19
Descifrando el mapa del tesoro. Un intento de sistematización de los postulados centrales de El tesoro de los humildes (1896) de Maurice Maeterlinck. Lucas Lagré [email protected] UBA, IUNA. Palabras clave: simbolismo, teatro estático, mundo interior, territorialidad. Introducción. 1 Resumen. El libro de ensayos El tesoro de los humildes (1896) de Maurice Maeterlinck fue usualmente considerado como un espacio donde el pensamiento del escritor belga se expresa de forma asistemática y oscura. Luego de estudiar el contexto de producción del autor y las características formales de la pieza, se describirán los conceptos fundamentales esbozados en el texto mediante la construcción de un sistema de correlaciones que develará la lógica propia que el texto esconde. A partir de una

Descifrando El Mapa Del Tesoro

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Descifrando El Mapa Del Tesoro

Descifrando el mapa del tesoro. Un intento de sistematización de los postulados centrales de El tesoro de los humildes (1896) de Maurice Maeterlinck.

Lucas Lagré[email protected], IUNA.

Palabras clave: simbolismo, teatro estático, mundo interior, territorialidad.

Introducción.

El tesoro de los humildes1 (1896) constituye la primera publicación en formato

ensayo del escritor belga Maurice Maeterlick. Esta pieza aparece en un momento crítico de

la obra del escritor, etapa signada por un paulatino abandono de los preceptos canónicos de

1 Maeterlinck, M., El tesoro de los humildes, Valencia, F. Sempere y C., Editores, Bibliografía de Cátedra. Todas las citas se harán sobre esta edición y se indicará a continuación de cada una y entre paréntesis el número de página.

1

Resumen.

El libro de ensayos El tesoro de los humildes (1896) de Maurice Maeterlinck fue usualmente considerado como un espacio donde el pensamiento del escritor belga se expresa de forma asistemática y oscura. Luego de estudiar el contexto de producción del autor y las características formales de la pieza, se describirán los conceptos fundamentales esbozados en el texto mediante la construcción de un sistema de correlaciones que develará la lógica propia que el texto esconde. A partir de una convocatoria a la humanidad entera para que logre entrar en contacto con el mundo interior, se verá cómo Maeterlinck también propone una forma innovadora de hacer teatro y rescata una serie de autores que considera valiosos para superar el límite de lo cotidiano.

Page 2: Descifrando El Mapa Del Tesoro

la estética simbolista. Si bien muchos de los elementos e ideas fundamentales de esta

corriente siguen presentes en el pensamiento de Maeterlinck (e.g. la necesidad de adoptar

una orientación filosófica y esotérica como intento de superar una aproximación

racionalista a los fenómenos estudiados), el texto presenta un condensado ideológico

complejo, caracterizado por múltiples alusiones a distintas tradiciones filosóficas y

literarias, constantes referencias intertextuales con otros autores e incluso conceptos e ideas

nuevas que propone el propio Maeterlinck. En ese sentido, una de las dificultades más

evidentes a la hora de analizar los textos de este autor es la aparente ausencia de lo que

podríamos denominar un pensamiento sistemático. Sin embargo, una lectura detallada del

material nos permite afirmar que su escritura responde a una lógica propia, auténtica y

original que se esconde en las páginas del libro. En consecuencia, el objetivo de este trabajo

será describir ese entramado ideológico mediante la construcción de un sistema de

correlaciones entre los conceptos que aparecen a lo largo de todo el ensayo. Teniendo en

cuenta las características del sustrato ideológico al que adhiere Maeterlinck, intentaremos

formular ciertos principios de sistematización evitando la construcción de un modelo

cerrado que restringa el alcance de algunos conceptos que el autor propone.

Para poder desarrollar una interpretación amplia del material, consideramos

ineludible realizar en primera instancia un estudio del contexto de producción del autor

belga, como así también de las características formales del texto para luego adentrarnos en

el análisis de los conceptos fundamentales.

Una aproximación territorial.

Un aspecto que no puede desatenderse a la hora de abordar la obra de Maeterlinck

es la necesidad de poder ubicar y describir las complejas relaciones que pueden

establecerse entre el autor y su contexto de producción. En ese sentido, nos parece

conveniente hacer uso del concepto de territorialidad. Propuesto por Dubatti en el marco

del Teatro Comparado (TC) el término hace referencia a “[…] la consideración del teatro

en contextos geográfico-histórico-culturales de relación y diferencia cuando se los contrasta

con otros contextos […]”2. Esta aproximación teórica es imprescindible para poder

entender la complejidad del panorama cultural de la Europa de fines de siglo XIX donde

2 Dubatti, J., Cartografía Teatral. Introducción al Teatro Comparado, Buenos Aires, Atuel, 2008, página 15.

2

Page 3: Descifrando El Mapa Del Tesoro

distintas tradiciones literarias y filosóficas no sólo convivían dentro de los Estados

Nacionales, sino que también se propagaban excediendo sus límites geográficos. Por lo

tanto, será necesario adoptar una mirada amplia para poder dar cuenta de procesos

regionales (que dentro del TC se piensan en términos de supraterritorialidad), pero sin

descuidar las características particulares que un determinado movimiento artístico posee en

un contexto de producción específico.

De esta forma, en el caso de Maeterlinck será necesario evaluar su posición respecto

al simbolismo y al naturalismo como corrientes dominantes en la época y, al mismo tiempo,

ver de qué manera las características particulares de su medio inciden en la construcción de

un pensamiento diferencial y, hasta cierto punto, autónomo.

El movimiento simbolista surge hacia finales del siglo XIX principalmente en

Francia y Bélgica, en un contexto signado por el pensamiento positivista y por

innovaciones tecnológicas que modifican profundamente el espacio urbano. En al ámbito

artístico, se destaca el dominio primero de la tradición realista y luego la naturalista. En

este marco el simbolismo aparece como respuesta a una “[…] visión pragmática e

interesada, materialista y mercantilista, egoísta e insensible, soberbia e ignorante de la

burguesía ascendente y dominante […]”3 En contraste, los autores simbolistas proponen la

existencia de un orden metafísico, no empírico, que funciona como una suerte de

fundamento del mundo conocido. El arte, concebido como un espacio de sabiduría y

vinculado a los principios de autonomía, surge con el fin de poder dar cuenta de ese

universo sagrado que escapa a los sentidos ordinarios. El símbolo como entidad jeroglífica

y desconocida se convierte en la herramienta privilegiada de esta corriente estética.

Representa el vínculo entre el orden material y el metafísico. En ese sentido, el poeta

adoptará el lugar del vidente y tendrá la responsabilidad de volver manifiesto este orden

superior que logra expresarse a través del lenguaje poético.

Este brevísimo punteo por las características sobresalientes del simbolismo es

fundamental para entender la posición específica de Maeterlinck respecto a esta escuela de

pensamiento en el momento de escritura de El tesoro de los humildes. En primer lugar,

coincidimos con Dubatti cuando afirma que esta obra surge en un momento de paulatino

3 Dubatti, J., “El simbolismo como poética abstracta”, Bibliografía de Cátedra.

3

Page 4: Descifrando El Mapa Del Tesoro

abandono de los postulados del denominado drama simbolista canónico4. En

complementariedad con este proceso, comienza a vislumbrarse de forma más evidente el

uso de ideas y procedimientos propios de otros movimientos artísticos. La influencia de

elementos de su territorio tuvo gran incidencia en este distanciamiento. En una Bélgica

recientemente constituida como nación independiente, la tradición francesa imperante

empieza a ser cuestionada por muchos de los autores de la época que ven en el pensamiento

germano una fuente de inspiración e ideas renovadoras y en la tradición flamenca un lugar

auténtico al cual remitir su trabajo. Este es el caso de Maeterlinck. Su concepción del

símbolo y una indagación de tipo esencialista del mundo son algunos de los ejemplos de la

influencia de la cultura alemana en el escritor belga (González Salvador, 2000). En ese

sentido, podemos decir que Maeterlinck escapa a la clásica oposición entre naturalismo y

simbolismo. Realiza un movimiento de extrema originalidad al tomar distancia del

paradigma positivista y, a su vez, tampoco adherir de forma completa a la respuesta que el

simbolismo clásico (el de Mallarmé e Ibsen) le da a la supremacía naturalista. Crea un

teatro innovador, nuevo, que, en una etapa caracterizada por el surgimiento del teatro de

arte (en oposición al teatro de esparcimiento), responde a las necesidades de su tiempo.5

Más adelante analizaremos de qué manera este punto aparece reflejado en El tesoro

de los humildes (Ver El teatro como espacio de contacto con lo divino).

El texto.

En cuanto a las características formales, el texto presenta trece capítulos de

extensión similar. No hay una instancia prologar ni ningún tipo de acercamiento previo a la

obra. A primera vista, su estructura parece no responder a un principio de organización

claro y específico. Sin embargo podemos hacer dos observaciones al respecto. En primer

lugar, una porción del texto conforma un bloque relativamente autónomo del resto. En los

capítulos VI, VII y VIII, Maeterlinck se refiere directamente a tres autores que destaca

como referentes de su obra: Ruysbroeck, Emerson y Novalis. En la sección La literatura y

el despertar espiritual analizaremos en profundidad estos apartados. Aquí solamente

4 A su vez, Dubatti propone una clasificación de la obra de Maeterlinck en términos de macropoéticas y no etapas. Adherimos a este criterio pero por razones de espacio no podemos extendernos en problematizar este punto. Ver Dubatti, J., “Maurice Maeterlinck y el drama simbolista”, Bibliografía de Cátedra.5 Para más información sobre este aspecto consultar Naugrette, C., “Estéticas del siglo XIX” en Estética del teatro, trad. Marta M. Morello, Buenos Aires, Artes del Sur, 2004.

4

Page 5: Descifrando El Mapa Del Tesoro

queremos llamar la atención sobre el hecho de que a pesar en la aparente falta de

sistematicidad en el orden de los capítulos, la estructura del texto responde a ciertos

principios constructivos. En términos posicionales, estos tres capítulos ocupan justo el

centro del texto. ¿Hay algún sentido oculto en esta disposición?

En segundo lugar, otro aspecto llamativo se desprende de los capítulos que dan

inicio y cierre al texto: “El silencio” y “La belleza interna”. Esta decisión estructural parece

también irradiar algunos sentidos. El silencio aparece descripto como una forma de acceso

a lo desconocido, al plano espiritual, sagrado, interior. La belleza en cambio es concebida

por Maeterlinck como el lenguaje y el contenido del alma. Ahora bien, si adoptamos un

punto de vista metatextual veremos cómo el silencio como primer capítulo también es una

forma de acceder al libro, concebido entonces como un espacio ligado al misterio. Durante

la lectura del texto iremos descubriendo los componentes de ese mundo interior y las

distintas formas de entrar en contacto con ese plano. En última instancia, accederemos a la

belleza, entendida aquí como capítulo del libro y como código del mundo espiritual. En un

doble movimiento Maeterlinck parece crear no sólo un texto que aborda la problemática del

mundo interior del ser humano, sino también una forma de entrar en contacto con este

plano superior a través de la lectura. A continuación indagaremos en estos conceptos aquí

esbozados.

El mundo interior.

Como anticipamos, Maeterlinck en su texto no sólo realiza una descripción del

universo espiritual al que cada hombre puede potencialmente vincularse, sino también

explica de qué forma puede accederse a él. En ese sentido, el silencio será uno de los

elementos privilegiados como medio ingreso al plano del alma. ¿Pero por qué? Una de las

características básicas de este elemento es su íntima relación con la contemplación y la

escucha que, en último término, induce y fomenta la capacidad de conocer a otro individuo,

de entrar en contacto con otra alma en términos de Maeterlinck. Ya en este punto vemos la

gran originalidad del pensamiento del autor belga: plantea la existencia de un plano

espiritual al que se accede en comunión con otros hombres y no mediante un proceso de

mera introspección individual.6

6 En ese sentido, Maeterlinck le dedica un capítulo entero a la necesidad de establecer lazos fuertes de unión entre almas. En “Acerca de las mujeres” enuncia la importancia del amor fraternal como medio de trascender

5

Page 6: Descifrando El Mapa Del Tesoro

Pero Maeterlinck no sólo muestra el camino sino que también advierte sobre rutas

equivocadas. En oposición al silencio como medio de ingreso al mundo desconocido, la

palabra es presentada como una instancia que aleja al hombre de lo sagrado. Entendido

básicamente como un código convencional, el lenguaje no permitiría dar cuenta de las

particulares de cada contexto comunicativo, de los sentimientos reales que experimentan

los hombres: “[…] las palabras no expresan nunca las relaciones reales y especiales que hay

entre dos seres.” (página 15). Ahora bien, en esta afirmación se esconde también una

relación intertextual de crítica al pensamiento positivista que privilegia la indagación

racional por sobre el conocimiento directo. Dice Innes: “Este valor negativo atribuido a las

estructuras racionales del pensamiento fue el que llevó a los simbolistas a tratar de

encontrar medios directos de comunicarse, en oposición a los discursivos […]”7. En este

punto vemos como Maeterlinck adhiere a uno de los núcleos del pensamiento simbolista.

Ahora bien, una vez que nos encontramos dominamos por el silencio, ¿cómo

accedemos al plano espiritual? Según Maeterlinck lo que debemos hacer es buscar nuestra

estrella. Vinculada al mundo de lo invisible, la estrella simboliza todo aquello a lo que

escapamos en nuestra cotidianeidad. Estar en contacto con las desgracias y tristezas de

nuestra vida (el trágico cotidiano) nos permitirá no sólo descubrir nuestro valor en el

mundo, sino también aumentar la conciencia que tenemos de él. La consigna es clara: “Lo

que tenemos que observar es nuestra estrella” (página 140). Sólo así nos pondremos en

contacto con el alma, entendida también como un principio invisible que guía y marca

nuestra existencia. Este principio forma parte de aquello que regula la vida de los hombres.

Reglas misteriosas e incapaces de ser enunciadas constituyen según Maeterlinck una moral

mística (capítulo V), descripta como un conjunto de principios que rigen en el plano del

alma e igualan a la humanidad entera bajo un mismo sino. Una vez más, aparece el

énfasis en la idea de unidad entre los hombres. En ese sentido, Maeterlinck proclama la

existencia de una bondad invisible (capítulo XI), sentimiento presente en todos los

individuos pero que pueden percibir sólo aquellos que más conectados están con el plano

espiritual. Adquirir una posición ligada a la contemplación es la que permitirá experimentar

este momento misterioso alejado del mundo coloquial.

la superficie del hombre y poder alcanzar lo que denomina una conciencia superior: “Seamos humildes y sepamos distinguir el accidente de la esencia” (página 57). 7 Innes, C., “Sueños, arquetipos y lo irracional” en El teatro sagrado. El Ritual y la vanguardia, México, F.C.E., 1995.

6

Page 7: Descifrando El Mapa Del Tesoro

En términos generales podemos decir que estos son los aspectos que Maeterlinck

propone para poder entrar en contacto con el mundo interior, con lo que él denomina la

vida profunda (capítulo XII). Para el autor, éste es el verdadero tesoro de la humanidad.

Establecer una relación con este plano, espacio descripto en términos de lo sublime,

concepto fundamental en el pensamiento simbolista, constituye no una posibilidad, sino el

objetivo primero de la vida humana. El contacto con lo divino permitirá a los hombres

forjar una gran personalidad moral a partir de la toma de conciencia de la relación que se

establece con el infinito.

Sin embargo, no todo es tan simple. Maeterlinck enfatiza la necesidad de que este

vinculo sea producto del trabajo del hombre y no del azar: “No basta una casualidad; hace

falta una costumbre” (página 169). Según afirma el autor, este hábito se desarrollará de

forma más orgánica en la gente humilde. Son ellos los que están más próximos a vivir

conectados con la belleza.

Estar habitados por el silencio y próximos al trágico cotidiano son, a grandes rasgos,

dos de los elementos que nos permitirán acceder al plano espiritual, plano que como

dijimos antes está codificado bajo el lenguaje de la belleza, el amor y representa la unión

entre los hombres. Sobre el final del texto Maeterlinck nos convoca: “Tratemos de ser más

bellos que nosotros mismos […]” (página 185) y luego “Es necesario que la belleza se

torne […] una fiesta cotidiana” (página 193).

El teatro como espacio de contacto con lo divino.

Como acabamos de ver, Maeterlinck realiza un llamado a los hombres para que

entren en contacto con el plano espiritual. Pero además, según sus propias palabras, lo

realiza en un momento histórico especial, plagado de cambios tecnológicos y nuevas ideas,

de profundas modificaciones en las relaciones en la vida ordinaria donde los jóvenes ya no

obran de la misma forma que la generación anterior (capítulo II). Un momento propicio

para que se produzca lo que denomina el despertar del alma. En esta etapa donde, como

veíamos en nuestra aproximación al contexto, distintos paradigmas entran en conflicto y

surgen nuevas concepciones sobre la vida y el arte, Maeterlinck cree decodificar la llegada

de un nuevo período espiritual, donde el alma alcanzará la superficie del hombre:

7

Page 8: Descifrando El Mapa Del Tesoro

“Esperemos en silencio; tal vez oigamos dentro de poco «el murmullo de los dioses»”

(página 30).

Y en este marco, es el teatro el que tendrá un rol fundamental, según el autor, en el

acompañamiento de este proceso de contacto con lo divino. En contraste con el teatro de

corte realista que lo antecede, Maeterlinck propone un teatro estático, un teatro más

cercano al misterio, a las desgracias de los hombres y no centrado en sus efectos como el

drama burgués clásico (capítulo X). Un teatro más próximo a lo invisible donde el objetivo

primero ya no es dar cuenta “[…] de un momento excepcional y violento de la existencia,

sino de la existencia misma” (página 122). Este nuevo enfoque apuesta a un uso transgresor

de la palabra: juegos con el significante, resemantizaciones y repeticiones son algunos de

los procedimientos más usados. Estos recursos tienen por fin alcanzar un abandono de los

significados coloquiales de las palabras, en pos de descubrir aquello que se oculta bajo la

superficie. Dice Balakian: “Desde el momento en que no hay respuesta definitiva para los

grandes interrogantes y misterios de la vida, la ambigüedad del símbolo […] podía

reemplazar efectivamente el palabreo convencional”8 Al igual que en la existencia misma,

Maeterlinck convoca a dejar de lado todo lo relacionado con la vida ordinaria para entrar en

contacto con el mundo oculto interior. Para lograr este objetivo, la sonoridad del lenguaje

será particularmente valorada: “La palabra es un sonido interno que surge parcial, o quizá

esencialmente, del objeto al cual designa.”9

Ahora bien, este uso particular del lenguaje tendrá sus consecuencias en la

construcción de los conflictos en las distintas piezas. Dice Szondi: “El lenguaje se

emancipa en la medida en que se desvanece la vinculación dramática […]”10 En lugar de

poner el acento en la dimensión interpersonal, las obras de Maeterlinck apuestan a la

creación de situaciones de poca acción dramática donde la inminente irrupción de la muerte

inmovilizará a los personajes. Una vez más, el contacto con lo sagrado ocupa un espacio

privilegiado.11

8 Balakian, A., “El teatro simbolista” en El movimiento simbolista. Juicio crítico., Madrid, Guadarrama, 1969, página 155.9 Kandinsky, V., De lo espiritual en el arte, Traducción Elisabeth Palma, México, Premia, 1981, página 29.10 Szondi, P., “Maeterlinck” en Teoría del drama moderno (1880-1950), traducción Javier Orduña, Barcelona, Destino, 1994, página 63.11 Por motivos de extensión y pertinencia no podemos ahondar en todas las características del teatro estático. Más información sobre el mismo podrá encontrarse en los textos que forman parte de nuestra bibliografía. Nos interesa aquí solamente mencionar la relación existente entre el contacto con el plano divino al que convoca Maeterlinck y su propuesta teatral.

8

Page 9: Descifrando El Mapa Del Tesoro

En la creación de este nuevo tipo de teatro es donde radica, a nuestro entender, una

de las innovaciones más importantes de la obra de Maeterlinck. Como anticipamos, esta

propuesta no sólo lo coloca en una posición de extrema originalidad entre los escritores de

su época, sino que también le permite tomar distancia de la ya clásica oposición entre

naturalismo y simbolismo.

Incluso, la trascendencia de su obra dejará una importante huella en el teatro

venidero. Dice Artaud: “El teatro nos restituye todos los conflictos que duermen en

nosotros, con todos sus poderes, y da a esos poderes nombres que saludamos como

símbolos […]”12. Es imposible no escuchar en estas palabras la voz del propio Maeterlinck.

La literatura y el despertar espiritual.

Por último, consideramos interesante abordar el análisis de tres capítulos que llevan

como título el nombre de tres autores que Maeterlinck destaca: “VI. Ruysbroeck el

admirable”, “VII. Emerson” y “VIII Novalis”. Cómo anticipamos, estos apartados

conforman el núcleo central del texto en términos posicionales. A modo de hipótesis, nos

parece importante sugerir que esta decisión estructural está vinculada a la importancia que

el autor belga deposita en la lectura como forma de entrar en contacto con lo divino. En ese

sentido, estos capítulos mostrarán una preocupación excesiva en separar aquellos autores

que sirven para este fin de aquellos que no.

A partir del análisis del texto Ornamento de las fiestas espirituales, Maeterlinck

resalta la figura de Ruysbroeck como la de un filósofo vinculado con lo misterioso, lo

sagrado y lo invisible. Destaca su conexión con el plano divino y la falta de orden y lógica

escolástica en sus escritos. El acceso a su obra dependerá de un estado vinculado a la

ausencia de pensamiento o a lo que Emerson denomina espontaneidad central. Estas dos

ideas aparecen íntimamente vinculadas con la facultad de contemplación y silencio que

arriba mencionamos.

De Emerson valora su sentido de grandeza y su indagación sobre el ser

trascendental, entendido como aquella entidad que se esconde en lo profundo del hombre

y atraviesa sus acciones y pensamientos. Dice Maeterlinck sobre él: “Ha dado un sentido

casi aceptable a esta vida, que no tenía horizontes tradicionales, y tal vez pudiera

12 Artaud, A., El teatro y su doble, Buenos Aires, Sudamericana, 2005, página 29.

9

Page 10: Descifrando El Mapa Del Tesoro

mostrarnos que es bastante extraña, bastante profunda y bastante grande para no necesitar

otro objeto que sí misma” (página 95). En un mundo donde los antiguos paradigmas

entraron en crisis, el autor belga ve en la escritura de Emerson una luz de esperanza ligada

al misterio de la existencia y a la humildad.

En el capítulo que dedica a Novalis, Maeterlinck lo toma como ejemplo de aquellos

autores que en su obra trascienden los límites de lo conocido, que se animan a adentrarse en

el misterio de la existencia rechazando los parámetros fijados por el pensamiento

racionalista clásico. Ambos parecen concordar en la búsqueda de una sabiduría de tipo

experimental y cotidiana que logre dar cuenta de las profundidades del alma. En contraste,

Maeterlinck toma de distancia respecto a autores como Platón, Marco Aurelio,

Schopenhauer y Pascal, que en sus escritos no traspasan el círculo de lo conocido.

No queremos finalizar este apartado sin mencionar a otros autores que también son

resaltados por Maeterlinck como referentes. Entre ellos se encuentran: Plotín, Swedenborg,

Taylos Caleridge, San Dionisio de Areopagita, Porfirio, Carlyle, Hello, Goethe, entre otros.

Por último, nos parece significativo mencionar la importancia de estos capítulos a la

hora de confeccionar un sistema de lecturas sobre el cual se apoya el pensamiento de

Maeterlinck.

A modo de conclusión.

En este trabajo hemos intentado esbozar una suerte de síntesis de las ideas más

importantes que Maeterlinck expresa en El tesoro de los humildes. Luego de analizar

algunas características de su contexto de producción que tuvieron importante incidencia en

su trabajo, hicimos un análisis formal del texto que nos permitió elaborar algunas hipótesis

sobre sentidos no manifiestos que se desprendían de la organización estructural. Hemos

descubierto que la aparente falta de sistematicidad en el pensamiento de Maeterlinck reside

sólo en el plano de superficial. Todo en su texto apunta hacia un mismo lugar: un llamado,

una invitación a los hombres para entrar en contacto con su mundo interior y con sus pares

a partir del silencio, la contemplación y la escucha. Su propuesta teatral y los autores que

elige destacar se suman a esta convocatoria como formas de facilitar o fortalecer esta unión

del hombre con lo sagrado, lo ancestral y lo desconocido que habita dentro de cada uno de

ellos.

10

Page 11: Descifrando El Mapa Del Tesoro

Queremos aclarar que consideramos este trabajo sólo como una mera introducción a

los escritos del autor belga. En ese sentido, nos parece fundamental complementar una

reflexión de este tipo con un estudio de los textos teatrales de Maeterlinck con el objeto de

analizar de qué manera sus postulados teóricos se ven reflejados en las obras dramáticas.

Seguramente este problema será objeto de nuestros futuros trabajos.

11

Page 12: Descifrando El Mapa Del Tesoro

Bibliografía.

Artaud, A., El teatro y su doble, Buenos Aires, Sudamericana, 2005. Balakian, A., “El teatro simbolista” en El movimiento simbolista. Juicio crítico., Madrid,

Guadarrama, 1969. Dubatti, J., Cartografía Teatral. Introducción al Teatro Comparado, Buenos Aires, Atuel,

2008. Dubatti, J., “El simbolismo como poética abstracta”, Bibliografía de Cátedra. Dubatti, J., “Maurice Maeterlinck y el drama simbolista”, Bibliografía de Cátedra. González Salvador, A., “Introducción” en Maeterlinck, M., La intrusa, Los ciegos, Pelléas

y Mélisande, El pájaro azul, Madrid, Cátedra, 2000. Innes, C., “Sueños, arquetipos y lo irracional” en El teatro sagrado. El Ritual y la

vanguardia, México, F.C.E., 1995. Kandinsky, V., De lo espiritual en el arte, Traducción Elisabeth Palma, México, Premia,

1981. Maeterlinck, M., El tesoro de los humildes, Valencia, F. Sempere y C., Editores,

Bibliografía de Cátedra. Naugrette, C., “Estéticas del siglo XIX” en Estética del teatro, trad. Marta M. Morello,

Buenos Aires, Artes del Sur, 2004. Szondi, P., “Maeterlinck” en Teoría del drama moderno (1880-1950), traducción Javier

Orduña, Barcelona, Destino, 1994.

12