Cognición y Discurso Narrativo

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Constructivismo

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Cognicin y Discurso Narrativo (I Parte)

Cognicin y Discurso Narrativo (I Parte).

La llamada Segunda Revolucin Cognitiva o Revolucin del Significado, se propuso rescatar la dimensin social, el espacio relacional, como preocupacin central de la psicologa y de la ciencia cognitiva, asumiendo que es este mundo interaccional el que lleva a establecer costumbres, tradiciones e instituciones y del que depende, finalmente, la forma caracterstica que tenemos de vivir. Para Jerome Bruner, tambin un actor importante en este intento de reanimar la revolucin original, esta segunda revolucin est inspirada por la conviccin de que el concepto fundamental de la psicologa humana es el de significado y los procesos y transacciones que se dan en la construccin de los significados.[1] Desde esta perspectiva, la forma particular que adopta nuestro vivir humano, depende de los patrones de accin que se legitiman y perpetan en los espacios de interaccin social. Es esta manera organizada de vivir, de relacionarnos unos con otros, que denominamos cultura, la que moldea la vida y la mente humanas, la que confiere significado a la accin situando sus estados intencionales subyacentes en un sistema interpretativo.[2] Cualquier significado que un observador pretenda darle a la conducta humana, al decir y al hacer de un ser humano particular, est siempre enmarcado por la cultura de la cual dicho observador forma parte, cultura que lo ha transformado y que le ha permitido interpretar su entorno del modo particular en que lo hace. En este sentido, Rom Harr y Grant Gillet, sealan que si deseamos entender lo que una persona est haciendo, necesitamos saber lo que una situacin significa para esa persona, no bastando con la mera descripcin de la situacin en s. Por ello, plantean estos autores, en cualquier proyecto de investigacin psicolgica resultan muy importantes los relatos que las personas hacen de sus propias experiencias, los cuales deben ser considerados como la expresin de cmo las cosas son para ese sujeto en particular.[3]

Esta distincin entre descripcin y experiencia, fue abordada en el mbito de la filosofa de la ciencia por el filsofo y fsico terico Norwood Hanson, reconocido por sus trabajos en el mbito de la lgica del descubrimiento e inspirador de algunas de las ideas desarrolladas por Thomas Kuhn. En un claro cuestionamiento a los planteamientos positivistas de la ciencia tradicional, Hanson destaca el rol del sujeto como agente cognitivo.

La visin es una experiencia. Una reaccin de la retina es solamente un estado fsico, una excitacin fotoqumica. Los fisilogos no siempre han apreciado las diferencias existentes entre las experiencias y los estados fsicos. Son las personas las que ven, no sus ojos. Las cmaras fotogrficas y los globos del ojo son ciegos.[4]

En consonancia con los planteamientos de la psicologa cognitiva europea de entreguerra, as como tambin del principio de incertidumbre de Heisenberg y de la distincin de niveles lgicos que hace Bateson entre la forma y la pauta, Hanson reafirma la idea de que no hay observaciones ingenuas, pues toda visin est cargada de teora al estar moldeada por el conocimiento previo que tiene el observador.

La organizacin en s misma no se ve de la misma manera en que se ven las lneas y los colores de un dibujo. En s misma no es una lnea, una forma ni un color. No es un elemento que exista en el campo visual, sino ms bien la manera en que se comprenden los elementos. El argumento no es un detalle ms en un relato, ni la meloda es una nota ms. Y sin la existencia del argumento y la meloda no quedaran unidos los detalles y las notas. (. . .) [la organizacin] proporciona una estructura para las lneas y las formas. Si la organizacin faltara, nos quedaramos nada ms que con una configuracin ininteligible de lneas.[5]

Dado que toda experiencia humana subsume la historia de interacciones de dicho organismo, lo que Dewey distingui como el principio de continuidad de la experiencia, cualquier disciplina cientfica que intente dar cuenta de ella, tendr que considerar el carcter histrico que sta presenta, de manera tal de dotar de validez al quehacer de la disciplina. Lo que en principio toda actividad cientfica pretende, es una explicacin de las observaciones realizadas, su propsito es construir un esquema conceptual en el cual dichas observaciones o distinciones puedan insertarse inteligiblemente en el corpus que fundamenta su prctica. La ciencia cognitiva y la psicologa como disciplina cientfica en particular, ciertamente no son ajenas a esta pretensin, lo que ha llevado a algunos psiclogos a proponer un nuevo enfoque, que constituira genuinamente, segn Harr, una nueva psicologa. Esta nueva mirada, que ha recibido distintas denominaciones, psicologa cultural, psicologa narrativa y psicologa discursiva, tiene como elemento central de su planteamiento la nocin de que la experiencia humana se estructura de un modo narrativo[6], dado que la narracin permite integrar en una unidad significativa, inteligible, los diversos procesos y subprocesos que conforman la historia de interacciones de un organismo.

Si bien la psicologa no es la nica disciplina que en los ltimos aos ha adoptado este enfoque narrativo, en ella, bien puede atribuirse este giro, a la reconsideracin de una antigua idea planteada por uno de sus principales fundadores, como lo fue William James, quien distingui dos tipos de pensamiento humano: el razonamiento y el pensamiento narrativo. Esta idea es retomada por Jerome Bruner al plantear la existencia de dos modalidades de funcionamiento cognitivo que brindan modos caractersticos de ordenar la experiencia y de construir la realidad. Estas diversas maneras de operar cognitivamente, que daran lugar al argumento y al relato, seran complementarias e irreductibles entre s. El argumento, propio del mundo de la ciencia, es resultado de un tipo de pensamiento que Bruner denomina paradigmtico o lgico-cientfico, que se ocupa de causas generales e intenta dar cuenta de verdades empricas. A diferencia de ste, el relato es producido por una modalidad de pensamiento narrativo, el cual se ocupa de las intenciones y acciones humanas y de las vicisitudes y consecuencias que marcan su transcurso[7]. La narracin, trata de situar la experiencia en el tiempo y en el espacio, lo cual tambin la diferencia de la modalidad de pensamiento paradigmtica, que intenta trascender lo particular buscando niveles de abstraccin cada vez ms altos.[8] El modo de pensar paradigmtico, si bien puede resultar muy til en ciertos dominios o mbitos donde se puede reducir la experiencia a un limitado nmero de variables, claramente no resulta del todo adecuada para dar cuenta de fenmenos que requieren una mirada ms amplia, una consideracin del dinamismo y complejidad de la situacin, como es el caso del vivir humano.

La narracin, en tanto acto de contar o referir lo sucedido, es el resultado de una actividad colectiva, donde confluyen una serie de procesos dinmicos que se encuentran en interacciones recursivas unos con otros. De esta manera, el discurso narrativo se constituye en un fenmeno emergente, en tanto resulta de las interacciones de mltiples componentes simples dentro de un sistema. Esta concepcin emergentista, es explicitada por Ricoeur, al plantear que es necesario que las historias narradas emerjan de la imbricacin viva de todas las historias vividas. Para Ricoeur, con la emergencia de la narracin, el sujeto implicado tambin emerge. Narrar, seguir, comprender historias no es ms que la continuacin de estas historias no dichas.[9]

Desde esta perspectiva, la narracin no es slo un medio auxiliar de la experiencia humana, sino que forma parte de la experiencia misma, establecindose entre ellas una relacin de co-dependencia. Para Elinor Ochs[10], un mundo sin narraciones es inimaginable, dado que supone un vivir humano sin historias, sin dramas, sin recuerdos y sin revisiones interpretativas. Al destacar la conversacin, comn y corriente, como la forma ms importante y universal de la narrativa, un mundo sin narrativa sera un mundo sin dilogos, sin la posibilidad de interactuar coordinadamente con otros seres humanos. Un mundo as, resulta no slo inimaginable, sino que tambin absurdo, pues supone una existencia humana sin cultura, sin convivencia social, sin lenguaje, es decir, sin los instrumentos o andamios, en el sentido vygotskiano, que nos permiten llegar a ser los seres humanos que somos.

[1] Bruner, Jerome. 1990. op. cit. p. 47.

[2] Ibd. p. 48.

[3] Harr, Rom. Gillett, Grant. The Discursive Mind. Ed. Sage. California. 1994.

[4] Hanson, Norwood.R. Patterns of discovery: an inquiry into the conceptual foundations of science. Cambridge University Press. 1958. Edicin en espaol: Patrones de descubrimiento: Observacin y explicacin. Alianza Editorial. Madrid. 1977. p. 81.

[5] Ibd. p. 91-92.

[6] Bruner, Jerome. 1990. op. cit. Harr, Rom y Gillet, Grant. 1994. op. cit. Varela, Francisco. 1992. op. cit. White, Michael. Epston, David. Narrative means to therapeutic ends. W. W. Norton and Co., New York. 1990. Edicin en espaol, Medios Narrativos para fines teraputicos. Ed. Paids. Barcelona. 1993.

[7] Bruner, Jerome. Actual Minds, Possible Worlds, Cambridge: Harvard University Press. 1986. Edicin en espaol, Realidad Mental y Mundos Posibles. Ed. Gedisa, Barcelona. 1988. p. 25.

[8] Ibd.

[9] Ricoeur, Paul. Temps et Rcit. Seuil. Paris. 1985. Edicin en espaol, Tiempo y Narracin (Vol. 1). Ed. Siglo XXI. Mxico. 1995. p. 145.

[10] Ochs, Elinor. Narrative. En Van Dijk, Teun A. (ed.) Discourse As Structure and Process. London: Sage Ltd. 1997. Edicin en espaol, El Discurso como Estructura y Proceso. Ed. Gedisa. Barcelona. 2000.Cognicin y Discurso Narrativo (II Parte).

Si bien las formas de narracin oral y escrita son las ms conocidas y tradicionales, tambin se puede entender la expresin corporal y gestual como un medio narrativo. De hecho, el caminar, el vestir y la mirada de una persona, nos pueden contar algo acerca de ella. Ochs, plantea que las representaciones pictricas tambin se podran considerar como narraciones comprimidas, interpretacin que, anlogamente, se puede extender a las obras musicales. En todos estos casos, la narracin no surge de la accin misma ni de la obra, sino que emerge de la interaccin del autor del relato, cuadro o sinfona, con el pblico que lo atiende, configurndose una suerte de coautora, la que resulta muy evidente en las narraciones conversacionales. En este mismo sentido, Ricoeur seala que el texto se hace obra en la interaccin de texto y receptor.Desde un enfoque cognitivo distribuido, es en este carcter interaccional donde debe situarse la discusin acerca del significado o de la semntica del discurso, dado que ste no es un texto hurfano escrito en la pizarra del lgico, como seala Bruner, sino el resultado de una interaccin social. De esta manera, para intentar dar cuenta del discurso, resulta til adoptar la denominada metfora del diseoEn un clsico artculo de 1967, William Labov y Joshua Waletzky, plantean que narraciones como los mitos, cuentos, leyendas e historias, parecen ser el resultado de la combinacin y desarrollo recursivo de estructuras narrativas ms simples o bsicas, que nos remiten finalmente a las versiones orales de las experiencias personales. Para estos autores, considerar el sentido original de estos actos lingsticos cotidianos, es fundamental para comprender las propiedades formales del discurso narrativo y las funciones que ste desempea.

Entendiendo la narrativa como cualquier secuencia de clusulas que contienen al menos una conexin temporal, Labov y Waletzky, sealan que sta desempea dos funciones fundamentales: la referencial, que permite dar cuenta de la secuencia temporal de la experiencia; y la evaluativa, que revela el inters personal de un determinado estmulo en el contexto social en el que la narrativa ocurre. Esta segunda funcin adquiere gran relevancia, pues sin la evaluacin la narracin no estara completa, puede ser considerada vacaLabov, al cumplirse treinta aos de la publicacin de Narrative Analysis, seala que uno de los principales mritos de dicho artculo, fue contribuir a vincular la estructura narrativa como una totalidad con el concepto socioemocional de evaluacin, el cual revela las consecuencias que el evento narrado tiene para las necesidades y deseos humanos.Al realzar el aspecto evaluativo de las narraciones, Labov, les da a stas un profundo carcter cognitivo, al mismo tiempo que insina la dimensin tica que subyace a toda narrativa, dadas las consecuencias que sta tiene en la estructura del vivir cotidiano. La evaluacin, slo es posible en el mbito de la cognicin, pues implica, siguiendo la propuesta de este autor, el uso de la percepcin, de la memoria y el pensamiento para crear mundos posibles, alternativos, de naturaleza mental, que revelan los deseos y emociones de quienes los construyen.

Desde esta perspectiva, las narraciones, en tanto construcciones lingsticas, no slo refieren al mundo, no slo lo describen, como en algn momento se sostuvo, sino que fundamentalmente lo evalan, siendo sta la funcin principal que las narraciones tienen. El narrador que, ingenuamente, slo pretende dar cuenta de un evento o experiencia, no puede evitar, en la medida que va elaborando el relato, que le va dando cierta forma, que lo va estructurando, comenzar a construir un mundo particular donde dicho evento tuvo lugar. Las ideas que el narrador tiene, sus conocimientos, sus intereses, sus preferencias, sus prejuicios, sus gustos, se van plasmando en el lenguaje, no slo no verbal, sino que tambin en el lxico y en las estructuras gramaticales y sintcticas que va utilizando. El verbo que selecciona, de forma ms o menos consciente, para dar cuenta de la accin principal, la repeticin de ciertas ideas y el orden que adoptan los eventos de la historia, dan lugar al devenir de un mundo singular, el mundo que constante y recursivamente construye todo narrador en su vivir cotidiano. Como sealara mile Benveniste, es imposible borrar las huellas o marcas que el sujeto hablante deja en el producto de su habla, el enunciado o emisin.

http://www.clarku.edu/~mbamberg/LabovWaletzky.htm HYPERLINK "http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=15173297" \l "_ftnref3" \o ""

Labov, William y Waletzky, Joshua. Narrative Analysis: Oral versions of personal experience. En J. Helm (ed.). Essays on the Verbal and Visual Arts. Seattle: U. of Washington Press. 1967. p. 12-44. (20/08/07).

http://www.ling.upenn.edu/~wlabov/sfs.html HYPERLINK "http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=15173297" \l "_ftnref4" \o ""

Labov, William. Some Further Steps in Narrative Analysis. The Journal of Narrative and Life History. N 7. 1997. pp. 395-415. (20/08/07).

La psicologa narrativa de cada da.Los relatos e historias se constituyen en medios con los que cuentan las culturas para reinterpretar y reencausar aquellas conductas de sus miembros que son inusuales y que estn fuera de los esquemas o normas que la propia comunidad ha establecido como apropiadas. Las narraciones, se convierten, de este modo, en vnculos entre lo excepcional y lo corriente, transformando los fenmenos extraos o raros, que pueden aparecer como conflictos sociales, en fenmenos comprensibles y viables.

Lo significativo de este recurso narrativo, de esta explicacin que hace a la conducta comprensible, es que slo surge cuando no se cumplen las conductas socialmente esperadas. Esta bsqueda de significado slo emerge en lo excepcional, en lo extraordinario, pues las conductas normales o cannicas se explican a s mismas. As, la forma habitual de proceder, nuestro conocimiento procedural, no necesita de explicaciones y se convierte en la forma adecuada o correcta de comportarse, fundamentndose implcitamente en el contexto en el que tiene lugar la conducta. Por otra parte, las conductas inusuales, poco cannicas, requieren siempre de una explicacin que les d sentido, la cual consiste en una historia o relato que intenta dotar de significado a dicha forma de actuar, hacerla una conducta razonable.

La funcin de la historia es encontrar un estado intencional que mitigue o al menos haga comprensible la desviacin respecto al patrn cultural cannico. Este objetivo es el que presta verosimilitud a una historia. Tambin puede otorgarle una funcin pacificadora.Las narraciones, as entendidas, tienen necesariamente que relacionarse con las costumbres de un pueblo, suponiendo siempre la adopcin de una postura moral. Contar una historia, elaborar un relato, darle sentido a una experiencia, revela siempre las estructuras particulares de los sujetos que la construyen, as como tambin de la cultura de la cual stos forman parte. Es en la conformacin de los esquemas asimiladores de la experiencia, as como tambin en los procesos de acomodacin que hacemos de sta, donde el rol del discurso narrativo se vuelve fundamental y donde, a su vez, destaca el carcter distribuido de esta forma de operar de la cognicin. Como sealara Bartlett, los esquemas cognitivos o marcos, como tambin se les ha llamado, se construyen como resultado de la interaccin social y estn a la base del modo particular en que funciona la memoria de un grupo humano determinado. Las personas creamos comunidades, instituciones, ritos y diversos smbolos, con el propsito de preservar ciertas formas de vivir, ciertas experiencias o situaciones que nos resultan particularmente significativas, todo lo cual se haya razonablemente fundamentado a travs de la construccin de diversos relatos o narraciones, que permiten reconstruir sistemticamente la memoria de dicha comunidad. As, los miembros de un grupo humano particular, no slo comparten recuerdos, en la forma de narraciones, sino que tambin llegan a percibir, pensar y actuar de un modo caracterstico, que revela los esquemas cognitivos bajo los cuales operan. En este sentido, Bruner plantea que la experiencia y la memoria del mundo social estn fuertemente estructuradas no slo por concepciones profundamente internalizadas y narrativizadas de la psicologa popular sino tambin por las instituciones histricamente enraizadas que una cultura elabora para apoyarlas e inculcarlas.El discurso narrativo, se constituye, de esta manera, en un andamio fundamental para el desarrollo de la vida humana, permitiendo superar muchas de las limitaciones que nos impone nuestra estructura biolgica. El lenguaje, en tanto instrumento simblico, como sostena Vygotsky, es una herramienta que cambia fundamentalmente al sujeto que la utiliza, transformando el operar cognitivo de ste y la relacin que establece con su entorno, lo que da lugar a un proceso de cambio recursivo. De este mismo modo, la narracin como instrumento cognitivo, le confiere a los seres humanos algunas capacidades que trascienden su dinmica estrictamente corporal, haciendo posible la emergencia de complejos fenmenos sociales. As, una funcin fundamental del lenguaje, y particularmente de la narracin, corresponde a lo que Andy Clark denomina cambio de espacios, donde el agente que explota estructuras externas de smbolos cambia lo que sera (en el mejor de los casos) un cmputo interno que exigira mucho tiempo y esfuerzo por una representacin adquirida culturalmente.En suma, la inteleccin humana en el sentido especfico de razonamiento en una direccin depende de la manipulacin de ciertas clases de recursos culturales de manera tal que produzcan (descubran, seleccionen) los estmulos ambientales que el organismo necesita para cualquier fin; es una bsqueda de informacin. Y esa bsqueda es tanto ms urgente porque es muy general la informacin intrnsecamente disponible que el organismo tiene de fuentes genticas.La cultura, se constituye, a travs del lenguaje, y especialmente del discurso narrativo, en un medio que permite la creacin y el desarrollo colectivo de mltiples representaciones del mundo que potencian nuestra capacidad de aprendizaje, no slo en forma individual, sino que fundamentalmente de un modo colectivo y altamente distribuido, que hace posible la emergencia de los diversos fenmenos sociales.El aprendizaje social, es decir, los cambios estructurales que se producen en una comunidad como resultado de la integracin de las experiencias de los individuos que la componen, slo es posible en la medida que el lenguaje permite coordinar las acciones que stos desarrollan. Al mismo tiempo, este aprendizaje social, que puede constituirse en un cambio cultural, facilita y moldea la vida de los individuos, reduciendo significativamente el procesamiento de informacin que stos deben realizar para lograr adaptarse a su entorno. Cabe sealar, que este tipo de aprendizaje opera no slo a un nivel macro, como una gran comunidad social, sino que tambin, y fundamentalmente, a un nivel ms micro, como lo es una familia nuclear. En ambos niveles, la narracin es, quizs, el medio que por excelencia sirve para promover dicho aprendizaje, lo que se puede advertir en los cuentos infantiles, en los consejos y sugerencias de los padres, en las conversaciones familiares, en las fbulas, en las novelas y en las pelculas, entre otros.

http://www3.isrl.uiuc.edu/~junwang4/langev/localcopy/pdf/hutchins92alife.pdf HYPERLINK "http://www.blogger.com/post-edit.g?blogID=15173297&postID=7853418044146278690" \l "_ftnref5" \o ""

Hutchins, Edward y Hazlehurst, Brian. Learning in the cultural process. En Artificial Life II. D. Farmer, C. Langton, S. Rasmussen, & C.Taylor Ed. Addison-Wesley. 1991. En (02/01/08).