Dimensión Ética Del Hombre - P. Enrique Morales 2014

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88LA DIMENSIN TICA DEL HOMBREI. INTRODUCCIN Ustedes saben que la racionalidad pertenece a la estructura esencial del ser humano. Nos permite proceder bien, actuar rectamente conforme a razn. Y proceder rectamente, racionalmente, equivale a proceder ticamente y, por tanto, al menos como hiptesis, consideramos que el hombre es un ser tico o que tiene una dimensin tica. Esta parecera una conclusin muy clara. Pero creo que la cuestin no es tan evidente. De lo contrario, aqu terminara mi intervencin. En efecto, nos surgen muchos interrogantes: En qu consiste esta dimensin tica? Es comn a todos los hombres con tanta diversidad de culturas, usos, costumbres, etnias, religiones? Se procede siempre con criterios racionales, ticos, en la actuacin pblica, en las instituciones, en el Derecho, en la aplicacin de la justicia? Dnde est la dimensin tica, es decir, racional cuando nos encontramos cada da frente a procederes tan irracionales como los asesinatos, extorsiones, violaciones, guerras, masacres, actos terroristas? Y es lo mismo hablar de dimensin tica que de dimensin moral o hay alguna diferencia? Y en el caso de que se negara a Dios, sera posible hablar de moral y sostener que el hombre tiene una dimensin tica? Esta hiptesis, por tanto, requiere ser analizada y desarrollada a lo largo de esta exposicin hasta llegar, justificadamente, a la verdad propuesta, reformulada en este tema: EL FUNDAMENTO Y LA NATURALEZA DE LA DIMENSIN TICA DEL HOMBRE. Veamos un segmento... Una pista.Para verificar esta dimensin en las acciones y el comportamiento humano individual y social comencemos primero, por la constatacin histrica y los estudios de las ciencias humanas y culturales, sociologa, antropologa, con los problemas inherentes de terminologa. Y luego, pasaremos a la fundamentacin y naturaleza de la dimensin tica del hombre. ll. Constatacin histrica y el aporte de las ciencias sociales y culturales 1. Constatacin histrica. El hecho moral, la sensibilidad moral de lo bueno y malo, lo digno o indigno, y el lenguaje tico, como justo e injusto, mrito o demrito, correcto o incorrecto, sancin, castigo y premio, y los valores morales, los encontramos en todos los pueblos y culturas, antiguos y nuevos.

Reconocemos que en todas las sociedades existen valores culturales y normas sobresalientes, con sentido moral, que guan la conducta de las personas, contribuyen al bienestar, y tienen sanciones con fuerza hasta de carcter religioso.Piensen ustedes en la cultura y literatura griega. En la Ilada y Odisea de Homero hallamos a personajes que tuvieron decisiones, actos y comportamientos dignos, conforme a valores morales. Por ejemplo, aprobamos el valor y fortaleza de Hctor, y admiramos la fidelidad de Ulises a su matrimonio. Igual cosa encontramos en las tragedias griegas de Esquilo, Sfocles y Eurpides, en las que aparece el hecho moral, la sensibilidad tica, los sentimientos de culpa y de arrepentimiento junto con la nocin de sancin y castigo, como el caso del Edipo Rey. El lenguaje moral ustedes lo encuentran tambin en la cultura y pueblo romano con obras histricas y jurdicas, como el de Bello Gallico, (La guerra de las Galias) de Julio Csar, en la que sobresalen las virtudes de lealtad y fortaleza del soldado romano; o los escritos de Cicern y sus discursos ante el senado, como las famosas catilinarias contra el conspirador Catilina. Conocemos la clsica definicin de justicia de Ulpiano, el clebre jurisconsulto romano del s. ll, y el ordenamiento jurdico del Derecho romano, realizado por Justiniano en el s. V, con apego al derecho natural.El mismo sentido moral lo hallamos en culturas y religiones orientales. El hecho moral, la sensibilidad moral y valores morales existen en las religiones indostnicas y de medio oriente con sus mximos representantes. En el hinduismo, Gandhi es destacado ejemplo de rectitud moral con ideales de paz y respeto a la persona. Conocemos, igualmente, el comportamiento moral y la racionalidad tica del budismo, por ejemplo, del Dalai Lama, premio Nobel de la paz. Los persas nos han heredado el cdigo de Hammurabi del s. SVII a. de C.; su ley del talin, no es ms que una expresin racional de justicia. Y ms an estamos familiarizados con las leyes y preceptos del judasmo.Igual dimensin moral encuentran ustedes en los pueblos originarios de Amrica. Tambin entre ellos constatamos valores morales: en los grupos autctonos del Norte se da la desaprobacin como la mentira y el robo; el premio por lo bueno y el castigo por lo malo. Notable es, en las culturas de Mesoamrica y entre los mayas, el respeto a la persona, a la naturaleza, la obediencia a los mayores y el valor de la familia. De este breve excursus histrico concluimos que, en todas las culturas y pueblos, en la literatura universal, en la poesa y en el arte existe la dimensin tica, la terminologa, conceptos y valores morales de actos y personas. Las normas culturales de sociedades y naciones tienen un tienen un contenido moral, entraan valores que, segn el caso, pueden referirse a la vida, a la persona y su dignidad, a la verdad, a la paz, o a virtudes cardinales: fortaleza, justicia, templanza, prudencia.2. El aporte de las ciencias sociales y culturales. A este anlisis y reflexin se aade el aporte de las ciencias sociales, la sociologa y la antropologa cultural, que estudian el hecho moral y sacan sus particulares conclusiones.Entre los socilogos clsicos y fundadores de la ciencia de la sociedad, sobresalen Emile Durkeim y su discpulo, en el campo de la moral y el derecho, Levy Bruhl. Durkeim, en sus obras sociolgicas, entre las que se destaca El suicidio, como fenmeno social, sostiene su tesis principal: 1) En la sociedad se da el hecho moral y el valor moral, que equivalen al valor social, porque el hombre, sus acciones, sus relaciones, son producto de la sociedad. El valor moral de las acciones, es decir, lo bueno y lo malo moral, dependen de la estructura de la sociedad, y de cmo funcionen las relaciones sociales, que se explican a partir de los usos, costumbres y leyes sociales, que se "aceptan y codifican positivamente por la necesidad de convivencia y unidad y por razones prcticas. La sociedad, es pues, el fundamento y norma de moralidad. Esto es lo que se denomina positivismo moral. Entre los socilogos modernos tenemos, igualmente, el estudio del hecho social y del sentido moral de las prcticas sociales y normas culturales, que guan la conducta humana de los grupos particulares. Socilogos como Leonard Broom, y Philip Selznic nos dicen: "se dan en los pueblos y sociedades valores culturales, que complementan con normas, las cuales son guas especficas para la conducta. Las normas culturalmente sobresalientes, tales como lo prohibicin del homicidio o el incesto han sido llamadas costumbres"... El socilogo William Graham Sumner observa que los romanos usaban el trmino mores (de donde viene nuestro trmino moral) para referirse a las costumbres en el ms amplio y rico sentido de la palabra, incluyendo la nocin de que las costumbres contribuan al bienestar y tenan su sancin tradicional y mstica, de modo que resultaban propiamente autoritativas y sagradas (Fin de la cita) (Broom y Selznich, Sociologia, 1971, pag.94). Los socilogos hallan, pues, que en pueblos y culturas hay normas, que rigen la conducta y tienen una sancin; y estudian el contexto cultural para encontrar "el sentido moral de una prctica particular". (Broom y Selznich, 111). Pero ellos observan tambin, que no se dan los mismos criterios y normas de moralidad en todos los pueblos y culturas. Los socilogos citados, Broom y Selznich, que hacen el anlisis de esos hechos y culturas, confirman la diversidad cultural, y concluyen, que se da un relativismo moral e intelectual llamado relativismo cultural: "En todas partes el ser humano es el mismo en su naturaleza biolgica y psquica. Pero sobre ese cimiento edifica una notable diversidad de motivacin, costumbre y creencia". (Idem, Sociologa, Pg. 103). De all que se pueda hablar de un relativismo moral e intelectual llamado relativismo cultural, sostenido, por ejemplo, por el influyente socilogo norteamericano, William Graham Sumner... ..."Segn Sumner, no hay una forma universal, que un observador pueda usar para evaluar culturas o normas culturales como buenas o malas. Cada cultura debe ser vista dentro de sus propios trminos. El valor de una costumbre puede juzgarse solamente por la contribucin a la cultura de la que es parte. En este sentido los juicios y las interpretaciones son relativos. (Pg. 111)

El cientfico social mira el contexto cultural para encontrar el sentido moral de una prctica particular... Si l evala, lo hace desde el punto de vista de los propios valores y requerimientos de la cultura particular"... (lbid. Pg.111) (Fin de la cita).

Al igual que lo hicimos para el excursus histrico anterior, de esta investigacin de los socilogos y cientficos culturales, podemos concluir, que en todos los pueblos y culturas se da el hecho, la sensibilidad y el lenguaje moral, con sentido tico. Esto nos permite afirmar nuevamente, la dimensin tica del hombre.

Pero adviertan ustedes, enseguida, primero, que no todos los pueblos y culturas tienen los mismos principios y fundamentos morales, ni los mismos criterios y normas de moralidad; segundo, que los cientficos sociales sostienen que los valores y normas morales de los pueblos y culturas no tienen valor y dimensin universal, absoluta y obligatoria para todos; por tanto, se da un relativismo moral. De all que para ellos el trmino moral, de mores (plural de mos, moris) tenga un sentido relativo, con un valor y obligatoriedad, que depende de cada cultura particular. Mientras que para los filsofos, particularmente personalistas, el trmino latino moral y el griego tica, de ethos, que etimolgicamente significan lo mismo, -uso, costumbre, idiosincrasia-, son equivalentes tambin en su uso real, y tienen un sentido y valor universal que, luego, explicaremos y justificaremos.

Adems, en el pensamiento actual hay autores, como Xavier Rubens y Fernando Savater, o cursos de tica on line, por medio de videos, que hacen distincin: se refieren a la moral para indicar las normas, consideradas como vlidas, que rigen nuestra conducta, y por tica entienden la "disciplina filosfica, que piensa y reflexiona sobre el bien y el valor para tratar de establecer las bases sobre las que se fundan las normas morales, que rigen nuestras acciones."

Dos problemas tenemos, pues, que solventar: Primero, el de la cuestin terminolgica, pues el significado de los trminos es diverso, segn que la lectura y anlisis de los hechos morales se est haciendo desde las ciencias humanas o sociales, o desde la filosofa moral propiamente dicha. Segundo: el del fundamento y naturaleza de la dimensin tica del hombre con una norma de moralidad objetiva y universal, que supere el relativismo moral cultural e intelectual, y el relativismo del positivismo social, que se dan debido a la diversidad de culturas, lugares y tiempos, a factores ateorticos e ideolgicos, a la movilidad social o debido, incluso, a las nuevas TIC's. Esos relativismos y factores varios pueden conducir hasta la negacin de la moral con carcter objetivo y universal y, por tanto, a la negacin de la dimensin tica con criterios morales universales. lll. Solucin a la Problemtica planteada. 1. La cuestin terminolgica y de sentido. El diverso uso del trmino latino moral y el del griego tica, nos lleva necesariamente a una explicacin, que resuelva algunas confusiones y entuertos. El problema es el del sentido real y tcnico, que adquiere el trmino moral, cuando lo usan las ciencias sociales y de la cultura, con el consiguiente relativismo moral, que ese uso entraa, y que alcanza al positivismo social y al positivismo jurdico.

No podemos desconocer este problema terminolgico y el relativismo moral apuntado, cuando van de por medio valoraciones importantes de actos y bienes morales relacionados con la persona, como la vida, la salud, la verdad, la libertad, la dignidad, el matrimonio y con temas de Biotica. Me ha sucedido, por ejemplo, que estudiantes de Derecho, cuando les pregunto acerca de la licitud moral de actos y hechos como la poligamia, el aborto, la eutanasia o las uniones homosexuales, a veces responden que esa licitud depende de cada cultura o de la legislacin de cada pas.

Por tanto, para la claridad terminolgica y para evitar confusiones que llevan a errores, ocurre: 1) Que distingamos el significado dado al trmino moral por las ciencias sociales, del significado que le damos en una filosofa personalista, que es igual al de tica, para no mezclar lo cultural con lo moral racional, y as evitar tanto un relativismo cultural, como el relativismo del positivismo social. Como ya vimos, para las ciencias sociales y de la cultura, moral se refiere a las costumbres, usos culturales, leyes y cdigos, que tienen valor de normas que guan la conducta, pero no tienen valor moral universal ni obligatoriedad para todos, sino solo para una cultura y sociedad particular.

En cambio, cuando los trminos moral o tica los usamos en una tica personalista, tienen el mismo significado de reflexin acerca de la accin de la persona y su moralidad, con criterios objetivos y universales, a la luz de la razn e independientemente de situaciones subjetivas, usos, costumbres y leyes; y por tanto, con obligatoriedad universal" (como lo notamos en la escena de la pelcula 12 aos de esclavitud).

2) Conviene, adems, atender al diverso significado que, por lo general, suele darse a los trminos moral y tica en el mbito social, en los medios de comunicacin o en el ambiente laboral y escolar. Se dice que hay que practicar y observar en la vida los valores morales y ticos, como si fueran dos actitudes y valores distintos o como si lo moral se refiriera al comportamiento privado e individual, y tica al comportamiento pblico y profesional.

3) Resulta tambin que, a veces, se considera la moral como ligada a la religin y al comportamiento privado religioso, mientras se pretende reservar el trmino tica para la actividad poltica, econmica y financiera.

Manteniendo el mismo criterio terminolgico, que hemos adoptado en la definicin dada, podemos zanjar estas cuestiones acerca del uso de estos trminos en la vida social y en los escenarios econmico y financiero, entendiendo que moral o tica tienen el mismo significado, con el mismo contenido y los mismos valores, en cualquier situacin o estado de las personas, sea individual, social o profesional. Y usamos indistintamente valores morales o valores ticos, norma moral o norma tica, y es lo mismo decir dimensin moral que dimensin tica del hombre. Concluida y explicada la cuestin del sentido de los trminos, podemos pasar a la otra cuestin.

2. Fundamento y naturaleza de la dimensin tica del hombre, y respuesta al relativismo moral cultural, al positivismo social y a la negacin de la dimensin tica humana a partir de la negacin de Dios.

Hemos visto en el primer punto de esta ponencia, que lo moral o tico existe como una dimensin del hombre en pueblos y culturas, constatable tambin cientficamente. Pero no es suficiente afirmarlo y quedarnos en el plano fctico y cientfico social, porque vimos tambin que las ciencias sociales sostienen la tesis de un relativismo moral cultural e intelectual, y conocemos que, a lo largo del siglo XX, estn presentes los relativismos del positivismo social y del positivismo jurdico.

Queremos, confrontar nuestra propuesta personalista y la racionalidad tica con el relativismo moral cultural y el positivismo social, responder a las preguntas acerca del fundamento y naturaleza de la dimensin tica y de la norma de moralidad, y resolver la cuestin de si la negacin y muerte de Dios proclamada por el atesmo contemporneo, conduzca a la negacin de esta dimensin tica.

Hay hechos y posturas filosficas, que llevan a plantearnos este problema.Sucede con cierta frecuencia, que en programas de televisin o en encuestas, hay preguntas que vienen planteadas de esta manera: Qu dice su religin con respecto a la pornografa o a la masturbacin o a los trasplantes? Me ha sucedido, a veces, que alguien en la clase pregunta: Qu dice la lglesia con respecto a los homosexuales o con respecto a la pena de muerte? Pero con tal tono e inters, como si la moralidad de esas acciones dependiera de lo que diga la religin, o como si el criterio de valoracin moral proviniera de la lglesia Catlica o del Magisterio pontificio. Y cuando el primer da de clase del semestre pasado propona a los alumnos de Administracin de Empresa una tica personalista, independiente de culturas, leyes positivas y religiones, y la posibilidad de dialogar con un ''buen ateo", a una de las alumnas le pareci rara la expresin, e incrdula se sonri como si se tratara de un cuento de hadas, pues supona que para que haya moral, uno debe necesariamente creer en Dios.

En efecto, hay autores y filsofos que sostienen que con la desaparicin del sentido de Dios, y con el ocaso de los dioses" y "la muerte de Dios", se dar tambin una falta de fundamento para la moral, la desaparicin de las verdades morales con carcter objetivo y universal y, por consiguiente, la negacin de la dimensin tica.

Fedor Dostoievsky, y los padres del atesmo contemporneo, Federico Nietzsche, Ludwig Feuerbach, Karl Marx, y el existencialista ateo, Jean Paul Sartre, proclaman que sin Dios o con la muerte de Dios se da la desaparicin de la tica, en el sentido de reflexin racional acerca de la persona y sus actos con normas objetivas y universales.

En efecto, Dostoievsky, desde su ngulo cristiano, en la obra los Hermanos Kamarazov, afirma que si se pierde el sentido de Dios, todo estara permitido, porque este es el fundamento de la moral; sin Dios ya no hay puesto para la moral, porque ya no hay referencia a alguien Absoluto.

Por su parte Nietzsche, en El crepsculo de los dioses, afirma que si se proclama el ocaso de los dioses y la muerte de Dios, como Valor, caern los otros valores, principalmente el de la verdad.

Para Feuerbach y Marx, si desaparece la religin o si la hacemos desaparecer, porque Dios es un rival del hombre y una idea alienante, que es necesario rechazar para que exista el hombre, entonces ya no habr valores objetivos, sino que los valores dependern del momento histrico, y la norma de lo bueno y malo ser el xito de la revolucin, dirigida por la cpula del partido socialista.

Y Sartre sostiene que es necesario negar a Dios para afirmar al hombre. Dios sale sobrando y estorba mi libertad, es decir, niega la esencia humana; por tanto, Dios no existe y es necesario que no exista. Pero si Dios no existe, ya no hay puesto para la moral y los valores morales en el sentido objetivo y absoluto.

Esos hechos de la experiencia y la postura de esos autores, nos lleva a plantearnos una serie de preguntas: Cul es su fundamento y la naturaleza de la dimensin tica? Cul es la norma objetiva de moralidad? Y est la moral necesariamente a la religin y a criterios religiosos? Es posible encontrar personas que, sigan la racionalidad humana, practiquen las virtudes y sean honestos y veraces, como lo pueden haber hecho Pericles, o los personajes de Homero o un budista... y no por razones sobrenaturales y cristianas y, por tanto, sin recurrir a Dios Trascendente, sino simplemente en el plano racional?

Y en el caso de una negacin de Dios, se podra sostener la dimensin moral basada en la persona, en sus exigencias, en la racionalidad, sin recurrir a Dios y sin necesidad de una fundamentacin metafsica? Y ser que con la supuesta "muerte de Dios" y el ocaso de los dioses se da tambin la negacin de los valores morales y de la dimensin tica? Es posible montar un escenario puramente racional y no religioso para dialogar con ateos y cientficos, sin necesidad de recurrir a la Religin y a los mandamientos de Dios?

La clave y el resorte para responder a estas preguntas y superar el relativismo cultural y el positivismo social, y la posible negacin de esta dimensin humana, est en la propuesta de una tica personalista en dos momentos: el de la persona y el de la razn.

a) Primer momento. El punto de partida de nuestra propuesta es la persona. Ustedes saben que la persona humana tiene unas exigencias esenciales y aspiraciones elementales, como se dan en la experiencia, al constatar sus tendencias e inclinaciones hacia fines y valores, que son su bien, la realizan, le dan un estado de perfeccin, conforme a su naturaleza racional.

Esas tendencias fundamentales conocidas connaturalmente en la experiencia, apuntan a dos grandes principios ticos: el principio de vida, y sus derivaciones inmediatas, como la salud, la integridad fsica, la seguridad, la tendencia a la procreacin y la familia; y el principio de la persona y su dignidad y sus derivaciones inmediatas, como la libertad, la aspiracin a la verdad, a la comunin con los otros, a la trascendencia. Para llegar a esas verdades, principios y valores ticos no son necesarias una metafsica ni la religin; basta la consideracin de la persona y sus necesidades fundamentales para su realizacin y perfeccin.

De esa manera, la persona, su dignidad y sus exigencias esenciales son el fundamento de la dimensin tica del hombre y la norma moral fundamental. b) Segundo momento. Desde un principio hablamos del hombre dotado de razn y de racionalidad. Cul es el puesto de la razn? Qu papel le toca desempear? 1. Se trata de una razn que reconoce y descubre, a partir de la experiencia y en las mismas inclinaciones y tendencias, aquellos fines, valores y aspiraciones fundamentales de la persona. 2. Se trata de una razn que emite dictmenes o juicios tericos, pero aplicados al actuar humano de la voluntad libre: juicios de bien y mal, de justo o injusto, de correcto o incorrecto, como ustedes pueden formularlos: Ejs: es bueno decir la verdad, es malo mentir, es correcto respetar a las personas, es digno y noble perdonar, es bueno cuidar la salud, es malo torturar, etc. 3. Se trata de una recta razn (orts logos, de Aristteles) como facultad de lo objetivo, que juzga y valora independientemente de costumbres, usos culturales, religiones y de leyes positivas. (Twelve years slave). La razn puede descubrir lo objetivo y universal, gracias al proceso de abstraccin, a partir de la experiencia, para obtener los conceptos, tambin morales. La capacidad de abstraer y universalizar, y el actuar libre es lo que distingue al hombre del animal. Por ejemplo, cada uno de ustedes tiene experiencia particular de la tendencia a la vida, de ser justo o injusto en un acto particular, o de actos en los que procura su salud. La razn penetra y lee interiormente en esa experiencia, abstrae prescindiendo de lo contingente y particular y de circunstancias accidentales, reconoce esos actos como buenos, como valores, y universaliza afirmando que esos son bienes absolutos para toda persona y no solo para m, porque son exigencias de la naturaleza humana, son valores no solo de un grupo social, ni solo propios de una cultura, sino que tienen carcter universal y son independientes de la religin y de cualquier ordenamiento jurdico nacional internacional. (Twelve years slave).

Ahora podemos ya responder a la pregunta sobre la naturaleza de la dimensin tica: es la caracterstica o propiedad, que tiene como ncleo esencial la racionalidad, que le permite al hombre actuar correctamente, conforme a las exigencias fundamentales de la persona y a valores con carcter objetivo y universal reconocidos por la razn. Por tanto, la razn es la norma objetiva de moralidad, que dictamina y manda la adhesin a los valores morales independientemente de las culturas, leyes positivas, religiones y Magisterio de la lglesia, porque la tica se coloca en el plano de la persona y de la racionalidad, con juicios de una recta razn vlidos en cualquier campo de la actividad humana. En este nivel, es posible dialogar tambin con un "buen ateo", como lo ha hecho, por ejemplo, el Papa Francisco con el director del peridico italiano, La Repubblica, Dr. Eugenio Scalfari en una larga carta, el ao pasado. A propsito de sus respuestas el Papa comentaba que puede haber un "buen ateo" y, a veces, hasta ms honesto y veraz que algunos cristianos. Hemos dado un gran paso, afirmando en esta propuesta, tres cosas: Primero, que la tica es una dimensin humana, porque el lenguaje tico y el sentido moral existen en los seres humanos de cualquier cultura y sociedad, como los mismos cientficos sociales lo ratifican. Segundo: que los valores morales o ticos son universales y obligatorios, porque son reconocidos por la razn, como exigencias de la naturaleza humana de la persona, que es la norma fundamental de moralidad. Y tercero, que la razn es el criterio o norma objetiva para la valoracin moral de los actos, hechos, actitudes, usos culturales, costumbres religiosas e instituciones. De tal manera que la racionalidad tica es lo que caracteriza a la persona humana y su accin.

IV. CONCLUSINConcluyo con una historia que lleva por ttulo: DOS CHIFLADOS EN NUEVA YORK. Es el final del verano del ao 2016. Han trascurrido ya las Olimpadas de Ro de Janeiro. Dos jvenes universitarios, acreditados como reporteros del nuevo peridico LA RAZN, editado en Guatemala, llegan a Nueva York para cubrir varios eventos internacionales. Entre estos est la 69 Asamblea General de la Org. de las Naciones Unidas.Inmediatamente, Julio y Rodolfo planean visitar algn monumento histrico antes de las 11 a.m. de la maana, hora en que comienza la primera sesin de la asamblea de la ONU. Toman el Metro de Nueva York con direccin al sur de Manhattan, con la intencin de fotografiar y escribir un reportaje sobre la estatua de LA LIBERTAD. Bajan del metro, y en el muelle de Battery Park toman el Ferry que los lleva a la plazuela del famoso monumento, en la lsla de la Libertad. Preparan sus cmaras y contemplan la afamada y clebre obra de arte: una soberbia escultura de 46 metros de altura con un estilo neoclsico. Con la antorcha en la mano derecha tiene un aire de triunfo imponente. Julio y Rodolfo hacen tomas desde varios ngulos. Despus de su primera tarea, Rodolfo mira el reloj: Eh,Julio, dmonos prisa, que se acerca la hora de volver. Guardan sus cmaras, se dirigen al barco de regreso y, despus de bajar, enfilan hacia la prxima estacin del metro, y al pasar frente a un negocio de revistas y peridicos nacionales e internacionales se detienen. iHey, Rodolfo!, entremos un momento para enterarnos de las ltimas noticias. Bien, responde el otro, y aade: iMira qu cantidad de peridicos! Aqu est El Pas, el ms conocido de Espaa... y all est La Repubblica, el de mayor circulacin en ltalia. S, s, asiente Julio, y en aquella esquina est Le Figar de Francia y la Nacin de Mxico... iHombre, exclama Rodolfo, pero si all, junto al New York Times se encuentra tambin el nuestro, LA RAZN!

Compran un ejemplar del New York Times y rpidamente miran los titulares, mientras caminan: "Programado el prximo viaje del Papa Francisco a Centro Amrica." "En Siria contina la guerra civil: 30 muertos con un carro bomba en un barrio de Damasco". "La Asamblea de las Naciones Unidas analiza hoy nuevamente el problema de las drogas y el narcotrfico". Los dos muchachos abordan el metro y en el trayecto continan leyendo las noticias: "En Espaa, revueltas por un nuevo intento separatista del pas vasco" "El COMIT OLIMPICO internacional, despus de las Olimpadas en Rio Janeiro, constata el aumento de dopajes. Se bajan del metro en la parada que queda a la altura del edificio de la ONU. Miran el reloj. Son las 10 y media de la maana. Suben a la superficie y contemplan por unos instantes el majestuoso rascacielos revestido de vidrio. Luego, sin perder tiempo, se dirigen a la puerta de entrada, presentan sus credenciales, se someten aI control de los sensores de ingreso y pasan al lugar de los reporteros. Ante ellos se abre el amplio y lujoso saln, que muchas veces haban visto en los peridicos. All se encuentran los delegados de 202 pases acreditados ante el organismo internacional.Despus de unos minutos comienza la asamblea. El nuevo secretario general de la ONU, frente al micrfono, da la bienvenida y anuncia a los primeros oradores de ese da. Los jvenes sacan sus ordenadores y se aprestan a tomar nota. Van desfilando los primeros presidentes y jefes de Estado, que con ardorosos discursos presentan los problemas de sus respectivos pases y sus posibles soluciones: "propuestas para la legalizacin de las drogas", "el crecimiento poblacional y la implementacin del control de natalidad en pases sub desarrollados"; informe del presidente de Egipto sobre el recrudecimiento de la guerra en Medio Oriente; el cambio climtico y el aumento cada vez ms preocupante de la temperatura"; "los problemas que causan a los pases pobres los prstamos del B.M. y del F.M.l.. Las horas pasan y finalmente termina la primera sesin. Los dos reporteros universitarios salen abrumados de tantas noticias ledas, discursos escuchados, datos estadsticos y soluciones a medias y cosmticas. Y comentan desanimados: "Algo falla en todos esos discursos grandilocuentes con sugerencias inconsistentes: falta la racionalidad tica y el fermento de valores morales para solucionar todos esos problemas". Hay un momento de silencio. Mientras caminan, buscan nuevamente una parada del metro. Julio, dice Rodolfo rompiendo el mutismo, se me ocurre una idea, volvamos a la estatua de la libertad en Manhattan. Ya te cuento.

Corren, suben al metro, llegan al muelle, abordan un barco y se encuentran nuevamente ante el monumento.Mira, explica Rodolfo, saca una de las hojas ms grandes de tu maletn; yo tengo aqu unos lpices; vamos a dibujar esta estatua, pero de otra manera; en vez de ponerle una antorcha le vamos a poner dos: una en cada mano; y en vez de llamarla estatua de la libertad se llamar la estatua de la racionalidad. Quiz haya alguien que dentro de algunos aos la haga realidad para ponerla all donde esta otra.

Julio, entiende de qu se trata y comienza enseguida los primeros trazos. En ese momento, se acerca un polica y despus de pedirles su identificacin pregunta:Disculpen. Pero ustedes, Qu estn haciendo? Dibujamos la estatua, responde Julio, mientras contina su ingenioso trabajo. Pero veo que en vez de una antorcha estn dibujando dos. iUstedes estn chiflados! No, no, seor, interviene Rodolfo. No estamos chiflados. Somos estudiantes del ltimo ao de Ciencias de la Comunicacin, sabemos dibujar y vamos a hacer un reportaje invitando a hacer otra estatua, pero con dos antorchas. No digo, pues, que estn chiflados de remate? Todo mundo sabe que este monumento es la estatua de la libertad, esculpida en Francia y erigida en este lugar bajo la inspiracin de los padres de la Independencia de EE. UU.y del acta redactada por Tomas Jefferson en el ao... S, s, seor, conocemos de historia, interrumpe Julio. Pero aqu y para el mundo entero hace falta, al lado de la estatua de la libertad, otra ms, la de la racionalidad; y con dos antorchas, una en cada mano, para que ilumine a izquierda y derecha de este planeta enseando a polticos, juristas, funcionarios pblicos, representantes de religiones e iglesias, empresarios, intelectuales y deportistas, que el mundo cambiar solamente si procedemos con racionalidad tica, actuando conforme a las normas de una recta razn, objetiva y universal.

El polica queda aturdido y dando un gran suspiro, piensa para sus adentros: "Verdaderamente estos estn chiflados". Da media vuelta y se va. Pero despus de unos aos apareci en ese lugar, al lado de la estatua de la libertad, la de la racionalidad. P. Enrique Morales