Upload
ruben-dario-quiroga
View
214
Download
1
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Historia del Nqn que se viene
Citation preview
33- El Neuqun que viene: consenso para el desarrollo diversificado y sostenible
Agradezco a los lectores que me han acompaado en este derrotero, quienes con su
consenso o disenso han estimulado el curso de estas reflexiones a lo largo de los 32
captulos, cuyo contenido me permito resumir brevemente:
Desde un punto de vista sociosemitico, Neuqun es un sistema social en la periferia de
la periferia, es decir, poseedor de cierta autonoma econmica y poltica, as como de
una marcada identidad cultural; facultad o potencialidad que se halla fuertemente
condicionada dada su articulacin a estructuras y procesos nacionales y globales. No es
posible analizar la configuracin y el devenir de la provincia sin considerar su particular
historia. Lo que originariamente fue un territorio de pueblos aborgenes, con la
colonizacin espaola pas a formar parte de amplios espacios fronterizos o de
transicin entre los centros de poder hispano criollos, precursores de las repblicas de
Chile y Argentina. Posteriormente, esta ltima, en su expansin capitalista centrada en
la produccin agraria extensiva para la exportacin, no atin a poner en valor un plan de
desarrollo para la Patagonia. Las ocho dcadas del Territorio Nacional marcaron
profundamente la evolucin desigual y descentrada de Neuqun: en ese lapso fueron
diezmados los mapuches, marginados los pequeos crianceros y granjeros, mal
explotadas las reservas del petrleo y el gas solo destinadas a alimentar a la Pampa
Hmeda y no a desarrollar la provincia e ignorados los dems recursos naturales. La
protoligarqua local, pobre remedo de la oligarqua nacional, careci de cualquier
estrategia que no fuera imitar el modelo agroexportador nacional, lo cual favoreci las
condiciones para el surgimiento, en los aos 60 del siglo pasado, de una innovacin
poltica que no ha tenido parangones en la historia nacional: el movimiento provincial
popular y su herramienta institucional, el MPN. Con un planteo populista clsico
(pueblo marginado y estructurado por una lite movilizadora, desafiando a minoras
acaparadoras del poder), la novedad consisti en arraigar, en plena modernidad, una
estrategia federalista confrontativa que gener imaginarios de reivindicacin social que,
a su vez, convocaron a grupos del campo, los pueblos y las ciudades, cada uno de estos
con su propia historia. El desarrollo socioeconmico alcanzado en los primeros treinta
aos de esa experiencia hegemnica, centrado en la construccin de viviendas e
infraestructuras, la creacin de los sistemas de salud y educacin, y la promocin
econmica y de nuevas fuentes de trabajo, abon el triunfo de la experiencia
emepenista. Fueron logros materiales que se proyectaron en las significaciones y las
memorias populares, alimentando una nueva identidad neuqueniana: los que haban sido
los marginados y explotados por la protoligarqua escribieron una historia con sus
propios hroes como protagonistas y ganaron una slida autoestima antes inexistente.
Con el transcurso del tiempo, la permanencia en el poder y la irrupcin de las culturas
globales modificaron el talante innovador y movilizador del MPN originario. Hacia
principios de los aos 90, partido y gobierno devinieron en un imbricado sistema que,
sin perder del todo los impulsos desarrollistas, fue cooptado por una lite burocrtica
propensa a ideas y actitudes neoliberales, as como a prcticas clientelares, a la par que
la militancia del MPN se redujo a un grupo de funcionarios y referentes profesionales.
El electorado tradicional del movimiento popular provincial, un conglomerado de redes
sociales formadas en la tica y la praxis del modelo de estado de bienestar, se
transform en un conjunto disperso de ciudadanos desestructurados y con amplias
demandas no satisfechas, lo que permite describir los sentimientos ms generales como
un estado de malestar, de desventajas sistemticas, que desde entonces prima en la
percepcin popular.
Simultneamente, surgieron nuevos actores en la arena poltica. Gerentes y operadores
institucionales de las empresas petroleras, sin aparecer en los medios y en los debates,
adquirieron peso en la toma de decisiones polticas. Como frente a un espejo, el nuevo
gremio de petroleros privados emergi con fuerza y con amplio protagonismo en el
ruedo. En la oposicin pulularon creciente cantidad de partidos, sindicatos, ONG y
movimientos sociales de distintos tipo, muchas veces como desprendimientos de
organizaciones preexistentes. Las caractersticas comunes del amplio espectro
posmoderno son las siguientes: demandas focalizadas en problemticas acotadas
(laborales, de gnero, de etnia y de otros derechos); carencia de visiones estratgicas y
abarcadoras de las totalidades sociales; reluctancia a la formacin de coaliciones.
Tantos nuevos protagonistas no alcanzaron para ocultar una carencia estructural, pues
en Neuqun sigui sin consolidarse una clase capitalista con capacidad de influir en el
decurso poltico. Tal vaco es la herencia de la falta de un plan desarrollo durante la
etapa del Territorio Nacional, y quizs el ms grande fracaso del MPN es no haber
sabido crear dicha clase empresarial autctona e innovadora, con presencia suficiente
para estabilizar el sistema socioeconmico, generando riquezas y empleos por fuera del
presupuesto estatal.
Lo que pocos aos antes haba sido un proceso de crecimiento exitoso comenz a
percibirse como un modelo en extincin. El fuerte aumento de la poblacin motiv que
el presupuesto provincial no fuera capaz de satisfacer las crecientes demandas. A partir
de 1991, la fugaz vigencia del modelo sobischiano pareci crear las condiciones
(alentadas por algunos integrantes del MPN y tambin por fuera de l) para que el viejo
partido provincial y popular fuera arrastrado por lo que pareca una imparable
correntada neoliberal. El posterior fracaso global del mercado libre, la
financiarizacin, la desregulacin y las privatizaciones dieron paso, en la Argentina a
partir de 2003, al populismo kirchnerista. Ello dej colgado del pincel al mencionado
ensayo neoconservador, que se diluy por esa situacin contextual desfavorable, pero
tambin por por los propios desaciertos, tales como una inslita candidatura
presidencial y el uso desatinado y desafortunado de la represin en un corte de rutas
docente.
El Neuqun moderno: una trayectoria y un futuro en debate.
La construccin de un programa viable
Pasaron pocos aos desde entonces, lo que hace difcil evaluar histricamente lo
sucedido. Sin embargo, es posible afirmar que la revitalizacin del movimiento nacional
y popular cre las condiciones para que el peronismo, por fin, pudiera vencer en las
urnas al MPN. Revisando el pasado, recordemos que, luego de la dictadura de Ongana-
Levinston-Lanusse en 1976 y con el peronismo en su mxima movilizacin juvenil y
sindical, el MPN tambin estaba en su apogeo, con Felipe Sapag ya maduro, pero activo
y rodeado de una lite representativa y eficaz. El triunfo de estos ltimos mostr
difanamente que los neuquenianos privilegiaron su arraigada identidad provincial por
sobre las consignas nacionales de la alianza conformada por Juan Pern. En 2007 se
present una situacin de similares posicionamientos, en la que las elecciones a
gobernador en Neuqun se realizaron enmarcadas por un contexto nacional con el
kirchnerismo en su momento ms dulce, con altsima aprobacin popular por haber
superado la grave crisis socioeconmica de 2001 y encauzado el pas, encaminando su
trayectoria hacia el desendeudamiento, el equilibrio fiscal, el crecimiento de la
produccin y la inclusin social. Comparando las dos coyunturas, el peronismo se vea
fuerte tanto en 1976 como en 2007, no as el MPN, puesto que en la primera era muy
slido y en la segunda lleg a las elecciones muy debilitado, con su modelo de gestin
en crisis, con divisiones internas y con la carga del asesinato del maestro Fuentealba.
Qu ocurri para que nuevamente el partido provincial saliera adelante? Toda realidad
sociopoltica es compleja, pero se pueden mencionar los siguientes procesos y
elementos constitutivos de la coyuntura:
- Como ya era tradicional, el partido provincial dirimi sus diferencias internas
mediante elecciones abiertas, generando una temprana movilizacin que los dems
partidos no pudieron imitar, ya fuera por su escaso poder de convocatoria, o porque
llevaron adelante estrategias de alianzas que los oblig a elegir candidatos mediante
acuerdos entre dirigentes.
- Dichas estrategias frentistas no lograron encaminar la gran dispersin partidaria. Es as
que se presentaron tres variantes radicales, una de las cuales, con candidato a
gobernador incluido, particip del frente kirchnerista. En cuanto al peronismo, tres
fracciones se unieron al MPN y dos ms formaron otras tantas asociaciones electorales.
- Jorge Sapag haba trabajado su propuesta y su imagen durante varios aos,
transmitiendo un programa basado en la paz social y la elaboracin de consensos para la
convivencia y el desarrollo, objetivos anhelados por una ciudadana trasegada y cansada
de la violencia poltica, el ruido informacional, la incertidumbre y la pugna permanente.
Con una semitica acertada y bien elaborada (el poder de las palabras capaces de
sintetizar los imaginarios de una sociedad), el eslogan del cambio positivo sirvi para
distanciarse del modelo sobischiano, al tiempo que transmita un proyecto innovador y
creble de crecimiento. Calificando la propuesta como positiva, converta por defecto
en negativa toda otra oferta de cambio.
- El acompaamiento de Ana Pechn en la frmula fue parte esencial en la estructura de
significaciones as creada, puesto que su condicin de mujer sugera polticas de
reconocimiento de derechos cvicos, a la par de una trayectoria acadmica que marcaba
diferencias respecto del prototipo de poltico en campaa ms instalado en los
imaginarios: un varn audaz y escasamente capacitado, pero ansioso de poder.
Leamos esos acontecimientos en trminos de nuestra distincin entre procesos de
movilizacin de un bloque populista (coalicin de sectores sociales dismiles, unidos
por un lder y un programa comn) frente una minora en el poder, por una parte, y
procesos de construccin de consensos para el crecimiento del conjunto social (la
racionalidad institucional), por otra. Los gobernadores Felipe Sapag y Pedro Salvatori,
por imposicin de las circunstancias nacionales y la realidad socioeconmica provincial,
se movieron dentro de una dinmica claramente populista, aunque el segundo ya haba
comenzado a perfilar propuestas de colaboracin y transversalidad sectorial. Por su
parte, Jorge Sobisch remed un populismo conservador que no prosper porque la
mayora de las culturas democrticas vigentes ya no admita la confrontacin
sociopoltica. En cambio, el proyecto de Jorge Sapag, ms all de algunos discursos que
utilizan palabras y conceptos populistas, consisti -y consiste- en el alejamiento de
cualquier esquema de disputa entre sectores sociales y la entrada de lleno en la
institucionalizacin de los consensos. La eficacia comunicacional para trasmitir tales
propuestas fue el colofn para ganar el favor mayoritario en las urnas.
Una vez en el gobierno, el desenvolvimiento de los problemas y conflictos puso lmites
concretos a la visin estratgica. Pero, lejos de desdibujar los objetivos planteados, las
dificultades encontradas ratificaron la perspectiva de largo plazo del movimiento
provincial: lo que la sociedad reclama es un gobierno capaz de plantear ideas racionales
y viables y de resolver las inevitables situaciones de conflicto. Si algo faltaba para
consolidar el rumbo tomado, la impactante irrupcin del proceso de puesta en valor del
petrleo y gas de yacimientos no convencionales increment no solo la viabilidad
econmica del nuevo programa emepenista, sino que tambin aport escenarios de
significacin y perspectivas de evolucin positiva en educacin, ciencia y tecnologa, y
nuevos servicios y empresas.
Se podrn encontrar aciertos y muchos errores en la implementacin de las polticas as
diseadas. Aqu no entramos en esos detalles pues privilegiamos el anlisis estratgico.
En ese sentido, la gestin que comenz en 2007 merece verse como el comienzo de algo
nuevo, de un proceso que apunta a la superacin de los cuellos de botella financieros y
al fortalecimiento de un programa de liderazgo para el desarrollo sustentable.
El programa consensualista ya no es slo patrimonio del MPN, como lo fueron las
polticas de Felipe Sapag y los fundadores, siempre cuestionadas por todos los partidos
preexistentes, incluido el peronismo. Las perspectivas de la paz social y el federalismo
de coordinacin se consolidan crecientemente, como se observa en el debate entre las
principales fuerzas polticas locales. Cierto es que los fuegos artificiales de los discursos
de campaa usualmente son altisonantes y de choque, pues los candidatos necesitan
diferenciarse para que los electores encuentren alguna razn para votarlos. Es ms,
necesariamente son contrarios y denuestan al partido provincial pues es el contendiente
a vencer (El proyecto del MPN est agotado o es necesario un reemplazo
institucional para poder crecer, son eslganes usuales). Sin embargo, por fuera de las
instancias electorales, en encuentros informales y tambin en las sesiones formales de
los diputados, asoma una nueva visin compartida por los dirigentes de los partidos con
mayor predicamento: Neuqun debe diversificar su economa, lo que implica unificar
criterios y estrategias, as como elaborar polticas en conjunto con el Estado nacional,
para aprovechar esta nueva abundancia petrolera y poder financiar la diversificacin
productiva, as como distribuir los beneficios ms amplia y equitativamente.
El desbocado potro pehuenche domeado en el Neuqun del compromiso
Para terminar, me permito una interpretacin sociosemitica de las canciones ms
representativas de la cultura neuqueniana.
Milton Aguilar, descendiente de mapuches, escribi, en la dcada de los 60, Quimey
Neuqun, el loncomeo ms identificatorio de la tradicin neuqueniana:
Flor de los arenales...
regada en sangre del
bravo Saihueque.
Grito que est volviendo,
en tu desbocado potro pehuenche.
Un grito, un reclamo que nace de un pasado doloroso. Un Neuqun bello (quimey) pero
castigado, una sombra india que vuelve crecida de un tiempo verde. Significaciones
que, no por casualidad, se asimilan a la cultura promovida por el movimiento popular
provincial del MPN fundacional, basada en la reivindicacin de las comunidades
tradicionales marginadas y estigmatizadas por las minoras poderosas de principios del
siglo pasado.
Neuqun trabun mapu (encuentro de la gente de la tierra) tambin es un loncomeo. Fue
escrito por Osvaldo Arabarco y Marcelo Berbel y adoptado como himno oficial de la
provincia. En contraste con el anterior, describe a un Neuqun con distinto talante:
Creci en el compromiso de una raza vigente
con el cielo en los lagos todo el viento en la voz.
Neuqun es compromiso
que lo diga la Patria
porque humilde y mestizo
sigue siendo raz.
Y su tahiel mapuche
Hoy es canto al pas
As es. La neuquenidad, nacida de la dialctica con una patria que la subordinaba, hoy
celebra al pas, pas. El desbocado potro pehuenche aminor y ahora parece apenas
galopar. Pero no para negar los orgenes humildes y mestizos ni el pasado de la raza
vigente ni la cultura del tahiel mapuche, sino para ir al paso de la argentinidad.