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Cuestiones del Apocalipsis: Informe del CDA*

El marco distintivo que aglutina la comprensión de la verdad bíblica tal como la enseñamos los adventistas del séptimo día es nuestra interpretación de las profecías de Daniel y el Apocalipsis. El pueblo adventista ha encontrado su tiempo, su identidad y su tarea en estas profecías. En la fe adventista, Jesucristo ocupa el lugar central de la Palabra profética y de su dinámica (Juan 14: 29; 2 Pedro 1: 19). Los adventistas del séptimo día llegamos a nuestra interpretación de la profecía bíblica empleando los principios de la escuela histórica de interpretación profética, denominada a veces método historicista o método histórico continuo. El método historicista parte de la premisa según la cual las profecías de Daniel y Apocalipsis están concebidas para desarrollarse y encontrar cumplimiento en tiempo histórico en el lapso que media entre los profetas Daniel y Juan, respectivamente, y el establecimiento definitivo del eterno reino de Dios. El principio del día por año (un día simbólico equivale a un año literal) forma parte integral del método, porque sirve para desarrollar los períodos simbólicos, permitiéndonos ubicar en el curso de la historia los acontecimientos predichos. Jesús empleó el método historicista cuando anunció el momento de su ministerio como cumplimiento de la profecía (Mar. 1: 15; cf. Dan. 9: 25), y, más tarde, cuando aludió a la ruina profetizada de Jerusalén y del templo (Mat. 24: 15; cf. Dan. 9: 26). Los milleritas, nuestros antecesores inmediatos, eran historicistas, igual que los reformadores protestantes del siglo XVI. En su empeño por contrarrestar las interpretaciones protestantes, la Iglesia Católica Romana introdujo el preterismo y el futurismo como métodos opuestos de interpretación. Estos dos métodos forman la base de dos escuelas interpretativas actuales de Daniel y el Apocalipsis. La posición preterista/histórico-crítica considera que las profecías de Daniel hallaron cumplimiento en los tiempos y los acontecimientos del Israel del siglo II a.C., y restringe el Apocalipsis a los primeros siglos d.C. El futurismo desgaja la septuagésima semana de la profecía daniélica de las setenta semanas y la sitúa en el fin del mundo, donde también espera el cumplimiento de la mayor parte del libro de Apocalipsis. En la actualidad, los adventistas del séptimo día nos presentamos prácticamente en solitario como exponentes del método historicista, dado que, en general, los grupos no católicos han abandonado este enfoque en favor de uno u otro de los dos métodos mencionados. Como cabía esperar, el cambio de método ha llevado inevitablemente a cambios en las conclusiones.

*Publicado previamente en Adventist Review, 3 de agosto de 1989¸ Ministry, enero de 1991. Nota: Este artículo fue publicado posteriormente en Frank B. Holbrook, ed. “Issues in Revelation: DARCOM Report”, Simposium on Revelation – Book I (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 1992), 175-182; y traducido al español por Cantábriga, SC. [“Cuestiones del Apocalipsis: Informe del CDA”, Simposio sobre Apocalipsis – I (Doral, FL: Asociación Publicadora Interamericana – Gema Editores, 2010), 207-215].

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La Comisión sobre Daniel y Apocalipsis desea reafirmar a la iglesia mundial la validez del enfoque historicista para estos dos libros apocalípticos. La Comisión considera que es el único método sólido que puede usarse. Nuestros pioneros no siguieron «fábulas ingeniosamente inventadas» cuando investigaron y predicaron las verdades de estas profecías. Nos transmitieron un rico legado. Extendemos a nuestros miembros de iglesia el llamamiento a acometer un estudio renovado de estos grandiosos libros proféticos que siguen dando certidumbre y estabilidad a nuestra fe personal en Cristo y en su venida y la misión mundial del pueblo adventista en esta época solemne de actividad judicial divina en el santuario celestial (Apoc. 14: 6-14; Dan. 7: 9, 10, 13 ,14). No todos los segmentos de Daniel y el Apocalipsis se entienden con la misma claridad. En su fervor, algunas personas tienen la tendencia a centrarse hasta tal punto en las porciones peor entendidas que pasan por alto el grandioso desarrollo de los pasajes más claros, así como las importantes verdades teológicas que presentan para nuestros tiempos. El deseo de desvelar esas porciones oscuras promueve la tendencia a alterar la metodología y a emplear principios poco sólidos para encontrar soluciones satisfactorias. Hay en especial dos secciones del Apocalipsis que caen en esta categoría: los sellos (Apoc. 4: 1 - 8: 1) y las trompetas (Apoc. 8: 2 - 11: 17). Aunque es posible que la iglesia nunca llegue a entender estas porciones de la profecía en su conjunto, podemos aprender lecciones de ellas, y deseamos fomentar el estudio personal. Hasta este momento, la Comisión no ha desarrollado una interpretación satisfactoria de estas profecías que resuelva todos los problemas inherentes a las mismas. Con todo, ha alcanzado un acuerdo sobre algunos principios generales y en cuanto a ciertas vislumbres específicas. Si queremos mantener la verdad y llegar a una interpretación verdadera de estas desafiantes profecías, es preciso que acometamos nuestro estudio dentro de los parámetros de los principios de interpretación sólidos. La Comisión concurre en los siguientes puntos, y los presenta a nuestros pastores y a nuestros miembros de iglesia para que los consideren con oración:

Principios generales

La comisión acepta que:

1. La estructura literaria divide el libro de Apocalipsis en dos grandes secciones: (1) una sección histórica (Apoc. 1-14), que recalca la experiencia de la iglesia y acontecimientos afines durante la era cristiana, y (2) una sección escatológica (del tiempo del fin) (Apoc. 15-22), que se centra en particular en acontecimientos escatológicos y en el fin del mundo. Aunque es posible que los estudiosos de la Biblia difieran un tanto en cuanto al punto preciso en el que debe situarse la línea divisoria, el serio estudio llevado a cabo por eruditos adventistas como Kenneth A. Strand (Interpreting the Book of Revelation [Interpretación del libro de Apocalipsis], 2a ed., 1979], C. Μ. Maxwell (Dios revela el futuro, tomo 2, 1989) y W. H. Shea (diversos artículos en Andrews University Seminary

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Studies) confirma plenamente esta división literaria y su consiguiente efecto sobre la interpretación.

2. Las secuencias de los sellos y de las trompetas se dan en la sección histórica del Apocalipsis. En consecuencia, su cumplimiento debería buscarse en la época histórica, la era cristiana.

3. Las profecías de los sellos y de las trompetas tienen un único cumplimiento profético.

a. El modelo daniélico de profecía apocalíptica es claro en este extremo: Cada metal, cada bestia y cada cuerno tienen un único cumplimiento. (Incluso el «cuerno pequeño» de Daniel 8, usado como símbolo de Roma en sus dos fases, tiene un único cumplimiento: Roma). No hay evidencia en el contexto de que a las profecías apocalípticas de Daniel y el Apocalipsis haya que darles cumplimientos duales/múltiples. Esta propuesta fue examinada detenidamente y rechazada por la Comisión de Estudio del Santuario (representantes de las divisiones mundiales) en 1980 (véase “Statement on Desmond Ford Document” [Declaración sobre el documento de Desmond Ford], Ministry, octubre de 1980). También la ha rechazado la Comisión sobre Daniel y el Apocalipsis (véase “Fulfillments of Prophecy” [Cumplimientos de la profecía], The Seventy Weeks, Leviticus, and the Nature of Prophecy [Las setenta semanas, Levítico y la naturaleza de la profecía], págs. 288-322). Los cumplimientos duales/múltiples de Daniel y Apocalipsis tampoco encuentran apoyo en Elena G. de White (véase el folleto del Biblical Research Institute “Ellen G. White and the Interpretation of Daniel and Revelation” [Elena G. de White y la interpretación de Daniel y el Apocalipsis]).

b. Puede haber presente cumplimiento dual en algunas profecías generales/clásicas, en las que hay indicadores contextúales que señalan tal circunstancia; por ejemplo, la profecía del derramamiento del Espíritu Santo, Joel 2, o la profecía del nacimiento virginal, Isaías 7. Sin embargo, no hay indicadores semejantes presentes en las profecías apocalípticas de Daniel y Apocalipsis.

c. En cuanto a las trompetas, el propio Apocalipsis hace una aplicación escatológica del lenguaje de las trompetas en su descripción de las siete postreras plagas. Por lo tanto, resulta innecesario hacer hincapié en estos pasajes bíblicos para poner tanto las trompetas como las plagas en un cumplimiento simultáneo posterior al fin del tiempo de gracia.

Los sellos: Apocalipsis 4: 1 - 8: 1 La Comisión concurre en lo siguiente: I. Escenario

1. Apocalipsis 4-5 es una unidad que describe la misma escena (Apoc. 4: 2; 5: 1). 2. Apocalipsis 4-5 presenta una escena del trono en el santuario celestial (cf. Apoc. 4: 3; 8:

3). 3. El énfasis de la escena del trono está puesto en la muerte expiatoria de Cristo, su logro

en la cruz (Apoc. 5: 6, 9, 12). 4. La escena del trono no es el juicio investigador de Daniel 7: 9, 10.

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a. La escena del Apocalipsis no recibe la denominación de juicio; la de Daniel sí (Dan.

7: 10, 26). b. En la escena del Apocalipsis figura un único libro: Está en la mano del Padre; está

cerrado y sellado; ningún ser del universo, salvo el Cordero, puede abrirlo; el libro nunca se abre en la visión. En cambio, en la escena de Daniel hay dos libros o más. Son abiertos, y se da a entender que los seres santos que servían al Anciano de días los abrieron por él (Dan. 7: 10).

II. Marco Temporal La escena del trono se produce al comienzo de la era cristiana.

1. A Juan se le muestran (mediante la apertura secuencial de los sellos) «las cosas que sucederán después de estas» (Apoc. 4: 1; cf. Apoc. 1: 1,19).

2. El trono del Padre (Apoc. 4), la victoria de Cristo (Apoc. 5: 5) y su unión con el Padre en su trono (vers. 6; cf. Apoc. 3: 21) son temas centrales en esta escena del trono (Apoc. 4 y 5). Los redimidos victoriosos se unen a la escena del trono en Apocalipsis 7 (vers. 9,10). Entre estas dos escenas del trono discurren los acontecimientos de los sellos de Apocalipsis 6. Por ello, los sellos de Apocalipsis 6 tienen que ubicarse entre la victoria de Cristo en la cruz y la victoria de los redimidos, es decir, en la era cristiana.

III. Observaciones generales sobre los sellos

1. La iconografía de los cuatro caballos y sus colores procede de Zacarías 1: 8-11; 6: 1-6; 10: 3, pero es empleada por Juan para simbolizar un mensaje diferente del transmitido por Zacarías.

2. Los sellos son secuenciales y representan acontecimientos que se suceden en el transcurso de la era cristiana. Ello se pone de manifiesto por el orden de la visión. Los sellos se rompen uno tras otro, no todos a la vez (Apoc. 6: 1, 3,5, 7, 9,12; 8: 1).

3. Los sellos presentan una progresión general de la historia más que una cronología

detallada; por lo tanto, su interpretación no está ligada específicamente con la profecía

de las siete iglesias.

4. Los sellos son un desarrollo paralelo a Mateo 24 y 25 (apocalipsis sinóptico). Este vínculo es otra prueba de su cumplí miento en la era cristiana.

a. Predicación del evangelio (Mat. 24: 14) a. Primer sello: caballo blanco (Apoc. 6:

2)

b. Guerras, hambres, pestes, terremotos (vers. 6-8)

b. Sellos segundo a cuarto: guerra, hambre, peste (vers. 3-8)

c. Período de gran tribulación/persecución (vers. 21)

c. Quinto sello: clamor de los mártires pidiendo venganza (vers. 9-11)

d. Señales en el sol, la luna y las estrellas (vers. 29)

d. Sexto sello: gran terremoto; señales en el sol, la luna y las estrellas (vers. 12, 13)

e. Segunda venida (vers. 30, 31) e. Sexto sello: «el gran día de su ira ha

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llegado» (vers. 14-17)

f. Juicio (Mat. 25: 31-46)

f. Séptimo sello: «silencio en el cielo» (Apoc. 8: 1); posiblemente fases milenaria

o ejecutiva del juicio final (Apoc. 20: 4, 11-15)

Aunque hay similitudes entre los sellos y el apocalipsis sinóptico, también hay diferencias. En algunos casos, el simbolismo parece extender el significado más allá de una simple repetición de Mateo 24. Por ejemplo: a. Si el primer sello simboliza, inicialmente, la extensión del evangelio por parte de los

apóstoles (cf. Zac. 10: 3), los colores cambiantes de los caballos (blanco, rojo, negro, amarillo) sugieren una apostasía que se iba profundizando progresivamente.

b. Las señales físicas como la guerra, el hambre y la peste serían transmutadas por el

simbolismo para presentar las dificultades adicionales que el pueblo de Dios

debería atravesar: desasosiego debido a diferencias religiosas, hambre de la verdad

divina, persecuciones terribles de cristianos a mano de cristianos.

c. Dado que la apostasía cristiana parece estar presente en los sellos segundo a cuarto,

los desgraciados acontecimientos presentados en esos sellos pueden reflejar la

iconografía de los ayes o las maldiciones que estaba predicho que ocurrirían cuando

se quebranta el pacto (Lev. 26: 14-39).

5. Aunque cada uno de los cuatro primeros sellos tiene un arranque inicial, la acción, una vez comenzada, puede proseguir con grados variables de intensidad. a. Primer sello: Aunque fue iniciada por los apóstoles, la predicación del evangelio

continúa en el transcurso de la era. A los mártires del quinto sello se les dice que morirán más (Apoc. 6: 11).

b. Modelos apocalípticos para este tipo de simbolismo: (1) la influencia de las cuatro bestias perdura tras un gobierno secuencial inicial (Dan. 7: 12); (2) los mensajes secuenciales de los tres ángeles siguen siendo anunciados tras su proclamación inicial (Apoc. 14: 6-12).

6. El primer sello representa el mensaje evangélico inaugurado en el siglo I (Apoc. 6: 2). El quinto sello representa las persecuciones de la Edad Media (vers. 9-11). El sexto sello tiene que ver con las señales de la segunda venida de Cristo (vers. 12-17). El séptimo sello tiene que ver con algún acontecimiento de significación cósmica posterior a la segunda venida (8: 1).

7. La actividad de sellamiento de Apocalipsis 7: 1-8 está incluida en el marco temporal del sexto sello y es respuesta a la pregunta: «El gran día de su ira ha llegado y ¿quién podrá sostenerse en pie?» (Apoc. 6: 17).

8. El gran terremoto y las señales del sol, la luna y las estrellas del sexto sello son literales, y el sexto sello se inicia con el terremoto de Lisboa.

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9. Las señales celestiales del sexto sello pueden tener causas físicas naturales (cf. la apertura del mar Rojo, Éxo. 14: 21); no obstante, se trata de acontecimientos significativos porque ocurren en el momento preciso en conexión con el final del período de 1,260 años de supremacía y persecución papales (cf. Mar. 13: 24).

Las trompetas: Apocalipsis 8: 2 - 11: 17 La Comisión entiende que:

1. Las trompetas son secuenciales, como queda de manifiesto por el hecho de que en la visión ocurren una detrás de otra.

2. Las trompetas aparecen como advertencias o anuncios de acontecimientos adversos que han de producirse (cf. Núm. 10: 1-10).

3. Un acontecimiento de una trompeta particular puede ocupar un largo período (Apoc. 9: 5, 15; 10: 7).

4. Apocalipsis 10: 1-11: 14 es un interludio entre las trompetas sexta y séptima (igual que Apocalipsis 7 es un interludio entre los sellos sexto y séptimo) y pertenece a la sexta trompeta (salvo en lo referente a la mirada retrospectiva al período de 1,260 años [Apoc. 11: 3]).

5. Los acontecimientos de las trompetas ocurren en tiempo histórico, dentro del tiempo de gracia.

a. Introducción (Apoc. 8: 2-6): Actuando como anuncio de las trompetas inminentes, los versículos 2 y 6 son indicadores que forman una inclusión literaria en torno a los dos procesos descritos en los versículos 3-5: 1) El ministerio intercesor en curso de Cristo (vers. 3, 4). 2) El cese del ministerio intercesor de Cristo y el fin del tiempo de gracia para

la humanidad (vers. 5; cf. Eze. 10: 1-7).

Este artificio literario, la inclusión-introducción, une de forma definida el conjunto de acontecimientos de las trompetas con la era de la intercesión sumo sacerdotal de Cristo, durante el tiempo de gracia.

b. Séptima trompeta: El toque de la séptima trompeta está ligado a la

consumación del «misterio de Dios» (Apoc. 10: 7). «El misterio de Dios» es el

evangelio y su proclamación (Efe. 3: 4; 6: 19; Col. 4: 3; Rom. 16: 25, 26). Si la

séptima trompeta está ligada a la terminación de la tarea evangélica, la

dispensación del evangelio, las seis trompetas precedentes tienen que sonar

necesariamente durante el tiempo de gracia.

c. El altar de oro: La referencia al altar áureo del incienso al comienzo de la sexta

trompeta es un delimitador en la profecía, lo que indica que la intercesión

sacerdotal de Cristo sigue en vigor (Apoc. 9: 13; cf. 8: 3, 4).

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d. Interludio (véase el n° 4 de esta sección): La tarea evangélica se lleva a cabo

bajo la sexta trompeta.

1) La iglesia (simbolizada por Juan) ha de predicar a «muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes» (Apoc. 10: 11).

2) Las personas pueden arrepentirse y dar gloria a Dios (Apoc. 11: 13; cf. 16: 9).

e. Períodos cronológicos: La presencia de períodos cronológicos en las trompetas

quinta y sexta son delimitadores que indican que estas trompetas aparecen en tiempo histórico antes del fin del tiempo de gracia para la humanidad.

Artículo adaptado por Joel Iparraguirre Maguiña Director del Ministerio de Investigación Adventista

Estudiante de traducción e interpretación en la Universidad Cesar Vallejo. http://investigacionadventista.org