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53 Ciclos electorales y ciclos políticos en la Argentina: 1983-2008 ¿Democracia “de uno o de dos motores”? Lic. Fabián Bosoer Introducción La democracia argentina atraviesa su primer cuarto de siglo de vigencia ininterrumpida cumpliendo con gran parte de los requisitos y condiciones fijadas por la ciencia política y la teoría democrática contemporáneas, habiendo completado las etapas de transición, consolidación, crisis y recuperación que fueron descriptas por los estudios de política comparada referidos a los procesos políticos de las últimas décadas 1 . El presidencialismo le dio forma a estos ciclos, pero también las propias características de la cultura política, la evolución del sistema de partidos y liderazgos y las experiencias de gobierno que, a lo largo de los últimos 25 años, atravesaron –en diferentes contextos y con diversa suerte- por comparables etapas de ascenso, estabilidad y crisis. Este trabajo analiza las particularidades de dichas constantes, sus momentos de disrupción y las condiciones para otro tipo de dinámica de relación política y funcionamiento institucional que permitan pensar en una “democracia de dos motores” como horizonte. Llamaremos, en este caso, democracia “de dos motores” a un sistema político que contenga dinámicas de competencia, cooperación y conflicto autónomas respecto de la competencia electoral; que, a diferencia de las lógicas de concentración unitaria y vertical del poder y frente a la dispersión temporal, espacial y funcional de la soberanía popular, favorezca las lógicas de descentralización horizontal y mayor equilibrio entre los poderes y la institucionalización de formas de democracia participativa y control ciudadano; que incentive la deliberación como parte del proceso • Profesor de la Universidad de Belgrano (UB) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA). 1. O’Donnell, Guillermo; Schmitter Philippe y Whitehead, Laurence; Transiciones desde un gobierno autoritario. Conclusiones tentativas sobre democracias inciertas, Paidós, Buenos Aires (1989); O’Donnell, Guillermo; Contrapuntos. Ensayos escogidos sobre autoritarismo y democratización, Paidós (1997); O’Donnell, Guillermo; Iazzetta, Osvaldo y Cullel, Jorge Vargas (comps.), Democracia, Desarrollo Humano y Ciudadanía. Reflexiones sobre la calidad de la democracia en América latina, Homo Sapiens, Bs. As (2003).

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Ciclos Electorales. Política argentina. Mundial de políticas.

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53Ciclos electorales y ciclos polticos en la Argentina: 1983-2008. Democracia de uno o dedos motores?Ciclos electorales y ciclos polticos en la Argentina: 1983-2008Democracia de uno o dedos motores?Lic. Fabin Bosoer IntroduccinLa democracia argentina atraviesa su primer cuarto de siglo de vigenciaininterrumpida cumpliendo con gran parte de los requisitos y condiciones fijadas porla ciencia poltica y la teora democrtica contemporneas, habiendo completadolas etapas de transicin, consolidacin, crisis y recuperacin que fueron descriptaspor los estudios de poltica comparada referidos a los procesos polticos de lasltimas dcadas1. El presidencialismo le dio forma a estos ciclos, pero tambin laspropias caractersticas de la cultura poltica, la evolucin del sistema de partidos yliderazgos y las experiencias de gobierno que, a lo largo de los ltimos 25 aos,atravesaron en diferentes contextos y con diversa suerte- por comparables etapasde ascenso, estabilidad y crisis. Este trabajo analiza las particularidades de dichasconstantes, sus momentos de disrupcin y las condiciones para otro tipo de dinmicade relacin poltica y funcionamiento institucional que permitan pensar en unademocracia de dos motores como horizonte.Llamaremos, en este caso, democracia de dos motores a un sistema polticoque contenga dinmicas de competencia, cooperacin y conflicto autnomasrespecto de la competencia electoral; que, a diferencia de las lgicas de concentracinunitaria y vertical del poder y frente a la dispersin temporal, espacial y funcionalde la soberana popular, favorezca las lgicas de descentralizacin horizontal y mayorequilibrio entre los poderes y la institucionalizacin de formas de democraciaparticipativa y control ciudadano; que incentive la deliberacin como parte del proceso Profesor de la Universidad de Belgrano (UB) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA).1. ODonnell, Guillermo; Schmitter Philippe y Whitehead, Laurence; Transiciones desde ungobierno autoritario. Conclusiones tentativas sobre democracias inciertas, Paids, Buenos Aires(1989);ODonnell,Guillermo;Contrapuntos.Ensayosescogidossobreautoritarismoydemocratizacin, Paids (1997); ODonnell, Guillermo; Iazzetta, Osvaldo y Cullel, Jorge Vargas(comps.), Democracia, Desarrollo Humano y Ciudadana. Reflexiones sobre la calidad de lademocracia en Amrica latina, Homo Sapiens, Bs. As (2003).54Lic. Fabin Bosoerde decisin poltica; que contemple reservas de capacidades para activar ms deun polo de poder en caso de crisis poltica o institucional; que incorpore, en fin,componentes propios de los sistemas parlamentarios en el presidencialismo2.La primera hiptesis, premisa de este argumento, es que la presidencia (y lospresidentes) han sido el principal motor en el que descans no solamente la marchay suerte de los gobiernos sino tambin en gran medida del conjunto del sistemapoltico. Los apoyos electorales y su variabilidad en el tiempo son un indicador deesta constante y nos permiten marcar los ciclos polticos con tanta nitidez como lade los propios perodos constitucionales.Ral Alfonsn gana las elecciones del 30 de octubre del 83 con el 51,7% frenteal 40,2% de la frmula del Partido J usticialista Italo Luder-Deolindo Bittel. En elCongreso, la UCR obtiene una ligera mayora en Diputados (48% a 38%) aunquetendr un Congreso adverso, gobernando 7 provincias frente a 12 del J usticialismo.Por primera vez, el peronismo perda una eleccin presidencial y por primera vezdesde 1928 un lder surgido del radicalismo lograba conformar una coalicin electoralmayoritaria. Alfonsn trajo la renovacin del radicalismo y de all le toc pilotear laetapa refundacional como Presidente y figura central del proceso poltico a partirde 1983.El radicalismo renovado y el peronismo renovador constituyeron, as, el remozadobipartidismo que acompa los primeros aos de la transicin. En la primerarenovacin legislativa de 1985, la UCR revalida su mayora con el 43% de los votosfrente a un peronismo que se presenta en distintas listas entre renovadores yortodoxos sacando en conjunto el 33%. Pero en la siguiente eleccin, en 1987, elradicalismo pierde la mayora en el Congreso con un 37,2% frente al 41,5% del PJ ,que adems gana en 17 provincias. La UCR conserva solo dos gobiernos provinciales,el de Crdoba y el de Ro Negro. De tal manera, la energa poltica del gobierno deAlfonsn toca su techo en 1987, cuando llega triunfante la renovacin peronistaliderada por Antonio Cafiero, J os Manuel de la Sota y Carlos Menem, entre otros.Las elecciones internas del Justicialismo en 1988 abren el cauce a una nueva coalicinmayoritaria liderada por Menem, que cuestiona el modelo bipartidista con una fuerteimpronta de liderazgo caudillista.El primer recambio de gobierno, de Alfonsn a Menem, el 8 de julio de 1989, fuetraumtico pero signific, al mismo tiempo, la primera alternancia pacfica en el2. Sobre el funcionamiento del presidencialismo en Amrica latina, tema de profuso debatey bibliografa, referimos a Nohlen, Dieter y Fernndez B., Mario (ed.), El presidencialismo renovado.Instituciones y cambio poltico en Amrica Latina, Nueva Sociedad, Caracas (1998); Mainwaring,Scott y Shugart, Mathew, Presidencialismo y democracia en Amrica latina (comps.) Paids,Buenos Aires (2002).55Ciclos electorales y ciclos polticos en la Argentina: 1983-2008. Democracia de uno o dedos motores?poder entre las dos principales fuerzas polticas en toda la historia contemporneade este pas. La frmula Menem-Duhalde obtiene en las elecciones del 14 de mayodel 89 un 47,5% de los votos frente al 32,5% de la UCR que lleva la frmulaEduardo Angeloz-J uan Manuel Casella. Al menemismo le toc pilotear la entrada en los 90 y fue a su manera larespuesta que dio la Argentina a los desafos de la crisis del Estado y la globalizacin;un modelo hiper-presidencialista y decisionista para encarar las reformasneoliberales que se propone como una nueva revolucin conservadora-popular 3.En1991, Menem revalida la mayora en Diputados, con el 40% frente al 30% de laUCR. Y en el 93 la incrementa a un 42%, lo que le permite avanzar en su proyectode reformar la Constitucin para habilitar su reeleccin. Obtiene un 38% en laeleccin de la Convencin Constituyente, frente a una oposicin que marcha divididacon un radicalismo que sufre un retroceso como consecuencia del Pacto de Olivosfirmado entre Menem y Alfonsn -saca el 20%- y una nueva fuerza poltica, elFrente Grande, que obtiene el 13%.Acortado el perodo presidencial a cuatro aos por la reforma constitucional, ylimitada la posibilidad de reeleccin a un solo perodo sucesivo, llega Carlos Menema su reeleccin en 1995, acompaado en la frmula del Partido J usticialista porCarlos Ruckauf, con el 49,9% frente al 29,3% de la frmula de la coalicin integradapor J os Octavio Bordn y Carlos Chacho Alvarez, con el 29,3% seguida de la quelleva la UCR, Horacio Massacessi-Antonio Hernndez, con el 17%.El bipartidismoperonismo-radicalismo, evidenciando ya cuestionamientos, se afirma sin embargouna vez ms.Pero el segundo mandato de Menem toca su techo y empieza a saturar susenergas hacia 1997, cuando en las elecciones de medio trmino triunfa el Frepaso,una fuerza de centro-izquierda, de la mano de Chacho Alvarez y Graciela FernndezMeijide en los distritos clave de la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal.En cifras globales, el PJalcanza en esa eleccin el 36,3% frente al 34,5% de laUCR. Se sella en ese momento la Alianza entre la Unin Cvica Radical y el Frepaso,que se perfila entonces como una salida de los aos 90 hegemonizados por lapresidencia de Menem y una resolucin al problema de la sucesin presidencial.Con el triunfo de la frmula integrada por Fernando De la Ra y CarlosChachoAlvarez se produce la segunda alternancia desde la recuperacindemocrtica, en 1999. La Alianza obtiene el 48,4% frente al PJ , que logra el 38,3%con la frmula Eduardo Duhalde-Ramn Palito Ortega.3. Bosoer, Fabin; Leiras, Santiago, Los fundamentos filosfico-polticos del decisionismopresidencial en la Argentina, 1989-1999: una nueva matriz ideolgica para la democraciaargentina?, en Pinto, Julio; Argentina entre dos siglos. La poltica que viene, Eudeba, (2001).56Lic. Fabin Bosoer El descalabro de esta corta experiencia de gobierno de coalicin sobreviene afines de 2001, tras sucesivos traspis (renuncia del vicepresidente Alvarez, denunciasde sobornos en el Senado, derrota frente al peronismo en la eleccin legislativa deoctubre 2001) y renuncia de De la Ra en medio de un estallido social, el 20 dediciembre de ese ao. Luego de la semana de los tres presidentes fallidos (RamnPuerta, Alberto Rodrguez Sa y Eduardo Caamao en ejercicio provisional de lapresidencia) asume Eduardo Duhalde para completar el mandato inconcluso de Dela Ra. El perodo de Duhalde 2002-2003, surgido de la Asamblea Legislativa,constituye la primera experiencia de gobierno presidencial con responsabilidadparlamentaria en la Argentina4.Las elecciones de abril de 2003 tambin producen una novedad poltica: elperonismo marcha dividido en tres frmulas y, bajo las reglas del ballotage,termina consagrada la frmula que obtiene el segundo lugar, Nstor Kirchner-Daniel Scioli, con el 22,2% frente a la que encabeza el ex presidente Menemjunto al gobernador de Salta J uan Carlos Romero, que haba obtenido el 24,5.Ante la evidencia de una segura derrota en segunda vuelta, Menem desiste dellegar a esa instancia y cuestiona la legitimidad de origen del ganador. As seinicia el gobierno de Kirchner, tributario de aquella crisis de 2001 que produjoel cuestionamiento generalizado de la representacin poltica precedente. Comoproducto de aquellas circunstancias de crisis originaria, el llamado kirchnerismose abri camino sobre la fragmentacin y difuminacin poltica del peronismo yel radicalismo. La recuperacin econmica y recomposicin social que logra4. En su discurso de asuncin ante la Asamblea Legislativa, en los caticos das posterioresalacrisisdefinesdel2001,Duhaldehabladelanecesidaddeunanuevaorganizacininstitucional para recuperar esta repblica arrasada por la corrupcin y el desgobierno.Porprimeravez,demaneraexplcita,unpresidenteargentinoplanteabaelpasajealparlamentarismo sin medias tintas, daba por agotado el presidencialismo tradicional y proponair al modelo de las democracias parlamentarias europeas. Este debate haba poblado el campoacadmico, las propuestas reformistas en los aos 80 y la reforma constitucional del 94. Peronadie haba ido tan lejos; ms sorprendente an proviniendo de una figura y un partido quehaban sido durante toda su vida fervientes defensores del modelo presidencialista. La explicacinde dicho giro fue la profundidad y magnitud que tuvo aquella crisis, compartida en parte porotros pases de la regin: Per, Ecuador, Bolivia y Paraguay vieron tambin caer presidentes yreconstituirse los sistemas polticos desde la intervencin de los Parlamentos. Qued como unmomento de anomala. Sobre el particular, ver Bosoer, Fabin Crisis con salvataje? Una hiptesissobre el componente parlamentario en el auto-rescate de las democracias sudamericanas:1999-2003, en Giorgio Alberti, Elsa Llenderrozas y Julio Pinto (comp.) Instituciones, democraciae integracin regional en el Mercosur, Prometeo-Bononiae Libris (2006). Tambin, Mustapic,Ana Mara; Inestabilidad sin colapso: La renuncia de los presidentes: Argentina en el ao 2001,en Desarrollo Econmico, Revista de Ciencias Sociales, N178, vol.45. Julio-Setiembre, BuenosAires (2005).57Ciclos electorales y ciclos polticos en la Argentina: 1983-2008. Democracia de uno o dedos motores?en tiempos cortos le permiten fortalecer el poder presidencial conformandouna fuerza poltica heterognea, el Frente para la Victoria (FpV), frente a unaoposicin fragmentada.Sobre esta recuperacin del poder presidencial, la democracia recobr suvitalidad; pero, como en los primeros aos de gobierno de Alfonsn y de Menem,dependi una vez ms, de una locomotora con un nico motor: la fuerza poltica delPresidente. En el 2005, Kirchner gana la eleccin legislativa con el FpV, que obtieneun 43%. Pero en junio de 2007, tropieza frente a un primer gran desafo electoral enla Ciudad de Buenos Aires, al triunfar Mauricio Macri frente al candidato kirchnerista,Daniel Filmus.La victoria electoral de Macri en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires,como la de Cafiero en la provincia bonaerense en el 87, como la de ChachoAlvarez y Graciela Fernandez Meijide en las elecciones legislativas del 97, podrarepresentar una tercera ola renovadora, en este caso proveniente de la centro-derecha. Se abre, entonces, una ventana de oportunidad para que ese sector delespectro poltico, hasta entonces asociado con el pasado autoritario o con larepresentacin poltica de sectores minoritarios de la sociedad, se instale comouna posible fuerza de alternancia, sin los vicios y legados problemticos de susantecesores. El sistema poltico representativo ampla as su espectro de renovacin:el radicalismo en el 83, el peronismo en el 87, el centro-izquierda en el 97 y elcentroderecha en el 2007, cada sector del espectro ideolgico-partidario recorriese ciclo en aquellos turnos sucesivos5.Para un pas de tradicin hiper-presidencialista, cuya fortaleza la concentracindel poder presidencial- se presenta a la vez como una principal debilidad, laconformacin de dos grandes coaliciones potenciales en condiciones de disputar elpoder una de centro-izquierda y otra de centro-derecha- no deja de ser una novedad.Abre las esperanzas para los descontentos y opositores al gobierno de NstorKirchner y descomprime la presin sobre Kirchner y su esposa, la senadora ycandidata Cristina Fernndez.Sin embargo, las elecciones presidenciales del 28 de octubre de 2007 refrendanla mayora presidencialista sin definir un escenario poltico bipolar: CFK,5. La derecha democrtica no haba tenido expresiones de estas caractersticas hasta esemomento: no lo terminaron de hacer las huestes de la UCD, el partido creado por el veteranodirigente liberal-conservador Alvaro Alsogaray en los aos 80, y la fuerza pergeada por el exministro de Economa Domingo Cavallo en los 90, Accin por la Repblica, de la que ya pocosse acuerdan, ni la versin ms reciente, el partido Recrear, del tambin ex ministro RicardoLpez Murphy. El PRO (Propuesta Republicana), fundado por Macri y allegados en el 2000 seinscribe en ese linaje poltico al que le suma una hbil estrategia de incorporacin de sectoresjvenes e independientes insatisfechos con los partidos tradicionales.58Lic. Fabin Bosoeracompaada por el radical disidente J ulio Cobos, obtiene el 45% sacando lamayor diferencia respecto de sus competidores en una eleccin presidencial.La secundan, lejos, con el 23%, la frmula Elisa Carri-Rubn Giustinianni porla Coalicin Cvica y con el 17% la coalicin UNA que lleva al ex ministroRoberto Lavagna junto al radical opositor Gerardo Morales.Cabe remarcar que el ballotage o segunda vuelta, introducido en 1994 con lareforma constitucional en una variante sui generis como un modo de favorecer laformacin de coaliciones electorales amplias que dieran mayor sustentacin alos gobiernos presidenciales, no se lleg a aplicar en la Argentina, cosa que sha ocurrido en varios pases latinoamericanos en los ltimos aos (Per, Chile,Brasil, El Salvador, Guatemala). En 1995 y 1999 los candidatos triunfadores,Menem y De la Ra, rondaron el 50% de los votos con diferencias respecto de loscompetidores que les permiten su consagracin en forma automtica. En el 2003,quien sac el mayor nmero de votos, Menem, desisti de seguir la carrera ante lasevidencias de que sera derrotado. Dej as a Kirchner ganador con un 22% de losvotos, pero ste logr un rotundo triunfo en las elecciones legislativas dos aos mstarde, que le allanaron el camino para aspirar a una reeleccin en 2007. Sin embargoNstor Kirchner saca otra carta fuerte: la candidatura de su esposa. CristinaKirchner no llega a superar el 50% pero la distancia con sus competidores laconsagran en primera vuelta.Las expectativas de una mayor horizontalidad en la distribucin de fuerzasen el mapa poltico quedaron superadas por una ratificacin del presidencialismomayoritario. En la primera direccin se ubicaron las apuestas de la candidaturapresidencial del ex ministro de Economa Roberto Lavagna buscando capitalizarla recuperacin econmica del perodo 2003-2007-, tambin de origen peronistay con el respaldo de la Unin Cvica Radical. La aspiracin de Lavagna deconformar una coalicin opositora alternativa y de carcter centro-progresistaquedara condicionada al potencial mercado electoral anti-gubernamental msinclinado hacia el voto conservador o peronista tradicional. Con un perfil msntidamente opositor se mantiene Elisa Carri, al frente del ARI, como candidatapresidencial con postulaciones de fuerte contenido moralista. En un tercerandarivel marchar la figura de Macri, con su proyeccin poltica atada a lasuerte de su gestin como jefe de Gobierno porteo. Otra caracterstica de loscomicios de 2007 es el desdoblamiento del calendario electoral para los comiciosde gobernadores, legisladores provinciales y autoridades locales. El resultadoes un escenario poltico nacional con un poder poltico altamente centralizadoen la figura del Presidente pero sustentado en una realidad de alta fragmentacin yterritorializacin de la poltica.59Ciclos electorales y ciclos polticos en la Argentina: 1983-2008. Democracia de uno o dedos motores?En resmen: dos esferas de gravitacinDesde 1983, todos los presidentes construyeron coaliciones sociales y polticasque superaron las bases tradicionales de sus partidos y aumentaron sus poderes denegociacin por encima de su representacin institucional en el Congreso y lasprovincias. Al disminuir su popularidad, los presidentes debieron al mismo tiemporeplegarse sobre el ncleo central de su coalicin, formado por uno de los partidosnacionales. Lo nuevo en el panorama electoral argentino del 2007 es la existenciade una gran fuerza tambin difusa, heterognea e inorgnica, el llamadokirchnerismo, que bajo los sellos de Frente para la Victoria y Concertacin Pluralfunciona como un imn de atraccin de pedazos del viejo aparato peronista,gobernadores e intendentes de distinto origen la mayora peronista de diferenteextraccin pero tambin muchos radicales-, sindicatos y movimientos sociales, figurascon predicamento territorial de base o referentes polticos y sociales tributarios delpoder reconstruido desde el gobierno en estos aos.Esta coalicin oficialista le da un amplio piso de marcha inicial a la presidenciade CK, pero encuentra ella misma sus lmites al poco tiempo, cuando se desata elconflicto con el campo en marzo del 2008 y, coincidentemente, el ex presidenteKirchner asume la presidencia del Partido Justicialista relegando su proyecto originalde transversalidad superadora de las viejas estructuras partidarias.De tal modo, puede decirse hasta aqu que el eje principal que divide los dosgrandes polos conformados en las elecciones del 2007 es el marcado por la dicotomaoficialismo-oposicin. Recin en segunda instancia puede verse en dicha dicotomauna diferenciacin de carcter ms ideolgico.La segunda novedad es, paradjicamente, la persistencia de las viejas prcticasclientelares de la poltica territorial combinadas con las nuevas tendencias derenovacin poltica y proyeccin de liderazgos femeninos a las principalesresponsabilidades de gobierno. Con Cristina Kirchner en la presidencia, especularanlos estrategas de la Casa Rosada, Nstor Kirchner podra concentrarse en laformacin de una gran organizacin poltico-partidaria con centro en un peronismoreformulado y sectores afines. Sera tambin una variante sui-generisde unpresidencialismo atenuado, con un J efe de Estado de facto que es, a la vez jefepartidario, y una Jefa de Gobierno atendiendo la administracin poltica del pas a lamanera de un/a primer ministro europeo/a.La idea de un presidencialismo alternativoGiovanniSartorifuequienprimeroplante,ensupropuestadeunpresidencialismo alternativo, la idea de un sistema con dos motores. Elpresidencialismo y el parlamentarismo, explica Sartori, son mecanismos impulsados60Lic. Fabin Bosoerpor un solo motor. En el primer sistema, el motor es el presidente; en el segundo, loes el Parlamento. Con mucha frecuencia el motor presidencial falla al bajar a lasintersecciones parlamentarias, en tanto que el parlamentarismo no tiene la potenciasuficiente en el ascenso, la funcin de gobernar6.El semipresidencialismo, presidencialismo alternativo o presidencialismointermitente, en cambio, podra considerarse como un sistema con dos motores.La idea bsica es tener un sistema mixto, motivado o castigado por componentesde carcter parlamentarista o presidencialista que se activaran cuando uno u otropoder dejan de funcionar con plenas capacidades. En palabras de Sartori, lofundamental es tener una zanahoria que recompense el buen desempeo y un garroteque sancione la mala conducta7.Qu aplicaciones puede tener esta idea al anlisis del diseo institucional y alfuncionamiento poltico democrtico en la Argentina contempornea? En qumedida resulta pertinente el debate sobre posibles formas mixtas, mayorescomponentes parlamentarios en un presidencialismo que, a todas luces, ha mostradotanto su vigencia como sus limitaciones y dficit en los ltimos 25 aos?La democracia argentina, como hemos observado, de Alfonsn a Cristina Kirchner,puede ser definida como un sistema de un solo motor. Presidencialismo puro,atenuado tmidamente por la reforma constitucional de 1994, con rasgos de hiper-presidencialismo durante el gobierno de Carlos Menem y evidenciando susdeficiencias clsicas durante el perodo interrumpido de Fernando de la Ra(legitimidad dual, rigidez del mandato, sobrecarga de tensiones sobre el presidente,lgica del ganador nico o suma cero, parlisis y crisis de gobernabilidad).Con la crisis del 2001 se produce la primera experiencia de crisis institucionalpor renuncia del Presidente que se resuelve poniendo en marcha los mecanismosparlamentarios de sucesin. Esto es, encendiendo un segundo motor en el marco delas capacidades y recursos institucionales existentes. As cabra evaluar la gestinde Eduardo Duhalde, surgida del mandato parlamentario y con responsabilidad polticaante el Congreso. Un gobierno de coalicin en el que si bien la figura del presidentemantiene sus facultades dentro del formato presidencialista, gobierna con lgicas ybajo condiciones ms cercanas a las del formato parlamentarista o semi-presidencial.La competencia electoral de abril 2003, y la posterior de octubre de 2005, cuyoepicentro fue ubicado en la figura presidencial y el liderazgo de Nstor Kirchner alfrente de una nueva coalicin mayoritaria, puso en evidencia una voluntad de6. Giovanni Sartori, El presidencialismo alternativo: una propuesta en Ingeniera constitucionalcomparada. Una investigacin de estructuras, incentivos y resultados, FCE, 1994, Mxico.Cap.IX.7. Sartori, op.cit., p.168.61Ciclos electorales y ciclos polticos en la Argentina: 1983-2008. Democracia de uno o dedos motores?transformacin del sistema poltico y un proyecto de poder que, sin embargo, refrendel rgimen presidencialista. Segn algunos autores, tras el triunfo de Cristina Kirchneren 2007, ese proyecto se ha convertido en un sistema poltico con dos motores8.La idea est asociada en este caso a un cambio de autoridad que no modific lalgica poltica imperante; en algunos aspectos, por el contrario, la refuerza. Lo queasoma, ms bien, es un liderazgo bicfalo que transforma la esfera del Ejecutivo enuna entidad dual, un sistema de poder ejercido por un doble liderazgo: por un lado,una especie de jefe de Estado y lder partidario, en el llano, Nstor Kirchner, ypor el otro, un jefe de Gobierno, con todas las facultades constitucionales, lapresidenta Cristina Kirchner.Por otra parte, la permanente invocacin a la emergencia refuerza el decisionismopresidencialista como prctica de gobierno, siguiendo los mismos parmetros trazadosdurante los gobiernos de Menem en los aos 90 y luego continuados durante elcorto perodo de De la Ra. Una expresin concreta de este decisionismo es laampliacin de atribuciones del Ejecutivo nacional en el uso discrecional de losrecursos financieros. Este decisionismo presupuestario se materializ en la reformadel artculo 37 de la Ley de Administracin Financiera, aprobada en el 2003, quemodifica las competencias propias del Congreso. Asimismo, a pesar de que hadesaparecido el contexto de excepcionalidad originado en la crisis del 2001-2002, elCongreso prorrog por sptimo ao consecutivo la Ley de Emergencia Pblica dosdas despus de la asuncin de Cristina Kirchner9.Sin embargo, el conflicto entre el Gobierno y el campo, que ocupar la escenacentral del primer semestre del 2008, impacta directamente sobre la concepcinglobal del poder mostrando los lmites y fisuras del hper-presidencialismo. En primerlugar, la resolucin del conflicto por la va parlamentaria re-coloca al Congreso enun lugar protagnico, tanto en la canalizacin deliberativa de la representacin delos intereses y demandas como en el tratamiento parlamentario de las principalespolticas gubernamentales. En segundo lugar, el papel cumplido por el vicepresidenteJulio Cobos como presidente del Senado, haciendo uso de facultades constitucionalesprevistas y votando en contra del proyecto del Gobierno, introdujo otra innovacininesperada como forma resolutiva que descomprimi la tensin social e institucionalproducida por la sobrecarga de demandas sobre el Presidente y la falta de efectividadde las respuestas del Poder Ejecutivo.Asimismo, la figura del jefe de Gabinete adquiere una mayor relevancia polticadurante la gestin de este conflicto. La participacin de Alberto Fernndez en lasfrustradas tratativas con las entidades agropecuarias concluye, tras el fracaso de la8. Hugo Quiroga, Un presidencialismo distinto?. En Clarn, 17/1/2008.9. Quiroga,H. (2008), Ibd.62Lic. Fabin Bosoeriniciativa oficial, en una renuncia que coloca a esa figura constitucional en la funcinde fusible cuya salida descomprime la tensin sobre el sistema de gobierno.La mayora de los anlisis sobre la votacin en el Congreso que termin con elrechazo del proyecto oficial refrendatorio de las retenciones al agro tendieron aenfatizar la crisis que represent para el Gobierno y la conmocin que produjoen el escenario poltico nacional. Otra lectura permite analizar esa secuenciacomo una oportunidad de cambio, un indicador de capacidad institucional yaprendizaje poltico. Con el impulso a la dinmica del debate parlamentario, elCongreso recuper por un tiempo centralidad en el ejercicio de sus atribuciones yuna relativa autonoma respecto del Ejecutivo. Se evidenci la existencia de unlmite a las facultades delegadas por el Congreso al Ejecutivo y con ello unmayor equilibrio entre poderes10.En tercer lugar, la renovada actividad parlamentaria a partir de aquel desenlacede esta crisis, genera una reactivacin del movimiento en el escenario polticopartidario y un incentivo a la bsqueda de acuerdos, tanto en el oficialismo como enla oposicin. En algunos casos, esto ocurre por la propia necesidad de conformarmayoras para aprobar o rechazar proyectos de ley. Pero esta propia dinmicaempieza a vincularse tambin con el calendario electoral del ao 2009. Hay uncuarto eje de tensin, finalmente, el de la discusin sobre la coparticipacin federaly las demandas de reformulacin del federalismo imperfecto sobre el que se asientanlas relaciones entre la Nacin y las provincias. Tambin en este caso el Congresoacta como caja de resonancia y mbito natural de la representacin poltica yterritorial e instancia de discusin legislativa con una autonoma mayor respecto delPoder Ejecutivo.10. En este sentido se pronuncia entonces el ex presidente Ral Alfonsn al analizar el temay utilizar la idea de los dos motores:El ncleo del conflicto lo constituyen las reglas de juegoy procedimientos para resolver cuestiones fundamentales como el sistema tributario, los incentivosa la produccin, el desarrollo regional, la coparticipacin federal y la distribucin social. Lademocracia participativa y la democracia representativa han introducido correctivos sobre unadeformacin delegativa de la democracia que mucho mal le hizo al pas en la dcada pasada.Ahora hay, adems, ms voces, ms actores, ms intereses a los que no se puede desconocer.La democracia no puede funcionar con un solo motor, sea cual fuere el respaldo popular que unPresidente obtenga en las urnas cuando es elegido. El hper presidencialismo argentino es eso:la democracia de un solo motor. Esta nueva etapa ofrece la oportunidad de colocarle otro motora la democracia, que no obstruya sino que complemente y enriquezca la tarea del Gobierno yde la oposicin. De tal modo, la repblica democrtica podr funcionar mejor, con un parlamentoactivo y una sociedad civil que se expresa en su pluralidad y en paz, sin miedos ni coerciones,y que puede influir en las decisiones. Ral Alfonsn, Otro motor para la democracia, Clarn,20/7/2008.63Ciclos electorales y ciclos polticos en la Argentina: 1983-2008. Democracia de uno o dedos motores?InterrogantesSer, al final de este perodo histrico, el kirchnerismo un fenmeno polticotransicional, como lo fueron en sus respectivos contextos histricos el alfonsinismoen los aos 80 y el menemismo en los aos 90, los que se explican como formasde articular una base de sustentacin para presidentes en ejercicio que deben remara contra-corriente de los cauces polticos tradicionales? Dar paso a un ciclopoltico diferente, con coaliciones polticas menos articuladas desde el vrticepresidencialista?Lo cierto es que ambas tendencias coexisten. Desde la recuperacin democrticade 1983 hubo tres alternancias entre gobierno y oposicin (de Alfonsn a Menem,de Menem a De la Ra y de De la Ra a Duhalde). Esto quiere decir que ningnpartido retuvo la presidencia por ms de dos perodos, a lo que se suma que tras elcolapso del bipartidismo en el 2001, lo que tendi a producirse es la formacin decoaliciones dominantes de distintos signo antes que el trasvasamiento a un partidohegemnico. Pero existe otra lectura posible: ningn gobierno que no tuviera baseperonista ha logrado concluir medianamente bien su mandato constitucional. Elbipartidismo tradicional y la predominancia del peronismo como movimiento polticomayoritario estn transmutando hacia una configuracin que sigue teniendo muchode las formas tradicionales mientras recoge los cambios y fenmenos emergentesde la Argentina pos-crisis.En trminos del sistema poltico argentino, la tan mentada normalizacin condos grandes coaliciones de centro-izquierda y centro-derecha depender de cmose muevan estas fuerzas conducentes y se traduzcan, o no, en instituciones ypartidos capaces de trascender la suerte de quienes circunstancialmente lasconducen y lideran. La poltica, despus de todo, es algo ms que la lucha poralcanzar el poder y mantenerse en l. La Argentina ha dado muchos ejemplosen su atribulada historia, de grandes promesas y oportunidades que -a fuerzade sobre-dimensionarse y depositarse en manos de lderes carismticos, caudillosde ocasin, elites clarificadas o vanguardias esclarecidas- terminaron cayendosobre su propio peso o pulverizadas por su propia inconsistencia. De cmo seelaboren las enseanzas, aprendan las lecciones y eviten los errores y atolladerosde los decenios precedentes y del actual, depender tambin el modo en que lapresidencia de Cristina Kirchner atraviese la barrera del bicentenario argentino enel 2010 y de paso a una nueva etapa de la democracia argentina. Una democraciaque ha cumplido ya su mayora de edad.64Lic. Fabin Bosoer1 11 11 1999 De la Rua - Alvarez 9.167.261 48,37%2 22 22 1995 Menem - Ruckauf 8.687.319 49,94%3 33 33 2007 Fernndez de Kirchner - Cobos 8.197.576 42,17%4 44 44 1989 Menem - Duhalde 7.953.301 47,49%5 55 55 1983 Alfonsin - Martinez 7.724.559 51,75%6 66 66 1999 Duhalde - Ortega 7.253.909 38,27%7 77 77 1983 Luder - Bittel 5.995.402 40,16%8 88 88 1989 Angeloz - Casella 5.433.369 32,45%9 99 99 1995 Bordon - Alvarez 5.095.929 29,30%10 10 10 10 10 2003 Menem - Romero 4.740.907 24,45%Cuadro 1 | Ranking de votantes en las elecciones presidenciales (1983-2007)Cuadro 2 | Los ciclos del presidencialismo argentino (1983-2007)65Ciclos electorales y ciclos polticos en la Argentina: 1983-2008. Democracia de uno o dedos motores?ResumenDesde la recuperacin de la democracia en 1983, la Argentina ha demarcadosus ciclos polticos al ritmo de los perodos electorales y mandatos presidenciales,marchando siempre (tomando una imagen de Giovanni Sartori) con una locomotorade un solo motor. El presidencialismo le dio forma a estos ciclos, pero tambin laspropias caractersticas de la cultura poltica, la evolucin del sistema de partidos yliderazgos y las experiencias de gobierno que, a lo largo de las ltimas tres dcadas,atravesaron en diferentes contextos y con diversa suerte- por comparables etapasde ascenso, estabilidad y crisis. Este trabajo analiza las particularidades de dichasconstantes, sus momentos de disrupcin y las condiciones para otro tipo de dinmicade relacin poltica y funcionamiento institucional que permitan pensar en unademocracia de dos motores como horizonte.Palabras claves: ciclos electorales instituciones polticas presidencialismo Argentina.AbstractSince recovery of the democracy in 1983, Argentina has marked out its politicalcycles to the rate of the electoral periods and presidential mandates, always marching(taking an image from Giovanni Sartori) with a locomotive of a single motor. Thepresidencialism gave form to these cycles, but also its own characteristics of thepolitical culture, the evolution of the system of parties and leaderships and theexperiences of government that, throughout last three decades, crossed - in differentcontexts and with diverse luck by comparable stages of ascension, stability andcrisis. This work analyzes the particularitities of these constants, their moments ofdisruption and the conditions for another type of dynamics of political relation andinstitutional operation that allows to think about a democracy of two motors.Key word: electoral cycles - political institutions - presidencialism - Argentina.66Lic. Fabin Bosoer