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Críticas a la Ley de Igualdad El fondo no se discute, pero sí la forma con que se establece la obligación de los medios de promover la igualdad entre sexos Los periódico en 2020 Un diario no debe definirse a sí mismo por su soporte La redacción del siglo XXI Cómo replantearse la elaboración de los periódicos NÚM. 12, DICIEMBRE DE 2007

Críticas a la Ley de Igualdad

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Page 1: Críticas a la Ley de Igualdad

Críticas a la Ley de IgualdadEl fondo no se discute, pero sí la forma con que se establece

la obligación de los medios de promover la igualdad entre sexos

Los periódico en 2020Un diario no debe definirse a sí mismo por su soporte

La redacción del siglo XXICómo replantearse laelaboración de los periódicos

NÚM. 12, DICIEMBRE DE 2007

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�Director: Fernando González Urbaneja. Director adjunto: Julio Alonso. Consejo de Redacción: Guillermo Altares, Miguel Ángel Bastenier,

Montserrat Domínguez, Miguel Ángel García-Juez, Teodoro González Ballesteros, Carlos González Reigosa, Enric Juliana, Gumersindo Lafuente, María Rey, Felipe Sahagún, Gregorio Salvador, Juan Varela y Miguel Veyrat.

EDITA: DELEGACIÓN DE PUBLICACIONES DE LA A.P.M.Presidente: Miguel Ángel García-Juez. Vocales: Jorge del Corral, Fernando Ónega, Félix Madero y Carlos González Reigosa.

JUNTA DIRECTIVA DE LA A.P.M.Presidente: Fernando González Urbaneja. Vicepresidente 1º: Jorge del Corral y Díez del Corral. Vicepresidenta 2ª: Marisa Ciriza Coscolín.

Secretario general: José María Lorente Toribio. Tesorero: Luis Serrano Altimiras. Vocales: Nativel Preciado,Fernando Ónega López, María Jesús Chao Álvarez Sierra, Teresa Pérez Alfageme, Bernardino M. Hernando, Jesús Álvarez Cervantes,

Carmen del Riego de Lucas, Nemesio Rodríguez López, Esther Malagón García, Miguel Ángel García-Juez, María Rosa Penedo Jiménez,Pedro Luis Blasco Solana, Francisco Javier Olave Lusarreta y Diego Caballo Ardila.

REVISTA DE LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE MADRID

Page 3: Críticas a la Ley de Igualdad

Juan Bravo, 6. 28006 Madrid. � 91 585 00 10. www.apmadrid.es [email protected]

© 2007, APM. Imprime: TGA, SA. Depósito legal: M-33.814-2004

Page 4: Críticas a la Ley de Igualdad

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—5

7 FERNANDO GONZÁLEZ URBANEJA

Carta a los lectores.

10 Cartas al director

13 BÁRBARA BERRIOBEÑA BARBA

La responsabilidad de los medios en la lucha contra el terrorismo

19 JOSÉ LUIS BARBERÍA

Amplificadores de los mensajes de ETA

25 LOURDES PÉREZ

Terrorismo, información y propaganda

31 COMISIÓN DE GARANTÍAS PROFESIONALES (ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE SEVILLA)

Crítica y autocrítica del periodismo

37 ÁLEX GRIJELMO

Comentario crítico sobre la ‘Ley de Igualdad’

51 JEFF JARVIS

Los periódicos en 2020

SUMARIO

GEO

RGE

DO

YLE,

STO

CKBY

TE

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6—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Sumario

59 PAUL BRADSHAW

Un modelo para la redacción del siglo XXI

74 JULIO ALONSO

El verdadero rediseño implica la reinvención del periódico

79 JUAN ANTONIO GINER

De cómo Murdoch le arrebató Dow Jones a los Bancroft por 5,6 millones de dólares

89 MOISÉS RUIZ

Liderazgo en la empresa informativa del siglo XXI

95 PATRICIA FERNÁNDEZ DE LIS

La exagerada cobertura mediática del iPhone

99 MOHAMED BOUNDI BOUNDI

Prensa marroquí: ley, compromiso político y libertad de expresión

109 TEODORO GONZÁLEZ BALLESTEROS

Tribunales: justicia por compromiso

115 JOSU MEZO

Buena prensa: información truncada

126 IGNACIO G.IGLESIAS

Libros

134 TINO FERNÁNDEZ

Tendencias

�–La APM respeta la libertad de expresión de los colaboradores y articulistas, pero no comparte necesariamente sus opiniones.

Page 6: Críticas a la Ley de Igualdad

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—7

FERNANDO GONZÁLEZ URBANEJA

Á lex Grijelmo nos llama laatención acerca de cómo, dematute, con la pretensión debuscar algo deseable, algo

tan bueno como la igualdad, la justi-cia… algunas leyes salidas del Parla-mento, irrumpen de lleno en el ám-bito de la información para imponercómo informar y para que los mediosreflejen lo que el legislador pretendeaunque no sea eso lo que ocurre enla realidad. La pretensión afecta, enespecial, a los medios de titularidadpública sobre los cuales los políticossienten disponer de vara alta e in-fluencia por cuanto ellos encarnan lavoluntad popular.

El aviso de Grijelmo refiere ejem-plos y casos concretos que son ilus-trativos y que advierten que los pro-yectos de ley y sus correspondientesdebates pasaron por delante de nues-tros ojos sin que nos diéramos cuen-ta y sin que hiciéramos llegar nues-tras opiniones y, en su caso, protes-tas por una incursión en territorioscomo el de la libertad de expresión e

información que admiten mal la re-glamentación.

Las amenazas a la libre expresiónprovienen de muchos ámbitos. A lamenor oportunidad, quien tiene elmás mínimo poder trata de silenciartodo aquello que no le interesa o queno se ajusta a su forma de ver el mun-do. Los autoritarios de antes decíanque no hay que confundir la libertadcon el libertinaje, entendiendo poresto último todo aquello que no lesagradaba. Ahora casi nadie habla delibertinaje, es una palabra mal vista,pero son muchos los que quieren po-ner coto a la libertad porque se sien-ten molestos por el uso de la misma.

Desde luego que hay abusos y ex-cesos en el ejercicio de la libertad deinformación pero para sancionarlosestán los tribunales. Existen leyes queprotegen al ciudadano y cada día seaprecia en España más diligencia ju-dicial y una aplicación de la ley queincorpora elementos de ejemplaridady de disuasión de los excesos, espe-cialmente en el ámbito de la intimi-

CARTA A LOS LECTORES

Contar la realidad

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8—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Carta a los lectores

dad. Sanciones severas que tengan encuenta el lucro obtenido por el exce-so, con una técnica semejante a laque utilizan los tribunales de la com-petencia cuando sancionan conduc-tas lesivas a la misma que permitenal monopolista obtener beneficios in-justos.

Como anunciamos en el númeroanterior reproducimos las interven-ciones de dos periodistas experimen-tados, Lourdes Pérez Rebollo y JoséLuís Barbería en el curso de veranosobre ‘Democracia versus terrorismo’,con una consideraciones muy perti-nentes acerca de la información so-bre terrorismo. Materia delicada éstapero sobre la que no podemos mirara otro lado y acerca de la cual debe-mos promover debates internos en lasredacciones para no pasar por alto elinterés de los terroristas por imponersu lenguaje. Estrategia que suelen vercoronada por el éxito. Recientemen-te escuché en una cadena de televi-sión que presume de seriedad, y quese siente depositaria del buen perio-dismo, una alusión al secuestro de lapolítica colombiana Ingrid Betan-court Pulecio por las guerrillas terro-ristas que se trataba de una “deten-ción”, y el cronista siguió tan ancho,como el editor, presentador… Así va-mos.

Publicamos también un par de ar-tículos sobre las redacciones del fu-turo, los periódicos del año 2020, queinciden en las transformaciones tec-nológicas y en como éstas afectarán

a las estructuras y a los modelos detrabajo profesional que hemos cono-cido hasta ahora. Argumentos que po-nen en solfa la pretensión de que losperiódicos de papel tienen fecha decaducidad, que en el 2020 o en el2040 ya no dispondremos de tan emo-cionante compañero. No será así a po-co que los protagonistas de los perió-dicos, que editores y periodistas sepongan las pilas y se decidan a hacersu trabajo como dios manda.

Juan Antonio Giner nos relata conprecisión y muy buen juicio la peri-pecia de Dow Jones y su buque insig-nia el Wall Street Journal, que le ha lle-vado a caer en manos del grupo Mur-doch por sus propios errores, acumu-lados a lo largo de más de una déca-da; la decepción de una propiedad ab-sentista, presta a exprimir el limóndel trabajo de los demás hasta dejar-lo más seco que una pasa.

Y Julio Alonso analiza los cambiosque se han producido recientementeen La Vanguardia y El País, dos de losgrandes periódicos españoles y euro-peos. En ambos casos estamos ante es-trategias de fondo que quieren ir másallá de retoques de maqueta. Es fre-cuente que cuando la dirección de unmedio en decadencia no sabe muybien cómo actualizarse recurra a mo-dificar su maqueta, imaginando quecon cambiar las tipografías y el dise-ño se producirá el milagro de la re-novación. No suelen ocurrir esos mi-lagros. En estos dos casos estamos an-te modificaciones que tienen como ob-

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—9

jetivo evitar la irrelevancia de los lla-mados periódicos tradicionales. Soncambios de enfoque de los contenidosque van a necesitar tiempo para asen-tarse y para ser percibidos y valora-dos por sus lectores. El intento es evi-dente.

Patricia Fernández de Lis nos ex-plica el fenómeno mediático iPhone,la última (o quizá penúltima) aventu-ra de Apple, que Steve Jobs presentóhace ahora un año. El nuevo artilu-gio (135 gramos, 11 centímetros) go-za de la mejor prensa y sus ventas (aEspaña aún no ha llegado aunque he-mos podido ver algunos compradosen los Estados Unidos) alcanzan lascifras pretendidas de 10 millones alaño.

Y además las secciones habitualesy algunos otros trabajos que comple-tan este número con el que Cuadernos

cumple sus tres primeros años de exis-tencia: 12 números además del cerocon el se estrenó y presentó en socie-dad ante los colegas.

Este es el último Cuadernos que apa-recen por iniciativa de una Junta Di-rectiva de la APM que promovió estapublicación para incentivar el deba-te profesional, y cuyo mandato con-cluye el noviembre. No conseguimosel propósito inicial de autofinancia-ción de la revista mediante suscrip-ciones, así que hemos seguido editan-do y enviando a todos los periodistasfederados a la FAPE estos Cuadernos,

asumiendo su coste la APM, que lesfinancia con sus propios recursos,fundamentalmente con cargo a lascuotas sociales. A la nueva Junta Di-rectiva corresponderá tomar una nue-va decisión sobre el futuro de estosCuadernos. �

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CARTAS

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—11

1 A Fernando González Urbaneja,presidente de la APM

Querido presidente: “Perdona las mo-lestias”, es lo que me dijo a mí un atra-cador en México, después de ‘limpiar-me’ la cartera y el reloj. Yo no te voya robar más que una columna de Cua-

dernos de Periodistas para publicar la car-ta que me envía Francisco Ruiz de El-vira, el patrón mayor de esa saga pe-riodística que tan justamente ensal-zabais en la revista de nuestra Asocia-ción.

En mi carta, aunque ése no era elobjeto principal de la misma y por laque recibí muchísimas llamadas, re-conocía los méritos de ese gran perio-dista que es Carlos Mendo, pero nun-ca mejor dicho “que viene Paco conlas rebajas” y dice que me he queda-do corto.

Te ruego, pues, la divulgación desus líneas. Desearía que aquí se aca-base este tema, sobre todo para que“no cansemos a la afición”.

Gracias y un fuerte abrazo, Alejan-dro Armesto.

2 A Alejandro Armesto, ex direc-tor de Efe

Querido director: Supongo que me re-cordarás al ver mi nombre, aunqueen tu carta en Cuadernos de Periodistas

me olvidases entre quienes colabora-mos contigo cuando dirigiste Efe conun acierto y unos resultados que soyel primero en reconocer.

Me satisfizo que contestases ade-cuadamente al actual director, perocreo que, seguramente por no recor-dar bien aquellos años, no fuiste jus-to con la labor que Carlos Mendo, se-cundado por nosotros, realizó en losaños 1965 a 1969.

Mendo no sólo fue “el primero enla aventura americana” sino que creómucho más que ese “montaje telefó-nico esporádico” del que tú dices quepartiste. En 1966, Madrid quedó co-nectado por teletipo, por una parte,con Buenos Aires, que a su vez enla-zaba con las principales capitales delllamado cono sur, y, por la otra, conNueva York, donde disponíamos (yoestaba allí como delegado para Amé-

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12—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Cartas

rica del Norte) de 18 horas diarias deconexión con Madrid y también conMéxico y Caracas en un principio.(Una prueba de cómo funcionaba yaEfe apenas comenzado el año siguien-te es que la noticia de la muerte detres astronautas llegó antes por nues-tra agencia que por ninguna otra a lamayor parte de los medios de comu-nicación de Hispanoamérica). Duran-te tres años, el Servicio Exterior de laAgencia siguió progresando en dele-gaciones y conexiones, y, a principiosde 1969, tenía entre sus clientes enHispanoamérica a los principales me-dios de comunicación, a los que ha-cía llegar por teletipo, de forma prác-ticamente continua, unas 250 noti-cias diarias.

Es rotundamente cierto que, bajotu dirección, Efe no sólo continuó si-no que incrementó su progresión yque te mereciste, por tu destacada la-bor, ese premio Jaime Balmes al quete refieres. De ello no hay duda algu-

na y yo, desde luego, no la tengo. Pe-ro es necesario reconocer que lo hi-ciste sobre una base mucho más sóli-da de lo que reflejaba tu contestacióna Álex Grijelmo. Por lo que a mí res-pecta, aunque eso tiene menos im-portancia, también me hubiera gus-tado que me hubieses citado entrequienes colaboramos contigo, ya queasí lo hice en los puestos a los que medestinaste (principalmente al frentedel Servicio Exterior) hasta el momen-to en que tú mismo me aconsejaste,porque así te lo habían pedido, queaceptase dirigir los Servicios informa-tivos de Televisión Española.

Perdona que me haya extendido de-masiado. Me gustaría que enviases es-ta carta a Cuadernos de Periodistas y, porlo demás, puedo asegurarte que te re-cuerdo con verdadero afecto y comouno de los mejores directores que hetenido en mi larga vida profesional.

Un fuerte abrazo, Francisco Ruizde Elvira Hidalgo. �

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—13

BÁRBARA BERRIOBEÑA BARBA

Por quinto año consecutivo, laAsociación de PeriodistasParlamentarios (APP) organi-zó, dentro de los Cursos de

Verano de la Universidad Compluten-se de El Escorial, el curso ‘Democra-cia versus terrorismo’, en esta ocasióncon el patrocinio de la Federación deAsociaciones de Periodistas de Espa-ña (FAPE). La necesidad de tomar me-didas globales en el tratamiento dela información sobre terrorismo fueuno de los ejes centrales del debate,que estuvo presente en todas las con-ferencias.

El presidente del Congreso de losDiputados, Manuel Marín, quien, co-mo cada año, inauguró el curso conunas palabras de bienvenida, fue elprimero en situar a los medios en elprimer plano de la lucha contra el te-rrorismo, y afirmó que “el terrorismoes una materia que no se puede tra-tar con un megáfono en la vía públi-ca”. Sin embargo, también abogó porun mayor “sentido del límite” que, se-gún él, debería ser urgente recuperaren el inicio de la próxima legislatu-ra.

Para Marín, este “sentido del lími-

Curso de verano de El Escorial ‘Democracia versus terrorismo’ (1)

La responsabilidad de losmedios en la lucha contrael terrorismoOtro año más, en este curso, celebrado del 16 al 20 de julio,representantes de partidos políticos e instituciones, juristas,catedráticos y periodistas debatieron acerca de cómo el Estado deDerecho debe hacer frente al terrorismo.

Bárbara Berriobeña Barba es miembro de la Asociación de Periodistas Parlamentarios.

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Curso de verano de El Escorial ‘Democracia versus terrorismo’ (1)

14—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

te” en las palabras y comportamien-tos frente a “situaciones complicadas”como es la lucha contra el terroris-mo y la “complicidad” entre los dospartidos mayoritarios son dos princi-pios que siempre deberían cumplirseen el Parlamento. Evocóla Transición como épocaen la que los pactos entrelos dos grandes partidosen asuntos de Estado, co-mo la seguridad nacio-nal, la lucha contra ETAy la política exterior, eranuna práctica común. Elpresidente del Congresoaseveró que esta buenapráctica tendría que estarpresente en nuestra de-mocracia y aceptar elprincipio de que “quien go-bierna recibe la ayuda yquien no gobierna tieneque ayudar”.

La vicepresidenta pri-mera del Gobierno, Ma-ría Teresa Fernández dela Vega, comenzó su in-tervención reconociendola labor que cada veranorealiza la APP con este curso, del quedijo que se ha convertido en “un clá-sico en los Cursos de Verano de El Es-corial”. Afirmó que los medios de co-municación deben mantener una“responsabilidad activa, comprome-tida con el fin de la violencia, la ciu-dadanía, el sistema democrático ynuestras libertades”. “No es razonable

que los medios de comunicación “, pro-siguió, “puedan ser utilizados comocorrea de transmisión de los mensa-jes que la propaganda de los violen-tos pone en circulación”.

Subrayó, además, el diferente tra-tamiento que se da a losatentados terroristas de-pendiendo de las zonasen que se perpetran, sison países desarrolladoso países subdesarrolla-dos. En estos últimos, lasimágenes que se mues-tran no respetan la inti-midad de las víctimas nide sus familiares. Sonimágenes muy duras queno aparecen cuando setrata de atentados en paí-ses desarrollados. Puso elejemplo del 11-S en Nue-va York, del que no semostró ninguna víctima;frente a los atentados quecontinuamente se produ-cen en Iraq, de los que seemiten imágenes de víc-timas sin ninguna restric-ción, tanto en prensa es-

crita como en televisión. A este res-pecto, lanzó la pregunta de si existen“víctimas de primera y de segunda”.

Durante todo su discurso, la vice-presidenta hizo hincapié en la impor-tancia del correcto uso del lenguajea la hora de informar de terrorismo.Para ella, se ha cedido a los terroris-tas, ya que se utilizan los mismos tér-

María TeresaFernández de laVega: se hacedido a losterroristas, ya quese utilizan losmismos términosempleados porellos.

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minos empleados por ellos. Como se-ñaló de la Vega, la BBC ha sido la pri-mera en admitir que los medios nopodemos adoptar el lenguaje terro-rista como si fuera nuestro.

La APP procura que la voz del pe-riodismo esté presente en este cursocada verano, y para ello organiza unamesa redonda en la que varios perio-distas especializados en este temaaportan una visión distinta a la de po-líticos y catedráticos. Es una de las se-siones que más interesa a los alum-nos cada año. En esta ocasión, el tur-no fue para los periodistas Lourdes Pé-rez, Gorka Landaburu y José Luis Bar-bería. Ellos tenían mucho que decirpuesto que han vivido muy de cercael terrorismo, después de muchosaños de experiencia cubriendo la in-formación de ETA en sus respectivosmedios.

Se puso de manifiesto la necesidadde los terroristas de aparecer en losmedios, como algo intrínseco a su fi-losofía. Según Gorka Landaburu, di-rector de Cambio 16, que ha desarrolla-do el ejercicio de la profesión perio-dística durante 30 años en el País Vas-co, hay una “intoxicación en la pren-sa sobre el tema de ETA”, de maneraque el grupo terrorista protagonizamuchas portadas pero con muy pocainformación, porque “se vende muybien”. “Desde los medios se magnifi-ca la propaganda terrorista”, aseguró.

José Luis Barbería, corresponsal enel País Vasco de El País, también alu-dió a las ruedas de prensa que ha da-

Periodistasen la dianaGabriel Sánchez,240 páginas, 15 euros.

Treinta años de amenaza

terrorista a los medios

de comunicación españoles.

Un relato completo y detallado,

caso por caso, de la trágica

historia de ETA y los periodistas

españoles.

DE VENTA EN LA A.P.M.

Page 14: Críticas a la Ley de Igualdad

Curso de verano de El Escorial ‘Democracia versus terrorismo’ (1)

16—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

do Batasuna durante años y en lasque no aportan noticia alguna. “La úni-ca que interesa es la que no están dis-puestos a darnos”, aclaró. Por ello,Barbería habló de un cierto “autocon-trol” y de “aplicar la vara de medirlos hechos” para publicaraquello que verdadera-mente sea noticia. “Así nose les regalaría un espa-cio tan valioso”. (Ver eltexto íntegro de su inter-vención en la página 19.)

Gorka Landaburu, sinembargo, dijo que “nopuede haber autocensu-ra, pero sí podemos tenerética contra el que asesi-na y comete atentados”. Re-cordó la afirmación de laUnesco acerca de que elmayor servicio que losmedios pueden prestaren la lucha contra el te-rrorismo es actuar libre-mente. El director de Cam-

bio 16 añadió que los me-dios, además de defenderla libertad, deben defen-der la democracia.

Lourdes Pérez, durante muchosaños periodista de El Correo y actual-mente jefa de Opinión del Grupo Vo-cento, hizo referencia a cómo el te-rrorismo se ha adaptado a los nuevosmedios, y puso el ejemplo de la utili-zación de internet de Al Qaeda. (Verel texto íntegro de su intervención enla página 25.)

Como anteriormente hizo MaríaTeresa Fernández de la Vega, el len-guaje utilizado por la prensa para tra-tar los actos terroristas fue discutidoen la mesa redonda. Se hizo patentela cotidianidad que, según Lourdes

Pérez, tiene el mensaje delos terroristas. Por ello,Gorka Landaburu apun-tó hacia un necesariocambio en este vocabula-rio, que debe ser comúnen todos los medios.

Pero no sólo el temadel lenguaje de los me-dios de comunicación alreferirse al terrorismo fuetratado por la vicepresi-denta del Gobierno y losperiodistas invitados alcurso, sino también porJavier Gómez Bermúdez,presidente de la Sala delo Penal de la AudienciaNacional y magistradoque ha presidido el juiciodel 11-M. Habló de un“lenguaje perverso”, yaque considera un error lautilización habitual de

palabras como “comando, combatien-tes, enemigos…”, así como “hablar deguerra cuando nos referimos a terro-rismo”.

Gómez Bermúdez, quien causógran expectación, no sólo entre losalumnos, sino también entre los me-dios allí presentes, puesto que aqué-lla era la primera vez que hablaba

Gorka Landaburu:el mayor servicioque los mediospueden prestaren la lucha contrael terrorismo esactuar libremente.

Page 15: Críticas a la Ley de Igualdad

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—17

después de que el juicio del 11-M que-dara visto para sentencia, defendiócon gran rotundidad el papel que lostribunales desempeñan en la lucha con-tra el terrorismo y el modelo españolde lucha antiterrorista basado en “laperseverancia, constancia y uso úni-co y exclusivo de los medios legales asu alcance”.

Asimismo, destacó el trabajo rea-lizado por los servicios de inteligen-cia españoles, a los que calificó de“modélicos”. Para el magistrado, lacooperación internacional de loscuerpos de seguridad es un elemen-to fundamental en la lucha antiterro-rista, y puso como ejemplo la “efecti-va” labor conjunta entre España yFrancia. También hizo alusión a la co-operación con Estados Unidos, aun-que reconoció que se le da poca pu-blicidad.

El debate jurídico se complemen-tó con el político, para lo que se con-tó en este curso con la presencia derepresentantes de los principales par-tidos políticos en el Congreso. RamónJáuregui (PSOE), Ignacio Astarloa (PP),Emilio Olavaria (PNV), Jordi Jané(CiU), Gaspar Llamazares (IU) y Agus-tí Cerdà (ERC) fueron los encargadosde incitar a los asistentes a participaren una mesa redonda que duró cer-ca de tres horas. Parecían estar en susescaños, reclamando su derecho de ré-plica en cada una de las intervencio-nes de sus compañeros de mesa.

La palabra más oída fue la de ‘uni-dad’. Todos parecían estar de acuer-

do en que es clave la unidad de lasfuerzas políticas para afrontar el pro-blema del terrorismo, sin embargohabía peros. Ramón Jáuregui admi-tió que es muy difícil buscar el acuer-do a ocho meses de las elecciones, apesar de que ve fundamental la rea-firmación de los principios de la uni-dad democrática, como la no utiliza-ción del terrorismo como arma polí-tica o la necesidad de enviar mensa-jes unitarios al entorno de ETA.

Tanto Jordi Jané como Agustí Cer-dà señalaron la disparidad de crite-rios en las posiciones políticas frenteal terrorismo internacional y al terro-rismo etarra. Para ellos, la unidad queexiste frente al primero es hoy en díaimposible frente al segundo; muy alcontrario, la división es la nota co-mún en la lucha contra ETA. Esto ha-ce que se haga más relevante a la ban-da armada de lo que se debe, pues sele da un protagonismo constante enla vida política del país en la medidaen que es instrumento político.

El coordinador general de Izquier-da Unida, Gaspar Llamazares, consi-deró que habría que compartir no só-lo información y valores frente al te-rrorismo, sino también estrategia. De-fendió la creación de una comisiónexclusiva para este asunto de Estado,puesto que la Comisión de SecretosOficiales no constituye el “marco fa-vorable” para ello.

La diferencia de criterios entre elPartido Popular y el Partido Socialis-ta quedó de nuevo evidenciada en el

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Curso de verano de El Escorial ‘Democracia versus terrorismo’ (1)

18—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

discurso de Ignacio Astarloa y RamónJáuregui, y, una vez más, volvimos aoír cómo unos y otros se echaban encara la negociación con ETA en susrespectivas etapas en el Gobierno y laruptura del Pacto Antiterrorista. Ra-món Jáuregui, frente a lasacusaciones de cesión an-te el grupo terrorista, sedefendió argumentando:“Hemos sido firmes enaquello que no se podíaceder. Por eso se han ro-to las esperanzas”.

Finalmente, el presi-dente de Partido Popular,Mariano Rajoy, afirmóque con “una sola cesiónal chantaje del terror y labarbarie habrán encon-trado una excusa para se-guir presionando con elfin de lograr otra cesión”;por eso, “creer que los te-rroristas son reconduci-bles mediante un diálogoequitativo y dentro de unguión que permita cesio-nes es, además de inasu-mible en términos demo-cráticos, un gravísimo error”.

Rajoy se mostró optimista en lasposibilidades de éxito en la lucha fren-te al terrorismo, y dijo compartir lastesis del poeta Hans Magnus Enzens-berger, afirmando que “el terrorismoglobal y todas sus diversas manifesta-ciones serán vencidas, y lo serán por-que, en el fondo de su resentimiento

y de su odio, los terroristas se sabendébiles y derrotados de antemanofrente a la civilización democráticacontra la que dirigen su violencia”.

El curso ‘Terrorismo versus Demo-cracia’ consiguió verter un poco más

de claridad sobre este te-ma tan familiar ya paratodos nosotros. Aquí sehan unido opiniones ypuntos de vista tan diver-sos y plurales como per-sonalidades han partici-pado en él. Y todo ello des-de el ámbito universita-rio, marco inigualable pa-ra intentar poner luz so-bre este asunto, dejandoa un lado por un instan-te, a veces sin conseguir-lo, los intereses políticosde cada uno.

Desde este foro ha que-dado demostrado que to-dos, políticos, periodistas,jueces, ciudadanos… tene-mos algo importante quedecir al respecto, cadauno con su papel perounidos frente a la barba-

rie que es el terrorismo, sea del tipoque sea. Como decía el presidente delSenado, Javier Rojo, en la clausura delcurso, es necesaria una “unidad de ac-ción de los demócratas”, de maneraque la lucha contra el terrorismo seacomo “compartir un mismo proyec-to de vida de ciudadanos que tenemosdiferentes ideas”. �

Ramón Jáuregui“Hemos sidofirmes en aquelloque no se podíaceder. Por eso sehan roto lasesperanzas”.

Page 17: Críticas a la Ley de Igualdad

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—19

JOSÉ LUIS BARBERÍA

Hemos sacado la cuenta decuántas noticias –noticias deverdad, notificaciones de unhecho desconocido hasta en-

tonces–, ha dado Batasuna en las tresúltimas décadas? Pongámonoslo másfácil: ¿cuántas novedades ha ofrecidoesta formación en sus comparecenciasde prensa a lo largo de los dos últi-mos años? Hagamos la cuenta que ha-gamos, tendremos que reconocer queno hay correspondencia posible entreel espacio que les hemos entregado enlos medios de comunicación y las no-ticias que nos han aportado, sobre to-do, si consideramos que, en realidad,la única noticia que nos interesa deese mundo es, precisamente, ésa queno están dispuestos a darnos.

Deberíamos admitir que en esas con-

ferencias de prensa, sin noticias dig-nas de tal nombre, el espectáculo loponemos, frecuentemente, los perio-distas que, en gran número, acudi-mos puntualmente a sus citas pararecibir la última ración del discursopropagandístico del brazo político deETA. Ese espectáculo, que alcanzó suapogeo durante la pasada tregua, enlas ruedas de prensa prácticamentediarias de los jefes de Batasuna, notendría tanta importancia si no fue-ra porque la habitual falta de nove-dades en estos actos no nos impide,casi nunca, regalarles a continuaciónun amplio espacio en la prensa, la ra-dio y la televisión. ‘Ya que hemos es-tado ahí, vamos a dar algo’, nos deci-mos; ‘no vaya a ser que lo saque lacompetencia’. Así, en esta actitud tan

Amplificadores de los mensajes de ETAEl autor se muestra partidario de reducir drásticamente el desmesurado espacio que se dedica al terrorismo, incluidas laspáginas de condenas rituales. “La beligerancia democrática”,dice,”no debe bloquear nuestro compromiso con la objetividad yla información contrastada”.

José Luis Barbería es corresponsal en el País Vasco de El País.

Page 18: Críticas a la Ley de Igualdad

Curso de verano de El Escorial ‘Democracia versus terrorismo’ (2)

20—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

poco exigente, nos dejamos utilizarcomo amplificadores de sus mensa-jes. Deberíamos preguntarnos cuán-to contribuyó nuestra falta de crite-rio a que Batasuna-ANV cosechara enlas pasadas elecciones municipales yforales 185.000 votos, nulos incluidos.

Se puede argumentar, en parte,con razón, que la tregua de ETA dis-paró las expectativas y que en ese con-texto era lógico que se les concedie-ra una atención y un tratamiento in-formativo extraordinarios. Pero elproblema es que, con los altibajos quese quieran, llevamos haciendo el mis-mo papel de correa de transmisióndesde tiempos inmemoriales. Es co-mo si no hubiéramos aprendido na-da, como si no supiéramos que el des-mesurado protagonismo que les con-cedemos tiene el efecto perverso deaumentar su ego hasta el infinito. Co-mo si ignoráramos que en Euskadihay una batalla ideológica permanen-te que se libra con los terroristas y conquienes contemporizan con ellos.

¿Se nos ha olvidado que los mediosde comunicación no podemos serneutrales puesto que formamos par-te del sistema democrático y estamoscomprometidos en la defensa de losderechos humanos que los terroristastratan de destruir? Porque en el casodel terrorismo, la neutralidad inde-bida no consiste sólo en la transmi-sión acrítica del discurso exculpato-rio de los crímenes, sino también laconcesión de una atención inmereci-da. ¿Por qué nos comportamos, a ve-

ces, como si el mensaje de los terro-ristas y sus amigos fuera una mercan-cía más destinada a excitar la aten-ción de nuestros lectores? ¿No había-mos quedado, en línea con el Conse-jo de Europa y de tantos expertos, quelos medios debíamos aceptar un cier-to autocontrol y asumir nuestra obli-gación de no ayudar a los terroristas?

Por el contrario, ellos sí han apren-dido a servirse de los medios y de lastecnologías de la información. Tienensus propios medios de comunicación,pero éstos cumplen casi exclusiva-mente la función de cementar la co-hesión interna en su espacio políti-co. Al resto, nos necesitan para quelabremos el camino que conduce al

“El desmesuradoprotagonismo que lesconcedemos tiene el efectoperverso de aumentar suego hasta el infinito”.

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desistimiento colectivo. Atención, noaspiran tanto a convencernos de la bon-dad de sus propuestas, como a queles apliquemos ese tratamiento asép-tico, aceptado tácitamente por algu-nos de nuestros compañeros, que, in-vocando la imparcialidad profesional,consigue, precisamente, el efecto con-trario a la mirada objetiva, en la me-dida en que ignora o amortigua lasdiferencias entre el terrorismo y lademocracia.

Lo que buscan, por encima de to-do, es recordarnos que son un proble-ma, estar presentes en la actualidadpolítica y social, en la agenda políti-ca y en las preocupaciones ciudada-nas. Pretenden que les admitamos nosólo como gentes normales, sino másaún: como protagonistas excepciona-les, actores principales del problemay de la solución del problema. Con-viene no olvidar que en la ponenciaTxinaurriak (hormigas) de KAS elabo-rada en 1995 para preparar el terre-no al asesinato de periodistas (el “fren-te mediático”, que dicen ellos) expli-caban que con esos atentados se tra-taba de conseguir “que los periodis-tas que ahora piden guerra, pidan lue-go soluciones”.

A lo largo de todos estos años, hanaprendido a jugar perfectamente conla ansiedad colectiva, la nuestra par-ticular y la que recreamos en el con-junto de la sociedad. Se sirven delmorbo que despierta su ligazón conETA y explotan nuestra sincera bús-queda de la paz, la necesidad de man-

tener viva la esperanza. ¿Han conse-guido domesticarnos? Aceptamos conresignación que nos retiren el dere-cho a preguntarles en sus comparen-cias ante los medios –¿qué son las rue-das de prensa sino un espacio abier-to a la preguntas?–, pasamos por al-to que hayan impuesto el veto a unaserie de periódicos y hasta nos dispu-tamos sus declaraciones, como si al-guna de ellas contuviera la verdad re-velada. Han hecho de las hueras in-vocaciones al diálogo y a la paz un fi-lón extraordinario que les permite re-vestirse con una pretendida pátina dehonorabilidad. Les hemos convertidoen personajes públicos y, de paso,también en expertos en el manejo delos medios, porque cultivan cada vezcon mayor tino la escenografía y laoportunidad de sus actos.

Mientras ETA nos suministra elmaterial fuerte, explosivo, criminal,ineludible informativamente por la im-presión que produce en la sociedad ypor lo que conlleva de amenaza la-tente, Batasuna nos aplica a diario unmasajeo argumental para indicarnosel camino de salida que deberíamosemprender. Después de tantos añosde convivir informativamente con elfenómeno, hemos instaurado, casi es-tructuralmente, el subgénero del te-rrorismo –páginas consecutivas en losdiarios con el cintillo común: ‘la si-tuación en Euskadi’, ‘ofensiva antite-rrorista’–, y lo alimentamos sin dema-siado criterio, sin reflexionar sobre elespacio y el tratamiento.

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La quema de un cajero bancariopuede dar para dos columnas con fo-to, un acto de intimidación puede ser-vir de portada, una declaración des-templada se puede elevar a titular.‘¿No hay nada sobre ETA o Batasunapara este fin de semana?’, pregunta-mos en temporada de sequía infor-mativa. Hemos llegado al punto en elque el amarillismo y el sensacionalis-mo hacen también sus pinitos en es-ta materia tan escabrosa. Así, hemosvisto a víctimas del terrorismo inte-rrogadas sobre sus desgracias en pro-gramas televisivos del corazón.

De la misma manera que ETA tra-ta de imponer un lenguaje construi-do con términos militares y jurídicoscomo ‘lucha armada’, ‘impuesto revo-lucionario’, ‘presos políticos’, ‘cárcelesde exterminio’, ‘en nombre del pue-blo vasco’… para darse categoría e im-portancia y camuflar sus naturalezacriminal, también Batasuna se disfra-za de sociedad civil, y se apropia, porejemplo, del término izquierda abert-

zale, para ocultar su dependencia or-gánica del terrorismo. Si no hay aten-tados, se encarga de suministrarnos lamercancía adecuada para que la aten-ción no decaiga. El caso es alimentarel morbo, seguir estando presentes co-mo problema, dar que hablar, que es-cribir, que filmar. Concentraciones defamiliares de los presos, encarteladasde protesta; cualquier cosa les sirve deatrezo para dar color y originalidad asus actos teatralizados con esmero.

Pero, volvamos al principio, ¿dón-

de están las noticias? No soy partida-rio del apagón informativo –los he-chos son sagrados–, pero sí de redu-cir drásticamente el desmesurado es-pacio que dedicamos al terrorismo, eincluyo aquí las páginas de condenasrituales que acompañan a los atenta-dos. ¿Tiene sentido que recabemos de-cenas de reacciones entre los perso-najes públicos, que redundemos in-necesariamente en lo que cualquierciudadano bien nacido piensa y sien-te en esos momentos? Se puede pen-sar que las grandes palabras de oca-sión, como ‘es un atentado inútil’,‘ETA está ciega, camina hacia su fo-sa’, ‘acaba de cerrar la puerta del diá-logo para siempre’, y sentencias de

Hemos llegado al punto en el que el amarillismo y el sensacionalismo hacentambién sus pinitos en estamateria tan escabrosa.

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este tenor responden a la necesidadcatártica de consolar y reafirmar a lasociedad en momentos difíciles, peroproducen sonrojo ajeno, por reitera-das y falsas cuando se repasan las he-merotecas.

Creo que la beligerancia democrá-tica no debe bloquear nuestro com-promiso con la objetividad y la infor-mación contrastada. Tenemos la obli-gación de informar, pero debemos serclaros –una cualidad que me pareceimprescindible en el periodismo–, ycontextualizar la información sin re-ducir nunca nuestro umbral crítico,tampoco ante las recetas antiterroris-tas del Gobierno de turno. Todo estorequiere un periodismo mucho másexigente y preciso, que distinga entrela información y la propaganda, quepondere el espacio y el tratamientoinformativos.

En lo posible, deberíamos huir dela textualidad de sus declaraciones ycomunicados porque la difusión má-xima en sus términos es un fin pre-tendido por ellos. El exceso de infor-mación produce, además, el efectoperverso de normalizar la presenciadel terrorismo y de exagerar el peli-gro por encima de la realidad, al tiem-po que adormece conciencias y faci-lita la impresión, buscada por los te-rroristas, de que todo lo que se hagacontra ellos resultará inútil.

El espacio es una enorme baza quele regalamos a ETA porque les fortale-ce en la medida en que multiplicamosartificialmente su capacidad de con-

dicionar nuestras vidas. Tampoco setrata, pues, de exagerar su capacidadde presión. Explicar el comportamien-to de la sociedad vasca como fruto ex-clusivo de la dictadura del miedo essuministrar una versión facilona, su-perficial y equívoca, si no deslindamosescrupulosamente los campos del mie-do, si no abordamos la complejidad delfenómeno. ¿Es razonable que cuandoETA dice que va a volver a matar mos-tremos en la televisión al alcalde deun pueblo de Madrid manifestandosus temores a ser asesinado? ¿No esta-mos multiplicando artificiosamentesu amenaza, abonando por adelanta-do el peaje del terror?

Yo no veo ninguna reflexión auto-crítica en los medios, ni conozco tam-poco iniciativas destinadas a favore-cer el autocontrol y la autodisciplina,pero creo que lo que deberíamos ha-cer es ponerle a ETA y Batasuna el exi-gente listón de la noticia, la de la ver-dadera noticia, la que todos busca-mos y ellos administran con tanta ha-bilitad, sin llegar nunca a otorgárnos-la. Apliquémosles la vara de medir delos hechos cuando nos hablan de pazy diálogo. No ejerzamos de correa detransmisión acrítica, ni de amplifica-dores exagerados de los mensajes dehorror, no les regalemos gratuitamen-te un espacio tan valioso, a cambiode una mercancía averiada. Estoy con-vencido de que, al menos en esta ma-teria, la sociedad no demanda espec-táculo morboso, frivolidad o engaño,sino claridad, veracidad y rigor. �

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LOURDES PÉREZ

L as jornadas sobre ‘Democraciay Terrorismo’ a las que fui ama-blemente invitada a participarcoincidieron con el 21º aniver-

sario de uno de los atentados más san-grientos de ETA, el provocado por ladevastadora explosión de un coche-bomba al paso de dos autobuses dela Guardia Civil en la plaza de la Re-pública Dominicana de Madrid. Enaquella despiadada acción murieron12 agentes y otros 77 ciudadanos re-sultaron heridos. Las víctimas pasa-ron a engrosar las listas anónimas delterror de ETA; nombres que hoy sóloperduran con toda la intensidad dela existencia vivida y brutalmentearrebatada en la memoria de sus fa-miliares, amigos y compañeros. Esprobable que, paradójicamente, nos

resulten menos ajenas las identida-des de los activistas que perpetraronel atentado: Antonio Troitiño, el ‘arre-pentido’ Soares Gamboa, Idoia LópezRiaño y José Ignacio de Juana Chaos.La biografía de este último ha apare-cido desgranada al detalle en los me-dios de comunicación a lo largo delaño, por razones de sobra conocidas.La atención hacia sus víctimas ha si-do notablemente menos intensa.

Ésta constituye la consecuenciamás perniciosa, a mi juicio, de la pro-yección pública de los terroristas, seacual sea su carácter, dimensión y eje-cutoria, y el principal reto al que seenfrentan los medios de comunicación:el solapamiento de la dolorosa reali-dad de las víctimas tras la cortina delas referencias, en ocasiones difundi-

Terrorismo, información y propagandaLos medios han de extremar su responsabilidad social parasobreponerse al miedo colectivo, no magnificar equivocadamenteel impacto del terror, saberlo calibrar para no minusvalorarlo y noalimentar la visceralidad. Y prestarle la debida atención a lasvíctimas.

Lourdes Pérez es jefa de Opinión de Vocento.

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Curso de verano de El Escorial ‘Democracia versus terrorismo’ (3)

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das profusamente, que aluden a quie-nes han convertido la amenaza y elasesinato en su razón de ser. En el te-rror que nos ha tocado sufrir más decerca, el practicado por ETA, casisiempre hemos sabido más de los ver-dugos que de quienes padecían susacciones, salvo en aquellos casos enlas que éstos disfrutaban de un rele-vante protagonismo social, habíanasumido responsabilidades políticaso su homicidio provocó una cerradareacción institucional y ciudadana,como ocurrió hace 10 años con el se-cuestro y el asesinato de Miguel Án-gel Blanco. En muchas de las senten-cias reproducidas, los periodistas he-mos consignado, como debíamos, elnombre de los acusados, pero nosiempre el de los damnificados porsus acciones criminales. Y en no po-cas ocasiones, hemos redactado per-files de los terroristas dejándonoscontagiar, involuntariamente, de lapretendida épica, del aura heroica,que los terroristas tratan de conferira todos y cada uno de sus actos.

Ese objetivo lo persigue ETA, perotambién Al Qaeda cada vez que difun-de un vídeo protagonizado por BinLaden o por sus lugartenientes. La des-cripción incorrecta, inexacta o direc-tamente exagerada, que han efectua-do en ocasiones los relatos periodís-ticos sobre el potencial destructor delos terroristas, o sus supuestas habi-lidades en su intolerable ejecutoria,no sólo ha contribuido a magnificargratuitamente el ya de por sí tremen-

do impacto del terror. También handifuminado implícitamente el sufri-miento de las víctimas, reducidas du-rante años a un nombre vacío de con-tenido en los listados oficiales, comosi no les hubieran privado de una exis-tencia plena de expectativas, ilusio-nes, sinsabores, vivencias al cabo.Siempre, desde la insoportable suce-sión de atentados en los ‘años de plo-mo’, hemos contado más sobre losverdugos que sobre sus víctimas. Pe-ro asumiendo esta crítica de partida,es preciso constatar que no resulta ta-rea sencilla para la prensa afrontarlas informaciones sobre los terroris-tas y sus pretensiones; encontrar eltono y la medida precisos para que lainevitable y necesaria redacción de lanoticia, o la difusión del vídeo o delcomunicado elaborados por los artí-fices del terror, no acaben coadyuvan-do al interés propagandístico quealienta, sin duda, a sus autores. Y noes fácil no sólo por la singularidad deese tratamiento informativo, quecompromete tanto la línea editorialde la mayoría de los medios de comu-nicación en una sociedad libre y de-mocrática, como la propia funciónsocial que desempeñan.

También lo es por las propias ca-racterísticas de nuestro trabajo coti-diano y por el protagonismo que losterroristas acostumbran a tener ga-nado de antemano. Por una parte, lasredacciones están condicionadas porla dictadura del reloj, que no siem-pre deja margen para evaluar deteni-

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damente las informaciones, plasmarel titular más preciso y depurado yprocurar una elaboración ajustada alos hechos que no rebase las fronte-ras de la propaganda. Las exigenciasde las prisas se han endurecido conla progresiva tecnificación de la tele-visión y de la radio, cada vez más in-mediatas. Y también con la prolifera-ción posterior de los medios digita-les, que han ofrecido un inmejorablesoporte a los terroristas para exten-der el miedo que provoca su amena-za, en ocasiones incluso sin necesi-dad de consumarla. Por otra, y per-dón por la frivolidad, los terroristasno tienen gabinete de prensa. Es de-cir, un periodista puede atesorar unconocimiento muy certero sobre elfuncionamiento, la orientación de lasacciones y los objetivos de una orga-nización terrorista, pero raramentedispondrá del mismo por testimoniodirecto, sino que lo habrá obtenidopor personas interpuestas, por la ex-periencia que proporciona una pro-longada cobertura profesional de susacciones, por los datos contenidos enlas condenas judiciales o por el aná-lisis de la documentación incautada.Lo que significa que las dificultadesque de por sí ha de encarar cualquierreportero para comprobar las infor-maciones que consigue, contrastar suveracidad e identificar las pretensio-nes últimas de sus protagonistas seintensifican cuando aquéllas se cen-tran en la maquinaria del terror. Porponer un ejemplo próximo en el tiem-

po, cabe preguntarse en cuántas oca-siones los medios favorecimos la vo-cación propagandística de ETA cadavez que hizo uso de su delirante re-tórica antes de decretar su último al-to el fuego, cuando éste era, en reali-dad, el único anuncio realmente re-levante y auténticamente noticioso.Y cuántas veces hemos dotado delcontenido del que carecían los discur-sos de su entorno político.

Esto nos enfrenta seguramente ala vieja y nunca resuelta controversiasobre si la prensa ayuda a amplificarlas destructivas consecuencias del te-rror y si, por consiguiente, debería si-lenciar sus mensajes y atemperar lacobertura de sus amenazas y atenta-dos. Siempre he desconfiado de quie-nes han sugerido, o planteado abier-tamente, el silencio de los medios yde sus periodistas; sobre todo, porqueel consejo o la admonición acostum-bran a provenir de gobiernos en apu-ros o de dirigentes políticos con inte-reses no del todo confesables. Es cier-to que la proyección pública, mediá-tica, de los atentados puede agrandary agravar la trascendencia que persi-guen sus responsables. ¿Pero es real-mente posible evitarlo sin vulnerar elderecho a informar y a recibir infor-mación? ¿Dónde está el límite y quiénlo decide?

El terrorismo se ha adecuado a lasventajosas capacidades técnicas y me-diáticas de un mundo global. De he-cho, fue la propia mundialización dela comunicación la que nos permitió

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a todos y cada uno de nosotros, des-de cualquier lugar del planeta, con-templar el derrumbamiento delWorld Trade Center el 11 de septiem-bre de 2001. Y es una evidencia queBin Laden administra sus compare-cencias, a través de vídeos que difun-den una puesta en escena tan pobre-mente sobria como fanáticamenteelocuente. El líder de Al Qaeda pre-tende inocular el temor de lo desco-nocido, a un horror que en su propiaconcepción nos resulta tan ajeno co-mo desasosegante. Y cuya dimensiónplanetaria nos obliga, también comoprofesionales de la prensa, a afrontarlas consecuencias de una nueva for-ma de violencia, el relato de una nue-

va inseguridad colectiva que deriva nosólo de los instrumentos de ataque em-pleados, sino de la voluntad inequí-voca de quienes lo utilizan de morirmatando. Nos obliga a relatar por tan-to, como ocurrió en el 11 de marzoen Madrid, el horror más absoluto. Yal sobreesfuerzo de poner nombre, deidentificar para su justo recuerdo, aunas víctimas que lo son masivamen-te. Los terroristas de ETA también hansabido cómo modular sus mensajesante la opinión pública. Cómo com-binar sus engañosos discursos con en-trevistas en sus medios afines, o conlos comunicados de última hora quefuerzan a los medios a rebotarlos ydotarlos de relieve sin que en ocasio-nes se haya podido conocer su litera-lidad hasta el día siguiente; cómo ma-nejar la estética en cada declaraciónde distensión, cambiando las sinies-tras capuchas negras por unas blan-cas aparentemente más inocuas.

Sabemos que el terror se amparaen el inevitable altavoz de la prensa,aun cuando, en una paradoja tremen-da, desprecie hasta tal punto a susprofesionales para considerarles po-tenciales objetivos de su violencia. Esaprensa, nuestra prensa, se ha perfec-cionado técnicamente, ha aceleradola proyección ante la ciudadanía desus contenidos, ha ampliado y refor-zado su capacidad para comunicar. Pe-ro ese viaje ha sacrificado en no po-cas ocasiones la experiencia y, sobretodo, el rigor informativo. Los perio-distas estamos obligados a informar

“Siempre he desconfiado de quienes han sugerido, o planteado abiertamente, el silencio de los medios y de sus periodistas”.

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sobre el terrorismo; con toda caute-la, mesura y solidez, estamos obliga-dos a hacerlo. Pero en nuestra laborcotidiana sí deberíamos ser conscien-tes de los riesgos que conlleva dar voza quienes extorsionan y matan, de lafrágil línea que, en este caso más pe-ligrosamente que en otros, separa lanoticia de la propaganda, la identifi-cación objetiva del asesino de su des-cripción errónea como una especiede héroe con causa. La difusión de loque dicen y de lo que piensan los te-rroristas nos confronta, por ello, condos problemas en nuestro quehacercotidiano.

El primero, cómo eludir que lo quecontamos o simplemente reproduci-mos no aliente un sentido de la épi-ca del terror, una justificación de loque resulta injustificable, una dañi-na normalización de lo anormal. Elsegundo problema es la credibilidadque se concede al mensaje de los te-rroristas, especialmente cuando seabren –y se rompen– expectativas so-bre el final de la violencia. La expe-riencia demuestra que quienes prac-tican el terror no sólo matan, tambiénpueden mentir. Es posible que su re-lato de unos hechos que los periodis-tas estamos incapacitados para podercalibrar con indiscutible exactitudpueda estar dotado de veracidad. Tam-bién que existan medios proclives aanteponer la supuesta verosimilitudde lo que cuentan los terroristas. Pe-ro esa estrategia, debemos saberlo,comporta riesgos que generalmente

tienen poco que ver con el respeto ala objetividad periodística.

Los escollos no radican tanto en lanecesidad que sienten los terroristasde difundir lo que piensan y lo que ha-cen, sino en cómo evitar que su dis-curso se imponga invariablemente alde las víctimas, hurtando a éstas su vi-sibilidad pública. En cómo impedirque ese mensaje se vea amplificadopor la concesión periodística de unalegitimidad social y política de la queel terror carece. Quienes cometen unatentado no son protagonistas equipa-rables a los de otras noticias, no pue-den serlo. No pueden gozar del mis-mo trato aséptico y escéptico. Los me-dios han de extremar su responsabili-dad social para sobreponerse al mie-do colectivo, no magnificar equivoca-damente el impacto del terror, saber-lo calibrar para no minusvalorarlo yno alimentar la visceralidad. Sin queel rigor signifique asepsia. Y no sólopueden, sino que deben evaluar críti-camente las actuaciones políticas, ins-titucionales o incluso militares –en elcaso de la llamada ‘guerra preventiva’contra el terrorismo global– que pue-dan llevarse a cabo para intentar aca-bar con la violencia. Los gobiernos es-pañoles han encarado ya tres experien-cias fallidas para tratar de buscar unasalida dialogada a la violencia de ETA.Pero no deberíamos olvidar en últimoextremo, en el legítimo e imprescindi-ble ejercicio de nuestro derecho a lacrítica, quiénes son los culpables origi-nales y el nombre de sus víctimas. �

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LOURDES PÉREZ

L as jornadas sobre ‘Democraciay Terrorismo’ a las que fui ama-blemente invitada a participarcoincidieron con el 21º aniver-

sario de uno de los atentados más san-grientos de ETA, el provocado por ladevastadora explosión de un coche-bomba al paso de dos autobuses dela Guardia Civil en la plaza de la Re-pública Dominicana de Madrid. Enaquella despiadada acción murieron12 agentes y otros 77 ciudadanos re-sultaron heridos. Las víctimas pasa-ron a engrosar las listas anónimas delterror de ETA; nombres que hoy sóloperduran con toda la intensidad dela existencia vivida y brutalmentearrebatada en la memoria de sus fa-miliares, amigos y compañeros. Esprobable que, paradójicamente, nos

resulten menos ajenas las identida-des de los activistas que perpetraronel atentado: Antonio Troitiño, el ‘arre-pentido’ Soares Gamboa, Idoia LópezRiaño y José Ignacio de Juana Chaos.La biografía de este último ha apare-cido desgranada al detalle en los me-dios de comunicación a lo largo delaño, por razones de sobra conocidas.La atención hacia sus víctimas ha si-do notablemente menos intensa.

Ésta constituye la consecuenciamás perniciosa, a mi juicio, de la pro-yección pública de los terroristas, seacual sea su carácter, dimensión y eje-cutoria, y el principal reto al que seenfrentan los medios de comunicación:el solapamiento de la dolorosa reali-dad de las víctimas tras la cortina delas referencias, en ocasiones difundi-

Terrorismo, información y propagandaLos medios han de extremar su responsabilidad social parasobreponerse al miedo colectivo, no magnificar equivocadamenteel impacto del terror, saberlo calibrar para no minusvalorarlo y noalimentar la visceralidad. Y prestarle la debida atención a lasvíctimas.

Lourdes Pérez es jefa de Opinión de Vocento.

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das profusamente, que aluden a quie-nes han convertido la amenaza y elasesinato en su razón de ser. En el te-rror que nos ha tocado sufrir más decerca, el practicado por ETA, casisiempre hemos sabido más de los ver-dugos que de quienes padecían susacciones, salvo en aquellos casos enlas que éstos disfrutaban de un rele-vante protagonismo social, habíanasumido responsabilidades políticaso su homicidio provocó una cerradareacción institucional y ciudadana,como ocurrió hace 10 años con el se-cuestro y el asesinato de Miguel Án-gel Blanco. En muchas de las senten-cias reproducidas, los periodistas he-mos consignado, como debíamos, elnombre de los acusados, pero nosiempre el de los damnificados porsus acciones criminales. Y en no po-cas ocasiones, hemos redactado per-files de los terroristas dejándonoscontagiar, involuntariamente, de lapretendida épica, del aura heroica,que los terroristas tratan de conferira todos y cada uno de sus actos.

Ese objetivo lo persigue ETA, perotambién Al Qaeda cada vez que difun-de un vídeo protagonizado por BinLaden o por sus lugartenientes. La des-cripción incorrecta, inexacta o direc-tamente exagerada, que han efectua-do en ocasiones los relatos periodís-ticos sobre el potencial destructor delos terroristas, o sus supuestas habi-lidades en su intolerable ejecutoria,no sólo ha contribuido a magnificargratuitamente el ya de por sí tremen-

do impacto del terror. También handifuminado implícitamente el sufri-miento de las víctimas, reducidas du-rante años a un nombre vacío de con-tenido en los listados oficiales, comosi no les hubieran privado de una exis-tencia plena de expectativas, ilusio-nes, sinsabores, vivencias al cabo.Siempre, desde la insoportable suce-sión de atentados en los ‘años de plo-mo’, hemos contado más sobre losverdugos que sobre sus víctimas. Pe-ro asumiendo esta crítica de partida,es preciso constatar que no resulta ta-rea sencilla para la prensa afrontarlas informaciones sobre los terroris-tas y sus pretensiones; encontrar eltono y la medida precisos para que lainevitable y necesaria redacción de lanoticia, o la difusión del vídeo o delcomunicado elaborados por los artí-fices del terror, no acaben coadyuvan-do al interés propagandístico quealienta, sin duda, a sus autores. Y noes fácil no sólo por la singularidad deese tratamiento informativo, quecompromete tanto la línea editorialde la mayoría de los medios de comu-nicación en una sociedad libre y de-mocrática, como la propia funciónsocial que desempeñan.

También lo es por las propias ca-racterísticas de nuestro trabajo coti-diano y por el protagonismo que losterroristas acostumbran a tener ga-nado de antemano. Por una parte, lasredacciones están condicionadas porla dictadura del reloj, que no siem-pre deja margen para evaluar deteni-

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damente las informaciones, plasmarel titular más preciso y depurado yprocurar una elaboración ajustada alos hechos que no rebase las fronte-ras de la propaganda. Las exigenciasde las prisas se han endurecido conla progresiva tecnificación de la tele-visión y de la radio, cada vez más in-mediatas. Y también con la prolifera-ción posterior de los medios digita-les, que han ofrecido un inmejorablesoporte a los terroristas para exten-der el miedo que provoca su amena-za, en ocasiones incluso sin necesi-dad de consumarla. Por otra, y per-dón por la frivolidad, los terroristasno tienen gabinete de prensa. Es de-cir, un periodista puede atesorar unconocimiento muy certero sobre elfuncionamiento, la orientación de lasacciones y los objetivos de una orga-nización terrorista, pero raramentedispondrá del mismo por testimoniodirecto, sino que lo habrá obtenidopor personas interpuestas, por la ex-periencia que proporciona una pro-longada cobertura profesional de susacciones, por los datos contenidos enlas condenas judiciales o por el aná-lisis de la documentación incautada.Lo que significa que las dificultadesque de por sí ha de encarar cualquierreportero para comprobar las infor-maciones que consigue, contrastar suveracidad e identificar las pretensio-nes últimas de sus protagonistas seintensifican cuando aquéllas se cen-tran en la maquinaria del terror. Porponer un ejemplo próximo en el tiem-

po, cabe preguntarse en cuántas oca-siones los medios favorecimos la vo-cación propagandística de ETA cadavez que hizo uso de su delirante re-tórica antes de decretar su último al-to el fuego, cuando éste era, en reali-dad, el único anuncio realmente re-levante y auténticamente noticioso.Y cuántas veces hemos dotado delcontenido del que carecían los discur-sos de su entorno político.

Esto nos enfrenta seguramente ala vieja y nunca resuelta controversiasobre si la prensa ayuda a amplificarlas destructivas consecuencias del te-rror y si, por consiguiente, debería si-lenciar sus mensajes y atemperar lacobertura de sus amenazas y atenta-dos. Siempre he desconfiado de quie-nes han sugerido, o planteado abier-tamente, el silencio de los medios yde sus periodistas; sobre todo, porqueel consejo o la admonición acostum-bran a provenir de gobiernos en apu-ros o de dirigentes políticos con inte-reses no del todo confesables. Es cier-to que la proyección pública, mediá-tica, de los atentados puede agrandary agravar la trascendencia que persi-guen sus responsables. ¿Pero es real-mente posible evitarlo sin vulnerar elderecho a informar y a recibir infor-mación? ¿Dónde está el límite y quiénlo decide?

El terrorismo se ha adecuado a lasventajosas capacidades técnicas y me-diáticas de un mundo global. De he-cho, fue la propia mundialización dela comunicación la que nos permitió

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a todos y cada uno de nosotros, des-de cualquier lugar del planeta, con-templar el derrumbamiento delWorld Trade Center el 11 de septiem-bre de 2001. Y es una evidencia queBin Laden administra sus compare-cencias, a través de vídeos que difun-den una puesta en escena tan pobre-mente sobria como fanáticamenteelocuente. El líder de Al Qaeda pre-tende inocular el temor de lo desco-nocido, a un horror que en su propiaconcepción nos resulta tan ajeno co-mo desasosegante. Y cuya dimensiónplanetaria nos obliga, también comoprofesionales de la prensa, a afrontarlas consecuencias de una nueva for-ma de violencia, el relato de una nue-

va inseguridad colectiva que deriva nosólo de los instrumentos de ataque em-pleados, sino de la voluntad inequí-voca de quienes lo utilizan de morirmatando. Nos obliga a relatar por tan-to, como ocurrió en el 11 de marzoen Madrid, el horror más absoluto. Yal sobreesfuerzo de poner nombre, deidentificar para su justo recuerdo, aunas víctimas que lo son masivamen-te. Los terroristas de ETA también hansabido cómo modular sus mensajesante la opinión pública. Cómo com-binar sus engañosos discursos con en-trevistas en sus medios afines, o conlos comunicados de última hora quefuerzan a los medios a rebotarlos ydotarlos de relieve sin que en ocasio-nes se haya podido conocer su litera-lidad hasta el día siguiente; cómo ma-nejar la estética en cada declaraciónde distensión, cambiando las sinies-tras capuchas negras por unas blan-cas aparentemente más inocuas.

Sabemos que el terror se amparaen el inevitable altavoz de la prensa,aun cuando, en una paradoja tremen-da, desprecie hasta tal punto a susprofesionales para considerarles po-tenciales objetivos de su violencia. Esaprensa, nuestra prensa, se ha perfec-cionado técnicamente, ha aceleradola proyección ante la ciudadanía desus contenidos, ha ampliado y refor-zado su capacidad para comunicar. Pe-ro ese viaje ha sacrificado en no po-cas ocasiones la experiencia y, sobretodo, el rigor informativo. Los perio-distas estamos obligados a informar

“Siempre he desconfiado de quienes han sugerido, o planteado abiertamente, el silencio de los medios y de sus periodistas”.

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Curso de verano de El Escorial ‘Democracia versus terrorismo’ (3)

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sobre el terrorismo; con toda caute-la, mesura y solidez, estamos obliga-dos a hacerlo. Pero en nuestra laborcotidiana sí deberíamos ser conscien-tes de los riesgos que conlleva dar voza quienes extorsionan y matan, de lafrágil línea que, en este caso más pe-ligrosamente que en otros, separa lanoticia de la propaganda, la identifi-cación objetiva del asesino de su des-cripción errónea como una especiede héroe con causa. La difusión de loque dicen y de lo que piensan los te-rroristas nos confronta, por ello, condos problemas en nuestro quehacercotidiano.

El primero, cómo eludir que lo quecontamos o simplemente reproduci-mos no aliente un sentido de la épi-ca del terror, una justificación de loque resulta injustificable, una dañi-na normalización de lo anormal. Elsegundo problema es la credibilidadque se concede al mensaje de los te-rroristas, especialmente cuando seabren –y se rompen– expectativas so-bre el final de la violencia. La expe-riencia demuestra que quienes prac-tican el terror no sólo matan, tambiénpueden mentir. Es posible que su re-lato de unos hechos que los periodis-tas estamos incapacitados para podercalibrar con indiscutible exactitudpueda estar dotado de veracidad. Tam-bién que existan medios proclives aanteponer la supuesta verosimilitudde lo que cuentan los terroristas. Pe-ro esa estrategia, debemos saberlo,comporta riesgos que generalmente

tienen poco que ver con el respeto ala objetividad periodística.

Los escollos no radican tanto en lanecesidad que sienten los terroristasde difundir lo que piensan y lo que ha-cen, sino en cómo evitar que su dis-curso se imponga invariablemente alde las víctimas, hurtando a éstas su vi-sibilidad pública. En cómo impedirque ese mensaje se vea amplificadopor la concesión periodística de unalegitimidad social y política de la queel terror carece. Quienes cometen unatentado no son protagonistas equipa-rables a los de otras noticias, no pue-den serlo. No pueden gozar del mis-mo trato aséptico y escéptico. Los me-dios han de extremar su responsabili-dad social para sobreponerse al mie-do colectivo, no magnificar equivoca-damente el impacto del terror, saber-lo calibrar para no minusvalorarlo yno alimentar la visceralidad. Sin queel rigor signifique asepsia. Y no sólopueden, sino que deben evaluar críti-camente las actuaciones políticas, ins-titucionales o incluso militares –en elcaso de la llamada ‘guerra preventiva’contra el terrorismo global– que pue-dan llevarse a cabo para intentar aca-bar con la violencia. Los gobiernos es-pañoles han encarado ya tres experien-cias fallidas para tratar de buscar unasalida dialogada a la violencia de ETA.Pero no deberíamos olvidar en últimoextremo, en el legítimo e imprescindi-ble ejercicio de nuestro derecho a lacrítica, quiénes son los culpables origi-nales y el nombre de sus víctimas. �

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—31

La profesión periodística pasapor momentos de confusión ydesconcierto. Es un hecho queel periodismo recibe la valora-

ción más baja en muchos años porparte de la opinión pública. Los pro-pios profesionales son presa de unmalestar no siempre expresado, deun desconcierto sobre sus funcionesque no se registra desde las peoresépocas de la dictadura.

A pesar de la amplitud del proble-ma y de la percepción generalizadadel mismo, no va a ser fácil poner deacuerdo a los profesionales sobre lascausas, consecuencias y propuestasde mejora. Pero la dificultad no hacemás que poner de manifiesto, en pri-

mer lugar, la necesidad de llevar a ca-bo este esfuerzo de las organizacionespara identificar el origen de la bajacalidad de la información, el males-tar que afecta a los profesionales y lafalta de horizonte de seguir en estasituación. Por tanto, habría que pro-mover un debate en el seno de la pro-fesión y elaborar criterios que permi-tan alejarse de las prácticas más per-niciosas y hacerlo con la mayor uni-dad posible.

Dos de las primeras cuestiones quesurgen en el análisis de la situaciónson la progresiva institucionalizacióndel proceso de elaboración de la in-formación y el alineamiento que su-fren los profesionales arrastrados por

Crítica y autocrítica del periodismoUrge un debate a fondo en el seno de la profesión para asumirlos errores de complacencia y pasividad, retornar al espíritu críticoque ha de impregnar el periodismo y las normas elementales dedeontología profesional. La Asociación de la Prensa de Sevillaadelanta incluso unas propuestas.

Texto elaborado por la Comisión de Garantías Profesionales de la Asociación de laPrensa de Sevilla.

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��� Crítica y autocrítica del periodismo

la preocupante y descarada apuestapolítica de los grupos de comunica-ción más importantes del país. De es-ta forma, a la tradicional concentra-ción de medios y su apuesta por in-tereses económicos, se une ahora unaalarmante participaciónen la contienda política,lo que revierte en una uti-lización indisimulada dela información y de losprofesionales.

Las instituciones –nosólo las políticas, tam-bién las empresas, los sin-dicatos y cualquier enti-dad que quiera asomarsea los medios– tratan dehacer girar a su alrededorla mayor parte de la su-puesta información. Ellosmarcan la agenda, con-trolan y racionan la infor-mación e incluso tratancon diferente rasero a losprofesionales en funcióndel medio para el que tra-bajan.

Enorme cantidad deconvocatorias, notas deprensa, comunicados, canutazos… in-undan de supuesta información laagenda de los medios de comunica-ción. Esto centra buena parte de lapreocupación de los profesionales,que se manifiestan desbordados y ala vez cómodos con que el trabajo lessalga al encuentro. Las ruedas deprensa sin preguntas, que han provo-

cado malestar en determinados sec-tores de la profesión, no son más queel extremo de ese fenómeno que con-siste en la institucionalización de lasnoticias: puesto que son los detenta-dores de la información quienes la

administran a su antojo,también se creen con de-recho a racionar el caudalsegún sus intereses. A ve-ces, que haya preguntaso no puede no ser lo prin-cipal porque, incluso ha-biéndolas, son ellos losque tienen la iniciativa dequé toca hablar en cadamomento. Deciden cuán-do y cuánto conviene ha-blar de un asunto.

El periodista ha llega-do a olvidar otras formasde ejercicio de la profe-sión que no sean acudira las ruedas de prensa, re-coger declaraciones o ex-tractar notas de prensa.Los contenidos de los me-dios se ven así condicio-nados por el calendarioque elabora el gabinete

de comunicación o de imagen y se haimpuesto en las administraciones elprincipio de que dar información ala prensa es una traición a la institu-ción, siempre que no sea una loa.

Instituciones son las que mandany las que aspiran a mandar más, delámbito público y del privado, que en-tienden a los periodistas y a los me-

Se han llegado aolvidar otrasformas deejercicio de laprofesión que nosean acudir a lasruedas de prensa,recogerdeclaraciones oextractar notas deprensa.

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dios de comunicación como vehícu-los –instrumentos propagandísticosinevitables, indeseables muchas ve-ces, de los que si pudieran prescindi-rían– para llegar a la ciudadanía.

La información para casi todosellos no es un derecho elemental delos ciudadanos, sino una prerrogati-va que se atribuyen en función de susintereses del momento. Y la transpa-rencia no es una condición sin la cualla democracia pierde todas sus cuali-dades, sino una amenaza que se sa-cuden porque creen que detrás de ellase encuentra el abismo por el que cae-rán sus aspiraciones de poder o suambición. En esta dinámica han caí-do instituciones y organismos de to-dos los colores políticos, empresas yhasta organizaciones que se titulansin ánimo de lucro.

La consecuencia es el olvido de quela demanda de información nace dela sociedad. No de las instituciones,ni de los periodistas, ni de los medios.Por obvio, se olvida con demasiadafrecuencia –sobre todo a los profesio-nales– que el periodista no es másque el depositario de un derecho delos ciudadanos. La vanidad del profe-sional, tan vieja compañera de esteoficio, y los intereses de las fuentes yde las empresas periodísticas se alíanaquí para engendrar la situación ac-tual.

Existe una fuerte demanda socialde información, pero la respuesta delos profesionales es la mera trascrip-ción de opiniones y datos elaborados

El Parlamento de papelIgnacio Fontes y Manuel Ángel Menéndez,dos tomos (1.180 y 544 páginas),70 euros.

Un ensayo sobre la historia

de la prensa no diaria

del franquismo crepuscular:

la existente, la que nació

en esos años para oponerse

a la dictadura, y la espectacular

floración que sucedió a la

muerte de Franco, que elevó

su número por encima

de 7.000 títulos.

DE VENTA EN LA A.P.M.

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34—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Crítica y autocrítica del periodismo

por gabinetes especializados en adul-terar la realidad, adaptarla a sus in-tereses, maquillar resultados y sosla-yar inconvenientes. La demostracióndel control que ejercen sobre la infor-mación es que cualquier demanda dedatos debe ser canalizada por los ga-binetes y que ningún técnico está au-torizado ni siquiera a hablar con losinformadores.

Sería interesante que las organiza-ciones profesionales promoviesen unanálisis sobre cómo la información esmanipulada a lo largo de los canalesantes de llegar a los periodistas. Cae-rían muchos velos sobre la llamada so-ciedad de la información y la ciudada-nía en las sociedades democráticas.

A esa confluencia de intereses seune el alineamiento de las empresasde comunicación, convertidas con de-masiada frecuencia en trincheras des-de las que el periodista tiene más obli-gación de disparar contra el adversa-rio político del editor que de informara su público. El ‘trincherismo’ se haextendido como una plaga del perio-dismo y eso es algo que el público haasumido como uno de los grandes ma-les de los actuales medios, junto a lainundación de programas que frivoli-zan valores tan elementales del perio-dismo como la veracidad y el respetopor la intimidad de las personas.

AutocríticaSi hasta aquí el análisis de la situa-ción se ha centrado en el sistema im-

puesto a los medios de comunicaciónpor las instituciones y las empresas,en las siguientes líneas es necesarioasumir la parte de culpa que tienenlos profesionales de este estado de lascosas. Porque el predominio de lasruedas de prensa –con o sin pregun-tas– la sustitución de la informacióna requerimiento de los informadorespor convocatorias públicas y las tra-bas del acceso a la información sonconsecuencias inevitables de la pér-dida de la iniciativa de los profesio-nales.

El problema no es sólo la fuerzade las instituciones sino también lapasividad de los profesionales. Nos en-contramos ante una rendición de losperiodistas, una renuncia a tener lainiciativa.

La información (y el interés del pú-blico) sigue estando en la calle, un lu-gar que el periodista ya no pisa por-que no tiene tiempo atrapado por lamaquinaria ‘comunicativa’ en mar-cha. El resultado, entre nuestra incu-ria y el predominio de las institucio-nes públicas y privadas, es la infor-mación precocinada, dispuesta enasépticas bandejas en estanterías desupermercado, lista para llevar. Estofacilita el trabajo a los profesionales,pero adultera el producto.

Yerran los profesionales que creenque el público no se entera, que dapor bueno lo que consume: nunca co-mo ahora ha estado tan desprestigia-da la profesión. El ‘ruido’ adultera loscontenidos hasta el extremo de hacer

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��� Crítica y autocrítica del periodismo

irreconocible la información veraz dela propaganda. El público lo percibe,consciente o inconscientemente, y deahí procede gran parte del despresti-gio profesional.

En demasiadas ocasiones, los pro-fesionales olvidan que las reglas deoro del periodismo son contrastar lasinformaciones, exponer todos los da-tos posibles sobre lo sucedido (losque avalen una teoría y los que la con-tradigan), el secreto sobre las fuen-tes, el respeto por el ámbito privadode las personas, deslindar informa-ción y opinión… La libertad de expre-sión no es una licencia para insultarni denigrar a nadie, sino para expo-ner los datos que ayuden a sacar con-clusiones sobre lo ocurrido. Seríabueno que las asociaciones dedica-ran esfuerzos a difundir el código de-ontológico de la profesión periodís-tica.

En este sentido, cualquier pro-puesta que pretenda mejorar la si-tuación no puede limitarse a pedirotro comportamiento de las institu-ciones, que abandonen la patrimo-nialización de la información, quesean transparentes y respeten el tra-bajo y la independencia de los profe-sionales. Lo primero que es necesa-rio es llevar a cabo un debate a fon-do en el seno de la profesión para asu-mir los errores de complacencia y pa-sividad, retornar al espíritu críticoque ha de impregnar el periodismoy las normas elementales de deonto-logía profesional.

Propuestas

A la profesión:— Abrir un debate sobre estas cues-

tiones en nuestra web;— Plantearnos una serie de char-

las con profesionales de los medios ydel área de la formación profesional.

— Trasladar la preocupación alconjunto de las organizaciones pro-fesionales.

— Presencia en la revista de la Aso-ciación de la Prensa de Madrid.

A las instituciones:— Exponerles nuestra preocupa-

ción por los aspectos que, de esta re-flexión, les corresponden.

— Plantearles la regulación en sen-tido abierto y positivo del derecho delos profesionales a recibir una infor-mación completa sobre los asuntosque les requieran.

— Exigirles la no limitación de losprofesionales al acceso a los funcio-narios y que éstos no se vean someti-dos a represalias por responderles.

— Pedirles que separen la informa-ción de índole técnica y general de laresponsabilidad de los directivos po-líticos de las administraciones.

A las empresas periodísticas:— Exigirles nuestro derecho profesio-

nal sobre la información que se publica.— Plantearles la regulación de los

comités de redacción y su derecho aparticipar en el proceso de análisis delos conflictos que se presenten. �

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—37

ÁLEX GRIJELMO

E l Parlamento español ha apro-bado una ley promovida por elMinisterio de Trabajo que su-pone un gran avance en la con-

solidación de la igualdad entre hom-bres y mujeres en España, y que po-demos reconocer como un elementomás del impulso político hacia el res-peto que merecen todas las personas–todas–, no siempre reconocido des-de el poder en nuestra historia recien-te.

Se trata de la ley orgánica 3/2007,de 22 de marzo, publicada en el Bole-

tín Oficial del Estado del día 23 del mis-mo mes.

Ese texto legal, que me parece irre-prochable y digno de celebrar en lamayor parte de su contenido, contie-ne diversos artículos que afectan a la

prensa y que, a mi entender, entranen colisión con la independencia delos medios de comunicación (especial-mente los de titularidad pública) de-fendida por el partido socialista en sucampaña electoral y en su programa,y aplicada en la práctica durante es-ta legislatura que ya termina.

En mi opinión, tales artículos seoponen a las recomendaciones delConsejo de Europa sobre la autorre-gulación en los medios informativos.

Emprendo aquí un comentario crí-tico sobre esos aspectos de la ley, ad-virtiendo de que no cuestiono los fi-nes que el texto persigue ni su globa-lidad. No discuto la meta, sino sóloel camino.

La ‘Ley de Igualdad’ entre hombresy mujeres contiene en su última par-

Comentario crítico sobrela ‘Ley de Igualdad’El Parlamento ha legislado sobre la obligación de los mediosde promover la igualdad entre sexos; y la situación que seproduce con ello sería comparable –desde el punto de vistaformal– con que se legislase sobre la obligación de escribir sinfaltas de ortografía. El fondo no se discute, pero sí la forma.

Álex Grijelmo es presidente de la Agencia Efe.

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��� Comentarios críticos sobre la ‘Ley de Igualdad’

te –en el título III– unos preceptosque obligan a los medios de comuni-cación –especialmente a RTVE y a laAgencia Efe, pero no sólo a éstos– yque pueden constituir una intromi-sión en las competencias propias delos periodistas. En ellos se obliga porley a un medio de comunicación detitularidad pública a poner en prác-tica unos principios que, si realmen-te se entienden aquéllos como me-dios independientes, deberían formarparte de su propio ideario y su pro-pia autorregulación. (En el caso deEfe, eso se cumple con el Estatuto dela Redacción, aprobado en mayo de2006; en el caso de RTVE, con sus prin-cipios básicos en vigor desde 1981).

El Parlamento ha legislado sobre laobligación de los medios de promoverla igualdad entre sexos; y la situaciónque se produce con ello sería compa-rable –desde el punto de vista formal,insistimos– con que se legislase sobrela obligación de escribir sin faltas deortografía, o de publicar noticias veri-ficadas, o de difundir las informacio-nes con rapidez y no dos días despuésde ocurridas. En todos esos casos es-taríamos de acuerdo con el fondo delasunto, con la intención, pero jamáscon la forma legal.

La Ley de Igualdad abre una vía pa-ra que el Parlamento legisle sobre ma-terias que, en una sociedad democrá-tica, debieran contenerse en los códi-gos deontológicos de cada profesión.Estas normas éticas que se dan entreabogados, médicos, historiadores o ar-

quitectos complementan las leyes, ysólo se justifica que el Parlamento le-gisle sobre tales materias si las respec-tivas colectividades hacen dejaciónde tal responsabilidad.

No es el caso de la prensa españo-la, que cuenta con los códigos deon-tológicos del Colegio de Periodistasde Cataluña y de la Federación de Aso-ciaciones de la Prensa de España (cu-yo principio general 7.a incluye la ha-bitual salvaguardia encaminada aque nadie sea perjudicado en razónde su raza, sexo, religión, origen so-cial, enfermedad, etcétera). Y disponetambién de textos reguladores que seañaden a ellos en los distintos me-dios: estatutos de la redacción, librosde estilo, estatutos del defensor dellector o del espectador…

Tales códigos constituyen tambiénuna herramienta de diferenciaciónante el público: unos medios los tie-nen porque se exigen a sí mismos; yotros nos los tienen porque sólo exi-gen a los demás. Es libertad de losciudadanos elegir éstos o aquéllos.Aunque a muchos nos duela a vecesla elección.

Si el poder político cree poco efi-caz la ordenación ética que han esta-blecido para sí los distintos mediosde comunicación españoles indivi-dualmente, o los periodistas como co-lectividad –y lo es con seguridad enalgunos casos–, tiene la oportunidadde incentivar la reforma o la creaciónde esos códigos, pero siempre a ini-ciativa de los periodistas o de sus em-

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—39

presas; y, en todo caso, como respon-sabilidad profesional, y no por ley. Pa-ra luego destacar públicamente, quienasí lo desee, qué medios cumplen o notales regulaciones.

Estos artículos de la Ley de Igual-dad aprobada el pasadomarzo han encontrado es-casa oposición del mun-do periodístico, lo que de-ja expedito el camino pa-ra nuevas intervencionesdel poder político en losámbitos profesionales.

Un caso como el quenos ocupa parece difícil deaplicar en otras profesio-nes, como el cine (ni si-quiera resultaría fácil enaquellas películas que re-ciben alguna subvenciónpública). Si los guionistastuvieran por ley la obli-gación de promover laigualdad entre hombresy mujeres, y los produc-tores debieran encargarequitativamente sus pelí-culas a directores y direc-toras, a actrices y actores,ello atentaría contra la libertad decreación y, tal vez, contra la libertadde empresa. Podría compartirse la in-tención. No así el método.

La autorregulaciónEsta irrupción de la política en el ám-bito deontológico de la prensa me pa-

rece contraria a las indicaciones delConsejo de Europa, que se ha mostra-do partidario de la autorregulaciónde los medios informativos.

Su recomendación, aprobada porunanimidad el 1 de julio 1993 y que

tuvo como ponente al ca-tedrático español ManuelNúñez Encabo, contienealgunos puntos intere-santes al respecto.

Por ejemplo, y tras re-saltar la importancia delos medios informativosen la cultura y la forma-ción, ese texto del Conse-jo de Europa advierte conclaridad en su artículo19: “Sería erróneo dedu-cir que los medios de co-municación representana la opinión pública o quedeban sustituir las fun-ciones propias de los po-deres o entes públicos ode las instituciones de ca-rácter educativo o cultu-ral como la escuela”.

La ley que comenta-mos, por el contrario, pa-

rece desplazar hacia los medios infor-mativos lo que corresponde, en efec-to, a la educación; y, por tanto, a lospoderes públicos, como veremos másadelante.

La recomendación europea rema-cha, en el artículo 21: “Por tanto, elejercicio del periodismo no debe con-dicionar ni mediatizar la informa-

La irrupción de la política enel ámbitodeontológico dela prensa escontraria a lasindicaciones delConsejo deEuropa.

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��� Comentarios críticos sobre la ‘Ley de Igualdad’

ción veraz o imparcial y las opinio-nes honestas con la pretensión decrear o formar la opinión pública, yaque su legitimidad radica en hacerefectivo el derecho fundamental a lainformación de los ciudadanos en elmarco del respeto de los valores de-mocráticos”.

A continuación, el Consejo de Eu-ropa se manifiesta favorable a ese au-tocontrol de los medios, en su artí-culo 32: “En el interior de la empre-sa informativa deben convivir los edi-tores, los propietarios y los periodis-tas. Para ello es necesaria la elabora-ción de estatutos de la redacción pe-riodística con la finalidad de orde-nar las relaciones profesionales delos periodistas con los propietarios yeditores en el interior de los mediosde comunicación, con independen-cia de las obligaciones laborales. Den-tro de estos estatutos se podrá pre-ver la existencia de comités de redac-ción”.

El propio Manuel Núñez Encaboha escrito (Cuadernos de Periodistas,

abril de 2006) para ratificar el senti-do de ese párrafo: “El Código europeoseñala que la mejor vía, el mejor mo-delo, es el de autocontrol ético, volun-tario, independiente y exterior a lospropios medios que ya ha sido asu-mido por la mayoría de los consejosde prensa europeos y que se contra-pone a otros modelos posibles (…). Elmodelo de autocontrol (…) externofunciona autónomamente con inde-pendencia de los propios medios. Des-

de el Consejo de Europa se defiendeque es el mejor modelo”. (…). “La éti-ca nunca debe imponerse”.

Y añade: “Se apuesta así por unmáximo ético y un mínimo jurídicopara evitar las tentaciones de los po-deres públicos de legislar sobre loscontenidos de los medios de comuni-cación”.

¿Cuál es el sentido general de esoscódigos de autorregulación? Tambiénlo sugiere la recomendación del Con-sejo de Europa, en su punto 33: “Enla sociedad se dan a veces situacionesde tensión y de conflictos nacidos ba-jo la presión de factores como el te-rrorismo, la discriminación de las mi-norías, la xenofobia o la guerra. Enestas circunstancias, los medios de co-municación tienen la obligación mo-ral de defender los valores de la de-mocracia, el respeto a la dignidad hu-mana, la solución de los problemasa través de métodos pacíficos y de to-lerancia y, en consecuencia, oponer-se a la violencia y al lenguaje del odioy del enfrentamiento, rechazando to-da discriminación por razón de cul-tura, sexo o religión”.

“Para la vigilancia del cumpli-miento de estos principios deontoló-gicos”, dice más adelante, en el pun-to 34, “deben crearse organismos omecanismos de autocontrol, integra-dos por editores, periodistas y asocia-ciones de ciudadanos usuarios de lacomunicación, representantes de launiversidad y de los jueces, que emi-tirán resoluciones sobre el cumpli-

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miento de los preceptos deontológi-cos en el periodismo, con el compro-miso previamente asumido por losmedios de comunicación de publicartales resoluciones”.

Ahí queda marcado el territorioético en el que han de moverse los có-digos que se den a sí mismos los pe-riodistas o sus medios. El Consejo deEuropa no sugiere la aprobación deuna ley, sino que emite una recomen-dación destinada a que las normas decomportamiento se elaboren, con esemarco general, en cada ámbito pro-fesional del oficio periodístico.

En el mismo sentido se expresa elComité Económico y Social Europeo,en este caso al abordar los derechosde los menores. Este organismo reite-ra su apoyo a las prácticas de autorre-gulación periodística, “siempre quesean eficaces”, y resalta la importan-cia de utilizar “modelos de corregu-lación porque parecen ser particular-mente eficaces para la aplicación delas normas en materia de protecciónde los menores”.

Los medios públicos españoles dis-ponen actualmente de una organiza-ción que permite garantizar todo eso.Es decir, el poder político –en este ca-so siguiendo, sí, las directrices delConsejo de Europa– ya ha velado pa-ra que se garantice la organizaciónde los medios públicos de modo quese asegure la neutralidad de sus in-formaciones y el respeto a la igual-dad entre sexos. Efe elaboró reciente-mente un Estatuto de la Redacción; y

RTVE cuenta con una nueva ley queotorga neutralidad y pluralismo a susdirigentes, si bien no se ha produci-do la paridad de sexos en su Consejode Administración.

Asimismo, los Principios Básicosde RTVE (texto aprobado por su Con-sejo de Administración el 28 de juliode 1981) señalan como primer obje-tivo “fomentar la identificación de lasaudiencias con los valores que laConstitución reconoce (…): la libertad,la justicia, la igualdad y el pluralis-mo político. No sólo en el sentido deacatamiento pasivo de dichos valores,sino en el de la beligerancia para sudefensa y promoción”.

Y más adelante: “Especial atenciónse prestará a la no discriminación dela mujer. Se favorecerá su equipara-ción –como ciudadano– con el hom-bre, evitándose cualquier trato veja-torio o simplemente instrumental dela misma”.

Los medios públicos deben consi-derarse a todos los efectos –si real-mente se cree en su independenciade gestión y de información– comosi fueran privados (eso no les eximede su función social). Puede regular-se, eso sí, cómo se designa a sus res-ponsables (sin olvidar que se trata deempresas periodísticas) para favore-cer su autonomía de gestión; y esta-blecer desde el poder político cuálesson sus objetivos.

En España no disponemos aún deun código de autorregulación perio-dística como el británico, tan citado

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��� Comentarios críticos sobre la ‘Ley de Igualdad’

siempre, o como el peruano (poco co-nocido en España)1. Pero el camino enEspaña está al menos entreabierto,puesto que casi todos los medios decomunicación aprueban códigos de-ontológicos propios o se acogen a lospreexistentes. Y quien se quede almargen será señalado.

Los artículos de la leyEl objeto de la ley aprobada por el Par-lamento Español es promover laigualdad entre hombres y mujeres,propósito redundante con los artícu-los 9.2 y 14 de la Constitución. Perono se puede negar que la ley funda-mental española admite desarrollosconcretos.

La norma citada “regula derechosy deberes de las personas físicas y ju-rídicas, tanto públicas como privadas,y prevé medidas destinadas a elimi-nar y corregir en los sectores públicoy privado toda forma de discrimina-ción por razón de sexo”.

Sin embargo, en lo que conciernea los medios públicos, no se trata deevitar la discriminación por razón desexo, sino de promover actos profe-sionales concretos, que pueden ser enalgún caso incluso contrarios al inte-rés informativo. No estamos, pues, an-te una ley que impida la discrimina-ción (lo cual sería entendible) sino an-te una norma que obliga a militarcontra ella.

Por ese camino, deberían promo-verse leyes que obligaran a los perio-

distas a militar contra todas las de-más injusticias de la vida.

Tal pretensión choca con el ya re-ferido párrafo del Consejo de Europasegún el cual “el ejercicio del perio-dismo no debe condicionar ni media-tizar la información veraz o impar-cial y las opiniones honestas con lapretensión de crear o formar la opi-nión pública”.

Llama la atención esa tendenciadel poder político encaminada a legis-lar sobre los medios de comunicación,en los que indudablemente se produ-cen excesos escandalosos. Pero la so-ciedad también está escandalizadapor la violencia verbal que se da en elámbito de la política, sin que los par-tidos hayan sido capaces de elaborarsus propios libros de estilo y códigosdeontológicos; y sin que se reclame porello una ley que establezca determi-nadas normas de comportamiento enel Hemiciclo. O de expresión.

El poder político no ha elaborado,pues, ninguna ley que impida los gri-tos y abucheos en el Parlamento cuan-do está interviniendo un diputado, ouna ley que condene los insultos aladversario político, o una ley que im-pida a un parlamentario hacer jui-cios de intenciones que dejen pormentiroso, sin pruebas, a otro repre-sentante; ni una ley que impida darpor ciertos unos hechos que no se handemostrado…, ni una ley que evite ladiscriminación de la mujer en el de-bate político, sea lingüística o de peorcalaña.

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El poder se escandaliza poco porlo que sucede en su ámbito; aunquesí tenga razones para escandalizarsepor lo que ocurre en el periodismo.En el mal llamado periodismo, en talcaso. O en el mal periodismo.

Volvamos a la ley co-mentada. Su artículo 36se refiere a “la igualdaden los medios de comuni-cación social de titulari-dad pública”. Y señala:“Los medios de comunica-ción social de titularidadpública velarán por latransmisión de una ima-gen igualitaria, plural yno estereotipada de mu-jeres y hombres en la so-ciedad, y promoverán elconocimiento y la difu-sión del principio deigualdad entre mujeres yhombres”.

Por tanto, los mediospúblicos no podrían, aun-que quisieran, difundirestereotipos. Pero tampo-co sin querer, o sin darsecuenta de que lo están ha-ciendo.

Cabe preguntarse entonces cómose consigue realmente eso, cuál es elcamino: qué se considera una ima-gen igualitaria, cómo transmitir unaimagen igualitaria entre hombres ymujeres si la realidad no lo es. ¿Hayque ser fieles a la realidad o fieles aesta ley? ¿Hay que dejar de difundir

alguna noticia para lograr ese tratoigualitario?

Asimismo, encontramos aquí el pri-mer ejemplo de ambigüedad (se repe-tirán después) en la norma aprobada.El precepto se aleja del estilo y la for-

ma que debe tener todaley para impedir las ambi-güedades en su entendi-miento y las arbitrarieda-des en su aplicación.

Enseguida encontra-mos otro ejemplo de estemismo defecto: la ley obli-ga a RTVE a “reflejar ade-cuadamente la presenciade las mujeres en los di-versos ámbitos de la vidasocial”.

Pero, ¿qué significa‘adecuadamente’? El tex-to legal se muestra denuevo muy inconcreto, ypeligroso precisamentepor esa inconcreción. Eldirector de un programapuede considerar que re-fleja adecuadamente lapresencia de la mujer me-diante unas imágenes, y

el denunciante de turno opinar locontrario. Una vez planteado ese con-tencioso, ¿qué viene a continuación?

La norma jurídica –escribe Luis Ca-zorla, catedrático de Derecho y letra-do de las Cortes– debe ser “clara y pre-cisa y, como tal, entendible por enci-ma de los propios juristas”; “ha deatenerse en su formulación y desarro-

La sociedad estáescandalizadapor la violenciaverbal que se daen el ámbito dela política, sinque los partidoshayan sidocapaces deelaborar suspropios libros deestilo.

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llo a las pautas de la lógica en sus dis-tintas manifestaciones, particular-mente la formal”; debe “abarcar to-das las manifestaciones de la realidadpara así regularlas. Nada, en princi-pio debe quedar fuera de su alcance,todo ha de hallar respuesta en ella”2.

Sin embargo, la redacción dada ala ley no sólo contradice esos crite-rios sino que la aleja de los principiosque conciernen a la necesaria seguri-dad jurídica, la claridad y la certi-dumbre de las normas.

Cazorla añade: “La norma confu-sa, indeterminada o con tufillo deirrazonable, fruto de la causa que sea,crea zonas de indeterminación o pe-numbra, hasta de aparente vacío nor-mativo. Esto favorece las posibilidadesde actuación del Ejecutivo, lo cual setraduce en el ensanchamiento de lapotestad reglamentaria impulsadopor la confusión o indeterminaciónde la ley”.

También se obliga en el comenta-do texto legal a que RTVE y Efe utili-cen “el lenguaje en forma no sexis-ta”. Y eso sí que constituye un terre-no difícil, en el que la verdad oficialcada vez está más lejos de la verdadgramatical, empezando por que aqué-lla no sabe distinguir entre género ysexo. En este punto, ni siquiera la ver-dad oficial de la Real Academia coin-cide con la verdad oficial predomi-nante en el Gobierno.

¿Qué se entiende por lenguaje nosexista? ¿Puede el Parlamento decidirsobre el género gramatical? ¿Puede el

poder político reescribir la gramáti-ca española?

El camino que se abre aquí con losperiodistas conduce también (otracuestión es que se recorra o no) a es-tablecer unas normas políticas paraque la Real Academia elabore sus de-finiciones y sus diccionarios.

En cuanto al fondo del asunto, laley parte de un error de base que con-viene aclarar una vez más: como es-cribió José Antonio Marina, las pala-bras no son la realidad, son represen-taciones de la realidad.

La realidad cambia sin que cam-bien las palabras que la designan, aña-dimos nosotros.

Hoy recibimos en el hotel una tar-jeta que nos permite abrir la puertade la habitación y la llamamos ‘lla-ve’, aunque no se parezca en nada alas llaves de hace dos siglos. La reali-dad cambia, la palabra permanece.Aún decimos ‘tirar de la cadena’, aun-que pulsemos una palanca; o ‘colgarel teléfono’, aunque apretemos un bo-tón. La palabra ‘azafata’ existía en elsiglo XVI, y la pluma con la que elRey firma una ley no tiene ya ni unsolo resto de ave, a diferencia de laque usó Cervantes. Y ambas son plu-mas. Vemos, pues, que las expresio-nes se mantienen aunque la realidadque designan se modifique. Y con unamisma palabra podemos percibir unarealidad diferente, a condición de queésta haya cambiado.

Eso nos permitirá llamar legítima-mente ‘matrimonio’ al constituido

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por dos hombres, por ejemplo, aun-que en él no haya ‘madre’ (máter).Porque hablamos también del ‘patri-monio’ (páter) de una mujer; y admi-timos la ‘patria potestad’ de la madre(sin necesidad de decir ‘matria potes-tad’), figuras jurídicas que antigua-mente sólo se concebían para loshombres.

La frase “al concurso de belleza sepresentaron diecisiete jóvenes” noshace pensar en diecisiete mujeres, apesar de que no haya nada femeninoen los jóvenes de esa oración. Sóloporque la mayoría de los concursosde belleza son femeninos.

En cambio, si decimos “seis poli-cías detuvieron a los atracadores”imaginaremos seis policías hombresaunque nada haya de masculino enese sujeto gramatical, porque la rea-lidad representada es así.

Por el contrario, la sentencia “losescolares de Burgos son más puntua-les que los de Valladolid” nos harápensar en niños y niñas (salvo prejui-cio atípico y minoritario).

La supuesta discriminación se po-ne demasiado en el género, a menu-do injustamente; y puede aparecercon más frecuencia incluso en una con-junción (“es un restaurante marro-quí, pero muy bueno”; “es una chicajoven, pero muy responsable”).

El error de base consiste, pues, encreer que si se cambia el lenguaje secambia la realidad. La historia de lalengua nos muestra lo contrario: esla realidad la que cambia el signifi-

cado; y ni siquiera cambia las pala-bras, que pasan a representar una rea-lidad nueva con la misma morfolo-gía que tuvieron durante siglos (véa-se el caso de ‘pantalla’, que ya asocia-mos hoy en primer lugar a un orde-nador; y apenas recordamos su usoantiguo para designar la lámina querodeaba un punto de luz o la finamampara que defendía a las perso-nas frente al resplandor de la chime-nea). El esfuerzo, entonces, debe cen-trarse en modificar la realidad paraque la igualdad entre hombres y mu-jeres sea real; las palabras –sus signi-ficados– se adaptarán después con to-da sencillez.

Este intento de que los medios mo-difiquen su léxico camina en sentidocontrario al proceso democrático. Lagramática no dice cómo se debe ha-blar, sino cómo se habla. Ninguna gra-mática ha logrado imponer sus nor-mas, simplemente codifica las que elpueblo se ha dado a sí mismo. Nin-guna gramática ha decidido crear ver-bos irregulares o defectivos; sólo losha registrado.

Intervenir en eso se parece bastan-te a intervenir en los medios de co-municación.

Un periodista puede detestar a Je-an Marie Le Pen, y, sin embargo, nopodrá suprimirlo de sus páginas y delos telediarios en aras de la democra-cia y de la libertad. Y si Le Pen dicealgo, aunque no guste, habrá que re-producir sus palabras en una infor-mación.

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Puede no gustarnos igualmente elmasculino genérico, y pretender lacreación de oraciones de auténtica in-geniería lingüística como “los niñosy niñas barceloneses y barcelonesasque estén aprobados y aprobadas pue-den sentirse satisfechos y satisfechas”.Pero la duplicación artificial no resis-te las sucesivas concordancias, y re-sultaría antiperiodística además deabsurda.

Por tanto, la norma de “utilizar ellenguaje en forma no sexista” se dic-ta en un terreno tremendamente res-baladizo en el que no se dan actual-mente referencias sociales claras. Losperiodistas parecen quedar indefen-sos ante este artículo de la ley.

Además, otros dos de sus precep-tos obligan a RTVE y a Efe a “adoptar,mediante la autorregulación, códigosde conducta tendentes a transmitir elcontenido del principio de igualdad”.

En un artículo posterior (el 40), lanorma se extiende a todos los medios:

“Las Administraciones públicaspromoverán la adopción por parte delos medios de comunicación de acuer-dos de autorregulación que contribu-yan al cumplimiento de la legislaciónen materia de igualdad entre muje-res y hombres, incluyendo las activi-dades de venta y publicidad que enaquellos se desarrollen”.

Algunas ya lo han hecho; la últi-ma, el Gobierno de Cantabria a pri-meros de mayo de 2007; y con unmuy discutible texto.

(Todo esto recuerda la famosa anéc-

dota ocurrida en una asamblea uni-versitaria, cuando un estudiante se le-vantó para decirle a quien acababa deexpresar unas opiniones: “Permítemeque te haga una autocrítica”. En estaley, el poder político nos dice: “Per-mítanme que les haga una autorre-gulación”).

Otras comunidades autónomas yahabían emprendido ese camino, siem-pre con objetivos loables: el lenguajeque se usa en relación con los inmi-grantes, la protección de los menores,la discriminación de la mujer… Va-rios Gobiernos regionales han some-tido a la firma de los medios de co-municación distintas declaraciones afavor de la igualdad y el respeto en-tre las personas.

Sin embargo, a un medio periodís-tico nunca se le ocurriría escribir unadeclaración de intenciones sobre có-mo debe comportarse un buen fun-cionario (“atender diligentemente alos ciudadanos”, “no contestar mal”,“no desaparecer de la ventanilla vein-te minutos cada hora laborable paratomar un café”, “dar soluciones y noproblemas”…) y someterla a la firmade un Gobierno autónomo o de unministro. La sola enumeración de esosdeberes ya sentaría mal a los funcio-narios, incluso a los ministros y con-sejeros de esa Administración.

Eso que se sometía a la firma delos medios estaba esculpido ya, enmuchos casos, en sus códigos inter-nos, como sucede en el caso de Efe.Su estatuto, un eficaz ejercicio de au-

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tocontrol, fue incorporado al conve-nio colectivo y, por tanto, tiene ran-go de ley; y no se puede modificar uni-lateralmente. Obliga a todos sus pe-riodistas.

Ese estatuto profesional dice, porejemplo: “El tratamientodel material informativode Efe evitará cualquiertipo de discriminaciónpor razones de religión, ori-gen, situación social, cul-tura, etnia, sexo o cual-quier enfermedad o dis-capacidad”.

No hace falta entoncesque una ley lo imponga;y que se presente como sise estuvieran incumplien-do tales preceptos éticos.

Pero quizás el mayorexceso de ese texto legalse produce cuando estable-ce la obligación de los me-dios públicos de “colabo-rar con las campañas ins-titucionales dirigidas a fo-mentar la igualdad entremujeres y hombres y aerradicar la violencia degénero”.

¿Y por qué? Porque ese preceptoprescinde de qué es noticia, y de la li-bertad de los profesionales para deci-dirlo. Influir en que los medios sobreac-túen en relación con estos problemassignifica restarles independencia yobjetividad, y vulnerar los principiosperiodísticos; y, tal vez, estropear el

producto (lo cual suele redundar enel desinterés del público).

El poder político ya dispone de fon-dos suficientes para promover esascampañas, sin necesidad de que lapropaganda fuerce el interés infor-

mativo de los medios decomunicación.

Podría interpretarseque ese artículo significaque RTVE debe difundirgratuitamente cuantos es-pacios desee el Gobiernorelacionados con la igual-dad entre mujeres y hom-bres, que hay que publi-car más noticias sobre esode las que normalmenteinteresan al público, quese emita un programa se-manal sobre el asunto, oquizás diario, por supues-to con presencia de quie-nes defiendan determina-das opciones en relacióncon esa idea. ¿O sólo unprograma trimestral? ¿Ve-tarían Efe y RTVE a la Re-al Academia, que tieneposturas distintas del Go-

bierno en cuanto a los usos gramati-cales del género, porque eso no seríacolaborar con las campañas institu-cionales? ¿Por qué poner un interésespecial en erradicar la mal llamada‘violencia de género’, si estamos encontra de toda violencia? Por supues-to, se ha producido una alarma socialal respecto (afortunadamente); pero

A un medioperiodístico nuncase le ocurriríaescribir unadeclaración deintenciones sobrecómo debecomportarse unbuen funcionario.

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no es la única. ¿Debería existir unaley semejante para condenar en los me-dios públicos la violencia terrorista, ycolaborar con las campañas institu-cionales destinadas a ello? ¿Y por quéno obligar a los medios públicos a co-laborar también en las campañas ins-titucionales sobre el rechazo de lasdrogas o sobre el fomento de la lectu-ra o la práctica del deporte? ¿Será ne-cesaria, mejor, una ley que recuerdea los medios públicos que deben de-fender la democracia? ¿Y qué tal unaley que obligue a los médicos a queintenten curar a sus pacientes?

No pretendo ridiculizar el propó-sito, ni comparar el fomento de la lec-tura o del deporte, o las campañasanti droga con la lucha contra la te-rrible violencia machista (aunqueaquellas tres sanas intenciones alejantambién al ser humano de la degra-dación moral). Estamos hablando so-lamente de medios, no de fines. Nin-guna duda sobre los fines defendidospor el Parlamento.

Conviene recordar aquí que la con-ciencia sobre la llamada (incorrectay tibiamente) ‘violencia de género’ seha formado gracias a los medios decomunicación, también los públicos.La invasión del poder político en lamateria ha ocasionado para empezar,y paradójicamente, una denomina-ción meliflua y suave, además de erró-nea –’violencia de género’–, frente ala más contundente que defendíanlos libros de estilo: ‘violencia sexista’o ‘violencia machista’.

La violencia es siempre del géne-ro femenino, aunque la perpetren losintegrantes del sexo masculino. Ésaes la primera diferencia entre géne-ro y sexo.

La ley obliga también a que TVE yEfe promuevan “la incorporación delas mujeres a puestos de responsabi-lidad directiva y profesional”. En elcaso de Efe, se da la circunstancia deque son más las directoras de áreasde información que los directores.Charo Pons (Efe Gráfica), Carmen Pos-tigo (Efe Reportajes), Concha Tejedor(Documentación y Fototeca), Ana Va-ca de Osma (Comunicación), Gloria Va-lenzuela (Internacional), Ana Zunza-rren (Efe Televisión) y Mariola Aguje-tas (Efe Radio), por no hablar de la di-rectora general, la también periodis-ta Lola Álvarez, y la responsable de laFundación Efe, Paloma Rupérez. Elrespeto a la igualdad obligaría ahoraa destituir a alguna de ellas.

Y me parece más inconvenienteaún cómo continúa ese artículo: Efey RTVE fomentarán “la relación conasociaciones y grupos de mujeres pa-ra identificar sus necesidades e inte-reses en el ámbito de la comunicación”.

Se entendería mejor esta recomen-dación si estuviera acompañada deigual referencia para las asociacionesde emigrantes, y de damnificados porlos errores médicos, y de alcohólicosanónimos, y de víctimas del terroris-mo, y de músicos, y de cineastas, y elVoluntariado Gitano, y la Unesco, yla Fundación de Ayuda contra la Dro-

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gadicción, y Unicef… y con todos losgrupos que sufren discriminación oincomprensiones.

Los periodistas tienen la obliga-ción, inherente a su oficio, de rela-cionarse con la sociedad, para inten-tar mejorarla. Y en ella, cómo no, fi-guran en lugar destacado los gruposde mujeres que plantean los proble-mas de desigualdad.

Pero ya habla de eso el Estatuto dela Redacción de Efe, en su artículo 15:“Efe mantendrá deferencia informa-tiva con aquellas organizaciones confines sociales y sin ánimo de lucroque tengan más dificultades para ac-ceder a los medios. Igualmente, tra-tará de dar voz a personas y colecti-vos afectados por alguna forma de ex-clusión social”.

Y por si quedaba alguna duda, elartículo 16 del Estatuto de la Redac-ción establece: “Efe nunca publicaráinformaciones de manera que inci-ten a la violencia o hagan apologíade ella”.

Ya hemos dicho que el referido tex-to legal no se limita a regular el fun-cionamiento y los criterios de los me-dios públicos. La ley dedica su artícu-lo 39 (“La igualdad en los medios decomunicación social de titularidadprivada”) a los restantes periodistas yempresas: “Todos los medios de co-municación respetarán la igualdadentre mujeres y hombres, evitandocualquier forma de discriminación”.

Y más adelante:“Artículo 40. Autoridad audiovi-

sual. Las Autoridades a las que corres-ponda velar por que los medios au-diovisuales cumplan sus obligacionesadoptarán las medidas que procedan,de acuerdo con su regulación, paraasegurar un tratamiento de las mu-jeres conforme con los principios yvalores constitucionales”.

Se da aquí nuevamente la potes-tad sancionadora (como ya ocurrióen la regulación del Consejo Audio-visual de Cataluña) a la Administra-ción. Se habla de ‘las autoridades’, node los jueces. Un periodista siempredesconfiará de las medidas adminis-trativas, generalmente próximas a laideología que se halle en el poder. Laregulación de la prensa y del perio-dismo en general no puede dependerde la Administración en su parte san-cionadora, sino de jueces indepen-dientes.

Mario Vargas Llosa escribía recien-temente, refiriéndose al hecho de quese considere delito la negación delHolocausto: “(…) hay un riesgo muygrande para la libertad intelectual–para la cultura– y para la libertadpolítica, en reconocer a los gobiernoso parlamentos la facultad de determi-nar la verdad histórica”. Y añadía queel poder político no está en condicio-nes de decidir “con la objetividad, elrigor científico y el desapasionamien-to moral que exige un quehacer inte-lectual responsable” los hechos queconforman la historia. “Las verdadesoficiales son rasgo característico de lassociedades autoritarias”3.

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Los mismos argumentos con losque Vargas Llosa defiende a los histo-riadores frente a la historia oficial–aun no dudando de la existencia delHolocausto– podrían servir para refe-rirnos a la intromisión del poder po-lítico en materias que conciernen alos periodistas en su manera de refle-jar la actualidad.

ConclusiónConviene por todo eso dar la voz dealarma ante esa ley aprobada en lasCortes. No tiene mayor importanciaeste problema, puesto que nadie dis-crepará sobre el fondo del asunto, lasintenciones o la buena voluntad des-plegada en ese texto legal. No parecegrave este caso…, salvo si se toma co-mo precedente.

La crítica que aquí se hace ante laregulación del poder político en rela-ción con los medios informativos vaaparejada indefectiblemente a la ne-cesidad de que los periodistas y susempresas sean responsables; a la con-veniencia de que ellos mismos se do-ten de las normas éticas eficaces quela sociedad precisa. Sin éstas no sepuede criticar aquélla.

En definitiva, la aspiración de quelas mujeres y los hombres sean igua-les en sus derechos no está en cuestión.

La violencia sexual y el abuso ma-chista, a menudo el asesinato, nos so-brecogen cada día y tenemos que lu-char contra tamaña degradación so-cial. Pero se produce aquí la contra-

dicción que en otra época se vivió en-tre la seguridad y la libertad, o entrela necesidad de condenar a los culpa-bles y el espíritu garantista del dere-cho democrático, que a veces los de-ja libres. Claro que existió el Holo-causto, pero eso no se puede impo-ner a quien no crea lo mismo. Claroque hay que condenar a un asesino,pero no de cualquier forma. Claro quehemos de sentirnos seguros, pero nocon una vigilancia irrespirable quearruine la libertad. Claro que hemosde defender la igualdad entre el hom-bre y la mujer, pero no a costa de laindependencia del periodista.

Todo ello se hace además un pocomolesto porque los medios informa-tivos fueron los que crearon esa con-ciencia social que ha movido a su veza los poderes públicos a legislar so-bre esta materia. El Parlamento nopuede mirarnos ahora como si fuéra-mos los culpables. �

1.–El código peruano puede tomarsecomo ejemplo. Los principales periódicosde ese país apoyan el Consejo de Prensa,formado por catedráticos decomunicación y de derecho y que dictasus sentencias ante las denuncias deabusos por los medios de comunicación.El medio acusado debe publicar, en elcaso de ser declarado culpable, lasentencia del Consejo –es la única penaposible por esta vía–; y si no lo hace, losdemás periódicos del país difunden, ellossí, el fallo y sus razones.

2.–Luis Cazorla Prieto, Codificación

contemporánea y técnica legislativa. EditorialAranzadi, Madrid, 1999.

3.–El País, 6 de mayo de 2007.

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JEFF JARVIS

P ara 2020 deberíamos desearque los periódicos ya no seanúnicamente papel sino miem-bros valiosos de unas redes

mayores que permitan a sus comuni-dades recopilar, compartir y dar sen-tido a las noticias que necesitan.

Así que, con todo el respeto, debodecir que la Asociación Mundial dePeriódicos1 hace la pregunta incorrec-ta (y de paso debería considerar unnuevo nombre): ¿cómo serán los pe-riódicos en 2020? Es más, ¿qué es unperiódico?

Para entonces es lo que deberíanpreguntarse los jóvenes. Jeffrey Cole,del Centro para el Futuro Digital dela Escuela Annenberg de la Universi-dad de Southern California, conclu-ye de su última investigación sobreel uso de internet que los que tienenahora entre 12 y 25 años –y que ten-

drán entre 25 y 38– en 2020 “nuncaleerán un periódico”. Nunca es unapalabra muy fuerte. Como bien pre-dijo Phil Meyer en su libro The vanis-

hing newspaper [el periódico que desa-parece], si la tendencia actual conti-núa, el último periódico americanose publicará en 2040. Dejemos que es-ta palabra también penetre: último.

Así que, por una vez, rompamosla tendencia. Matemos nosotros mis-mos a los periódicos. Elijan una fechade un futuro más cercano de lo quecreen y desconéctense de la prensa. Ydespués pregunten: ¿qué es un perió-dico? ¿Cuál es su valor real? ¿Y cómoese valor subsiste y crece más allá delpapel?

Los productos impresos puede quesubsistan, y en algunos países hastaseguirán creciendo. Pero yo no senti-ría su muerte más allá de que encon-

Los periódicos en 2020El periodismo es un servicio, un proceso, un principio organizado.Y gracias a la tecnología, que muchos creen una amenaza paralos periódicos –es decir, internet–, este servicio ahora se puedeexpandir de muchas maneras y convertir a los periódicos en algonuevo y con un coste más bajo.

Jeff Jarvis, prestigioso bloguero (Buzzmachine.com), es profesor asociado y director delPrograma de Periodismo Interactivo de la Universidad de la Ciudad de Nueva York.

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��� Los periódicos en 2020

tremos la manera para que su perio-dismo subsista y prospere. Porque unperiódico no debe definirse a sí mis-mo por su forma. No es únicamentepapel. Su fuerza y valor no reside encontrolar el contenido o la distribu-ción. Y proteger esas ventajas men-guantes no es una estrategia viable pa-ra su crecimiento o supervivencia.

Yo incluso sostengo que un perió-dico ni siquiera es un producto. El pe-riodismo es un servicio, un proceso,un principio organizado. Y gracias ala tecnología, que muchos creen unaamenaza para los periódicos –es de-cir, internet–, este servicio ahora sepuede expandir de muchas manerasy convertir a los periódicos en algo nue-vo y con un coste más bajo. Así que,en vez de preguntar cómo será un pe-riódico, creo que debemos preguntarcómo será la relación entre una orga-nización de noticias y su comunidad.

Imaginen que les piden que pre-digan el destino de los periódicos deaquí a 13 años. Precisamente fue ha-ce 13 años, el 13 de octubre de 1994,cuando Netscape presentó el navega-dor comercial. Piensen en todos loscambios que se han producido desdeentonces y el paso acelerado de esecambio ahora. Piensen en el impactotan perjudicial que ha tenido en mu-chas industrias, especialmente en lanuestra, y esto sólo irá más rápido. Esde tontos aventurar cómo será la tec-nología mañana. Pero no es imposi-ble definir y quizás predecir el cam-po de acción, la forma y el valor del

periodismo en nuestras comunida-des, en las que creo que seremos or-ganizadores más que productores.

Recuerdo especialmente un mo-mento de la reunión del Foro Econó-mico Mundial 2007 en Davos. En unasesión del Consejo de Medios Interna-cional, el director de un influyenteperiódico suplicó al joven fundador deFacebook, Mark Zuckerberg, que leaconsejara acerca de cómo su perió-dico podía crear una comunidad co-mo esa. La conocida y lacónica res-puesta de Zuckerberg fue: “No pue-des”. Punto final. Después, Zuckerbergexplicó que las comunidades ya exis-ten y que hacen lo que quieren hacer,así que la pregunta que deberíamoshacernos es qué podemos hacer paraque lo hagan mejor. La receta de Zuc-

Los periódicos de 2020necesitarán agregar y queles agreguen. Señalarán aotros que lo hacen bien y seahorrarán el gasto dehacerlo ellos mismos. Haránlo que mejor sepan hacer ylo que otros enlacen a ellos.

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kerberg: démosles “organización ele-gante”. Es lo que hizo él con Facebo-ok y Harvard, después con las comu-nidades de las universidades y despuéscon el mundo. Y cuando se piensa enello, vemos que es la esencia de lo queel periodismo ha intentado hacer des-de su nacimiento: ayudar a organizarel conocimiento de la comunidad pa-ra que una sociedad mejor informa-da pueda lograr las metas que el pro-pio periodismo se propone a sí mis-mo. Así que, ¿cómo podemos llevar es-to a cabo con las herramientas que te-nemos a nuestro alcance?

Primero debemos garantizar quelas organizaciones de noticias sobre-vivan, y para hacerlo debemos explo-tar la eficacia de las herramientas deinternet, que han posibilitado la nue-va arquitectura de las noticias en laera del enlace. El enlace nos libra dela necesidad de malgastar nuestroscada vez más menguantes recursosen información fácil de conseguir,que la comunidad ya conoce. Ya notenemos la obligación de recrear lamisma noticia que todo el mundo tie-ne. Podemos enlazarla. Ya no necesi-tamos ser todas las cosas para todo elmundo. Podemos enlazar un reporta-je que es mejor que lo que nosotrospodríamos haber aportado. Ya tampo-co necesitamos malgastar recursos enel ego, en que todos tengamos nues-tros críticos de televisión o columnis-tas de golf, en que mandemos uno odemasiados reporteros a la gran his-toria que está en todas las televisio-

nes sólo para decir que hemos esta-do allí.

Tenemos que hacer lo que hacemosmejor y enlazar el resto. ¿Y qué es loque mejor hacemos? Informar, por su-puesto. Si creamos un periodismomagnífico y único, el público vendráa nosotros cuando otras organizacio-nes de noticias, blogueros, motores debúsqueda y lectores nos enlacen. El en-lace es la llave de nuestra superviven-cia y prosperidad en el futuro. Así quecreo que los periódicos de 2020 nece-sitarán agregar y que les agreguen. Se-ñalarán a otros que lo hacen bien y seahorrarán el gasto de hacerlo ellos mis-mos. Harán lo que mejor sepan hacery lo que otros enlacen a ellos.

Debemos encontrar también otrasherramientas eficaces en la organiza-ción. Habiendo puesto en práctica esahipotética desconexión de nuestraprensa, podemos ahora preguntarnoscuánto ahorraríamos no sólo en pa-pel, tinta, impresión y distribuciónsino también en marketing de un pro-ducto de pago. La escala de nuestrosnegocios cambia. Prácticamente cadasemana escucho cómo los ejecutivosde comunicación se preguntan amar-gamente de qué manera las gananciasde la red apoyarán las organizacionesque tienen ahora. No lo harán. Ges-tionarán empresas más pequeñas pe-ro más eficientes y quizás incluso másrentables.

Pero se preguntarán cómo se pue-de sobrevivir en la red con el valormás bajo que tiene la publicidad en

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��� Los periódicos en 2020

internet. La cruda realidad es que aho-ra estamos en la época posterior a laescasez en la economía de los mediosde comunicación. Los periódicos lo-cales ya no son monopolios y no pue-den contar con cobrar las primas queese control permitía. También hemosdejado atrás los medios de comuni-cación, incluidos los estatales, y deforma especial la televisión, la posi-bilidad de ofrecer un producto únicoa los consumidores.

Así que, ¿cómo logramos gananciassuficientes en el futuro? Consideroque necesitamos manejar nuevas re-des de publicidad y encontrar y ven-der lo mejor que existe tanto dentrocomo fuera de nuestros muros y pá-ginas web. Y si lo hacemos rápido ten-dremos algunas ventajas frente altiempo: primero, tendremos las rela-ciones y la confianza de los anuncian-tes; si reunimos las mejores redes, es-taremos bien posicionados para ven-derlas. Segundo, los anunciantes hansido incluso más tímidos que noso-tros en esta era, así que podemos sersus guías. Si no lo hacemos, podemosestar seguros de que Google lo hará.

Aquí es donde Google es una ame-naza para los periódicos: en el obje-tivo y en la publicidad local. Googleno es –repito, no es– una amenaza por-que nos enlace a él. De hecho, agre-gar y enlazar nuestros contenidos esel mejor regalo que Google puede dar-nos; sin su contribución como nuevosoporte de noticias, los periódicos di-gitales habrían muerto. Si no pode-

mos ser buscados y enlazados, no nosencontrarán. Los periódicos que lu-chan contra que Google les agregueson peligrosos, son tontos suicidas.Agregar no es el tema, sino la publi-cidad. Google está amasando su for-tuna a base de ofrecer un mejor ser-vicio a los anunciantes que el que no-sotros deberíamos dar. Deberíamosseguir su ejemplo y preguntarnos quéharía Google WWGD [en sus siglas eninglés]. Pues Google ha creado unared más grande de distribución depublicidad sobre los contenidos queno necesita poseer. Nosotros debemoshacer lo mismo.

Para 2020, predigo que las empre-sas periodísticas que sobrevivan esta-rán dentro de redes más grandes y efi-cientes. Colocarán la publicidad no só-lo en el contenido que creen, sino en

Los periódicos que luchancontra que Google lesagregue son peligrosos, sontontos suicidas. Agregar no es el tema, sinola publicidad.

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el contenido que otros produzcan, ylo harán en mayor volumen. Esto quie-re decir que necesitan animar a otrospara que elaboren un contenido demayor calidad. Sostengo que éste es elreto estratégico clave para los perió-dicos: cómo recopilar más y producirmenos, cómo permitir a otros quecreen más contenidos para que cons-truyan una red mayor alrededor deellos. Reduce nuestros costes a la vezque aumenta el contenido para nues-tras comunidades. También reduce elgasto mientras que se incrementannuestras posibilidades gananciales.

Así que nos convertimos en redesde contenido y en creadores de con-tenido. Para 2020, muchas de las co-berturas de las noticias no las reali-zarán trabajadores de nuestras em-presas. Muchas de ellas las harán pro-fesionales, gente que convierte el pe-riodismo en una forma de vida. Mu-chos de ellos serán independientes. Portodo el mundo veo periodistas que de-jan sus trabajos y empiezan nuevasempresas periodísticas, y muchos co-mienzan a tener beneficios económi-cos. Y también veo recién llegados quemontan sus propias empresas.

En la primera semana del curso enla Escuela de Periodismo de la Uni-versidad de Nueva York, asusté a misestudiantes, quizá demasiado, al se-ñalarles todos los retos que encara elnegocio del periodismo. Un estudian-te se sujetó la cabeza con las manosy se lamentó: “He cometido un terri-ble error”. Pero a la siguiente sema-

na, les saqué del precipicio cuandosubrayamos todas las oportunidadesque tenemos para reunir y compartirnoticias. Los estudiantes comenzarona apoyar la idea de que les gustaríatrabajar de forma independiente, yno sólo como freelance sino tambiéncomo propietarios de su minimedia.Este otoño, doy clases de Periodismoempresarial en las que los estudian-tes elaboran planes para nuevos pro-ductos y negocios periodísticos que pue-dan sostenerse.

Por tanto, algunos periodistas se-rán empleados y otros agentes inde-pendientes. Y, sí, algunos recopilado-res de noticias serán amateurs: blogue-ros, vlogeros y lo que sea que vengadespués. Cuanto más podamos fomen-tar esto, mejor nos irá. Entonces, ¿porqué no entregar grabadoras para per-mitir a los ciudadanos que difundan(más que crear un podcast) las reunio-nes de sus gobiernos locales? Organi-cemos nuestras comunidades para re-coger la información que una redac-ción no puede recopilar por sí misma(véase el experimento de Jay Rosen Ne-

wAssigment.net sobre la informacióncreada por múltiples fuentes). Ya lo he-mos visto en marcha en Bild, con susmiles de ciudadanos reporteros, ar-mados de móviles con cámara.

Pero hay otras capas de informa-ción que no forman parte del repor-terismo clásico: bases de datos de de-litos o las notas de los exámenes delcolegio; comunidades de críticos quese ayudan unos a otros a encontrar

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��� Los periódicos en 2020

las películas que quieren ver; padresque comparten resultados y fotos y ví-deos de competiciones deportivas; ne-gocios locales que crean ricos direc-torios; ciudadanos que marcan enmapas los puntos donde las calles sehan inundado y así, uno tras otro.

En 2020, me imagino que habráuna red más numerosa de gente queinformará, y el valor que nosotrosañadimos es organizarles y permitir-les el trabajo: promovemos sus con-tenidos y vendemos publicidad enellos. Los educamos (y ellos a nosotros).Moderamos el debate. Encontramosa los mejores y más fiables practican-tes. Y por supuesto, añadimos perio-dismo, unido al reporterismo, a la in-vestigación y a la edición que siem-pre necesitaremos. Cuanto más incre-mentemos el valor de la red, más cre-cerá el valor de sus miembros.

Recopilamos noticias de nuevas for-mas y las compartimos de nuevas ma-neras. Nos convertiremos en omnime-dia, y al final seremos capaces de ele-gir el mejor medio para contar y en-señar historias. Pero detrás hay uncambio más fundamental y perjudi-cial: los medios se están atomizando,están hiperdistribuidos, se están con-virtiendo en herramientas, en basesde datos, en archivos API y en enlaces.

Preguntemos otra vez: ¿qué haríaGoogle? Google no depende de quenosotros acudamos a Google.com. Go-ogle viene a nosotros. La publicidadde Google en mi blog me hace partede la red de Google, y difundo Goo-

gle cada vez que coloco en mi pági-na un vídeo de YouTube o un mapade Google. Las ideas de la página ydel sitio web se empiezan a colapsar.Ésta es la razón por la que Nielsen de-jó de contar en Estados Unidos las vi-sitas a las páginas, porque cada unapuede ser infinitamente profunda yaque su contenido se renueva constan-temente. Cada contenido se puedeconvertir en una herramienta que semuestra en cualquier lugar. Éste es elfuturo de la distribución.

Hace unas semanas comí con eldirector de un periódico y con mi hi-jo de 15 años, webmaster y programa-dor de Facebook. El director rechaza-ba el valor de Digg, el útil servicio webde intercambio de contenidos. Pero enese momento resulta que mi hijo,aburrido de la conversación, estaba

Los nuevos competidorestienen la ventaja de trabajarcon más destreza, sin lacarga de una infraestructuray con un entendimiento –notemor– más entusiasta delas nuevas oportunidadesque ofrece la tecnología.

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consultando Digg en su iPhone (com-prado con los frutos de su trabajo co-mo programador en Facebook). Expli-có al director que si quiere leer unapágina nunca acude a ella directa-mente –ni siquiera a las grandes pá-ginas de noticias, ni a los blogs (ni alde su padre). Lo que lee –y aquí estánlas buenas noticias: lee mucho– lo lo-caliza a través de los enlaces de suscolegas. Debemos situarnos por tan-to donde él está. Tenemos que estarhiperdistribuidos.

Por tanto, la arquitectura de las no-ticias y de los medios está cambiandotanto que es demasiado compleja, yhay que tener una mentalidad blogue-ra para poder predecir qué ocurrirá.

¿Quién es el mejor para llevarnoshasta allí? Ninguna regla dice quié-nes serán los beneficiados: los perió-dicos de hoy. Si estos productos, mar-cas y compañías quieren sobreviviren los próximos 13 años, deben reno-varse hoy, llevando –no siguiendo– asus lectores y anunciantes a un nue-vo universo. Deben repensar y rein-ventar su servicios –y el propio perio-dismo– para explotar su nueva arqui-tectura de medios y noticias. Su ven-taja nace del control que tienen so-bre el contenido, y la distribución ten-drá cada vez menos sentido. Sus ne-gocios pierden valor a medida que ba-ja la tirada y la publicidad. Sus me-dios pierden valor a medida que dis-minuye la confianza (un estudio re-ciente de Pew dice que el 53% de losamericanos cree que en muchas oca-

siones los reportajes no son precisos).Los nuevos competidores tienen laventaja de trabajar con más destreza,sin la carga de una infraestructura ycon un entendimiento –no temor–más entusiasta de las nuevas oportu-nidades que ofrece la tecnología.

Tristemente, no veo la suficiente in-novación en las compañías ya estable-cidas; sigo escuchando estrategias dedefensa y protección contra el cambioen vez de apoyarlo. Pero necesaria-mente no tiene que ser la tendencia.Los estudiantes a los que enseño pien-san de forma independiente y conimaginación. Es lo que me da esperan-za. Deben repensar su papel en unanueva arquitectura de la red de noti-cias. No sólo deben informar –algoque tienen que hacer–, sino tambiénpermitir al público que recopile ycomparta noticias. Necesitan incorpo-rar el rol de una comunidad de orga-nizadores, moderadores y educadores.

Para 2020, soy firmemente optimis-ta en que tendremos más periodismo;más información y apertura, más efi-cacia en la industria, aventuras perio-dísticas más sostenibles. No lo tendre-mos si mantenemos la idea de que lasnoticias le pueden o deben pertenecera una organización o si nos definimosa nosotros mismos por un único me-dio. Los periódicos sólo sobrevivirán yprosperarán si se unen a una red denoticias mayor y más abierta. �

1. Este artículo fue escrito a instancias de laAsociación Mundial de Periódicos.Traducción: Patricia Rafael

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PAUL BRADSHAW

1El rombo informativo

Hace un mes1 utilicé el Online Jour-nalism Facebook Group para solici-tar a los lectores sugerencias sobrelos temas a tratar en lo que constitu-yó un experimento sobre el procesode edición desde su mismo comien-zo (por cierto, el foro para sugeren-cias sigue abierto). Megan T sugirió:“Replantear la elaboración de perió-dicos”.

Después de investigar, conceptuary esbozar, propongo una serie de mo-delos sobre el proceso informativo, laobtención de noticias, la interactivi-dad y modelos empresariales.

Lo que sigue, por tanto, es la pri-mera de una serie de propuestas pa-

ra un ‘modelo de redacción para elsiglo XXI’. Se trata de una redacciónde convergencia que puede producirmaterial para su impresión o emisióno ambas cosas, pero que claramenteincluye un elemento online. El diagra-ma se publica en la siguiente página.El modelo se explica más adelante.

Construir sobre los puntos fuertes del medioEl medio online tiene esencialmentedos puntos fuertes y contradictorios:velocidad y profundidad.

Las nuevas tecnologías de los me-dios son capaces de publicar más rá-pido que los anteriores reyes de la ve-locidad: la televisión y la radio. Pien-

Un modelo para laredacción del siglo XXIEl presente artículo lo forman las tres primeras partes de unensayo-propuesta formulado por el periodista británico PaulBradshaw sobre el proceso informativo, la obtención de noticias,la interactividad y los modelos empresariales. Bradshaw estáconsiderado por la Press Gazette como uno de los másinfluyentes blogueros del Reino Unido.

Paul Bradshaw es periodista y autor del ciberespacio Online Journalism Blog.

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��� Un modelo de redacción para el siglo XXI

sen en las actualizaciones de móvilesy email. Piensen en los moblogs. Pien-sen en Twitter.

A la vez, el espacio y tiempo ilimi-tados de la red, así como sus propie-dades de hipertextualización y ‘arras-tre’, la hacen potencialmente másprofunda y amplia que los anterioresreyes del contexto y el análisis: losdiarios y las revistas. Piensen en la co-bertura en Wikipedia del huracán Ka-trina. Piensen en el Daily Kos2. Piensenen las páginas hiperlocales de la red.Piensen en la Chicagocrime.org.

El modelo de proceso del cuadropropone cómo podrían pasar por unaredacción de convergencia noticiasde alcance, desde la velocidad a laprofundidad, siguiendo estos pasos:

1. Alerta: en cuanto el periodistao el redactor se enteren de que ha sal-tado una noticia, se envía una alerta.Podrá hacerse a través de su teléfonomóvil, Blackberry o ordenador portá-til con conexión wifi. A los suscripto-res de actualizaciones de texto o co-rreos electrónicos, Twitter o alimen-tadores de Facebook se les notificará

Análisis/reflexión(impresión, emisión, blog, podcast)

Interactividad(Flash, chats, foros, wikis)

Personalización(bases de datos)

Contexto(portal, hipertexto)

Alerta

Velocidad Profundidad

Borrador

Artículo/paquete(publicado o emitido)

MODELO DE REDACCIÓN

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—61

instantáneamente. Se mostrará asíque la noticia ‘te pertenece’; reforza-rá su fama de ser el primero en dis-poner de noticias de alcance; y, en elcaso de noticias de menor importan-cia, puede suponer una oportunidadpara añadir un toque personal a sucobertura (el enfoque “qué estoy ha-ciendo ahora de Twitter”). Y conducelectores a su página, publicación oemisora.

2. Borrador: demasiado tosco pa-ra ser impreso o emitido, pero perfec-to para blogs. Como respaldo de la aler-ta, el borrador de la información –co-mo un teletipo– da los primeros nom-bres, lugares y detalles, así como lasfuentes. El borrador desempeña el im-portante papel de mantener a los lec-tores de la ‘alerta’ en su página, pe-ro sirve asimismo para propagar laspalabras por la blogosfera, atrayendoa más lectores y contribuyendo a quesu motor de búsqueda destaque. Enel caso ideal, atraerá también a comen-taristas y pingbacks3 que puede queañadan o corrijan detalles o hasta pro-porcionen nuevas pistas. Las actuali-zaciones frecuentes –por ejemplo, en-lazando con otras coberturas– contri-buyen a no quedarse rezagado en lalista de Google News (que examina lasnoticias actualizadas más reciente-mente, no las primeras que se han col-gado).

3. Artículo/paquete: entre los dosextremos de la velocidad y la profun-didad, en los que sobresale lo online,

los medios impresos y de radioteledi-

fusión tradicionales tienen estos pun-tos fuertes: su naturaleza documen-tal y sus propias limitaciones tempo-rales y espaciales. Su capacidad paradocumentar un ‘pantallazo’ –un re-lato provisionalmente definitivo: elartículo de 300 palabras o el paque-te de tres minutos– es clave para elatractivo de los medios informativostradicionales. La decisión editorial deque la noticia se merece un lugar esimportante cuando se compara conla infinidad de internet. En esa fase,el borrador se convierte en un paque-te, con mayores valores de produc-ción y que puede ser online, impreso,emitido o todo ello. Puede que los pro-cesos de impresión o emisión dictenel momento de publicación.

4. Contexto: volviendo a lo online,

ese infinito espacio tiene un impor-tante papel que desempeñar en pro-porcionar un contexto instantáneo yamplio: ¿cuántas veces ha sucedido?¿Dónde puedo acceder a informacio-nes previas? ¿Qué significa el concep-to en cuestión? ¿Cómo funciona eseprincipio científico? ¿Dónde puedohallar más información sobre la per-sona u organización en cuestión?¿Dónde puedo acudir en busca deapoyo o ayuda? A este respecto, esesencial el hipertexto –la capacidadde enlazar con una cadena de docu-mentos, organizaciones y explicacio-nes, tanto del archivo propio comode proveedores externos en un por-tal que proporciona un recurso esen-cial. La información impresa o emiti-

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��� Un modelo de redacción para el siglo XXI

da puede también hacer uso de algodel contexto, pero debe remitir al re-curso online para más información.

5. Análisis/reflexión: tras la infor-mación llega el análisis. En el caso deonline, esto puede suponer recopilarcasi todas las reacciones instantáneasque se produzcan en la blogosfera engeneral, en sus propiosblogs y foros y, proactiva-mente, entre los informa-dos y afectados. La perso-na encargada de la cober-tura de la noticia podráreflexionar sobre toda laexperiencia en su blog,mientras que los podcast

son excelentes para orga-nizar discusiones y deba-tes. En algunos casos, losmedios impresos o de ra-dioteledifusión tomaránuno o más pantallazospara sus ciclos de produc-ción.

6. Interactividad: aun-que la interactividad exi-ge inversiones y prepara-ción, tiene la capacidadde atraer e informar a losusuarios de un modo queotros medios no pueden,así como proporcionar un recurso de‘larga cola’4 que genere repetidas vi-sitas en un largo plazo temporal: pue-de que lleve días producir un Flashinteractivo, pero puede suponer unairresistible combinación de hipertex-to, vídeo, audio, animación y bases de

datos (también pueden ser actualiza-dos dinámicamente); un foro puedeproporcionar un lugar en el que lagente se reúna y cuelgue experien-cias e información; un wiki puede ha-cer todo eso pero con mayor eficacia.Los chats en directo pueden otorgar alos usuarios acceso directo a los pro-

ductores de noticias, pe-riodistas y expertos.

7. Personalización: lafase final debe ser auto-mática: la capacidad delos usuarios para perso-nalizar la información se-gún sus propias necesida-des. Lo más básico es lasuscripción a actualiza-ciones sobre una noticia,en particular vía email,

texto o canales RSS. Entrelos servicios más avanza-dos pueden estar las reco-mendaciones sociales(“Otras personas que leenesta noticia leen tam-bién...”) o el periodismoguiado por bases de datosque permite a los usua-rios ahondar en la infor-mación: ¿Qué pasó conaquella calle? ¿Cuántos

casos hay en la zona de mi códigopostal? ¿Qué supone este impuestopara las personas que tienen mi sala-rio? Esto supone procesos de produc-ción que pueden integrar cuestionescomo metatagging [metaetiquetas] einterfaces que pueden vaciar una ba-

Aunque lainteractividadexige inversionesy preparación,tiene la capacidadde atraer einformar a losusuarios de unmodo que otrosmedios nopueden.

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se de datos y, en último lugar, perono en importancia, una cultura quepiense en términos de dichas posibi-lidades.

Este proceso informativo en acciónTomemos, para ilustrar concretamen-te el proceso, una noticia típica y me-dia: “un personaje público efectúauna declaración controvertida”:

1. Alerta: ‘Lord Smith: Dejen deasociar licenciaturas tipo ‘MickeyMouse’ con…”

2. Borrador: da más detalles y es-tá abierto a comentarios y discusio-nes, así como a enlaces con otrosblogs. Uno de los comentaristas seña-la que Lord Smith estudió Literaturainglesa. Un periodista busca comen-tarios ‘oficiales’ para colgar en…

3. Artículo: en dos blogs se ofre-cen comentarios que son incorpora-dos a la versión incluida en un dia-rio impreso.

4. Contexto: los mejores enlacestomados de comentarios colgados enblogs, así como la trascripción com-pleta del discurso, audio y algún ví-deo tomado a través de un teléfonomóvil por un asistente. Tags (‘LordSmith’) empleados para enlazar a lacobertura en marcha y suministro deun ‘portal’ instantáneo.

5. Análisis: se paga a un blogueroespecialmente bien informado y queenlazó con el Borrador la redacciónde un artículo más largo para el pe-

riódico. Se invita a un comentarista–académico– para que participe enuna discusión en podcast con LordSmith.

6. Interactividad: se invita a los vi-sitantes de la página de la red a “in-tentar plantear un examen en pro-fundidad” a un licenciado con títulotipo ‘Mickey Mouse’, con lo que se ob-tiene un verdadero conocimiento deprimera mano sobre lo relacionadocon la materia.

7. Personalización: queda disponi-ble una alimentación a través de ca-nal RSS o por email de cualquier artí-culo con tag ‘Lord Smith’.

El rombo informativoEste modelo puede ser también repre-sentado como una alternativa a la pi-rámide invertida: un ‘rombo informa-tivo’, si les place.

Al igual que la pirámide invertidafue en parte resultado del crecientepapel del telégrafo en el sector de losmedios de comunicación y de la cul-tura dominante del empirismo y laciencia, este rombo informativo in-tenta ilustrar el cambio del producto(el artículo) del siglo XIX al procesodel siglo XXI: el periodismo interac-tivo de los nuevos medios; la noticiaque está siempre ‘inacabada’. Está di-señada más que nada para retar eldominio de la pirámide invertida, pa-ra ilustrar sus orígenes en la era in-dustrial y sus imperfecciones y defi-ciencias. Y, en el espíritu de lo ‘inaca-

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��� Un modelo de redacción para el siglo XXI

bado’, ninguno de estos modelos sondefinitivos.

2El rombo informativo

En la primera parte del modelo parauna redacción del siglo XXI examinécómo una noticia puede pasar por va-rias etapas desde la alerta inicial has-ta la personalización. En la segundaparte, me gustaría abordar las fuen-tes de la información y el papel delperiodismo en un mundo de nuevosmedios.

El pasado siglo contempló tres

cambios importantes en la industriade la información. Se ha avanzado…

�–De un mundo con escasez deinformación a uno con una sobrecar-ga de la misma.

�–De un mundo donde los órga-nos comerciales y gubernamentalesnecesitaban del sector de las noticiaspara diseminar la información a unodonde la pueden propagar ellos mis-mos.

�–De un mundo donde los ciuda-danos necesitaban de la industria denoticias para informarse a uno don-de pueden acceder y producirla ellosmismos.

En este entorno, el periodista pro-

Alerta

Borrador

Artículo/paquete

Análisis/reflexión

Contexto

Interactividad

Personalización

Profundidad

Velocidad

Control del usuario

Profundidad

EL ROMBO INFORMATIVO

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fesional no puede seguir justificandosu papel sencillamente procesandocontenidos de la fuente al consumi-dor.

En cambio, el papel del periodis-ta moderno precisa ir más allá delcontenido.

¿Qué significa esto? Significa doscosas:

�–Los lectores pueden acceder afuentes oficiales y comerciales online.

Por lo tanto, algunos periodistas ne-cesitan comparar, sintetizar y verifi-car la reacción de la blogosfera y deotras fuentes. Necesitan interrogarmás a las fuentes, para refutar máslas afirmaciones y para investigar he-chos que no han trascendido comonoticias.

�–Los lectores pueden crear opi-nión, análisis y crítica online. Por ello,algunos periodistas necesitan desa-rrollar un papel de gestores de la co-munidad para administrar los conte-nidos, para reunir a los blogueros yfuentes, para establecer sistemas dedependencia, agrupación y colabora-ción, así como para multiplicar engran medida el número de fuentesen los casos en que sea el único me-dio de cubrir determinados hechos.

Una gran parte de ambas cuestio-nes lo calificaría de periodismo dis-tributivo.

Periodismo distributivoEl periodismo distributivo suponeprescindir de uno de los activos, el

República,periodismo yliteraturaJavier Gutiérrez Palacios,992 páginas, 48 euros.

Cinco años de la historia de

España (1931-1936) a través de

los artículos de 68 autores.

Entre ellos, Azorín, Baroja,

Camba, Unamuno, D’Ors, Pérez

de Ayala, Alberti o Cernuda.

DE VENTA EN LA A.P.M.

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��� Un modelo de redacción para el siglo XXI

contenido, para construir otro: comu-nidad.

Significa cultivar contactos, no sólodisponer de una agenda de contactos.Significa tener comunidades que en-tiendan e incluso algunas veces dejar-se guiar por ellas. Y supone la creaciónde herramientas y sistemas tan a me-nudo como se crean las informaciones.

El gráfico es este (nótese que nohay que leerlo necesariamente de arri-ba abajo y que no es jerárquico):

El periodismo distributivo utilizauna serie de tecnologías para gestio-nar los diferentes ‘tipos’ de contribu-yentes. Ya que el ‘cerebro’, la ‘voz’ yel ‘oído’, las herramientas, son esen-ciales para supervisar e identificar a

Periodismodistributivo

HerramientasRSS, correo

electrónico, redessociales, Twitter,cuentas sociales

bookmarking

Cerebro

Voz

Oído

Periodistaaccidental

Añadidor de valor

Experto

La masa

SistemasMonitores

de transmisión de datos

Comentarios, tags

API, bases dedatos, soporte

CMS, wiki, formas,soporte

PERIODISMO DISTRIBUIDO

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—67

los mejores; puesto que para el perio-dista accidental, para el que ‘añadevalor’, el experto y la masa, los siste-mas son más importantes.

Contribuyentes supervisadosmediante herramientas

�–El cerebro: los periodistas ya ha-cen amplio uso de los expertos. Tra-dicionalmente, se ha accedido a ellosa través de los colegios profesionalesy las ‘torres de marfil’ que son las ins-tituciones académicas. Pero es fre-cuente que dichas fuentes formenparte de una reducida élite políticaque puede tener intereses creados. Losnuevos medios permiten a personasde fuera de esos círculos publicar yampliar su propia pericia, para así de-sarrollar sus reputaciones en base aello. En este espacio, un ‘experto’ noes siempre oficialmente calificado co-mo tal por alguna institución u orga-nización, sino que puede desarrollarsu profesionalidad a través de la ex-periencia de primera mano o a tra-vés de argumentos bien fundamenta-dos. El periodismo distributivo super-visa a esos expertos, se suscribe a loscanales de RSS, los cita cuando es re-levante y les encomienda análisiscuando estos son necesarios. Tambiénhay un argumento a favor de dirigirdando ejemplo: un periodista distri-butivo que colabora en los blogs estádemostrando que quiere ser parte dela conversación, mientras que em-plear a la vez a un entusiasta máxi-

mo que trae una reputación consigopara liderar un sitio UGC es una ma-nera probada de atraer colaborado-res.

�–La voz: las formas de los nue-vos medios permiten a cualquiera pu-blicar su opinión, que se sostendrá ose derrumbará por sus propias cua-lidades. Separada del experto, la vozescribe bien, atractivamente, a menu-do con agudeza o de una manera en-tretenida, tenga o no experiencia pro-fesional o personal, en gran parte co-mo un columnista tradicional. O pro-ducen imaginería, vídeo o audio con-vincentes. El periodista distributivoidentifica al bloguero con una voz,los acerca a la organización de noti-cias cuando puede y, cuando no, en-laza con ellos. Hay también aquí unpotente argumento para la integra-ción con otros servicios, si puedespermitir a los usuarios que haganclic en un casilla para dirigirse aFlickr (servidor gigante de fotos) oañadir canales de RSS a tu sistema,etc., entonces les ahorras tiempo yesfuerzos, además de demostrarlesque no estás simplemente robandosus contenidos.

�–El oído: alguien, en alguna par-te, sabe lo que está ocurriendo en unacomunidad particular de espacio ode intereses. Pueden filtrarlo en sublog, o cuenta Twitter, o lista de co-rreo, o simplemente pueden marcar-lo como favorito en su cuenta social(para preservar la información). El pe-riodista distributivo se suscribe a los

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��� Un modelo de redacción para el siglo XXI

canales RSS o a las listas de correos,se da de alta en una red social comoFacebook friends y alienta y apoya esasfiltraciones enlazando y contribuyen-do con lo que pueda.

�–La población silenciosa, de laque no hay que olvidarse: no todo elmundo tiene acceso a internet; no to-do el mundo tiene tiem-po para hacer estas cosas.El periodista distributivodebe hacer un esfuerzopara darle voz también aesta gente. Asociarse congrupos que están en con-tacto con ellos sería unabuena idea.

Contribuyentesfacilitados por el sistema

�–El periodista acci-dental: es la persona quetropieza con un hechonoticiable, el típico ciuda-dano metido a periodis-ta, y lo captura con sumóvil, cámara o, sencilla-mente, con sus propiosojos. No se puede culti-var al periodista acciden-tal de la misma manera que a los pro-ductores habituales, ya que las orga-nizaciones de noticias cuentan conla mayor de las ventajas para atraer-los: su nombre, su reputación y sualcance. Esto es importante: cuandoel Cutty Sark5 arde quieres ser la orga-

nización de noticias a la que el ciu-dadano periodista también envía lasfotos. Así que, ¿qué pueden hacer lasorganizaciones de noticias? Estar dis-ponibles, tener un nombre fiable ydisponer de un presupuesto para po-der pagar en el caso de que sea nece-sario. Establecer canales de acceso e

incluir los correos elec-trónicos de los periodis-tas en sus informes; pro-porcionar instalacionessimples de descargas entu sitio web; e invertir re-cursos en supervisar elenvío de datos a tu sitioweb y para otros sitiosque generan contenidoscomo YouTube y Flickr,porque el periodista acci-dental no siempre sabráque tiene un hecho noti-ciable. Por último, parti-cipa en la formación me-diática de tu comunidadde modo que: a) puedandiscernir una noticia; b)produzcan algo de decen-te calidad, y c) piensenprimero en ti, porqueeres el que les enseñastea hacer a) y b).

�–El añadidor de valor: el añadi-dor de valor es bueno con los hechos,bueno en gramática, bueno escribien-do (pero no en estilo o asuntos lega-les, lo cual es una razón por la quenecesitas prestarles asistencia). Elloslocalizan los errores y eliminan el

El periodismodistributivo debehacer un esfuerzopara darle voz aquienes no tienenacceso a interneto tiempo parahacer estas cosas.

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vandalismo. Ellos glosan, añadiendocantidades pequeñas de información,comentarios, enlaces útiles, tags (in-ternamente si tienes un sistema de tag-

ging para los usuarios y externamen-te si usan servicios como Delicious oDigg), o votan sobre si una noticia es‘buena’ o ‘mala’.

Una vez más, aquí los sistemas sonprimordiales: un sistema sensato pa-ra las correcciones; una instalaciónpara poder hacer comentarios; siste-mas de tagging y bookmarking. Y unacultura de apertura donde el feedback

[las reacciones] es bienvenido y losañadidores de valor lo reconocen y agra-decen.

�–El experto: se trata de la perso-na que recoge tus noticias, clasifica-das o simplemente con los datos cru-dos, y las cartografías con GoogleMaps; que crea una comparación en-tre tu agenda editorial y qué gentees la que en realidad está leyendo; laque crea un programa de aplicaciónFacebook o un alimentador expertode canales de RSS; o simplemente su-giere una idea. El experto puede aña-dir una creatividad genuina y un va-lor al contenido, pero para que pue-dan hacer esto necesitas abrir tus sis-temas –API6, bases de datos– para queasí se puedan mezclar con los otros,o crear mejoras y tweaks [ajustes]. Tie-nes que conseguir que las cualidadesde tus noticias (localización, edad,calificación) estén disponibles. Y ne-cesitas facilitar apoyo en todo lo quepuedas.

José FrancosRodríguez.Sobre periodismoEdición e introducción,Bernardino M. Hernando, 72 páginas.

El discurso de ingreso

en la Real Academia Española

de un presidente de la APM

que dejó huella

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70—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Un modelo de redacción para el siglo XXI

�–La masa: la anterior audienciano es simplemente un grupo de gen-te que ahora puede hablar contigo.Con una conversación tampoco pue-des conseguir mucho. La multiplica-ción del número de fuentes ofrece unmodo de dar cobertura a temas e in-vestigar noticias, haciendo de losusuarios parte del proceso de obten-ción de ayuda, que el periodismo tra-dicional no puede igualar.

Me parece que hay dos tipos prin-cipales de proyectos de multiplica-ción de fuentes: uno toca ligeramen-te la diversidad de pericia (el ingenie-ro, los iniciados, el contable) o de ex-periencia; el otro, se basa totalmenteen el elemento humano: mucha gen-te haciendo pequeñas tareas, comocribando a través de una gran canti-dad de información, solicitando infor-mación o haciendo entrevistas. Lossistemas que facilitan este proceso,como las wikis, los sistemas gestoresde contenidos, o simplemente formasonline, son importantes pero también

lo es el desarrollo de las estructurasde apoyo y la identificación del unopor ciento de los usuarios que soncontribuyentes habituales.

Naturalmente estas categorías noson exclusivas, el ‘cerebro’ puede te-ner una buena voz, por así decirlo.El ‘oído’ puede añadir más valor; for-mar parte de la masa puede llevar aalguien a pensar en filmar un hechonoticiable cuando se tropiezan conél. La inversión en cualquiera de es-tas áreas debe dirigir a la retroali-mentación en otras, por no mencio-nar las repercusiones sobre la circu-lación.

3Seis interrogantes que han de surgir ‘después’ decada noticia

Hasta ahora este modelo ha examina-do la documentación con fuentes enla nueva era mediática y la informa-ción de las noticias en la nueva era

¿Con quién puedo conectar? Trabajo social de Red¿Qué leyó el periodista para escribir esto? Marcadores sociales: ‘Favoritos’¿Dónde sucedió eso? Localización en mapas¿Cuándo ocurrieron los acontecimientos relatados? Calendarios¿Por qué me ha de interesar? Bases de datos¿Cómo he de diferenciarme? Automatización

LAS SEIS INTERROGANTES

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mediática. En este tercera parte abor-daré qué ha de suceder una vez quese haya publicado de una noticia, em-pleando un marco familiar: los cono-cidos seis interrogantes quién, qué,dónde, por qué, cuándo y cómo.

Una página web –al contrario queun diario, una revista o una emisión–nunca está terminada o,al menos, siempre se pue-de actualizar. Su perma-nencia es elemento esen-cial de su poder y está di-rectamente relacionadacon su capacidad de cone-xión (y, por lo tanto, visi-bilidad).

Una vez que está en lared, se puede vincular, co-mentar sobre ella, discu-tirla, diseccionarla, cata-logarla, agregarla a Favo-ritos y enviarla a un ami-go. Eso puede ocurrir enla misma página web, pe-ro es probable que no seaasí. La noticia ya no tepertenece. Así que, unavez que tiene comenta-rios añadidos, un tablónde mensajes y casillas de‘envíalo a un amigo’ y‘agregar a Favoritos’, ¿qué más se pue-de hacer?

Examinemos las conversaciones.Las conversaciones están bien. Nosayudan a refinar nuestras reflexio-nes, a replantearnos nuestras ideas,a reunir argumentos convincentes, a

relacionar nuestras ideas, a detectarlagunas, a negociar, a comprometer-se.

Sin embargo, son sólo el principio.¿Han estado alguna vez en ese ti-

po de reuniones en las que se hablamucho, pero se actúa poco? Es lo queparecen en estos momentos la mayor

parte de las páginas weby blogs de noticias. Unainterminable reunión. Enla actualidad hay asuntosde suma importancia.Tradicionalmente, lasempresas mediáticas hantratado de explicar lo quepasa, han tratado de acla-rar, de investigar, pero,dados el espacio infinito,la permanencia y, ante to-do, la capacidad de cone-xión y de funcionamien-to de los nuevos medios,¿no deberíamos hacer al-go más?

He aquí, pues, lo quehace mi redacción del si-glo XXI con una noticiauna vez publicada. Tratade efectuar conexiones si-guiendo las siguientes lí-neas:

— ¿Con quién puedo conectar?— ¿Qué leyó el periodista para es-

cribir esto?— ¿Dónde sucedió?— ¿Cuándo se producirán aconte-

cimientos que he de conocer?— ¿Por qué he de estar interesado?

Una página web–al contrario queun diario, unarevista o unaemisión– nuncaestá terminada o,al menos,siempre se puedeactualizar.

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��� Un modelo de redacción para el siglo XXI

— ¿Cómo puedo diferenciarme?Trataré los puntos uno a uno:�–¿Con quién puedo conectar? La

información trata sobre el reciclado(la instalaciones locales no son sufi-cientemente buenas). O la noticia essobre ajedrez. O es sobre tratamien-tos de fertilidad. Una vez que alguienla lea, sentirá que quierehablar con alguien sobreello u organizar algo o,sencillamente, jugar alajedrez.

Habitualmente, el pe-riódico o la emisora habránimpreso o emitido el nú-mero de teléfono de unaorganización tradicional,pero, en primer lugar, esaorganización ha de exis-tir y ya tendrá su propiaagenda. ¿Qué si nuestroslectores quieren conectarentre sí, sin intermedia-rios?

La interacción socialen red –en algunos casosla documentación a travésde múltiples fuentes– de-be producirse de modonatural detrás de esas no-ticias. No se trata sólo deun tablón de mensajes, sino de unacomunidad de intereses que se auto-genera: “Leí la información y desea-ba conectar”. Puede ser un Facegrouppreexistente, un servicio para formartu propia red social (Ning y Elgg sonsólo dos de ellas), algo gestionado ac-

tivamente por la redacción o algocreado empleando tus sistemas de ci-tas en la página web o tu plataformaMyX. Sea lo que sea, ayúdales a ha-cerlo.

�–¿Qué leyó el periodista para es-cribir esto? Aunque esto debería serya una práctica rutinaria, debido a una

combinación de una cul-tura periodística reacia, ya la falta de tiempo, losperiodistas aún no esta-blecen de forma habitualenlaces con sus fuentes.Por lo tanto, tenemos queencontrar un medio paraque sea así.

Uno de los modos pue-de ser incluir la cuentade Favoritos sociales delperiodista como parte delpie de autor (y, por su-puesto, debe haber Favo-ritos sociales). Lamenta-blemente, no resulta ob-vio cuáles se relacionancon una información enparticular, por lo que ne-cesitamos algún motorde inteligencia artificialpara extraerlos bajo eti-quetas relacionadas. O

aún mejor es que el periodista empleeuna etiqueta concreta para la noticiacuando la añada a Favoritos y la em-plee en la noticia. Los lectores pue-den luego utilizar la misma etiquetapara producir más enlaces.

�–¿Dónde sucedió esto? Hay una

Debido a unacombinación deuna culturaperiodística reacia,y a la falta detiempo, losperiodistas aúnno establecen deforma habitualenlaces con susfuentes.

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solución sencilla y se está emplean-do: localiza las informaciones en ma-pas. Cuando se propagaron los incen-dios forestales en California, las em-presas de medios recurrieron a la tec-nología de Google Maps para infor-mar a sus lectores y espectadores; eldiario Los Angeles Times emplea Goo-gle Maps para ilustrar datos de homi-cidios. No obstante, son excepciones,por lo que tomemos ejemplos más co-tidianos. En el Reino Unido la edito-ra de diarios regionales Archant loca-liza sobre mapas sus noticias, por loque sus lectores pueden optar por le-er las noticias producidas en determi-nados radios; la BBC está experimen-tando con etiquetajes de GPS de lasinformaciones recibidas en dispositi-vos móviles; o qué acerca a este ma-pa de blogueros locales. Tenemos lue-go YourStreet, que está haciendo es-to con informaciones actuales (sólo enEstados Unidos). Google Maps Maniamantiene un historial en marcha deexperimentos a través de una serie depáginas web, que debemos observary aprender de ello.

�–¿Cuándo se producirán acon-tecimientos que necesito conocer?Otra cosa sencilla. Si leo una infor-mación sobre un festival, una lectu-ra o manifestación que se vayan a ce-lebrar en breve, estaría bien ser capazde añadirla a mi calendario Outlook,Yahoo o Google del mismo modo quepuedo cliquear ‘añadir a mi lectorRSS’. ¿O qué si puedo suscribirme auna alerta de texto de móvil para que

me avise por adelantado del aconte-cimiento que sucederá? Mejor toda-vía sería que pudiera añadir el pro-pio acontecimiento que estoy organi-zando sobre el asunto que se está cu-briendo.

Algunas empresas de medios tie-nen calendarios de acontecimientos,por lo que imagínense qué recursoesencial sería que ustedes, los lecto-res, pudieran añadir los que deseane incluso clasificarlos bajo sus pro-pias etiquetas. Entonces, ¿qué ocurri-ría si sus informaciones sacasen au-tomáticamente acontecimientos conetiquetas relacionadas? ¿Y si luego,quizá pudiésemos vender enlaces pa-trocinados, como Google, y ganar al-go de dinero? ¿O cobrar por un re-cordatorio para sus teléfonos? ¿No se-ría agradable?

�–¿Por qué me debe interesar?Quizá sea el mayor interrogante (ypuede que el que habría que respon-der antes del comienzo del artículo).Así que, ¿se está reduciendo muchoel tramo inferior del IRPF? ¿Cómo meafecta a mí? ¿Quieren construir casasen una zona verde? ¿Por qué ha de in-teresarme lo que pasa en Uganda oIrán?

Las nuevas tecnologías de los me-dios –y las bases de datos, en parti-cular– ofrecen extraordinarios mo-dos de personalizar las noticias y deilustrar cómo afectan a los lectores.El juego de seleccionar candidatosdel diario USA Today (‘USA Today’s Can-didate Match Game’) es un buen

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��� Un modelo de redacción para el siglo XXI

ejemplo que le asigna un candidatosegún sean sus opiniones, mientrasque el Calculador Presupuestario dela BBC (BBC’s Budget Calculador) pre-tende informar sobre cómo le afecta-rá a usted cada nuevo presupuesto.Aun así, podemos hacer más: si laStern Review numera en qué medi-da afectarán los cambiosambientales a nuestraseconomías, ¿podremosdecir a un lector en par-ticular como le repercu-tirá a su cartera?

�–¿Cómo puedo dife-renciarme? En ciertomodo, la mayor parte delos asuntos ya menciona-dos han respondido enalguna forma esta pre-gunta. El lector puede or-ganizarse con otras per-sonas; puede añadireventos en su diario; pue-de concienciar. Pero plan-teemos esta pregunta ex-plícitamente: la gentemuere de hambre, ¿quépuedo hacer? Las tempe-raturas del planeta estánen aumento, ¿qué puedohacer?

De nuevo, aunque existe una ex-celsa tradición de artículos de ese ti-po, se trata de abrirlos a los lectores.La red ofrece fácil acceso a peticionesonline y cartas generadas automática-mente a sus MP [representantes en elParlamento] en el lado más tradicio-

nal; mientras que la posibilidad de co-nectar con servicios online facilita laacción y el cambiante comportamien-to del consumidor. Sin duda hay otrosejemplos que no incluyo (se me ocu-rren los smart mobs). Y, sí, es sobre apo-yos activos, lo que puede resultar in-cómodo para los periodistas habitua-

dos al principio de la ob-jetividad, pero creo queya hemos pasado eso, ¿ono? �

Notas del editor

1.–‘Un modelo de redacciónpara el siglo XXI’ se publicóoriginalmente en Online Jour-

nalism Blog. La primera parte,el pasado 17 de septiembre; lasegunda, el 2 de octubre; latercera, el 12 de noviembre.2.–Blog político norteamerica-no, de tendencia progresista.Según Wikipedia, se financiacon publicidad y tiene al mesun número de visitantes queoscila entre los 14 millones ylos 24 millones.3.–Método para que los auto-res de la web soliciten una no-tificación cuando alguien en-laza uno de sus documentos.4.–Palabras utilizadas porChris Anderson (Wired, octu-bre de 2004) para describircierto tipo de negocio. Breve-

mente, aquel en el que muchos pocos hacenun montón.5.–Barco del siglo XIX, atracción turística lon-dinense, que ardió en mayo pasado.6.–Siglas en inglés de Interfaz de Programa-ción de Aplicaciones.

Traducción: Patricia Rafael

La posibilidad deconectar conservicios onlinefacilita la acción yel cambiantecomportamientodel consumidor.

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JULIO ALONSO

Lo peor del rediseño de El País eslo que comúnmente se entien-de como tal: su expresión grá-fica. Le sigue, en orden de mal

a mejor, la reordenación de las sec-ciones. La idea es muy válida pero, ami modo de ver, está mal resuelta laubicación de Opinión. Está perdida ydemasiado lejos, lo cual se contradi-ce con un periódico que se proclamaglobal y pretende “seguir siendo el es-pacio público para la formación deun consenso en torno al proyecto de-mocrático”. Habría estado mejor alprincipio, como hace El Mundo, y es-pero que este hecho no haya impedi-do adoptar una solución parecida; lobien hecho, bien hecho está.

Afortunadamente, el rediseño pa-rece estar acertando en el tercero de

sus propósitos, potenciar la mirada pro-pia y abrirse al diálogo con los lecto-res, aunque aún ha de profundizarmás en ese sentido. No es mal comien-zo. A la postre, lo que importa de losperiódicos es su contenido, y no tan-to el aspecto que ofrecen. (El ciberes-pacio Newsdesigner analizó en 2006 elcomportamiento en quiosco de 11 im-portantes periódicos norteamerica-nos rediseñados en los dos años an-teriores, y estos fueron los resultados:a ninguno de ellos le sirvió para fre-nar, ni siquiera paliar, la caída en lasventas que sufre la prensa de aquelpaís.)

Que sea así no impide criticar el re-diseño gráfico de El País. El periódicose distinguió desde sus inicios por lacalidad gráfica (hay quienes sostienen

El verdadero rediseñoimplica la reinvención delperiódicoApuntes sobre los recientes rediseños de La Vanguardia y El País,no exentos de críticas. En este caso, de alguien que participóactivamente en el diseño inicial de El País.

Julio Alonso fue el primer jefe de Diseño (entonces se decía Confección) que tuvo El País.

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��� El rediseño de ‘El País’ y ‘La Vanguardia’

que en el diseño de prensa en Españahay un antes y un después de El País).

Por tanto, era de esperar un cambio aese mismo nivel de exigencia.

No es nada fácil remedar a Rein-hard Gäde o a Milton Glaser –este úl-timo, autor del rediseño al que se so-metió La Vanguardia en 1989–, y aquíestá también la prueba. El recienterediseño del gran diario catalán, delque es autor Pablo Martín, pretendeconvertirlo en un periódico modernoy más ligero, aprovechar el color yaque la nueva rotativa permite em-

plearlo en todas las páginas, pero enel intento lo vulgariza un poco. Es laestética del momento, marcada enparte por el éxito de los gratuitos, dela que Público es buena prueba. Algoparecido a cuando el culmen de losperiódicos era imitar a la televisión,lo cual se demostró que era un error.

Me consta que Milton Glaser con-sidera que este nuevo rediseño es unpoco volver al punto del que él par-tió; o dicho más crudamente, un re-troceso. Y también que los veteranosde La Vanguardia se lamentan de las

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El acento añadido a la cabecera de El

País (“un pegote”, según su diseñadororiginal, Reinhard Gäde) fue una im-posición de última hora, ajena al co-mité creado para el cambio. “Lo delacento no nos lo creíamos ninguno”,ha confesado el actual jefe de Diseñodel diario, Javier López (lo dijo en elreciente congreso celebrado en Bar-celona por el capítulo español de laSociety for News Design).

No es por echarles la culpa, que no,pero el caso es que el acento se impro-visó al borde del cierre del suplemen-to Domingo correspondiente al día delcambio, con Javier López y Tomás On-darra como meros ejecutantes.

La incorporación de la tilde fueanunciada con 17 días de antelaciónpor Juan Luis Cebrián, durante unaconferencia en Vigo: “Hay un peque-ño detalle, que a mí, como académi-

co, me agrada en especial. Además derecuperar el acento en la i, vamos aponer el acento en las noticias”.

Está visto que la cabecera de El País

está condenada a la improvisación. Laoriginal la creó Reinhard Gäde en unanoche, o más bien de madrugada, yade vuelta del periódico, después deque la dirección de la empresa recha-zara las propuestas que se habían pre-sentado al concurso convocado contal fin.

La hizo con Letraset (hojas con al-fabetos transferibles a un papel o car-tulina, un gran recurso de aquella épo-

Improvisaciones en la cabecera

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limitaciones de espacio impuestaspor el nuevo grafismo, justo cuandoel periodismo de calidad y explicati-vo que parece asegurar el futuro delos diarios impresos tiende a textosmás largos.

En el caso de El País ha sucedidolo contrario. Han recurrido a dos pro-fesionales de relumbrón, como lo sonlos escoceses Ally Palmer y Terry Wat-son, autores de los rediseños de Le

Monde, Politiken, The Scotsman, The Euro-

pean, Algemeen Dagblad o Cinco Días, pe-ro han acabado por no hacerles exce-

sivo caso. Al parecer, por considerarsu trabajo demasiado atrevido o in-novador. El periódico lo ha explicadocon otras palabras: “La clave fue abrirel diario a los ojos nuevos y las pro-puestas refrescantes de Watson y Pal-mer, pero incorporando al proceso demanera protagonista a los profesiona-les y diseñadores del periódico paramantener las líneas básicas, el aire,el estilo y la elegancia de El País” (departe de Reinhard, muchas gracias).

Las imágenes utilizadas por el pe-riódico para promocionar el redise-

ca de penuria tipográfica), y empleópara ello una fuente de las denomi-nadas egipcias, la Clarendon Medium.No porque la letra fuera bonita, ni si-quiera porque fuese original, que nolo era (eso lo supimos años después1);de hecho, antes del actual se han lle-gado a publicar en España hasta ochoperiódicos con el mismo título, cincode ellos con cabeceras en egipcia. Eli-gió la Clarendon por la firmeza y so-lidez que transmiten su trazos.

La forma definitiva, la unión de losremates de la a y de la i, se la dimosal día siguiente, tras tantear el acer-camiento con ampliaciones fotográfi-cas de gran tamaño pegadas en la pa-red de la redacción. La obsesión deReinhard era esta: tiene que leerse (él

decía ‘funcionar’) tanto en un lumi-noso que corone todo un edificio co-mo en una tarjeta de visita.

Y no se le puso el acento por unarazón bien sencilla, ajena a cualquiermotivación estética: la maquinariaempleada por los periódicos de la épo-ca no podían acentuar las mayúscu-las, de manera que no tenía sentidohacerlo con la cabecera, gracias a lareproducción fotográfica, y no con elresto de palabras escritas todo de ma-yúsculas a lo largo del periódico.

1.–Fermín Vílchez, miembro del equipo dediseño inicial y hoy historiador del periodis-mo gráfico en España, ha localizado un pe-riódico El País, editado en Lérida a finales delXIX, con una cabecera muy similar a la delactual.

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��� El rediseño de ‘El País’ y ‘La Vanguardia’

ño dicen lo contrario: ninguna fotodel comité del cambio en que aparez-ca uno solo de tales protagonistas deldiseño in house, y sí un vídeo quemuestra al consejero delegado pidien-do, si no recuerdo mal, el ligero des-plazamiento de un titular. Quizá poreso ha salido lo que ha salido.

El resumen de todo ello es un re-diseño que maltrata la tipografía, sinjerarquía en la titulación, de confu-sa navegación, con fotografías o info-grafías cuya calidad no siempre jus-tifica su tamaño, sólo por que sí, y enel que no se diferencian los génerosperiodísticos. Basten algunos ejem-plos tal como me vienen a la memo-ria, sin tener en cuenta el orden o suimportancia:

— Excesivo espacio entre letras enlos titulares, sobre todo en los com-puestos en redonda.

— Distintas tipografías para usossimilares.

— No están suficientemente resal-tados los inicios de sección.

— Titulares y hasta pies de foto acaballo entre páginas enfrentadas,una solución ya de por sí discutibleen cuanto que dificulta la legibilidad,pero en todo caso mal resuelta. Ha-blo en este caso del semanal.

— Condensación del tipo emplea-do para el texto, lo cual resulta untanto chocante cuando se trata deuna fuente diseñada ex profeso por eltipógrafo portugués Mário Feliciano,hoy muy en boga (en cuyo sitio web,por cierto, no se menciona el encar-

go de El País; tampoco en el de Palmery Watson).

— La foto del presidente Bush enpágina 2, el día del cambio, con untamaño desmesurado para una ima-gen fechada en agosto de 2002, bue-na pero para nada excepcional.

— Renuncia al filete de doble hiloque en el antiguo diseño marcaba laseparación entre información y publi-cidad.

— Inexplicable recurso en Depor-tes a los títulos centrados, una dispo-sición que expresa equilibrio, justa-mente cuando si hay algo que definaal deporte es lo contrario, la tensión.

— Mal acabado de las páginas depasatiempos. Por ejemplo, en la sec-ción de ajedrez, en donde el anchode columna, cuerpo e interlínea noson los más aconsejables para un tex-to cuajado de abreviaturas.

Dicho todo esto, lo que más me sor-prende de los dos rediseños menciona-dos (La Vanguardia y El País), que se pre-sentan como apuestas de futuro y nocomo meros revoques de fachada, esque se acometan sin abordar paralela-mente cambios en las estructuras or-ganizativas, en los flujos de trabajo, ennuevos perfiles y cometidos profesio-nales, y por esta vía hasta –llamémos-le así– la redistribución de las mesas.

A lo más que se llega en este pun-to es a declaraciones altisonantes –porejemplo, “cambiamos por responsabi-lidad”–, cuando lo que exigen estos tiem-pos es más reinventar los periódicosque rediseñarlos. �

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—79

JUAN ANTONIO GINER

Rupert Murdoch, el presiden-te de News Corporation, es-taba enfurecido. Sus secreta-rias no conseguían localizar

a su hijo y previsible sucesor, James,que estaba en Valencia asistiendo a laCopa América. Su móvil estaba fuerade cobertura mientras navegaba en lacalma chica que puso en peligro laregata más famosa del mundo.

Tras varias horas de intentos falli-dos, Rupert conseguía localizar a suhijo: “Los Bancroft quieren más dine-ro, pero no vamos a dárselo”.

La familia Bancroft, propietaria deDow Jones, la empresa editora de The

Wall Street Journal, se había pasado lavida queriendo sólo ‘más dinero’ yMurdoch no estaba dispuesto a dar-les nada más.

De cómo Murdoch learrebató Dow Jones a losBancroft por 5,6 millonesde dólaresLos tiras y aflojas entre el magnate australiano Rupert Murdoch y los Bancroft, una familia propietaria que sólo se preocupó de laempresa a la hora de repartir dividendos, incluso aunque, comoha venido ocurriendo en los últimos años, éstos fueran inferioresa los beneficios. Y también, la historia empresarial de unacabecera, The Wall Street Journal, la perla de Dow Jones, quepasa por ser el número uno de la prensa económica mundial.

Juan Antonio Giner es socio fundador del Innovation International Media ConsultingGroup, Norfolk, Estados Unidos (www.innovationsinnewspapers.com).

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80—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� De cómo Murdoch le arrebató Dow Jones a los Bancroft

Una familiade rentistasEl año pasado, según uninforme de Lehman Bro-thers, Dow Jones repartiódividendos por algo másde 83 millones de dóla-res, mientras los beneficiosde la empresa habían si-do de apenas 81 millones.

Los Bancroft veníanhaciendo lo mismo desdehace muchos años: DowJones repartía siempreuna cifra de dividendossuperior a la de benefi-cios: en el 2002 contra 60millones de beneficios sedistribuyeron 80 millo-nes de dividendos.

Los gerentes y perio-distas de Dow Jones veíanasí cómo, año tras año, se anteponíael reparto de dividendos a la reinver-sión en los negocios de la empresa fun-dada en 1882 como una modesta news-

letter financiera por Charles Dow y Ed-ward Jones.

En 1902, muerto Dow, la empresafue vendida a su corresponsal en Bos-ton, Clarence Walker Barron quien,en 1921, fundó el semanario que des-de entonces lleva su nombre.

A la muerte de Barron en 1928, elnegocio fue heredado por dos hijas-tras suyas: Jane y Martha.

El marido de Jane Barron, HughBancroft, era un estudiante de Dere-

cho en la Universidad deHarvard que con su sue-gro se hizo cargo de DowJones. Hugh tenía fuertesdepresiones y se suicidóa los 34 años.

Desde entonces la em-presa pasó a estar gestio-nada por profesionales, yninguno de los herederosmostró más interés queganar dinero.

The Wall Street Journal

era entonces un diarioirrelevante, con baja cir-culación, pocos periodis-tas y mucha publicidad.Las ‘’noticias’ eran apenascomunicados de prensade las grandes empresas.El publirreportaje y la in-formación institucionalemanada por las fuentes

eran los géneros periodísticos básicosde un diario sin demasiada credibili-dad.

El gran cambioEsta trayectoria tan mediocre cambiódurante la II Guerra Mundial, y no co-mo consecuencia de los deseos de lafamilia propietaria, ni de los geren-tes que mandaban más que la redac-ción, sino gracias al carisma y lide-razgo de un periodista llamado Bar-ney Kilgore que en 1941 fue nombra-do director ejecutivo del diario.

Kilgore redujo las notas de pren-

El año pasadoDow Jonesrepartiódividendos porencima de susbeneficios.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—81

sa, distinguió claramente los publi-rreportajes de la información pura ydura, y amplió la cobertura periodís-tica con unas páginas de opinión que,siendo muy conservadoras. eran inte-ligentes y respetables.

Los cambios de Kilgore hicieronque en muy pocos años The Wall Stre-

et empezara a crecer. Tres décadasmás tarde era el periódico de mayorcirculación de Estados Unidos; supe-raba los dos millones de ejemplares,cuando The New York Times apenas ven-día menos de la mitad.

Kilgore contrató a jóvenes y bri-llantes periodistas, les dio libertad,medios, páginas y el prestigio y ren-tabilidad de Dow Jones llegaron a serenvidiables.

Dormidos en sus laurelesLos 35 miembros de la familia Ban-croft mayores de edad estaban felices.Hemenway & Barnes, uno de los des-pachos de abogados más famoso deBoston representaba entonces los in-tereses de la familia, y una vez al tri-mestre el abogado Roy Hammer, queadministraba el trust familiar, se reu-nía con los Bancroft para informar-les de cómo iban las finanzas de DowJones.

La familia no tenía un comité eje-cutivo y ninguno de los Bancroft qui-so nunca trabajar o intervenir direc-tamente en la gestión de la empresa.Eran puros accionistas mayoritarios,interesados sólo por los generosos di-

videndos que la herencia de Dow Jo-nes producía año tras año.

Los Bancroft tenían sólo una cuar-ta parte de las 61 millones de accio-nes de la clase A y siete de las 10 ac-ciones de la clase B.

Estas últimas siete acciones les da-ban el control absoluto de Dow Jones,cuyos ingresos dependían en un 55%de The Wall Street Journal.

Grandes periodistas, malosgestoresAl jubilarse el mítico Barney Kilgore,Dow Jones pasó a estar dirigido porsus periodistas.

En 1975, Peter Kann, un antiguocorresponsal en Asia, premio Pulit-zer, se convirtió en el nuevo directorgeneral de Dow Jones. Kann acabó ca-sándose con la también periodista Ka-ren Illiot quien, pese a muchas críti-cas, llegó a ser la publisher de The Wall

Street Journal.

Así empezó la verdadera crisis deDow Jones.

Un brillante ingeniero llamadoWilliam Dunn, que era el vicepresi-dente de una prometedora división denuevos negocios electrónicos, iba aser el futuro director general de DowJones pero los Bancroft vieron que acorto plazo los planes del visionarioDunn podían costarles demasiado di-nero.

William Dunn hablaba a comien-zos de los años 70 de la necesidad deconvertir Dow Jones en una empresa

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82—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� De cómo Murdoch le arrebató Dow Jones a los Bancroft

proveedora de contenidosfinancieros a través decualquier medio, “all thetime, anytime, anywhere”.

Conocí a Dunn en laUniversidad de Stanford,años después que fuerarelegado en la carrera ha-cia la cumbre de Dow Jo-nes. Estaba amargado pe-ro seguía siendo alguienque predijo la revoluciónde los nuevos medios. Ha-ce unos meses, cuando sesupo la noticia de la OPAde Murdoch, conseguí lo-calizarlo pero no quisocomentar nada sobre ladebacle producida por lamiopía de los Bancroft.

Los Kann reinaron has-ta hace pocos meses. Erangrandes periodistas perofueron muy malos administradores,y la rentabilidad de Dow Jones empe-zó a bajar.

Crearon nuevos cuadernos y lan-zaron las ediciones asiática y europeadel diario que nunca fueron renta-bles. De hecho, cuanto más crecía lapaginación más disminuía la difu-sión. Una audiencia cada vez más de-pendiente de medios electrónicos deinformación en tiempo real (pegadosa las pantallas de Bloomberg o de Reu-ters) dejaba de leer un periódico inti-midante, impreso en blanco y negro,mal diseñado.

Fueron, eso sí, pioneros en la con-

quista del mercado nacio-nal en Estados Unidosgracias a una estrategiade multi-impresión queluego siguieron con igualéxito The New York Times yUSA Today.

Los Kann quisieronmodernizar The Wall Stre-

et Journal gráficamente pe-ro llegaron tarde. El mun-do de la información fi-nanciera estaba ya en ma-nos de la nueva galaxia demedios electrónicos (des-de NMBC hasta Thomp-son, Bloomberg o Reuters)y unas reformas pura-mente cosméticas no pu-dieron detener la crisisdel diario impreso.

Muchos accionistasexigieron que los Ban-

croft tomaran cartas en el asunto, pe-ro los herederos de Hugh Bancroft si-guieron su política de no inmiscuir-se en la gestión e la empresa, que con-tinuaba generando dividendos porencima de los beneficios.

Kann y sus ejecutivos cometierondos errores dramáticos:

�–En 1981 compraron por 80 mi-llones de dólares el 25% de Continen-tal Television, pero pronto no supie-ron qué hacer y vendieron esa parti-cipación por 320 millones de dóla-res, lo que entonces pareció un buennegocio. Ahora se ve como una deci-sión precipitada pues tal inversión

Una audienciacada vez másdependiente demedioselectrónicos deinformación entiempo real.

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valdría hoy casi 3.000 millones de dó-lares.

�–A finales de los 80, compraronpor 1.600 millones Telerate, un servi-cio de información financiera entiempo real, que de nuevo no supie-ron cómo gestionar. Acabaron porvenderlo a Bridge Information Sys-tems por una tercera parte de lo queles habían costado.

Muchos inversores y analistas finan-cieros denunciaron que la empresaestaba mal dirigida. Bloomberg reve-ló que entre julio de 1992 y julio de2003 las acciones de Dow Jones se re-valorizaron sólo en un 57,3% mien-tras que las acciones de las empresasde medios impresos cotizadas en bol-sa había crecido en ese mismo perio-do cinco veces más.

Norman Pearlstine, que trabajo enDow Jones y luego sería director ge-neral de Time Inc., explicaba: “Si unose reúne con Peter y Karen, para elloses más fácil hablar de Iraq que sobrelos precios del papel-prensa”.

Para profesionalizar la gestión delgrupo, Peter Kann contrató en 2001 aRichard Zannino, primero como direc-tor financiero, luego como director deoperaciones, y finalmente, en febrerode 2006, como consejero-delegado deDow Jones. Sustituyó al propio Kann.

Lo que Zannino se encontró fueuna redacción acostumbrada a man-dar más que las gerencias; un diariocada vez con mayor paginación y me-nos lectores, y una empresa mono-media con beneficios a la baja.

Los cronistas de la ConstituciónManuel Ángel Menéndez Gijón y Carmen Fernández López-Monís,446 páginas, 25 euros.

Una antología de los mejores

artículos, viñetas y fotografías

de las Cortes constituyentes

(1977-1978).

DE VENTA EN LA A.P.M.

Page 83: Críticas a la Ley de Igualdad

84—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� De cómo Murdoch le arrebató Dow Jones a los Bancroft

Dow Jones tenía de he-cho un crecimiento nega-tivo. En 2006 la cifra denegocios del grupo era deunos 1.800 millones dedólares, algo menos de loque era en 1993.

Zannino cambió enpocos meses a 45 de los80 principales ejecutivosde la empresa y prometióque Dow Jones se iba atransformar en un grupo“más diversificado comoproveedor de contenidosfinancieros”.

Pese a sus esfuerzos ypromesas, el nuevo CEOvio pronto que no iba aconseguir sus objetivos yen marzo de este año sedio cuenta de que no con-seguiría el anunciado cre-cimiento anual de un 18 a un 20%,con lo cual Dow Jones no dispondríade cash para invertir en nuevos me-dios y nuevas plataformas.

Un desayuno de 45 minutosMientras Zannino pensaba cómo sa-lir de este callejón sin salida, RupertMurdoch le invitó el pasado 14 demarzo a desayunar en la sede neoyor-quina de News Corporation en la Sex-ta Avenida.

El desayuno del 14 de marzo du-ró 45 minutos, estuvieron solos, y só-lo al terminar, Murdoch le dijo a Zan-

nino que estaba dispues-to a comprar Dow Jones.

—¿A qué precio? –lepreguntó Zannino–.

—A 60 dólares por ac-ción –le contestó Mur-doch–.

News Corporation ofre-cía una prima del 65% so-bre la cotización de esosdías. Una oferta imposiblede ignorar.

De vuelta a sus ofici-nas, Zannino pensó que es-ta podía ser la salvaciónde Dow Jones, y tambiénsu propia salvación comoadministrador de un gru-po cuyos accionistas ma-yoritarios ni tenían pla-nes de futuro ni estabandispuestos a invertir ennuevos medios.

El 17 de abril Murdoch hizo llegarsu propuesta formal, que se filtró ala prensa el 1 de mayo, y que el 2 deagosto fue aceptada por la familiaBancroft.

Tiras y aflojasEn esos tres meses y medios sucedie-ron todo tipo de acontecimientos: re-sistencias internas de los periodistasy sindicatos de prensa de Dow Jones;campañas de descrédito contra Mur-doch con The New York Times a la cabe-za; intentos de la familia Bancroft porsacarle más dinero; y varios anuncios

Una prima del65% sobre lacotización deesos días. Unaoferta imposiblede ignorar.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—85

Rupert Keith Mur-doch tiene nacio-

nalidad norteameri-cana, pero nació enMelbourne (Austra-lia) hace 76 años; es-tudio en Oxford,donde le llamabanRudy el rojo, y en1952 heredó el Ade-

laida News, un diarioque estaba en quie-bra; se casó dos ve-ces, tiene cinco hi-jos, vive entre Lon-dres, Nueva York yLos Ángeles, viaja en un Boeing 730,hace gimnasia todos los días y usacamisas almidonadas, última-mente sin corbata; cuando nave-ga por MySpace lo hace con el seu-dónimo de John, pasa más de me-dio día hablando por teléfono,controla su imperio mediático através de un folio donde diaria-mente le pasan las cifras más re-levantes de sus negocios; fue so-cio minoritario en Pearson y Reu-ters, y en España hizo negociosde televisión con Antonio Asensio;adora la sección de negocios deThe New York Post, que dice leer an-tes que The Wall Street Journal; supragmatismo político lo mismole llevó a apoyar a Margaret Tat-cher como a Tony Blair, ahora pa-

rece preferir más aGordon Brown quea David Cameron,tiene en su Consejode Administracióna José María Aznar,y al mismo tiemposimpatiza con Hi-llary Clinton; espe-ra vivir tantos añoscomo su madre,que ahora tiene 98,no quiere jubilarsepero su hijo Jamesparece llamado asucederle en la di-

rección de News Corporation,una empresa valorada hoy en másde 62.000 millones de dólares,que genera ingresos por valor demás de 30.000 millones de dóla-res; disfruta con los diarios popu-lares y, como al legendario lordThomson of Fleet, lo que más legusta en esta vida es “comprar yvender” diarios, dice que lleva“tinta en las venas” y ahora quemuchos parecen no estar dispues-tos a invertir en nuevos talleresde impresión, Rupert Murdochacaba de inaugurar en Escocia laprimera planta de un nuevo par-que de rotativas en Gran Bretañaque le costará 1.300 millones dedólares, pero que compartirá consu competidor The Daily Telegraph.

‘Tinta en las venas’

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, EFE

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de contraofertas que nun-ca llegaron a concretarse,desde Pearson (Financial

Times) a General Electric(CNBC).

Los periodistas de DowJones pronto se dieroncuenta de que Murdochiba a ser mejor gestor quelos Bancroft y muy prag-máticamente prefirieronblindar sus contratos fren-te a posibles regulacionesde empleo.

The New York Times pu-blicó varios dosieres reci-clando viejas historiascontra Murdoch y hastase dijo que había libera-do a algunos de sus perio-distas más agresivos paraque escribieran un libro-denuncia, pero todos se dieron cuen-ta de que los Sulzberger sólo queríanprotegerse ante un formidable com-petidor y que su campaña era intere-sada por parte de quienes hace añoshabían intentado comprar Dow Jones.

Los Bancroft primero dijeron queno, muy pronto que tal vez (no fueraa ser que Murdoch se enfriara y se que-daran sin esa increíble prima del65%), y tras darse cuenta que, si re-chazaban la oferta las acciones deDow Jones podían hundirse, optaronpor un teatral tira y afloja que Mur-doch resistió impasible.

Como le dijo a su hijo en aquellallamada, mientras James navegaba cer-

ca de Valencia, “los Ban-croft quieren más dinero,pero no vamos a dárselo.”Lo único que aceptó al fi-nal fue pagarles las ‘cuen-tas del gran capitán’ de susabogados y asesores finan-cieros, cuyas minutas lle-garon a los 30 millones dedólares.

Finalmente, nadie fuecapaz de articular otrasofertas, no por falta demedios económicos sinoporque todos acabarondándose cuenta de quemientras Murdoch teníaplanes de futuro, una im-plantación casi planeta-ria y otras plataformasmediáticas con las cualesoptimizar los recursos de

Dow Jones, los demás ni las tenían niera fácil que las tuvieran a corto o me-dio plazo.

El día clave de esta opereta fue el4 de junio. Murdoch se reunió duran-te cuatro horas con los Bancroft caraa cara. Acudió acompañado de su hi-jo James, su director financiero y suabogado. Al salir sabía que los Ban-croft iban a vender. ¿Por qué?

Porque durante esas cuatro horasno se habló ya más de dinero sinoque todo se redujo a pedir que NewsCorporation estableciera un comitéde control que garantizara la inde-pendencia periodística de Dow Jones.

Murdoch contestó inmediatamen-

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��� De cómo Murdoch le arrebató Dow Jones a los Bancroft

Los periodistasprefirieronblindar suscontratos frente aposiblesregulaciones deempleo.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—87

te que le parecía muy bien y esgrimióque eso mismo funcionaba ya en elTimes de Londres.

Los Bancroft, sin embargo, y pro-bablemente para salvar la cara de unaventa con beneficios exorbitantes, in-sistieron que ellos querían ser los quedominaran ese comité, con caráctervitalicio, para seguir aprobando elnombramiento y cese de directores, etc.

A esa pretensión de querer perpe-tuar su dominio más allá de la venta(“quieren seguir reinando después demuertos”), Murdoch, muy amable-mente, les dijo que sería difícil de ex-plicar que él pagara ese precio por el100% de la empresa y los Bancroft lenombraran los directores como si élfuera un incapacitado.

Al final el acuerdo fue más rápi-do de lo esperado. Yo les compro. Us-tedes me venden. News Corporationnombrará ese comité. Y uno de uste-des, el que quieran, será bienvenidocomo nuevo miembro del Consejo deAdministración de Dow Jones.

Pocos días antes de que este artí-culo fuera a la imprenta (noviembre2007), Murdoch les recordó a los Ban-croft que había pasado el plazo de 30días acordado para que la familia eli-giera quién debía formar parte delConsejo, y que, sintiéndolo mucho, elderecho a elegirlo era ahora de NewsCorporation.

Los Bancroft no supieron cómo ex-plicar semejante despiste y uno desus asesores reconoció: “Hemos he-cho un papelón”.

Murdoch se vengó de los Bancroftseleccionando a Natalie Bancroft, de27 años, cantante de opera, residen-te en Europa, cuyos conocimientos deperiodismo son más bien escasos.

El comité de control todavía no hasido constituido pero ya se conocensus primeros miembros, entre los quedestacan dos figuras de impecable pe-digrí: Nicholas Negroponte, antiguodirector del MIT Media Lab, y LouisBocardi, antiguo director de Associa-ted Press.

Ellos serán quienes garanticen lalínea editorial de Dow Jones frente alas presiones de un Rupert Murdochque en sus primeros 11 años como due-ño del Times de Londres tuvo cinco di-rectores diferentes.

El actual lleva ya tiempo en el car-go, se llama Robert Thomson, es aus-traliano y fue director del Financial Ti-

mes en Estados Unidos. Por lo que pa-rece, está llamado a ser el hombre deMurdoch en Dow Jones.

Murdoch lanzó hace pocas sema-nas el nuevo canal Fox Business News,mucho más populista que CNBC (porparadojas del destino, esta cadena tie-ne hasta 2010 un contrato en exclu-siva con los servicios de Dow Jones).

Ese mismo ‘populismo’ es el queahora quiere imprimir al elitista The

Wall Street Journal que, como el Finan-

cial Times, sigue viviendo al margendel nuevo ‘capitalismo popular’. Pro-bablemente, News Corporation haráun diario con contenidos y formatomás parecidos a los del Dagens Indus-

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88—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� De cómo Murdoch le arrebató Dow Jones a los Bancroft

tri sueco, un modelo queha sido replicado congran éxito en una docenadel Norte de Europa yque, en España, sirviótambién de inspiración aEl Economista.

En su primera visita yacomo futuro dueño deldiario, la redacción de The

Wall Street Journal se con-vulsionó cuando Mur-doch apareció acompaña-do del director de The New

York Post, el tabloide deNews Corporation. La pro-vocación era significativaporque Murdoch recono-ce que su dieta informati-va diaria empieza con lalectura de la sección denegocios del Post, que sien-do un periódico sensacio-nalista destaca en esa cobertura.

Una encuesta reciente del Pew Re-search Center señala que The Wall Stre-

et Journal es el diario que goza de ma-yor credibilidad en Estados Unidos.

Rupert Murdoch ha hecho lo másfácil y lo que más le gusta en esta vi-da: comprar empresas periodísticas.

Estaría loco si echara por la bordaese prestigio y credibilidad, pero esono le impedirá acometer grandescambios para dinamizar y potenciarun periódico que, como ha dicho,quiere que sea más influyente y ren-table que el mismo The New York Ti-

mes.

Cuatro grandesleccionesLa compra de Dow Jones,que se materializará a fi-nales de este año, ofrecea mi juicio cuatro gran-des lecciones:

Primera: las empresasperiodísticas familiaresque no arriesgan, no in-vierten y tienen miedo alfuturo están llamadas adesaparecer, y ello, conindependencia de que es-tén gestionadas o no pormiembros de esas dinas-tías.

Segunda: frente al pe-simismo de quienes nocreen en el futuro de laprensa escrita, necesita-mos muchos más Mur-

doch con “tinta en las venas” pero sa-biendo que ahora es el momento deinvertir también en nuevas platafor-mas multimedia.

Tercera: que a la hora de pagar pri-mas, la credibilidad, el prestigio, lainfluencia, la visión de futuro y la in-dependencia periodística son los in-tangibles que ponen precio de verdada ventas como la de Dow Jones.

Cuarta: que las redacciones y susperiodistas, han sido, son y seránsiempre la columna vertebral de to-dos los grandes negocios informati-vos, cualesquiera que sean las tecno-logías imperantes. �

Las empresasfamiliares que noarriesgan, noinvierten y tienenmiedo al futuroestán llamadas adesaparecer.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—89

MOISÉS RUIZ

E l líder del siglo XXI ya no apa-rece aislado en parcelas con-cretas, ahora tiene que interve-nir en todos los procesos y es

la piedra angular del ejemplo de ac-titud; el líder decide y actúa, crea va-lores y expectativas, es el reflejo delcambio en las organizaciones. Liderares servir, una definición que identifi-ca la misión principal de la empresainformativa. Por eso los nuevos líde-res no pueden traicionar su razón deser, porque llevarían al fracaso a supropia empresa.

El líder se encuentra inmerso enla encrucijada de las libertades, enun camino alambicado entre la orga-nización y el individuo.

En este contexto la empresa infor-

mativa emerge con la necesidad deun liderazgo personal fuerte avaladopor la responsabilidad y los valoreséticos. Importa lo que se cuenta y có-mo se cuenta. La rentabilidad socialno puede quedar excluida por la fi-nanciera, puesto que la principal mi-sión de la información es la de servi-cio social. Los nuevos liderazgos de-ben imponerse para consolidar laidea de servicio.

Su empeño consiste en saber com-patibilizar el valor de la empresa endos direcciones; crear valor para el ac-cionista y añadir valor al conjunto dela organización a través de fuertes po-líticas de calidad interna y externacapaces de generar, asimismo, cali-dad de vida. El incremento de la pro-

Liderazgo en la empresainformativa del siglo XXILa principal tarea del líder de nuestro tiempo consiste enengancharse al futuro. Crear nuevas formas asociadas al talento,involucradas en la creatividad, sensibles a la imaginación y queentiendan la tecnología como fórmula de progreso yconocimiento continuado.

Moisés Ruiz es profesor de Empresa Informativa y Liderazgo en la Universidad Europeade Madrid.

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90—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Liderazgo en la empresa informativa del siglo XXI

ductiva va ligado a la innovación enlas formas de administración. Nuevasformas asociadas al talento, involu-cradas en la creatividad, sensibles ala imaginación, entendiendo la tec-nología como fórmula de progreso yconocimiento continuado. Esta laborde enganche con el futuro le toca em-prenderla, desde dentro, al líder.

Liderar la empresa informativa enel nuevo siglo supone someterla a laconjunción de las 12 C: competitivi-dad, confianza, clientes, calidad, cul-tura, conocimiento, comportamien-to, compromiso, cambio, crecimien-to y comunicación. La C número 12es la creatividad.

La importancia del líder reside enla seguridad de sus comportamien-tos. La empresa informativa precisalíderes emocionalmente estables. Elcontrol emocional es una de las cla-ves que alimenta la creatividad, facul-tad y capacidad imprescindible parasobrevivir en la libre competencia.

El líder creativo da seguridad, ci-mienta la personalidad del individuo,proporciona convencimiento a las ac-ciones y evita caer en el tremendis-mo, en la percepción trascendente delas cosas, es un bálsamo que cura elvértigo del destino porque resta im-portancia a los contratiempos. El lí-der creativo libera de la presión algrupo. Su acción permite creer en eltrabajo como algo muy importanteque debemos hacer, hace sentir el pri-vilegio de escribir, narrar, contar losacontecimientos como una devoción

y no como una obligación. Entenderel trabajo como una actividad que nosofrece aspectos más relevantes queun puñado de euros. La informaciónnecesita vocación más que oficio. Es-to es desarrollar el concepto de feli-cidad en el trabajo, cuestión que en-cuentra reflejo en la actitud de los lí-deres.

Cultura de grupoEl liderazgo en la empresa informa-tiva debe poseer una gran capacidadde diagnóstico, esto es, adelantarse alos acontecimientos para adminis-trarlos con mayor eficacia. Significa

El liderazgo en la empresainformativa debeadelantarse a losacontecimientos paraadministrarlos con mayoreficacia.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—91

admitir el experimento en base a lanovedad de los procesos, buscar e ins-pirar la participación global en losacontecimientos. La sensación de so-ledad es un vértigo inadmisible enlas futuras organizaciones, así comola individualidad que no el indivi-dualismo. Primar y premiar las con-ductas de las personas, tratadas deforma individualizada, es hacer jus-ticia a los comportamientos. La indi-vidualidad consiste en parcelar elsentimiento de pertenencia a una or-ganización.

Una condición, incontestable, delnuevo líder le conduce a la creaciónde cultura de grupo, cultura de orga-nización, sin que ello suponga eclip-sar la capacidad de cada individuo enel esfuerzo colectivo. El individualis-mo destaca entre la masa a quienesintervienen de manera más activa enla consecución global de objetivos, pa-ra mejorar la organización Esta prác-tica centra la relación en las necesi-dades particulares de las personas.Supone un elevado estímulo intelec-tual porque convierte a los individuosen fuentes de ideas. Esto no suponecrear frentes competitivos porque noresultan gratificantes para el desarro-llo de la organización.

Es preciso, por tanto, apostar porun liderazgo directo que afecte al co-nocimiento de cada una de las perso-nas de las que logra un apoyo sustan-cial. Este tipo de liderazgo adquierecompromiso con su equipo, al que di-rige y gestiona y le hace partícipe de

una cultura horizontal en la construc-ción de los procesos. Inspira, motiva,escucha, exige, analiza en profundi-dad las decisiones, vincula, da res-puestas, genera reflexiones, reparte jue-go, anima a la consecución de logrosy colabora en el progreso de sus equi-pos. Todo ello requiere gran capaci-dad de comunicación y de adapta-ción.

La capacidad de diagnóstico augu-ra, en la conducta del líder, la posibi-lidad de convivir con la coherenciade sus ideas. El tiempo es el testigode ambos aspectos y quien confiereal líder la confianza de sus seguido-res, juzga la determinación existenteentre sus palabras y sus acciones. Laconsistencia y la coherencia sobreunos planteamientos otorgan con-fianza.

El líder de la empresa informati-va debe actualizar su comportamien-to en lo que el psicólogo Carl Rogerdenominó cuidado incondicional ypositivo. La preocupación por lasgrandes cuestiones tiene que ir acom-pañada por la atención a lo cotidia-no, a lo que conforma la intrahisto-ria del individuo.

Otro aspecto significativo para ellíder es evitar la presión sobre su gen-te. Esto se muestra a través de las ac-ciones tranquilas, o lo que es lo mis-mo, no exigir el cumplimiento deobligaciones a quien no puede. “Notodos valemos para todo” decía Virgi-lio cuando era preguntado por la se-lección de atletas para la primera

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92—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Liderazgo en la empresa informativa del siglo XXI

Olimpiada, en la antigua Grecia. Ca-da persona goza de unas característi-cas que le discriminan con el resto,pero esto no tiene por qué ser moti-vo de exclusión, si no de integración,¿cómo se consigue? Conociendo lashabilidades de cada uno y colocandoa quien corresponda de acuerdo a lascondiciones que ofrezca para el pues-to correspondido.

Según Marshall Sashkin en su es-tudio Una nueva visión de liderazgo, loúnico de verdad importante que ha-cen los líderes es la construcción dela cultura de la organización. La esen-cia de esta cultura pasa por tres te-mas: la adaptación, la coordinación,la fuerza de los valores y creenciascompartidas.

Adaptación supone afirmar que loque la gente espera se convierta en lomás probable que suceda, creer queel propio destino es una cuestión deautocontrol y depende de la eficaciapropia del líder y la transmisión a losseguidores. Sólo entonces, piensaMarshall, existe la posibilidad de quela organización desarrolle el tipo decultura que es capaz de adaptarse alos cambios con más probabilidadesde éxito.

La coordinación logra que la gen-te trabaje unida y con eficacia. Se tra-ta de unificar lo local en lo global,sin que pierda brillantez ninguna delas dos partes, destacando los logrospero unificándolos en pos de la me-jora del conjunto. Un objetivo final,un destino igual, mismo compromi-

so pero con planteamientos persona-lizados y destacados según la valía in-dividual. El líder actúa como coordi-nador de esfuerzos dando autonomíaal talento de cada uno.

Así se consigue aunar valores ycreencias y orientarlas al logro co-mún. Las organizaciones políticas yempresariales deben implantar unosobjetivos nítidos fundamentados enideas núcleo. La fortaleza moral for-talece la convicción individual y ayu-da a elevar el sentimiento de perte-nencia. Avanzar resultaría imposiblesin unos valores que arrastren al con-junto, que sirvan de soporte intelec-tual para los demás, de refugio ante

Lo único de verdadimportante que hacen loslíderes es la construcción dela cultura de la organización.

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la desorientación. La ausencia deunas proclamas, de una filosofía in-tegral provoca la desesperación, elhastío y el abandono. Admitiendodentro de esa filosofía la flexibilidadrepresentada por la aportación de ca-da uno.

Cuando se tienen claros una seriede aspectos el trabajo se hace más res-ponsable y activo porque cada uno sa-be lo que debe y lo que quiere hacerpara ayudar a la mejora de su orga-nización, a la que identifica sin am-bigüedades y sobre la que intervienesin ambigüedades porque descubrelo que quiere de él. Sin un líder con-secuente, firme y representativo de esosvalores todo esfuerzo resultaría asép-tico.

La idea de cultura se construye, se-gún Marshall, en base a tres pilares:filosófico, normativo, personal. Unafilosofía de organización no se creade la noche a la mañana en un mo-mento inspirado del líder. Una filoso-fía no surge de la cabeza del líder deforma espontánea y completamenteformada. Los líderes deben utilizar supoder cognitivo para evaluar el con-texto, el entorno y los factores clavesde ese entorno. A continuación de-ben solicitar e incorporar a sus visio-nes, los pensamientos, valores ycreencias de los demás.

Lo segundo que los líderes debenes conceder la autoridad y la autono-mía necesaria a los demás para quepuedan definir la normativa de la or-ganización, desarrollar los programas

Emilia Pardo Bazán,periodista de hoyEdición, estudio y notas, Carlos Dorado;142 páginas.

Textos, hasta la fecha

prácticamente desconocidos,

de una de las primeras mujeres

comprometidas con el oficio

periodístico en un mundo

entonces hostil para dicha

causa.

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94—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Liderazgo en la empresa informativa del siglo XXI

necesarios basándose en las creenciasy valores contenidos en la filosofía.Para terminar, los líderes inculcan va-lores y creencias gracias a su compor-tamiento individual; sus prácticaspersonales. Los líderes dan forma alos valores y creencias de la organiza-ción al vivir de acuerdo con ellos re-gular y constantemente.

La diversidad emocional va a serla principal característica a destacarpara el líder en la empresa informa-tiva.

La visión emocionalLo emocional trabaja en dos direccio-nes; la individual y la global. Dirigesu capacidad de acción al empleadoy a la actividad. Su función consisteen determinar una serie de valores yprincipios esenciales de la empresa,especificar comportamientos, estable-cer un marco de actuación en el quetodos estén implicados, conseguir elcompromiso interno dotando de cla-ridad a los objetivos. No se trata detrabajar para mí porque soy muy bue-no sino de aportar esa calidad inte-lectual y cultural al conjunto de laempresa.

La ventaja competitiva del lideraz-go emocional está en el tratamientoindividualizado de los talentos y enel conocimiento global de la actividad.No se puede retener a un talento sino se sabe cuáles son los condicionan-tes y circunstancias en los que se de-senvuelve su trabajo. Sólo así puede

llegar el reconocimiento y el emplea-do percibirlo.

Bases para buscar lo emocional enel liderazgo de las empresas informa-tivas del siglo XXI:

1. Intuición y pasión: para adelan-tarse a los acontecimientos es preci-so sentir la pasión por el trabajo. De-cidir desde la intuición porque es másrápida y genera confianza.

2. Saber comunicar: esto es deciry sobre todo escuchar. Un líder emo-cional escucha con más interés quehabla. Conocer las emociones de laspersonas ayuda a comprender su tra-bajo.

3. Iniciativa: no hay que mirar ala competencia porque irás detrás deella, es mejor que la competencia sefije en ti.

4. Sentido del humor: genera op-timismo y ayuda a incrementar elrendimiento de las personas. Huma-niza el esfuerzo.

5. Integridad: con los equipos, a losque dirige. Ser uno más, descender asus preocupaciones, compartir ten-siones.

6. Compromiso: con la iniciativaindividual, fomentar el talento y di-rigirlo hacía el objetivo común.

7. Realismo: saber cuál es el lími-te de tu actividad. Conocer el merca-do y el hueco en el que está la empre-sa para determinar cuándo un esfuer-zo puede resultar inútil.

Sin emociones la empresa informa-tiva sufrirá, aunque la parte intelectualy cultural esté a buen recaudo. �

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—95

PATRICIA FERNÁNDEZ DE LIS

Si uno escribe la palabra ‘iPho-ne’ en Google, el buscador de-vuelve 158 millones de referen-cias en internet. Es una cifra

altísima. De George Bush se habla en235 millones de páginas web, de Ni-colas Sarkozy lo hacen 49 millones yde José Luis Rodríguez Zapatero o Ma-riano Rajoy, apenas en 10 millones. Ymás complicado aún es encontrar in-formación sobre las compañías quecompiten con el teléfono de Apple: delmóvil que más se le parece, el HTCTouch, se ha hecho referencia en só-lo ocho millones de enlaces; del LGKE850, en dos millones; del Helio Oce-an, en 667.000. Ni siquiera la blackberry,

el teléfono con acceso al correo elec-trónico que triunfa en Estados Uni-

dos desde finales de los 90, puedeigualar al iPhone: 61 millones de bús-quedas.

No es que el móvil de Apple no me-rezca atención. Es tecnológicamentenovedoso y su diseño es espectacular–como siempre, por otra parte, cuan-do se trata de Apple–. Es, además, laprimera apuesta en el mundo de latelefonía móvil de una compañía quehace apenas 10 años estaba desahu-ciada y al borde de la bancarrota. Elnuevo dispositivo de Apple es, sí, unanoticia. Pero la atención mediáticaque se le ha prestado, incluso antesde que nadie pudiera siquiera verloo tocarlo, es exagerada: entre enerode 2007, cuando fue anunciado, y ju-nio, cuando finalmente salió a la ven-

La exagerada coberturamediática del iPhoneLa atención que los medios han prestado al móvil de Apple esexagerada. Sin embargo, los fallos técnicos descubiertos tras ellanzamiento no han recibido, ni de lejos, la misma atención. Ymenos, los problemas de Apple con la comisión de valores delmercado estadounidense.

Patricia Fernández de Lis es redactora jefe de la sección de Ciencias del diario Público.

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96—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� La exagerada cobertura mediática del iPhone

ta en Estados Unidos, se escribieron11.000 artículos en la prensa de esepaís, según un recuento de David Po-gue, un reconocido periodista tecno-lógico de The New York Times.

En España no se sabe todavía quéoperador venderá el iPhone ni cuán-do lo hará. Aun así, la historia ha me-recido la primera página de diarios yrevistas, y en más de una ocasión. Co-mo objeto de deseo supuestamenterevolucionario se han escrito largosreportajes y revisiones del productoen las páginas de Sociedad o Tecno-logía. Sin embargo, los problemas téc-nicos descubiertos en los días poste-riores al lanzamiento no han recibi-do, ni de lejos, la misma atención. To-do esto significa que, con su cobertu-ra desigual y al no otorgar a los fallosdel iPhone la misma relevancia quea sus cualidades, los medios hantransmitido el mensaje a sus lectoresde que este teléfono es una de las ma-yores revoluciones de la historia tec-nológica, cuando la realidad de queexisten, al menos, cinco competido-res demuestra que no lo es. La histo-ria del iPhone es, también, la del fra-caso de los medios, contagiados delmarketing, la publicidad, el entusias-mo de los fans de Apple y los exage-rados comentarios de blogs y confi-denciales en internet.

Es fácil comprobarlo cualquier día.Sólo hay que entrar en un buscadorde noticias en internet, como el deGoogle (news.google.com) o el de Ya-hoo! (news.yahoo.com). Si se escribe la

palabra ‘iPhone’, se puede comprobarque se publican cientos de noticiasdiarias sobre el producto, y de todo ti-po. Algunos ejemplos de titulares: “EliPhone es el mejor producto tecnoló-gico de la historia”, decía la revistabritánica Stuff, incluso antes de que hu-biera salido a la venta en el Reino Uni-do. “Mr. Wong [una web alemana, don-de entonces no se vendía el teléfono]lanza una aplicación para el iPhone”.“El iPhone ya está en Costa Rica”. “Esel teléfono más esperado de los últi-mos diez años”. “Sus funciones mara-villosas son atractivas”.

El éxito mediático del iPhone nun-ca antes ha sido igualado por ningúnotro producto tecnológico y, muchomenos, por sus competidores que, enalgunos casos, ofrecen sus mismasprestaciones, a un menor precio y des-de mucho antes. Una razón de ese éxi-to, aunque no la única, es que Applemaneja las herramientas del marke-ting de manera excepcional. La com-pañía dosifica anualmente el lanza-miento de sus principales productos,y dosifica también la informaciónque hace disponible sobre ellos. Hallegado, incluso, a denunciar a los blo-gueros que difunden noticias sobre suslanzamientos, incrementando así laexpectación y los rumores. Sólo hayotra compañía en el mundo tecnoló-gico que pueda igualar a Apple en loque los anglosajones llaman hype (exa-geración), y ésa es Google.

En el caso concreto del iPhone, lacompañía empezó a hablar de la idea

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—97

de fabricar un teléfono en 2003. Supresidente, Steve Jobs, explicó en unasjornadas tecnológicas que no creía enlas agendas electrónicas y que pensa-ba que los móviles iban a transfor-marse en el principal dispositivo pa-ra acceder a la información personalde manera portátil. La atención de losmedios fue inmediata porque cuan-do Jobs pone la mirada en un nego-cio, lo revoluciona. Lo ha hecho consu reproductor de música digital iPody su tienda de música iTunes, por losque ya controla el 70% del mercado.

Tras el anuncio de 2003, Appleguardó un mutismo absoluto, lo quealimentó aún más las especulacionesy rumores. El 21 de noviembre de2006, el valor de la compañía en Bol-sa alcanzaba su pico histórico (88,6dólares) por las especulaciones dellanzamiento del teléfono. Finalmen-te, llegó la convención Macworld, el9 de enero de 2007. Este evento, queApple celebra cada año, concentra laatención de los medios de comunica-ción y los fans de la compañía –haymiles de ellos– porque es donde Ste-ve Jobs anuncia cuál será el produc-to estrella de la compañía en cadatemporada. Vestido con su ya tradi-cional jersey de cuello vuelto negro,sus vaqueros y sus zapatillas de de-portes, Jobs dedicó hora y media adescribir el iPhone, entre grandesaplausos y gritos de entusiasmo. De-mostró su utilidad, consultando, entiempo real, las acciones de la com-pañía, que subieron 2,50 dólares en

tan sólo una hora. Al final del día, elvalor de la empresa en Bolsa había ga-nado un 9,7%.

Al día siguiente, el iPhone fue no-ticia de primera página en los prin-cipales medios estadounidenses y delresto del mundo. Aunque no llegaríaal mercado hasta siete meses después,la cobertura de la noticia no terminóese día. En febrero, los medios conta-ron que Cisco había demandado a Ap-ple porque decía tener registrada lamarca ‘iphone’, aunque posterior-mente llegaron a un acuerdo. En ma-yo, la noticia fue que su valor en Bol-sa alcanzaba récords históricos. En ju-nio, que ya había más de 1.000 pro-ductos periféricos para este teléfono(fundas, adaptadores para el coche…)de venta en internet. Y aún no se ha-bía empezado a vender.

No se puede culpar sólo a Applede la iphonemanía, en todo caso. Mu-cha de la publicidad gratuita que es-tá recibiendo juega en su contra. “EliPhone es tóxico”, desveló hace pocoGreenpeace en una nota de prensa, yasí lo reflejaron muchos medios ensus titulares. La razón por la que laONG ha elegido denunciar sólo esteteléfono entre los cientos del merca-do que también emplean productoscalificados como tóxicos es obvia: conel iPhone, Greenpeace se garantizabael titular en prensa. Hay ejecutivos deApple que ya reconocen, en privado,estar hartos del éxito del teléfono.

Porque el iPhone es un teléfono,un simple teléfono. Hace cosas, es cier-

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��� La exagerada cobertura mediática del iPhone

to, que ningún otro móvil ha hechoantes, pero tiene fallos imperdona-bles y es, además, extraordinariamen-te caro. Está muy lejos de ser “el san-to grial de los gadgets”, como escribióel Globe and Mail de Canadá cuandose presentó. La mayor parte de las re-visiones técnicas de los analistas con-cluye que es un gran producto. El in-terfaz de su pantalla táctil es impre-sionante, así como la calidad de lasimágenes, incluso las más diminutas,cuando se hace zoom sobre ellas. Esun móvil pequeño (mide 11 centíme-tros) y no pesa mucho (135 gramos).Sin embargo, el iPhone, que cuestaentre 400 y 600 dólares, no es 3G. Esosignifica que todas las funciones querequieren el acceso a internet (comonavegar por la red, buscar informa-ción o consultar un mapa on-line) sonmuy lentas. La batería dura muy po-co tiempo (si se usa mucho el teléfo-no, al menos hay que cargarlo unavez al día) y, como ya es habitual enApple, el producto está cerrado conlas aplicaciones de este fabricante, asíque es muy complicado poder usarcualquier otro programa a no ser quese piratee el teléfono.

Los primeros usuarios del iPhonese quejaron, además, de que el pro-ceso de activación era muy lento y re-quería la lectura de cientos de foliosde instrucciones. Otros criticaron elcoste de reemplazar la batería y losdescensos de precios posteriores, lo queprovocó que Apple se viera a ofrecerdescuentos a sus primeros clientes.

Ninguna de estas noticias tuvo la co-bertura del lanzamiento.

Cuando presentó el móvil, en ene-ro, Jobs explicó que el objetivo de Ap-ple era vender 10 millones de iPhoneen un año. A algunos analistas les pa-reció una cifra exagerada, pero pro-bablemente termine siendo inclusouna cantidad demasiado baja. Antesde comercializarse fuera de EstadosUnidos, algo ocurrido el 8 de noviem-bre, Apple anunció que había vendi-do 1,4 millones de dispositivos desdejulio. Según las estimaciones de lacompañía de análisis estadouniden-se Piper Jaffray, Apple vende ya unos27.000 móviles al día. El teléfono aca-ba de llegar a Inglaterra, Alemania yFrancia, y aterrizará en Asia en 2008.

Es muy difícil concretar qué papelha jugado la exagerada cobertura me-diática de este teléfono en el éxito deventas del iPhone, cuánto se debe ala genialidad de Steve Jobs y sus cua-lidades publicitarias y cuánto a las ca-racterísticas del propio teléfono. Loque sí está claro es que ha servido pa-ra tapar otra historia, mucho menosatractiva y más compleja. A finalesde diciembre de 2006, poco antes dela explosión del iPhone, se hacía pú-blico que la comisión de valores delmercado estadounidense investigabael plan de opciones sobre acciones deSteve Jobs. La búsqueda ‘Steve Jobsstock options’ devuelve 1,8 millones deresultados en Google. Es, aproxima-damente, un 10% de lo que se ha ha-blado sobre el iPhone. �

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—99

MOHAMED BOUNDI BOUNDI

Los periódicos en Marruecos re-flejan un abanico de corrientespolíticas, ideológicas y doctri-nales. Por sus orígenes, como

órganos del Movimiento Nacional departidos o grupos de presión próxi-mos al Gobierno durante el Protecto-rado, no han logrado evolucionar ha-cia un periodismo objetivo e indepen-diente. La abundancia de cabecerasmuestra el estado de fragmentaciónde las élites políticas en Marruecos,de manera que el número de títulosque está en venta corresponde al delos partidos que se presentaron a laselecciones del 27 de septiembre de2002. Hasta los años 90, la prensa era

únicamente militante y se desarrolla-ba fuera de la esfera oficial. Durantedécadas, los periódicos más leídos fue-ron los órganos de los partidos comoel periódico Le Matin du Sahara, delgrupo Maroc Soir. Sin embargo, porese carácter militante, la prensa par-tidista no evolucionó al mismo ritmoque el nivel cultural de los lectoresque debían procurar la prensa extran-jera, particularmente francesa o laeditada en los países del Golfo, paraenriquecer su información. Hartos deuna prensa partidista y pro guberna-mental, la única disponible desde laindependencia, los marroquíes, conla apertura democrática de los años

PRENSA MARROQUÍ

Ley, compromiso políticoy libertad de expresiónDesde la época colonial, la historia de la prensa marroquí estádominada por la política. El panorama es el siguiente: bajísimoíndice de lectura, nula estructura empresarial, prensasubvencionada y limitaciones legales a la libertad de expresión.

Mohamed Boundi Boundi es doctor en Sociología de la Comunicación, licenciado enPeriodismo y ex delegado de la agencia Maghreb Arabe Presse en España.

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100—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Prensa marroquí

90, se volcaron en los periódicos in-dependientes.

Históricamente, la prensa en Ma-rruecos está ligada a la política. Losprimeros periódicos que nacieron aprincipios del siglo XX, en Tánger yTetuán, tuvieron la misión de sensi-bilizar a la opinión pública contra lasintervenciones colonialistas. En la zo-na del Protectorado español, el Parti-do de las Reformas Nacionales (PRN)de Abdeljaleq Torres y el Partido dela Unidad Marroquí (PUM) de MekkiNaciri, que gozaban del apoyo finan-ciero de los altos comisarios, reivin-dicaban a través de sus órganos algu-nas reformas y criticaban la políticacolonial francesa. En la zona sur, losgrupos de prensa franceses eran losfervientes defensores del Protectora-do y de los intereses de los colonos.

En 1956, año de la independenciade Marruecos, el número de publica-ciones era muy escaso. Nació unaprensa militante y partidista antes deque se abriera el camino muchos añosmás tarde a la prensa independiente.

Los partidos del Movimiento Nacio-nal lograron ampliar la difusión de suprensa para promocionar sus progra-mas y exigir la supresión de la prensacolonial antes de lograr la dominacióntotal del mercado. Al lado de los perió-dicos del grupo francés MAS sólo apa-recía Al Alam, órgano del partido de AlIstiqlal, y la prensa clandestina e irre-gular del partido comunista1.

En 1959, en plena crisis del nacio-nalismo marroquí, Al Istiqlal conoció

su primera escisión con el nacimien-to de la UNFP, un partido de izquier-das, y de su órgano Attahrrir (la libe-ración), que fueron creados por Meh-di Ben Barka. Traduciendo la animo-sidad que existía entre los líderes deAl Istiqlal y de la UNFP, Al Alam y At-

tahrrir se intercambiaban diariamen-te invectivas2. Durante los años 60,Marruecos vivió la experiencia de unaprensa independiente y renovadoraque ofrecía a intelectuales y universi-tarios un foro de debate ajeno a lasdisputas políticas, como Souffles, Lama-

lif y Maghreb Informations3. La prensa delgrupo MAS cambió de denominaciónen 1973 con la ola de marroquiniza-ción de las empresas extranjeras y pa-só a estar bajo el dominio del grupo

Menos del 1% de losmarroquíes lee la prensadiaria frente a la mediamundial, que es de 99,1lectores por 1.000 habitantessegún la Unesco.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—101

Maroc Soir, próximo a la Casa Real.Los nuevos partidos administrativoscreados con el impulso del Ministe-rio de Interior sacaron su propia pren-sa para conquistar una parte del mer-cado dominado hasta entonces porlos periódicos de los partidos tradi-cionales del Movimiento Nacional4. Apartir de mediados de los años 90,emergió una prensa independientefuera de la influencia de los partidospolíticos, círculos gubernamentalese intereses económicos.

El análisis de la estructura de losperiódicos en Marruecos y del entor-no legal en el que evolucionan nosayuda a conocer las causas de su de-bilidad y el grado de intervención delpoder en el espacio mediático.

Sin tomar como referencia los700.000 lectores que alquilan o pres-tan los periódicos, menos del 1% delos marroquíes lee la prensa diariafrente a la media mundial que es de99,1 lectores por 1.000 habitantes, se-gún la Unesco. Sorprende también elbajo consumo per cápita de papel deprensa que es 12 veces inferior a lamedia mundial. A este respecto, el exministro de la Comunicación, NabilBenabdallah, asevera: “Las cifras estánmuy por debajo de las aspiraciones deun país que se inscribe en la construc-ción de un proyecto democrático”.

Marco generalEn su informe, titulado Situación de la

libertad de prensa y la comunicación en

Marruecos 2002/2003, el Sindicato Nacio-nal Marroquí de Prensa (SNMP) seña-la la difusión de más de 650 periódi-cos y semanales. En 2003, había 181títulos de información general, 160publicaciones regionales, 32 de pren-sa deportiva, 48 de economía y 176mensuales. El 70% de ellos son publi-caciones que no tienen ninguna cla-ra línea editorial ni una transparen-te estructura administrativa, segúnseñala otro informe del SNMP difun-dido en marzo de 2004. Estas publi-caciones manejan un presupuestomuy reducido, no comunican las ci-fras exactas de las ventas y sufren unafalta de personal cualificado, sin men-cionar que sus ventas son muy bajas.El resto de las cabeceras de prensa sereparte entre las de los partidos (26cabeceras: 6%) y las de las empresas(56 cabeceras: 14%). Las empresas edi-tan unas 100 publicaciones (periódi-cos y semanales), pero sólo el 40% sedistribuye en el ámbito nacional.

Los 23 títulos de la prensa diariamarroquí que salieron a la calle5 en2005 tuvieron una tirada global de di-fusión media de 450.000 ejemplares,con un promedio de 13.000 ejempla-res por título. Sólo 250.000 ejempla-res aproximadamente llegaban en2004 al lector y el resto, entre el 30 y40% de la tirada, se devolvían al díasiguiente a las imprentas. Los perió-dicos en árabe venden en total unamedia de 150.000 ejemplares, frentea los 85.000 ejemplares de los homó-logos en francés. El más destacado de

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��� Prensa marroquí

ellos vende unos 80.000 ejemplares6,mientras que el menos leído, entre 200y 500 ejemplares. Los mensuales re-presentan un 39% del total de los tí-tulos. En 10 años, el número de laspublicaciones se ha multiplicado por5,5, pasando de 124 en 1995 a 700 en2005.

Los 60 semanales en francés y enárabe (cuando eran sólo dos en 1980)venden 150.000 ejemplares, con unatirada de 400.000 lectores. Un solo se-manal, Al Ousboue (el semanal), vende80.000 ejemplares7. Por falta de adhe-sión de toda la prensa marroquí a laOficina de Justificación de Difusión(operativa desde 2005), es muy difícilhacer una estimación de las ventas rea-les de los periódicos y revistas marro-quíes8.

La mayoría de las cabeceras se re-gistraron entre 1995 y 1997. El núme-ro de los periodistas profesionales pa-só de 400 en 1995 a 1.200 en 1997, pe-ro sólo 754 periodistas tienen el car-né profesional otorgado por el Minis-terio de la Comunicación en 20039.

La prensa partidista cuenta con 26cabeceras, pero dentro de ésta, la ma-yoría de ellas tienen unas ventas quevan desde unos centenares hasta los4.000 ejemplares. Los diarios de Al Is-tiqlal (Al Alam y L’Opinion) y de la USFP(Al Ittihad Alichtiraki y Libération) sonlos únicos que se distinguen por unasventas medias de 20.000 a 25.000ejemplares. Por la opacidad de suscuentas, no hemos podido conseguiren nuestra investigación datos con-

cretos sobre sus ventas. Todo estudiosobre su audiencia está basado en es-timaciones conseguidas a base de nu-merosos cotejos de datos.

Los ingresos de la prensa marro-quí provienen de tres fuentes: las ven-tas, la publicidad y las subvencionesdel Estado. Ningún periódico revelalos ingresos en concepto de publici-dad y las empresas distribuidoras deprensa y editores guardan como se-creto de Estado sus operaciones finan-cieras. Para sobrevivir, la prensa enMarruecos debe luchar contra unosproblemas estructurales como la fal-ta de hábitos de lectura de prensa, elbajo poder adquisitivo y la competen-cia de la prensa extranjera. El bajo ín-dice de lectura en Marruecos no con-

La falta de adhesión de todala prensa marroquí a laOficina de Justificación deDifusión hace muy difícilhacer una estimación de lasventas reales de losperiódicos y revistasmarroquíes.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—103

tribuye de modo alguno en la inver-sión en el sector de la prensa, puestoque ninguna empresa comercial searriesgaría a financiar la promociónde sus productos en periódicos quese leen muy poco. En términos de in-gresos publicitarios, el predominiode la prensa francófona es evidente,una realidad que se justifica, segúnlas agencias publicitarias, por la exis-tencia de una importante clientelafrancófona que constituye la élite na-cional.

Los periódicos en árabe, que cuen-tan con el 75% de la tirada, se que-dan con el 30% de las inversiones pu-blicitarias destinadas al conjunto dela prensa. Las causas de esta baja pro-

porción residen en las relaciones tra-dicionales entre anunciantes, agen-cias de comunicación y algunos due-ños de la prensa francófona. En su in-forme anual, el SNMP revela que lasempresas comerciales prefieren diri-gir sus ofertas de publicidad a los pe-riódicos de lengua francesa, lo que seconsidera como una discriminaciónhacia los editados en árabe. En térmi-nos de ingresos publicitarios, consta-tamos (ver cuadro) el predominio apa-rente de la prensa francófona en elranking de las principales publicacio-nes en Marruecos:

Los ingresos publicitarios obede-cen a unas prácticas a veces poco or-todoxas de algunos periódicos. Relle-

PUBLICACIÓN

Le Matin du Sahara

L’Economiste

Aujourd’hui le Maroc

La Vie Economique

Al Ahdat Al Maghribya

Femmes du Maroc

Tel Quel

L’Opinion

Assabah

Le Journal Hebdomadaire

La Gazette

La Nouvelle Tribune

Maroc Hebdo

Al Usbue Asáhafi

PUBLICIDAD*

535.000

484.071

218.584

214.159

158.407

132.743

115.044

92.920

93.000

90.000

88.496

57.522

41.947

.000

EJEMPLARESVENDIDOS

30.000

10.000

8.000

14.000

60.000

15.000

25.000

25.000

60.000

30.000

5.000

5.000

10.000

80.000

IDIOMA

Francés

Francés

Francés

Francés

Árabe

Francés

Francés

Francés

Árabe

Francés

Francés

Francés

Francés

Árabe

CATEGORÍA

Diario

Diario

Diario

Semanal

Diario

Mensual

Semanal

Diario

Diario

Semanal

Semanal

Semanal

Semanal

Semanal*Ingresos anuales por publicidad, en eurosFuente: Ministerio de Comunicación (2005)

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104—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Prensa marroquí

nar más espacios del periódico conanuncios publicitarios obedece a la efi-cacia de las redes de las relaciones co-merciales, incluso de influencia y/ode lealtad del periódico a los círculosde intereses. L’Economiste, que vendeunos 10.000 ejemplares, publica tresveces más anuncios publicitarios queAl Ahdath Al Maghribya, el segundo pe-riódico arabófono del país con unasventas de 60.000 ejemplares10. Aun-que sus ventas representan el 3,33%de la suma de la prensa escrita, L’Eco-

nomiste se apodera del 15% de las in-versiones publicitarias.

Observamos en otro estudio com-parativo relativo a los semanales, queLa Vie Economique tiene unos ingresosde 214.159 euros en concepto de pu-blicidad por unos 14.000 ejemplares,mientras Tel Quel, que vende cada se-mana el doble (30.000 ejemplares), in-gresa sólo unos 115.044 de euros. Le

Journal Hebdomadaire, el semanal fran-cófono más leído (30.000 ejemplares),tiene unos ingresos publicitarios de90.000 euros, lo que representa el 75%de los 132.743 de euros de Femmes du

Maroc, que vende 15.000 ejemplaressemanales. Con unas ventas de 80.000ejemplares, El Usbue Asáhafi11 (el sema-nal) saca sorprendentemente sus pá-ginas limpias de todo tipo de publi-cidad.

Por un reportaje realizado sobreel 50 aniversario de la independenciade Marruecos en noviembre de 2005,Paris Match cobró del Gobierno de Ra-bat dos millones de euros y Jeune Afri-

que se llevó unos 994.000 euros enconcepto de contratos de comunica-ción12. Khaled Jamaï, columnista deLe Journal Hebdomadaire, explicó al in-vestigador esta situación con estos tér-minos: “Las cuentas publicitarias deMediatrust, el grupo que edita Le Jour-

nal Hebdomadaire y Assahifa Almaghrib-

ya, disminuyeron en un 80% entre2000 y 2002 porque algunas socieda-des como Maroc Telecom y Royal AirMaroc recibieron instrucciones paraque dejaran de darnos publicidad.Otras prefirieron boicotearnos por-que no quieren que su imagen se aso-cie a nuestra línea editorial”.

Constatamos que en el mercadode la publicidad es la línea editorialde la publicación la que se toma co-

En el mercado de lapublicidad es la líneaeditorial de la publicación laque se toma comoparámetro por losanunciantes y lassubvenciones públicas.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—105

mo parámetro por los anunciantes ylas subvenciones públicas.

La prensa partidista recibe subven-ciones del Estado y algunos periódi-cos progubernamentales sobrevivensólo por los ‘servicios’ prestados a de-terminados círculos empresariales oa las autoridades.

La subvención pública o el Fondode Apoyo del Estado a la prensa par-tidista y progubernamental se divideen tres apartados:

�–Ayuda otorgada por el PalacioReal de 20 millones de dirhams(1.800.000 euros), destinada a los pe-riódicos de los partidos representa-dos en el Parlamento y los del GrupoMaroc Soir (progubernamental)13.

�–Fondo de Apoyo del Ministeriode la Comunicación, constituido por600.000 euros compartidos entre to-dos los periódicos como subvenciónpara la compra de papel y de 900.000euros para el pago de gastos relacio-nados con las comunicaciones telefó-nicas.

�–Subvención de carácter admi-nistrativo y judicial de 50.000 euros14.

Otro tipo de subvenciones y ayu-das benefician a la prensa:

�–Suscripción gratuita al serviciode la agencia oficial Maghreb ÁrabePresse (MAP).

�–Acceso gratuito a las fotografíastomadas con motivo de actos oficia-les por los servicios gráficos del Mi-nisterio de la Comunicación.

�–Gratuidad de transporte y alo-jamiento de los periodistas a cargo del

Estado, durante la cobertura de gran-des acontecimientos nacionales.

�–Reducción del 50% en las tari-fas de los vuelos de Royal Air Maroc(RAM), la Compañía de Transportes Ma-rroquí (CTM) y transporte ferroviario.

�–Bonificación del 50% en gran-des hoteles del país.

�–Exoneración del IVA por losanuncios legales judiciales y adminis-trativos.

�–Transporte gratuito de los pe-riódicos en los autobuses de la CTM,trenes y vuelos aéreos en dirección alas provincias del Sáhara.

Hay también otros periódicos quesiguen sufriendo el acoso judicial porsu apego al deber de informar obje-tivamente15.

Marco legalJunto a las condiciones materiales,que dificultan su expansión, la pren-sa se enfrenta a las limitaciones de lalibertad de prensa que se enmarcanen el Código de las Libertades Públi-cas que sanciona algunos delitos deprensa con penas de cárcel o el cie-rre de la publicación.

La prensa marroquí padece proble-mas estructurales, tanto profesiona-les como sociales y legislativos. Los sa-larios de los periodistas van desde los140 hasta los 800 euros al mes en laprensa regional y partidista. En laprensa independiente arabófona, lossalarios tampoco son halagüeños. Porel contrario, los que ejercen en la pren-

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��� Prensa marroquí

sa francófona gozan de unos emolu-mentos de 550 euros como mínimo y2.500 como máximo en determinadoscasos. El periodista marroquí es poli-valente, sin especialización y escribesobre todos los géneros y temas. Su es-tilo no satisface ni sus aspiracionesprofesionales ni las expectativas de loslectores que exigen más informacio-nes y menos comentarios16.

De las 700 cabeceras editadas enMarruecos, 450 son propiedad de per-sonas independientes y el resto per-tenece a partidos, empresas, asocia-ciones y fundaciones. Sólo siete deellas tienen una plantilla de más de20 periodistas y tres más de 30. Nin-guna empresa cuenta con una plan-tilla que supera los 40 profesionales17.

Para remediar la precariedad delsector, se promulgó el 1 de enero de2006 el primer Convenio Colectivo delos Periodistas Profesionales entre elSindicato Nacional de la Prensa Ma-rroquí y la Federación Marroquí delos Editores de Periódicos (FMEJ). ElConvenio compete a unas 39 publica-ciones elegidas como beneficiarias delas subvenciones otorgadas por el Es-tado, y define el marco de las relacio-nes laborales entre empresas de pren-sa y periodistas profesionales fijos.

El texto, integrado por 21 artícu-los, determina las condiciones de con-tratación de los periodistas, sus re-muneraciones con un salario brutosuperior a 5.800 dirhams (516 euros)y una paga extra de fin de año. Pre-vé un incremento salarial del 7% al

cabo de los dos primeros años de ejer-cicio y del 27% después de 25 años detrabajo. Las dietas diarias se fijan en300 dirhams (28 euros) en el interiorde Marruecos en un radio de 200 ki-lómetros y en 1.000 dirhams (90 eu-ros) en el extranjero. En la determi-nación del horario de trabajo y de lasvacaciones, el Convenio se refiere alRégimen General del Código de Tra-bajo y al Estatuto del Periodista Pro-fesional. Los profesionales se afiliana la Caja Nacional de la Seguridad So-cial (CNSS).

Para acceder a las subvencionespúblicas, el periódico debe ser de in-formación nacional o regional. Laplantilla debe estar constituida por unmínimo de un redactor jefe, siete pe-

Sólo 7 de las 700 cabeceraseditadas en Marruecostienen una plantilla de másde 20 periodistas, y sólo tresde más de 30.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—107

riodistas profesionales y siete emplea-dos para los periódicos; un redactorjefe, cuatro periodistas profesionalesy cinco empleados para los semana-les; un redactor jefe y tres periodis-tas profesionales para los periódicosregionales; un redactor jefe y dos pe-riodistas profesionales para los sema-nales regionales. La regularidad de lapublicación y la difusión de las cuen-tas de explotación y de la tirada decada número son requisitos impres-cindibles. Sobre 63 candidaturas, laComisión Paritaria de la Prensa Escri-ta18 seleccionó 35 periódicos como be-neficiarios de estas subvenciones.

La conclusión del Convenio Colec-tivo es el resultado de un largo tran-ce, sabiendo que los textos que rigenla profesión datan de los primerosaños de la Independencia, sobre todoel Código de las Libertades Públicas(1958), el Código de la Prensa (revisa-do en 2002) y el Estatuto del Periodis-ta Profesional (1958). El texto margi-na al periodista en la gestión de suempresa y prescribe para los periodis-tas unos sueldos que se otorgan a losadministrativos y técnicos de la fun-ción pública. Los incentivos son insu-ficientes en una empresa privada encomparación con la especializaciónde sus empleados y lejos de los quecobran sus colegas en un medio pú-blico. El salario básico del periodistaen una empresa privada es igual a loque gana un obrero especializado enMarruecos, lo que no incita a los pro-fesionales a realizarse en el mundo

de la comunicación. Teniendo encuenta los requisitos mínimos exigi-dos, sólo unas pocas publicacionespueden acogerse al Convenio. Casi to-dos los profesionales de la prensa par-tidista se benefician de las ventajasprevistas en el texto. La mayoría delas cabeceras de la prensa independien-te, regional o especializada están ex-cluidas o por el tamaño de su planti-lla o por la imposibilidad de reestruc-turarse y ponerse al día con la CajaNacional de la Seguridad Social(CNSS). Algunos periodistas de las em-presas de prensa no cotizan en nin-gún régimen de jubilación.

Junto a las dificultades que pade-ce la prensa, los periodistas se enfren-tan en el ejercicio de su trabajo a laslimitaciones de la libertad de prensaimpuestas en el Código de las Liber-tades Públicas19. En virtud del artícu-lo 77 de este texto, se prohibieron afinales de 2000 los semanarios Le Jour-

nal, Assahifa y Demain20. A ese artículose le ha añadido, en 2002, un párra-fo que dice: “La misma pena es apli-cable cuando la publicación de un pe-riódico o escrito atente contra la re-ligión islámica, el régimen monárqui-co o la integridad territorial”.

A veces resulta difícil determinardónde se sitúan las responsabilida-des. El SNMP escribe en su último in-forme, difundido en 2004: “Si es ló-gico que todo texto legislativo com-porte unas disposiciones de defensade la dignidad de las personas, la no-toriedad de las instituciones y el or-

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��� Prensa marroquí

den público, es necesario que esteplanteamiento no sea un pretexto pa-ra promulgar unos textos que abranampliamente la puerta para reprimirla libertad de prensa, como ocurrióen 2003”.

Aunque el nuevo código de pren-sa21 contiene algunos aspectos positi-vos (disminución de las sanciones pe-nales, reducción del importe de lasmultas, flexibilización de los proce-dimientos burocráticos para la crea-ción de un periódico, etc.), se mantie-nen condenas que van de tres a cin-co años de cárcel (de cinco a 20 añosen el texto de 1958) en caso de difa-

mación al rey, príncipes y princesas.El artículo 29 confirma el derechodel Gobierno a prohibir periódicosmarroquíes o extranjeros, “si las pu-blicaciones concernidas atentan con-tra el Islam, la institución monárqui-ca, la integridad territorial o el ordenpúblico”. La ley antiterrorista, adop-tada el 27 de mayo de 2003 por el Par-lamento, dispone en lo que se refie-re a la libertad de prensa que “la pro-paganda, la publicidad o la apologíade un acto que constituya una infrac-ción de terrorismo” son también ca-lificadas como actos terroristas en vir-tud del artículo 1 de dicha ley. �

1.–Al Mukafih (el combatiente).2.–Tel Quel, núm. 130, 5-11 de enero de 2004.3.–Souriau, Christiane, La presse maghrébine:

Lybie, Tunisie, Maroc, Algérie. Revolution histori-

que. Situation en 1965, C.N.R.S, París, 1969.4.–Kraemer, Gilles, La Presse francophone en

Méditerranée, Maisonneuve et Larose, París,2001.5.–Dato referente a 2005.6.–Al Massae (la tarde).7.–JA, núm. 2341, 20-25 de noviembre de2005.8.–Las estadísticas relativas a este aspecto sonrecogidas de las fuentes del Ministerio de laComunicación o de los informes anuales delSNMP.9.–SNMP, informe de 2004.10.–El diario Al Massae (independiente), na-cido en 2006, vende 70.000 ejemplares.11.–Publicación semanal de noticias confiden-ciales y otras noticias de interés relaciona-das con los escándalos administrativos, po-líticos y sociales. 12.–Le Journal Hebdomadaire, núm. 221, 24-30 de septiembre de 2005.

13.–Subvención efectiva desde el 19 de diciem-bre de 1986.14.–SNMP y Ministerio de la Comunicación.15.–Declaración del presidente del SNMP, Yu-nés Moudjahid, al investigador.16.–Datos sacados de una encuesta realiza-da por el Ministerio de la Comunicación, cu-yos resultados fueron distribuidos en las IJornadas Nacionales de la Prensa (Rabat, 11-12 de marzo de 2005).17.–Alusbuiya Alyadida, núm. 53, 1-7 de diciem-bre de 2005.18.–Compuesta por representantes de los Mi-nisterios de la Comunicación, Hacienda, In-dustria, Comercio y de la FMEP.19.–Dahir núm. 1-58-378, 15 de noviembrede 1958.20.–Por la publicación de un documento his-tórico en el que se implica a los socialistasen el golpe de Estado de agosto de 1972, elprimer ministro Yusufí decidió la prohibi-ción de los tres semanales.21.–Ley núm. 77-00, promulgada el 3/10/2002, que modifica y completa el Código delas Libertades Públicas.

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TRIBUNALESTEODORO GONZÁLEZ BALLESTEROS

Justicia por compromiso

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—109

E l juez de lo Penal de la Audien-cia Nacional ha resuelto decla-rar culpables del delito de da-ñar el prestigio de la Corona,

en aplicación estricta del art. 491.21

del Código Penal, a los caricaturistasautores de una viñeta publicada enla portada del número 1.573, de 18de julio de 2007, de la revista satíri-ca El Jueves, condenando a cada unode ellos a una multa de 3.000 eurospor considerar la “utilización de la ima-gen del Príncipe Heredero con la fi-nalidad de dañar el prestigio de la Co-rona”; interpretar que los dibujantescalifican a don Felipe de “vago y co-dicioso” con “ánimo palmario de es-carnio y desprecio”; y estimar, en ge-neral, que las frases de la viñeta uni-da al dibujo son “ultrajantes, ofensi-vas y objetivamente injuriosas”. Co-mo se recordara, la viñeta caricaturi-zaba, supuestamente, a los Príncipesde Asturias desnudos y en una explí-cita postura sexual, que atribuía al Prín-cipe la expresión siguiente: “¿Te dascuenta? Si te quedas preñada… ¡Esto

va a ser lo más parecido a trabajar quehe hecho en mi vida!”. La viñeta esta-ba titulada, con caracteres tipográfi-cos manifiestamente mayores, con lafrase siguiente “¡Se nota que vienenelecciones, ZP! 2.500 euros por niño”.El Ministerio Fiscal interpuso denun-cia por presuntos delitos contra la Co-rona, en atención a los artículos 490.3y/o 491 del Código Penal, solicitandoel secuestro de la revista así como delmolde de dicha publicación. El juezde instrucción de la Audiencia Nacio-nal (órgano jurisdiccional competen-te cuando se trata de delitos contrala Corona) resolvió admitir a trámitela demanda y acordar el secuestro me-diante auto de 20 de julio.

En el contexto general, la injuria,que junto a la calumnia son las dosfiguras tipificadas como delitos con-tra el honor en el CP (art. 208 y ss.),consiste en “la acción o expresiónque lesiona la dignidad de otra per-sona, menoscabando su fama o aten-tando contra su propia estimación.Solamente serán constitutivas de de-

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110—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Tribunales

lito las injurias que, por su naturale-za, efectos y circunstancias, sean te-nidas en el concepto público por gra-ves”. Éste es el tipo delictivo básicode la figura penal. Es un delito de va-loración privada; es decir, la personainjuriada debe considerarse comotal, aunque a la hora de su evalua-ción jurídica el Código determinaque habrá de tenerse en cuenta si esgrave en el contexto social y público.Comoquiera que la Ley penal, al con-siderar la injuria como delito contrala Corona, no matiza su contenidoconceptual (arts. 490.3 y 491), debe-rá tenerse presente, a los efectos desu aplicación, el contenido que sirvede base jurídica. Es decir, si la viñe-ta objeto de la sanción penal, ha si-do considerada, de forma personal ysubjetiva, por los Príncipes de Astu-rias como causa de lesión a su digni-dad, menoscabo de su fama o aten-tado contra su propia estimación; ysi, socialmente, por su naturaleza,efectos y circunstancias es tenida pú-blicamente por grave.

La regulación de los delitos de ca-lumnia e injuria contra la Corona fueintroducida en la modificación delCódigo Penal de 23 de noviembre de1995. Hasta esa fecha existía la aten-ción a la injuria al jefe del Estado y/oal heredero de la Corona, castigadacon la pena de prisión menor si fue-ren graves y con la prisión menor sileves. Sobre las nuevas figuras delic-tivas conviene destacar lo siguiente:

a) Sobreprotección jurídica. Los su-

jetos pasivos pueden ser: el Rey o cual-quiera de sus ascendientes o descen-dientes, la Reina consorte o el consor-te de la Reina, el Regente o algúnmiembro de la Regencia, el Príncipeheredero de la Corona. ¿Quiere ellodecir, por ejemplo, que el amparo pe-nal afecta desde Felipe V, el primerrey de la dinastía Borbón que reinoen España hasta el último de los nie-tos del actual monarca? Obviamenteno, ya que de ser así estaríamos anteun despropósito normativo; pero, noobstante, tal interpretación es posi-ble.

b) Notable inseguridad jurídica. Elprecepto que ha servido de funda-mental legal para imponer la conde-na de referencia –art. 491.2– conde-na al que utilizare la imagen de laspersonas referidas en el apartado an-terior de “cualquier forma que pue-da dañar el prestigio de la Corona”.Debe interpretarse este precepto in-dependientemente de la injuria y lacalumnia cuya contemplación penalesta en el apart. 1 del citado art. 491.Es decir, en los supuestos de calum-nia e injuria un precepto (art. 491.1),y otro, el 491.2, “cuando de cualquierotra forma se dañe el prestigio de laCorona”. ¿Cuál es el contenido de esa“cualquier otra forma” que deja en ab-soluto desamparo a los profesionalesde los medios de comunicación?

c) Imagen y caricatura. El susodi-cho precepto castiga “al que utiliza-re la imagen de…”. Imagen de unapersona es su reproducción fidedig-

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na por medios mecánicos, en generalmediante la fotografía. Por el contra-rio, la caricatura es una interpretacióndibujada que puede ser más o menosparecida a una realidad. Y aunque noes el caso, sí cabe citarlo como refe-rencia, en el orden civil el art. 8.2.b)de la Ley Orgánica 1/82, de 5 de ma-yo, de protección civil al derecho alhonor, la intimidad y la propia ima-gen personal y familiar, determinaque el derecho a la propia imagen noimpedirá la utilización de la carica-tura de acuerdo con el uso social. Lavaloración jurídica de la imagen esdistinta a la de la caricatura.

d) Actividades del Príncipe Here-dero de la Corona. Ni en la Constitu-ción –título II– ni en norma algunade nuestro ordenamiento jurídico es-tán regladas las funciones del Prínci-pe de Asturias. Luego si éstas no exis-ten legalmente, al contrario de lo quesucede con el Rey, difícilmente pue-de ser acusado de “vago y codicioso”al no haber una referencia cierta quepermita opinar sobre su diario que-hacer.

Desde el punto de vista jurispru-dencial, el Tribunal Constitucional,en su reiterada doctrina legal desdela sentencia 107/1988, de 8 de junio,ha valorado los enfrentamientos en-tre el ejercicio de las libertades deopinión y la condición pública o pri-vada de las personas afectadas por suejercicio, pronunciándose en la for-ma siguiente: “El valor preponderan-te de las libertades públicas del arti-

El humor gráfico en EspañaLuis Conde Martín,576 páginas, 45 euros.

Una antología del humor

gráfico español de los últimos

dos siglos y medio.

DE VENTA EN LA A.P.M.

Page 111: Críticas a la Ley de Igualdad

112—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Tribunales

culo 20 de la Constitución, en cuan-to se asienta en la función que éstastienen de garantía de una opinión pú-blica libre indispensable para la efec-tiva realización del pluralismo polí-tico, solamente puede ser protegidocuando las libertades se ejerciten enconexión con asuntos que son de in-terés general por las materias a quese refieren y por las personas que enellos intervienen y contribuyan, enconsecuencia, a la formación de laopinión pública, alcanzando entoncessu máximo nivel de eficacia justifica-dora frente al derecho al honor, elcual de debilita, proporcionalmente,como límite externo de las libertadesde expresión e información, en cuan-to sus titulares son personas públi-cas, ejercen funciones públicas o re-sultan implicadas en asuntos de rele-vancia publica, obligadas por ello asoportar un cierto riesgo de que susderechos subjetivos de la personalidadresulten afectados por opiniones o in-formaciones de interés general, puesasí lo requieren el pluralismo políti-co, la tolerancia y el espíritu de aper-tura, sin los cuales no existiría la so-ciedad democrática”. Y continua: ”Enel contexto de estos asuntos de rele-vancia pública es preciso tener pre-sente que el derecho al honor tieneen nuestra Constitución un significa-do personalista, en el sentido de queel honor es un valor referible a per-sonas individualmente consideradas,lo cual hace inadecuado hablar delhonor de las instituciones públicas o

de clases determinadas del Estado,respecto de las cuales es más correc-to, desde el punto de vista constitu-cional, emplear los términos de dig-nidad, prestigio y autoridad moral,que son valores que merecen la pro-tección penal que les dispense el le-gislador, pero que no son exactamen-te identificables con el honor, consa-grado en la Constitución como dere-cho fundamental, y, por ello, en suponderación frente a la libertad de ex-presión debe asignárseles un nivelmás débil de protección del que co-rresponde atribuir al derecho al ho-nor de las personas públicas o de re-levancia pública”.

Tenemos, por tanto, una viñeta

La sentencia del Juzgadode lo Penal de laAudiencia Nacional, quepretende serejemplarizante, no es másque un artificial ycomplejo encaje jurídicopara salvaguardar elsupuestamente dañadoprestigio de la Corona.

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gráfica en la cual se critica la prome-sa gubernamental de subsidio de na-talidad, los cheques-bebé, en relacióncon la cual se caricaturiza al Prínci-pe heredero, al que los autores hacenpronunciar determinadas frases, di-bujo y frases que pueden ser más omenos afortunadas en el contexto deuna determinada realidad social, pe-ro que el juez sentenciador conside-ra “ultrajantes, ofensivas y objetiva-mente injuriosas” por dañar el pres-tigio de la Corona, en aplicación delart. 491.2 del Código Penal, no, se in-siste, del relativo a las injuria, que se-ría el apart. 1 del artículo, argumen-to que sirve para establecer un lími-te a la libertad de expresión recono-cida y protegida en el art. 20.1 a) denuestra Constitución. Pero la parteesencial de la viñeta es la critica alGobierno y la circunstancial la cari-catura que resalta dicha critica. Nohay confusión entre el legítimo ani-

mus criticandi a la decisión guberna-mental y la ausencia del animus inju-

riandi a la figura del Príncipe.Debemos partir de un principio

esencial, el que la libertad de expre-sión propia del ejercicio de un dere-cho fundamental debe tener límites,como el libre ejercicio de cualquierderecho, y que tal libertad no debeser el amparo ni presupuesto de underecho al insulto, pero ello exigeque la ponderación que en cada ca-so concreto realicen los tribunales dejusticia sea en función a los derechosen juego y bajo una correcta funda-

La mirada del periodistaJon Lee Anderson, 80 páginas.

El volumen contiene un perfil

del Rey publicado por el autor

en The New Yorker,

la intervención del reportero

en el VI Congreso Nacional

de Periodismo Digital y una

reflexión sobre la necesidad

de revisar la historia.

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114—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Tribunales

mentación jurídica. Nos encontra-mos en el presente caso, en razón alprecepto argumentado, con la apli-cación de una singular cláusula resi-dual, el apart. 2 del mentado 491,que no se refiere a la calumnia ni ala injuria, sino a cualquier forma deexpresión que pueda dañar el presti-gio de una Institución, cuya pena–multa de 6 a 24 meses– es más gra-ve que la propia de la injuria y la ca-lumnia –multa de 4 a 20 meses-. Re-sulta así que el legislador, despuésde recoger las figuras delictivas con-tra quienes se personaliza la Corona–muerte, lesiones, secuestro, violen-cia o intimidación, amenazas, calum-nia e injuria–, dispone una cláusulapara quienes “de cualquier forma”utilizaren la imagen de tales perso-nas con el fin de “dañar el prestigiode la Corona”. Y aquí los medios decomunicación en el ejercicio de losderechos a las libertades de opinióny de información, se encuentran enla más precaria indefensión, ante unaabsoluta inseguridad jurídica. ¿Porqué el sentenciador no califica con-cretamente de injuria la caricatura?Porque para ello habría de entrar enla consideración del animus, presu-puesto de la injuria, la intencionali-dad de los dibujantes de lesionar elhonor del Príncipe heredero, cuan-do lo que hay es el animus criticandi

de una decisión gubernamental; por-que “solamente serán constitutivasde delito las injurias que, por su na-turaleza, efectos y circunstancias se-

an tenidas en el concepto público porgraves” (art. 208 del CP), y en últimainstancia porque la injuria requiereuna apreciación subjetiva que en elpresente caso no consta, con inde-pendencia del valor jurídico de la ca-ricatura.

De otra parte el juez da el valor de‘imagen’ a lo que es un dibujo con elfin de tipificar la viñeta como de ul-trajante, ofensiva y objetivamente in-juriosa, para poder argumentar el da-ño al prestigio de la Corona, y apli-car el tipo delictivo condenatorio.

En conclusión, puede afirmarseque la sentencia del Juzgado de lo Pe-nal de la Audiencia Nacional, que pre-tende ser ejemplarizante, no es másque un artificial y complejo encajejurídico para salvaguardar el supues-tamente dañado prestigio de la Co-rona en detrimento del fundamentalderecho de todos a la libertad de opi-nión, consecuencia de la denunciainterpuesta por el Ministerio Fiscalque nunca debió se objeto de trami-tación y que deja en la oscuridad delo desconocido la causa de tal acciónpenal. �

1. Comprendido en el Libro II del CP, tít. XXI–Delitos contra la Constitución. Capt. II De-litos contra la Corona– literalmente dice: “Seimpondrá la pena de multa de seis a veinti-cuatro meses al que utilizare la imagen delRey o de cualquiera de sus ascendientes odescendientes, o de la Reina consorte o delconsorte de la Reina, o del Regente o de al-gún miembro de la Regencia, o del Príncipeheredero, de cualquier forma que pueda da-ñar el prestigio de la Corona”.

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BUENA PRENSAJOSU MEZO

Información truncada

CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—115

En parte por la competición delos medios audiovisuales, enparte por el deseo de atraer aun público que ha crecido ya

bajo la influencia de esos medios, enparte porque la informática y el soft-

ware de diseño permiten hacer cosascada vez más vistosas, lo cierto es quedesde hace años se observa un aumen-to considerable en nuestros mediosde comunicación escritos del uso dela llamada infografía, dibujos, diagra-mas, mapas, y gráficos que tratan detransmitir al lector información pormedios visuales (o, más normalmen-te, con una combinación de imáge-nes con palabras y números).

Siguiendo la famosa máxima de queuna imagen vale más que mil pala-bras, es cierto que una buena repre-sentación gráfica puede transmitir rá-pida y sencillamente de forma visualuna información que costaría muchotransmitir con textos. Pero como to-

do refrán, el anterior tiene tambiénsu parte de exageración y simplifica-ción. El enunciado menos rotundo, pe-ro más cierto sería que algunas imá-genes valen más que mil palabras, pe-ro otras muchas no. Un vistazo a nues-tros propios medios permitiría fácil-mente justificar esta última afirma-ción, ya que en la ola reciente de en-tusiasmo por la infografía se puedeapreciar que a veces se publican ver-daderas obras maestras, que transmi-ten de manera rigurosa, intuitiva yvistosa mucha información, perotambién se publican muchos gráfi-cos que no aportan prácticamente na-da o, esto es peor, que pueden con-fundir al lector.

Uno de los vicios que parece máscomún es el de sacrificar precisiónpor impacto visual. Es decir, se publi-ca un gráfico vistoso, pero poco in-formativo. Desconociendo las interio-ridades de los medios, no me atrevo

Josu Mezo es profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y editor de Malaprensa.com

([email protected]).

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116—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Buena prensa

a afirmarlo, pero como lector tengoa veces la impresión de que lo que hasucedido es que el gráfico ha queda-do al cargo de alguien del departa-mento de infografía, experto en usodel software, y en la parte artística, queno ha sido debidamente supervisadopor el periodista redactor de la infor-mación, que debería tener la capaci-dad de cortarle las alas para que nose deje llevar por las cuestiones visua-les en detrimento de la función co-municativa. Hay que recordar que elgráfico no es más que otra manerade transmitir el mensaje, de maneraque si el mensaje se pierde o se tras-toca, de nada nos sirve el gráfico, pormuy vistoso que sea.

En este artículo vamos a revisar al-guno de los errores más comunes quesuelen cometerse en los gráficos pe-riodísticos, y que son fácilmente evi-tables. Los gráficos que comentare-mos se encuentran entre los más re-petidos en los medios, y no vamos adiscutir aquí nada relativo a aspectosartísticos, sino solamente a lo relati-vo a la información que se transmi-te, o se deforma, a través de los grá-ficos.

Probablemente el gráfico más fre-cuente en los medios sea el que se uti-liza para representar la evolución enel tiempo de un fenómeno. Lo habi-tual es que en el eje horizontal se re-presente el tiempo, que va avanzan-do desde un momento más antiguo,que suele estar a la izquierda, a unmomento más reciente, que suele es-

tar a la derecha. En el eje vertical serepresenta la variable que interese,con valores crecientes de abajo a arri-ba. Y en el espacio central una o máslíneas van uniendo los puntos que re-presentan el valor que tenía la varia-ble en cuestión en cada uno de losmomentos de los que tenemos datos.Un ejemplo entre cientos nos lo pro-porciona el gráfico 1, similar al pu-blicado el 15 de noviembre de 2007en un periódico español, que repre-senta la evolución de la inflación enEspaña en los últimos 13 meses, conuna línea para el IPC general y otrapara la inflación subyacente.

Multitud de gráficos como estosse publican a diario en nuestros me-dios para representar la evolución detodo tipo de cosas, como la cotizaciónde acciones, precios de productos, elgasto público en un determinado con-cepto, el número de clientes de unaempresa, el número de usuarios deun servicio. Todos estamos tan habi-tuados a verlos que nos puede pare-cer que su significado es obvio, y queno tienen mayor complicación. Perono es así. Veamos el gráfico que otroperiódico español publicó el mismodía (gráfico 2) para informar tambiénsobre la evolución reciente de la in-flación general y subyacente.

El contraste entre ambos gráficoses muy llamativo. Lo que en un pe-riódico parece un suave ascenso en elotro es una subida vertiginosa. Y sinembargo, los dos han utilizado, y es-tán representando, casi exactamente

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—117

—1. IPC INTERANUAL—

—2. IPC INTERANUAL— —3. IPC INTERANUAL—

Oct. 06 Nov. 06 Dic. 06 Ene. 07 Feb. 07 Mar. 07 Abr. 07 May. 07 Jun. 07 Jul. 07 Ago. 07 Sep. 07 Oct. 07

O N D E F M A M J J A S

2,8

2,5

2,6 2,7 2,7 2,82,5 2,5 2,5 2,4 2,4

2,52,7

3,6

2,6 2,52,4 2,4

2,52,4 2,3 2,4

2,2 2,2

2,6

3,1

4

3,8

3,6

3,4

3,2

3

2,8

2,6

2,4

2,2O N D E F M A M J J A S

4

3,5

3

2,5

2

1,5

1

0,5

0

Índice general � Inflación subyacente �

Índice general � Inflación subyacente �

Índice general � Inflación subyacente �

2,6

2,7 2,7

2,8

2,52,5 2,5

2,5

2,62,7

3,1

3,6

2,5

2,4 2,4 2,4 2,4 2,4

2,3 2,2

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118—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Buena prensa

las mismas cifras (el primero se ini-cia un mes antes), que de hecho re-producen sobre el propio gráfico. ¿Có-mo es posible? Si observamos con cui-dado ambos gráficos vemos que el ori-gen de la diferencia en la impresiónvisual que causan es doble. Por un la-do, la proporción entre anchura (ejehorizontal, donde se representan losmeses) y altura (eje vertical, donde serepresenta el valor del IPC) es muy di-ferente, de forma que el gráfico 1 esmucho más ancho que alto, al con-trario que el 2, que es más alto queancho. Como regla general, cuantomás estrecho sea un gráfico de este ti-po (mayor ratio altura/anchura), másfuertes parecen las pendientes de laslíneas que representan los datos, y enconsecuencia tanto los aumentos co-mo las disminuciones de valor pare-cen más bruscas. Sobre este aspectono tenemos ningún criterio objetivopara escoger entre el gráfico 1 y elgráfico 2. No hay ninguna regla ob-jetiva que nos permita decir cuál esla proporción correcta entre altura yanchura de un gráfico como este, deforma que, aunque es obvio que ju-gando con los tamaños relativos delos dos ejes se pueden conseguir im-pactos visuales notablemente diferen-tes, no podemos decir que uno sea me-jor que otro.

Pero los dos gráficos se diferenciantambién en otra cosa muy importan-te: en el gráfico 1 la altura de los pun-tos respecto al eje horizontal es pro-porcional a su valor. Así, por ejemplo,

la diferencia entre 2,4 y 3,6 es de 1,2puntos, que es la mitad de 2,4. Dichode otra forma, el valor 3,6 es igual a1,5 veces el valor 2,4. Luego, en estegráfico, la altura del punto que re-presenta el valor 3,6 es 1,5 veces ma-yor que la altura del punto que repre-senta el valor 2,4. Aunque no se re-presente, a la izquierda del gráficopodría haber un eje vertical con lasmarcas indicativas de los diferentesvalores, y en él, el valor cero coinci-diría con el punto de corte entre losejes vertical y horizontal. ¿Qué suce-de, en cambio, en el gráfico 2? Las al-turas de los diferentes puntos no sonproporcionales a su valor. El punto convalor 3,6 tiene una altura que es exac-tamente siete veces mayor al puntocon valor 2,4. Esto se debe a que elautor del gráfico ha decidido truncar

el eje vertical, es decir, que el puntoen el que el eje vertical se corta conel eje horizontal no es el valor cero,sino el valor 2,2. El efecto visual deesta elección, claro, es que las diferen-cias entre los valores parecen mayo-res de lo que son en realidad, y portanto, las subidas y bajadas son tam-bién, visualmente, mucho más pro-nunciadas.

Mientras que no tenemos un cri-terio objetivo para decidir si un grá-fico debe ser ancho o estrecho, sí quelo tenemos sobre la altura relativa delos puntos. Parece que la lógica recla-ma que un punto que representa unvalor de 3,6 no debería estar siete ve-ces más alto que un punto con valor

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—119

2,4, sino, más bien, 1,5 veces más al-to. Tratemos de volver a dibujar el grá-fico 2, con la misma anchura, perocon un eje vertical no truncado. Sal-dría algo como lo representado en elgráfico 3.

Desde el punto de vista de la co-rrecta representación de las verdade-ras dimensiones del fenómeno quetratamos de representar, hay que se-ñalar que el gráfico 3 es claramentesuperior al gráfico 2. El impacto vi-sual no distorsiona las proporcionesentre los datos, y aunque la subidareciente sigue pareciendo más brus-ca que en el gráfico 1, su dimensiónaparente queda reducida, y las osci-laciones anteriores a agosto parecentambién mucho más suaves, confor-me a los valores reales de los datos re-presentados. El uso de un gráfico co-mo el número 2 encuentra defenso-res, sin embargo: podría decirse queen el gráfico 3 hay mucho espacio enblanco, que ‘no transmite informa-ción’, mientras que las líneas ocupanuna parte relativamente pequeña delgráfico, lo que significa que las osci-laciones, cambios de tendencia y va-riaciones diversas apenas se ven. Demanera que el gráfico número 2 aven-taja al número 3 en que atrae la aten-ción sobre los cambios, los represen-ta más claramente y permite com-prenderlos mejor.

En un marco periodístico, esta ar-gumento tiene su peso. A fin de cuen-tas, lo que constituye una noticia esla desviación, la alteración de la nor-

malidad: la foto que se publica sobreuna manifestación no es la de la ma-sa pacífica, sino la de unos pocos al-borotadores; no son los millones debuenos maridos los que salen en lasnoticias, sino los pocos que apaleana sus esposas; tampoco cuentan ca-da fin de semana cuántos millonesde personas han viajado por carrete-ra sin mayores incidentes, sino cuán-tos han resultados muertos o heri-dos. Contar noticias conllevaría en-tonces, por definición, magnificar loseventos, y no representarlos propor-cionadamente. Como el zoom de unafotografía, el gráfico que trunca uneje nos permite ver más en detalle loque ha sucedido, a sabiendas de queno vemos el contexto, y de que esta-mos magnificando la dimensión delfenómeno.

Pero creo que hay razones impor-tantes para rechazar esa compara-ción. La principal de ellas es que ungráfico no es un relato, ni una foto.No aporta detalles, caras, ni anécdo-tas con las que enriquecer el conoci-miento de los hechos. Es sobre todoy ante todo la representación visualde las magnitudes de un fenómeno.Por lo tanto, si distorsiona la relaciónentre las magnitudes, simplementeno cumple su función, sino que la trai-ciona. Si la impresión visual quetransmite un gráfico es que un fenó-meno se ha multiplicado por siete,cuando en realidad ha crecido un50%, el mensaje que está transmitien-do es engañoso. Es cierto que el lec-

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��� Buena prensa

tor cuidadoso puede fijarse en las ci-fras que aparecen junto a cada pun-to, y en el eje vertical, y se dará cuen-ta de que el crecimiento es muchomás modesto de lo que el gráfico su-giere. Pero naturalmente, ¿de qué sir-ve un gráfico si para entenderlo co-rrectamente debemos prescindir delas formas y líneas, y fijarnos en losnúmeros? El ‘espacio en blanco’ delgráfico 3 (que en realidad no es ma-yor que el del gráfico 2, pero está dis-tribuido de otra manera), especial-mente el que queda por debajo de laslíneas, no es espacio perdido, sinoque verdaderamente transmite infor-mación. Así que habría que decir queson válidos tanto el gráfico 1 comoel 3, pero no realmente el gráfico nú-mero 2.

Y a pesar de ello, los gráficos conejes truncados se utilizan muchísimoen nuestros medios de comunicación.Son particularmente usados en las in-formaciones sobre la bolsa. Algunosperiódicos publican a diario, porejemplo, una gráfica con la evoluciónen la última semana del Ibex , o deotros índices, similares a la del gráfi-co 4. El tamaño del eje vertical (el querepresenta los valores del Ibex o elprecio de la acción) se ajusta, por arri-ba y por abajo, a los valores que elIbex ha tenido en la semana repre-sentada. Es lo que podemos bautizarcastizamente como la técnica lo que

me quepa. Así, por ejemplo, con pocosdías de diferencia el mismo periódi-co podría publicar un gráfico como

el anterior, con el eje vertical repre-sentando 100 puntos del Ibex, y otrocomo el gráfico 5, de las mismas di-mensiones, con el eje vertical repre-sentando 450 puntos.

Con ese procedimiento de deci-sión sobre el tamaño del eje verticallo que sucede, evidentemente, es quevisualmente no podemos captar eltamaño relativo de las subidas o ba-jadas del valor. O mejor dicho, pode-mos saber el tamaño relativo de lassubidas o bajadas de la semana, com-paradas entre sí (porque todas ellasestán a la misma escala). Y ademáspodemos apreciar muy bien es la for-

ma de la evolución del Ibex en la se-mana en cuestión (sube, baja un po-co, baja mucho más, sube hasta el ni-vel inicial casi). Ni una ni otra cosaserían visibles en un gráfico con eleje vertical no truncado, como el grá-fico 6, que representa los mismos da-tos del gráfico 4, y que es básicamen-te ilegible.

Los defensores de los gráficos trun-cados argumentan que el lector inte-resado en Bolsa ya sabe que los gráfi-cos no representan la escala real delos cambios, y que precisamente lo quele interesa es la forma de la gráfica,y en todo caso la dimensión relativade las subidas y bajadas recientescomparadas entre sí. Con esos mis-mos argumentos se defiende tambiénque se publiquen cotidianamente,acompañando a noticias sobre la evo-lución del valor de las acciones deempresas concretas, gráficos como el

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—121

—4. IBEX-35. EVOLUCIÓN SEMANAL (12-16 NOV.)—

—5. IBEX-35. EVOLUCIÓN SEMANAL (22-26 OCT.)—

—6. IBEX-35. EVOLUCIÓN SEMANAL (12-16 NOV.)—

15.774,70

15.814,80 15.808,90

15.725,80

15.769,00

15.820

15.810

15.800

15.790

15.780

15.770

15.760

15.750

15.740

15.730

15.720 L12 M13 M14 J15 V16

15.327,80

15.429,60

15.231,30

15.386,00

15.603,90

15.650

15.600

15.550

15.500

15.450

15.400

15.350

15.300

15.250

15.200 L22 M23 M24 J25 V26

15.774,70 15.814,80 15.808,90 15.725,80 15.769,00

18.000

16.000

14.000

12.000

10.000

8.000

6.000

4.000

2.000

0 L12 M13 M14 J15 V16

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122—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Buena prensa

número 7, que apareció el 1 de no-viembre en un tercer periódico, enlugar de gráficos como el número 8,en el que las oscilaciones y cambiosde valor de la acción son menos cla-ros (pero no ilegibles).

El argumento a favor del gráfico7 sería que el lector no está tan inte-resado en saber cuánto ha subido obajado en el último año la empresaen cuestión, sino más bien cuándo sehan producido los movimientos, enqué dirección han ido, y quizá su ta-maño relativo, comparados entre sí.Lo importante, de nuevo, sería la for-ma de la gráfica, y su relación con di-versos acontecimientos. Precisamen-te, a veces, estos gráficos se comple-mentan con rótulos que indican enqué momento sucedieron hechos re-levantes relacionados con la empre-sa (cambios de directivos, adquisicio-nes, ofertas, lanzamientos de produc-tos) que podrían explicar los cambiosde tendencias.

Probablemente sea un argumentorazonable, lo que explicaría que estetipo de gráficos sea empleado siste-máticamente en publicaciones espe-cializadas en temas económicos. Pe-ro aún así, hay algunos matices im-portantes que hacer. El primero esque, en la práctica, hay un cierto gra-do de arbitrariedad a la hora de de-cidir en qué punto comienzan y aca-ban los ejes verticales. A veces se ha-ce inmediatamente debajo y encimade los valores mínimos y máximos, aveces se deja algo más de espacio li-

bre, lo que, según cómo sea el gráfi-co, puede alterar la impresión visual.¿Por ejemplo, en el gráfico 7, por quéno usar como límites del eje verticallos valores 17 y 23 en lugar de 16 y24? ¿No se vería aún ‘mejor’ la gráfi-ca? Efectivamente, así sería, aunquese produciría también el efecto de au-mentar la dimensión aparente de loscambios, claro.

El segundo matiz es que, puestosa ayudar al lector a interpretar la for-ma reciente de los movimientos y suvalor relativo (comparado entre ellos),habría gráficos aún mejores. Se po-dría transformar los valores de coti-zación de la acción a una escala querepresentase la variación porcentualdel valor respecto al primer momen-to analizado (por ejemplo, en el grá-fico de Telecinco, el 2 de mayo del añoen curso) y representar en el gráficolas variaciones de precio con esa es-cala, como en el gráfico 9 (al que sehan añadido unos rótulos con los va-lores de la acción al comienzo, al fi-nal y en el mínimo).

El gráfico 9 parece claramente su-perior al número 7, ya que ademásde verse la forma de la gráfica, y eltamaño de las variaciones recientescomparadas entre sí, también permi-te entender lo que esas variacionessuponen en términos relativos al va-lor total de la acción. Es realmentechocante que este gráfico no sea máscomún, pues combina razonablemen-te bien las ventajas del gráfico con ejetruncado con la información, muy re-

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—123

—7. COTIZACIÓN DE TELECINCO—24

23

22

21

20

19

18

17

16M J J A S O

—8. COTIZACIÓN DE TELECINCO—

20

15

10

5

0M J J A S O

—9. COTIZACIÓN DE TELECINCO DESDE EL 2 DE MAYO—5%

0%

-5%

-10%

-15%

-20%

-25%M J J A S O

2 de mayo22,5

17 de sept.Mínima 17,66

Última19,85

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124—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Buena prensa

levante, sobre la verdadera magnitudde las oscilaciones.

Este tipo de gráficos tiene ademásla gran ventaja de permitir compararfácilmente la evolución de dos valo-res. En efecto, no es raro que nuestrosperiódicos, intentando comparar laevolución reciente de dos empresas,publiquen uno al lado del otro dosgráficos como los números 10 y 11,que aparecieron también en un pe-riódico de tirada nacional.

La intención comparativa era ob-via. Mismo tamaño, mismo periodode tiempo… Pero la utilidad informa-tiva como gráficos es casi nula. Pare-cería que en el mes de enero de 2006Repsol había bajado del cielo hasta es-trellarse mientras que Exxon habríarecorrido el camino inverso. La altu-ra del descenso y la caída era muy si-milar.

Pero, naturalmente, esa similitudno significaba nada porque las esca-las eran diferentes (unos 7 euros enel caso de Repsol, y unos 11 dólaresen el gráfico de Exxon). Las dos esca-las verticales estaban además trunca-das, pero no con los mismos crite-rios. En la de Repsol el ‘suelo’ de lagráfica coincide casi exactamentecon el valor mínimo de los meses ob-servados. En la de Exxon, por algunarazón, alguien ha juzgado que la es-cala vertical debía empezar algo másde un dólar por debajo del mínimo.La escala truncada, además, implicaque para saber la dimensión de la ca-ída de Repsol uno no puede atender

a la gráfica. Ha de olvidarla y mirarlos números y calcular: de un máxi-mo en el año de 26,20 más o menosa un mínimo de 22… una caída apro-ximada del 16%. Si algún lector vioen el último tramo descendente deese gráfico una caída del 16% habríaque felicitarle por su imaginación.Yo veo más bien el ‘desplome’ del quehablaba el titular de la noticia. Ex-xon tampoco había subido de cero ainfinito, claro. Tomando a ojo el mí-nimo del año, parece que el aumen-to es de aproximadamente un 13%.Tampoco es eso lo que se ve en el grá-fico.

Una gráfica como la número 12 hu-biera resuelto elegantemente la situa-ción, permitiendo comparar ambosvalores en una misma escala, y sin queel lector se llevase impresiones erró-neas.

En definitiva, los gráficos sobrevariables temporales con ejes vertica-les truncados pueden ser un recursodefendible en ocasiones muy conta-das, pero claramente se abusa de ellosen circunstancias en que no son ne-cesarios, y confunden al lector. A ve-ces, simplemente, es preferible utili-zar el eje sin truncar (el gráfico 1, enlugar del 2). Cuando eso produzca ungráfico ilegible, y sea inevitable uti-lizar el eje truncado, es preferiblecambiar la variable original por unatransformada (como los gráficos 9 y12). Así evitaremos que un gráfico vis-

toso acabe confundiendo a nuestroslectores. �

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—125

—10. COTIZACIÓN REPSOLAgo. 05 - Ene. 06, €

27,9

26,9

25,9

24,9

23,9

22,9

21,9A S O N D E

—11. COT. EXXON-MOBILAgo. 05 - Ene. 06, €

64,4

62,4

60,4

58,4

56,4

54,4A S O N D E

—12. COTIZACIONES AGO. 05 - AGO.06—25%

20%

15%

10%

5%

0%

-5%

-10%A S O N D E

Repsol � Exxon-Mobil �

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LIBROSIGNACIO G. IGLESIAS

126—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

Origen y etimología de las palabras o por qué las verduras se llaman así

EL CANDIDATOMELANCÓLICOJosé Antonio Millán. RBA.168 páginas. Precio: 15euros.

He aquí un entreteni-do libro que nos expli-

ca la etimología, el origen de muchaspalabras en 15 capítulos y una con-clusión. Las palabras han viajado des-de el pasado hasta hoy y lo siguen ha-ciendo para cambiar siempre. Averi-guar lo que significan y lo que signi-ficaron antes de significar lo que aho-ra significan, este es el meollo del li-bro. Un trabajo de filólogo que aco-mete la unidad más pequeña y esen-cial del lenguaje, la palabra, para en-contrar la base primordial del signi-ficado de cualquier comunicación,

que nos distingue como humanos ca-paces de intercambiar conceptos yrealidades por medio de las palabras.

Cada palabra lleva sobre sí el ras-tro de milenios de lenguas mezcla-das unas con otras. La historia de laspalabras es la historia del mundo. “Laarqueología del viento” en la trans-misión oral cuando inicialmente nohay vestigios escritos. Nos habla el au-tor de los colores, el sonido, la len-gua madre, el cuerpo, largos viajes,el alma equivocada, el disco comoejemplo del cambio del mundo quetambién cambia las palabras, el gol-pe y sus múltiples acepciones, ese pre-ciso lugar, mejor no lo digo, lo gran-de y lo pequeño, los nombres delnombre, la carpintería lingüística, laspartes y el todo, el mecano heleno,las palabras de la red, y una conclu-sión. “Prácticamente no habrá ningu-na palabra que signifique ahora loque quería decir cuando nació”.

Cada palabra en su viaje por eltiempo a través de los pueblos, las len-

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—127

guas y las culturas ha ido creando elmosaico colectivo de las palabrassiempre cambiante. Cualquier diálo-go, información o aproximación a larealidad se produce con la palabra. Eldiscurso se construye con el signifi-cado, inexistente sin la palabra ritua-lizada y consensuada porel uso, y refrendada en el‘dogma’ siempre cam-biante de los dicciona-rios, que las relacionan ynos cuentan qué contie-nen por medio de pala-bras esa realidad de cadapalabra. Millán, en suamena y curiosa exposi-ción, nos acerca al origen,entre otros, de ese “cán-didus blanco brillante” ocandidato de Roma de to-ga blanca con “bilis ne-gra”, la melancolía, y nosacompaña para que visi-temos a “los antepasados”significativos de muchaspalabras.

Las verduras se llamanasí porque son verdes.“Cervesia” de los roma-nos que tomaron el nom-bre de los celtas “del co-lor del ciervo”. Las pala-bras también son onomatopeyas.Orondo, Crac, ay, kikiriki el gallo (también el protagonista del Ángel

Azul), toc toc, tocando la puerta. Chis-tar vendría de mandar callar ante elrelato de un chiste obsceno contado

en voz baja. Vaivén. Zigzag. Si las pa-labras son mudas, aunque hablen, aveces parecen sonoras. Las palabras deboca en boca, de generación en gene-ración, durante siglos, se transmitende una lengua a otra.

Un escritor anónimo del XVI dijo:“Cada día dejamos unosvocablos e inventamosotros nuevos, de tal ma-nera que cada cincuentao sesenta años parece quees otro lenguajenuevo”.En el siglo XVIIILorenzo Hervás quiso re-sumir la variedad lingüís-tica. Tradujo 63 palabrasa 150 idiomas. Herederosde la Torre de Babel. Nues-tra actual lengua provie-ne del indoeuropeo dehace 6.000 años, así comoocurre con el inglés y elruso. ¿Hay una lengua co-mún de la que descien-den todas las demás?Pues no. Variedades deuna misma canción paracomunicarse. Griego, la-tín, que nos trajeron losromanos, pero ya habíaceltas e iberos. Húngaro,árabe, hebreo, chino, in-

dígenas de América, Oceanía, no in-doeuropeos. Muchas palabras enconstante evolución. Se crean nuevaspalabras por cambio de significadode las antiguas. El cuerpo es un refe-rente para muchas palabras que ha-

El discurso seconstruye con elsignificado,inexistente sin lapalabra ritualizaday consensuadapor el uso, yrefrendada en el‘dogma’ siemprecambiante de losdiccionarios.

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��� Libros

cen metáfora –que viene del griegocambiar de lugar– de la realidad. Vi-sión, pie de página. Largos viajes delas palabras.

Del griego al árabe “sandía” de san-diyya natural de Sind Pakistán. Aliróngrito árabe “al i’ilan” anuncio, anun-cio. Muchos vocablos provienen delpueblo árabe, ya que aquí estuvierondel siglo VIII al XV. Nos habla el au-tor que las palabras circulando las ha-cemos nuestras, como “goal” trans-formada en gol. Santiamén viene de“Spiritus Sancti, Amen” Un poeta delXVII dijo “con los tragos del que sue-lo /llamar yo néctar divino, a quienesotros llaman vino/ porque nos vinodel cielo”, hablando del alma equivo-cada de las palabras. Dice el autor de,“making of”, “creación de” y se ve es-crito “making off”, pues claro, al serla creación de lo creado por fuera, elrodaje del rodaje. Al autor le da mu-cho juego el disco, en todo un capí-tulo, desde el Discóbolo hasta el dis-co compacto. Disc jockey, pinchadis-cos y tocata. “Y entonces me dio unatorta”. Las lenguas cambian para ga-nar en riqueza y precisión. Todo ungolpe capitular para saber de casi me-dio millón de sustantivos y 100 ver-bos especializados de golpe. Cachete.Golpe y zona que lo recibe. “Cachas”o “las dos piezas que forman el man-go de la navaja”.

Paliza de quitar el pelo a las pieles.En ese preciso lugar nos habla de laspalabras que se desgastan por el uso.Desde la Latrina del XIII al WC. El ico-

no como eufemismo último. Dice Ba-roja, en 1940, en sus Memorias que“cuando yo era chico, a ese sitio reser-vado de la casa se le llamaba común;luego excusado, y después retrete. Aho-ra en el Puente de Vallecas y en el Es-trecho, se dice wáter”. Bueno tiremosde la cadena, aunque se apriete un bo-tón. Escribir con pluma aunque nin-gún ave nos la proporcione.

“En mejor no lo digo”, el autor noshabla de las formas alternativas paradecir las cosas delicadas. Tacos. Joli-nes por no decir joder. Recoge un di-cho inglés, “los caballos sudan, loshombres transpiran, las mujeres bri-llan”. Los seguros de muerte son se-guros de vida. No se dice “usted estárobando” se afirma “creo que no hapasado por caja”. Deslocalización porno hablar de cierre. Desde mi hom-bre, mi compañero, mi pareja, mi chi-co, mi amigo, hasta Alberto o Ana sinmás. Acaba la historia del viejo deba-te si es la realidad la que influye enel lenguaje, o viceversa, diciendo que“la lengua funciona por sufragio uni-versal, y las palabras sólo ganan pormayoría absoluta”. En grande y pe-queño nos recuerda que la historia delas palabras es semejante a los orga-nismos vivos, la evolución raro es quedescarte elementos. Aletas en el del-fín. Lo mismo para aumentativos y di-minutivos, aunque estos últimos hanoriginado más palabras. Aún así,“lamparón” es “mancha de la ropa,sobre todo de grasa”.

En los nombres del nombre, lugar

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—129

o persona, Rocambole, ladrón fran-cés que dio “rocambolesco”. Mecenas,el consejero del emperador Augustoy protector de las artes se hizo “me-cenas”. Michelin “pliegue de grasa enel cuerpo” hasta yogurines, bollicaosy toda una evolución lingüística pa-sando por el gimnasio del uso de lacostumbre asociativa de las palabras.Más allá del bien y del mal la carpin-tería lingüística es un sistema paraproducir nuevas palabras a partir delas antiguas. Sufijos y prefijos hastael “piso-patera” o corre ve y dile has-ta “correveidile”. Según Monterroso,escritor de lo breve, sólo hay tres te-mas, el amor, la muerte y las mos-cas, que han dado mucho juego lite-rario. “Tragaldabas” es un “tragón”,aldaba del árabe “dabba” pestillo yantes “lagarta”, dice Millán que yasería comer.

“En partes y todo”, una palabraque significa una parte de algo danombre a todo ese algo. La propina“regalo de bebida” pasa a significaren general regalo. En el mecano he-leno, nos habla de que si se quiere in-ventar un término nuevo muchas ve-ces se acude al griego. Fobofobia, mie-do al temor. En las palabras de la redpescamos la raíz indoeuropea “erd”igual a separar o eremita “rete” en la-tín cuerdas separadas. Concluye quehay un tejer y destejer colectivo de laspalabras en el tiempo. Confiesa queha hecho su libro con 31.000 pala-bras, 5.500 españolas diferentes, deesas el 93% vienen del latín, el 3% del

árabe, el 1% del griego y las demásdel ibero, malayo, turco e hindi yunas 500 de otras lenguas. El diccio-nario de la RAE tiene 90.000 palabras.Las palabras diríamos, que, son fue-gos artificiales eternos de generaciónen generación de la vida que nos vansalvando de la muerte, aunque “laparca” acabe con todos. Un testimo-nio vital de la esencia caduca del ser.Por eso ver los orígenes de las pala-bras es interesante, como leemos eneste libro, pues cambian y así viven.

Actualización de unamagnífica obra para que elmundo digital hableespañol

DICCIONARIO LID DE TECNOLOGÍASDE INFORMACIÓNY COMUNICACIÓNVV. AA. LID Editorial. 544páginas. Precio: 29,90euros.

Siete años después de haberse publi-cado inicialmente, llega la cuarta edi-ción de este Diccionario LID de tecnolo-

gías de información y Comunicación.

Abarca un sector tan nuevo y tan encontinua transformación que nuevasediciones se hacen indispensables pa-ra que la obra pueda tener la utilidadque ofrece. De hecho, desde la terce-

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130—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Libros

ra edición, publicada en enero de2006, hasta ahora, se han añadido aldiccionario 2.000 términos nuevos yse han quitado muchos que habíanquedado ya obsoletos. En total, la obradefine 10.000 términos de nueva eco-nomía, medios de comunicación, in-formática, Internet, tele-comunicaciones fijas ymóviles, almacenamien-tos y bases de datos y tec-nologías de cuarta gene-ración. Es decir, todoaquello relacionado y quehace posible el mundo di-gital y cada vez más vir-tual que vivimos. Es porlo tanto este diccionariouna herramienta de granutilidad para profesiona-les especializados de es-tos sectores, pero tam-bién lo es para todo aquelque quiere tener una ‘ba-se de datos’ cercana don-de poder comprender aqué se refieren algunosconceptos del mundoelectrónico o cuál es sutraducción.

Marcelino Elosua, li-cenciado en Empresaria-les y Sociología, y JulioPlágaro, ingeniero de Telecomunica-ciones y Sistemas, son los directoresde un multidisciplinar equipo quecuenta en total con 12 autores. Ellosson los responsables de un trabajoque surge, como explican, “ante la in-

vasión de términos norteamericanosen el sector de la Nueva Economía, y,lo que es peor, la falta de precisiónen su utilización”.

Aquí radica, sobre todo para losmedios de comunicación, uno de losmayores aciertos de este trabajo, y es

que ante todo busca in-troducir el español en loslenguajes cotidiano y pro-fesional de las nuevas tec-nologías, un territorioprácticamente vetado pa-ra las palabras propias yplagado de extranjeros yneologismos proceden-tes, la mayoría, de Esta-dos Unidos. “Pensamosque, en la mayoría de loscasos, hay ya una palabraespañola que significa oque convencionalmentepuede significar el con-cepto deseado”, añadenlos autores, quienes com-pletan su planteamientodel trabajo afirmandoque, además, quieren “re-futar el argumento deque el uso de palabras deotro idioma facilita el diá-logo y la transmisión deconocimientos”.

De esta manera, este Diccionario de

Tecnologías de Información y Comunicación

debería ser para el periodista que tra-baje estos sectores una visita obligadaantes de sembrar las informaciones decursivas con términos ingleses. Esta

Una ‘base dedatos’ cercanadonde podercomprender aqué se refierenalgunos conceptosdel mundoelectrónico o cuáles su traducción.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—131

obra permite encontrar alternativasen español y definiciones para no te-ner que emplear siempre los neologis-mos, aunque no se cierra en banda aestos y las palabras que no tienen tra-ducción al español, evidentemente,mantienen su nombre original.

Realizado con un enfoque máspráctico que académico, buscando lautilidad en el día a día más que esta-blecer teorías y sellar conocimientos,el diccionario está planteado con dospartes. En una primera vienen defi-nidos los términos en español, juntoa la traducción de la palabra españo-la en inglés (con la diferenciaciónmarcada si no es igual en Norteamé-rica y Reino Unido), francés y alemán.La segunda parte, porque uno puedetener el término en inglés y no sabercómo se dice en español y por lo tan-to no poder buscar su definición, esla traducción de cada término de ca-da idioma (inglés, francés y alemán)al español.

El periodista que se pregunte has-ta dónde puede llegar la utilidad deesta obra para él quedará convencidodesde la primera letra, pues una delas primeras definiciones que se pue-den encontrar es “a caja”, conceptode sobra conocido en publicacionesimpresas.

Sorprenden, eso sí, algunas traduc-ciones, que quizá lleguen ya tarde auna lengua española que ya se ha que-dado con la palabra inglesa. Proponepor ejemplo esta obra llamar al cono-cidísimo byte llamarlo octeto (como,

de hecho, figura en el DRAE y es locorrecto). ¿Pero quién habla hoy de lacapacidad de un disco duro diciendotiene 100 megaoctetos? Sin embargo,es indudable su interés para conocerel término correcto que debería em-plearse. Y este es sólo un caso. En10.000 definiciones, y de un mundotan nuevo como éste, hay para mu-cho.

Se completa el diccionario conunas breves páginas al final, comoglosario, de lenguaje de blog. De granvalor para saber quién es quién o quées cada cosa en este nuevo escenariode comunicación que ofrece la Red.Ahí figuran todos los términos e ideasque conforman la ya conocida blogos-fera o la menos (aunque es lo mismo)llamada blogocosa.

Manual de trabajo paranoticias, reportajesdocumentales en televisión

EL REPORTERO EN ACCIÓNJaume Vilalta i Casas.Universidad de Barcelona.246 páginas. Precio: 18euros.

“En este libro esta-mos ya camino del al-

macén para buscar la cámara…”, ex-plica Jaume Vilalta i Casas al comien-zo de esta obra. Lo dice porque es elsegundo que publica, para completar

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132—CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007

��� Libros

con técnica y práctica la parte másteórica de su primer libro, El espíri-tu del reportaje. Este periodista y re-portero ENG, de larga carrera en me-dios como TVE, Canal + y, sobre to-do, Televisión de Catalunya, es ade-más profesor de reporterismo en lasuniversidades PompeuFabra y Ramón Llull. Y es-to se nota en el libro,planteado y desarrolladocomo un buen manualpara sus alumnos sobre có-mo hacer un reportaje. Ellibro es, no obstante, uninmejorable vehículo pa-ra que los neófitos seacerquen de forma prác-tica al trabajo de los re-porteros de televisión ydescubran las claves desu labor y el porqué de loscontenidos que despuésven en el televisor. Y, porúltimo, también para ellector experto en estecampo tiene miga, puesVilalta i Casas plasma entodo momento su expe-riencia, su forma de tra-bajar, sus trucos, su vi-sión del reporterismo detelevisión, lo que permi-te establecer un debate con las pági-nas que seguro será productivo.

“Un reportaje es, por definición,una obra imperfecta que se ha hechode la manera más perfecta que se hapodido”, apunta el autor en las pri-

meras páginas. A partir de esta decla-ración de principios, deshace el re-portaje para ir analizando todos susaspectos formales: contenido, forma,tiempos, edición…

“La separación entre contenido eimagen es inadmisible”; “los temas

que no interesan o maltratados no dan en la dia-na de la audiencia”; “hayque pensar en imágenes:¡cuántos reportajes he-mos visto que basan eldiscurso únicamente enel texto, sin tener encuenta el conjunto de lanarración audiovisual!”…Éstas son algunas de lasadvertencias que da el re-portero a sus alumnos/lectores, como algunas delas claves que marcaránel futuro de un reportajeen cuanto a contenido.

Es interesante, porquetodos estamos al otro la-do del televisor, ver cómocambia el reportaje se-gún su duración, y cómoes el espectador, aunquelo desconozca, parte res-ponsable de ese cambio.El tiempo mínimo, plan-

tea Vilalta i Casas, para un reportajedebe de ser tres minutos, “menos esuna temeridad”. A partir de ahí, losque llegan hasta los 7 minutos nocansan al espectador, porque no de-be suspender sus actividades para

Un inmejorablevehículo paraque los neófitosse acerquen deforma práctica altrabajo de losreporteros detelevisión ydescubran lasclaves de sulabor.

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CUADERNOS DE PERIODISTAS,—DICIEMBRE DE 2007—133

verlo. De 7 a 12 minutos requierenya de más disposición por ambas par-tes, del reportero, por elaboración, ydel espectador, por tiempo y aten-ción. Cuando se superan los 12 mi-nutos, ya es necesario primero cap-tar la atención y después tener mu-cho cuidado para no perder al públi-co. A partir de 30, el reportaje se plan-tea “como una pequeña película” yhay que tener siempre en cuenta“que el espectador te está dando ca-si una hora de su tiempo y no pue-de quedar nada colgado”.

Otro capítulo interesante dellibro/manual del veterano reporteroes el que habla de un “contrato conla audiencia”, y que son ciertas ‘nor-mas’ básicas que el periodista debe res-petar y seguir para hacer un buen re-portaje. Según detalla, algunas deellas son: saber que el público entien-de todo, pero sólo si se le da pistas;meter una acción en cada escena, unaidea por secuencia y un discurso porreportaje; la gradación debe de ser desorpresa inicial, intriga creciente y re-solución contundente; y, muy impor-tante y error frecuente en todos lossectores de la profesión, comprenderque el “ya se entiende es igual a NOse entiende”.

Estilos, trucos de rodaje, cómo ha-cer entrevistas, arranques, despedi-das, rodajes en directo, diferentes re-cursos… Todo aparece explicado sen-cillamente y de forma muy prácticaen el libro, que deja claro, eso sí, alestilo de los viejos y famosos axiomasdel periodismo, que lo importante es“no volver nunca sin un reportaje. Sino traes caza, trae pesca”.

Cierra el reportero su libro con uncapítulo dedicado a las cuestiones deética que quizá hubiera merecido másdesarrollo, ejemplos y explicaciones,sobre todo en una época en la que sehan vivido (véase el 11-S) grandes e im-portantes casos sobre exhibición deimágenes o tratamientos de temas. Ellibro apunta algunos aspectos de com-portamiento que el autor da como bue-nos (no intentan ser norma de actua-ción) y deja con hambre con algunoscomentarios como el que hace referi-do a las cámaras ocultas: “Los oportu-nistas se han apresurado a apropiarsede la estética y del lenguaje de la cá-mara oculta”. Se echan quizá en faltamás nombres, más ejemplos y un po-co más de fondo, para que el manual,además de ayuda para sus alumnos,sea también una herramienta para verel ‘telediario’. �

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TENDENCIASTINO FERNÁNDEZ

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Se difumina la líneaentre los medios

Jeff Bewkes, CEO de Time Warner, su-gería recientemente que los modelosde negocio en la industria de los me-dios están sufriendo una transforma-ción espectacular con las nuevas tec-nologías. Ahora que su compañíaofrece numerosos vídeos online en laversión electrónica de People, no hayapenas diferencias entre People.com yel canal de televisión E!, basado en elentretenimiento.

En la industria de periódicos tam-bién hay ejemplos evidentes de estoscambios. Rhidian Wynn Davies, direc-tor ejecutivo de Telegraph MediaGroup, la compañía que ha puesto enmarcha uno de los proyectos de inte-gración más citados en los últimos me-ses, recordaba recientemente que elTelegraph mantiene una redacción quefunciona 20 horas al día con ayudade su oficina en Nueva York y en la

que, según su director ejecutivo, “noha cambiado la vida de la gente deforma radical. Escriben el mismo nú-mero de horas, con la diferencia deque es cada redactor jefe quien deci-de en qué versión se distribuye cadacontenido: papel, internet o vídeo”.

En febrero de 2007, este diario co-menzó su programación televisivacon un programa diario de vídeo endirecto, una especie de telediario di-rigido a quienes, a través de Internet,desean informarse antes de la horade la comida. Wynn-Davies recorda-ba que “cada vez más compañías deperiódicos utilizan vídeos. Las mar-cas tradicionales de diarios pueden ha-cer televisión dirigiéndose hacia ni-chos específicos, y en este sentido losperiódicos tienen una ventaja sobrelas compañías de televisión, si lo ha-cen bien. Nosotros ofrecemos unamarca en un mundo como el de In-ternet, en el que hay mucha basura”.

Por su parte, Jonathan Landman,editor de dirección delegada de The

New York Times, asegura en la propia

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versión online de este diario que cual-quier tipo de reticencia a integrar loscontenidos offline y online desapare-cen cuando reporteros y editores sedan cuenta de que hay un montón delectores web y de fuentes de informa-ción ahí afuera creando una impor-tante competición online. Y que unahistoria online a tiempo produce unamejor historia en papel. Pero requie-re un ajuste mental significativo.

Landman anuncia la creación de“una nueva clase de periodistas (‘pe-riodistas continuos’), cuyo trabajo esimpulsar el reporteo en la web de for-ma agresiva”, y añade: “Los periodis-tas en nuestra oficina de Washingtonya trabajan frente a una cámara ca-da día. No hay duda de que esto iráen aumento, y de que aquel profesio-nal que es partidario y cada vez másexperto en el uso del vídeo será cadavez más valioso”.

Fuentes: The New York Times, Expansión.

Una nueva realidad quenecesita tiempo…A pesar de todos estos cambios, y delas perspectivas que abre el vídeo on-

line, un estudio de la consultora Bain& Co. asegura que el tiempo emplea-do por la audiencia en ver televisióntradicional seguirá aumentando,mientras que aún tendrán que pasaralgunos años antes de que se consigaincrementar la audiencia del vídeo

por Internet. Concretamente, cincoson los años que la consultora da co-mo plazo para que la del vídeo online

se convierta en una alternativa via-ble a la televisión tradicional, al ca-ble o al satélite.

Según la investigación, el públicoactual utiliza el vídeo por Internet pa-ra consumir clips de shows que se haperdido en televisión. La audienciainvierte tiempo en YouTube, pero lacantidad de tiempo invertida es aúninsignificante si se compara con eltiempo dedicado por el público a vertelevisión generada de manera profe-sional.

Fuentes: Reuters, Bain & Co.

Efectos del cambio en elmodelo de negocioAlgunos analistas creen que la indus-tria de periódicos afronta buenos nue-vos tiempos a medida que los diariosse deciden por ofrecer más vídeo y au-dio online. Los periódicos pueden te-ner una ventaja sobre las compañíaslocales de televisión y radio en todolo que se refiere a los ingresos por pu-blicidad online local.

Además, las últimas cifras de au-diencia de diarios en mercados comoel estadounidense permiten a los eje-cutivos de esta industria asegurar quelas versiones electrónicas captan a unbuen número de jóvenes adultos, aun-que los anunciantes, por el momen-

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to, no consideran que un lector onli-

ne tenga el mismo valor que uno quesiga la versión impresa.

Sin embargo, algunos expertos co-mo Thomas E. Patterson, profesor dela John F. Kennedy School of Govern-ment, en la Universidad de Harvard,aseguran que “el problema de los pe-riódicos se complica por el hecho deque no pueden alcanzar el éxito sim-plemente con reemplazar a sus lecto-res en el papel con lectores online. Enla comparación de uno y otro lector,la venta de un ejemplar de diario esextraordinariamente más rentableque atraer a gente hacia el sitio webdel periódico. Un diario necesita cap-tar dos o tres docenas de lectores on-

line para compensar –en términos deingresos publicitarios– la pérdida deun solo lector en papel”. Los sitiosweb continúan generando ingresospara los periódicos que son sólo unafracción de sus ganancias, pero pare-ce claro que los beneficios online cre-cen a ojos vista en todo el mundo. Pa-ra algunos, como el editor del New

York Daily News, Mortimer Zuckerman,“los nuevos modelos de negocio onli-

ne de los periódicos lo único que ha-cen es sustituir centavos por dólares”.

Un reciente estudio de la Asocia-ción Mundial de Periódicos (WAN),realizado por Borrel Associates, expli-ca que los ingresos de las versioneselectrónicas continuarán incremen-tándose, mientras que los beneficiosdel negocio impreso y la difusión su-frirán declives graduales en la mayor

parte de los países desarrollados. Elestudio Benchmarking Newspaper Online

Revenues asegura que 2006 supuso unpunto de inflexión para el modelo denegocio de las web de periódicos entodo el mundo, y subraya que los pe-riódicos han respondido con la crea-ción de plataformas online que no tie-nen una relación de marca respectoal producto impreso. Además, conclu-ye que los beneficios online en el mer-cado estadounidense, que ahora su-ponen una media del 5,5% de los in-gresos publicitarios totales, llegaránal 10% en 2008-2009.

Fuentes: WAN, Editor & Publisher, Expansión.

Movimientos imparables

Pero no sólo los periódicos advierteny reaccionan a los cambios evidentes.Anteriormente se señalaba el ejem-plo de Time Warner para ejemplifi-car esa disolución de los límites en-tre los medios, refiriéndonos a unarevista como People y a su versión elec-trónica.

El sector de revistas nos ofrece con-tinuas muestras de adaptación al nue-vo escenario, en el que las nuevas tec-nologías influyen de manera deter-minante. Zinio LLC, una plataformadigital de edición y distribución pa-ra revistas y libros ha introducido yael Zinio Mobile Newsstand, un quios-co móvil para el iPhone de Apple. Es-te nuevo desarrollo servirá para que

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los usuarios de móviles puedan acce-der a sus revistas favoritas, pero tam-bién para que los editores tengan unaacceso nuevo a las ‘audiencias móvi-les’.

Por su parte, Condé Nast ha deci-dido suspender la publicación de Hou-

se & Garden, una cabecera con 106 añosde historia. Conviene recordar queCondé Nast ha cerrado un acuerdopara distribuir vídeos desde los dife-rentes sitios web de sus revistas, pa-ra cubrir temas como gastronomía oviajes, vía YouTube.

Lo sorprendente es que Condé Nasttambién ha decidido terminar con laversión online de House & Garden, unaestrategia que contrasta con las ini-ciativas novedosas que la industria derevistas desarrolla últimamente, apo-yándose en sus versiones online paraatajar la crisis de audiencia y captarnuevos públicos.

También sorprende porque algu-nos casos de revistas que han suspen-dido recientemente su publicación enpapel, manteniendo sus versiones enInternet, están cosechando verdade-ros éxitos de audiencia exclusivamen-te en el nuevo soporte. Es el caso deChild.com, cuya versión en papel cerróel pasado mes de marzo. La publica-ción de Meredith Corporation obtu-vo 4 millones de visitantes únicos elpasado mes de julio, de acuerdo conNielsen, frente a los 436.000 que ob-tenía cuando la versión impresa aúnestaba en el mercado. Por su parteElle.com, de Hachette, ha llegado a los

360.000 visitantes únicos durante elpasado verano, cuando sus cifras deaudiencia en Internet no pasaban delos 190.000 en vida de su versión im-presa. Lo cierto es que el sector de lasrevistas se encuentra en una época detransición, en el que no quedan ya mu-chos editores que no estén experimen-tando con nuevas plataformas. Gran-des publicaciones como Time o News-

week están evolucionando. Las news-

magazines utilizan mucho más el aná-lisis, y las breaking news son ya parasus sitios web, no para el papel. Ste-phen Lacy, profesor de Periodismo enla Michigan State University, y exper-to en economía de los medios, asegu-ra que “las newsmagazines serán pro-bablemente las primeras revistas enapretar el botón que las convierta deimpresas en totalmente digitales enInternet”.

Hay más ideas que reflejan el mo-vimiento de la industria de revistaspara no perder el ritmo que marcanlas audiencias del futuro, y ahí estánnuevos ejemplos como el de Shock –elLife del siglo XXI–, que ofrece suscrip-ciones digitales por correo electróni-co a 14,95 dólares al año; o el de Sports

Illustrated, que permite que su legen-dario número de los trajes de bañopueda ser disfrutado gracias al pod-

cast.

Runner’s World ofrece contenidossobre maratón a través de podcasts quese financian con publicidad, y el si-tio web de TV Guide brinda ya más de60 blogs realizados por miembros del

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staff, y permite a los lectores respon-der y crear sus propios blogs, porquela presencia online resulta enorme-mente útil para construir una nuevarelación con la audiencia. Es una nue-va manera de concebir, por ejemplo,las cartas al director.

Olivier Griot, director general deHachette para servicios móviles, ex-plica que “una revista impresa es unmedio ‘muy portátil’. Se puede leeren una playa o en el tren; pero no esinteractiva. Con las nuevas tecnologíaslos contenidos se pueden servir bajodemanda… Y si uno dispone de cincominutos muertos, el teléfono móvilpuede ofrecernos ‘pequeños snacks’:un resumen rápido de un artículoque nos interesa, o un videoclip”.

Cada vez más editores atienden alas posibilidades de los contenidos pa-ra teléfonos móviles, que suponen unbuen soporte publicitario. M:Metricsasegura que negocios como el de lostonos para celulares movieron sóloen el mercado estadounidense 600millones de dólares el pasado año.Así, editoriales como Meredith, queedita publicaciones como More, Better

Homes and Gardens y American Baby, es-

tá formando una división para distri-buir contenidos a través de Internety de la televisión. Y Hearst (Seventeen,

Good Housekeeping o Cosmopolitan) ha crea-do una división enfocada a los pod-

casts, el vídeo, los blog y los conteni-dos para dispositivos móviles.

Otras estrategias pasan por la crea-ción de nuevos títulos online susten-tados por la publicidad: Time ha lan-zado, sólo para Internet, Office Pirates

(OfficePirates.com), destinada a captar aun público conocedor y consumidorde tecnología, fundamentalmentemasculino.

CosmoGirl se ha centrado en el ne-gocio de los horóscopos y envía éstosa través del teléfono móvil por 2,49dólares al mes. Y Condé Nast ha crea-do en Epicurious.com, una bibliotecacon 20.000 ideas de gastronomía pro-cedentes de sus publicaciones Gour-

met y Bon Appetit. Los gourmets tienenasimismo la posibilidad de enviar ycompartir recetas a través del teléfo-no móvil. American Express pagó enmayo para ser el principal patrocina-dor del número de ese mes.

Fuentes: Expansión, Folio, The New York Times,

Editor & Publisher.