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CONCURSOS LITERARIOS BiMA (Red de Bibliotecas Municipales del Aljarafe) 2014 -1-

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Publicación de la Biblioteca Pública Municipal Alfonso Grosso, que recoge los cuentos y microrrelatos ganadores y finalistas de Valencina de la Concepción, presentados al Concurso de Cuentos y Microrrelatos BiMA 2014

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CONCURSOS LITERARIOS

BiMA (Red de Bibliotecas Municipales del Aljarafe)

2014

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Cuadernillo realizado por la Biblioteca Alfonso Grosso de

Valencina de la Concepción, con motivo de la fiesta y entrega de premios locales del Concurso Literario BiMA

28 de Mayo 2014

AGRADECIMIENTOS Y FOTOS En Tomares, dentro de programa de su Feria del Libro, el viernes día 25 de Abril de 2014, se falló el resultado

del V Concurso de cuentos BIMA y el IV concurso de Microrrelatos, en el acto contamos con la asistencia de los

finalistas de cada localidad integrante de la Red de Bibliotecas BIMA, con sus respectivos bibliotecarios, y una

representación de la Mancomunidad del Aljarafe que coordina la Red de bibliotecas BIMA.

Un año más damos las gracias a todos los niños, jóvenes y adultos que han participado en esta edición.

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ÍNDICE

5º Concurso de cuentos BiMA“Los abuelos”

Ganador categoría ALEVÍN …………………………..……….…………...… -5-

1º Finalista categoría ALEVÍN ……………….…………………….……..… -6-

2º Finalista categoría ALEVÍN ………………………..…….……….……… -7-

Ganador categoría INFANTIL …………………………………….………… -9-

1º Finalista categoría INFANTIL … ……….……………….……………… -10-

21º Finalista categoría INFANTIL ………………………..…...…………… -11-

4º Concurso de Microrrelatos BiMA “Homenaje a Mafalda”

Ganador categoría JUVENIL ……………………………………..………..…-12-

Ganador categoría ADULTOS …………………………………………….... -13-

Finalistas categoría ADULTO ……………………………………….……..… -13-

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5º CONCURSO DE CUENTOS BiMA

“Los abuelos”

Categoría Alevín

5º CONCURSO DE CUENTOS BiMA

“LOS ABUELOS”

Categoría ALEVÍN

GANADOR

ESPARTINAS

PABLO ROMERO MORA

1º FINALISTA VALENCINA DE LA CONCEPCIÓN

LUIS ALFONSO PADILLA PÉREZ

2º FINALISTA VALENCINA DE LA CONCEPCIÓN

ALBA RODRIGUEZ TOCA

GANADOR ALEVÍN

Pablo Romero Mora. Espartinas.

El Superabuelo

Érase una vez un abuelo muy viejo que tenía que andar con un bastón. Todas las mañanas salía de paseo. Cuando venían sus nietos, se convertía en el Superabuelo y les contaba un montón de historias fantásticas ¡Ése era su super poder, hacer que sus nietos se sintieran los héroes de sus cuentos! Todas las tardes les recibía con una chocolatina y rápidamente se sentaban en el suelo y le gritaban: - ¡Abuelito, abuelito, cuéntanos historia de piratas! ¡No, no, mejor historias de viajes y aventuras! y el abuelo siempre contestaba: - Calma chicos, calma. ¡Veamos qué historia os cuento hoy! Ummm... El abuelo se quedaba pensativo mientras que sus nietos nerviosos se comían la chocolatina e intentaban meter prisa al abuelo para que empezara. El abuelo se rascaba la barbilla mientras pensaba y les hacía un gesto de calma a sus nietos. De repente, el abuelo dejó de rascarse la barbilla, apoyó sus manos en el sofá y mirando fijamente a sus nietos, con voz temblorosa, empezó a contar la fantástica aventura de dos hermanos jóvenes descubridores de antiguas reliquias. Los niños con los ojos muy abiertos, y sin apenas respirar, no perdían detalle de la historia que les contaba su abuelo. De cómo los dos hermanos viajaban surcando los cielos en un avión y atravesando los mares en barco para encontrar los tesoros que buscaban. También les relataba cómo luchaban contra saqueadores de tesoros y ejércitos malvados que querían apoderarse de los tesoros. Entonces era cuando el abuelo daba un brinco, se levantaba de su sofá y, usando su bastón como espada, recorría la habitación luchando contra enemigos imaginarios. Sus nietos estaban revolcándose por el suelo, muertos de risa, pero otras veces acompañaban a su abuelo usando las sillas y sillones como coches, aviones, barcos e incluso a veces como caballos. Y normalmente acababan los tres en el suelo muertos de risa. Y así transcurría la tarde hasta llegar la noche, que era la hora de volver a casa. En ese momento, los niños se ponían muy tristes, pero el abuelo les decía: - ¡No os preocupéis, niños! ¡Mañana os contaré otra historia! Entonces los niños se iban más tranquilos a casa pensando en la historia que les iba a contar su abuelo al día siguiente. Justo antes de salir, el más pequeño de los nietos se volvió y dijo a su abuelo: - ¡Abuelo, abuelo, mañana quiero que nos cuentes una historia de un viaje por el espacio! A lo que el abuelo contento, rascándose la barbilla, contestó: - Ummm... ¡Me sé la historia de dos hermanos que fueron los primeros en llegar a Marte! Desde la puerta, el niño levantó la mano con el pulgar hacia arriba como gesto de aprobación. A lo que el abuelo respondió con un guiño. Ya en la habitación, sentado en su sillón, el abuelo se acordó de todo su dolorido cuerpo, pero era un precio muy bajo a pagar a cambio de ver la cara de felicidad y emoción de sus nietos.

FIN

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1º FINALISTA ALEVÍN

LUIS ALFONSO PADILLA PÉREZ. Valencina de la Concepción.

El abuelo fantástico. Capítulo 1. El abuelo fantástico vivía en una residencia. Por la mañana y por la tarde era abuelo, y por la noche se convertía en un …. ¡SUPER ABUELO¡. Para vestirse de Super Abuelo, se iba al cuarto de baño, eso lo hacía para que nadie abriera la puerta y lo viera. Cuando no era Super Abuelo, se llamaba Gonzalo. Al rescatar a las personas cambiaba su aspecto y parecía joven, así nadie sabía que era el abuelo Gonzalo. Antes de que llegaran los enfermeros, él ya estaba en su cama de la residencia. Sus hijos y nietos venían a visitarlo y para salvar las vidas les decía: “voy al baño” y como todos lo abuelos tardan tiempo en el baño nadie se daba cuenta. Su mujer lo sabía todo, pero no desvelaba el secreto de su marido. Un día normal y corriente se va a salvar vidas y pasa algo. Todos lo abuelo tenían guardado que ellos también eran superhéroes. Vinieron todos los malos del mundo y fue una lucha terrorífica, los villanos con máquinas y secuaces (los que ayudan a los malos) y los superabuelos (Gonzalo y sus cuatro compañeros: Santiago, Mariano, Lucas y Sergio) tenían sus poderes y fuerza física. Cuando terminó la batalla perdieron los malos que querían apoderarse del planeta y los Super Abuelos salvaron a los demás. Capítulo 2. Un día los super abuelos estaban cenando cuando escucharon unas voces desde fuera de la residencia. Salieron corriendo como podían cada uno a un cuarto de baño. Sin que nadie les viera se encontraron todos en la calle y fueron volando con sus capas hasta las voces que venían de la orilla del río, y vieron a unos padres pidiendo ¡socorro¡ porque su hijo pequeño se había caído al agua y ninguno de ellos sabían nadar. Los Super Abuelos estaban a las órdenes del Abuelo Fantástico, éste les dijo a cada uno lo que debían hacer. Santiago se quedó tranquilizando a los padres. El más veloz, Mariano, fue corriendo a llamar a una ambulancia pues nadie llevaba móvil, por si acaso el niño no se encontraba bien cuando saliera del agua. El más fuerte, Lucas, trajo una barca que había cerca, la cogió en brazos para traerla más rápido y fue remando hasta el niño. El más ingenioso, Sergio, pensó que estaban a oscuras y buscó rápidamente unas linternas gigantes para alumbrar la zona, y el S uper Abuelo Fantástico voló hasta donde estaba el niño, lo rescató del agua, lo puso en la barca que traía Lucas y lo llevaron hasta la orilla donde estaban sus padres y toda la ayuda de la ambulancia. Capítulo 3. Después de esta aventura, los padres del niño contaron en la televisión que los Super Abuelos salvaron a su hijo. Y se hicieron famosos. Un día sus hijos averiguaron que el Abuelo Fantástico era su padre, entonces supieron una cosa, cuando el Super Abuelo estaba salvando vidas, el abuelo Gonzalo no estaba en el cuarto de baño. Otro día de visita, su hijo le dijo: Papá, ¿eres Super Abuelo?, no me mientas. Sí, hijo, le contestó el padre. También le dijo: Tu madre te estaba mintiendo para que no lo supieras, porque pensábamos que no lo comprenderías. Durante la charla Gonzalo le dijo que él también tenía superpoderes pero no sabía usarlos ni manejarlos. Y el hijo se quedó callado … The End (final o fin)

2º FINALISTA ALEVÍN

ALBA RODRIGUEZ TOCA. Valencina de la Concepción.

Los besos de la abuela.

Había una vez un niño que se llamaba Antonio y tenía 5 años. Como sus padres tenían que trabajar siempre se ocupaban de él sus abuelos. Lo llevaban al parque, a la piscina, al cole y a todos los demás sitios que tenía que ir. Sus abuelos se llamaban Pepe y Pepa y eran muy buenos con él. La abuela le hacía siempre sus galletas preferidas y su abuelo jugaba con él, era muy feliz con sus abuelos. Aunque sólo tenía 5 años él se creía que era muy mayor, pero no le importaba que Pepa y Pepe le abrazaran y que le dieran besos. Un día cuando lo dejó sus abuela en el cole, le dio un beso de despedida y le dejó la marca del beso en la frente. Cuando llegó a clase todos los niños se rieron de él. A él le dio mucha vergüenza y se enfadó con la abuela por haberle dejado la amrca del beso. Cuando su abuela le fue a buscar al colegio, le fue a dar un beso y Antonio dijo: - Abuela ya no quiero que me des besos, solo que me trates como un adulto, porque ya soy un niño mayor – y la abuela se puso triste. Entonces Pepa decidió tratarle como un adulto y dejó de darle besos, de llevarle al parque, de hacer sus galletas preferidas de jugar con él … Antonio echaba de menos esas cosas pero no se lo decía. La abuela estaba muy triste porque no le gustaba tratar así a su nieto, Antonio también estaba muy triste porque echaba de menos lñas atenciones de su abuela, pero no le había gustado que los niños se rieran de él. Así pasaron unos pocos días, hasta que un día Antonio estaba jugando en el parque se cayó de un columpio y se puso a llorar. La abuela fue corriendo a ver que le había pasado y le dio un montón de besos hasta que dejó de llorar. Desde entonces Antonio se dio cuenta que quería que su abuela lo tratara como antes y que le diera todos los besos del mundo. FIN

GANADOR ALEVÍN

PABLO ROMERO MORA. Espartinas.

1º FINALISTA ALEVÍN de Valencina de la Concepción.

LUIS ALFONSO PADILLA PÉREZ.

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5º CONCURSO DE CUENTOS BiMA

“Los Abuelos”

Categoría infantil

5º CONCURSO DE CUENTOS BiMA

“Los abuelos”

Categoría INFANTIL

GANADOR

TOMARES JULIA VALVERDE LÓPEZ

1º FINALISTA VALENCINA DE LA CONCEPCIÓN

IRENE BOTELLA JIMÉNEZ

2º FINALISTA VALENCINA DE LA CONCEPCIÓN

ÁLVARO AGUILAR VÁZQUEZ

GANADOR INFANTIL

JULIA VALVERDE LÓPEZ. Tomares

El mundo mágico de los abuelos

Había una vez, en un lugar no muy lejano, un mundo mágico de luz y color. Las personas que en él residían pertenecían a tiempos lejanos donde la memoria brilla por su ausencia y las arrugas lo inundan todo. El mundo mágico era surcado por mares de color turquesa, montañas con olor a romero y pueblecitos soleados de casitas engalanadas con jardines colgantes...y allí en la más blanca de todas las casas vivían la abuela Araceli y el abuelo Lucas. El pelo de abuela era color plata, que pintaban las hadas cada mañana tornando la plata en negro. Después, la abuela lo recogía en un moño con horquillas de rosas y azucenas. Su voz era dulce como un caramelo...y su piel suave como el terciopelo. Las manos de la abuela temblaban como una hoja en otoño, y sus piernas eran cortas y conservaban la agilidad de la gacela. Y lo que más llamaba la atención de la abuela eran sus abrazos y sus besos. Cuando alguien pasaba por su casa ella lo recibía abriendo sus brazos y haciéndole un hueco, y después lo obsequiaba con un beso sabor a peladilla de navidad, raspadura de azúcar y con agüita de azahar para los nervios. El abuelo tenía los ojos muy, muy pequeños de tanto mirar al cielo. Su nariz era larga y afilada para poder oler desde lejos los olivos de sus huertos. Las manos del abuelo eran tiernas y suaves, para nada se parecían a lo que antaño fueron. Su cuerpo se tambaleaba de un lado a otros sin caerse y sin perder el rumbo de sus pasos y de sus sueños. El corazón del abuelo era enorme, lo llenaba todo, la sala, la cocina, el comedor, el vestíbulo, el ascensor, las escaleras. En su casa apenas cabía nada más que la sensación inmensa de un gran te quiero. El abuelo cada día se despierta al ladito de la abuela. Y mientras ella aún duerme, él la llena de besos, de arrumacos y te quiero...la abuelita poquito a poco va abriendo sus ojitos para mirar al abuelo y de su boca sequita le salen las mismas palabras de amor y un recuerdo, ¿cuándo vienen los niños a vernos?. Ya están aquí muy cerquita, en el aeropuerto... le responde el abuelo. Despacito y en silencio se levantan los abuelos a comenzar el nuevo día donde apenas existen recuerdos. -¿Dónde está el azúcar mamá?, yo quiero un caramelo, un trocito de chocolate, por favor turrón sólo un poquito. TE QUIERO. - No Lucas, no, no hay azúcar, ni caramelos, cuando venga el niño se lo pedimos con un beso. -¿Y mi hermano Bartolo ya está en el cielo? - Que va, él no, quien se ha ido es la señora Rosario que vivía en la alameda del pueblo. -Sí, qué disgusto!. Eso no lo sabía. -¿Ah no?. Pues seguro que no es eso, seguro que están todos y yo no me acuerdo. Pero ven aquí entre mis brazos que yo, yo...no sé lo que te iba a decir. Se me ha olvidado mi cielo. - No te preocupes, siéntate conmigo, dame un beso con sabor a chocolate y menta y yo te diré mil veces lo mucho que te quiero. Y así entre arrumacos, besos y sin recuerdos viven en su MUNDO MÁGICO los abuelos, que desde allí siguen velando por nuestros sueños. El gran sueño de la humanidad es conseguir un mundo de abundancia donde no exista la guerra...Y en el mundo mágico de los abuelos sólo existe la nada, porque ya no hay nada, no queda nada, no queda ni dinero, ni casas, ni profesión, ni amigos, ni ropa, ni joyas, ni muebles, coches, fiestas, viajes...nada queda. Queda todo tan vacío, tan limpio, que es por eso que en ese mundo entra la luz más clara, los olores más aromáticos, los sabores más frescos, los gestos más cercanos y la palabra te quiero. La abuela Araceli y el abuelo Lucas viven en el mundo de los sueños y desde allí cuidan de que no olvidemos el nuestro. Abuelita toda arrugadita y coqueta viaja en su cama mágica a través del tiempo...muchas veces nos colamos para disfrutar de su mundo y de su momentos...allí nos encontramos con una maestra que se enamoró de un soldadito de plomo, que se había perdido entre Andalucía y Canarias y había ido tras su sueño; con once enanitos que dormían en macetas, que comían sopas de miel y trabajaban cuidando la tierra… En ese mundo conocemos a una madre que ahorraba once huevos para sus once enanitos que le cantaban a coro “te queremos María, eres la guía de nuestros pasos y la guardiana de los secretos”. Abuelito todo desorientado y enamorado viaja de la mano de la abuela...Él ya no es capaz de vivir sin ella… ¡Mamá! ¿Dónde estás? Siéntate a mi ladito que hoy no te he dicho lo guapa que estás. No te he dicho que eres la mar, el sol de mi vida, mi compañera...y la abuela se sienta a su ladito calladita, abre los brazos para que él se apoye en su pecho. Él le dice ¡¡ guapa, guapa!! eres lo que más quiero. Ella le besa en la frente, lo abraza, le vuelve a hacer un hueco en el centro de su mundo...y poco a poco los dos se duermen...llenándolo todo de amor, velando por nuestros sueños. Y colorín colorado los abuelos se han dormido. y colorín colorado mucho este cuento he sentido.. FIN

1º FINALISTA INFANTIL

IRENE BOTELLA JIMÉNEZ. Valencina de la Concepción.

Unas Olimpiadas de lo más antiguas Esta historia pasó hace mucho tiempo, en el mundo abuelete: en el mundo abuelete había dos abuelos muy peculiares; uno se llamaba Paco, y era atleta, había ganado treinta y dos medallas de oro en las olimpiadas. El otro se llamaba Manolo, y para nada era atleta, se llamaba “super abuelo” porque tenía los “poderes” de encender el televisor con solo mirarlo. Se rumorea que esos poderes los había adquirido porque cuando estaba tomando sopa, se le rompió el mando justo encima del plato y se tragó todos los circuitos. Los dos abuelos siempre estaban compitiendo, la última competición fue la de no usar el bastón durante una semana. Ganó Paco porque tenía más deportividad que Manolo. Desde ese día todo cambió; Manolo se enfadó con Paco porque hacía trampas, o eso es lo que pensaba él: -Ya te he dicho que yo no hice trampas, sólo que yo tengo más equilibrio que tú y para mí no es imprescindible el bastón.- decía Paco agobiado. -Que a mi tu no me engañas tramposo.- -Yo no soy un tramposo, ya te lo he dicho.- -Pero bueno, ¿qué pasa aquí?- voceó Carmen, la mujer de Paco. -Manolo me está llamando tramposo porque cree que he hecho trampa en una de nuestras competiciones. -Tengo una idea, dentro de tres días haremos una competición final y quién gane, se llevará la mejor dentadura de Mundo Abuelete, estos tres días son para entrenaros – dijo con una risita no muy fiable. -Bueno pues yo me voy cuanto antes a entrenar.- dijo Paco que estaba dispuesto a ganar sea como sea. Dirigiéndose al gimnasio se encontró con el Alcalde: -Buenos días Paco ¿vas al gimnasio a entrenar?- -Sí, es que mi mujer nos va a organizar la última competición de todas, el premio será la mejor dentadura de Mundo Abuelete. -Ojalá pudiera participar yo- -Claro que puedes.- -Se me acaba de ocurrir que podrían participar todos los abuelos que quisieran y así montar unas pequeñas Olimpiadas.- -Oh si, me encantaría, voy a mi casa para informarle de esto a mi mujer- dijo Paco encantado por la idea del Alcalde. -Adiós Paco, nos vemos dentro de tres días, mientras iré difundiendo este mensaje por todo el mundo. Cuando Paco le contó esa magnífica idea a su mujer … -¡Qué buenas ideas se le ocurren a ese hombre¡- dijo Carmen muy contenta. -En estos instantes está difundiendo el mensaje por todo el mundo. -Pues ya va siendo hora que llames a Manolo porque le va a hacer mucha falta ir al gimnasio, ya que no sabe lo de las Olimpiadas. -Es verdad, voy a su casa a decírselo. Cuando llegó a la casa de Manolo y le contó toda esa historia ya no quería competir, a él le gustaría ser uno de los jurados, a Paco le daba igual que fuese una cosa u otra y no le pareció mal. A los tres días, en el estadio Olímpico había miles de abuelos que querían llevarse la dentadura. Las pruebas eran lanzamiento de jabalinas, saltos de vallas y una carrera. Fue muy divertido ver los podían llegar a hacer esos abuelos, no os podéis imaginar lo que corría uno. En las Olimpiadas solo competían los hombres, las mujeres habían trabajado haciéndoles a sus maridos el chándal. Los que estaban sentados en las gradas eran los hijos y los nietos de cada abuelo. De jurado Manolo, Carmen (la mujer de Paco) y Ana (la mujer de Manolo). Cuando terminaron las pruebas fue la entrega de premios, todos estaban muy nerviosos, porque no sabían quién iba a ganar. -Señoras y señores, el ganador es … ¡Paco¡ pero no os desaniméis, como ya saben todos no solo gana el que se lleva el premio ¡Aquí gana todo el mundo por haberse esforzado al máximo¡ Como os he contado ganó Paco, pero le regaló la dentadura a Manolo, no se la regaló por buen competidor, sino por ser un gran amigo. FIN

2º FINALISTA INFANTIL

ÁLVARO AGUILAR VAZQUEZ. Valencina de la Concepción.

Los abuelos y los nietos Érase una vez una abuelita llamada Lola, pero la gente la llamaba Buba. Tenía un caniche que lo llamó

Lolo. Su marido se llamaba Manolo, lo llamaban Yeyo. Todas las noches Lola pensaba en tener nietos pero

no tenía porque no tuvo hijos. Al día siguiente Lola y Manolo se sentaron en el sofá del salón y encendieron la

tele y el primer canal que salió, fue uno en el que se veían dos niños del Sudán sin madre y muertos de

hambre. A Lola y a Manolo le dieron pena, precisamente hoy salía un avión que se dirigía a Sudán desde

Arabia donde ellos vivían y decidieron coger ese avión. Cuando se montaron, Lola lo primero que hizo fue

leer, - ¿Por qué no lees? le preguntó la abuela. – Porque si leo me entra fatiga, le dijo el abuelo. Cuando

aterrizaron vieron a esos dos niños y le preguntaron que donde estaban sus familiares. Ellos le dijeron que no

tenían familia, ni siquiera abuelo ni abuela. –Os adoptaremos, dijeron Lola y Manolo. – Hasta tendréis una

mascota, al aterrizar de nuevo en Arabia, Lola y Manolo como le gustaban tanto los libros, a un niño le

llamaron Lulio y al otro Verne y desde ese día no pasaron más hambre y Lola ya no pensaba todas las

noches en tener nietos

FIN

GANADOR INFANTIL

JULIA VALVERDE LÓPEZ. Tomares

1º FINALISTA INFANTIL

IRENE BOTELLA JIMÉNEZ. Valencina de la

Concepción.

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IV CONCURSO DE MICRORRELATOS BiMA

Categoría Juvenil

GANADOR JUVENIL

MARINA REYES GATO. ISLA MAYOR.

Mi sueño Alguien llamó a la puerta. Una señora pedía algo para comer. Fui a la cocina. La mujer se despidió sosteniendo el recipiente que le di. Ese día hice feliz a alguien y, lo que es mejor, no cené sopa..

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4º CONCURSO DE MICRORRELATOS BiMA

Categoría Adultos

GANADOR ADULTOS

MANUEL SOGAS COTANO. Isla Mayor

Mafalda no querer bajarse del mundo

¡Ché, Quino! ¡Paráme el mundo, que me bajo! Sos loca, Mafalda: no se puede parar, significaría la muerte. Pintáme otro distinto. ¡Sos loca!: no se puede, el mundo se construye. Pintáme entonces de albañil, quiero construir uno distinto. Eso sí es posible. Pintáme así en adelante: construyendo otro mundo nuevo.

1º FINALISTA ADULTOS

REYES GARCÍA GONZÁLEZ. Valencina de la Concepción.

Llego a casa, cansado como cada día. Mi hija me mira y me pregunta: Papá, ¿Quieres que te de

cariño o te digo lo que te diría Mafalda?. Dios mío, ¿Qué clase de monstruo he creado?

2º FINALISTA ADULTOS

ARACELI MÍGUEZ SALAS. Valencina de la Concepción.

Tareas Mafalda apuntando con el índice sermonea: – Felipe, tienes que estudiar para hacker; tenemos mucha tarea por delante: saquear la Reserva Federal y

los bancos suizos, derivar los fondos a organizaciones humanitarias, acceder al Pentágono, sabotear los programas armamentísticos... ¿Te imaginas con cincuenta años sin que nada haya cambiado?

GANADOR ADULTOS

MANUEL SOGAS COTANO. Isla Mayor

1º FINALISTA ADULTOS de Valencina de la Concepción.

REYES GARCÍA GONZÁLEZ.

Ayto. de Valencina de la Concepción