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Audición del Presidente José Mujica por M24 5-7-2012 Es un gusto amigos poder saludarlos a través de este espacio con el que procuramos volcar algún comentario, alguna información a una audiencia que hace mucho tiempo nos acompaña. Paraguay, Paraguay. Es la historia de una sociedad y de un país enorme origen campesino, con una hondísima tradición guaraní, que se nota en sus calles, en su lenguaje, en su cultura, y es un país donde por efecto de esa propia historia y otros tragos muy amargos, menudean los reclamos de tierra. Se dice que en Paraguay existen unos ocho millones de hectáreas que han sido asignadas con criterios amiguistas o clientelistas desde el punto de vista de la realidad y cuya propiedad en el fondo pertenece a la nación, al Estado paraguayo. Fue o no fue así, el hecho es que por esa cultura tradicional y esa realidad sociológica, los reclamos de tierras, y por tanto las ocupaciones, son frecuentes en el marco de esa sociedad. El Gobierno que ha sido destituido recientemente, el Gobierno de Lugo, había venido enfrentando esta realidad con actitud negociadora. En cada ocupación, cuando la justicia mandaba a desalojar, se ponía una vanguardia de la policía que iba a dialogar sin armas y que ofrecía traslado y ubicación a algún otro lugar donde no hubiera conflictos de propiedad. Así se había sorteado esta realidad durante los dos últimos años, con bastante éxito porque no había existido violencia manifiesta y de todas maneras estos problemas sociales en su pico más álgido se sorteaban. Claro está que al Gobierno por un lado se le achacaba que era poco lo que lograba redistribuir de acuerdo a las necesidades sociales y por otro, los detentores de grandes extensiones de tierra veían con ojeriza la actitud parsimoniosa del Gobierno. Más claro: Probablemente se le juzgara mal por la izquierda y mal por la derecha. Lo cierto que hasta ahora esa política había evitado picos de violencia. Sin embargo, hace pocos días, hubo un intento, se dio una ocupación en la zona de Curuguaty, el 15 de junio, y allí concurrió una vanguardia delegada por los cuerpos policiales sin armas a plantear un desalojo pacífico con intención de ocupar en otro lugar, donde el Estado iba a asignar tierras. Fue recibido a tiros por francotiradores apostados, seguramente con armas precisas, y no precisamente por campesinos sino por algún cuerpo más que especializado. Inmediatamente se produjo una represión enérgica donde murieron varios campesinos que no tuvieron, al parecer, ni arte ni parte en la violencia de estos sucesos y fueron víctimas. Cundió la indignación por Paraguay y este hecho por un lado tendió a aislar al Gobierno y fue el factor que fue utilizado directamente para este sonado suceso de destitución que en forma galopante el parlamento de Paraguay, por un lado acusando, y el Senado por el otro lado fallando a favor en un día, en pocas horas, destituyó al Presidente legítimo de Paraguay. Las tierras en cuestión que estaban en litigio, se dice que estaban mal asignadas a un ex senador que fue varias veces presidente del Partido Colorado en Paraguay, lo presidió muchos años, de nombre Blas Riquelme. Se manifiesta a “tambor batiente” en Paraguay que esta maniobra tiene como brazo instigante la dirección de parte del Partido Colorado que ante el horizonte cercano de futuras elecciones dentro de unos ocho o nueve meses venía

Desgrabación de la audición del Presidente por M24 del 5 de julio de 2012

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Desgrabación del Presidente José Mujica por M24 del 5 de julio. En la misma, el mandatario valoró los acuerdos alcanzados en el MERCOSUR.

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Audición del Presidente José Mujica por M245-7-2012

Es un gusto amigos poder saludarlos a través de este espacio con el que procuramos volcar algún comentario, alguna información a una audiencia que hace mucho tiempo nos acompaña. Paraguay, Paraguay. Es la historia de una sociedad y de un país enorme origen campesino, con una hondísima tradición guaraní, que se nota en sus calles, en su lenguaje, en su cultura, y es un país donde por efecto de esa propia historia y otros tragos muy amargos, menudean los reclamos de tierra. Se dice que en Paraguay existen unos ocho millones de hectáreas que han sido asignadas con criterios amiguistas o clientelistas desde el punto de vista de la realidad y cuya propiedad en el fondo pertenece a la nación, al Estado paraguayo. Fue o no fue así, el hecho es que por esa cultura tradicional y esa realidad sociológica, los reclamos de tierras, y por tanto las ocupaciones, son frecuentes en el marco de esa sociedad. El Gobierno que ha sido destituido recientemente, el Gobierno de Lugo, había venido enfrentando esta realidad con actitud negociadora. En cada ocupación, cuando la justicia mandaba a desalojar, se ponía una vanguardia de la policía que iba a dialogar sin armas y que ofrecía traslado y ubicación a algún otro lugar donde no hubiera conflictos de propiedad. Así se había sorteado esta realidad durante los dos últimos años, con bastante éxito porque no había existido violencia manifiesta y de todas maneras estos problemas sociales en su pico más álgido se sorteaban.

Claro está que al Gobierno por un lado se le achacaba que era poco lo que lograba redistribuir de acuerdo a las necesidades sociales y por otro, los detentores de grandes extensiones de tierra veían con ojeriza la actitud parsimoniosa del Gobierno. Más claro: Probablemente se le juzgara mal por la izquierda y mal por la derecha. Lo cierto que hasta ahora esa política había evitado picos de violencia. Sin embargo, hace pocos días, hubo un intento, se dio una ocupación en la zona de Curuguaty, el 15 de junio, y allí concurrió una vanguardia delegada por los cuerpos policiales sin armas a plantear un desalojo pacífico con intención de ocupar en otro lugar, donde el Estado iba a asignar tierras. Fue recibido a tiros por francotiradores apostados, seguramente con armas precisas, y no precisamente por campesinos sino por algún cuerpo más que especializado. Inmediatamente se produjo una represión enérgica donde murieron varios campesinos que no tuvieron, al parecer, ni arte ni parte en la violencia de estos sucesos y fueron víctimas.Cundió la indignación por Paraguay y este hecho por un lado tendió a aislar al Gobierno y fue el factor que fue utilizado directamente para este sonado suceso de destitución que en forma galopante el parlamento de Paraguay, por un lado acusando, y el Senado por el otro lado fallando a favor en un día, en pocas horas, destituyó al Presidente legítimo de Paraguay.

Las tierras en cuestión que estaban en litigio, se dice que estaban mal asignadas a un ex senador que fue varias veces presidente del Partido Colorado en Paraguay, lo presidió muchos años, de nombre Blas Riquelme.Se manifiesta a “tambor batiente” en Paraguay que esta maniobra tiene como brazo instigante la dirección de parte del Partido Colorado que ante el horizonte cercano de futuras elecciones dentro de unos ocho o nueve meses venía

perdiendo terreno en las encuestas y que con esta jugada quebró cualquier posibilidad de algún tipo de alianza entre los sectores que apoyaban al actual Presidente Lugo con algún sector del Partido Liberal que pudiera disputarle precisamente el camino a la presidencia al Partido Colorado.Sobran versiones, por todas partes, que ese sector instigador del coloradismo paraguayo está muy ligado a los fenómenos del narcotráfico y a muchísimos episodios dolorosos de la historia reciente del Paraguay.En la jerga periodística lo llaman el “narcocoloradismo”, pero el senado paraguayo con su decisión relámpago, de una manera u otra, ha sido funcional a estos intereses. Y por la misma razón, la decisión de este senado paraguayo se burló prácticamente de una gestión mediadora y sobre todo una gestión que llevaban adelante los cancilleres de América Latina el jueves 21 tras de plantearle a Paraguay que cualquiera fuera la decisión que se tomara al final se cumplieran las garantías mínimas del debido proceso en las decisiones que se tomaban contra el Presidente Lugo.Esa delegación tan importante de una América que no imponía sino que pedía por favor garantías del debido proceso fue olímpicamente desconocidas por este senado que “a tambor batiente” tomó esa decisión. Y hay que recordar que parte de ese mismo senado que procesó este verdadero golpe en los hechos es el mismo que hace cerca de cinco años niega y niega y niega en forma chantajista el ingreso de Venezuela al MERCOSUR. Han pasado muchos años y a veces se ha recibido la propuesta que este no era un problema de letras sino un problema de números. Y fuere lo que fuere, se habla a las claras el tipo de procedimientos y la juridicidad real y la legalidad real en toda esta mascarada porque en realidad el día anterior, el jueves 21, ya se sabía públicamente por boca del actual mandatario Franco al embajador representante de Brasil en Paraguay que en pocas horas iba a asumir la responsabilidad del poder.A esa altura el día 21 todavía no se había hecho ninguna gestión concreta desde el punto de vista práctico en cuanto al enjuiciamiento y a todo el proceso que al otro día rápidamente y en forma sumarísima terminó con la destitución del Presidente Lugo, electo por la gente.

Estos hechos de permanente desconocimiento nos llevaron a pensar que alguna sanción merecía este senado, no Paraguay, no el pueblo paraguayo. Y esta fue la razón, en última instancia, por el cual se adoptó la separación de Paraguay pero se evitó expresamente y se militó por parte de los integrantes del MERCOSUR en el seno de la UNASUR contra la opinión de algunos cancilleres, no se aplicaron sanciones económicas sino que se mantuvo el mismo estatus económico que tenía y la disposición de cumplir con todos los compromisos incluso con las obras que se están financiando en gran medida con fondos del FOCEM, es decir plata que pone Argentina y Brasil fundamentalmente, para obras de infraestructura que compensen las asimetrías entre países pequeños y grandes que integran el MERCOSUR.

Al mismo tiempo, el MERCOSUR hizo gestiones para que Venezuela siguiera mandando partidas de petróleo porque se entendía que una cosa es la decisión que tomó el senado paraguayo y muy otro el pueblo paraguayo que debe ser siempre amparado en sus derechos y en su realidad económica y social. Por eso no caben algunas cosas que se han dicho, no tienen sentido y con

respecto a la juridicidad entiéndase que, por un lado, el MERCOSUR está obligado por los acuerdos de Ushuaia, es la cláusula de compromiso y de fe democrática, por un lado, pero por otro lado, nuestros parlamentos hace años que han decidido el ingreso de Venezuela. Ningún presidente está en condiciones de desconocer por sí mismo una decisión de este tipo. Algunos interpretarán que la suspensión jurídica no puede abarcar al veto o no y eso es una decisión de cátedra y una discusión de carácter jurídico. Para nosotros hay un atropello de carácter político innegable, y no se puede jugar a la democracia sino que hay que mirar la hondura de los contenidos y de lo que está en juego. De ahí la razón de las decisiones que hemos tomado ¿Y qué hicimos? Y fue iniciativa del Uruguay que se buscara una fecha dentro de un mes y que en todo caso se separara bien de esta cuestión de una sanción al senado paraguayo por las decisiones que ha tomado, del ingreso de Venezuela. Y nos pareció que esto era importante que se simbolizara en Río de Janeiro porque es un compromiso de Brasil en gran medida. Segundo, para el Uruguay definitivamente llevaban cinco años los venezolanos esperando una decisión de este tipo y ningún país es más complementario para el Uruguay que Venezuela. Pero además esperamos que el MERCOSUR salga de su parálisis para plantearse precisamente una política mucho más flexible y más abierta que permita avanzar ventajosamente en el camino de la integración.

En su momento cuando se firmaron los acuerdos del MERCOSUR se hablaba de un espacio económico y nada más que de un espacio económico como si cuando se crea un espacio económico, como resultante de la creación de un espacio económico, no hubiera inevitablemente otras consecuencias. Los hechos están indicando que las dificultades de creación de un espacio económico son enormes y que es difícil, pero que en definitiva lo que interesa es no sólo la creación de un espacio económico sino el desarrollo y la integración y el desarrollo nos obliga a tener una multiplicidad de relaciones en el marco de la región y esto nos obliga a revisar los resultados de todos estos años.

Naturalmente todas estas cosas son opinables y son pensables. De ninguna manera dejan de tener importancia. De todas maneras el Uruguay logró: a) que el arancel real que va a manejar hacia el exterior lo maneja de acuerdo a su propia conveniencia, cosa que estaba siendo cuestionada; b) la posibilidad de establecer convenios bilaterales más o menos importantes con los países de la región, y esto no es poca cosa; c) aseguró un mercado que hoy venía siendo el cuarto mercado para el Uruguay y que puede ser mucho más rápidamente; d) no se dejó arrastrar por prejuicios de carácter ideológicos. Las decisiones que se tomaron fueron a la luz de la más cruda conveniencia nacional y no se dejan principios por el camino porque en definitiva Paraguay cuando retome el camino mínimo de tener un presidente, cualquiera sea ese presidente, electo por la gente, volverá a tener las mismas relaciones que tenía hasta hoy.