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Una crítica a la geografía vigente: ¿Cuantitativa o cualitativa? En la actualidad son dos grandes corrientes las que monopolizan el conocimiento geográfico, la geografía cuantitativa y la cualitativa, ambas con sus propias corrientes internas pero que, en principio, tienen como elementos definitorios una posición epistemológica irreconciliable la una con la otra, y que, desde hace unos 50 años han mantenido un debate abierto sobre la situación de la geografía como ciencia social. Este artículo pretende esbozar superficialmente las grandes diferencias de ambas para luego exponer. La geografía cuantitativa o neopositivista recoge los principios fundamentales que desde el siglo XIX se han aplicado, buscando con ello generar una ciencia objetiva, numérica, basada en las matemáticas (con apoyo de las tecnologías informáticas) ignorando en el acto, el elemento historicista que implica analizar la geografía como ciencia social. Por otra parte la geografía cualitativa reivindica el elemento subjetivo que aporta la sociedad, por lo que asumir una “ciencia objetiva y neutra” resulta casi un absurdo. Ambas posiciones se oponen tajantemente, ¿es entonces posible tener una visión integradora o mejor dicho superadora o el único camino es elegir entre una y otra? Para elaborar este artículo me he centrado en el trabajo realizado por el Colectivo de Geografía Crítica Gladys Armijo, el cual, según he seguido mantiene una posición que merece una exhaustiva revisión. En este artículo solo me centraré en un artículo, pero este ejercicio podría ser aplicado a muchos otros trabajos ya generados. La geografía cuantitativa: Por una geografía de lo real La geografía cuantitativa desde los años 60 ha visto un declive dentro de esta ciencia social, lo cual no significa en absoluto que esté derrotada, todo lo contrario, una reducción en sus adeptos a nivel investigativo no les ha supuesto una derrota, ya que su posición sigue vigente y, hasta cierto sentido, intacta. Esto pues como observaremos a continuación sus principales postulados siguen siendo aplicados y por lo tanto su vigencia no debe ser puesta en tela de juicio. Siguiendo a Gustavo D. Buzai en Geografía Cuantitativa, Paradigmas Y Simplicidad, establece que al prestar “atención al cielo y a partir de analizar el procedimiento de construcción de conocimientos científicos se pueden extrapolar formas de aproximación a la realidad de total vigencia, como lo es el privilegio de visiones nomotéticas centradas en la generalización, la clara definición basada en la construcción de leyes científicas, el papel de la observación frente a la experimentación y finalmente la necesidad de simplicidad”, lo que en términos resumidos es un claro intento por buscar comportamientos objetivos que expliquen la realidad vigente. Siguiendo con Buzai, la realidad se comprende por generalizaciones en la búsqueda de leyes científicas mediante la observación logrando de ese modo una aproximación a la verdad. Esta visión aplicada en el terreno geográfico ha resultado en una serie de modelos y trabajos. Uno de ellos son los modelos de utilidad multiatributo (MAUT), los cuales pueden ser definidos como como aquellos que están diseñados para obtener la utilidad de alternativas a través de los atributos valiosos, que deben ser evaluados como componentes de los criterios, donde, para cada atributo se determina una correspondiente función de utilidad parcial para luego agregar una función de utilidad multiatributo de forma aditiva o multiplicativa. Su principal objetivo es auxiliar a los centros decisores a describir evaluar, ordenar, jerarquizar, seleccionar o rechazar objetos en base a una evaluación. Liliana Ramírez y Romina Claret buscan con esto elaborar un Índice de salud ambiental (ISA) para los conglomerados de Corrientes y el AMGR (Área Metropolitana del Gran Resistencia) para prelación a los radios censales que se encuentran en situación de vulnerabilidad y como consecuencia conocer la cantidad de población expuesta. En este trabajo las dimensiones y variables seleccionadas fueron:

Una crítica a la geografía vigente: ¿Cuantitativa o

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Una crítica a la geografía vigente:

¿Cuantitativa o cualitativa? En la actualidad son dos grandes corrientes las que monopolizan el conocimiento geográfico, la geografía

cuantitativa y la cualitativa, ambas con sus propias corrientes internas pero que, en principio, tienen como

elementos definitorios una posición epistemológica irreconciliable la una con la otra, y que, desde hace

unos 50 años han mantenido un debate abierto sobre la situación de la geografía como ciencia social. Este

artículo pretende esbozar superficialmente las grandes diferencias de ambas para luego exponer.

La geografía cuantitativa o neopositivista recoge los principios fundamentales que desde el siglo XIX se

han aplicado, buscando con ello generar una ciencia objetiva, numérica, basada en las matemáticas (con

apoyo de las tecnologías informáticas) ignorando en el acto, el elemento historicista que implica analizar la

geografía como ciencia social. Por otra parte la geografía cualitativa reivindica el elemento subjetivo que

aporta la sociedad, por lo que asumir una “ciencia objetiva y neutra” resulta casi un absurdo. Ambas

posiciones se oponen tajantemente, ¿es entonces posible tener una visión integradora o mejor dicho

superadora o el único camino es elegir entre una y otra?

Para elaborar este artículo me he centrado en el trabajo realizado por el Colectivo de Geografía Crítica

Gladys Armijo, el cual, según he seguido mantiene una posición que merece una exhaustiva revisión. En

este artículo solo me centraré en un artículo, pero este ejercicio podría ser aplicado a muchos otros trabajos

ya generados.

La geografía cuantitativa: Por una geografía de lo real

La geografía cuantitativa desde los años 60 ha visto un declive dentro de esta ciencia social, lo cual no

significa en absoluto que esté derrotada, todo lo contrario, una reducción en sus adeptos a nivel

investigativo no les ha supuesto una derrota, ya que su posición sigue vigente y, hasta cierto sentido,

intacta. Esto pues como observaremos a continuación sus principales postulados siguen siendo aplicados

y por lo tanto su vigencia no debe ser puesta en tela de juicio.

Siguiendo a Gustavo D. Buzai en Geografía Cuantitativa, Paradigmas Y Simplicidad, establece que al

prestar “atención al cielo y a partir de analizar el procedimiento de construcción de conocimientos científicos

se pueden extrapolar formas de aproximación a la realidad de total vigencia, como lo es el privilegio de

visiones nomotéticas centradas en la generalización, la clara definición basada en la construcción de leyes

científicas, el papel de la observación frente a la experimentación y finalmente la necesidad de simplicidad”,

lo que en términos resumidos es un claro intento por buscar comportamientos objetivos que expliquen la

realidad vigente. Siguiendo con Buzai, la realidad se comprende por generalizaciones en la búsqueda de

leyes científicas mediante la observación logrando de ese modo una aproximación a la verdad.

Esta visión aplicada en el terreno geográfico ha resultado en una serie de modelos y trabajos. Uno de ellos

son los modelos de utilidad multiatributo (MAUT), los cuales pueden ser definidos como como aquellos que

están diseñados para obtener la utilidad de alternativas a través de los atributos valiosos, que deben ser

evaluados como componentes de los criterios, donde, para cada atributo se determina una correspondiente

función de utilidad parcial para luego agregar una función de utilidad multiatributo de forma aditiva o

multiplicativa. Su principal objetivo es auxiliar a los centros decisores a describir evaluar, ordenar,

jerarquizar, seleccionar o rechazar objetos en base a una evaluación. Liliana Ramírez y Romina Claret

buscan con esto elaborar un Índice de salud ambiental (ISA) para los conglomerados de Corrientes y el

AMGR (Área Metropolitana del Gran Resistencia) para prelación a los radios censales que se encuentran

en situación de vulnerabilidad y como consecuencia conocer la cantidad de población expuesta. En este

trabajo las dimensiones y variables seleccionadas fueron:

• Hacienamiento: cociente entre la cantidad total de personas del hogar y la cantidad total de

habitaciones o piezas de que dispone el mismo

• Calidad de materiales para la vivienda: Divididas en diferentes niveles, donde, III y IV son las

más deficientes.

• Material predominante de los pisos: Tierra o ladrillo suelto y otros

• Material de la cubierta exterior del techo: Chapa de cartón, Caña, palma, tabla o paja con o sin

barro y Otros

• Hogares sin acceso a agua de red pública

• Hogares sin desagüe del inodoro a red pública

Para estandarizar los datos y valores de estos indicadores se estableció que la utilidad 0 coincide con los

menos desfavorables y 1 los más desfavorables i.e, se debieron pasar los datos absolutos a relativos ya

que todos contribuyeron a generar externalidades negativas pero comparativamente existían importantes

diferencias. La estandarización se logró mediante la siguiente notación:

𝑈𝑇 = 1 − 𝑋𝑚𝑖𝑛 − 𝑋

𝑋𝑚𝑖𝑛 − 𝑋𝑚𝑎𝑥

Luego, se definió para cada dimensión y para cada indicador la ponderación o peso dentro del modelo de

utilidad.

• Hacinamiento: 0,2

• Calidad de materiales para vivienda: 0,2

• Materiales predominantes de los pisos: 0,1

• Mat. De la cubierta del techo: 0,1

• Hogares sin acceso de agua: 0,2

• Hogares sin desagüe: 0,2

Finalmente, luego de estandarizar los datos se puede alcanzar un ISA, lo que, se lleva a la cartografía, el

mapeo y la exposición en gráficos.

Donde,

• 1 = X < 0,5; X > 0

1%

91% 8%8%

Población total en cada categoría

1 2 3

• 2 = X < 0,7; X> 0,5

• 3 =X < 0,9; X > 0,7

A nivel de mapeo el trabajo de las investigadoras citadas es el siguiente,

Distribución del ISA, 2010.

MODELOS MULTICRITERIO BASADOS EN FUNCIONES DE UTILIDAD

Con este tipo de trabajos es posible identificar espacialmente las zonas más vulnerables de una ciudad,

región o país en particular con un alto grado de precisión aplicando modelos matemáticos, y con ello, aplicar

trabajo de campo de diversa índole (social, político, por ejemplo).

Siguiendo con otro ejemplo podemos analizar la concentración espacial mediante el cálculo del índice de

concentración espacial global (ICEG) y areal (ICEA). Esto se logra mediante la curva de Lorenz, de un

modo similar al utilizado para calcular el Coeficiente de Gini.

La concentración espacial correspondiente a un tema poblacional encuentra en el índice de concentración

espacial global (ICEG), el cual se define como se expone a continuación:

𝐼𝐶𝐸𝐺 𝑠𝑢𝑝, 𝑏 = 𝑜, 50 ∑ 𝑆𝑈𝑃 𝑖 − 𝑏𝑖

𝑛

𝑖 = 1

Donde ICEG sup,b s el índice de segregación espacial global para la categoría de población b respecto al

total de superficie, supi es el porcentaje de población que contiene cada unidad espacial, bi es el porcentaje

del grupo de población en cuestión y finalmente 0,50 es una constante que permite utilizar solamente la

suma de los valores positivos o negativos (50% del total de los valores absolutos) de supi - bi. Cuando no

existe segregación espacial ICEG sup,b por otro lado entre mayor sea la segregación el resultado tenderá a

100.

Como el ICEG máximo no da el mismo resultado pues depende de las unidades espaciales, se debe ajustar

en una escala de 0 a 100 lo que nos lleva a calcular Ω:

Ω𝑖 =𝐼𝐶𝐸𝐴 𝑖 − 𝑚

𝑀 − 𝑚

Donde ICEA i es el resultado del índice mientras que M y m son los valores máximos y mínimos de la serie

respectivamente. Donde ICEA i:

𝐼𝐶𝐸𝐴𝑖 = 𝐵𝑖 (%)

𝑆𝑈𝑃𝑖 (%)

Aplicado esto da un resultado como el que sigue:

Los datos del ICEG nos indican que la población debería distribuirse por el orden del 10,7% para generar

una redistribución equitativa. Los datos del ICEA son los que pueden ser incorporados a nivel cartográfico.

De este modo, la combinación del ICEG con el ICEA en cartografía presentan un método muy útil para

estudiar la concentración espacial de una variable.

En este punto es interesante como la geografía cuantitativa, a pesar de las críticas recibidas por el uso frío

de los datos, la pérdida de ciertos criterios y aspectos de concepto y método de la geografía, y su falta de

eficacia para resolver los problemas del espacio, realmente ninguno de los paradigmas que han emergido

ha podido responder todos estos puntos que se le han endilgado.

A modo personal puedo plantear a la geografía cuantitativa como una corriente incompleta, pero que en su

incapacidad por desarrollarse completamente -además de haber perdido su vigencia ostentada a mediados

del siglo pasado- ha llevado a las ciencias sociales a un camino errado y opuesto a un verdadero KSA

matemático. Sin embargo, en principio sus planteamientos tienen sentido, y por ende no pueden ser

superados con el simple discurso.

La geografía cualitativa: Por una geografía crítica del aprendizaje para la resistencia y la

transformación territorial

En este apartado me centraré en un artículo extraído de la revista “Espacio y Sociedad” del 2017,

específicamente el artículo titulado “La Geografía como aprendizaje para la resistencia y la transformación

territorial” de Froilán Cubillos, Diego Pinto y Fabian Aravena. El cual resume las críticas y planteamientos

de la corriente de la geografía Crítica (en la cual destacan Milton Santos y Darvid Harvey).

En éste se nos indica que:

Comuna SSL Sup Población Densidad SUP (%) POB (%) SUP % AC Pob % AC Pob%- Sup % ICEG ICEA

Lo Prado 5000 5000 1,00 0,95% 0,26% 0,95% 0,26% -0,69% 0,69% 27%

Quilicura 40000 340000 8,50 7,62% 17,57% 8,57% 17,82% 9,95% 9,95% 231%

Santiago 35000 370000 10,57 6,67% 19,12% 15,24% 36,94% 12,45% 12,45% 287%

Lo Barnechea 120000 120000 1,00 22,86% 6,20% 38,10% 43,14% -16,66% 16,66% 27%

Las Condes 149000 50000 0,34 28,38% 2,58% 66,48% 45,72% -25,80% 25,80% 9%

Pudahuel 50000 350000 7,00 9,52% 18,08% 76,00% 63,81% 8,56% 8,56% 190%

Vitacura 56000 3500 0,06 10,67% 0,18% 86,67% 63,99% -10,49% 10,49% 2%

Recoleta 25000 320000 12,80 4,76% 16,53% 91,43% 80,52% 11,77% 11,77% 347%

Providencia 18000 127000 7,06 3,43% 6,56% 94,86% 87,08% 3,13% 3,13% 191%

San Miguel 27000 250000 9,26 5,14% 12,92% 100,00% 100,00% 7,77% 7,77% 251%

Total 525000 1935500 100% 100% 10,73%

“En Chile durante décadas se ha perpetuado una Geografía positivista, neopositivista, técnica y con

aspiración a convertirse en una “ciencia objetiva”. El sustento de esta idea se evidencia en la influencia del

pensamiento de Ratzel en los albores de la disciplina en nuestro país, posteriormente con la consolidación

de las escuelas francesas regionalistas en Geografía y, finalmente, la aplicación de modelos espaciales

pensados desde la economía neoliberal para la organización espacial del territorio nacional. Lo anterior

reflejado tanto en las decisiones políticas territoriales de nuestro país, como en la enseñanza de la disciplina

a nivel escolar.

(…)

Esta forma de concebir el espacio está estrechamente asociada a los poderes militares, quienes están a

cargo de la realización de todos los materiales cartográficos oficiales, tanto a nivel geopolítico como socio-

educacional.

En ese contexto desde casi una década distintos geógrafos/geógrafas, estudiantes de geografía y de

pedagogía en historia y geografía han venido cuestionando esta forma de hacer y enseñar la disciplina,

cuestionando su nulo compromiso político, su “condición de ciencia objetiva y neutra” y visibilizando

aspectos epistemológicos no considerados en los congresos nacionales organizados por las entidades

representantes de la disciplina a nivel internacional.

Bajo esos lineamientos es que el Colectivo de Geografía Crítica Gladys Armijo, presenta la propuesta

teórica que ha emergido del trabajo con los diferentes territorios locales con los cuales hemos trabajado.

Estas acciones buscan sustentar una geografía transformadora de la realidad social actual, que se ha visto

sujeta a la lógica de producción capitalista, sostenida por las ideas de desarrollo y el progreso, como

crecimiento en la posesión de bienes, ideas, por lo demás, consolidadas desde el proyecto Estado-Nación

como organización única de las sociedades y devenidas hasta la actualidad con la inserción de Chile en la

economía capitalista global”

En esta breve introducción se encuentran las claves de sus principales puntos, los cuales resumo como, i)

una crítica hacia el saber ortodoxo vinculado a una ciencia objetiva y neutra, ii) la metodología de trabajo

entonces debe ser completamente diferente.

En seguida los autores inician su exposición confirmando lo anterior mediante su argumentación centrada

en el “espacio dialógico” de la geografía. Como primer punto rescatan el “saber popular” definido como

“aquel que se ha ido constituyendo a partir de los significados, representaciones, experiencias, juicios y

prejuicios que contienen los grupos humanos, sin necesariamente habiendo sido sistematizados” el cual

“ha sido fundamental para poder desarrollar distintas teorías en las Ciencias Sociales”.

Siguiendo con el planteamiento anterior, Cubillos, Pinto, et al. Señalan:

“Posicionar la Geografía desde este enfoque significa comprender el Espacio Geográfico como una

construcción social, el cual es una instancia más de la sociedad, en constante interacción con las otras

instancias de la sociedad como la economía, la política y la cultura entre otros”

Lo que en otras palabras viene a decir que, al ser el espacio geográfico una construcción social, la geografía

debe integrarse al conocimiento popular para alcanzar una condición realmente transformadora de la

realidad social actual.

Cuando se entiende que el espacio es dialéctico y dialógico se introducen los siguientes elementos base:

a. El ser humano se relaciona con los objetos presentes en el espacio a través de sus sentidos, ergo,

la noción de espacialidad estará dada por experiencias positivas y negativas.

b. De las experiencias vividas que finalmente definen futuras percepciones que se tenga sobre

determinados objetos del espacio, podrán precisar el sentido que se le dé a los Lugares en los

que se vive.

c. En ese intercambio de idea social surge el espacio intersubjetivo. El Paisaje pasa a ser Territorio,

que se define como “aquel que deriva del análisis y explicación histórica que se le da a la relación

entre el Sistema de Objetos y Sistema de Acciones, por parte de los actores situados”

La idea de Territorio va de la mano con una serie de procesos y dinámicas relacionados con intereses

vinculados no solo con la comunicación sino que con el mismo sistema capitalista:

1. Territorialización: Apropiación sobre un territorio, esta materialización se da en el uso, valoración

y conflicto entre sus agentes. Se conciben tres formas, privada, pública y comunitaria.

2. Desterritorialización: Proceso en el que los actores sociales de mayor poder espacial imponen su

territorialización sobre actores comunitarios.

3. Reterritorialización: Proceso que surge como respuesta a la desterritorialización y que surge en

respuesta de los actores comunitarios para defender su territorialidad.

Una propuesta encaminada a “transformar, el sujeto y por consiguiente el territorio” deviene en el mapeo

colectivo como metodología de la didáctica del territorio:

Los autores indican que éste sirve “como una metodología de la didáctica del territorio, dado que está

permite abordar de forma colectiva tres procesos fundamentales: la tematización, es decir acercarnos al

carácter espacial del devenir social, la problematización y la consecuente transformación de dicha realidad

social, es decir, una secuencia didáctica para abordar el complejo proceso del Desterritorialización-

Territorialización-Reterritorialización (D-T-R)”, señalando además que sirve como “una metodología de

investigación que persigue la problematización de las configuraciones espaciales, dominadas por la lógica

de producción capitalista, cuyo ejercicio se cimenta en el saber local y los conocimientos geográficos que

los sujetos de determinadas comunidades tienen respecto a la configuración espacial de sus territorios, es

decir de las dinámicas y procesos internos y externos que influye en la configuración espacial del espacio

geográfico”.

Ciertamente lo que se observa es una propuesta completamente diferente a la corriente anterior. Hemos

pasado de estudiar el espacio desde con matemática y herramientas computacionales a buscar

transformarlo mediante el conocimiento popular y el mapeo colectivo. Desde luego hablamos de dos

corrientes que mantienen puntos irreconciliables.

El problema según mi punto de vista es que ambas están incompletas. Mientras la geografía cuantitativa

busca generar un trabajo que contribuya en conocimientos a un alcance numérico de la situación geográfica

con fines utilitaristas (ya sea en el sector privado como público), la corriente cualitativa crítica pretende un

fin transformador estudiando los problemas y tensiones sociales expresados en territorialmente. En cierto

sentido distinguimos el mismo conflicto que las ciencias sociales viven desde que formalizan entre el siglo

XIX y principios del XX: 1) o un enfoque nomotético o un enfoque idiográfico, 2) la bifurcación entre lo

objetivo y lo subjetivo.

Una necesaria reivindicación de lo objetivo

Podemos decir que la geografía cuantitativa, a pesar de todos sus aciertos tiene un problema esencial, su

desarrollo no deja de ser un mero trabajo recopilador de información que sea útil al trabajo político y/o

empresarial. Un análisis espacial de los problemas sociales puede ser muy rentable para los ministerios de

planificación urbana como también lo puede ser un índice de precios inmobiliarios cartografiado para una

empresa que busque posicionamiento nacional. En este sentido, es un trabajo excelente en el marco de un

sistema capitalista, por lo tanto las críticas que se le hacen llevan toda la razón.

No obstante, su respuesta tampoco deja de perder veracidad, y es que con el pasar de las décadas el

aporte de las nuevas corrientes no llena el vacío que ellos no pudieron suplir. Los críticos comete un error

al creer que pueden estudiar algo tan concreto y fundamental como el espacio sin acceso a las herramientas

que sí utiliza la geografía neopositivista. Esto sin desmerecer el trabajo realizado viene a representar un

aporte a las ciencias sociales muy superficial dentro de un contexto cada día más complejo. Hoy en día

tenemos acceso a más tecnología que nunca, mucha de ella de bajo costo o de libre acceso en internet, el

mapeo y uso de herramientas digitales es imprescindible, ¿realmente es necesario quedarse con las

mismas herramientas que Harvey o Santos utilizaron en su juventud? Esto, lo sé, es solo un detalle, pero

importante porque se cuela en muchos otros aspectos y dimensiones que revisaré a continuación.

1. La contradicción objetivo / subjetivo

Un intenso debate dentro de las ciencias sociales es el dilema de la realidad social como objetiva o

subjetiva. Es la realidad algo que podemos conocer o todo depende del observador. Ya desde la época de

Protágoras (El hombre es medida es la medida de todas las cosas) tenemos un precedente claro de la

posición subjetivista de la realidad social, Sócrates plantea en cambio una visión mucho más objetiva al

concebir que tanto el bien como el mal son absolutos, Aristóteles iría un paso más allá y aplicaría una visión

racionalista de la realidad social. Este debate continuaría hasta nuestros días. Ya con las ciencias sociales

en ciernes se vislumbra una tendencia por una u otra opción, en la medida que se fueron profesionalizando

también se desarrollaron corrientes internas que buscaron explicar la realidad social como parte de algo

objetivo o subjetivo, en este contexto ambas se cuestionaron mutuamente por considerar que no eran

capaces de concebir correctamente respuestas a las incógnitas diarias. De todas formas, se puede decir

que las ciencias sociales terminaron convergiendo por separado hacia ambas posiciones, la economía, la

ciencia política, la psicología y sociología buscaron aplicar una explicación objetiva de la realidad, mientras

que la historia mantuvo una posición más subjetiva, aun cuando internamente el debate se mantuvo.

La geografía en su nacimiento igualmente viró hacia una postura objetiva, pero conforme transcurren las

décadas se ve cada vez más absorbida por la tentación de una interpretación subjetiva, especialmente tras

los años 60 y 70 del siglo XX con la aparición de la corriente humanista y crítica.

Es curioso como corrientes de pensamiento similares terminan divergiendo cuando dependiendo de la

ciencia social en cuestión. Los marxistas en historia, por ejemplo, plantean una lectura del devenir mucho

más objetivo, con leyes sociales que se aplican a la sociedad y dan cuenta de un motor histórico afincado

en una realidad material, mientras que el marxismo en geografía busca reivindicar lo cualitativo aplicado en

la construcción del territorio. Ciertamente esto tiene que ver con dos factores, el primero es el desarrollo

mismo de las diferentes escuelas dentro de las ciencias sociales, mientras la historia ve un nacimiento

desde el idealismo y el positivismo (que aunque a priori parezcan antitéticos terminan en un claro

contubernio), la geografía tiene en su nacimiento un germen positivas y determinista, en este sentido el

desarrollo de las corrientes que responden a estos paradigmas apunta hacia una oposición epistemológica

manifiesta en el caso de la historia como un materialismo histórico y para el caso de la geografía como un

“materialismo de corte subjetivista”. El segundo factor tiene que ver con la misma construcción de las

ciencias sociales como corrientes separadas y esquematizadas en diferentes niveles de una realidad social,

conllevando un paradigma que se ha sostenido desde entonces en la idea de diferentes universos sociales,

en algunos priman las reglas y leyes, y en otros no.

Ambos factores persisten en ambas corrientes y esta situación es realmente grave pues nos lleva a

cuestionar la seriedad de estas. Cuando digo que las corrientes marxistas de la geografía mantienen un

“materialismo de corte subjetivista” lo que digo es que, hasta cierto punto, ven lo social como algo que sí

puede estudiarse mediante el descubrimiento de leyes (por ejemplo todo lo que tiene que ver con la

economía), pero acto seguido, cuando es hora de estudiar la geografía centrándose en espacio y territorio,

entran en un planteamiento completamente diferente, lo subjetivo. En este punto el neopositivismo tiene

mayor coherencia.

Este inconveniente es el mismo que hace de las ciencias sociales “algo separado” de las ciencias físicas y

naturales. Mientras las primeras buscan alcanzar la verdad objetiva, las segundas tienen visiones tan

opuestas y contradictorias entre sí, que terminan simplemente abocándose a discursos y percepciones.

El axioma anterior puede entenderse como Mr = f (a,b), donde Mr es el materialismo subjetivista, a es el

campo en el que sí existe posibilidad de establecer leyes sociales y b el campo en el que prima lo subjetivo,

lo perceptivo y sensible. Siendo a = b en tanto ambos campos son equivalentes en el estudio, esto es, en

un plano prima lo nomotético, y en otro lo idiográfico. En la praxis esto puede tener validez, pero así como

con otros tópicos la incongruencia siempre tiende a salir, en este caso la incoherencia filosófica no puede

dejarse de lado.

Asumir que en una misma realidad existe lo objetivo y subjetivo es un error tanto epistemológico como

ontológico. Esto es lo mismo a creer que vivimos en un mundo determinista o dominado por el azar. Si

existe el uno no puede existir el otro, aunque en el discurso se plantee lo contrario siempre llegamos al uso

de convencionalismos que con toda su utilidad, siguen siendo elementos que creamos para saltarnos un

razonamiento realmente lógico y un estudio totalmente científico.

Ojo con esto, confirmar que vivimos en un mundo objetivo donde la búsqueda de leyes sociales es algo

imprescindible no viene a ser lo mismo que validar la corriente neopositivista ni ninguna de las similares,

creerlo es apelar a a -> b, luego b, entonces a. Un planteamiento falaz. Por otro lado alguien puede

establecer que el mundo social es realmente subjetivo y depende de cada óptica individual, pero en este

planteamiento es imposible negar que creerlo nos llevará de una y otra forma a un extremo relativismo, un

postmodernismo que niegue toda verdad científica (naturalmente intentar delimitar el grado de relativismo

implica otra vez apelar a un convencionalismo, por lo que no sería una salida correcta).

Mi planteamiento en este sentido es que el axioma puede sostenerse, pero la equidad entre a y b no es

posible, en este sentido siempre es a > b, o dicho de otra forma, b depende de a.

Entendiéndolo así entonces logramos superar un error filosófico de origen y conectamos la ciencia

geográfica con el resto de ciencias que conciben una realidad objetiva, siendo la social una parte de esta.

2. El problema de las matemáticas

No es sorpresa para nadie que la corriente radical tiene cierta aversión a la matemática como ciencia de

apoyo en el estudio científico. El problema no sería si el estudio mismo de esa ciencia no requiriese de su

uso de manera tan imperiosa, pero ese es el caso de la geografía. Es que es lógico.

Si aceptamos los principales fundamentos del Materialismo Histórico entendemos que los sistemas

históricos tienen una base regida por sus relaciones de producción, y alcanzar su comprensión implica el

uso de herramientas matemáticas. Estudiar el grado de explotación entre clase requiere el manejo de

estadística, contabilidad, álgebra, entre muchas más. ¿Cuál vendría a ser la propuesta contraria? ¿Dejar

las matemáticas para el estudio económico del sistema? Pero es que el sistema es solo uno, y el espacio

geográfico, el territorio, forma parte de este sistema, la relación D-M-D’ incluye un espacio donde cuajar y

esa relación es en sí una abstracción matemática.

Estudiar el elemento perceptivo, el lugar, el espacio mediante herramientas como el mapeo y la entrevista

directa es fundamental pero solo para un aspecto, y ceñirse única y exclusivamente al mismo

consecuentemente lleva a esta geografía a una posición no muy diferente a otras corrientes de corte

burguesa. ¿Cuál es la principal diferencia entre la geografía crítica y la geografía de la percepción? En la

práctica (más allá del planteamiento marxista) se limitan a lo mismo y sus resultados son idénticos.

Es cierto que el enfoque cuantitativo neopositivista induce errores, pero en realidad estos errores vistos

desde los intereses mismos de sus patrocinadores (por ejemplo negar al ser humano) son insignificantes,

por eso siguen siendo de vital importancia en los centros de investigación, buscar revertir este problema a

través de un cambio de tortilla manifiesta un problema tan o más grave, el volverse incompleta en lo

sustancial, lo científico.

La geografía neopositivista niega el elemento humano, pero su interés realmente no es ese, del mismo

modo que un gobierno al pensar en presupuestos y estrategias que busquen fomentar el crecimiento

económico su objetivo no es superar la polarización social eminente y arraigada en el capitalismo. La

geografía radical aquí deja su interés por ser una ciencia geográfica completa estudiando al elemento

humano solo como humano.

Tiene sentido si lo que buscan no es alcanzar la realidad. Y ese es un problema enorme.

3. Por una geografía nomotética

Como en los puntos anteriores, la corriente crítica no pretende esbozar leyes universales, distanciándose

(al unísono de su crítica a la corriente neopositivista) de otras escuelas de pensamiento geográfico. Esto

tiene sentido cuando entendemos que su axioma Mr = f (a,b) se enfoca finalmente en b, siendo b subjetivo

no hay lugar a leyes.

Además de lo ya esbozado, este planteamiento incurre en una serie de problemas filosóficos que no tienen

otra salida más que desechar muchos de sus principios.

Si yo digo que existe una realidad social la que se entiende como parte de una interacción entre sujetos y

espacio, interacción afianzada por los sentidos, evidentemente estoy hablando de un universo dominado

por la percepción.

Empero, asumir que “si b es subjetivo lo objetivo no pueda ser alcanzado” es un argumento falaz de toda

regla. Tal afirmación no tiene fundamento lógico. Yo percibo colores y olores que me pueden disgustar,

pero otra persona tendrá una valoración positiva, ¿eso qué significa? Que en nuestra subjetividad tenemos

diferentes evaluaciones, sin embargo tal subjetividad puede ser explicada sin mayor problema mediante el

método científico, algo que se hace en temas de gustos personales. Creer que un plano subjetivo es similar

a un espacio sin leyes es, nuevamente, asumir una conclusión forzada y carente de sentido. El espacio

social tiene en sí interacciones subjetivas, pero estas en ningún caso pueden negar la existencia de leyes

sociales objetivas, como son las que dominan todo sistema histórico.

El error está en creer que lo subjetivo se mueve un camino completamente diferente a lo objetivo. ¿Existe

la piedra con o sin nuestra percepción y definición? Algunos dicen que sí, otros dicen que no, pero el hecho

es que los atributos de la piedra siguen existiendo sin nuestra existencia, pero claro, la piedra como piedra,

deja de existir, ya que no estamos para definirla como piedra. Lo objetivo sigue existiendo. Lo que cambia

es que ha perdido un elemento que modifica el espacio tiempo con su mera existencia, la humanidad. La

piedra pierde todos los atributos y elementos que con la humanidad poseía, pero sigue teniendo los

atributos que el resto de la realidad le entrega (por ejemplo las mismas plantas y animales), entonces no

es que la realidad subjetiva exista con los humanos y sea diferente a la realidad objetiva, la realidad

subjetiva existe con los humanos pero forma parte de la realidad como un todo, entonces la realidad

subjetiva es parte de la objetividad universal.

Igual a si inicialmente el universo solo concebía el color negro, y de un momento a otro apareció una

partícula blanca. ¿Qué significó este cambio? Que el blanco existe en su contraste con el negro, y el negro

con el blanco. Ambos ahora tienen una existencia asociada a una realidad con otro. El negro, que ya existía,

cambia su esencia con el nacimiento del blanco. El universo completo desde su nacimiento ha cambiado

conforme nuevos elementos han ido naciendo, se ha complejizado, y en ese proceso nosotros aparecimos

para entregar nuestro aporte a esa complejidad: entregamos categorías, definiciones, segmentamos la

realidad y le razonamos un comportamiento lógico. Ciertamente sin nuestra percepción esto no hubiera

sería posible.

Mínimamente si aceptamos que había algo antes de nosotros, no podemos decir que la realidad es

subjetiva, pero asumir que es objetiva no involucra en absoluto negar lo subjetivo en tanto este dependa

de lo objetivo pues nuestra percepción es a la realidad, lo que el punto blanco en el fondo negro universal.

Ambos nacen a la vez. No hay un elemento antes de, o uno después de, el proceso de complejización

universal modifica los elementos continuamente.

En eso consiste el carácter subversivo de la filosofía dialéctica que la geografía crítica olvida.

4. Utilidad social y política de una geografía realmente innovadora y socialmente transformadora

Finalmente, ¿qué utilidad social y política tiene una geografía realmente transformadora?

Sin negar los aportes de la geografía crítica el hecho es que, tras 50 años, poco cambio realmente

transformador hemos percibido. Vuelvo al principal cuestionamiento de los geógrafos neopositivistas

cuando indican que las principales interrogantes que les realizan tampoco han sido respondidos

acertadamente por sus críticos. En la práctica, lo que se observa en todo el mundo es que el capitalismo

ha mantenido su acumulación, la clase trabajadora ha visto muchos de sus derechos estancados o

perdidos, y buena parte de esta se ha entregado a suscrito a otras corrientes de pensamiento de corte

liberal burgués. En sí, el mapear conflictos o elaborar otras contribuciones al campo científico a lo sumo,

ha aportado tanto como el trabajo neopositivista.

Hacer un trabajo equivalente como se ve, no ha llevado a un real cambio, el objetivo debe estar centrado

en superar ese límite filosófico, metodológico y científico que actualmente sigue presente. El hablar de

territorialización o desterritorialización fue algo innovador hace ya décadas, lo que evidencia un claro

estancamiento en la producción de nuevas ideas y un claro apego a principios contradictorios.

Finalmente, el problema real de esta geografía es que es mucho más posmarxista que marxista.

Si descansamos el pensamiento en los principios fundamentales de Marx y Engels obtenemos tres

axiomas:

a) El ciclo de acumulación D-M-D* incluye el espacio como parte esencial para su desarrollo

b) La lucha de clases mantiene una dinámica en un escenario concreto, el espacio

c) Todas las categorías tienen un basamento material y una lectura holística

En otras palabras, podemos decir que todos los sistemas histórico-sociales tienen existen en un tiempo

espacio determinado y mantienen leyes sociales determinadas y concordantes con su propia necesidad.

De ser así, establecer determinismos geográficos es tan errado como lo contrario, porque estos sistemas

en conjunto incluyen tanto el espacio, como el tiempo y la sociedad, lo que lleva aparejado que no se pueda

dar primacía a lo uno sin lo otro. Así como el valor solo puede ser originado en el trabajo humano, la riqueza

y los factores productivos no tienen un origen unidireccional en este, no se puede entonces, asumir un

desarrollo de las fuerzas productivas de la humanidad sin el factor humano como el factor espacio, origen

de la riqueza. Es así como se puede indicar que los egipcios de la antigüedad desarrollaron un sistema

particular de la agricultura no solo por el ingenio humano, la respuesta debe considerar al factor geográfico,

y por ende este espacio estudiado por la geografía crítica es un espacio dominado por leyes sociales

objetivas que no puede ser reducido solo al análisis cualitativo. Es importante entender este planteamiento,

ya que no se trata de quedarse solo en “el espacio es una construcción social; más bien, “el espacio es una

construcción geosocial y está dominado por leyes sociales”, solo viéndolo desde esta orilla es posible

superar de una vez por todas el eterno drama de la geografía como una mera “ciencia secundaria” en auxilio

de otras, como la historia.

En este aspecto, el espacio del norte minero en Chile (por poner un ejemplo general), está construido sobre

dos interacciones que se influencian mutuamente, su realidad natural y su realidad social, caracterizándose

por un continuo conflicto de clases e intereses opuestos que -como bien indican los geógrafos críticos- se

expresan en procesos de territorialización a todo nivel, la diferencia fundamental está en la que estos

procesos sí que se pueden sistematizar empírica y lógicamente y, en consecuencia, se hace necesario

expresarlos y explicarlos cuantitativamente. Chile es un país subdesarrollado cuya economía se basa en la

extracción minera a partir de una inversión que mantiene altos niveles de ganancia gracias a los costos

relativamente bajos mantenidos. Lo cual, a su vez se traduce en: i) un grado mucho mayor de explotación

y generación de plusvalía, ii) un nivel relativamente bajo en la internalización de costos, iii) polarización

socioespacial relativamente elevada en comparación a otros países.

Esto significa que;

Los países con mayor riqueza en recursos naturales tienden a desarrollar economías más

extractivistas y con menor valor agregado

Los países con una economía primo-exportadora y un desarrollo menor mantendrán un grado

mayor de externalización

Se puede establecer una directa relación entre acumulación del capital y cambios en el espacio:

∆𝐾 = ∆ 𝐸𝜔

Con K representando el nivel de acumulación en capital y E como espacio, pero si anterior agregamos que

los cambios en el paisaje también vienen dados por las dinámicas de la sociedad civil SC directa a E (SC es

la dinámica social contraría a K), pero indirecta a K. ω Es la variable que define la proporción del impacto

espacial según las condiciones.

𝜔 = 1𝐾

1𝐸

Donde ω siempre aplica al espacio exterior del sector productivo. Siendo 1K y 1E variables y dependientes

de las condiciones históricas.

Tal que:

∆ 𝐸𝜔 = ∆𝑆𝐶𝑉 + (∆ 𝐾 − ∆ 𝑆𝐶)

Donde;

∆𝐸 ≥ 0

∆ 𝑆𝐶 ≤ ∆ 𝐾∆ 𝑆𝐶 ≥ 0

Podemos establecer que a mayor acumulación e interacción social mayor cambio en el espacio.

Y calculamos en la siguiente función Cn (conflictividad):

𝐶𝑛 = ∫ (𝑤𝑙 ∆ 𝐸𝜔 𝜑)𝑒

𝑇

Donde φ representa la retribución social y e el área específica que estamos analizando.

En otros términos se puede expresar así,

∑ 𝐶𝑛 (𝐼𝑊𝐾 + 𝐼𝐸𝜔 + 𝐼𝜑)

Con IW como el índice de salarios; IEω el índice de acumulación K en el espacio; Iφ es el índice de retribución

social en empleo, espacios sociales y otros beneficios.

• IW se calcula de la siguiente forma:

𝐼𝑊 =

log 𝑊𝐾 − log 100log 𝑊𝑀 − 𝐿𝑜𝑔 100

• IEω tiene la siguiente fórmula:

𝐼Eω =

log 𝐸𝐾 − log 100log 𝐸 − 𝐿𝑜𝑔 100

• Iφ es:

Iφ = ⌈(𝐸𝐾

𝐸𝑇) − (

∇𝐸

𝐸𝑇)⌉ + (∆ 𝑆)

Donde ∆S

∆S = 1 − 𝑋𝑚𝑖𝑛 − 𝑋

𝑋𝑚𝑖𝑛 − 𝑋𝑚𝑎𝑥

Digamos ahora que en una ciudad del norte de Chile (ejemplo hipotético), con 50.000 habitantes tiene la

siguiente situación:

Salarios de media dentro de la empresa de $ 500.000, los ingresos máximos en la ciudad son $

2.500.000

Un territorio de 5000 kilómetros cuadrados, de los cuales, 2000 se utilizan para la acumulación del

capital

El total de la población activa es de 20.000 habitantes, de los cuales 15.000 están trabajando. De

estos solo 5000 trabajan para el gran capital ya que es un sector principalmente automatizado.

Además, 500 trabajadores han perdido su fuente de trabajo y subsistencia tras la instalación de

esta empresa.

Δ S es negativo, o sea solo aporta trabajo y todas las utilidades no terminan retribuidas

socialmente

𝐼𝑊 =

5,7 − 26,3 − 2− =

3,74,3 = 0,86

𝐼Eω =

3,3 − 23,6 − 2−=

1,31,6

= 0,81

Iφ = ⌈(5000

15000) − (

500

15000)⌉ + (0) = 0,33 − 0,033 = 0,297

El cálculo final sería,

𝐶𝑛 = (𝐼𝑊 + 𝐼Eω + Iφ)1

3⁄

Es decir, 0,65.

Si estandarizamos estos datos a nivel de país para el mismo tipo de acumulación en similares condiciones

geográficas podemos concluir con una gráfica como la que sigue.

Es decir, podemos correlacionar datos la tasa de acumulación (representada en la concentración espacial

y en la misma tasa de explotación) con la nula o negativa retribución a nivel espacial y social. En efecto, en

este hipotético ejemplo el cálculo dio un 0,65, pero calibrando de una mejor forma los datos y

especificando correctamente φ podemos tener una cercana comprensión de los conflictos territoriales en

diferentes dimensiones.

Por supuesto, aquí no termina todo, es indispensable utilizar el mapeo, la investigación de campo y terreno,

pero también es indispensable cuantificar lo máximo posible para poder tener un resultado transversal a

todo un sistema como lo es el capitalista.

Con esto, en ningún caso estoy posicionándome del lado de la geografía cuantitativa ya que en dicho caso,

estaría asumiendo que la geografía es una ciencia que estudia al espacio como algo dado y neutro

y no como una construcción social dependiente de leyes sociales, lo que estoy afirmando es que

existen leyes sociales (en nuestro caso que emanan del capitalismo), y estas determinan objetivamente

la construcción social que se da en el espacio, el cual, como tiene una base material, no puede ser

completamente subjetivo, siendo este último, completamente dependiente. En esta situación es

evidente que se requiere de un análisis matemático tal y como se realiza en el resto de las ciencias sociales

desde una visión científico-marxista, donde, incluso en aspectos tan “etéreos” como la historia o

antropología, categorías como los medios de producción, la tasa de acumulación y explotación deben ser

estudiados matemáticamente.

Evidentemente, si solo nos ceñimos a las matemáticas, terminaremos en un formalismo absurdo, pero si

solo utilizamos las opiniones subjetivas, el trabajo tampoco tendrá un mayor valor. Se debe entonces,

converger hacia una síntesis de ambos niveles.