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Libro de poemas (1991 /2011) Ed. Autor
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1
De bona fide
Rubén Chávez Ruiz Esparza
2
3
Otro es el reino
4
i
Ven
dime como empiezo
sopla en mi oído la primer estrofa
que ya no recuerdo
como se canta a la dicha
Hace tanto tiempo olvidé los pasos
que ya no puedo enamorarme sin tu ayuda
5
ii
Alada de repente lindas en el aire territorios
Hurgándome en la boca
encuentro el nombre que hace oficio de red
-y a veces de solo hilo-
y te lo ofrezco
mi querido globo de niña
6
iii
Abres la mano
y en ese hueco de urna
un colibrí atisba
Parece una verde pregunta
ese solecito anidado
que te mira
Temblor y vuelo en duda.
7
iv
Se pasea
por el jardín
para iluminarse
el rostro
Se saludan de
besito
en la mejilla
chuparrosas
y violetas
Qué tanto
se dirán
de secretitos
en la oreja
Es
un ave
toda
sonrisa
Es una chispa
que incendia
la pleamar
entre las lilas
Nos azora
el cuerpecito niño
Es un suspiro
de plumitas
Una "o"
así
en
minúscula
8
v
Dando vueltas en el volantín de la luna
Luciérnagas pequeñitas
en un juego de artificios
Para volverse alas
tiene la luz nuestras sonrisas
9
vi
Hermana
no eres sino el eco de mi duda
Tengo a mi sangre alebrestada
por esa boca tuya
de pálidos labios
Nerviosa en su cauce
Solitaria cuna estremecida
10
vii
¿Con qué dedos
con qué tacto aprendido en el sueño
voy a palpar ese blando y oscilante cuello, Azucena?
Llama de un cinabrio sacro
tan desnuda estás
que la luz enrojece al mirarte
11
viii
Antemano sé no lo merezco
Aunque pensándolo bien
¿Alguna vez merecí
el alimento, el aire
mi vestido o mi techo?
¿Alguna vez merecí
estar vivo?
Quizás sea por eso
que no me pesa en la conciencia
quererte sin merecerlo
12
ix
Me vas a hacer llegar a las lágrimas, Niña
si no me vas a querer
más que como hermana luz o hermana agua
¿porqué llevas los labios desnudos
como si un beso codiciaras?
¿porqué te me clavas
perfume de las ansias
en esta carne
que ya por sí te ama?
13
x
Amor
si me vieras ahora
buscando entre líneas la palabra mágica
el sésamo para abrir tu corazón
Si me vieras
con mi atadito de fe y desesperado
muriéndome por alcanzar
el cielo que me tienes prometido
Amor
si tan sólo pudieras verme
14
xi
Óyeme andar la ronda de tu huerto
vengo a robar mandarinas
a llevarme besos
Busco esa otra sonrisa
cuajándose de negro
meciéndose noctámbula
y cayéndose de sueño
Mordedura de boca a boca
laca dulce y dulce cuerpo
Óyeme andar la ronda de tu huerto
15
xii
Hubiera sido igual de no haberte conocido
las mismas ganas de amar
los mismos deseos en fruto
y muy probablemente
también hubieras sido tú
con nimiedad en los detalles
la que asomada
por sobre mi hombro
viniera a preguntarme
por qué escribo esto ahora
Aunque
de ser así
no te hubiera tomado por un ángel
16
xiii
Sin que nada me conduzca de la mano
llego a la plaza vacía de tu vientre
pasan grandes nubes
pasan los pájaros
pasan los días
y en ese centro imantado
me detengo
junto con nubes, pájaros, días
plaza toda silencio
aluvión de humo, relicario
plaza de nadie todavía
17
xiv
Antes de llevarnos al polvo nuestra codicia
llenaremos de besos un corazón
y será posible aún ese día
compartir nuestras caricias
18
xv
Ya ves:
puedo tenerte toda
juntando las cosas que me gustan de ti
empezando por tu nombre
y siguiendo adelante
no acaba un poema
cuando empieza otro
19
xvi
El chal cae de los hombros
La mirada se aguza
y el justo premio
Los soberbios
pabellones
de los cuentos de hadas
20
xvii
Imagino
que cuando te desnudas
los ángeles
cierran los ojos
21
xviii
Oficio de la fe
me tienes
entre nubes y precipicios
Entre tanta luz doliente
amo la ceguera
22
xix
Si se salva de milagro
esta noche
de truenos empitonada
lloverá llorando
en ojos de higo
todo este año
Si de veras dura
así pintada
mi tempranera
quietud de gozo
ya que bricos
ni que otra cosa
23
xx
Muy dentro sé
no espero nadie me responda
Cada astilla
se me vuelve
un poco cruz
Soy más árbol
Y lo que importa
es no darle importancia
a lo que no importa
Ya lo dijo alguien:
Para ser feliz
hay que perder la esperanza
24
ENVÍO:
A raíz de no tener dónde sostenerme tomé la palabra y me inventé
un nombre. Quise hacer linternas con las jaulas de los canarios. Robé
fuego. Hurgué en todos los libros y espulgué de frases redondas a los
poemas. Llené mis bolsillos. Pero de nada me sirve ahora. Llevo todo
el día esculcándome y no hallo ni una línea que te explique -con
palabras hermosas y bien ordenadas- aquello de ganarse el cielo en
esta tierra muda.
25
Apuntes sobre la lluvia
26
^
Aguazul de los cerros
Se arrastra un gis
siguiendo su tristeza
^
En la punta del picacho
prende anticipada la noche
su primera fogata
^
Canta rondas de agua
el lindero de los pinos
^
Se cierran sobre su rostro las flores
a relamerse un poco la humedad
27
^
Entra en la lluvia
sólo para desempolvarse
el viento
^
A tientas
en la oscuridad
con las manos frescas
^
Hasta al tezontle
se le humedece el alma
^
Se hilvana con relámpagos
el vestido de la noche
28
^
¿Qué le ha quedado
sino el vaho salitroso
a esta pobre tierra de huizaches?
^
El mezquite se agarra del viento
restregando sus espinas de aguardiente
^
Raíz
tanto arriba
como abajo
^
Golpes de ciego
Golpes de aire
29
^
Lo que nos llueve
es la tarde
desmembrada
^
De un lado
a otro
se contestan los pájaros
^
Mientras la lluvia corre las cortinas
no dejan de abrirse ventanas
en el cielo
30
Marcha de infantería
31
i
Antes de ayer
Desde lejos y apenas separado de tus labios
no ha nacido mi nombre
iluminación ciega
palabra sorda
Afuera entre afueras
32
ii
Has visto a la mirada
Y no eres igual
No huyes
Aún no soy capaz fuera de ti
Aún juntos yo camino delante
Nos hemos apagado
Humea un abanico
Campanas
33
iii
Vienen a mirarnos ir
los desconocidos
Se detienen al borde de la ola
fundidos al derrame
Ángeles de altas horas
Sueños fijos
Agitan una súplica entre labios
Los rostros a la espalda
Sin nadie atrás
34
iv
Así queda el nombre y así el círculo
por sólo un punto cierra la espera
Ahora hay palomas en todas partes
y ni una sola
Me has citado con un parque
y sus bancas desiertas
a un abrazo
que desearía compartir contigo
35
v
Hablo de Vd
Señora Casa Mía
Y nada que pueda decirle
está dicho antes
Y algo que puede ya ser
es este principio de poema
Verso pulso
Verso paso
Verso pozo
Esto que no he comenzado nunca
y ya desde ahora le sobra tiempo
para caer
36
vi
Llega el tiempo de gritarlo:
No hay después, después
Y la noche continúa hundida
caracola de mar
estrella oculta
Entretanto el aire se puebla
de piedras y de pájaros
y el combate se repite mil veces
y otras mil se pierde
Hasta que pueda entrarse
por la cara, por los ojos
se repite la embestida
de una máscara con otra
Hoy ninguno se juega la vida
Nadie pertenece
Nadie sabe
37
vii
Hubo debajo del arco siquiera sombra
Cauce seco que se crece
al frotar en el polvo procesiones
Un par de ojos
se desprenden
del cantil del mediodía
Con cuántos dientes
se machaca el tiempo
de la vuelta
¿Quién iba a saber de rendiciones?
A trechos de sol se acumulan mandarinas
38
viii
Hablando claro
No tengo ya más paz
que la que se reparte los domingos
Si hasta los relojes llegan a tener cuatro carátulas
¿Por qué no habrías tú de seguir el ejemplo?
39
ix
Al asumir la carne
no es menos hada
ni menos ángel
Antes bien
el aspecto que arraiga
pasa a ser
de tempestad
a catarata
Esto mismo
puede decirse de ti
40
x
Sol madurado en los ojos del tigre Señal y signo
boca pintada de verde la señal Verde sonrisa
y verdor aliento Beso que enmusga lo besado
barullo de alumbradas amapolas sobre el jade
Una muchacha con el torso descubierto camina sola
de un costado se le desprende un sueño Del otro
la luz va jugando a las escondidas Paloma frutal
que crece con el día y revienta con el crepúsculo
Barandal ceñido a tu cintura estas manos Cerco de incendio
lenguaje tangible del verde al rojo
Cuerpo arbolado tu misma
41
xi
La mujer ahuma la latitud
Hace la hora
se cuece dispendiada
entre incendio de luz
e incendio de sombra
Los ojos toman la balanza
y pesan amuletos y plegarias
El Sol
pule el cuerpo menguante
de la Luna
42
xii
Azur Alta hora Ensombreciéndose queda
ceja de luna A favor de junio se aplaza
el verbo de la fecha Anzuelo en la tintura
tras un silencio que se defiende y huye
impronunciado
Entrada en la noche No puerta Ventanas
haciendo de esclusas Se sueltan lenguas
Empedrado de palomas el corredor al cielo
Abecedario
al dar el paso Zig el otro ya Zag Aguja
bordadora Ahínco Galope alejándose
hacia nosotros
dobla la esquina un siquiera paseo de postes
tropezando consigo al ras del suelo
de unas cuantas verdades
nace una muchedumbre
43
xiii
Santuario de allí
ciudad bendita
lecho de arcilla
blandura de labios
nido laguna
caverna sumergida
de su lenguaje
espejea el dragón
con los ojos
vendados
por descuido
por galas
el corazón
habla un ronco trinar
truenos de risa
44
xiv
En los lavaderos del día
Se chorrean espejos
De entre la espuma
La luz limpia
45
xv
Las campanadas
cierran el surco de nuestro andar
La carátula de los relojes
se sonroja
a esta hora
Es tan tarde que el viento corre apresurado
Escapan del combate las hormigas
Entre azul y buenas noches
es tan tarde
es tan tarde
46
xvi
El reloj antiguo
Las horas pasan
Con los años
que ya son meses
que ya son días
La piñata vacía
La hueca sorpresa
La colación de aire
La bicicleta colgada
yendo por las paredes
La casa sola
47
xvii
Se deslíe al leerse tu mirada
Me retratas de memoria
Se abovedan las frondas
Traspatio El vértigo motorista
hace malabares con el tintero y la pluma
Te escucho
Quise encontrar en tus labios
el rigor nocturno de las cárceles
pero la condena fue el exilio
48
xviii
Te amo tanto
y sin embargo
este dolor me florece
como la miseria
a la que a veces despierto
llorando a gritos
49
xix
Porque de todos modos
no voy a saber explicarlo
te lo digo de una vez
Nada
pero
nada
me ha vuelto los ojos al cielo
excepto
quizá
tu
misma
ausencia
50
xx
Afuera Las calles vuelven a oírse A tronar
Luego El ajetreo de pájaros O niños Ruido del día
Huele a naranjo Y a humo La noche se hunde
en el hueco de mi hombro Desde el sueño
haces una señal de despedida Me amanece Sol truncado
51
ENVÍO:
Ahora vamos en lenta procesión. Siento el miedo de acabar sin ti, de
arar soledades en la juventud fértil. Ya me falta desde ahora esa
calma sensible, esa tu presencia ensordecedora. Con muy poco que
acaba, con muy poco de fe perdida, que es casi nada, se nos
derrumba el escenario y es mala la hora y difícil sonreír y demasiado
tarde para hacer el mutis. Quemándonos los labios. Emborronando.
Despalabrando. Callamos finalmente las culpas. Volvemos de nuestro
asombro. Al desconcierto de la primera vez.
52
Índice
3 Otro es el reino
25 Apuntes sobre la lluvia
30 Marcha de infanteria