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Actas VIII Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas LAS QUINAS DE CALDAS JOAQUÍN FERNÁNDEZ PÉREZ*, CRISTINA JIMÉNEZ ARTA- CHO** Y JOSÉ FONFRÍA DÍAZ* * UCM, Madrid, *I.E.S. Santa Teresa de Jesús, Madrid. En las postrimerías del siglo XVIII se desató una polémica científica sobre los árboles de la quina en la que intervinieron diferentes botánicos. Francisco José de Caldas (1768-1816) estuvo muy cerca de resolverla definitivamente, pero su traba- jo, como veremos, quedó deliberadamente inédito. Desde el descubrimiento de las propiedades febrífugas de los polvos de la corte- za del árbol de la quina hacia 1640 hasta mediados del siglo, se pensaba que sólo había un árbol cuya corteza daba la mejor quina. Se trataba de la quina verdadera, quina fina o quina de Loja. La describió en primer lugar Charles Marie de La Con- damine, después de pasar por Loja, en 1738 1 . Linneo hizo la descripción del género al que bautizó como Cinchona sp. Este nombre era un homenaje a la Condesa de Chinchón, mujer del Virrey del Perú, que según la leyenda se curó de unas fiebres intermitentes (paludismo) gracias a la administración de este específico. Hubiera sido más correcto llamarle “Chinchona”, pero en latín “Cinchona” se pronuncia igual. Aunque han existido intentos de cambiar este nombre, nunca han prosperado debido a la rigidez de los encargados de velar por la nomenclatura dentro del Co- mité Internacional de Nomenclatura Botánica. Años más tarde Linneo describió la especie con el binomen Cinchona officinalis. En este último caso tuvo a la vista un esqueleto de la planta que le proporcionó José Celestino Mutis (1732-1808) y una lámina que también le fue enviada por el botánico gaditano. Esta especie conocida con varios nombres (quino, cascarillo, árbol de las calenturas, quinquina, peruvian bark...etc.) crece en el bosque nublado andino. El primero en publicar una descrip- ción de este bosque fue un cirujano irlandés llamado William Arrot 2 . Este bosque nunca ha sido habitado aunque sí explotado. El bosque montano andino actúa como una esponja que recoge abundantes lluvias (2.000 a 4.000 mm. al año) y que las va soltando moderadamente en la cordillera oriental para alimentar los grandes ríos 1 LA CONDAMINE, Ch. M. de: “Sur l’arbre de Quinquina”, Memoires de L’Academie des Sciences, 4, 226-243, 1738. 2 Véase: "An Account of the Peruvian or Jesuits Bark, by Mr. John Gray, F.R.S. now at Cartagena in the West-Indies; extracted from some Papers given him by Mr. William Arrot, a Scotch Surgeon, who had gather'd it at the Place where it grows in Peru. Communicated by Phil. Miller, F.R.S. &c. Philosophical Tansactions, Vol. 40, nº 440, 1737.

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  • Actas VIII Congreso de la Sociedad Espaola de Historia de las Ciencias y de las Tcnicas

    LAS QUINAS DE CALDAS

    JOAQUN FERNNDEZ PREZ*, CRISTINA JIMNEZ ARTA-CHO** Y JOS FONFRA DAZ*

    * UCM, Madrid, *I.E.S. Santa Teresa de Jess, Madrid.

    En las postrimeras del siglo XVIII se desat una polmica cientfica sobre losrboles de la quina en la que intervinieron diferentes botnicos. Francisco Jos deCaldas (1768-1816) estuvo muy cerca de resolverla definitivamente, pero su traba-jo, como veremos, qued deliberadamente indito.

    Desde el descubrimiento de las propiedades febrfugas de los polvos de la corte-za del rbol de la quina hacia 1640 hasta mediados del siglo, se pensaba que slohaba un rbol cuya corteza daba la mejor quina. Se trataba de la quina verdadera,quina fina o quina de Loja. La describi en primer lugar Charles Marie de La Con-damine, despus de pasar por Loja, en 17381. Linneo hizo la descripcin del gneroal que bautiz como Cinchona sp. Este nombre era un homenaje a la Condesa deChinchn, mujer del Virrey del Per, que segn la leyenda se cur de unas fiebresintermitentes (paludismo) gracias a la administracin de este especfico. Hubierasido ms correcto llamarle Chinchona, pero en latn Cinchona se pronunciaigual. Aunque han existido intentos de cambiar este nombre, nunca han prosperadodebido a la rigidez de los encargados de velar por la nomenclatura dentro del Co-mit Internacional de Nomenclatura Botnica. Aos ms tarde Linneo describi laespecie con el binomen Cinchona officinalis. En este ltimo caso tuvo a la vista unesqueleto de la planta que le proporcion Jos Celestino Mutis (1732-1808) y unalmina que tambin le fue enviada por el botnico gaditano. Esta especie conocidacon varios nombres (quino, cascarillo, rbol de las calenturas, quinquina, peruvianbark...etc.) crece en el bosque nublado andino. El primero en publicar una descrip-cin de este bosque fue un cirujano irlands llamado William Arrot2. Este bosquenunca ha sido habitado aunque s explotado. El bosque montano andino acta comouna esponja que recoge abundantes lluvias (2.000 a 4.000 mm. al ao) y que las vasoltando moderadamente en la cordillera oriental para alimentar los grandes ros

    1 LA CONDAMINE, Ch. M. de: Sur larbre de Quinquina, Memoires de LAcademie desSciences, 4, 226-243, 1738.2 Vase: "An Account of the Peruvian or Jesuits Bark, by Mr. John Gray, F.R.S. now atCartagena in the West-Indies; extracted from some Papers given him by Mr. William Arrot,a Scotch Surgeon, who had gather'd it at the Place where it grows in Peru. Communicated byPhil. Miller, F.R.S. &c. Philosophical Tansactions, Vol. 40, n 440, 1737.

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    amaznicos. Las diferentes especies que se fueron encontrando habitan todas eneste bosque multiespecfico, a excepcin de la Cinchona pubescens o quina amari-lla, que es la especie ms ecumnica. Su rea de distribucin se extiende desde lasierra de Santa Marta al norte hasta las Yungas bolivianas al sur3.

    Los primeros rboles de la quina crecan en los bosques de las proximidades dela provincia de Loja. Se pens que no los haba en ningn otro lugar. La polmicase inici cuando se encontraron en otros lugares de la cordillera andina. Eran de lamisma especie y tenan el mismo poder febrfugo? Los primeros en encontrarse sonlos de los montes de Cuenca, situada al norte de Loja, y los de Jan de Bracamoros(hoy en Per) al sur. Hoy sabemos que todos estos quinos son especies distintas a laC. officinalis que es la quina fina de Loja. Las especies que se pueden encontrar enCuenca son: C. pubescens, C. macrocalix, C. lucumifolia, C. capuli y C. rugosa.Las que se pueden encontrar en Jan de Bracamoros son: C. pubescens, C. parabo-lica, C. villosa, C. scrobiculata, C. micrantha y C. nitida 4. El descubrimiento deestos cascarillos no levant polmica, ya que se admita que la quina fina era una yslo creca en Loja. Las otras, sin dejar de servir como remedio admitido, no llega-ban a tener las mismas propiedades que la primera. Estos descubrimientos los hicie-ron los propios cascarilleros, gente sin formacin pero con un apreciable conoci-miento emprico del bosque. La explotacin en Cuenca y Jan vino determinada porla escasez de rboles en las zonas prximas a Loja. La costumbre era localizar losrboles para despus tumbarlos y descortezarlos una vez cados. Esta forma de ex-plotacin no tomaba la precaucin de dejar regenerar los rboles y provoc casi laextincin de la quina fina a finales del siglo XVIII. Como consecuencia de elloentraron en el comercio nuevas especies con nombres vulgares (uritusinga, pata degallinazo, costrona fina, cascarilla serrana hoja de lucma, crespilla, hoja ahumadahoja de zambo..etc.).

    Los inicios de la polmica sobre los rboles de la quinaLa polmica de las quinas se inici con el descubrimiento, esta vez de botnicos,

    de otros cascarillos en lugares bastante alejados de Loja. El primer descubrimientofue el de las quinas en Nueva Granada. Este hallazgo se lo disputaron Jos Celesti-no Mutis y Sebastin Lpez Ruiz. El primero botnico de prestigio y con mucho

    3 La C. pubescens es en la actualidad una planta invasiva en la Isla Santa Cruz del Archipi-lago de las Galpagos. Fue introducida a finales del siglo XIX por un hacendado. Hoy formaen algunos lugares un bosque monoespecfico. Es el nico bosque de rboles de quina yconstituye un peligro para otras especies autctonas.4 ANDERSSON, L y Ch. M. TAYLOR: "Rubiaceae-Cinchonaceae-Coptosapelteae" en"Flora of Ecuador" (G. Harling y L. Andersson eds.), n 50. Council for Nordic Publicationsin Botany, M. Bot. Gothesgade, Dinamarca, 1994 y GARMENDIA, A. : El rbol de laquina (Cinchona spp.): distribucin, caracterizacin de su habitat y arquitectura, (DirectorJoaqun Fernndez Prez) Tesis Doctoral de la Universidad Complutense de Madrid. (Indi-ta) 1999.

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    poder, que mantuvo siempre que encontr rboles de quina en los bosques de Tenaen compaa de Pedro Ugarte en 1772. El hallazgo fue comunicado al Virrey Ma-nuel de Guirior: Sobre el mencionado sitio hice al mencionado Ugarte todas lasreflexiones oportunas sobre la utilidad del descubrimiento, facilidad de la conduc-cin a Espaa, los aumentos del real erario combinados con la utilidad pbli-ca...cuanto puede pensarse ocurrira en aquel feliz momento a un naturalista infla-mado con el entusiasmo de un descubrimiento tan til...prontamente di cuenta avarios amigos de esta ciudad [Santa Fe], sin la menor reserva, enseando el rami-llete de la planta viva que conduje a diferentes personas y deseando se vulgarizasensu conocimiento y usos5. Mutis haba llegado a Nueva Granada como mdico delVirrey Messa de la Cerda en 1762. Adems de su trabajo en la corte del Virreyhaba sido introductor de la ciencia moderna y de su enseanza en el virreinato.Pero Mutis era tambin un empresario minero y tena una visin comercial sobre lasriquezas naturales que comparta con otros ilustrados. En su pensamiento siempreandaban juntos su curiosidad cientfica y las posibilidades que tena la ciencia paraaumentar la riqueza econmica. En el mismo ao de 1772 Mutis es ordenado sacer-dote. Segn algunos para protegerse de la Santa Inquisicin, segn otros, con el finde protegerse de sus muchos enemigos, que envidiaban de l su posicin econmicay su poder poltico.

    El primero que polemiz por el descubrimiento fue, el tambin mdico paname-o, Sebastin Jos Lpez Ruiz en 1776. Pretenda ser el primer descubridor en 1774cerca de Santa Fe, pero Mutis defendi su prioridad, basndose en el documentopresentado al Virrey Manuel de Guirior. Aunque en ese ao de la polmica era yavirrey Manuel Antonio Florez. El 12 de agosto de 1776, primero, y el 21 de agostodespus, Mutis se dirige a Florez dndole noticias de su hallazgo y proponindolesacar la quina desde Tena por el ro Magdalena para embarcarla en Cartagena deIndias. De hecho, hay una comunicacin de Florez al Rey (15 de septiembre de1776) en la que le expone que Sebastin Lpez Ruiz ha encontrado cascarilla en losMontes de Tena y que Don Miguel de Santisteban, autor de un informe sobre elestado de las quinas en Loja en 1753, ha certificado su bondad, lo mismo que Mu-tis, que tambin expresa que es de buena calidad. En esa misma comunicacinhace alusin a la existencia de una Real Cdula (23 de mayo de 1776) que prohibael embarque. Se propone enviarla en dos meses6.

    Al ao siguiente, en 1777, se aprueba la Expedicin Botnica a los Reynos dePer y Chile. Los botnicos designados son Hiplito Ruiz (1752-1816) y Jos Pa-vn (1754-1840). Llegan al puerto de El Callao el 8 de abril de 1778 y empiezan a

    5 Archivo del Real Jardn Botnico de Madrid. Archivo de Jos Celestino Mutis. Div. I, 28.6 Todos estos hechos se han obtenido del estudio documental de escritos diversos del Archi-vo General de Indias de Sevilla. Indiferente General, Legajo 1554 y Gobierno de Santa Fe,Legajo 758.

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    herborizar el 4 de mayo en los alrededores de Lima. Nadie ha sealado que una delas posibles instrucciones secretas de estos dos botnicos fuera con toda probabili-dad viajar hacia el norte al encuentro de nuevos rboles de quina.

    Tambin en 1778 Sebastin Jos Lpez Ruiz viaja a Madrid y consigue que Ca-simiro Gmez Ortega (170-1818), Director del Jardn Botnico, le nombre respon-sable de una Comisin encargada de la recoleccin de quina. Esta comisin lamantuvo hasta 1783. El poderoso Gmez Ortega que no consegua que Mutis leobedeciera, le intenta colocar un enemigo en su propia casa. Para ello informa de lautilidad de las quinas novogranadinas. La batalla entre el Director del Jardn y Mu-tis acababa de empezar al apoyar el primero a Lpez Ruiz. Ortega vea tambin laimportancia comercial de las nuevas quinas cuando las de Loja parecan agotarse.El 24 de Noviembre Sebastin Jos Lpez Ruiz es comisionado por Real Cdula,basada en una Real Orden de 21 de noviembre, para descubrir quina7.

    As empieza una lucha sorda entre Jos Celestino Mutis y el mdico panameo.El primero con poder, amigos e influencias que llegaban hasta las ms altas institu-ciones novogranadinas, el segundo como comisionado real y con los apoyos deCasimiro Gmez Ortega. Mutis siempre fue consciente de que su enemigo real erael boticario Gmez Ortega. Era cuestin de esperar a momentos ms favorables.Mientras, el escaso crdito del panameo no poda vencer las dificultades que en-traaba el acopio de grandes cantidades de quina y su transporte hasta la metrpoli.

    Mientras esto ocurra los botnicos enviados al Per continuaban sus herboriza-ciones dirigindose al norte del virreinato en busca de los cascarillos. Desde el 21de mayo herborizaban en Hunuco H. Ruiz, J. Pavn, I. Galvez, J. Brunete y elfrancs Joseph Dombey. En la relacin del viaje que escribi Hiplito Ruiz dice: El4 de julio de 1780, en el sitio de Tambo de las montaas de Cuchero (cerca deHuanuco) hall y describ la cascarilla o quina morada, o Cinchona purpurea8, yes la primera que hasta entonces haba examinado9.

    El hallazgo de otras quinas al sur de Jan de Bracamoros y muy al norte deCuenca en los bosques de Tena termin con la creencia de que slo existan quinasal norte y sur de Loja, pero nunca en lugares tan alejados. Pocos tenan informacinde otra quina encontrada en las Yungas (hoy Bolivia), que se conoca con el nombrede quina calisaya10. De esta quina haba cierto comercio y consumo en Lima. Sevio que el territorio donde crecan los quinos se extenda mucho ms de lo que se

    7 Ibidem.8 Hoy sabemos que la que hay por todos los Andes es C. pubescens.9 Cfr. RUIZ, H.: Relacin Histrica del Viaje que hizo a los Reinos de Per y Chile...Editor J. Jaramillo Arango, Madrid, Academia de Ciencias, 1952, Vol. I, pgs. 152-164.10 Su binomen es Chinchona calisaya. Su corteza result ser la ms rica en quinina, muchams que la de la quina de Loja o quina fina.

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    pensaba. La bsqueda de nuevos bosques que la tuvieran se convirti en una apa-sionante tarea para botnicos y comerciantes. Los primeros buscaban, sobre todo, lafama, y ambos, en cierta medida, el lucro.

    Persista la conviccin de que no haba otra quina que igualase a la quina fina deLoja o quina gris. Los botnicos, buscando el honor o el beneficio econmico, in-tentarn que alguna de las que descubran fuera la misma que la que se criaba enLoja. El conocimiento de las diferentes especies era precario entre los botnicos ylos comerciantes no ponan reparos a un producto en forma de corteza fcil de falsi-ficar y de certificar como beneficioso en las fiebres intermitentes. Mutis, por unaparte, tratara de convencer de que su quina amarilla era la misma que la de Loja,por la otra Ruiz y Pavn pretendan lo mismo con su quina crespilla. Hoy sabemosque la amarilla de Mutis es C. pubescens, con muy poca quinina. La de Ruiz y Pa-vn tampoco era la misma que la Loja, era C. ntida. La entrada de los botnicos,como veremos a continuacin, sembr una confusin, que no ha podido desvelarsehasta estos ltimos aos en que los botnicos han estudiado las diferentes especiessin la pasin de sus predecesores.

    La confusin reinante y la polmica entre botnicos tena un trasfondo doble.Por una parte haba razones de prestigio botnico propia de cualquier confrontacincientfica. Pero por otra, haba motivos econmicos, ya que la corteza era un art-culo escaso y , por consiguiente, caro, que multiplicaba de forma considerable suvalor, desde su extraccin en los bosques nublados y posterior e interminable trans-porte hasta que se venda en las boticas de Europa. Era un especfico que dejabagrandes beneficios en todas las manos por las que pasaba. Su escasez se deba, poruna parte al aumento el nmero de personas que podan pagar a un mdico y laquina que les recetara, y por otra a la desaparicin de rboles en los lugares tradi-cionales de explotacin11, Se haba producido un aumento considerable de su pre-cio. Los botnicos que estaban imbuidos por el pensamiento econmico ilustrado,que consideraba que los recursos naturales eran una buena fuente de riqueza, veanen los rboles de la quina un bien que poda reportar considerables beneficios. Susactividades cientficas se justificaban as ante los gobernantes. El que tena msventajas para aprovechar con inteligencia y medios el recurso era sin duda Mutis,dada su experiencia y xito en otros asuntos empresariales. En menor medida Casi-miro Gmez Ortega, como intermediario, desde la metrpoli y con su influenciaentre los boticarios y los miembros de la Real Botica, tambin poda jugar un papelrelevante en el comercio de la corteza.

    11 En 1782 elabor un informe muy detallado sobre la situacin de los bosques de quina eljuez visitador Jos Garca de Len y Pizarro, en el que se recomienda el acotamiento de losbosques y su custodia para que no se saque corteza sin permiso. Archivo General de Indiasde Sevilla, Indiferente General, Legajo 1554.

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    El rechazo de las quinas novogranadinasLos anlisis que se hicieron de las quinas de Nueva Granada fueron favorables a

    las mismas. Primero fue el mismo Casimiro Gmez Ortega el que las manda anali-zar en Francia. Los acadmicos ven en una de las dos muestras enviadas, la roja12,grandes similitudes en sus hojas con la quina descrita por La Condamine y con laque se encontraba en el herbario de Jussieu. En la otra, la blanca13, creyeron reco-nocer una que Jussieu haba considerado sin virtud. Los resultados de estos anlisisqumicos fueron favorables a la quina roja y desfavorables para la quina blanca14.

    Con el mismo propsito, las quinas novogranadinas pasan a travs de LpezRuiz a la Real Botica donde se someten a examen. Se dictamina que el anlisis yseparacin de los principales componentes de esta quina con el mtodo que pres-cribe la Qumica, se hallaron semejantes e idnticos [los de la quina de Santa Fe] alos que se extrajeron de la quina ms selecta de Quito... Detrs de este dictamenestarn los intereses de Gmez Ortega, que tiene a su agente Lpez Ruiz bien situa-do en Santa Fe de Bogot como comisionado regio, pero cuando ste ltimo cae endesgracia, esas cortezas en manos de Mutis dejan de tener tan excelentes propieda-des.

    Mutis cre una empresa de altos vuelos para hacerse con cantidades considera-bles de quina. El acopio lo harn cascarilleros a los que se les instruye para quereconozcan las cuatro quinas (blanca, gris, amarilla y anaranjada) y se les enseacomo descortezar los rboles y como secarlas a continuacin. Una serie de facto-ras, la principal en Honda a orillas del Magdalena, la recibirn y se empacaran,debidamente envueltas en lienzo, en corachas y cajones. El transporte se har enchampanes aguas abajo del Magdalena y de este por el Canal del Dique si estuvierapracticable o por tierra llegaran al puerto de Cartagena de Indias. Hay que tener encuenta el abaratamiento del transporte que supona esta va, ya que, desde 1770, laruta por mar se haca desde El Callao doblando el Cabo de Hornos, y no por Pana-m como se haba hecho hasta entonces15.

    El 30 de abril de 1783 con el aval del virrey Caballero y Gngora, y en noviem-bre con la confirmacin de una Real Cdula, se aprueba la Real Expedicin a Nueva

    12 Bautizada como C. oblongifolia, hoy sabemos que es Ladenbergia oblongifolia. Una ru-bicea como los quinos pero de distinto gnero y sin quinina.13 Bautizada como C. ovalifolia, hoy sabemos que es Ladenbergia macrocarpa. Sin ningunaquinina en su corteza.14 Reflexions sur deux especes de Quinquina dcouvertes novellment aux environs de Sta-F, dans lAmerique Mridionale, Memoires de la Societ Royale de Medecine, 1779, pgs.253-263. Este examen los efectuaron como comisarios Daubenton, Macquer, Bucquet , deJussieu y Cornette.15 Archivo General de Indias de Sevilla. Indiferente General, Legajo 1552.

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    Granada. Quedar al cargo de mi expedicin, con mi compaa la historia de todala Amrica Septentrional, dignndose Su Majestad prescribir por lmites de susreales misiones la Lnea Equinoccial; para que los botnicos del Per sigan recono-ciendo los extensos dominios de la Amrica Meridional16, escriba Mutis.

    Das despus de la creacin de la expedicin, el 21 de noviembre Casimiro G-mez Ortega reclama la necesidad de que se intercambien datos las dos expediciones.Su pretensin era tener el control de los trabajos y descubrimientos de ambas mi-siones reales. En el caso de Mutis no lo va a conseguir. El gaditano se resisti aenviar nada a Gmez Ortega. No tena ninguna confianza en l desde que protegi aSebastin Lpez Ruiz en su contra.

    En este mismo ao de 1783 se produce una gran escasez de quina. El especficono llegaba a sus destinos debido a la guerra con Inglaterra (1779-1783), que acaba-ra con la firma de la paz de Versalles. El 7 de agosto de 1783 Mutis le escribe unacarta a Caballero y Gngora17 en la que le indica la presencia de rboles de quina enlos montes de Tena, Guayabal y Montaa de Santa Isabel en tierras de Calandayma,ladera boreal de la serrana de Fusagasug y en Popayn. En este ltimo lugar se laconoce con el nombre de palo requesn18 y se haca de la corteza un extracto pormaceracin que tena mucha aceptacin en el comercio. Todas ellas, considerabaMutis, eran de la misma especie, aunque hoy sabemos que no es as. Por ejemplolas de Popayn podran ser C. pitayensis, pubescens o lancifolia. Y entre las otrasestaban stas y algunas especies de otras rubiceas como Ladenbergia sp. En lamisma carta reconoce la necesidad de saber si se trata de la misma especie que lareputada quina fina de Loja. Propone Mutis, que goza del favor de Caballero yGngora, unificar las dos expediciones, pero en Amrica, no en Madrid como pre-tende Gmez Ortega. Esta unificacin sera centro de nuestras conferencias y l-mites de las Reales Expediciones. Mutis estaba advirtiendo que los botnicos de laotra expedicin se iban acercando a la Audiencia de Quito, que perteneca al virrei-nato de Nueva Granada y era la demarcacin gubernamental de Loja. El sabio ga-ditano era consciente de que slo en la ciudad ecuatoriana podra dirimirse si lasquinas suyas o las de los expedicionarios del Per eran iguales a la quina fina deLoja (C. officinalis). Pero por razones inexplicables la expedicin que pretendaMutis para aclarar cientficamente el asunto no lleg a crearse. Tal vez preferiramantener la duda, que llegar a ninguna certeza. Era el ao de 1783 y se tardarancasi 20 aos en emprender esta decisiva intervencin para aclarar este asunto, aun-que, como se ver, nunca se hizo pblico el dictamen que quitara la razn al gadi-tano. Los prximos cinco aos sern muy importantes y decisivos para las quinas de

    16 Archivo del Real Jardn Botnico de Madrid. Archivo de Jos Celestino Mutis, Div. I, 29-31.17 Archivo General de Indias de Sevilla, Indiferente General, Legajo 1554.18 En Popayn hay tres especies de quina: C. pubescens, lancifolia y pitayensis.

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    Nueva Granada, pero el asunto crucial de comprobar si las quinas de esa regin ylas del Per son iguales o no a la de Loja quedar sin resolver.

    Mutis consigue desacreditar en 1784 a Sebastin Jos Lpez Ruiz de forma de-finitiva, primero haciendo valer su prioridad en el descubrimiento de las quinas enNueva Granada y luego mostrando que se trata de una persona muy poco de fiar.Para ello desplegar toda su influencia ante su amigo el cordobs virrey y arzobispoAntonio Caballero y Gngora. Consigue unirlo a su causa, despus de defender suprioridad con testigos y mostrando el documento que envi al anterior virrey Florez.Para desacreditar a Lpez Ruiz pedirn a Panam informes sobre su ascendencia. Elinforme enviado desde Panam certifica sus orgenes negros, cosa que ha ocultadotanto Sebastin Jos como su hermano cannigo en la catedral de Quito19. Estamancha, ocultada deliberadamente por los dos hermanos hace caer su credibilidad ysu estima en los crculos del poder colonial. Lpez Ruiz ha dejado de ser enemigo,pero Gmez Ortega est en Madrid y espera un momento ms oportuno para devol-ver el golpe a Mutis.

    La Real Botica haba quedado desabastecida ya que las remesas de 1779 a 1782no haban podido ser enviadas en la flota por temor a que fueran apresadas por laarmada inglesa. Mutis, sin la presencia de Lpez Ruiz consigue montar una podero-sa empresa de acopio de cortezas. El primer envo de cortezas novogranadinas seproduce a comienzos de 1785. Hay una carta de Pedro Lpez de Lerena a Jos deGlvez (18 de febrero de 1785) en la que le da cuenta de la llegada a Madrid, pro-cedentes de la Casa de Contratacin de Cdiz de 18 cajones y dos churlas conmuestras de quina descubierta en Santa Fe y enviadas por el Virrey Caballero yGngora. La junta de expertos las declara tiles20.

    Al ao siguiente, en 1786, llegar tambin quina peruana. Jorge Escobedo, In-tendente de Lima, le comunica al Marqus de Sonora que le enva corteza de quinade las Intendencias de Trujillo y Tarma. Se trata de la recolectada en las montaasde Huanuco con el asesoramiento de los expedicionarios del Per . All hacia co-mercio Jos Antonio Lallave uno de los ms aplicados y que ms se han distingui-do en la prolijidad, aseo y fomento de este fruto21.

    Francisco Zalamea ser el encargado por Mutis, y con el apoyo del mismo vi-rrey, de montar la estructura del acopio de quinas. Contaba con Pedro Fermn de

    19 Hay un largo informe a este respecto en el que se hace alusin a los orgenes negros porparte de la madre de Sebastin Lpez Ruiz. En la poca la ocultacin del origen era muyfrecuente ya que para muchas actividades se requera certificar limpieza de sangre. ArchivoGeneral de Indias de Sevilla, Indiferente General, Legajo 1754.20 Archivo General de Indias de Sevilla. Indiferente General, Legajo 1554.21 Ibidem.

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    Vargas, que actuaba como factor. Era oficial de la secretara del Virrey y hombre desu absoluta confianza. A sus rdenes tena un contador, un oficial mayor y un ofi-cial segundo guardalmacn y un guardalmacn segundo y sobrestante. Ademscontaba con un factor subalterno en la parte occidental de la Cordillera Oriental enel valle de Fusagasug y otro en la Cordillera Occidental y un guardalmacn dedepsitos de Mariquita y otros en Barranca y Cartagena. Los cajones de quina viaja-ran por el Magdalena desde Honda hasta la Barranca del Rey. Para ello Mutis ela-bora un Proyecto de Navegacin Real por el Magdalena con el fin de evitar eltransporte en champanes, que resultaba muy costoso y peligroso. Este proyectonunca llegara a ejecutarse. Los cosecheros, como en los montes de Loja, de Cuencao de Jan de Bracamoros reciban dinero de los Oficiales Reales para acopiarla en elbosque. La primera entrega de 2.000 pesos genera en cinco meses la entrega de15.000 libras [6.901 kilos] de quina de las tres especies. Se hace al Interventorencargado de recibirla y examinarla22. Para el asoleo de las cortezas consiguieron enHonda un lugar llamado El Tejar y el empaque se haca como en Loja colocando lascortezas sobre lienzo, metindolas en cajones y forrando estos de cuero para prote-gerlos de la humedad, que se presupona el peor enemigo de las cortezas. El prop-sito era producir 200.000 libras [92.016 kilos]. El estanco de la quina, cosa muy malvista por la mayora de los comerciantes, estaba montado sin que sienta el pblicola falta de quina por la prohibicin absoluta de la del Per. Era una operacin des-tinada, sobre todo, a suplir el acotamiento y descanso en la saca de los bosquesquineros de Loja.

    Los del Per tampoco se dorman. El 12 de enero parten de Hunuco hacia LimaJos Pavn y Francisco Pulgar con 15 macetas con arbolitos de quina destinadas ala pennsula. Mientras Hiplito Ruiz se queda all con Juan Jos Tafalla23.

    La empresa de Nueva Granada prometa y se iban alcanzando los objetivos pro-puestos. El 8 de septiembre de 1786 recibe Caballero y Gngora una Real Orden de2 de marzo para que remita quina. La respuesta no se hace esperar. El 30 de di-ciembre el Virrey le enva una carta al Marqus de Sonora en la que le dice: ...en elregistro inmediato que conduce la fragata Fortuna de cuenta de Su Majestad sehallan embarcados 90 cajones de ese especfico con el peso neto de 629 arrobas y

    22 Sobre la estructura organizativa del acopio de quina en Nueva Granada vase una carta deCaballero y Gngora al Marqus de Sonora y varias cartas de Francisco Zalamea a Mutis.Archivo General de Indias. Indiferente General, Legajo 1554.23 El 7 de marzo la Corona autoriz la incorporacin de dos nuevos botnicos a la Expedi-cin de Per y Chile. Juan Jos Tafalla haba sido boticario en Navarra y Francisco Pulgarera pintor de Toledo. Llegaron con el Regimiento de Infantera Soria como soldados a Lima.En la capital del virreinato se les instruy para su trabajo. Su llegada a Hunuco tiene lugarel 20 de noviembre de ese mismo ao.

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    Actas VIII Congreso de la Sociedad Espaola de Historia de las Ciencias y de las Tcnicas

    18 libras [7.243 kilos]. Esta peticin se deba a la existencia en 1786 de una gene-ral constelacin de tercianas en Espaa.

    A ese envo le siguen otros posteriores. Despus de un ao de acopio habanconseguido 30.000 arrobas [345.060 kilos] en abril de 1787. El virrey Caballero yGngora satisfecho por el xito le dice al Marqus de Sonora:

    ...siempre ser muy gustosa para m esta admirable abundancia de quina, perolo ser mucho ms en el da de haverse ya establecido el estanco porque vean todosel depsito inmenso que guardbamos y porque V.E. conozca que el proyecto deMutis no es de la clase de aquellos que ofreciendo mucho futuro no cumplen cosaalguna la presente. Jams se dir que Mutis ha calculado al ayre..24.

    Ms modestamente continan los envos del Per. El 20 de abril de 1787 el Vi-rrey del Per le anuncia la salida de slo 29 cajones con unos 1.000 kilos. La batallaentre la empresa de Mutis y la que se haba organizado en Huanuco no tena compa-racin. En 1788 hay una carta del virrey del Per De Croix a Antonio Valds, nuevoministro que haba sustituido en Guerra y Hacienda al marqus de Sonora, en la quele da cuenta de la existencia de quina calisaya en la provincia de Yungas, entre Lapaz y Oruro, por entonces ya perteneciente al Virreinato del Ro de la Plata. Ya en1786 Miguel Rubn de Celis haba llegado a Cdiz con 120 quintales [5.521 kilos]de quina calisaya. Esta quina ya se conoca en Lima, pero su situacin en las proxi-midades de las misiones de los jesuitas y fluvialmente prxima a los portugueseshaba desaconsejado su explotacin25.

    Fueron aos cruciales en los que una epidemia haba desatado la llegada de cas-carilla de muy diversos lugares. Las quinas novogranadinas fueron las que arribarona Cdiz en unas cantidades inesperadas. Al principio fueron bien recibidas. Se con-taba con la aprobacin que haban tenido las enviadas por Sebastin Jos LpezRuiz, pero las circunstancias haban cambiado. Por una parte era la ocasin espera-da por Casimiro Gmez Ortega para devolverle a Mutis el desprecio que haba ma-nifestado a sus requerimientos de controlar la Real Expedicin a Nueva Granada osu alianza con su enemigo Cavanilles, por otra el rechazo de comerciantes y botica-rios a una entrada masiva y no deseada de cascarilla que dara al traste con la esca-sez de corteza y provocara una cada de los precios en los mayoristas y minoristas.Haba que disear con urgencia un plan para desacreditar esas quinas. Y as se hizo

    24 Cfr. Legajo 1554, folios 645-646, Indiferente General, Archivo General de Indias de Sevi-lla.25 Vase JIMNEZ ARTACHO, C., J. FERNNDEZ PREZ Y J. FONFRA DAZ: His-toria Natural y cultivo de la quina calisaya" en "Estudios de Historia das Ciencias e dasTcnicas" (Actas del VII Congreso de la SEHCYT) M.A. Lires y cols. ed., Pontevedra,2001, Tomo II pgs. 855-864.

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    Actas VIII Congreso de la Sociedad Espaola de Historia de las Ciencias y de las Tcnicas

    sin que apareciera nunca el nombre del Director del Jardn Botnico ni la protestade los comerciantes. La ciencia saldra en ayuda, como otras veces, de los intereseseconmicos. Para mayor gloria de semejante decisin, hoy sabemos que esas corte-zas o tenan escaso poder febrfugo, caso de la quina amarilla, o nulo en el caso dela roja, la blanca y la anaranjada.

    El reconocimiento de las quinas a principios de 1788 es desfavorable. Al princi-pio el reconocimiento lo hacen boticarios de Cdiz. Por ejemplo Mateo RodrguezSnchez y otro boticario que firma como Alexandro R. Dice en su informe que esde una calidad no conocida y que "..no la reputamos por quina y si tiene algunavirtud para la salud pblica slo la experiencia puede decirlo26. El protomdico deCdiz hace pruebas en el Hospital, donde no tena muchos tercianarios y los quehaba eran casos benignos. Sus conclusiones fueron que 3 muestras de quinas res-pondieron sin lentitud, dos muestras resultaron sin efectos y 7 muestras de quinacolorada mostraron efectos muy escasos. Mutis informa en 1788 de 6 nuevas espe-cies de quinas en Santa Marta. All haba enviado como comisionado a Fray DiegoGarca. Se hacen pruebas sobre estas nuevas quinas encontradas en la montaa delAlguacil. De esta el Boticario mayor de la real Botica dice:...por sus accidentesexteriores, olor, contextura, sabor..etc. difiere enteramente esta corteza de aquellaque tenemos conocida...aunque en sus principios no deja de tener alguna analogacon aquellas de que consta la quina selecta de las provincias de Loxa, Quito, Zamo-ra...etc.. Los anlisis de la real Botica y Mdicos de Cmara (Manuel del Pueyo,Francisco Martnez Sobral y Jos Masdevall) no son distintos. Se quejan de quetienen escasa cantidad para someterla a experimentos decisivos. Se le piden a Mutisexperiencias contrastables, que no llega a remitir. Las quinas enviadas desde NuevaGranada empiezan a tener problemas. Anlisis poco concluyentes, examinadoresque no ven en ella las mismas caractersticas que reconocen en otras y, ante la duda,mostrarn muchas reservas hacia su bondad. Estaba detrs de su desaprobacinGmez Ortega y su crculo de influencias? Eran los comerciantes los que determi-naron que no les convena la entrada masiva de esas cortezas? No lo sabemos porlos documentos consultados y, con toda posibilidad, ser difcil tener apoyo docu-mental. Pero no es muy arriesgado manifestar sospechas. La realidad, como se hadicho mas arriba, era que la mayora de la corteza era muy pobre en alcaloides ygran parte de la misma perteneca a especies que no tenan ninguna cantidad. Elltimo envo de 177 cajones con ms de 21.000 kilos se detiene en Cdiz el 17 dejunio para que no se conduzcan a Madrid. A finales de septiembre de 1788 tambinse tratar de que no partan ms envos desde Cartagena de Indias, si antes no setienen anlisis definitivos sobre la bondad de esas quinas. Todava se harn intentosde hacer llegar ms cajones el 25 de octubre (735 con un peso de 87.000 kilos). Elacopio ha sido extraordinario y no se dan por enterados del rechazo. El Marqus deBajamar, sumiller de corps, declara el inconveniente de la quina de Bogot el 25

    26 Cfr. Legajo 1554, folio 1323, Indiferente General. Archivo General de Indias de Sevilla.

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    Actas VIII Congreso de la Sociedad Espaola de Historia de las Ciencias y de las Tcnicas

    de febrero de 1789 y prohbe los envos a la Corte. A partir de ese momento la ni-ca quina que recibe la Real Botica ser la de Loja, adulterada con bastante probabi-lidad.

    Todo este trabajo y el empleo de cascarilleros y empleados se pierde en los do-cumentos administrativos, que no vuelven a hacer mencin de esta empresa. Nosabemos si continu para satisfacer las demandas del mercado privado, el esfuerzoempresarial desarrollado con los auspicios del virrey y el diseo de Mutis. Aosdespus, en 1790, Mutis traslada su casa de botnica de Mariquita a la capital SantaFe de Bogot. Al proyecto expedicionario se suman sus cuatro discpulos JuanBautista Aguiar, sus sobrinos Jos y Sinforoso Mutis y Francisco Antonio Zea(1766-1822). Este ltimo viaj a los quinares de Fusagasug entre 1792 y 1794. Zeafue acusado de conspiracin y extraditado junto con Sinforoso Mutis. En Cdizsufrieron prisin. Despus de su prisin severa Zea actuara en Cdiz de correspon-sal comercial de Mutis en lo relativo a las quinas. El negocio de las cortezas nohaba finalizado.

    El 19 de octubre de 1788 J. Pavn e I. Glvez llegan a Madrid y el 16 de di-ciembre lo hara Hiplito Ruiz. La expedicin no se ha disuelto, quedan en PerTafalla, Manzanilla y Pulgar. Estos ltimos realizaran encargos de sus jefes entran-do en el territorio de la Audiencia de Quito.

    La polmica en las obras quinolgicasEl problema de la identificacin precisa de las quinas quedaba sin resolver. Aho-

    ra el asunto quedaba en manos de los botnicos. Seran capaces de ponerse deacuerdo? o, por el contrario, mantendran sus convicciones sin reconocer sus erro-res? La polmica mezclada con asuntos econmicos e intereses particulares no ten-dra una solucin fcil. Una carrera para resolver estos enigmas sobre las quinascomenz por parte de las dos expediciones, la del Per y la de Nueva Granada.Francisco Jos de Caldas, perteneciente a esta segunda, fue el nico que ofreci lasolucin. Su subordinacin a Mutis, como veremos ms adelante, no permiti quese hicieran pblicas sus certeras y definitivas observaciones.

    En 1787 la guerra entre botnicos se haba desatado con la publicacin de unacarta de un vecino de Lima, que ms adelante se identificara como enviada porHiplito Ruiz, criticando el trabajo de Cavanilles sobre las Monadelfas. Probable-mente detrs de esta carta estuviera Gmez Ortega, que vea en Cavanilles su peorenemigo. Mutis ha visto fracasar su empresa de hacerse con el aprovisionamientode la Real Botica y el de otros comerciantes mayoristas. No sabemos si la empresase mantuvo para sacar quina y venderla en otros lugares o incluso sacndola decontrabando. En los documentos administrativos desaparece el rastro. Pero las qui-nas se siguieron vendiendo, incluso cuando se declar la independencia de las colo-nias y se cre la Repblica de Colombia. El sabio gaditano tratar de defender susquinas. Para ello con 58 aos confecciona en Mariquita un artculo que lleva por

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    Actas VIII Congreso de la Sociedad Espaola de Historia de las Ciencias y de las Tcnicas

    ttulo Instruccin formada por facultativo por muchos aos en Per, relativa a lasespecies y virtudes de la quina. Este folleto aparecera publicado en 1792, firmadopor su autor, Mutis, al final y fechado en Mariquita el 4 de octubre de 179027. Elttulo se contina con una apostilla que dice para su mejor uso, formada al tiempoque remite algunas pociones de tres de ellas para su reconocimiento. TodavaMutis abriga la esperanza del reconocimiento de sus quinas. En este folleto se quejade que l ha discernido entre esas especies. Mientras lo frecuente era la mezclatumultuaria, con que se confunden en el comercio, llevando a Europa en unas mis-mas remesas y caxas dos o mas especies rebueltas con el nombre general de Quina.Se queja de la falta de luces con la que se haba procedido en el reconocimiento,eleccin para la venta y aplicacin a los enfermos desde los tiempos de su descu-brimiento y seala las opiniones equivocadas que se mantenan. Una era la predi-leccin de la quina fresca sobre la que llevaba tiempo desprendida del rbol, la delos canutos y caas de las ramas sobre el cortezn del tronco, que se llamabansuertes, y la discusin sobre las prdidas que se originaban si estaba reducida apolvo fino en lugar de grueso.

    Seala como su quina roxa, desechada en tiempo de abundancia, fue vendidacon facilidad en Londres, Holanda y Suecia. Retenida en Cdiz durante dos aos y,por consiguiente, nada fresca, costaba a 16 reales la libra, mientras que la fresca delPer no alcanzaba los 4 reales. Las tres quinas enviadas eran la naranjada, la roxa yla amarilla. La blanca la dejaba para una siguiente remesa. Para l tenan diferentescualidades: La Divina providencia nos ha franqueado cuatro especies de Quinaoficinales realmente distintas, y de virtudes eminentes en su lnea: nos las dispenstambin su liberalidad con indicios positivos de su abundancia relativa a sus virtu-des contra las enfermedades en que deben consumirse, equilibrando la produccin ysurtimiento del remedio con la necesidad28. Segn Mutis, la virtud febrfuga slocorresponda a una especie y a las otras se les supona. De aqu ha resultado que sehaga tragar tanta quina a los enfermos, con el empeo de cortar las accesiones, y sialgunas veces se logra el efecto deseado con las especies de virtud indirecta, serpor una feliz casualidad de origen desconocido, porque tal vez con mas frecuencia,o no se consigue tan pronto el buen efecto, burladas las esperanzas, y aburridos lospacientes y los mdicos, o se han cometido yerros inevitables, que vence la natura-leza, o cubre la sepultura29. La quina naranjada es para Mutis la primitiva y la devirtud mas febrfuga30. La quina roxa la considera remedio abrasador y la calificade incendiaria. La considera astringente y apropiada para las gangrenas y los pro-

    27 MUTIS, J.C.: Instruccin formada por un facultativo por muchos aos en Per, relativa alas especies y virtudes de la quina, Cdiz, Manuel Ximnez Carreo, 179228 Cfr. ibidem, pg. 8.29 Cfr. ibidem, pg 9.30 En eso tena razn, ya que era C. lancifolia, con mayor contenido en quinina que la amari-lla (C. pubescens).

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    Actas VIII Congreso de la Sociedad Espaola de Historia de las Ciencias y de las Tcnicas

    blemas musculares, era abundantsima en los bosques. A la quina amarilla laconsi-dera Mutis muy parecida a la naranjada y con virtudes indirectamente febrfugas ysu eficacia se extenda a todas las calenturas ptridas y es purgante. La quina blan-ca que haba merecido u desmerecido de la real aprobacin era eminentementexabonosa y actuaba en las enfermedades crnicas y la considera activa en las en-fermedades inflamatorias de las entraas grandes y pequeas del cuerpo humano.Como las dos anteriores era slo "indirectamente febrfuga". Sorprende como elsimple empirismo puede llega a sealar virtudes en las diferentes especies.

    En 1790 tanto J. Pavn como I. Glvez solicitan trasladarse a Quito como qu-mico-mdico y acompaante, pero el gobierno rechaza la peticin. Se enva a Lojaal botnico Vicente Rodrguez Olmedo por indicacin de Casimiro Gmez Ortega.Este botnico ser encargado de las quinas, pero su labor dejar mucho que desear.Tafalla acompaa en este mismo ao a los miembros de la expedicin de Malaspinaa Hunuco.

    En el ao 1792 aparece publicada en Cdiz la Instruccin de Mutis, sealadams arriba, y la Quinologa de Hiplito Ruiz con prlogo firmado en 179131. Laobra de Ruiz supera con mucho a la de Mutis, poco amigo de dejar constancia porescrito de sus trabajos botnicos y quinolgicos. De hecho su obra El Arcano de laQuina, presentada a Caballero y Gngora en 178832 no se publica hasta 1793 enforma de entregas semanales y completo despus de su muerte. Lo mismo ocurricon su Historia de los rboles de la Quina33.

    Los botnicos del Per tambin publicaron sus quinas incluidas en los tres tomosde la Flora del Per y Chile34 de 1794 a1802. Cavanilles critic los comentarios

    31 RUIZ, H.: Quinologa o tratado del rbol de la quina o cascarilla con su descripcin y lade otras especies de quinos nuevamente descubiertas en el Per; del modo de beneficiarla, desu eleccin, comercio, virtudes, y extracto elaborado con cortezas recientes, y de la eficaciade este, comprobada con observaciones; a que se aaden algunos experimentos Chmicos, ynoticias acerca del Anlisis de todas ellas, Madrid, Vda. E hijos de Marn, 1792.32 Archivo General de Indias de Sevilla, Indiferente General, Legajo 1554, folios 1444-1448.33 A partir de mayo de 1793 se publica en el Papel Peridico de Santa F: El Arcano de laQuina. Revelado a beneficio de la humanidad. Discurso que contiene la parte mdica de laquinologa de Bogot y en que se manifiestan los yerros inculpablemente cometidos en laprctica de la medicina por haberse ignorado la distincin de las cuatro especies oficiales deeste gnero, sus virtudes eminentes y su legtima preparacin: conocimientos que ofrece elplan de reforma en la nueva prctica de esta preciosa corteza en entregas semanales. Laobra completa se public mucho ms tarde: MUTIS, J.C.: El Arcano de la quina. Discursoque contiene la parte mdica de las cuatro especies de quinas oficinales, sus virtudes emi-nentes y su legtima preparacin, Madrid, I. Ibarra, 1828.34 RUIZ, H. y J. PAVN: Flora Peruviana et Chilensis, sive descriptiones, et icones planta-rum peruvianarum et chilensium, secundum Sistema Linnaeanum digestae, cum characteri-

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    Actas VIII Congreso de la Sociedad Espaola de Historia de las Ciencias y de las Tcnicas

    que vierten los autores en el comienzo del primer tomo. Las relaciones siguen sien-do tensas y las controversias continuas. Despus de la publicacin en 1801 en losAnales de Historia Natural de un artculo firmado por Zea en el que se dan a cono-cer las cuatro quinas de Mutis35, se publicara un Suplemento a la Quinologa(1801) firmada por Ruiz y Pavn. En ella se encuentra la respuesta con el ttuloRespuesta a la Memoria de las quinas de santa Fe que insert Francisco Zea...36.

    Antes haban ocurrido hechos muy graves que haban perjudicado muy seria-mente al poderoso Jos Celestino Mutis, como acabamos de ver. La polmica se hatrasladado a los escritos botnicos. Detrs de las diatribas botnicas estaban losperjuicios econmicos causados a Mutis al ser rechazadas sus quinas para la RealBotica. Las quinas acopiadas por la empresa montada por Mutis, a pesar de todo eldebate, se siguieron vendiendo. A finales de 1800 Zea viaja a Pars con el objetivode conseguir anlisis favorables para las quinas novogranadinas37.

    Como puede apreciarse despus de las desavenencias sobre las quinas, que pro-vocaron el rechazo de las de Nueva Granada, aparecen entre 1790 y comienzos desiglo obras quinolgicas, unas de carcter ms bien mdico y reivindicativo y otrasde carcter ms sistemtico. Y todos intentan arrimar el ascua a su sardina. Ningunorecogindolas todas, comparndolas, sobre todo con la fina o verdadera. Yametidos en el nuevo siglo todos se convencen de que la solucin estara acercndosea los bosques prximos a la ciudad de Loja y a otros lugares para comparar unas yotras especies.

    La solucin del enigma de las quinas por Francisco Jos de CaldasLos primeros, que puestos sobre aviso de la polmica por Mutis, deciden pasar

    por Loja en su viaje desde Quito hasta Lima son Alexander von Humboldt y AimBonpland. Los viajeros fueron recibidos de forma apotesica por Mutis. Este lesensea su quina oficinal, y les dice que es la que le mand a Linneo, y que ste latuvo delante cuando describi la especie Cinchona officinalis38. Humboldt defendi

    bus plurim generum evulgatorum reformatis Madrid, I. Gabriel Sancha, 1794-1798-1802. 3tomos.35 ZEA, F.A.: Memoria sobre la quina segn los principios del Sr. Mutis, Anales de Histo-ria Natural, mes de septiembre de , Tomo II, Imprenta Real, 1800, pgs. 196-235.36 RUIZ H. y J. PAVN: "Suplemento a la Quinologa en el qual se aumentan las especiesde Quina...", Madrid, I. Vda. e Hijo de Marn, 1801, pgs. 110-120.37 SOTO ARANGO, D.: Francisco Antonio Zea. Un criollo ilustrado, Madrid, Doce calles,2000 y GONZLEZ BUENO, A.: Gmez Ortega, Zea, Cavanilles. Tres botnicos de laIlustracin. La ciencia al servicio del poder, Madrid, Nivola, 2002.38 Este hecho no es cierto, ya que el envo a Linneo se hace antes de haber encontrado Mutisla quina amarilla (C. pubescens). La que le enva es la de Loja que, a su vez, le haba propor-cionado Miguel Santisteban. Vase FERNNDEZ PREZ, J. y A. GARMENDIA: Estam-

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    Actas VIII Congreso de la Sociedad Espaola de Historia de las Ciencias y de las Tcnicas

    a Mutis como primer descubridor de las quinas novogranadinas en una carta dirigi-da al hermano de Sebastin Jos Lpez Ruiz. Ambos extranjeros estn convencidosde haber cumplido su propsito durante su estancia en Loja (los das 23 a 28 dejulio del ao 1802), pero lo nico que hacen es comprobar que la oficinal que les haenseado Mutis como igual a la de Loja, su quina amarilla (C. pubescens) no coin-cide con la quina verdadera de Loja. Con las consecuencias que tiene la premura ala quina verdadera la bautizarn de nuevo con el binomen Cinchona condaminea.Establecen su distribucin altitudinal y su rea geogrfica de manera errnea. Sucontacto con el botnico Olmedo es decepcionante. No sabe nada de rboles dequina y su preparacin botnica le impide emitir juicios sobre el asunto. Humboldty Bonpland en su corta estancia crean mayor confusin y se basan en datos de se-gunda mano para establecer su distribucin geogrfica39.

    Los dos viajeros extranjeros inauguran lo que podramos considerar como unacarrera a destiempo para desvelar definitivamente quien tiene razn en la polmicade las quinas.

    El siguiente en plantearse la resolucin del enigma de las quinas es FranciscoJos de Caldas (1768-1816). Este astrnomo y gegrafo aficionado natural de Po-payn decide estudiar botnica a partir de 1796. Su encuentro con Humboldt yBonpland el 31 de diciembre de 1801 en el empedrado acceso de la bella ciudad deIbarra (hoy Ecuador) le ha colmado sus ansias de discutir con cientficos. Humboldtle alaba su formacin autodidacta y en solitario en una sociedad ajena al progresocientfico. Caldas les acompaa y trabaja con ellos en febrero y marzo de 1802,primero en la Quinta de los Selva Alegre en Chillo, luego en el Antisana y final-mente en Quito. Su relacin con Humboldt le acaba resultando decepcionante y sequejar ante Mutis acusando al prusiano de disoluto y libertino40. La formacinautodidacta de Caldas como astrnomo y la precisin de sus medidas geogrficashan sorprendido al sabio alemn, pero no son motivos suficientes para admitirlocomo compaero y confidente. Entre los dos hay un abismo cuyas causas han intri-gado a muchos bigrafos de Caldas41 y de Humboldt. El joven sabio prusiano ha

    pas y descripciones del rbol de la Quina", Tomo extraordinario125 Aniversario de laRSEHN, 1996, pgs. 497-500.39 Vase FERNNDEZ PREZ, J., J. FONFRA DAZ y C. JIMMENZ ARTACHO:Alexander von Humboldt y los rboles de la quina, en Estudios de Historia das Ciencias edas Tcnicas (Actas del VII Congreso de la SEHCYT) M.A. Lires y cols. eds., Pontevedra,2001, Tomo pgs. 295-312.40 Vase correspondencia de Caldas con Mutis en el Archivo del Real Jardn Botnico deMadrid y FERNNDEZ PREZ, J.: Humboldt. El descubrimiento de la naturaleza Ma-drid, Ed. Nivola, 2002.41 La ms reciente biografa de Caldas es muy elocuente en relacin con este asunto. En ellase mantiene la diferencia entre el joven Humboldt, alegre y seguro de s mismo, frente a unCaldas, de la misma edad, pero melanclico y viejo prematuro. Vase, por lo dems, el ex-

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    Actas VIII Congreso de la Sociedad Espaola de Historia de las Ciencias y de las Tcnicas

    elegido ya compaero en el joven y apuesto Carlos de Montufar, que no se separarde l hasta que regresa a Pars, unos aos ms tarde, finalizado su viaje. La rupturano impide que Caldas atrape las ideas que bullen en la cabeza del joven viajero.Caldas se transforma en humboltiano. Acaricia los mismo propsitos y est dis-puesto a encontrar nuevas quinas y a tratar de resolver lo que ha quitado el sueo asu protector Mutis.

    Despus de superar el rechazo de Humboldt Caldas permanece en Quito y susalrededores algn tiempo. Es adjunto o agregado a la Real Expedicin que dirigeMutis. Su trabajo tiene una evidente influencia de Humboldt y Bompland. Primeropresenta un plan de viaje42 por la Amrica Septentrional a Mutis, que reproduce losmismos propsitos de los dos viajeros con los que ha convivido. Incluye desde elestudio de los monumentos de las antiguas civilizaciones, pasando por la elabora-cin de cartas topogrficas, estudios botnicos, mineralgicos, astronmicos, dedesviacin magntica, velocidad del sonido, agricultura, artes y oficios..etc. Es unproyecto similar al de Humboldt, con las mismas ambiciones de reflejar todos losacontecimientos de la naturaleza. As ocurre con su Memoria sobre la nivelacinde las plantas que se cultivan en la vecindad de Ecuador43 otra obra que podramosconsiderar inspirada en las ideas de Humboldt. La Botnica y la Astronoma no leresultan inconciliables, como le ocurra a Humboldt y llega a escribirle a Mutis: Laastronoma, este precioso ramo, nada tiene de incompatible con la botnica...[sic]...Las noches consagradas al descanso me llaman a grandes e importantes trabajos. Elcielo austral est sobre mi horizonte, y puedo perfeccionar y fijar muchas estre-llas44. Caldas se ha transfigurado en Humboldt. Slo le falta superarlo. Aunque suprincipal inters se centrar en las plantas cultivadas y tiles a la hora de establecersus nivelaciones, no dejaba de aproximarse a la idea de distribucin geogrfica delos vegetales, que enunci Humboldt en su Geografa de las Plantas. De hecho es-

    celente libro de SANTIAGO DAZ PIEDRAHITA: Nueva aproximacin a Francisco Josde Caldas. Episodios de su vida y de su actividad cientfica, Biblioteca de Historia Nacio-nal, Volumen CXLIX, Santa Fe de Bogot, Academia Colombiana de Historia, 1997, Cap-tulo VI.42 CALDAS, F.J.: Memoria sobre el plan de un Viaje proyectado de Quito a la Amricaseptentrional, presentada al clebre Director de la Expedn Botca de la Nueva Granada DnJoseph Celestino Mutis por F.J.C. Archivo del Real Jardn Botnico de Madrid, Archivo deJos Celestino Mutis. Div. III, 9, 1, 20.43 Manuscrito en el Archivo del Real Jardn Botnico de Madrid. Archivo de Jos CelestinoMutis. Div. III, 4, 11, 43.44 Cartas de F. J. de Caldas". Bogot, Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Fsicas yNaturales, 1978, pg. 184.

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    tando en Quito puede consultar el manuscrito que el sabio alemn le enva a Mutis ycuya traduccin hara Jorge Tadeo Lozano45.

    En mayo de 1799 embarcaron en el puerto de El Callao Juan Jos Tafalla, el bo-ticario navarro que haba sido agregado a la expedicin de Per y Chile, junto conel pintor toledano Francisco Pulgar y Juan Agustn Manzanilla. Se dirigan a Gua-yaquil donde se les unir el pintor quiteo Xavier Corts y Alcocer, que haba tra-bajado en Santa Fe con Mutis y tena una reconocida destreza como dibujante. Noslo se meten en tierras de la Expedicin de Mutis, sino que consiguen atraerse auno de sus antiguos colaboradores. En Guayaquil coincidieron con Humboldt yBonpland. Asombrados por las plantas que encuentran en la desembocadura del roGuayas deciden reconocer con detalle la regin y confeccionaron una Flora Hua-yaquilensis que permaneci indita hasta que la public hace pocos aos el malo-grado Eduardo Estrella46. Luego se trasladaron a Quito y por ltimo llegaran tam-bin a Loja. Sus intereses se superponan a los de Caldas. Estaban en terrenos queno les corresponda explorar o, al menos, as estaba establecido para ambas expedi-ciones. Por eso Caldas le deca a Mutis, cuando se enter de su presencia, que ve-nan a desflorar las selvas o a meter la hoz en mies ajena. En Quito tuvieronuna entrevista con Caldas. Estaban mejor preparados Tafalla y Manzanilla para sumisin botnica y contaban con dibujantes. Nada de eso tena Caldas y estaba encompleta soledad ante sus cometidos y con mermados recursos. No hay que des-cartar que le pidieran que se uniera a ellos, pero Caldas se mantuvo fiel a Mutis.

    Decidido a ser l quien aclare de una vez por toda el enigma, Caldas consiguetomar la delantera a los botnicos de la expedicin del Per y sale camino de Mal-bucho. Tafalla y su grupo le seguirn los pasos. Pero a finales de 1803, el 21 denoviembre, Caldas le escribe a Mutis que no demorar ms su partida a Loja. Tafa-lla y Manzanilla piensan hacerlo cuando termine el invierno. Tenan instruccionesprecisas para reconocer las quinas de Ecuador y para mandar informacin a Madridde sus pesquisas. Caldas, enterado de sus propsitos, le dice a Mutis: ..estos seo-res [Tafalla, Manzanilla y sus pintores] van a Loja en agosto inmediato, porque nopueden salir en invierno. Estoy tan encaprichado en este punto, que voy a verifi-carlo aunque cueste mi vida.

    Con un tesn encomiable y venciendo las dificultades que le deparaba su preca-ria salud, Caldas pasa por Cuenca y llega a Loja a finales de 1804. Segua los pasos

    45HUMBOLDT, A. von: Geografa de las Plantas... Trad. Jorge Tadeo Lozano. 1803.Archivo del Real Jardn Botnico de Madrid, Archivo de Jos Celestino Mutis, Div. III,4,11, 44.46TAFALLA, J.: Flora Huayaquilensis...." Madrid, Icona y Real jardn Botnico, 1989 conuna introducin histrica de Eduardo Estrella: "La expedicin de Juan Tafalla a la RealAudiencia de Quito (1799-1808) y la Flora Huayaquilensis".

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    de Humboldt y Bonpland y preceda a Tafalla y Manzanilla en la carrera pra resol-ver el enigma de las quinas. Estuvo en la ciudad quinera en los meses de octubre ynoviembre, la poca ms benigna en las escarpadas montaas de Caxanuma y Uri-tusinga donde se encentra la Cinchona officinalis. No tenemos ningn documentosobre su estancia en Loja. Con seguridad debi mantener alguna relacin con Vice-nte Rodrguez Olmedo el botnico puesto por Gmez Ortega al cargo de la quinas.Presumiblemente mantendra conversaciones con los cascarilleros que tenan unbuen conocimiento de aquellos montes y sus trochas. Y, a pesar de las dificultades,casi insalvables, que representa el trnsito por el bosque montano, recorri sus es-carpadas y casi impranticables trochas, identific las especies y fij su rea de dis-tribucin con un rigor insuperable.

    Su empeo se haba iniciado antes: En Julio de 1803 recorr los bosques deMalbucho en solicitud de quinas, en octubre del mismo ao entr en Yntac, pueblosituado en las faldas occidentales de la cordillera pr 00 26 de lat. boreal., en julio de1804 me intern en Tagual, Manchi etc., tambin en las faldas occidentales de lacordillera pr 00 93 21 de lat. Sur segn mis observaciones. En Agosto del mismoao recorr los montes de Alaus, Cibambe pr 00 10 de lat. austral. En Septiembrelos de Paute, Anday, Gualasco en las cercanas de Cuenca; y en fin pas a visitar losde Loxa en Octubre y Noviembre47

    El resultado cientfico de su estancia en Loja a finales de 1804 fue su Memoriasobre el estado de las Quinas en general y en particular sobre la de Loxa redactadaal regreso de su viaje en Quito el 16 de marzo de 180548. El rigor e importancia deeste trabajo no ha podido ser valorado con justeza hasta la actualidad en que conta-mos con investigaciones que confirman las acertadas conclusiones botnicas deCaldas. Nadie se ocup ms de resolver el enigma que se esconda detrs de la po-lmica que enfrent a una serie de botnicos a finales del siglo XVIII y en los albo-res del XIX. Ello se debe a los graves acontecimientos que se sucedieron a princi-pios del XIX. La guerra liberadora y la emancipacin de los virreinatos impidi elsosiego de la investigacin cientfica. El mismo Caldas sera fusilado por las fuerzasrealistas en 1816 junto a otros patriotas. En 1820 el descubrimiento de la quinina, elalcaloide responsable de las propiedades febrfugas haba dejado de lado la laborsistemtica. Interesaba, sobre todo, ver cuales eran los rboles que tenan ms qui-nina. Algo despus el inters se centr en cultivarla en Asia. La especie elegida fuela Cinchona calisaya por su alto contenido en el alcaloide. Hoy, despus de 200aos estamos en condiciones de reconocer el alcance de la memoria que qued

    47CALDAS, F.J.: Memoria sobre el estado de las Quinas en general y en particular sobre lade Loxa, 1805.48 El manuscrito de esta memoria se encuentra en el Archivo del Real Jardn Botnico deMadrid, Archivo de Jos Celestino Mutis, Div. III, 62, folios 23-39.

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    manuscrita. Sin apasionamientos, podemos reconocer la inestimable aportacin deFrancisco Jos de Caldas a la quinologa.

    Una de las afirmaciones de Caldas en su memoria es el considerar la quina finade Loja como especie endmica: La especie de quina conocida por los botnicoscon el nombre de Cinchona officinalis, esa especie eminentemente febrfuga, bos-quejada sobre esqueletos por el ilustre Mutis, y publicada por el Caballero CarlosLinn, no se halla esparcida como las otras de su gnero. Una porcin del Corre-gimiento de Loxa es la depositaria nica de esta planta preciosa49. Hoy sabemosgracias a estudios recientes que esta afirmacin es en todo cierta. La C. officinalises un endemismo de los montes de los alrededores de Loja, mientras que otras espe-cies tienen reas de distribucin ms amplias a lo largo de la cordillera de los An-des50.

    Caldas para establecer la distribucin geogrfica de la especie confeccion pre-viamente una carta topogrfica, que l mismo calific de pequea y un perfil ocorte de la cordillera de los Andes en la latitud ms conveniente. Sus conclusionessobre la distribucin geogrficas son las mismas a las que lleg Alfonso GarmendaSalvador en su Tesis Doctoral estudiando especmenes de herbarios que llevananotadas coordenadas y las que el mismo recogi en sus herborizaciones en los aos1996 a 1998 en los montes de Loja51.

    La redaccin de la memoria es impecable y es una buena muestra de la honradezy probidad del naturalista popayans. Aunque a la quina verdadera de Loja (C. offi-cinalis) la llama quina roxa, sus conclusiones niegan la existencia de esta quinaen Nueva Granada: La Quina de Loxa no se halla sino desde 30 44 de latitud aust.Faltando del todo en otra lat. menor que la asignada. Puedo lisonjearme de cono-cer, sino todas las especies propias de la Provincia de Quito, a lo menos la mayorparte. Las he visto vivas, y cuidadosamente diseado y descrito: poseo esqueletos ycortezas con que boi a enriquecer la Flora de Bogot, y ninguna se parece a la queproducen las cercanas de Loxa 52.

    Fija en la memoria el rea de distribucin que calcula se acerca a las 200 leguascuadradas (6.173,8 kilmetros cuadrados). Una extensa regin, pero que no alcanza

    49 Cfr. ibidem, folio 24 y vuelta.50LANDERSSON L. Y Ch. M. TAYLOR: "Rubiaceae-Cinchonaceae-Coptosapelteae" op.cit.y GARMENDIA, A.: El rbol de la quina (Cinchona spp.): distribucin..." op. cit. Esteltimo trabajo ha sido imprescindible para confrontar los datos histricos con los actuales eidentificar las quinas histricas depositadas en diversos herbarios.51Ibidem.52 Cfr. CALDAS, F.J.: Memoria sobre el estado de las Quinas en general y en particularsobre la de Loxa op. cit. folio 25.

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    a los montes de Cuenca ni a los ms alejados de Jan de Bracamoros. Menos anpoda llegar la quina fina de Loja a los montes de Huanuco del Per o los montes deTena de Nueva Granada. El descubrimiento y comprobacin de Caldas no sloanulaba las pretensiones de Ruiz, Pavn y Gmez Ortega, sino que tambin lo hacapara las que albergaba Mutis. La verdad resplandeca, pero nadie estaba dispuesto aadmitirla. Pombo desde Cartagena le dice a Mutis en dos cartas que no debe darcrdito a lo que Caldas dice en su memoria porque echa por tierra las ambicioneseconmicas puestas en el acopio de las quinas novogranadinas53. Mutis no tuvo lavalenta de hacer pblicos los resultados de su discpulo Caldas. El secreto que semantuvo sobre la averiguacin de Caldas resulta incomprensible.

    Pero a pesar del silencio al que se le conden en Nueva Granada la memoria deCaldas lleg a Madrid. Con toda probabilidad fue l mismo quien la hizo llegar,despus de comprobar que a Mutis no le agradaron las conclusiones a las que haballegado negando la existencia de otras quinas oficinales fuera de Loja. El 18 de juliode 1807 el Boticario Mayor de Cmara Don Gregorio Baares recibe el encargo porparte de Luis Blet y Gazet de que informe sobre la Memoria de Caldas54. El informelleva fecha de 28 de enero de 180855. Baares da la razn a Caldas y niega lo quemanifiestan Ruiz y Tafalla sobre que la corteza de quina que llega a la Real Boticavenga mezclada con la de otras especies. Sobre todo critica, como lo hace Caldas, laineptitud y desidia del botnico Vicente Olmedo. Sobre todo recomienda que esebotnico dependa del Ministerio de la Real Hacienda, encargada del acopio para laReal Botica y no de Gmez Ortega como pareca ocurrir. Olmedo, pensamos, queen connivencia con Don Casimiro y los botnicos del Per no haba enviado ningnesqueleto de las quinas de Loja, ni dibujo, ni descripcin, que podran haber aclara-do la polmica. Tuvo instrucciones para comportarse de esa manera o era incapazde hacerlo? Lo que no tiene duda es que Olmedo poda tener este material con solopedrselo a cualquier cascarillero sin salir de su casa.

    Tambin critica Baares a Mutis. Seala el fracaso que ha supuesto el trasladode plantas jvenes a Popayn por parte de Caldas para plantarlas all y en Santa Fe.El inicio de este prometedor cultivo fracasa por la impericia del que las portaba.Dice Baares: Siendo tan expuesto llevar con poco cuidado los Quinos pequeosa distancias tan largas; por qu no llevara este Botnico simientes, y no ha hecho

    53 Cartas de Jos Ignacio de Pombo a J.C. Mutis de 30 de mayo de 1805 y de 20 de enero de1820. Archivo del Real jardn Botnico de Madrid. Archivo de Jos Celestino Mutis. Div. III1,1, 284 y 1,1, 291.54 Hay un oficio de Blet a Baares y otros de Blet al ministro Cayetano Soler. Archivo Gene-ral de Indias, Indiferente General, Legajo 1557.55 BAARES, G.: Informe sobre la Memoria hecha por el Doctor Franco Josef de Caldas delestado de las Quinas en general y en particular de la de Loxa, 1808. Archivo General deIndias, Indiferente General, Legajo 1557.

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    el Sr. Mutis que se las haian enviado despus de tanto tiempo?. Mutis, que empe-z a interesarse por las quinas cuando tuvo noticia de que estas escaseaban, no ha-ba mostrado mayor inters en su cultivo. Tampoco lo manifest ms tarde paraaclarar quien estaba en lo cierto, si l o sus detractores. Es ms no conocemos nin-gn juicio suyo sobre lo expuesto por Caldas sobre la distribucin de la C. officina-lis. El informe de Baares es de una claridad y mesura indiscutible. Hace certerasrecomendaciones para que se aplique lo recomendado en 1773 sobre acopio, secadoy empacado de la corteza as como de la necesaria proteccin contra la humedadque requeran las cortezas. Tambin aboga por el cultivo en lugar apropiado en Lojacon el establecimiento de viveros y franjas de cultivo para irlas explotando de aoen ao con el fin de que no faltara cascarilla para la Real Botica en ningn mo-mento. Baares reconoce que el mayor defecto de las medidas tomadas era la ac-cin del botnico desplazado en Loja que no estaba sometido a ningn control o elque lo ejerca era persona interesada. Tambin critica la falta de precisin de losexaminadores de la quina supuestamente fraudulenta que se envi por aquellosaos. Tanto los botnicos del Per (Ruiz y Pavn), que utilizaban en su informe lafrmula al parecer como el del boticario Castor Ruiz del Cerro que aseguraba queera la misma especie que siempre ha benido a la real Botica lo que hacan erasembrar la duda, con lo fcil que hubiera sido haber fiscalizado la recogida en laque se deberan incluir flores y frutos del rbol acompaando a cada envo parapoder asegurarse de la especie a la que perteneca la corteza.

    En el Real Jardn Botnico de Madrid entre las lminas de Mutis hay dibujos deflores y ejemplares de quina que con toda seguridad se hicieron a partir de quinassuministradas por Caldas. Con toda seguridad C. lucumifolia (M00208), C. offici-nalis (M00572) y C. macrocalix (M00147 y M00212), que son quinas de Ecuadorfueron quinas suministradas por Caldas. Otras quinas tambin, con bastante seguri-dad, de Caldas son C. pubescens (M00154, M00210 y M00572), aunque no haytotal certeza, lo mismo que otras de las cuales slo pude decirse que son del gneroCinchona sp. (M00102, 104, 107, 108, 111, 112, 114, 145, 146, 149, 153, 155, 157y 478). Las lminas que se van publicando de la Real Expedicin depositadas en elReal Jardn Botnico de Madrid tambin ponen de manifiesto la existencia de di-bujos de quinas de Caldas. Por ejemplo la lmina 18 aparece como C. lanceifoliapero es C. mutisii; las lminas 23 y 27 aparecen como C. lanceifolia y son C. ma-crocalix o C. pitayensis. Estas tres lminas, pero puede que no sean las nicas, po-dran ser de Caldas56. Lo lamentable es que esta labor quinolgica no ha podidovalorarse en sus justos trminos hasta estos ltimos aos57.

    56 Las identificaciones de estas lminas las hizo Alfonso Garmenda Salvador.57 Sobre la pista de que estas lminas podran ser de Caldas nos puso Santiago Daz Piedra-hita que estuvo en el Real Jardn Botnico buscando material de Caldas hace unos aos.

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    Los llamados botnicos del Per publicaron una carta de Tafalla en la Gacetadel 5 de agosto de 1806 en la que se deca que la quina que se enviaba a la real Bo-tica llegaba mezclada con quina amarilla y colorada. Tambin quedara indito eltrabajo de Tafalla titulado Mtodo de extraer y acopiar la Corteza de Cascarilla,que se remite todos los aos al Soberano para la real Botica de la Provincia de Lo-xa. Este artculo y la carta que acabamos de citar no fueron muy bien acogidos enla metrpoli porque sealaba cmo se alteraba la calidad de las cortezas al ser mez-cladas con la de otras especies durante la recoleccin, el secado y hasta en el empa-que. En 1808 escribe H. Ruiz y queda indito un Compendio histrico-mdico-comercial de las Quinas. En l estn reseadas las quinas que encontraron Tafallay Manzanilla. Fueron 8 de las 9 especies que se encuentran en las proximidades deLoja las que herborizaron estos botnicos, aunque los nombres que les asignaron nofueron los correctos en muchos casos. A la vista de sus ejemplares de herbario slodejaron por observar C. parabolica. Ello indica que fueron buenos herborizadores ybotnicos.

    Como reconoci certeramente Gregorio Baares, en el informe sobre la memo-ria de las quinas de Caldas, era muy difcil con la sola descripcin asegurar que unaquina era la oficinal. Caldas en su memoria haba sealado que la quina de Ruizdada por oficinal no era la que el haba reconocido en Loxa. Al describir el lmiteaustral de la C. officinalis en 40 40, Caldas dice Se citar la autoridad de Ruizpara ensanchar este lmite. Pero a pesar del respeto que debo a los conocimientosde este botnico, debo decir que si se compara la descripcin que nos ha dado deella con la que he visto en Loxa, si nos acordamos que el autor de la Iconologa delPer jams estuvo en los bosques de las inmediaciones de esta Ciudad, se conven-dra en que la Cinchona officinalis de este laborioso profesor difiere mucho de laQuina roxa de que hablamos58. De esta forma Caldas tambin niega la existenciade una C. officinalis en el Per descrita como tal por Hiplito Ruiz.

    Los fraudes no haban desaparecido en los comienzos del siglo XIX ni la pol-mica cientfica pudo resolverse. Los esfuerzos de Caldas y de Tafalla y su grupo notuvieron la acogida y difusin que merecan tal vez por sus papeles de subordina-dos. El primero desvel de forma definitiva lo que pareca un enigma, pero que enel fondo era el fruto del desacuerdo de botnicos deseosos de colocar en el mercadosu supuestas quinas oficinales. Por ello y no por otra causa la memoria de Caldas novio la luz pblica a pesar de sus certeras conclusiones. Mutis muri el 11 de sep-tiembre de 1808. No sabemos si lleg a leer el informe de Baares que reconoca laimportancia de Caldas en la resolucin del enigma y al que l no haba queridohacer ninguna alusin. En 1808 se public su Historia de los rboles de la Quinacomo obra pstuma. Sinforoso Mutis y Consuegra, su sobrino, tampoco cita la me-moria de Caldas, tal vez por las desavenencias que hubo entre ambos, provocadas

    58 Cfr. CALDAS, F.J.: Memoria sobre el estado de las Quinas... ms. cit. folio 25 vuelta.

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    por la sucesin en la Casa de la Botnica y por la direccin de la Expedicin a lamuerte de Jos Celestino Mutis o simplemente porque no quiso reconocer que su tohaba ocultado informacin trascendente sobre las quinas. El malogrado Caldas dejun testimonio definitivo de su honradez cientfica y la prueba palpable de que elenigma que l resolvi fue ocultado por intereses econmicos. La decisiva laborquinolgica de Caldas, ocultada de forma artera por sus contemporneos, se recupe-ra por fin gracias a la confrontacin de los documentos histricos y los trabajosmodernos.

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