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Las nuevas exigencias de competitividad internacional, junto al enfoque relativo a la descentralización, han incrementado la impor- tancia de la innovación y el desarrollo tecnológico tanto en el ámbito ECONOMÍA INDUSTRIAL N. o 338 • 2001 / II 157 Cooperación en investigación y desarrollo en las empresas industriales andaluzas nacional, como regional (1). La literatura neoclásica asumió que el crecimiento de la productividad de los factores estaba causado por un cambio técnico exóge- no, y tal como afirma Freeman (1982), el estudio sistemático de la innovación tecnológica como parte esencial de la evolución económica se aborda con mucho retraso. De hecho, no fue hasta la publicación de los trabajos de Abramo- vitz (1956) y Solow (1957), cuando se puso de manifiesto que el progreso téc- nico era responsable en gran medida del crecimiento. A lo largo de la literatura económica se apuntan, al menos, tres factores básicos que influyen sobre el crecimiento econó- mico de un país, región o empresa. En concreto, se apunta hacia la acumulación del capital físico, tanto público o privado; al aumento y mejora de la calidad del capital humano; y por último al desarro- llo tecnológico (Romer 1986, 1990, Lucas 1988, Barro 1990, Grossman y Helpman 1991, Aghion y Howitt 1992). Además, como es conocido, la innovación afecta de manera significativa a la competitivi- dad internacional de un país, región o empresa. Por lo tanto, no es de extrañar la gran cantidad de estudios teóricos y empíricos que han analizado diferentes aspectos de la innovación (2). Nuestra visión de la tecnología se encua- dra dentro de la denominada Teoría del cambio técnico inducido, que considera endógena a la tecnología, e intenta expli- car la aparición de innovaciones por medio de factores económicos (3). Para esta teoría, la empresa posee la capaci- dad de obtener y generar los conoci- mientos necesarios para desarrollar pro- RAFAEL AGUADO CORREA Facultad de Ciencias Empresariales. Universidad de Huelva.

COOPERACIÓN EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO …...La importancia de la tecnología viene confirmada por la utilización de una gran variedad de instrumentos, en la forma de políticas

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Las nuevas exigencias de competitividad internacional, junto alenfoque relativo a la descentralización, han incrementado la impor-tancia de la innovación y el desarrollo tecnológico tanto en el ámbito

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Cooperaciónen investigación

y desarrolloen las empresas

industrialesandaluzas

nacional, como regional (1). La literaturaneoclásica asumió que el crecimiento dela productividad de los factores estabacausado por un cambio técnico exóge-no, y tal como afirma Freeman (1982), el estudio sistemático de la innovacióntecnológica como parte esencial de laevolución económica se aborda conmucho retraso. De hecho, no fue hasta lapublicación de los trabajos de Abramo-vitz (1956) y Solow (1957), cuando sepuso de manifiesto que el progreso téc-nico era responsable en gran medida delcrecimiento.

A lo largo de la literatura económica seapuntan, al menos, tres factores básicosque influyen sobre el crecimiento econó-mico de un país, región o empresa. Enconcreto, se apunta hacia la acumulacióndel capital físico, tanto público o privado;al aumento y mejora de la calidad delcapital humano; y por último al desarro-llo tecnológico (Romer 1986, 1990, Lucas1988, Barro 1990, Grossman y Helpman1991, Aghion y Howitt 1992). Además,como es conocido, la innovación afectade manera significativa a la competitivi-dad internacional de un país, región o

empresa. Por lo tanto, no es de extrañarla gran cantidad de estudios teóricos yempíricos que han analizado diferentesaspectos de la innovación (2).

Nuestra visión de la tecnología se encua-dra dentro de la denominada Teoría delcambio técnico inducido, que consideraendógena a la tecnología, e intenta expli-car la aparición de innovaciones pormedio de factores económicos (3). Paraesta teoría, la empresa posee la capaci-dad de obtener y generar los conoci-mientos necesarios para desarrollar pro-

RAFAEL AGUADO CORREAFacultad de Ciencias Empresariales. Universidad de Huelva.

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cesos productivos, modificarlos, asícomo, de concebir nuevos procesos yproductos (4). Sin embargo, la presenciade externalidades, incertidumbre y otrosfactores, tiende a desincentivar las activi-dades tecnológicas de las empresas (5).

La importancia de la tecnología vieneconfirmada por la utilización de una granvariedad de instrumentos, en la forma depolíticas industrial y/o tecnológica, porparte de las autoridades públicas. Todoello, partiendo de la base de que la polí-tica tecnológica es necesaria para lograrque la sociedad alcance el nivel óptimoen la asignación de recursos para la gene-ración de tecnología (6).

La justificación económica clásica del por-qué los gobiernos están o deberían estarinvolucrados en la difusión de tecnología,se ha basado en la existencia de fallos delmercado. Fallos que se amplifican, debi-do al tamaño o a los requisitos del volu-men de producción. Las empresas y demanera especial las pequeñas, puedenestar en desventaja debido a su debilidaden la organización y en el desarrollo delos recursos humanos y/o las capacidadesdirectivas. Desventajas que se traducenen dificultades para acceder a la informa-ción sobre desarrollos tecnológicos ynuevas tecnologías. Pero existen otrasrazones para la intervención política, nosreferimos a la debilidad de las relacionese interacciones entre los diferentes agen-tes de los sistemas de innovación.

Una de las políticas que ha recibido unaconsiderable atención en los últimos diezo quince años, especialmente en el ámbi-to de la Unión Europea (7), es la relativaa fomentar los acuerdos cooperativos, almenos en la etapa de investigación(ESPRIT, RACE, BRITE, BRIDGE) (Cecchi-ni 1988, Jorde y Teece 1989 a, 1989 b,1990, Jacquemin 1988). A partir de ladécada de los 80, las colaboraciones enI+D han probado ser un medio atractivopara las empresas de cara a lograr nuevosy mejores productos y procesos.

Las empresas colaboran con otras empre-sas e institutos de investigación en ordena innovar en productos y procesos. Aun-que las colaboraciones entre las empresasya han sido investigadas en detalle (8), anuestro entender la cooperación en I+D

no está del todo bien comprendida. Laliteratura discute las diferentes formas delas colaboraciones entre socios industria-les, pero dice poco sobre las dificultadesprácticas que los socios encuentran a lahora de llevar a cabo los proyectos coo-perativos en I+D.

La cooperación en I+D es percibida comoun medio de superar los problemas ante-riormente mencionados, al disminuir laincertidumbre mediante el reparto delriesgo y mejorar la competitividad. Ade-más, las actividades de I+D suelen pre-sentar economías de escala, por lo que através de la cooperación las empresaspueden alcanzar el tamaño requeridopara beneficiarse de ellas. También esimportante resaltar, que las empresascomprometidas en un acuerdo de I+Dcooperativo, generalmente ponen encomún tecnología y know-how (9), demanera que la cooperación puede ser unelemento muy importante a la hora deaumentar la difusión de la tecnología y delas innovaciones. No obstante tambiénexiste una disminución de los efectosbeneficiosos en el caso de que la coope-ración se extienda a la etapa de produc-ción. No obstante, Jorde y Teece (1989a)y Shapiro y Willig (1990) apoyan un tra-tamiento favorable de la cooperación enI+D y producción.

Jacquemin (1990) (10) afirma que la coo-peración empresarial puede ser escasa enesferas donde tal comportamiento podríaproducir resultados socialmente desea-bles. Una de estas esferas la constituye laI+D, en la que los acuerdos cooperativospueden internalizar externalidades crea-das por la difusión gratuita de la I+D,limitar el derroche de recursos por dupli-cación, y proporcionar una forma máseficiente de compartir información. Todoesto hace que Jacquemin destaque laimportancia de una política de la compe-tencia pragmática, con una mayor trans-parencia y unos compromisos más explí-citos para aumentar la credibilidad deésta.

Desde la perspectiva de la ley de defensade la competencia, los políticos europeosjustifican su ajuste en favor de la coope-ración en el terreno de la investigación ydesarrollo, mencionando entre otras razo-nes, la de proporcionar una herramienta

adicional a las empresas nacionales parafortalecer su competitividad. Entre losargumentos justificativos de una aplica-ción menos estricta de la ley están, laposibilidad y en cierta medida la creen-cia, de que la cooperación en I+D pudie-ra ayudar a las empresas a restaurar y/oaumentar su competitividad, lo quepodría permitirles enfrentarse mejor a lapresión competitiva extranjera. Este trata-miento favorable, también se fundamentaen: la posibilidad de que la cooperaciónen I+D consiga innovaciones más rápidasy más baratas gracias a la internalizaciónde los spillovers tecnológicos; que permi-ta compartir los costes y riesgos de laI+D; que se alcancen las sinergias de losactivos y las capacidades y; una mayordifusión de las innovaciones.

Puesta de manifiesto la importancia quese le atribuye al fomento de los acuerdosde cooperación, en el siguiente epígrafeabordamos el estudio del fenómeno de lacooperación en investigación y desarrollotecnológico en el ámbito de las empresas.

Cooperación en I+D:Marco teórico e hipótesis

El tema de la cooperación empresarial seha tratado desde diferentes perspectivas:Organización Industrial, Economía de losCostes de Transacción (examinando larelación entre las transacciones y laforma que adopta la organización), Teo-ría de Organización, Teoría de Juegos yel enfoque de la Dirección Estratégicaque examina el diseño de formas híbri-das, la selección de los socios, la nego-ciación de los acuerdos y la gestión delas colaboraciones.

Un enfoque integrador de las perspecti-vas de la Teoría de la Organización y laEconomía de los Costes de Transacción,lo encontramos en Narula y Dunning(1997) (11). En este trabajo, Narula yDunning investigan el fuerte incrementode los acuerdos de cooperación en I+Dinternacionales. En su estudio identificancinco «motivos» por los que las empresasson cada vez más propensas a cooperaren I+D. El primero de ellos, lo asocian alaumento de los acuerdos de cooperación

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en todas las economías industrializadas.Como segundo motivo o factor, sugierenel aspecto estratégico de estas alianzas, yno sólo el motivo de minimización de loscostes de transacción. El tercero de losmotivos, se refiere al objetivo por partede las empresas de conseguir acceso alos mercados y/o superar los cuellos debotella en la oferta. El cuarto, provienede la necesidad de hacer frente a losdesarrollos tecnológicos y a la globaliza-ción. Y el quinto y último, se refiere alpropósito de mejorar y proteger los acti-vos de las empresas participantes.

En un posterior estudio de los acuerdoscontenidos en el CATI (Co-operativeAgreements and Technology Indicators)Narula (1998) (12), siguiendo a Hagedo-orn (1993), Dunning (1993) y Glaister yBuckley (1996), resume los motivos paraemprender acuerdos de cooperación enI+D en: (a) mejorar la apropiabilidad dela innovación, (b) mejorar el acceso a losmercados, (c) convertirse en competitivaso bloquear la competencia, (d) reducirlos costes y riegos de la actividad inno-vadora y (e) adquirir activos complemen-tarios.

De estos cinco motivos, Narula subraya alos motivos (d) y (e) como los másimportantes debido al fenómeno de laglobalización, y al motivo (c) debido alcada vez mayor apertura de los merca-dos. Respecto de las empresas europeas,Narula llega a la conclusión de que éstasutilizan con asiduidad los acuerdos decooperación, para acceder a recursos queno les sería posible adquirir fácilmentepor sí mismas. Estos recursos, pueden serespecíficos a la empresa, a una localiza-ción, o a los sistemas nacionales de inno-vación de una región o un país. También,observó que las empresas preferían comosocio al líder del mercado o en tecnolo-gía, sin tener en cuenta su localización, osu nacionalidad. Asimismo, dado elaumento de la fertilización cruzada en elámbito de las tecnologías, las empresasprefieren colaborar a desarrollar unaespecialización simultánea en varias tec-nologías aparentemente no relacionadas.Un segundo aspecto de la cooperación,proviene del hecho de que las empresassimplemente, pueden formar alianzaspara neutralizar a un competidor.

Para Horton y Richey(1997) (13) elincentivo que tiene una empresa paraabordar una colaboración está relaciona-do con varios factores que afectan a laactitud de las empresas frente a la cola-boración, entre éstos podemos incluir sutamaño, capacidad de adquisición de losrecursos necesarios, capacidad de ges-tión y si la alianza implicase la utilizaciónde know-how valioso. Respecto de lasPymes, Contractor y Lorange (1988) (14)señalan que habitualmente las pequeñasempresas dedican grandes cantidades derecursos al desarrollo de nuevas tecnolo-gías, pero fracasan en la aplicación delos recursos necesarios para difundirlasde manera apropiada. En tales circuns-tancias, las empresas pequeñas colabo-ran con empresas mayores con vistas aobtener acceso al mercado y/o adquirirlos activos necesarios (Osborn y Baughn,1990) (15).

De la revisión de la literatura sobre coo-peración empresarial en materia de inves-tigación y desarrollo tecnológico, nosplanteamos contrastar las siguientes hipó-tesis en el ámbito de las empresas indus-triales andaluzas:

Primera, que la cooperación en I+D seve influenciada (16) positivamente por eltamaño de la empresa (Killing (1983),Hagedoorn y Schakenraad (1994) y Cas-siman y Veugelers (1998)) (17).

Segunda, la creciente complejidad tecno-lógica de algunos sectores industrialesimpulsa a las empresas a establecer acuer-dos de cooperación para hacer frente aésta (Mariti y Smiley (1983), Porter y Fuller(1986), Link y Bauer (1989), Mowery yRosegger (1989), Freeman (1991), Mytelka(1991), Ciborra (1991), Teece (1992),Hagerdoon (1989, 1992, 1993), Tyler y Ste-ensma (1995), Miyata (1996), Katz y Mar-tin (1997), Odarigi et al. (1997), Sakakiba-ra (1997)) (18).

Tercera, que tal como afirman Smith,Dickson y Smith (1991) y Kleinknecht yReijnen (1992) (19) la presencia de undepartamento de I+D facilita la coopera-ción en I+D.

Cuarta, que la existencia de financiaciónpública (Kleinknecht y Reijnen (1992))favorecen el comportamiento cooperati-vo en materia de I+D.

Quinta, las empresas con menor poten-cial innovador serán más propensas acelebrar acuerdos de cooperación en I+Dcon el objetivo de bien cubrir esa caren-cia, o bien, alcanzar el potencial necesa-rio para llevar a cabo actividades de I+D(Mariti y Smiley (1983), Porter y Fuller(1986), Link y Tassey (1989), Mowery yRosenberg (1989), Hagerdoon (1989,1992,1993), Tyler y Steensma (1995),Miyata (1996), Katz y Martin (1997), Oda-rigi et al. (1997), Sakakibara (1997a), Cas-siman y Veugelers (1998)).

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Sexta, las empresas que tengan entre susobjetivos la renovación, ya sea total o par-cial, de sus productos o procesos estaránmás dispuestas a cooperar en I+D (Link yBauer (1989), Mowery (1989), Hagerdoon(1989,1992, 1993), Sakakibara (1997a)).

Cooperación en I+D yempresas industrialesandaluzas:Análisis empírico

Podríamos describir al sector industrialandaluz (20) como un sector con bajonivel tecnológico, desarticulado sectorialy territorialmente y con una especializa-ción en sectores que generan escasovalor añadido, sobresaliendo especial-mente la rama de Alimentos, bebidas ytabaco (41,2% del VAB en 1994) seguidapor la de minerales metálicos, mineralesy productos no metálicos y el sector dematerial de transporte. Respecto a laestructura empresarial, el sector industrialandaluz se caracteriza por un predominiode empresas pequeñas (el 95% tienemenos de 20 trabajadores), principalmen-te ligadas al mercado local, que utilizanmétodos de producción y gestión muytradicionales (21).

En relación a las actividades de I+D, que-remos destacar en primer lugar, que en elámbito andaluz existe un desequilibro encuanto a la participación de los diferentesagentes implicados en las actividades deI+D, con un predominio del sector públi-co y una minoritaria participación de lasempresas, particularmente las empresaspertenecientes a los sectores de mayorpeso en la economía regional. En cuantoa la I+D realizada por el sector público,ésta se orienta fundamentalmente hacia lainvestigación básica, con un considerablepeso de los proyectos y grupos relacio-nados con las áreas agroalimentarias yciencias de la vida y, en menor medida,con las ciencias sociales. Es decir, seconstata una escasa presencia de lasáreas más tecnológicas. Respecto de laI+D empresarial, ésta se realiza funda-mentalmente por un conjunto de empre-sas de gran tamaño, encuadradas princi-palmente en el sector industrial,

básicamente en el sector de química bási-ca, material de transporte y material eléc-trico y electrónico, con una participaciónmuy elevada de empresas multinaciona-les (Acosta y Coronado(1992), Palma et al(1992), Durán, (1999)).

En cuanto al objeto de nuestro trabajo,generalmente el análisis de las colabora-ciones entre empresas se ha realizado uti-lizando estudios, así como, literaturasobre tales colaboraciones. Un ejemplode esta literatura lo constituyen, las revi-siones de periódicos y artículos periodís-ticos, libros especializados y revistas, asícomo, directorios industriales. Este méto-do, sin embargo, puede dar sólo una aus-tera indicación del número y crecimientode los diferentes tipos de alianzas. Unpaso adelante en tales estudios lo consti-tuye, el Co-operative Agreements andTechnology Indicators (CATI). El CATI esuna base de datos desarrollada por elMaastricht Economic Research Instituteon Innovation and Technology (MERIT),que contiene información sobre casi13.000 acuerdos cooperativos que involu-cran a más de 6.000 empresas.

Otros trabajos se han basado en los datosobtenidos a través de encuestas remitidasa las empresas (22), o en fuentes de datosoficiales (23). Para el caso español, el tra-bajo realizado por Huerta et al. (1999)(24) utiliza los datos de la Encuesta sobreactividades en investigación científica y

desarrollo tecnológico de 1996 elaboradapor el INE. Estos autores trabajan condatos al nivel de empresa, contando coninformación de 1.653 empresas manufac-tureras españolas, de las cuales un45,19% participaron en el periodo 1994-1996 en acuerdos de cooperación en I+D.En otro trabajo sobre las empresas manu-facturas españolas, Cassiman (1999) (25)utiliza la misma fuente de datos, perosólo pudo trabajar con información agre-gada al nivel de industria.

El estudio del fenómeno de la coopera-ción en I+D en el ámbito de las empresasindustriales andaluzas nos plantea unaprimera cuestión, la muestra poblacional.Hemos creído conveniente la considera-ción de las empresas que presentarancierta potencialidad tecnológica, o enotras palabras, empresas innovadoras ensentido amplio. Es decir, aquellas queparticipan, de un modo u otro, en los pro-cesos de generación de recursos tecnoló-gicos, y logran así una cualificación quelas distingue de las que simplemente sonusuarias de tecnologías. Al igual quePomares (1998) (26) utilizaremos el censode empresas del Inventario de RecursosTecnológicos de Andalucía (IRTA) del Ins-tituto de Fomento de Andalucía, en nues-tro caso actualizado para el año 1997. Elcenso del IRTA (27), está compuesto por830 empresas industriales distribuidas ennueve sectores: Agroalimentario; Cons-trucción, Vidrio y Cerámica; Electricidad;Electrónica e Informática; Metalmecánica;Minas y Energía; Papel y Celulosa; Quími-ca Básica; Textil y Plásticos.

Para obtener los datos requeridos, se ela-boró un cuestionario con las variablesque se consideraron importantes a lahora de explicar la conducta empresarialde cara a la innovación. El método derecogida de datos utilizado consistió en elenvío de un cuestionario mediante correoordinario. En dicho envío se incluía unacarta de presentación, en la que se expli-caba los objetivos de la investigación y lautilización de los datos únicamente parafines académicos. Dicho cuestionario fueverificado mediante un sondeo piloto afin de determinar los posibles errores yproceder a su corrección. Una vez valida-do el cuestionario, se realizó el primerenvío en el mes de diciembre de 1997(28). Este primer envío fue seguido de un

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segundo y tercero, durante los meses defebrero y abril de 1998.

Respecto a los resultados obtenidos, de lapoblación (830 empresas) hemos conse-guido 110 respuestas. Si consideramos ladistribución de las respuestas como refle-jo de un conjunto de decisiones aleatoriasentre los encuestados para proporcionaro no sus datos, o también por responderde forma afirmativa o negativa a una seriede comportamientos, entonces el errorobtenido para la totalidad de la muestraes del Å7,3 %, con un nivel de confianzadel 95% (29). Estos valores se han obte-nido considerando válidas únicamente a99 de las 110 encuestas recibidas (30).

Dado que nuestro índice de respuesta noes muy alto, la muestra obtenida podríaser considerada como poco representati-va del «comportamiento tecnológico» delas empresas industriales andaluzas. Anteeste inconveniente hemos acudimos altrabajo de Fonfría (1998) (31) basado enla encuesta realizada por el Instituto deAnálisis Industrial y Financiero (32) de laUniversidad Complutense de Madriddurante el año 1995. Esta información sebasa en una encuesta enviada a lasempresas que participaron entre 1984 y1994 en proyectos financiados por elCentro para el Desarrollo TecnológicoIndustrial (CDTI). La muestra se circuns-cribe a empresas que han percibido ayu-das del CDTI para la realización de pro-yectos de innovación, de I+D y degeneración de tecnología (33). Esto impli-ca que no sea una muestra aleatoriatomada del universo de empresas espa-ñolas, sino que esté predeterminada yrecoja empresas con una característicadada a priori: son empresas cuya orienta-ción hacia la innovación tecnológica esevidente, por lo que se consideranempresas innovadoras (34).

En su trabajo, Fonfría tiene en cuenta seiscaracterísticas de la innovación: las basesdel conocimiento de las empresas, suesfuerzo innovador (financiero y en per-sonal), el origen de las tecnologías deproceso y de producto que utilizan lasempresas, la colaboración con otrosagentes en las actividades innovadoras, laorientación y objetivos de las actividadesinnovadoras y las formas de protección yapropiación de los resultados de la inno-

vación. Sobre estas características, Fonfríarealiza un análisis factorial para cada unade ellas. De la comparación de los resul-tados obtenidos por Fonfría y los resul-tantes de nuestra investigación, hemospodido comprobar que el comportamien-to de una y otra muestra no difiere signi-ficativamente respecto de las anteriorescaracterísticas de la innovación (35).

Variables

Las variables consideradas a la hora decontrastar las anteriores hipótesis son:

Cooperación en I+D: la variable depen-diente es una variable dicotómica quetoma valor 1 si la empresa ha cooperadoen I+D y valor 0 si no lo ha hecho.

Tamaño: hemos creado cuatro variablesdummies representando a cuatro tramosde tamaño: en la variable Tamaño 1 esta-rán las empresas de más de 249 emplea-dos; en la variable Tamaño 2 las empre-sas con un número de empleados queoscila entre 101 y 249; en la variableTamaño 3 las empresas con 50 a 101empleados y en la variable Tamaño 4 lasempresas de menos de 50 empleados.

Exportaciones: se ha dividido el por-centaje de exportaciones sobre la factura-ción en cuatro estratos (0-10%; 11-25%;26-50%; 51-100%), de los cuales, hemosincluido dos.

Intensidad tecnológica. Se han creadotres variables dummies: Alta intensidad,Media Intensidad y Baja intensidad quetoman valor 1 si la empresa pertenece aun sector que puede ser considerado encada una de esas tres categorías y 0 enotro caso. La asignación de las activida-des industriales en industrias de Alta,Media o Baja intensidad tecnológica se hahecho tomando como referencia la clasi-ficación de la OCDE.

Potencial innovador: de entre las distin-tas variables que pueden medir el esfuer-zo en innovación (gasto, personal, etc.)hemos incluido en el análisis la variableque indica la existencia de un departa-mento de I+D. Además la existencia deeste departamento fue uno de los factoresque influía positivamente en la participa-ción en acuerdos de cooperación.

Experiencia en otros tipos de coope-ración: considerando que gran parte dela literatura de dirección estratégica, seña-la a la experiencia y la confianza en elsocio como factores que facilitan la reali-zación de acuerdos de cooperación,hemos incluido cuatro variables dicotó-micas que indican si la empresa colaboraen los ámbitos de la Producción, Distri-bución, Marketing y Asistencia.

Capital extranjero y grupos empresa-riales: la presencia de capital extranjeroen el capital social de las empresas, esconsiderada como un factor favorecedorde la realización de actividades de I+DTpor parte de éstas. En cuanto a la perte-nencia a grupos empresariales, la literatu-ra ha detectado que existe una difusiónde conocimientos tecnológicos entre lasdistintas unidades de negocio del grupo,y en especial desde la unidad matrizhacia las filiales (36). La variable Grupoindica si la empresa forma parte de algúngrupo empresarial, mientras que la varia-ble Capital Extranjero señala la presenciade este en el capital social.

Ayudas: la literatura identifica la precep-ción de ayudas como uno de los motivospara celebrar acuerdos de cooperación.En concreto, hemos preguntado a lasempresas si reciben alguna clase de ayu-das (37) por la participación en los acuer-dos de cooperación.

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Capacidad: de los acuerdos estudiados alo largo de la literatura, se pone de mani-fiesto que los socios esperan la aptitud decada uno de ellos a la hora de llevar abuen término el proyecto conjunto. Tam-bién existe otra relación entre la falta decapacidad y la participación en proyectosconjuntos de I+D, nos referimos al objeti-vo de conseguir o paliar esa falta decapacidad tecnológica. Hemos incluidolas variables relativas a la realización enpocas ocasiones o la ausencia de realiza-ción de actividades de I+D, diseño deproductos e ingeniería de producción y laque indica si la empresa realiza investiga-ción aplicada.

Actitud hacia la innovación: hemosrecogido la previsión de las empresas encuanto a la realización de innovacionestanto de producto como de proceso en elfuturo inmediato (próximos 5 años).

Modelo y resultados

Es conocida la existencia de varios mode-los para dar una explicación a los fenó-menos con dos posibles atributos. Entreestos modelos se encuentran el modelolineal de probabilidad, el modelo logit yel probit. El objetivo de tales modelos escalcular el valor estimado de los paráme-tros que miden el efecto de cada variableexplicativa sobre la variable dependiente(cooperación en I+D).

En el caso que nos ocupa, una muestrapequeña, y debido a que las distribucio-nes normal y logística están muy próxi-mas entre sí, los resultados obtenidos conlos modelos logit y probit serán muysemejantes. En cuanto a los parámetroside ambos modelos, hay que decir que noson directamente comparables. Para pro-ceder a su comparación Amemiya(1981)(38) aconseja multiplicar los estimadoslogit por 0,625 en lugar de √3/π.

Hemos optado (39) por aplicar un mode-lo probit a la muestra de 99 empresas, losresultados obtenidos se muestran en latabla 1.

Respecto a las hipótesis planteadas losresultados contenidos en la tabla 1 nospermiten:

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Constante............................................. -5.596733 1.518129 -3.686599 0.0002Capital extranjero................................. 2.812415 1.187064 2.369218 0.0178Pertenencia grupo ................................ -0.752982 0.704776 -1.068400 0.2853Tamaño 101-249 ................................. -1.161112 0.985784 -1.177856 0.2389Tamaño >– 250 ...................................... -2.254057 1.091276 -2.065524 0.0389Exportaciones 11-25% facturación......... -1.546462 0.722768 -2.139638 0.0324Exportaciones 26-50% facturación......... 0.511138 0.715081 0.714797 0.4747Innovación proceso próximos 5 años ..... 0.627571 0.746834 0.840308 0.4007Oportunidad tecnológica alta................ 1.277764 0.645558 1.979318 0.0478Oportunidad tecnológica media ............ 0.308492 0.605495 0.509488 0.6104Productos nuevos próximos 5 años ........ -0.182805 0.629637 -0.290334 0.7716Investigación aplicada .......................... 1.659654 0.654010 2.537657 0.0112Departamento investigación .................. 2.007222 0.768663 2.611316 0.0090Actividades de I+D poco frecuentes ....... 2.237987 1.007263 2.221851 0.0263No realiza actividades de I+D............... 0.773715 0.752185 1.028623 0.3037Recibe ayudas...................................... 1.401236 0.615554 2.276381 0.0228Actividades de diseño poco frecuentes ... -0.355833 1.059572 -0.335828 0.7370No realiza actividades de diseño .......... 0.691421 0.710341 0.973365 0.3304Actividades de ingenieríapoco frecuentes .................................... 0.809992 0.785117 1.031684 0.3022No realiza actividades de ingeniería ..... 0.969940 0.659269 1.471234 0.1412Coopera en producción ........................ 2.108447 0.694814 3.034549 0.0024Coopera en distribución........................ 0.646835 0.535391 1.208154 0.2270Coopera en marketing .......................... -0.803101 0.753829 -1.065362 0.2867Coopera en asistencia .......................... 0.883749 0.655874 1.347438 0.1778Criterio de Información Akaike.............. 1.062157 Criterio de Schwarz 1.649820Log likelihood....................................... -28.98352 Criterio de Hannan-Quinn1.299700Restr. log likelihood .............................. -66.02035 Avg. log likelihood -0.301912Estadístico LR (21df) ............................. 74.07366 R2 de McFadden 0.560991Probabilidad (estadístico LR) ................. 7.70E-08Obs con Dep=0.................................... 54

Total observaciones 99Obs con Dep=1.................................... 45

CUADRO 1RESULTADOS DEL MODELO PROBIT

Variable Coeficiente Error Estadístico-z Probabilidadestándar

P (Dep = 1) < = C .............................. 46 8 54P(Dep=1)>C....................................... 8 37 45Total .................................................. 54 45 99Correctos........................................... 46 37 83% Correctos ....................................... 85.18 82.22 83.84% Incorrectos ..................................... 14.82 17.78 16.16

CUADRO 2EVALUACIÓN DE LAS PREDICCIONES

PUNTO DE CORTE = 0.5

Dep. = 0 Dep = 1 Total

FUENTE: Elaboración propia.

FUENTE: Elaboración propia.

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■ Evidenciar que la variable correspon-diente a las empresas de más de 249empleados ha resultado significativa,pero presenta signo negativo. Este resul-tado esta en línea con los obtenidos porPisano(1990) (40). Sin embargo, los resul-tados obtenidos por Huerta et al. (1999) apartir de los datos de la encuesta sobreactividades en investigación científica ydesarrollo tecnológico de 1996, muestrancomo el tamaño de la empresa influyepositivamente sobre la propensión a coo-perar en I+D (empresas con más de 249trabajadores). Por lo tanto, de nuevo losresultados obtenidos con las variablesrelativas al tamaño de la empresa soncontradictorios. En este caso la explica-ción podría venir de las distintas distribu-ciones de tamaños de las dos muestras,de hecho, la muestra del INE recogeprincipalmente a las grandes empresas,mientras que el sector industrial andaluzse caracteriza por la presencia mayoritariade empresas pequeñas.

■ En cuanto a la actividad exportadora,se piensa que el contacto con empresasextranjeras puede facilitar la búsqueda desocios tecnológicos, por lo que las empre-sas con más intensidad exportadora, pue-den ser más propensas a establecer acuer-dos de cooperación en I+D. De las dosintensidades introducidas, sólo el expor-tar entre el 11 y el 25% de su facturaciónresultó significativa, pero el signo no es elesperado. La variable que representa elexportar entre el 26 y el 50% de la factu-ración no resultó significativa, pero si pre-senta el signo esperado. Parece por lotanto, que las empresas que exportan másde un cuarto de su facturación presentacierta propensión a cooperar en I+D. Cas-siman (1999) y Huerta et al. (1999) afir-man que parece existir una relación posi-tiva entre la intensidad exportadora y laprobabilidad de participar en al menos unacuerdo de cooperación.

■ También se ha argumentado que lasindustrias intensivas en I+D, enfrentadasa una cierta complejidad tecnológica,podrían presentar un entrono favorablepara la cooperación en I+D. Para medirdicha intensidad hemos utilizado la clasi-ficación de la OCDE. De las dos clasifica-ciones introducidas, al igual que en el tra-bajo de Huerta et al (1999) resultósignificativa la variable que indicaba una

alta intensidad tecnológica. Este resultadoapunta hacia el hecho de que la gran can-tidad de recursos necesarios, tanto finan-cieros como técnicos, pueda ser un moti-vo lo suficientemente importante para quelas empresas acometan un proyecto con-junto.

■ Con referencia a la presencia de undepartamento de I+D, se puede observarque la variable que señala su existencia essignificativa. Este hecho enlaza con laidea sobre la existencia de redes persona-les informales entre los científicos y losingenieros de los diferentes departamen-tos de I+D como elemento clave en elestablecimiento de las relaciones de cola-boración. También, la presencia de undepartamento de investigación y desarro-llo significa que la empresa lleva a cabocierta actividad de I+D, y que ésta no esalgo ocasional. Esto último, podría signifi-car que la empresa en cuestión tiene cier-ta capacidad para que el proyecto con-junto alcance los objetivos propuestos.

■ La percepción de ayudas representadapor la variable Ayudas resultó significati-va y positiva, por lo que podría intuirseun efecto positivo de éstas sobre la pro-pensión a cooperar.

■ De las variables representativas de lageneración de tecnología, únicamenteresultó significativa la realización de acti-vidades de I+D de manera poco frecuen-

te. Este resultado podría estar relacionadocon el argumento de que la cooperaciónen I+D es un medio para solventar lacarencia de capacidades a la hora de rea-lizar innovaciones. En este mismo aparta-do la realización de investigación aplica-da resultó significativa. Estos dosresultados parecen apuntar a que eldepartamento de I+D esta enfocado haciala investigación aplicada.

■ La presencia de la variable indicativade la existencia de acuerdos de coopera-ción nos hace pensar que la participaciónen estos acuerdos favorece la coopera-ción en I+D desde dos vertientes. Unaprimera que hace referencia a la acumu-lación de experiencia, en cuanto a la ges-tión de proyectos conjuntos. Y unasegunda que se refiere a trasladar hasta lafase de mercado los posibles resultadosde la cooperación en I+D, es decir, inten-tar aprovechar de manera conjunta lo quese consiguió en la cooperación en I+D.De las variables incluidas sólo resultó sig-nificativa la cooperación en el ámbito dela producción. Si esta cooperación enproducción se realiza con el mismo sociocon el que se coopera en I+D estaríamosen la segunda de las vertientes.

■ Por último, el que la empresa esté par-ticipada por capital extranjero resultó sig-nificativa. Este resultado nos hace pensaren la transferencia de tecnología desde laposible matriz, o en la participación de laempresa en proyectos de cooperación enel ámbito internacional.

A modo de resumen, de los datos obteni-dos parece intuirse que en el ámbitoandaluz, al igual que en el ámbito nacio-nal las empresas que pertenecen a secto-res de mayor intensidad y complejidadtecnológica son más propensas a coope-rar en I+D, al igual que las de mayorintensidad exportadora. También hemosobtenido evidencia sobre un efecto nega-tivo del tamaño de las empresas en laparticipación en acuerdos de coopera-ción. Asimismo, tanto la presencia decapital extranjero en el accionariado,como la percepción de ayudas favorecenla cooperación en I+D. De igual modo seevidencia que la existencia de un depar-tamento de I+D fomenta la cooperación.El tamaño de la muestra nos impide irmás alla y controlar todos los efectos

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industria. Además, nuestro trabajo no dis-tingue si la cooperación se realiza entreempresas del mismo sector o empresasde diferentes sectores. En futuras investi-gaciones, sería interesante intentar con-trolar los efectos industria así como lacooperación horizontal y vertical.

Notas

(1) Los efectos combinados de la globaliza-ción y desregulación de la economía mundialy el cada vez menor poder de los estadosnacionales, debido al traslado de autoridad aorganizaciones supra-nacionales han produci-do un aumento de la necesidad, por parte delas empresas, de establecer una microregula-ción organizacional con el fin de mejorar lacapacidad de control sobre la complejidad einseguridad crecientes en la cada vez máscompetitiva economía mundial. Una de estasregulaciones la constituye la cooperaciónentre empresas. (2) En el caso español hemos de destacar lostrabajos de Mikel Buesa y José Molero.(3) Schmookler, J. (1966): Invention and Eco-nomic Growth, Harvard University Press,Cambridge (Mass); Schmookler, J. (1972): «TheSize of Firm and the Growth of Knowledge»,en Schmookler, J. (1972): Patents, Innovationand Economic Change, Harvard UniversityPress, Cambridge (Mass).(4) Rosenberg, N.(1982): Inside the Black Box:Technology and Economics, Cambridge Uni-versity Press, Cambridge; Rosenberg, N.(1990): «Why do firms do basic research (withtheir own money)?», Research Policy, vol. 19,pp. 165-74.(5) Arrow, K.J.(1962): «The economic implica-tions of learning by doing», Review of Econo-mics Studies, 29, pp. 155-73; Nelson, R. y Win-ter, S.(1982): An Evolutionary Theory ofEconomic Change, Harvard University Press,Cambridge (Mass).(6) Sánchez (1999), en su artículo sobre Polí-tica Tecnológica para sectores tradicionales,destaca entre sus conclusiones la necesidadde una política tecnológica especifica para lossectores tradicionales de nuestra economía.Esta necesidad proviene del hecho, de que esmuy difícil que las fuerzas de mercado, por sísolas, posibiliten el desarrollo tecnológico queestos sectores precisan. En esta misma líneade argumentación, también considera que lapolítica de «café para todos» en el ámbito de lapolítica tecnológica es un gran error, ya quelas acciones tendrían que ser especificas paralos distintos supuestos y sectores. Y en cuan-to a la promoción de las alianzas y acuerdos,considera que, la promoción de alianzas y

acuerdos entre empresas e institucionesdocentes e investigadores de carácter secto-rial, puede ser una medida adecuada. Sán-chez, P. (1999): «Política tecnológica para sec-tores tradicionales: lecciones de los EstadosUnidos», Papeles de Economía Española, nº 81,pp. 242-59.(7) Para un estudio sobre la influencia de laintegración europea y la celebración de acuer-dos de I+D cooperativos entre empresas euro-peas, vease Narula, R. (1998): «Strategic tech-nology alliances by European firms since 1980:questioning integration?», MERIT WorkingPaper Series 98-09. En el contexto español, eltrabajo de Martín y Sanz (1999) pone de mani-fiesto que la distribución de la financiación dela política tecnológica europea se orientahacia la ampliación de las actividades investi-gadores y tecnológicas de las empresas que,no sólo cuentan con unas condiciones máspropicias para llevar a cabo actividades deI+D, sino que, las realizan con más intensidad.Y en base a esto, sospechan que este enfoquede la política implica el apoyo a proyectosque aun sin disponer de financiación pública,se hubieran realizado. Martín, C. y Sanz, I.(1999): «La política tecnológica europea y lasempresas industriales españolas», Papeles deEconomía Española, nº 81, pp. 260-73.(8) En el contexto internacional Contractor yLorange (1988): Cooperative Strategies InInternational Business. Lexington Books,Lexington, Massachusetts; Harrigan (1985):Strategies for Joint Ventures. Lexington Books,Lexington, Massachusetts; Porter, M. y Fuller,M.B. (1986): «Coaliciones y estrategia global»,Información Comercial Española, Junio, 1988,pp. 101-20.(9) La relación entre los diferentes flujos deconocimiento (spillovers) y la cooperación, es

compleja. En un entorno de apropiabilidadimperfecta del conocimiento, la cooperaciónpuede llegar a ser un medio de internalizar elefecto de las transferencias involuntarias. Almismo tiempo, las empresas que cooperaninvertirán más en la protección de su conoci-miento. Este hecho incrementa la estabilidadde la cooperación en I+D mediante la reduc-ción de los incentivos para un comportamien-to oportunista por parte de los socios y de lasempresas ajenas al acuerdo de cooperación.Además, la cooperación puede ser un instru-mento para gestionar mejor la transferenciadel conocimiento entre los socios y de los spi-llovers externos. Los resultados empíricossugieren que respecto a la difusión es necesa-rio distinguir entre los internos y los externos(Katsoulacos, Y. y Ulph, D. (1998): «Endoge-nous Spillovers and the Performance of Rese-arch Joint Ventures», Journal of Industrial Eco-nomics, vol. XLVI, nº 3, pp. 333-58. Doz, Y. yHamel, G. (1997): «The Use of alliances inimplementing technology strategies», en Tus-hman, M. y Anderson, P. (eds.)(1997): Mana-ging Strategic Innovation and Change, OxfordUniversity Press, Oxford, pp. 556-80; Cassi-man, B., Veugelers, R. (1998): «R&D coopera-tion and spillovers: some empirical evidence»,Universitat Pompeu Fabra, Documento de tra-bajo 328.).(10) Jacquemin, A.(1990): «ComportamientoColusivo, I+D y Política Europea», en Vives, X.y Gual, J.(dir.) (1990): Concentración Empre-sarial y Competitividad: España en la C.E.E.,Ariel, Barcelona, pp.132-57.(11) Narula, R. y Dunning, J. (1997) Explai-ning International R&D Alliances and the Roleof Governments, MERIT Working Paper Series97-011. Vease también Narula, R. y Hagedo-orn, J.(1997): «Globalisation, organisationalmodes and the growth of international strate-gic technology alliances» MERIT WorkingPaper Series 97-017.(12) Narula, R. (1998): «Strategic technologyalliances by European firms since 1980: ques-tioning integration?», MERIT Working PaperSeries 98-09.(13) Horton, V. y Richey, B. (1997): «OnDeveloping a Contingency Model of Techno-logy Alliance Formation», en Beamish, P. W. yKilling, J. P. (eds.).(1997): Cooperative Strate-gies. North American Perspectives, LexingtonBooks, San Francisco, pp. 89-110.(14) Contractor, F. J. y Lorange, P. (eds.)(1988): Cooperative Strategies In InternationalBusiness, Lexington, Massachusetts.(15) Osborn, R. N. y Baughn, C. C. (1990):«Forms of interorganizational governance formultinational alliances», Academy of Manage-ment Journal, vol. 33 (3). pp. 503-519.(16) La evidencia empírica sobre el efecto deltamaño de la empresa es contradictoria. Unosestudios obtienen una influencia positiva deltamaño sobre la propensión a cooperar en

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I+D, mientras que otros obtienen una influen-cia negativa Pisano, G. P. (1990): «The R&DBoundaries of the Firm: An Empirical Analy-sis», Administrative Science Quarterly, vol. 35,pp. 153-76.(17) Killing, J. P. (1983): Strategies for JointVenture Success, Croom Helm Ltd., Londres;Hagedoorn, J., Schakenraad, J. (1994): «Theeffect of strategic technology alliances oncompany performance», Strategic ManagementJournal, vol. 15, pp. 291-309; Cassiman, B.,Veugelers, R. (1998): «R&D cooperation andspillovers: some empirical evidence», Universi-tat Pompeu Fabra, Documento de trabajo 328.(18) Mariti, P. y Smiley, R.H. (1983): «Co-ope-rative Agreements and the Organization ofIndustry», Journal of Industrial Economics,vol. 31, pp. 437-51; Porter, M. y Fuller, M. B.(1988): «Coaliciones y estrategia global», Infor-mación Comercial Española, Junio, pp. 101-20. Link, A. y Bauer, L. (1989): CooperativeResearch in U.S. Manufacturing, LexingtonBooks, Lexington (Mass.); Mowery, D. yRosenberg, N. (1989): Technology and thePursuit of Economic Growth, Cambridge Uni-versity Press, Cambridge; Freeman, C. (1991):«Networks of innovators: A synthesis of rese-arch issues», Research Policy, vol. 20 (5). pp. 499-514; Mytelka, L. (1991): «Crisis, tech-nological change and strategic alliance», enMytelka, L.(Ed.): Strategic Partnerships. PinterPublishers, London, pp. 7-34; Ciborra, C.(1991): «Alliances as learning experiments:Cooperation, competition and change in high-tech industries», en Mytelka, L. (Ed.): StrategicPartnerships. Pinter Publishers, London, pp. 51-78; Teece, D. (1992): «Competition,Cooperation, and Innovation: OrganizationalArrangements for Regimes of Rapid Technolo-gical Progress», Journal of Economic Behaviorand Organization, 18, pp. 1-25; Hagedoorn,J.(1989): «Organisational Modes of Inter-FirmCooperation and Technology Transfer» Maas-tricht Economic Research Institute on Innova-tion and Technology, 89-004; Hagedoorn,J.(1992): «Market Structural Hierarchies andNetworks of Strategic Technology Partnering»,Maastricht Economic Research Institute onInnovation and Technology, 92-026; Hagedo-orn, J.(1993): «Understanding the rationale ofstrategic technology partnering: Interorganiza-tional modes of cooperation and sectoral dif-ferences», Strategic Management Journal, vol. 14, pp. 371-85; Tyler, B. B., Steensma, H.K. (1995): «Evaluating technological collabora-tive opportunities: a cognitive modeling pers-pective», Strategic Management Journal, vol. 16, pp. 43-70; Miyata, Y. (1996): «Ananalysis of cooperative R&D in the United Sta-tes», Technovation, vol. 16, nº 3, pp. 123-31;Katz, J., Martin, B. (1997): «What is researchcollaboration?», Research Policy, vol. 26, pp. 1-18; Odagiri, H., Nakamura, Y., Shibuya,

M. (1997): «Research consortia as a vehicle forbasic research: The case of a fifth generationcomputer project in Japan», Research Policy,vol. 26, pp. 191-207; Sakakibara, M. (1997a):«Heterogeneity of firm capabilities and coope-rative research and development: an empiricalexamination of motives». Strategic Manage-ment Journal, vol. 18 pp. 143-164.(19) Smith, H. L., Dickson, K. y Smith, S. L.(1991): «There are two sides to every story:Innovation and collaboration within networksof large and small firms», Research Policy, vol.20 (5), pp. 457-468; Kleinknecht, A. y Reijnen,J. O. N. (1992): «Why do firms cooperate onR&D? An empirical study», Research Policy,vol. 21 (4), pp. 347-60.(20) Para Ferraro y Slagueiro (1996) los pro-blemas detectados en la innovación tecnológi-ca de las Pymes andaluzas son de doble natu-raleza, por un lado la poca propensióninnovadora de éstas y por otro la insuficientecoherencia y capacidad técnica de la Junta deAndalucía para aplicar una adecuada políticade innovación para las Pymes. Ferraro, F. ySalgueiro, R. (1996): «Política Tecnológica paralas Pymes Andaluzas», Economía Industrial, nº 312, pp. 21-32. En el mismo sentido seexpresa Durán (1999) al afirmar que, la apues-ta realizada por la Junta de Andalucía al con-fiar en los medios de innovación como formade dinamizar las actividades tecnológicas noha surtido el efecto deseado, al no correspon-derse con las características de la estructuraproductiva en la que, junto a algunas grandesempresas públicas y multinacionales presen-tes en determinados sectores, coexiste un grannúmero de Pymes de carácter tradicional, congrandes dificultades para mantener su compe-titividad. Durán, A. (coord.) (1999): Geografía

de la innovación. Ciencia, tecnología y territo-rio en España, Libros de la Catarata, Madrid.(21) Un análisis sobre la industria andaluza sepuede encontrar en López Rubio (1997),Rodero (1996), Caravaca (1995), Martín Rodrí-guez (1993).(22) Tyler, B. B., Steensma, H. K. (1995): «Eva-luating technological collaborative opportuni-ties: a cognitive modeling perspective», Strate-gic Management Journal, vol. 16, pp. 43-70;Sakakibara, M. (1997): «Evaluating govern-ment-sponsored R&D consortia in Japan: whobenefits and how?», Research Policy, nº 26, pp. 447-73; Robertson, T., Gatignon, H.(1998): «Technology development mode: atransaction cost conceptualization», StrategicManagement Journal, vol. 19, pp. 515-31.(23) Kleinknecht, A. y Reijnen, J. O. N. (1992):«Why do firms cooperate on R&D? An empiri-cal study», Research Policy, vol. 21 (4), pp. 347-60; Miyata, Y. (1996): «An analysis ofcooperative R&D in the United States», Tech-novation, vol. 16, (3), pp. 123-31; Cassiman,B. (1997): «Research Joint Ventures and Opti-mal R&D Policy with Asymmetric Informa-tion», Universitat Pompeu Fabra, Documentode trabajo; Cassiman, B., Veugelers, R. (1998):«R&D cooperation and spillovers: some empi-rical evidence», Universitat Pompeu Fabra,Documento de trabajo 328.(24) Huerta, E. et al. (1999): «MotivacionesEmpresariales para Cooperar en I+D: Un Aná-lisis Empírico con Empresas Españolas», IIEncuentro de Economía Aplicada, Universi-dad de Zaragoza.(25) Cassiman, B. (1999): «Cooperación eninvestigación y desarrollo. Evidencia para laindustria manufacturera española», Papeles deEconomía Española, nº 81, pp. 143-54.

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(26) Pomares, I. (1998): «El comportamientode las empresas innovadoras en Andalucía.Aplicación de técnicas de análisis multivarian-te», Economía Industrial, nº 319, pp. 141-151.(27) En principio, cabría pensar que todas lasempresas contenidas en dicho censo realizaríanalguna actividad de I+D (en sentido amplio).Pero este censo contiene tanto empresas queutilizan, usan y desarrollan tecnología, comoempresas que únicamente poseen la denomi-nada tecnología de la subvención.(28) El cuestionario utilizado fue elaboradoen base a los realizados por Buesa y Molero(1992) y Costa (1993).(29) El cálculo del margen de error se ha efec-tuado aplicando la conocida fórmula: n = (K2

PQN / E2 (N-1) + K2 PQ)donde n es el tamañode la muestra, N el tamaño de la población, Kel nivel de confianza, E el error de muestreo, yP y Q las probabilidades del fenómeno que semide y su complementario (en nuestro caso,considerando el más favorable, P=Q=50%).(30) La eliminación de tales empresas havenido motivada por el escaso número depreguntas contestadas.(31) Fonfría (1998): Patrones de Innovación eInternacionalización de las Empresas Innova-doras Españolas, Tesis Doctoral. UniversidadComplutense de Madrid.(32) Molero, J., Buesa, M., Fernández, C. M.,Jimenez, J. C., Pavitt, K., Lerville, V., Archibu-gi, D., Carrera, M., Fonfría, A, y Heys, J.(1997):«La innovación tecnológica en la empresaespañola. Resultados de la encuesta IAIF-CDTI (1995)», Instituto de Análisis Industrial yFinanciero, Universidad Complutense, docu-mento de trabajo nº 5, Madrid; Molero, J.,Buesa, M., Fernandez, C.M y Jiménez, J. C.(1995): Política tecnológica e innovación en laempresa española. Una evaluación de laactuación del CDTI, Instituto de AnálisisIndustrial y Financiero, Universidad Complu-tense, Madrid, mimeo.(33) La encuesta fue enviada a 1354 empre-sas, de las cuales se obtuvo contestación váli-da para 545 de ellas, lo que supone una tasade respuesta del 40,25% e implica un margende error del +- 3,31% con un intervalo de con-fianza del 95,5%. En el ámbito andaluz se con-siguieron 14 respuestas.(34) Una discusión de las diferentes definicio-nes de empresas innovadoras realizadas enestudios españoles puede encontrarse en Fon-fría (1998): Patrones de Innovación e Interna-cionalización de las Empresas InnovadorasEspañolas, Tesis Doctoral. Universidad Com-plutense de Madrid.(35) Esta similitud puede venir explicada porla presencia en nuestra muestra de un grannúmero de empresas que participan en pro-yectos subvencionados por el CDTI. Tambiénhemos observado como estas empresas han

sido las más propensas a contestar el cuestio-nario que le enviamos. (36) Estos grupos, tienden a concentrar lasactividades de I+D en laboratorios centrales ylos resultados obtenidos serán posteriormentetransmitidos a las distintas filiales.(37) En este punto, queremos destacar quecomo se ha puesto de manifiesto en el proyec-to RITTS 037, algunas empresas localizadas enAndalucía han desarrollado lo que se ha con-venido en llamar «tecnología de la subvención»,consistente en un conocimiento preciso de lasdistintas líneas (programas) de apoyo, median-te las cuales obtienen, de forma periódica, ayu-das provenientes desde la Administración. Ins-tituto de Fomento de Andalucía (1996): SistemaRegional de Innovación y Transferencia deTecnología (proyecto RITTS 037), Sevilla. Enesta misma línea Martín y Sanz (1999) sugierenque por problemas de coordinación, se estáproduciendo un uso ineficiente de los recursospor acumulación de ayudas redundantes en ungrupo de empresas avezadas en la obtenciónde subvenciones. Martín, C. y Sanz, I. (1999):«La política tecnológica europea y las empresasindustriales españolas», Papeles de EconomíaEspañola, nº 81, pp. 260-73.(38) Amemiya, T.(1981): «Qualitative Respon-se Model: A Survey», Journal of Economic Lite-rature, nº 19, pp. 1483- 1536.(39) De la gran variedad de programas eco-nométricos existente en el mercado, nohemos decantado por la utilización de LIM-DEP versión 7.(40) Pisano, G. P. (1990): «The R&D Bounda-ries of the Firm: An Empirical Analysis»,Administrative Science Quarterly, vol. 35, pp. 153-76.

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