Capítulo 4 Sabadell y La Coruña siguen el camino · gran protago-nista al enviar el peso hasta 13,90 metros, mejorando en más de un metro su propia plusmarca anterior. La serie

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HISTORIA DEL ATLETISMO ESPAÑOL EN PISTA CUBIERTA

Capítulo 4

Sabadell y La Coruña siguen el camino

Entramos de lleno en los años 70, una década enla que la pista cubierta en España iba a seguiraumentando su popularidad y en la que apareceríanotros escenarios para su práctica. En el año 1970sólo se podía practicar atletismo bajo techo con cier-ta regularidad en Madrid y Barcelona aunque hemosvisto incursiones esporádicas de otras ciudades y afinales de la década se sumarían Sabadell, LaCoruña, Oviedo, San Sebastián y Zaragoza. Perovayamos por partes. En primer lugar tenemos quehablar de la inauguración del Pabellón Municipal deSabadell, donde se montó la pista de madera quehabía estado en el pabellón número 1 de la Feria deBarcelona, aunque con una cuerda de 156 metros;este estreno tuvo lugar el 19 de diciembre de 1970,aunque el mismo pasó por varias vicisitudes comoexplicaba el presidente de la Federación Catalanaen una entrevista periodística: “ocurrió lo siguiente.Se colocó el material sintético en la pista, pero debi-do a la humedad de la obra, que estaba recién ter-minada, se tuvo que sacar dicho material -el queestaba colocado en la parte central- porque hacíaondulaciones. Entonces, el excelentísimo alcalde deSabadell, y el teniente de alcalde de la ciudad, noscomunicaron a nosotros que la pista estaba bien,menos en su parte central. La Federación Catalanade Atletismo creyó oportuno demorar el acabado dela pista central, con objeto de no perjudicar la cele-bración de las distintas pruebas que componen elprograma invernal en pista cubierta, aunque tuvieranque omitirse de los programas las pruebas de 50metros lisos y con vallas. Posteriormente, laFederación Catalana y la Delegación Nacional deEducación Física y Deportes, a través de donFrancisco Platón, están acelerando las gestionespara que puedan ser suministradas las esteras degoma que van a ser colocadas en la parte central...”.En estas condiciones se celebraron los IV

Campeonatosde Cataluña enpista cubierta,los días 13 y 14de febrero, ydonde brillaríacon luz propiaAna MaríaMolina, que seconvirtió engran protago-nista al enviarel peso hasta13,90 metros,mejorando enmás de unmetro su propiap l u s m a r c aanterior. Laserie de la atle-ta gerundensefue excepcio-nal (13,18 - 13,27 - 13,44, 13,10, 13,90 y 13,79) loque demostraba claramente su progresión.

El otro estreno de la temporada tenía por escenarioLa Coruña, cuya pista, de cuerda 160 metros y fabri-cada en material sintético de tipo zenitán, se presentóen sociedad el 20 de diciembre con la celebración deuna reunión, en la que destacaría la victoria de Aller en3.000 metros con 8:40.6, y que luego acogería unareunión internacional el 28 de enero en la que partici-paron atletas franceses, italianos y polacos. Por parteespañola sobresalieron los velocistas FernandoEscrivá y Pedro Carda, segundo y tercero respectiva-mente en 50 metros con 5.7 por detrás del polacoNowacz. Además, Antonio Burgos se imponía en3.000 metros con 8:11.4 y Luis Sarriá en 400 metroscon 49.3.

Antonio Fernández Ortiz batien-do el récord europeo de 500m.

Antonio Fernández Ortiz plusmarquista europeode 500 metros:

Mientras esto ocurría en Sabadell y La Coruña, laactividad también se había iniciado en Madrid.Primero con una reunión en la tarde del 16 de eneroque no deparó resultados destacados y después conotro meeting internacional el 30 del mismo mes en elque saltaba la gran noticia y Antonio Fernández Ortizse convertía en plusmarquista europeo de 500 metrosal registrar 1:04.1, mejorando en una décima el ante-rior registro, marcado por el francés Christian Delofresiete años antes en Lyon e igualado por RamónMagariños. Bien es cierto que había que hacer variasmatizaciones a la plusmarca del corredor almerienseafincado en Madrid: la primera lo poco que se corríaesta distancia en aquellos años, lo que la convertía enmás asequible, y la segunda que el francés Jean-Claude Valet había marcado 1:04.0 en un paso hacia600 yardas en una pista sobremedida de París. Noobstante, tampoco hay que quitar méritos a la gestadel bueno de Fernández Ortiz, que lograba hacer his-toria en el Palacio. En esa jornada hubo también otrascosas interesantes como la victoria de Juan Borrazsobre Jorge González Amo en los 1.500 metros o elrécord de España logrado por María Feu en los 400metros, donde marcó 57.8. La tercera de las reuniones

disputadas ese año en el Palacio de los Deportesmadrileño sería el I Trofeo Internacional del ClubVallehermoso O.J.E. que fue televisado y en el que, taly como recalcaba la revista “Atletismo español” “lagente pagó por ver atletismo”.

Derrota ante los alemanes en Berlín Oeste:La selección española volvía a retomar su actividad

internacional tras el paréntesis del año anterior. Esta veztocaba viajar hasta Berlín Oeste, donde debían enfren-tarse el 13 de febrero a los germanos. Fue aquella unade esas contadas ocasiones en las que un aconteci-miento deportivo es utilizado para expresar una reivindi-cación política, encontrándose los atletas españoles conun ambiente hostil en la Deutschlandhalle berlinesa. Elpúblico germano quiso protestar contra el famoso “pro-ceso de Burgos” que en España se seguía contra ETA ysilbó a nuestros atletas en los prolegómenos delencuentro. Sirvan estas palabras del maestro PedroEscamilla para describir lo allí vivido: “muchos jóvenessilbaban a los españoles al ser presentados, queriendomanifestar su disconformidad quizá con algo ya irrever-sible, como el proceso de Burgos, cuando horas antesnosotros habíamos sufrido un ataque de angustia al verel opaco, gris y sombrío muro que divide una de las máshermosas y soberbias ciudades del mundo. El ver pajas


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LOS MEJORES EUROPEOS EN 500 METROS

El 30 de enero de 1971 Antonio Fernández Ortiz se convertía en plusmarquista europeo de 500 metros.

Esta es la lista de los mejores del continente en esta inusual distancia hasta ese momento, un ránking en

el que como se aprecia tienen un papel preponderante los atletas españoles:

1:04.1 Antonio Fernández Ortiz ESP Madrid 30-01-71

1:04.2 Christian Delofre FRA Lyon 29-02-64

1:04.2 Ramón Magariños ESP Madrid 18-01-70

1:04.5 Teodoro Barrio ESP Madrid 07-02-70

1:04.6 Michel Hiblot FRA Lyon 29-02-64

1:04.6 François Chatelet FRA Lyon 29-02-64

1:04.6 Michael Zerbes RDA Berlín 09-02-66

1:04.6 Manuel Carlos Gayoso ESP Madrid 10-01-70

En pista sobremedida:

1:04.0 Jean Claude Valet FRA París 22-02-70

Como referencia digamos que el récord mundial correspondía al trinitense Wendell Mottley con un tiem-

po de 1:02.5, logrado en Ithaca el 29-02-64.

en ojos ajenos ignorando vigas pro-pias… Pero en fin, los silbiditos fueronremitiendo y cuando sonó un inadmisi-ble himno nacional español… no huboaplausos, pero tampoco muestras encontra”. Dejando a un lado este inciden-te digamos político, el encuentro resultóbrillante, con pruebas de gran calidadcomo la de 1.500 metros, donde elalemán Harald Norpoth realizó unasoberbia exhibición de clase, cubriendolos 800 metros en 1:57.0, los 1.000 en2:26.0 y los 1.200 metros en 2:55.4 paralanzarse en los últimos 300 metros a poruna nueva plusmarca mundial de3:37.8. Juan Borraz y Alberto Esteban poco pudieronhacer ante la cabalgada del corredor teutón, teniendoque conformarse con ser testigos de excepción de lahazaña al clasificarse a continuación con tiempos res-pectivos de 3:43.6 y 3:44.1. El encuentro registró dosvictorias españolas; por un lado, Luis Sarriá, que enunos vibrantes 400 metros batía a Bernreuther e iguala-ba con 47.5 la plusmarca nacional de Gayoso. Mientras,Luis Felipe Areta volaba en su último salto hasta 16,20metros, superando en tres centímetros a Sauer.También estuvo a punto de lograr la victoria el jovenAntonio Burgos, que libró una bonita batalla con JurgenMay en los 3.000 metros, marcando ambos 7:57.4, conun último kilómetro electrizante en 2:30.4. En el resulta-do final del encuentro los alemanes se impusieron porun tanteo global de 82 a 45 puntos, pero los españolesno se amilanaron en ningún momento. Por cierto, que enlas pruebas de velocidad se tomó cronometraje eléctri-co, registrando Fernando Escrivá y Gerardo Trianes5.80 y 6.83 en 50 metros lisos y con vallas, que aplican-do la corrección de 0.15 centésimas que empleaban losalemanes en la época dejarían los cronos finales en 5.95y 6.98. Años después se conoció este curioso métodogermano de registrar las marcas y por tanto estos regis-tros inaugurarían la lista eléctrica de plusmarcasespañolas en estas distancias.

A la vuelta de Alemania tocaba el turno delCampeonato de España, disputado en la tarde del 27 de

febrero. La competición se denominó Trofeo Citizen, porel patrocinio de esta firma de relojes. En esta ocasión losrécords los pusieron las mujeres. En primer lugar AnaMaría Molina, que lanzó el peso hasta 14,53 metros y nocontenta con ello también se impuso en la prueba de 60metros vallas a la que por aquel entonces parecía imba-tible María Jesús Sánchez. También hay que mencionara María Feu, que realizó una portentosa carrera de 400metros en 57.0, superando claramente a JosefinaSalgado, segunda en 59.8. Otra de las pruebas emocio-nantes de la tarde fueron los 1.500 metros, con un boni-to duelo entre Belén Azpeitia y Consuelo Alonso, resuel-to a favor de la primera en una nueva plusmarca nacio-nal de 4:48.6. Mientras, en las pruebas masculinas unode los puntos de atención estuvo en el salto con pértiga,con cuatro hombres por encima de 4,40 metros y domi-nio una vez más del imbatible Ignacio Sola con 4,95metros. Igualmente sobresalió el duelo mantenido porFernando Escrivá y Juan Carlos Jones en los 60 metrosen los que se imponía el primero con un tiempo de 6.6para ambos, o la final de 400 metros donde RamónMagariños batía a Sarria y Gayoso. Por último, en laprueba de 60 metros vallas se batía hasta cuatro vecesel tope nacional. Primero Rafael Cano marcaba 8.1 en la1ª serie, igualándolo Gerardo Trianes en la segunda,mientras que en la final se imponía Cano con 8.0, mismocrono que su rival. Esto por lo que respecta alCampeonato Absoluto; en el juvenil, celebrado la sema-

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Ramón Magariños venciendo en la prueba de 400 metros.

na anterior en el mismo escenario comenzaban a desta-car nombres que darían mucho que hablar en años veni-deros: Ramón Cid, Martín Perarnau o el ya citadoFernando Cerrada.

Antes de la cita continental varios atletas españolesviajaron hasta Génova donde el 3 de marzo participaronen una reunión internacional en el Palasport de la ciu-dad italiana. Sobresalió Juan José Azpeitia, que vencíabrillantemente en el salto de longitud con un buen regis-tro de 7,56 metros. Carlos García era tercero en la millacon 4:08.4, que en esos momentos suponía la plus-marca inaugural de esta prueba en nuestro país bajotecho, mientras que José Antonio Martín ocupaba lamisma plaza en altura con 2,00 metros. En categoríafemenina sólo tomó parte una atleta, María Feu, que seclasificaba tercera en 400 metros con 1:02.1.

La racha se truncó en Sofía:Si el año anterior el Europeo de Viena nos había

dejado con buen sabor de boca, en esta ocasión de lamáxima cita continental bajo techo, disputada en laFestivalna de Sofía los días 13 y 14 de marzo, nos vol-vimos de vacío. La actuación española cabe calificar-la como decepcionante; muchos de nuestros primerosespadas llegaron a la capital búlgara pasados deforma. Los únicos que se salvaron fueron Luis FelipeAreta, el mejor de los españoles, que obtuvo la quintaplaza en la final de triple con un registro de 16,11metros o Antonio Fernández Ortiz, que se impuso bri-llantemente en su semifinal de 800 metros pero queluego en la carrera decisiva acusó su falta de expe-riencia internacional. Corrió encerrado e incluso estu-vo a punto de caer. Al final se clasificaba sexto y últi-mo con un tiempo de 1:52.7. Del resto de los doce par-ticipantes españoles sólo cabe reseñar la actuación deCoro Fuentes y Manuel Carlos Gayoso en las elimina-torias de 800 y 400 metros. Se iniciaba así un periodode sequía en la cita continental que nos llevaría hasta1979, año en el que Antonio Paez nos devolvía a lasenda de las medallas con su victoria en los 800metros de Viena. Precisamente uno de los protagonis-tas españoles en la capital búlgara, Gayoso, cerraríala temporada por todo lo alto, arrebatando a Antonio

Fernández Ortiz la plusmarca continental de 500metros al correr en 1:03.8 en La Coruña el 22 demarzo.

Llegamos a un nuevo año olímpico, 1972, que nosiba a deparar otra densa temporada de competicionesen pista cubierta. Antes de las citas importantes hayun pequeño circuito de reuniones internacionales cuyaprimera parada se produce en Madrid el 29 de enerocon varias pruebas interesantes como los 2.000metros, donde Juan Borraz se impone en 5:23.2 pordelante de Alberto Esteban (5:24.2) y José MaríaMorera (5:30.2). Mientras, Manuel Carlos Gayososupera apretadamente al francés Francis González en500 metros, acreditando ambos 1:03.7, mejorandoambos la plusmarca europea de la distancia, e IgnacioSola y Luis María Garriga dominan la pértiga y la altu-ra con marcas respectivas de 4,80 y 2,08 metros. Enel apartado femenino sobresale la francesa ColetteBesson, gran vencedora de los 400 metros en 54.7 ySagrario Aguado, que batía por dos veces la plusmar-ca de altura, superando 1,60 y posteriormente 1,63metros. Siete días más tarde se disputaba la segundareunión en La Coruña, sobresaliendo la victoria deManuel Carlos Gayoso en 800 metros con 1:52.6 o delfrancés Elliot en altura con 2,11 metros, batiendo enesta ocasión claramente a Garriga, que tuvo que con-formarse con un salto de 2,05 metros. Esta mismapista acogería los días 12 y 13 de marzo losCampeonatos Gallegos en pista cubierta, con la parti-cipación de atletas pertenecientes a nueve clubes.Destacó la victoria de Jorge Zapata en 50 metrosvallas con 7.3 y de Manuel Carlos Gayoso en 400metros con 48.9.

Primer España-Gran Bretaña en Cosford:Vuelve la actividad de la selección española, en

esta ocasión con un rival inédito bajo techo, GranBretaña. El encuentro se disputó en la localidad deCosford en un hangar de la R.A.F. que había sidoreconvertido en la única pista cubierta de atletismoexistente en esos momentos en suelo británico. Enese aspecto pudimos sacar pecho los españoles, quedisponíamos de varias instalaciones y una de contras-


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tada calidad como era el Palacio de los Deportesmadrileño. Pero volvamos a la instalación que acogióaquel enfrentamiento. Se trataba de un anillo demadera elevado sobre suelo de cemento, recubiertocon una materia plástica de color verde, que no teníalas calles marcadas. Allí España se encontró a unapotente escuadra británica, que hizo gala de su condi-ción de favorita para imponerse por un tanteo globalde 76 a 52. A los nuestros les quedó la honrilla de tresvictorias parciales. Antonio Fernández Ortiz es uno delos grandes protagonistas en los 800 metros, unaprueba donde los británicos marcaron el tren de salidapero donde el atleta español maniobró hábilmentepara hacerse con la victoria en 1:50.4, nueva plusmar-ca nacional. Mientras, Luis María Garriga fue muysuperior a sus rivales en altura para imponerse con2,10, siendo secundado por el jovenMartín Perarnau, segundo con 2,00metros. La última victoria de losespañoles llegó de la mano de RamónMagariños, que dominaba los 400metros en 49.2. Por parte británicadestacarían la cabalgada solitaria deDavid Bedford en los 3.000 metros olos 19,26 metros de Geoff Capes enpeso, nuevo récord de su país.

Mientras los mayores se medían alos británicos en Cosford, nuestrosjúniors iban de estreno al disputarse elI Campeonato de España de la cate-goría ese mismo día en el Palacio deDeportes de La Coruña. Los nombresmás destacados fueron Fernando

Cerrada, Ramón Cid o Rosa Colorado, que posterior-mente brillarían en su salto a la categoría señor. Estacompetición es el preámbulo de la octava edición delCampeonato de España absoluto, a disputarse el 26de febrero en el Palacio de los Deportes de Madrid. Ladensidad del atletismo español va en aumento y ellohace necesario establecer por primera vez unas míni-mas de invitación, que debían haber sido conseguidasdurante la temporada anterior al aire libre. Todos losgrandes ases del atletismo español estaban en liza conexcepción de Garriga, que había sufrido una torcedurade tobillo días antes en Sabadell, teniendo que serescayolado. A pesar de que estaban en juego las míni-mas para el Europeo de Grenoble, la competición tuvoun tono general discreto, salvándose los concursos. Enpértiga Ignacio Sola logró la gesta de obtener su octa-

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Antonio Fernández Ortiz venciendo en los 800 metros delEncuentro contra Gran Bretaña en Cosford.

MINIMAS DE INVITACION CAMPEONATO DE ESPAÑA 1972

La RFEA estableció de cara al Campeonato de España en pista cubierta de 1972 unas mínimas para ser

invitado. Debían haber sido realizadas en la temporada al aire libre 1970/71 y eran las siguientes:

HOMBRES: 60m: 10.6 en 100m; 400m: 49.0; 800m: 1:51.8; 1.500m: 3:51.0; 3.000m: 8:35.0 en 3.000m

ó 14:30.0 en 5.000m; 60m.v.: 15.3 en 110m.v.; 1,95 en altura; 4,00 en pértiga; 7,10 en longitud; 14,70 en

triple y 14,20 en peso.

MUJERES: 60m: 12.6 en 100m; 400m: 59.2; 800m: 2:20.0; 1.500m: 5:00.0; 60m.v: 16.8 en 100m.v; altu-

ra: 1,50m; longitud: 5,25m; peso: 10,40m.

También podían participar otros atletas sin mínima pero el viaje y alojamiento debían ir por cuenta pro-

pia.

vo título nacional consecutivo con 4,80 metros, estan-do a punto de superar los 5,05. Por detrás quedaronConsegal y Efrén Alonso con 4,60 y Hevia y Hernándezcon 4,40. Mientras, en la altura femenina SagrarioAguado mantenía su progresión constante, elevando laplusmarca hasta 1,66 y probando luego sin suertesobre 1,70 metros. También hubo revelaciones enaquel Campeonato como Andrés Ballbé, claro vence-dor en los 800 metros, o el júnior valenciano ErnestoMir, que llegó hasta 7,44 metros, superando por doscentímetros a Juanjo Azpeitia.

Gabernet y Borraz los mejores en Grenoble:No pintaban bien las cosas de cara al Campeonato de

Europa a disputarse en la localidad francesa de Grenoblelos días 11 y 12 de marzo. De los veinte atletas prese-leccionados finalmente sólo viajaron seis, que a pesar detodo tuvieron una meritoria actuación; incluso dos hom-bres estuvieron a punto de devolver a nuestro país a lasenda de las medallas bajo techo. Uno de ellos fueAlfonso Gabernet, que se mostró a gran nivel en los 400metros para terminar cuarto en 47.66. Previamente habíaregistrado 47.81 en series y 47.63 en semifinales, nuevorécord nacional de la distancia. La misma posición ocu-paba Juan Borraz en los 1.500 metros. El español corrióa cola de grupo en los primeros 1.000 metros y luego

salió por fuera comenzando a progresar, aunque yahabía gastado muchas fuerzas, quedándose a un pasode la medalla. Mientras, Ignacio Sola se clasificaba quin-to en pértiga con 5,00 metros y Manuel Carlos Gayososexto en 800 metros con 1:52.15, tras haber batido enseries la plusmarca española con 1:50.15. El último fina-lista español fue Manuel Carballo, que pese a tener unpequeño accidente en su serie de 50 metros al caer porel borde de la pista en la frenada, fue pasando rondasmejorando el récord nacional en series (5.92) y en semi-finales (5.90) hasta llegar a la final, donde finalizabasexto. El único participante español que no obtuvo plazade finalista fue Antonio Fernández Ortiz, que cayó elimi-nado en su serie de 800 metros, una carrera por ciertoque tuvo un desenlace rocambolesco. Un juez hizo seña-les a los atletas y éstos se pararon cuando faltaban 180metros para acabar la prueba; aunque reanudaron lamarcha, los tiempos fueron lógicamente muy malos. Eljurado dictaminó que pasaran a la final los cuatro prime-ros, quedándose fuera el atleta español. Como se venuestros atletas tuvieron un digno papel en Grenoble ysólo faltó una medalla para rematar la faena. A la vueltade Grenoble y antes de que terminase la temporada dosatletas españoles compiten en la reunión internacional deGénova el 15 de marzo con magníficos resultados.Alfonso Gabernet tomaba parte en una carrera de 400

metros de gran calidad en la que elitaliano Marcello Fiasconaro batía laplusmarca mundial de la distanciacon un sensacional crono de 46.1,mientras que el español obtenía surecompensa ocupando la terceraplaza con un nuevo récord deEspaña de 47.4. Igualmente SagrarioAguado tenía un magnífico compor-tamiento en salto de altura, sobrepa-sando el listón en 1,68 metros, con loque elevaba en dos centímetros sutope nacional.El año 1973 nos trae una importan-te novedad en el Palacio de losDeportes madrileño. Desde hacíatiempo se venía reclamando desde


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Final de 400 metros en el Europeo de Grenoble. Por la derecha vemosa Alfonso Gabernet, cuarto clasificado.

todos los ámbitos una reforma en la pista y esta final-mente tuvo lugar sustituyéndose el anillo de maderapor otro de material sintético, concretamente dezenitán, con la misma cuerda de 166,66 metros. Apesar de ello, la pista central seguía manteniendo algu-nas carencias que pronto serían subsanadas. El estre-no de esta nueva pista tuvo lugar el 27 de enero conuna reunión internacional que no pasó de un tonogeneral discreto. Los atletas se mostraron un poco cor-tos de forma y quizás no consiguieron adaptarse deltodo a la nueva instalación. Lo mejor estuvo en el saltode longitud, donde Juan José Azpeitía voló hasta unosmagníficos 7,59 metros, para hacerse con la victoriapor delante de Mariano Pérez Crespo y donde RafaelBlanquer, a pesar de no coger tabla en sus saltos, semostró plenamente recuperado de las lesiones que lehabían venido castigando en los últimos años. En estamisma reunión también destacaron Pilar Fanlo yRafael Cano, que igualaron las plusmarcas nacionalesde 60 metros lisos y con vallas con marcas respectivasde 7.6 y 8.0 e igualmente se mostró a gran nivel JoséLuis Sánchez Paraíso, que superó en los 60 metros alfrancés Pastre y al italiano Centano. Mejor nivel seregistró en la siguiente reunión disputada en el Palacio,el III Trofeo Internacional Vallehermoso O.J.E, celebra-da el 10 de febrero, donde se batieron dos plusmarcasnacionales absolutas y otras dos en categoría júnior.En el salto de longitud femenino Carolina Nolten vola-ba hasta 5,82 metros, superando la plusmarca deJosefina Salgado, que se desquitó corriendo unosmagníficos 400 metros en 56.2, batiendo el récord deMaría Feu. Mientras en la prueba de 3.000 metros, quefue claramente dominada por José María Morera en8:16.6, el júnior Fernando Cerrada tuvo una granactuación, clasificándose quinto en 8:27.6, nuevorécord de la categoría. También en esa reunión sobre-salió una jovencísima Carmen Valero, que varios añosmás tarde se proclamaría doble campeona mundial decross. La atleta turolense afincada en Sabadell vencíaen la prueba de 1.500 metros en un tiempo de 4:46.6,batiendo también el récord de España júnior. Mientrastodo esto ocurría en Madrid, también en Sabadell sehabía iniciado la actividad, disputándose una reunión

internacional el día 3 de febrero con organización de laJuventud Atlética Sabadell bajo el patrocinio de laDiputación Provincial y el Ayuntamiento de la localidad.Tomaron parte atletas de Austria, Italia y Francia y seregistraron resultados interesantes como la victoria dela francesa Colette Besson en 400 metros con 56.1 odel también galo Jacques Rousseau en 50 metros con5.8, siendo el mejor español en esta prueba FranciscoJavier Espinach con 6.0.

Carmen Valero mostró su clase en elCampeonato de España:

Antes de que llegaran las citas internacionales delaño, se disputa en el Palacio de los Deportes de Madridel 24 de febrero el Campeonato de España, una ediciónque se podría catalogar como de las sorpresas, aunquelos resultados no fueron del todo esperanzadores, nimucho menos. Empezando por las mujeres fue agrada-ble ver el dominio ejercido por Carmen Valero en los1.500 metros, donde se impuso con 4:37.7, único récord

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Carmen Valero fue la gran protagonista delCampeonato de España de 1973.

de España de la velada, superandoclaramente a Consuelo Alonso, o eltriunfo de una jovencísima María JoséMartínez Guerrero en 60 metros vallascon 8.9, estando a punto incluso dedominar la longitud, donde fue segun-da con 5,62 metros, a cuatro centíme-tros de la ganadora, Carolina Nolten.En hombres las sorpresas más inespe-radas estuvieron en los 60 metrosvallas, donde Gerardo Calleja batía aRafael Cano, o en altura, dominada porBolaños en 2,10, seguido por Ocio yGarriga. La anécdota estuvo en los 60metros, con una clara escapada deManuel Carballo, que vencía con rotun-didad ante la monumental bronca delrespetable. Hubo protestas y se decidió repetir la final.En un primer momento se pensó que Carballo no saldríaen señal de protesta. Sin embargo, en un gesto deporti-vo volvió a situarse en la línea de salida y también fuesuyo el triunfo en la final buena con un tiempo de 6.6;incluso se llegó a afirmar que algunos cronos le llegarona tomar 6.4, ¡con lo que habría igualado la plusmarcamundial!

A pesar de estas pinceladas de calidad, el tono gene-ral de las marcas alcanzadas no pasó de discreto, tantoque algunos periodistas fueron bastantes duros en suvaloración, como Antonio Alcoba, que escribía losiguiente en el diario “Pueblo”: “…fuimos testigos de loque es la auténtica realidad del atletismo español, unatotal y absoluta impotencia para rebasar los límites fija-dos por quienes hasta hace bien poco eran capaces deponer al público en pie. El pasado sábado estuvieroncasi todas nuestras figuras, se competía sobre una pistasintética, las pruebas eran seleccionables para elEspaña-Gran Bretaña y para el Campeonato de Europade Rótterdam. Bien, pues con todos estos alicientes elCampeonato nacional no ha podido ser más desolador”.

Histórico triunfo ante Gran Bretaña:Pero si el Campeonato de España fue la cruz de la

moneda, la cara estuvo en la devolución de visita que

nos iban a rendir los británicos en la tarde del 3 demarzo en el Palacio de los Deportes, donde la selec-ción española iba a conseguir una histórica e inespe-rada victoria por 64 a 62 puntos. Y eso que el encuen-tro empezó con una viva polémica puesto que JoséLuis Sánchez Paraíso no fue incluído en el equipo y elvelocista salmantino, muy dolido con esta decisión,anunciaba que no volvería a la selección.Afortunadamente luego reconsideraría su postura yseguiría cosechando internacionalidades hasta acu-mular un récord de 72. El triunfo se cimentó en unasólida actuación del equipo, con seis triunfos indivi-duales y un récord de España igualado para RafaelCano, que en los 60 metros vallas marcaba 8.0, aun-que inicialmente se divulgó también una versión de7.9. El español era superado por el británico Pascoe,que marcaba 7.7. Los españoles impusieron su supe-rioridad en el mediofondo, con grandes victorias deJuan Borraz y Antonio Burgos en 1.500 y 3.000metros, aunque también estuvieron magníficos en lossaltos, logrando el triunfo en longitud (RafaelBlanquer, 7,56, si bien Pérez Crespo, que saltabafuera de concurso llegaba hasta 7,61), triple (AlbertoSantamaría, 15,60) y altura (José Ángel Ocio, 2,06).Antes de la disputa del relevo 4x1 vuelta las espadasestaban en alto y la victoria se antojaba decisiva para


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Prueba de 400 metros del España-Gran Bretaña. Manuel Soriano, por laderecha, es segundo en una apretada llegada con el británico Aukett

el triunfo final. Cuando Carballo, último relevista delequipo español, batía en la recta final al británicoAnkett, el numeroso público congregado en el Palacioestalló de alegría. El triunfo se había consumado.

Tras la victoria sobre Gran Bretaña se abrió un vivodebate sobre la situación que en esos momentos vivíael atletismo español. Algunos analistas argumentabanque el triunfo había sido algo solamente circunstancialy que se había visto favorecido por las importantesbajas que presentaba el equipo rival. Otros defendíanpor el contrario que era un síntoma claro de la recu-peración del atletismo español. Cuando todavía esta-ba abierto este debate llegó la celebración delCampeonato de Europa, disputado en la ciudad holan-desa de Rótterdam los días 10 y 11 de marzo, un cam-

peonato que se saldaría con un pobre balance de mar-cas y organización. Los españoles que compitierontuvieron un papel discreto. Uno de los más destacadosfue Rafael Blanquer, que fue sexto en una polémicafinal de longitud con 7,46 metros… y decimos polémi-ca porque la prueba registró diversas irregularidadesen la medición de los intentos ya que el pasillo de sal-tos era ligeramente más ancho que la tabla de plastili-na y según se pisaba en un punto u otro del mismoésta saltaba, provocando que los jueces dieran comosaltos nulos algunos que a simple vista no habían sidotales. Al propio Blanquer le anularon uno sobre 7,90metros, que le hubiera permitido adelantar variospuestos en la clasificación aunque tampoco hubierasido suficiente para auparle hasta el pódium. Otro de

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ECOS DEL ESPAÑA-GRAN BRETAÑA

La victoria de España ante Gran Bretaña tuvo un amplío eco en los medios de comunicación de la época

que abrieron un debate sobre cual era la situación que estaba viviendo el atletismo español en. Algunos

defendían que los británicos no habían viajado a Madrid con su mejor equipo. En este sentido creemos inte-

resante reproducir la columna aparecida en "Atletismo Español", donde se defendía justo todo lo contrario,

que Gran Bretaña había presentado la mejor de sus formaciones:

"Se ha llegado a decir y a poner por escrito, con ligereza y poco conocimiento de causa, que GranBretaña nos mandó una representación que distaba mucho de su mejor equipo. Nada más inexacto.

De las once pruebas individuales a disputar, nos enviaron al campeón y el subcampeón de su últimocampeonato de pista cubierta en cinco de ellas: 60, 400 y 1.500 metros, altura y pértiga (aunque Hooper,indispuesto, no llegase a saltar).

En otras tres especialidades sustituyeron a uno de los dos mejores de la máxima competición citada,más para potenciar el equipo. Así, en peso, incluyeron al campeón Winch, pero reemplazaron al que quedósegundo, Tancred, por Capes, acreditado de mucha mejor marca que aquél y que hizo buena su selecciónbatiendo el récord británico y ganando la prueba. En 800 dejaron a Cusick, pero prefirieron a Browe -quin-to en los últimos Campeonatos de Europa, tanto al aire libre como en pista cubierta- que a Gibson; Brownetambién justificó su selección venciendo sobre la distancia a todo un Fernández Ortiz. Y en vallas se traje-ron al campeón, Pascoe, aunque escogiendo al tercero, Kirkpatrick, mejor que al segundo, Woger, porquetenían 7.8 y 8.0 respectivamente como registro personal de la temporada.

En triple, donde el nivel del campeonato británico fue muy bajo, se decidieron por Vincent (15,44 contra15,40 de Colman y 15,24 de Lardo en el campeonato tantas veces mencionado) y por Johnson, que nohabía actuado prácticamente este año bajo techo, pero que es el campeón nacional absoluto y el plus-marquista júnior (15,80 en 1972).

Finalmente, en los 3.000 metros seleccionaron al subcampeón, Morris, pero no contaron con el cam-peón, Ian Stewart, lo mismo ocurrió con la longitud, donde faltos de Alan Lerwill, nos mandaron al segun-do y el tercero de su campeonato, Scott y Atkins.

De lo que ahora tiene Gran Bretaña no se vieron privados, pues, nada más que dos hombres, Stewart yLerwill. Pretender otra cosa es como si nosotros arguyésemos hoy con el González Amo de los 3:40.0,vamos a poner por caso.

Y dos bajas, sobre un total de 22, es un porcentaje muy normal, incluso corto, para cualquier equipo.Están tan claro que tampoco vale la pena darle más vueltas”.

Pues dicho queda.

los mejores españoles fue Antonio Fernández Ortiz,que en su serie de 800 metros corrió brillantementepara acabar segundo en un nuevo récord nacional de1:49.83, si bien en la final dio una peor imagen paraacabar sexto y último con 1:50.79.

Poco más que reseñar en la ciudad holandesa,quizás que Manuel Carballo alcanzó las semifinalesde 60 metros con 6.80, nueva plusmarca nacional, yque Manuel Soriano también se quedó a un paso dealcanzar la final de los 400 metros o que nuestra únicarepresentante femenina, Josefina Salgado, cumpliósegún lo previsto, ocupando la tercera plaza en suserie de 400 metros con un registro de 56.04, nuevorécord nacional. España se alejaba de la senda de lasmedallas y habría que esperar todavía seis años paravolver al camino iniciado en los Juegos Europeos deMadrid y continuado después en Viena'70.

Llegamos a mitad de los años 70, una época apa-sionante en la que nuestro país iba a experimentarimportantes cambios sociales y políticos. El deporte,como parte de la vida social, no iba a ser ajeno a todoesto. Pero vayamos al año 1974, que se iniciaría condos reuniones destacadas el día 9 de febrero. La pri-mera de ellas sería el III Gran Premio Internacional deMadrid, que en un principio iba a contar con grandesnombres internacionales y que luego sufriría impor-tantes bajas de última hora que restarían algo de bri-llantez a la reunión. No obstante se pudieron ver algu-nas cosas positivas en el Palacio de los Deportes,sobre todo en los concursos. En la prueba de tripleMariano Pérez Crespo se mostró en una forma exce-lente realizando cuatro saltos por encima de 16,00metros y llegando hasta 16,08, secundado porSantamaría (15,87). Mientras, en altura hasta ochoatletas españoles estuvieron por encima de los 2,00metros siendo el gran protagonista GonzálezBerenguer, que batió al germano Mohels en una boni-ta pugna. Igualmente destacado fue el papel del juve-nil Adolfo Benito, que en la serie B de 400 metrosvencía con 48.7, dos décimas menos que la marcarealizada por el ganador de la serie buena LeopoldoPuertas. Esta marca constituía un nuevo récord juve-nil y júnior de la distancia. Por último, de las cuatro

pruebas que conformaban el programa femenino,destacaron las victorias de Carolina Nolten en longi-tud y Pilar Freixá en 800 metros. Mientras estoocurría en Madrid, en Sabadell ese mismo día se dis-putaba una reunión nacional en la que tomaron partealgunos atletas importantes. Lo más sobresalienteestuvo en las victorias de Javier Espinach en 50metros con 5.9 y de Miguel Consegal en pértiga conun registro de 4,50 metros.

Relevo generacional en el Campeonato deEspaña:

Con estos antecedentes llegamos a losCampeonatos de España, que celebraban su décimaedición el 16 de febrero en el Palacio de los Deportes.Si el año anterior hablábamos de un tono general dis-creto, en esta ocasión el nivel de la competición fuealgo mejor, aunque tampoco se pudieron lanzar lascampanas al vuelo. Lo más positivo quizás fue el rele-vo generacional en algunas pruebas, donde jóvenesvalores comenzaron a consagrarse. Así, en este sen-


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Una jovencísima Isabel Mozún le puso las cosasdifíciles a Sagrario Aguado y Carolina Nolten.

tido se pudo ver a una jovencísima Isabel Mozún,todavía en edad cadete, que sorprendió por su impe-cable estilo “fosbury” y que voló por encima de 1,62metros, vendiendo muy cara su derrota ante las yaconsagradas Carolina Nolten y Sagrario Aguado, quealcanzaron la misma altura. Al final, el triunfo fue paraAguado y Mozón tuvo que conformarse con el bronce,dejando vislumbrar que en unos años comenzaría aejercer un gran dominio en la especialidad. Otro jovenatleta que se consagró en el Palacio fue Adolfo Benito,que ya había brillado en el Gran Premio Internacionalde Madrid y que volvió a sorprender a LeopoldoPuertas en una emocionante recta final en la queambos marcaron 48.9.

En el capítulo de los récords destacó MartínPerarnau, que realizó un concurso impecable, superan-do al segundo intento los 2,14 metros con lo que igua-laba la plusmarca de Luis María Garriga. El saltadoraragonés fue testigo de excepción de esta gesta, aun-que su corto estado de preparación después de habersufrido una grave lesión de rodilla sólo le permitió clasi-ficarse tercero con 2,01 metros, mientras que el segun-do cajón del pódium era para González Berenguer con2,10. El otro protagonista en este capítulo fue JorgeZapata, que en 60 metros vallas no tuvo oposición nin-guna para hacerse con el título. En semifinales marca-ba un nuevo récord nacional con 7.9 y luego en la finalvolvía a marcar este registro, superando en dos déci-mas a Gerardo Calleja, mientras que Rafael Cano sequedaba fuera del pódium al clasificarse cuarto con 8.3.Nadie pareció reparar en ese momento en un jovenmuchacho de Monzón, de apenas 16 años, que se cla-sificaba sexto en la final de segundos con 8.6. Se trata-ba de Javier Moracho, que con el paso de los años, yjunto con Carlos Sala, se convertiría en la gran estrellade las vallas en nuestro país, llegando a proclamarsecampeón de Europa bajo techo en 1986. Pero no ade-lantemos acontecimientos y sigamos narrando lo queocurrió en aquel Campeonato de España de 1974.Otras notas destacadas de la competición fueron lasvictorias de Rafael Blanquer en longitud, con un buensalto de 7,71 metros y de Pilar Fanlo en 60 metros con7.7, si bien en series y semifinales marcaba 7.6. La atle-

ta aragonesa estuvo a punto incluso de imponerse en lalongitud, donde mantuvo un bonito duelo con CarolinaNolten. Las dos llegaron hasta 5,61 metros pero vencióesta última al tener un segundo mejor salto de 5,59 porlos 5,56 de Nolten. Al final los premios “Zenitán” a lasmejores marcas de la competición serían para MartínPerarnau en hombres y Pilar Fanlo en mujeres.

Devolución de visita en Cosford:Del Campeonato salió la selección que viajaría a

Cosford, donde el 23 de febrero, devolvíamos visita a losbritánicos. Si el año anterior nuestros hombres daban lasorpresa en Madrid, en esta ocasión la cosa se prometíadifícil. El factor campo y los importantes nombres queformaban la escuadra británica se antojaban decisivos.Y así fue, logrando nuestro rival una aplastante victoriapor 79 a 48 puntos. Nuestra selección volvería delencuentro con tres triunfos individuales. El primero lle-garía en la prueba de 3.000 metros con un magníficoAntonio Burgos, que no se cebó en seguir la fuerte este-la impuesta por Ricky Wilde y realizó una carrera en pro-gresión, dando caza al británico a 500 metros de meta y

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Antonio Burgos en el momento de dar caza aRicky Wilde en el Gran Bretaña-España.

marchándose en solitario en pos de la victoria, quelograría con un crono de 8:03.0. Mientras esto ocurría enel anillo, en el interior de la pista Perarnau cimentaba suvictoria en altura con un discreto salto de 2,06 metros.La falta de lucha le impidió subir más alto. Por último, eltercer triunfo hispano lo lograba Rafael Blanquer en lon-gitud, donde se iba hasta 7,65 metros. Por parte británi-ca sobresalió Geoff Capes, que lograba un magníficorécord europeo en peso con un lanzamiento de 20,82metros. La consecuencia positiva que se pudo extraerde aquel encuentro es que el equipo español había pre-sentado un conjunto casi novato, sin apenas experienciainternacional. La cita de Cosford les había servido puesde fogueo para venideras competiciones y encuentros.

Mientras todo esto ocurría en Gran Bretaña, en nues-tro país los júniors y juveniles siguen disputando suscampeonatos respectivos. El Campeonato de Españajúnior se celebraría el 9 de marzo en La Coruña, desta-cando nombres como Julio Rifaterra (pértiga), LeopoldoPuertas (400m), Estanislao Durán (1.500m) o MaríaJosé Martínez Guerrero (longitud). Antes, el 23 defebrero, se había disputado en Sabadell el Campeonatojuvenil, sobresaliendo José Carbonell, Dolores Vives oGloria Pujol, que iniciaron allí su camino de victoriasdentro del atletismo nacional.

Siete españoles en Göteborg:Y llegamos así a la cita cumbre de la temporada, los

V Campeonatos de Europa, a disputar en la localidadsueca de Göteborg los días 9 y 10 de marzo en elmajestuoso escenario del Pabellón “Scandinavium”,con capacidad para 14.000 espectadores. La organi-zación fue excelente, con muy escasos errores y elnivel de marcas bastante bueno. A la cita continentalacudieron siete atletas españoles, lográndose tres pla-zas entre los ocho primeros, aunque no se obtuvo nin-guna plaza de finalista si nos atenemos al criterio téc-nico de considerar como tal a los seis primeros clasifi-cados en pista cubierta. Uno de nuestros mejoreshombres fue Antonio Burgos en 3.000m, donde se cla-sificó brillantemente para la final. Una vez en ella rea-lizó los primeros metros a cola de grupo para luego irprogresando hasta la octava plaza final con un grancrono de 7:56.25, siendo el claro vencedor de la carre-ra el belga Emil Puttemans con 7:48.48. Mientras,Rafael Blanquer se mostraba muy regular en longitudpor encima de 7,60, llegando hasta 7,69 metros en sutercer intento, lo que le otorgaban la séptima plazafinal. El otro destacado fue Mariano Pérez Crespo, queviajó hasta Goteborg sin estar plenamente recuperadode una lesión de tobillo. A pesar de ello, se clasificaba


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ANTONIO BURGOS, EL HÉROE DEL GRAN BRETAÑA-ESPAÑA

Si hubo un protagonista español sobre la pista de Cosford en el encuentro Gran Bretaña-España de 1974

ese fue sin duda Antonio Burgos, que realizó una sensacional carrera de 3.000 metros para aportar quizás

la victoria más valiosa del equipo español. Burgos demostró una gran inteligencia, no cebándose con el

ritmo del británico Wilde para sobrepasarle en los últimos metros y anotarse el triunfo final. Así lo relataba

la revista "Atletismo Español" en su crónica:

“Ricky Wilde se lanzó desde el tiro de pistola hacia delante, con ritmo fuerte, con ansia de triunfo. Fowles,menos elástico, siguió sus pasos pero pronto se rezagó. Burgos y González Amo, a su aire, sin dejarse per-turbar por la acción homogénea de sus adversarios. Wilde pasó los 1.000 metros en 2:39.2 y Burgos, queya había rebasado a Fowles a esa altura, tardó 2:42.1. A los 1.500 metros siempre con Wilde en la punta,el inglés pasó con 3:59.9 y Burgos en 4:02.0. Poco a poco Burgos iba comiendo centímetros a Wilde, queacusaba el veloz ritmo impuesto. Detrás, González Amo se adelantaba a Fowles y llegamos a pensar quequizás hubiese esperanzas de eludir el último lugar de la clasificación. Cuando a los 2.500 metros AntonioBurgos se puso a la altura de Wilde, pasándole a continuación y González Amo incluso daba la sensaciónde poder alcanzar en las dos vueltas y media que faltaban al propio Wilde, el corazón empezó a saltar confuerza, como alentado por una ilusión óptica. Antonio, evidentemente, iba a ganar sin dudas. Es más, susdos últimas vueltas fueron espléndidas de decisión y la última una expresión de poderío verdaderamentemagnífica. Según los estadísticos británicos Antonio completó su última vuelta (200 metros justos) en 28.2.La lástima fue que en la última curva Fowles aventajase de nuevo a González Amo y llegase a meta consólo dos décimas de segundo de diferencia sobre el recordman nacional de 1.500”.

octavo en triple con 14,68 metros.Los otros españoles que estuvieronen la ciudad sueca fueron José LuisSánchez Paraíso en 60 metros,Antonio Fernández Ortiz en 800m,Jorge Zapata en vallas y MartínPerarnau en altura, todos ellos sinfortuna.

A la vuelta de Goteborg arreciaronlas críticas a la actuación española.Conviene recoger aquí la defensaque Carlos Jiménez hacía de nues-tros atletas en la revista “AtletismoEspañol”: “de los siete, tres fueronfinalistas, lo que representa el cua-renta por ciento más o menos.¿Puede llamarse a esto fracaso?¿No será que quienes echan pordelante las patas de esta burrada crítica exageran losuyo? No hace aún muchos años en que los atletasespañoles veían siempre las espaldas (por no decirotra cosa) a sus rivales. Hoy son muchas las ocasio-nes en que los rivales les ven el dorso a nuestros atle-tas. Y como en deporte se gana y se pierde, que paraeso es deporte, ciñámonos a la actuación de los quenos representan sopesando dos cuestiones: una, elvalor de los adversarios, la otra, el rendimiento -para-lelo o no a sus posibilidades- físico-técnico de estoshombres. Sólo justipreciando fría y criteriosamenteeste par de condicionamientos puede llegarse a esaconclusión tan alegre -e injusta- y festivamente onde-ada: fracaso”.

Llegamos a 1975, un año decisivo en la historia denuestro país, con el fallecimiento del general Franco yel posterior advenimiento progresivo de la democra-cia. Pero vayamos a lo nuestro que es el atletismo.Para esa campaña se anuncian dos importantesencuentros internacionales, uno contra Gran Bretañay la vuelta de un clásico, el enfrentamiento contraAlemania, así como los Campeonatos de Europa en lalocalidad polaca de Katowice. Pero comencemos porel principio. El primer hito destacado de la temporadaa cubierto fue una reunión internacional disputada en

el Palacio de los Deportes de Madrid el 1 de febrero,que serviría de prueba de preselección del encuentrocontra Alemania, a disputar una semana más tarde enDortmund. En la reunión lo más sobresaliente estuvoen la prueba de salto con pértiga, con la actuación delos polacos Buciarski y Slusarski, que salvaron conéxito el listón en 5,20 metros y luego probaron sinsuerte sobre 5,47, que hubiera supuesto un nuevorécord europeo de la especialidad. Por parte españo-la los principales puntos de atención estuvieron en lostriunfos de Javier Martínez en 60 metros con 6.82, deJuan Sarrasqueta en los 400 metros o la derrota dePilar Fanlo en 60 metros ante la júnior Yolanda Oroz,que con 7.84 batía el récord nacional eléctrico quehabía establecido en carrera anterior con 7.89.

Una selección joven cae ante los alemanes:De aquella reunión salió el equipo que viajó hasta

Dortmund para reanudar los tradicionales enfrenta-mientos contra Alemania Federal. Como en el Palaciono habían participado importantes figuras de nuestroatletismo, el equipo estaba diezmado y sin apenasposibilidades ante la potente escuadra germana. Entotal se desplazarían hasta Dortmund veintidós atletasespañoles, con José Ávila como jefe de equipo, acom-

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Martín Perarnau en el Campeonato de Europa de Göteborg.

pañados por el médico Rodríguez Piñero y los entre-nadores José Luis Torres, Virgilio González Barbeitosy Jaime Enciso. Incluso la situación se complicó aúnmás unos días antes del encuentro con las bajas porenfermedad de Rafael Blanquer y de Gerardo Brunetpor lesión. El ambiente era tan pesimista que el propiopresidente de la RFEA, Rafael Cavero, en una entre-vista concedida a Marca en Barajas antes de la parti-da, declaraba “¿derrota amplia? Ya lo sé y tambiénpuedo decirle que si perdemos por menos de 45 pun-tos sería una sorpresa. Pero ésta es la diferencia queexiste, por ejemplo, entre el marco y la peseta, y enotros aspectos de las dos naciones”. A favor del equi-po español solamente el hecho de su juventud, siendoel más joven de la historia con una media de 21,7años, con ocho debutantes con la selección absoluta.

Ya en la Westfalenhalle de Dortmund, el 8 de febre-ro, se cumplieron los pronósticos y los germanos nosinfringieron una severa derrota por 84 a 37 puntos. Apesar de ello, también hubo algunas notas positivasen el joven equipo español, que tuvo un claro prota-gonista en la figura de Gustavo Marqueta, que mantu-vo una bonita pugna en altura con el alemán Boller. Elsaltador español comenzó su concurso saltando lim-piamente 2,00 y 2,05 metros. Luego superaría 2,09 alsegundo intento, al igual que los 2,12. Llegaríamospues a 2,15 metros, altura que ya supondría un nuevorécord español. Boller falló en su primer intento; llega-ba el turno para Marqueta, que en un formidable saltofranqueaba el listón y en seguida era felicitado efusi-vamente por Martín Perarnau, su antecesor en la tabla

de plusmarquistas, que no había tenido su día y teníaque conformase con saltar 2,00 metros. Después,Boller salvaba en su segundo intento el listón, mien-tras que su compatriota Zimmer quedaba eliminado. Elconcurso continuaba en 2,18. El germano superaba ellistón en el segundo intento. Quedaba la tercera ten-tativa del atleta español, que se creció y realizó unmagnífico salto, logrando la mayor altura que un salta-dor español había saltado en esta especialidad, tantoal aire libre como en pista cubierta.

El otro gran protagonista español de la jornada eraAntonio Burgos, que lograba en 3.000 metros la únicavictoria individual para nuestro equipo. La prueba selanzó a ritmo rápido con el concurso de los destacadosatletas belgas Salvé y Thys. Hasta los 2.000 metros elgrupo marchaba compacto y fue a partir de ese puntocuando Burgos comenzó a jugar sus bazas, arrancan-do con fuerza. Le seguían los belgas y Jungbluth,mientras que el otro español, Estanislao Durán, habíaquedado rezagado. El atleta español continuó su pro-gresión y se marchó hacía delante para hacerse con lavictoria en un gran registro de 7:57.2, dando unamagnífica lección de clase. Del resto de la actuación denuestro equipos podríamos quedarnos con la mínimapara el Europeo de Katowice lograda por MartínezBayo en los 1.500 metros con 3:45.3 o con la actuaciónde José Carbonell en los 60 metros, donde superaba aJavier Martínez, ambos con 6.7.

En este año 1975 podemos situar también el arran-que de las pruebas combinadas en pista cubierta ennuestro país, con la disputa de la primera competición


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LOS 2,18 DE MARQUETA, UNA MARCA DE GRAN CALIDAD

Sin duda el hito más destacado del encuentro contra Alemania Federal disputado en Dortmund fue la

marca de 2,18 metros en altura de Gustavo Marqueta, un registro de altísima calidad que le situaba entre

los mejores especialistas europeos de la época. Como referencia podemos decir, tal y como recalcaron los

periódicos de la época, que con ese registro hubiera sido cuarto en el Campeonato de Europa en pista

cubierta de Goteborg del año anterior y se hubiera situado en el puesto 11 del ránking europeo. Igualmente

en los Juegos Olímpicos de Munich'72 el cuarto clasificado, el alemán Hermann Magerl, saltó precisamente

esa medida. La marca obtenía una valoración por la tabla húngara de la época de 1.009 puntos, equiva-

lente a 10.2 en 100 metros o 7,95 en longitud, lo que da buena medida de su valía

Justo premio pues para un hombre nacido el 15 de diciembre de 1950 en Zaragoza y que comenzó a

saltar altura en 1964 tras haber practicado longitud. En 1965 ya realizó 1,45 y luego progresó rápidamen-

te hasta batir el récord de España júnior en 1969 con 2,10 metros.

de estas características. Concretamente se trató de untriathlón en categoría femenina, celebrado el 8 defebrero en el Palacio de los Deportes de Madrid convictoria de María José Martínez Guerrero en 2.121puntos y parciales de 9.42 en 60 metros vallas, 1,60metros en altura y 9,28 metros en peso, seguida dePilar Fanlo (1.960) e Isabel Montaña (1.887).

Síntomas de mejoría ante Gran Bretaña:Algo mejor le iría al equipo español en la siguiente

cita internacional de la temporada, el EncuentroInternacional contra Gran Bretaña, el 25 de febrero. Lasede de la competición iba a ser en un principioSabadell pero finalmente se disputó en el Palacio delos Deportes madrileño con presencia de numerosopúblico en las gradas. Los nuestros perderían por unmarcador de 70 a 51 pero mostrarían algunos sínto-mas de recuperación sobre lo exhibido ante los ale-manes. Por ejemplo, en la prueba de 60 metros dondenuestros representantes José Carbonell y JavierMartínez lograban un sensacional doblete con marcasde 6.80, récord nacional igualado, y 6.83, ambos conmínima para el Europeo. Igual situación se produjo enaltura, donde Marqueta se imponía con 2,10 metros yMartín Perarnau le secundaba con 2,05. Y la terceravictoria individual vino de un valor seguro de nuestroequipo, Antonio Burgos, que de nuevo dio una lecciónde clase sobre la pista del palacio. En una carrera muylenta controló la prueba desde los primeros compases,atacando en los últimos metros para anotarse la victo-ria con una autoridad aplastante. Además de estostres triunfos habría que destacar la actuación deEstanislao Durán en los 1.500 metros, donde mantuvouna dura pugna con el inglés Ian Stewart. Al final seimpondría este último con 3:48.58, diez centésimasmenos que el atleta español, que se quedó a las puer-tas de la mínima para el Campeonato de Europa(3:48.0). Conjuntamente se disputaron algunas prue-bas femeninas, lográndose dos nuevos récords deEspaña merced a Sagrario Aguado, que volaba porencima de 1,69 metros en altura, y de Pilar Fanlo, quecorría en 7.82 los 60 metros. El encuentro no dejó malsabor de boca, a pesar de la derrota. Como decía

Pedro Escamilla en las páginas de Marca: “diecinuevepuntos. Poco para la diferencia entre ambos atletis-mos. Y, sobre todo, porque la transición hay quepagarla. Así y todo, se paga con muy buena, buenísi-ma moneda. De oro puro, de buena raza hispana”.

Decepción en el Campeonato de España:Solventados los dos compromisos internacionales

de la temporada, llegaba el turno del Campeonato deEspaña absoluto, disputado el 1 de marzo en Madrid.La tónica de la temporada no había sido buena y lacompetición resultó decepcionante con una escasaparticipación y ausencia de grandes registros. Quizáslo más destacado estuvo en las pruebas de velocidad.En los 60 metros femeninos se imponía BegoñaLezano con un tiempo de 7.5, nueva plusmarca nacio-nal, batiendo claramente a Ela Cifuentes. En series ysemifinales ella misma había registrado igualmentenuevos topes eléctricos de 7.81 y 7.79. Mientras, en laprueba masculina de nuevo hubo polémica puesto queen la final se produjo una clara escapada de Carballo

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Llegada de la prueba de 60 metros en elCampeonato de España de 1975.

que el juez de salidas no vio. Ante las pro-testas del público, el juez árbitro decidióque la prueba debía repetirse y en lacarrera buena José Carbonell realizó unamagnífica progresión para hacerse con eltítulo nacional, si bien fue inquietado en lalínea de meta por Carballo y SánchezParaíso. Otro punto de atención estuvo enla prueba de 60 metros vallas, dondeGerardo Calleja vencía con 7.9 e igualabala plusmarca nacional de Jorge Zapata.

Otros nombres propios de aquel cam-peonato fueron Martínez Bayo, claro triun-fador en los 1.500 metros, GustavoMarqueta, dominador en altura con 2,10metros o las claras victorias en categoríafemenina de Rosa Colorado en 400metros y María José Martínez en vallas.En definitiva, pobre campeonato, aunquecomo citaba la revista “Atletismo español”: “tampocohay que llevarse las manos a la cabeza. No se puedenegar que esta edición ha sido pobre, muy pobre enresultados y no ha tenido el esplendor de anterioresacontecimientos semejantes. Ha habido alguna queotra cosa buena, sin estridencias, y el tono general harayado en la flojedad. Algo que, realmente no se espe-raba, pero que viene a decir que lo mismo puedepasar en futuras ediciones. Sólo hay que tener pacien-cia y esperar que la duodécima edición supere conamplio margen lo del pasado primero de marzo. No esuna realidad tangible este Campeonato de España. Yno demuestra el nivel del atletismo español”.

Los españoles no brillaron en Katowice:No pintaban bien las cosas para los siete atletas

españoles que viajaron hasta la localidad polaca deKatowice, escenario de los sextos Campeonatos deEuropa en pista cubierta los días 8 y 9 de marzo. Unacompetición que tuvo un tono general discreto en mar-cas y participación, aunque con un elemento destacable,el numeroso público que llenó la instalación los dos díasde competición. Y en cuanto a nuestros atletas poco quereseñar. Un nuevo paso atrás, puesto que el equipo

español no obtuvo ninguna plaza de finalista si entende-mos por tales los seis primeros de la prueba. Bien escierto que Antonio Burgos y Gustavo Marqueta disputa-ron las finales de 3.000 metros y salto de altura, peroambos quedaron por debajo de aquella plaza. El prime-ro de ellos se mostró lejos de la forma exhibida en losdos encuentros internacionales donde había dominadocon auténtica autoridad y se clasificó décimo con 8:09.4.Más atrás quedaría Gustavo Marqueta en salto de altu-ra, concretamente el decimosexto con 2,10 metros. Elresto de los españoles no consiguió acceder a la final.Javier Martínez se metía en semifinales de 60 metros,donde fue sexto con 6.84, mientras que José Carbonellse quedaba en la primera ronda, al clasificarse terceroen su serie con 6.87. Tampoco estuvieron afortunadosMartínez Bayo en 1.500 metros y Gerardo Brunet en 60metros vallas, mientras que nuestra única representantefemenina, Begoña Lezano, tampoco tuvo suerte, siendoúltima en su serie de 60 metros con 7.89. En definitiva,nuestro atletismo no vivía sus mejores horas, por lomenos en pista cubierta. No sólo nos habíamos alejadode la senda de las medallas, sino que nos habíamosquedado sin finalistas, repitiéndose lo que había ocurri-do el año anterior en Goteborg, pero con peores pues-


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Grupo de cabeza de la prueba de 3.000m donde se ve a Burgos.

tos que en la ciudad sueca.Afortunadamente este hecho sería sólocircunstancial y en unos años surgiríauna generación de atletas de altísimacalidad que llevarían al atletismo española altas cotas internacionales.

Estamos ya en el año 1976 que parael atletismo español en pista cubiertatuvo su primer hito importante el 17 deenero con una Reunión Internacional enel Palacio de los Deportes de Madrid,donde tomaron parte más de 200 atle-tas, destacando el concurso del italianoPietro Mennea, que tres años más tardese convertiría en monarca universal delos 200 metros y que en la pista madri-leña logró una fácil victoria en los 60 metros con untiempo de 6.76, mientras que su compatriota Enzo delForno se imponía en altura con 2,18 metros, superandoa Gustavo Marqueta, que se quedó en 2,13. En los 60metros vallas vencía el británico Price con un tiempo de7.8 por delante de Juan Lloveras, que con 7.9 igualabala plusmarca nacional y del joven Javier Moracho, quecomenzaba a mostrar una gran progresión para marcar8.0. Igualmente en los 3.000 metros Fernando Cerradano tendría rival, venciendo en 8.09.0, por delante deRicardo Ortega y Antonio Burgos. En categoría femeni-na destacaban las victorias de Yolanda Oroz en 60metros con 7.81 y de Rosa Colorado en 400 metros con55.9, récord nacional igualado. Sin apenas tiempo parael descanso al día siguiente se celebró una reuniónorganizada por la Federación Madrileña de Atletismo,donde destacó el concurso de Isabel Mozún, vencedo-ra en altura con 1,65 metros y de Luis Sarriá y LourdesValdor, dominadores de los 50 metros en tiempos res-pectivos de 6.08 y 7.15.

Se reducen las diferencias con Alemania:Se cerraba el mes de enero con uno de los clásicos

enfrentamientos de la selección española, el encuentrocontra Alemania, esta vez en casa, ante la presenciade un público entusiasta que no dejó de animar enningún momento a los atletas españoles y de aplaudir

cortésmente las gestas de los alemanes. Estos últimosfueron una vez más superiores a los nuestros pero enesta ocasión la diferencia se redujo hasta 72 a 49,mostrando los atletas españoles una gran capacidadde lucha y logrando tres triunfos individuales. El másdestacado del equipo fue Francisco Martín Morillas,que realizó un gran concurso de altura para franquear2,19 metros y batir por un centímetro la anterior plus-marca de Marqueta. Por cierto, que éste se mostrótambién a buen nivel para superar 2,16 metros y ase-gurar el doblete hispano en esta prueba. Otro atletaque se mostró en gran forma en las dos series dispu-tadas de los 60 metros fue Luis Sarriá, que marcó pri-mero 6.81 y en la segunda carrera 6.75, nueva plus-marca nacional, que además le permitiría acudir a losEuropeos de Munich. La tercera victoria española llegóde manos de Juan Lloveras, que en la segunda seriede 60 metros vallas se imponía al germano Gerard conun crono de 8.05, mientras que el júnior JavierMoracho se clasificaba tercero con 8.13. Además delos triunfos, otro punto de atención de la tarde estuvoen la prueba de los 3.000 metros, donde FernandoCerrada mantendría una cerrada pugna con el alemánWeigt que puso al público en pie. Al final vencería esteúltimo en un crono de 8:03.89, por 8:03.98 del atletaespañol. En definitiva, un encuentro interesante quedejó buen sabor de boca en el equipo español.

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Jorge Zapata y Juan Lloveras

Con este magnífico preámbulo llega-mos a la cita nacional más destacada dela temporada, el Campeonato de Españaabsoluto que ya cumplía su duodécimaedición. Se celebró el 7 de febrero en elPalacio de los Deportes madrileño, endos jornadas de mañana y tarde que yase antojaban cortas para la cantidad depruebas que debían disputarse y quedesembocaría en la decisión al añosiguiente de ampliar el Campeonato ados días. Si en 1975 hablábamos dedecepción general en cuanto al nivel delas marcas, en esta ocasión se mostra-ron algunos síntomas de recuperación yla competición resultó interesante. Sebatió un récord de España absoluto ycinco mejores marcas de losCampeonatos. La prueba más destacadafue la de los 60 metros vallas, donde Jorge Zapata seimponía con un magnífico registro de 7.94, nuevorécord nacional y marca que le aseguraba su pre-sencia en los Europeos de Munich, batiendo ademása Juan Lloveras y a Javier Moracho. En el apartadode mejores marcas de la competición uno de los pro-tagonistas fue Ramón Cid, que voló en triple hasta15,96 metros e incluso fue segundo en longitud con7,56 por detrás de un magnífico Santiago RodríguezRisco, que voló hasta 7,73 metros para hacerse conel título e igualmente un nuevo primado de losCampeonatos. En esta prueba Rafael Blanquer, quese resintió de una reciente lesión, no pudo superarlos 7,46, teniendo que conformarse con la medallade bronce. Otra plusmarca del Campeonato lalograría Roger Oriol en pértiga, donde superó ellistón en 5,00 metros, cinco centímetros más que loque lograba seis años antes Ignacio Sola. Otraspruebas interesantes en categoría masculina fueronlos 60 metros, donde Luis Sarriá se imponía con uncrono de 6.76 a José Carbonell (6.81) o la superiori-dad exhibida por Sinesio Garrachón en lanzamientode peso, donde llegaba hasta 15,58, superando enmás de un metro a sus rivales.

Mientras esto ocurría en la categoría masculina, en lafemenina destacaba por encima de todo el nombre deIsabel Mozún, que se convertía en gran protagonista delconcurso de altura, venciendo con un registro de 1,68metros, nueva plusmarca de la competición y a un solocentímetro del récord nacional en poder de SagrarioAguado. Mozún superaba en esta prueba a la portugue-sa Alves, que competía fuera de concurso y que saltabaigualmente esa medida y a una jovencísima y polivalen-te Montserrat Pujol, que se quedó en 1,65m. Donde síhubo récord fue en 60 metros vallas prueba en la queMaría José Martínez registraba 8.96, al igual que en los60 metros, donde se mejoró el tope hasta en cuatro oca-siones en series y semfinales, quedando establecido enlos 7.71 de Ela Cifuentes, que luego en la final seríasuperada por Yolanda Oroz (7.76 contra 7.79). Por últi-mo Carmen Cocolina llegaba en longitud hasta 5,68metros, batiendo a Moinelo (5,59) y Nogués (5,55).

Martín Morillas, 2,21 metros en altura:La temporada bajo techo estaba en su ecuador,

pero todavía quedaban importantes competiciones pordelante. Por ejemplo, el 10 de febrero cinco atletasespañoles viajaban hasta Milán para participar fuera


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Francisco Martín Morillas

de concurso en los Campeonatos Italianos yallí se produjo la gran noticia y Martín Morillasrealizaba un magnífico concurso de altura, cul-minado con un salto de 2,21 metros, un regis-tro de talla europea que le permitía batir a losmejores especialistas transalpinos, amén deelevar en dos centímetros su plusmarca nacio-nal. También destacaron las actuaciones deFernando Cerrada, que vencía en la prueba de3.000 metros con un crono de 7:57.66 y deJosé Carbonell, que igualaba la plusmarcanacional de los 60 metros con 6.75. La pruebade altura era una de las grandes animadorasde la temporada y seguiría dando alegrías. El14 de febrero en el Premio del Ministerio delEjército en el Palacio de los Deportes MartínPerarnau llevaba su mejor marca personalhasta 2,16 metros. En esa misma reunión LuisSarria seguía recortando centésimas al topede los 60 metros al marcar 6.71, mientras que RosaColorado y María José Martínez hacían lo propio enlongitud y 60 metros vallas con registros respectivosde 5,83 metros y 8.95. En esta última pruebaMontserrat Pujol, de sólo 14 años, mostraba una vezmás su polivalencia con una marca de 9.19, plusmar-ca española cadete y juvenil.

El año iba a tener también un importante estrenocomo era la puesta en funcionamiento de la pista delPalacio de los Deportes de Oviedo, que fue inaugu-rada el 7 de enero con una cuerda de 180 metros yfabricada en rekortán. El 24 de enero la nueva insta-lación había tenido su estreno con una reuniónnacional en la que participó una buena nómina denombres ilustres. Así, podemos destacar la victoriade Francisco Martín Morillas en altura con un granregistro de 2,17 metros, mientras que Luis Sarriá erael más rápido en los 60 metros con 6.86 batiendo aManuel Carballo y a José Luis Sánchez Paraíso. Porsu parte, Javier Moracho se imponía en las vallascon 8.09. En las pruebas femeninas sobresalió MaríaJosé Martínez Guerrero, vencedora en 60 metrosvallas con 9.16, a la vez que Isabel Montaña llegabaen longitud hasta 5,28 meros. Este fue también el

escenario del Campeonato de España Juvenil el 21de febrero, donde Isabel Mozún se convertía en granprotagonista al ser la primera española que franque-aba el listón en altura en 1,70 metros, sumando suprimera plusmarca nacional absoluta.

Fernando Cerrada, a un paso de la medalla enMunich:

La temporada había deparado cosas interesantes y secerraría con el Campeonato de Europa en pista cubierta,a disputar en la ciudad germana de Munich los días 21 y22 de febrero. Una cita continental a la que no acudiríanalgunas estrellas importantes, que se quedaron en casaquizás pensando en los Juegos de Montreal. En el planoespañol la competición se presentaba propicia pararesarcirse de la actuación de años anteriores y se mos-traron signos de clara recuperación. El mejor de los nues-tros fue Fernando Cerrada, que, aunque aquejado leve-mente de una gripe, se metió sin problemas en la final de3.000 metros y una vez en ella luchó dentro de sus posi-bilidades ocupando la cuarta plaza final con un registrode 8:02.8, a seis décimas de la medalla de bronce. Porotra parte, de nuestros dos velocistas el mejor fue LuisSarriá que venció en su serie con 6.83, mientras que en

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Momento decisivo en la prueba de 3.000m en Munich en elque vemos a Fernando Cerrada en cuarta posición.

la semifinal se vio perjudicado por una rigurosa salidanula, clasificándose cuarto con 6.78, quedándose portanto a las puertas de la final. Mientras, a José Carbonellle tocó en suerte la serie más fuerte desde el punto devista cronométrico, quedándose fuera al clasificarsecuarto con 6.83. También a las puertasde la final estuvo Jorge Zapata en los 60metros vallas. En su serie fue tercerocon 8.10 y luego en la semifinal ocupa-ba la cuarta plaza con un registro de8.03, a una sola centésima de meterseen la carrera definitiva. Por último, que-daban nuestros dos representantes enaltura que la verdad es que no tuvieronsu día. Martín Morillas se tuvo que con-formar con franquear el listón en 2,13metros, que le llevarían a la novenaplaza. Poco consuelo si tenemos encuenta que de haber repetido los 2,21que lograba en Milán se hubiera colga-do del cuello la medalla de plata. Menosfortuna tuvo aún Gustavo Marqueta,que temeroso tras sufrir una aparatosacaída en el calentamiento, realizó tresnulos sobre 2,00 metros, marchándosede vacío de la final. A pesar de ello lacosa había mejorado sensiblemente

sobre la actuación en Katowice y para el año siguientequedaba el aliciente de que la máxima cita continental secelebraría en el flamante nuevo Palacio de los Deportesde San Sebastián. Pero eso es algo que veremos en elpróximo capítulo.


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FERNANDO CERRADA, EL MEJOR ESPAÑOL EN MUNICH

Fernando Cerrada fue sin duda el mejor de los seis españoles que acudieron a los Campeonatos de

Europa en pista cubierta Munich'1976. El madrileño se quedó a sólo seis décimas de subir al tan ansiado

pódium en la prueba de los 3.000 metros. Esta es la crónica de su actuación vista por la revista "Atletismo

Español":

"Comenzando por Cerrada, comenzaremos por lo mejor. El de Vallecas -enfermo ligeramente- hizo unamala primera serie de 3.000m, aunque logró meterse en la final con un tiempo de 8:10.2 por detrás del grie-go Zaharopoulos y del checoslovaco Polak, ambos en dos décimas menos. Pero en la final, hubo más sen-tido táctico por parte del español, agotando la única posibilidad que tenía, cual era la de intentar que todoshiciesen su carrera. El fruto se vio en su cuarto puesto, a seis décimas de la medalla, y no por falta de fuer-zas al final, sino por haber perdido, quedando dos vueltas, una de las posiciones de fortuna, quizás por elmolesto gripazo que sufría".

Imagen de la pista de Munich,sede de los Campeonatos de

Europa de 1976.

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Capítulo 4 Sabadell y La Coruña siguen el camino · gran protago-nista al enviar el peso hasta 13,90 metros, mejorando en más de un metro su propia plusmarca anterior. La serie