2
Casi recién llegado de Haití, Antonio Parreño, corres- ponsal de TVE, ha regresado a la que fue también su facultad hace tan solo unos años (más de los que reconoce en un principio). El motivo era el de dar una clase magistral, apro- vechando toda su experiencia vivida en Haití, por ser la más actual y la que ha tenido mayor relevancia mediática de todas las que habrá vivido este joven periodista hasta el momento. Comienza relatando los hechos cronológicamente para explicar cuál es el trabajo del corresponsal y en qué condi- ciones ha de realizar su trabajo. Para empezar, tienes que tener total disponibilidad, puesto que nadie sabe cuándo ni dónde va a ocurrir la noticia (en este caso, el terremoto sucedió a las 12 de la noche, el corresponsal se enteró a las 8 de la maña- na, y estaba en el aeropuerto preparado para salir a la una de la tarde). También tienes que saber con quién tienes que contactar primero para poder realizar tu trabajo. Obviamente, quien más sabe es aquel que tiene más experiencia en este tipo de situaciones, como, por ejemplo, los equipos de resca- te (bomberos, ejército, etc.). No suele ser fácil, pero en este tra- bajo hay que andar espabilado. En TVE sus profesionales son muy conscientes de ello, y gra- cias a que le echaron algo de morro consiguieron “colarse” en un convoy de rescate para en- trar en Puerto Príncipe, ya que la frontera estaba cortada por el colapso y el caos que reinaba al principio. Una vez metidos en el epicentro de la noticia la labor del corresponsal es observar y contar lo que se está viendo. En un mundo tan globalizado y desarrollado como el nuestro, esto de informar parece una tarea fácil, sin embargo, todo cambia cuando te plantas en uno de los países más pobres de Latinoamérica poco después de haber sufrido un terremoto de 7.1º en la escala Richter. Antonio Parreño enume- ra los principales problemas lo- gísticos que entorpecen tanto la labor periodística como la labor de ayuda y rescate. Aeropuerto cerrado, gasolineras vacías, te- léfonos móviles y teléfonos sa- télite que no funcionan, edificios derruidos (entre ellos, también los oficiales) y el colapso de los equipos de rescate, entre otros muchos problemas, no ayudan en absoluto a la comunicación, pero tampoco el rescate. Otro hecho que dificul- taba la labor del periodista era la avalancha mediática que, sumado a los problemas logís- ticos anteriores, producía una saturación bestial y una situa- ción de caos, sobre todo los primeros días, cuando estaban llegando todos los equipos de medios de todo el mundo, las ONG’s y los ejércitos. La presión con la que se trabaja en esos momentos alcanza límites bastante eleva- dos y “esto repercute en la ela- boración de crónicas y repor- tajes”, ya que tienes que estar pendiente del tiempo del tele- diario, de lo que cuenta el res- to de medios de tu país y de lo que te dicen tus jefes desde la empresa para la que trabajas. Para superar esto, Anto- nio recomienda tener la cabeza fría y actuar rápidamente, sobre la marcha. Hay que saber apro- vechar lo poco que tenemos: “no separarse mucho porque no funciona el teléfono móvil y no tenemos gasolina”, moverse a pie a ser posible, “hablar con gente que pueda guiarnos por el país y ayudarnos a contactar con más gente”. La rivalidad existente en- tre los diversos países por ver quién ayuda más se traslada enseguida al plano mediático. En este caso la lucha parece centrarse en ver quién exagera más y mejor. Este cruel baile de intereses hace que los medios Vivir para contarlo Manual del corresponsal: consejos útiles. Haití, el epicentro Riesgos del despliegue mediático El protagonista de hoy, Antonio Parreño. Fuente: Google.com

Cronica Antonio Parreño

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Cronica sobre la conferencia en la UCM del periodista de RTVE Antonio Parreño

Citation preview

IRENE YUSTRES IZQUIERDO 4º D, PERIODISMO ESPECIALIZADO

PRÁCTICA DÍA 4-03-2010

Casi recién llegado de Haití, Antonio Parreño, corres-ponsal de TVE, ha regresado a la que fue también su facultad hace tan solo unos años (más de los que reconoce en un principio). El motivo era el de dar una clase magistral, apro-vechando toda su experiencia vivida en Haití, por ser la más actual y la que ha tenido mayor relevancia mediática de todas las que habrá vivido este joven periodista hasta el momento.

Comienza relatando los hechos cronológicamente para explicar cuál es el trabajo del corresponsal y en qué condi-ciones ha de realizar su trabajo. Para empezar, tienes que tener total disponibilidad, puesto que nadie sabe cuándo ni dónde va a ocurrir la noticia (en este caso, el terremoto sucedió a las 12 de la noche, el corresponsal se enteró a las 8 de la maña-na, y estaba en el aeropuerto preparado para salir a la una de la tarde). También tienes que saber con quién tienes que contactar primero para poder realizar tu trabajo. Obviamente, quien más sabe es aquel que tiene más experiencia en este tipo de situaciones, como, por ejemplo, los equipos de resca-te (bomberos, ejército, etc.). No suele ser fácil, pero en este tra-bajo hay que andar espabilado. En TVE sus profesionales son muy conscientes de ello, y gra-cias a que le echaron algo de

morro consiguieron “colarse” en un convoy de rescate para en-trar en Puerto Príncipe, ya que la frontera estaba cortada por el colapso y el caos que reinaba al principio. Una vez metidos en el epicentro de la noticia la labor del corresponsal es observar y contar lo que se está viendo. En un mundo tan globalizado y desarrollado como el nuestro, esto de informar parece una tarea fácil, sin embargo, todo cambia cuando te plantas en uno de los países más pobres de Latinoamérica poco después de haber sufrido un terremoto de 7.1º en la escala Richter.

Antonio Parreño enume-ra los principales problemas lo-gísticos que entorpecen tanto la labor periodística como la labor de ayuda y rescate. Aeropuerto cerrado, gasolineras vacías, te-léfonos móviles y teléfonos sa-télite que no funcionan, edificios derruidos (entre ellos, también los oficiales) y el colapso de los equipos de rescate, entre otros muchos problemas, no ayudan en absoluto a la comunicación, pero tampoco el rescate. Otro hecho que dificul-taba la labor del periodista era la avalancha mediática que, sumado a los problemas logís-ticos anteriores, producía una saturación bestial y una situa-ción de caos, sobre todo los primeros días, cuando estaban llegando todos los equipos de

medios de todo el mundo, las ONG’s y los ejércitos. La presión con la que

se trabaja en esos momentos alcanza límites bastante eleva-dos y “esto repercute en la ela-boración de crónicas y repor-tajes”, ya que tienes que estar pendiente del tiempo del tele-diario, de lo que cuenta el res-to de medios de tu país y de lo que te dicen tus jefes desde la empresa para la que trabajas. Para superar esto, Anto-nio recomienda tener la cabeza fría y actuar rápidamente, sobre la marcha. Hay que saber apro-vechar lo poco que tenemos: “no separarse mucho porque no funciona el teléfono móvil y no tenemos gasolina”, moverse a pie a ser posible, “hablar con gente que pueda guiarnos por el país y ayudarnos a contactar con más gente”.

La rivalidad existente en-tre los diversos países por ver quién ayuda más se traslada enseguida al plano mediático. En este caso la lucha parece centrarse en ver quién exagera más y mejor. Este cruel baile de intereses hace que los medios

Vivir para contarlo

Manual del corresponsal: consejos útiles.

Haití, el epicentro

Riesgos del despliegue mediático

El protagonista de hoy, Antonio Parreño. Fuente: Google.com

caigan en grandes trampas e hinchen lo que sucede por el simple motivo de seguir alimen-tando la demanda informativa de la sociedad de todo el mun-do, que continúa conmovida por lo que los periodistas han hecho llegar a sus ojos (obvia-mente, pensando que lo que ven con sus propios ojos no puede ser mentira). Antonio nos cuenta que la exageración de los grandes medios giró en torno a tres he-chos claves: los pillajes, las réplicas del terremoto y la vio-lencia que asolaba el país. Respecto al primer asun-to, el de los pillajes, se exageró porque, sí, es innegable que ocurrieron, pero no con tanta frecuencia como se decía. Y, en todo caso, no era algo que pilla-ra por sorpresa a los haitianos, ya que antes del terremoto tam-bién sucedía debido a la situa-ción que vivía con anterioridad el país latinoamericano. El segundo tema, el de las réplicas del terremoto, tam-bién conviene señalar que fue manipulado, ya que, a pesar de ser ciertas, se debería ha-ber señalado que no tuvieron la misma relevancia que el primer terremoto. La más importante fue de 6º, aproximadamente, pero apenas se notó en la isla. Cabe pensar que se mintió por desconocimiento, pero la mar-cada intencionalidad no escapa al olfato del periodista. Por último, los medios se centraron también en el tema de la violencia que tuvo lugar sobre todo en la capital. Con re-lación a estos acontecimientos se da algo parecido al tema de los pillajes, puesto que también existía un clima hostil antes del terremoto.

Tras explicarnos la situa-ción general de lo vivido, Anto-nio pasa a contarnos cuál fue su trabajo con ejemplos. Nos mos-tró cuatro piezas que se emitie-ron en distintos Telediarios y nos fue comentando el desarrollo. La primera crónica que nos muestra trata informar de lo que está ocurriendo en la capital haitiana, que era prácticamen-te el único lugar por el que pu-dieron moverse, y donde hubo más daños. Cuenta, a modo de anécdota, los problemas que tu-vieron para enviar la pieza por satélite; y, con orgullo, que tra-taron de evitar los planos cortos para no caer en lo escabroso. La segunda crónica muestra las consecuencias más inmediatas del desastre. En ella vemos a parte de la población superviviente agolpada en el puerto para huir de la miseria en la que se encuentran. Ya en la tercera pieza el periodista se ve obligado a bus-car temas alternativos, porque todo el mundo ya ha informado de lo mismo, pero la gente sigue reclamando noticias sobre Haití. En este caso, Antonio y su equi-

po muestran la otra cara de la moneda: gente adinerada que puede continuar viviendo en sus chalets, puesto que no han su-frido apenas desperfectos mate-riales. El último video es el más corto de todos, dice Antonio re-signado, puesto que el tema Haití estaba perdiendo interés informativo. Aún así cuenta que es uno de los más interesantes, ya que muestra la realidad de otra ciudad afectada por el terre-moto: Leogane. De hecho, fue el epicentro del movimiento sísmi-co y fue uno de los lugares don-de más tardó en llegar la ayuda (y la prensa). TVE llegó gracias a la ayuda de Cruz Roja, pero para entonces la actualidad se trasladaba a otros lugares. La conferencia concluyó con un turno de preguntas bas-tante participativo, en el que los estudiantes preguntaron sobre varios temas como la actuación de países como EE.UU o la UE y también sobre la nueva ten-dencia del periodista orquesta, que está en alza y es el futuro, sentencia.

Antonio Parreño, a la izquerda, con sus compañeros de TVE en Haití. Fuente: Blog de rtve.es

Desarrollo de las piezas informativas