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CHESQUE Alejo Díaz  Para Juan Antonio Chavez, que pensó una revolución en el Cautín campesino del Sur.  Para Felix y oises !uentela" que armaron  su tierra de di#nidad Esa mañana el pueblo amaneció más tranquilo que lo habitual. Quizá s ería por la escarcha que cayó en la noche y que colocó un manto blanco sobre las calles de r ipio y piedra y los  pastos champudos y los tablones de las calles y de la vereda. Esto ue sorpresa para muchos !entí la voz de la vecina" que esquivando los paquetes de tejuelas" esparcidos por el temblor de anoche" se daba maña para des perta r a todos sus vecin os.. $ecina cayó helada anoche  #  seria el tem%lor . $ ante el silencio como %nica respuest a" interrumpido solamente por los  perros que ladraron molestos por la voz plañidera" ella mismo se contestaba&  &'sta durmiendo la vecina.# E intentando cumplir su cometido" se sintió de nuevo&#'arquitos despierte( me di)o que pasara sil%ando "uerte(despierte  # $ los pasos pasaron por la vereda" haciendo crujir la escarcha. $ a era la pri mavera y sin embar(o el o calaba hondo sobre el pueblo. Aquel pueblo emer(ido de aquellas otrora mapuches pampas de )oncoche" y convertido en pueblo de colonos allá por el *+,,.El río se ensañaba en las tablas ya resecas y podridas de las casas reci-n pintadas con ocasión del %ltimo *. /apa sobre capa" los maderas se descascaraban llevándose en el lomo las pinturas azules" rojas y blancas. Al(unas en sus puntas mostraban los clavos enmohecidos que dejaban en vaiv-n las tablas ya viejas y adormecidas. Al(unas" aquellas de los cercos se derrumbaban y servían para encandilar el ue(o de los inviernos. 0tras se reint e(raban a los ce rcos podr idos de los sitios que querían recuperar sus libertades de campos indómitos de los años anti(uos. !e levantó" colocando los pies en las viejas pantulas de lana" que su madre tejía como ultimo si(no de sta tus de his tor ias anti(uas de re ina mie nto. 'ir o el cielo del se(undo pis o inconcluso de su casa sin paredes y sin puertas y sin cielo raso y observo las conocidas  planchas de zinc" que se convertían en instrumentos timbaleros al son de las permanentes lluvias en los días de invierno. 1ajo los escalones de madera y en la pequeña cocina de la casa" una de la s pr imer as e2 pr es io ne s de casas de pi no de l pu eblo" se lav ó apresuradamente. Aquella casa parecía ser una adelantada e2presión de vivienda social e inau(uraba una etapa desconocida del repoblamiento del pueblo. )a primera había sido aquell a de los colono s enriq uecido s" que reproducía n las casas ancestrale s europe as y que sesenta años mas tarde" se caían a pedazos" diseminadas en sus mol-culas de madera ve(etal" que aquí y allá" se desprendían de las puertas" de las tablas sobrepuestas o de los marcos de las ventanas. Eran (oteras multiormes de madera que se deshacían en la mano y que habían renunciado a contener el rió" el viento y tambi-n habían renunciado a contener vida del puebl o. A(otado el pueblo y a(otadas sus casas" parecía todas en tráns ito a la eternidad. *

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CHESQUE

Alejo Díaz

 Para Juan Antonio Chavez, que pensó unarevolución en el Cautín campesino del Sur.

 Para Felix y oises !uentela" que armaron su tierra de di#nidad 

Esa mañana el pueblo amaneció más tranquilo que lo habitual. Quizá sería por la escarcha

que cayó en la noche y que colocó un manto blanco sobre las calles de ripio y piedra y los

 pastos champudos y los tablones de las calles y de la vereda. Esto ue sorpresa para muchos

!entí la voz de la vecina" que esquivando los paquetes de tejuelas" esparcidos por el temblor 

de anoche" se daba maña para despertar a todos sus vecinos..$ecina cayó helada anoche # 

 seria el tem%lor . $ ante el silencio como %nica respuesta" interrumpido solamente por los perros que ladraron molestos por la voz plañidera" ella mismo se contestaba& &'sta

durmiendo la vecina.# E intentando cumplir su cometido" se sintió de nuevo&#'arquitos

despierte( me di)o que pasara sil%ando "uerte(despierte # $ los pasos pasaron por lavereda" haciendo crujir la escarcha. $a era la primavera y sin embar(o el río calaba hondo

sobre el pueblo. Aquel pueblo emer(ido de aquellas otrora mapuches pampas de )oncoche"

y convertido en pueblo de colonos allá por el *+,,.El río se ensañaba en las tablas yaresecas y podridas de las casas reci-n pintadas con ocasión del %ltimo *. /apa sobre capa"

los maderas se descascaraban llevándose en el lomo las pinturas azules" rojas y blancas.

Al(unas en sus puntas mostraban los clavos enmohecidos que dejaban en vaiv-n las tablas

ya viejas y adormecidas. Al(unas" aquellas de los cercos se derrumbaban y servían paraencandilar el ue(o de los inviernos. 0tras se reinte(raban a los cercos podridos de los

sitios que querían recuperar sus libertades de campos indómitos de los años anti(uos. !e

levantó" colocando los pies en las viejas pantulas de lana" que su madre tejía como ultimosi(no de status de historias anti(uas de reinamiento. 'iro el cielo del se(undo piso

inconcluso de su casa sin paredes y sin puertas y sin cielo raso y observo las conocidas

 planchas de zinc" que se convertían en instrumentos timbaleros al son de las permanenteslluvias en los días de invierno. 1ajo los escalones de madera y en la pequeña cocina de la

casa" una de las primeras e2presiones de casas de pino del pueblo" se lavó

apresuradamente. Aquella casa parecía ser una adelantada e2presión de vivienda social e

inau(uraba una etapa desconocida del repoblamiento del pueblo. )a primera había sidoaquella de los colonos enriquecidos" que reproducían las casas ancestrales europeas y que

sesenta años mas tarde" se caían a pedazos" diseminadas en sus mol-culas de madera

ve(etal" que aquí y allá" se desprendían de las puertas" de las tablas sobrepuestas o de losmarcos de las ventanas. Eran (oteras multiormes de madera que se deshacían en la mano y

que habían renunciado a contener el rió" el viento y tambi-n habían renunciado a contener 

vida del pueblo. A(otado el pueblo y a(otadas sus casas" parecía todas en tránsito a laeternidad.

*

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)as otras estaban empequeñeciendo. )as que se construían rápidamente y al calor de la

ur(encia. $a no tenían pasadizo ni antesala vidriada. 3ampoco techos altos ni cubierta detejuelas. 4o había estilos neoclásico en ventanales ni zócalos tornados. !olo pequeñez y

economía de maderas y espacio. Quizá por ello esta casa corvi" de los sesenta" con plano y

 porsch" había iniciado una modernidad" pobre y peri-rica en un pueblo ve(etal. Era uno

de los inicios de la nueva -poca del pueblo" más pequeña" más rara. 5na casa de pinoradiata. )os seres que allí se introducían" comenzaron desde ese momento a a(achar la

cabeza" para entrar en sus vidas íntimas" para pa(ar el dividendo" para aceptar el plano del

municipio. $ despu-s del terremoto del 6," estas casas de pino emer(ían aquí y alla" secruzaban y se adherían a las anti(uas" se ple(aban como enredaderas y se cubrían con

rastros de otras viviendas y se adherían a las planchas de zinc o2idadas y adoptaban las

ormas multicolores de los restos inconclusos de maderas desechadas. En in" ahí estaban yhabían terminado por consumir al anti(uo pueblo de colonos y se habían adueñado del

 paisaje con voluntades mayoritarias" silenciosas pero prepotentes. /asa chicas de pino. Ese

era el entorno de los tiempos que se venían. /asa corvi las llamaban y las casas /0789

comenzaron a nacer como chan(les" aquel hon(o que nace en la proundidad del bosque"cada vez que nosotros decíamos mentiras. Así nos decían. $ entonces cada vez que

salíamos a buscar chan(les" salíamos a buscar nuestras mentiras. A pocas cuadras del

 pueblo encontrábamos mentiras de niño de pueblo" que se habían convertido en alimento para nuestras dietas de apretados estóma(os.

5na lavadita de cara y un poco mas de a(ua en el lavatorio para los sobacos y un rerie(uede los dientes" completaron el aseo rápido y de combate" como decíamos ahora. A -l" ya se

le asomaba unos emer(entes bi(otes y al(una pelusa que quería ser barba. De un rincón

retiró un anae y lo enchuó colocando encima de -l un jarro con a(ua. Estaba apurado y lequedaba media hora para tomar el tren. Esa mañana debía ir a :uiscapi y el secre re(ional

ya debería estar esperando en la plaza vieja. Aquella" al rente de la estación y que era como

un santuario de árboles casi centenarios y en cuyo bancos se desarrollaban casi todas las

historias de amor del pueblo. 5n t- caliente y un pedazo de pan duro" mientras se abrochabalas zapatillas de lona y acomodaba en la casaca una cajetilla de ;articulares y de 'onza.

/ada día estaba umando más. /ada reunión se empezaba con humo y se terminaba con

más humo. :abía empezando creyendo que así las ideas eran más puras y más limpias ymás convencedoras. :oy día" tres años mas tarde" umaba sin mucho convencimiento. El

día parecía que iba a estar despejado. ;or las montañas" desde 'alalhue hasta ;aya y más

allá" por Emulpan" :uiñoco en /hanlelu y por las montañas de la línea del tren" desde lacuesta de )astarria hasta las montañas de pino" que terminaban en la ;az" se e2pandía una

luminosidad helada de día de primavera. 5n día de primavera con escarcha. )os anti(uos

decían que en estos días así ocurrían des(racias. Que des(racias podían ocurrir<pensaba<

salvo que no lle(ara ca- al supermercado o que la reci-n inau(urada =A; no tuviera aceite.Eso si que podía ser des(racia. =usto ahora que empezaba a tener plata. /asi era ya

uncionario p%blico como mozo de aseo del !ervicio de !e(uro !ocial.

'iro por la ventana. ;or los ventanucos de los marcos que no tenían plástico. En la calle se

levantaba un vapor cadencioso de los techos. !e levantaban del suelo y se conundían con

los humos de las estuas" que comenzaban a encenderse. Era la primavera del >*. :acia unaño que teníamos (obierno popular y tambi-n el año pasado /olo /olo había sido

campeón. /erró la puerta con cuidado. Echo a andar por la vereda y la otra esquina la

?

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vecina levanto la mano" como dici-ndole yo cumplí con despertarlo. ;ensaba en la reunión

de anoche y muchas cosas no le cuadraban. :abía que celebrar el in del latiundio" ledijeron y sin embar(o" los dueños de undo se paseaban socarrones e irónicos. /omo si

supieran al(o que nosotros no. !e coloban uniorme de bomberos y patrullaban las calles

con la ayuda de los pacos. !e les veía todos los días y no tenían cara de derrota. Es cierto

que se habían e2propiado muchos undos" pero parecía que el poder de ellos no habíadisminuido y parecía que cada día estaban más virulentamente prepotentes. /ada día

hacían ostentaciones más (randes de su poder" entre la oicina del 1anco el Estado y el

/orreo. )a revisión" demostrativa" insultante y prepotente de sus casillas de correo era un paseo de e2hibición de poder !iempre le había aparecido un (rito insultante ese

desplazamiento de los latiundistas entre el 1anco" el /orreo" el 'unicipio y las erreterías

que los abastecían. !e deslizaban como señores eudales por la plazoleta de su castillo.3aconeaban y el taconeo sería similar a otros taconeos de uniorme del uturo. !e saludaban

entre si y se reconocían por el sombrero huaso" las botas y la chaquetilla corta. $ en sus

manos" las chequeras autosuicientes se mostraban con si(nos evidentes de distinción.

Entre la 0lleta" que era un erretería" que ostentaba una descomunal olla de ierro y elmartillo que paraba un álico mazo carpintero descascarado. Eran los nombres de sus

tiendas reabastecimiento. Al(unas otras cosas compraban en las tiendas de los turcos

alrededor de la plaza !e desplazaban saludándose. El los miraba de reojo" desde el piso delas oicinas del !ervicio de !e(uro !ocial. Arrastraba el escobillón y mientras recorría el

 piso dejaba una huella de limpieza. )os observaba desple(ar las libretas de se(uro social"

escupiendo la consabida rase A todas estas mierdas hay que colocarles imposiciones, sinoli#erito que tienen pretexto para tomarte el campo(& Comunistas hi)os de puta* /ada

cuadrado del piso de ajedrez debía estar reluciente" en el tono de mármol ne(ro del plástico

 para piso. Desde una pared hasta la otra" con equilibrio para no dejar nin(una mu(re"nin(%n chicle" nin(%n escupo de latiundista" nin(%n pelo rubio de al(una cabeza

alemana& &Srta desp+cheme r+pido estos "ormularios y coloque las estampillas*

El que hablaba" acodado en el mesón" desple(aba dos patas enundadas en botas de huaso"de altos tacones" con pantalones de rallas" con chaquetilla corta de color cacho de buey y un

sombrero de paja de colores blancos. En cada vuelta lo miraba como descansaba en una

 bota o en otra" y de vez en cuando" se acomodaba una protuberancia en la cintura" que atodas luces era el símbolo de poder" un smit and @esson. & 'ste es para los comunistas(a

ver si se atreven con la propiedad privada. En la otra vuelta lle(ue hasta la muralla de la

oicina del =ee y por la puerta entreabierta divise a !alvador Allende que me miraba desdeel retrato oicial&parecía muy adusto y decidido" pens-&me di vuelta con el escobillon y

reinicie mi marcha por el hall de la sala de espera& otros habían lle(ado y se acomodaban

 pa(ando imposiciones. En el piso resonaban los tacones poderosos de las piernas

enundadas en el símbolo de poder de los pantalones de huasos. Esos mismos queterminaban en espuelas relucientes en los días de rodeo oicial en la eria del tattersall"

cuando" desde los sitios aledaños" pasando por el cementerio" nos metíamos de colados en

la eria Banadera y Artesanal" la primera del sur de Chile y con nuestros ojos redondos yretintos" tratábamos de mirarles los calzones a la ;almenia ;izarro desde el ondo del

escenario" que no era mas que un encatrado" al lado de los toros de e2posición.

$ en las primeras ilas" los huasos se reían" con risas obscenas de huaso y repanti(ados en

las primeras sillas" miraban con lascivia de huaso" los movimientos de la monumental

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mujer" que en el escenario" aquel que miraba hacia los pinos del (rin(o rani" que no era

(rin(o" porque era alemán" o sea era medio (rin(o alemán" que mirando los pinos de rani terminaba un lar(a nota de inal con el pecho y los dos senos al viento de la noche ya ría"

entre medio del olor de las ritan(as de las empanadas y de los asados de cordero" $ los

huasos aplaudiendo y al(%n otro que abrazaba" ya muy curado " a su inquilino re(alón"

dici-ndole uerte &$o te quiero& y casi eres parte de mi amilia&tu eres un ordeñador de primera y por eso te quiero

;or eso la reunión de la noche le había resultado e2traña Fcomo es que los latiundios seestaban terminandoG !e había estado discutiendo hasta las *? la noche. El asesino de

'ois-s :uentela se paseaba libre de polvo y paja por las calles del pueblo y la 1ri(adas

7olando 'atus del partido nacional habían conquistado sus primeros adherentes.&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&.

5n corto camino con paso rápido y lle(ó a la plaza vieja" que parecía reco(er y mantener la

 penumbra de la noche con sus tilos (i(antes. En un asiento" ya se destacaba la i(ura lar(a

del pelao. !u lar(a melena y los lentes de marco (rueso lo caracterizaban como un típico producto estudiantil revolucionario de clase media. Era simpático el pelado y con el

habíamos hecho buena mi(as.

!i su lectura del maniiesto había estado a car(o del anciano mapuche" que lo había paseado

 por la cultura revolucionaria del mundo" que le había contado de su propia ormación como

obrero en las laneras australes" el pelado lo había metido en el complicado" sutil y peli(roso jue(o de la ne(ociación del ajedrez político. #  y que tal, compaero& 'e aco(ió con su

sonrisa desple(ada en todo su rostro y desde las proundidades de sus lentes cuadrados H 

a(re(o con ironía # y como o%tuvo la cosa anoche y sin esperar respuesta a(re(o irónico& # parece que no est+ muy convencido de que se aca%a el lati"undio. Acá estamos juntos" en

la llamada plaza vieja. $ yo medio adormilado trataba de establecer los mejores ar(umentos

 para responder a la pre(unta que sabia que iba para lar(o.

)le(amos a la estación en silencio" yo tratando de despertar. Este había sido un viaje rápido.

7esuelto a mata caballo demandado por la circunstancia. El llamado era ur(ente. !e habían

corrido los cercos y estaban intentando tomarse undo para recuperar las tierras ancestrales. 4o" no nos podíamos ne(ar. ;ero estaban solos. Eran militantes desde hace poco. ;ero el

tiempo transcurría rápido en esos años y no había mucho que hacer. !olo apoyar lo

inevitable $ el rumor había lle(ado a ultimas horas de la noche" cuando Bonzález el choer de la micro :uiñoco y viejo militante" desde la repre de Bonzalez 8idela" había lle(ado al

local del partido" a(itado y presuroso y había vomitado la noticia" había espetado en la

mesa de pin pon que era nuestro cenáculo de reunión& -os hi)os de putas van a estar 

esperando la toma. Por cueva, escuche a unos decir que i%an a recuperar el "undo, estanoche(y de paso echarse unos cuantos comunistas(

Era el ?? de octubre *+>*. )a estación estaba semivacía" hacía río. !ólo la señora de lastortillas de delantal blanco" ya estaba en la sala de espera junto a la ventanilla oreciendo un

ca- y unas tortillas con huevos duros al uncionario" que con (ran trabajo trataba de

mantener la ventanilla suspendida detrás de los barrotes. )a ojiva medieval" dejaba entrever cajas misteriosas de hierro y un arteacto de improntas descomunales" que con un rápido

traqueteo de sube y baja" horadaba los cartones min%sculo que parecían pequeños naipes

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que eran los boletos.#. os %oletos a Ancahual&pidió sonriendo el pelado desde su altura

%ur#uesa y de ca%ellos ru%ios. El boletero le quedó mirando a la vez que trataba demantener la taza caliente lejos de los papeles y tomando los dos cartones con (ran

 parsimonia los hizo chasquear en la máquina timbradora" mirando e2trañado a un

desconocido rubio pelucón" a todas luces e2tranjero" con pinta de patrón y que

e2trañamente estaba acompañado por un pelaustán morenísimo" de pelo hirsuto" con dosremolinos mestizos" de esos de la 5nidad ;opular. /osa e2trañas sucedían en este %ltimo

tiempo en todos los pueblos. Andaba mucha (ente e2traña en las micros y en los trenes"

 parecían decir los ojos de sospecha de boletero. Eran (ente alzada decían otros  e)or seapuran porque el tren est+ por partir& nos di)o la vendedora., a la vez que su#ería la

mercadería que so%resalía en el canasto de manteles harinero.

!alimos a la estación descubierta. $ esta se nos e2tendió hacia el norte como un lar(o reptil

vertebrados de cemento deslucido. :acia el oriente" estaban las líneas principales de la

estación" la primera siempre libres por donde pasaba los trenes principales hacia el poniente

al(unos trenes estacionados de madera de carbón y en las %ltimas líneas" en la tercera ocuarta esperaban los carros planos esperando recibir la car(a de madera de los castillos con

olor a tepa" a al lado de los carros (anaderos" todos secretando olor a pura mierda rente a

los corrales de la eria (anadera al otro lado la calle" que tambi-n olía a mierda. 4osinstalamos en un carro de tercera" entre el vapor que se arrastraba por el and-n y que se

metía en el carro helado y con olor a orines del baño" acomodándonos en un asiento lejos de

las ventanas abiertas que no podían cerrarse y tratando de colocar los pies" por costumbre"allí donde debía haber una caleacción en al(una -poca lejana de inau(uración del

errocarril.

El tren comenzó su lento traqueteo en el ramal de )oncoche a 8illarrica. El pueblo ya

estaba en movimiento. Esperando en el cruce dos carretas de carbón esperaban que el tren

de las + pasara. Al costado derecho de la línea tren" el pueblo mostraba su cara civilizada"

con su maqueta cuadran(ular" ordenada de re(ulaciones sim-tricas" mostraba la matriz delviejo ancestro colonial. Al costado izquierdo de la línea" se e2tendía el campo de los

campesinos y de los indí(enas desarrai(ados. :asta hacía poco" tiempo mostraba las casas

empequeñecidas y los caminos de tierra del ondo llevaban a una población de cajas viejasy chozas. El tren ya se adentraba en el campo y comenzaba su andar hacia el interior de las

tierras verdes que llevaban a al )a(o 8illarrica. )os dos mirábamos el paisaje. :abíamos

dejado en suspenso la interro(ación y absortos mirábamos como el tren bordeaba el cerro!anta )ucia. Aquel de las historias de mi abuelo. Aquellas muertes de la pla(a y los

muertos del cólera en aquel verano del C+. )os cuerpos se apilaban unos sobre otros y ahí

debían estar entre medio de canelos y hualles que habían emer(ido de entre los huesos.

Enterrados allí en un cerro sin cruce sin nombre. !iempre había sido lu(ar misterioso y el paso del tren por la semipenumbra de sus altos quilantales reproducía el mismo escalorío

de cuando era niño. :istorias repetidas de (eneración en (eneración y noche tras noche" en

el mate de la noche y yen el ruido de la lluvia y con los estampidos de los relámpa(os alláen la casa vieja del ondo" antes del cementerio.

Cuando lle#aron los pacos, el cad+ver de mi cuerpo ya esta%a en el camino, tenía

un ori"icio pequeito en el pecho y otro i#ual en la "rente. /n poco m+s all+, el 

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lar#o cuerpo del #rin#o tam%i0n se do%la%a en extraa posición.

3oda la comunidad había ayudado correr los cercos porque esa tierra pertenecía a sus

antepasados. 4o sabía muy bien de que se trataba pero la corrida de cercos ya estaba en

marcha cuando lle(amos. Entre mates y sahumerios nos contaron que la corrida era

le(ítima" que en sueños habían recordado los viejos dolores amiliares" cuando alrededor del ue(o" donde su padre" su abuelo contaban la tra(edia del lanzamiento. $a era de

madru(ada y avanzamos tratando de de decirles que ya los esperaban& Que estaban con

armas y que estarían los pacos. $ ellos" que no. Que no importaba. Que el ne(uechen los prote(ía y que si queríamos acompañarlos estaba bien y que si no&tambi-n estaba bien. $

nosotros que se(uimos en la noche cerrada y yo me recordaba que el (rin(o había dicho

que nuestra revolución era ácil. $ yo le había dicho" picado" de cual revolución mehablaba. )le(amos y los cercos volaron" los poste salieron de cuajo y los nuevos hoyos

sur(ieron de la tierra ne(ra y recibieron las viejas estacas y se plantaron allá en el medio del

 potrero de tri(o. )ue(o la micro de +" apareció en el camino y el presidente del sindicato y

el lono se subieron para ir al pueblo y declarar la toma y solicitar la e2propiación delundo y reclamar las tierras usurpadas. Entre las estacas y esperar la vuelta de los diri(entes

se armo un partido que casi se convirtió en torneo. 0tros lle(aban a la novedad y las

 banderas se amarraron a los canelos y los robles. A las *? lle(aron las mujeres con uncordero al hombro y y unas ollas en una carreta emparvadora. 5na buena provisión de

varales de arrayan" hondas y horquetas se a(rupaban debajo de los sacos y en unos tarros de

 pintura unas cadenas con candados en sus e2tremos ormaban un pequeño arsenal. )ue(olle(o un mensajero. )os de la /ora no vendrían porque el jeep rumano estaba malo. Que los

viejos habían partido a 3emuco. $ que en la radio se los acusaba de terroristas y que en la

radio se hablaba de ladrones. /ds. de%en irse nos di)eron(la cosa se va a poner "ea y ud 

es me)or que nos ayude en 1emuco. 4os miramos y sabíamos que no podíamos y con la

cabeza dijimos que no. Que allí estábamos y nos quedábamos. 3ranscurrió la tarde y lle(o

la noche. El día había sido de jol(orio" cuando la primavera empezaba despuntar y la

humedad y la lluvia a%n recorría los aires de los caminos h%medos de los campos roturados por el tri(o o por la cebada o comidos por la murra" cual bosque cerrado. A las JKC, las

mujeres comenzaron a retirarse y ellos se colocaron su manta para iniciar el primer punto

de vi(ilancia. $ nuevamente nos dijeron que si queríamos" que nos u-ramos. Que de aquíen adelante la cosa se colocaría ea. En 3emuco les dijeron que tenían que dar cuenta al

(obernador de )oncoche y que este tenía que constituirse con carabineros para solicitar la

e2propiación le(al de los terrenos y la recuperación de tierras.

/uando el sol se escondía entre los pinos" los brillos y relejos aparecieron por el oriente.

;or el callejón del undo unos vehículos e2traños emer(ieron" una camioneta" un camión

que no era conocidos avanzaba lentamente por el camino. 'ás atrás otro vehículo blanco yne(ro. /uando lle(aron al portón de alambre" el camión reno en seco y saltaron los

=im-nez" los Andreu" los /abrera" )os /amioneros" con sombreros alone y escopetas"

desple(ados en abanico por el potrero.#. El primer disparo lo recibí en la mano< indiosconcha de su madre <ue la señal de ataque con el primer disparo se abrieron las puertas del

ur(ón de carabineros y tres de ellos salieron corriendo a campo atraviesa por los potreros

con las armas en la mano y tambi-n disparando. Allí se inició la desbandada de las mujeresy los niños quedaron en la aire de los pinos del bosque h%medo y el viento se llenó de

disparo. Eran las seis de la tarde del ?? de octubre del año >*.

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:erminio tomo a su hijo y corrió por los potreros. /orrer uerte en la semipenumbra y en laneblina que brotaba del rio. Atravesó las trancas y se ocultó en el puente. Apretó a su hijo

contra su pecho para que el silencio los ocultara a lo lejos de se(uir escuchando los disparos

allana el bajo en la toma en el %nico lu(ar donde habían querido mostrar di(nidad despu-s

de tanto tiempo la noche había caído y /hesque reste estaba oscuro. ;or el camino veíaluces más allá de la :uerta cerca del estero tambi-n veía luces" apretaba su hijo. De repente

de repente las luces tuvieron orma y si(niicado detrás de las linterna mucha luces mucha

 bota mucha orma mucho rostro empujaron las puertas del balcón y el rostro del anti(uo patrón se mostró en todo su uria

 -a expresión en mi rostro di)eron que era de sorpresa. 1endido en el mesón de latónde la mor#ue en el cementerio. iro de costado el "lu)o de las a#uas del rio cruces.

 'n la malla a%ierta de su pared oriental veo el horizonte que mira a los cerros de

malalhue(un rostro de un nio se aproxima con miedo. esde el a#u)ero de la

%ala en mi cuello veo a lo le)os que te llevan con los o)os vendados y en la nochedel "uturo próximo te veo mirar hacia atr+s.

>