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Simón Hoyos, se lanza a analizar las similitudes y diferencias existentes entre las religiones. ¿Será sólo un asunto de copy-paste?
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Simón Hoyos Cadavid
¿Cuál es la diferencia entre dos hojas de papel? Las palabras en ellas escritas, ni más
ni menos. Así mismo, cómo sabríamos la diferencia entre dos personas más que por
los rasgos de cada una; ni siquiera los gemelos que han nacido de un mismo útero,
tienen los mismos rasgos y tienen una huella que marca la diferencia, por más
parecidos que sean, la huella digital.
El mundo en el que vivo está todo el tiempo bombardeado por ideas “innovadoras” y
“diferentes” pero, ¿hasta qué punto?. Por ejemplo, cuando Apple creó el I-pod touch, se
consideró una idea innovadora por su tecnología touch. Pero qué tan innovador fue
esto, no más que un nuevo teléfono que es liberado al mercado o un nuevo plato de
cocina que solo tiene un ingrediente más que algún plato anterior; por qué esto, simple,
la tecnología que Apple implementó en sus gadgets, no es más que una recopilación
de lo que ya existía como la tecnología touch, originalmente creada por Palm.
¿Qué otras cosas se pueden parecer mucho pero tienen una pequeña diferencia clave?
¿Los arboles?, ¿las flores?, ¿las mariposas?, y ¿qué tal la religión? Las religiones,
cuando son vistas de manera superficial, se puede decir que son muy diferentes, que
no tienen nada de parecido, pero escribo este texto desde el punto de vista de un ateo
¿Son tan diferentes? Siendo cada religión una misma y ninguna otra, como es posible
que se encuentren parecidos tan exagerados entre algunas, si es que no en todas.
Hera y Frigg, Zeus y Thor, Horus y Helios, Ares y Marte; pueden ser algunos de los
ejemplos de dioses parecidos. Las primeras dos son las diosas del amor, del
matrimonio y del hogar además de ser ambas las esposas de los dioses principales de
la religión a la que pertenecían. Zeus y Thor, los dioses del rayo, Horus y Helios los del
sol. Se podría explicar cómo los últimos dioses, Ares y Marte, son iguales puesto que
los romanos se basaron en las concepciones del mundo griegas para plantear su
mitología. Pero, ¿cómo pueden parecerse las mitologías nórdica, griega y egipcia si los
pocos contactos que tuvieron entre si eran para la guerra?
Si bien las relaciones entre los pueblos mediante las guerras pudieron influenciar en
que estos tuvieran un intercambio cultural. Entra la pregunta de por qué se
implementaron en cada religión. Una de las posibles respuestas sería para lo mismo
que se crea una religión, para buscarle una explicación a algo que no podemos
entender, por ejemplo, la muerte y el destino. Para los griegos existían tres entidades,
llamadas parcas, que conocían el destino y cortaban el hilo de la vida de los mortales;
igualmente para los escandinavos tres entes decidían quien moría y quien vivía, las
tres nornas, Urd, Skuld y Vernandi (pasado, futuro y presente, respectivamente).
Sin embargo, las pequeñas diferencias en las religiones son las que hacen de cada una
única e irrepetible (exceptuando los romanos que si hacen un “plagio” casi por
completo, de los griegos). Cuando el mundo se acabe para los escandinavos, las
nornas desaparecerán, para los griegos, las parcas siempre estarán. O, mejor, el hecho
de que los dioses griegos tenían una interacción directa con los humanos y podían
tener relaciones sexuales entre sí, para engendrar a los semi – dioses, que no existen
en las mitologías egipcias o nórdicas; los dioses nórdicos nunca bajaban al mundo de
los humanos (Midgard) para relacionarse con ellos, solo al principio y en el fin. Los
egipcios tenían la concepción de que los hijos del sol (Ra) eran los faraones, y toda la
familia real tenía el linaje de dios.
También es posible observar como los egipcios, griegos y nórdicos veían el sol. No
solo en cada una era alguien influyente en los mitos, sino también un ciclo que todos
los días volvía a suceder. Para los primeros el dios principal era el sol (Ra. Horus
también es considerado dios del sol, pero Ra es el principal). Para los griegos era
Helios, que recorría los cielos todos los días; y para los últimos, Muldinfari. Los tres,
recorrían los cielos en algún vehículo que iluminaba la tierra por donde iba pasando
(los últimos dos en carrozas tiradas por caballos y el primero en una barca). Muldinfari
lo hacía para huir de Sköl, un lobo huargo, que la perseguía para asesinarla. Helios
solo lo hacía por ordenes de Zeus y Ra, lo hacía para, cada noche, derrotar a una
serpiente que amenazaba el mundo.
Claro que, las diferencias son grandes, cuando se habla del sol. No es lo mismo una
barca y un carruaje tirado por caballos de fuego, como no es igual el agua y la leche.
No es igual salir a cabalgar por orden de un superior y embarcarme en una búsqueda
de una serpiente que amenaza con destruir al mundo, o, cabalgar por los cielos en
búsqueda de la supervivencia propia. Y cómo podrían llegar a un intercambio cultural
entre las religiones si algunas tienen muchos años de diferencia y entre las que son
paralelas, cómo podrían intercambiar sus herencias durante saqueos e invasiones.
Viendo las religiones occidentales actuales, como es posible, siquiera que pocos noten
el hecho de que todas son monoteístas. El cristianismo, el islamismo y el judaísmo, las
tres alaban a un solo dios, Jahve, Allah y YHWH. No solo son monoteístas sino que las
tres tienen un “libro sagrado”, la Biblia, El Corán y la Torá, los tres libros tienen unos
principios muy parecidos, entre ellos, los mandamientos, siendo del islamismo los cinco
pilares y de los otros dos los diez mandamientos.
Así mismo, las ternas, son muy usadas en las religiones, no solo por las actuales, sino
también por las antiguas. Tres nornas controlan el destino, al igual que tres parcas; la
santísima trinidad católica, hijo, padre y espíritu santo; los tres asesinos del gigante
creador, Odín, Vili y Ve; los tres hermanos, dioses principales de la mitología griega,
Hades, Poseidón y Zeus; y la lista continua, qué significa el número tres, y por qué se
utiliza tanto en las mitologías. El tres significa el equilibrio, esto se debe a la
constitución familiar: padre, madre e hijo (en el caso de la religión cristiana, padre, hijo
y espíritu santo), pero es en su sentido de equilibrio por lo que fue usado por las
diferentes mitologías.
Puede ser que las mitologías sean diferentes entre sí, tengan diferentes nombres y se
piense que estas son completamente diferentes. Pero no se puede descartar jamás
que nada es por completo nuevo, sino que todo se basa en algo que ya existía antes.
Bien sea en las religiones actuales o antiguas o, en cualquier cosa, como los “nuevos”
avances tecnológicos y los “nuevos” platos de comida. Nada es más novedoso que
algo viejo, como pensar sobre el primer teléfono o el primer computador, que en su
época eran lo mejor de lo mejor; a diferencia de ahora que ingresa al mercado uno
nuevo cada mes. Como ya saben, nada es innovador por lo nuevo que tenga, sino por
la pequeña diferencia que los hace nuevos.