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beun lector
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UNION NACIONAL DE COFRADIASDEL SANTISIMO SACRAMENTO
CONSEJO DIRECTIVOVENEZUELA
EL BUEN SERVICIO DEL LECTOR
En nuestras misas, una parte muy importante son las lecturas del la Palabra de Dios. Por eso leerlas bien es un excelente servicio a la comunidad cristiana. El lector es un mediador entre Dios que dirige su Palabra y la comunidad cristiana que la escucha y la hace suya.
CONSEJO PARA EL BUEN LECTOR
1. Leerse antes la lectura. Así sabrá mucho mejor como leerla bien, facilitar que se entienda. Un par de veces preferiblemente. Ubicar la lectura en el libro Leccionario que está en el ambón desde donde en su oportunidad leerá. (No utilizar la hoja Domingo). En el leccionario la letra es más grande y el texto está mejor distribuido (esto a demás da nobleza a la lectura).
2. Estar preparado para acercarse al ambón en el momento oportuno.3. Situarse a una distancia apropiada del micrófono. (a un palmo más o
menos).4. Al empezar NO debe leer lo que está en rojo. (Por ejemplo: NO debe
decirse Primera Lectura, Salmo Responsorial, Segunda Lectura). Lea con entonación el título de la lectura (Por ejemplo: Lectura del Profeta Isaías). Mire a los asistentes y espere unos segundos para continuar.
5. Leer despacio. Leer despacio. Leer despacio, …………..No corra. Leer haciendo pausas en las comas y en los puntos. No se trata de terminar lo antes posible, sino de que la Asamblea pueda seguir y enterarse de lo que se lee.
6. Al terminar la lectura, espere unos tres (3) segundos y diga mirando a los asistentes y con cierta solemnidad: “PALABRA DE DIOS”. No añadir explicaciones de: “esto es Palabra de Dios” o aún más larga como: “hermanos esto es Palabra de Dios”, pues no es una explicación didáctica, sino una invitación a la aclamación de Dios que nos ha dado su palabra. Espere que la asamblea le conteste antes de retirarse.
7. LECTURA DEL SALMO: Al empezar no se dice Salmo Responsorial, comience leyendo directamente la antífona.
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EL BUEN SERVICIO DEL LECTOR
En nuestras misas, una parte muy importante son las lecturas del la Palabra de Dios. Por eso leerlas bien es un excelente servicio a la comunidad cristiana. El lector es un mediador entre Dios que dirige su Palabra y la comunidad cristiana que la escucha y la hace suya.
CONSEJO PARA EL BUEN LECTOR
1. Leerse antes la lectura. Así sabrá mucho mejor como leerla bien, facilitar que se entienda. Un par de veces preferiblemente. Ubicar la lectura en el libro Leccionario que está en el ambón desde donde en su oportunidad leerá. (No utilizar la hoja Domingo). En el leccionario la letra es más grande y el texto está mejor distribuido (esto a demás da nobleza a la lectura).
2. Estar preparado para acercarse al ambón en el momento oportuno.3. Situarse a una distancia apropiada del micrófono. (a un palmo más o
menos).4. Al empezar NO debe leer lo que está en rojo. (Por ejemplo: NO debe
decirse Primera Lectura, Salmo Responsorial, Segunda Lectura). Lea con entonación el título de la lectura (Por ejemplo: Lectura del Profeta Isaías). Mire a los asistentes y espere unos segundos para continuar.
5. Leer despacio. Leer despacio. Leer despacio, …………..No corra. Leer haciendo pausas en las comas y en los puntos. No se trata de terminar lo antes posible, sino de que la Asamblea pueda seguir y enterarse de lo que se lee.
6. Al terminar la lectura, espere unos tres (3) segundos y diga mirando a los asistentes y con cierta solemnidad: “PALABRA DE DIOS”. No añadir explicaciones de: “esto es Palabra de Dios” o aún más larga como: “hermanos esto es Palabra de Dios”, pues no es una explicación didáctica, sino una invitación a la aclamación de Dios que nos ha dado su palabra. Espere que la asamblea le conteste antes de retirarse.
7. LECTURA DEL SALMO: Al empezar no se dice Salmo Responsorial, comience leyendo directamente la antífona.
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En nuestras misas, una parte muy importante son las lecturas del la Palabra de Dios. Por eso leerlas bien es un excelente servicio a la comunidad cristiana. El lector es un mediador entre Dios que dirige su Palabra y la comunidad cristiana que la escucha y la hace suya.
CONSEJO PARA EL BUEN LECTOR
1. Leerse antes la lectura. Así sabrá mucho mejor como leerla bien, facilitar que se entienda. Un par de veces preferiblemente. Ubicar la lectura en el libro Leccionario que está en el ambón desde donde en su oportunidad leerá. (No utilizar la hoja Domingo). En el leccionario la letra es más grande y el texto está mejor distribuido (esto a demás da nobleza a la lectura).
2. Estar preparado para acercarse al ambón en el momento oportuno.3. Situarse a una distancia apropiada del micrófono. (a un palmo más o
menos).4. Al empezar NO debe leer lo que está en rojo. (Por ejemplo: NO debe
decirse Primera Lectura, Salmo Responsorial, Segunda Lectura). Lea con entonación el título de la lectura (Por ejemplo: Lectura del Profeta Isaías). Mire a los asistentes y espere unos segundos para continuar.
5. Leer despacio. Leer despacio. Leer despacio, …………..No corra. Leer haciendo pausas en las comas y en los puntos. No se trata de terminar lo antes posible, sino de que la Asamblea pueda seguir y enterarse de lo que se lee.
6. Al terminar la lectura, espere unos tres (3) segundos y diga mirando a los asistentes y con cierta solemnidad: “PALABRA DE DIOS”. No añadir explicaciones de: “esto es Palabra de Dios” o aún más larga como: “hermanos esto es Palabra de Dios”, pues no es una explicación didáctica, sino una invitación a la aclamación de Dios que nos ha dado su palabra. Espere que la asamblea le conteste antes de retirarse.
7. LECTURA DEL SALMO: Al empezar no se dice Salmo Responsorial, comience leyendo directamente la antífona.
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En nuestras misas, una parte muy importante son las lecturas del la Palabra de Dios. Por eso leerlas bien es un excelente servicio a la comunidad cristiana. El lector es un mediador entre Dios que dirige su Palabra y la comunidad cristiana que la escucha y la hace suya.
CONSEJO PARA EL BUEN LECTOR
1. Leerse antes la lectura. Así sabrá mucho mejor como leerla bien, facilitar que se entienda. Un par de veces preferiblemente. Ubicar la lectura en el libro Leccionario que está en el ambón desde donde en su oportunidad leerá. (No utilizar la hoja Domingo). En el leccionario la letra es más grande y el texto está mejor distribuido (esto a demás da nobleza a la lectura).
2. Estar preparado para acercarse al ambón en el momento oportuno.3. Situarse a una distancia apropiada del micrófono. (a un palmo más o
menos).4. Al empezar NO debe leer lo que está en rojo. (Por ejemplo: NO debe
decirse Primera Lectura, Salmo Responsorial, Segunda Lectura). Lea con entonación el título de la lectura (Por ejemplo: Lectura del Profeta Isaías). Mire a los asistentes y espere unos segundos para continuar.
5. Leer despacio. Leer despacio. Leer despacio, …………..No corra. Leer haciendo pausas en las comas y en los puntos. No se trata de terminar lo antes posible, sino de que la Asamblea pueda seguir y enterarse de lo que se lee.
6. Al terminar la lectura, espere unos tres (3) segundos y diga mirando a los asistentes y con cierta solemnidad: “PALABRA DE DIOS”. No añadir explicaciones de: “esto es Palabra de Dios” o aún más larga como: “hermanos esto es Palabra de Dios”, pues no es una explicación didáctica, sino una invitación a la aclamación de Dios que nos ha dado su palabra. Espere que la asamblea le conteste antes de retirarse.
7. LECTURA DEL SALMO: Al empezar no se dice Salmo Responsorial, comience leyendo directamente la antífona.
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EL BUEN SERVICIO DEL LECTOR
En nuestras misas, una parte muy importante son las lecturas del la Palabra de Dios. Por eso leerlas bien es un excelente servicio a la comunidad cristiana. El lector es un mediador entre Dios que dirige su Palabra y la comunidad cristiana que la escucha y la hace suya.
CONSEJO PARA EL BUEN LECTOR
1. Leerse antes la lectura. Así sabrá mucho mejor como leerla bien, facilitar que se entienda. Un par de veces preferiblemente. Ubicar la lectura en el libro Leccionario que está en el ambón desde donde en su oportunidad leerá. (No utilizar la hoja Domingo). En el leccionario la letra es más grande y el texto está mejor distribuido (esto a demás da nobleza a la lectura).
2. Estar preparado para acercarse al ambón en el momento oportuno.
3. Situarse a una distancia apropiada del micrófono. (a un palmo más o menos).
4. Al empezar NO debe leer lo que está en rojo. (Por ejemplo: NO debe decirse Primera Lectura, Salmo Responsorial, Segunda Lectura). Lea con entonación el título de la lectura (Por ejemplo: Lectura del Profeta Isaías). Mire a los asistentes y espere unos segundos para continuar.
5. Leer despacio. Leer despacio. Leer despacio, …………..No corra. Leer haciendo pausas en las comas y en los puntos. No se trata de terminar lo antes posible, sino de que la Asamblea pueda seguir y enterarse de lo que se lee.
6. Al terminar la lectura, espere unos tres (3) segundos y diga mirando a los asistentes y con cierta solemnidad: “PALABRA DE DIOS”. No añadir explicaciones de: “esto es Palabra de Dios” o aún más larga como: “hermanos esto es Palabra de Dios”, pues no es una explicación didáctica, sino una invitación a la aclamación de Dios que nos ha dado su palabra. Espere que la asamblea le conteste antes de retirarse.
7. LECTURA DEL SALMO: Al empezar no se dice Salmo Responsorial, comience leyendo directamente la antífona.
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EL BUEN SERVICIO DEL LECTOR
En nuestras misas, una parte muy importante son las lecturas del la Palabra de Dios. Por eso leerlas bien es un excelente servicio a la comunidad cristiana. El lector es un mediador entre Dios que dirige su Palabra y la comunidad cristiana que la escucha y la hace suya.
CONSEJO PARA EL BUEN LECTOR
1. Leerse antes la lectura. Así sabrá mucho mejor como leerla bien, facilitar que se entienda. Un par de veces preferiblemente. Ubicar la lectura en el libro Leccionario que está en el ambón desde donde en su oportunidad leerá. (No utilizar la hoja Domingo). En el leccionario la letra es más grande y el texto está mejor distribuido (esto a demás da nobleza a la lectura).
2. Estar preparado para acercarse al ambón en el momento oportuno.
3. Situarse a una distancia apropiada del micrófono. (a un palmo más o menos).
4. Al empezar NO debe leer lo que está en rojo. (Por ejemplo: NO debe decirse Primera Lectura, Salmo Responsorial, Segunda Lectura). Lea con entonación el título de la lectura (Por ejemplo: Lectura del Profeta Isaías). Mire a los asistentes y espere unos segundos para continuar.
5. Leer despacio. Leer despacio. Leer despacio, …………..No corra. Leer haciendo pausas en las comas y en los puntos. No se trata de terminar lo antes posible, sino de que la Asamblea pueda seguir y enterarse de lo que se lee.
6. Al terminar la lectura, espere unos tres (3) segundos y diga mirando a los asistentes y con cierta solemnidad: “PALABRA DE DIOS”. No añadir explicaciones de: “esto es Palabra de Dios” o aún más larga como: “hermanos esto es Palabra de Dios”, pues no es una explicación didáctica, sino una invitación a la aclamación de Dios que nos ha dado su palabra. Espere que la asamblea le conteste antes de retirarse.
7. LECTURA DEL SALMO: Al empezar no se dice Salmo Responsorial, comience leyendo directamente la antífona.
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En nuestras misas, una parte muy importante son las lecturas del la Palabra de Dios. Por eso
leerlas bien es un excelente servicio a la comunidad cristiana. El lector es un mediador entre Dios
que dirige su Palabra y la comunidad cristiana que la escucha y la hace suya.
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1. Leerse antes la lectura. Así sabrá mucho mejor como leerla bien, facilitar que se entienda. Un
par de veces preferiblemente. Ubicar la lectura en el libro Leccionario que está en el ambón
desde donde en su oportunidad leerá. (No utilizar la hoja Domingo). En el leccionario la letra
es más grande y el texto está mejor distribuido (esto a demás da nobleza a la lectura).
2. Estar preparado para acercarse al ambón en el momento oportuno.
3. Situarse a una distancia apropiada del micrófono. (a un palmo más o menos).
4. Al empezar NO debe leer lo que está en rojo. (Por ejemplo: NO debe decirse Primera Lectura,
Salmo Responsorial, Segunda Lectura). Lea con entonación el título de la lectura (Por
ejemplo: Lectura del Profeta Isaías). Mire a los asistentes y espere unos segundos para
continuar.
5. Leer despacio. Leer despacio. Leer despacio, …………..No corra. Leer haciendo pausas en
las comas y en los puntos. No se trata de terminar lo antes posible, sino de que la Asamblea
pueda seguir y enterarse de lo que se lee.
6. Al terminar la lectura, espere unos tres (3) segundos y diga mirando a los asistentes y con
cierta solemnidad: “PALABRA DE DIOS”. No añadir explicaciones de: “esto es Palabra de
Dios” o aún más larga como: “hermanos esto es Palabra de Dios”, pues no es una explicación
didáctica, sino una invitación a la aclamación de Dios que nos ha dado su palabra. Espere
que la asamblea le conteste antes de retirarse.
7. LECTURA DEL SALMO: Al empezar no se dice Salmo Responsorial, comience leyendo
directamente la antífona.