9

Click here to load reader

Diasporas en Ddc

Embed Size (px)

DESCRIPTION

ensaio sobre o grupo diáspora(s) de escrituras alternativas (cuba)

Citation preview

Page 1: Diasporas en Ddc

ENSAYO

El grupo Diáspora(s): nacionalismo, neovanguardia y experimentaciónIdalia Morejón Arnaiz

|

Sao Paulo

| 26-07-2011 - 6:16 pm.

Corregir

20 comentarios

'Diáspora(s) constituye el único núcleo literario neovanguardista y de experimentación de los

últimos 50 años en Cuba.'

Si bien el conversacionalismo ha sido la norma poética predominante en la poesía cubana de los

últimos 50 años, esto no anula la existencia de un neovanguardismo, concentrado en el proyecto de

escrituras puesto en práctica por los integrantes de Diáspora(s), un grupo literario que, de manera

programática, se propuso reivindicar la existencia y validez de formas discursivas atípicas en la

poesía cubana.

El grupo Diáspora(s) comienza a hacerse visible en 1993 (cuatro años antes de la publicación de su

revista Diáspora(s). Documentos), teniendo como miembros a Ricardo A. Pérez, Rogelio Saunders,

Rolando Sánchez Mejías, Carlos A. Aguilera, Pedro Marqués de Armas, Ismael González Castañer,

José Manuel Prieto y, posteriormente, a Radamés Molina. Ni el grupo ni la revista se adscribieron a

ninguna de las instancias oficiales culturales actuantes en la vida nacional, y cada número editado

circuló marginalmente en los circuitos letrados. Los ejemplares de la revista, que eran fotocopiados

fuera del país, eran distribuidos entre las personas que los recibían directamente de los miembros del

grupo o de terceros. Carlos A. Aguilera cuenta que él mismo dejó uno de los ejemplares en manos de

Ricardo Piglia, quien se encontraba de visita en Casa de las Américas. Este es uno de los modos en

que la revista se dio a conocer entre otros grupos de poesía fuera del país.

Una retórica neovanguardista fuertemente moderna define el discurso crítico de Diáspora(s), basada

en la dinamitación de un pasado literario con vistas a construirse un lugar independiente de

enunciación, y en el terror como estrategia de auto-representación y de lectura del imaginario

nacional: "Un poquito de terror literario", escribió Rolando Sánchez Mejías, "no le haría daño a la

nación […] entendida como el lugar de las Letras; al Canon Nacional de las Letras, siempre

inflacionario –hasta el ridículo– en cualquiera de sus aspectos".[1]

Con ímpetu retrospectivo, algo similar ha sido formulado por Carlos A. Aguilera, cuando escribe

para el lector europeo sobre ese momento de creación: "Como ya sabemos, en un país donde lo

privado casi no existe, llevar a cabo cualquier proyecto literario es un acto de terror. Y de ese terror,

que no sólo era contra el despotismo ideológico de las instituciones políticas cubanas, sino contra el

Page 2: Diasporas en Ddc

canon, la tradición literaria, la malversación castrista de la historia y la mayoría de nuestros

contemporáneos..., nos fuimos alimentando"[2].

El objetivo fundamental del grupo, perceptible en la mayoría de sus proyecciones escriturales

(poesía, crítica, ensayo) y en otro tipo de manifestaciones (performances), fue proyectar el margen

como locus diferencial altamente positivo. Esto se hace visible en sus gestos de antologación: Doce

poetas a las puertas de la cuidad (1992); Dossier. 26 nuevos poetas cubanos. Mapa imaginario

(1995); Memorias de la clase muerta (2003). Además, en 2007 se publicó en Praga la antología

Zápisky z mrtvého ostrova. Kunbánská skupina Diáspora(s), con un epílogo de Carlos A. Aguilera

cuyo título sirve a todo el libro: Memorias de la isla muerta. Decididamente, una voluntad de crítica

y polémica llama la atención sobre los miembros de Diáspora(s).

Los creadores de esta revista son en su gran mayoría poetas, y a la poesía le dedicaron buena parte

de la misma. Pero también dieron entrada a la narrativa, al ensayo, al teatro y a la crítica. Este

proyecto de escritura alternativa surge, además, como reacción al secuestro simbólico de la obra de

los mayores escritores origenistas (Lezama Lima y Virgilio Piñera) realizado por el Estado cubano,

en nombre de la Nación. Siguiendo el pensamiento de Diáspora(s), dicho secuestro comprometía

otros modos de lectura de la tradición local, al tiempo que sometía su herencia al control

institucional absoluto.

Esta reacción ha sido interpretada como un rechazo del grupo y de otros poetas cubanos en activo, ya

desde los años ochenta, a los escritores del grupo Orígenes y su revista. Sin embargo, la obra de los

escritores de Diáspora(s), reconocida y consolidada a mediados de la década de los noventa,

representa justamente una concepción autónoma de la cultura, tal cual la había pensado y realizado

Orígenes, y aún más, tal cual la había radicalizado la revista Ciclón. No obstante, a diferencia de

Orígenes, además de rechazar el perfil teleológico de esa autonomía, Diáspora(s) también demuestra

su voluntad intelectual por las formas públicas, cuya referencia en el contexto cultural cubano se

encuentra en las revistas Avance y Nuestro Tiempo.

A pesar de su actitud contestataria, el trabajo literario del grupo se desarrolla paralelamente dentro y

fuera de las instituciones culturales. Dentro de ellas son reconocidos con premios literarios

nacionales (Carlos A. Aguilera y Pedro Marqués de Armas, por ejemplo, consiguieron el premio

David de poesía que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba; Rolando Sánchez Mejías

obtuvo el Premio de la Crítica); fuera de ellas son perseguidos y finalmente excluidos del escenario

local, una vez que pasan al exilio y sus libros dejan de circular oficialmente. Es bueno resaltar que al

menos tres de los integrantes de Diáspora(s) han sido acogidos por programas internacionales para

escritores refugiados, auspiciados por el PEN Club Internacional.

Así, en determinado momento la revista comienza a construirse desde dentro y desde fuera de Cuba.

De las varias tentativas de crear revistas "independientes" (el poeta Omar Pérez lo intentó con la

nonata Mantis, en 1993), Diáspora(s) es la única que consigue desarrollar una secuencia, con

Rolando Sánchez Mejías (su director) exiliado en Barcelona; mientras en Cuba Carlos A. Aguilera e

Ismael González Castañer, entre los demás miembros, se ocupaban del trabajo de producción en

medio a las dificultades materiales que implica hacer una revista sin contar con apoyo institucional

Page 3: Diasporas en Ddc

y, sobre todo, exponiendo su integridad como ciudadanos, ya que el Estado cuenta con los medios

legales para prohibir la edición y circulación de informaciones sin su autorización.

A partir del número 4/5, en la página donde algunas publicaciones informan sus datos editoriales

podemos ver, escritos con letra de molde, el nombre, la dirección y el correo electrónico de Rolando

Sánchez Mejías en Barcelona. De ese modo, la confección de la revista llegó a ser tan complicada

como su distribución y circulación.

El hecho de que la mayor parte de los integrantes del grupo se encuentre exiliada terminó con la

edición cubana del proyecto, en principio concebido desde y para un lugar cerrado a las zonas

experimentales de la cultura internacional, a cuyas corrientes el grupo trató de incorporarse. La

revista, en su calidad de publicación por cuenta propia (samizdat)[3] constituye un hecho literario

inédito en el campo cultural cubano después de 1959, cuyo impacto ha sido eludido, aunque también

se haga evidente, en la poesía cubana actual y en otras publicaciones samizdat que por vía

electrónica (la revista Cacharro(s), por ejemplo) han continuado las líneas de la tradición de la

ruptura trazadas por Diáspora(s) en Cuba.

Cuando llevamos a cabo un reconocimiento de los eventos culturales de los años noventa,

Diáspora(s) tiene derecho, ciertamente, a una extensa mención. En Cuba es un hecho que el grupo

no fue celebrado, si bien la mayoría de sus integrantes obtuvo reconocimiento de manera individual.

El "cuerpo del delito" era evitado en su totalidad. El hecho de que Diáspora(s) albergase diversas

poéticas reconocidas únicamente por separado, imposibilitó acceder al grupo como corpus y, en

consecuencia, impidió su reconocimiento como proyecto de escritura neovanguardista y

experimental. Para su interpretación en Cuba contamos con los trabajos de Víctor Fowler[4] y de

Enrique Saínz[5]. El silencio en torno a Diáspora(s) no se justifica por un posible rechazo a la

evocación del pasado reciente, ya que la obra de sus integrantes es consistente y reconocida tanto en

el ámbito nacional como internacional.

Existe algo más: Diáspora(s) ya no puede concebir la idea de la nación fundada en genealogías. El

hecho de que se propusiera "saldar cuentas" con la tradición literaria nacional (querían leer el canon

literario cubano de otro modo) y con el uso político de esta tradición (oficialmente, no estaban

autorizados a hablar de otro modo sobre los grandes escritores del panteón), representaba para el

Estado un peligro mayor, esto es, la posibilidad de cuestionar los pilares más sólidos de la cultura

cubana del siglo XX, asentados en la tradición modernista del siglo XIX y en la obra poética y

ensayística de algunos miembros del grupo Orígenes, en específico de Cintio Vitier, blanco de las

atenciones críticas de Rolando Sánchez Mejías y Antonio José Ponte durante las conmemoraciones

oficiales por el cincuentenario de Orígenes, celebradas en Casa de las Américas en 1994, con el

auspicio de la extinta Fundación Pablo Milanés[6]. Sin embargo, en la perspectiva del grupo, ajustar

cuentas no sólo significaba "criticar negativamente" (según la escala de valores de la política cultural

de la Revolución), sino también celebrar los valores poéticos y literarios de la cultura cubana.

La revista es esencial para la historia intelectual cubana como documento único, que registra la

aproximación de los escritores jóvenes de la Isla al mundo en un momento de completo aislamiento

del país, justo cuando la tecnología de las comunicaciones se desarrolla y las fronteras se vuelven

flexibles en el campo internacional. La revista Diáspora(s) recupera, por ejemplo, textos excluidos

Page 4: Diasporas en Ddc

de la historia intelectual oficial (cartas de Virgilio Piñera a José Rodríguez Feo, de Guillermo

Cabrera Infante a Virgilio Piñera); trae la voz de escritores exiliados de otros países comunistas,

como Milan Kundera, o críticos del sistema socialista como Hans Magnus Enzensberger, o de

judíos, como Elías Canetti.

Los ensayos de los gestores de la revista, además de tener un carácter programático, expresan las

preocupaciones centrales de una parte de los intelectuales cubanos en un momento de colapso

económico, que puso en crisis de forma dramática los valores éticos [Rolando Sánchez Mejías,

"Violencia y literatura" (n.4/5, Nov 2000); Rogelio Saunders, "El lenguaje del poder" (n. 6, mar

2001); Carlos A. Aguilera, "El arte del desvío (sobre literatura y nación)" (n. 7/8, feb-mar 2002)]; se

posicionan como herederos del grupo Orígenes, pero como antítesis, o sea, herederos de la

disidencia origenista encarnada en la figura y la obra de Virgilio Piñera y de Lorenzo García Vega,

cuya obra de no obedece a nada de aquello que el origenismo consideró como sagrado. Su libro más

polémico, Los años de Orígenes, es precisamente eso: una labor de desacralización. De ahí que haya

sido adoptada por los poetas de Diáspora(s), imbuidos de una nueva visión.

Porque se trata de eso, de una nueva visión, como podemos observar en este paneo sobre el índice de

la revista: Rolando Sánchez Mejías publica el ensayo "El arte de graznar" (Lezama x Piñera);

Antonio José Ponte recupera a Lorenzo García Vega; desde los Estados Unidos, Carlos M. Luis

realiza la crítica de la revista La isla infinita; se publica la poesía de poetas cubanos exiliados, como

Heberto Padilla y José Kozer; se establece contacto con revistas literarias de América Latina, como

Crítica (México), Diario de poesía, Tsé-Tsé (Argentina), Inimigo Rumor (Brasil); se traduce la

poesía francesa contemporánea (Denis Roche), que era desconocida en la isla; se publican textos

europeos sobre el cuento y la novela (Ror Wolf, el propio Kundera); además, se ofrecen avances del

trabajo narrativo de algunos integrantes del grupo, los cuales con posterioridad conquistarán

importantes posiciones dentro de la crítica y de las editoriales europeas con esas mismas obras, ya

finalizadas: José Manuel Prieto publica un fragmento de Livadia (n.1); Carlos A. Aguilera publica

"Viaje a China" (fragmento de Teoría del alma china) (n.4/5); Rolando Sánchez Mejías publica

algunas de las Historias de Olmo, que paga su deuda con la narrativa de Cortázar y los poemas en

prosa de Henri Michaux (n. 6).

Diáspora(s) también abre el espacio que dentro de las instituciones le había sido negado a los

jóvenes ensayistas cubanos que sostenían una voz crítica sobre la coyuntura, como Emilio Ichikawa

y Duanel Díaz; y, por último, de la literatura cubana publicada o reeditada en ese momento se recoge

una vez más tanto a los protagonistas de Orígenes como a sus herederos más contestatarios (Las

comidas profundas, de Antonio José Ponte; La isla en peso, de Virgilio Piñera; El oficio de la

mirada, de Carlos M. Luis).

Diáspora(s) contribuyó con textos como los arriba mencionados a la derogación paulatina de la

norma coloquial, y a la emergencia de otras prácticas escriturales que pluralizaron el panorama

poético insular. Carlos A. Aguilera resume estos contenidos del siguiente modo: "La idea de

Diáspora(s) surge […] influidos entre otras cosas por la ausencia de debate o reflexión dentro del

campo literario cubano del momento. Nos interesaba la noción de autor, los límites entre los géneros,

la relación modernidad-postmodernidad, la guerra contra el canon nacional y la estatalización de la

cultura, lo civil como recurso literario y político, la discusión (o mejor, la no-discusión) sobre 'lo

Page 5: Diasporas en Ddc

cubano', ya que entendíamos este debate como parte del nacionalismo y la violencia política del

régimen cubano, la escritura. Y todo esto, por supuesto, causó un escándalo. Un escándalo chiquitico

y policial, tal y como son todos los escándalos en Cuba"[7] .

Diáspora(s) funcionó como el único evento neovanguardista de la literatura cubana de las últimas

cinco décadas, encontrándose dentro de la herencia cosmopolita europea y latinoamericana. No se

trata de una vanguardia pobre en términos ideoestéticos, sino de una vanguardia asincrónica con

relación a los cambios ocurridos en el arte y la literatura en los últimos 50 años, ya que funcionó de

forma aislada, cuando en el resto del mundo la relación de los artistas e intelectuales con la política

estaba cambiando de forma acelerada. La disolución de la Unión Soviética a inicios de los años

noventa está fuertemente relacionada a este gesto de autonomía; a medida que la crisis económica en

Cuba crecía debido a la caída del campo socialista, la presencia de un Estado fuertemente represivo

se hizo notar aún más, dejando a los escritores frente a un dilema que, en el caso de Diáspora(s), se

resolvió mediante su ubicación fuera de los márgenes institucionales.

En términos de experimentación, Carlos A. Aguilera es su máximo exponente (diría que es el

escritor más raro del conjunto); su escritura es tensa y pone en crisis los moldes habituales bajo los

cuales se concibe el texto poético, llevándolo a un territorio "en el cual ya no existe nada de lo que

podríamos reconocer como tal: nos entrega 'textos', fluidos inclasificables bajo ninguna

denominación, porque lo que hace participa al mismo tiempo de todos los géneros" (Fowler). Su

poema "Mao" (Diáspora(s), n. 1), por ejemplo, resuelve de manera sensible y original el tratamiento

poético del tema del totalitarismo (historia) y, en el orden formal, la representación de la imagen

(poesía).

El grupo tiene una proyección internacional, como podemos observar en antologías, entrevistas,

prólogos, reseñas y traducciones del trabajo de sus colaboradores; además de eso, sus miembros leen

los textos que configuran la línea ideológica del grupo (contra el totalitarismo de Estado) en foros

importantes del mundo. José Manuel Prieto se integra a la revista desde el exterior (Rusia y México),

y desde allí aporta un vocabulario y un estilo de escritura igualmente originales. Sin embargo, las

conexiones vanguardistas internacionales provienen fundamentalmente del concretismo brasileño

(poesía) y del experimentalismo del grupo Fluxus (música y performance). El enmarañado de

referencias que alimenta los poemas de esos autores nos remite, ciertamente, a una expansión

conceptual y geográfica de las fuentes, conformándose así "un catálogo de escrituras marginales,

dirigidas contra los discursos que sortean 'seres', explicaciones de la circunstancia […], inútiles para

reconstruir un sujeto cómodo, autotransparente: Antonin Artaud, Jean Genet, Pasolini, Deleuze,

Derrida, Samuel Becket, Pound" (Fowler).

Diáspora(s) constituye, sin duda alguna, el único núcleo literario neovanguardista y de

experimentación de los últimos 50 años en Cuba: el grupo reivindica la zona disidente del canon

origenista (Virgilio Piñera y Lorenzo García Vega); se afilia a las manifestaciones experimentales de

la vanguardia internacional de los años setenta y ochenta, y políticamente se posiciona contra "lo

nacional como medida de todas las cosas". La revista Diáspora(s), a su vez, es la única publicación

literaria cubana clandestina que consiguió llegar hasta la octava edición y circular

internacionalmente sin apoyo institucional, por tanto es la primera vez que dentro de ese medio siglo

se puede estudiar un proyecto poético y editorial realizado fuera de las directrices centrales de la

Page 6: Diasporas en Ddc

política cultural del Estado, lo cual garantiza a Diáspora(s) su inserción en el linaje cosmopolita,

neovanguardista y de experimentación de la tradición poética latinoamericana del siglo XX.

http://archivo.diariodecuba.com/de-leer/el-grupo-diasporas-nacionalismo-neovanguardia-y-

experimentacion

[1] Rolando Sánchez Mejías. "Presentación", en Diáspora(s). Documentos 1. La Habana, sept.,

1997.

[2]Carlos A. Aguilera, "Zápisky z mrtvého ostrova" (La isla de los muertos), en: Zápisky z mrtvého

ostrova. Kunbánská skupina Diáspora(s), Praga: Fra, 2007. Autores antologados: Carlos A.

Aguilera, Pedro Marqués de Armas, Juan Carlos Flores, Rolando Sánchez Mejías, Ricardo Alberto

Pérez, Rito Ramón Aroche.

[3] El término samizdat fue acuñado por el poeta ruso Nikolai Glazkov a inicios de los años 50,

significa publicación por cuenta propia (traducción literaria del neologismo ruso "samsebyaizdat") y

se refiere mayormente a escritos literarios y políticos que no pueden aparecer en las publicaciones

oficiales. Samizdat: "reproducción no oficial se manuscritos inéditos". Este es un fenómeno

extraordinario en el siglo XX, y siempre aparece relacionado a los términos "ilegal" y "literatura no

oficial"; el mismo expresa la necesidad de hacer por sí mismo aquello que debería quedar bajo la

responsabilidad de una institución determinada. El samizdat es, según ha sido definido por Fidelius,

"un procedimiento anormal impuesto por circunstancias anormales". Apud Goetz-Stankiewicz,

Marketa (ed.), Good bye, Samizdat. Twenty Years of Czechoslovak Underground Writing, Evanston,

Illinois: Northwestern University Press, 1992.

[4] Fowler, Víctor, "La tarea del poeta y su lenguaje en la poesía cubana reciente", en Casa de las

Américas, n. 215, La Habana, abril-junio, 1999, pp. 11-25.

[5] "Poesía de los ´90. Algunas consideraciones sobre el grupo Diáspora(s)", Cauce. Revista

cultural, Pinar del Río, n. 2, 2007.

[6] Coloquio Internacional Cincuentenario de Orígenes, Casa de las Américas, junio de 1994.

Rolando Sánchez Mejías, "Olvidar Orígenes", Diáspora(s). Documentos, La Habana, n. 1,

septiembre de 1997; Antonio José Ponte, "Ceremonial origenista y teleología insular", Diáspora(s).

Documentos, La Habana, n. 2, enero de 1998. También: Pedro Marqués de Armas, "Orígenes y los

ochenta", Diáspora(s). Documentos, La Habana, n. 1, septiembre de 1997.

[7] Entrevista inédita.

Idalia Morejón Arnaiz nació en Santa Clara en 1965. Su libro publicado más reciente es Política y

polémica en América Latina. Las revistas Casa de las Américas y Mundo Nuevo (Educación y

Cultura, México DF, 2010).