber a los individuos que en ellos se encontraba la

responsabilidad que antes se había puesto en los dioses: “lo que llamamos dioses son

nuestras pasiones”50.

Como ya hemos podido observar, en el siglo V a.C. comienza en Grecia una apertura

de la conciencia y por lo tanto un entendimiento de la esencia del hombre. Grecia

dejó atrás la religiosidad que la había caracterizado en la época Arcaica51. Todos estos

cambios trajeron consigo una transformación de los valores tradicionales y con ella el

surgimiento de una nueva intelectualidad que se expandió por toda Grecia. El drama

ático fue uno de los cambios más representativos y Eurípides dibuja de manera

sublime, a través de la tragedia, el panorama cultural, intelectual y político de la

Atenas de su época.

50 Idem.51 Cf. HIDALGO DE LA VEGA, M. J. et al. (1998). Historia de la Grecia Antigua, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca; ROLDÁN HERVÁS, J. M. (1975). Introducción a la historia Antigua, Madrid, Istmo.

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