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CIENCIA CRITICA Y/O CRITICA DE LA CIENCIA Ya que la práctica social es considerada como un sistema significativo estructurado como un lenguaje, toda práctica puede ser científicamente estudiada como un modelo secundario con relación a la lengua natural, modelada sobre esa lengua y modelándola. Ante la expansión de la semiótica, se hace necesaria una teoría de su actividad que la sigue en la historia de la ciencia y del pensamiento sobre la ciencia. La semiótica como modelado Para Saussure la semiología debía ser una ciencia de los signos de la que la lingüística sería una parte. Pero, en una segunda etapa, se ha advertido que el objeto-signo de la semiología (gesto, sonido, imagen, etc.) no es accesible al conocimiento más que a través de la lengua; entonces, es la semiología quien forma parte de la lingüística (sería la parte que se ocupa de las grandes unidades significativas del discurso). Cuando decimos semiótica pensamos en la elaboración de modelos, o sea de sistemas formales cuya estructura es análoga a la estructura de otro sistema. En un tercer momento, la semiótica se elaboraría como una axiomatización de los sistemas significativos, sin dejarse trabar por sus relaciones de dependencia epistemológica con la lingüística, y tomando de las ciencias formales (matemática, lógica, etc.) sus modelos, que la lingüística podría aceptar para renovarse. Entonces, más que de una semiótica, se habla de un nivel semiótico que es el nivel de axiomatización de los sistemas significativos. Los modelos que elabora la semiótica, como los modelos de las ciencias exactas, son representaciones y se realizan en coordenadas espacio-temporales. La diferencia con las ciencias exactas radica en que la semiótica es también la producción de la teoría del modelado que es: una teoría que puede abordar lo que no es del orden de la representación. Siempre hay implícita una teoría en los modelos de cada ciencia. Pero la semiótica no existe sin esa teoría que la constituye; constituye a la vez su objeto y su instrumento.

Ciencia Crítica y o Crítica de La Ciencia

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Page 1: Ciencia Crítica y o Crítica de La Ciencia

CIENCIA CRITICA Y/O CRITICA DE LA CIENCIA

Ya que la práctica social es considerada como un sistema significativo estructurado como un lenguaje, toda práctica puede ser científicamente estudiada como un modelo secundario con relación a la lengua natural, modelada sobre esa lengua y modelándola.Ante la expansión de la semiótica, se hace necesaria una teoría de su actividad que la sigue en la historia de la ciencia y del pensamiento sobre la ciencia.

La semiótica como modelado

Para Saussure la semiología debía ser una ciencia de los signos de la que la lingüística sería una parte. Pero, en una segunda etapa, se ha advertido que el objeto-signo de la semiología (gesto, sonido, imagen, etc.) no es accesible al conocimiento más que a través de la lengua; entonces, es la semiología quien forma parte de la lingüística (sería la parte que se ocupa de las grandes unidades significativas del discurso).

Cuando decimos semiótica pensamos en la elaboración de modelos, o sea de sistemas formales cuya estructura es análoga a la estructura de otro sistema.

En un tercer momento, la semiótica se elaboraría como una axiomatización de los sistemas significativos, sin dejarse trabar por sus relaciones de dependencia epistemológica con la lingüística, y tomando de las ciencias formales (matemática, lógica, etc.) sus modelos, que la lingüística podría aceptar para renovarse.

Entonces, más que de una semiótica, se habla de un nivel semiótico que es el nivel de axiomatización de los sistemas significativos.

Los modelos que elabora la semiótica, como los modelos de las ciencias exactas, son representaciones y se realizan en coordenadas espacio-temporales. La diferencia con las ciencias exactas radica en que la semiótica es también la producción de la teoría del modelado que es: una teoría que puede abordar lo que no es del orden de la representación. Siempre hay implícita una teoría en los modelos de cada ciencia. Pero la semiótica no existe sin esa teoría que la constituye; constituye a la vez su objeto y su instrumento. En la investigación semiótica, una reflexión teórica extrae el modo de funcionamiento significativo que se trata de axiomatizar, y un formalismo representa lo que ha extraído la teoría.

La semiótica es un tipo de pensamiento en la que la ciencia es consciente porque es una teoría. A cada momento en que se produce, la semiótica piensa su objeto, su instrumento y su relación. Se piensa y se convierte. Es decir, la semiótica es en cada ocasión una revaluación de su objeto y/o de sus modelos, una crítica de esos modelos (y de las ciencias a las que han sido tomados) y de sí misma. Es un camino de investigación abierto, una crítica constante que remite a sí misma, se autocritica. Como es su propia teoría, la semiótica es el tipo de pensamiento que es capaz de modelarse (pensarse) a sí mismo.La investigación semiótica sigue siendo una investigación que no halla nada al final de la investigación más que su propio gesto ideológico, para dar fe de él, negarlo y volver a comenzar. Como parte con, como finalidad, un conocimiento, halla como resultado la teoría que remite la investigación semiótica a su punto de partida: al modelo de la propia semiótica, para criticarlo o echarlo abajo. O sea, la semiótica puede hacerse como una crítica de la semiótica que abra sobre otra cosa que la semiótica: sobre la ideología.

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La práctica semiótica rompe con esta visión teleológica de una ciencia subordinada a un sistema filosófico y destinada a convertirse en sistema. Sin convertirse en un sistema, el lugar de la semiótica, como lugar de elaboración de modelos y de teorías, es un lugar de impugnación y auto-impugnación: un círculo que no se cierra. Su final no se une a su principio, sino que lo rechaza y se abre a otro discurso, o sea a otro objeto y método. No hay más fin que comienzo, el comienzo es un final y viceversa.

La semiótica es la conciencia de esa muerte y el relanzamiento de lo científico. La semiótica es una “ciencia de las ideologías” y también una ideología de las ciencias.

Este estatuto de la semiótica implica:

1) La relación particular de la semiótica con las demás ciencias y especialmente con la lingüística, la matemática y la lógica, cuyos modelos toma

2) La introducción de una terminología nueva y la subversión de la terminología existente.

La semiótica de que hablamos se sirve de los modelos lingüísticos, matemáticos y lógicos y los une a las prácticas significativas que aborda. Esta unión es un hecho tan teórico como científico, y por lo tanto ideológico. Pero en la semiótica, esas ciencias son “premisas subvertidas” (alteradas) que no tienen nada que ver con su estatuto fuera de la semiótica. Esto es porque esas ciencias anexas son también el objeto recusado de la semiótica, el objeto que recusa para construirse explícitamente como una crítica.

Términos de algunas de las ciencias exactas pueden obtener un sentido desfasado cuando se aplican a un nuevo objeto ideológico. La semiótica le da sentidos diferentes a esos términos y desvela cómo nace la ciencia en una ideología.Si bien el nuevo objeto puede seguir conservando elementos que pertenecían al antiguo objeto ideológico, el sentido de esos elementos cambia con la nueva estructura que les confiere justamente su sentido (es la estructura la que les da sentido). Marx practicó esta subversión de los términos de las ciencias anteriores con el término “plusvalía”. Para los mercantilistas, “plusvalía” era el resultado de un aumento del valor del producto; pero Marx dio un nuevo sentido a la misma palabra. La semiótica utiliza términos que ya tienen una utilización estricta porque toda renovación del pensamiento científico se hace a través y gracias a una renovación de la terminología. De todas maneras, aunque la semiótica utiliza vocabulario de las ciencias exactas y les da otra acepción en un nuevo campo ideológico, esto no quita lo posibilidad de introducción de una terminología totalmente nueva.

La semiótica y la producción

Hasta ahora se definió al objeto de la semiótica como un nivel semiótico: como un corte en las prácticas significativas en que el significado es modelado como significante. Así se puede designar la novedad del intento semiótica con relación a las ciencias humanas anteriores, y a la ciencia en general: una novedad mediante la cual la semiótica se une al intento de Marx cuando éste presenta una economía o una sociedad (significado) como una permutación de elementos (significantes).

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La novedad de la economía marxista consistía en pensar lo social como un modo de producción específico. Marx sustituye el concepto de “un sobrenatural poder de creación” por el de la producción, vista bajo su doble aspecto: proceso de trabajo y relaciones sociales de producción cuyos elementos participan en una combinatoria lógica particular. Las variaciones de esta combinatoria son los diferentes tipos de sistemas semióticos. Este pensamiento entonces plantea la problemática del trabajo productivo como característica principal en la definición de un sistema semiótico.

Si en Marx la producción es planteada como una problemática y como una combinatoria que determina lo social (o el valor), es estudiada desde el punto de vista de lo social (del valor) y de la distribución y circulación de mercancías, y no desde el interior de la propia producción. El estudio que lleva a cabo Marx es un estudio de la sociedad capitalista, de las leyes del intercambio y del capital. Así, Marx se ve obligado a estudiar al trabajo como valor, a adoptar la distinción valor de uso - valor de cambio y a no estudiar más que este último. El análisis marxista se refiere al valor de cambio, al producto del trabajo puesto en circulación. Cuando aborda el propio trabajo y emprende distinciones en el interior del concepto “trabajo”, lo hace desde el punto de vista de la circulación: circulación de una utilidad (el trabajo es concreto) o circulación de un valor (el trabajo es abstracto). Los valores de uso, los cuerpos de las mercancías, son combinaciones de materia y trabajo. El trabajo no es la única fuente de los valores de uso que produce material. Es el padre y la tierra es la madre. Toda actividad productiva, hecha abstracción de su carácter útil, es un desgaste de fuerza humana.

Desde el punto de vista de la comunicación, el trabajo es siempre un valor, de uso o de cambio. Se mide el valor por la cantidad de tiempo social necesario para la producción.

Es pensable otro espacio en el que el trabajo podría ser aprehendido fuera del valor. En ese escenario el trabajo no representa aún ningún valor, no tiene sentid, entonces se trataría de las relaciones de un cuerpo y de un gasto. Esa productividad anterior al valor no tiene Marx ni la intención ni los medios de abordarlo.

La reflexión crítica de Marx sobre el sistema de intercambio hace pensar en la crítica contemporánea del signo y de la circulación del sentido: el discurso crítico sobre el signo, no deja reconocerse en el discurso crítico sobre el dinero. El dinero reemplaza a las cosas por sus signos; no sólo en el interior de una sociedad, sino de una cultura a otra, o de una organización económica a otra. Por eso el alfabeto es comerciante.

La semiótica y Freud

Freud fue el primero en pensar el trabajo como constitutivo de la significación anterior al sentido producido y/o al discurso representativo: el mecanismo del sueño. “El trabajo del sueño”, Freud desvela la propia producción en tanto que proceso no de intercambio (o de uso) de un sentido (de un valor), sino de juego permutativo que modela la propia producción. Trabajo como sistema semiótico particular, diferente del del intercambio, se hace en el interior del habla comunicativa. Al nivel de la manifestación es un jeroglífico, y al nivel latente un pensamiento de sueño. Trabajo del sueño desencadena una nueva investigación: la elaboración del “pensar” antes del pensamiento. Un corte radical separa el trabajo del sueño del trabajo del pensamiento despierto. El del sueño no piensa ni calcula, no juzga y se contenta con transformar.

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Todo el problema de la semiótica actual reside allí: en seguir formalizando los sistemas semióticos desde el punto de vista de la comunicación o bien abrir en el interior de la problemática de la comunicación ese otro escenario que es la producción de sentido anterior al sentido. Si se adopta la segunda vía, hay dos posibilidades: 1) o bien se aísla un aspecto medible y representable del sistema significativo: estudiado con un concepto no medible (trabajo, producción); 2) o bien se intenta construir una nueva problemática científica que ese nuevo concepto no deja de suscitar. En el segundo caso se trataría de construir una nueva “ciencia” después de haber definido un nuevo objeto: el trabajo como práctica semiótica distinta del intercambio.

La ciencia exacta se enfrenta a los problemas de lo no-representable y de lo no-medible; intenta pensarlo como una estructura con leyes particulares. Nuestro discurso tienen necesidad de ser fracturado, debe cambiar de objeto y de estructura, para abordar una problemática que no cuadra ya con el razonamiento clásico; se habla entonces de objeto inobservable y se buscan nuevos modelos lógicos y matemáticos. La semiótica de la producción se servirá de esos modelos que han elaborado las ciencias exactas. Como es una ciencia-teoría del discurso y por lo tanto de sí misma, se niega a fijar la propia formalización que le da cuerpo. La semiótica de la producción acentuará la alteridad de su objeto con relación a un objeto de cambio que abordan las ciencias exactas. Acentuará el trastrocamiento de la terminología científica orientándola hacia ese otro escenario del trabajo antes del valor que hoy apenas entrevemos.

Aquí tiene dificultad la semiótica: para ella misma y para aquellos que quieren comprenderla. Es imposible saber de qué habla tal semiótica cuando plantea el problema de una producción que no equivale a la comunicación aun haciéndose a través de ella, si no se acepta ese corte que separa claramente la problemática del intercambio de la del trabajo. Consecuencia: sustituye la concepción de una historeidad lineal por la necesidad de establecer una tipología de las prácticas significativas según los modelos particulares de producción de sentido en que se basan.

Semiótica y “literatura”

Para la semiótica, la literatura no existe, ni como habla ni como objeto estético. Se adopta el término escritura cuando se habla de un texto visto como producción, para diferenciarlo de los conceptos de literatura y habla.La problemática específica de la escritura se desprende masivamente del mito y de la representación para pensarse en su literalidad y su espacio. Todo texto literario puede ser considerado como productividad. Pero la historia literaria desde fines del siglo XIX ofrece textos modernos que se piensan como producción irreductible a la representación. Tomada la literatura como obra de arte, algo creativo. Tiene reglas propias para ese individuo. Y al ser una obra de arte no tiene modelo porque es el primero.