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SUPLEMENTO SEMANAL DE LA HORA, IDEA ORIGINAL DE ROSAURO CARMÍN Q. PÁGS. 4 y 5 “El que cree que es escritor y no lee, está perdido” GUATEMALA, 27 DE NOVIEMBRE DE 2015 FOTOGRAFÍA DE GUSTAVO GARCÍA SOLARES

Cultural 27-11-2015

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Cultural 27-11-2015

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Page 1: Cultural 27-11-2015

suplemento semanal de la hora, idea original de rosauro Carmín Q.

PÁGS. 4 y 5

“El que cree que es escritor y no lee, está perdido”

Guatemala, 27 de noviembre de 2015

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Página 2 / guatemala, 27 De noviembre De 2015

Navidad eN Noviembrebajo el disfraz de ladiNaSandra Xinico Batz

CFotografía de Spanky Gálvez

Migré a la ciudad de Guatemala cuando tenía 15 años, ya que en mi comunidad no habían muchas op-ciones para formarme como maes-tra, lo cual era necesario para poder cumplir mi meta: trabajar en edu-cación y estudiar en la universidad. Uno de los primeros cambios radica-les que experimenté fue dejar de ves-tir mi traje maya en la cotidianidad, justificándolo con “comodidad” al tomar el bus, con que era más bara-to y sencillo comprar un pantalón y una blusa, y además lavar y tender cortes y güipiles en un pequeño apar-tamento de un cuarto nivel parecía una inversión de tiempo y esfuerzo que no estaba dispuesta a mantener. Así trascurrieron un par de años, sintiéndome cómoda pasando des-apercibida entre las personas de la ciudad, evitándome insultos y mira-das incómodas (lo cual ya había ex-perimentado en esas pocas veces que venía a la ciudad con mi traje maya).

uando regresaba a mi pueblo era el momento de retomar mis ropas y sentirme parte de mi comunidad, donde el racismo no es ajeno,

pero tampoco era ajeno vestir un tra-je maya, hablar en nuestros idiomas, sentirnos cómodo/as con nuestras prácticas. Es como si hubiese lleva-do dos vidas en una, la de la ciudad (amestizada) y la de mi pueblo (mi origen). Sería una mentira si les dijera que es-

tudiar en la universidad y sobre todo estudiar A Antropología, fue lo que me devolvió a mi raíz, a retomar mi cultura, a empoderarme de mi his-toria, como maya kaqchikel y como mujer, porque no fue así, es más, con-sidero que provocó tal indignación en mí, el ver y leer el racismo que las ciencias sociales reproducen, que por momentos me volví antiacademia. Ante mis ojos la universidad no supe-raba la versión “oficial” de la historia, aquella que niega que los pueblos mi-lenarios resguardaron su cosmovisión en la ropa, por ejemplo, y que dichas prendas no fueron impuestas por los españoles (y que la misma arqueolo-gía lo puede demostrar), que la rela-ción con la naturaleza es fundamental en la existencia de los pueblos y dicha relación se traduce en nuestras ropas, pues no son creaciones amorfas sino

sandra Xinico batz (1986, Patzún, Chimaltenango) Maya K’aqchikel, engasada con las letras, empeci-nada por la historia y obstinada en que se escuche nuestra voz, la voz de los pueblos.

representaciones astronómicas, mate-máticas, geométricas, entre otras. Du-rante mi formación como maestra tam-poco aprendí nada de los pueblos ni de sus historias, por lo tanto estaba desti-nada a seguir reproduciendo lo mismo entre mis alumnos, simplificando más de cinco mil años de historia en una ca-tegoría perversa como la de “prehispá-nica”, como si la historia de estas tierras hubiese empezando con la invasión de los españoles. Esa indignación provocada por lo que

considero una de mis pasiones, la edu-cación, me motivó a investigar por mí misma pero sobre todo a abrir mi men-te y observar en lugar de sólo mirar, ob-servar al interior de mi familia, de mi comunidad, a observar en la ciudad y en los poblados, lo que constantemente se ha querido eliminar, el rostro indí-gena de este país, si usted conoce este país sabrá que es inevitable dejar de ver esos coloridos e inigualables trajes, cuya contradicción radica en que nos parecen tan comunes pero a la vez tan desconocidos en su pasado y presente. Una de esas tardes al estar disfrazada

entre el pantalón, la blusa o el vestido, de camino a la universidad, una mujer se sentó a mi lado e inició a conver-sar conmigo, la conversación inició con una pregunta hacia mí, acerca de si estudiaba o no y muy amablemente contesté que sí, que era universitaria, e inmediatamente la mujer me dijo “¡qué

bueno señorita que usted esté estudian-do porque ahora hasta los inditos nos están ganando, ¿o no los ha visto que hasta a la universidad llegan a estudiar? Por eso nosotros no nos debemos que-dar atrás, no debemos dejar que nos superen, imagínese si gente como ellos son licenciados ¿cómo nosotros no?”. Esa tarde fue fundamental en mi vida,

ese día terminé de comprender por qué estaba disfrazada y por qué constante-mente me justificaba a mí misma la pér-dida de mi traje, de mi identidad, terminé de entender por qué optamos a camuflar-nos entre el montón, porque el racismo duele y ha dolido por generaciones. Aprendí también de la fuerza y perse-

verancia de mis vecinas k’iche’s del se-gundo nivel de ese módulo de aparta-mentos donde vivía, que cada mañana luego de su jornada inicial que empe-zaba desde de las 3:30 de la madrugada (porque son vendedoras de comida) la-vaban sus ropas y se habían empodera-do del jardín trasero, adornando la gra-ma con sus güipiles, cortes, delantales, fajas y perrajes, tendidos al sol, cómo lo hacen las mujeres aún, a las orillas de los ríos. He comprendido también que los

pueblos constantemente estamos de-fendiendo lo que es nuestro porque el saqueo y la expropiación de nuestros recursos no se han detenido, porque la homogenización cultural a través del racismo hace que los pueblos prefira-

mos no ser vistos aunque eso implique desvestirnos de nuestra historia, de nuestra identidad. Debido a la historia que hemos vivido los pueblos, actual-mente somos las mujeres quienes prin-cipalmente defendemos y luchamos por mantener nuestros trajes no como objetos sino como vínculos de nuestro pasado, luchamos porque no sean mer-cantilizados y/o folklorizados y sabe-mos que no es necesario que patenticen nuestros diseños para que dejemos de vestir nuestros trajes, porque para eso, el racismo viene desde hace 500 años atrás encargándose. Ahora, que soy yo de nuevo, sin dis-

fraces ni camuflajes, el racismo me si-gue golpeando descaradamente, como si mis ropas fuesen un anuncio que les permite discriminarme, pero soy también más fuerte porque porto en mi más de cinco mil años de historia y porque llevo una lucha que no es solita-ria y que esperamos crezca a tal punto que defender el patrimonio de los pue-blos no sea una cuestión única de los pueblos indígenas sino que también sea una lucha suya, una lucha de todos.

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Guatemala, 27 De noviembre De 2015 / PáGina 3

Navidad eN NoviembrePor Camilo Villatoro

Fotografía de Spanky Gálvez

A veces nieva en el trópico, en San Marcos por ejemplo. Si estuviésemos en Cuba sería un poco raro ver una pista de hielo en un parque de La Ha-bana, pero en Guatemala los sueños se materializan con el poder de la imaginación, lo que no implica que tal artilugio sea del todo infalible. La última vez que el pueblo de Guate-mala imaginó con todas sus fuerzas a la selección nacional de fútbol en un mundial, Jorge Vega ganó una medalla en gimnasia. Algo es algo.

Las fotografías que acompañan este artículo pertenecen al performance Blondine on Ice de Nora Pérez, documentación Diego Sagastume (2013).

omo tengo unos ami-gos mariguanos que viven en el Edificio del Centro, nos ponemos a tripear la algarabía navideña en pleno no-viembre desde la pa-

norámica privilegiada del onceavo piso. En la ventana hay un estíquer con la cara de Marx que parece –quién lo diría– un fantasma. Entonces contemplamos la pis-ta de patinaje de hielo y la nieve artificial y alguien murmura: hay que ir a patinar un día, muchá. Cuando en cualesquier circunstancia, en el lugar que sea, un in-dividuo hace un comentario de esos, Le singe d’or en vez de estornudar por la na-riz lo hace seis pulgadas debajo del ombli-go (aproximadamente). Pero nadie tiene tan desarrollada la imaginación como yo, así que olvídenlo, y si la tienen: you know now, my niggas.Entonces cómo no preguntarse por qué

queremos nieve en el trópico. Será por la misma razón por la que queremos ser canches, tener un falo largo y grueso, no sé, cosas que solo se remedian con ciru-gía, o reencarnando en una cucaracha, insecto sin mayores preocupaciones esté-ticas. O también: qué hace que una per-sona como cualquier otra decida un buen día de noviembre empezar a adornar el árbol navideño de su cálido hogar.Si estuviera en México pediría a los

Reyes que me trajeran el respectivo ju-guete del 6 de enero pero en diciembre. Algo así es la onda, ¿verdad? ¿O cómo? Para quienes dudan de la derrota del paradigma socialista y el triunfo del ca-pitalismo, la mejor prueba es una Na-vidad intempestiva. Todo lo que parece imposible se cumple. Ustedes pidan, manden cartas al Polo Norte, donde el viejo Karl –o más bien su fantasma– ha aceptado la victoria de la barbarie y la explotación del hombre por el hombre y se dedica a la empresa más capitalista de todos los tiempos, la confección de juguetes para los niños que se portan mal. Lo que no se dice es que el taller

de Santa queda en el sudeste asiático, y los duendes obreros son niños que no conocerán Navidad ninguna. Tal vez son budistas, quién sabe. Los niños que se portan bien son se-

miadultos, tienen responsabilidades: cuidar a sus hermanos, tapizcar la mil-pa, lavar ropa, picar piedra, lustrar za-patos, etc. Resulta razonable que nadie les regale nada, con tal, de su salario pueden perfectamente comprarse sus propios dulcitos. Las calorías sirven para sobrellevar el invierno.Y es en este punto donde los privilegiados

de este estado de cosas nos ponemos a llo-rar y sentimos compasión por la desventu-ra, y aun con todo lo llorado no aprende-mos la lección: la miseria se reparte a costa de los privilegios de unos sobre los otros. La miseria es, por ejemplo, una sirvienta con su tristeza silenciosa preparando el desayuno de un desconocido.Mi solución es no tener hijos nunca.

No quiero la responsabilidad de criar pequeños mediocres chantajistas, que luego se convertirán en estúpidos pa-dres consentidores. Lamento el día en que mis padres se

negaron a comprarme un nintendo. Quizás sería ahora un individuo ejem-plar de clase media, y transcurrirían mis navidades alegremente.

C

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GUATEMALA, 27 DE NOVIEMBRE DE 2015 / PÁGINA 5PÁGINA 4 / GUATEMALA, 27 DE NOVIEMBRE DE 2015

M JUICIO SUMARIO

La patria es el hombreAlí Primera

Para empezar, ustedes, maestros,siempre nos la pintaron con azul y blanco,ignorando sus ocres y sus verdes;nos hicieron meternos de memoriauna patria enmascaradaentre fanfarrias,pirotecniay rimashechas en ti empos de Maricastaña

El día de su cumpleañosnos volvían locos con las composicionesa sus símbolosporque no son la cosa coti dianaque se ve y se toca.

De generación en degeneraciónmarchamos con un puñado de aplausoscon la estafa de rendirle homenaje a la patria.Ustedes –salvo excepciones-nos mostraron una escenografí acon tonos quinceañeros,le pusieron alfombras a la historia,cambiaron los héroes de nuestra pertenenciao nos los ocultaron.

Es como para mostrarles la lenguao más bien aquellas señascon las que de patojosparábamos en seco al contrincante.

Escritos sobre fondo oscuro, 2001

Francisco Morales Santos (Sacatepéquez, 1940) Miembro fundador del grupo Nuevo Signo. Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 1998. Actualmente dirige la Editorial Cultural.

uchas generaciones de escritores guatemalte-cos han nacido y des-aparecido frente a sus ojos, Francisco Mora-les Santos ha sido tes-tigo en primera línea

de las batallas que la literatura ha emprendido en un país en donde generalmente las gran-des obras pasan inadvertidas. Morales Santos recientemente cumplió 75 años y desde 1999 está al frente de Editorial Cultura. Sus 16 años dirigiendo esa casa editora se dicen fácil, pero en realidad han sido tiempos difíciles.

Háblenos de sus inicios como escritor/editor…Publiqué por primera vez cuando tendría

unos 18 años, en un semanario de la An-tigua. Posteriormente empecé a relacionar-me con un grupo de personas que más tar-de se convertirían en miembros del grupo Nuevo Signo, en esa época todos estábamos dispersos.Empecé con unas publicaciones propias y

ese trabajo le gustó a alguien más (Delia Qui-ñónez creo) y me dijo “yo quiero hacer una publicación igual”. Cumplimos nuestro obje-tivo, hicimos lecturas de poesía y fuimos pu-blicando. Dos años después el grupo se disol-vió, allí se cierra mi primera etapa de editor.Años más tarde en la década de los ochenta

comencé a trabajar en la Revista Crónica (en su primera etapa) todo fue escribir, escribir y escribir durante nueve años.

Usted ha conocido a muchas generaciones de escritores, ¿quiénes han sido los más in-� uyentes en su obra?Siempre me gustó buscar a la gente ma-

yor porque uno sabe que de ellos siempre se aprende, claro no todos lo reconocen así, sobre todo los muchachos de ahora. Como dice Mario Benedetti “los poetas somos hi-jos díscolos, reconocemos a nuestros padres. Los narradores son parricidas respecto a sus padres.”En Antigua conocí a Manuel José Arce y

Valladares, poeta quien había sido secretario de la Embajada de Guatemala en Colombia. Fue a través de Arce y Valladares que conocí a su hijo Manuel, el dramaturgo y nos hici-mos grandes amigos. Luego mientras estu-diaba la secundaria, un amigo me dice “aquí viene todos los sábados César Brañas”, eso nos impulsó a buscarlo un sábado, fuimos juntos dos o tres veces, después yo me quedé como visitante asiduo cada sábado. Brañas vivía en la ciudad pero tenía una casa en la Antigua y por eso viajaba cada � n de sema-na. Luego fui a buscarlo a El Imparcial, le lleva-

ba mis textos hasta que un día me dijo “me-jor vaya con Paco Méndez porque él tiene un

criterio muy interesante”. Así sucesivamente fui encontrando una serie de escritores de la plana mayor. Empecé a publicar algunos poe-mas en El Imparcial, un periódico que se ca-racterizaba por eso, porque daba cabida en su segunda página a la poesía.

¿En qué momento conoce a Luis de Lión?Lo conocí en el año 60 o un poquito antes en

San Juan del Obispo en circunstancias muy especiales. Yo iba por una novia a San Juan y de repente frente a la iglesia me encuentro con él y me dice: “usted es Francisco Mora-les” le respondo que sí y le pregunto “usted es Luis de Lión”.

¿Cómo es que se conocían de antemano?En la Antigua todo mundo se conoce. Él es-

tudiaba en el Instituto Nacional para Varones y yo estudiaba en un colegio y como siempre había concursos de oratoria y declamación de alguna forma ya nos habíamos visto. Luego con el tiempo nos reuníamos por lo

general los sábados. Platicábamos y leíamos las cosas que cada uno hacía, nos hacíamos crítica el uno al otro, una especie de taller en-tre los dos. Hasta que llegó un miércoles en donde encontré a su esposa con la cara desen-cajada y me contó que lo habían secuestrado y nunca más apareció.

¿Qué cambió en usted al momento de per-

der un amigo de esa manera?Para mí todo el período del con� icto arma-

do fue muy duro porque no perdí solo un amigo, perdí varios amigos. El primero fue Roberto Obregón, un poeta con mucha vi-sión y disciplina, de él aprendí muchas cosas en cuanto al trabajo poético, desafortunada-mente lo desaparecieron en la frontera Las Chinamas. No supe nada de muchos amigos hasta que trabajé en la edición de Guatemala nunca más. Fui amigo de Oscar Arturo Pa-lencia, asesinado a plena luz del día cerca de la 16 calle entre primera y segunda avenida, también desaparecieron a Chema López Bal-dizón otro de mis amigos. Fueron muchos en realidad.

¿Cómo cambió su sentir a partir de los Acuerdos de Paz?Pues empeoró. La gracia de los Estados

Unidos siempre tiene que ver con nuestras infelicidades, cuando ellos se sacuden de los antisociales y los mandan para acá, surgen las maras que encuentran un caldo de cultivo en Centroamérica. Las pandillas se empiezan a nutrir de todos aquellos que no tienen con quién ni dónde acudir porque pertenecen a hogares desintegrados. El Estado se desen-tendió en los años de la guerra de la niñez y la juventud. ¿Qué cambios percibió en el plano literario

a partir de la � rma de la paz?Realmente la situación literaria no tiene que

ver con eso propiamente. A diferencia de la situación política que se vivió durante todos estos años, los escritores siempre iban como adelante. Por ejemplo cuando Mario Roberto Morales dice “matemos a Miguel Ángel Astu-rias”, le paró el pelo a un montón de viejas y no lo estaba diciendo literalmente sino en un sentido metafórico, es decir dejar de escribir como lo hacía Asturias, ya no seguir su for-ma de escribir, hablar con otra voz. Es enton-ces cuando surgen un grupo de novelas, Los Compañeros y Los Demonios Salvajes.

¿Quiénes más pueden incluirse en esta corriente?Existe otra novela que si bien no sale en ese

momento se encuentra dentro del mismo grupo y estoy hablando de El tiempo principia en Xibalbá, la primera novela escrita por un indígena y que me disculpe Humberto Aka-bal pero de Lión es el primer escritor indíge-na de esta nueva corriente, no hay otro. Que no escribe en un idioma de origen maya, eso es otro cantar pero uno puede asumirse como lo que es y como lo que uno siente por el en-torno en donde ha vivido, y Luis vivía en un mundo indígena.Yo mismo me considero k’aqchikel aunque

no hable el idioma, soy de dos mundos. Los

indígenas no me ven como tal y los ladinos no me ven como tal, aquí no se reconoce al mestizo. Pero eso siempre lo pasamos por alto, lo que importaba era escribir y decir lo que había que decir. A contrapelo de todo lo que estaba suce-

diendo, nuestra poesía siempre fue de denun-cia. Hubo gente que leyó, que empezó a hacer cosas y a buscar nuevos caminos plasmando nuestra realidad en sus novelas y poemas.

¿Quiere decir que ese parteaguas en la lite-ratura surge durante la guerra con el aleja-miento de la obra de Asturias?Sí porque a pesar de que Asturias es grande

y único, varios escritores empezaron a alejar-se de él y a hacer otro tipo de obra in� uida por otras corrientes. Los movimientos no vienen así porque si, siempre hay anteceden-tes. Escritores como Mario Roberto y Marco Antonio Flores son personas que conocen a la generación beat (Kerouac, Ginsberg y Bu-rroughs) y a otros escritores norteamerica-nos que también in� uyeron en la literatura latinoamericana, también la literatura de la onda en México tienen mucho que ver con ese rompimiento. Veamos otra cosa, así como hay escritores

de la ciudad, también existen escritores de la provincia. Por ejemplo, en el grupo Nuevo Signo casi todos venimos de allí y expresa-mos lo que hemos vivido. El mundo de Aran-go (Luis Alfredo) es un mundo al interior, lo mismo que José Luis Villatoro y mi trabajo porque aunque estamos en la ciudad pesa más la otra parte de nuestras vidas.A partir de la � rma de la paz lo que surge

es la literatura testimonial. El caso paradig-mático de Mario Payeras con Los días de la selva, el libro polémico Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia, Víctor Montejo también tiene un libro en esa línea de cuando él era maestro en Huehuetenango y de cómo empieza a intervenir el ejército en el área, esos libros junto a los del padre Falla conforman otra etapa de nuestra lite-ratura.

¿Qué opinión le merecen hoy, la escena de la provincia y la ciudad?Desde el mundo indígena en la actualidad

hay escritores jóvenes muy buenos entre ellos Sabino Esteban Francisco originario del Triángulo Ixil, en Huehuetenango y Cobán puedo identi� car a varios.Hay una proliferación de escritores y ese es

un fenómeno que ocurre todo el tiempo, se produce una gran efervescencia en determi-nado momento pero también se van decan-tando hasta que se van quedando 3 o 4 de 10 o 15 que empezaron. Solo los que perseveran en el camino de la literatura; porque no se trata solo de tener el ejercicio sino prepararse y leer, no hay universidades donde enseñen

literatura sino enseñan a hacer análisis de la literatura pero no a escribir.

¿Qué siente cuando deciden hacerle un ho-menaje?La verdad me emociona y a estas alturas no

voy a decir que es un compromiso para seguir escribiendo. No, el compromiso lo tengo des-de hace mucho tiempo.

¿Quiere agregar algo?Un saludo a la a� ción.

“El que cree que es escritor y no lee, está perdido”ENTREVISTA CON MORALES SANTOS

POR SALAZAR OCHOA

FOTOGRAFÍA DE SALAZAR OCHOA

FOTOGRAFÍA DE GUSTAVO GARCÍA SOLARES

El que cree que es escritor y no lee, está perdido. En algún momento le oí decir a alguien “no leo para no contaminarme”

y eso es una soberana estupidez que pasa muy seguido.

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GUATEMALA, 27 DE NOVIEMBRE DE 2015 / PÁGINA 5PÁGINA 4 / GUATEMALA, 27 DE NOVIEMBRE DE 2015

M JUICIO SUMARIO

La patria es el hombreAlí Primera

Para empezar, ustedes, maestros,siempre nos la pintaron con azul y blanco,ignorando sus ocres y sus verdes;nos hicieron meternos de memoriauna patria enmascaradaentre fanfarrias,pirotecniay rimashechas en ti empos de Maricastaña

El día de su cumpleañosnos volvían locos con las composicionesa sus símbolosporque no son la cosa coti dianaque se ve y se toca.

De generación en degeneraciónmarchamos con un puñado de aplausoscon la estafa de rendirle homenaje a la patria.Ustedes –salvo excepciones-nos mostraron una escenografí acon tonos quinceañeros,le pusieron alfombras a la historia,cambiaron los héroes de nuestra pertenenciao nos los ocultaron.

Es como para mostrarles la lenguao más bien aquellas señascon las que de patojosparábamos en seco al contrincante.

Escritos sobre fondo oscuro, 2001

Francisco Morales Santos (Sacatepéquez, 1940) Miembro fundador del grupo Nuevo Signo. Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 1998. Actualmente dirige la Editorial Cultural.

uchas generaciones de escritores guatemalte-cos han nacido y des-aparecido frente a sus ojos, Francisco Mora-les Santos ha sido tes-tigo en primera línea

de las batallas que la literatura ha emprendido en un país en donde generalmente las gran-des obras pasan inadvertidas. Morales Santos recientemente cumplió 75 años y desde 1999 está al frente de Editorial Cultura. Sus 16 años dirigiendo esa casa editora se dicen fácil, pero en realidad han sido tiempos difíciles.

Háblenos de sus inicios como escritor/editor…Publiqué por primera vez cuando tendría

unos 18 años, en un semanario de la An-tigua. Posteriormente empecé a relacionar-me con un grupo de personas que más tar-de se convertirían en miembros del grupo Nuevo Signo, en esa época todos estábamos dispersos.Empecé con unas publicaciones propias y

ese trabajo le gustó a alguien más (Delia Qui-ñónez creo) y me dijo “yo quiero hacer una publicación igual”. Cumplimos nuestro obje-tivo, hicimos lecturas de poesía y fuimos pu-blicando. Dos años después el grupo se disol-vió, allí se cierra mi primera etapa de editor.Años más tarde en la década de los ochenta

comencé a trabajar en la Revista Crónica (en su primera etapa) todo fue escribir, escribir y escribir durante nueve años.

Usted ha conocido a muchas generaciones de escritores, ¿quiénes han sido los más in-� uyentes en su obra?Siempre me gustó buscar a la gente ma-

yor porque uno sabe que de ellos siempre se aprende, claro no todos lo reconocen así, sobre todo los muchachos de ahora. Como dice Mario Benedetti “los poetas somos hi-jos díscolos, reconocemos a nuestros padres. Los narradores son parricidas respecto a sus padres.”En Antigua conocí a Manuel José Arce y

Valladares, poeta quien había sido secretario de la Embajada de Guatemala en Colombia. Fue a través de Arce y Valladares que conocí a su hijo Manuel, el dramaturgo y nos hici-mos grandes amigos. Luego mientras estu-diaba la secundaria, un amigo me dice “aquí viene todos los sábados César Brañas”, eso nos impulsó a buscarlo un sábado, fuimos juntos dos o tres veces, después yo me quedé como visitante asiduo cada sábado. Brañas vivía en la ciudad pero tenía una casa en la Antigua y por eso viajaba cada � n de sema-na. Luego fui a buscarlo a El Imparcial, le lleva-

ba mis textos hasta que un día me dijo “me-jor vaya con Paco Méndez porque él tiene un

criterio muy interesante”. Así sucesivamente fui encontrando una serie de escritores de la plana mayor. Empecé a publicar algunos poe-mas en El Imparcial, un periódico que se ca-racterizaba por eso, porque daba cabida en su segunda página a la poesía.

¿En qué momento conoce a Luis de Lión?Lo conocí en el año 60 o un poquito antes en

San Juan del Obispo en circunstancias muy especiales. Yo iba por una novia a San Juan y de repente frente a la iglesia me encuentro con él y me dice: “usted es Francisco Mora-les” le respondo que sí y le pregunto “usted es Luis de Lión”.

¿Cómo es que se conocían de antemano?En la Antigua todo mundo se conoce. Él es-

tudiaba en el Instituto Nacional para Varones y yo estudiaba en un colegio y como siempre había concursos de oratoria y declamación de alguna forma ya nos habíamos visto. Luego con el tiempo nos reuníamos por lo

general los sábados. Platicábamos y leíamos las cosas que cada uno hacía, nos hacíamos crítica el uno al otro, una especie de taller en-tre los dos. Hasta que llegó un miércoles en donde encontré a su esposa con la cara desen-cajada y me contó que lo habían secuestrado y nunca más apareció.

¿Qué cambió en usted al momento de per-

der un amigo de esa manera?Para mí todo el período del con� icto arma-

do fue muy duro porque no perdí solo un amigo, perdí varios amigos. El primero fue Roberto Obregón, un poeta con mucha vi-sión y disciplina, de él aprendí muchas cosas en cuanto al trabajo poético, desafortunada-mente lo desaparecieron en la frontera Las Chinamas. No supe nada de muchos amigos hasta que trabajé en la edición de Guatemala nunca más. Fui amigo de Oscar Arturo Pa-lencia, asesinado a plena luz del día cerca de la 16 calle entre primera y segunda avenida, también desaparecieron a Chema López Bal-dizón otro de mis amigos. Fueron muchos en realidad.

¿Cómo cambió su sentir a partir de los Acuerdos de Paz?Pues empeoró. La gracia de los Estados

Unidos siempre tiene que ver con nuestras infelicidades, cuando ellos se sacuden de los antisociales y los mandan para acá, surgen las maras que encuentran un caldo de cultivo en Centroamérica. Las pandillas se empiezan a nutrir de todos aquellos que no tienen con quién ni dónde acudir porque pertenecen a hogares desintegrados. El Estado se desen-tendió en los años de la guerra de la niñez y la juventud. ¿Qué cambios percibió en el plano literario

a partir de la � rma de la paz?Realmente la situación literaria no tiene que

ver con eso propiamente. A diferencia de la situación política que se vivió durante todos estos años, los escritores siempre iban como adelante. Por ejemplo cuando Mario Roberto Morales dice “matemos a Miguel Ángel Astu-rias”, le paró el pelo a un montón de viejas y no lo estaba diciendo literalmente sino en un sentido metafórico, es decir dejar de escribir como lo hacía Asturias, ya no seguir su for-ma de escribir, hablar con otra voz. Es enton-ces cuando surgen un grupo de novelas, Los Compañeros y Los Demonios Salvajes.

¿Quiénes más pueden incluirse en esta corriente?Existe otra novela que si bien no sale en ese

momento se encuentra dentro del mismo grupo y estoy hablando de El tiempo principia en Xibalbá, la primera novela escrita por un indígena y que me disculpe Humberto Aka-bal pero de Lión es el primer escritor indíge-na de esta nueva corriente, no hay otro. Que no escribe en un idioma de origen maya, eso es otro cantar pero uno puede asumirse como lo que es y como lo que uno siente por el en-torno en donde ha vivido, y Luis vivía en un mundo indígena.Yo mismo me considero k’aqchikel aunque

no hable el idioma, soy de dos mundos. Los

indígenas no me ven como tal y los ladinos no me ven como tal, aquí no se reconoce al mestizo. Pero eso siempre lo pasamos por alto, lo que importaba era escribir y decir lo que había que decir. A contrapelo de todo lo que estaba suce-

diendo, nuestra poesía siempre fue de denun-cia. Hubo gente que leyó, que empezó a hacer cosas y a buscar nuevos caminos plasmando nuestra realidad en sus novelas y poemas.

¿Quiere decir que ese parteaguas en la lite-ratura surge durante la guerra con el aleja-miento de la obra de Asturias?Sí porque a pesar de que Asturias es grande

y único, varios escritores empezaron a alejar-se de él y a hacer otro tipo de obra in� uida por otras corrientes. Los movimientos no vienen así porque si, siempre hay anteceden-tes. Escritores como Mario Roberto y Marco Antonio Flores son personas que conocen a la generación beat (Kerouac, Ginsberg y Bu-rroughs) y a otros escritores norteamerica-nos que también in� uyeron en la literatura latinoamericana, también la literatura de la onda en México tienen mucho que ver con ese rompimiento. Veamos otra cosa, así como hay escritores

de la ciudad, también existen escritores de la provincia. Por ejemplo, en el grupo Nuevo Signo casi todos venimos de allí y expresa-mos lo que hemos vivido. El mundo de Aran-go (Luis Alfredo) es un mundo al interior, lo mismo que José Luis Villatoro y mi trabajo porque aunque estamos en la ciudad pesa más la otra parte de nuestras vidas.A partir de la � rma de la paz lo que surge

es la literatura testimonial. El caso paradig-mático de Mario Payeras con Los días de la selva, el libro polémico Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia, Víctor Montejo también tiene un libro en esa línea de cuando él era maestro en Huehuetenango y de cómo empieza a intervenir el ejército en el área, esos libros junto a los del padre Falla conforman otra etapa de nuestra lite-ratura.

¿Qué opinión le merecen hoy, la escena de la provincia y la ciudad?Desde el mundo indígena en la actualidad

hay escritores jóvenes muy buenos entre ellos Sabino Esteban Francisco originario del Triángulo Ixil, en Huehuetenango y Cobán puedo identi� car a varios.Hay una proliferación de escritores y ese es

un fenómeno que ocurre todo el tiempo, se produce una gran efervescencia en determi-nado momento pero también se van decan-tando hasta que se van quedando 3 o 4 de 10 o 15 que empezaron. Solo los que perseveran en el camino de la literatura; porque no se trata solo de tener el ejercicio sino prepararse y leer, no hay universidades donde enseñen

literatura sino enseñan a hacer análisis de la literatura pero no a escribir.

¿Qué siente cuando deciden hacerle un ho-menaje?La verdad me emociona y a estas alturas no

voy a decir que es un compromiso para seguir escribiendo. No, el compromiso lo tengo des-de hace mucho tiempo.

¿Quiere agregar algo?Un saludo a la a� ción.

“El que cree que es escritor y no lee, está perdido”ENTREVISTA CON MORALES SANTOS

POR SALAZAR OCHOA

FOTOGRAFÍA DE SALAZAR OCHOA

FOTOGRAFÍA DE GUSTAVO GARCÍA SOLARES

El que cree que es escritor y no lee, está perdido. En algún momento le oí decir a alguien “no leo para no contaminarme”

y eso es una soberana estupidez que pasa muy seguido.

Page 6: Cultural 27-11-2015

Página 6 / guatemala, 27 De noviembre De 2015

Pintura de aurora agustín

E

“El lenguaje es la casa del ser”, es quizá la frase más recordada del filósofo alemán Martin Hei-degger. Esta afirmación, funda-mentada en la íntima relación que hay entre la conciencia y nuestras capacidades de comuni-cación implica además reconocer que sólo por medio del lenguaje es posible afirmar el conocimien-to, tanto de nosotros mismos como del mundo circundante.

l pensamiento adquiere forma me-diante la palabra, nos enlaza con la sociedad y da a cada uno de no-sotros un espacio dentro del ima-ginario colectivo, es por ello que muchos pensadores han visto en la forma de expresarse de los pueblos

un reflejo de su historia, su forma de comportarse y su actitud ante la vida. Los refranes, los chistes, dichos y expresiones coloquiales son el resultado natural de ése proceso que vivimos como socie-dad: Perro viejo ladra sentado, en casa de herre-ro cuchillo de palo, a falta de pan, buenas son las tortillas, etc.

Sin embargo, no todos los cambios que tienen lugar en la forma de expresarnos son generadas por consenso popular. Muchos conceptos y tér-minos quedan incrustados en el habla popular como resultado de hechos violentos y reflejan las estructuras de poder y formas de dominio. Así por ejemplo, como ocurrió con la palabra “ma-sacre”, tras el conflicto armado, que a partir de entonces Guatemala no sirve ya para designar un hecho, histórico y traumático, sino que pasó a convertirse en adjetivo en el habla popular, como consecuencia de un complejo mecanismo social de negación y asimilación de la violencia: Ser ma-sacre, estar masacre.

Otras veces, los conceptos y vocablos se pro-mueven desde instituciones y estructuras políti-cas y en lugar de ser un reflejo del pensamiento y el sentir colectivo, contribuyen a afianzar las estructuras de dominación, actuando más como barreras que como medios de comunicación. Piénsese en el giro que la palabra “solidaridad” tuvo para la sociedad guatemalteca tras el uso impositivo que hizo de dicha palabra el gobierno de la UNE. O para no ser tan específicos el sar-casmo con que el guatemalteco de áreas urbanas utiliza la palabra “pueblo”, tras el fracaso de las utopías que se promovían desde los discursos de izquierda.

Hay todavía modos más perniciosos en que se instauran las nuevas terminologías, y la carga ideológica que implican, y esto es cuando pasan por conocimiento científico y terminan por ge-nerar “campos semánticos” que continúan cre-ciendo y apropiándose de otras palabras hasta entrar en conflicto con el sistema de conocimien-tos preexistente, creando malentendidos y frag-mentando aún más la estructura social desde los ámbitos académicos.

Analice por ejemplo en la forma en que los mo-delos pedagógicos neoliberales ya no hablan de conocimientos y habilidades sino que utilizan un término más acorde a la ideología que se implanta desde el mercado laboral: “competencias”. Es así como el aprendizaje en sí pierde su mérito, y el proceso educativo pasa a ser precisamente eso, una competencia cuyo valor está en alcanzar metas, como si se tratara de un deporte, un concurso, o peor aún exigencias de los dueños de la maquila.

Por supuesto, dicho fenómeno no es nada nue-vo, hace ya casi un siglo un lexicógrafo alemán llamado Jost Trier, hizo un estudio minucioso sobre la forma en que el conocimiento se había fragmentado en occidente a partir de la instau-ración del orden político medieval: Originalmen-te, la habilidad artística, el conocimiento de la moral, y el conocimiento científico se englobaba bajo el término “sabiduría”, pero en la medida que dichos conocimientos dejaron de tener sen-

“bendiciones”, y la lista puede seguir alargándose.Para continuar con el tema de la sabiduría, hoy

no se habla ya ni siquiera de aprendizaje y cono-cimientos, pues todo se ha reducido a términos de “información”, información que se divulga o “encripta” según su relevancia política: Las paten-tes comerciales de organismos transgénicos, las cuentas de gastos estatales, los nombres de todos los empleados de una institución.

Del mismo modo, hoy está de moda hablar de “descolonización”, feliz término que pretende aglutinar los deseos de emancipación que hay en todos los pueblos subyugados por la dominación eurocéntrica, pero que irónicamente se promue-ve desde las instituciones financiadas por dichos países. Más correcto sería hablar de una neocolo-nización, puesto que el proceso que hemos vivido como todo en la historia, es irreversible.

Toda ésta palabrería, viene a funcionar más bien como lo que el semiólogo estadounidense Noam Chomsky calificaría como “barreras”, pues lejos de condensar saberes, delimitan conjuntos de otros términos, legitimando relaciones de poder, interiorizando las estructuras de exclusión que tienen como fondo el uso de la violencia.

Es por ello que si queremos generar un sis-tema propio de conocimientos, no basta con buscar contraposiciones y resignificar pala-bras. Debe forzosamente generarse una nueva terminología propia, propia para designar si-tuaciones y condiciones que sólo se dan entre nosotros, en éste momento de la historia y en éste sitio del planeta.

Por LeoneL Juracán

tido, convirtiéndose nada más en una forma de conducta esperada para la vida caballeresca, la sabiduría dejó de englobar conocimientos mora-les y apareció el término “arte” para designar ésa conducta, tuviese o no conocimientos de fondo. A los conocimientos más técnicos se les llamó en-tonces “ciencia”, quedando la sabiduría como una palabra referida a la conducta moral, que es como ha llegado hasta nuestros días.

Así en la política como en la sociología, la psico-logía o la pedagogía, los términos que se promue-ven provienen del poder económico. Hoy es ya difícil ver que un político hable de “base social” y en su lugar se habla de la gente como si fuese un producto más: “capital social”. Así también se habla de “economía de los sentimientos”, o lo que criticaba Max Horkheimer de la sociología positivista: el uso del término “rol social” para designar el sitio que cada individuo ocupa den-tro del colectivo. Es peligroso, dice, porque sólo podemos hablar de “roles” si se trata de persona-jes dentro de una obra teatral, una película, pero no de la sociedad, porque lo que hay en ella, son personas. El uso indiscriminado de éste término, tiene como consecuencia restarle responsabilidad al individuo, privándolo de su conciencia dentro de la historia colectiva. Charlie Sheen es un per-sonaje, Carlos Irwin Estévez, fue la persona real detrás de la imagen.

Los términos se vuelven aún más insidiosos, tratándose de religión. En las iglesias no se habla de “Cuota”, sino de “donación”, impuesta, claro. No se habla de “prosperidad económica” sino de

IxoqI’b´onIneL kasLem (muJeres PIntoras de La vIda)

n esta ocasión quiero hablar sobre pintura y abordar a dos mujeres artistas que se dedi-can a plasmar sus ideas a tra-vés de sus dibujos en diferen-tes formas.

Aurora Agustín tiene 20 años, es ori-ginaria de Quetzaltenango y se defi-ne como una hija del viento y del agua, maya mam/kiche feminista. Pinta por-que a través de esa acción expresa su re-beldía a un sistema patriarcal y machista que le ha dicho que por su condición de ser mujer es incapaz y por lo tanto debe dedicarse a servir a los hombres y perma-necer en la casa, así lo dicta la sociedad. En ella se hace necesario pintar para ex-presar sus sentimientos y porque hay una necesidad de darle alegría y sentido a la vida a través de los dibujos que muestran lo que una mujer es capaz de hacer y lo que por mucho tiempo se le ha negado por su condición de género.Su trayectoria artística empieza a los

trece años en el dibujo. Luego comen-zó a desarrollar la técnica del grafiti y desde hace dos años se dedica al arte urbano realizando murales con diferen-

E

El miércoles 25 de noviembre se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia con-tra la Mujer que cae en B eleje B atz en el calendario maya de la cuenta corta, es decir el Cholq ij de acuerdo al Pop Wuj. B eleje (9) es el camino, el poder, la ac-ción y fuerza femenina. B atz es hilo, cuerda y es el primer nahual, el principio del tiempo. Pode-mos decir que B eleje B atz es el principio del poder, la acción y la fuerza femenina.

Por sócrates teJaxú[email protected]

cuestIón de térmInos

FotograFía de eduardo Juárez

Page 7: Cultural 27-11-2015

Guatemala, 27 De noviembre De 2015 / PáGina 7

Sócrates Tejaxún (Sumpango, Sa-catepéquez 1992) Ka´i´Kame le da vida y muerte a las palabras, maya K’aqchikel de la posguerra, amante de la vida rural. Estudiante de Dere-cho. La batalla que hay que ganar es la de la memoria histórica.

TreS películaS que hay que conSiderar eSTe fin de Semana

ixoqi’b´oninel kaSlem (mujereS pinToraS de la vida)

lles, en lugares públicos y privados.Lo que Sucely plasma en sus dibujos es

una emancipación que se hace necesa-ria dentro de un sistema machista que las condiciona a vivir de tal manera, que las campañas de violencia contra las muje-res se justifican al decirles cómo ellas de-ben protegerse y no enfocándose en quie-nes cometen las agresiones. Sus dibujos se inspiran en la cosmogonía maya, tra-zos inspirados por la abuela Ixchel que representa la luna, por ser cíclica como la vida, trata de romper con esa belleza superficial que se les ha impuesto a sus vidas como mujeres. Por eso sus dibujos son cuerpos de mujeres que se encuen-tran con la naturaleza, con su desnudez, tal como han venido al mundo y como han sido los procesos cíclicos de la vida y como sus menstruaciones representan sus diversos estados y etapas de vida. Con su arte teje los caminos que ellas como mujeres llevan y teje esa independencia necesaria. Uno de los aspectos a observar dentro de sus dibujos es la aparición de la mujer maya. Sucely afirma este detalle como muy importante y dice al respecto “muchas veces estamos acostumbradas a ver mujeres en pantalón o falda no así ver a las mujeres mayas con Uq, pot y pas (corte, güipil y faja respectivamen-te) por eso mis dibujos van con caracte-rísticas de mujeres mayas porque es mi raíz y es la razón de mi existencia”. Sucely fulmina con un último comentario “las mujeres no somos tu culito, ni putas, ni tu amor, somos mujeres con nuestro pro-pio cuerpo y territorio”

tes colectivos y diferentes comunidades. Aurora comenta, “nos limitamos al creer que solo las y los artistas pueden expre-sar sus ideas sin darnos cuenta que como personas y seres pensantes somos arte”. Aurora cree que el arte de las mujeres es necesario para desde ahí poder hacer va-ler sus derechos, negados e invisibiliza-dos por un sistema patriarcal, un sistema que quiere seguir controlando el cuerpo y la vida de las mujeres. Aurora maneja una filosofía ancestral y trata de plasmar la relación de las mujeres con la madre tierra, sus dibujos reivindican la lucha de las mujeres por la defensa del territorio, el cuerpo y la Madre Tierra.Sucely Puluc es una mujer maya-kiche

que también rompe paradigmas y a tra-vés del arte plasma la liberación de las mujeres al arrancar los estigmas que esta sociedad patriarcal propone y que las ha condicionado, desde cómo las mujeres deben de vestirse y conducirse en las ca-

cinéfiliS LA QUE HAY QUE VER:

Los Juegos del Hambre: Sinsajo - Parte 2¡El épico y emotivo final para una de las me-

jores sagas de los últimos tiempos! Los Jue-gos del Hambre no será recordada por crear un nuevo lenguaje mitológico, como Star Wars. O por invitarte a soñar, como Harry Potter. Y definitivamente, estas películas no son la montaña de diversión que son las de Marvel. Pero, a través de 4 películas bastante consistentes, esta serie, además de dejarnos a una de las heroínas más perdurables en Katniss Everdeen, hizo algo único: películas pop, de chavos, que tratan temas gruesos y relevantes: lucha de clases, manipulación mediática, estrés postraumático y las crueles políticas de la guerra. Lo mejor de todo, es que lo hicieron con seriedad y respetando a la audiencia, sin reducir la discusión a las con-vencionales conclusiones light tipo «los ricos son basura» o «lo que solucionaría todos los conflictos es definitivamente el amor». De hecho, sus temas y sus conclusiones son tan de nuestro mundo que ahuevan.Esta última termina con la esperada con-

frontación final. Es una película de guerra, de hecho. Hay destrucción, desolación, ami-gos que caen en batalla y las tradicionales reflexiones entre soldados acerca de la natu-raleza de la vida y la muerte. Pero aunque soy fan de estas películas, me

alegró que por fin se terminaran. En parte, porque los temas que tocan podrían haber-se resuelto en solo tres episodios—en esta cuarta, hay discusiones que parecen redun-dantes—. Además, porque la serie se fue po-niendo cada vez más dark, y a ese ritmo, Los Juegos del Hambre 6 habría sido una pantalla en negro y la voz de tu mamá ebria dicién-dote que tenerte le robó sus mejores años de juventud.De preferencia mirala con: tu sobrino ado-

lescente que estudia sociología y tiene su pla-yera de Jacobo Árbenz.

LA QUE HAY QUE EVITAR:

SPECTRENo soy fan de James Bond—mi onda es más

L os últimos días de noviembre son especiales. Son ricos para salir a la calle, sentir el viento en el rostro y apreciar los cela-jes. El único problema con los celajes es que no tienen histo-rias de gente asombrosa. ¡Pero el cine, sí! Por eso les comparto mis recomendaciones para el fin de semana.

por danilo lara

Misión Imposible—. Eso no significa que no haya disfrutado licas de Bond. De hecho, he disfrutado licas del Bond de Daniel Craig. Pero no disfruté SPECTRE.La sentí artificial. Como un anuncio de per-

fume. Yo sé que parte de lo chilero de Bond es toda la pose: el porte, los tacuches, las na-ves, las güisas, la labia que incendia las entra-ñas de las güisas, etc. Skyfall, que fue la an-terior, demostró que se puede tener todo eso y además llevar al personaje a un nivel más visceral y sus conflictos a dimensiones más personales—en parte, gracias al fenomenal villano de Bardem—.En SPECTRE, el guión opta por atajos para

explicar las relaciones: “te vamos a decir que esto pasó, así que deberías asumir que estos personajes sienten esto el uno por el otro”. Pero es imposible sentir algo, nada de lo que esas personas absurdamente bien vestidas dicen se siente natural, o coherente.Si de verdad tenés que verla, de preferencia

hacelo con: alguien que te gusta. Y acercá tu dedito un centímetro al de esa persona, cada vez que SPECTRE haga alguna alusión o me-táfora sobre la muerte.

LA QUE ESTOY ESPERANDO:

En el Corazón del MarLa historia está inspirada en el libro que

inspiró el libro Moby-Dick. Si no han leído Moby-Dick, o no habían escuchado del libro que inspiró Moby-Dick, solo recuerden que es una película sobre Thor peleando con una ballena. Además de eso, la lica me emociona porque es de Ron Howard, que es de los bue-nos directores.También voy a verla porque, desde Free Wi-

lly, hay una seria escasez en películas de ba-llenas. La última que vi fue Titanic 2, cuando Leo Di Caprio es rescatado del iceberg por una ballena, quien lo invita a vivir adentro de ella pero otra ballena, que es más grande, se la come y luego esta es tragada, a su vez, por otra mayor. Es como Inception, solo que con ballenas. Introduciéndonos así al con-cepto de meta-ballena.

Creo que soñé esa última película.

h t t p s : / / w w w . y o u t u b e . c o m /watch?v=aUMktLoPDY4

h t t p s : / / w w w . y o u t u b e . c o m /

SucELy PuLuc PLaSma En SuS DibujoS una EmanciPación DE La mujEr quE SE vincuLa con LoS cicLoS DE La Luna.

Dibujo DE SucELy PuLuc

Page 8: Cultural 27-11-2015

Página 8 / guatemala, 27 De noviembre De 2015

Fotografía de Fernando Chuy

Se trata de un evento multidisciplinario e internacional que combina exposiciones de fotografía digital, música electrónica, poesía experimental y video arte, todos representados por jóvenes artistas nacio-nales e internacionales nacidos en los años 90. El objetivo del evento persigue trabajar con estéticas virtuales tomadas del internet porque es allí donde estos artistas se han formado. Off Virtual Test busca, además, crear un espacio de encuentro con nuevos medios y dinámicas.

Los artistas que participan en este evento re-presentan a una nueva generación que creció en realidades virtuales, tratando de definirse con un avatar y un nombre de usuario. La tecnología está a su alcance y no tienen lí-mites para crear. Leen su poesía a través de celulares, la escriben en twitter, toman fo-tografías con Instagram y escuchan música en cualquier parte en donde se encuentren. Se trata de una nueva generación que bus-ca sentirse representada y este evento es un punto de encuentro.

Poesía a cargo de Jc Lorenti, Mario Pania-

gua, David Pellecer Ruiz, Joss Pinto, Numa Dávila y Matthäus Kar.

Exposición virtual de fotografía con mate-rial de Biteki Gracias, Esvin Alarcón Lam, Mario Molina y David Pellecer.

La música correrá por cuenta de Primocas-ter y un DJ set especial mezclado por Pablo de la Roca.

Sábado 28 de noviembreLa Majo –Casa de té y arte-, 12 calle 3-08 zona 1, a partir de las 19:00 horas.Admisión Q30.00.

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