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 Estructura económica de Gipuzkoa Estructura económica de Gipuzkoa  g. 32  7 14.1 14.1 Fundición y Forja Fundición y Forja L A siderurgia que el diccionario define como el arte de extraer hierro y trabajarlo, engloba diversas actividades que pueden diferenciarse tanto por los procesos de fabricaci n utilizados como por los pro- ductos obtenidos. Entre los mismos destacan la fundi- ción y la forja. El proceso de fundición abarca la fusión de la mate- ria prima y la colada en un molde para tras su enfria- miento y solidificación proceder al desmoldeo y el aca- bado. Los productos obtenidos básicamente se clasifi- can en distintas variedades de hierro o de acero molde- ado, siendo la diferencia fundamental entre ellos la pro- porción de carbono que contiene el producto final. En la Clasificación Nacional de Actividades Econó- micas (CNAE 93) a nivel de tres dígitos se incluye en el epígrafe 275 “Fundición de metales” que a su vez se desglosa en 27.51 (fundición de hierro), 27.52 (fundi- ción de acero), 27.53 (fundición de metales ligeros) y 27.54 (fundición de otros metales no férreos). En la forja los productos deseados se consiguen gol- peando un tocho o barra metálica entre dos estampas de la forma a obtener grabada en su superficie. En la CNAE 93 se inscribe en el epígrafe 284 “Forja, estam- pación y embutición de metales: metalurgia de polvos” subdividiéndose en 28.40 (forja, estampación y embuti- ción de metales; metalurgia de polvos), 28.401 (forja y estampación de metales), 28.402 (troquelado y embuti- ción de metales), 28.403 (metalurgia de polvos). Fundición Síntesis histórica L A obtención de productos metálicos por el sistema de fundición, ha sido un procedimiento utilizado desde la antigüedad. Los egipcios ya comenzaron a fundir por el método que contemporáneamente se ha llamado “a la cera perdida”. Las primeras instalaciones existentes en España dedicadas a la fundición de piezas de hierro colado, fue- ron las Reales Fábricas de Lierganes y la Cavada en Cantabria, en las que a partir de 1622 se fundían balas de cañón y piezas de artillería, utilizando hornos altos en los que se obtenía hierro colado, que por su alto con- tenido de carbono, no podía ser forjado ni trabajado por otros métodos en la época, siendo útil únicamente para la obtención de piezas moldeadas. A finales del si glo XVII, le siguió la fábrica de Eugui en Navarra, con la misma finalidad, contando en 1720 con dos hornos altos y oficiales fundidores procedentes de Lieja. En 1766 se modernizaron las instalaciones por cuenta de la Coro- na, con objeto de producir bombas y granadas. El aprovechamiento de la fundición con fines civiles no llegó hasta 1826 en que en Málaga se pusieron en marcha las fábricas “La Concepción” y “La Constancia” diseñadas por el oñatiarra Elorza, general de artillería y metalúrgico, en las que, además de obtenerse hierro dulce y acero utilizando la tecnología inglesa (obtención del arrabio en hornos altos para a continuación eliminar el carbono no deseado en hornos de pudelar), se cola- ban piezas fundidas directamente en moldes. Los antecedentes más lejanos para usos civiles en nuestro entorno fueron en Bizkaia “Santa Ana de Bolue- ta”, en 1849, y en Gipuzkoa la fundición y los talleres de maquinaria de Fossey y Cía. que hacia 1.850 funciona- ban en Lasarte, y que posteriormente fueron traslada- dos a Pasajes con el nombre de “Fundiciones de Moli- nao”. Le siguieron la “Fábrica de hierro San Martín” de Beasain y Resusta y Vergarajauregui (1869) en Mon- dragón, así como San Pedro de Elgoibar en 1877 y  Aurrera de Eibar y diversos talleres de fundición de Tolosa y Hernani. Hacia 1950, la fundición de piezas medianas y gran- des, en series pequeñas o unitarias, tenía un gran com- ponente manual requiriendo el oficio importantes cono- cimientos. Las últimas décadas la producción ha tendi- do a concentrarse en nuestra Comunidad Autónoma (que representa del orden de un tercio del conjunto español), y específicamente en Gipuzkoa. Sin embargo, se inicia una mayor dispersión como consecuencia de la necesidad de aproximarse a las empresas consumido- ras. CAPITULO 14 Metalmecánica

cap14

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Estructura econmica de Gipuzkoa

CAPITULO 14

Metalmecnica

14.1 Fundicin y ForjaA siderurgia que el diccionario define como el arte de extraer hierro y trabajarlo, engloba diversas actividades que pueden diferenciarse tanto por los procesos de fabricacin utilizados como por los productos obtenidos. Entre los mismos destacan la fundicin y la forja. El proceso de fundicin abarca la fusin de la materia prima y la colada en un molde para tras su enfriamiento y solidificacin proceder al desmoldeo y el acabado. Los productos obtenidos bsicamente se clasifican en distintas variedades de hierro o de acero moldeado, siendo la diferencia fundamental entre ellos la proporcin de carbono que contiene el producto final. En la Clasificacin Nacional de Actividades Econmicas (CNAE 93) a nivel de tres dgitos se incluye en el epgrafe 275 Fundicin de metales que a su vez se desglosa en 27.51 (fundicin de hierro), 27.52 (fundicin de acero), 27.53 (fundicin de metales ligeros) y 27.54 (fundicin de otros metales no frreos). En la forja los productos deseados se consiguen golpeando un tocho o barra metlica entre dos estampas de la forma a obtener grabada en su superficie. En la CNAE 93 se inscribe en el epgrafe 284 Forja, estampacin y embuticin de metales: metalurgia de polvos subdividindose en 28.40 (forja, estampacin y embuticin de metales; metalurgia de polvos), 28.401 (forja y estampacin de metales), 28.402 (troquelado y embuticin de metales), 28.403 (metalurgia de polvos).

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FundicinSntesis histrica

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A obtencin de productos metlicos por el sistema de fundicin, ha sido un procedimiento utilizado desde la antigedad. Los egipcios ya comenzaron a fundir por el mtodo que contemporneamente se ha llamado a la cera perdida.

Las primeras instalaciones existentes en Espaa dedicadas a la fundicin de piezas de hierro colado, fueron las Reales Fbricas de Lierganes y la Cavada en Cantabria, en las que a partir de 1622 se fundan balas de can y piezas de artillera, utilizando hornos altos en los que se obtena hierro colado, que por su alto contenido de carbono, no poda ser forjado ni trabajado por otros mtodos en la poca, siendo til nicamente para la obtencin de piezas moldeadas. A finales del siglo XVII, le sigui la fbrica de Eugui en Navarra, con la misma finalidad, contando en 1720 con dos hornos altos y oficiales fundidores procedentes de Lieja. En 1766 se modernizaron las instalaciones por cuenta de la Corona, con objeto de producir bombas y granadas. El aprovechamiento de la fundicin con fines civiles no lleg hasta 1826 en que en Mlaga se pusieron en marcha las fbricas La Concepcin y La Constancia diseadas por el oatiarra Elorza, general de artillera y metalrgico, en las que, adems de obtenerse hierro dulce y acero utilizando la tecnologa inglesa (obtencin del arrabio en hornos altos para a continuacin eliminar el carbono no deseado en hornos de pudelar), se colaban piezas fundidas directamente en moldes. Los antecedentes ms lejanos para usos civiles en nuestro entorno fueron en Bizkaia Santa Ana de Bolueta, en 1849, y en Gipuzkoa la fundicin y los talleres de maquinaria de Fossey y Ca. que hacia 1.850 funcionaban en Lasarte, y que posteriormente fueron trasladados a Pasajes con el nombre de Fundiciones de Molinao. Le siguieron la Fbrica de hierro San Martn de Beasain y Resusta y Vergarajauregui (1869) en Mondragn, as como San Pedro de Elgoibar en 1877 y Aurrera de Eibar y diversos talleres de fundicin de Tolosa y Hernani. Hacia 1950, la fundicin de piezas medianas y grandes, en series pequeas o unitarias, tena un gran componente manual requiriendo el oficio importantes conocimientos. Las ltimas dcadas la produccin ha tendido a concentrarse en nuestra Comunidad Autnoma (que representa del orden de un tercio del conjunto espaol), y especficamente en Gipuzkoa. Sin embargo, se inicia una mayor dispersin como consecuencia de la necesidad de aproximarse a las empresas consumidoras.Pg. 327

Estructura econmica de Gipuzkoa

Evolucin de la actividadAS caractersticas de esta actividad bsica hacen que su evolucin guarde una importante relacin con la de la industria en general. En este sentido, recordar que tras el crecimiento registrado en la segunda mitad de los aos sesenta y la dcada de los setenta y primera parte de los ochenta, se registr un fuerte deterioro llegando a una situacin crtica que aconsej al Gobierno Vasco a incluir a este sector entre los acogidos en el Plan de Relanzamiento Excepcional (PRE). Los aos siguientes la produccin registr una evolucin creciente al amparo de la favorable coyuntura de la industria en general y de la automocin en particular. El inicio de los aos noventa supuso un nuevo retraimiento de la produccin consecuencia del deterioro de la actividad de los principales clientes para de nuevo mediada la dcada producirse una importante recuperacin. Los aumentos de las ventas al exterior no logra-

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ron compensar aunque s paliar, las negativas consecuencias de las cadas de la demanda del mercado interior.

Liderazgo de las empresas guipuzcoanas

S

EGN las informaciones del Directorio de Establecimientos Industriales (Eustat) el nmero de fundiciones en la Comunidad Autnoma Vasca es de 155 de los que 73 se ubican en Bizkaia, 53 en Gipuzkoa y 29 en Alava. Esta situacin es fiel reflejo de la distribucin espacial de las fundiciones en 1995, todo lo cual se refleja en el cuadro siguiente.

Distribucin por territorios y tamaos de las fundiciones de C.A.P.V. (1995)

Territorio Histrico BIZKAIA

Clase de fundicin Frrea No Frrea Total

= 50 15 5 20 11 2 13 6 2 8 32 9 41

Total 27 46 73 25 28 53 8 21 29 60 95 155

GIPUZKOA Frrea No Frrea Total ARABA Frrea No Frrea Total CAPV Frrea No Frrea TotalFuente: EUSTAT. Directorio de Establecimientos, 1.995. Fuente

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Metalmecnica

Una primera constatacin es que el nmero de fundiciones no frreas (95) es muy superior al de las frreas (60). Sin embargo, el tamao medio es claramente mayor en estas ltimas y las empresas que emplean a 50 o ms trabajadores suponen el 53,5% del total, frente a nicamente el 9,5% en las primeras. En esta situacin influyen de manera decisiva los distintos procesos productivos utilizados por unas u otras fundiciones. En Gipuzkoa la presencia de las no frreas es cuantitativamente ms reducida que en Bizkaia e igual que Alava y en ambos casos porcentualmente menor. Al igual que ocurre en otras actividades industriales tambin en el caso de las fundiciones se produce una notable concentracin geogrfica que en el caso de Bizkaia es en el Gran Bilbao y el Duranguesado, mientras en Alava hay que sealar los valles Alaveses. En Gipuzkoa, donde se ubican las empresas lderes del sector el Alto Deba y en menor medida el Goierri son los que acogen una buena parte del sector.

cuencia la poblacin ocupada sufri una fuerte reduccin a partir de principios de los aos ochenta hasta llegar a 8.250 en 1998, despus de una significativa mejora al final del perodo. De este total (8.250) algo ms de las dos terceras partes (5.630) corresponden a la fundicin frrea. Al analizar las causas de esta situacin no puede olvidarse que en esta actividad conviven empresas no slo de distinto tamao sino que tambin de estrategias muy dispares, ya que entre las no frreas algunas empresas han optado por la especializacin de piezas de gran valor aadido y comercializacin mundial, sobre todo para la automocin, lo que exige fuertes inversiones en tecnologa de produccin avanzadas, mientras en otros casos se ha elegido la evolucin contraria en la que el menor precio juega un papel decisivo e implica una creciente competencia de las empresas de los pases emergentes, con todas sus negativas repercusiones en el empleo.

Evolucin del empleo

Principales empresas

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OMO ya hemos sealado anteriormente, la actividad de nuestras fundiciones guarda un paralelismo importante con el de la industria en general y en conse-

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AS principales empresas de fundicin segn el Directorio de Establecimientos 1.995 de Eustat son las siguientes.

Principales empresas de fundicin C.A.P.V.Territorio Histrico Empresa Metacast, S.L. Aurrera Castings, S.A.L. S.A. Fundiciones Bolueta Betsaide, S.A.L. Bizkaia Fundiciones San Eloy, S.A. Fundifes, S.A. Inyectametal Fundiciones Ansola, S.A. Fagor Ederlan, S.Coop.Ltda. Gelma, S.A. Gipuzkoa Fagor-Vitorio Luzuriaga, S.A. Ampo S.Coop.Ltda. Fundiciones del Estanda, S.A. Microfusin Alfa, S.A. Araba Fundix, S.A. Subsector Frreo Frreo Frreo Frreo Frreo Frreo No frreo No frreo Frreo y no frreo Frreo Frreo Frreo Frreo No frreo Frreo Estrato de empleo 250-499 100-249 100-249 100-249 100-249 100-249 100-249 100-249 100-249 >500 250-499 250-499 250-499 100-249 100-249 250-499

Fundiciones metlicas San Vicente Frreo

Fuente: Directorio de Establecimientos 1.995. EUSTAT.

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Es muy destacable la importancia de las fundiciones guipuzcoanas dentro del sector, siendo nicamente dos entre las ms importantes que o bien se han especializado en la no frrea o la comparten con la frrea. Estas empresas (Fagor Ederlan, Fagor Vitorio Luzuriaga, Ampo, etc.), siguen desde hace aos estrategias de fuerte inversin en tecnologa de produccin y comercializacin en amplias reas del mercado mundial.

Principales variablesL valor de la produccin y el valor aadido generado entre 1991 y 1995 se expone en el cuadro siguiente.

E

Produccin y valor aadido generado en 1.991 y 1.995Variable V.Produccin s.f. (M.ptas.) V.Produccin s.f. (%) -Consumos intermedios =V.Aadido Bruto s.f. V.Aadido Bruto c.f. -Costes de personal =Excedente Bruto Expl. -Amortizaciones =Excedente Neto Expl. Inversin realizadaFuente: EUSTAT. Cuentas industriales

Fundicin frrea 1991 (53.499) 100,0 54,5 45,5 45,6 41,3 4,3 6,6 -2,3 5,1 1995 (77.421) 100,0 59,2 40,8 40,8 30,2 10,6 4,5 6,1 6,5

Fundicin no frrea 1991 (25.922) 100,0 57,3 42,7 43,0 28,7 14,3 4,6 9,7 11,0 1995 (63.938) 100,0 75,4 24,6 24,7 15,9 8,7 3,9 4,9 5,7

Total fundicin 1991 (79.421) 100,0 55,5 44,5 44,8 37,2 7,6 5,9 1,7 7,1 1995 (141.359) 100,0 66,6 33,4 33,5 23,7 9,8 4,2 5,5 6,1

El primer aspecto a destacar es el fuerte crecimiento del valor produccin a la salida de fbrica que pasa para el conjunto de la fundicin de 79.421 millones a 141.359, es decir se multiplica por 1,8. Esta evolucin es consecuencia bsicamente de la mejora de la demanda durante este perodo. Aunque no existen cuantificaciones especficas para las empresas guipuzcoanas del sector puede estimarse que al final del perodo considerado podan representar en torno al 40% del total, es decir unos 57.000 millones de ptas. Los aos siguientes 1996/1998 han sido muy favorables para las empresas de fundicin al serlo tambin para la industria en general. Sin embargo, el comportamiento de los distintos sectores es diferente pues mientras en la fundicin frrea el crecimiento es de 53.499 a 77.421 millones (se multiplica por 1,48), en la no frrea lo hace por 2,47, al pasar de 25.922 a 63.938 millones de ptas. Una segunda cuestin es el aumento de la participacin de los consumos intermedios en el valor de la produccin, que llega a 11,1% al pasar de 55,5 al 66,65, loPg. 330

que es especialmente ms acusado en la fundicin no frrea (18,1%) que en la frrea (4,7%). La causa bsica es el aumento de los precios de las materias primas y posiblemente un aumento de la subcontratacin de actividades que anteriormente se llevaban a cabo en un proceso de fabricacin ms integrado. Este comportamiento supone lgicamente una disminucin del valor aadido bruto a la salida de fbrica mucho ms acusado en la fundicin no frrea. En tercer lugar, sealar la prdida de peso de los costes de personal (del 37,2 al 23,7%) en el valor de la produccin consecuencia de la mayor productividad llamando la actuacin que al final del perodo considerado en la fundicin no frrea (15,9%) sean casi la mitad (30,2%) que en la frrea. Por ltimo, es reseable la cada de la importancia relativa de las amortizaciones (del 5,9 al 4,2%), as como de a actividad inversora (en porcentaje del valor de la produccin) del 7,1 al 6,1% con prdida de un punto, mientras el excedente neto de explotacin mejoraba fuertemente (del 1,7 al 5,5%) con un comporta-

Metalmecnica

miento muy distinto entre el muy favorable de la fundicin frrea (de un 2,3 al +6,1%), mientras en la no frrea se deterioraba del 9,7 al 4,9%.

Innovacin Tecnolgica

Actuacin comercial

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D

EL anlisis de la informacin ofrecida por la Asociacin de Fundidores del Pas Vasco y Navarra relativa a la distribucin de la produccin entre los distintos sectores demandantes, se deduce que del orden de las dos terceras partes del consumo se concentran en los fabricantes de vehculos y vlvulas, siguindoles en importancia los constructores de mquinas-herramienta para el trabajo de los metales, maquinaria agrcola y la minera, si bien, son importantes las diferencias por subsector. Hay que recordar, como ya hemos sealado anteriormente, que la competencia de las importaciones es creciente en los productos de menor valor aadido y que proviene de los pases emergentes. Las empresas vascas de fundicin, sobre todo las de mayor dimensin, han mostrado una clara vocacin exportadora los ltimos aos, lo que se ha traducido en un fuerte crecimiento de las ventas a terceros, destacando las guipuzcoanas que ocupan el liderazgo. Adems, hay que recordar que una buena parte de las piezas de fundicin vendidas en el mercado interior tienen como destino final los mercados internacionales como partes de productos (automviles, mquinas-herramienta, etc.), que se venden a otros pases.

AS principales empresas de fundicin de la Comunidad Autnoma Vasca y de manera singular las guipuzcoanas han mostrado los ltimos aos una destacable preocupacin por la constante mejora tecnolgica, lo que el Gobierno Vasco, dentro de su poltica industrial ha apoyado con ayudas para I+D tambin importantes, especialmente con cargo al Programa de Gestin Tecnolgica e Innovacin (PGTI), as como los convenios con los centros tecnolgicos tutelados. Aunque las cuantificaciones con credibilidad de lo invertido por las empresas del sector en capacitacin tecnolgica resultan difciles se estima que se sita ligeramente por debajo del 2% del Valor Aadido Bruto a la produccin a la salida de fbrica. Hay que sealar la estrecha colaboracin de los establecimientos industriales del sector sobre todo con Inasmet y Azterlan centros tecnolgicos especializados en fundicin. El primero se cre en 1960 con esta especfica finalidad aunque una dcada ms tarde abord otras actividades de investigacin, mientras la segunda se orienta a la capacitacin tcnica de expertos del sector. Por ltimo, dentro de este captulo y al igual que ocurre en otros sectores de nuestra industria es creciente la preocupacin por la calidad, sobre todo en las empresas de mayor dimensin, lo que se refleja en la obtencin de certificados ISO 9000 y la aplicacin de EFQM.

Las ayudas del Gobierno Vasco

EEvolucin comercio exterior empresas de fundicin de la C.A.P.V. (en millones de ptas).CONCEPTO Exportaciones Importaciones Saldo comercial 1990 24.697 909 23.788 1992 27.947 872 27.075 1994 46.430 959 45.471

Fuente: EUSTAT. Tablas Input-Output

En el corto perodo de 1990/1994, el volumen de exportacin casi se ha doblado (de 24.697 a 46.430 millones de ptas.) a pesar de la buena demanda interna en la parte final del perodo considerado. Al mismo tiempo, las importaciones han permanecido estacionadas con lo que la balanza comercial y la cobertura han mejorado espectacularmente. La primera desde un saldo exterior favorable de 23.788 millones a 45.471 y la segunda de 27,2 a 48,4.

L desarrollo del autogobierno y del concierto econmico de la Comunidad Autnoma Vasca conllev la posibilidad de aplicar una poltica industrial especfica para el pas de la que las empresas de fundicin se han visto notablemente beneficiadas. Es la primera actuacin del Gobierno Vasco, el programa conocido como "Ayudas a las empresas en dificultades en los primeros aos ochenta la presencia de las empresas del sector fue reducida tanto absoluta como relativamente, ya que nicamente fueron tres las empresas acogidas concedindose a una 900 millones de ptas. de prstamos y a las dos restantes 240 en avales. Ocurri lo contrario con el Plan de Relanzamiento Excepcional de Empresas y Sectores Industriales (PRE), regulado por dos decretos (150 y 339 de 1985) y con vigencia para el trienio 1985/1987. Se concedieron ayudas con cargo a este programa a 33 empresas (10 de fundicin para automocin y las 23 restantes a las que no reunan esta circunstancia) por un importe total de 1.908 millones de pesetas: 1.030 millones como subvenciones no reintegrables para financiar las reducciones de plantilla y 878 millones para subvencionar la inversin. Adems de estas subvenciones el Gobierno Vasco concedi avales ante intermediarios financieros por unPg. 331

Estructura econmica de Gipuzkoa

importe de 1.542 millones de ptas., para financiar las inversiones aprobadas. La acusada crisis de los primeros aos noventa aconsej al Gobierno Vasco volver a apoyar a las empresas industriales de la Comunidad Autnoma para lo que puso en marcha el Plan de actuacin extraordinario para empresas industriales en dificultades. Bsicamente consista en la concesin de avales financieros para rescate, reestructuracin y reorientacin laboral, por lo que fue conocido como 3R. Tambin se contemplaba la concesin de subvenciones no reintegrable a trabajadores de empresas por cierre definitivo de las mismas. Su vigencia alcanzara el bienio 1.991/1.992. Un total de 10 empresas del sector se beneficiaran del 3R con la concesin de avales por importe de 4.456,5 millones de ptas. Un hecho destacable que ms de la mitad de estos avales (al resultar impagados los prstamos de las entidades financieras a 4 de 10 empresas del sector), fueron ejecutados con el consiguiente elevando gasto para la Administracin Pblica Vasca.

En segundo lugar, la debilidad financiera con escasos recursos propios y por consiguiente permanente dependencia de terceros. Aunque la situacin puede explicarse por las crisis que ha padecido el sector todava hace poco tiempo, es evidente el riesgo que supone para las empresas del sector el intento de mantenimiento de esta situacin. Y en ltimo lugar, la imperiosa necesidad de un buen nmero de fundiciones que fabrican productos de bajo valor aadido para los costes que soportan (como los del personal) y que inevitablemente estn obligadas a abordar nuevos productos.

Forja

L

Perspectivas del sectorODO hace prever que el ejercicio en curso ser muy favorable para las empresas especializadas en fundicin, debido principalmente a la buena coyuntura del mercado espaol. A medio y largo plazo el saber hacer de las empresas de fundicin de la Comunidad Autnoma del Pas Vasco constituye un activo importante que es valorado por los demandantes de estos productos sobre todo en el mercado espaol. Adems, durante los ltimos aos sobre todo las empresas de mayor dimensin estn modernizando no slo sus medios productivos (lo que requiere cuantiosas inversiones) sino los procedimientos de gestin, que los principales demandantes estn percibiendo, sobre todo los fabricantes de vehculos industriales. Hay que aadir como otros hechos positivos la cada vez mayor exportacin, lo que no slo supone mayor mercado sino la necesidad de cambiar los mtodos tradicionales de gestin. Tambin la mejora permanente de la innovacin tecnolgica y la calidad (impuestas en buena medida por las empresas demandantes) son aspectos destacables. Entre las principales debilidades o carencias del sector, sealaremos nicamente tres que pueden tener consecuencias muy graves en el conjunto de las empresas. En primer lugar, el gran nmero de pequeas empresas exige en el contexto en que van a tener que desenvolverse, acuerdos de colaboracin entre las mismas y/o creacin de estructuras comunes con capacidad de obligar a sus integrantes. En la situacin actual la debilidad de las empresas al vender, al comprar, sea bienes o dinero, al investigar, etc., es tan manifiesta que puede afectar incluso a la supervivencia de un buen nmero de ellas.Pg. 332

T

A forja es una de las actividades tradicionales de nuestro pas, con las ferreras durante quinientos aos (hasta avanzado el siglo XIX) como antecedente ms destacado. Las primeras mquinas de forja de las que se tiene constancia fueron martillos de vapor puestos en marcha en Astilleros Euskalduna de Bilbao hacia 1.890 y que fueron sustituidos por sistemas de estampa de piezas en serie los primeros aos del siglo XX. Los principales demandantes eran los fabricantes de aperos de labranza, herramientas y armas abastecidas por empresarios tan representativos como Patricio Echeverria de Legazpia, que en sus comienzos fue herrero de fragua y yunque, y Lzaro Unzueta de Elgoibar que forjaba caones de armas, por el mismo sistema. Hacia los aos treinta las forjas se extendieron por amplias zonas de nuestro pas. Pero el mayor desarrollo se produjo al final de los sesenta y en la primera mitad de los setenta, perodo en que las acciones concertadas con la Administracin Central posibilitaron fuertes inversiones y consiguientes aumentos de las capacidades productivas que trataban de atender la creciente demanda general y en especial la de la industria de automocin. El hecho de que la demanda de las empresas de forja guarde una importante relacin con la de la industria en general (y de forma creciente con la de los montadores de vehculos), hace que en su evolucin se hayan producido fluctuaciones del mismo orden que la actividad industrial en general.

La importancia de la forja guipuzcoana

E

N los primeros aos ochenta las empresas de forja, al igual que otros sectores de la Comunidad Autnoma Vasca, sufrieron una aguda crisis que lleg a amenazar la supervivencia de un buen nmero de ellas. De los estudios llevados a cabo en aquellas fechas destacan:

Metalmecnica

Estudio de la situacin tecnolgica del sector de forja por estampacin en la Comunidad Autnoma del Pas Vasco. Idom Junio 1985 Forja y fundicin para Automocin. Informes sectoriales de la C.A.P.V. Federacin de las Cajas de Ahorro Vasco Navarras. Julio 1986. La forja por estampacin en la Comunidad Autnoma del Pas Vasco. 1989. Estudio de la estructura y organizacin espacial de la actividad econmica en Guipuzcoa. El sector de forja. Equipo dirigido por Marisol Esteban Calanza. 1990. Diversos informes sobre la evolucin econmica de la forja por estampa en Espaa de la Sociedad de Industrias de Forja por Estampacin (SIFE).

Empresas de forja por estampacin C.A.P.V.FORJADO CALIENTE FERREOS NO FERREOS FRIO TOTALFuente: Informes citados

N EMPRESAS 33 31 2 2 35

VENTAS (TM) 88.096 86.596 1.500 4.377 92.473

La forja en caliente de acero es el subsector ms importante con casi un 94% del total de las toneladas vendidas. Las 31 empresas especializadas en esta actividad tienen un peso relativo muy diferente, ya que slo uno de ellos (Patricio Echeverria) representaba hasta el 23% del total, siendo el lder destacado. Le sigue un bloque Su evaluacin de la evolucin del sector se refleja en de trece empresas que vendan entre 2.000 y 6.500 Tm cada una, y que constituyen el 55% de las ventas totael siguiente cuadro. les. Las once empresas con ventas entre 1.000 y 2.000 Tm llegaban a representar Forja por estampacin en caliente C.A.P.V. un 18% del total y finalmente, un grupo de seis con ventas inferiores a las 1.000 Tm y Ao 1985 1986 1987 1988 1989 que tan slo suponan el 5% restante Teniendo en cuenta que en el conjunto N empresas 31 31 31 31 31 espaol el nmero de empresas de forja Personal 3.309 3.155 2.883 2.589 2.500 por estampacin es de 44, las de la Ventas TM 71.215 72.864 75.475 82.564 86.596 C.A.P.V. (35) representan casi el 80% y % TM exportacin 14 13 11 11 12 hasta el 60% del empleo. Dentro de nuestra Comunidad Autnoma, Gipuzkoa Ventas (Mill.Ptas.) 16.808 18.092 18.786 20.588 21.758 Vtas. (Mill.Ptas.) absorba del orden del 70% de la producConstantes 1985 16.808 16.697 16.569 17.197 16.988 cin y el empleo, ocupando en las forjas principales el liderazgo del sector en su TM/Persona 21,5 23,1 26,2 31,9 34,6 especialidad. Mill.Ptas./Persona 5,1 5,7 6,5 7,9 8,7Pers. Medio EmpresaFuente: Informes citados.

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81

Evolucin reciente

El nmero de empresas permaneci estable, registrndose un fuerte descenso del personal ocupado durante el perodo considerado (casi el 25%) al pasar de 3.309 a 2.500) y en trminos absolutos 809 trabajadores. A su vez, las ventas crecieron un 21,6% (de 71.215 a 86.596 Tm), de las que a la exportacin nicamente se destinaron entre el 11 y el 14%, mientras a precios constantes los precios se deterioraban, con un gran descenso del empleo medio por empresa. Incluyendo las dos empresas de estampacin en fro que haba en la C.A.P.V., la situacin en 1.989 era la siguiente:

OS ltimos aos han sido de una extraordinaria importancia para esta actividad al producirse importantes fusiones entre empresas del sector mientras al mismo tiempo, por un lado cerraban algunas forjas y por otro se realizaban destacadas inversiones en un acelerado proceso de actualizacin tecnolgica dentro de una tendencia a la especializacin productiva, todo lo cual ha permitido un gran aumento de la competitividad. Las ayudas del Gobierno Vasco han jugado un papel muy importante en toda esta evolucin. Dentro de los procesos de fusin hay que destacar el de Sistemas Forjados de Precisin (SFP) que englob las forjas de Tolsan (Amorebieta), Irimo (Legazpia), Forjas de Lazcano, Talleres y Forjas de Elorrio y Ochandiano y Echeverria, as como Norberto Arizmendi, ambas de Eibar, que se llev a cabo medidados los aosPg. 333

L

Estructura econmica de Gipuzkoa

noventa y supuso el cierre de las plantas productivas de estas dos ltimas empresas. Poco antes se haba producido, bajo el liderazgo de Forjanor/Sidenor la concentracin de Forjas de Asua, Basauri y Villaba (Madrid) tomando el nombre de Forjas de Villalba (Favisa), quedando las instalaciones de esta ltima. Posteriormente, este grupo ha tomado tambin el control de Forjas Garaciaga (Elgeta) y Formex (Durango). Asimismo, G.S.B. (Grupo Siderrgico Vasco) Forja es el resultado de la separacin de la forja de herramientas de Patricio Echeverria (Legazpia) de la comercial, es decir la que suministra directamente la demanda del mercado, configurndose como un grupo acerista/forjador con plantas en Legazpia, Orense (la antigua Forjas de Galicia) y Blgica. Asimismo, G.S.B- Galfor, S.A. cuenta adems de la planta de Legazpia con otras en Galicia y Blgica. Otro proceso similar a principios de los noventa protagoniza-

do por las Forjas de Ermua y Amorebieta tom la denominacin de Forjaunin / Forging Products, S.L. Todo ello ha supuesto una configuracin del sector muy distinta a la de hace una dcada.

Ubicacin geogrfica de las empresas

L

AS forjas siguen teniendo una gran presencia en la Comunidad Autnoma del Pas Vasco (del orden de dos terceras partes del conjunto espaol), si bien las comparaciones con pocas anteriores son difciles por cuanto de acuerdo con los criterios internacionales solo se consideran las que tienen un carcter comercial, es decir, las que atienden la demanda del mercado sin incluir las que forman parte de un proceso empresarial integrado y producen nica o mayoritariamente para su propias necesidades.

Distribucin geogrfica de las principales empresas de forja por estampacin en la C.A.P.V. 1998Empresas FORJA EN CALIENTE DE ACERO ALCORTA BROCKHAUS, S.L. EUSKAL FORGING, S.A. (forja libre) FORJAS ALBIZU, S.A.. (forja libre) FORJAS DE IRAETA, S.A. (forja libre) FORGING PRODUCTS, S.L. FORJADOS Y PRENSADOS, S.A. FORJAS AREITIO, S.A. FORJAS DE BERRIZ, S.A. FORJAS GARACIAGA, S.A. FORJAS VASCO ASTURIANAS FORJAS Y ESTAMPACIONES IGLESIAS. FORJAS UNIDAS VASCAS FORJAS DE ZALDIBAR, S.A. FORJAS DE ZUMARRAGA, S.A. G.K.N. - F.P.L. G S B - FORJA ZUBIONDO, S.A.L. RIOGALINDO, S.L. SISTEMAS FORJADOS DE PRECISION, SAL (S F P) SUPER EGO TOOLS SUTOKI, S.A. TRANSPORT AUTOMOTIVE, S.A. ULMA FORJA, S.COOP. TOTALFuente: SIFE - Elaboracin Propia

Territorio Histrico Alava Gipuzkoa X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X 4 11 9 X Bizkaia

Pg. 334

Metalmecnica

La forja de la Comunidad Autnoma Vasca sigue representando del orden de las dos terceras partes del conjunto espaol, manteniendo las guipuzcoanas el liderazgo tradicional.

La produccin

L

A situacin anteriormente descrita, en que empresas tradicionales vascas de forja tienen plantas productivas fuera de nuestra Comunidad Autnoma y que otras ubicadas en otras provincias producen en nuestro pas, dificulta extraordinariamente conocer el valor de la produccin. Segn las informaciones facilitadas por la Sociedad de Industrias de Forja por Estampacin (SIFE) las entregas en el perodo 1983/1997 del conjunto del sector han evolucionado de la siguiente manera

Evolucin de las entregas en Tn netas

200000 180000 160000 140000 120000 100000 80000 60000 40000 20000 0

ESPAA

Exportaciones Mercado interior

1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997

Fuente: SIFE Fuente

Pg. 335

Estructura econmica de Gipuzkoa

A partir de 1988 la produccin mantuvo una clara tendencia descendente, como el conjunto del sector industrial, para llegar en 1993 a la cota ms baja e iniciar una fuerte recuperacin que tras un ligero retroceso en 1996 alcanz un nivel histrico en 1997 con 178.258 toneladas, por valor cerca de 42.000 millones de ptas. Las estimaciones para 1.998 elevan la produccin a unas 200.000 Tn. Hay que recordar que del orden del 65%, es decir, unas 116.000 se producen en la C.A.P.V., siendo Gipuzkoa el territorio ms destacado. Los principales demandantes son las empresas de automocin (64% del total), y creciente participacin, seguidas de los fabricantes de valvulera (19%) y maquinaria agrcola (7%). Minas, obras pblicas y construccin y la construccin mecnica le siguen a gran distancia. De las 178.258 Tn, el 58% se destinaron el mercado interior y el restante 42% a la exportacin, lo cual es muy destacable, sobre todo si lo comparamos con el 11% de hace una dcada. El esfuerzo de los fabricantes, bien es cierto, que obligados por las circunstancias, es muy meritorio.

Evolucin del empleo en el sector (Espaa)

4.500

Personal empleado

4.000 3.500 3.000 2.500 2.000 1.500 1.000 500 0

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

Fuente: SIFE Fuente

Empleo

C

OMO puede comprobarse el descenso ha sido muy acusado hasta 1.996 en que superaba ligeramente los 2.500 ocupados (de ellos unos 1.600 en C.A.P.V.),Pg. 336

para cambiar de tendencia e iniciar una ligera pero significativa recuperacin que se ha confirmado en 1.998. Los logros en la productividad cualquiera que sea la variable que se elija (Tn/hombre/ao o millones de ptas. por empleo/ao), han tenido un creciente espectacular.

Metalmecnica

Evolucin de las productividades (Espaa)

70

60

Toneladas - Millones Ptas.

50

40

Mill. Ptas. / hombre - ao Tn / hombre - ao

30

20

10

0 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997

Fuente: SIFE Fuente

Las ayudas del Gobierno Vasco

E

N el programa del Gobierno Vasco conocido como Ayudas a las empresas en dificultades en los primeros aos ochenta la presencia de las empresas del sector fue reducida, pero de gran importancia para los que lograron acogerse al mismo. Posteriormente en el Plan de Relanzamiento Excepcional de Empresas y Sectores Industriales (PRE) y con vigencia para el trienio 1.985/1.987 se concedi ayudas a 17 empresas de forja con una repercusin muy favorable. Las ayudas totales ascendieron a 1.132 millones de pesetas, de las que 545 millones subvencionaron el empleo excedentario y los 587 millones restantes las inversiones. . Adems de estas subvenciones el Gobierno Vasco concedi avales ante intermediarios financieros por un importe de 795 millones de ptas., para financiar las inversiones aprobadas. Posteiormente la acusada crisis de los primeros aos noventa aconsej al Gobierno Vasco volver a apoyar a las empresas industriales por medio del conocido como Plan 3R. Un total de ocho empresas del sector se beneficiaron con la concesin de avales por importe de 1.163,5 millones de ptas. y subvenciones de 645. Tambin hay que sealar las ayudas para Alianzas estratgicas interempresariales contempladas en el Programa de Competitividad y las ayudas para I+D, especialmente con cargo al Programa de Gestin Tecnlogica e Innovacin (PGTI), as como los convenios

con los centros tecnolgicos tutelados. Todo ello ha tenido una gran importancia para el sector que a contado con un apoyo importante primero para superar la crisis y despus para su reordenamiento

Perspectivas

T

RAS la importante reordenacin sectorial, los forjadores de la Comunidad Autnoma Vasca defienden su cuota en el mercado espaol y ganan posiciones en los mercados comunitarios que absorben hasta el 64% del total de las ventas a terceros. Amrica del Norte con el 20% es cada vez ms importante. La tradicin, el saber hacer, la proximidad de las materias primas homologadas a nivel internacional constituye una ventaja comparativa. Tambin habra que sealar el menor coste de personal en relacin con los pases europeos ms desarrollados. Pero junto a todo ello hay que considerar que los principales clientes de nuestros forjadores los montadores de vehculos se caracterizan por polticas de aprovisionamiento muy abiertas con precios decrecientes. La gestin de los pedidos es adems larga y costosa. Agregar que la diversificacin de los clientes sectorialmente considerados, presenta importantes dificultades. La innovacin tecnolgica exige cuantiosas inversiones para lo que el tamao empresarial al igual que para la comercializacin a nivel mundial resulta fundamental.Pg. 337

Estructura econmica de Gipuzkoa

14.2 Artculos acabados en metal 1 Tornillera

nas empresas se autoabastecen de tornillera sin que sea posible de desglosar el valor de su produccin total. Adems hay que aadir la atomizacin de esta actividad en la que estn presentes empresas de muy reducido tamao y ocupacin.

Los antecedentes

L

A tornillera es una de las actividades industriales tradicionales de la Comunidad Autnoma del Pas Vasco con especial implantacin en Gipuzkoa a pesar de lo cual resulta difcil conocer la magnitud de sus principales variables socio-econmicas a lo que contribuye la falta de una asociacin unitaria con visin global como ocurre en otros sectores. Segn la Clasificacin Nacional de Actividades Econmicas (CNAE 93), las empresas, especializadas en esta produccin, se engloban dentro de la divisin 28 (fabricacin de productos metlicos excepto maquinaria y equipo), grupo 28.7 (fabricacin de productos metlicos diversos, excepto muebles) y 28.740 (fabricacin de pernos, tornillos, cadenas y muelles). Por procesos de fabricacin se distingue la estampacin en fro y caliente y el decoletaje, utilizndose diversas clases de materiales, pudiendo ser los productos obtenidos normalizados o especiales. Los compradores de tornillera se integran en los ms diversos sectores que a su vez demandan calidades dispares. La evolucin tecnolgica de los medios productivos utilizados ha sido acelerada en los ltimos aos, sobre todo en decoletaje. Para conocer la situacin actual con la mayor fiabilidad posible se han utilizado informaciones de Eustat (Instituto Vasco de Estadstica) del Registro Mercantil en el caso de las empresas ms significativas, la Asociacin Vasca de empresas fabricantes de tornillera (ASNEFAT) y entrevistas con los responsables de sociedades dedicados a la fabricacin de tornillera, as como proveedores y expertos relacionados con el sector. Tambin han consultado los datos de la Asociacin Espaola de Fabricantes de Elementos de Fijacin Metlicos (ASEFI) que engloba a sociedades del sector del conjunto espaol.

L

Las empresas guipuzcoanas

A tornillera tradicionalmente se ha concentrado en Gipuzkoa y sobre todo en la cuenca del ro Deba siendo Placencia de las Armas/Soraluze la poblacin que acoga al mayor nmero de empresas. En 1975 el nmero de establecimientos especializados censados en la Comunidad Autnoma Vasca era de 118 de los que se ubicaban en Alava 10, en Gipuzkoa 77 y en Bizkaia 31. Los primeros aos ochenta, el valor de la produccin tornillera espaola se evaluaba en unos 25.000 millones de ptas., de los que se estimaba que algo ms de la mitad (unos 13.000/14.000 millones de ptas.) se produca en la Comunidad Autnoma del Pas Vasco. As, en el informe sectorial de la Federacin de Cajas de Ahorros Vasco-Navarras (1985), se citan 84 empresas de la Comunidad Autnoma del Pas Vasco, de las que cinco, se encontraban en Alava, cincuenta y ocho en Gipuzkoa y veintiuna en Bizkaia, lo que parece indicar una mayor tendencia a la concentracin en Gipuzkoa. Se trataba de empresas de reducido tamao con gran dispersin en la poblacin ocupada, en torno a una media de los 30 trabajadores. Los informes analizados para el Plan de Relanzamiento Excepcional (PRE), mediados los aos ochenta, no aportan informaciones sobre el conjunto del sector considerando que los asociados de Asvefat, que en aquellas echas eran 28, representaban el universo del sector. De las veintiseis empresas que solicitaron acogerse al Plan de Relanzamiento Excepcional, 18 (el 69%) eran guipuzcoanas, 6 (el 23%), vizcainas y 2 (el 8%) alavesas. Se manifestaba que sus 1.195 empleados representaban el 90% de la ocupacin total, facturando 11.000 millones de ptas. Unicamente dos empleaban a ms de 200 trabajadores, tres tenan plantillas entre 100 y 200 y las restantes veintiuna menos de 100.

L

La situacin actual

AS dificultades para conocer con fiabilidad el conjunto del sector se derivan, como ya hemos adelantado, de la falta de una asociacin unitaria y con visin global pero tambin del hecho de que algu-

L

AS principales empresas guipuzcoanas especializadas en tornillera son las siguientes, ordenadas por municipios:

Pg. 338

Metalmecnica

Empresa PASCUAL CHURRUCA TORNILLERIA ORNESAGASTI TALLERES ALEJANDRO URRESTARAZU INDUSTRIAS GOL CARMELO MENDIZABAL TORNILLERIA MECANICA LASHER T. MENDICUTE ECENARRO S. COOP. TORNILLERIA DEBA T. UNZURRUNZAGA (TORUNSA) TAMU SEGUR I.GORA ARGUI (TRITOR) TORNILLERIA ELCORO EIBAR DECOLETAJE TORNILLERIA ZETA GREGORIO FERNANDEZ TORLASER T. LEMA DECOLETAJE LOPEZ AJUBITA JULIO RETOLAZA MATZ-ERRAKA FIXTOR, S.A. INDUSTRIAS LEIN PANELFISA ZUBIZARRETA GOROSABEL ESPARRAGOS Y TORN. ESPAOLES

Localizacin SORALUZE SORALUZE SORALUZE SORALUZE SORALUZE SORALUZE SORALUZE BERGARA BERGARA BERGARA BERGARA BERGARA BERGARA BERGARA ELGUETA ELGUETA EIBAR EIBAR EIBAR EIBAR EIBAR ELGOIBAR ELGOIBAR ANZUOLA RENTERIA ORIO TOLOSA MONDRAGON MONDRAGON OATE

Estamp.Fro X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X

Estamp.Caliente X X

X

X X

X

Pg. 339

Estructura econmica de Gipuzkoa

No se incluyen los fabricantes de tuercas ni de arandelas, entre los que destaca Soraluze Hermanos de Azcoitia, ni los de decoletaje, actividad con varios pequeos talleres.

Empleo, facturacin y situacin econmico-financieraA plantilla de los tornilleros guipuzcoanos se sita en torno a los 1.000 trabajadores, con una ocupacin media algo menor a las treinta personas. Un informe de Asvetat de 1996 estableca en 584 los trabajadores de sus dieciocho empresas asociadas (32 de media). Segn las informaciones facilitadas por una muestra representativa de las empresas del sector la edad media de los empleados es de cerca de 43 aos, de los que menos del 7% es menor de 30 aos, una cuarta parte entre 30 y 40 y el restante 60% se reparten casi a partes iguales entre los comprendidos entre 40 y 50 aos y los que sobrepasan esta edad. De las entrevistas mantenidas se deduce una doble preocupacin entre los empresarios del sector. Por un lado la falta de formacin externa para dar respuesta a las necesidades especficas de la tornillera y por otro, la escasa adecuacin de las plantillas con cualificacin apropiada a las necesidades actuales de las empresas del sector. El valor de la produccin del sector tornillero guipuzcoano (excluyendo decoletaje, arandelas y tuercas) puede evaluarse en unos 13.000 millones de ptas., lo que supone una media por empleo de unos 13 millones de ptas. Segn un informe de ASVEFAT a que anteriormente nos hemos referido,sus 18 asociados con 584 empleados facturaban 9.800.000 millones de ptas. (media de casi 17) lo que no parece extensible al conjunto del sector. De la facturacin total casi un 70% es de estampacin en fro y el restante 30% en caliente. Como en otras muchas actividades industriales de nuestra Comunidad Autnoma, y en concreto las guipuzcoanas, en la tornillera el destino principal de la produccin es la automocin (casi la mitad) seguida de las obras pblicas (9%), y electrodomsticos (5%). La exportacin directa nicamente supone un tercio de la facturacin de las empresas y basada en los productos obtenidos por estampacin en caliente (casi el 60% de lo que producen las empresas dedicadas a esta especialidad) siendo los principales pases destinatarios Francia y Alemania. De los restantes compradores exteriores solo tienen alguna entidad los del Benelux. La automocin es tambin mayoritariamente el destino de estas ventas. En los estudios llevados a cabo para el Plan de Relanzamiento Excepcional (PRE), a fines de 1985, tras un largo perodo de coyuntura adversa, el anlisis de la situacin econmico-financiera ya evidenciaba quePg. 340

L

una parte de las empresas del sector presentaban graves desajustes patrimoniales; otras, sin llegar a deterioros sustanciales, atravesaban serias dificultades y un nmero menor segua obteniendo resultados favorables y mantena un equilibrio patrimonial normal. Esta situacin se ha corregido en sus aspectos bsicos, entre otras razones por la desaparicin de las empresas ms dbiles del sector. Segn los datos recogidos del Registro Mercantil, las empresas ms significativas obtienen resultados favorables en el trienio 1995/1997, aunque muy desiguales en cuanta y porcentaje sobre las ventas o los fondos propios. Los aprovisionamientos representan el mayor porcentaje de las ventas incluso por encima del 50%, seguido del coste de personal que se sita en torno al 30%, registrndose grandes fluctuaciones en los suministros exteriores (entre el 9 y el 22%) y las amortizaciones.

Ayudas del Gobierno Vasco

E

N la primera actuacin del Gobierno Vasco, por el programa Ayudas a las empresas en dificultades en los primeros aos ochenta, fueron dos las empresas beneficiadas que recibieron 330 millones de ptas en prstamos (250 y 80) a diez aos con dos de carencia y subvenciones no reintegrables por 121 millones de ptas. .(50 y 71). A su vez en el Plan de Relanzamiento Excepcional de Empresas y Sectores Industriales (PRE), con vigencia para el trienio 1985/1987, se acogieron veintiuna empresas consideradas como tornilleras. Las ayudas al sector para financiar las reducciones de plantillas y las inversiones fueron las siguientes:

EMPLEON de trabajadores excedentarios propuesto por las empresas y aprobados por el Gobierno Vasco Subvenciones no reintegrables concedidas por el Gobierno Vasco (en millones de ptas.)

199 299

INVERSIONESInversiones propuestas por las empresas y aprobadas por el Gob. Vasco (en millones de ptas.) Subvenciones aprobadas (en millones de ptas.)

2.079 438

Metalmecnica

Adems de estas subvenciones el Gobierno Vasco concedi avales por un importe de 776 millones de ptas. para financiar las inversiones aprobadas y ayudas para I+D, con cargo a un programa especfico. La acusada crisis de los primeros aos noventa aconsej volver a apoyar a las empresas industriales de la Comunidad Autnoma para lo que se puso en marcha el Plan de actuacin extraordinario para empresas industriales en dificultades. Se acogi a este Plan una sola empresa del sector que con un excedente aceptado por el Gobierno Vasco de 88 trabajadores, recibi una subvencin no reintegrable de 266 millones de ptas.

Perspectivas del sector

L

A tornillera como producto no puede incluirse entre los de demanda ms dinmica en el futuro. Adems se registra una clara tendencia a la prdida de la marca identificadora de calidad y de un fabricante concreto, lo que acaba repercutiendo negativamente en los precios de venta y en el abastecimiento cada vez mayor por los pases emergentes como los del Extremo Oriente. El reducido tamao de la mayor parte de las empresas guipuzcoanas de este sector constituye una debilidad muy importante por cuanto determina los niveles de gestin y la capacidad real de invertir en tecnologas de

produccin avanzada, comprar en condiciones ventajosas y actuar comercialmente sobre una parte sustancial de la demanda global. Las distintas actuaciones sectoriales del Gobierno sobre todo con el Plan de Relanzamiento Excepcional (PRE) impulsaron la formacin de grupos con diversas finalidades, entre otros el control productivo, la ordenacin subsectorial de la fabricacin y hasta el almacenamiento, sin los logros suficientes que requiere el sector, pues las dificultades para llegar a acuerdos importantes entre los empresarios para abordar conjuntamente estas tareas son manifiestas y no estn permitiendo, al menos desde el punto de vista global, la aplicacin de las soluciones necesarias. Adems, el sector, cuya facturacin tanto interior como exterior va dirigida mayoritariamente a la automocin, se ve afectado negativamente por la reduccin impuesta del nmero de proveedores y por el alejamiento de las decisiones. En este contexto, algunas empresas han logrado abastecer nichos concretos de mercado produciendo en condiciones competitivas pero el sector en su conjunto no obtiene la rentabilidad acorde con la situacin coyuntural del pasado reciente y volver a ser sensible a una nueva situacin depresiva (sobre todo en la medida que afecte a la automocin y los electrodomsticos). En cualquier caso, la experiencia todava reciente en afrontar las crisis, debera permitir sortear las situaciones negativas, en espera de los cambios estructurales inevitables.

Pg. 341

Estructura econmica de Gipuzkoa

2.- HerramientasESDE pocas lejanas la actividad industrial vasca se ha caracterizado por el dominio de las tcnicas necesarias para la obtencin del hierro y su transformacin en los productos que en cada poca se han demandado. Dentro de este proceso la fabricacin de herramientas manuales ha ocupado tradicionalmente un lugar destacado. Esta circunstancia explica su gran concentracin actual en la Comunidad Autnoma Vasca y especficamente en Gipuzkoa y en consecuencia su importancia en nuestra economa. En la Clasificacin Nacional de Actividades Econmicas (CNAE 93) dentro de la Fabricacin de artculos de cuchillera y cubertera, herramientas y ferretera (28.8) se incluye la Fabricacin de Herramientas manuales (28.621) que a su vez comprenden las siguientes subclases: Herramientas manuales, como tenazas, martillos, destornilladores, etc. Palas, azadones, rastrillos, etc. para usos agrcolas. Sierras y hojas de sierras manuales no mecnicas. Utiles intercambiables para herramientas de mano no mecnicas: brocas, punzones, etc. Herramientas de herrero: forjas, yunques, etc. Tornillos de banco y abrazaderas, entre otros Se trata pues de un sector que fabrica un elevado nmero de productos de notable heterogeneidad que tienen en comn el ser herramientas de uso manual. SuPg. 342

D

elaboracin exige procesos de produccin diferentes destinndose estos bienes a compradores diversos. Su demanda ha estado tradicionalmente ligada a la actividad industrial pero los ltimos aos los cambios en los comportamientos sociales estn generando un nuevo mercado ( conocido como bricolaje) que abre nuevas posibilidades a las empresas tradicionales. El nmero de establecimientos que fabrican herramientas manuales es reducido con una gran concentracin en Gipuzkoa, como ya hemos adelantado. Su tamao es diverso aunque con predominio de las pequeas y medianas, que utilizan procesos de produccin generalmente muy integrados. En ocasiones tambin producen otros bienes siendo durante los ltimos aos muy destacable la toma de control de algunas de nuestras principales empresas por multinacionales del sector.

Localizacin y empleo

L

A fabricacin de herramientas manuales se ha concentrado tradicionalmente en la hoy Comunidad Autnoma del Pas Vasco y dentro de la misma en Gipuzkoa. Segn las informaciones disponibles del orden de las tres cuartas partes de las empresas y el 90% del empleo e incluso una cifra mayor del valor de la produccin se ubicaban en nuestro pas en 1985 sin que a pesar de los notables cambios de los ltimos aos se haya modificado sustancialmente esta situacin salvo en la prdida relativa del nmero de establecimientos industriales. Aunque las estadsticas sectoriales de hace ms de treinta aos hay que tomarlas con cautela segn las informaciones disponibles en 1967 eran 85 las empresas especializadas en la construccin de herramientas manuales en el conjunto espaol que se redujeron a 41 en las dos dcadas siguientes (en 1.985) y a 33 actualmente.

Metalmecnica

Localizacin geogrfica de las empresasComunidad Autnoma Pas Vasco Catalua Resto TOTAL N 37 2 2 41 1985 % s/Total 90 5 5 100 N 24 5 4 33 1998 %s/Total 73 15 12 100

Fuente: Herramex. Elaboracin propia.

El tamao medio de las empresas vizcainas y sobre todo alavesas es muy superior al de las guipuzcoanas a pesar de lo cual la fabricacin de herramientas manuales se concentra mayoritariamente en esta provincia, y principalmenteen la cuenca del ro Deba.

Entre las empresas ms destacadas del sector figuran Bellota Htas., S.A. con facturacin cercana a los 9.000 millones de ptas. anuales con plantas en Legazpia e Idiazabal (Gipuzkoa) y Olloqui (Navarra) y que destina del orden del 40% de su facturacin a la exportacin. Eurotools (ms de 8.000 millones en 1.998) comercializa sus productos con las marcas Irimo (Urretxu), Palmera (Irn) y Acesa (Vitoria), propiedad desde 1.995 de la norteamericana Snap-on lder mundial en herramientas manuales de alta precisin. Una parte sustancial de su produccin se destina a la exportacin. Actualmente lleva a cabo un ambicioso programa de inversiones. A su vez Super-ego Tools, S.A., controlada por la alemana Rothenberger ocupa asimismo un lugar destacado en el sector. La ubicacin, por territorios histricos, de las 24 empresas de la Comunidad Autnoma Vasca se refleja en el cuadro siguiente:

Ubicacin por territorios histricos de las empresas de la C.A.P.V. 1998Territorio histrico Empresas Acha Herramientas Precisin, S.L. Altuna Hnos., S.A. Alyco Tools, S.A. Bellota Htas., S.A. Bianditz, S.A. Erizo, S.A. F.E.C.I.N., S.A. Grip-on Tools, S.A. Htas. El labrador, S.A.L. Htas. Ermua, S.L. Eurotools-Acesa Eurotools-Irimo Eurotools-Palmera Industrial Elco, S.A. Irazola, S.A. Irega, S.A. Jaz Zubizaurre, S.A. Larzep Melchor Gabilondo, S.A. Ocamca Hnos., S.A. Kappa, S.L. Super-ego Tools, S.A. Toolex Zenten Bernhard Groten, S.L. TOTAL 2 X X 17 5 X X X X X X X X X X X X X X Alava Gipuzkoa X X X X X X X X Bizkaia

Fuente: Herramex. Elaboracin propia. Irega, S.A. tiene planta productiva en Bizkaia. Fuente

Pg. 343

Estructura econmica de Gipuzkoa

El empleo en el sector, al igual que en otras actividades industriales ha registrado importantes fluctuaciones en los ltimos aos al pasar, en el conjunto de la actividad de los 6.213 trabajadores directamente ocupados en 1976 a los 4.471 diez aos despus en 1985, para continuar perdiendo entidad los ejercicios siguientes hasta llegar a los 2.500 en 1998. En el perodo 1992/1998 la evolucin ha sido la siguiente:

C.A. Pas Vasco Evolucin empleo 1992/1998Ao 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 N Trabajadores 2.890 2.267 2.428 2.213 2.253 2.338 2.500 Indice 100 78 84 77 78 81 87

El consumo de herramientas manuales del mercado espaol ha tenido una favorable evolucin durante los ltimos aos, aunque con los fuertes altibajos derivados del diverso comportamiento de la industria en general. Segn las informaciones disponibles fue en la primera parte de los aos ochenta cuando por primera vez el mercado interno super los 10.000 millones de ptas. para multiplicarse por ms de cuatro en poco ms de una dcada. Ocurre lo mismo aunque con menor intensidad (3,49) veces en un sector tan significado como la construccin de mquinas-herramientas para el trabajo de los metales. En los cuatro ltimos aos considerados, la demanda interna ha pasado de los 27.370 millones de ptas. a 45.100, es decir se ha multiplicado por 1,65, aunque a ritmos interanuales variables que han ido desde el 27,9 en 1.996 hasta el 14,7% del ltimo ejercicio.

Destino de las ventas

D

Fuente: Herramex. Elaboracin propia. Fuente

Es obligado sealar que las innovaciones tecnolgicas (en producto pero sobre todo en fabricacin) han obligado a cambios importantes en las condiciones profesionales del personal necesario.

Evolucin del sector

L

A evolucin de las principales variables del sector durante el ltimo cuatrienio (1.995-1.998) presenta un gran inters en la medida en que no solo refleja la situacin actual sino porque recoge la recuperacin del sector tras la crisis de los primeros aos noventa.

URANTE el perodo considerado las ventas de herramientas manuales han tenido una evolucin muy positiva (sobre todo en comparacin con los aos inmediatamente anteriores) al pasar de poco ms de 26.000 millones de ptas. en 1.995 a los casi 42.000 del pasado ao, es decir un crecimiento del 60% que adems se produce de manera ininterrumpida aunque con ritmos variables y que el ltimo ejercicio fue del 13,8% interanual. La buena coyuntura tanto del mercado espaol como en menor medida de la de los pases a los que habitualmente exportamos, y que nuestros fabricantes han sabido aprovechar, explica esta situacin. Los principales productos demandados siguen siendo las herramientas para taller (llaves de distintas clases, limas, alicates, etc.) que pueden representar en torno al 50%, seguidos de otras clases de herramientas (incluidas las de tubo) as como las destinadas a las labores agrcolas. En los ltimos aos la demanda de

C.A. PAIS VASCO Evolucin de las principales magnitudes (en millones de ptas.)Concepto Ventas totales Mercado interior Importaciones Consumo aparente Exportaciones Balanza comercial 1995 26.060 13.700 13.670 27.370 12.360 -1.310 1996 32.273 19.260 15.670 34.930 13.013 -2.657 1997 36.578 21.310 17.996 39.306 15.268 -2.728 1998 41.634 25.317 19.783 45.100 16.317 -3.466 %(1998/1997) +13,8 +18,9 +9,9 +14,7 +6,9 +27,1

Fuente: Herramex. Elaboracin propia. Empresas asociadas a Herrramex. Las importaciones y exportaciones de 1.998 son estimadas. Fuente

Pg. 344

Metalmecnica

tiles para bricolaje es creciente. Las empresas Eurotools (Acesa, Irimo, Palmera) junto con Bellota Htas., S.A. y Super.-ego Tools, S.A., por este orden lideran el ranking por volumen de ventas.

Mercado interior

L

AS ventas al mercado espaol representan la mayor parte de las totales entre el 53 y el 60%, en el cuatrienio 1.995/1.998. En trminos absolutos el aumento fue de 11.617 millones de ptas., el 84,7%, al pasar de 13.700 a 25.317 millones de ptas. En el ltimo ejercicio el aumento fue de 19,8% Durante la ltima dcada (a partir de la adhesin espaola a la hoy Unin Europea), la oferta exterior ha abastecido cantidades crecientes al mercado interior, si bien nuestros fabricantes han sabido defender, en lneas generales, su cuota de mercado. El crecimiento del consumo ha permitido el aumento de las cifras globales de los fabricantes propios y forneos.

Las exportaciones

Europea, que inevitablemente lleva a una mayor presencia de la oferta exterior, como ha ocurrido en todos los sectores industriales. Tambin hay que sealar las importaciones de menor calidad y precio de pases emergentes. Las mismas reas y pases a los que ms se exporta son tambin los que mayores cantidades de herramientas manuales suministran, en trminos de valor econmico. Alemania ocupa el primer lugar (26% del total), seguida de Francia (18%), Italia (9%), Taiwan (8%), Repblica Popular China (7,2%) y Pases Bajos (6,2%). Si por el contrario tomamos como referencia el peso, los chinos pasan a ocupar el primer lugar con el 18% del conjunto. Las herramientas que se compran los pases del Sureste asitico, son de menor calidad y valor que las que se adquieren a otros pases ms desarrollados, lo que se evidencia en el precio medio por kg. Importado. Sus principales demandantes son el bricolaje y las destinadas a usos domsticos. Tambin hay razones para poder estimar que una parte de los productos que compramos a otros pases europeos, han sido fabricados en Chjina, Taiwan o la India.

L

A exportacin representa el restante 40/47% de las ventas totales, habiendo pasado de los 12.360 millones de 1.995 a los casi 16.317 cuatro aos ms tarde (crecimiento del 32%) Los pases comunitarios compran ms de la mitad, seguidos de los americanos (una cuarta parte) los asiticos (una dcima) y cantidades mucho menores los africanos. Los principales pases compradores son: Alemania (12,9% del total), Portugal (11%) y a una importante distancia Francia (6,6%), Estados Unidos y BlgicaLuxemburgo (5,5% cada uno), Italia (5,4%) y Cuba (5%). Entre los doce principales pases compradores representan las dos terceras partes del total de las exportaciones. Super-ego Tools, S.A., controlada por la alemana Rhotenberger, es la empresa lder en las exportaciones del sector.

C.A. PAiS VASCO Distribucin de las importaciones por reas geogrficas (en % del total)Area Europa Asia Amrica TOTAL 1995 73 19 8 100 1996 73 19 8 100 1997 74 19 7 100 1998 75 20 5 100

Fuente: Herramex. En base a datos de la Direccin General de Fuente Aduanas. Los datos de 1.998 son estimados.

Las importaciones

Balanza comercial

L

AS importaciones de herramientas manuales abastecen entre el 44 y el 50% de la demanda espaola de estos bienes con una tendencia porcentual creciente aunque con notables altibajos. En trminos absolutos se ha pasado de los poco ms que 2.300 millones de 1.985 a los cerca de 20.000 actuales, es decir 8,6 veces ms. Esta trayectoria se explica bsicamente por dos circunstancias. La primera el fuerte aumento de la demanda (que anteriormente hemos sealado) y por otro la liberalizacin del mercado interior, consecuencia de la adhesin espaola a la Unin

L

A balanza comercial exterior del sector fue ampliamente excedentaria durante la dcada de los aos ochenta, para conforme se materializaba el desarme arancelario pasar a la situacin contraria. En los ltimos tres aos, a partir de 1.996, se ha acelerado el deterioro, pasando de un dficit de 1.553 millones de ptas. hace dos ejercicios a los 5.157 del pasado ao. A su vez en el mismo perodo de tiempo la cobertura perdi 13 puntos desde 89,7 a 76,7%. No ser fcil la correccin de esta negativa tendencia sobre todo por la agresividad de la oferta exterior yPg. 345

Estructura econmica de Gipuzkoa

dentro de la misma de los fabricantes asiticos. La creciente mundializacin de los mercados y la cada vez mayor competencia, son factores adversos que solo la gestin cada vez ms eficaz de nuestras empresas pueden contrarrestar.

Ayudas del Gobierno Vasco.

E

N el programa del Gobierno Vasco conocido como Ayudas a las empresas en dificultades en los primeros aos ochenta, la presencia de las empresas del sector fue notable. En el Plan de Relanzamiento Excepcional de Empresas y Sectores Industriales con vigencia para el trienio 1.985/1.987, las ayudas conseguidas tambin fueron importantes, concedindose a las empresas fabricates de herramientas manuales subvenciones por un importe de 1.539 millones de pesetas (823,4 millones para reducciones de plantilla y 715,5 para inversiones).Para las de herraienta de corte las subvenciones fueron de 608,6 millones de pesetas ( 181,5 millones por empleo y 427,1 millones para inversiones) Adems de estas subvenciones el Gobierno Vasco concedi avales ante intermediarios financieros por un importe de 1.333,5 millones de ptas. para financiar las inversiones aprobadas, as como 185 millones para circulante. En las de corte la ayuda aprobada (aval) fue por 505 millones de ptas. de ellas 20 para circulante. En los primeros aos noventa el Plan de actuacin extraordinario para empresas industriales en dificultades concedi a ocho empresas avales por importe de 2.765 millones de ptas. Como ocurri en otros sectores una gran parte de los prstamos y avales resultaron fallidos debiendo hacerse cargo de los mismos la Administracin Pblica Vasca. Las ayudas para innovacin tecnolgica con cargo a los diversos programas del Gobierno Vasco fueron tambin importantes, as como las aportaciones de la Diputacin Foral de Gipuzkoa que se mostr especialmente activa.

Perspectivas del sector

L

OS fabricantes de herramientas manuales tras la grave crisis de los aos ochenta que amenaz en alguna medida la viabilidad de una parte del sector (llegando a cerrar varias empresas) se enfrentaron

poco despus a las consecuencias de la adhesin espaola a la Unin Europea en una coyuntura mejor. El esfuerzo de los fabricantes para adaptarse a esta nueva situacin ha sido realmente importante, con una reordenacin empresarial y aumento de la presencia de multinacionales del sector que han integrado a varias de nuestras tradicionales empresas ms importantes en su estrategia global. Una parte sustancial del sector se encuentra en condiciones para afrontar los retos que se vayan planteando en el futuro. Sin embargo otro grupo de empresas que fabrican productos de insuficiente tecnologa para los costes (bsicamente de personal) se enfrenta a una dura competencia de las herramientas, sobre todo del Sudeste asitico (obtenidas soportando mucho menores cargas) que aunque de peor imagen, van mejorando su calidad lo que es percibido por los demandantes. Sigue pues pendiente para una parte del sector la siempre complicada tarea de producir bienes de mayor valor aadido y cuya fabricacin requiere tecnologas de ms difcil asuncin por los pases emergentes. Todo ello dentro de la creciente especializacin de productos y comercializacin en amplias zonas del mercado mundial. Se plantea pues la necesidad de fusin y/o agrupacin de empresas para mejora de la gestin y abordar con eficacia la actuacin en todos los mercados demandantes. La creciente importancia de las agrupaciones de compradores (como los ferreteros), que crean estructuras especficas con esta finalidad y con gran poder de presin obliga tambin a que la oferta se presente en ciertas condiciones de igualdad. Algo parecido puede decirse que ocurre a los fabricantes frente a la demanda de los supermercados y grandes reas comerciales. En la exportacin, salvo en Latinoamrica, la fabricacin espaola no se relaciona con la calidad, siendo esta falta de imagen favorable del pas un serio escollo. El concepto de fabricacin europea, al menos en amplios mercados, es algo que debera utilizarse de forma creciente. A tdo esto debera unirse la reduccin del nmero de marcas con creciente prestigio de las que siguieran ofrecindose al mercado. La cada vez mayor demanda de herramientas para bricolaje se orienta mayoritariamente hacia productos de bajo precio, que se abastecen sobre todo con la oferta exterior y estn dando lugar a nuevas formas de comercializacin. Por ltimo es obligado sealar la necesidad de superar la debilidad financiera de un buen nmero de empresas excesivamente dependientes de recursos ajenos.

Pg. 346

Metalmecnica

14.3 Maquina-Herramienta

Nacimiento y desarrollo de un sector fundamental

A nivel internacionalIntroduccin

C

L

A constante actividad humana para satisfacer sus necesidades con el menor esfuerzo posible ha llevado al hombre, desde tiempo inmemorial, a construir y usar herramientas que durante siglos fueron la prolongacin de sus manos. La aparicin de la maquinaria le permiti su mejor utilizacin y una revolucin en los procedimientos que eran habituales. Sin embargo, su ininterrumpida evolucin hace muy difcil precisar cundo un sistema utilizado para conformar metales empieza a ser una mquina-herramienta. Es generalmente admitido que el hombre construy, hace varios siglos, mquinas-herramienta con las caractersticas que hoy se exigen para considerarlas como tales. Pero hasta el siglo XIX no tienen cierta entidad las primeras industrias fabricantes de las mismas, vinculndose su desarrollo sobre todo con la produccin industrial de las mquinas de vapor, el acero y los elementos para las vas frreas. Puede, pues, afirmarse que el desarrollo del ferrocarril y la inicial industria de mquinas-herramienta guardan una estrecha relacin. La gran variedad de sistemas utilizados para transformar los materiales en artculos que satisfagan las necesidades humanas hace difcil establecer las condiciones unnimemente aceptadas que deben reunir estos bienes, lo que ha dado lugar a diversas definiciones. Una consideracin amplia de la mquina-herramienta la entiende como un instrumento de trabajo construido por un conjunto de elementos que, por medio de una herramienta adecuada, dan forma determinada al objeto que se desea conseguir. Las normas UNE consideran como tales a todas aquellas que, dotadas de herramientas estn concebidas y construidas para, por procedimientos ms o menos automticos, reemplazar parcial o totalmente el trabajo artesano. A su vez, el Comit Europeo de Cooperacin de las industrias de la Mquina-Herramienta, conocido por las siglas CECIMO, y que agrupa a 12 pases, defini el ao 1958 a las Mquinas-Herramienta para el trabajo de los metales: Las mquinas no portables que operadas por una fuente exterior de energa conforman los metales, por arranque de viruta, abrasin, choque, presin, procedimientos elctricos o una combinacin de los anteriores.

RONOLGICAMENTE hay que atribuir a Inglaterra la creacin de la industria de mquinasherramienta, siendo Enrique Maudsaly en 1798 quien construy el primer torno para roscar que se conserva en el Science Museum de Londres. Los ingleses mantuvieron una clara hegemona tanto en volumen de produccin como por las aportaciones tecnolgicas hasta la segunda parte del siglo XIX, ya que si bien en la Exposicin Universal de Londres en 1851, las mquinas-herramienta inglesas eran las ms numerosas, en el Certamen de 1862 se puso de manifiesto que los fabricantes de Estados Unidos comenzaban a tener la iniciativa. El ingenio de los franceses aplicado a la mecnica tuvo su reflejo en esta actividad. Focq, en 1751, y Vaucanson, en 1760, construyeron mquinas de gran inters en la poca, que han sido la base de las realizaciones futuras. Sin embargo, a pesar de que en el ltimo tercio del siglo pasado los fabricantes de armas demandaban mquinas-herramienta en cantidades crecientes para realizar operaciones cada vez ms complejas, la industria francesa, segunda cronolgicamente, pas a ocupar - por su entidad- el cuarto lugar despus de Inglaterra, Estados Unidos y Alemania. Los constructores de Estados Unidos, terceros en el tiempo, pasaron a ocupar el liderazgo en esta actividad hacia 1860/1870 apoyados en el gran desarrollo del pas que pas de 31 millones de habitantes en 1860 a 76 en slo veinte aos, con un nivel de vida cada da ms elevado, lo que exigi la produccin creciente de bienes de consumo. Las mquinas de coser pasaron de una produccin de 2.529 en 1850 a 750.000 en 1900 y otros productos, como las bicicletas y las mquinas de escribir, ofrecen ejemplos similares. Adems, la guerra civil americana -1861 a 1865- origin una gran demanda de armas y municiones. La poltica aduanera proteccionista de la industria nacional tambin favoreci la produccin de mquinas-herramienta. La industria alemana adquiere entidad hacia 1860/75 y paulatinamente fue sustituyendo las importaciones, principalmente de Inglaterra, de forma que ya en 1900 las compras al exterior fueron de 6.429 tn. y las ventas de 9.267 tn. Otros pases como Austria, Blgica, Suiza, Italia y Suecia siguieron a los pioneros y fueron iniciando la produccin de mquinas-herramienta. Esta situacin se ha mantenido bsicamente hasta nuestros das salvo el gran avance de los japoneses, los ms importantes constructores y comercializadores de estos bienes a nivel mundial. Igualmente otros pases asiticos como Taiwan, la Repblica Popular China y enPg. 347

Estructura econmica de Gipuzkoa

menor medida Korea, estn consiguiendo logros importantes. El anlisis de esta evolucin pone de manifiesto una estrecha relacin entre la industria fabricante de mquinas-herramienta y la calidad y volumen de la produccin industrial de un determinado pas. Por otro lado, la construccin de estos bienes tiene que dar respuesta a la produccin de las piezas que la industrializacin va requiriendo en cada poca. Con poca diferencia en el tiempo, las mquinas-herramienta han tenido que fabricar nuevas y complejas piezas para armas, mquinas de coser, bicicletas, mquinas de escribir, etc. Inicialmente, la industria de mquinas-herramienta respondi, pues, a la necesidad de construir piezas, cuya produccin se iniciaba, caracterstica que ha conservado y sigue vigente en la actualidad, debiendo aadirse que la disminucin de los costes de fabricacin se ha convertido en otro de sus objetivos importantes.

inicia la actividad. Las dos dcadas -1940/1.959- en que esta industria empieza a tener entidad, Los aos de consolidacin y desarrollo comprendidos entre 1959 y 1975, A partir de la crisis iniciada en 1976 y que dur una dcada. Y, por ltimo, desde la adhesin a la hoy Unin Europea En el Pas Vasco existen diversas referencias a la construccin de mquinas a finales del siglo pasado. Unicamente sealemos que Manuel Laborde, en su trabajo Apuntes histricos sobre a industria metalrgica en Tolosa, seala que la industria metalrgica de Flix de Yarza ... constitua un magnfico taller de forja y ajuste dedicado a la construccin y reparacin de mquinas .... Pero las primeras informaciones concretas aparecen, al terminar el siglo, en Eibar. Es Cruz Ochoa, en el que se unen la imaginacin, un gran dominio de la mecnica y la experiencia de sus aos como trabajador mecnico en Basconia, de Bilbao, que dej en 1895, quien pone en marcha un taller mecnico en Eibar, iniciando la fabricacin de mquinas-herramienta en la calle Arrageta, junto con Orestes Cendrero y Curiel, bajo la razn social de Cruz Ochoa y Cia. En 1916 se les uni Jos Retenaga dedicndose a la fabricacin de sierras alternativas, tornos y fresadoras, as como de barrenadoras automticas para caones de escopeta. En 1902 se constituy la razn social Construcciones Mecnicas Ramn Illarramendi, de Rentera, dedicada a la fundicin de hierro y aleaciones no frreas y a la fabricacin de mquinas-herramienta para el trabajo de los metales y la madera (tornos y fresadoras universales, con la marca Oarso), as como las reparaciones elctricas. Pero con anterioridad al inicio de la construccin de mquinas-herramienta en el Pas Vasco al menos tres empresas catalanas (La Maquinista Terrestre y Martima, Puigjaner Hnos. y Segura L/Unell, S.A.) haban abordado su fabricacin. Es a partir de la segunda dcada cuando se inicia la concentracin de esta actividad en el Pas Vasco con el inicio de la construccin de mquinas-herramienta por Estarta y Ecenarro, S.A., Liem, Talleres de Guernica, Orbea de Eibar, etc. A los que siguen antes del trmino de la guerra civil otras empresas (Esperanza y Cia, Sacia, Gedec, Maquinaria a Deusto, Otto Holke, entre otras). A pesar de todo ello en todo este perodo las importaciones fueron las principales abastecedoras del consumo espaol. Es desde el trmino de la guerra civil hasta 1949 cuando el nmero de empresas especializadas en la

En nuestro entornoL examinar la historia de la produccin de mquinas-herramienta, a nivel espaol, se plantea la necesidad de definir las circunstancias que debe reunir una empresa que fabrica una o varias mquinasherramienta para considerarla integrante de este sector industrial. En las empresas que producen mquinas-herramienta con frecuencia se han dado tres niveles de actividad. Inicialmente es el mantenimiento y reparacin de las mquinas-herramienta de importacin. Le sigue, en muchos casos, la construccin, para uso propio, de las mquinas ms sencillas, que se simultanea con la venta a terceros de los productos fabricados, pero sin que llegue a constituir una actividad empresarial con entidad. En otros la venta es el destino importante o nico de la produccin. Con la dificultad que supone determinar en cada empresa cul era la situacin en pocas pasadas, a nuestros efectos slo hemos considerado como fabricantes de mquinas-herramienta a los que han sido considerados como tales por su actividad de produccin y venta a terceros. El hecho ms destacable es el gran retraso con que se inicia nuestra produccin de mquinas-herramienta pues casi setenta aos antes de que la Maquinista Terrestre y Martima construyera las primeras prensas -en 1863- Enrique Maudsaly pona en marcha el primer torno para roscar y cuando, a principio del siglo XIX, no llegaban a media docena los fabricantes catalanes y vascos, los pases ms industrializados de la poca Inglaterra, Francia, USA y Alemania- tenan una potente produccin de maquinaria. Entendemos que se han dado cinco fases diferenciadas de esta actividad industrial: Desde principios de siglo hasta 1940, en que sePg. 348

A

Metalmecnica

construccin de mquinas-herramienta sigui creciendo fuertemente (60) siendo reveladora una tendencia a su ubicacin en nuestro pas. En el perodo 1950/59 se acelera el nmero de nuevas empresas (93) que empiezan a construir mquinasherramienta favorecidas por el proteccionismo arancelario que obligaba a consumir la produccin propia. A pesar de esta circunstancia y el aumento de la capacidad productiva, las importaciones fueron fundamentales en el abastecimiento del consumo espaol, que registr un fuerte crecimiento. Al propio tiempo se aceler la concentracin de esta actividad en nuestro pas. (ver cuadro I) Pero es en la tercera fase, entre 1959 y 1975 cuando se produce la consolidacin y desarrollo de nuestra industria constructora de mquinas-herramienta para el trabajo de los metales sobre todo en la parte final del perodo, a lo que contribuy la favorable coyuntura interior y exterior.(ver cuadro II) El Decreto Ley de Ordenacin Econmica de 21 de julio de 1959 supuso la aplicacin de importantes medidas de poltica econmica con singulares repercusiones en los constructores de mquinas-herramienta, ya que tras poco ms de un ao de retroceso de las inversiones se inici un perodo de fuerte actividad econmica que dur hasta avanzados los aos setenta. En este contexto siguen aumentando el nmero de empresas (80) que inician la construccin de mquinasherramienta, inicindose una importante reordenacin (con disminucin de su nmero y creciente especializacin) e incrementando las relaciones con el exterior a lo que contribuy el inicio de las ferias monogrficas (1961) en Bilbao: las compras de tecnologa a terceros en el perodo son muy importantes. La demanda de mquinas-herramienta del mercado espaol creci con fuerza sobre todo la primera parte de los aos sesenta, llegando a doblarse en pesetas corrientes al pasar de los 9.240 millones de 1970 a los 21.555 cinco aos ms tarde. El dinamismo de la actividad econmica y de la inversin de la poca, contribuyeron decisivamente a esta evolucin.

CUADRO I Localizacin geogrfica de las empresas que inician la produccin de mquinas herramienta en la dcada 1940/49Ubicacin Pas Vasco Logroo Catalua Levante Murcia Santander Zaragoza Sevilla TOTAL N de empresas 32 10 9 4 2 1 1 1 60 % S/Total 53,3 16,7 15,0 6,8 3,4 1,6 1,6 1,6 100,0

Esta favorable situacin la supieron aprovechar las empresas especializadas en la construccin de mquinas-herramienta cuya produccin pas de .7.700 millones de ptas. en 1970 a los 16.828 en 1975, multiplicndose en consecuencia por 2,18, a pesar de lo cual el abastecimiento de la demanda interna por la produccin propia se redujo en 14 puntos, al pasar del 68 al 54% por el dinamismo de las importaciones que pasaron en un quinquenio de 2.700 a 9.787 millones de ptas. (se multiplican por 3,62) y cada vez de mayor precio medio pues crecieron de 221 a 359 ptas. kg. Pero al propio tiempo las exportaciones se triplican (de menos de 2.000 millones a casi 6.000) al igual que el precio medio por kg. vendido a terceros lo que refleja el aumento del contenido tecnolgico de las mquinas exportadas. El desarrollo tecnolgico propio (en muchos casos apoyado en los logros exteriores) y en otros en las transferencia de conocimientos as como la consolidacin financiera de numerosas empresas fueron notables durante estos aos.

Pg. 349

Pg. 350 Ptas./kg. 65 65 71 71 76 71 82 87 91 91 103 114 126 139 178 198 244 290 335 363 437 520 586 711 741 868 13.911 12.824 12.239 15.792 17.247 8.933 9.653 8.786 10.336 9.761 11.768 27.294 21.472 12.096 9.218 9.300 6.972 21.876 20.336 6.633 5.412 6.840 11.499 23.102 10.297 17.691 6.964 15.654 6.119 12.175 5.799 12.262 5.034 9.727 1.992.336 2.706.952 3.121.241 4.310.187 5.545.620 7.798.780 9.787.407 8.759.000 6.941.000 6.095.000 6.130.000 7.399.000 13.096.000 19.352.000 12.370.000 9.024.000 10.015.000 4.353 9.799 2.210.700 4.128 13.332 2.391.900 3.851 18.601 3.389.600 3.394 17.003 2.291.200 176 182 179 206 205 221 256 175 313 337 358 408 574 749 659 1.061 599 952 1.865 1.667 1.464 3.261 11.615 2.021.000 174 3.109 13.604 2.157.500 158 2.428 8.261 1.375.400 166 1.675 5.183 776.200 150 1.407 2.259 333.967(1) 148 Consumo de fabricaciones propias (millones) 3=1-2 Ton. Ptas./kg. 1.741 2.451 3.803 5.266 5.282 5.685 7.240 6.519 6.563 7.026 8.505 9.240 11.274 15.842 19.297 21.555 18.520 17.277 14.881 15.783 16.332 16.997 32.176 25.817 24.816 27.262 IMPORTACIONES Valor Ptas.Ctes. (en miles) 4 Consumo aparente del mercado espaol (millones) 5=3+4 93.737

CUADRO II Evolucin de las variables principales en el perodo 1.960/85

Aos

Valor de la produccin (millones)1

Ton.

EXPORTACIONES Valor Ptas. Ctes. (en miles) 2

1960

1.500

1.438

1961

2.000

5.373

324.602

1962

2.800

5.229

372.000

1963

3.500

5.427

391.300

1964

3.800

7.018

539.400

1965

4.000

8.421

606.000

1966

4.500

7.806

649.200

1967

5.000

9.952

872.700

1968

5.500

12.449

1.147.800

1969

6.500

15.911

1.466.000

1970

7.700

18.239

1.901.000

1971

8.500

20.909

2.381.537

1972

9.500

20.127

2.536.298

1973

12.800

18.045

2.503.165

1974

15.530

22.654

4.031.353

1975

16.828

25.278

5.060.529

1976

15.756

24.563

5.995.000

1977

18.125

26.860

7.789.000

1978

20.100

33.779

11.314.000

1979

23.800

39.000

14.147.000

1980

25.300

37.463

16.367.000

1981

33.000

36.704

19.089.000

1982

31.000

31.014

18.176.000

1983

27.700

20.057

14.253.000

1984

34.000

24.563

18.208.000

1985

43.000

29.670

25.753.000

Estructura econmica de Gipuzkoa

Fuente: AFM y diversas publicaciones, citando datos de la Direccin General de Aduanas. Estimaciones propias del valor de la produccin. En 1.960 se produce la nueva ordenacin arancelaria, lo que nos ha obligado a estimar los datos de las importaciones de este ao.

Metalmecnica

La cuarta fase se inicia en 1976 y se prolonga una dcada hasta 1985 caracterizndose por una importante crisis de demanda con sus negativas repercusiones en los resultados de las empresas, llegando a cuestionar incluso la viabilidad de las ms dbiles. El empleo tanto directo como indirecto se vio negativamente afectado. En esta poca las ayudas pblicas juegan un papel destacado en el sostenimiento del sector.

Sin embargo a pesar de la fuerte cada de las importaciones (de 9.787 millones a 7.400 en un quinquenio) la reduccin de su participacin en el abastecimiento de la demanda interna fue nicamente de 2,7 puntos (del 48 al 45,3%). En la parte final de este perodo se inicia una recuperacin de la demanda interna que nuestros fabricantes atendieron en buena medida lo que unido al mantenimiento de las exportaciones permitieron un sustancial aumento de la produccin. A su vez, las importaciones registraron fuertes oscilaciones. La adhesin espaola a la entonces Comunidad Econmica Europea a partir del 1 de enero de 1986 supuso la culminacin de interminables negociaciones que ya duraban veintitrs aos (se iniciaron en 1962) y profundas modificaciones en nuestro funcionamiento habitual como consecuencia desde el paulatino desarme arancelario hasta la puesta en marcha del Impuesto sobre el valor aadido (IVA) o la unificacin a nivel comunitario de la regulacin de la propiedad industrial y de las patentes y marcas. Los constructores de mquinas-herramienta durante el quinquenio 1986/1990 obtuvieron excelentes resultados que se resumen en el cuadro III y que no se han superado hasta 1997. El dinamismo de la demanda del mercado espaol y de los mercados, sobre todo europeos, que los fabricantes supieron aprovechar fueron fundamentales en los logros alcanzados. Al propio tiempo se estabiliza el nmero de empresas especializadas en esta actividad que mejoran sustancialmente su situacin financiera gracias a las rentabilidades obtenidas y reinvertidas los avances tecnolgicos por desarrollo propio y adquisiciones son tambin muy importantes.

Como hechos destacados cabe sealar: Las empresas consideradas como constructoras de mquinas-herramienta que a principio de los aos sesenta eran ms de 250 tras su reordenacin se redujeron de forma muy ininterrumpida, hasta situarse en 119 en 1984, ganando en entidad las que continuaron en el sector. La demanda de mquinas-herramienta del mercado espaol se redujo fuertemente incluso en pesetas corrientes pasando de los 21.555 millones de ptas. de 1975 a los 14.881 de 1978, es decir en un solo trienio la cada fue del 31% para reaccionar los cuatro aos siguientes. En una coyuntura tan adversa del mercado interior los fabricantes supieron reaccionar vendiendo una parte cada vez ms importante de su produccin a los mercados exteriores (del 30% de 1975 a casi el 65% en 1980) pasando en cifras absolutas de poco ms de 5.000 millones a 16.367, es decir 3,2 veces ms. Adems a precios cada vez ms elevados (de 198 ptas. kg. a 437). En 1977 las ventas al exterior 7.789 millones de ptas. superaron por primera vez a las compras (6.941).

CUADRO III Evolucin de las principales variablesVARIABLE Valor de la Produccin Comercio Total Importaciones Exportaciones Consumo mercado espaol % abastecido produccin propia Importaciones Empleo directo Nmero de empresas Empleo medio por empresa 1986 55,5 39,8 14,8 25,0 45,3 67,3 32,7 7.216 117 61,8 1987 71,0 58,0 31,0 27,0 75,0 60,3 39,7 7.013 112 62,0 1988 81,8 66,6 36,3 30,3 87,8 58,7 41,3 7.143 114 62,7 1989 95,5 78,6 40,4 38,2 97,6 58,7 41,3 7.284 114 63,9 1990 103,5 99,6 53,5 46,1 110,9 51,8 48,2 7.240 114 63,5

Fuente: Diversas publicaciones. Valores monetarios en mile de millones de ptas. Empleo y empresas en unidades.

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Estructura econmica de Gipuzkoa

El consumo interno de mquinas-herramienta entre 1986 y 1990 se dobl ampliamente pasando de 45.300 a 110.900 millones de ptas., alcanzando cotas no logradas con anterioridad. Esta demanda fue abastecida en su mayor parte por la produccin propia que sin embargo perdi hasta 15,5 puntos de cuota (del 67,3 al 51,8) al pasar las importaciones 14.800 a 53.500 millones de ptas., a lo que contribuy decisivamente el desarme arancelario. Al perder una parte del tradicional mercado los fabricantes intensificaron su actuacin exterior vendiendo a terceros cantidades crecientes, pasando de 25.000 a 46.100 millones de ptas. Todo ello permiti que el valor de la produccin al final del perodo superara por primera vez los 100.000 millones de ptas. mantenindose el nmero de fabricantes y la ocupacin directa a pesar de que las empresas ms importantes del sector haban comenzado a externalizar parte de la produccin. El empleo medio tambin se mantuvo estable. Como ya hemos adelantado este quinquenio fue tambin muy importante en la consolidacin financiera y tecnolgica de las empresas del sector.

Industriales (PRE) y con vigencia para el trienio 1985/1987 que concedi ayudas a 50 empresas constructoras de mquinas-herramienta (en realidad 47 porque a un grupo formado por 4 empresas la concesin fue conjunta y con una importante repercusin favorable. Las ayudas al sector para financiar las reducciones de plantillas fueron de 1.199 millones de pesetas y las subvenciones a la inversion de 1.580 millones de pesetas. El total ascendi a 2.779 millones de pesetas..: Adems de estas subvenciones el Gobierno Vasco concedi avales ante intermediarios financieros por un importe de 2.077 millones de ptas para financiar las inversiones aprobadas. Durante estos aos las ayudas para I+D con cargo a un programa especfico fueron tambin importantes.

Crisis y recuperacin. La situacin actual del sector

Panorama internacional

Las ayudas del Gobierno Vasco

E

N el programa del Gobierno Vasco conocido como Ayudas a las empresas en dificultades en los primeros aos ochenta la presencia de las empresas del sector fue reducida tanto absoluta como relativamente. Ocurri lo contrario con el Plan de Relanzamiento Excepcional de Empresas y Sectores

E1994 6.708 5.322 3.780 2.287 1.724 1.328 1.558 853 777 854 450 341 349 0 S/d S/d 1.868 28.199

L carcter cclico de la demanda de mquinasherramienta y en consecuencia de la produccin global se puso de manifiesto una vez ms los primeros aos noventa, con fortsima reduccin del valor de lo fabricado, que mediada la dcada volvi a los crecimientos, que una vez ms se frustraron en 1997. con una reduccin del 4,2%.

CUADRO IV Principales pases constructores de mquinas-herramientaPAIS Japn Alemania Estados Unidos Italia Suiza Taiwan Rep.Popular China Reino Unido Francia Rep. De Korea Espaa Brasil Canad URSS Rusia Ucrania Resto Total mundial 1991 11.638 8.841 3.266 3.470 2.011 992 1.445 992 1.021 798 750 378 322 0 3.200 1.280 2.542 42.946 1992 8.355 7.665 3.073 3.091 1.713 1.029 1.684 1.101 950 576 610 305 297 0 800 740 2.099 34.088 1993 6.959 5.403 3.223 2.105 1.360 1.074 2.970 953 618 587 394 326 339 0 615 518 2.415 29.859 1995 9.002 7.251 4.468 3.278 2.141 1.660 1.857 986 479 1.153 662 668 397 0 S/d S/d 2.328 36.330

(En millones de dlares USA)

1996 9.183 7.559 4.522 3.765 2.104 1.977 1.742 1.343 1.067 1.212 802 523 414 0 188 55 2.217 38.673

1997 9.746 6.567 4.598 3.570 1.838 1.758 1.700 1.382 957 881 816 545 471 0 167 64 2.004 37.064

% 1997 + 6,1 - 13,1 + 1,7 - 5,2 - 12,6 - 11,1 - 2,4 + 2,9 - 10,3 - 27,3 + 1,7 + 4,2 + 13,8 0,0 - 11,2 + 16,4 - 9,6 - 4,2

Fuente: Perodo 1991/1993 American Machinist. Resto Metal/working Insiders Report 1997 datos estimados. Se han mantenido sus estimaciones para Espaa. URSS como tal desaparece en 1991 y de Rusia y Ucrania no hay datos de 1994/1996

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Metalmecnica

El comportamiento de los pases ha sido muy diverso destacando durante el ltimo ejercicio los significativos descensos del valor de la produccin de constructores tan cualificados como los de Alemania (-13,1%), Suiza (12,6) e Italia (5,2%). Tambin los asiticos evolucionaron negativamente, Taiwan (-11,1), Korea (27,3%) y la Repblica Popular China (-2,4). Sin embargo los japoneses a pesar de su crisis financiera lograran un crecimiento del 6,1%. Esta evolucin es consecuencia de una reduccin del consumo mundial especialmente negativa en Alemania (-10,0%), Repblica Popular China (-20), Italia (16,5) y Korea (-32,5). El comercio exterior global, tambin se redujo en trminos interanuales un 3,5% al pasar de 22.799,2 millones de $ USA a 21.998,0. Entre los principales pases constructores destaca por un lado el descenso de las exportaciones registrado en Corea (30,0%), Alemania (-17,3%) y Francia (-16,5%), y por otro, el incremento de China (+32,0%), Espaa (+5,0%) y Japn (+3,9%).

A nivel espaol

L

A crisis de comienzos de la dcada de los aos noventa fue muy aguda y de relativa corta duracin (cuatro aos) para cambiar de tendencia en 1995 y dos aos despus superar las anteriores cotas histricas del valor de la produccin (en pesetas corrientes) as como el volumen de comercio total y las exportaciones. Los fabricantes lograron mantener una aceptable cuota del mercado interior mientras volva a crecer el nmero de empresas del sector y el empleo que generaban as como la ocupacin media por fabricante.

CUADRO