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ISEDUCACIONALES 13 ALGUNAS REFLEXIONES PARA UN PROYECTO TRANSFORMADOR Autor: Mario Aguilar Arévalo Magister en Educación Coiegio de Profesores de Chile A.G. RESUMEN Plantea la preocupación por la crisis existencial que viven hoy los profesores, pues sien- ten que su trabajo ha perdido sentido, debido al paradigma imperante en la educación chilena, caracterizado por el pragmatismo, el afán economicista y la falta de contenido valórico. Enfatiza la profunda desvalorización de la labor formativa y de desarrollo huma- no en la educación, si bien ésta se declara teóricamente en los textos oficiales. Postula la necesidad de redéfinir un destino para el trabajo docente, relanzando el senti- do y valor de la utopia como un orientador de vida, a través de una visión evolucionada de las mejores aspiraciones que han movido al ser humano a lo largo de la historia. Es urgente volver a dotar de sentido humano la labor docente y recuperar la vitalidad, ener- gía y alegria de vivir. 1.- NUESTRA ASPIRACIÓN, EL SENTIDO DE LO OUE HACEMOS Los profesores y profesoras tenemos en común una aspiración. Aspiramos a cons- truir un futuro en donde el ser humano sea valorado, donde todos tengan iguales de- rechos e iguales oportunidades, donde na- die pueda ser discriminado por razón al- guna; en donde las personas valgan por su calidad humana y por su aporte a la sociedad y no por lo que tienen material- mente; donde existan condiciones socia- les y ambientales que permitan a las per- sonas desarrollar un proyecto de vida con sentido. Hablamos entonces de una socie- dad justa, plural, diversa, sin violencia, sus- tentable; una sociedad que abra el futuro a sus miembros, en donde las personas sientan alegria de vivir y disfruten del res- peto y valoración de los demás. Los que estamos acá no nos sentimos simplemen- te profesores en el sentido laboral, nos sen- timos educadores, que es un concepto que incluye el anterior, y que amplia en mucho el sentido y significado de nuestra labor. 2.- ¿OUE PASA EN LA EDUCACIÓN HOY? Dado el contexto anterior, entendemos que la educación juega un papel esencial en la construcción de esa aspiración. Muchas teorias señalan que la educación tiene una finalidad conservadora y a la vez transformadora; esta paradoja la funda- mentan explicando que el sistema educa-

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ISEDUCACIONALES 13

ALGUNAS REFLEXIONES PARA UNPROYECTO TRANSFORMADOR

Autor: Mario Aguilar ArévaloMagister en Educación

Coiegio de Profesores deChile A.G.

RESUMEN

Plantea la preocupación por la crisis existencial que viven hoy los profesores, pues sien-ten que su trabajo ha perdido sentido, debido al paradigma imperante en la educaciónchilena, caracterizado por el pragmatismo, el afán economicista y la falta de contenidovalórico. Enfatiza la profunda desvalorización de la labor formativa y de desarrollo huma-no en la educación, si bien ésta se declara teóricamente en los textos oficiales.

Postula la necesidad de redéfinir un destino para el trabajo docente, relanzando el senti-do y valor de la utopia como un orientador de vida, a través de una visión evolucionada delas mejores aspiraciones que han movido al ser humano a lo largo de la historia. Esurgente volver a dotar de sentido humano la labor docente y recuperar la vitalidad, ener-gía y alegria de vivir.

1.- NUESTRA ASPIRACIÓN, ELSENTIDO DE LO OUE HACEMOS

Los profesores y profesoras tenemos encomún una aspiración. Aspiramos a cons-truir un futuro en donde el ser humano seavalorado, donde todos tengan iguales de-rechos e iguales oportunidades, donde na-die pueda ser discriminado por razón al-guna; en donde las personas valgan porsu calidad humana y por su aporte a lasociedad y no por lo que tienen material-mente; donde existan condiciones socia-les y ambientales que permitan a las per-sonas desarrollar un proyecto de vida consentido. Hablamos entonces de una socie-dad justa, plural, diversa, sin violencia, sus-tentable; una sociedad que abra el futuroa sus miembros, en donde las personas

sientan alegria de vivir y disfruten del res-peto y valoración de los demás. Los queestamos acá no nos sentimos simplemen-te profesores en el sentido laboral, nos sen-timos educadores, que es un concepto queincluye el anterior, y que amplia en muchoel sentido y significado de nuestra labor.

2.- ¿OUE PASA EN LAEDUCACIÓN HOY?

Dado el contexto anterior, entendemos quela educación juega un papel esencial en laconstrucción de esa aspiración.

Muchas teorias señalan que la educacióntiene una finalidad conservadora y a la veztransformadora; esta paradoja la funda-mentan explicando que el sistema educa-

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tivo debe ayudar a la conservación y pro-longación de aquellos aspectos deseablesde conservar por una sociedad, por ejem-plo una tradición histórica común, patro-nes culturales compartidos, normas deconvivencia, etc. A la vez, señalan que laeducación debe entregar a las personasherramientas para estar en condiciones detransformar en la sociedad aquellos aspec-tos necesarios para su mejoramiento y/oproyección. En teoría eso suena bien; esdifícil rebatirlo.

El problema es que en la mayoría de loscasos, la educación ha tenido un marcadoénfasis sólo en el primer aspecto, es de-cir, su finalidad conservadora o reproduc-tora. Las razones de esto son demasiadocomplejas como para profundizarlas en unescrito de este alcance; pero podemosmencionar que, en general, este hechoestá asociado al tema del poder y a losintereses que se desprenden de eso, esdecir, la experiencia muestra que habitual-mente la educación ha estado al serviciode la reproducción de la situación de po-der imperante. Hay muchos a quienes di-cha situación no preocupa si se trata dereproducir las condiciones de una socie-dad estable y en pleno desarrollo; es algoasí como la idea de que "reproducir algoque funciona bien" sería adecuado: porcierto es bastante discutible esa tesis; peropodríannos, al menos, concederle el reco-nocimiento de que tiene cierta lógica.

Sin embargo, aquellas sociedades o sis-temas que presentan deficiencias impor-tantes, que no han sido capaces de resol-ver sus necesidades fundamentales, o quese encuentran en una etapa de decaden-cia o crisis terminal, la finalidad repro-ductora de la educación no tiene sentidoni destino. Es decir, "reproducir algo queno funciona bien" evidentemente resulta unabsurdo . Sin embargo, parece ser que eneste particular momento histórico (inicios

del siglo XXI) y particular lugar (Chile), eseabsurdo es lo que está aconteciendo. Po-dríamos entregar muchos argumentospara fundamentar esta visión; pero, parano extendernos en demasía, podemosentregar sólo un gran argumento, y es quela visión de la educación sigue fuertemen-te influida por el paradigma racionalista,hijo del positivismo, sistema de pensamien-to hoy fuertemente cuestionado como fun-damento de las Ciencias Sociales; la edu-cación chilena mantiene un claro sellocuantitativo, economicista y casi exclusi-vamente centrado en lo intelectual y esoes, a mi entender una de las causas prin-cipales de la creciente crisis que se vive alinterior de la escuela y del aula.

Esta situación de pérdida de influencia, dedesborde creciente que se vive en el aula,la vive y la sufre fundamentalmente el do-cente.

Por supuesto, surgirá inmediatamente elargumento de que en Chile se ha venidoaplicando una reforma educacional desdehace algunos años; pero evidentementecuando hablamos de una educación quesupere su carácter conservador o repro-ductor, no hablamos de simpjes "aggior-namientos" o modificaciones principalmen-te metodológicas.

Dado todo el contexto anterior, vengo enformular la hipótesis de que el problemaprincipal que afecta hoy a los docentes chi-lenos no es de carácter salarial, laboral niprofesional: el problema esencial que su-fren hoy nuestros colegas es de tipoexistencial. No quiero decir que los otrosproblemas no existan ni que debamos mi-nimizar su importancia; lo que quiero decires que resulta indispensable incorporaresa dimensión en el diagnóstico, discursoy propuestas que tengamos hacia nues-tros colegas. Por cierto, esto tiene una di-ficultad importante, ya que me parece que

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la mayoría de las profesoras y profesoresno tiene una comprensión cabal del fenó-meno, es decir aumenta la depresión, elstress, la ansiedad, etc.; pero no necesa-riamente se tiene claro el origen y causadel problema.

Pido disculpas si soy un poco audaz en miopinión; pero afirmo que la razón funda-mental de esta crisis existencial que vivennuestros colegas, se encuentra en la pér-dida de sentido en su labor, al consolidar-se un tipo de educación pragmática,economicista y vacía de contenido valórico.Hoy se educa para el éxito, para la com-petencia, para la productividad, para elrendimiento; el docente es visto como untecnólogo educativo que se debe remitir aaplicar con eficiencia los programas edu-cativos diseñados desde el poder; a su vezcada vez se presiona más fuertemente alprofesor para una mayor productividad,eso es mayor puntaje en el Simce, PAT,Timss, mayor control disciplinario, excelen-cia pedagógica, etc.. Hay una profundadesvalorización de la labor formativa y dedesarrollo humano; eso es algo que sedeclama teóricamente, pero en la acciónconcreta queda relegado a un segundo,tercero o cuarto plano.

A su vez el deterioro en el medio social escreciente y acelerado, y eso llega a la Es-cuela. Si hay un lugar donde la crisis pro-funda de este sistema se hace evidente,es en la escuela. Los problemas de vio-lencia, drogadicción y alcoholismo, no sonsino la exfiresión de esta cultura materia-lista que rinde culto al éxito económico ydesvaloriza el desarrollo humano, integrale integrador.

Sumemos a ello el individualismo extremoque ha contaminado a toda la sociedad ytambién a nuestros colegas; la vieja soli-daridad de clase ha muerto, tampoco hayidentidad en torno a la profesión, mucho

menos en torno a un territorio común (ve-cinos). Esa falta de pertenencia deja endefinitiva al individuo enfrentando a estasevera crisis bajo una sensación de sole-dad y desamparo.

¿Cómo no va a aumentar la depresión, laansiedad y el stress?

Soy un convencido de que éste es el temade fondo que debemos abordar. A gran-des problemas, grandes respuestas; éstaes una crisis profunda y nos exige respues-tas que vayan a lo profundo, que sepandistinguir primarios de secundarios, que nose pierdan en asuntos irrelevantes comolas pequeñas pugnas o escaramuzas deescaso vuelo en las que a veces nos ve-mos envueltos en la contingencia. El mo-mento nos exige un vuelo mayor y unamirada de un nivel de conciencia superioral promedio.

4.- UN PROYECTOTRANSFORMADOR

Esa es la situación. Pero... ¿Dónde se en-cuentra la respuesta?

No hay que confundirse. La crítica situa-ción descrita anteriormente no' debeenterderse como una visión pesimista onihilista. Como toda situación de crisis elasunto presenta sus dificultades y aspec-tos negativos; pero a la vez implica opor-tunidades y posibilidades evolutivas. Esprecisamente en estos momentos de difi-cultades en que las personas pueden abrirlas cabezas y los espíritus; es a partir dela conciencia que se pueda llegar a tenerdel problema, que pueden surgir nuevasrespuestas; es la comprensión que se daen lo profundo de la persona, la que noslleva a resolver el acertijo.

Lo primero que quiero plantear es que meparece que la respuesta no surge desde

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el campo de las ideas. Esto que digo pue-de resultar un poco chocante para quie-nes hemos sido formados en el campo delracionalismo y de la academia. Si busca-mos solo ahí no encontraremos la respues-ta.Digo que es a partir de experimentar contoda crudeza y sinceridad nuestra situa-ción de vida, que podremos encontrar lasseñales de hacia dónde emprender el rum-bo. Cuando somos capaces de "sentirnos"integralmente, de experimentarnos, depercibir nuestra situación vital, sólo enton-ces surge lo profundo de cada uno.

La depresión no es sino una pérdida de rum-bo, un desvío de dirección. Herodoto de-cía: "todos los vientos son desfavorables aaquel barco que no tiene puerto de desti-no". La única solución al problema actualde la educación y de los educadores es re-definir un destino. Se trata de plantear unare-evolución en la educación, una nuevaaspiración, un nuevo proyecto de futuro quenos mueva hoy. Se trata de relanzar el sen-tido y valor de la utopía como un orientadorde vida, como un referente lanzado hacíael mañana; pero que, a la vez, nos permitedotar de sentido y dirección al hoy.

Pero ello no és posible hacerlo desde losviejos paradigmas. El asunto no se solu-ciona con "aggiornamientos" o modifica-ciones en la externalidad. Lo que se ne-cesita es un nuevo paradigma, una vi-sión evolucionada de as mejores aspira-ciones que han movido al ser humano alo largo de la historia. No son simplemen-te nuevas ideas, se trata de una nueva

sensibilidad que debe expresarse sinpudor y desplegarse con fuerza y con-vicción.

Para ello hay que comenzar por perder eltemor a no ser comprendido. Es necesa-rio que desarrollemos en nosotros la fe enque toda acción que vaya en dirección dela Humanización de la educación, es tam-bién una siembra para transformar estemomento oscuro y difícil que vive la hu-manidad y que, por cierto, también nosafecta como sociedad y como individuos.En tal sentido es que parece ser necesa-rio reforzar las propias convicciones y tra-bajar con ahínco por construir una nuevaeducación que sea capaz de romper conlas concepciones economicistas que hoynos rigen y avanzar hacia la construcciónde una educación verdaderamente al ser-vicio del desarrollo humano integral. Ya haymuchas idea innovadoras dando vuelta, escreciente el numero de educadores y es-tudiosos que trabajan por generar nuevoscaminos, cada vez se generan más ámbi-tos de discusión y reflexión frente a estanecesidad; todo ello da cuenta de una sen-sibilidad que crece, aún no es masiva, peroestá en rápida expansión.

Reforzar esta dirección transformadora dela educación, es hoy una tarea de enormeproyección. Y, además de ser una contri-bución concreta para enfrentar este com-plejo momento que vive la sociedad, estambién una manera de volver a dotar desentido humano a nuestra labor docente yrecuperar nuestra vitalidad, energía y ale-gría de vivir.