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Controversia ¿RE-INTELECCION DE LOS MEDIOS? Apuntes acerca del último libro de los MA TTELAR T N JESÚS MARTIN - BARBERO o se trata de un viaje sino de un libro. Pero esta vez no se trata solo de un nuevo libro sino de un libro nuevo1 en el que Armand y Michele Mattelart hacen y rehacen de alguna manera la trayectoria de sus modos de pensar la comunicación. Pues al repensar la historia de la investigación de comunicación en Francia nos dan acceso a la historia de su propio itinerario. Itinerario del que Amé- rica Latina y los avatares del pensar la comunicación desde aquí forman parte no solo como etapa de un pasado sino como horizonte y referencia actual. Aun cuando escrito desde Francia se trata de un libro cargado de preocupacio- nes y sentires en profunda cercanía a este mundo nuestro latinoamericano. Es más, me atrevería a decir que la lectura efectuada sobre el proceso francés pone a flote contradic- ciones que solo miradas en alguna forma desde aquí se ha- cen visibles e inteligibles en la profundidad de carga que en verdad contienen. EL RETORNO DE A. y M. MATTELART L o que hace nuevo a ese libro no son los temas de que trata. En su mayoría estos temas, como la situación de la investigación de la comunicación en Francia o el nuevo sentido del proceso de trasnacionalización, ya ha- bían sido abordados por Armand en otros libro2; también la relación comunicación/cultura y la imbricación entre relato masivo y tiempo femenino habían sido trabajados por Michele en textos anteriores3. Lo nuevo es la clave global de lectura: las articulaciones que establece; una atención constante a las ambivalencias y paradojas del mo- vimiento que descoloca y reubica los problemas, y el to- no de la escritura: un discurso de talante filosófico que nos habla secretamente de que las ambivalencias de los proce- Garcia Candini en la entrevista de este número cues- tiona la compartamentalización de cultura, cultura popular y cultura de los medios y esboza los proble- mas que plantea la tradicional miopía de no recono- cer la universalización y ubicuidad de la cultura de masas. Martínez-Barbero, a propósito de Penser les medias de Armand y Michele Mattelart, retoma el problema levantado por García Candini, En este breve pero denso ensayo, Martínez analiza las conse- cuencias de la redifinición de las relaciones entre la élite intelectual y la cultura masiva. El análisis sigue el entrecruzamiento de dos coordenadas: la emer- gencia de una nueva matriz conceptual y la lógica nueva del actor mundial, esto es, de las transnacio- nales. En la nueva matriz, los medios masivos no son vistos como instrumento de poder, sino como fuerzas en el campo de las relaciones de poder; no son vistos como simple tecnología buena para ser utilizada, si- no como modos de articulación entre grupos y sec- tores sociales; en la nueva matriz, el sujeto-pueblo retorna con fuerza, el placer popular se revela distin- to de la tradición estética y reta a la moral de la dis- ciplina y el deber. El actor transnacional queda ins- crito en el corazón mismo del debate Estado nacio- nal-sociedad civil. La nueva tecnología, que no es solo instrumento sino símbolo de un cambio de sen- tido de la historicidad, fortifica el Estado en cuanto controlador y lo debilita en cuanto socializador. Aunque el ensayo de Martínez-Barbero por referir- se a un libro espeso deje cabos sin atar y apenas deli- nee sus implicaciones, resultará estimulante para quienes creen que la teoría ilumina y moldea la pra- xis. Su utilidad será mayor si logra remitir a la lectu- ra misma del texto de los Mattelart como lo hace el ensayista: desde un ubi latinoamericano. .controversia I 17

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L JESÚS MARTIN - BARBERO Apuntes acerca del último libro de los MA TTELAR T .controversia I 17 EL RETORNO DE A. y M. MATTELART

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Controversia

¿RE-INTELECCION

DE LOS MEDIOS?

Apuntes acerca del último libro de los MA TTELAR T

N

JESÚS MARTIN - BARBERO

o se trata de un viaje sino de un libro. Pero esta vezno se trata solo de un nuevo libro sino de un libronuevo1 en el que Armand y Michele Mattelart hacen

y rehacen de alguna manera la trayectoria de sus modos depensar la comunicación. Pues al repensar la historia de lainvestigación de comunicación en Francia nos dan accesoa la historia de su propio itinerario. Itinerario del que Amé-rica Latina y los avatares del pensar la comunicación desdeaquí forman parte no solo como etapa de un pasado sinocomo horizonte y referencia actual. Aun cuando escritodesde Francia se trata de un libro cargado de preocupacio-nes y sentires en profunda cercanía a este mundo nuestrolatinoamericano. Es más, me atrevería a decir que la lecturaefectuada sobre el proceso francés pone a flote contradic-ciones que solo miradas en alguna forma desde aquí se ha-cen visibles e inteligibles en la profundidad de carga que enverdad contienen.

EL RETORNO DE A. y M. MATTELART

Lo que hace nuevo a ese libro no son los temas de quetrata. En su mayoría estos temas, como la situaciónde la investigación de la comunicación en Francia o

el nuevo sentido del proceso de trasnacionalización, ya ha-bían sido abordados por Armand en otros libro2; tambiénla relación comunicación/cultura y la imbricación entrerelato masivo y tiempo femenino habían sido trabajadospor Michele en textos anteriores3. Lo nuevo es la claveglobal de lectura: las articulaciones que establece; unaatención constante a las ambivalencias y paradojas del mo-vimiento que descoloca y reubica los problemas, y el to-no de la escritura: un discurso de talante filosófico que noshabla secretamente de que las ambivalencias de los proce-

Garcia Candini en la entrevista de este número cues-tiona la compartamentalización de cultura, culturapopular y cultura de los medios y esboza los proble-mas que plantea la tradicional miopía de no recono-cer la universalización y ubicuidad de la cultura demasas. Martínez-Barbero, a propósito de Penser lesmedias de Armand y Michele Mattelart, retoma elproblema levantado por García Candini, En estebreve pero denso ensayo, Martínez analiza las conse-cuencias de la redifinición de las relaciones entre laélite intelectual y la cultura masiva. El análisis sigueel entrecruzamiento de dos coordenadas: la emer-gencia de una nueva matriz conceptual y la lógicanueva del actor mundial, esto es, de las transnacio-nales. En la nueva matriz, los medios masivos no sonvistos como instrumento de poder, sino como fuerzasen el campo de las relaciones de poder; no son vistoscomo simple tecnología buena para ser utilizada, si-no como modos de articulación entre grupos y sec-tores sociales; en la nueva matriz, el sujeto-puebloretorna con fuerza, el placer popular se revela distin-to de la tradición estética y reta a la moral de la dis-ciplina y el deber. El actor transnacional queda ins-crito en el corazón mismo del debate Estado nacio-nal-sociedad civil. La nueva tecnología, que no essolo instrumento sino símbolo de un cambio de sen-tido de la historicidad, fortifica el Estado en cuantocontrolador y lo debilita en cuanto socializador.Aunque el ensayo de Martínez-Barbero por referir-se a un libro espeso deje cabos sin atar y apenas deli-nee sus implicaciones, resultará estimulante paraquienes creen que la teoría ilumina y moldea la pra-xis. Su utilidad será mayor si logra remitir a la lectu-ra misma del texto de los Mattelart como lo hace elensayista: desde un ubi latinoamericano.

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sos necesitan ser pensadas hoy desde la ambigüedad profun-da de lo social-histórico tanto o más que desde la dialécti-ca de las contradicciones.

DOS EJES SOBRE UN FONDO

Los ejes, cruzados permanentemente, articulan la re-flexión: las nuevas lógicas del actor mundial y laemergencia de una nueva matriz conceptual. Pero al

fondo de todo el recorrido una cuestión acosa: la redefini-ción de las relaciones entre intelectuales y cultura masiva.

Lo que principalmente determinóla indiferencia de las élites hacia la culturade masas fue su obstinada idea de cultura.

Porque la historia de la comunicación masiva como campode investigación es, fuera de los Estados Unidos, la de unatortuosa y dolorosa conquista de su legitimidad como obje-to de estudio. Legitimidad negada durante largos años, yno solo en Francia, merced a la "indiferencia elitista" ya la negación de la izquierda a pensar ese campo en mododiferente al de ocasión y pretexto para denunciar las mani-pulaciones del Sistema. Y lo que en mayor medida justifi-có la indiferencia o el rechazo fue sin duda una obstinada yútil idea de cultura que al demarcar las legitimidades otor-gaba a los intelectuales (de derecha y de izquierda) underecho divino sobre la cultura. Pienso en lo que la "asimi-lación" de esa idea y su funcionamiento en América Latinatiene de peculiar, y constato que al etnocentrismo de clasedesde el que la intelectualidad europea ha mirado la culturade masa, las élites latinoamericanas le han cargado de unadoble esquizofrenia. Frente al intelectual francés y su distan-

cia de unos medios masivos cuyo modelo cultural ha sidoa su manera, esto es como aspiración y no pocas veces inclu-so como inspiración, el modelo culto es decir el ideal euro-peo de cultura, en América Latina la distancia se convir-tió en esquizofrenia al ser ejercida sobre unos medios masi-vos cuyo discurso cultural responde —salvo en el caso dela prensa "seria"— al modelo norteamericano, por una inte-lectualidad en su mayoría "ilustrada" a la europea. Al im-perialismo cultural norteamericano nuestras élites han res-pondido demasiadas veces con un reflejo / complejo cultu-ral de europeos, solo coloreado a ratos por un populismoindigenista más apoyado en la nostalgia que en la historia.Las cosas parecen estar cambiando en los últimos años.En el caso de Francia el acercamiento de los intelectualesa los medios aparece siendo en buena medida un "efectoperverso" de la crisis teórica que consuma al éxito logradopor las lógicas instrumentales. En América Latina parece-ría que ese acercamiento tiene que ver más con la crisispolítica que, destruyendo viejas seguridades y abriendo nue-vas brechas, está llevando a las izquierdas a re-conocer laverdad cultural de estos países. Pero queda aún no poco deaquella esquizofrenia, pues la distancia prepotente o vergon-zante sigue estando ahí, opaca y ciega en su imposibilidadde asumirse a sí misma como problema. Y es que en el cli-ma mental que produce la dependencia es aún mucho máscierto aquello que dijo Braudel: " ¡las ideas son cárcelesde larga duración!"

UNA NUEVA MATRIZ CULTURAL

Dfecto pero también causa, la nueva relación con lacultura masiva se produce y hace emerger una nuevamatriz conceptual que "negándose a abordar el cam-

po de la mediación masiva como mero instrumento del po-der lo aborda como campo de relaciones de poder, y seniega a mirar el modo de comunicación como un montónde simples técnicas comprendiéndolo como un conjuntode prácticas sociales, esto es, un modo de articulación entregrupos y sectores sociales" (p. 114). Lo cual implica "supe-rar" aquel modo lineal de pensar que, al mismo tiempo

La afirmación de Braundel: "Las ideas soncárceles de larga duración" es mucho más

cierta para el clima mental queproduce la dependencia.

equiparaba comunicación a transmisión de información ypensaba al poder localizado y ejerciéndose desde un solopunto de la sociedad, un poder exterior para el que latécnica —los medios— no podía ser sino instrumento, apa-ratos. Esa nueva matriz se hace operante en la ligaduraepistemológica que anuda el redescubrimiento de la socie-dad civil en las relaciones de poder —el paso del lenguajede "los aparatos de estado" al de la hegemonía— al recono-cimiento de las diferencias, que es ante todo reconocimien-to del estatuto específico de lo cultural y lo simbólico, ya la nueva representación de la técnica, esto es de la partede lo social representado en el artefacto.

,/ controversia

EL SUJETO-PUEBLO

Desde el otro lado, la nueva matriz conceptual es aque-lla que hace perceptible, en el plano teórico, el retor-no del sujeto y en particular del sujeto-pueblo.

De la rehabilitación del sujeto habla "la vasta interrogaciónsobre el rol de la sociedad civil en la construcción cotidia-

La importancia dada a lo local cuando latransnacionalización de la economía

desposesiona a los actores nacionales debuena parte de su capacidad de decisión,

no deja de ser sospechosa.

na de la democracia" y la redeflnición de la relación Esta-do/ciudadano en la reconstrucción del tejido político. Yde eso mismo habla la rehabilitación de lo cotidiano —delo vivido corno lugar donde se negocia cotidianamente larelación del sujeto con el poder y lo institucional— y delo local, esto es de "los espacios de proximidad", de los lu-gares en que se hace efectiva la especificidad, la diferencia.

Pero, atención. Porque, faltas de una distancia episte-mológica, crítica, esas rehabilitaciones pueden conducir—como lo están haciendo ya— a un narcisismo del sujetoy a una autonomización de la resistencia que las convierteen agenciadoras de sentimientos tranquilizadores. Así, laimportancia otorgada a lo local, justo en los años en que latransnacionalización de la economía desposesiona a losactores nacionales de buena parte de su capacidad de de-cisión, no deja de ser sospechosa.

Porque si puede haber, y lo hay, en la reivindicaciónde lo local un cuestionamiento del modelo mismo dehesarrrollo al que obedecen los planes nacionales, también escierto que descontextualizada de los retos-macro de la pro-ducción económica esa reivindicación deriva ineludiblemen-te hacia una pseudoautonomía de lo cultural en la que laculturización de lo político tiene como costo la despoliti-zación de lo económico. Paradojas de lo local, que se hacenvisibles también desde otros lados: los gestos —y hasta losgritos— de la retórica nacionalista resultan no poco renta-bles para empresas privadas en reconquista del mercado in-terior, o los contrabandos del más torpe patrioterismo quese cuelan entre los pliegues de algunas "nuevas" proclamasde independencia.

La aproximación propuesta en el libro al sujeto-pueblo resultará para más de un lector oscura y hasta escan-dalosa: el placer popular como revelación. ¿Revelación dequé? De la fuerza social de otras formas culturales distin-tas a las legitimadas por la tradición estética, y revelacióntambién de todo lo que un modelo de análisis de los me-dios, cortado de la dinámica cultural que se produce en losusos sociales, nos ha impedido mirar y comprender. "Aldescubrir el placer ordinario, la teoría crítica puede comen-zar a explorar en definitiva la verdadera naturaleza delentorno cultural de la mass-mediación" (p. 141). ¿Cómo,se preguntan los autores, ese aspecto esencial de la realidadha podido ser tan completamente ignorado? Pregunta que

no queda respondida con las consabidas acusaciones a 1¡derecha elitista pues en las izquierdas hay "una herenci;que ha consagrado el divorcio entre cultura militante e ide¡de placer" con la que es necesario también hacer ajuste d<cuentas. Una herencia que al exaltar la moral del esfuerzcha declarado sospechoso el placer, y al rendir culto al didactismo ha hecho de los medios meros instrumentos diacción pedagógica.

Al descubrir el placer, la teoría crítica puedeexplorar en definitiva la verdadera naturaleza

del entorno cultural de la mass-mediación.

Con la cuestión del placer popular emerge en la cultura la presencia de lógicas diferentes y de tiempos específíeos. Así esa temporalidad femenina de la repetición y 1circularidad que se reencontraría en los encadenamientos ;las cadencias de sentido que despliegan los largos relatomelodramáticos con su entrega cotidiana, sus esterotipiay sus ritmos de espera. Lo que no significa en modo alguníque las industrias culturales se hayan reconciliado con lademandas populares, sino que diferentes demandas simbclicas atraviesan la producción masiva; significa más biei"la necesidad de una lectura que dé cuenta del aspectialienado y de una lectura que dé cuenta también del aspeeto alternativo, positivo, de resistencia a la concepción hegemónica del tiempo, que es un tiempo productivista1

(p. 146). Doble lectura que al valorar el placer popular esta la vez desenmascarando su represión y permitiendo pensasus potencialidades subversivas.

• controversia / I

EL ACTOR TRANSNACIONAL UNA CULTURA DE MASAS INTERPELANTE

Alas transformaciones que introduce el actor trasna-cional, el libro propone varias aproximaciones, perohay una que me parece clave para la reflexión latinoa-

mericana: ¿qué es lo que está en juego en la crisis del Es-tado-nacional? Allí donde la reflexión crítica no supo vercon frecuencia sino un proceso de reorganización, de diso-lución de los compartimientos nacionales y concentracióndel poder económico, los autores des-cubren todo un cam-bio en el sentido de la historicidad. Y ello mediante la pues-ta en marcha de una racionalidad política nueva. Una racio-nalidad que tiene como trama una tramposa oposición en-tre sociedad civil y estado: a un Estado maléfico y abstrac-to, divorciado de la sociedad —del que se olvida su origensocial— se le opone una sociedad civil identificada con losintereses privados, que tendría en el mercado su mejorexpresión y que estaría conformada por la comunidadconcreta de individuos con iniciativa. El proceso media-

Es el tiempo de la producción transnacional.Un tiempo en que el Estado debe redefinir

sus funciones en términos no ya degarante de la nacionalidad, sino de gerentede las demandas e intereses trasnacionales.

dor de la trasnacionalización estaría así situado al interior:en esa desocialización del Estado que legitima la disoluciónde lo público, su privatización. De ahí a hacernos ver en latransnacionalización el dinamismo fundamental que, consu capacidad de adaptación y de renovación tecnológica,permite a los "pueblos" salir de la crisis —generar los em-pleos con futuro, reconvertirse industrialmente— el saltoes lógico. Y aun para esta América Latina atrapada en unadeuda externa que la asfixia y subdesarrolla día a día, lasalida pasaría por ahí: por superar los desfasados dispositi-vos político-jurídicos de la soberanía nacional para adecuar-se "al tiempo de la producción trasnacional" (p. 183). Untiempo en que el Estado debe redefinir sus funciones entérminos ya no de garante de la nacionalidad sino de gerentede las demandas y los intereses trasnacionales, adoptandopara ello un nuevo lenguaje, el de administrador, el delmarketing, que es el que corresponde a su nuevo lugar en ladescentralización de la gestión del actor mundial. Mientrastanto el sector privado tiende a inspirarse y a asumir comosuyos las finalidades y el lenguaje del sector público: se"socializan" las demandas y se unlversalizan, estandarizán-dolas, las normas. Que es el sentido mismo de la historici-dad lo que está ahí en juego lo demuestra la desterritoriali-zación y la recomposición de las identidades colectivas queel proceso trasnacionalizador está ya produciendo. Y en elque las nuevas tecnologías de comunicación tienen un pa-pel no solo difusor: ellas constituyen un dispositivo estruc-turante en la redefinición y remodelación del Estado. Me-diante una lógica paradójica: las nuevas tecnologías hacenfuerte a un Estado al que refuerzan en sus aparatos de con-trol mientras lo tornan débil al desligarlo de sus funcionespúblicas delegándolas en el sector privado.

La reflexión de A. y M. Mattelart no termina sin em-bargo ahí. La puesta en guardia contra la tramposaidea de una crisis del Estado en la que pueden conver-

ger y reconocerse perversamente ciertas ideas de la izquier-da sobre la "necesaria" desaparición del Estado, no impidevalorar hoy más que nunca los intercambios directos desociedad civil a sociedad civil, de pueblo a pueblo, como losque ya empiezan a producirse entre ciertos movimientossociales. Esos movimientos en los que buena parte de loselementos que configuran la nueva matriz conceptual es-tán ya a la obra, operantes. Tanto en el cuestionamientodel pensar lineal como en la reformulación del espacio delo político y en la reapropiación de una identidad socialque pasa decisivamente por la asunción de la identidad cul-tural, por la reconquista de la subjetividad en la cultura.

Al final del libro hay un reencuentro con la "expe-riencia chilena", con ese país donde los Mattelart aprendie-ron que "lo que separaba los textos de los clásicos marxis-tas de la realidad vivida por el pueblo era el hecho de quebajo las formas más variadas la cultura de masa interpelabaincesantemente a ese pueblo" (p. 246). Una cultura de ma-sa convertida en elemento de la cultura cotidiana de unasociedad moderna, o sea en la que buena parte de lo quelastró al proyecto socialista fueron las contradicciones"entre los análisis políticos de los dirigentes y los intelec-tuales que hablan de la alienación y la experiencia subjeti-va de los consumidores", y la distancia "entre el trabajode lectura ideológica y la construcción de las alternativas"(p. 248). Quizás ahora se entienda mejor el sentido delprimer subtítulo que puse a mi lectura.

NOTAS

1. Penser les medias, Ed. La decouverte, París, 1986.2. Technologie, culture & communication, La documentation

francaise, París, 1982, escrito en colaboración con Y. Stourd-zé. También La culture contre la democratie?, Ed. La Decou-verte, París, 1983, en colaboración X. Delcourt y M. Mattelart.

3. Mujeres e industrias culturales, Ed. Anagrama, Barcelona,1982; y la IV parte en La culture contie la demociatie,titulada "Quels programmes pour quel intemationalisation ?".

JESÚS MARTIN-BARBERO, español, residen-te en Cali, Colombia, donde es profesor de laUniversidad del Valle. Ha publicado desde1981 ocho estudios en revistas como Tarea(Lima), Comunicación, Cambio Social (UN'AM,México) Proposta (Rio de Janeiro), UNESCO(Roma), etc. Entre sus libros cabe mencionarComunicación masiva: discurso y poder (CIES-PAL, 1978), Comunicación educativa y didác-tica audiovisual (SENA, 19 79) y De los mediosa las mediaciones (Gustavo Gilí, 1978).

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