Cuentos brevesConocidos y no tanto

CASOLa cabra encontró unas hojas de La Ilíada y se las comió.

Pero no baló en verso.Álvaro Yunque

DE PASO

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad del Cairo, en Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio.El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.-¿Dónde están sus muebles? -preguntó el turista.

Y el sabio, rápidamente, también preguntó:-¿Y donde están los suyos...?-¿Los míos? -se sorprendió el turista.

¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!-Yo también... - concluyó el sabio.

ANÓNIMODespistado

Siempre fue un hombre de rutina. Se iba a la mañana temprano, trabajaba duro todo el día y luego, cuando volvía a casa (los días que no trabajaba hasta tarde) hacía una breve siesta antes de la cena. Una vez, durante nuestra primera semana en la casa nueva, a la salida del trabajo se dirigió a la vieja, tal como había hecho durante años; aparcó su coche en el camino, entró en la casa por la puerta trasera, subió las escaleras, se metió en el dormitorio y se acostó a dormir. Durmió durante una hora, y como es obvio, cuando la nueva dueña de casa volvió y se encontró a un extraño durmiendo en su cama, se sorprendió mucho. Pero a diferencia de Rizos de Oro, mi padre no dio un salto ni salió corriendo. Al final la confusión se aclaró y todo el mundo rió de buena gana.

Paul Auster

Aforismos

Me gustaría ser valiente. Mi dentista asegura que no lo soyJORGE LUIS BORGES

Hay muchas personas que no saben perder el tiempo a solas y son el tormento de las que tienen ocupaciones.

EDGAR ALLAN POELos ángeles pueden volar porque se tomana sí mismos a la ligera.

CHESTERTONEl mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.

ERNESTO SÁBATO

Apócrifos La maldad es el veneno que intoxica a la especie

humana.SABRINA DALLIO ARUFE, 2º.9ª 2004

Solidario es aquel que te da una mano y nunca te deja de

lado.

GABRIELA RANDO 1°7° 2003

La galaxia del cuentoAño IV- No.10 -2006

JORGE LUIS BORGES

Un cuento sobre el cuento

LEYENDAHabía una vez un caballero manco a quien le dio

por soñar con un escritor loco que pretendía destruir todas las obras de su tiempo, y fundar otra nueva, distinta, gigantesca.

Cuando despertó, y vio el paisaje al alba y el sol que aparecía, pensó que era destinó justo de las armas el ser pasadas por las letras.

Gerardo Mario Goloboff

Jorge Luis BorgesConfeso amante de sus dos patrias: Ginebra y

Buenos Aires, destaca como un escritor universal que ha influido notablemente en autores de diferentes nacionalidades: Umberto Eco señala que El nombre de la rosa surgió por inspiración del cuento La biblioteca de Babel. Su obra en coautoría con otros escritores es tan importante como la que desarrolló solo. De las formas de escritura la única que no fue de su interés es la novela. La brevedad fue uno de los recursos en los que demostró su particular capacidad de condensación y síntesis: Cuentos breves y extraordinarios, por ejemplo.

El adivino

En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le pregunta si será reprobado o si pasará. El candidato responde que será reprobado...

La trama

Para que su horror sea perfecto, César, acosado al pie de una estatua por los impacientes puñales de sus amigos, descubre entre las caras y los aceros la de Marco Junio Bruto, su protegido, acaso su hijo, y ya no se defiende y exclama “Tú también, hijo mío” Shakespeare y Quevedo recogen el patético grito.

Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías; diecinueve siglos después, en el sur de la provincia de Buenos Aires, un gaucho es agredido por otros gauchos y al caer, reconoce a un ahijado suyo y le dice con mansa reconvención y lenta sorpresa (estas palabras hay que oírlas, no leerlas):”¡Pero, che!” Lo matan y no sabe que muere para que se repita una escena.

El niño que se convirtió en delfín En un pueblo muy pequeño (que existió hace muchísimo tiempo) ubicado en el sur de la Argentina, vivía una familia que se distinguía de las demás debido a un niño llamado Nicolás: era inteligente y agradable en su manera de ser, pero a veces hacía cosas verdaderamente extrañas. Por momentos hablaba en un idioma inentendible que lograba alterar las olas del mar. La gente del pueblo le temía al muchachito y decía que él era un brujo y que, como a todo brujo, había que eliminarlo de algún modo.Nicolás estaba paseando con su hermano mayor cuando, de repente, se cruzó con un montón de personas que querían capturarlo. Lo arrastraron y lo ataron para luego arrojarlo al mar, pero algo increíble ocurrió: el niño comenzó a hablar en ese extraño idioma que nadie podía comprender; como siempre, el agua empezó a moverse cada vez más, hasta que las olas eran inmensas. Nadie supo qué ocurrió: Nicolás había desaparecido.Al cabo de unos días, comenzó a escucharse a un animal acuático que realizaba el mismo sonido que las personas del lugar consideraban como el “idioma inentendible” que hablaba Nicolás. Durante años ese sonido se fue modificando. El animal recibió el nombre de “delfín” y, como el pequeño, es muy simpático y agradable.

FLORENCIA CASSOLA -2º.7ª

Ernesto Sardi 3°4°

Suicidio frustrado Dio media vuelta y se marchó. Subió por las escaleras

y se arrojó al vacío. Sentía el viento rugiendo en los oídos, abría los brazos como si quisiera volar. Sonreía como una desquiciada. Su pelo largo y blanco volaba alrededor de su cabeza. Ya casi llegaba al suelo, casi sentía las frías veredas.

Por una de sus pálidas mejillas resbaló una lágrima. Simplemente le encantaría descansar de lo que era su vida. Todo el mundo la ignoraba, aunque muchos la habían visto a la cara y la conocían muy bien. Aún así, ni un saludo. Tenía un trabajo que odiaba horriblemente, que la sumía en soledad y, por su bien, tenía que resistirlo y ejercerlo sin descansar un segundo de su existencia, soportando el odio de casi todos los que la conocían. Que si lo hacía era cruel, y si no lo hacía, era impiadosa.

No se escuchó ningún ruido cuando ella cayó. Ahora yacía sin hacer movimiento alguno en el suelo, ante la gente que caminaba por la calle, ignorándola. Muchos la pisaban sin darse cuenta.

Su sonrisa desapareció de su rostro. Pasaron varios minutos y seguía allí acostada, sin que nadie la ayudara. ¡Era como si no la vieran!

Con fastidio y tristeza se levantó del suelo y se acomodó su ropa negra. ¡Estaba harta de todo!¡No quería ser más la muerte! Y con ese fastidio se alejó para cumplir, con una increíble ira, su siguiente trabajo.

NAZARENA CÁCERES -1°4°-